Vertedero de Residuos no Peligrosos de Castañeda - Medio ...

La aplicación de las mejores tecnologías,
a disposición del
Vertedero de Residuos
no Peligrosos de Castañeda
L A SEGURIDAD y L A PRotECCIón AMBIEntAL
ConStItUyEn LoS PRInCIPALES EjES DE ACtUACIón
DEL fUtURo vERtEDERo DEL MontE CARCEñA
MARE
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Con el fin de garantizar la máxima
seguridad y protección ambiental,
el Vertedero de Residuos No
Peligrosos de Castañeda ha
sido diseñado con las mejores
tecnologías disponibles, lo que
permitirá no sólo cumplir, sino
superar, los requisitos establecidos
en la normativa vigente en el ámbito
europeo, estatal y autonómico. De
esta manera, el vertedero del Monte
Carceña se convertirá en todo un
ejemplo de vertedero del siglo XXI.
E
l Vertedero de Residuos No Peligrosos de
Castañeda sustituirá al actualmente ubicado
en El Mazo (Piélagos) como centro de
referencia en nuestra región para la gestión de los
residuos industriales no peligrosos. Se trata de un
proyecto promovido por la empresa Integraciones
Ambientales de Cantabria (IACAN), una sociedad de
capital mixto formada por la empresa pública MARE,
dependiente de la Consejería de Medio Ambiente del
Gobierno de Cantabria, y la empresa FCC-Ámbito.
El proyecto del vertedero cuenta con Autorización
Ambiental Integrada otorgada el pasado mes de julio
por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno
de Cantabria. Asimismo, dispone de autorización por
parte de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.
Tras la redacción del proyecto de construcción de la
primera fase del vertedero, se han licitado las obras,
tanto del vaso como del vial de acceso.
Ubicado en Monte Carceña, el Vertedero de Residuos
No Peligrosos de Castañeda contará con una
superficie total de unas 50 hectáreas y una capacidad
total estimada en 7.500.000 metros cúbicos, siendo
su vida útil entre 20 y 25 años.
Modelo de explotación
La explotación del vertedero se dividirá en varias
fases, que proporcionarán un volumen útil capaz de
albergar los residuos que se produzcan entre cuatro
y cinco años de explotación. A su vez, cada fase
estará formada por distintos niveles de llenado de
los dos vasos de vertido existentes, hasta alcanzar
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Medio Ambiente Cantabria Informa
Ubicado en Monte Carceña, el Vertedero de Residuos No Peligrosos de Castañeda contará con una superficie total de
unas 50 hectáreas.
cada uno de ellos la cota de 165 metros. Cada nivel
estará asociado a una berma intermedia, es decir, un
escalón que se construye en los taludes largos y de
mucha pendiente para dar estabilidad al terreno, que
estará situada sobre el terreno natural, así como una
berma final en el perfil exterior definitivo. Además,
se realizarán trabajos de impermeabilización de las
nuevas, conectadas a la ya existente, para asegurar
la continuidad de la impermeabilización.
El vertedero acogerá, a su vez, una plataforma
destinada a albergar los edificios de explotación,
como las oficinas o talleres, y otra donde se
construirán las balsas de recogida y gestión de los
lixiviados o líquidos que se generen en la instalación
o que penetren a través de los residuos depositados y
que sean emitidos o estén contenidos en un depósito
controlado.
Sistema de impermeabilización y gestión
de aguas
A pesar de que la zona de ubicación del
vertedero presenta materiales geológicos de baja
permeabilidad, esta barrera natural será reforzada
mediante la instalación de un completo sistema de
impermeabilización, fundamental para evitar que los
lixiviados producidos contaminen la red de drenaje
superficial y las aguas subterráneas de los terrenos
sobre los que se asientan los vertederos de Residuos
Sólidos Urbanos (RSU).
De esta forma, el sistema de impermeabilización del
vertedero presentará varias capas, desde el fondo
hasta la superficie, lo que garantizará la protección
total del subsuelo. La impermeabilización de la
plataforma empezará por una capa de refuerzo con
material de muy baja permeabilidad; drenaje de
seguridad, formado por un material geosintético;
geomembrana impermeable de Polietileno de
Alta Densidad (PEAD), protegida por un geotextil
de polipropileno antipunzonamiento; drenaje de
lixiviados, formado por un nivel de gravas en el que
se instalarán las redes de recogida y evacuación de
los lixiviados; y por último, una capa de rodadura (ver
gráfico anexo).
Para asegurar un absoluto control que garantiza
un vertido cero y por lo tanto, ausencia total de
contaminación, los lixiviados procedentes de cada
uno de los dos vasos de vertidos serán recogidos
mediante sistemas de drenaje independientes,
siendo almacenados en balsas, para proceder a su
gestión según establece la normativa vigente. Una
vez recogidos, los lixiviados serán adecuadamente
evacuados y tratados mediante gestor autorizado
externo.
Además, se implantarán tres redes de drenaje

Esquema longitudinal de drenaje y gestión de aguas.
destinadas a evacuar las aguas naturales, incluyendo
las subsuperficiales, las pluviales exteriores y
las pluviales de explotación, para así captarlas y
reconducirlas al medio natural evitando, de esta
forma, su entrada en el vertedero y su contaminación.
Es decir, las aguas de escorrentía alcanzarán su
cauce natural sin contacto con el vertedero a través
de una conexión perimetral que desviará el agua,
devolviéndolo a su cauce.
Control y vigilancia
Por otro lado, el proyecto contempla la adecuación
del vertedero al Real Decreto 1481/2001, de 27 de
diciembre, por el que se regula la eliminación de
residuos mediante depósito en vertedero.
No obstante, y teniendo en cuenta los sistemas de
seguridad previamente analizados, se ha definido un
amplio abanico de controles, como el llevado a cabo
en la topografía del vaso de vertido para prevenir
posibles asientos; el del balance hídrico mediante una
torre meteorológica; treinta puntos de monitorización
y control de las aguas evacuadas repartidos entre las
distintas redes de drenaje; cinco piezómetros para
comprobar la afección a las aguas subterráneas; y
una red de pozos que permitirán detectar cualquier
posible emanación de biogás.
Residuos admitidos
Y es que, en el Vertedero de Residuos No Peligrosos
de Castañeda solamente se depositarán residuos
que hayan sido objeto de algún tratamiento previo,
excepto los residuos inertes cuyo tratamiento sea
técnicamente inviable. Según el Real Decreto
1481/2001, los residuos inertes son aquellos residuos
no peligrosos que no sufren transformaciones físicas,
químicas o biológicas significativas. El tipo de
residuos admisibles se reduce a una lista establecida
en la Autorización Ambiental Integrada, que incluye,
entre otros, residuos procedentes de la industria
metalúrgica, de la minería o de la construcción.
Además, y previamente a su vertido, los residuos serán
sometidos a un protocolo de admisión en planta. En
primer lugar, el productor del residuo deberá solicitar
el vertido de forma previa, declarando en la solicitud
el tipo de residuo que presenta. A continuación, el
gestor del vertedero, deberá admitir, si así procede,
dicho vertido. Una vez que el camión llega a la
báscula para su pesaje, se comprobará que el residuo
y la solicitud coinciden y , de acuerdo con la ley, se
tomarán muestras con el fin de realizar analíticas de
comprobación en los casos que correspondan. Una
vez vertido, se comprobará que la totalidad del residuo
coincide con lo declarado en la solicitud inicial.
Una vez depositados, los residuos se cubrirán
diariamente con una capa de material de la propia
excavación. A su vez, antes de procederse al sellado
de cada nivel, los residuos serán compactados con el
fin de que ocupen el menor espacio posible.
Integración y restauración ambiental
Durante la construcción del vertedero, con la doble
finalidad de estabilizar los taludes y las laderas
circundantes e integrar el vertedero en su entorno,
se llevarán a cabo en su perímetro plantaciones con
especies autóctonas.
Una vez terminada su vida útil de entre 20 y 25 años,
se procederá a la impermeabilización del vertedero
y a la restauración fisiográfica y ecológica de su
superficie. Además, tal y como establece el artículo 14
del Real Decreto 1481/2001, tras su cierre y durante
un plazo de 30 años, IACAN, entidad explotadora del
vertedero, será responsable de su mantenimiento,
recuperación, vigilancia y control.
Un completo proceso de control que garantiza
la máxima seguridad y protección ambiental del
vertedero y su entorno gracias a la aplicación de las
mejores tecnologías, cuando los residuos ya no son
aprovechables.
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