Julio de 2009 - El Pitic
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LIBRERIA MILENIO 2000<br />
A sus ór<strong>de</strong>nes en:<br />
Gastón Madrid<br />
No. 22<br />
Casi Esq.<br />
Matamoros<br />
TEL. 213-11-99<br />
Te esperamos en:<br />
Comida corrida para llevar cerveza bien<br />
fría. Or<strong>de</strong>ne al 044 (6621) 20-85-32<br />
Morelia Esq. con Carbó.<br />
(a espaldas <strong>de</strong>l Parque Infantil).<br />
Año IX Número 100 <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong> Edición Mensual Hermosillo, Sonora. Antes Villa <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong><br />
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2<br />
DIRECTORIO<br />
<strong>El</strong> hombre joven no tiene memoria<br />
Más tar<strong>de</strong>, goza al recordar<br />
vivencias pasadas.<br />
Y mucho más tar<strong>de</strong>, vive <strong>de</strong> ellas.<br />
Fundador<br />
Arnoldo Salazar Woolfolk+<br />
Director<br />
Fernando Andra<strong>de</strong> Domínguez<br />
H. Rangel Lugo No. 139<br />
esq. 5 <strong>de</strong> Mayo.<br />
Barrio La 5 <strong>de</strong> Mayo.<br />
Tel. 217-28-04, 215-34-56 y<br />
(6621) 73-81-22<br />
andra<strong>de</strong>_nando@yahoo.com<br />
Distribución<br />
Alberto Murray Tapia<br />
Fernando Murray Cázares<br />
Lic. Armando Gastélum Alcaraz<br />
Impreso en los talleres <strong>de</strong><br />
Editorial <strong>El</strong> Auténtico, S.A. <strong>de</strong> C.V.<br />
Reg. en Trámite<br />
<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong> en la presente edición<br />
alcanza su centésima entrega a<br />
nuestra comunidad, han sido<br />
cien esfuerzos para brindar el<br />
conocimiento histórico que el<br />
olvido se ha llevado <strong>de</strong> nuestra<br />
mente. Nuestro periódico<br />
<strong>de</strong>sea ser quien haga la tarea<br />
<strong>de</strong> hurgar en la historia escrita<br />
<strong>de</strong> nuestra ciudad, rescatarla<br />
y ponerla a disposición <strong>de</strong><br />
todos uste<strong>de</strong>s.<br />
Arnoldo Salazar Woolfolk,<br />
recién <strong>de</strong>saparecido, fue<br />
el creador <strong>de</strong> este órgano <strong>de</strong><br />
difusión cultural que habla <strong>de</strong><br />
quienes hemos sido y quienes<br />
queremos ser. Los interesados<br />
en lo nuestro, esos cronistas<br />
que por años han venido<br />
<strong>de</strong>jando sus aportaciones, y<br />
nuestra obligación ha sido ir<br />
en pos <strong>de</strong> ese conocimiento<br />
que nos hará saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong><br />
venimos y hacia dón<strong>de</strong> queremos<br />
ir.<br />
Para él significaba algo<br />
muy importante el arribar a<br />
esta etapa, en la que ya el periódico<br />
está consolidado entre<br />
el público lector. Ya hoy se<br />
Editorial<br />
busca mensualmente, se ha<br />
convertido en una necesidad<br />
para muchos. Pensaba llegar<br />
a esta fase, pero no le fue posible,<br />
la Provi<strong>de</strong>ncia no se lo<br />
permitió. Estuvo a dos números<br />
<strong>de</strong> lograrlo. <strong>El</strong> cabalístico<br />
número 100 lo motivaba<br />
a avanzar, quería llegar a esta<br />
edición, porque en nuestra<br />
vida dicho número es símbolo<br />
<strong>de</strong> avance y <strong>de</strong> cumplir a<br />
cabalidad una meta añorada.<br />
De ahí la importancia para<br />
<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong> <strong>de</strong> este número. Sus<br />
inicios vienen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año<br />
2001, cuando recién empezó<br />
como algo que más bien parecía<br />
un sueño. Pero fue pacientemente<br />
consolidado a base<br />
<strong>de</strong> los esfuerzos personales<br />
<strong>de</strong> Arnoldo Salazar<br />
Woolfolk, no escatimó esfuerzo<br />
para continuar en el azaroso<br />
cometido que significan<br />
las aportaciones culturales en<br />
nuestra vida. Cumplió a cabalidad<br />
con lo que se había<br />
propuesto, hacer llegar gratuitamente<br />
cada mes algo <strong>de</strong><br />
lo nuestro. Lo cumplió con<br />
creces, vaya nuestro reconoci-<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
miento. Esfuerzos como éste,<br />
no se han dado en muchas<br />
partes <strong>de</strong> nuestro país.<br />
Nuestro mejor <strong>de</strong>seo es<br />
po<strong>de</strong>r brindarles a nuestros<br />
lectores lo que han escrito<br />
aquellos quienes nos han antecedido<br />
en el tiempo. Todos<br />
ellos fueron motivados por<br />
su amor al terruño pitiqueño.<br />
Esto, <strong>de</strong> igual manera, es nuestro<br />
principal interés. Hemos<br />
recibido un legado <strong>de</strong> quien<br />
nos antecedió y queremos ser<br />
fieles seguidores <strong>de</strong> ello.<br />
Hacemos un respetuoso<br />
exhorto a nuestros amables<br />
lectores para que nos hagan<br />
llegar sus comentarios sobre<br />
nuestra ciudad capital. Cada<br />
familia tiene en su seno muchas<br />
historias que la tradición<br />
ha venido guardando <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
siempre. Queremos que las<br />
compartan con nosotros, y a<br />
su vez, podamos hacerlas llegar<br />
a todos. Los esperamos<br />
con afecto.<br />
Estamos pensando abrir<br />
una sección que trate también<br />
el acontecer estatal, consi<strong>de</strong>ramos<br />
que se requiere ampliar<br />
nuestro horizonte, nuestro Estado<br />
es rico en su historia.<br />
Les <strong>de</strong>seamos lo mejor<br />
como siempre. Gracias por su<br />
apoyo y comprensión.<br />
Una vez más reciban nuestro<br />
mejor saludo y les damos<br />
las gracias por el gentil patrocinio<br />
<strong>de</strong> recibirnos en sus hogares.<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
UN VAQUERO DE SONORA<br />
Fernando A. Galaz<br />
Es el relato <strong>de</strong> una pareja <strong>de</strong> rancheros que en los menesteres <strong>de</strong><br />
las jornadas agrícolas encuentran la transición <strong>de</strong> la Sociedad Porfiriana<br />
a los avatares <strong>de</strong> la Revolución <strong>de</strong> Sonora. Historia que combina<br />
los motivos <strong>de</strong>l amor romántico (funesto por excelencia) con la participación<br />
<strong>de</strong> los protagonistas. Al relato lo envuelven costumbres,<br />
tradiciones, personajes, paisaje y lugares <strong>de</strong>l Hermosillo <strong>de</strong> Ayer y<br />
<strong>de</strong> los poblados que atraviesa el Rio San Miguel.<br />
UN VAQUERO DE SONORA, relato incluido en el libro DESDE<br />
EL CERRO DE LA CAMPANA, <strong>de</strong> Fernando A. Galaz (1897-1970),<br />
publicado en Hermosillo, Sonora, en 1964. Cronista, periodista y dirigente<br />
obrero, publica también en 1971 DEJARON HUELLA EN EL<br />
HERMOSILLO DE AYER Y HOY, Crónicas <strong>de</strong> Hermosillo <strong>de</strong> 1700 a<br />
1970.<br />
Va llegando con pujidos y estornudos el viejo Chevrolet al arroyo<br />
<strong>de</strong> <strong>El</strong> Saucito, con él, el único enlagañado ojo que le queda, alumbra<br />
rompiendo trabajosamente la obscuridad <strong>de</strong>l camino un camión que<br />
dormido se cobija en las ramas <strong>de</strong> corpulento álamo y <strong>de</strong> sus entrañas<br />
<strong>de</strong> acero brota el lastimoso suspiro que envidia el dulce reposo <strong>de</strong> su<br />
compañero <strong>de</strong> raza que yace al lado <strong>de</strong>l camino, pero se consuela porque<br />
ya pronto, según ha oído <strong>de</strong>cir a su dueño y señor, lo jubilará y<br />
sigue raudo para sus años el camino que por tantos años ha cruzado,<br />
pensando que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, servir a los humanos tiene sus satisfacciones;<br />
pero sus automovilísticos pensamientos se interrumpen<br />
cuando <strong>de</strong>l pasaje sale una voz angustiosa, diciéndole a su patrón:<br />
¡Acelere don Casi, porque esta es la hora en que sale a purgar sus<br />
penas el ánima <strong>de</strong>l Capitán..! ¡No hay espantos, señora! contestó don<br />
Casi. Es cierto que cada día veintidós se ve una sombra en la tumba<br />
<strong>de</strong>l Capitán, pero no hay tal ánima en pena.<br />
Mas el pasaje quizá por la obscura soledad <strong>de</strong>l camino propicia al<br />
misterio, hace la señal <strong>de</strong> la Cruz y don Casi, por aquello <strong>de</strong> las dudas,<br />
mete el acelerador; y sintiendo el viejo carro crujir sus entrañas,<br />
salió botando <strong>de</strong>l arroyo impelido por el miedo, con el frío viscoso<br />
sudor <strong>de</strong> sus bisagras llenas <strong>de</strong> aceite; y echando espuma ardiente<br />
por el radiador, resoplando como animal cansado y sus engranes rotos<br />
llega al paraje <strong>de</strong> <strong>El</strong> Saucito, don<strong>de</strong> tienen que pasar el resto <strong>de</strong><br />
la noche. Don Casi, al bajarse pasó las manos por la caja <strong>de</strong> su carro<br />
acariciándolo paternalmente, y el viejo auto, al sentir la caricia se sintió<br />
juvenil, optimista y alegre y no pudo menos que <strong>de</strong>cir: ¡Les digo<br />
que vale la pena sufrir por los humano, y más que todo por mi gran<br />
Casi…!<br />
Cuando bajó el pasaje que hasta esos momentos no había hablado<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se persignaron, a buscar lugar para pasar la noche, don<br />
Casi, viejo hombre <strong>de</strong> la región, que vivía en la Mesa <strong>de</strong>l Seri y se<br />
mantenía “fayuqueando” <strong>de</strong> Hermosillo a la Mesa, en su <strong>de</strong>startalado<br />
“Chevrolet 17”, les dijo a las tres jóvenes mujeres y a un hombre<br />
maduro que venían <strong>de</strong> Hermosillo y componían el pasaje: -Ahí está la<br />
casa <strong>de</strong> la Lencha, ahí pasaremos la noche tomando café y si uste<strong>de</strong>s<br />
gustan les platicaré la historia cierta <strong>de</strong> la vida y muerte <strong>de</strong>l Capitán,<br />
cuyo padre fue amigo mío. Es cierto que cada veintidós dicen que se<br />
aparece pero no hay tal ánima, ni “aparecimiento”. Si, don Casi, queremos<br />
que nos cuente la verdad <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>l Capitán, dijo el <strong>de</strong> más edad<br />
<strong>de</strong>l pasaje. Doña Lencha acomodó como pudo a los pasajeros y puso<br />
encima <strong>de</strong> la mesa una ventruda cafetera llena hasta lo último <strong>de</strong> pro-<br />
vocativo café negro y con taza en mano se fue y se acomodó a un lado<br />
<strong>de</strong> don Casi… Doña Lencha... ¿por qué a sus sesenta años, al ver a su<br />
anciano amigo, lució en sus marchitos ojos una chispita luminosa?...<br />
¿y por qué don Casi, <strong>de</strong> más <strong>de</strong> setenta años, correspondió a aquella<br />
mirada envolviéndola con el reflejo <strong>de</strong> sus ojos en infinita ternura?<br />
¿viejo amor?, ¿idilio truncado?... no lo sabemos, pero sí presentimos<br />
que aquellos seres en el invierno <strong>de</strong> su vida, se querían. Suavemente<br />
don Casi, tomó reverente la mano <strong>de</strong> su anciana amiga, tosió, carraspeó,<br />
tomó sabrosamente un sorbo <strong>de</strong> café, y comenzó la narración.<br />
Cerca <strong>de</strong> aquí, a unas mil varas, están las ruinas <strong>de</strong> una casa<br />
don<strong>de</strong> vivía feliz con su esposa Carmen, su suegra Lucía, y su único<br />
hijo Víctor, don Tomás Ríos, que a fuerza <strong>de</strong> honrado trabajo había<br />
“parado” una or<strong>de</strong>ña regular. Era don Tomás un hombre cabal, trabajador,<br />
honrado, enérgico, buen amigo y mejor padre. A su hijo le<br />
fue inculcando el amor al campo y el odio a la “pérfida” ciudad, sin<br />
embargo le <strong>de</strong>cía: - Tienes que ser bondadoso y comprensivo, pero<br />
nunca servil y tacaño; <strong>de</strong>bes, no sólo respetar a tu madre y a tu abue-<br />
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3
4<br />
Un vaquero <strong>de</strong>...<br />
la, sino venerarlas porque ellas representan a Dios sobre la tierra, no<br />
<strong>de</strong>bes usar <strong>de</strong> lo ajeno, no <strong>de</strong>bes doblegarte a nadie, tampoco abusar<br />
<strong>de</strong> tu fuerza, ayuda a todos aunque no te correspondan, porque vale<br />
más dar que recibir… A los diez años, Víctor ya sabía distinguir cuando<br />
una señal <strong>de</strong> sangre había sido alterada y cuando una res había<br />
sido trasherrada; sabía usar la honda, el rifle, la pistola. Montar con<br />
garbo, lucir sus habilida<strong>de</strong>s con la reata y sacar un gallo en las alegres<br />
mañanas <strong>de</strong> San Juan y a los catorce era todo un hombre hecho<br />
y <strong>de</strong>recho y por <strong>de</strong>recho propio Juez <strong>de</strong> Campo… Por allá en 1908,<br />
cuando Víctor andaba en los veinte años, perdió a su querida madre,<br />
Para Víctor y don Tomás aquel golpe fue terrible, por días y más días<br />
<strong>de</strong>ambulaban como autómatas por el monte, por los potreros, por los<br />
caminos, hasta que la fuerza <strong>de</strong> voluntad y el bondadoso corazón <strong>de</strong><br />
doña Lucía, logró hacerlos compren<strong>de</strong>r que la misión <strong>de</strong> la mujer, lo<br />
mismo que la <strong>de</strong>l hombre, no termina con la muerte y que siempre<br />
hay un mañana luminoso para aquellos que el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>sampara y<br />
apenas sí acababan <strong>de</strong> restañar en parte las heridas que el dolor les<br />
<strong>de</strong>jó, cuando se fue <strong>de</strong> este mundo la dulce abuela <strong>de</strong> Víctor, pero la<br />
amarga hiel <strong>de</strong>l dolor rebosó su copa, cuando la mañana <strong>de</strong>l diez <strong>de</strong><br />
enero <strong>de</strong> 1909… Por aquí cerca, <strong>de</strong> un brazo <strong>de</strong> un guamúchil se balanceaba<br />
macabramente el cuerpo inanimado <strong>de</strong>l honrado ranchero<br />
don Tomás Ríos, quien a semejanza <strong>de</strong> Cristo, lucía su cabeza como<br />
sangriento INRI la leyenda grosera “ahorcado por roba-vacas”, ¡No se<br />
contentaban con matar, con asesinar, sino que encima <strong>de</strong>shonraban el<br />
cuerpo. Ultrajaban la reputación y la memoria <strong>de</strong> la víctima ¡Entonces,<br />
también como hoy, en ocasiones, valía más una vaca que un ser<br />
humano! dijo con rabia don Casi: - lo que pasó ese negro día fue que<br />
en la madrugada partió a una “corrida” que terminaba precisamente<br />
ese día, con la intención <strong>de</strong> ver si al reunir los vaqueros <strong>de</strong> diferentes<br />
ranchos el ganado suelto, localizaban tres animales que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía<br />
tiempo se habían “levantado” <strong>de</strong>l rancho. Es costumbre que “velas”<br />
o “corridas”, terminen con fiesta, sacrificándose una o dos cabezas<br />
<strong>de</strong> ganado para los vaqueros y vecinos. Cerca <strong>de</strong> ahí, los vaqueros,<br />
con el consentimiento <strong>de</strong>l dueño, habían <strong>de</strong>stazado un novillo chico,<br />
<strong>de</strong>jando la cabeza y el espinazo pegado a la piel extendida <strong>de</strong>l animal.<br />
Cuando llegó don Tomás, los restos <strong>de</strong>l animal estaban siendo <strong>de</strong>vorados<br />
por unos coyotes y no había a la vista, en una larga extensión<br />
ningún ser humano viviente.<br />
Se apeó don Tomás <strong>de</strong> su “cuatralbo tostado” y con su reata <strong>de</strong> gamuza<br />
en mano, la hizo vibrar sobre las cabezas <strong>de</strong> los carnívoros que<br />
huyeron espantados. Luego se puso a examinar las orejas <strong>de</strong>l novillo,<br />
vio que las orejas tenían un “arete”, un brocado en el centro y una<br />
“media luna” en la punta y se dijo asimismo que no correspondían a<br />
la señal <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> su propiedad. Levantó la piel para examinar la<br />
marca <strong>de</strong> herrar y notó como vaquero conocedor, que estaba trasherrada<br />
pero quiso saber cuál era la marca <strong>de</strong> fuego que había sido alterada,<br />
rasurando el espacio que abarca la marca y al preten<strong>de</strong>r sacar<br />
<strong>de</strong> su montura un cuchillo con que hacerlo, tres rurales montados al<br />
mando <strong>de</strong> un Cabo <strong>de</strong> cara avinagrada, lo ro<strong>de</strong>aron. -¡Pero mira “nomás”!,<br />
dijo el Cabo, éste ni la noche espera para matar ganado. ¡Cuélguenlo<br />
<strong>de</strong> ese guamúchil con su misma reata y “adjunten el cuerpo”<br />
y el caballo con todo y montura, como cuerpo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito…!<br />
¡Usted no me asusta con el petate <strong>de</strong>l muerto, replicó don Tomás<br />
al Cabo; para que se me ahorque necesito ser juzgado!<br />
¡Pist... éste hasta retobado me salió! Mire amigo, el <strong>de</strong>recho soy yo.<br />
Tengo ór<strong>de</strong>nes superiores <strong>de</strong> colgar para ejemplo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, a todo<br />
individuo que sorprenda robando o carneando ganado en el monte y<br />
como a usted lo acabo <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>r carneando un animal… ¡Pues lo<br />
voy a colgar…!<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
-¡No me voy a humillar, pidiéndole la vida! Pero creo que <strong>de</strong> hombre<br />
a hombre no se atrevería conmigo… La cara <strong>de</strong>l Cabo se transfiguró<br />
al escuchar el <strong>de</strong>safío que con tanta serenidad profirió don Tomás<br />
y segundos <strong>de</strong>spués, serenamente como midiendo las palabras,<br />
le dijo… Se ve que es usted un hombre completo, yo también lo soy<br />
y me gustaría batirme con usted sin más testigos que el monte, pero<br />
ór<strong>de</strong>nes son ór<strong>de</strong>nes. Ahora si tiene algún <strong>de</strong>udo tan hombre como<br />
usted, pues con él me batiría… –Sí lo tengo, interrumpió la víctima,<br />
mi hijo Víctor. –Aceptado, replicó el rural… ¡Cuélguenlo!<br />
<strong>El</strong> viejo guamúchil lleno <strong>de</strong> vida, contempla azorado la cruenta<br />
escena, sus largos robustos brazos se estremecen y sus hojas se paralizan<br />
<strong>de</strong> terror y hasta su umbrosa copa parece dirigirse al infinito en<br />
busca <strong>de</strong> una respuesta que no llega…<br />
Amarran brazos y manos <strong>de</strong>l ranchero -Le ponen la áspera soga al<br />
cuello, tiran la reata cruzando un brazo <strong>de</strong>l árbol entristecido, recoge<br />
la punta un jinete, le da cabeza <strong>de</strong> silla y sale disparado el caballo<br />
hasta que el cráneo <strong>de</strong>l ranchero choca trágicamente sobre el brazo<br />
<strong>de</strong>l árbol… Crujen sus músculos macabramente al ritmo <strong>de</strong> relampagueante<br />
estremecimiento, salta <strong>de</strong> su centro la lengua ennegrecida<br />
en trágica pirueta, se estremecen las carnes como reboto violento y<br />
luego se balancea el cuerpo en dantesco péndulo <strong>de</strong> muerte, mientras<br />
que los ojos sin luz ni vida, se clavan punzantes en las miradas<br />
inertes <strong>de</strong> los justicieros… y el viejo guamúchil callado y triste cubre<br />
con su manto, como mortaja bendita, la sombra <strong>de</strong> la muerte… y ¡Oh<br />
sarcasmo <strong>de</strong> la condición humana!... ¡los rurales asesinos se hincan, se<br />
persignan y le rezan al ahorcado…!<br />
C o n t i n u a r á…<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
TRES MODOS DE MORIR<br />
…….. Y UNA MISMA HISTORIA<br />
¡ PREPAREN¡<br />
Hermosillo en ese entonces, en esos días, era un pueblo chico y can<strong>de</strong>nte<br />
don<strong>de</strong> algunos pensaban que vivía el sol.<br />
La vida era como una nube <strong>de</strong> sombras en la que te guarecías, para pasar<br />
tranquilo la llegada candorosa <strong>de</strong> los años.<br />
Hermosillo era una ciudad mitad viviente, mitad difunta que le daba por<br />
vagar a pie, irse a sentar al ahora parque Ma<strong>de</strong>ro y al rato echar la siesta cuando<br />
la tar<strong>de</strong> se pintaba <strong>de</strong> gris nostalgia.<br />
En gustos se rompían géneros. Eran épocas <strong>de</strong> carnaval, cascarones, mascaritas<br />
y <strong>de</strong> carros alegóricos, vistosos, que te traían otro calor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el parque<br />
Ma<strong>de</strong>ro hasta la Serdán.<br />
Era buena ocasión para echar el ojo, y en esa calle o en cualquier otra. Hacia<br />
el Sur o hacia el Norte, ahí estaban en sus majestuosos sitios La Cosalteca, La<br />
Parisiense <strong>de</strong> los Camou, <strong>El</strong> Centro Mercantil, La Placita Hidalgo y sus 15 <strong>de</strong><br />
Septiembre, <strong>El</strong> Limoncito para el refresco bien helado, <strong>El</strong> Cine Lirico, <strong>El</strong> Danubio<br />
Azul, la fonda <strong>de</strong> la chagua y el tiempo que nunca se está quieto.<br />
Los ruleteros, los pocos que había, pasaban polveándote las corvas: Ruta<br />
Ranchito, Ruta Villa <strong>de</strong> Seris, Ruta 5 <strong>de</strong> Mayo, Palo Ver<strong>de</strong>, San Benito, La Pitahayita<br />
y lo insólito: la Ruta San Benito Z., la más concurrida y <strong>de</strong>mandada los<br />
fines <strong>de</strong> semana pues era el pasaporte al placer o al pecado- según la vieras- <strong>de</strong><br />
la zona <strong>de</strong> tolerancia ubicada en Nogales y Nayarit.<br />
Corría el 57, tiempos <strong>de</strong> la Revista Life en Español y la Revista Siempre <strong>de</strong>l<br />
tan nombrado Pagés.<br />
En México todavía se hablaba <strong>de</strong>l Pelón Sobera y <strong>de</strong> Pancho Valentino y sus<br />
secuaces. Tiempo más tar<strong>de</strong> se hablaría <strong>de</strong>l robo <strong>de</strong>l Topacio más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />
mundo, <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> la texana negra y la 45, y <strong>de</strong> los asesinos <strong>de</strong> los amantes<br />
<strong>de</strong> Lucerna. Faltaban dos años para el Triunfo <strong>de</strong> la Revolución Cubana y habían<br />
pasado unos meses <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Pedro Infante, el que no se quiso morir<br />
sin antes venir a cantar a Hermosillo, para su compa <strong>Julio</strong> el <strong>de</strong> los Escalante en<br />
aquella memorable boda.<br />
Esta era la ciudad <strong>de</strong> entonces. Era ésta la ciudad <strong>de</strong>sairada por ”<strong>El</strong> Mory”,<br />
“<strong>El</strong> Poca Risa “y “<strong>El</strong> Ángel”. También por José Rosario Don Juan Zamarripa y<br />
Francisco Ruiz Corrales. Era la ciudad que se estaba yendo, la que empezaba a<br />
morir….<br />
¡ APUNTEN ¡<br />
¡Ahí está el pan¡ dijo “<strong>El</strong> Mory”, y apuntó para la casa <strong>de</strong> la maestra, sin<br />
saber que en sus palabras se acuñaban para siempre el dicho y la sentencia.<br />
Segurito que todo lo planearon en el parque, porque ahí, agazapados, les<br />
daba por planear sus correrías.<br />
“<strong>El</strong> Mory”, “<strong>El</strong> Poca Risa” y “<strong>El</strong> Ángel”, con su diente <strong>de</strong> oro, no la pensaron<br />
dos veces, _que si la piensan no los cachan - y un “dia<strong>de</strong>hacemucho”<br />
penetraron a la casa <strong>de</strong> la Señorita Escu<strong>de</strong>ro para robarle.<br />
La precaución <strong>de</strong> la maestra les jugó rudo: su dinero lo tenía en el banco.<br />
Mas, como se iban a quedar así, y entonces ellos también jugaron rudo, muy<br />
rudo con la damita. Se le fueron encima y entre los tres, sin consi<strong>de</strong>ración alguna<br />
la violaron, la mataron y la quemaron.<br />
<strong>El</strong> crimen espantó a la ciudad entera y ocupó las primeras planas <strong>de</strong> los<br />
periódicos <strong>El</strong> Imparcial, <strong>El</strong> Pueblo y sobre todo en <strong>El</strong> Heraldo dirigido por Jesús<br />
Tapia Avilés, el indignado sobrino <strong>de</strong> la difuntita. Estos diarios comandaron el<br />
reclamo y comenzó la cacería. Ni una pista, ni una huella que pudiera iluminar<br />
la indagatoria.<br />
Pero “<strong>El</strong> Chachabalo”, ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> pescado en el mercado y buen amigo<br />
<strong>de</strong>l Ángel, no era bo<strong>de</strong>ga <strong>de</strong> nadie. Comentaría que una tar<strong>de</strong> oyó a “<strong>El</strong> Mory”<br />
<strong>de</strong>cir ¡ahí está el pan! apuntando hacia la casa <strong>de</strong> la Señorita Escu<strong>de</strong>ro y refiriéndose<br />
al botín que significaba para sus tropelía el entrar a la casa <strong>de</strong> ésta. Así<br />
nacería un dicho popular <strong>de</strong> antaño ¡ahí está el pan! dijo “<strong>El</strong> Mory”, citaba la<br />
gente, con la exclamación para referirse a cualquier <strong>de</strong>talle.<br />
<strong>El</strong> pitazo <strong>de</strong>l “Chachabalo” bastó a la autoridad para ir tras ellos. La Colonia<br />
“<strong>El</strong> Coloso” se iluminó <strong>de</strong> pronto con las luces <strong>de</strong> las patrullas. Peinaron el<br />
barrio y peinaron los cerros hasta que por fin, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una cama, encontraron<br />
Por: Miguel Ángel Avilés<br />
primero al Ángel. Más tar<strong>de</strong> caerían “<strong>El</strong><br />
Mory” y “<strong>El</strong> Poca Risa”. Los tres fueron<br />
a parar a la penitenciaría, esa no tan muda<br />
giganta <strong>de</strong> cantera.<br />
Con el arengue <strong>de</strong> los periódicos, la<br />
gente exigió la pena <strong>de</strong> muerte para los<br />
asesinos. La familia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>tenidos alegaban<br />
la inocencia y se resistía a creer en<br />
su participación.<br />
Devino el juicio y “<strong>El</strong> Mory” y “<strong>El</strong><br />
Poca Risa” –quesque- salieron pronto<br />
pero “<strong>El</strong> Ángel” – culpable o no- tuvo que<br />
bailar con la más fea. Lo sentenciaron a<br />
muerte y comenzó la espera.<br />
Pa´ pronto los padres <strong>de</strong>l Ángel – Don<br />
Jesús Piñuelas y doña Enriqueta Vega – él<br />
bajándose <strong>de</strong>l carro <strong>de</strong> rines <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra,<br />
ella tirando el <strong>de</strong>lantal don<strong>de</strong> cayera, fueron<br />
en auxilio <strong>de</strong> su veinteañero hijo, concentraron a toda la familia – unos<br />
nacidos en el otro lado, otros aquí – y juntos hicieron el montón en favor <strong>de</strong> “<strong>El</strong><br />
Ángel”.<br />
De nada valió. <strong>El</strong> Ángel fue puesto en capilla y sería fusilado en el paredón<br />
<strong>de</strong> la penitenciaria como marcaba la ley.<br />
Doña Enriqueta, sin embargo, se jugó la última carta, fue con la mamá <strong>de</strong>l<br />
Gobernador y le pidió clemencia para su hijo.<br />
Al “Ángel” le conmutaron la pena <strong>de</strong> muerte por ca<strong>de</strong>na perpetua y al<br />
tiempo agarró sangrita. Quizá para recordar sus años junto a “<strong>El</strong> Mory” y “<strong>El</strong><br />
Poca Risa” se trajeó con su livais, su camisa blanca y sus mocasines.<br />
Eso sí, nunca fue un preso mo<strong>de</strong>lo: <strong>de</strong> las bartolinas pasaba a las mazmorras<br />
y <strong>de</strong> ahí a los hoyos, hasta en las Islas Marías estuvo y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allá se lo trajeron<br />
para darle la buena nueva <strong>de</strong> que su ca<strong>de</strong>na perpetua se había convertido<br />
en treinta años <strong>de</strong> prisión.<br />
A los veinte años compurgados “<strong>El</strong> Ángel” logró su libertad pero siguió<br />
en sus andadas. Cuentan las voces <strong>de</strong> esos tiempos que siguió viviendo <strong>de</strong> sus<br />
padres y <strong>de</strong> la droga que dicen que vendía.<br />
Conoció a una mujer pero el gusto se lo quitó la muerte, cuando se llevó a<br />
esta muchacha <strong>de</strong>bido a una sobredosis.<br />
Montó en su suerte y se fue a vivir con la Chona, su hermana. Pa’ pronto<br />
saldría volando <strong>de</strong> esa casa y a partir <strong>de</strong> ahí “<strong>El</strong> Ángel” hizo <strong>de</strong> su vida, la<br />
perdonada, una amante <strong>de</strong> los bajos fondos y <strong>de</strong> la leyenda que fue tejiéndose<br />
a su alre<strong>de</strong>dor.<br />
La otra sentencia estaba afuera, en la ciudad, en el centro, en los ojos <strong>de</strong> la<br />
gente y en los “fíjate nomas que <strong>de</strong>scaro” que disparaban las lenguas <strong>de</strong> fácil<br />
prosa cuando lo veían pasar “Son una bola <strong>de</strong> mitoteros” <strong>de</strong>cía él y anticipaba<br />
una esquiva loca cuando alguien intentaba tocar el tema.<br />
Por eso a lo mejor, “<strong>El</strong> Ángel” le agarró la mano a la soledad y con ella se<br />
hizo viejo. Nunca supo, o quién sabe, que “<strong>El</strong> Poca Risa” murió una noche <strong>de</strong><br />
tristeza y que “<strong>El</strong> Mory”, batiéndose a muerte con el alcohol, éste tar<strong>de</strong> que<br />
temprano lo venció.<br />
Por algunos años y hasta no hace mucho, esquelético y marchito, como un<br />
guardián eterno en las afueras <strong>de</strong>l Mercado Municipal, <strong>El</strong> Ángel te estiraba la<br />
mano en busca <strong>de</strong> unas monedas para buen vivir.<br />
Con un bordón, <strong>de</strong> vez en vez y <strong>de</strong> peso en peso <strong>El</strong> Ángel se levantaba la<br />
manga <strong>de</strong>l pantalón para rascarse o enseñarte esa pierna herida que se le estaba<br />
cayendo a pedazos.<br />
La gente lo veía, se aconsejaban y se iban, “<strong>El</strong> Ángel” por su parte, le echaba<br />
algo a sus bolsillos y esperaba el mediodía para irse. Apoyándose en el bordón<br />
a paso lento y guiándose con un solo ojo, cruzaba todo el centro, el Parque<br />
Ma<strong>de</strong>ro y lo que fueran los matorrales, don<strong>de</strong> por tantas veces se agazapaba<br />
junto a “<strong>El</strong> Mory” y “<strong>El</strong> Poca Risa” para planear sus correrías.<br />
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6<br />
Tres modos <strong>de</strong>...<br />
“<strong>El</strong> Ángel” a mitad <strong>de</strong>l parque se paraba a <strong>de</strong>scansar, luego avanzaba como<br />
una tortuga tuerta, por toda la banqueta que para él significaba un patíbulo,<br />
mientras que atrás, sobre su espalda lánguida, seguían las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la cárcel<br />
vieja en don<strong>de</strong> una vez le perdonaron la vida, que ahora lentamente se le estaba<br />
yendo, así como a todos los mortales, se le estaba yendo…., se le estaba yendo.<br />
¡¡¡ FUEGO ¡¡¡<br />
“Cuando les notifiqué la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> que iban a ser ejecutados, tuve que ir<br />
a la iglesia, porque necesitaba la clemencia <strong>de</strong> Dios”.<br />
A sus 74 años <strong>de</strong> edad, Alberto Ríos Bermú<strong>de</strong>z, el Juez que ejecutara las<br />
últimas dos penas <strong>de</strong> muerte en Sonora, habla por primera vez.<br />
“Yo nunca estuve <strong>de</strong> acuerdo con ella, pero fue una <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l Gobernador,<br />
me trajeron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Los Ángeles, California, recibí la or<strong>de</strong>n y como Juez<br />
Primero <strong>de</strong>l Ramo Penal la tuve que acatar”, comenzó.<br />
“La finalidad <strong>de</strong> esa pena <strong>de</strong> muerte es que no se siguieran cometiendo<br />
<strong>de</strong>litos graves, pero a mi juicio esto no se ha logrado”, asegura.<br />
Originario <strong>de</strong>l Distrito Fe<strong>de</strong>ral, <strong>de</strong> madre sonorense y padre yucateco, carrancista,<br />
para más señas, el veterano jurista se <strong>de</strong>clara abiertamente opositor<br />
<strong>de</strong> esta pena.<br />
Aunque en broma - o no tanta – hace una excepción “al que tendríamos<br />
que matar es al presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l otro lado, al Bush, porque ese es el principal criminal<br />
que existe en el mundo”.<br />
Entrevistado en sus oficinas <strong>de</strong> Londres 69 <strong>de</strong>l centro histórico <strong>de</strong> Hermosillo,<br />
el abogado litigante le apuesta a su memoria, casi dicta sus respuestas,<br />
sus ayudantes lo distraen, pero <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> compartir sus recuerdos <strong>de</strong> la víspera<br />
<strong>de</strong> aquel 17 <strong>de</strong> Junio <strong>de</strong> 1957, cuando murieron fusilados José Rosario Don Juan<br />
Zamarripa y Francisco Ruiz Corrales.<br />
Su escritorio está lleno <strong>de</strong> fotos <strong>de</strong> familia, hay una pequeña ban<strong>de</strong>ra mexicana,<br />
un pescado <strong>de</strong> hule que al tocarlo parece cobrar vida y una copa <strong>de</strong>scansa<br />
encima <strong>de</strong> un libro.<br />
Des<strong>de</strong> ahí narra con<br />
pesar el momento en<br />
que se leyó la sentencia<br />
a los con<strong>de</strong>nados, se le<br />
dificulta recordar sus<br />
nombres completos, regresa<br />
a la madrugada <strong>de</strong><br />
la ejecución y la reconoce<br />
como uno <strong>de</strong> los episodios<br />
más duros <strong>de</strong> su<br />
vida.<br />
“La <strong>de</strong>cisión sorprendió<br />
a todos y se me<br />
encomendó ejecutarla<br />
como Juez Primero <strong>de</strong>l<br />
Ramo Penal; se tuvo que<br />
llevar a cabo en pleno sigilo<br />
y, para ello, la única<br />
condición que yo puse<br />
fue que estuviera presente<br />
el Subjefe <strong>de</strong> la Policía<br />
Judicial <strong>de</strong>l Estado<br />
Don Ventura Pro, ya que<br />
a mi juicio, ha sido uno<br />
<strong>de</strong> los más <strong>de</strong>stacados<br />
<strong>de</strong> la corporación”.<br />
“También me asignaron al Mayor Brunett que era el primer ayudante <strong>de</strong>l<br />
Señor Gobernador <strong>de</strong>l Estado, Don Álvaro Obregón y a una secretaria <strong>de</strong> nombre<br />
Amalia originaria <strong>de</strong> Cananea”.<br />
Ríos Bermú<strong>de</strong>z, quien fuera también Magistrado <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Judicial <strong>de</strong>l Estado,<br />
repasa su momento más difícil: “24 horas antes <strong>de</strong> su ejecución nos tuvimos<br />
que presentar con estas personas para notificarles que se les iba a ejecutar la<br />
pena <strong>de</strong> muerte; llegamos a las cinco <strong>de</strong> la mañana y ahí se lo comunicamos”.<br />
Ahí, dice, le sorprendió un <strong>de</strong>talle:<br />
“Al firmar la notificación, Zamarripa, estaba poniendo el nombre <strong>de</strong> “Penitenciaría”<br />
como si fuera su firma. Para mí que tuvo un <strong>de</strong>squicio en su cerebro<br />
al recibir la noticia. Corrales sí firmó”.<br />
“Para ellos, como para mí, fueron muy duras estas diligencias, y tanto la<br />
Secretaria como yo tuvimos que ir a Catedral ese mismo día”.<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
“Era la carga <strong>de</strong> los acontecimientos, fue algo muy duro, yo tenía 27 años <strong>de</strong><br />
edad y tres <strong>de</strong> haber salido <strong>de</strong> la Escuela”.<br />
“La ejecución se llevaría a cabo el día siguiente, también a las cinco <strong>de</strong> la<br />
mañana; me acompañaron las mismas personas y ahí estaba ya, el Lic. Ibarra<br />
Seldner, Procurador <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora”.<br />
Con él se dio tiempo para dialogar:<br />
“<strong>El</strong> Lic. Ibarra consi<strong>de</strong>ró que lo más propicio era la pena <strong>de</strong> muerte porque<br />
se trataba <strong>de</strong> gente que había violado y había matado a unas menores, Yo no<br />
estaba <strong>de</strong> acuerdo en la pena <strong>de</strong> muerte pero eran ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l Ejecutivo, y, tenía<br />
que cumplirlas. Yo no había dictado esas dos sentencias”.<br />
Pero nada pudo hacerse, quizá ni tan siquiera una buena <strong>de</strong>fensa legal a<br />
favor <strong>de</strong> los con<strong>de</strong>nados, como él lo insinúa, y entonces vino la ejecución:<br />
“Fue un pelotón <strong>de</strong> la Policía Municipal comandados por el Teniente Ojeda<br />
encargados <strong>de</strong> disparar en contra <strong>de</strong> estas personas: Zamarripa sí se <strong>de</strong>jó vendar<br />
los ojos, Corrales’ no, dijo que no necesitaba, seguía pidiendo el indulto por haber<br />
servido a la Revolución”, recuerda.<br />
“Sé que para ellos fue una sorpresa, el Gobernador firmó la sentencia dos<br />
días antes, por la presión social, porque la gente se quejaba <strong>de</strong> que había muchos<br />
violadores. Incluso esa mañana se colocaron estratégicamente en una celda a<br />
muchos violadores para que vieran esa ejecución”.<br />
Al respecto precisa: “No era el <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> violación lo que originó la pena <strong>de</strong><br />
muerte, sino el homicidio <strong>de</strong> las niñas, sin embargo se aplicó para evitar que se<br />
siguieran llevando a cabo estos <strong>de</strong>litos sexuales, pero hasta la fecha siguen, hasta<br />
la fecha siguen”, repite.<br />
Eso fue un elemento también para el sigilo.<br />
“Yo estaba en Los Ángeles con unos parientes. Me echo un telefonema el Sr.<br />
Jesús Campoy, Secretario General <strong>de</strong>l Supremo Tribunal <strong>de</strong> Justicia, y me dijo<br />
que me viniera, que era una cosa muy <strong>de</strong>licada y que aquí me la iban a informar.<br />
Me pidió absoluta discreción. Llegué en camión y me llevaron a las Oficinas <strong>de</strong><br />
Gobierno, ahí me dijeron que tenía que ejecutar esas penas <strong>de</strong> muerte”.<br />
“La madrugada que llegamos a la Penitenciaría para llevar a cabo la ejecución<br />
ya había mucha gente, relativamente ya había gente, prominentes funcionarios,<br />
policías, y más tar<strong>de</strong> unos cuantos “mirones” por ahí”.<br />
“A los violadores los colocaron <strong>de</strong> tal modo que presenciaran la ejecución.<br />
Enseguida sacaron a Zamarripa y a Corrales. <strong>El</strong> Oficial Director <strong>de</strong> la Ejecución<br />
dio la or<strong>de</strong>n: ¡Atención ¡…. En posición <strong>de</strong> tiro:<br />
“Ruíz Corrales y Zamarripa guardaron los papeles que tenían en las manos<br />
y musitando oraciones se pusieron en posición <strong>de</strong> firmes”.<br />
¡Preparen¡ manda el Oficial y se escuchó el sonar <strong>de</strong> los cerrojos <strong>de</strong> los fusiles.<br />
¡Apunten¡ Corrales se puso la mano <strong>de</strong>recha en la espalda. Zamarripa alzó<br />
la cabeza y sacó el pecho en una actitud típicamente militar.<br />
¡Fuego¡ exactamente a las 5:05 se escucharon las <strong>de</strong>scargas.<br />
Zamarripa cayó hacia atrás y se quedó sentado recargado en el paredón.<br />
Corrales se precipitó a la izquierda agonizante. Luego Zamarripa cayó sobre<br />
Corrales. “Después, dice Ríos Bermú<strong>de</strong>z, los gritos fueron para el Procurador: “<br />
¡Ya estarán a gusto, ya estarán felices <strong>de</strong> haberlos ejecutado ¡coreaban los <strong>de</strong>más<br />
internos que observaban”.<br />
Pero la ejecución aún no finalizaba, advierte el Ex Juez:<br />
“Los policías tiraron las matracas, pero los reos quedaron vivos. <strong>El</strong> Jefe <strong>de</strong>l<br />
pelotón sacó su 45 y les dio el tiro <strong>de</strong> gracia. Eso fue lo más duro para mí “.<br />
“Levante el acta, que se habían ejecutado las penas <strong>de</strong> muerte. Yo estaba<br />
fuera <strong>de</strong>l mundo, así dure muchos días. Creo que ya lo digerí, pero es algo que<br />
nunca quisiera volver a vivir, ni a esta edad quisiera volverlo a vivir”<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
Apertura <strong>de</strong> la calle Aldama.<br />
DEJARON HUELLA EN EL<br />
HERMOSILLO DE AYER Y HOY<br />
Fernando A. Galaz<br />
SAN BENITO CAMBIA DE DUEÑO.<br />
Estábamos entrando en el inicio <strong>de</strong> nuestra In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, pero<br />
aquí en el hermoso <strong>Pitic</strong>, la gente no se preocupa por una que<br />
otra partida no <strong>de</strong> insurgentes, que no los había, sino <strong>de</strong> los indios<br />
seris o yaquis y hasta pimas que echaban el gato a retozar<br />
en las mismas barbas <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s y hacían uno que otro<br />
muertito entre la oficialidad <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong>l Virreinato. Ya para<br />
finalizar el año <strong>de</strong> 1810 no sé si en algún encuentro con los indios<br />
o <strong>de</strong> alguna manera, murió nada menos que el Capitán Joseph <strong>de</strong><br />
Tona, Jefe <strong>de</strong>l Presidio y unos meses <strong>de</strong>spués, para ser preciso<br />
el 9 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1811 su viuda tuvo que ven<strong>de</strong>r la hacienda <strong>de</strong><br />
San Benito en $200.00 en reales efectivos y fue ante la Autoridad<br />
a legalizar la operación, pero como no estaba el Jefe <strong>de</strong>l<br />
Presidio, la atendió otra persona como se pue<strong>de</strong> ver en<br />
el acta <strong>de</strong> ese día 9 <strong>de</strong> enero que dice, extractada lo siguiente:<br />
“En el Presidio <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong>, ante mi don Domingo Espinoza<br />
<strong>de</strong> los Monteros, Capitán <strong>de</strong>l Presidio <strong>de</strong> Santa Cruz<br />
<strong>de</strong> esta misma Provincia <strong>de</strong> Sonora y actual Comandante<br />
<strong>de</strong> este Presidio, pareció presente Doña María Rita<br />
Mesa, viuda <strong>de</strong>l difunto Capitán que fue <strong>de</strong> este Presidio<br />
don Joseph <strong>de</strong> Tona y dueña legitima <strong>de</strong> la Hacienda<br />
<strong>de</strong> San Benito que está a las inmediaciones <strong>de</strong><br />
este Presidio y dixo: fue <strong>de</strong> don Fernando Iñigo Ruiz,<br />
la vendió al Capitán Joseph <strong>de</strong> Tona, ahora por fuero<br />
<strong>de</strong> herencia la ven<strong>de</strong> por siempre jamás don José María<br />
Noriega en doscientos pesos en reales efectivo. Tiene 16<br />
cor<strong>de</strong>les <strong>de</strong> 16 bazas <strong>de</strong> ancho. De las mismas bazas <strong>de</strong><br />
oriente a poniente. “Firma el Capitán JEFE DEL Presidio<br />
<strong>de</strong> Santa Cruz con los testigos <strong>de</strong> asistencia Jesús<br />
Moreno y Pasqual Bojorquez”<br />
OTRA PARTE DE SAN BENITO<br />
“En el Presidio <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong> en 29 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1811 años<br />
ante mi Don Domingo Espinoza <strong>de</strong> los Monteros, Capitán<br />
<strong>de</strong>l Presidio <strong>de</strong> Santa Cruz en esta misma Provincia<br />
<strong>de</strong> Sonora y acte. Comandante <strong>de</strong> este Puerto,<br />
compareció Doña Rita Mesa viuda <strong>de</strong>l difunto Capitán<br />
que fue <strong>de</strong> este mismo Presidio don Joseph <strong>de</strong> Tonna y<br />
dueña legal <strong>de</strong> la Hacienda <strong>de</strong> San Benito que está en<br />
las inmediaciones <strong>de</strong> este Presidio por si, y en nombre<br />
<strong>de</strong> sus hijos, here<strong>de</strong>ros y sucesores y <strong>de</strong> quién <strong>de</strong> ellos<br />
hubiere titulo, voz y causa en cualquier manera, ven<strong>de</strong><br />
y da en venta real y enagenación perpetua por fuero <strong>de</strong><br />
heredad para siempre jamás a don Joseph María Noriega<br />
un pedazo <strong>de</strong> tierra <strong>de</strong> pan coger perteneciente a<br />
dha. Su hacienda San Benito compuesta por 16 cor<strong>de</strong>les<br />
<strong>de</strong> 16 varas <strong>de</strong> sur a norte y ocho dichos <strong>de</strong> las mismas varas <strong>de</strong><br />
ote. a pte. que le pertenecen en posesión y propiedad q’ antiguamente<br />
fue <strong>de</strong> don Fernando Iñigo Ruiz quien por escritura q´<br />
otorgo en este mismo Presidio a los veinticuatro días <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong><br />
enero <strong>de</strong> 1794 le vendió dicha hacienda a su legitimo esposo Don<br />
Joseph <strong>de</strong> Tonna por cuyo título le correspon<strong>de</strong> con posesión<br />
y propiedad a la otorgante, la que <strong>de</strong>clara, y asegura, no tener<br />
vendido dicho pedazo <strong>de</strong> tierra, ni enagenado, ni empeñado, y<br />
está libre <strong>de</strong> tributo, memoria, capellanía, vinculo, fianza y otro<br />
real respectivo……”<br />
Apertura <strong>de</strong> la Calle Ignacio L. Romero, barrio <strong>de</strong> San Benito.<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
“EL BAILE DEL DIABLO”<br />
Fox Trot <strong>de</strong> Gildardo Vázquez<br />
La musa inspiradora <strong>de</strong> la canción.<br />
Por: Ignacio “Nachito” Hernán<strong>de</strong>z<br />
<strong>Julio</strong> <strong>de</strong> 2007<br />
Esta canción tiene sus orígenes en Suaqui, pequeño pueblito <strong>de</strong> la sierra sonorense,<br />
que sucumbió junto a Batuc y Tepupa bajo las aguas <strong>de</strong> la Presa “<strong>El</strong> Novillo”, según<br />
el Gobierno en aras <strong>de</strong>l progreso, una fría frase, sin tomar en cuenta el arraigo<br />
y sentimientos <strong>de</strong> sus pobladores, que con lágrimas en los ojos presenciaron cómo se<br />
inundaba su querido terruño y <strong>de</strong>saparecían para siempre bajo las frías aguas, sus ancestrales<br />
raíces. Soy testigo muy cercano <strong>de</strong> cómo sufrió esta gente y <strong>de</strong> cómo les costó<br />
trabajo reiniciar sus vidas en tierras extrañas. ¡Muchos murieron <strong>de</strong> tristeza!<br />
Si bien es cierto que el gobierno in<strong>de</strong>mnizó para que pudieran reinstalarse ¡nunca<br />
fue igual! Con sus pueblos <strong>de</strong>saparecidos murió una parte <strong>de</strong> ellos. De sus tradiciones<br />
tan queridas como en Febrero las fiestas <strong>de</strong> la Virgen <strong>de</strong> La Can<strong>de</strong>laria, Semana Santa,<br />
las fiestas <strong>de</strong> San Juan en Junio con carreras <strong>de</strong> caballos, bailes en la placita, corridas <strong>de</strong><br />
toros. Rindo un sentido homenaje a estas gentes que sufrieron la pérdida <strong>de</strong> los pueblos:<br />
Suaqui, Batuc y Tepupa. Des<strong>de</strong> lo más profundo <strong>de</strong> mi corazón brota una ardiente lágrima<br />
<strong>de</strong> solidaridad por todos ellos.<br />
Corrían los años treinta <strong>de</strong>l pasado siglo, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Orquesta <strong>de</strong> Suaqui <strong>de</strong>stacaba<br />
un músico que tocaba varios instrumentos <strong>de</strong> viento, pero su fuerte era el trombón,<br />
a<strong>de</strong>más tenía ese divino don <strong>de</strong> componer música, con la que se tocaban algunos <strong>de</strong><br />
sus temas: “<strong>El</strong> Membrillo”, el vals “Blanca”, “La tumba <strong>de</strong>l suicida”, que anunciaba su<br />
trágico fin; hablaba <strong>de</strong> sus amarguras en este mundo y <strong>de</strong> cómo quería terminar su vida,<br />
que logró años <strong>de</strong>spués cuando fatalmente <strong>de</strong>cidió dispararse un tiro en la sien. Sé <strong>de</strong><br />
buena fuente que pedía a sus compañeros <strong>de</strong> orquesta, que cuando muriera y lo llevaran<br />
al camposanto, le fueran tocando, y así fue, se le concedió su <strong>de</strong>seo.<br />
Este malogrado compositor y excelente músico nativo <strong>de</strong> Suaqui, se llamó GIL-<br />
DARDO VAZQUEZ; irónicamente a muchos años <strong>de</strong> su muerte, su nombre hoy es muy<br />
conocido por la canción que le dio su consagración musical “<strong>El</strong> Baile <strong>de</strong>l Diablo”, compuesta<br />
y tocada a ritmo <strong>de</strong> Fox Trot por todas las orquestas <strong>de</strong> la sierra sonorense, grabada<br />
instrumental por la Banda <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora, la Orquesta <strong>de</strong> “Los 18 <strong>de</strong>l Chino<br />
Medina”, Ritmo Express, cantada por Valentín <strong>El</strong>izal<strong>de</strong> y mi amigo Sergio Araiza.<br />
La musa inspiradora se llama MARIA ACUÑA, conocida como “La Querida” <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
su infancia, quien gracias a Dios todavía vive a sus 94 años <strong>de</strong> edad en Hermosillo,<br />
don<strong>de</strong> siempre ha radicado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se vino <strong>de</strong> Suaqui; en el barrio <strong>de</strong>l Cerro <strong>de</strong> la<br />
Campana.<br />
Esta anciana mujer <strong>de</strong> rostro apacible y bondadoso, el cual refleja serenidad que da<br />
una conciencia tranquila, su mirada limpia nos habla <strong>de</strong> su noble corazón, lleno <strong>de</strong> amor<br />
para todos, es muy apreciada y querida por quienes la conocemos, haciendo honor a su<br />
apodo “La Querida” ¡Bendita Sea! que Dios nos la conserve muchos años más. Por ella<br />
conozco esta historia tan linda, <strong>de</strong> su propia boca, que habla <strong>de</strong> un amor imposible, ya<br />
que Gildardo Vázquez tenía 37 años y era viudo, mientras que ella apenas 12, casi una<br />
niña, que se sentaba en las bancas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la placita <strong>de</strong> Suaqui para escuchar a la<br />
orquesta tocar y ver bailar a la gente <strong>de</strong>l pueblo.<br />
Me platica que Gildardo le <strong>de</strong>cía que sentía una dulce atracción por ella ¡por la<br />
Querida! <strong>de</strong> sus sueños platónicos, que en su fantasiosa mente le parecía verla bailar<br />
con otro mientras él tocaba”<strong>El</strong> Baile <strong>de</strong>l Diablo”, <strong>de</strong>cía él, pero ella ni siquiera bailaba,<br />
era una niña como dije.<br />
Para quien se pregunte cómo conozco esta historia <strong>de</strong> manera tan cercana, orgullosamente<br />
les digo que esta mujer, musa inspiradora <strong>de</strong> esta canción, es mi Madre.<br />
IGNACIO “Nachito” HERNANDEZ ACUÑA<br />
“EL BAILE DEL DIABLO (Fox Trot)<br />
Compositor: Gildardo Vázquez<br />
Compuesta a María Acuña “La Querida”<br />
ES ALGO QUE ME INCORCORA<br />
A ESTO DE VER BAILAR<br />
UNA HORA Y OTRA HORA<br />
Y MIL HASTA REVENTAR.<br />
ESTE BAILAR CON FRECUENCIA<br />
YO NO PUEDO RESISTIR<br />
ELLOS TENDRAN RESISTENCIA<br />
DE HACERLO ASI EN MI PRESENCIA<br />
YO NO PODRE RESISTIR.<br />
BAILE DEL DIABLO<br />
ME PARECE VER BAILAR<br />
A MI ADORADA EN BRAZOS DE OTRO QUERER<br />
Y NO HAGO MAS QUE LLORAR<br />
PORQUE MI AMOR YO LE DI<br />
AMOR ASI DESTRUYES MI LOCA ILUSION<br />
SIN DARTE CUENTA TU DE ESTE INGRATO MAL<br />
QUE EL CORAZON<br />
PODRA DESTRUIR NUESTRO INMENSO AMOR.<br />
MARIA ACUÑA ORTIZ “LA QUERIDA”<br />
Ignacio “Nachito” Hernán<strong>de</strong>z Septiembre <strong>de</strong> 2008<br />
Murió la musa inspiradora <strong>de</strong> la popular canción “<strong>El</strong> Baile <strong>de</strong>l Diablo”<br />
<strong>El</strong> miércoles 6 <strong>de</strong> Agosto <strong>de</strong>l presente año, siendo las 5:50 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, partió <strong>de</strong> este<br />
mundo terrenal a ese último viaje sin retorno, que algún día recorreremos todos, María<br />
Acuña Ortiz “La Querida”.<br />
Murió ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong>l calor <strong>de</strong> sus seres queridos. Brindó tanto amor al mundo que se<br />
le partió el corazón; ese gran corazón lleno <strong>de</strong> ternura y bondad que nos entregó a través<br />
<strong>de</strong> su larga vida: ¡95 años!<br />
Nació en 1913 en un pintoresco pueblito <strong>de</strong> nuestra sierra sonorense: Suaqui, que<br />
junto a Batuc y Tepupa, <strong>de</strong>saparecieron bajo las aguas <strong>de</strong> la Presa “<strong>El</strong> Novillo”.<br />
Des<strong>de</strong> niña fue muy alegre y <strong>de</strong>mostró un gran sentido <strong>de</strong> humanidad al prójimo.<br />
La gente la bautizó y conoció como “La Querida” y vaya que le hizo honor a su apodo.<br />
¡Le quedó perfecto!<br />
Siempre le gustó bailar y cantar. Este último don que Dios le entregó lo hacía bastante<br />
bien. Todavía a unos días <strong>de</strong> su partida y en su lecho <strong>de</strong> muerte, tuvo la fuerza y<br />
el ánimo para cantarnos “Vuela Paloma blanca, vuela”. Los que nos encontramos ahí<br />
nunca olvidaremos ese momento. Con su apenas audible voz nos <strong>de</strong>jó temblando <strong>de</strong><br />
emoción. ¡Cuántos sentimientos encontrados nos invadieron!<br />
Pero volvamos los recuerdos a su querido Suaqui. En su adolescencia llamó la atención<br />
<strong>de</strong>l músico y compositor Gildardo Vázquez, integrante <strong>de</strong> la orquesta local y amigo<br />
<strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> toda la vida, que visitaba con frecuencia su casa, <strong>de</strong>spertando un platónico<br />
amor ya que Gildardo tenía 37 años y ella apenas 13. ¡Un amor imposible!<br />
Así, <strong>de</strong> esta manera brota <strong>de</strong> su inspiración la fantasiosa letra <strong>de</strong> “<strong>El</strong> Baile <strong>de</strong>l Diablo”,<br />
que empieza diciendo:<br />
“Es cosa que me incomoda, a esto <strong>de</strong> ver bailar, una hora y otra hora y mil hasta<br />
reventar” Esta parte <strong>de</strong> la melodía está acompañada en tono menor para luego, en la<br />
parte fuerte, pasar a mayor, en la parte que dice:<br />
“Baile <strong>de</strong>l Diablo, me parece ver bailar a mi adorada, en brazos <strong>de</strong> otro querer y no<br />
hago más que llorar, porque mi amor yo le di, Amor así <strong>de</strong>struye mi loca ilusión, Sin<br />
darte cuenta tú, <strong>de</strong> este ingrato mal, que el corazón podrá, <strong>de</strong>struir nuestro inmenso<br />
amor.”<br />
<strong>El</strong> Fox Trot era el ritmo que andaba <strong>de</strong> moda en los lejanos años treinta <strong>de</strong>l siglo<br />
pasado y es el que gustó a Gildardo para su canción.<br />
¿Cuándo se iban a imaginar “La Querida” y Gildardo Vázquez que llegaría a ser<br />
tan popular en la actualidad? Ya forma parte obligada <strong>de</strong>l repertorio <strong>de</strong> cualquier grupo<br />
musical. La han grabado La Banda <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora, la Orquesta <strong>de</strong> “Los 18” <strong>de</strong>l<br />
Maestro Rodolfo “Chino” Medina, la Tecno-Banda Ritmo Express, la orquesta <strong>de</strong> los<br />
Hermanos Othón, y otras bandas y orquestas sonorenses. También la he escuchado en<br />
vivo a grupos <strong>de</strong> Jazz, en fin, un éxito.<br />
Todas estas agrupaciones la tocan instrumental; cantada la grabaron Valentín <strong>El</strong>izal<strong>de</strong><br />
y mi amigo Sergio Araiza.<br />
“La Querida” se vino a vivir a Hermosillo a principios <strong>de</strong> los años cuarenta. Siempre<br />
radicó en el barrio <strong>de</strong>l Cerro <strong>de</strong> la Campana. Fue muy apreciada por la gente e hizo<br />
el bien a cuantos pudo. De cara amable y bondadosa irradiaba una paz espiritual.<br />
Casi siempre se habla <strong>de</strong> los compositores y su obra, pero muy poco o nada <strong>de</strong> sus<br />
musas inspiradoras. Hoy, por un especial interés sentimental personal quise compartir<br />
un poco <strong>de</strong> cómo fue en vida “La Querida”. Debo <strong>de</strong>cir que el lazo que me unió a esta<br />
mujer es familiar, ella fue mi MADRE.<br />
Hoy estoy seguro que se encuentra feliz sentada junto a Dios, porque fue buena en<br />
este mundo y se ganó el privilegio <strong>de</strong> estar en el paraíso celestial al lado <strong>de</strong>l Todopo<strong>de</strong>roso.<br />
Nunca te olvidaremos, Mamá.<br />
Descansa en paz<br />
Ignacio “Nachito” Hernán<strong>de</strong>z<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
XXV SAN ANTONIO PADUANO DE OQUITOA<br />
José Rómulo Félix Gastélum<br />
San Antonio Paduano <strong>de</strong>l Oquitoa Sonora, Mico, circa 199, bibl. Historia ene<br />
ral <strong>de</strong> Sonora II tomo. obierno <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora (19791985).<br />
La iglesia ubicada en una mesa al oeste <strong>de</strong>l pueblo, es un edificio impresionante,<br />
<strong>de</strong> buen tamaño, no muy gran<strong>de</strong> y bien cuidado. Dentro <strong>de</strong> los<br />
últimos años las columnas <strong>de</strong>corativas <strong>de</strong> su fachada fueron reconstruidas,<br />
así como el ladrillo, enjarrado, perdiéndose la agradable secuela <strong>de</strong><br />
las manchas <strong>de</strong>l agua que ha corrido sobre ella en tantos años, sin embargo,<br />
fue una mejora que le benefició.<br />
<strong>El</strong> templo se asienta en forma <strong>de</strong> cruz con pequeños cruceros y altares<br />
laterales. Su interior está agradablemente <strong>de</strong>corado, aun con sencillez,<br />
comparado con la magnificencia <strong>de</strong> Tubutama. Su patio sirve como camposanto<br />
y está bien cuidado.<br />
Kino dijo en 1705 que se estaba construyendo una iglesia en Oquitoa,<br />
la que en 1730, consi<strong>de</strong>ramos, <strong>de</strong>bió haber estado terminada.<br />
<strong>El</strong> Obispo De los Reyes reportó en 1772 que el pueblo estaba tanto<br />
sin iglesia, como sin casa para el misionero, pero el padre franciscano<br />
Antonio Francisco Balbastro no dice<br />
nada <strong>de</strong> una nueva iglesia, pero sí<br />
que la existente había sido agrandada<br />
y embellecida. No hay razón para<br />
creer que la actual no es la que los<br />
franciscanos rehabilitaron o reconstruyeron,<br />
cerca o encima <strong>de</strong> la vieja<br />
iglesia jesuita que se había caído; y<br />
si la actual tiene más <strong>de</strong> 250 años <strong>de</strong><br />
construida y ha sido mo<strong>de</strong>rnizada,<br />
tampoco es algo que se pueda probar<br />
con documentos.<br />
Tanto bajo los jesuitas, como<br />
con los franciscanos, Oquitoa siguió<br />
siendo Visita y no Cabecera <strong>de</strong> Misión,<br />
aunque parece que durante el<br />
último periodo la congregación vino<br />
a ser Caborca. Francisco Moyano,<br />
quien llegó a Atil en 1790, probablemente<br />
fue cambiado a Oquitoa en<br />
1795, y en 1813, él y Matías Creo, quien <strong>de</strong>spués pasó a Saric, estuvieron<br />
juntos en Oquitoa, a cargo <strong>de</strong> una misión <strong>de</strong> gran cobertura territorial.<br />
Para 1830, Oquitoa era consi<strong>de</strong>rada como Cabecera, sin pueblo <strong>de</strong> Visita,<br />
y la iglesia reportada en regular estado.<br />
En el verano <strong>de</strong>l siguiente año, la misión fue atendida poco tiempo<br />
por el Padre Juan Maldonado, quien posiblemente fue el último franciscano<br />
<strong>de</strong> la zona.<br />
XXVI.- LOS SIETE PRINCIPES DEL ATIL<br />
Las ruinas <strong>de</strong> la iglesia están en el centro <strong>de</strong>l pueblo, exactamente<br />
don<strong>de</strong> hoy se encuentran las oficinas <strong>de</strong> la S.A.R.H. En 1921, la iglesia<br />
llamada ahora San Francisco <strong>de</strong>l Atil, era un edificio sin enjarrar,<br />
con un campanario doble o espadaña sobre una perfecta y sencilla fachada,<br />
conservando sus techos y muros.<br />
La primera iglesia se le atribuye al Padre Kino, pero no existe ninguna<br />
evi<strong>de</strong>ncia al respecto. En 1730 Atil era reportada como una Visita <strong>de</strong><br />
Tubutama y en la cual se había iniciado la construcción <strong>de</strong> una iglesia.<br />
Permaneció como Visita hasta 1756, cuando Ignaz Pfefferkorn llegó a establecer<br />
una Cabecera <strong>de</strong> misión en ese pueblo.<br />
La iglesia, que la habían terminado entre 1730 y 1756, no fue dañada<br />
en el alzamiento pima <strong>de</strong> 1751 y sirvió como se<strong>de</strong> principal para Pfefferkorn<br />
hasta que su salud <strong>de</strong>cayó, obligándolo a irse a fines <strong>de</strong> 1762 o a<br />
principios <strong>de</strong> 1763, Después <strong>de</strong> él, Luis Vivas tomó la administración <strong>de</strong><br />
Atil y <strong>de</strong> su Visita Oquitoa.<br />
En junio <strong>de</strong> 1763 vino Francisco Villarroya y dos meses <strong>de</strong>spués partió<br />
a Banámichi, convirtiéndose otra vez en Visita Temporal <strong>de</strong> Tubutama.<br />
Igualmente en junio <strong>de</strong> 1764, el visitador Manuel Aguirre estuvo ahí,<br />
y al siguiente abril asigna a José Neve para ese lugar y en octubre es suplido<br />
por José Pío Laguna, quien luego es cambiado a Bacerac, quedando<br />
Atil sin misionero resi<strong>de</strong>nte.<br />
Atil siguió siendo Cabecera y Oquitoa su Visita. <strong>El</strong> primer franciscano<br />
en ese lugar fue José Soler quien estuvo hasta 1774 y lo suplió Antonio<br />
Ramos, quien igualmente estaba a cargo <strong>de</strong> Tubutama. Felipe Guillén que<br />
auxiliaba a Soler, sirvió ahí hasta que fue asesinado por los seris o por<br />
los apaches y fue enterrado solemnemente el 28 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1778 en la<br />
iglesia.<br />
Antes <strong>de</strong> que Soler se fuera tuvo la ayuda <strong>de</strong> José María Espinoza<br />
entre 1773 y 1775, así como Juan Gorgol, en periodos entre 1773 y 1787.<br />
Ramos se va en 1775 y Atil es atendida<br />
por Tomás Eixarch, quien venía <strong>de</strong> su<br />
misión entre los yumas, permaneciendo<br />
entre 1776 y 1781. Lo reemplaza<br />
Félix Gamarra, sirviendo entre 1777<br />
y 1779. Gorgol es sustituido por Juan<br />
Bautista Llorens, a quien suce<strong>de</strong> Francisco<br />
Moyano en 1790, quien dura ahí<br />
hasta 1817.<br />
Entre 1797 y 1798, Moyano fue<br />
auxiliado aparentemente por José Gómez<br />
y Ramón López <strong>de</strong> Tubutama.<br />
Parece probable que Moyano no fue<br />
reemplazado sino hasta el fin <strong>de</strong>l periodo<br />
misional, en que ya Atil había<br />
perdido mucha <strong>de</strong> su importancia, y<br />
en 1830 se le reportaba como Visita <strong>de</strong><br />
Oquitoa, con una capilla y dos cuartos,<br />
solamente.<br />
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9
10<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
La vida ante los ojos <strong>de</strong> un rarámuri<br />
La música santifica el momento en la vida <strong>de</strong> todos los rarámuri.<br />
Diariamente nuestros bailes nos llenan la vida <strong>de</strong> alegría,<br />
valor y confianza en Nuestro Creador. Nuestras canciones y<br />
bailes sirven como oraciones <strong>de</strong> gracias para ben<strong>de</strong>cir a los enfermos,<br />
nuestros campos y nuestras cosechas. Hasta las tareas más comunes<br />
tienen un sentido eterno cuando hay música en el aire. Cuando Dios<br />
Onorúame creó el mundo, lo hizo cantando y bailando. <strong>El</strong> latido <strong>de</strong><br />
Nuestra Madre, la Tierra, fue el tambor que lo acompañó. Sentimos<br />
sus latidos cuando <strong>de</strong>scansamos en el seno <strong>de</strong> la tierra y cuando el<br />
yúmari –baile <strong>de</strong> la siembra- se canta, oímos el pulso <strong>de</strong> la vida tocado<br />
por el tambor como oración <strong>de</strong>l sembrador.<br />
Todo lo que hacemos tiene sentido musical. Sentimos los movimientos<br />
<strong>de</strong> nuestro Creador en la naturaleza y creemos que nuestra<br />
fuerza <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l respeto y <strong>de</strong> la reverencia que tenemos hacia<br />
todo lo que vive. Nacemos, vivimos y nos acostamos a <strong>de</strong>scansar en<br />
la palma abierta <strong>de</strong> nuestra Madre, la Tierra, Somos como las hojas,<br />
moviéndonos en el viento como las ramas. En otros follajes sentimos<br />
el puso, ritmo y enlace común a todo lo que vive.<br />
Nosotros y nuestros amigos los animales, nos enten<strong>de</strong>mos. Tenemos<br />
una manera armoniosa <strong>de</strong> vivir cerca <strong>de</strong> Nuestra Madre la Tierra,<br />
don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos permanecer en buena salud <strong>de</strong>sarrollando nuestras<br />
fuerzas en el aire libre, el sol y los manantiales <strong>de</strong> agua pura y clara.<br />
Onorúame creó un mundo <strong>de</strong> cambio en don<strong>de</strong> todo lo que tiene<br />
vida se pue<strong>de</strong> mover libremente para encontrar alimento en nuevos<br />
pastos. La libertad <strong>de</strong> movimiento lleva el trabajo y el juego a un baile<br />
<strong>de</strong> la vida, don<strong>de</strong> los pasos siguen los pasos <strong>de</strong> la temporada hasta<br />
que el bailador logra sentirse una parte <strong>de</strong>l todo.<br />
No necesitamos cárceles porque casi no tenemos crímenes. No<br />
necesitamos candados o llaves porque casi no tenemos ladrones. Si<br />
alguien no tiene maíz o no posee una cobija, nosotros se lo damos<br />
como córima. Un regalo, ya que nosotros también hemos recibido<br />
todo como un regalo. Queremos poseer sólo para pasarlo a los <strong>de</strong>más.<br />
Somos ricos en todo lo que necesitamos.<br />
En el pasado no conocíamos el dinero, y por eso nunca aprendimos<br />
a juzgar a una persona <strong>de</strong> acuerdo con sus riquezas. No tenemos<br />
leyes escritas porque no nos engañamos el uno al otro. Nuestras vidas<br />
están nutridas por las experiencias, no solamente por las letras <strong>de</strong><br />
un libro. Des<strong>de</strong> un principio nuestras vidas son una parte <strong>de</strong> la danza<br />
<strong>de</strong>l yúmari que une una temporada con la otra.<br />
Cada uno vive siguiendo su propio ritmo. Onorúame nos dio la<br />
música, y cada uno nació para encontrar su tono personal. No hay<br />
dos hojas sobre la tierra que sean completamente iguales; cada uno<br />
tiene su propio diseño y nosotros somos todos una parte <strong>de</strong>l Árbol<br />
<strong>de</strong> la Vida. Tata Rioshi nos dio el entendimiento <strong>de</strong> las cuatro temporadas.<br />
Somos como las flores. De nosotros mismos no enten<strong>de</strong>mos nada,<br />
pero cuando Tata Rioshi vive <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros, entonces sabemos<br />
cuándo quebrar la semilla, cuándo salir <strong>de</strong> la tierra, cuándo estrechar<br />
nuestras ramas y hojas hacia la luz, cuándo abrir los capullos y<br />
cuándo dormir. Él, que es más gran<strong>de</strong> que nosotros, nos enseña como<br />
vivir.<br />
Las montañas son más bellas que las casas <strong>de</strong> cemento. La vida se<br />
ahoga cuando está continuamente encarcelada en una ciudad. Mucha<br />
gente no conoce el sentido <strong>de</strong> la tierra bajo sus pies –sólo el asfalto- ni<br />
ven el crecimiento <strong>de</strong> las plantas. Son muchos los que rara vez <strong>de</strong>jan<br />
las luces <strong>de</strong> la ciudad. <strong>El</strong>los no conocen el encanto <strong>de</strong> una noche llena<br />
<strong>de</strong> estrellas. Cuando el hombre vive tan lejos <strong>de</strong> todo lo que el hombre<br />
creó, se olvida fácilmente <strong>de</strong> sus principios.<br />
Nosotros continuamos dándole honor a Tata Rioshi en nuestra<br />
manera <strong>de</strong> vivir. Damos gracias por todas las bonda<strong>de</strong>s que Él nos da<br />
y tratamos <strong>de</strong> vivir serenamente el uno con el otro y con todo lo que<br />
vive. Nuestra manera <strong>de</strong> vivir es tranquila y cariñosa. Nunca discutimos<br />
sobre la religión porque la religión es una cosa muy íntima entre<br />
la persona y su Creador. Nosotros enten<strong>de</strong>mos que cada vereda es<br />
sagrada. Cada colina, montaña, valle, <strong>de</strong>sierto, río, bosque y árbol es<br />
una parte <strong>de</strong> la amorosa creación <strong>de</strong> Onorúame. Los pasos <strong>de</strong> nuestros<br />
bailes resuenan al pulso <strong>de</strong> la música y entonamos la vida entera,<br />
tristeza y alegría, en danzas <strong>de</strong> matachines. Nuestras huellas cuentan<br />
historias <strong>de</strong> las vidas que pisaron la tierra en tiempos olvidados. <strong>El</strong>los<br />
hablan <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> nuestras madres y <strong>de</strong> sus niños jugando con palillos<br />
y guijarrillos.<br />
Nuestros niños nos pertenecen a todos y se sienten en casa en todas<br />
nuestras casas. Su familia incluye muchos hermanos, hermanas,<br />
madres, padres, tíos, tías, abuelos y abuelas. Los niños saben que no<br />
están solos y hasta los ancianos saben que sus vidas avanzan en círculo<br />
completo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aurora hasta el anochecer. Cuando nuestros<br />
niños hacen algún mal no les alzamos la voz ni les causamos dolor<br />
con nuestras manos. Su único castigo es nuestro silencio total; nos<br />
rehusamos a conversar con ellos hasta que ellos pi<strong>de</strong>n perdón por su<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
mal. De esa manera ellos apren<strong>de</strong>n pronto que son responsables por<br />
su bienestar y por el bienestar <strong>de</strong> otros.<br />
A nosotros nos conocen como gente tranquila, y cuando nos preguntan<br />
lo que quiere <strong>de</strong>cir nuestro silencio, la respuesta es: estamos<br />
escuchando a Tata Rioshi, su voz sólo se escucha en un silencio humil<strong>de</strong>.<br />
Y cuando nos preguntan qué nos da ese silencio, nuestra respuesta<br />
es: amor, humildad, esperanza y alegría.<br />
Nuestras raíces alcanzan las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las barrancas. No<br />
po<strong>de</strong>mos causarle daño a nuestra Madre la Tierra, sin hacérnoslo<br />
también. Si necesitamos algo <strong>de</strong> ella para sobrevivir, también le tenemos<br />
que dar algo <strong>de</strong> vuelta. Ambos somos amigos y compañeros y<br />
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11<br />
<strong>de</strong>bemos bailar y tocar música reverente.<br />
La gente <strong>de</strong>stroza la cara <strong>de</strong> la tierra. Por eso Onorúame a veces<br />
se pone triste y nosotros le tenemos que bailar el matachín para darle<br />
alegría.<br />
Sabemos que cuando nos olvidamos <strong>de</strong> bailar, nuestros corazones<br />
se alejan <strong>de</strong> la naturaleza, nuestros sentimientos se endurecen<br />
y per<strong>de</strong>mos reverencia y respeto por todo lo que vive. Nosotros no<br />
po<strong>de</strong>mos cortar una flor, porque ella también tiene <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> vivir<br />
tanto como nosotros. Nuestros bailes canciones y oraciones dan fuerza<br />
a nuestros pensamientos y sentimientos más finos y nos traen más<br />
cerca <strong>de</strong>l círculo eterno <strong>de</strong> Onorúame. Aquí, el círculo eterno, nuestras<br />
vidas se fijan <strong>de</strong> nuevo en la armonía firme <strong>de</strong> los cuatro vientos<br />
que sostienen el terruño <strong>de</strong>l alma. Estamos afinados a los cuatro elementos.<br />
Nuestro camino eterno nos lleva a la sabiduría, amor, paz y<br />
meditación.<br />
Si el baile <strong>de</strong> la vida llega a parar, nuestros amigos y parientes<br />
bailarán y cantarán para alegrar nuestra alma en su <strong>de</strong>spedida. Tres<br />
o cuatro días <strong>de</strong> música les quitará el dolor <strong>de</strong> la <strong>de</strong>spedida, porque<br />
pronto llegaremos a Orión, uno <strong>de</strong> los tres pisos <strong>de</strong>l cielo y recordaremos<br />
la música y las danzas que bailamos. Una vez bailamos con<br />
capullos <strong>de</strong> mariposa amarrados a nuestros tobillos; sus sonidos <strong>de</strong><br />
retintín continuarán resonando con el movimiento <strong>de</strong> las estrellas,<br />
porque nacimos <strong>de</strong>l capullo: la matriz <strong>de</strong> nuestra Madre la Tierra.<br />
Cuando muramos, volaremos suavemente entre nuestros cariños y<br />
amista<strong>de</strong>s para <strong>de</strong>spedirnos.<br />
Nuestras alas bailarán una danza <strong>de</strong> alegría y tristeza, mientras<br />
que nos elevamos para finalmente volar en una espiral hasta el cielo:<br />
la meta <strong>de</strong> nuestro nuevo hogar en las estrellas <strong>de</strong> Orión.<br />
Tu hermano Rarámuri
12<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
REMEMBRANZAS DE VILLA DE SERIS<br />
Por: Enrique “Kiki” Vega Galindo<br />
MISIÓN SANTA MARÍA DEL PÓPULO<br />
La Misión <strong>de</strong> Santa María <strong>de</strong>l Pópulo o María <strong>de</strong>l Pueblo, fue fundada<br />
en 1679 por Juan Fernán<strong>de</strong>z, quien colocó en un altarcillo una estampita<br />
con la imagen <strong>de</strong> esta santa. La capilla fue construida <strong>de</strong> adobe y<br />
carrizo, bautizando a la comunidad Seri con este nombre.<br />
La organización religiosa militar <strong>de</strong> los Jesuitas o Compañía <strong>de</strong> Jesús,<br />
iniciada en 1520 por Ignacio <strong>de</strong> Loyola, instruyó a sus compañeros o soldados<br />
en la disciplina científica Se adueñaron <strong>de</strong> la Iglesia Católica, crearon<br />
nuevos ritos litúrgicos, conformando una secta cerrada. Hijos <strong>de</strong> aristócratas<br />
y burgueses, amantes <strong>de</strong> Shakespeare y Cervantes, para imponer su i<strong>de</strong>ología<br />
utilizaron la ternura, amabilidad, sencillez, humildad y aparentaron<br />
la pobreza económica. Hubo un cisma o rompimiento <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la secta,<br />
<strong>de</strong>dicándose unos a la enseñanza académica y otros a la vida religiosa. Estos<br />
últimos se lanzaron a la aventura, a conquistar territorios indómitos y<br />
establecer misiones.<br />
Los románticos jesuitas que pisaron suelo sonorense chocaron con una<br />
realidad innegable: la sobrevivencia, o sea, la alimentación. La primera fase<br />
<strong>de</strong> la transculturación era lograr una comunidad auto suficiente, agrícola y<br />
gana<strong>de</strong>ra, con vida al estilo europeo. La distante ubicación entre las misiones,<br />
la falta <strong>de</strong> provisión, <strong>de</strong> pertrechos y alimentos, <strong>de</strong>sintegró la organización<br />
misional.<br />
No todos los misioneros eran valientes, guerreros listos a luchar para<br />
doblegar a los nativos. Los astutos fueron: Eusebio Francisco Kino, Andrés<br />
Pérez <strong>de</strong> Rivas, Adamo Gilg, Joseph Neuman, Ignaz Pfefferkorn y algunos<br />
poco conocidos como Figueroa, Mén<strong>de</strong>z y Agustín Campos. Estos personajes<br />
escribieron sus experiencias en hebreo, latín, griego, germano e italiano.<br />
La Misión <strong>de</strong> Santa María <strong>de</strong>l Pópulo (Pópulox) fue organizada en las<br />
márgenes <strong>de</strong>l Río San Miguel <strong>de</strong> Horcaditas, por el SJ Pedro Fernán<strong>de</strong>z,<br />
quienes acompañado <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> seris cultivaron maíz, trigo y calabazas.<br />
Tenían granados, membrillos, duraznos, cítricos, aves y ganado. Fernán<strong>de</strong>z<br />
ya estaba viejo y cansado, sólo aguantó cuatro años. Se fue. Y los<br />
seris también.<br />
En 1688 apareció un gordito, chaparro y simpaticón alemán <strong>de</strong> nombre<br />
Adamo Gilg, reabriendo la misión. En 1692 redactó un tratado <strong>de</strong> los seris.<br />
No era amante <strong>de</strong> las labores <strong>de</strong>l campo, y no le importaba la vida seri. Se<br />
marchó, abandonando el poblado.<br />
Casa <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong> seris llena <strong>de</strong> antigueda<strong>de</strong>s...<br />
Iglesia <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong> Seris.<br />
A mediados <strong>de</strong> 1709 y 1710 el Padre rector italiano Juan María <strong>de</strong> Salvatierra<br />
se embarcó en San Loreto <strong>de</strong> Conchos, B.C. Sur, el día 22 <strong>de</strong> agosto<br />
en la madrugada, en una barcaza malhecha y navegó 60 kilómetros hasta<br />
toparse con el Río Yaqui. Ahí, los tripulantes cargaron la nave con víveres<br />
y se regresaron.<br />
Salvatierra era todo un viejo lobo <strong>de</strong> mar. Bien colmilludo. Se tendió<br />
vereda a pie caminando kilómetros para llegar a la Misión San José <strong>de</strong> Guaymas,<br />
fundada el 15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1701, administrada por Francisco María<br />
Píccolo. Este era el núcleo <strong>de</strong> abastecimiento <strong>de</strong> Eusebio Francisco Kino.<br />
Existía un enorme hato <strong>de</strong> ganado vacuno, caballar, mular y asnal. Terrenos<br />
<strong>de</strong> sembradío, hermosas huertas, <strong>de</strong>pósitos con trigo y sus respectivos molinos,<br />
almacenes atestados <strong>de</strong> mercancías <strong>de</strong> todo tipo. Kino era un empresario<br />
portentoso.<br />
Salvatierra <strong>de</strong>bía solucionar una obligación urgente. Sin <strong>de</strong>scansar siguió<br />
la brecha, llegando a uno <strong>de</strong> los más hermosos lugares sonorenses <strong>de</strong><br />
propiedad particular; el Real <strong>de</strong> Minas <strong>de</strong> Nuestra Señora <strong>de</strong> Guadalupe.<br />
Los hacendados inmediatamente or<strong>de</strong>naron custodia militar. Lo introdujeron<br />
a un elegante carruaje tirado por cuatro briosos corceles, sentándolo<br />
arriba <strong>de</strong> 300 pesos <strong>de</strong> oro macizo para sus gastos. <strong>El</strong> dinero lo entregó a<br />
las arcas reales <strong>de</strong>l Rectorado jesuita <strong>de</strong> la Misión Santa María <strong>de</strong>l Pópulo<br />
y exigió inmediatamente un informe escrito <strong>de</strong> las anormalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la misión<br />
Seri.<br />
Almanza y Fernando Bayereca eran los administradores. Salvatierra redactó<br />
las anomalías hacia los seris, asentando que en 1680 Gaspar Thomas<br />
fue el primer sacerdote en estudiar a la etnia, logrando realizar un mapa<br />
<strong>de</strong>tallado <strong>de</strong> la localización <strong>de</strong> las bandas seris. En 1708 Miguel Xavier <strong>de</strong><br />
Almanza no se interesó en los seris y Salvatierra regresó a la Baja Sur.<br />
<strong>El</strong> Vaticano, enfadado <strong>de</strong> los problemas sonorenses, envió <strong>de</strong> Guadalajara,<br />
Jalisco un espía: Tomás Miranda, quien arribó a Sonora en 1749. Con el<br />
pretexto <strong>de</strong> escribir una investigación <strong>de</strong> los seris, su trabajo en realidad era<br />
informar acerca <strong>de</strong> <strong>El</strong> Presidio y La Misión.<br />
Los misioneros y soldados eran socios <strong>de</strong>l negocio agrícola, gana<strong>de</strong>ro y<br />
minero, esclavizaron a los seris, quienes trabajaban <strong>de</strong> sol a sol. Dice Miranda<br />
que el peor <strong>de</strong> ellos fue Rodríguez Gallardo, quien <strong>de</strong>struyó las misiones<br />
<strong>de</strong> Los Ángeles y la <strong>de</strong> Nacameri. Sostiene que los seris no eran enemigos,<br />
salvajes, criminales o <strong>de</strong>monios. Miranda se introdujo al grupo y realiza<br />
una <strong>de</strong>scripción titulada: “Carta Apologética al padre José Utrera”, escrita<br />
en 1755. Don <strong>Julio</strong> Montaneé Martí lo cita en su “Diccionario <strong>de</strong> Jesuitas<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
Remembranzas <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong> Seris...<br />
en Sonora, México”, aunque lo interesante <strong>de</strong> Miranda, quien <strong>de</strong>scubrió<br />
los turbios negocios jesuitas, están enclaustradas en un antiguo monasterio<br />
español. Su acceso requiere un complejo consentimiento clerical.<br />
Las aportaciones científicas <strong>de</strong> Miranda son una joya literaria. En Sonora,<br />
Miranda se impuso, corrió a Rafael Rodríguez Gallardo ubicando la<br />
congregación Seri en el Real Presidio <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> la Conquista <strong>de</strong> <strong>El</strong><br />
<strong>Pitic</strong> llamándola Hacienda, Villa <strong>de</strong> <strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>, Pueblo <strong>de</strong> Seris o Villa <strong>de</strong> Seris.<br />
<strong>El</strong> Visitador jesuita Carlos Rojas y Tomás Miranda formaron el Real<br />
Presidio <strong>de</strong> San Miguel <strong>de</strong> Horcasitas, cerca <strong>de</strong> la vieja misión, allí encerraron<br />
a los militares y los obligaron a colonizar el territorio; esto sucedió<br />
en 1750.<br />
En 1780 irrumpieron los seris, atacando y matando a los militares y <strong>de</strong>sapareciendo<br />
el presidio y la misión, entonces en manos <strong>de</strong> Nicolás Perea.<br />
Ahora bien, Miranda, al ser convocado vía petición <strong>de</strong> <strong>El</strong> Vaticano, era<br />
un estudiante <strong>de</strong>l Colegio Máximo <strong>de</strong> San Pedro y San Pablo <strong>de</strong> México,<br />
joven, arrogante, alto, fornido, <strong>de</strong> carácter impositivo, irrespetuoso y rebel<strong>de</strong>.<br />
No le importaba el Gobierno ni las leyes. La serie <strong>de</strong> misivas o cartas<br />
apologéticas no se han encontrado o tal vez estén perfectamente aseguradas,<br />
para no divulgarlas.<br />
La manera <strong>de</strong> escribir <strong>de</strong> Miranda rompe con los cánones tradicionales<br />
<strong>de</strong>l grupo en el po<strong>de</strong>r en el momento, quien exigía a los investigadores la<br />
línea oficial para las publicaciones. Miranda ignora el sistema, y <strong>de</strong>scribe<br />
el tiempo en que vive, las circunstancias, <strong>de</strong>nuncia el atentado genocida<br />
hacia los seris, protesta contra la calamidad, y le toca participar en la guerra<br />
entre españoles y seris.<br />
En contra <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al seri, les plantea apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> otras tierras menos<br />
conflictivas. Su dinamismo, viveza e hiperactividad lo impulsan a tomar<br />
el problema como suyo y comienza un alegato legal sobre la propiedad <strong>de</strong><br />
la tierra, entonces los seris ven en él a un hermano, a su protector, le pi<strong>de</strong>n<br />
que por favor los <strong>de</strong>je ir, que no quieren tierras, que regrese a su pueblo.<br />
Miranda llega a un acuerdo con las autorida<strong>de</strong>s superiores eclesiásticas<br />
AUTORES Y TEMAS SONORENSES<br />
* REENCUENTRO: León Aldrete María Cristina<br />
* La Flecha y el Hombre: Petterson Téllez, R.<br />
* <strong>El</strong> Cazador <strong>de</strong> Guachos: Terán J.,<br />
* Hermosillo en mi Memoria: Escobosa Gámez G.<br />
* Relatos <strong>de</strong> mi pueblo; Tepache: B. Vázquez, F.<br />
DE VENTA EN: LIBRERIA MILENIO 2000<br />
GASTON MADRID No. 22 ESQ. MATAMOROS<br />
TEL. 213-11-99<br />
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13<br />
Viejo Molino <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong> Seris...<br />
y el po<strong>de</strong>r gubernamental. Miranda recibe oficialmente la liberación inmediata<br />
<strong>de</strong> los seris, y los acompaña hasta el mar.<br />
<strong>El</strong> autor es sociólogo, escritor, expositor e investigador in<strong>de</strong>pendiente.<br />
Queda prohibida la reproducción total o parcial. D.R. México 2002.<br />
All Right Reserved. Exclusividad Woolfolk, Andra<strong>de</strong>, Vega y EL PITIC.<br />
Violar este <strong>de</strong>recho es <strong>de</strong>lito fe<strong>de</strong>ral.<br />
Casa antigua <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong> Seris...
14<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
“LOS EXTRANJEROS EN SONORA Y EL<br />
CASO DEL ALCALDE EXTRANJERO”<br />
Mtro. Nicolás Pineda Pablos<br />
<strong>El</strong> Colegio <strong>de</strong> Sonora – SSH<br />
Ahora que se habla tanto <strong>de</strong> apertura comercial, <strong>de</strong> inversiones<br />
extranjeras y <strong>de</strong> integración comercial <strong>de</strong> México con las naciones <strong>de</strong><br />
Norteamérica, es oportuno revisar en nuestro pasado las experiencias<br />
que los estados fronterizos han tenido en materia <strong>de</strong> aperturas comerciales,<br />
así como conocer más sobre la presencia e influencia que no<br />
sólo el capital extranjero, sino los extranjeros mismos tuvieron, en las<br />
épocas durante el siglo XIX y el porfiriato en nuestra región y que contribuyeron<br />
po<strong>de</strong>rosamente a la integración <strong>de</strong> diversas regiones <strong>de</strong>l<br />
norte <strong>de</strong> México a la red <strong>de</strong>l comercio internacional y en el forjamiento<br />
<strong>de</strong> un espíritu mercantil, empresarial e individualista que ahora se<br />
trata <strong>de</strong> recuperar e impulsar para ser más eficientes y competitivos.<br />
Los extranjeros en Sonora<br />
La integración y presencia extranjera en el noroeste <strong>de</strong> México se<br />
inició inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y se incrementó<br />
consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la fiebre <strong>de</strong>l oro en California y <strong>de</strong> la<br />
Guerra Civil estadouni<strong>de</strong>nse, sin menospreciar los influjos que también<br />
tuvieron la intervención francesa y sus proyectos para explotar<br />
las minas <strong>de</strong> Sonora. Fueron muchos los extranjeros que, <strong>de</strong>liberadamente<br />
o por los avatares <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino, establecieron su resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>finitiva<br />
en Sonora, hicieron ahí sus negocios y <strong>de</strong>jaron, en muchos<br />
casos, <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia sonorense.<br />
<strong>El</strong> censo que levantó el gobernador Ignacio Pesqueira en 1870 reporta<br />
260 extranjeros establecidos en Sonora, <strong>de</strong> una población total<br />
<strong>de</strong> 108,211 habitantes.*<br />
Veinticinco años <strong>de</strong>spués, para 1895, según un nuevo censo or<strong>de</strong>nado<br />
por el gobernador Corral, los nacidos en el extranjero serán 1,830<br />
y constituían casi el uno por ciento <strong>de</strong> la población total <strong>de</strong> 189,158<br />
habitantes <strong>de</strong> Sonora. *<br />
La población extranjera continuó creciendo a un ritmo aún más<br />
acelerado al final <strong>de</strong>l porfiriato, <strong>de</strong> modo que para 1910 ésta sumaba<br />
un total <strong>de</strong> 9,238 individuos, constituyendo entonces el tres y medio<br />
por ciento <strong>de</strong> la población. De ese conjunto <strong>de</strong> personas venidas<br />
<strong>de</strong> otros países, más <strong>de</strong> la mitad provenía <strong>de</strong> Asia, especialmente <strong>de</strong><br />
China; una tercera parte provenía <strong>de</strong> los Estados Unidos; el once por<br />
ciento <strong>de</strong> Europa, principalmente <strong>de</strong> España, Alemania y Francia; y<br />
sólo 43 <strong>de</strong>l centro y sudamericanos, entre los cuales <strong>de</strong>stacan catorce<br />
chilenos.*<br />
Más aún, la significación económica y político-social <strong>de</strong> estos extranjeros<br />
se acrecienta si tomamos en cuenta que la cantidad <strong>de</strong> hombres<br />
sobrepasaba consi<strong>de</strong>rablemente a la <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> ese origen.<br />
Así en el año <strong>de</strong> 1910 había casi 8 hombres extranjeros por cada mujer<br />
<strong>de</strong> ese origen. Sus ocupaciones principales eran el comercio y la minería.<br />
Los <strong>de</strong>dicados al primero se concentraban en Guaymas y en Hermosillo<br />
y los <strong>de</strong>dicados a la segunda estaban distribuidos en todas las<br />
tierras altas <strong>de</strong>l Estado. Hubo a<strong>de</strong>más algunos médicos que prestaban<br />
sus servicios a la población.* Hacia fines <strong>de</strong>l siglo un buen número <strong>de</strong><br />
ellos trabajó también en la construcción <strong>de</strong>l ferrocarril o en las obras<br />
<strong>de</strong> canalización <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong>l Yaqui, principalmente como ingenieros,<br />
maquinistas y capataces.<br />
En el caso <strong>de</strong> los estadouni<strong>de</strong>nses y los europeos, la calidad <strong>de</strong><br />
extranjero era garantía <strong>de</strong> prestigio social y acceso a la élite política y<br />
económica <strong>de</strong> la región. No es extraño entonces encontrar a algunos<br />
extranjeros entre los primeros empresarios que hicieron fortuna en<br />
base al comercio. En este selecto grupo estaban los anglosajones John<br />
A. Robinson y Thomas Spencer, los españoles José y Celedonio Ortiz,<br />
en Guaymas; y en Hermosillo los franceses Juan Pedro, Francisco,<br />
Pascual, Pedro Andrés y José Camou.*<br />
Como contraparte, los asiáticos, principalmente la numerosa colonia<br />
china, encontraron serias dificulta<strong>de</strong>s para integrarse y ser admitidos<br />
por las viejas familias sonorenses. Aparentemente, durante el<br />
porfiriato fueron tolerados y pudieron, gracias a ello, crecer y prosperar.<br />
Sin embargo, el calor <strong>de</strong> la crisis económica <strong>de</strong> 1929 arreció una<br />
campaña antichina, siendo prácticamente expulsados <strong>de</strong>l estado en<br />
1931.<br />
A la fecha, la antigua presencia extranjera en Sonora resulta todavía<br />
notoria por la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia que <strong>de</strong>jaron. Bástenos sólo mencionar<br />
que varios <strong>de</strong> los gobernadores y personajes <strong>de</strong> este siglo han tenido<br />
antepasados extranjeros. Entre éstos están Alejo Bey y Benjamín Hill<br />
que eran hijos <strong>de</strong> inmigrantes <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> la Guerra Civil. Adolfo <strong>de</strong> la Huerta Marcor y Alejandro Carrillo<br />
Marcor son <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> un soldado francés retirado llamado<br />
Juan Marcor. Luis Encinas Johnson y Mario Morúa Johnson son<br />
<strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> un comerciante y gana<strong>de</strong>ro norteamericano y, por<br />
último, Carlos Armando Biebrich tiene como antepasado a un minero<br />
alemán <strong>de</strong> nombre Jacobo Biebrich.<br />
Seldner y la Mercería <strong>de</strong> la Paz<br />
Con el marco <strong>de</strong> referencia anterior, veamos, muy sucintamente,<br />
el caso particular <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> estos extranjeros, el señor Simón Bley en<br />
Sonora, que estuvo muy vinculado con la familia Seldner y con la antigua<br />
Mercería <strong>de</strong> la Paz.<br />
La historia <strong>de</strong>l Sr. Bley, comienza con la <strong>de</strong>l Sr. Francisco Seldner,<br />
originario <strong>de</strong> un lugar llamado Gensen, ubicado en el ducado <strong>de</strong> Polonia<br />
y súbdito <strong>de</strong>l Emperador <strong>de</strong> Prusia, que emigró a los Estados<br />
Unidos a mediados <strong>de</strong>l siglo pasado don<strong>de</strong> adquirió la nacionalidad<br />
estadouni<strong>de</strong>nse. De este país se trasladó a Guaymas don<strong>de</strong> en sociedad<br />
con el Sr. Francisco von Vorstel estableció, en 1873, la Mercería <strong>de</strong><br />
la Paz. A<strong>de</strong>más, el Sr. Seldner casó con la guaymense Polina Marcor<br />
Bazosaval, con quien procreó siete hijos que crecieron como mexicanos<br />
y se casaron, con una excepción, en México.<br />
Pocos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> establecida la Mercería <strong>de</strong> la Paz, el Sr. Von<br />
Vorstel <strong>de</strong>jó la sociedad y el negocio perteneció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces a don<br />
Francisco Seldner y a su familia.<br />
<strong>El</strong> Sr. Seldner tuvo oportunidad <strong>de</strong> viajar varias veces a Alemania<br />
en plan <strong>de</strong> negocios y para visitar a sus familiares. De hecho don<br />
Francisco Seldner murió a bordo <strong>de</strong>l vapor Columbia, en el trayecto<br />
<strong>de</strong> Nueva York a Plymouth, mientras viajaba a Hamburgo, Alemania,<br />
el 6 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1896. Su cuerpo fue embalsamado y trasladado a<br />
Guaymas don<strong>de</strong> fue sepultado.*<br />
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Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
Los extranjeros en.....<br />
Los hermanos Bley<br />
Los hermanos Adolfo, Leopoldo, Simón y Germán Bley eran sobrinos<br />
<strong>de</strong>l Sr. Seldner, aparentemente hijos <strong>de</strong> una hermana <strong>de</strong> éste.<br />
Cuando menos cuatro hermanos Bley, originarios <strong>de</strong> Gensen, emigraron<br />
a México en la década <strong>de</strong> 1870, atraídos por el éxito <strong>de</strong> su tío Francisco<br />
Seldner, para emplearse con él y ayudarlo en el para entonces ya<br />
prospero negocio <strong>de</strong> mercería.<br />
Estos hermanos se hicieron cargo, a su vez, <strong>de</strong> diferentes sucursales<br />
y negocios <strong>de</strong> la Mercería <strong>de</strong> la Paz. En diciembre <strong>de</strong> 1888, Francisco<br />
Seldner firmó, ante el Notario, un po<strong>de</strong>r amplísimo a favor <strong>de</strong><br />
Adolfo Bley, quien, junto con su hermano Simón, se hizo cargo <strong>de</strong> la<br />
sucursal <strong>de</strong> la Mercería <strong>de</strong> la Paz en la ciudad <strong>de</strong> Hermosillo, abierta<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1880. Posteriormente, Adolfo participó en la creación <strong>de</strong>l Banco<br />
<strong>de</strong> Sonora, fundado en 1899, <strong>de</strong>l cual llego a ser vicepresi<strong>de</strong>nte.<br />
<strong>El</strong> cuarto hermano, Leopoldo, casó en Guaymas en 1903 y se estableció,<br />
también como comerciante, en la ciudad <strong>de</strong> Guadalajara, Jalisco.<br />
Simón Bley<br />
Simón Bley, el extranjero que llegó a ser alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Hermosillo,<br />
nació en 1865, en Gensen, ducado <strong>de</strong> Polonia, en el Imperio Prusiano.<br />
Vino a México en 1876 a la edad <strong>de</strong> 11 años para vivir y ser educado al<br />
lado <strong>de</strong> su tío Francisco Seldner en Guaymas, adquiriendo la nacionalidad<br />
mexicana en 1880. Simón casó con Lillian Bien, hija <strong>de</strong> un ingeniero<br />
estadouni<strong>de</strong>nse que construyó los faros <strong>de</strong> la costa mexicana <strong>de</strong>l<br />
Pacifico. <strong>El</strong> matrimonio tuvo su casa enfrente <strong>de</strong> la Plaza Zaragoza, a<br />
un lado <strong>de</strong> catedral y procreó cuando menos cuatro hijos: Bertrand,<br />
único varón y que llegó a ser abogado, y tres mujeres; Irma, Beatriz y<br />
Consuelo. Todos crecieron y se educaron en California, don<strong>de</strong> viven<br />
actualmente sus <strong>de</strong>scendientes.<br />
Estuvo a cargo durante todo el tiempo que residió en Hermosillo<br />
<strong>de</strong> la Mercería <strong>de</strong> la Paz, <strong>de</strong> la cual era accionista junto con sus primos<br />
Seldner. Esta mercería era la primera <strong>de</strong> su tipo y la principal negociación<br />
en el estado, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Cervecería <strong>de</strong> Sonora; en ella se<br />
expendían materiales <strong>de</strong> construcción, pólvora, equipo para la minería,<br />
herramientas, pinturas, seguros <strong>de</strong> vida y muchos otros artículos,<br />
la mayoría <strong>de</strong> ellos importados ya que esta casa era representante y<br />
agente <strong>de</strong> Casas como la California Power. Co. <strong>de</strong> San Francisco y <strong>de</strong> la<br />
Equitable Life Insurance Co. <strong>de</strong> Nueva York; la tienda estuvo ubicada<br />
primero frente a la Plaza Hidalgo, hoy avenida Obregón,<br />
y posteriormente construyó, como se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la negociación,<br />
el edificio Bley, que aún subsiste en la esquina <strong>de</strong> Serdán y<br />
Garmendia.<br />
La presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Bley<br />
Simón Bley fue siempre una persona involucrada en<br />
clubes y activida<strong>de</strong>s sociales. Tanto Simón como su hermano<br />
Adolfo eran miembros muy activos <strong>de</strong>l club Alemán<br />
que existía a principios <strong>de</strong>l siglo XX en Hermosillo. Simón<br />
también fue miembro fundador y presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Sociedad<br />
<strong>de</strong> Artesanos Hidalgo, una especie <strong>de</strong> sociedad mutualista<br />
prebancaria que tenía entre sus objetivos hacer préstamos<br />
y cuyo edificio fue concluido en 1896. A<strong>de</strong>más era<br />
miembro <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong> la Logia Masónica <strong>de</strong> Hermosillo<br />
número 19. Aparentemente ambos hermanos Bley llevaban<br />
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15<br />
estrecha relación amistosa con Ramón Corral, tanto en su periodo <strong>de</strong><br />
gobernador <strong>de</strong>l Estado como cuando estaba en la vicepresi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />
la República. Así el Club Alemán le organizó una gran recepción al<br />
vicepresi<strong>de</strong>nte cuando estuvo en Sonora, en 1904, a su regreso <strong>de</strong> la<br />
Feria Mundial <strong>de</strong> Baltimore. No sería <strong>de</strong> extrañar entonces que esta<br />
amistad haya influido para que Simón se lanzara como candidato a<br />
la presi<strong>de</strong>ncia municipal.*<br />
<strong>El</strong> Sr. Bley fue electo para ocupar la presi<strong>de</strong>ncia municipal <strong>de</strong> Hermosillo<br />
por dos periodos consecutivos <strong>de</strong> un año cada uno a partir<br />
<strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1901 al 15 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1903.<br />
Durante su gestión al frente <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia atendió los asuntos<br />
referentes a una epi<strong>de</strong>mia que apareció en la ciudad, se ocupó <strong>de</strong>l<br />
mantenimiento <strong>de</strong> la cárcel y firmó un contrato con el Sr. Abraham<br />
Goldbaun para la construcción <strong>de</strong>l mercado municipal (el cual no se<br />
construyó sino hasta siete u ocho años más tar<strong>de</strong>).* También adquirió<br />
e instaló el kiosco <strong>de</strong> metal forjado que se encuentra en la Plaza Zaragoza<br />
que fue fabricado en Mazatlán. *<br />
Emigración y <strong>de</strong>ceso en California<br />
Hacia 1914 ó 1915, los esposos Bley trasladaron su resi<strong>de</strong>ncia a<br />
la ciudad <strong>de</strong> San Francisco, California. Esta <strong>de</strong>cisión parece haberse<br />
<strong>de</strong>bido más al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> la Sra. Lillian <strong>de</strong> regresar a su lugar <strong>de</strong> nacimiento<br />
y educar allá a sus hijos que a la situación política que por<br />
esos años prevalecía en el país.<br />
<strong>El</strong> matrimonio Bley regresó a Hermosillo en muchas ocasiones<br />
para visitar a sus parientes y amista<strong>de</strong>s. La última vez que lo hicieron<br />
fue en 1952 cuando su salud ya estaba algo quebrantada. Simón<br />
Bley murió finalmente en San Francisco, California, el 31 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong><br />
1954. La noticia apareció <strong>de</strong>stacada en la primera plana <strong>de</strong>l periódico<br />
<strong>El</strong> Imparcial el 1 <strong>de</strong> abril, <strong>de</strong>stacando el gran aprecio que los hermosillenses<br />
tenían por este extranjero, hermosillense adoptivo que llegó<br />
a ser alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> la ciudad.<br />
Potencia extranjera en Sonora<br />
La evaluación o juicio que hagamos <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> los extranjeros<br />
en nuestra región, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en gran medida <strong>de</strong> los criterios que<br />
apliquemos. Dependiendo <strong>de</strong>l lugar en que nos ubiquemos, los extranjeros<br />
podrán ser los propulsores <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad<br />
o bien los capitalistas explotadores y apátridas. Lo que no se<br />
pue<strong>de</strong> negar es que su influencia fue clave y <strong>de</strong>cidida en el <strong>de</strong>sarrollo<br />
económico <strong>de</strong> esta región y que <strong>de</strong>jaron huellas in<strong>de</strong>lebles en nuestra<br />
sociedad.
16<br />
Hermosillo, Son., <strong>Julio</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />
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