Sabiduría Necedad - Iglesia Evangelica de Gava
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1:7 El temor <strong>de</strong>l Señor es el principio <strong>de</strong>l conocimiento; los necios <strong>de</strong>sprecian la<br />
sabiduría y la disciplina.<br />
1:20-33<br />
Advertencia contra el rechazo <strong>de</strong> la sabiduría.<br />
Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz.<br />
Clama en las esquinas <strong>de</strong> calles transitadas; a la entrada <strong>de</strong> la ciudad razona:<br />
"¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia?<br />
¿Hasta cuándo, uste<strong>de</strong>s los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta<br />
cuándo, uste<strong>de</strong>s los necios, aborrecerán el conocimiento?<br />
Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré mi corazón; les daré a conocer mis<br />
pensamientos.<br />
Como uste<strong>de</strong>s no me atendieron cuando los llamé, ni me hicieron caso cuando les<br />
tendí la mano, sino que rechazaron todos mis consejos y no acataron mis<br />
reprensiones, ahora yo me burlaré <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s cuando caigan en <strong>de</strong>sgracia. Cuando<br />
les sobrevenga el miedo, cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta y la<br />
<strong>de</strong>sgracia los arrastre como un torbellino.<br />
"Entonces me llamarán, pero no les respon<strong>de</strong>ré; me buscarán, pero no me<br />
encontrarán.<br />
Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor; por cuanto<br />
no siguieron mis consejos, sino que rechazaron mis reprensiones, cosecharán el fruto<br />
<strong>de</strong> su conducta, se hartarán con sus propias intrigas; ¡su <strong>de</strong>scarrío e inexperiencia los<br />
<strong>de</strong>struirán, su complacencia y necedad los aniquilarán!<br />
Pero el que me obe<strong>de</strong>zca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor <strong>de</strong>l mal."<br />
2:1-12<br />
Ventajas <strong>de</strong> la sabiduría.<br />
Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído<br />
inclinas hacia la sabiduría y <strong>de</strong> corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la<br />
inteligencia y le pi<strong>de</strong>s discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro<br />
escondido, entonces compren<strong>de</strong>rás el temor <strong>de</strong>l Señor y hallarás el conocimiento <strong>de</strong><br />
Dios.<br />
Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan <strong>de</strong> sus labios. Él<br />
reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los <strong>de</strong> conducta intachable. Él<br />
cuida el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> los justos y protege el camino <strong>de</strong> sus fieles. Entonces<br />
compren<strong>de</strong>rás la justicia y el <strong>de</strong>recho, la equidad y todo buen camino; la sabiduría<br />
vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida. La discreción te cuidará,<br />
la inteligencia te protegerá. La sabiduría te cuidará <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong> los malvados, <strong>de</strong><br />
los que profieren palabras perversas.<br />
2:12-16<br />
La sabiduría te librará<br />
Del camino <strong>de</strong> los malvados, <strong>de</strong> los que profieren palabras perversas, <strong>de</strong> los que se<br />
apartan <strong>de</strong>l camino recto para andar por sendas tenebrosas, <strong>de</strong> los que se complacen<br />
en hacer lo malo y festejan la perversidad, <strong>de</strong> los que andan por caminos torcidos y<br />
por sendas extraviadas; te librará <strong>de</strong> la mujer ajena, <strong>de</strong> la extraña <strong>de</strong> palabras<br />
seductoras
3:7 No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye <strong>de</strong>l mal.<br />
3:13-20<br />
Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. Porque ella es <strong>de</strong> más<br />
provecho que la plata y rin<strong>de</strong> más ganancias que el oro. Es más valiosa que las<br />
piedras preciosas:<br />
Y ni lo más <strong>de</strong>seable se le pue<strong>de</strong> comparar!<br />
Con la mano <strong>de</strong>recha ofrece larga vida; con la izquierda, honor y riquezas. Sus<br />
caminos son placenteros y en sus sen<strong>de</strong>ros hay paz. Ella es árbol <strong>de</strong> vida para<br />
quienes la abrazan; ¡dichosos los que la tienen!<br />
Con sabiduría afirmó el Señor la tierra, con inteligencia estableció el Señor los cielos.<br />
Por su conocimiento se separaron las aguas, y las nubes <strong>de</strong>jaron caer su rocío.<br />
3:35 Los sabios son dignos <strong>de</strong> honra, pero los necios sólo merecen <strong>de</strong>shonra.<br />
4:4-13<br />
La sabiduría es lo máximo<br />
Mi padre me instruyó <strong>de</strong> esta manera: ”Aférrate <strong>de</strong> corazón a mis palabras; obe<strong>de</strong>ce<br />
mis mandamientos, y vivirás.<br />
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvi<strong>de</strong>s mis palabras ni te apartes <strong>de</strong><br />
ellas. No abandones nunca a la sabiduría, y ella te protegerá; ámala, y ella te cuidará.<br />
La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría!<br />
Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. Estima a la sabiduría y ella te<br />
exaltará; abrázala y ella te honrará; te pondrá en la cabeza una hermosa dia<strong>de</strong>ma; te<br />
obsequiará una bella corona.”<br />
Escucha hijo mío; acoge mis palabras, y los años <strong>de</strong> tu vida aumentarán. Yo te guío<br />
por el camino <strong>de</strong> la sabiduría, te dirijo por sendas <strong>de</strong> rectitud. Cuando camines no<br />
encontrarás obstáculos; cuando corras no tropezarás. Aférrate a la instrucción, no la<br />
<strong>de</strong>jes escapar; cuídala bien, que ella es tu vida.<br />
5:1-2 Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio, para que<br />
al hablar mantengas la discreción y retengas el conocimiento.<br />
7:4-5<br />
Di a la sabiduría: “tu eres mi hermana”, y a la inteligencia: “Eres <strong>de</strong> mi sangre”<br />
Ellas te librarán <strong>de</strong> la mujer ajena, <strong>de</strong> la adúltera y <strong>de</strong> sus palabras seductoras.<br />
8:1-36<br />
Llamado <strong>de</strong> la sabiduría.<br />
¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su vos la inteligencia?<br />
Toma su puesto en las alturas, a la vera <strong>de</strong>l camino y en las encrucijadas. Junto a las<br />
puertas que dan a la ciudad, ala entrada misma grita a voz en cuello:<br />
“A uste<strong>de</strong>s los hombres los estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad.<br />
Uste<strong>de</strong>s los inexpertos, ¡adquieran pru<strong>de</strong>ncia! Uste<strong>de</strong>s los necios, ¡obtengan<br />
discernimiento!<br />
Escúchenme, que diré cosas importantes; mis labios hablarán con justicia. Mi boca<br />
expresará la verdad, pues mis labios <strong>de</strong>testan la mentira. Las palabras <strong>de</strong> mi boca<br />
son todas justas; no hay en ellas maldad ni doblez. Son claras para los entendidos, e<br />
irreprochables para los sabios. Opten por mi instrucción, no por la plata; por el<br />
conocimiento, no por el oro refinado. Vale más la sabiduría que las piedras<br />
preciosas, y ni lo más <strong>de</strong>seable se le compara.
“Yo, la sabiduría, convivo con la pru<strong>de</strong>ncia y poseo conocimiento y discreción.<br />
Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la<br />
mala conducta y el lenguaje perverso. Míos son el consejo y el buen juicio; míos son<br />
el entendimiento y el po<strong>de</strong>r. Por mí reinan los reyes y promulgan leyes justas los<br />
gobernantes. Por mí gobiernan los príncipes y todos los nobles que rigen la tierra.<br />
A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer.<br />
Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad y los bienes dura<strong>de</strong>ros. Mi<br />
fruto es mejor que el oro fino; mi cosecha sobrepasa a la plata refinada. Voy por el<br />
camino <strong>de</strong> la rectitud, por los sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la justicia, enriqueciendo a los que me<br />
aman y acrecentando sus tesoros”.<br />
“El Señor me dio vida como primicia <strong>de</strong> sus obras, mucho antes <strong>de</strong> sus obras <strong>de</strong><br />
antaño. Fui establecida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la eternidad, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes que existiera el mundo. No<br />
existían los gran<strong>de</strong>s mares cuando yo nací; no había entonces manantiales <strong>de</strong><br />
abundantes aguas. Nací antes que fueran formadas las colinas, antes que se<br />
cimentaran las montañas, antes que él creara la tierra y sus paisajes y el polvo<br />
primordial con que hizo el mundo. Cuando Dios cimentó la bóveda celeste y trazó el<br />
horizonte sobre las aguas, allí estaba yo presente. Cuando estableció las nubes en los<br />
cielos y reforzó las fuentes <strong>de</strong>l mar profundo; cuando señaló los límites <strong>de</strong>l mar, para<br />
que las aguas obe<strong>de</strong>cieran a su mandato; cuando plantó los fundamentos <strong>de</strong> la tierra,<br />
allí estaba yo, afirmando su obra.<br />
Día tras día me llenaba yo <strong>de</strong> alegría, siempre disfrutaba yo <strong>de</strong> estar en su presencia;<br />
me regocijaba en el mundo que él creó; ¡en el género humano me <strong>de</strong>leitaba!”<br />
“Y ahora, hijos míos, escúchenme: dichosos los que van por mis caminos. Atienda a<br />
mi instrucción, y sean sabios; no la <strong>de</strong>scui<strong>de</strong>n. Dichosos los que me escuchan y a<br />
mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada <strong>de</strong> mi casa. En verdad,<br />
quien me encuentra, halla la vida y recibe el favor <strong>de</strong>l Señor. Quien me rechaza, se<br />
perjudica a sí mismo; quien me aborrece ama la muerte.”<br />
9:1-6<br />
La sabiduría construyó su casa y labró sus siete pilares. Preparó un banquete, mezcló<br />
su vino y tendió la mesa. Envió a sus doncellas, y ahora clama <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo más alto <strong>de</strong> la<br />
ciudad. “¡Vengan conmigo los inexpertos! –dice a los faltos <strong>de</strong> juicio- . Vengan,<br />
disfruten <strong>de</strong> mi pan y beban <strong>de</strong>l vino que he mezclado. Dejen su insensatez, y<br />
vivirán; andarán por el camino <strong>de</strong>l discernimiento.<br />
9:8-12<br />
No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; repren<strong>de</strong> al sabio, y te<br />
amará. Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.<br />
“El principio <strong>de</strong> la sabiduría es el temor <strong>de</strong>l Señor; conocer al Santo es tener<br />
discernimiento.<br />
Por mí aumentarán tus días; muchos años <strong>de</strong> vida te serán añadidos. Si eres sabio tu<br />
premio será la sabiduría; si eres insolente sólo tú lo sufrirás.”<br />
10:1 El hijo sabio es la alegría <strong>de</strong> su padre; el hijo necio es el pesar <strong>de</strong> su madre.<br />
10:8 El <strong>de</strong> sabio corazón acata las ór<strong>de</strong>nes, pero el necio y rezongón va camino al<br />
<strong>de</strong>sastre.<br />
10:13 En los labios <strong>de</strong>l pru<strong>de</strong>nte hay sabiduría.<br />
10:14 El que es sabio atesora el conocimiento.
10:19 El que mucho habla mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua.<br />
10:23 El necio se divierte con su mala conducta, pero el sabio se recrea con la<br />
sabiduría.<br />
10:31 La boca <strong>de</strong>l justo profiere sabiduría, pero la lengua perversa será cercenada.<br />
11:2 Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad la sabiduría<br />
12:8 Al hombre se le alaba según su sabiduría.<br />
12:15 Al necio le parece bien lo que empren<strong>de</strong>, pero el sabio atien<strong>de</strong> al consejo.<br />
12:18 El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua <strong>de</strong>l sabio<br />
brinda alivio.<br />
13:1 El hijo sabio atien<strong>de</strong> a la corrección <strong>de</strong> su padre, pero el insolente no hace caso a<br />
la reprensión.<br />
13:10 El orgullo sólo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen<br />
consejos.<br />
13:14 La enseñanza <strong>de</strong> los sabios es fuente <strong>de</strong> vida, y libera <strong>de</strong> los lazos <strong>de</strong> la muerte.<br />
13:20 El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta sale mal<br />
parado.<br />
14:1 La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la <strong>de</strong>struye.<br />
14:3 De la boca <strong>de</strong>l necio brota arrogancia; los labios <strong>de</strong>l sabio son su propia<br />
protección.<br />
14:6 El insolente busca sabiduría y no la halla; para el entendido, el conocimiento es<br />
cosa fácil.<br />
14:8 La sabiduría <strong>de</strong>l pru<strong>de</strong>nte es discernir sus caminos, pero al necio lo engaña su<br />
propia necedad.<br />
14:16 El sabio teme al Señor y se aparta <strong>de</strong>l mal, pero el necio es arrogante y se pasa<br />
<strong>de</strong> confiado<br />
14:24 La corona <strong>de</strong>l sabio es su sabiduría<br />
14:33 En el corazón <strong>de</strong> los sabios mora la sabiduría<br />
15:2 La lengua <strong>de</strong> los sabios <strong>de</strong>stila conocimiento; la boca <strong>de</strong> los necios escupe<br />
neceda<strong>de</strong>s.<br />
15:7 Los labios <strong>de</strong> los sabios esparcen conocimiento; el corazón <strong>de</strong> los necios ni<br />
piensa en ello.<br />
15:20 El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre.
15:21 Al necio le divierte su falta <strong>de</strong> juicio; el entendido en<strong>de</strong>reza sus propios pasos.<br />
15:24 El sabio sube por el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> vida, para librarse <strong>de</strong> caer en el sepulcro.<br />
15:31 El que atien<strong>de</strong> a la crítica edificante habitará entre los sabios.<br />
15:33 El temor <strong>de</strong>l Señor es corrección y sabiduría; la humildad prece<strong>de</strong> a la honra.<br />
16:14 La ira <strong>de</strong>l rey es presagio <strong>de</strong> muerte, pero el sabio sabe apaciguarla.<br />
16:16 Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata.<br />
16:21 Al sabio <strong>de</strong> corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven<br />
el saber.<br />
16:23 El sabio <strong>de</strong> corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber.<br />
17:2 El siervo sabio gobernará al hijo sin vergüenza, y compartirá la herencia con los<br />
otros hermanos.<br />
17:16 ¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si le faltan<br />
sesos?<br />
17:24 La meta <strong>de</strong>l pru<strong>de</strong>nte es la sabiduría; el necio divaga contemplando vanos<br />
horizontes.<br />
17:21 Engendrar a un hijo necio es causa <strong>de</strong> pesar; ser padre <strong>de</strong> un necio no es<br />
ninguna alegría.<br />
17:28 Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le consi<strong>de</strong>ra pru<strong>de</strong>nte si<br />
cierra la boca.<br />
18:4 Las palabras <strong>de</strong>l hombre son aguas profundas, arroyo <strong>de</strong> aguas vivas, fuente <strong>de</strong><br />
sabiduría.<br />
18:15 El corazón pru<strong>de</strong>nte adquiere conocimiento; los oídos <strong>de</strong> los sabios procuran<br />
hallarlo.<br />
19:10 No va bien con el necio vivir entre lujos, y menos con el esclavo gobernar a los<br />
príncipes.<br />
19:20 Atien<strong>de</strong> al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio.<br />
20:15 Oro hay, y abundan las piedras preciosas, pero aún más valiosos son los labios<br />
<strong>de</strong>l saber.<br />
21:20 En casa <strong>de</strong>l sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo<br />
<strong>de</strong>spilfarra.<br />
21:22 El sabio conquista la ciudad <strong>de</strong> los valientes y <strong>de</strong>rriba el baluarte en que ellos<br />
confiaban.
21:30 De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo.<br />
23:9 A oídos <strong>de</strong>l necio jamás dirijas palabra, pues se burlará <strong>de</strong> tus sabios consejos.<br />
23:15-16 Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará; en lo<br />
íntimo <strong>de</strong> mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud.<br />
23:19 Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto.<br />
23:23-24 Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los<br />
vendas! El padre <strong>de</strong>l justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se<br />
solaza en él.<br />
24:3-4 Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos.<br />
Con buen juicio se llenan sus cuartos <strong>de</strong> bellos y extraordinarios tesoros.<br />
24:5 El que es sabio tiene gran po<strong>de</strong>r; el que es entendido aumenta su fuerza.<br />
24:7 La sabiduría no está al alcance <strong>de</strong>l necio.<br />
24:13-14 Come la miel, hijo mío, que es <strong>de</strong>liciosa; dulce al paladar es la miel <strong>de</strong>l<br />
panal. Así <strong>de</strong> dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro;<br />
tendrás una esperanza que no será <strong>de</strong>struida.<br />
25:12 Como anillo o collar <strong>de</strong> oro fino son los regaños <strong>de</strong>l sabio en oídos atentos.<br />
26:5 Respón<strong>de</strong>le al necio como se merece, para que no se tenga por sabio.<br />
26:8 Rendirle honores al necio es tan absurdo como atar una piedra a la honda.<br />
26:9 El proverbio en la boca <strong>de</strong>l necio es como espina en la mano <strong>de</strong>l borracho.<br />
26:11 Como vuelve el perro a su vómito, así el necio insiste en su necedad.<br />
26:12 ¿Te has fijado en quien se cree muy sabio? Más se pue<strong>de</strong> esperar <strong>de</strong> un necio<br />
que <strong>de</strong> gente así.<br />
27:11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré respon<strong>de</strong>r a los que me<br />
<strong>de</strong>sprecian.<br />
28:11 El rico se las da <strong>de</strong> sabio; el pobre pero inteligente lo <strong>de</strong>senmascara.<br />
28:26 Necio es el que confía en sí mismo; el que actúa con sabiduría se pone a salvo.<br />
29:3 El que ama la sabiduría alegra a su padre; el que frecuenta rameras <strong>de</strong>rrocha su<br />
fortuna.<br />
29:7 El justo se ocupa <strong>de</strong> la causa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>svalido; el malvado ni sabe <strong>de</strong> qué se trata.<br />
29:9 Cuando el sabio entabla pleito contra un necio, aunque se enoje o se ría, nada<br />
arreglará.
29:11 El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla.<br />
29:15 La vara <strong>de</strong> la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a<br />
su madre.<br />
31:26 Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.<br />
(mujer ejemplar)