La Muerte del Capitn Futuro - Free - Capitaine Flam
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cualquier desafortunado que hubiese sido persuadido a firmar para la<br />
Comet.<br />
Todo esto había aprendido después de tres semanas a bordo. Para<br />
cuando le había enviado un mensaje a Schumacher, exigiendo saber qué<br />
otra cosa no me había dicho sobre Bo McKinnon, estaba casi listo para robar<br />
el bote de la Comet e intentar pilotarlo hasta Marte. Cuando Schumacher<br />
envió la respuesta, me dio una pobre disculpa por no contarme todo el<br />
trasfondo de McKinnon; después de todo, su trabajo era obtener tripulantes<br />
para las naves de espacio interplanetario, y no podía jugar contra los<br />
favoritos, que lo sentía mucho, etcétera...<br />
Para entonces, había imaginado el resto. Bo McKinnon era un niño rico<br />
que jugaba a ser el comandante de una nave espacial. Quería el papel, pero<br />
no quería pagar el costo, la experiencia duramente ganada que cualquier<br />
verdadero comandante tiene que lograr. En cambio, se consiguió un<br />
embaucado como yo para hacer su trabajo sucio. No comprendía a qué<br />
arreglo había llegado con Jeri: en cuanto a mí, yo era el último en una larga<br />
línea larga de aduladores.<br />
No robé el bote, aunque sólo porque habría arruinado mi carrera y los<br />
colonizadores de Marte son notablemente desagradables con los huéspedes<br />
no invitados. Además, me imaginé que era una cosa temporal: tres semanas<br />
de Capitán <strong>Futuro</strong> y tendría una historia para contar a mis compañeros de<br />
tripulación a bordo de la Comercio Joviano mientras tomáramos un whisky<br />
alrededor de la mesa de la cámara de oficiales. ¿Piensan que este capitán es<br />
un maldito? Hey, déjenme contarles sobre el último que tuve...<br />
Ahora, todavía quería salir de la Comet, pero no deseaba ser<br />
abandonado en Ceres, donde quedaría a la más tierna merced <strong>del</strong> jefe de<br />
estación.<br />
Era tiempo de probar una táctica diferente con el Capitán <strong>Futuro</strong>.<br />
Solté los brazos de la silla y me eché atrás, tomando aire profundamente<br />
mientras me forzaba a recuperar la calma.<br />
—Mire, Capitán —dije—, ¿qué hay tan importante en este asteroide?