Cristina con Cobos: sin nada de qué arrepentirse - La Nueva ...

Jueves 31 de julio de 2008
PUERTAS ADENTRO
Cristina con Cobos: sin nada de qué arrepentirse
Eugenio Paillet/"La Nueva Provincia"
Cristina Fernández y Julio César Cobos se encontraron anoche en
la Casa Rosada en un encuentro que si algo dejó como saldo fue el
estudiado hermetismo que lo rodeó. Y la impresión, desgranada
después por confidentes de uno y otro lado, que no hubo lugar para
reproches pero tampoco para arrepentimientos. Ni la presidenta
cargó las tintas sobre lo que pensaba antes de la reunión acerca de
aquella histórica actitud del vicepresidente cuando con su voto tumbó
las retenciones móviles y le provocó al kirchnerismo la primera gran
tragedia política desde 2003 a la fecha. Ni el ahora célebre
Buenos viejos tiempos.
mendocino se desdijo de una sola coma respecto de las motivaciones
que tuvo para actuar como lo hizo, lo que le valió el mote de "gran traidor" de parte del ex presidente Néstor
Kirchner.
En todo caso, si la política permite también a veces el hilado fino de sus dichos y sus gestos, bien podría
convenirse que la presidenta utilizó ayer con su compañero de fórmula una sutil manera de minimizarlo, o de
"ningunearlo" como se dice ahora en la jerga, cuando resolvió aceptar el pedido de audiencia que Cobos le había
cursado por carta enviada a Olivos en la noche del martes.
El Jefe de Gabinete, Sergio Massa, utilizó una singular forma de anunciar el encuentro más promocionado y
más esperado de los últimos tiempos.
"Cristina acaba de suspender un acto en Adrogué por el mal tiempo, y de esa manera, como se le hizo un
huequito en la agenda, lo va a recibir a Cobos", anunció textualmente --y tal parece que intencionadamente-durante
un breve paso por la Sala de Periodistas de la Casa Rosada para saludar a los cronistas e informar sobre
su encuentro previo con el gobernador Mario das Neves.
Es más, Massa ya se retiraba de ese encuentro, cuando volvió sobre sus pasos y dijo: "Ah, me olvidaba de
comentarles algo.", tras lo cual hizo el anuncio del encuentro Cristina-Cobos. Se insiste: o el flamante jefe de
Gabinete no conoce nada de protocolo y diplomacia, aunque sea en dosis mínimas, o lo hizo ex profeso para
marcar que sólo obedecía la convocatoria a que imprevistamente la mandataria había encontrado un ratito libre
en sus ocupaciones.
La reunión se desarrolló durante cincuenta minutos en el despacho de la presidenta. Ella había llegado a las
17.30 desde la residencia de Olivos. Cobos lo hizo a las 17.56 a bordo de su automóvil oficial procedente del
Congreso, donde minutos antes había merendado dos tostados de jamón y queso en pan árabe y una gaseosa.
La respuesta afirmativa a su pedido de audiencia fue tan sorpresiva que Cobos debió suspender el viaje que
planeaba realizar a esa hora a Mendoza, para asistir al velatorio de su consuegro fallecido ayer. De hecho,
apenas finalizado el encuentro con Cristina, el vicepresidente abandonó raudo la Casa Rosada y se dirigió al
aeroparque para abordar un avión hacia su provincia para cumplir con ese compromiso familiar.
De la reunión, en la segunda parte, participó Sergio Massa. Fue tal el hermetismo que de manera
absolutamente inusual, Cristina Fernández negó el acceso de camarógrafos y fotógrafos para que registraran las
imágenes iniciales. Tal vez un exceso de celo para que nadie captara el más mínimo gesto de su reencuentro

De la reunión, en la segunda parte, participó Sergio Massa. Fue tal el hermetismo que de manera
absolutamente inusual, Cristina Fernández negó el acceso de camarógrafos y fotógrafos para que registraran las
imágenes iniciales. Tal vez un exceso de celo para que nadie captara el más mínimo gesto de su reencuentro
con el hombre al que acusó tras el voto negativo en el Senado de no haber entendido nada del programa de
gobierno que votó la gente que los ungió presidente y vice el 28 de octubre pasado.
Apenas muy pocos indicios en la Casa Rosada rodearon al encuentro y los motivos que tuvo Cristina para
apurarlo, más allá de aquel imprevisto "huequito" en su agenda. El más razonable de ellos sostenía anoche que
ayudó la decisión de Cobos de privarse de asistir el sábado a la exposición rural de Palermo, el sábado próximo,
donde seguramente lo esperaba una enorme ovación de la gente del campo. Y que la presidenta obró en
consecuencia, dando el siguiente paso.
Parte de la incógnita la develó, aunque no tanto, el Jefe de Gabinete, cuando pasadas dos horas del
encuentro se acercó a la sala de prensa para decir que se trató de una "reunión sobria" que se realizó "por
respeto a las instituciones", y que no se hicieron alusiones "ni a personas ni a conductas". Ni una palabra de lo
que en verdad hablaron Cristina y Cobos, a quienes en un furcio fenomenal cambió de roles al anunciar la
reunión "entre el presidente y la vicepresidenta de la Nación".
Funcionarios con posibilidad de acceso a detalles de lo conversado dejaban la impresión anoche de que el de
ayer bien puede haber sido el primer paso hacia una reanudación de relaciones que permita salvar la
concertación con los radicales K.