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La Búsqueda de Pandaria - Blizzard Entertainment

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<strong>La</strong> <strong>Búsqueda</strong> <strong>de</strong> <strong>Pandaria</strong> – Parte 4 <strong>de</strong> 4<br />

—Jamás se te ocurra mencionarla en mi presencia. —<strong>La</strong> voz <strong>de</strong> Talithar se apreciaba<br />

calmada, pero contaba con un trasfondo amenazador que provocó que se le erizara el<br />

cabello a Baenan. Pretendía hacer enojar al elfo, pero su reacción fue extrema. No<br />

importaba, la Horda tomó prisionero al enano y le negó la oportunidad <strong>de</strong> luchar con<br />

armas, así que se valió <strong>de</strong> palabras; el elfo representaba todo aquello que <strong>de</strong>testaba.<br />

Veo que conoces a Vyrin Vientoveloz. —Dijo Baenan por mero rencor. —¿Alguien especial?<br />

Bueno, ¡ella odia a tu especie y todo lo que ésta representa!<br />

Talithar lanzó a Baenan al suelo. El enano aterrizó sobre su hombro, preparándose para<br />

recibir la furia <strong>de</strong>l mago, pero éste poseía una compostura impresionante y no hizo nada<br />

más.<br />

Baenan logró sentarse. Su hombro pulsaba, pero había valido la pena provocar al elfo <strong>de</strong><br />

sangre. Talithar tenía la cabeza inclinada y los puños apretados, con los nudillos<br />

emblanquecidos. El enano miró hacia arriba y su boca se abrió.<br />

Lágrimas surcaban el rostro <strong>de</strong> Talithar.<br />

—Una esposa tien<strong>de</strong> a ser alguien especial para su esposo. —Su voz iba cargada <strong>de</strong> furia,<br />

humillación y <strong>de</strong>sesperación. Talithar arrancó una <strong>de</strong>lgada ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> oro que pendía <strong>de</strong> su<br />

cuello y la lanzó a pies <strong>de</strong> Baenan. Ésta no tenía cuentas ni pendientes, sólo dos exquisitos<br />

anillos —<strong>de</strong> hombre y mujer— <strong>de</strong> origen élfico.<br />

—¿Crees que no sé lo que soy? Los sin’dorei tuvimos que elegir entre integridad o<br />

bienestar, como si eso fuera una elección. Escogí mi bienestar y mi esposa eligió su<br />

integridad.<br />

* * *

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