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Alabado sea Jesús Sacramentado, sea por siempre - Hermandad ...

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<strong>Alabado</strong> <strong>sea</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>Sacramentado</strong>, <strong>sea</strong> <strong>por</strong> <strong>siempre</strong><br />

bendito y alabado.<br />

Aquí Aquí me me tienes, tienes, Señor, Señor, <strong>por</strong>que <strong>por</strong>que <strong>por</strong>que ha ha sido sido tu tu voluntad voluntad. voluntad voluntad<br />

El Dios Padre elaboró con sus manos un pan en el cielo y<br />

lo bajó a la Tierra para que todo ser humano que ha guardado<br />

sus mandamientos salve su alma comiendo de este pan que da la<br />

vida eterna y así gozar del Reino de los Cielos.<br />

“Honrarás a tu padre y a tu madre”, nos dice el cuarto<br />

mandamiento.<br />

A ellos quiero honrar esta noche ante <strong>Jesús</strong> <strong>Sacramentado</strong><br />

y para ello giraré la veleta de los tiempos hasta llegar a mi niñez<br />

para repetir la oración que aprendí de labios de la mujer que me<br />

llevó en sus entrañas.<br />

Ella me la recitaba y yo repetía de esta manera.<br />

“Bendito y alabado <strong>sea</strong> el Santísimo Sacramento del Altar,<br />

la Pura y Limpia Concepción de María Santísima, la Reina de<br />

los Ángeles, concebida sin mancha del pecado original desde el<br />

primer instante de su purísimo ser natural”, y yo<br />

respondía:”amén”.<br />

Con esa cadencia y una inmensa dulzura en su mirada, me<br />

recitaba esta y otras oraciones, las cuales quedaron grabadas en<br />

mi, entonces, ingenua y tierna memoria; yo no comprendía el<br />

significado de cada una de ellas, pero ellos siguieron cultivando


la tierra de mi corto entender y hoy puedo dar gracias a Dios,<br />

<strong>por</strong>que tuve la fortuna de nacer en tierra fértil, tierra con<br />

nombre y apellidos que a lo largo de mis años llenaron de raíces<br />

cristianas todo mi ser, inundando mi corazón de verdadero amor<br />

al Santísimo Sacramento de la Eucaristía.<br />

Hoy con el correr de los años y con mis sienes teñidas de<br />

blanco, agradezco aún más si cabe aquel “rodrigón” que mi padre<br />

terrenal, como viñador que fue, clavó junto al nuevo sarmiento<br />

para que creciera sano y con rectitud para que éste diera buen<br />

fruto de esa viña que él plantó.<br />

El dueño de la viña juzgará si ha sido bueno o no el fruto<br />

producido <strong>por</strong> aquel sarmiento y dará al viñador su justa<br />

recompensa, <strong>por</strong>que<br />

¿qué im<strong>por</strong>ta la semilla si no hay tierra que la reciba?<br />

¿qué im<strong>por</strong>ta el hombre si no hay mujer que la acoja?<br />

¿qué im<strong>por</strong>ta la mujer si no hay hombre que la fecunde?<br />

Dios creó al hombre y a la mujer , y les dijo “ creced y<br />

multiplicaos”y un día doce de noviembre de 1933 en esta misma<br />

parroquia delante de nuestra Madre la Pureza como testigo,<br />

Ellos se prometieron amor eterno con el sacramento del<br />

matrimonio...y Dios los premió con cuatro hijos de<strong>sea</strong>dos y<br />

mimados durante nueve meses en el vientre materno.,<strong>por</strong>que<br />

Amaban la vida desde el momento de su concepción.<br />

Y aquí me tienes, tienes, Señor, <strong>por</strong>que <strong>por</strong>que fue tu voluntad voluntad.<br />

voluntad


Querido D. Manuel, Párroco y director Espiritual de nuestra<br />

<strong>Hermandad</strong> Sacramental,<br />

Sr. Mayordomo y miembros del Cabildo de la <strong>Hermandad</strong><br />

Sacramental,<br />

Hermanas y Hermanos en Cristo:<br />

Mi agradecimiento a nuestro hermano Guillermo Sierra<br />

Silva <strong>por</strong> esas palabras dirigidas a mi persona, tal vez<br />

inmerecidas pero muy alentadoras.<br />

También mi agradecimiento al Cabildo de mi <strong>Hermandad</strong><br />

Sacramental y a todos los presentes que han de<strong>sea</strong>do postrarse<br />

directamente anta <strong>Jesús</strong> <strong>Sacramentado</strong> y al mismo tiempo<br />

acompañarnos en esta VI Exaltación de la Sagrada Eucaristía.<br />

Cuando los miembros del Cabildo me anunciaron que mi<br />

persona había sido propuesta para tan grande honor de<br />

pronunciar la Exaltación de la Sagrada Eucaristía, mi mente no<br />

pudo más que recordar los excelentes, insignes y preclaros<br />

oradores que han pasado <strong>por</strong> esta villa, a los que con su<br />

privilegiada prosa y emotivos versos le han cantado a nuestras<br />

más veneradas imágenes, a los que desde este mismo atril han<br />

puesto un nudo en la garganta a los hijos de este pueblo... a<br />

todos esos los colocaba <strong>por</strong> delante de mi humilde voz.<br />

Pensé decir que no, y me dije a mí mismo; yo soy el último<br />

invitado al banquete y me ofrecen el asiento de honor, ¿ <strong>por</strong> qué<br />

Señor?, y la respuesta fue que esta era la voluntad tuya, y no me<br />

pude negar.


Y aquí me tienes, Señor, <strong>por</strong>que <strong>por</strong>que ha sido sido tu voluntad voluntad. voluntad voluntad<br />

Hace unos años visité con mi familia un pueblo de la<br />

provincia de Toledo llamado Torrijos.<br />

Era domingo y entramos en el Convento de la Concepción<br />

para cumplir con el precepto dominical. Al término de la Santa<br />

Misa pudimos admirar directamente el cuerpo incorrupto de la<br />

precursora de las hermandades sacramentales, Doña Teresa<br />

Enríquez, apodada “La Loca del Sacramento” <strong>por</strong> el propio<br />

Papa Julio II, término acuñado <strong>por</strong> su enfervorizada dedicación<br />

a la Santa Misa según reza en un pequeño folleto con el que me<br />

obsequiaron.<br />

El fulgor que Teresa Enríquez irradia aún en esta hora tan<br />

lejana de aquélla de la Historia en la que vivió(mitad del s. XV<br />

a principios del s. XVI) es su ardiente amor a Cristo<br />

<strong>Sacramentado</strong>; el mismo de ayer, de hoy y de <strong>siempre</strong>,<br />

abandonado tantas veces <strong>por</strong> los hombres, “el amor que no es<br />

amado”, como decía el pobrecillo de Asís; el amor despreciado<br />

que encadenaba el alma de esta enamorada del Sacramento en<br />

largas horas de adoración junto al Sagrario, en su ferviente<br />

participación y ofrecimiento de la Santa Eucaristía en cuya<br />

contemplación aprendió las consecuencias de las palabras del<br />

Maestro Divino: “Amaos los unos a los otros como yo os he<br />

amado”<br />

Te damos gracias, Señor, <strong>por</strong>que nuestra hermandad ama y<br />

se interesa <strong>por</strong> los enfermos e impedidos y los invita un domingo<br />

de mayo en que Villanueva es una alfombra floral en tu honor<br />

para que aquellos hermanos que no pueden llegar hasta la Casa<br />

de Dios tengan la alegría de participar de este banquete y coman


el manjar de los manjares que es el Cuerpo de Cristo, que va allí<br />

donde necesitan de ese manjar para saciar con Su Cuerpo y Su<br />

Sangre el ansia de amor, quedando sosegado y en calma el mar<br />

de sus tristes pensamientos.<br />

Veinticinco de julio, día de nuestro Santo Patrón, el<br />

Apóstol Santiago, el primero de ellos que padeció martirio <strong>por</strong><br />

Cristo, bajo el poder de Herodes Agripa.<br />

Ese día celebramos el CORPUS CHRISTI, fiesta grande<br />

en Villanueva <strong>por</strong>que <strong>Jesús</strong> <strong>Sacramentado</strong>, en magnífica<br />

custodia, se hace presente en las calles de nuestro pueblo<br />

contestando al pensamiento de todos y cada uno de nosotros.<br />

A unos dirá: “Tú sí estarás en ésta o aquella otra esquina<br />

el próximo año”; a otros, en cambio:”Tú pronto estarás conmigo<br />

en la Casa de Mi Padre”.<br />

Pero ¡ojo! Tened encendida las velas.<br />

Llegado ese día no te desalientes, alégrate: el Señor viene a ti<br />

para salvarte y darte la felicidad eterna, <strong>por</strong>que la felicidad<br />

completa no es flor que arraigue en nuestra vida terrenal.<br />

Ni siquiera lo fue para el Hijo de Dios, que mientras vivió en<br />

la Tierra como hombre, hubo de sufrir toda clase de vejaciones y<br />

desprecio <strong>por</strong> parte de los hombres a pesar de ser anunciada su<br />

presencia <strong>por</strong> Juan el Bautista y anteriormente su venida <strong>por</strong> los<br />

profetas.


Si leemos la Sagrada Biblia vemos cómo los profetas anuncian<br />

el Advenimiento de Cristo; Isaías profetiza la venida del<br />

Mesías en carne humana y su Exaltación.<br />

Jeremías predice que el Señor enviará al Buen Pastor y<br />

será de la estirpe de David y, así, el Sumo Hacedor se va<br />

sirviendo de los profetas para anunciar el advenimiento del Dios<br />

Hijo que viene para redimir al Mundo.<br />

Y Dios escogió a una virgen llamada María, desposada<br />

con José de la estirpe de David para que diera a luz al Hijo de<br />

Dios Padre.<br />

Y María dijo Sí al Ángel del Señor.<br />

Y María confió en Dios a pesar de no conocer varón.<br />

Y María fue sagrario del Dios vivo.<br />

Y de María, la elegida <strong>por</strong> Dios,<br />

Nació la salvación del mundo.<br />

María es Madre Nuestra <strong>por</strong>que así lo quiso Dios.<br />

María es nuestra corredentora, peldaño firme,<br />

Abogada nuestra en la que debemos confiar cada día,<br />

Porque María nuestra Madre, fue Madre del<br />

AMOR DE LOS AMORES,


... que nació según la sagrada escritura en Belem de Judea y se<br />

postraron ante Él, aquellos hombres de la clase más humilde que<br />

se conocía en aquellos tiempos, hombres que pastoreaban sus<br />

rebaños cerca del lugar, al ser avisados <strong>por</strong> el Ángel del Señor;<br />

unos magos guiados <strong>por</strong> una estrella también adoraron al<br />

Mesías, y le dejaron oro <strong>por</strong>que era rey, incienso <strong>por</strong>que era Dios<br />

y mirra <strong>por</strong>que era hombre.<br />

El Niño Dios creció y se hizo hombre en un pueblecito<br />

llamado Nazareth, cumpliéndose de este modo el dicho de los<br />

profetas:”Será llamado Nazareno”.<br />

Pasado un tiempo, vino <strong>Jesús</strong> de Galilea al Jordán en<br />

busca de Juan, para ser de él bautizado.<br />

Luego se retiró al desierto donde fue tentado <strong>por</strong> Satanás<br />

después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches; pero<br />

el Espíritu de Dios estaba con él y a pesar de ser carne humana<br />

supo rechazar todas las tentaciones.<br />

¿Seríamos nosotros lo bastante fuertes para rechazar sólo<br />

una de las tentaciones a las que somos sometidos en nuestro<br />

quehacer de cada día?<br />

La tentación de la fama, el poder, la riqueza,... nuestro<br />

egoísmo nos hace caer en todas las tentaciones, banales y<br />

corruptas, la injusticia con los débiles, el desprecio a los que<br />

imploran <strong>por</strong> una migaja de pan, o una moneda.


Hemos olvidado el mandamiento nuevo, que dice:<br />

“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”<br />

Aquí estoy, estoy, Señor, <strong>por</strong>que es tu voluntad voluntad. voluntad<br />

Nos dice San Mateo en su evangelio, cap. 26, que<br />

caminando un día <strong>Jesús</strong> <strong>por</strong> la ribera del mar de Galilea vio a<br />

Simón, llamado Pedro y a su hermano Andrés que eran<br />

pescadores, y les dijo:<br />

“Seguidme, que Yo os haré pescadores de hombres”.<br />

Lo mismo hizo con los demás apóstoles que le siguieron sin<br />

objetar nada, todo lo dejaron <strong>por</strong>que escucharon la llamada de<br />

Dios.<br />

Y siguió <strong>Jesús</strong> recorriendo toda Galilea predicando el<br />

Evangelio, o buena nueva, del reino celestial, y sanando toda<br />

dolencia y toda enfermedad, corrió su fama <strong>por</strong> toda Siria y le<br />

seguía una gran muchedumbre de gentes de Galilea y Decápolis,<br />

de Jerusalem y Judea y de la otra parte del Jordán.<br />

En Cafarnaúm, un centurión le rogaba diciendo:<br />

“Señor, un criado mío está postrado en mi casa, paralítico y<br />

padece muchísimo”.<br />

<strong>Jesús</strong> le respondió:”Yo iré y le curaré”, y le replicó el<br />

centurión:”Señor, yo no soy digno de que tú entres en mi casa;<br />

pero mándalo con tu palabra y quedará curado mi criado”


¡Con qué fe tan grande y convencido dijo el centurión esas<br />

palabras!, palabras que nosotros repetimos en la celebración de<br />

cada Eucaristía.<br />

Y <strong>Jesús</strong> entra en Jerusalem aclamado <strong>por</strong> una gran<br />

muchedumbre. Algunos preguntaban:”¿Quién es éste?” a lo que<br />

respondían las gentes:”Este es <strong>Jesús</strong>, el profeta de Nazareth de<br />

Galilea”.<br />

Se acercaba el día de la Pascua del cordero.<br />

Los discípulos hicieron lo que <strong>Jesús</strong> les ordenó y<br />

prepararon lo necesario para la cena.<br />

Mientras estaban cenando, tomó <strong>Jesús</strong> el pan, lo bendijo,<br />

lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo.<br />

“Tomad y comed, esto es mi cuerpo”.<br />

“Y tomando el cáliz dio gracias, lo bendijo y lo dio a sus<br />

discípulos diciendo: bebed todos de él, <strong>por</strong>que esta es mi sangre<br />

que será el sello del Nuevo Testamento la cual será derramada<br />

<strong>por</strong> todos los hombres para remisión de los pecados, haced esto<br />

<strong>siempre</strong> en memoria mía”.<br />

Y con esas palabras que salieron de su boca, dando gracias<br />

al Dios Padre, en ese momento culminante quedó instituída la<br />

SAGRADA EUCARISTÍA.


Pan y vino elaborado <strong>por</strong> la mano del hombre, convertido<br />

en el Cuerpo y la Sangre de Cristo para la salvación de toda la<br />

Humanidad.<br />

Pero los hombres te humillaron, se mofaron de Ti, te cargaron<br />

con una pesada cruz y te crucificaron, como al más ruin y<br />

despreciable de los mortales.<br />

Desde la cruz entregaste a Tu Madre como Madre de<br />

todos los hombres.<br />

Ya en tu amarga agonía quisiste salvar a todos los<br />

hombres y dijiste al Todopoderoso:” Padre, perdónales <strong>por</strong>que no<br />

saben lo que hacen”.<br />

Y mirando al cielo, ya con tu último aliento<br />

dijiste:”¡Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu!”<br />

Y <strong>por</strong> unos momentos se apagó la luz del mundo y el<br />

mundo quedó en tinieblas, y la muerte se creyó victoriosa sobre<br />

toda la obra de Dios.<br />

Pero resucitó al tercer día según San Mateo y el Ángel del<br />

Señor dijo a las mujeres:” Avisad a los apóstoles que se dirijan a<br />

Galilea que el Señor va delante de ellos”<br />

Allí le adoraron y el Señor Resucitado entre otras muchas<br />

cosas les dijo:” Y estad cierto que yo mismo estaré<br />

continuamente con vosotros hasta la consumación de los siglos”


Él nunca faltó a su palabra y aquí está con nosotros en la<br />

Sagrada Eucaristía, el pan que Dios modeló y bajó a la Tierra<br />

para que todos los seres sin distinción comamos de él y, así,<br />

gozar de su presencia en plenitud.<br />

Aquí Aquí sigo, Señor, <strong>por</strong>que es tu voluntad.<br />

De un tiempo a esta parte se habla mucho de la igualdad<br />

de los hombres, de la paz entre los pueblos, de un mundo sin<br />

fronteras, de la pobreza, de los hombres y mujeres que buscan un<br />

mundo mejor, abandonando su tierra y, a veces, a su familia, a<br />

los que en muchos casos nunca vuelven a ver a causa del engaño,<br />

de la avaricia de los hombres que sólo piensan en su<br />

enriquecimiento; es el sueño del avaro, el cual sabe que no se<br />

cumplirá el sueño de los débiles, pero que, aún así, sigue en su vil<br />

empeño.<br />

Parece que hemos olvidado aquellas palabras:”Pedid y se<br />

os dará, llamad y se os abrirá” , o aquélla que dice que “un poco<br />

de agua que deis en la tierra será recompensada en el cielo”,<br />

palabras que salieron de tu boca, Señor, pero que el hombre<br />

parece que ha olvidado, negando todo a su propio hermano, que<br />

sigue esperando alcanzar esa migaja de pan o una moneda.<br />

Como en otras hermandades.<br />

En nuestra hermandad tenemos la bolsa de caridad, que yo<br />

también llamaría puerta de la Divina Providencia <strong>por</strong>que todo<br />

necesitado que llama a esta puerta no se va con las manos<br />

vacías; pago de luz, de agua, de alimentos y <strong>siempre</strong> con unas<br />

palabras de aliento y el regalo de una amable sonrisa que habla<br />

<strong>por</strong> sí sola.


Porque, ¿cuánto vale una sonrisa?<br />

Una sonrisa no cuesta nada pero vale mucho:<br />

Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la da;<br />

Apenas dura un instante, pero su recuerdo puede ser<br />

eterno;<br />

Nadie es tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no<br />

pueda darla;<br />

Es señal visible de amistad entre los hombres;<br />

Una sonrisa da reposo a quien está fatigado y deprimido<br />

en ese lecho hospitalario;<br />

No se puede comprar, prestar ni robar, <strong>por</strong>que es algo que<br />

no tiene valor hasta que se entrega.<br />

Hermanas y hermanos en Cristo: si alguna vez tú<br />

encuentras a una persona que no sabe sonreír, <strong>sea</strong>mos generosos,<br />

dale la tuya para que sepa que nadie tiene tanta necesidad de<br />

una sonrisa como aquél que es incapaz de dársela a otros, no <strong>sea</strong><br />

que la pierda.<br />

También nuestra hermandad visita a los enfermos que en<br />

su lecho esperan tu llamada, con la esperanza de ver la luz de<br />

Tu Gloria.


Se da consuelo al que sufre su soledad y a veces olvidados<br />

<strong>por</strong> sus seres más queridos en las llamadas “Residencia de<br />

ancianos”, hombres y mujeres que padecen una enfermedad que<br />

muchos de nosotros tenemos a la vuelta de la esquina.<br />

Todos los que llevamos el nombre de cristiano colgado al<br />

cuello en forma de cruz o medalla, debemos dar testimonio de la<br />

existencia real de Tu Cuerpo en este pan consagrado que da la<br />

vida al que lo come.<br />

Debemos dar testimonio y ser <strong>por</strong>tadores de la palabra<br />

<strong>por</strong>que al principio la palabra era Dios, y la palabra se hizo<br />

hombre para vivir y morir como hombre y entre los hombres <strong>por</strong><br />

su salvación.<br />

Desde el seno de nuestra hermandad hacemos un<br />

llamamiento de reflexión a todos los hermanos y hermanas como<br />

semilla que somos de la Palabra, pero:<br />

¿creemos de verdad en la Palabra?<br />

¿somos de vedad <strong>por</strong>tadores de ella?<br />

Debemos reflexionar con seriedad si estamos dispuestos a<br />

decir “Sí” con todas las consecuencias y seguro que si lo hacemos<br />

con humildad pero con firmeza, con sacrificio, entrega absoluta<br />

y convencimiento, es decir, con AMOR sin límites; estamos<br />

seguros que después de dos mil años comiendo y adorando al<br />

Santísimo Sacramento de la Eucaristía, nuestros jóvenes y no<br />

tan jóvenes serán llamados a ser levadura para que aumente y se<br />

multiplique el número de seguidores de Cristo <strong>Jesús</strong><br />

<strong>Sacramentado</strong>.


Hermana, hermano, cuando entres en la Casa de Dios<br />

acércate al Sagrario. Él está esperando tu visita como el mejor<br />

amigo, el que más te ama.<br />

Tú puedes hablar con Él <strong>por</strong>que toda la Historia de la<br />

Humanidad está jalonada de esfuerzos de Dios para entrar en<br />

conversación con el hombre.<br />

Muchas veces y de diversas maneras Dios habló en otro<br />

tiempo a nuestros padres <strong>por</strong> medio de los profetas; pero<br />

últimamente nos ha hablado <strong>por</strong> medio de su Hijo.<br />

Si te quejas del silencio de Dios es <strong>por</strong>que no prestas oído<br />

al Evangelio.<br />

vivo.<br />

En el Evangelio, Dios entabla conversación contigo.<br />

Respóndele. De este modo puedes conversar con Jesucristo<br />

Jesucristo ha legado a la Iglesia Su Cuerpo aquí presente<br />

en la Sagrada Eucaristía.<br />

¿Y qué es para los cristianos la Sagrada Eucaristía?


La Sagrada Eucaristía es el sacramento que contiene el<br />

cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesucristo bajo las<br />

apariencias de pan y de vino.<br />

En la Eucaristía, <strong>Jesús</strong> vive.<br />

La Sagrada Eucaristía es el sacramento fundamental del<br />

cristiano.<br />

La Sagrada Eucaristía es la que actualiza el<br />

acontecimiento central de nuestra salvación.<br />

La Sagrada Eucaristía es la muerte y la resurrección de<br />

Jesucristo.<br />

La Sagrada Eucaristía es la fracción del pan hecha <strong>por</strong> el<br />

mismo Jesucristo en la última cena.<br />

Por lo tanto a la Sagrada Eucaristía hemos de rendir<br />

<strong>siempre</strong> un culto solemne como el Triduo que acabamos de<br />

celebrar y que tan dignamente ha ocupado la Sagrada Cátedra<br />

nuestro hermano, amigo y paisano el RVDO. P. D. José Sierra<br />

Silva, párroco de Castilleja de Guzmán, el cual nos ha<br />

comprometido a todos a recapacitar en su disertación cargada de<br />

mensajes y compromisos cristianos que debemos seguir, ya que<br />

todos profesamos una presencia real y cor<strong>por</strong>al de Cristo <strong>por</strong><br />

conversión del pan y del vino en la sustancia de Su cuerpo y de<br />

Su sangre.<br />

Jesucristo también ha legado a la Iglesia Su Palabra.


En el Evangelio, <strong>Jesús</strong> habla.<br />

Acércate al Evangelio como te acercas a la Eucaristía;<br />

La palabra de Dios no se agotará nunca;<br />

“Viva es la palabra de Dios”, dice San Pablo en su<br />

epístola a los hebreos.<br />

Aquí me tienes, Señor, <strong>por</strong>que ha sido tu voluntad.<br />

voluntad.<br />

<strong>Jesús</strong> <strong>Sacramentado</strong>, ¡qué lección recibí aquel día que me<br />

postré ante Ti en el Sagrario donde Tú esperas paciente la visita<br />

de todos, crean o no que Tú estás realmente en la Hostia<br />

Consagrada!.<br />

Mantuvimos una larga y fructífera conversación, comencé<br />

dándote gracias <strong>por</strong> concederme la vida.<br />

Te pedí <strong>por</strong> los moribundos y <strong>por</strong> los que llevan el peso de<br />

su cruz <strong>por</strong> una larga enfermedad, te pedí <strong>por</strong> mi familia y todas<br />

las familias, <strong>por</strong> nuestro párroco y director espiritual, <strong>por</strong><br />

nuestro vicario parroquial, así como <strong>por</strong> todos los sacerdotes<br />

,<strong>por</strong>que necesitamos de aquéllos a quien la Iglesia ha consagrado<br />

para hablar con Dios, para ser la boca de Dios, para ser el Cristo<br />

visible en la Iglesia.<br />

Porque nuestro corazón no está suficientemente puro para<br />

ofrecerlo todo sin reserva alguna.


Porque nuestros brazos no son suficientemente largos para<br />

hacer llegar nuestra ofrenda a Dios.<br />

Porque todos necesitamos que ellos digan sobre tu ofrenda<br />

y la ofrenda de la Humanidad.<br />

Esto es mi Cuerpo,<br />

Esta es mi Sangre.<br />

Te pedí misericordia para todas las criaturas, las que te<br />

conocen y las que te ignoran o rechazan tus mandamientos, para<br />

que algún día conozcan la verdad y puedan ver la luz que brilla<br />

en las tinieblas.<br />

Mirando el Sagrario, divina morada de Tu Cuerpo,<br />

pensé:”Señor, ¡qué me gustaría ver tu Santo Rostro!”<br />

En el acto Tú me respondiste:”Mira el rostro del otro”<br />

Yo te pregunté:”¿quién es el otro?” y me dijiste:”el otro es el que<br />

encuentras en tu camino, el que crece a tu lado, trabaja, se<br />

alegra o llora a tu lado, el que ama u odia a tu lado.<br />

El otro es aquél<br />

Por quien Dios se expresa,<br />

Por quien Dios invita,<br />

Por quien dios enriquece,


Por quien Dios mide nuestro amor.<br />

El otro es el enviado del Padre.<br />

El otro es aquél en cuya presencia serás juzgado,<br />

El otro se llama Manuel, Francisco, o Señor García...<br />

Mira el rostro de todos los que te rodean y verás el Mío.<br />

Entonces recordé tus palabras:”Tuve sed y me disteis de<br />

beber, hambre y me disteis de comer, enfermo y en la cárcel y me<br />

visitasteis, desnudo y me vestisteis”<br />

Entonces comprendí que el otro eres tú, y tú y yo,... somos<br />

todos <strong>por</strong>que somos miembros de un solo cuerpo que se llama<br />

JESUCRISTO; aquí presente en la Hostia Consagrada.<br />

Aquí sigo, Señor, Señor, <strong>por</strong>que es Tu voluntad.<br />

Jesucristo, al venir a este mundo, encontró tres “criaturas”<br />

que no eran creación de Su Padre: el pecado, el sufrimiento y la<br />

muerte.<br />

Como Jesucristo amaba a los hombres con un amor<br />

infinito, a todos nos reunió en sí, cargando con todos nuestros<br />

pecados, sufriendo todos nuestros sufrimientos, muriendo <strong>por</strong><br />

nuestra muerte.<br />

Pero gracias a la Sagrada Eucaristía, la muerte y la<br />

Resurrección de Cristo no son ya sólo un hecho ocurrido o<br />

situado en un momento de la Historia.


<strong>Jesús</strong> no es ya solamente el hombre de un país, de una<br />

raza, de una clase social, de una época.<br />

Él y Su Sacrificio son ya contem<strong>por</strong>áneos de cada uno de<br />

nosotros, cada día, en cada Eucaristía.<br />

Jesucristo prefirió ponerse todo entero con toda Su<br />

Redención, bajo las apariencias de un bocado de pan, para que<br />

te nutras de Su Amor y te transformes en Él.<br />

Si comes de este pan muerto y resucitado,<br />

Te conviertes en un injerto de amor divino,<br />

Serás un nuevo brote de este árbol del mundo,<br />

Y nacerá una flor maravillosa que dará su fruto.<br />

Ese fruto que le permita crecer,<br />

Desarrollarse y madurar, para luego morir<br />

Y con más fuerza volver a resucitar.<br />

Y así, llegar a ser un poco más<br />

El Cuerpo Místico de Cristo<br />

Con toda su Majestad.<br />

Señor, Señor, ésta ésta ha ha sido sido sido tu tu voluntad.<br />

voluntad.<br />

Y os recuerdo una frase de San Agustín que dice:<br />

“Ama y haz lo que que quieras”<br />

ALABADO SEA JESÚS SACRAMENTADO,<br />

SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO

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