un hombre Con - The Philadelphia Church of God

PoR joel hIllIkeR
El apareció de repente y giró
al electorado de la noche a la
mañana.
Previo a las elecciones presidenciales
de Irán del 17 de junio,
las encuestas mostraban que Hashemi
Rafsanyani es quien iba en la cabecera.
Cuando fue presidente, entre 1989 y 1997,
el conservador Rafsanyani apoyó abiertamente
los ataques terroristas y asesinatos
y supervisó un aumento masivo
del ejército y de armamentos. Pero para
esta elección, él se rediseñó como alguien
“moderado” y el único candidato lo bas-
tante sagaz como para permanecer en
buenos términos con los líderes religiosos
de Irán pero lo bastante fuerte como para
enfrentárseles cuando fuese necesario. La
estrategia parecía estar funcionando.
Las encuestas pueden mentir. En el
día de la elección, la sorprendentemente
pobre votación a favor de Rafsanyani
hizo necesaria una segunda votación de
desempate con el contrincante que obtuvo
el segundo lugar. Ese oponente fue,
asombrosamente, el candidato de línea
dura, Mahmud Ahmadineyad.
Fue alcalde de Teherán, y era un
2 tRoMPeta de fIladelfIa OCTUBRE 2005
un hom
una M
Pe
caballo del montón al que nadie había
prestado mucha atención. Moldeado a
la imagen del régimen religioso gobernante,
el más anti occidental de todos
los candidatos, realmente hace que Rafsanyani
en comparación parezca “moderado”.
Las encuestas apenas días antes
de la elección lo pusieron en sexto lugar,
con un escaso 3 a 4 por ciento de los
votos. Pero las elecciones de desempate
una semana después fueron un cambio
pasmoso: Con la participación de casi el
60 por ciento de los votantes facultados,
Ahmadineyad ganó por gran mayoría,