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Padre Fundador - Instituto Progreso y Esperanza AC

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JOSÉ ABRAHAM MARTÍNEZ BETANCOURT<br />

1903-1982<br />

OBISPO DE LA DIÓCESIS DE T<strong>AC</strong>ÁMBARO<br />

Y FUNDADOR DE LAS<br />

SIERVAS DE LA INM<strong>AC</strong>ULADA CONCEPCIÓN<br />

CORRESPONDENCIA A SUS HIJAS<br />

Tacámbaro Mich. México<br />

1


HOMENAJE AL EXCMO. SR. DR. D.<br />

JOSE ABRAHAM MARTINEZ BETANCOURT<br />

EN EL PRIMER CENTENARIO DE SU N<strong>AC</strong>IMIENTO<br />

1903-2003<br />

Pbro. Hilario Téllez<br />

Lejos de mí, pretender hacer una biografía del Sr. Abraham, no tengo la capacidad, ni<br />

el tiempo, ni los elementos para ello, ni sería ésta la oportunidad para presentarla.<br />

¿Una semblanza? Confieso que no tengo una idea clara de que sea eso. Si usamos el<br />

símil de las artes plásticas, tendré que decir que no es, desde luego, una fotografía, ni<br />

una pintura idealizante, ni un boceto y menos una caricatura que requiere un talento<br />

especial. Simplemente trato de hacer unos trazos con brocha gorda que nos ayuden a<br />

aflorar la figura tan amada que todos llevamos en nuestros corazones.<br />

Para Ello, trataré primero de hacer lo que dice S. Pablo en su primera carta a<br />

los Corintios: Os trasmití lo que a mi vez he recibido , o traducido a nuestro lenguaje.<br />

Tal como me lo contaron se lo cuento . Invitaré luego a contemplar sus obras y a<br />

reflexionar sobre ellas; aunque mejor podríamos decir SU OBRA, con mayúscula,<br />

porque todo lo concibió y realizó en perfecta unidad. Finalmente, con toda modestia,<br />

daré mi testimonio de lo que mis ojos vieron, mis oídos oyeron y mis manos palparon,<br />

como dice el Apóstol y evangelista, mi propia experiencia, lo que viví en el trato<br />

cercano que Dios me concedió. ¿Cómo lo haré? De la única forma que yo sé hacerlo,<br />

en un relato llano, popular, sin filigranas retóricas. Ese es mi estilo, no tengo otro, no<br />

me da para más; a tenor de Espigando en mis Recuerdos .<br />

Pero vengamos ya a delinear esa amada figura: tratemos de descubrir sus<br />

raíces, pues como me decía mi padre: Para cortar la sandía, hay que fijarse en la<br />

guía .<br />

SUS RAICES<br />

Nuestro ilustrísimo personaje nació en Peribán, Mich. El día 16 de Marzo de<br />

1903 de una familia de Santos. Sus <strong>Padre</strong>s, D. José Trinidad Martínez y Doña. María de<br />

Jesús Betancourt Alcázar, aunque se dice que el apellido paterno de D. José Trinidad<br />

era Tolentino; pero como desde muy pequeño quedó huérfano de padre y su mamá<br />

Doña María de Jesús Martínez asumió los roles de padre y madre, los vecinos lo<br />

identificaron simplemente como Trino, el hijo de Doña María de Jesús Martínez, Trino<br />

Martínez, y terminó por adoptar este apellido que heredó después a todos sus hijos.<br />

Fue catalogado como un hombre bueno, humilde, piadoso, honrado a carta cabal,<br />

entregado al servicio de Dios, fiel, y eficaz colaborador en los trabajos manuales y<br />

evangelizadores de la parroquia, asiduo en la oración y especialmente en la adoración<br />

y cuidado del Santísimo Sacramento. Todo sin descuidar su servicio a la comunidad<br />

como el carpintero del pueblo. Se me ocurre que, como a Jesús, pudieron haber<br />

llamado al Sr. Abraham El hijo del carpintero .<br />

Don José Trinidad se había casado en primeras nupcias con Doña Serafina<br />

Gallegos quien murió a los pocos años, después de haberle dado cuatro hijos varones:<br />

Marcelino, Miguel, José María y Cristóbal. Solo Miguel y José María llegaron a la edad<br />

adulta y fueron excelentes y celosos sacerdotes, conocidos entre nosotros como el P.<br />

Miguelito y el P. Chemita, ambos de reconocidas virtudes, santos, en el sentir del<br />

pueblo.<br />

2


A su tiempo, D. José Trinidad contrajo nuevas nupcias con Ma. De Jesús<br />

Betancourt Alcázar, descendiente de una familia francesa llegada al país a mediados<br />

del siglo XIX y establecida, después de un largo peregrinar, en la región de Peribán y<br />

Los Reyes. La Sra. Ma. De Jesús le dio a D. Trino otros cuatro hijos, tres varones y una<br />

mujer: Antonia, Pedro, Lorenzo y José Abraham, único que llegó a la madurez y se<br />

convirtió no solo en buen sacerdote sino en un Obispo Santo. Pero la familia<br />

Betancourt ya se había revelado como una familia levítica; numerosos sacerdotes y<br />

religiosas de este apellido habían surgido en esta diócesis de Tacámbaro y Zamora y<br />

tuvimos la suerte de conocer a los <strong>Padre</strong>s Francisco y Andrés Betancourt Franco, a<br />

nuestro queridísimo P. Eudoro, a Rafael y Pedro; a la Hna. Juanita y la Inolvidable tía<br />

Luisita, La novicia rebelde que después de consagrar los últimos cincuenta años de<br />

su vida al servicio del Sr. Abraham, murió como profesa de las Siervas de la<br />

Inmaculada Concepción y voló al cielo donde vive su eterno juniorado.<br />

Estas son sus raíces familiares, no sólo biológicas sino también espirituales. En<br />

efecto, de sus padres heredó la fe, la piedad, la rectitud, la laboriosidad, la humildad,<br />

la caridad... y de sus hermanos aprendió la santidad sacerdotal traducida en bondad,<br />

sencillez, fortaleza, valentía, celo apostólico, paz interior... testimonios que quedaron<br />

profundamente grabados en su alma de niño, desde que los acompañaba en sus ires y<br />

venires llevando el bien a los pobres, a los enfermos y pecadores. Toda esta semilla<br />

tenía que germinar, brotar de lo más profundo, y fructificar a su tiempo para<br />

manifestarse en la vivencia de su propia vocación al sacerdocio y al episcopado.<br />

Todo árbol bueno produce frutos buenos . Así el Sr. Abraham, fruto de este<br />

maravilloso árbol familiar, al convertirse a su vez en árbol bueno, no podía menos que<br />

producir buenos frutos.<br />

SUS OBRAS<br />

Pero vengamos ya a contemplar esos buenos frutos, sus obras como ya<br />

decíamos, su obra, la Diócesis. Sí, porque la Diócesis de Tacámbaro, en toda su<br />

integridad, es la obra del Sr. Abraham, pues, sin desconocer ni menospreciar la<br />

meritoria labor de sus predecesores, es legítimo decir que fue él quien verdaderamente<br />

le dio una definida identidad.<br />

Para llegar a aquilatar con justicia la magnitud de ésta su obra, creo<br />

conveniente hacer algunas consideraciones no sólo sobre las condiciones imperantes al<br />

momento de tomarla en sus manos, sino también sobre los antecedentes anteriores y<br />

seguramente no superados. Al ejecutarse la bula de creación de la Diócesis con las<br />

parroquias periféricas de las Diócesis de origen, la legislación eclesiástica vigente tenia<br />

tres años de haber sido promulgada, me refiero al Código de Derecho Canónico de<br />

1917, y con aquellos medios de comunicación de la época no creo hacer la menor<br />

injuria si me atrevo a decir no sólo que no estaba rigiendo la vida de la Iglesia en esta<br />

región, sino que puedo asegurar que los sacerdotes ni siguiera habían visto el librito.<br />

Sólo pensemos que nuestro actual Código, está cumpliendo en estos días veinte años,<br />

(25 de Enero de 1983), los medios de divulgación actuales son envidiables y yo me<br />

pregunto: ya lo estamos viviendo? ¿Ya lo hemos siquiera leído? ¿Lo consultamos? ¿Al<br />

menos lo tenemos en nuestros polvorientos anaqueles? ¿Ya podemos colegir qué<br />

pastoral se encontraría el primer Obispo, el Excmo. Sr. Don Leopoldo Lara y Torres? Y<br />

pensar que para llegar a conocerla tenía que cruzar aquel inmenso territorio tan<br />

accidentado y sin el más miserable camino carretero, todo a pezuña de mula más que<br />

de caballo. Diríamos que su tarea tenía que irse desmontado el terreno, limpiándolo<br />

3


de malezas, diseñar su proyecto de Diócesis y abrir las cepas para sentar los cimientos.<br />

Pero su labor fue prematuramente truncada por la persecución religiosa de 1926 y él<br />

mismo fue definitivamente desterrado de su Diócesis. Pasaron ocho largos años antes<br />

de que viniera el segundo Obispo, el Excmo. Sr. Don Manuel Pío López Estrada (1934)<br />

y encontró la situación tal vez en peores condiciones que las iniciales pues además de<br />

que los sacerdotes se habían dispersado remontándose a los cerros, se habían<br />

acostumbrado a realizar su pastoral a salto de mata, acomodándose a las<br />

circunstancias del momento , es decir , al margen del Derecho, a pura ley natural.<br />

Además él mismo no se sentía seguro todavía y cuando al fin pudo salir a la luz, tuvo<br />

que hacer los mismos recorridos, con los mismos medios, para tener una visión de la<br />

realidad antes de dar algunos pasos para reorganizarlo todo de nuevo; pero una vez<br />

más se interrumpió el proceso porque a escasos cinco años, el 30 de junio de 1934, lo<br />

trasladaron a Jalapa, Ver. Y ese mismo día, por coincidencia, moría en Morelia el<br />

Excmo. Sr. Lara; de manera que a la vez perdíamos dos obispos.<br />

El <strong>Padre</strong> Abraham, vicario parroquial de San Jerónimo y secretario de la Mitra<br />

con nombramiento de Vicario General, fue elegido como Vicario Capitular o<br />

Administrador Diocesano como se dice ahora. Ya desde la secretaría de la Mitra había<br />

podido enterarse de la problemática de algunas parroquias, más, al ser nombrado<br />

Vicario General. Pero de hecho le ataba su condición de Vicario parroquial. Ahora como<br />

Administrador Diocesano en Sede Vacante tenía la oportunidad de salir a conocer de<br />

cerca las parroquias que le faltaban. Así cuando en mayo de 1940 el Excmo. Sr. D. Luis<br />

María Martínez, encargado de los negocios de la Delegación Apostólica, le comunicó<br />

que el Papa pensaba en él para el obispado de Tacámbaro; sabía lo que se le ofrecía,<br />

la magnitud de la tarea; pero pensaba para sus adentros: Tal vez nadie se<br />

arriesgue... como es la última diócesis de la República... pero si el Papa lo dice... y<br />

aceptó y se quedó tan tranquilo sin temores ni triunfalismos, simplemente se preparó a<br />

cumplir como los buenos. Y cuando, publicado el nombramiento, le preguntaron<br />

cuándo sería la consagración, contestó con aplomo: Luego, luego que se pueda, ya<br />

está el nombramiento ¿Qué otra cosa buscamos? Fue consagrado y tomó posesión<br />

como tercer Obispo de Tacámbaro el 20 de octubre de 1940.<br />

A partir de ese día se dispuso a montar y cabalgar por todo el territorio para<br />

visitar a los sacerdotes, animarlos a seguir con ardor su apostolado y convocarlos a la<br />

celebración del primer Sínodo Diocesano, encaminado a analizar la situación, descubrir<br />

los mayores retos y volver toda la vida diocesana a los cauces del Derecho Canónico.<br />

Después de un año de intenso trabajo de preparación, se celebró este primer<br />

Sínodo en el año 1942 en el que se establecieron algunos criterios sobre la unidad<br />

diocesana, la vida de los sacerdotes, la educación, el seminario, y la administración de<br />

los sacramentos, conclusiones que fueron como leyes para la Diócesis, y se insistió<br />

sobre catequesis, misiones y escuelas.<br />

Como fruto de este Sínodo surgió la inquietud de organizar escuelas católicas<br />

en la Diócesis; pero ante la dificultad para conseguir personal docente, se fue llegando<br />

a la conclusión de que era necesario fundar una congregación religiosa que tuviera<br />

este carisma y fuera formado por jóvenes de la propia diócesis. Urgido por los<br />

sacerdotes, fue madurando la idea y por fin, después de elaborar un proyecto de<br />

estatutos y de conseguir una religiosa experimentada como Cofundadora, el Sr.<br />

Abraham expidió el Decreto de Erección de la Pía Unión de Siervas de Inmaculada<br />

Virgen María el 12 de mayo de 1945 con la personalidad jurídica que el código señala<br />

a las asociaciones canónicamente erigidas.<br />

4


Desde entonces, en el corazón del Sr. Obispo corrieron paralelas la<br />

preocupación por la formación de sus sacerdotes y la preocupación por la formación de<br />

sus religiosas. Ambas le rendirían abundantes frutos, pues para el final de su ejercicio<br />

episcopal en 1979, el 90% del Presbiterio de Tacámbaro, incluido el nuevo obispo, era<br />

fruto de su seminario, el seminario que él refundara desde su investidura de Vicario<br />

Capitular. Amén de todos los sacerdotes que habían quedado en Apatzingán y en<br />

Ciudad Altamirano; en tanto que sus ya numerosas religiosas atendían colegios<br />

florecientes, dentro y fuera de la Diócesis.<br />

Otras dos pasiones ocupaban su corazón de pastor: La Acción Católica y la<br />

catequesis. La primera como una forma de tomar en cuenta a los laicos, hombres y<br />

mujeres, jóvenes y viejos, e implicarlos en la misión salvífica de la Iglesia. En su<br />

tiempo florecieron las llamadas cuatro ramas: la U.C.M. de los señores; la U.F.C.M. de<br />

las señoras; la A.C.J.M. de los jóvenes y la J.C.F.M. de las señoritas. En esta misma<br />

línea fundó e impulsó la obra de las vocaciones sacerdotales, O.V.S., con el fin de que<br />

sacerdotes y fieles laicos apoyen la formación y santificación de los sacerdotes con su<br />

oración, interés y una modesta aportación económica.<br />

La catequesis, como base fundamental para la vida cristiana por el<br />

conocimiento de Dios y de su plan de salvación, quiso que fuera tarea primordial de<br />

todo seminarista; se atendían todas las rancherías cercanas a Tacámbaro aun de la<br />

parroquia de Tecario. En este campo el Sr. Abraham llegó a ser reconocido<br />

nacionalmente como el Obispo Catequista.<br />

Entre sus muchas virtudes destaca como una estrella rutilante su pobreza de<br />

espíritu; su desprendimiento era proverbial; no solo hizo la opción por los pobres sino<br />

que vivió la opción por la misma pobreza. Esta actitud quedó especialmente patente<br />

con la erección de la Diócesis de Apatzingán. Cedía la mitad de su Diócesis, la región<br />

de la esperanza, que había repuntado como un polo de desarrollo económico; el<br />

desértico Plan de Tierra Caliente se había convertido en una fértil llanura vestida de<br />

esmeralda por la variedad de cultivos; cedía la región de Coalcomán, clave para la<br />

economía Diocesana y semillero fecundo de vocaciones. Cedía Acahuato, privilegiado<br />

centro de culto mariano y, sin duda proveedor de recursos económicos.<br />

Hasta los mismos Obispos se preguntaban ¿Cómo va a subsistir Tacámbaro?<br />

Pero él sólo pensaba en el bien espiritual de los fieles. Así respondía cuando alguien<br />

de aquella región se quejaba: Ahora van a estar mejor atendidos con un Obispo más<br />

cerca de ustedes .<br />

Pero no bastó con esta división (alguien diría con este despojo) unos años más<br />

tarde, al crearse la Diócesis de Ciudad Altamirano cedió Huetamo en plenas<br />

perspectivas de desarrollo por las obras de la Cuenca del Balsas, y San Lucas con el<br />

único santuario mariano que nos quedaba.<br />

Sin embargo la obra del Sr. Abraham, la Diócesis de Tacámbaro, no sólo no<br />

menguó con la creación de estas Diócesis, sino que cobró nuevo impuso de<br />

crecimiento material y espiritual con la nueva vitalidad que le infundió el Concilio<br />

Vaticano II cuya doctrina y espíritu se empeñó en difundir y llevar a una mejor<br />

comprensión y vivencia.<br />

5


¡Cuantas cosas más se podrían decir para ponderar la obra del Sr. Abraham!<br />

Ojalá un día alguien se anime a hacer algo más completo y mejor documentado.<br />

MI EXPERIENCIA VIVA DEL SR. ABRAHAM<br />

Lo que mis ojos vieron, lo que mis oídos oyeron, lo que mis manos tocaron, mi<br />

experiencia viva del Sr. Abraham: quiso Dios enlazar mi vida de tal manera a la suya,<br />

que fue para mí más que un obispo; un padre, un amigo, un maestro. Pude ser<br />

testigo directo de muchas de sus virtudes: su amor a Dios, a Cristo y a su Iglesia,<br />

especialmente a sus Diocesanos Sacerdotes, Religiosas, y laicos; amor manifestado en<br />

la facilidad de retener nombres, lugares y hasta anécdotas de cada uno. Era<br />

interesante viajar con él, porque de pronto decía: Mira, allá, debajo de ese cerro<br />

pelón, hasta el fondo de la barranca, hay un ranchito que se llama El Jabalí , allí vive<br />

doña Julia, una señora gorda y malhablada pero muy buena. Un día la tumbó el burro<br />

porque en la cuesta se arranó por su peso y ella se soltó diciéndole maldiciones al<br />

burro pero cuando le dijeron que allí iba yo, ya no hallaba donde meterse por la pena .<br />

Después, siempre que se encontraba con alguna persona de El Jabalí le llamaba por su<br />

nombre o al menos le llamaba Cleto o Cleta y le preguntaba por doña Julia y por su<br />

burro. La gente se sentía feliz de que se acordaba de ellos, de su ranchito y hasta de<br />

sus historias.<br />

Su amor al Papa rayaba en la idolatría, tenía un respeto extremo por todo lo<br />

que viniera del Vaticano, así fuera del barrendero, y era celosísimo del secreto<br />

Pontificio. Yo mismo fui victima de él: Cuando se iba a crear la Diócesis de Apatzingán,<br />

él obtuvo el permiso para hacer algunos cambios antes de la división; quiso cambiar<br />

para acá a los que acá teníamos nuestras familias y enviar allá a los que las tuvieran<br />

allá. La medida me cayó como bomba; más cuando la notificación de mi cambio me<br />

llegó con mi sucesor, que ya llevaba su nombramiento de Párroco de Parácuaro. Era el<br />

día 31 de Enero de 1962, miércoles de semana de viernes primero. Tarde se me hizo<br />

para desocuparme y correr a Acahuato para entrevistarme con el Sr. Obispo quien se<br />

encontraba en aquel Santuario que él ya sabía y visitaba por última vez.<br />

Estaba dispuesto al cambio; pero quería saber el por qué, por qué el cambio<br />

tan intempestivo y el por qué de la prisa; pero no pude sacarle prenda. Hasta dos o<br />

tres meses después, cuando se publicó la noticia, entonces acudí al Obispado para<br />

comentar la novedad y el Sr. me recibió con este saludo: ¿Ahora sí, ya supiste por qué<br />

te cambiaste? Se me cayó el peso que había llevado encima todos esos meses.<br />

Algo que la gente aún añora es su costumbre de bendecir en todo momento y a toda<br />

persona, así fuera el más furibundo anticlerical; él sabía que sus manos habían sido<br />

consagradas para bendecir y siempre bendijo: en el templo, en su oficina, en la calle,<br />

en la plaza, en la carretera, donde quiera él bendecía, a la izquierda y a la derecha, o<br />

como se dice, A diestra y siniestra . Y la gente se siente triste porque sus sucesores<br />

ya no bendicen.<br />

Su generosidad no tenía límite, todo lo daba a la fila interminable de gente<br />

que acudía a él.<br />

Otra característica era su tenacidad, no transigía hasta que se salía con la suya.<br />

Nosotros decíamos simplemente es un Betancourt . Porque cuando éstos se<br />

6


convencen de algo, no ceden ni por Dios <strong>Padre</strong>, muestra es sin duda: El <strong>Padre</strong> Eudoro,<br />

El tío Pancho B. Franco, la santa tía Luisita...., Pero un día se encontraron dos<br />

Betancourt: estábamos preparando el famoso concilito, una primerísima Asamblea<br />

Eclesial, con alcances Diocesanos; se trataba de estudiar juntos los documentos<br />

conciliares y buscar la forma de aplicarlos. Los inmediatos responsables: el <strong>Padre</strong><br />

Eudoro, El <strong>Padre</strong> Luis Morales y un servidor, habíamos pensado que fuera en Fátima<br />

por los espacios que podíamos disponer, así fuimos a comunicarlo al Sr. Obispo; pero<br />

él no estuvo de acuerdo, tenía que ser en catedral. Y comenzaron los jaloneos entre él<br />

y el P. Eudoro, mientras el P. Morales y yo nos limitamos a oír y de vez en cuando<br />

aventurar una frase en apoyo al P. Eudoro, hasta que el Sr. se impacientó y cortó por<br />

lo sano: Bueno si ya decidieron que fuera allá, háganlo allá y cuando organicen algún<br />

acto en catedral me avisan para asistir y comenzó a bendecir al suelo. Nos<br />

arrodillamos para recoger aquellas bendiciones y salimos calladitos; claro que el<br />

concilito se celebró en catedral y con mucho éxito.<br />

En él pudimos ver una vez más su apertura a las críticas y sugerencias para<br />

encarrilar a la Diócesis por el nuevo camino trazado por el Concilio Vaticano II.<br />

Creo que valdría la pena hacer un día la reflexión profunda de ese, que fue sin<br />

duda una semillita, que sembrada por el Sr. Abraham, nació a su tiempo y comenzó a<br />

multiplicarse hasta que cubrió todo el campo. Seguramente allí tienen su raíz todos los<br />

trabajos posteriores: asambleas Diocesanas, de foranía, Parroquiales; planes a todos<br />

los niveles; el II Sínodo Diocesano, y la participación cada vez más activa y consciente<br />

de las religiosas y de los laicos en todo trabajo de la Iglesia. La obra del Sr. Abraham<br />

sigue haciéndose sentir.<br />

Ahora ya está en el cielo y nada le afectan nuestros reconocimientos o nuestras<br />

críticas. En la vida nada le hizo perder la paz interior ni las adversidades, ni las<br />

incomprensiones, ni las lisonjas. Un día me atreví a llamarle santillo, tenía un hipo que<br />

no se le quitaba con nada, ni porque acudió a Salud Barriga para que le echara unas<br />

maldiciones al hipo a ver si lo espantaba. En este contexto le dije: Usted pues que es<br />

santillo, dígale a Diosito que ya le quite ese hipo. Me miró con unos ojos burlones<br />

mientras me decía: Sí, dí que estas piedras se conviertan en pan . Me estaba<br />

llamando Tentador.<br />

Pero en otra ocasión tuve que hablarle fuerte: Fue la hermana María Eugenia a<br />

decirme que el Sr. Obispo estaba muy raro, no había querido comer, no quería hablar,<br />

¿Se sentiría mal? ¿Llamaría al médico? Fui y después de mucho rogarle, logré que me<br />

confiara su pena: pensaba que pronto se moriría y que iba a llegar a la presencia de<br />

Dios con las manos vacías. ¡Cuidado Señor!, casi le grité, ¡Eso es una tentación!<br />

¿Cómo puede decir eso? ¿Con eso nos acaba a todos porque si eso dice Usted, qué<br />

podemos decir nosotros? No, Dios sabe bien lo que ha hecho porque en realidad es Él<br />

quien lo ha hecho por su medio. No es bueno desconocer los dones de Dios. Por favor<br />

arranque de su mente y de su corazón ese feo pensamiento porque es una tentación<br />

del Maligno . Me miró al principio con asombro, luego, dulcificando la mirada, terminó<br />

diciendo: ¡Qué bueno! Muchas gracias. Rematé con un chiste y lo dejé tranquilo. Por<br />

algún tiempo anduve inquieto por mi atrevimiento pero al fin me tranquilicé pensando<br />

que los santos son humanos, están expuestos a las tentaciones y necesitan de ayuda.<br />

¡Qué bueno que me atreví!<br />

Pero la tragedia se cernía inexorable. Ya en una ocasión había tenido que<br />

levantarlo del suelo, se había caído en la puerta de aquel bañito que yo llamaba<br />

7


siempre el pecado mortal de la Diócesis contra el Sr. Abraham . Tuve que brincarme<br />

aquella bardita para tomarlo por detrás, de las axilas, y levantarlo en peso mientras mi<br />

hermana y la Hna. María Eugenia le acomodaba los pies sobre el piso para que se<br />

apoyara porque estaba completamente suelto y yo ya no aguantaba más el peso.<br />

Como pudimos lo llevamos a la cama. Vimos entonces la necesidad de alfombrar toda<br />

la habitación y así se hizo con la ayuda de una señora de Apatzingán que se enteró del<br />

problema. El único pequeño rincón que no se alfombró fue el vado de la puerta que<br />

comunicaba a otra habitación.<br />

¡Y volvió a caerse! Y se golpeó la cabeza en el único pedacito sin alfombra<br />

¡menos de un metro cuadrado! Corrieron mi hermana Reina y Mica a prestarle auxilio,<br />

Reina llamó al P. Ismael Díaz, que en ese momento se dirigía a las oficinas de la Curia<br />

donde yo ya estaba atendiendo, corrió por el doctor Julio que vivía a la vuelta de la<br />

esquina y me habló por teléfono para darme la infausta nueva. En tanto Mica y el P.<br />

Ismael habían levantado al Señor y con mucho esfuerzo lo habían subido a la cama.<br />

Cuando llegué al lugar de la escena ya estaba el doctor atendiéndolo, tratando de<br />

detener la abundante hemorragia externa; tenía una herida en la parte derecha del<br />

occipital, le puso anestesia local, unos vendoletes y luego unas puntadas. Cuando lo ví,<br />

sentí un vuelco en el estómago, parecía que el mundo se me venía encima: el Sr.<br />

Morales se había ido a Europa y apenas ese día llegaría a México. Toda responsabilidad<br />

recaía sobre mí que había quedado al frente de la Diócesis y al cuidado del Sr.<br />

Abraham. Todavía alcancé a preguntarle qué le había pasado y me contestó: me<br />

flaquearon las piernas y me caí . Estas fueron las últimas palabras que le escuché,<br />

porque lo fue invadiendo una somnolencia y se quedó dormido. Todos pensamos que<br />

era efecto de la anestesia y nos quedamos tranquilos creyendo que descansaría un<br />

poco. Pero pasaba el tiempo y no daba señales de despertar, mi angustia no tenía<br />

medida y ya habíamos determinado llevarlo a Morelia para hacerle una tomografía,<br />

cuando llegó el Sr. Morales y se hizo cargo de la situación. En medio de mi pena me<br />

sentí descansado. Pero el Sr. Abraham no despertaría más.<br />

Lo llevamos a Morelia y las tomografías revelaron un gran derrame cerebral. En<br />

la clínica Morelia del doctor Mier lo operaron de inmediato y le extrajeron un enorme<br />

coágulo de sangre molida pero ya no despertó, estaba cerebralmente muerto; pero<br />

su organismo y su corazón se resistían a darse por vencido. Equipado con una serie de<br />

sondas de toda clase y calibre, lo regresamos a su casa y a su cama donde, después<br />

de largos días de angustia de parte nuestra, expiró el día ocho de abril de 1982, jueves<br />

santo por la madrugada. Él, tan devoto de la Eucaristía, volaba al cielo el día de la<br />

Institución y sus restos mortales descansarían para siempre al pie del Sagrario<br />

Monumental de su Iglesia Catedral.<br />

Después de tenderlo por unas horas en la capilla del hospital lo llevé a Morelia<br />

para que lo prepararan en la funeraria. Tuvimos que sepultarlo el sábado santo, diez<br />

de abril, con una Solemne Liturgia de la Palabra, pues en esos días no se puede decir<br />

Misa exequial. Me tocó ceremoniar aquella Liturgia a la que asistieron todos los obispos<br />

de la región Don Vasco y algunos más como el Señor Gilberto Valbuena que voló desde<br />

la Paz.<br />

Hoy, después de veinte años de su partida, su recuerdo permanece vivo en el<br />

corazón de la Iglesia Diocesana. Han pasado los días de llanto y de tristeza para dar<br />

lugar a la acción de gracias a Dios por este regalo que nos concedió y para pedirle nos<br />

conceda contemplarlo y honrarlo un día en los altares. AMEN.<br />

8


CORRESPONDENCIA<br />

A LA RVDA. MADRE<br />

MA. DEL CARMEN<br />

GUZMÁN ALVARADO,<br />

COFUNDADORA<br />

La Reverenda Madre Ma. Del Carmen Guzmán Alvarado<br />

nació en Acambay, Méx., el 19 de junio de 1896. Sus padres<br />

fueron Don Ramón Guzmán Chaparro y Doña Manuela Alvarado<br />

Ruiz, esposos que formaron un hogar profundamente cristiano.<br />

Dios adornó la vida de la M. Carmen con una gran<br />

personalidad rica en cualidades humanas que le permitieron<br />

ejercer su misión como Confundadora de la Congregación Siervas<br />

de la Inmaculada Concepción<br />

Su carácter era enérgico disciplinado, tenía una constancia y<br />

tenacidad que la llevaba a realizar sus actividades con<br />

responsabilidad y empeño. Era valiente, emprendedora y audaz.<br />

Trabajadora esforzada y exigente consigo misma y con los demás.<br />

Piadosa y amante de la oración con gran espíritu de fe y de<br />

confianza en el Señor.<br />

Sensible y creativa, humana y comprensiva, se interesaba<br />

por las familias de las hermanas. Franca y sincera, pero a la vez<br />

discreta y prudente, culta e inteligente, se esforzaba por estar<br />

siempre actualizada con los problemas del mundo y de la<br />

sociedad; fina y educada, a la vez fue firme y convencida de sus<br />

principios y criterios pastorales; animadora de las hermanas,<br />

paciente, tolerante, y bondadosa. Mujer de su época que actuó con<br />

la mentalidad y los criterios religiosos que estaban vigentes en su<br />

momento. Sufrió, como todos, las incertidumbres de los cambios<br />

producidos por la renovación teológica y Pastoral que trajo el<br />

Concilio Vaticano II. En este contexto quiso crear unidad y<br />

mantener concordia y paz entre las hermanas.<br />

Fue buena administradora y tuvo el don de gobierno;<br />

obediente, dócil y respetuosa ante el <strong>Fundador</strong>. Ejerció su<br />

liderazgo con energía y con humildad, y se distinguió por su<br />

preocupación y capacidad en la formación de las religiosas.<br />

9


Srit a. María del Carmen Guzmán.<br />

Tacuba, D.F.<br />

RESPETABLE SEÑ ORI TA:<br />

Apat zingán, Mich., a 11 de enero de 1945.<br />

Recibí su at ent a del día 30 de diciembre y mucho<br />

agradezco la buena volunt ad que manif iest a para ayudar a<br />

nuest ra Diócesis. Acá las necesidades de los f ieles son muy<br />

grandes, y est oy seguro que lo que pueda hacer Ud. Por<br />

nosot ros será en gran bien de las almas y con ello ganará<br />

más mérit os delant e de Dios Nt ro. Señor.<br />

Mañana comienza aquí el Congreso Eucaríst ico; hemos<br />

t enido muchas dificult ades, mas yo espero que Dios Nt ro.<br />

Señor nos ha de ayudar a vencerlas.<br />

De aquí sigo para la Cost a y he de volver a Tacámbaro<br />

el día 26 ó 27 del present e mes. Yo pienso ir luego a México<br />

para arreglar lo que Ud. crea que haga f alt a t odavía.<br />

Encomendándome a sus oraciones y pidiendo a Dios<br />

Nt ro. Señor que premie sus t rabaj os con dones divinos,<br />

quedo afmo. en Crist o y seguro servidor que de corazón la<br />

bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

10


R. M. Ma. Del Carmen Guzmán H.M.I .G.<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

RESPETABLE M ADRE:<br />

A 17 de enero de 1945.<br />

La Srit a. Ma. I rene Flores ha sido admit ida para la Pía<br />

Unión, de Siervas de la I nmaculada Concepción. Por lo<br />

mismo ruego a V. R. t enga la bondad de recibirla ent re las<br />

j óvenes que se est án preparando.<br />

Encomendándome a las oraciones de V. R. quedo af mo.<br />

en Crist o y s. s. que las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

11


Tacámbaro, Mich., a 2 de noviembre de 1948.<br />

Muy Reverenda Madre Ma. Del Carmen Guzmán.<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Tengo el gust o de present arle a la Srit a. Ma. Paz Rauda<br />

de San Juan de Viña de la que hablé a Ud. y quedamos en<br />

que se iría est e mes para esa casa, pues desea dedicar su<br />

vida a servir a Dios Nt ro. Señor.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón la bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

12


Tacámbaro, Mich. a 28 de sept iembre de 1949.<br />

Srit a. Ma. Del Carmen Guzmán.<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Le mando los nombres y direcciones de los sacerdot es<br />

de la Diócesis. No conviene t odavía que Conchit a se dé<br />

cuent a de que el <strong>Padre</strong> Manduj ano se va para Huet amo, pues<br />

pudiera cont arlo a su casa ant es de t iempo.<br />

Encomendándome a sus oraciones y con saludos para<br />

t odas las Hermanas, quedo af mo. en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

P.D. Por las present es let ras, delegamos al Sr. Pbro. D. José<br />

Ma. Mart ínez, para que reciba la renovación de los vot os de t odas<br />

las Hermanas profesas. Siervas de María I nmaculada, el día 8 de<br />

diciembre del present e año. Tacámbaro, a 26 de noviembre de<br />

1949.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

13


Tacámbaro, Mich., a 7 de mayo de 1951.<br />

Muy Reverenda Madre Ma. del Carmen Guzmán.<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

RESPETABLE M ADRE:<br />

Hoy le mandé un t elegrama para ver si le f uera posible<br />

venir el miércoles t emprano a Morelia pues ese día est aré yo<br />

allí t ambién, a fin de arreglar los asunt os pendient es. En<br />

caso de que no pueda conseguir permiso para ese día, y se lo<br />

dan para el domingo de Pent ecost és, ese día pont if icaré en<br />

Morelia, en la I glesia de San Agust ín.<br />

Van a ir al XXV aniversario de la Juvent ud Cat ólica<br />

Femenina Mexicana, unas 12 muchachas de est a parroquia.<br />

Yo quisiera que les arreglaran hospedaj e en el Colegio<br />

Guadalupano de allí de la Villa; pero si no es posible,<br />

ent onces en Tacuba. Me sería muy út il saber qué t ant o<br />

puede cost arles diariament e para que ya vayan sabiéndolo y<br />

prevenidas. Van t ambién seis del Comit é Diocesano, pero<br />

ellas se hospedarán con t odas las de los Comit és Diocesanos<br />

en el Colegio Florida j unt o a la Plaza de Toros. Si es posible,<br />

convendría que a las reuniones del Colegio Florida fuera al<br />

menos una de las hermanas que ya han est udiado Secundaria<br />

para que asist iera a las reuniones de maest ras. También a<br />

Rosa Pedraza podría convenirle ir a esas reuniones.<br />

Recibí la cart a de la hermana <strong>Esperanza</strong> y por eso<br />

t ambién quisiera ver a Vuest ra Reverencia.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

14


M. R. Madre Ma. Del Carmen Guzmán.<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Tacámbaro, Mich., a 25 de mayo de 1951.<br />

De Morelia of recen un lot ecit o que est á cerca del<br />

colegio Plancart e, t iene 25 met ros de f rent e por 40 de f ondo<br />

a $20.00 met ro cuadrado. Le cuent o est o nada más para<br />

t enerla al t ant o de las posibilidades que hay, pues veo que<br />

sale muy caro ponerse a const ruir en est os días.<br />

Ya avisé a la Madre San Miguel para que nos haga el<br />

f avor de conseguirnos la casa en donde vive el carnicero.<br />

Muy agradecido por la bondad con que recibieron a<br />

nuest ras j óvenes de la J.C.F.M. y encomendándome a las<br />

oraciones de t odas, quedo afmo. en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

15


M.R.M. Ma. Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

A 29 de noviembre de 1954.<br />

Rosit a y su mamá andan muy at areadas arreglando la<br />

casa de los escalones para cuando vengan ust edes. Yo<br />

espero que para el día 4 est é ya list a. Le hace f alt a baño,<br />

pero lo est án arreglando de prisa.<br />

Ahora est oy con un apuro: los honguit os t endrán que<br />

dej ar la cocina del Seminario el día 24 de diciembre para<br />

ent rar a su segundo noviciado, y no t enemos quien se<br />

encargue de la cocina mient ras ellas se dedican a su<br />

f ormación. ¿No habrá ent re las Siervas de la I nmaculada unas<br />

t res o cuat ro hermanas que, apart e de ser de las de mayor<br />

edad, sean muy serias y respet uosas y puedan encargarse de<br />

los t rabaj os que dej an en el Seminario las Misioneras de<br />

Tierra Calient e, mient ras est as regresan? Tres o cuat ro<br />

hermanas no alcanzarían para el quehacer; pero se me ocurre<br />

que podrían t omar a su servicio algunas sirvient as para<br />

complet ar el personal.<br />

Dios mediant e iré a México el viernes próximo y<br />

acabaremos de t rat ar est e asunt o; y si V.R. est á con salud<br />

para venir a Tacámbaro con las hermanas, que sería lo mej or,<br />

aquí personalment e verá cómo est án las cosas y si algo<br />

puede hacerse por el Seminario.<br />

Encomendándome a las oraciones de V.R. y de t odas las<br />

hermanas, quedo af mo. en Crist o y s. s. que de corazón las<br />

bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

16


M. R.M Ma. Del Car men Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

A 5 de oct ubr e de 1963.<br />

Tenían las her manas el deseo de volver se pulguit as par a venir a<br />

planchar me la r opa; per o, bendit o sea Dios, me encont r é la sot ana, la<br />

mant elet a y las cot as muy bien planchadas de modo que no cr ean que<br />

ando ar r ugado como la mayor ía, sino muy planchadit o. Eso sí, de aquí<br />

a quince días quien sabe cómo ande. Per o esper amos en Dios que más<br />

adelant e les conceda venir a apr ender muchas cosas.<br />

Fui a Sant a Mar ía la Mayor a visit ar a San Jer ónimo, quien f ue<br />

sepult ado en est a Basílica cer ca de la cunit a del Niño Dios; per o no<br />

pude encont r ar su sepulcr o. Me dicen que hace muchos años lo<br />

escondier on los canónigos par a que no se los r eclamar an, y ahor a no<br />

saben en dónde lo pusier on; per o yo le r ecé cer ca del lugar en donde<br />

debe de est ar . A nosot r os nos da t r abaj o encont r ar lo; per o él saldr á<br />

muy cont ent o el día del Juicio diciendo: ¡qué t al. A que no me<br />

hallar on! También me acor dé de cuando las her manas me pier den los<br />

papeles y t ambién de cuando yo mismo los pier do.<br />

Ya f ui a visit ar los sepulcr os de San Pío X, Pío XI I y Juan XXI I I y<br />

les r ogué que int er cedan ant e Dios por t odas ust edes. El nuevo Papa<br />

es delgadit o y se ve como alf iler en medio de t ant o or nament o. Per o<br />

t iene un alma gr ande en vir t udes y gr andes deseos de poner a la<br />

I glesia a t ono con nuest r os t iempos.<br />

También ust edes deben vivir siempr e adapt adas a los t iempos;<br />

per o sin el af án de quienes despr ecian las vir t udes por que les par ecen<br />

cosa ant icuada. Las vir t udes son siempr e de act ualidad, como es<br />

siempr e de act ualidad el t ener sangr e y car ne y huesos en el cuer po;<br />

como es de act ualidad el t ener que comer y vest ir se. Por eso en vez de<br />

descuidar la humildad, la car idad, la obediencia, la cast idad, la pobr eza<br />

y ot r as vir t udes, es necesar io per f eccionar las más. Los invent os de<br />

nuest r o t iempo y el adelant o de cada quien en la ciencia no deben<br />

ser vir nos par a debilit ar la vir t ud, sino par a aument ar la más y así ser<br />

más pur os, más humildes, más encendidos en car idad, más obedient es<br />

que los sant os de siglos pasados, puest o que t enemos mayor es medios<br />

que pueden apr ovechar se par a nuest r a sant if icación.<br />

Pídanle al Padr e Car r eón suf icient es copias de la nueva or ación<br />

por el Concilio, aconsej ada por el Papa par a que la r ecen ant es del<br />

Of icio los sacer dot es y las r eligiosas, aunque el Of icio que r ecen no sea<br />

el del Br eviar io sino el que mandan las Const it uciones.<br />

Encomendándome a sus or aciones, quedo Af mo. en Cr ist o y s. s.<br />

que de cor azón las bendice con t odo y alumnos.<br />

+ José Abr aham<br />

Obispo de Tacámbar o<br />

17


M.R.M.Ma. Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Roma, a 24 de oct ubre de 1963.<br />

¡También por acá hay maicit o! Ya van cuat ro veces que nos<br />

dan sopa de elot es con papas. Est á buena, per o los elot es de<br />

aquí, aunque est án muy suavecit os, no est án t an dulces como los<br />

del Valle de México.<br />

Creo que por las not icias que se han publicado, ya se<br />

habr án dado cuent a de que hemos pensado en el Concilio en las<br />

Religiosas; y eso que t odavía no les llega su t urno. Tendremos<br />

que t rat ar t ambién acerca del perfeccionamient o de la vida<br />

religiosa de modo de exigir de las religiosas la sant idad de vida<br />

que debe haber en ellas, pero al mismo t iempo f acilit arles los<br />

medios espirit uales para conseguir esa sant idad. A est o pienso<br />

que se reduce t odo lo que se t rat ar á acerca de las religiosas.<br />

Pídanle mucho a Dios que ilumine al Concilio para que pueda<br />

hacer mucho t ambién por ust edes.<br />

Las muj eres andaban como enyerbadas porque convidaron a<br />

algunos cat ólicos dist inguidos por su ciencia y su experiencia en<br />

lo que debe ser hoy la vida crist iana, y a ellas no las han<br />

convidado. Quisieran asomar siquiera un oj o y una orej a. Per o<br />

hoy se salieron con la suya: vi que en una de las t ribunas había<br />

algunas muj eres asist iendo a la Misa del Concilio; pero después de<br />

Misa dij o el Cardenal President e: ext ra omnes que quiere decir<br />

salgan t odos , y ellas t ambién salieron a la carrerit a ant es de<br />

t ener t iempo de hablar.<br />

Tienen que prepararse las hermanas con un mayor<br />

conocimient o de la doct rina crist iana, pues el Concilio quiere la<br />

ref orma de la vida de modo que de veras vivamos la doct rina de<br />

Crist o, y ¿cómo vamos a vivirla sin conocerla? ¿Cómo vivirla con<br />

per fección como los sant os, si no la conocemos bien?<br />

Ya me unif ormé con t odos. También yo ando ar rugado.<br />

Per o andan peor los pobrecit os Misioneros que t r aen sot ana y<br />

mant elet a de nailon. ¡Con t al que no se me arrugue el alma y<br />

adelant e en virt ud, t odo irá bien!<br />

Esf uércense por ser cada día más humildes, obedient es,<br />

llenas de caridad y Dios nuest ro Señor, como buen <strong>Padre</strong>, las<br />

amará más.<br />

Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice a dos manos.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbar o<br />

18


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán,<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Roma, a 8 de noviembre de 1963.<br />

Recibí su at ent a del día 28 y agradezco muchísimo las<br />

not icias que me manda de las Hermanas. Oj alá sean cada día<br />

más buenas. Esa es mi gran preocupación. Y puest o que<br />

quisieran volar hast a acá, les digo que hay un modo: pedir a<br />

Dios const ant ement e por el Concilio, a veces con la oración<br />

por el Concilio, a veces con simples j aculat orias. También<br />

of reciendo a Dios t odas las cont rariedades, raspones, et c.<br />

Por el éxit o del Concilio. Así est án aquí present es en una<br />

grande obra de Dios.<br />

Ayer est uvieron aquí las religiosas mexicanas que viven<br />

en Roma. Era diluvio. Parecía ot ro Concilio, Bendit o sea<br />

Dios. El nos ha de conceder un día que t ambién las Siervas<br />

vengan a conocer est os lugares y a est udiar al pie de la Roca<br />

sobre la cual Jesucrist o f undó la I glesia Cat ólica.<br />

Cuando f ui a San Giovanni Rot ondo, donde vive el <strong>Padre</strong><br />

Pío, est igmat izado como San Francisco de Asís, al darme<br />

cuent a de que el <strong>Padre</strong> celebra la Sant a Misa un poco ant es<br />

de las cinco de la mañana, hice el propósit o de asist ir a esa<br />

Misa. Desde ant es que abrieran la iglesia ya había una gran<br />

mult it ud ant e la puert a mayor y cuando la abrió el hermano<br />

sacrist án, parecía que se había revent ado una presa: t odos<br />

ent raron a carrera t endida hast a el comulgat orio. Después<br />

en el t ren venía j unt o a mí un español que me dij o: Pues yo<br />

t ambién t uve que ent rar corriendo a la iglesia y no había ot ro<br />

remedio; porque t odos lo empuj an a uno y si ust ed no corre,<br />

lo t iran al suelo y pasan sobre ust ed .<br />

En est e ambient e de Roma yo me sient o como el<br />

español de Solsona: si uno se met e ent re los buenos, lo<br />

llevan a empuj ones y corriendo hacia la sant idad. Pero<br />

t ambién hay gent e muy mala y el que se met e ent re los<br />

malos va corriendo al inf ierno. En nuest ra pat ria se est án<br />

f ormando ya esos grupos de malos que envuelven sobre t odo<br />

a los est udiant es. Ahora es cuando las Siervas deben est ar<br />

cada día más unidas para empuj ar a t oda la Diócesis hacia la<br />

sant idad, de modo que t odos puedan decir un día: Yo ent ré<br />

al cielo corriendo, y así vine t odo el camino, porque est as<br />

19


uenas hermanit as me venían empuj ando y no había más<br />

que correr .<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo<br />

af mo. en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

P.D En est a semana celebré t res Misas, una por la<br />

Madre Francisca, ot ra por la Madre Amelia y ot ra por la<br />

Madre Lupit a.<br />

Del carro no sé que decir porque no conozco esa marca.<br />

Mej or sería que se pusieran de acuerdo con el <strong>Padre</strong> Carreón<br />

que puede verlo. Además necesit aría pagar a plazos la<br />

cant idad que f alt e.<br />

Puede vest ir con hábit o a las hermanas que se<br />

graduarán el día 20, sirve que hacen la prueba a ver si no se<br />

caen con él.<br />

20


M.R.M. Ma. Carmen Guzmán H.M.I .G.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

3 Sept iembre, 1965.<br />

Me dio mucho gust o que nos t ocó un avión blanco y<br />

azul, los colores de la I nmaculada. Hemos hecho un buen<br />

viaj e y he venido rezando para encomendarlas a Uds. a Dios,<br />

o plat icado con el P. Jesús, o con el P. Miguel Arroyo, que<br />

viene acompañando a su hermano el Sr. Obispo de Tuxpan.<br />

El P. Jesús viene ext rañando los frij oles de allá, nos<br />

dieron salsa de verduras, t ant it o macarrón, pescado con arroz<br />

y más hierbit as muy sabrosas, un past elit o, mant equilla, pan,<br />

caf é con leche y un chicloso de ment a para hacer saliva.<br />

Son las 4: 30 p.m. y nos est án avisando que dent ro de<br />

media hora est aremos en Nueva York. Est amos volando<br />

sobre Washingt on y le rezo un responso a Kennedy.<br />

El avión disminuye la velocidad y comienza a baj ar,<br />

Gracias a Dios, ya comienzo a recoger mis papeles y arreglar<br />

mi mochila.<br />

Est amos ya en Des Mouse en Nueva York. Llegamos a<br />

las 5: 00 hora de México, 7: 00 de aquí; pero al Hot el llegamos<br />

a las 9: 30. A las 10: 40 pedí la conferencia y me la dieron<br />

luego ¡Qué gust o me dio oírlas hablar t an clarit o como si<br />

est uviera en México! ¡Cuánt as cosas buenas nos da Dios por<br />

medio de la int eligencia del hombre!<br />

Doy gracias a Dios por sus beneficios durant e el viaj e y<br />

le pido que a t odas las haga muy sant as. La gracia de Dios<br />

impulsará ese Jet que se llama Cruz para llevarnos al cielo.<br />

De corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

P.D. Se me ocurre que el lunes podrían poner aquí en el<br />

avión a la Hermana y como el vuelo ordinario llega después<br />

del vuelo en que nos vamos nosot ros, yo podría decirles a las<br />

hnas. que la recibieran en el Aeropuert o. Vea si lo cree<br />

convenient e.<br />

21


R.M. Ma. Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Roma, a 16 de sept iembre de 1965.<br />

Est oy como los muchachos cuando est án est udiando<br />

t ercero y cuart o al mismo t iempo. Como el año pasado no<br />

vine, ahora apenas comenzaron las clases ( Concilio) , he<br />

t enido que est udiar la mat eria de est e año y t ambién la del<br />

año pasado para ponerme al corrient e. Comencé por<br />

desvelarme para rezar y est udiar, como las hermanas, pero<br />

me dormía en las sesiones y se me caían los cuadernos y el<br />

lápiz, y mej or cambié de horario.<br />

Por eso t uve que int errumpir la escrit ura de cart as;<br />

pero al arreglar el horario, les he dej ado su lugarcit o, t ant o<br />

más que si no me dist raigo con ot ra cosa, voy a t erminar<br />

medio chif lado, pensando solament e en discursos.<br />

He est ado esperando con ansia alguna cart a de allá,<br />

pues desde hace quince días no he t enido not icias ni de<br />

México ni de Tacámbaro. El lunes que llegué a Roma llegó<br />

t ambién una cart a de la hermana Ma. Luisa Est rada, pero no<br />

t raía not icias de nuest ra Diócesis ni de las Siervas.<br />

Hoy celebramos el 16, con canciones, sombreros y<br />

t raj es de charro y hast a balazos ( con pet ardos) para que no<br />

f alt ara nada, y hast a hubo un padrecit o que a medio día se<br />

sirvió copet eado el plat o de f rij oles, que por ciert o est aban<br />

muy sabrosos; nos dieron t ambién chiles; pero ni modo de<br />

probarlos yo. Pero yo creo que en t oda la t emporada no nos<br />

volverán a dar frij oles hast a volver a México, porque eso no<br />

se acost umbra aquí.<br />

Aquí apareció la solicit ud de la H. Vict oria para la<br />

renovación. Se ve que la hermana quería venir aunque f uera<br />

en garabat it os. ( Rect ifico: no son garabat it os. Est á muy<br />

bien escrit a la pet ición; pero pide hacer cinco vot os. Que<br />

aclare cuáles son los ot ros dos) .<br />

Tan luego como encuent re en español la encíclica<br />

acerca de la Eucarist ía, se la mando para que la lean muy<br />

bien las hermanas y así no se vayan a dej ar engañar por<br />

algunos t eólogos j óvenes, imprudent es y amant es de<br />

novedades que ya andaban, aun en México, difundiendo<br />

algunos errores hoy condenados por la Encíclica. Recibieron<br />

su merecido.<br />

22


Mucho deseo que, a mi regreso, puedan t odas decirme<br />

que han adelant ado en la piedad. Sin la piedad no se llega a<br />

la sant idad. Y si no hemos de buscar la sant idad, ¿ent onces<br />

para qué servimos?<br />

Quiero que pidan mucho a Dios Espírit u Sant o que nos<br />

ayude, pues t enemos que resolver asunt os muy delicados.<br />

No es mi int ención que of rezcan ust edes sacrif icios<br />

especiales, pero sí que cumplan con su deber con mayor<br />

perf ección y con el anhelo de servir a Dios. Que sean más<br />

humildes, más cuidadosas en la pobreza, más puras, más<br />

obedient es y sobre t odo más llenas de amor a Dios. Es lo<br />

mej or que pueden darle a Dios por el éxit o del Concilio.<br />

Aunque ya en la Const it ución sobre la I glesia, se habló<br />

de la vida religiosa, en est a sesión se vot ará un decret o<br />

especial sobre la Renovación de la Vida Religiosa. Rueguen a<br />

Dios que nos ayude, y, aunque oigan decir que habrá algunas<br />

novedades, sepan que est as novedades no serán para<br />

dest ruir lo que en sí es la vida religiosa, sino para<br />

perf eccionarla adapt ándola a los t iempos present es; y no<br />

piensen en adelant arse. Al Sant o <strong>Padre</strong> le da mucha pena<br />

que la gent e se adelant e. Tenemos que poner en ej ecución<br />

las nuevas disposiciones hast a que él dé la orden de<br />

adelant e . Él es el Vicario de Crist o y él es el que t iene que<br />

dar las órdenes. El que camina con él, camina con Crist o.<br />

También aquí hay quienes se adelant an. He vist o que<br />

en algunos lugares se da la Comunión est ando los f ieles de<br />

pie, he vist o a los acólit os ayudando en la Misa de pie. Pero<br />

en el Concilio nos han dicho que han organizado las Misas de<br />

modo que veamos cómo deben ser conf orme a las últ imas<br />

normas, y los audit ores reciben de rodillas la Comunión y los<br />

acólit os est án de rodillas cuando no hay necesidad de que<br />

est én de pie. Nos hacen cant ar a t odos y hast a nos dieron<br />

nuest ro librit o de cant os. En cuant o a la Misa, hay más<br />

cosas que cont arles, pero ya est á result ando muy larga est a<br />

cart a.<br />

No se me olvida mandarles la bendición.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

23


Roma, a 18 de sept iembre de 1965.<br />

M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán.<br />

Hij a de María I nmaculada de Guadalupe.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Ant ier escribí a V. R. con mucho pendient e porque t odavía<br />

no recibía ninguna cart a, salvo una que no era de allá, y no se<br />

imagina el gust o con que recibí hoy la cart a de V. R. con not icias<br />

de las Siervas, que es como decir con not icias de mi Diócesis.<br />

También me da mucho gust o saber que las hermanas est án<br />

muy empeñadas en port arse mej or para conseguir de Nuest ro<br />

Señor muchas gracias para el Concilio. Y sin duda hast a yo<br />

alcanzo, porque he seguido mej or de salud que ot ras veces y est o<br />

se debe sin duda a las oraciones y sacr if icios de las Hermanas.<br />

Además, est a not icia me t ranquiliza, pues el comport amient o de<br />

ellas me t iene siempre con mucho pendient e, no porque no conf íe<br />

en ellas, sino por el ansia que sient o de conseguir que sean cada<br />

día mej ores y logren llegar a la sant idad. Cuent en con que<br />

seguiré pidiendo mucho a Dios por ust edes, aunque para est o<br />

t enga que sacrif icarme y desvelarme.<br />

Y, además, rogaré a Dios que le conceda a V. R. la salud<br />

par a que pueda cont inuar haciendo el bien.<br />

Est a mañana f ui a celebrar la Sant a Misa en el alt ar de San<br />

Gregor io el Grande, en donde una Misa vale por unas Gregorianas.<br />

Fui hoy sábado porque est á lej os de aquí y hoy es día de vacación<br />

en el Concilio. De allí nos f uimos a San Juan y Pablo en donde<br />

est á el Museo de San Pablo de la Cruz y de Gema Galgani. Vimos<br />

el cuaderno de apunt es de S. Gema, de cuando el demonio se lo<br />

quiso arrebat ar y lo dej ó ahumado y arañado, y t ambién las<br />

disciplinas: esas sí eran para pegar recio: y me acordé del<br />

ranchero Est uvimos t ambién en San Pedro Ad Vincula<br />

cont emplando la hermosa iglesia y las cadenas de San Pedro. De<br />

allí volvimos de prisa a casa porque ya era medio día. Menos mal<br />

que ya sé combinar los aut obuses con el t ren subt erráneo par a<br />

llegar más pront o.<br />

Est oy escribiendo a t odas por orden de ant igüedad. Ayer<br />

escribí a la hermana Modest a. Espero que t odas aquellas a<br />

quienes no había escrit o en años ant eriores, hayan recibido ya su<br />

car t a.<br />

Como las hermanas se han port ado muy bien, mañana les<br />

voy a dar un premio.<br />

Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

24


R. M. Ma. Del Carmen Guzmán.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Roma, a 26 de sept iembre de 1965.<br />

Hoy recibí su at ent a de fecha 21 del present e mes con muy<br />

buenas not icias acerca de las hermanas que est án haciendo sus<br />

ej ercit aciones. Est as not icias me llenan de grande consuelo y<br />

alegría y me animan a pedir a Dios con mayor insist encia que las<br />

premie ayudándoles a perseverar en sus propósit os y ser cada día<br />

más buenas hast a llegar a la sant idad.<br />

He comenzado a pedir a Dios por Josefina, la hermana del<br />

<strong>Padre</strong> David. Espero que ya est a semana les pueda enviar<br />

complet a la Encíclica acerca de la Eucarist ía. Yo est aba<br />

sumament e af ligido al ver que en México comenzaban a esparcirse<br />

muchos errores acerca de est e Mist erio en que Dios nos pr ueba su<br />

ar dent ísimo amor; por eso la aparición de est a Encíclica me<br />

consoló muchísimo. Bendit o sea Dios.<br />

Ayer f uimos con ot ros dos Excmo. Sres. a Loret o y anoche<br />

regresamos. Yo pensaba ir t ambién a Asís, pero no f ue posible:<br />

t uve que condescender con ellos que no podían est ar f uera de<br />

Roma más de un día: pero en ot ro domingo me dar é mi escapadit a<br />

a Asís. Fuimos por un camino nuevo para mí, por Riet i, por ent re<br />

bosques y lagos preciosos. Los campos est án verdes aún, a pesar<br />

de que est amos en t emporada de secas: no obst ant e hoy ha<br />

est ado lloviendo, pero así me f ui por la mañana a San Pedro y al<br />

Museo del Capit olio. Quería ir t ambién a visit ar el sepulcro de<br />

Sant a María Gor et t i y a Pomezia, a una Misa que est a t arde<br />

celebra el Sant o <strong>Padre</strong> para una peregr inación de 3,000 git anos de<br />

diversas naciones; per o t emí que el mal t iempo me hiciera daño.<br />

Qué bueno que las hermanas Elisa y Of elia est án ahora muy<br />

list as con el t eléf ono. Dios las bendiga.<br />

A las hermanas Aurora, Ma. De los Ángeles y demás de la<br />

Huacana: que ayer est uve en Tolent ino y visit é la t umba de San<br />

Nicolás y le pedí que ayude a sus prot egidas para que se<br />

sant if iquen. Celebré la Sant a Misa en la Sant a Casa de Loret o y<br />

rogué en Misa a Nuest ro Señor y a su Sant ísima Madre por t odas<br />

las Siervas.<br />

No cabe duda que Dios me ha dado muchos regalos en est os<br />

días. Ayúdenme a darle gracias y t ambién ust edes alcanzar án<br />

par t e, t ant o más que dicen que lo que es del <strong>Padre</strong> es de las<br />

Hij as.<br />

Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

25


Roma, a 29 de sept iembre de 1965.<br />

M. R. M. Ma. Del Carmen Guzmán, H. M. I . G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Como no es posible hablar mucho por t eléf ono y el ot ro<br />

día se quedaron t rist es algunas hermanas porque no alcancé<br />

a hablarles, ahora discurrí cont arles algo por medio de una<br />

cint a grabada. Se las mando por correo.<br />

Después me di cuent a de que me olvidé de la hermana<br />

Josef ina y quien sabe si se me pasaría ot ra t ambién. Les<br />

ruego me perdonen y est én seguras de que de t odos modos<br />

pido a Dios t ambién por ellas, para que de veras t rabaj en por<br />

su sant if icación aun a cost a de heroísmos.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, y con el<br />

deseo de que no dej en de anot ar su examen de conciencia,<br />

como se los recomendé, quedo af mo. en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

P.D. El 4 de oct ubre procuren ver por t elevisión la visit a<br />

del S. <strong>Padre</strong> a New York. Aquí t ambién veremos por<br />

t elevisión.<br />

26


APRECI ABLE M ADRE:<br />

15 de oct ubre de 1965.<br />

Les escribo est as líneas para saludarlas y avisarles que<br />

no t engan pendient e de mí, pues, bendit o sea Dios, he<br />

est ado bien de salud. Hast a me sient o mej or.<br />

En t odos los lugares sant if icados por la presencia de<br />

t ant os sant os como han pasado por Roma, no he dej ado de<br />

encomendarlas a Dios nuest ro Señor, para que por la<br />

int ercesión de los Sant os no dej e de darles abundancia de<br />

gracias para que puedan ser cada día más buenas.<br />

Pero t ambién es necesario que no dej en de aprovechar<br />

la gracia de Dios, pues no bast a la vocación a la sant idad<br />

para con eso sant if icarse uno. Con la vocación a la sant idad<br />

t enemos ciert ament e el llamamient o divino, las gracias<br />

necesarias y el derecho a pedir t odavía a Dios más gracias;<br />

pero además de t odo est o necesit amos aprovechar esos<br />

t esoros en la bat alla que t odos los días t enemos que sost ener<br />

con el demonio.<br />

Sean muy humildes, muy obedient es, desprendidas de<br />

los bienes de la t ierra y muy puras. Y si para ser así se<br />

necesit an sacrif icios hast a el heroísmo, hay que ser heroicas,<br />

pues para llegar a la sant idad hay que pract icar la virt ud<br />

hast a el heroísmo.<br />

Saludos para Cecilia, Eva y Delia.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice con t odas sus<br />

alumnas.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

27


Roma, a 20 de oct ubre de 1965.<br />

M. R. M. Ma. Del Carmen Guzmán, H. M. I . G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Est uve casi solo en Misa, pero me sirvió porque así est uve<br />

más recogido y en mayor unión con Dios. Cualquier añadidura en<br />

las ceremonias me habría dist raído. Mis buenos hermanit os no<br />

pudieron asist ir porque la Capilla del sepulcro de San Pedro es<br />

muy pequeña y no habrían cabido; pero of recieron por mí la Sant a<br />

Misa y mañana t endremos concelebr ación en la Capilla del<br />

Colegio. El <strong>Padre</strong> Amezcua vino con el encargo de arreglar la<br />

comida de ayer , y mis hermanit os han reservado su homenaj e<br />

par a después, si bien ayer vinieron a la comida.<br />

Hoy me llevó el Excmo. Sr. López a comer en casa de unas<br />

monj it as f ranciscanas alemanas. Cuando f ue a pedir que nos<br />

prepararan una comida para 9 personas, le dij eron ¿Ot ra vez va a<br />

celebrar 50 años? ; No, les dij o, ahora son 25 . ¿Ent onces<br />

ahora cont amos para at rás? , decían muy alegres las monj it as.<br />

Pero de t odo hay. He ido t res veces a la Congregación de<br />

Religiosos y el Excmo. Sr. Arzobispo de México dice que a él le<br />

t oca t ramit ar la aprobación de ust edes porque la superiora vive en<br />

México. No nos cost ea porque ent onces la erección canónica la<br />

hace él como Congregación Diocesana de México y t ant o los<br />

sacerdot es como los f ieles de nuest ra Diócesis no quedarán<br />

cont ent os. Pero ya me resolvieron que cualquiera de los dos<br />

podemos t ramit ar la aprobación; ahora me f alt a conseguir que<br />

ceda el Excmo. Sr. Mir anda, clar o que por la buena.<br />

Necesit o las f echas de est ablecimient o de la casa en México,<br />

f echas de f undación de cada una de las casas, fecha en que hubo<br />

la pr imera t oma de hábit o, f echa de las primeras profesiones,<br />

f echa del t raslado del noviciado a Tacámbaro. También la edad<br />

de V. R., f echa de Prof esión t emporal y fecha de prof esión<br />

per pet ua. También en qué casas est uvo ant es de superior a.<br />

Yo espero que Dios nos ha de ayudar a ar reglar t odo est o<br />

muy bien, a pesar de las dif icult ades. El demonio sabe poner<br />

est orbos cuando a él no le cost ea, pero Dios est á con nosot ros y<br />

t enemos que t riunf ar. A las hermanas f avor de decirles que pidan<br />

por mis apuros, si ellas piden a Dios que me ayude, más pront o se<br />

ar reglará t odo.<br />

Que Dios les siga ayudando, les premie lo que han hecho<br />

por mí en est e día y les premie su af án de llegar a ser<br />

verdaderament e buenas.<br />

Encomendándome a las oraciones de V. R. y con saludos<br />

par a t odas las Hermanas, quedo af mo. En Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

28


M. R.M. Ma. Del Car men Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Roma, a 25 de oct ubre de 1965.<br />

Est a noche acabo de plat icar con el Excmo. Sr . Ar zobispo de<br />

México: Le plat iqué que en la Sda. Congr egación habían per mit ido que<br />

cualquier a de los dos t r amit ar a la apr obación de las Sier vas y él<br />

inmediat ament e me dij o que hicier a yo los t r ámit es y él con mucho<br />

gust o ayudaba en lo que f uer a necesar io. Se ve que el Excmo. Sr .<br />

Solament e deseaba que t odo se hicier a conf or me a los cánones; per o<br />

t ambién deben haber inf luido las muchas or aciones y sacr if icios que en<br />

est os días han of r ecido por mí nuest r as buenas her manas las Sier vas.<br />

Además, Dios quer ía que en el día de mi f iest a le of r ecier a t ambién<br />

alguna cosa amar guit a.<br />

Hoy nos ent r egar on el Decr et o de la r enovación de la vida<br />

r eligiosa ya impr eso en un cuader no muy bien pr esent ado, t al como lo<br />

va a apr obar el Sant o Padr e dent r o de t r es días. Yo comenzar é luego a<br />

cor r egir las Const it uciones conf or me al Decr et o, pues así me dij er on en<br />

la Sagr ada. Congr egación.<br />

Ahor a sí t endr é más en que apoyar me par a pedir les a las<br />

her manas que adelant en en muchas cosas que ya les est aba pidiendo y<br />

que ahor a el Concilio apr ueba, sobr e t odo en la humildad, la car idad, la<br />

unión y el buen cumplimient o de los t r es vot os.<br />

El j ueves ser á la comida que los Obispos mexicanos nos of r ecen<br />

a mí y al Excmo. Sr . Ar zobispo de Oaxaca. El vier nes est amos invit ados<br />

el Excmo. Sr . López y yo a una casa de mant eles muy lar gos y el mismo<br />

vier nes en la t ar de, Dios mediant e salgo con el Padr e Amezcua a<br />

Jer usalén par a volver el día 7 de noviembr e, pues el 8 comienzan de<br />

nuevo las sesiones después de las vacaciones de muert os.<br />

Mañana t er minan ya las discusiones en el Concilio. Ya solament e<br />

t enemos que esper ar a que las Comisiones t er minen de hacer las<br />

cor r ecciones a los esquemas que f alt an y seguir haciendo las<br />

vot aciones. Mañana habr á vot aciones acer ca del esquema de la<br />

liber t ad r eligiosa y ya ser á la sext a vez que pasa por el Concilio est e<br />

esquema y por lo menos t endr á que volver t odavía ot r a vez.<br />

Todavía no puedo asegur ar que r egr ese el día 7 mas yo esper o<br />

que acabemos a t iempo.<br />

Encomendándome a las or aciones de V. R. y con saludos<br />

af ect uosos par a t odas las Her manas, quedo af mo. en Cr ist o y s. s. que<br />

de cor azón las bendice.<br />

+ José Abr aham.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

P.D. El día 20 quer ía mandar la Encíclica per o no cupo en el<br />

sobr e. Después las mandé como impr esos, per o como est oy t an<br />

dist r aído no puse cabales las est ampillas. Favor de avisar me si llegó.<br />

29


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Roma, a 28 de oct ubre de 1965.<br />

Muy cont ent o he pasado est e día 37 aniversario de mi<br />

ordenación sacerdot al pues hoy fueron aprobados algunos decret os<br />

muy queridos: los Obispos, la renovación de la vida religiosa, el<br />

Seminario, la educación crist iana y nuest ra caridad para con los no<br />

crist ianos. En esos decret os est án las ilusiones de mi vida. Por eso<br />

est aba hoy t an cont ent o, y, para acabalarla, est uvimos t ambién<br />

muy cont ent os en la comida, reunidos los Obispos mexicanos para<br />

recordar y celebrar los 50 años de sacerdocio del Excmo. Sr. Alba y<br />

los 25 de mi episcopado. Mis buenos hermanit os fueron los que<br />

discurrieron est a f iest a y convidaron t ambién al Excmo. Sr.<br />

Raimondi.<br />

Les escribo cort it o porque est oy preparando mi viaj e de<br />

mañana a Jerusalén; pero sent ía que si no les escribía dos<br />

renglones revent aba.<br />

En el Calvario of receré a Nuest ro Señor las cruces de cada<br />

una de ust edes, para que nuest ro Señor les ayude a ser sant as.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo afmo. en<br />

Crist o y s.s. que de corazón las bendice.<br />

José Abraham Mart ínez Bet ancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

30


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán H.M.I .G.<br />

Villa de Guadalupe D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Jerusalén a 31 de Oct ubre de 1965.<br />

En est e viaj e he gozado más que en el ant erior porque<br />

ahora no vengo en rebaño. Vinieron t ambién ot ros dos grupos<br />

numerosos de Obispos pero yo me j unt é con el P. Amezcua y el<br />

Hermano Cacho, fundador de los operarios Guadalupanos del<br />

Sant ísimo Sacrament o, un sacerdot e de Texcoco y un Periodist a de<br />

México. Vamos a donde se nos ant oj a y nos est amos t odo el rat o<br />

que queremos. En est os moment os me voy al Sant o Sepulcro son<br />

las ( 9: 00 a.m.) y pienso est arme en el calvario t oda la mañana<br />

pensando en lo mucho que Dios nos ama y como desde la Cruz<br />

reina sobre nuest ros corazones.<br />

Hoy celebré la Sant a Misa en el Calvario y pedí a Dios por<br />

ust edes.<br />

El j ueves a medio día nos iremos Dios mediant e a Nazaret h y<br />

el domingo regresaremos en la mañana en Jet .<br />

A ver si mis hermanit os no se f ij an en nuest ro grupo y luego<br />

nos dan lat a diciendo que es la peregrinación de los fundadores.<br />

Me t raj e las Const it uciones para adapt arlas al Concilio aquí<br />

j unt o al calvario.<br />

Saludos a t odas las Hermanas.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo afmo. en Crist o que<br />

de corazón las bendice.<br />

José Abraham Mart ínez Bet ancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

31


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

Villa de Guadalupe, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Roma, 7 de noviembre de 1965.<br />

Todavía est a mañana celebré la Sant a Misa en Nazaret .<br />

De allí salimos al Aeropuert o, que queda como de Tacámbaro<br />

a Morelia y a las 12: 15 est ábamos en el aeropuert o de Roma.<br />

Ayer celebré la Sant a Misa por t odas las Siervas en la<br />

Grut a de la Anunciación, a fin de pedir a Dios nuest ro Señor<br />

por la int ercesión de la Sma. Virgen, que a t odas las haga<br />

vivir como verdaderas siervas suyas.<br />

Durant e la Misa est aba yo emocionado pensando que en<br />

ese mismo lugar la Sma. Virgen se declaró la sierva del<br />

Señor: He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según t u<br />

palabra . Humildad, obediencia, sumisión a Dios, amor a la<br />

pureza, t odo est o resplandece en Ella al poner su corazón<br />

ent erament e en manos de Dios. Por eso creí que aquel era el<br />

lugar más a propósit o para celebrar la Sant a Misa por<br />

nuest ras Siervas y pedir a Dios que las haga verdaderas<br />

siervas suyas. Después de la Sant a Misa puse baj o el alt ar<br />

las Const it uciones de las Siervas pidiendo a Dios que las<br />

bendiga.<br />

En los pocos t iempos que t uve libres en Nazaret , cerca<br />

de la Grut a est uve corrigiendo las Const it uciones, de acuerdo<br />

con la ment e del Concilio, en lo que respect a a los vot os de<br />

pobreza, cast idad y obediencia, pues me pareció que era el<br />

lugar más a propósit o para hacer ese t rabaj o, t eniendo ant e<br />

la ment e la vida pura, pobre y obedient e de la Sma. Virgen<br />

en Nazaret .<br />

Les agradezco muchísimo lo que en la Villa y en el<br />

Colegio 10 de Mayo hicieron por mí el día 20. Dios nuest ro<br />

Señor se los premie y las haga cada día más buenas.<br />

Me da gust o que t ant o la Hna. Vict oria como V.R. est én<br />

ya mej or. Al llegar de Tierra Sant a con gran alegría recibí las<br />

not icias de ust edes, después de varios días de viaj e sin saber<br />

nada. Ya venía con muchas ganas de encont rar cart as.<br />

Le agradecería que me mandara luego un proyect o de<br />

cómo pueden quedar repart idas las Hermanas para el año<br />

ent rant e. Me agradaría mucho que se encont rara la<br />

32


posibilidad de mandar unas hermanas a est udiar música a<br />

Morelia, porque de no ser así, veo que nunca van a aprender<br />

música. Además hay que t ener en cuent a que no se les<br />

cargue t ant o esf uerzo a las enf ermas, sobre t odo si además<br />

de enf ermas t ienen que est udiar y dar clases. Bendit o sea<br />

Dios que ellas t ienen muchos deseos de hacer el bien. Pero<br />

sobre nosot ros, como superiores, est á la grave<br />

responsabilidad de cuidar de su salud. Quizá haya necesidad<br />

de reducir un poco las act ividades de la Pro-Hogar y no<br />

f undar por ahora un nuevo Colegio, pues veo que algunas de<br />

las hermanas que est án en México ni moral ni f ísicament e<br />

podrán aguant ar ot ro año allí, a no ser que queramos que<br />

acaben de perder su salud y hast a su vocación.<br />

Ya no t enga pendient e acerca de la dif icult ad que había<br />

para la t ramit ación de la aprobación, pues ya est á resuelt a y<br />

a mí me t ocará hacer los t rámit es; pero no dej en de pedir a<br />

Dios que t odo siga bien; pero hay que t ener en cuent a que<br />

para que se considere a la Congregación como de Tacámbaro,<br />

la Casa Madre t iene que est ar t oda en Tacámbaro no<br />

solament e el Noviciado, desde ant es de la erección canónica<br />

como Congregación.<br />

Mucho le agradezco los dat os que me envió pues me<br />

servirán mucho para hacer los t rámit es.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas ust edes,<br />

quedo afmo. en Crist o y s. s. que de corazón las bendice, que<br />

para est o no me he dist raído.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

P.D. No me caí en Tierra Sant a, a pesar de andar a<br />

veces por los riscos. Tant o el P. Amezcua como el P. Orozco,<br />

el Hermano Cacho y el Sr. I barra anduvieron muy al<br />

pendient e de mí, cuidándome. Traj e varias naranj as del<br />

Mont e de las Bienavent uranzas; lást ima que no aguant en<br />

hast a diciembre para llevarles, aunque f uera un par.<br />

33


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Roma, a 20 de noviembre de 1965.<br />

Recibí su at ent a del día 14 y mucho agradezco sus<br />

not icias, pues con ellas sient o como si est uviera allá en la<br />

Villa. Todavía me f alt an 18 noches para irme de Roma, y<br />

cuent o las noches porque, aunque t enga sueño y descanse<br />

durmiendo, sient o el t ener que dormir y no aprovechar más el<br />

t iempo. Est oy cont ent o aquí ent re mis hermanos Obispos,<br />

pero ya t engo ganas de est ar allá.<br />

Si no hay cont rat iempos, espero llegar el día 10; pero<br />

como a veces llega muy noche el avión, aunque me da mucho<br />

gust o ver a las Hermanas a la llegada, yo pref eriría que no<br />

f ueran de noche al aeropuert o, pues quien sabe no convenga<br />

que anden por allá t an noche.<br />

El mart es a las 6 de la t arde ( 11 a.m. de México) ,<br />

est aremos de visit a con el Sant o <strong>Padre</strong> los obispos<br />

mexicanos. Le pediré que las bendiga.<br />

Ant ier, en la Sesión Pública del Concilio, el Sant o <strong>Padre</strong><br />

nos dio muchas sorpresas: recordó cómo est e Concilio ha sido<br />

el más grande y solemne en la hist oria de la I glesia. Anunció<br />

que después del Concilio seguirán t odavía t rabaj ando algunas<br />

Comisiones, ent re ellas la de la Lit urgia: que habrá ot ra<br />

reunión, aunque no t an numerosa, de obispos, dent ro de dos<br />

años, aquí en Roma, con ocasión del 19° cent enario del<br />

mart irio de San Pedro; que la Curia Romana seguirá<br />

t rabaj ando pues su t rabaj o ha sido ej emplar, aunque los<br />

def ect os se not en más por est ar en lugar preeminent e en la<br />

I glesia, y se harán las ref ormas necesarias para ponerla al<br />

día; que lo que más import a es nuest ra propia ref orma<br />

aplicando f ielment e las normas del Concilio. Dio t ambién la<br />

orden para que comiencen ya los procesos de Sant if icación de<br />

Su Sant idad Pío XI I y de Su Sant idad Juan XXI I I , lo cual llenó<br />

a t odos de alegría y saludamos el anuncio con un prolongado<br />

aplauso lleno de grande cariño hacia t an amados Pont ífices.<br />

Anunció t ambién que en Roma, y como recuerdo del Concilio,<br />

se edificará una iglesia en honor de María Madre de la<br />

I glesia, y el día 8, en la ceremonia de la clausura del Concilio<br />

est ará incluida la bendición de la primera piedra.<br />

34


En cuant o a la renovación de la vida, nos decía el Sant o<br />

<strong>Padre</strong>: No debemos, Venerables <strong>Padre</strong>s, preocuparnos t ant o<br />

de est as ref ormas ( de la Curia) , ciert ament e necesarias,<br />

cuant o de aquellas morales y espirit uales que nos hagan más<br />

conf ormes a nuest ro divino Maest ro, y más apt os para los<br />

deberes de nuest ra respect iva vocación. Debemos at ender<br />

principalment e a est o: a nuest ra efect iva sant if icación y a la<br />

real capacidad de dif undir el mensaj e evangélico . Ya ant es<br />

el Sant o <strong>Padre</strong> nos había dicho que la ref orma debía<br />

comenzar por nosot ros los Obispos. Por eso, j unt o con<br />

algunos ot ros Obispos, est uve en ret iro t oda la semana<br />

pasada, baj o la dirección del <strong>Padre</strong> Lombardi, menos en las<br />

horas del Concilio. No alcancé a avisarles a ust edes para que<br />

pidieran por mí, pero me conf ormaba pensando que de t odos<br />

modos lo hacen.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> recordó t ambién los t res moment os<br />

espirit uales del Concilio: primero ent usiasmo, est upor,<br />

alegría, esperanza cuando se anunció el Concilio. Comenzó el<br />

Concilio y comenzaron t ambién las dudas de muchos, las<br />

crít icas, la impaciencia de las novedades, mient ras el Concilio<br />

seguía su labor callada, ponderada y prudent e. Aparecieron<br />

inquiet udes, corrient es, t emores, audacias, árbit ros; t odo se<br />

hizo dudoso, incluso los cánones de la verdad y de la<br />

aut oridad, hast a que comenzó a hacerse oír, suave,<br />

medit ada, solemne la voz del Concilio. En est e últ imo t ramo<br />

del Concilio sus graves y alent adoras palabras dirán cuál<br />

debe ser la f orma de vida de la I glesia. Viene por est o el<br />

t ercer moment o, el de los propósit os, el de la acept ación y de<br />

la ej ecución de los Decret os conciliares. Y est e es el<br />

moment o para el que cada uno debe disponer su propio<br />

espírit u. La discusión acaba, empieza la comprensión. A la<br />

acción del arado que revuelve la t ierra, sucede el cult ivo<br />

ordenado y posit ivo. La I glesia se reorganiza con las nuevas,<br />

normas que el Concilio le ha dado. La f idelidad la<br />

caract eriza; una novedad la calif ica, la de la conciencia<br />

acrecent ada de la comunidad eclesial, de su maravillosa<br />

t rabazón, de la mayor caridad que debe unir, act ivar,<br />

sant if icar la comunión j erárquica de la I glesia. Es est e el<br />

período de la verdadera puest a al día preconizado por<br />

nuest ro predecesor de venerada memoria Juan XXI I I<br />

aggiornament o o puest a al día querrá decir de ahora en<br />

adelant e para nosot ros, sabia penet ración del espírit u del<br />

Concilio que hemos celebrado y aplicación f iel de sus normas<br />

f eliz y sanament e emanadas .<br />

Pensamos que en est a línea se debe desarrollar la<br />

psicología nueva de la I glesia: clero y fieles t endrán que<br />

35


desarrollar una magníf ica labor espirit ual para la renovación<br />

de la vida y de las acciones según Crist o Nuest ro Señor: y a<br />

est a labor invit amos a nuest ros Hermanos y a nuest ros Hij os:<br />

aquellos que aman a Crist o y a la I glesia est én aquí con Nos<br />

en la prof esión más clara del sent ido de la verdad, propio de<br />

la t radición doct rinal que Crist o y los apóst oles inauguraron;<br />

y con él, el sent ido de la disciplina eclesiást ica y de la unión<br />

profunda y cordial que nos hace confiados y solidarios como<br />

miembros de un mismo cuerpo .<br />

Ya el Sant o <strong>Padre</strong> había hablado, hace ocho días a los<br />

seminarist as españoles acerca del fundament o que la unidad<br />

t iene en la aut oridad. Se funda especialment e en la caridad,<br />

pero es la aut oridad la que da las órdenes que nos unen a<br />

t odos en la misma empresa de salvación. Decía el Sant o<br />

<strong>Padre</strong>: Y viene ahora una gran palabra que el mundo<br />

moderno casi no quiere oír: la obediencia. En el<br />

renacimient o que la I glesia y la sociedad crist iana piden para<br />

dar una nueva f az al mundo cont emporáneo, se impone el<br />

t rabaj o comunit ario, se necesit a est ar y vivir unidos; por lo<br />

t ant o hay que ser obedient es. Hoy como ayer es ley la<br />

act it ud de respet o y obediencia, a ej emplo de Crist o hecho<br />

obedient e hast a la muert e ( Flp. 2, 8) . Cult ivad est a<br />

disposición en la zona ínt ima de vuest ra personalidad; dad a<br />

vuest ro servicio una int encionalidad sobrenat ural de sumisión<br />

a la volunt ad de Dios, present e en t oda ley j ust a y en t oda<br />

legít ima aut oridad; seguid el lema del Divino Maest ro: Yo<br />

hago siempre lo que es de su agrado ( Jn. 8, 29) .<br />

Me puse a copiar t odas esas palabras del Papa, para<br />

que las hermanas puedan ver cuáles son los deseos del<br />

Vicario de Crist o en est os moment os, aunque me apena<br />

mucho el pensar que, mient ras el Concilio quiere que las<br />

religiosas de vida act iva vivan t ambién vida cont emplat iva<br />

porque en ella est á el fundament o de su unión con Dios y de<br />

su apost olado, en México por el ambient e, t an dist int o del<br />

ambient e de nuest ros pueblos, y por la necesidad de ej ercit ar<br />

el apost olado, se descuida mucho la vida espirit ual con<br />

gravísimo daño del alma de las hermanas. Ese mismo<br />

descuido de lo espirit ual viene a ser una de las causas de<br />

f alt a de cumplimient o de los vot os. Pero sin duda Dios<br />

premiará amplísimament e a quienes, a pesar de las<br />

dificult ades, luchen por conservar su vida de unión con Dios.<br />

Si queremos cumplir con el Concilio, y creo que t odos<br />

queremos porque t odos deseamos con ansia esa renovación<br />

de vida, será preciso arreglar las cosas de modo que las<br />

hermanas t engan la suf icient e at ención espirit ual y el t iempo<br />

36


necesario para cumplir con sus deberes espirit uales. De ot ro<br />

modo sería pref erible dej ar la Pro-Hogar, pues no debemos<br />

ej ercit ar el apost olado a cost a de la ruina espirit ual de la<br />

hermanas. Est o sería cont ra la int ención del Concilio.<br />

Si yo t uviera algún sacerdot e libre para enviarlo a<br />

México a ayudarles en lo espirit ual, lo haría con mucho<br />

gust o; pero en est os moment os no lo encuent ro y además<br />

est o no es obligación de la Diócesis de Tacámbaro sino de la<br />

de México que debe proporcionarles la necesaria at ención<br />

espirit ual; aunque por ser ust edes de nuest ra Diócesis de<br />

Tacámbaro y no de la de México, debemos proporcionarles la<br />

necesaria at ención espirit ual con gust o daremos esa ayuda<br />

apenas la encont remos.<br />

Y lo peor es que no podremos mandarles a las<br />

hermanas j óvenes de Tacámbaro porque el Concilio ordena<br />

que las recién prof esas no se dediquen al apost olado, sino<br />

que se les t enga en el Juvenado para complet ar su f ormación.<br />

Yo creo que est a pena de la f alt a de suf icient e at ención<br />

espirit ual para las hermanas que est án en esa ciudad es lo<br />

que más me ha t enido preocupado y como dist raído en est os<br />

días. Pero no dej o de pedirle a Dios que nos ayude a<br />

resolver est a sit uación.<br />

También le pido a Dios que le ayude a V.R. a conseguir<br />

esa salud que hace f alt a.<br />

Pero aunque hay cosas que me preocupan, t ambién hay<br />

cosas que me consuelan: por ej emplo el empeño que est án<br />

poniendo algunas hermanas en ser buenas y cumplidas hast a<br />

donde les alcanzan las fuerzas, y las nuevas relaciones que<br />

Tacámbaro va t eniendo con los sant os del cielo: San Pío X<br />

f ue el f undador de la Diócesis, Pío XI I nos quiso, como pude<br />

comprobarlo, y creo que ahora con más razón nos quiere;<br />

Juan XXI I I me conoció y un día me convidó a comer a su<br />

casa, creo que ahora desde el cielo seguirá pidiendo para<br />

nosot ros el aliment o de la verdad y de la gracia de Dios para<br />

que podamos ser sant os; y ya se comenzó el proceso de<br />

Beat if icación de I sabel de Cast illa, cuyo nombre lleva uno de<br />

nuest ros Colegios.<br />

Desde ant ier est án los obreros t rabaj ando en la Plaza<br />

de San Pedro, preparándola para la clausura del Concilio. Ya<br />

est án levant ando las t ribunas para los invit ados especiales,<br />

como son, ent re ot ros, los represent ant es de la mayor part e<br />

de los Gobiernos del mundo. El Sant o <strong>Padre</strong> quiere que la<br />

37


Misa y las demás ceremonias sean en la plaza para que<br />

puedan gozar de ellas muchos f ieles. Como est amos en las<br />

aguas, pídanle a Dios que ese día t engamos buen t iempo<br />

para que así puedan asist ir más de 300,000 f ieles que son los<br />

que pueden caber ent re la Plaza de San Pedro, la plaza Pío<br />

XI I y la Vía de la Conciliación.<br />

Muchos saludos para t odas las hermanas y que Dios las<br />

haga cada día mej ores, cumpliendo con lo que aprendieron<br />

en las Ej ercit aciones.<br />

¿Han leído las Cart as Semanales ?<br />

El día 8 a las 3: 30 a.m., hora de México, comenzará a<br />

ent rar la procesión de los Sres. Obispos a la Plaza de San<br />

Pedro. A las 4: 00 a.m. comenzará la ceremonia de Clausura<br />

del Concilio y en ese moment o quiere el Sant o <strong>Padre</strong> que<br />

t odos los cat ólicos en t odo el mundo est én unidos en oración<br />

con él y sus Obispos. El día 7 acuést ense t emprano para que<br />

a las 4 de la mañana del día 8 est én list as en la capilla ( o<br />

ant e la t elevisión) orando j unt ament e con nosot ros. La<br />

ceremonia t erminará ent re las 6 y 6: 30, con la bendición a<br />

t odo el mundo.<br />

Pueden convidar al P. David para que les dé el ret iro y<br />

les celebre la Misa del día 8 y reciba la renovación de los<br />

vot os.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

38


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán, México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Roma, a 21 de noviembre de 1965.<br />

Me apresuro a aclarar una idea que en mi cart a de ayer<br />

quedó incomplet a por mi prisa en escribir y por lo at arant ado que<br />

est oy. No hice dist inción ent re capellán y conf esor .<br />

Al decir que la Arquidiócesis de México t iene la obligación<br />

de darles capellán conf esor y no aclaré que el Conf esor debe<br />

señalarlo la Mit ra y el capellán o lo da el Párroco int eresado, si<br />

t iene modo de darlo, o lo busca la Comunidad, con licencia de la<br />

Mit ra. El Párroco proporciona el capellán, o bien por que así se<br />

compromet ió, o por equidad, pues si las Her manas ayudan a la<br />

Par roquia, conviene que t ambién la Par roquia les f acilit e la<br />

asist encia espirit ual si t iene sacerdot es para ello. Pero en la<br />

ciudad de México la escasez de sacerdot es es muy grande y no<br />

siempre podrá el Párroco dar capellán. En est e caso, t oca a las<br />

hermanas ir a la Parroquia, pues la religiosa no se consagró a<br />

Dios para ser servida sino para ser vir a Dios en su I glesia y<br />

además su ej emplo, asist iendo a Misa y comulgando en la<br />

Par roquia con mucha devoción, hará mucho bien a los f ieles, per o<br />

en est e caso hay que prever que t engan el t iempo suf icient e no<br />

solo para ir de carrera a comulgar, sino t ambién para hacer su<br />

medit ación y oír la Sant a Misa.<br />

Con t odo, hacen muy bien en pedir al Sr. Cura y a mí que se<br />

les dé capellán por si acaso se present a est a posibilidad, y aun<br />

pedirlo con mucha insist encia. En cuant o al conf esor , vayan<br />

pensando a quién conviene pedir, para pedirlo a la Sagrada. Mit ra<br />

a mi regreso. O si ust edes quieren pedirlo ant es, pueden hacerlo,<br />

sirve que van aprendiendo para cuando yo f alt e; pero ent onces, al<br />

hacer la pet ición, recuerden a la Mit ra que t ienen una escuela en<br />

la Parroquia de Fát ima, para que así se sient an más obligados a<br />

señalarles conf esor.<br />

El P. Amezcua se f ue a España a arreglar algunos asunt os;<br />

per o hoy vino el P. Filemón y me llevó a dar una vuelt a. Fuimos a<br />

la Escala Sant a y la subí de rodillas pidiendo a Dios por ust edes.<br />

Según la t radición, es la escalera del palacio de Pilat os, por donde<br />

subió nuest ro Señor después de la f lagelación y coronado de<br />

espinas. Sant a Elena la t raj o de Jerusalén y est á a la ent rada de<br />

la capilla que durant e muchos siglos f ue la capilla del Papa<br />

cuando los Papas vivían en Let r án j unt o a la Cat edral.<br />

Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

39


Roma, a 28 de noviembre de 1965.<br />

M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán, Villa de Guadalupe, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M AD RE:<br />

Recibí su at ent a del día 14, a la que se t ardó en cont est ar<br />

porque desde el día 20 me propuse no hacer ot ra cosa mañana y<br />

t arde que t erminar la revisión de las Const it uciones, para<br />

acomodarlas a las disposiciones del Concilio. Bendit o sea Dios ya<br />

t erminé la corrección. Ha habido necesidad de pasarlas en limpio<br />

de nuevo y espero ent regarlas est a semana al <strong>Padre</strong> Oñat e que es<br />

el que se va a encargar de est ar apresurando el est udio y<br />

apr obación de la Sagrada Congr egación de Religiosos, pues en la<br />

Congregación me dij eron que como yo no est oy siempre aquí, era<br />

necesario que dej ar a un Delegado que siguiera haciendo los<br />

t r ámit es en mi nombre.<br />

No hay prisa para arreglar casa para el Consej o, pues me<br />

dicen que la aprobación t ardará por lo menos un año, porque en<br />

la Congregación t ienen ahora mucho t rabaj o y habrá que esperar<br />

t urno. Pero de t odos modos yo creo que será necesario dar a<br />

cada hermana una copia de est as nuevas Const it uciones para que<br />

vayan aprendiendo a cumplirlas. En Tacámbaro pueden copiarlas<br />

las hermanas con el mimeógraf o. Piense en est o mient ras regreso<br />

par a ver qué resolvemos. ¿No sería bueno nombrar t ambién<br />

Consej er as, solament e con vot o consult ivo, par a que vayan<br />

apr endiendo y no las coj an desprevenidas las nuevas<br />

Const it uciones?<br />

El Concilio habla de las Religiosas en casi t odos los<br />

Decret os, y por eso t uve que repasarlos recordando su hist oria y<br />

además consult ar ot ros decret os ant iguos en la Bibliot eca.<br />

En est os moment os me doy cuent a de que sí le cont est é la<br />

car t a del día 14, por ciert o que f ue un periódico. Pero no le hace<br />

que ahora t ambién escriba, pues las hermanas ya han de est ar<br />

con ansia de saber por qué no escribo.<br />

Ya t engo arreglada mi salida para el día 9, lo que no me<br />

ar reglan t odavía es el bolet o de Nueva York a México.<br />

Ahora he est ado bien de salud. Pero ya llegó el f río con<br />

t oda su f uerza, t ant o que ya me voy a poner los guant es porque<br />

se me est án revent ando las manos y me sale un poquit o de<br />

sangre. ¡Así est á de bravo el f río! Ayer y hoy cayó granizo y a la<br />

mej or est a noche cae nieve. Los cerros ya est án nevados.<br />

Encomendándome a sus oraciones y con bendiciones para<br />

t odas las her manas, quedo afmo. en Crist o y s. s. que de t odo<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

P.D. Me acaban de t r aer la r eser vación del avión a Nueva Yor k.<br />

Me f alt a la de Nueva Yor k- México. Después del día 3 ya no deposit en en<br />

el cor r eo car t as par a mí; ser ía dif ícil que alcanzar a a recibir las.<br />

40


M.R.M. MA. Del Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

15 de diciembre de 1967.<br />

Se me ha ocurrido decirle que si a V.R. le parece más<br />

convenient e que t odas las hermanas hagan sus ej ercicios en<br />

México en vez de hacerlos unas aquí y ot ros allá, por mi part e no<br />

hay dif icult ad. Aún es t iempo de disponer así los ej ercicios, t ant o<br />

más que no les he dicho con seguridad a dónde les t oca, a las que<br />

me han pregunt ado. Yo espero que la orden les llegue por<br />

conduct o de la H. Evangelina que es la Secret aria.<br />

Yo est oy muy mej orado de mis reumas, de modo que<br />

espero poder ir a la Villa a dirigir los ej ercicios. Pero en caso de<br />

que me volviera la enf ermedad, ya el P. Cruz est á de acuerdo para<br />

ir luego a suplirme.<br />

Pido a Dios que conceda V.R. la salud y sobre t odo le dé más<br />

gracias para adelant ar en el camino de la perf ección crist iana.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en Crist o y<br />

s.s. que de corazón las bendice.<br />

José Abraham Mart ínez Bet ancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

P.D. Est aré desocupado para el día 25, de modo que ese día<br />

en la noche podremos comenzar, para t erminar el día 31 por la<br />

mañana.<br />

41


M.R.M. Ma. Del Carmen Guzmán, H.M.I .G.<br />

México, D.F.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

A 25 de marzo de 1968.<br />

Agradezco muchísimo las felicit aciones y el regalo que<br />

t uvieron la amabilidad de enviarme con mot ivo del día de mi<br />

Sant o. Especialment e les agradezco las oraciones t an<br />

abundant es que of recieron a Dios por mí.<br />

No he podido ir en est a Cuaresma, y t al vez no alcance<br />

a ir en los días que f alt an, pues ya viene el primer domingo<br />

de Pasión; pero si t engo oport unidad, de repent e me<br />

present o por allí.<br />

De Buenavist a me escribió una alumna, Ma. Guadalupe<br />

Gut iérrez. Ya me había hablado, pero no recuerdo si ya<br />

t ermina primaria est e año. En principio no se le podría<br />

recibir pues no es legít ima; pero de t odos modos creo que<br />

convendrá t omar inf ormes por si acaso vale la pena. Creo<br />

que la H. Evangelina puede conocerla.<br />

Pido a Dios que a t odas les ayude a pasar est a<br />

Cuaresma of reciendo a Dios con gust o t odos los sacrif icios,<br />

para acompañarle como Cireneos en el camino del Calvario.<br />

Especialment e V.R. t iene mucho que of recer a Dios.<br />

En cuant o a mí, est oy mej or, bendit o sea Dios, aunque<br />

la presión no quiere baj ar sino muy poco.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, y con<br />

saludos para el <strong>Padre</strong> David, quedo af mo. en Crist o que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

42


CORRESPONDENCI A A ALGUNAS SUPERI ORAS<br />

GENERALES<br />

MADRE MA. DE LA PAZ RAUDA P<strong>AC</strong>HECO, SUPERIORA GENERAL (1975-1982)<br />

EN EL SEPELIO DEL EXCMO. SR. OBISPO JOSÉ ABRAHAM<br />

10 DE ABRIL DE 1982<br />

Excelentísimo Sr. Obispo y Amado <strong>Padre</strong>:<br />

Has empezado a vivir, ahora estás más cerca de nosotros; sentimos tu presencia al<br />

estarnos realizando como personas consagradas; prometemos llevarte a los demás en<br />

la práctica de una vida humilde, pobre, alegre y en la caridad fraterna que tanto nos<br />

recomendaste.<br />

Confiamos que intercedas por tus religiosas, tus novicias, tus postulantes, aspirantes y<br />

por las nuevas generaciones que vendrán a formar parte de esta familia religiosa. No<br />

ha terminado tu Obra, la Congregación está en tus manos.<br />

Tus Hijas, Las Siervas de la Inmaculada Concepción , pedimos perdón a Dios por las<br />

muchas veces que lastimamos tu corazón.<br />

Reconocemos tu esfuerzo y dedicación por habernos insertado en el Cuerpo Místico de<br />

Cristo como almas consagradas. Lucharemos por ser mejores cada día. Recibe <strong>Padre</strong>,<br />

nuestra gratitud. Bendícenos desde el cielo.<br />

43


Sr it a. Eva ngelina M or a<br />

Superior a Gener al de las Siervas de la I nm a cula da<br />

Concepción<br />

APRECI ABLE HERM AN A:<br />

Recibí t u f elicit ación y con ella t ambién el regalo que ust edes<br />

t uvieron la bondad de enviarme.<br />

Dios nuest ro Señor les premie t odas sus bondades; a Él le<br />

pido que les ayude a comprender cada día mej or el mist erio<br />

Pascual que consist e en acompañar a Crist o nuest ro Señor en su<br />

pasión y en su muert e para acompañarlo t ambién en su<br />

resurrección gloriosa. En su pasión, of reciéndole t odas nuest ras<br />

penas; en su muert e, muriendo nosot ros al pecado, y en su<br />

gloriosa resurrección viviendo resucit ados en la vida de la gracia<br />

para alcanzar después la def init iva resurrección.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. En Crist o y s.<br />

s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

44


R.M. Evangelina Mora, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 29 de septiembre de 1968.<br />

Te escribo para que no est és con pendient e por la<br />

Madre Carmen, especialment e ahora que t e quedast e de<br />

Nuest rit a . La Madre ha est ado mej or que allá en México.<br />

Ant ier fue a Morelia, mañana va a Zamora, pasado mañana a<br />

Tecario con las prof esas de aquí y el miércoles, Dios<br />

mediant e, vuelve a México.<br />

Pido a Dios que reciba t odos t us sacrif icios y t e ayude a<br />

adelant ar en virt ud para que puedas alcanzar la perf ección de<br />

vida crist iana que Él quiere de t i.<br />

Anoche me quedé en Morelia y hoy t emprano me vine a<br />

Tacámbaro.<br />

Muchos saludos para la M. <strong>Esperanza</strong> cuando vuelva, y<br />

para t odas las hermanas.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

45


R.M. Evangelina Mora, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 8 de septiembre de 1970<br />

Los Obispos pedimos a la CI RM que nos hiciera el favor de<br />

ayudar a las Pías Uniones y el P. de la Mora, President e de la<br />

CI RM, me acaba de comunicar que la Madre I melda Tij erina,<br />

H.M.A., que f ue Superiora General de las Salesianas es la<br />

encargada de ayudar a nombre de la CI RM a las Pías Uniones<br />

que hay en la República.<br />

Est e servicio que pedimos a la CI RM no es para f iscalizar o<br />

j uzgar, sino únicament e para servirles en lo que pueda la<br />

CI RM y desean que acudan a la CI RM con t oda confianza.<br />

Conviene que escribas a la Madre Tij erina exponiéndole la<br />

ayuda que necesit an, por ej emplo para f ormación de<br />

superioras, especialment e Maest ras de novicias, inf ormación<br />

respect o a programas para la f ormación de novicias y<br />

j unioras, inf ormación sobre cursos de f ormación espirit ual y<br />

ot ras cosas que creas necesarias.<br />

La dirección de la M. Tij erina es: Amores 1318, México 12,<br />

D.F.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afmo. en Crist o y<br />

s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

46


R.M. Evangelina Mora A. S.I .C.<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

A 2 de noviembre de 1970.<br />

Los Obispos de la Región sépt ima nos damos cuent a de la<br />

gran desorient ación que en mat eria religiosa hay act ualment e<br />

ent re los est udiant es. Varias son las causas de esa<br />

desorient ación, pero ent re ellas est án t ambién las<br />

def iciencias que hay en la f ormación crist iana en los colegios.<br />

Por eso en nuest ra próxima reunión pensamos hacer una<br />

reflexión acerca de nuest ras responsabilidades en est e punt o,<br />

y desearíamos que los Superiores mayores de las<br />

Congregaciones que t ienen casas en las regiones past orales 6<br />

y 7, nos hicieran la caridad de asist ir, si les es posible a<br />

nuest ra reunión y decirnos qué ayuda esperan de nosot ros<br />

para mej orar la f ormación crist iana de los j óvenes.<br />

Rogamos, pues a V.R. que nos acompañe de 12: 00 a 1: 00<br />

p.m. en la casa de descanso del Excmo. Sr. Cardenal Garibi<br />

en San Pedro Tlaquepaque, el día 12 del present e mes.<br />

Est aremos present es, Dios mediant e: el Excmo. Sr. Arzobispo<br />

de Guadalaj ara y los Excmos. Sres. Obispos de Apat zingán,<br />

Zamora, Colima, Aut lán y Tacámbaro.<br />

Encomendándome a las oraciones de V.R., quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que la bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

Coordinador de la Región<br />

Pacíf ico Medio<br />

47


RESPETABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Tacámbaro a 11 de enero de 1971.<br />

Con relación a mi ent revist a con la R. M. Carmen, el sábado<br />

pasado, debo inf ormar que, aunque ella ant es, sin que yo se lo<br />

pidiera, me había propuest o ent regar la economía del I nst it ut o,<br />

sin embargo, ant ier que le hablé se negó a ent regar los<br />

document os t ant o los de secret aría como los de economía. En<br />

cuant o a los de economía, ella por escrit o dio la respuest a y me<br />

dij o: póngale allí su f irma . De palabra propuso que iría con<br />

ust ed al licenciado que arregla est os asunt os a las religiosas para<br />

ver cómo podría arreglarse t odo lo que pert enece al I nst it ut o.<br />

Con est a promesa me resolví a poner el Vo. Bo. a la cart a de su<br />

cont est ación, aunque más bien debería haber f irmado de<br />

ent erado .<br />

De t odos modos ust edes quedan en libert ad de arreglar<br />

est os asunt os como crean que más conviene para bien de t odas<br />

las her manas, pues desde el Capít ulo de hace un año ha cesado<br />

mi aut oridad como <strong>Fundador</strong>, puest o que habiendo ya Superiora<br />

Gener al y Consej o elegido en el Capít ulo General, la aut oridad<br />

debe ej ercerla ust ed con su Capít ulo, y mis aprobaciones ya no<br />

son mandat o sino simple consej o, a no ser en los casos en que el<br />

derecho Canónico me concede aut or idad en calidad de Ordinario.<br />

Si dur ant e un año seguí concediendo algunos permisos f ue<br />

solament e porque las superioras de las casas de la ciudad de<br />

México se negaron a reconocer a la nueva Superiora General y al<br />

nuevo Consej o, y yo quer ía buscar de algún modo la unión; pero<br />

est o no puede cont inuar así y por eso me he propuest o no ej ercer<br />

en adelant e la aut oridad en el I nst it ut o sino en los casos previst os<br />

por el Derecho Canónico y document os conciliares.<br />

Como la Madre Carmen no sost uvo su promesa de arreglar<br />

bien los document os cit ados de acuerdo con ust ed y el Consej o,<br />

en bien de t odas las hermanas, den por no puest a mi f ir ma, pues<br />

en est e caso ya no vale ni como consej o.<br />

Dios nuest ro Señor guarde a ust edes muchos años.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

A la R. H. Evangelina Mora Aguirre: S. I . C.<br />

Superiora Gral. de las Siervas de la I nmaculada Concepción.<br />

Ciudad.<br />

c. c. para la M.R.M.Ma. del Carmen Paulín Sup. Gral. De las<br />

HH. M. I . G. y para R. M. Ma. Carmen Guzmán, H. M. I . G.<br />

48


A 3 de sept iembre de 1972.<br />

M .R. M . Evangelina M or a Aguir r e<br />

Superiora Gral. de las Siervas de la I nmaculada Concepción.<br />

Ciudad.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

Como algunas hermanas est án pensando ya en pedir los<br />

vot os perpet uos y para est a vez ya no habrá los privilegios<br />

que hubo en diciembre del año pasado, cuando t uvimos la<br />

primera prof esión de vot os perpet uos, urge que se reúna el<br />

Consej o para det erminar, aunque sea de manera t ransit oria y<br />

como experiment o mient ras se celebra el Capít ulo Especial,<br />

cuál ha de ser la preparación que debe darse a las Hermanas<br />

que van a hacer los vot os perpet uos, pues es de desear que<br />

la prof esión religiosa, que solo en cuant o perpet ua adquiere<br />

t odo su valor, sea próximament e precedida de un periodo de<br />

preparación suficient ement e largo, que sea como un segundo<br />

noviciado ( I nst rucción Renovat ionis causam, no. 35) .<br />

Y puest o que f alt a una Consult ora, conviene que hagan<br />

t ambién la consult a o la elección de la Consult ora suplent e.<br />

Al mismo t iempo sería bueno pensar si para la elección de<br />

Consult ora suplent e conviene que el vot o del Consej o sea<br />

deliberat ivo o solament e consult ivo, pues hace f alt a poner<br />

est o en las Const it uciones.<br />

Finalment e, mucho les recomiendo el secret o acerca de<br />

lo t rat ado en las Junt as del Consej o, pues me doy cuent a de<br />

que algunas hermanas se quej an porque luego se sabe lo que<br />

se t rat ó en el Consej o y t ambién a veces sucede que las<br />

hermanas conocen sus nombramient os mucho ant es de que<br />

se los comunique la Superiora General y est o no les parece<br />

bien.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, quedo<br />

af mo. en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

49


25 de marzo de 1973.<br />

M. R. M. Evangelina Mora.<br />

Superiora General de las Siervas de la I nmaculada<br />

Concepción<br />

RESPETABLE M ADRE:<br />

En at ención a que hay serias dudas para que la<br />

hermana Josef ina Nambo t enga verdadera vocación para la<br />

Congregación de Siervas de la I nmaculada Concepción, creo<br />

que por lo menos deben darle permiso para que por t odo est e<br />

año vaya a su casa como un t iempo de prueba. Así lo<br />

hacemos t ambién con nuest ros seminarist as cuando t enemos<br />

dudas acerca de su vocación y vemos que sí es convenient e<br />

est e procedimient o.<br />

De t odos modos ya le mando la dispensa de vot os<br />

porque, a mi parecer, es lo que más conviene.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

50


Tacámbaro, Mich. a 23 de mayo de 1976.<br />

R. M . M A. DE LA PAZ RAUDA P<strong>AC</strong>H ECO<br />

SUPERI ORA GEN ERAL<br />

Pido a Dios nuest ro Señor que les ret ribuya en<br />

abundancia con sus dones divinos las oraciones y sacrificios<br />

que ust edes han of recido a Dios Nuest ro Señor con mot ivo<br />

del día de mi sant o.<br />

Y est as pet iciones las seguiré haciendo a Dios nuest ro<br />

Señor cont inuament e pues me sient o deudor de t odos por los<br />

beneficios que me han conseguido de part e de Dios.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón los bendice.<br />

Muchas gracias por el regalo de Uds.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

51


Tacámbaro, Mich., México a 30 de agost o de 1981.<br />

R. M. Ma. De la Paz Rauda<br />

Superiora Gral. De las Siervas de la I nmaculada Concepción<br />

Ciudad<br />

M UY RESPETABLE M ADRE:<br />

Viendo las necesidades que expone la M. Abigaíl<br />

Ambriz, me at revo a proponerle que si necesit a a la M. María<br />

Aguayo para la enseñanza, por mi part e no hay dif icult ad<br />

para que la dediques a su especialidad y solament e t e pido<br />

que, en est e caso, le mandes a la hermana María Eugenia<br />

aunque sea una post ulant e, para que la acompañe, pues ya<br />

en est a semana t ienen que ir al Colegio las niñas que est án<br />

en est a casa.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

52


CORRESPONDENCIA A LAS HERMANAS<br />

SIERVAS DE LA INM<strong>AC</strong>ULADA<br />

CONCEPCIÓN<br />

Las SIERVAS DE LA INM<strong>AC</strong>ULADA CONCEPCIÓN,<br />

bajo la Acción del Espíritu Santo, nos consagramos<br />

a Dios siguiendo a Cristo Siervo y Maestro a<br />

ejemplo de María la humilde sierva del Señor;<br />

vivimos plenamente nuestra filiación divina en la<br />

vida fraterna.<br />

Confiando en la capacidad que nos viene de Dios,<br />

nos entregamos a la misión evangelizadora de la<br />

Iglesia, a través de la pastoral Educativa y<br />

Parroquial, sirviendo con alegría, sencillez, humildad<br />

y abnegación en los lugares más incomunicados y<br />

donde es más sentida la pobreza de sus gentes .<br />

53


MUY ESTIMADAS HIJAS EN JESUCRISTO:<br />

Roma, a 30 de noviembre de 1965.<br />

No sé si se habrán f ij ado en que el Decret o del Concilio<br />

da el primer lugar a la cast idad. Y no es a causa de algún<br />

equívoco o dist racción, sino después de haberse discut ido.<br />

La razón por la que el Concilio da el primer lugar a la<br />

cast idad es porque en ella se cont iene la consagración o<br />

ent rega t ot al de nuest ro corazón a Dios, después del amor a<br />

Dios es la más grande de t odas las virt udes. Cuando de<br />

veras amamos a Dios y le hemos consagrado sincerament e<br />

nuest ro corazón, hemos dado el paso decisivo que nos ayuda<br />

a pract icar t odas las demás virt udes.<br />

Al renovar los vot os, piensen que, por amor a Dios,<br />

volunt ariament e quedan crucificadas con El en la cruz. Y<br />

abrazadas f uert ement e a la cruz de Crist o llegarán a la gloria<br />

de Dios en los esplendores de la sant idad.<br />

Para acomodarnos t ambién en est o al Concilio, desde<br />

est e año digan en est e orden sus vot os: renuevo mis vot os<br />

de cast idad, pobreza y obediencia .<br />

Desde aquí las acompaño en su renovación y pido a<br />

Dios que las ayude no solo a pronunciarla, sino a vivirla<br />

int ensament e como verdaderas religiosas.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de t odo corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

54


Tacámbaro, a 13 de sept iembre de 1966.<br />

M UY ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Si por algún ret raso no alcanzo avión el mismo día 9 en<br />

Nueva York, me hospedaré en Leo House ( se pronuncia Lío<br />

Jáus) .- 332 West 23 St reet . Teléf ono WA-91-010.<br />

En el mismo día 9, desde las 8: 00 p.m., comenzarán a<br />

llegar a México, en ot ros aviones, los Excmos. Sres. Obispos.<br />

Creo que yo voy a ser el últ imo en llegar.<br />

Teniendo en cuent a la conveniencia de que las Siervas<br />

de la I nmaculada Concepción t engan ya su Consej o hemos<br />

creído convenient e hacer la elección de la primera Consej era,<br />

que al mismo t iempo será Vicaria General. A est a elección<br />

seguirán después las de las demás consej eras.<br />

Pero hemos creído convenient e que el primer escrut inio<br />

se haga t eniendo en cuent a el vot o de t odas y cada una de<br />

las Hermanas para cumplir de algún modo lo que manda el<br />

Decret o del Concilio, de oír la opinión de t odas. Los demás<br />

escrut inios se harán después por medio de Delegadas, como<br />

lo ordenan las Const it uciones de las Siervas.<br />

Delegamos al Sr. Cura D. Tomás Damián para que<br />

presida la elección de la Comunidad de las Siervas de<br />

Huet amo, y, en su def ect o podrá subst it uirlo el <strong>Padre</strong> Vicario.<br />

El orden será el siguient e:<br />

1. Se rezan las preces al Espírit u Sant o.<br />

2. Se repart en las papelet as, una a cada hermana,<br />

para que anot e el nombre de la Hermana que crea<br />

digna de ese cargo. Cada quien dobla su papelet a<br />

y la deposit a en un sobre que est ará en la mesa<br />

de quien preside.<br />

3. El vot o es secret o y nadie puede leerlo ni saberlo<br />

sino solament e la hermana que lo escribe.<br />

4. Son elegibles las profesas que t ienen ya 30 años<br />

de edad y gana la elección la que obt enga 32<br />

vot os. Si alguien cree que el oficio de Consej era<br />

puede desempeñarlo alguna Hermana que t enga<br />

menos edad, puede vot ar por ella, pero t eniendo<br />

55


en cuent a que para ser elegida necesit ará cont ar<br />

con 41 vot os.<br />

5. Parece convenient e que la elegida sea pr udent e<br />

para que sepa llevar su cargo; discr et a para que<br />

sepa guardar el secret o en las cosas que sea<br />

necesario; pero sobre t odo pia dosa para que<br />

viviendo más unida con Dios, pueda recibir de El<br />

mayores gracias.<br />

Terminada la vot ación, el President e cerrará el sobre,<br />

anot ará la palabra Elecciones en el anverso del sobre, y<br />

f irmará en el reverso cruzando la firma a lo ancho del sobre.<br />

En la misma f orma firmará t ambién la Superiora de Huet amo.<br />

Y se reza la acción de gracias.<br />

Est e sobre se deposit ará dent ro de ot ro, dirigido a la R.<br />

M. Superiora Gral. De las Siervas con el nombre y domicilio<br />

acost umbrado y se enviará luego de modo que pueda est ar<br />

en La Villa a más t ardar al medio día del día 17 de est e mes<br />

de sept iembre, pues en esa t arde se hará el recuent o de<br />

t odos los vot os de t odas las casas.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

56


Tacámbaro, a 23 de sept iembre de 1966.<br />

En at ención a que serían pocas las delegadas para el<br />

Capít ulo General si se observan las reglas t al como lo mandan<br />

las Const it uciones de las Siervas de la I nmaculada<br />

Concepción, a sugest ión de la Superiora General, concedemos<br />

que los grupos de vot ant es, para la elección de Delegadas al<br />

Capít ulo General, sean solament e de seis y a lo más de<br />

nueve, en at ención t ambién a la dificult ad para las<br />

comunicaciones.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

57


AM ADI SI M AS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Tacámbaro, Mich. A 1 de noviembre de 1966.<br />

El Concilio Vat icano I I en su Decret o Christ us Dominus ( no.<br />

13) nos dice que los obispos t ienen ant e t odo el deber de llegar a<br />

los hombres y buscar y promover el diálogo con ellos . Además la<br />

Const it ución del Concilio acerca de la I glesia nos dice que el<br />

Obispo no se niegue a oír a sus súbdit os ( No. 27) .<br />

Mas viendo la gran dificult ad para dialogar con t odas las<br />

religiosas y debiendo aprovechar est e modo de ej ercit ar la misión<br />

apost ólica ( Eclesim Suam) , he pensado enviaros de cuando en<br />

cuando una cart a para t odas, sin perj uicio de que, cuando deseen<br />

hablarme, me lo digan con t oda confianza, pues de mi part e est oy<br />

muy dispuest o a oírlas, acat ando con sinceridad y amor los<br />

decret os del Concilio. La experiencia nos enseñará si est e modo de<br />

diálogo result a eficaz.<br />

Ent re t ant o, os exhort o a pract icar ent re vosot ras mismas el<br />

diálogo, con las caract eríst icas del verdadero diálogo que son:<br />

claridad, af abilidad, confianza y prudencia. Est o os ayudará a<br />

dialogar después con los padres de f amilia de vuest ros alumnos y<br />

con ot ras personas con quienes t engáis necesidad de t rat ar.<br />

1. CLARI DAD. Debéis revisar vuest ro lenguaj e con diligencia<br />

apost ólica para ver si es comprensible, si es popular, si es<br />

escogido. Hay dos peligros: el de querer hablar con t érminos<br />

t an elevados que solament e algunas personas podrían<br />

comprendernos, o el peligro de querer hablar de un modo t an<br />

popular que of endamos con nuest ros t érminos rast reros o<br />

dej emos mal parado el prest igio de nuest ro I nst it ut o.<br />

2. AFABI LI DAD. Crist o nos exhort ó diciendo: Aprended de mí<br />

que soy manso y humilde de corazón ( Mt . 9, 29) . Nuest ra<br />

af abilidad debe ser humilde. También aquí debemos evit ar<br />

dos ext remos: el de un diálogo orgulloso, hirient e, of ensivo,<br />

al cual nos inclina nuest ra propia soberbia, y el ext remo de<br />

querer ser t an afables que en vez de at raer a las personas<br />

hacia Dios, las at raigamos hacia nosot ros y así las dej emos<br />

det enidas en el camino de su salvación.<br />

3. CON FI AN ZA. Tant o en el valor de la propia palabra como<br />

en la disposición para acogerla por part e del int erlocut or.<br />

Procuremos quit ar los complej os de inf erioridad: si<br />

est udiamos las Sant as Escrit uras, como nos lo manda el<br />

Concilio, t endremos en nuest ros labios la palabra divina que<br />

58


de suyo es ef icaz. Además, no pensemos que t odos est án<br />

mal dispuest os para oírnos; y si nos const a que alguna<br />

persona est á indispuest a cont ra nosot ros, recordemos que la<br />

caridad t odo lo vence, no la crit iquemos, t rat émosla con<br />

caridad, seamos serviciales con ella y Dios se encargará de<br />

preparar su corazón.<br />

4. PRUDEN CI A. La Pedagogía nos enseña que hay que t omar<br />

en cuent a las condiciones psicológicas y morales del que oye.<br />

Tener en cuent a est as condiciones nos ayudará a t rat ar con<br />

mucha t áct ica a las personas, y t ambién a no exponernos a<br />

peligros. La prudencia t ambién nos enseña a no t rat ar con<br />

f amiliaridad sino con respet o a los demás para que ellos<br />

t ambién vean con respet o nuest ra persona y nuest ras ideas y<br />

así el diálogo result e f ruct uoso.<br />

El diálogo no solo ayuda a buscar la unidad en la caridad, en<br />

medio del mundo que nos rodea, sino que es t ambién un gran<br />

auxiliar para poder vivir con perf ección la vida de comunidad.<br />

Sigo rogando a Dios para que t odas sean humildes, alegres y<br />

unidas en la caridad de Dios.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo y seguro<br />

servidor que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

59


AM ADÍ SI M AS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

22 de diciembre de 1966.<br />

Reciban mis sinceras f elicit aciones de Navidad y Año Nuevo y<br />

est én seguras de que pido a Dios y seguiré pidiendo para que Él<br />

les ayude, con el auxilio poderoso de su gracia, a adelant ar en<br />

las virt udes, siendo cada día más dóciles en el aprovechamient o<br />

de los dones del Espírit u Sant o.<br />

La Navidad viene ya, y, con ella el Niño Dios. Siempre llega<br />

en la Sagrada Eucarist ía, pero ahora de un modo especial llama<br />

a la puert a de nuest ro corazón. Y es t an bueno que, cuando<br />

penet ra en nuest ro corazón aunque encuent re en él desorden y<br />

f rialdad, no nos reprende de modo que lo oigan desde f uera,<br />

sino en la int imidad: No romperá la caña cascada ni apagará la<br />

mecha que se ext ingue ( I s. 42, 3) . Así t rat ó a Zaqueo, a la<br />

Samarit ana, a f in de hacerse Pont íf ice misericordioso y f iel en<br />

las cosas que t ocan a Dios, para expiar los pecados del pueblo.<br />

Porque en cuant o El mismo padeció siendo t ent ado, es capaz de<br />

ayudar a los t ent ados ( Heb. 2, 17-18) .<br />

Siendo rico se hizo pobre por nuest ro amor, y, compadecido<br />

de nuest ra miseria, ent rando en est e mundo dice: No quisist e<br />

sacrif icios ni oblaciones, pero me has preparado un cuerpo. Los<br />

holocaust os y sacrif icios por el pecado no los recibist e.<br />

Ent onces yo dij e: heme aquí que vengo para hacer, o Dios, t u<br />

volunt ad . ( Heb. 10, 5-7) Y aunque era Hij o, aprendió por sus<br />

padecimient os la obediencia ( Heb. 5, 8) .<br />

En medio de las alegrías de la Nochebuena, t ambién nosot ros<br />

t enemos que pract icar la obediencia. No quiero hablar con mis<br />

palabras, pues, aunque yo sea vuest ro Obispo, sient o que valgo<br />

poca cosa para poder hablar y dar ej emplo. Por eso más bien<br />

os recuerdo las palabras que el Sant o <strong>Padre</strong>, Vicario de Crist o<br />

en la t ierra, pronunciaba el 5 de oct ubre pasado: Amados hij os<br />

e hij as: A vosot ros que habéis venido aquí impulsados por el<br />

amor a la I glesia en su unidad, en su aut ent icidad, en su<br />

pot est ad, a vosot ros que conocéis algo del est ado de fervor y de<br />

renovación en que se encuent ra la I glesia después del Concilio y<br />

que part icipáis ciert ament e con buena volunt ad en el proceso de<br />

f lorecimient o, de ref orma, de novedad, de desarrollo que pone<br />

al clero y a los fieles en f erment o y movimient o de int enciones,<br />

act ividades, usos e inst it uciones; a vosot ros que sent ís el<br />

est ímulo del Espírit u Sant o para salir del conf ormismo, de la<br />

inercia, de la t ibieza, para hacer algo bueno y út il para la<br />

I glesia, proponemos est a pregunt a que es nuest ra y vuest ra:<br />

¿De qué cosa t iene ahora mayor necesidad la I glesia? Daremos<br />

60


hoy una respuest a sencillísima, que vosot ros que sois buenos,<br />

f ieles y f ervorosos, podéis comprender y acept ar. La I glesia<br />

t iene necesidad de obediencia. Sí, hij os e hij as que amáis a la<br />

I glesia, de obediencia y más aún que de la ext erior obediencia<br />

pasiva de ej ecución, de la obediencia int erior y del espírit u<br />

espont áneo de obediencia.<br />

Nos parece oír alguna reacción benévola, si no de vosot ros, sí<br />

de algunos coment arist as hipot ét icos de est a lección f amiliar de<br />

cada semana. He aquí la primera: ¿Acaso no se ha hablado ya<br />

muchas veces de est e t ema? Sí, es verdad, hemos hablado<br />

ot ras veces y con Nos han hablado de ella Obispos y Superiores,<br />

o sea los responsables de la comunidad a quien se refiere la<br />

obediencia. Pero la necesidad de hablar de nuevo y de hablar<br />

de la obediencia clarament e, permanece. Permanece sí, por una<br />

ciert a int olerancia, un ciert o espírit u de indisciplina, de<br />

emancipación que surge aquí y allá en diversas esferas del<br />

Pueblo de Dios, hast a ahora muy ej emplares en la práct ica de la<br />

obediencia, más aún hast a ahora orgullosos y honrados de dar a<br />

est a virt ud evangélica su propio esplendent e t est imonio.<br />

Permanece por la necesidad crecient e en est e período<br />

posconciliar de cohesión int erna en la est ruct ura eclesiást ica:<br />

¿Cómo renovar espírit u, obras y est ruct uras en la I glesia si ella<br />

no est á de acuerdo consigo misma? ¿Cómo acercarnos a los<br />

hermanos separados si la división aún la purament e int encional<br />

y disciplinal, disminuye la armonía que es y debe ser la<br />

caract eríst ica de la sociedad eclesial, resfría la caridad, mengua<br />

la capacidad de ej emplo y de apología en quien a ellos se<br />

dirige? ¿Y cómo hablar al mundo que quisiéramos evangelizar si<br />

viene a menos ent re nosot ros la sabiduría y la aut oridad para<br />

hacerlo por def ect o de aquella aut ent icidad apost ólica que sólo<br />

la obediencia califica y vivifica?.<br />

Tal vez en est e punt o se produzca una segunda reacción.<br />

¿La obediencia int erpret a el espírit u del Concilio? ¿No hablaba<br />

el Concilio de los derechos de la personalidad, de la conciencia,<br />

de la libert ad? Sí, ha hablado de est os t emas pero ciert ament e<br />

no ha pasado por alt o la obediencia. En est os moment os no es<br />

nuest ra int ención hablar de est os mismos t emas hermosísimos,<br />

si bien complej os y delicados, sobre la libert ad de los hij os de<br />

Dios, y sobre el sagrado caráct er de la conciencia y sobre la<br />

plenit ud que la vida crist iana confiere a la personalidad humana.<br />

Pero queremos sencillament e recordaros cómo ést as<br />

prerrogat ivas del alma crist iana, no se perj udican, más bien se<br />

conservan y moderan por la obediencia que rige en la t rama<br />

comunit aria de la I glesia, cuant o se reflexiona que el orden, es<br />

decir la perf ección, la plenit ud a la que se endereza la economía<br />

de la salvación crist iana, no son propiament e ant ropocént ricas<br />

61


( como la ment alidad moderna est á t ent ada de pensar) sino<br />

geocént ricas: 0 I n Deo salut ari meo en Dios est á mi salvación.<br />

( Lc. 1, 47) , diremos con nuest ra Señora, y añadiremos con el<br />

Concilio que debemos buscar no t ant o la sat isf acción de<br />

nuest ros deseos, cuant o el cumplimient o de la volunt ad divina<br />

( Cf r. Presbyt , Ord. No. 15) .<br />

Es hermoso escribía hace unos días el P. Wenger, en La<br />

Croix ( 15 sept . 66) - que el Concilio cumpla est a f unción de<br />

mot or en el pensamient o y en la vida de las personas y de las<br />

inst it uciones, pero t ambién es verdad que algunos at ribuyen de<br />

buena gana al Concilio sus propias opiniones, e ident if ican<br />

demasiado f ácilment e las deliberaciones conciliares con sus<br />

propios deseos y buscan así eximirse de la norma est ablecida .<br />

Pero ent onces, insist irán t al vez nuest ros coment arist as:<br />

¿Nada se ha cambiado en la obediencia con el Concilio? ¡Oh no!<br />

Creemos que t ant o el espírit u con las f ormas de obediencia<br />

reciben del Concilio una nueva vida. Tendríamos mucho que<br />

decir. Pero si algo hemos ent endido de la doct rina cent ral del<br />

Concilio sobre el mist erio de la I glesia, sacaremos f ácilment e la<br />

persuasión que la obediencia ant es de ser reverencia purament e<br />

f ormal y j urídica a las leyes eclesiást icas y sumisión a la<br />

aut oridad eclesiást ica, es penet ración y acept ación del mist erio<br />

de Crist o quien por medio de la obediencia nos ha salvado. Es<br />

cont inuación e imit ación de su act it ud fundament al: el sí a la<br />

volunt ad del <strong>Padre</strong> es comprensión del principio que domina<br />

t odo el plan de la Encarnación y de la Redención ( cf r. Lumen<br />

Gent ium No. 3) , Así la obediencia se conviert e en asimilación<br />

de Crist o el Divino obedient e, llega a ser norma fundament al de<br />

nuest ra pedagogía de f ormación crist iana, coef icient e<br />

indispensable de la unidad int erior de la I glesia, fuent e y signo<br />

de su paz, llega a ser cooperación ef ect iva para su misión<br />

evangelizadora, llega a ser ej ercicio ascét ico de humildad y<br />

espirit ual de caridad ( cf r. Phil. 2, 5-12) , se conviert e en<br />

comunión con Crist o y con quien para nosot ros es represent ant e<br />

y apóst ol de Crist o.<br />

Y est o es t ant o más precioso cuando pensamos en la relación<br />

que hay ent re quien manda y quien obedece, o sea ent re quien<br />

en la I glesia est á revest ido de aut oridad y quien est á suj et o a<br />

ella, sale del Concilio reaf irmado, purif icado, precisado y<br />

perf eccionado: a part ir de la doct rina sobre la Const it ución<br />

orgánica y j erárquica de la I glesia y las virt udes act ivas propias<br />

de ella ( cf r. Lumen Gent ium nn. 27, 37) no menos que de la<br />

f inalidad de servicio de la índole past oral de la pot est ad<br />

eclesiást ica y t ambién de la exalt ación que el Concilio ha hecho<br />

62


del pueblo de Dios, del sacerdocio del Obispo y de la función de<br />

los laicos en la I glesia de Dios.<br />

Hay alguien que ha querido en est o un cambio radical de las<br />

relaciones ent re caridad y obediencia como si se t ransf ormase<br />

en un diálogo que vincule la aut oridad y exima de la obediencia.<br />

Pero más que diálogo que le quit aría el mérit o específico y que<br />

es más bien propio de la colaboración y del consej o, podemos<br />

not ar que el concept o de t al relación, sin excluir la<br />

responsabilidad y la decisión reservadas a la aut oridad, se<br />

enriquece con element os que no ignora el uso cat ólico y que<br />

ahora quedan mayorment e valorizados y que son el respet o, la<br />

confianza, la unión, la colaboración, la corresponsabilidad, la<br />

bondad, la amist ad, la caridad que lo reconduce a su<br />

cont enido evangélico y a su est ilo verdaderament e crist iano y<br />

eclesial. Es decir, a donde la obediencia se hace filial, act iva y<br />

gozosa.<br />

De est a obediencia decíamos- t iene necesidad la I glesia<br />

para que no quede en vano el f rut o del Concilio y para que la<br />

I glesia sea verdaderament e el Reino de Dios y la luz de las<br />

gent es. A vosot ros, por t ant o, amadísimos hij os, la<br />

recomendamos con nuest ra bendición apost ólica .<br />

Sed siempre obedient es como nos lo pide el Vicario de Crist o.<br />

Después del Concilio la obediencia sale ref orzada y purificada y<br />

de ninguna manera va cont ra la personalidad y la ment alidad<br />

moderna. Sed humildes y conseguiréis ser verdaderament e<br />

obedient es.<br />

Pido a Dios que os conceda vivir siempre alegres, humildes y<br />

buscando la unidad en la caridad.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo afect ísimo<br />

en Crist o y s.s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

63


M UY ESTI M AD AS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

1 9 6 9<br />

La Madr e Car men les ha enviado ya la convocat or ia par a el pr óximo<br />

Capít ulo. Yo quisier a que t odos a una, of r eciér amos a Dios nuest r as<br />

or aciones y sacr if icios por el éxit o del r ef er ido Capít ulo y esper o que t odas<br />

t omen en ser io est a t ar ea, puest o que el bien es muy gr ande. Por mi<br />

par t e cuent en con que no dej ar é de pedir t odos los días a Dios par a que<br />

est e nuevo Capít ulo sea pr incipio de una gr an sant idad en t odas las<br />

Sier vas.<br />

Me apena que var ias veces les he pr omet ido nor mas acer ca del uso de<br />

los apar at os de r adio y t elevisión. Ahor a les comunico unas nor mas que<br />

no son mías, sino de la Sant a Sede. Por lo mismo hay que apegar se a esas<br />

nor mas con gr ande amor a Dios, a quien debemos agr adar . Si por<br />

cumplir las t enemos que suf r ir algo, en ello Dios ser á glor if icado.<br />

Est a s n or m a s son la s sigu ie n t e s:<br />

a) Nunca se podr á per mit ir apar at os de r adio mucho menos apar at os<br />

t elevisivos individuales que se usen libr ement e y sin cont r ol del<br />

super ior .<br />

b) Los apar at os de r adio y t elevisión deben est ar siempre y<br />

exclusivament e en alguna sala de la comunidad, en lugar manif iest o<br />

baj o el cont r ol del Super ior o de un delegado suyo.<br />

c) Los Super ior es deben cont r olar el t iempo dedicado a la t elevisión o<br />

a los pr ogr amas r adiof ónicos, de modo que no vengan per t ur badas<br />

las ocupaciones y los deber es del pr opio est ado o del of icio conf iado<br />

a cada una, el apost olado, las pr áct icas de piedad, los ej er cicios de<br />

la vida común, las hor as dest inadas al descanso según el hor ar io de<br />

la comunidad.<br />

d) Los Super ior es deben pr ohibir las visiones y audiciones que por<br />

r azones de mor alidad o mundanidad no sean convenient es a la vida<br />

r eligiosa, f uer a de las t r ansmisiones de las cr ónicas diar ias o de las<br />

t r ansmisiones con car áct er inst r uct ivo o r eligioso, como t ales deben<br />

o por lo menos pueden ser consider adas t odas las demás, r espect o<br />

a la vida r eligiosa y por t ant o se han de pr ohibir si se busca sólo<br />

con f ines r ecr eat ivos par a los r eligiosos.<br />

e) Si r azones de apost olado exigen clar ament e excepciones r acionales<br />

con r espect o a det er minados r eligiosos y, en casos concr et os el<br />

j uzgar t ales excepciones se ha de r eser var siempr e al Super ior , el<br />

cual gr avement e gr avada la conciencia pr ocur ar á que el peligr o sea<br />

lo más r emot o posible, cuidando de escoger r eligiosos apt os, que<br />

t engan un sólido espír it u r eligioso, sana exper iencia de la vida y<br />

que sepan dist inguir bien no sólo cuant o pueda r esult ar dañoso a<br />

los dichos r eligiosos, sino t ambién cuant o pueda ser dañoso a<br />

aquellos par a los cuales se da el apost olado.<br />

Encomendándome a sus or aciones quedo af ect ísimo en Cr ist o y s. s.<br />

que de cor azón las bendice.<br />

+ José Abr aham Mar t ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

64


M UY AM ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Tacámbaro, Mich, a 13 de febrero de 1967.<br />

Su Sant idad el Papa Pablo VI , en su Const it ución apost ólica<br />

acerca de la ref orma de la disciplina penit encial, nos ha enseñado<br />

el espírit u con que debemos ej ercit ar la virt ud de la penit encia,<br />

especialment e los sacerdot es y los religiosos: quienes prof esan los<br />

consej os evangélicos por seguir más de cerca la vida de pobreza<br />

del Señor y t ender más f ácil y ef icazment e a la perf ección de la<br />

caridad, han de sat isfacer de f orma más perf ect a el precept o de la<br />

penit encia .<br />

Quiere el Sant o <strong>Padre</strong> que nuest ra penit encia sea int erior y<br />

ext erior. La penit encia ext erior es camino para llegar a la int erior<br />

o sea al cambio de vida. La penit encia debe hacerse t ambién con<br />

espírit u de sinceridad y de caridad, es decir, nuest ro espírit u de<br />

penit encia debe est ar fundado en nuest ra ínt ima convicción de que<br />

necesit amos hacer penit encia por nuest ras culpas y en nuest ra<br />

generosidad para con Dios que por nosot ros dio generosament e<br />

hast a la últ ima got a de su sangre.<br />

Por eso ant e t odo debemos ej ercit ar la penit encia con la<br />

f idelidad perseverant e a los deberes del propio est ado, con la<br />

acept ación de las dif icult ades procedent es del t rabaj o propio y de<br />

la convivencia humana, con el pacient e suf rimient o de las pruebas<br />

de la vida t errena y de la prof unda inseguridad que las invade.<br />

Además, quienes se sient an afligidas por la debilidad, las<br />

enf ermedades, la pobreza, la desgracia, o que son perseguidas por<br />

amor a la j ust icia, son invit adas a unir sus dolores al sufrimient o<br />

de Crist o para que puedan no sólo sat isfacer más int ensament e el<br />

precept o de la penit encia, sino t ambién obt ener para los hermanos<br />

la vida de la gracia, y para ellas la bienavent uranza que se<br />

promet e en el evangelio a quienes sufren .<br />

A est o podemos añadir ot ras penit encias, pues el amor es<br />

muy ingenioso para encont rarlas: como privarnos de algo que nos<br />

gust a, privarnos de algún programa de radio aunque sea de los que<br />

nos est án permit idos, o de alguna ot ra diversión lícit a, et c., pero<br />

sin llegar al ext remo de aislarnos complet ament e de los demás,<br />

pues t ambién t enemos que pract icar la caridad aunque nos cuest e.<br />

También somos ingeniosos para buscar disculpas: que nos<br />

pueden hacer daño el cilicio o la disciplina, que si ayuno me dolerá<br />

la cabeza ( y es nat ural) , que t al cosa es lo que me cae bien para<br />

65


mi salud y lo que pasa es que nos gust a, que est oy débil para<br />

hacer disciplina, que si me pongo el cilicio provoco la mala<br />

circulación de la sangre, que si me quedo dormida después del<br />

t oque es para t rabaj ar mej or, que si queremos ir a las playas es<br />

para est ar más sanos que si en vez de caminar a pie buscamos ot ro<br />

medio más cómodo, es para aprovechar el t iempo. Lo que f alt a<br />

muchas veces es más generosidad para con Dios en nuest ro<br />

corazón.<br />

Unámonos pues a los sufrimient os de Crist o por medio de la<br />

penit encia, pues t enemos que cumplir en nuest ro cuerpo lo que<br />

f alt a a la pasión de Crist o: nuest ra cooperación en la penit encia.<br />

También podemos hacer penit encia ej ercit ando la pobreza en<br />

el vest ir. A algunas se les puede ocurrir usar medias de seda y<br />

t ransparent es porque son más cómodas. Mort if icándoos en est o<br />

hacéis penit encia y aplast áis la vanidad.<br />

Y ya que de vest ido hablamos, no est ará por demás<br />

comunicar a ust edes que la Conf erencia Episcopal Mexicana acordó<br />

los siguient es punt os:<br />

1. La Conf erencia alaba el espírit u de obediencia de<br />

que siempre han dado muest ras las Religiosas.<br />

2. Alaba el propósit o de ej ecut ar cumplidament e el<br />

Decret o Conciliar Perf ect as carit at is .<br />

3. En cuant o al número 17 del mencionado Decret o<br />

Conciliar, incúlquese el amor al Sant o hábit o,<br />

como señal de consagración.<br />

4. Conf orme al últ imo párraf o del cit ado número del<br />

Decret o Conciliar, la Conf erencia alaba los<br />

I nst it ut os que, de acuerdo con lo mandado por el<br />

Sagrado Concilio, han ref ormado su hábit o<br />

haciéndolo más sencillo, y con t ales<br />

caract eríst icas que les permit e aun usarlo en la<br />

calle.<br />

5. Por lo que hace al vest ido seglar, la Conferencia<br />

Episcopal exhort a a t odas las religiosas a que solo<br />

lo usen como una necesidad impuest a por<br />

circunst ancias lament ables que hay en nuest ra<br />

Pat ria, y que t al uso por ningún mot ivo degenere<br />

en abusos de espírit u mundano, en que ya no se<br />

dist ingan las Religiosas consagradas a Dios de las<br />

personas seglares.<br />

66


6. La Conf erencia Episcopal reconoce que<br />

corresponde al Obispo de cada Diócesis permit ir el<br />

uso del vest ido seglar o bien, unif orme de calle,<br />

sobre t odo en las principales ciudades, o para<br />

enseñar en las escuelas o al acudir a Of icinas del<br />

Gobierno.<br />

7. Fuera de est os casos que det erminará en su<br />

Diócesis cada Obispo, la Conferencia Episcopal<br />

Mexicana exhort a a las religiosas a usar el sant o<br />

hábit o en sus casas y aun fuera de ellas, cuando<br />

est a sea posible.<br />

Aquí t ienen ust edes un modo más de ej ercit ar la humildad, la<br />

obediencia y la penit encia, con amor a Dios.<br />

Por mi part e quiero de ust edes una penit encia: que est e año<br />

no me den regalos mat eriales con mot ivo del día de mi Sant o, pero<br />

sí un buen t esoro espirit ual.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

67


7 de marzo de 1969.<br />

A LAS SUPERI ORAS LOCALES DE LAS SI ERVAS DE LA<br />

I N M <strong>AC</strong>ULADA CON CEPCI ÓN<br />

APRECI ABLES HI JAS EN JESUCRI STO:<br />

Me he resuelt o a escribirles est a cart a para recordarles la gran<br />

responsabilidad que ust edes t ienen por las hermanas encomendadas<br />

a sus cuidados: no solo deben t ener cuidado de que coman, vist an<br />

decent ement e y t engan a mano las medicinas cuando est án<br />

enfer mas, sino t ambién, y especialment e cuidar de la vocación y<br />

sant if icación de las hermanas.<br />

Deben cuidar esas vocaciones como un precioso don de Dios, del<br />

cual deberán dar a Él est recha cuent a. Todos los días piensen en<br />

est o en el examen de conciencia.<br />

Y como esas vocaciones van dirigidas a la sant idad, t engan mucho<br />

cuidado en f oment ar t odo cuant o ayude a las hermanas para su<br />

sant if icación. Cuiden de que no se impidan los act os de piedad con<br />

el pret ext o de que hay mucho qué hacer. Est os descuidos causan<br />

muchos males a las almas y desorganizan la vida de comunidad, pues<br />

no habiendo amor a Dios se acaban t ambién los deseos de ser<br />

buenas y hacer el bien.<br />

También es necesario que den siempre buen ej emplo de<br />

obediencia a los superiores mayores ( Obispo, Superiora General) . Si<br />

no hay ese ej emplo, ¿cómo pueden ust edes exigir que las obedezcan<br />

a ust edes? No hacer caso de la aut oridad de los Superiores mayores<br />

es como despoj arnos de la propia aut oridad.<br />

Finalment e, no olviden el diálogo. Han pasado los t iempos en que<br />

t odo se mandaba al est ilo dict ador y los superiores muchas veces no<br />

daban ot ra razón sino porque yo mando . Hoy el Concilio nos<br />

enseña que debemos usar el diálogo.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> Pablo VI , Vicario de Crist o, nos dice: ¿Tendremos<br />

que decir que la aut oridad ha perdido prest igio, razón de ser,<br />

responsabilidad en el ambient e de una f amilia religiosa, que est á<br />

engendrada pr ecisament e por la aut oridad, así como dirigida,<br />

sant if icada, animada y educada? ¿Y podemos decir que la obediencia<br />

se ha disuelt o en diálogo democrát ico y en la volunt ad de la mayoría<br />

numér ica o de la minoría dest acada, cuando sabemos que est a virt ud<br />

es esencial para la vida religiosa y para la comunidad religiosa, y<br />

que, más aún, como enseña Sant o Tomás: en t odos los vot os de la<br />

religión el vot o de obediencia es el más grande? ( Suma Teológica 11-<br />

11, 186, 8) . Ciert ament e que no; ant es conf ir mamos la necesidad de<br />

un suave ej ercicio de la aut oridad y de una sincera práct ica de la<br />

obediencia; el ambient e y el espírit u de la vida religiosa quedarían<br />

f at alment e compromet idos, en donde f alt aran la obediencia y la<br />

68


aut oridad. Pero una y ot ra, vosot ros lo sabéis, exigen f ormas<br />

nuevas, más elevadas, más dignas de la sociedad eclesial, más<br />

virt uosas y más conf ormes con el espír it u de Crist o; est e doble<br />

problema de la aut oridad y de la obediencia debe ser uno de los<br />

t emas est udiados en la reest ruct uración de vuest ras reglas y en la<br />

evolución de vuest ra ment alidad religiosa, y exigir at ención,<br />

prudencia, conf ianza, para darle las soluciones que sugieran los<br />

t iempos y reclama el Concilio.<br />

Ahor a solo vamos a cit ar unas sabias y siempre célebres palabras<br />

de San Agust ín sobr e la act it ud responsable de quien dir ige una<br />

comunidad religiosa; dice est e Sant o Maest ro en su cart a f amosa a<br />

las inquiet as monj as de su t iempo ( A. 423) , que la superiora no se<br />

considere dominador a por aut oridad, sino más bien f eliz por ser vir<br />

por caridad ( Ef , 2, 1; Pl, 33, 964) . También había dicho poco<br />

ant es: obedézcase a la superiora como a una madre con el debido<br />

honor, par a no of ender a Dios en ella<br />

1967 a las Superioras mayores de I t alia) .<br />

( Discur so del 12 de enero<br />

También el Episcopado mexicano, en su Cart a Past oral del año<br />

pasado nos dice cómo el diálogo es indispensable para conseguir que<br />

haya comprensión ent re los seres humanos, para que el mundo sea<br />

más humano .<br />

Muchas veces los conf lict os son reveladores de la ausencia del<br />

diálogo o de su mal f uncionamient o .<br />

El diálogo es mucho más que la simple inf ormación, es creer en<br />

el hombre y es amar al hombre. Es comprender, buscar y dar una<br />

comunicación que excluya la condenación a priori .<br />

No aprovechar el diálogo es dar a ent ender que est amos<br />

inf at uados creyendo que solament e nosot ros somos poseedores de la<br />

verdad y de t oda la verdad.<br />

¿Y qué dir íamos si la superiora, por evit ar el diálogo, evit ara aún<br />

el sent arse a la mesa con sus súbdit as? No debemos romper el<br />

diálogo porque result a peor.<br />

Aprovechen pues el diálogo y pr ocuren reunir a sus súbdit as al<br />

menos una vez al mes para dialogar con ellas acerca de los<br />

problemas de la casa, espirit uales y t emporales. Pero recuerden que<br />

el diálogo no es monólogo de la superiora ni regañada, sino<br />

búsqueda comunit aria y carit at iva de la verdad y del bien.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o y s.<br />

s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

69


15 de diciembre de 1969.<br />

A LAS SI ERVAS DE LA I N M <strong>AC</strong>ULADA CON CEPCI ÓN :<br />

El Decret o Eclesiae Sanct ae en el No. 27 dispone que<br />

los religiosos llamados conversos coadj ut ores o con ot ros<br />

nombres obt engan gradualment e vot o act ivo en det erminados<br />

act os de la comunidad y en las elecciones.<br />

Por ot ra part e, muchas hermanas han manif est ado su<br />

deseo de t omar part e en el próximo Capít ulo especialment e<br />

en las vot aciones.<br />

Además, dado el int erés que t odas t ienen por los<br />

asunt os que se van a t rat ar, me parece convenient e que en<br />

est e Capít ulo General t odas las hermanas t omen part e para<br />

que se manifiest e más clara la volunt ad de la comunidad y<br />

las delegadas y superioras no t engan que cargar solas con el<br />

San Benit o de no haber hecho bien las cosas. Y si la ment e<br />

del Decret o es que se vaya dando el vot o aún a las menos<br />

inst ruidas, creo que est a es una oport unidad muy buena para<br />

conceder a t odas el vot o en el Capít ulo.<br />

Por eso queremos que t odas las hermanas vengan al<br />

Capít ulo, no solo las superioras y las delegadas. Las espero<br />

a t odas en Tacámbaro el día 22 del present e mes en la noche<br />

o a más t ardar el día 23 t emprano a f in de que el Ret iro les<br />

sirva de preparación para la Navidad y para el Capít ulo.<br />

Si alguna t iene impediment o para venir, pida el permiso<br />

exponiendo sus razones.<br />

Ent re t ant o pidamos t odos t odavía con mayor<br />

insist encia al Espírit u Sant o que nos ayude a decidir lo que<br />

más est é de acuerdo con la volunt ad divina.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

70


Tacámbaro, a 24 de diciembre de 1969.<br />

ALPRECI ABLES HI JAS EN JESUCRI STO:<br />

Me permit o recordarles que el canon 507 del Código de<br />

Derecho canónico, en el párraf o 2º . Est at uye lo siguient e:<br />

Guárdense t odos de procurar vot os ni direct a ni<br />

indirect ament e, t ant o para sí mismos como para ot ros .<br />

Por lo mismo les recomiendo que cumplan muy bien<br />

est e mandat o de la I glesia porque de lo cont rario ponen en<br />

peligro la validez de algunas elecciones.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

71


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

A 10 de abril de 1970.<br />

No dej o de est ar apenado por la división que hay ent re<br />

ust edes y est o se agrava por la circunst ancia de que ya las<br />

personas de f uera se dan cuent a de las dificult ades que hay<br />

ent re ust edes. Hay además ot ra comunidad religiosa en esa<br />

ciudad y las gent es con f acilidad hacen comparaciones en las<br />

que ust edes salen perdiendo y t ambién t odo el I nst it ut o.<br />

Tengan mucho cuidado de no andar acept ando<br />

invit aciones de casa en casa como muchas veces se los he<br />

prohibido. Cuiden t ambién muchísimo de no cont ar a<br />

seglares, hombres o muj eres, las dif icult ades que hay en la<br />

comunidad, pues con est o ust edes mismas se desacredit an y<br />

hacen quedar mal a la comunidad.<br />

En vez de est ar pensando en sus dif erencias, piensen<br />

en cómo pueden con caridad ponerse de acuerdo. Mons.<br />

Piani, cuando se t rat aba de las dificult ades con el Gobierno,<br />

decía: ya que hemos de vivir j unt os, vámonos poniendo de<br />

acuerdo . No podremos ponernos de acuerdo en of ender a<br />

Dios o en f alt ar al Reglament o, pero sí en ot ras muchas cosas<br />

y sobre t odo en ver qué hacemos para no of ender a Dios ni<br />

f alt ar al Reglament o.<br />

Reúnanse cada ocho días para dialogar acerca de cómo<br />

ponerse de acuerdo, en el horario y en ot ras cosas, pero<br />

dialoguen sin f alt ar a la caridad y pensando en ceder hast a<br />

donde sea posible con t al de vivir unidas en la caridad.<br />

Especialment e t engan cuidado en no descuidar los act os<br />

de piedad. Si descuidan la Sant a Misa no les puede ir bien.<br />

Si descuidan la medit ación, el examen de conciencia, la<br />

lect ura espirit ual y el Sant o Rosario, se irá debilit ando su<br />

amor a Dios y después serán incapaces de comprender el<br />

amor de Dios.<br />

Sigan est os consej os, no los desprecien y Dios las<br />

bendecirá.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

72


Tacámbaro, Mich. a 19 de diciembre de 1970.<br />

JOSÉ ABRAHAM M ARTÍ N EZ, Obispo de Ta cá m ba r o, convoca<br />

a la s Sier va s de la I nm a cula da Concepción a un Pr eca pít ulo<br />

que t endr á lugar en Ta cám ba r o en los días 2 6 , 2 7 y 2 8 de<br />

diciem br e de 1 9 7 0 .<br />

Con la asist encia de t odas las Siervas, se t rat arán los<br />

siguient es t emas:<br />

1. Vida Comunit aria. A cargo de las casas de<br />

Buenavist a y la Casit a.<br />

2. Vida humana. A cargo de la casa de la Huacana.<br />

3. Vida de Piedad. A cargo de la casa de Morelia.<br />

4. Formación para la vida religiosa. A cargo del<br />

Noviciado.<br />

5. Vida de apost olado. A cargo de las casas de la Villa de<br />

Guadalupe y Pro-Hogar.<br />

6. Gobierno de la comunidad. A cargo de la casa de<br />

Huet amo.<br />

7. Economía. A cargo del Juniorado<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

73


Tacámbaro, Mich. a 2 de sept iembre de 1974.<br />

APRECI ABLES HI JAS EN N UESTRO SEÑ OR JESUCRI STO:<br />

En est os días t erminamos el t rabaj o que emprendimos<br />

para t rat ar de poner al día las Const it uciones de Ust edes.<br />

Hemos t enido en cuent a en primer lugar las enseñanzas<br />

del Sant o Evangelio y además los Decret os del Concilio<br />

Vat icano I I , lo que el Sant o <strong>Padre</strong>, el Papa, ha ordenado que<br />

ya se ponga en práct ica, las exhort aciones de su Sant idad,<br />

los Decret os e I nst rucciones de la Sagrada Congregación de<br />

Religiosos y el Código de Derecho Canónico en lo que aún<br />

est á vigent e.<br />

Nuest ra int ención es que ust edes t engan una norma<br />

para vivir su consagración a Dios en la vida religiosa t al como<br />

debe ser y no al arbit rio de cada quien, pues no debemos<br />

vivir engañándonos, debemos vivir nuest ra vida t al como Dios<br />

la quiere.<br />

Est a primera edición será para que ust edes cumplan lo<br />

que en ella se señala, con verdadero espírit u de amor a Dios,<br />

y así la experiment en, a fin de que, en el próximo Capít ulo<br />

General, puedan vot ar sus art ículos con pleno conocimient o y<br />

con experiencia de lo que vot an.<br />

Agradecemos sincerament e a t odas las Hermanas que<br />

nos ayudaron en est a t area ya sea con su est udio ya sea con<br />

sus oraciones. Dios se los premie.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

74


Tacámbaro, Mich. a 26 de mayo de 1975.<br />

APRECI ABLES HI JAS EN JESUCRI STO:<br />

Ust edes bien saben cómo las enf ermedades no me<br />

permit en est ar al t ant o de t odo lo que se ref iere a la<br />

Congregación Diocesana de Siervas de la I nmaculada<br />

Concepción, ni me ayuda la cabeza para discurrir lo que sea<br />

más convenient e, por eso con est a fecha he encomendado al<br />

Excmo. Sr. obispo auxiliar y vicario General de la Diócesis<br />

Don Gilbert o Valbuena, la at ención y cuidado de vuest ra<br />

Congregación.<br />

Yo espero que la at ención solícit a que ha t enido él<br />

siempre para las religiosas y la experiencia que t iene en el<br />

t rat o con religiosas unido a la gracia de Dios le ayudará para<br />

poder llevar adelant e en cuant o a nosot ros t oca est a obra<br />

que es para bien de ust edes y de la niñez y j uvent ud.<br />

Yo, de t odos modos seguiré inf ormándome hast a donde<br />

es posible de t odo lo que se refiere a est a Congregación y<br />

cont inuaré rogando a Dios nuest ro Señor que les ayude a<br />

cosechar mucho frut o espirit ual para gloria de Dios.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas ust edes<br />

quedo afmo. en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

75


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

29 de Junio de 1978<br />

Aprovecho est e primer Bolet ín para recordarles que hace<br />

algunos meses pedí a t oas las religiosas de la diócesis, como<br />

cuelga por mis 50 años de sacerdocio, que en la Misa en que<br />

demos gracias a Dios el día 30 de oct ubre, a la hora de las<br />

of rendas, present e cada comunidad un cuaderno en el que est é<br />

escrit o t odo lo que hicieron durant e el año a f avor de la<br />

evangelización y cat equesis. ¿No se les ha olvidado?<br />

De ust edes las Siervas espero t ambién ot ro regalo: que sigan<br />

luchando con mayor empeño por pract icar la virt ud de la<br />

caridad. Así se f acilit ará su camino hacia la sant idad.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s.s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

76


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

22 de Julio de 1978.<br />

Se acerca ya el Capít ulo Especial para la elección de dos<br />

nuevas consej eras. Por mi part e les suplico que se<br />

encomienden mucho al Espírit u Sant o para que Él nos ayude a<br />

elegir a las que en realidad quisiera Dios para est e servicio.<br />

Además, piensen en la elección de personas que además de<br />

vivir unidas a Dios en la verdadera oración y en los<br />

sacrament os, t rat ando de conocer la volunt ad de Dios para<br />

cumplirla, t engan madurez humana, sepan respet ar la dignidad<br />

de las personas y amen de veras a la Congregación para que<br />

ayuden a hacerla progresar en vez de provocar conf lict os a la<br />

superiora general y a las hermanas. Además, deben ref lexionar<br />

los capít ulos de las Const it uciones y del Direct orio en donde<br />

habla acerca de las Consej eras. ( Págs. 42-44; 88-96 y 101 al<br />

104) .<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

77


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

5 de Agost o de 1978.<br />

Me pregunt an cómo quisiera verlas a ust edes. Varias cosas<br />

t endría que decir, por ahora me referiré solament e a la grande<br />

virt ud de la caridad. Quisiera que siempre pudiera la gent e<br />

decir: est as hermanit as son admirables en la caridad . Que<br />

nunca digan de ust edes se pelearon las hermanit as , ni<br />

t ampoco mamá, la madre Clet a habla mal de la Superiora y de<br />

las demás madres , t ampoco la madre Ciriaca crit ica mucho a<br />

las gent es de est e pueblo , porque la caridad nos une a t odos y<br />

a Dios.<br />

La caridad ayuda a conservar unida la comunidad y sost iene<br />

las vocaciones de las compañeras. Una vocación vale muchísimo<br />

delant e de Dios. ¡Qué t rist e sería y qué responsabilidad t an<br />

grande ant e Dios si con nuest ras falt as de caridad<br />

dest ruyéramos una vocación!<br />

Guarden est os consej os en su ment e y en su corazón y les<br />

aseguro que Dios est ará muy agradecido con ust edes.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

78


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

18 de Agost o de 1978.<br />

Hace casi dos meses, una numerosa Congregación religiosa,<br />

en una de sus provincias, ent regó a sus religiosas las hoj as en<br />

las que se les indicaba su dest ino para el próximo año escolar.<br />

Lo not able fue que nadie prot est ó por el cambio, t odas lo<br />

recibieron con muy buen espírit u. A mí me parece que est o<br />

indica mucha madurez humana y crist iana. Me dio la impresión<br />

de que eran t erribles como un escuadrón a banderas<br />

desplegadas como dice la amada en el Cant ar de los Cant ares<br />

6, 4.<br />

Todo lo sabe hacer el generoso amor a Dios; cuando exist e<br />

est e grande amor, t odo se f acilit a y se obran maravillas.<br />

Comiencen t ambién ust edes est a año escolar ent regándose<br />

generosament e a servir a Dios en su I glesia, por amor a Él y<br />

obt endrán grandes result ados. Pero, ant e t odo, no descuiden la<br />

oración, pues la unión ínt ima con Dios produce amor.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. en Crist o y s.<br />

s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

79


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

15 de Sept iembre de 1978.<br />

Hoy día en que recordamos a la Sma. Virgen de los Dolores al<br />

pie de la Cruz, viene a mi ment e cómo nos recibió a t odos aún a<br />

los pecadores sin que sint amos que por ser pecadores nos<br />

rechaza.<br />

Yo pienso que igual conduct a debemos observar con las<br />

personas que se apart aron del camino por donde Dios las<br />

llevaba y vuelvan de nuevo al camino de Dios, pues t enemos la<br />

t endencia de ver con malos oj os al que enmienda sus pasos y no<br />

sabemos perdonar y alegrarnos por la hermana que vuelve como<br />

se alegra Crist o y su Sant ísima Madre.<br />

Unidos a Dios por el amor, part icipamos de su alegría.<br />

Separados de Dios por la soberbia nos dej amos llevar por el<br />

desprecio al prój imo.<br />

En cambio la Sant ísima Virgen se alegra de nuest ra<br />

conversión porque ella part icipa siempre del amor de Dios.<br />

Oj alá sepamos imit arla.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

80


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

7 de Oct ubre de 1978<br />

El Papa Juan Pablo I pasó por el Sumo Pont if icado con la<br />

velocidad de un comet a. Así lo quiso Dios. Pero en t an poco<br />

t iempo nos dej ó como preciosa enseñanza su bondad y la<br />

sencillez para comunicarse con los demás. Parece que Dios<br />

quiso decirnos a t odos: por aquí est á el camino, síganlo .<br />

En 33 días se ganó el cariño de t odo el mundo y en las cuat ro<br />

cat equesis que alcanzó a explicarnos dej ó sencillez y preciosas<br />

enseñanzas para t oda nuest ra vida.<br />

Sin duda a nosot ros nos f alt a mucho camino por andar. ¿O<br />

acaso ya sabemos ser pacient es y af ables con los demás? ¿Ya<br />

no se dej an llevar por la envidia? ¿No guardan rencores? ¿Saben<br />

disculpar y aguant ar a las compañeras? ¿No hay crít icas o<br />

indirect as hacia las hermanas?. De una reflexión seria acerca<br />

de la bondad podemos sacar por consecuencia qué calificación<br />

nos t oca delant e de Dios.<br />

San Bruno, uno de los grandes luminares de la vida<br />

consagrada, decía: Alegraos porque habéis escapado de los<br />

múlt iples peligros y nauf ragios de est e mundo t an agit ado.<br />

Alegraos porque habéis llegado a est e puert o escondido, lugar<br />

de seguridad y de calma, al cual muchos son los que desean<br />

venir, muchos los que incluso llegan a int ent arlo, pero sin llegar<br />

a él. Muchos t ambién, después de haberlo conseguido, han sido<br />

excluidos de él, porque a ninguno de ellos le había sido<br />

concedida est a gracia desde lo alt o .<br />

Tened por bien ciert o que t odo aquel que ha llegado a<br />

disf rut ar de est e bien t an deseable, si llega a perderlo, se<br />

arrepent irá hast a el fin, si es que t iene un mínimo de int erés y<br />

solicit ud por el bien de su alma .<br />

Pero una de las cosas necesarias para que podamos<br />

aprovechar el bien de una vida consagrada es la bondad, sin la<br />

cual no podemos vivir unidos en la caridad.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

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ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO.<br />

4 de Noviembre de 1978.<br />

Con grande emoción me dirij o a ust edes para darles las<br />

gracias por t odo lo que hicieron por mí y para mí, con mot ivo de<br />

mis cincuent a años de sacerdot e. Dios se los ha de premiar en<br />

abundancia.<br />

Acudo a Dios para que les dé un premio porque sólo Él puede<br />

pagar como ust edes merecen. Además, t odo lo que se ha hecho<br />

en est os años en bien de las Siervas de la I nmaculada<br />

Concepción se debe al modo como ust edes han correspondido a<br />

nuest ras iniciat ivas, y lo que ust edes han hecho en bien de la<br />

I glesia es mérit o t ambién de ust edes at endiendo a lo que les<br />

hemos pedido en nombre de Dios.<br />

Est os cincuent a años han sido mot ivo de alegría porque<br />

ust edes y yo hemos podido dar gracias a Dios por t odo cuant o<br />

nos ha ayudado y of recerle lo que hemos podido hacer.<br />

Especialment e agradezco sus t rabaj os de Evangelización. Voy<br />

a guardar con cariño el resumen que ust edes ent regaron hace<br />

un mes.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

82


25 de Noviembre de 1978.<br />

ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Acabo de llegar de la Paz, cont ent o porque vi. que las<br />

hermanas est án en casa pobre pero cont ent as de su pobreza.<br />

Como es t ierra de misión allá se acost umbra que las religiosas<br />

se hospedan primero aún en una casa de cart ón y después van<br />

organizando y levant ando sus colegios o cent ros de<br />

Evangelización.<br />

Tienen a su cargo la I glesia del Sagrado Corazón y además<br />

ayudan a la Evangelización en ot ras I glesias.<br />

Por ahora t ienen dormit orios y una salit a. Al principio t enían<br />

su cocina en un t ej abán pero ahora ya t ienen su cocina,<br />

comedor y me t ocó inaugurarlo. Me vine t ranquilo porque vi<br />

que el Excmo. Sr. obispo Valbuena, los Sacerdot es y los seglares<br />

se preocupan por ellas. También f ueron muy bien recibidas por<br />

las personas del gobierno pues en Baj a Calif ornia el gobierno<br />

t iene mucho int erés en que no haya analf abet as y promueve<br />

mucho la cult ura. La Baj a Calif ornia t iene en la República el<br />

primer lugar en alfabet ización.<br />

Hoy t uve la alegría de celebrar la Sant a Misa de acción de<br />

gracias por los 25 años de vida Religiosa de las hermanas<br />

Leonila Frías, Crist ina Magaña, Teresa Gut iérrez y María<br />

Asunción Campos. Concelebró el Excmo. Sr. Morales y varios<br />

sacerdot es; luego nos invit aron a comer en el noviciado y no<br />

hubo guaj olot e de perpet uos.<br />

Todos pedimos a Dios nuest ro Señor que conserve est as<br />

hermanas muy unidas a su corazón divino para que logren ser<br />

desde ahora como ángeles del cielo.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

83


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

10 de Diciembre de 1978.<br />

La I glesia nos invit a cada año a prepararnos para recordar,<br />

con una renovación de vida, la venida de Crist o, y ust edes harán<br />

est a preparación valiéndose de los Ej ercicios Espirit uales, como<br />

medio excelent e para ref lexionar y hacer buenos propósit os.<br />

Su Sant idad el Papa, el día 5 de est e mes decía a los<br />

religiosos: la vocación religiosa es un gran problema de la<br />

I glesia de nuest ro t iempo. Precisament e por est o es necesario,<br />

ant e t odo, reafirmar con fuerza que ella pert enece a la plenit ud<br />

espirit ual que el mismo espírit u de Crist o suscit a y f orj a en el<br />

pueblo de Dios .<br />

Est a plenit ud espirit ual se llama Sant idad y ust edes deben ser<br />

t est igos ant e el mundo de est a sant idad por eso conviene que<br />

t omen muy en serio los Ej ercicios Espirit uales. Piensen que, por<br />

medio de ellos, Dios les habla y así, en vez de pensar en los<br />

def ect os aj enos, piensen en los propios para enmendarlos,<br />

movidas por el amor a Crist o que ha sido inf init ament e bueno<br />

con ust edes.<br />

En la vida Espirit ual hay, como hoy se dice, dos dimensiones,<br />

la vert ical y la horizont al. La vert ical se refiere a nuest ras<br />

relaciones con Dios y la horizont al a nuest ras relaciones con<br />

nuest ros prój imos. En la primera t iene lugar especial la oración.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> decía t ambién a los religiosos:<br />

Vuest ras casas deben ser sobre t odo cent ros de oración, de<br />

recogimient o, de diálogo -personal y comunit ario- con el que es<br />

y debe ser siempre el primer y principal int erlocut or en la<br />

laboriosa sucesión de vuest ras j ornadas. Si sabéis aliment ar<br />

est e clima de int ensa y amorosa comunión con Dios, os será<br />

posible llevar adelant e, sin t ensiones t raumát icas o peligrosas<br />

dispersiones, la renovación de la vida y de la disciplina a que os<br />

ha compromet ido el Concilio Vat icano I I .<br />

El alma que vive en cont act o habit ual con Dios y se mueve<br />

dent ro del ardient e rayo de su amor, sabe def enderse con<br />

f acilidad de la t ent ación de part icularismo y ant ít esis, y crean el<br />

riesgo de dolorosas divisiones.<br />

Y añade el Sant o <strong>Padre</strong> ot ras consecuencias para la<br />

dimensión horizont al: El alma en cont act o con Dios, sabe<br />

int erpret ar a la j ust a luz del Evangelio las opciones por los más<br />

84


pobres y por cada una de las víct imas del egoísmo humano, sin<br />

ceder a radicalismos socio-polít icos, que a la larga se<br />

manif iest an inoport unos, cont raproducent es y generadores ellos<br />

mismos de nuevos at ropellos; sabe acercarse a la gent e e<br />

insert arse en medio del pueblo, sin poner en cuest ión la propia<br />

ident idad religiosa sin obscurecer la originalidad específica de<br />

la propia vocación, que deriva del peculiar seguimient o de<br />

Crist o, pobre, cast o y obedient e .<br />

Ent re t ant o yo pediré a Dios que les ayude a hacer sus<br />

Ej ercicios Espirit uales, sacar muy buenos propósit os y, lo que es<br />

más import ant e, cumplirlos.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

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ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

1 de Enero de 1979<br />

Por volunt ad del Sant o <strong>Padre</strong> est e día est á dedicado a celebrar la<br />

Jornada de la Paz, puest o que f alt a paz en el mundo: Las f amilias<br />

suf ren por f alt a de paz, en los pueblos muchas veces hay f alt a de<br />

paz, ent re las naciones t ambién hay f alt a de paz y en t odas part es va<br />

creciendo la violencia.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> Juan Pablo I I quier e que est e año lo dediquemos a<br />

promover la educación para la paz. ¿Qué les t oca hacer a ust edes?<br />

La educación comienza por la f amilia y por la escuela, por<br />

consiguient e ahí t ienen ust edes un campo amplio para desarrollar su<br />

act ividad en medio de la sociedad en que viven.<br />

Per o t enemos en la Sagrada Familia un ej emplo hermoso que nos<br />

ayuda a buscar en nosot ros la paz y alent ar a los demás a que la<br />

busquen.<br />

Tenemos que enseñar a los niños a que honren a sus padres.<br />

Quien honra a sus padres puede esperar que su oración sea<br />

escuchada por Dios.<br />

También t enemos que enseñar a los niños a ser obedient es y<br />

buenos con sus padres ancianos, de modo de no causarles t rist eza y<br />

t enerles paciencia cuando t ienen ocurrencias de viej it o.<br />

Que sepan ser cariñosos y comprensivos con los ancianos; no<br />

reírme de las dif icult ades que t ienen para caminar ni de sus manos<br />

t emblorosas; no grit arles con enf ado ellos comienzan a est ar sordos;<br />

ayudarles cuando ya no pueden caminar, ni lament arse porque al<br />

abuelit o se le volt eó la t aza del chocolat e.<br />

También a los padres de f amilia es necesario exhort arles a que<br />

sean comprensivos con sus hij os y no los exasperen. Además deben<br />

darles buen ej emplo viviendo sumisos mut uament e como lo pide el<br />

respet o debido a Crist o de modo que las esposas se somet an a sus<br />

esposos como si se somet ieran a Nuest ro Señor y siempre con gr an<br />

bondad. Que los maridos amen a sus esposas como Crist o amó a su<br />

I glesia y se ent regó a la muert e por ella para sant if icarla y hacerla<br />

comparecer ant e su presencia t oda resplandecient e sin mancha ni<br />

defect o ni cosa parecida, sino Sant a e I nmaculada ( Ef . 5) .<br />

Que Dios Nuest ro Señor conceda a t odas ust edes un año muy<br />

f ecundo en apost olado y en gracia divina.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o y s.<br />

s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

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ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

21 de Enero de 1979<br />

Todos est amos ent usiasmados con la venida del Sant o <strong>Padre</strong><br />

a México y deseamos ardient ement e ir a verlo para escuchar su<br />

palabra de Vicario de Crist o.<br />

Treint a mil religiosas t endrán la oport unidad de ver al Papa y<br />

escuchar sus consej os. Por desgracia no t odas nuest ras<br />

hermanas alcanzaron bolet o.<br />

Yo espero que cuando se publique la alocución del Sant o<br />

<strong>Padre</strong> a las Religiosas t odas se int eresen por leerla y ponerla en<br />

práct ica.<br />

El Papa es el vocero de Nuest ro Señor y el que a t odos<br />

gobierna en nombre de Crist o, por eso, hay que t omar muy en<br />

serio sus consej os. Mal haríamos si solament e most ráramos<br />

ent usiasmo por su venida y no lleváramos a la práct ica sus<br />

palabras. Quien sigue al Papa, sigue a Crist o, quien se apart a<br />

del Papa se apart a de Crist o.<br />

Cuando Thiers minist ro del rey de Francia est ando en Roma<br />

pidió audiencia con el Papa, puso la condición de no t ener que<br />

arrodillarse ni besarle la mano, el Papa dij o como él gust e ; y<br />

al encont rarse delant e del Papa Gregorio XVI sint ió algo que él<br />

nunca había sent ido, olvidó sus prej uicios de prot est ant e, se<br />

arrodilló y le besó el pie.<br />

Muy j ust if icado, pues, es que t engamos t ant a alegría por la<br />

venida del Sant o <strong>Padre</strong> a México por recibir sus enseñanzas.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo de ust edes<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

87


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

11 de Febrero de 1979<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> est uvo en nuest ra Pat ria. Lo vimos y lo<br />

oímos. En él oímos la voz del Vicario de Crist o; escuchamos la<br />

voz del sucesor de San Pedro, a quien dij o Jesús: Apacient a<br />

mis ovej as, apacient a mis corderos .<br />

Pasado el ent usiasmo de la visit a del Papa t enemos el peligro<br />

de olvidar sus palabras y no cumplir sus consej os.<br />

Recordemos que el Sant o <strong>Padre</strong> insist ió principalment e en la<br />

necesidad de la oración especialment e en la vida religiosa.<br />

Verdaderament e necesit amos acudir a Dios confiados en su<br />

poder y en su bondad para pedirle que nos conserve la vida,<br />

que nos part icipe abundant ement e su vida divina de la gracia,<br />

que nos ilumine para saber lo que t enemos que decidir y que<br />

nos dé valor y f ort aleza para perseverar en el bien. Sin la<br />

oración result a vacía nuest ra vida, y nos sent imos sin f uerzas<br />

para volar hacia Dios.<br />

Él sabe muy bien lo que necesit amos quienes est amos<br />

consagrados a Él, pero t enemos que pedírselo porque así le<br />

gust a a Dios. Figúrense, si t eniendo necesidad de pedirle nos<br />

olvidamos de El, ¿qué sería si no t uviéramos necesidad de<br />

pedirle?<br />

Examinemos pues nuest ra oración ment al. ¿Nos ha servido de<br />

veras para ref lexionar acerca de nuest ra vida a la luz de la<br />

Palabra divina? ¿Nos ha servido para adelant ar en las virt udes?<br />

Si la respuest a es negat iva es señal de que no hacemos bien<br />

nuest ra oración y t enemos que indagar el por qué, para<br />

procurar la enmienda.<br />

También nuest ro cuerpo t iene el deber de alabar a Dios y lo<br />

hacemos con palabras y act it udes o sea con la oración vocal. La<br />

cart a a los Hebreos nos invit a a acompañar a Crist o en su<br />

pasión t ambién con palabras pues nos dice: Por Él of rezcamos<br />

de cont inuo a Dios sacrificios de alabanza, est o es, el f rut o de<br />

los labios que bendicen su nombre ( Heb. 13, 15) .<br />

Tiene una gran import ancia la oración privada. Es el primer<br />

paso para poder hacer bien la oración comunit aria; cuando no<br />

88


sabemos hacer la oración personal, nuest ra oración comunit aria<br />

result a una mera f órmula, sin sent ido, sin amor, sin int imidad<br />

con Dios.<br />

Pensemos que cuando hacemos oración comunit aria la<br />

hacemos en nombre de t oda la comunidad y nuest ro Señor nos<br />

dij o: Donde est án dos o t res congregados en mi nombre, allí<br />

est oy yo en medio de ellos ( Mt . 18, 20) . La Misa es la oración<br />

comunit aria por excelencia. Nosot ros podemos asist ir a Misa<br />

t odos los días, pero no t odos los fieles pueden hacerlo y Dios<br />

merece ser alabado diariament e; por eso la I glesia ordena a<br />

sacerdot es y religiosos que no solament e asist an a Misa t odos<br />

los días a nombre de la comunidad crist iana sino que t ambién<br />

en varias horas del día recen, a nombre de la I glesia, la Lit urgia<br />

de las Horas.<br />

Decía Nuest ro Señor: Es necesario orar y nunca desf allecer<br />

( Lc. 18,1) ; aunque t engamos dificult ades para hacer bien<br />

nuest ra oración no dej emos de cumplir con la recomendación<br />

del Papa que es t ambién la de Crist o de orar siempre y nunca<br />

desf allecer.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

89


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

4 de Marzo de 1979.<br />

Ust edes son ya ochent a y aunque solament e t reint a y cuat ro<br />

est án en nuest ra Diócesis, las considero como grupo muy<br />

import ant e para el desarrollo de la vida crist iana en nuest ra<br />

Diócesis.<br />

En las escuelas, con la palabra y más aún con el ej emplo,<br />

además de las ciencias humanas, enseñan la doct rina de Crist o;<br />

varias hermanas, en los sábados o domingos y aún en las t ardes<br />

de los días de clase, ayudan a las obras parroquiales como la<br />

cat equesis o los grupos de j óvenes, ayudan t ambién en la<br />

part icipación del pueblo en la Lit urgia; cuat ro dedican su t iempo<br />

complet o a la Evangelización y Cat equesis.<br />

Hay deficiencias como en t odo lo humano, pero veo en la<br />

mayoría de ust edes un verdadero esf uerzo por superarse, no<br />

sólo en las ciencias, sino sobre t odo en la virt ud y est o me<br />

anima porque el buen ej emplo de una alient a a las demás.<br />

Sobre t odo veo que en ust edes mej ora la oración y est o es<br />

muy import ant e porque, habiendo buena comunicación con Dios,<br />

habrá t ambién grandes adelant os. Si no est amos bien unidos<br />

con Dios podremos hacer mucho ruido, recibir grandes<br />

alabanzas y solament e nos ilusionaremos con un f rut o pasaj ero.<br />

Recordemos const ant ement e las palabras que les dice el Papa<br />

Es la vuest ra una vocación que merece la máxima est ima por<br />

part e del Papa y de la I glesia, ayer como hoy. Por eso os<br />

quiero expresar mi gozosa confianza en vosot ras y alent aros a<br />

no desmayar en el camino emprendido, que vale la pena<br />

proseguir con renovado espírit u y ent usiasmo. Sabed que el<br />

Papa os acompaña con su oración y se complace en vuest ra<br />

f idelidad a la propia vocación, a Crist o, a la I glesia .<br />

La cuaresma t iempo de renovación, es t iempo a propósit o<br />

para que ust edes perf eccionen su vida de acuerdo con las<br />

enseñanzas del Papa.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

90


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

18 de Marzo de 1979.<br />

Est oy muy agradecido con ust edes por la f elicit ación que me<br />

enviaron con mot ivo del día de mi sant o y especialment e por los<br />

t esoros espirit uales ofrecidos a Dios.<br />

Algunas hermanas vinieron personalment e a visit arme, a<br />

pesar de las molest ias del viaj e; Dios les premie sus sacrif icios.<br />

Además quisieron obsequiarme con dos prof esiones<br />

religiosas: ayer prof esaron las hermanas María Sánchez y María<br />

Magaña. Est o fue un regalo a Dios, of recido por mí.<br />

Que Dios Nuest ro Señor las bendiga a t odas por lo<br />

bondadosas que han sido conmigo y les ayude a conservar la<br />

confianza en Dios sobre t odo en medio de los sust os de los<br />

t emblores.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

91


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

22 de Abril de 1979<br />

Un señor t enía un perro al que puso por nombre sult án ;<br />

pero el animal se empicó a ir a los nidos a comerse los huevos.<br />

El amo pensó luego en un remedio: vació hast a la mit ad un<br />

huevo y lo rellenó de nuevo con chile piquín. Tres veces se lo<br />

enseñó y el perro brincaba para quererlo coger. Por fin, en el<br />

últ imo brinco, se lo solt ó en el hocico y el perro se dio t al<br />

enchilada que se revolcaba y gemía lleno de dolor. Pero el<br />

escarmient o fue bueno porque no se volvió a acercar a los<br />

huevos.<br />

Nosot ros ya saboreamos las dulzuras del amor de Dios al<br />

pensar en Semana Sant a, lo que Él hizo por nosot ros, y t ambién<br />

probamos la amargura de la cont rición al pensar en las of ensas<br />

que le hemos hecho a Dios. ¿Seremos menos list os que el perro<br />

que se enmendó de sus mañas o volveremos de nuevo a los<br />

ant iguos caminos de of ensa a Dios?<br />

Yo espero que sabremos cont inuar la ref orma de vuest ra<br />

vida. ¿Por qué un animal ha de ser más list o que nosot ros que<br />

t enemos int eligencia y volunt ad?<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

92


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

21 de mayo de 1979.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> es el encargado de dirigirnos por los caminos de<br />

Dios y ha insist ido mucho en la f idelidad que debemos a Dios en el<br />

cumplimient o de nuest ras promesas. Cuando a Dios se le promet e<br />

una cosa hay que cumplírsela; los vot os no son un j uego; son una<br />

promesa hecha a Dios que obliga en conciencia, nuest ros vot os son<br />

un t esor o, no porque despreciemos el mat rimonio, puest o que la<br />

renuncia al mat rimonio por amor al reino de los cielos es una<br />

elección hacia lo mej or para aquellos que han recibido de Dios est e<br />

don del Espír it u Sant o. Tienen además nuest ros vot os un gr an<br />

sent ido social porque la religiosa que renuncia a la mat ernidad<br />

mat erial asume ot ra mat ernidad espirit ual a semej anza de la<br />

pat ernidad de la que habla San Pablo ( 1 Cor. 4, 15) , ( Gal. 4, 19) se<br />

mult iplican los hij os espirit uales encomendados a su cuidado por el<br />

Buen past or y est os hij os son más numerosos que los que puede<br />

t ener una f amilia humana.<br />

Son hij os del espírit u porque la educación que da la r eligiosa es<br />

ant e t odo una f or mación espirit ual más que una inst rucción y si<br />

alguien no la cumple debe examinar su conciencia delant e de Dios y<br />

seguir el camino de su vocación.<br />

Librement e acept a la religiosa los vot os y librement e debe seguir<br />

cumpliéndolos para mant ener la palabra dada a Crist o y a la I glesia.<br />

Mant ener la palabra es la señal de la madurez int erior de la<br />

religiosa y expresión de su dignidad personal ( Juan Pablo I I , cart a a<br />

los sacerdot es) .<br />

Encont rarán ust edes muchas dif icult ades pero ent onces debemos<br />

recordar las palabras de San Pablo: t odo lo puedo en aquél que me<br />

conf ort a ( Fil. 4, 13) Ref lexionen muy bien t odo est o para que no se<br />

dé el caso de acudir a una dispensa como medidas administ rat ivas,<br />

siendo que se t rat a de una prof unda cuest ión de conciencia y de una<br />

prueba de humanidad.<br />

Además, ¿Cómo podríamos aconsej ar a los casados que andan en<br />

busca del divorcio, si nosot ros f alt amos a una f idelidad más grande<br />

t odavía?. Tenemos que cooperar a la edif icación del Cuerpo Míst ico<br />

de Crist o en vez de debilit ar su unión espirit ual.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

93


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

3 de j unio de 1979<br />

Celebramos hoy la f est ividad de Pent ecost és y es muy nat ural<br />

que demos gracias al Espírit u Sant o por t odo lo que nos ayuda<br />

para ser buenos: por medio de El, Jesucrist o nos da una<br />

part icipación de la vida divina y el mismo Espírit u Sant o<br />

permanece en vosot ros sust ent ando esa vida divina, nos da<br />

f ort aleza para la lucha, ilumina nuest ro ent endimient o para<br />

conocer el camino del bien, infunde en nosot ros el amor divino<br />

pues él mismo es el amor de Dios y con sus dones nos ayuda a<br />

perf eccionarnos en la virt ud.<br />

Realment e el Espírit u Sant o est á siempre t rabaj ando en<br />

nosot ros, sin Él no podríamos vivir unidos en la caridad. ¿En<br />

realidad vivimos unidos en la caridad? ¿Ya no nos ent ret enemos<br />

en crit icar al prój imo? ¿Le hacemos pesada la vida a alguna<br />

compañera para que se vaya y pierda su vocación? ¿Nos<br />

at revemos a correr a alguien sin el consent imient o de la<br />

superiora compet ent e?; si se t rat a de una hermana sería una<br />

gran f alt a de caridad; si se t rat a de una alumna, además de<br />

f alt a de caridad sería falt a de cumplimient o del deber porque<br />

debemos ingeniarnos para educarlas y no esperar que lleguen ya<br />

educados.<br />

No olvidemos que el Espírit u Sant o est á siempre con nosot ros<br />

para ayudarnos; aprovechemos su presencia y seamos dóciles a<br />

sus inspiraciones.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

94


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

25 de j unio de 1979.<br />

En el art ículo 1º . De las Const it uciones de las Siervas se nos dice<br />

cómo el espírit u que debe animar a nuest ra Congr egación es el de<br />

Hij as de Dios y miembros del Cuerpo Míst ico de Crist o, y con alegría<br />

me doy cuent a de que la Conf erencia de Puebla le ha dado<br />

import ancia a est a idea que es f undament al en la vida cr ist iana; por<br />

ej emplo en el no. 204 nos dice: El padre, al enviarnos al Espírit u de<br />

su Hij o, derrama su amor en nuest ros corazones ( Rom. 5, 5)<br />

convirt iéndonos del pecado y dándonos la libert ad de los hij os.<br />

Libert ad, ést a necesariament e vinculada a la f iliación y a la<br />

f rat ernidad .<br />

En el número 207 leemos: Jesucrist o, Salvador de los hombres,<br />

dif unde su espírit u sobre t odos sin excepción de personas. Quien en<br />

su evangelización excluya a un solo hombre de su amor, no posee el<br />

Espírit u de Crist o; por eso, la acción apost ólica t iene que abarcar a<br />

t odos los hombres dest inados a ser hij os de Dios .<br />

En el número 238 habla de la I glesia como f amilia de Dios como<br />

realidad más prof unda e ínt ima del pueblo de Dios . Quien est á<br />

consagrado a Dios de un modo especial, como lo est amos nosot ros,<br />

con mayor razón debe considerarse hij o y f amilia de Dios.<br />

Mas adelant e nos dice: La I glesia no es el lugar donde los<br />

hombres se sient an sino donde se hacen real, prof unda,<br />

ant ológicament e, f amilia de Dios . Se conviert en verdader ament e<br />

en hij os del <strong>Padre</strong> en Jesucrist o, quien les part icipa su vida por el<br />

poder del Espírit u, mediant e el baut ismo. Est a gracia de la f iliación<br />

divina es el gr an t esoro que la I glesia debe of recer a los hombres de<br />

nuest ro cont inent e . ( No. 240) .<br />

Nuest ro carisma es la Evangelización por medio de la enseñanza y<br />

para cumplirlo bien necesit amos sent irnos hermanos. De la f iliación<br />

en Crist o nace la f rat er nidad crist iana. El hombr e moderno no ha<br />

logrado const ruir una f rat ernidad universal sobre la t ierra, por que<br />

busca una f rat ernidad sin cent ro ni origen común. Ha olvidado que la<br />

única f orma de ser hermanos, es reconocer la pr ocedencia de un<br />

mismo <strong>Padre</strong> ( No. 241) .<br />

Tomemos en serio nuest ra condición de hij os de Dios para que<br />

podamos cumplir mej or nuest ros deberes para con Dios y para con<br />

nuest ros hermanos.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o y s.<br />

s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

95


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

30 de Sept iembre de 1979<br />

Acabo de leer una cart a que hace algunos años escribió San<br />

Juan Bosco. Decía: no cast igues nunca sino después de haber<br />

agot ado ot ros medios . ¡Cuánt as veces, mis queridos hij os, en<br />

mi larga carrera, he t enido que convencerme de est a grave<br />

verdad! Es ciert ament e, más fácil irrit arse que t ener paciencia,<br />

amenazar a un niño que t rat ar de convencerlo; diría, es t ambién<br />

más cómodo a nuest ra impaciencia y soberbia cast igar a los<br />

t raviesos que corregirlos, soport ándolos con benignidad y<br />

f irmeza.<br />

La caridad que les encomiendo es la misma que usaba San<br />

Pablo con los f ieles recién convert idos, caridad que a menudo le<br />

hacía llorar y orar incesant ement e cuando se le most raban<br />

menos dóciles y no correspondían a su celo incansable.<br />

Nada puede, dice San Gregorio, f ormar un corazón, que es<br />

como plaza inexpugnable, sin el afect o y la dulzura. Mant eneos<br />

f irmes en buscar el bien e impedir el mal; sed sin embargo,<br />

siempre dulces y prudent es. Sed perseverant es y amables y<br />

veréis como Dios os hará dueños hast a de los corazones menos<br />

dóciles.<br />

Una vez más he de of receros como ej emplo mi propia<br />

experiencia. He t ropezado a menudo con caract eres t an t ercos,<br />

t an reacios a t oda insinuación humana, que no me daban<br />

ninguna esperanza de salvación, y sent ía la necesidad de t omar<br />

medidas severas con ellos. Y he, aquí que solo por la caridad se<br />

doblegaron.<br />

He de confesar con ciert o dolor que en la poca sumisión de<br />

est os muchachos t enemos nosot ros nuest ra part e de culpa. He<br />

comprobado repet idas veces que quienes exigían a raj at abla<br />

silencio, disciplina, esa act it ud de obediencia pront a y ciega de<br />

sus alumnos, eran en cambio, los que conculcaban los<br />

saludables avisos que yo u ot ro superior les dábamos.<br />

Est oy persuadido de que los maest ros que no perdonan lo<br />

más mínimo a sus alumnos, suelen perdonarse del t odo a sí<br />

mismos. Por ende, si queremos aprender a mandar,<br />

96


aprendamos ant es a obedecer, y busquemos con pref erencia ser<br />

más bien amados que t emidos.<br />

En circunst ancias más graves es más ef icaz una oración al<br />

Señor, un act o de humildad ant e él, que una t empest ad de<br />

palabras, las cuales, si por un lado rinden al que las prof iere,<br />

por ot ro, no report an ninguna vent aj a ant e las of ensivas .<br />

Quisiera que t odas ust edes t uvieran siempre muy present es<br />

est as sabias palabras de San Juan Bosco y las llevaran a la<br />

práct ica.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

97


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

11 de noviembre de 1979.<br />

No me canso de recordar a ust edes la oración por ser algo<br />

indispensable en la vida del crist iano y especialment e en la vida<br />

religiosa; pero a veces oigo decir que no saben hacer oración,<br />

yo creo que muchas sí saben pero les f alt an algunos crit erios<br />

para saber si est án haciendo bien la oración. Por eso les voy a<br />

dar crit erios para que ust edes mismas sepan j uzgar si van bien<br />

o no.<br />

Hay quienes piensan que si no sient en gust o para orar no<br />

sirvió su oración. Pero la verdadera oración no es f rut o de los<br />

sent idos, sino de la volunt ad de conversar con Dios para<br />

alabarlo, cont arle nuest ras alegrías, nuest ras penas y<br />

necesidades, conseguir su auxilio y darle gracias por el amor<br />

que nos t iene.<br />

No vemos a nuest ro Señor, ni lo oímos, ni lo sent imos para<br />

darle la mano, por eso nos da t rabaj o hablarle; pero si un día<br />

sient en f acilidad para hablarle, t engan en cuent a que no es<br />

mérit o de ust edes sino don de Dios que en su bondad quiere<br />

ayudarlas y denle las gracias.<br />

Si al medit ar t ienen ust edes afect os de arrepent imient o, de<br />

amor o de agradecimient o a Dios, es señal de que van<br />

adelant ando. Si después de la oración sient en más f acilidad<br />

para pract icar la fe, la esperanza y la caridad, es señal de que<br />

van adelant ando. Si t ienen más confianza en Dios que en sus<br />

propios propósit os, es señal de que van adelant ando. Si en la<br />

oración consiguen más amor de Dios que consuelo, es buena<br />

señal. Si en la oración sient en más f acilidad para t rat ar a Dios<br />

como <strong>Padre</strong>, al Hij o como hermano y al Espírit u Sant o como<br />

huésped del alma y así vivir en unión con Dios, es buena señal.<br />

Si en la oración saben acept ar la volunt ad divina, si no sólo t e<br />

resignas, sino que la oración despiert a en t i el espírit u de<br />

responsabilidad y de iniciat iva, buena señal, si con la oración<br />

adquieres paz, humildad y caridad, buena señal, vas adelant ado.<br />

No se desanimen, pues, porque no les sale perf ect a la<br />

oración, pero sigan luchando por adelant ar en ella.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

98


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

20 de enero de 1980<br />

El día 3 de noviembre pasado el Sant o <strong>Padre</strong> habló a los maest ros<br />

de secundaria que se habían reunido en Roma para est udiar el t ema<br />

Una escuela para el hombr e y les decía: La enseñanza debe est ar<br />

en concret o al servicio de la vida y preparar a la vida; est o quiere<br />

decir que debe f ormar al hombre, y no inf ormarnos simplement e;<br />

debe cont ribuir a elevarlo; debe hacerlo crecer en el orden del ser .<br />

Les recordaba t ambién cómo sus alumnos se encuent ran en un<br />

moment o decisivo de la vida, en medio del paso de la niñez a la<br />

primera madurez, paso arduo en que las t ransf ormaciones<br />

f isiológicas se ent relazan con las psicológicas. Va desapareciendo el<br />

niño y con él su mundo de ensueño, j uego e inocencia; va<br />

apareciendo el hombre con una solidez ya no gr ave en lo f ísico y en<br />

un área más desarrollada y complej a de su espirit ualidad; f ant asía,<br />

razón, volunt ad, amor, libert ad. Y añadía el Papa: en est e proceso<br />

no os podéis limit ar a observar, no podéis permanecer pasivos o, a lo<br />

más, t ocados de curiosidad; est áis implicados en aquél<br />

personalment e en cuant o a educadores responsables por encar go<br />

expreso conf erido, ant es que por los padres públicos, por los t ít ulos<br />

nat urales del derecho-deber de dar educación, los padres de vuest ros<br />

alumnos. De la relación act iva ent re educador y educando debe<br />

brot ar un aument o de humanidad; el hombre adult o est á llamado a<br />

seguir, orient ar y ayudar al adolescent e que va haciéndose hombre,<br />

con el cuidado de evit ar f ormarlo t ant o como el dej arlo solo .<br />

Además cuando el educador es crist iano, t iene abundant es<br />

mot ivaciones para su act ividad pedagógica y el ideal será f ormar la<br />

humanidad cr ist iana en el encuent ro de su alumno con la persona de<br />

Crist o, hij o de Dios y hombre perf ect o, para que el Evangelio<br />

impregne la ment alidad de los alumnos en el t erreno de su f ormación<br />

y que la armonización de su cult ura se logre a la luz de la f e .<br />

Los psicólogos han not ado que en nuest r a pat ria, en est os últ imos<br />

años, se ha cuadr uplicado la agresividad y la violencia en los niños y<br />

en los adolescent es por lo cual es de esperarse que dent ro de pocos<br />

años, t endr emos un ambient e de mucha violencia y muchas<br />

dif icult ades. El remedio est á en que a los niños y a los adolescent es<br />

se les dé una buena f ormación en el ambient e f amiliar,<br />

principalment e y t ambién en la escuela, t ant o de palabra como con el<br />

ej emplo a f in de f ormar a los f ut uros ciudadanos de acuerdo con el<br />

modelo que es Cr ist o.<br />

Los religiosos y religiosas, llevando una vida de comunidad<br />

parecida a la vida de f amilia, son un gr an ej emplo y modelo para<br />

alent ar en las f amilias el espír it u de f amilia de Dios y comunidad<br />

crist iana. Est a t ar ea concierne a ust edes y espero que sepan<br />

cumplirla.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o y s.<br />

s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

99


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

1 de marzo de 1980.<br />

Con la nueva Lit urgia de las Horas parece como si ya no<br />

hubiera quedado lugar para que ust edes rezaran el Of icio de la<br />

Sma. Virgen María en los sábados.<br />

Lo que sucede es que hay que respet ar ciert as fiest as o<br />

t iempos del año, pero hay aún muchas oport unidades; en<br />

cuaresma y en Advient o hay que rezar el of icio del t iempo, pero<br />

quedan ot ras oport unidades.<br />

En los sábados 19 y 26 de abril; 10, 17 y 24 de mayo ( el 24<br />

las Vísperas ya son de Pent ecost és, el 31, es f iest a de la<br />

Virgen) ; 7, el 14 es f iest a del I nmaculado Corazón de María;<br />

est o en el mes de j unio; 5, 12 y 19 de j ulio; 2, 9, 16 y 26 de<br />

agost o; 6 y 20 de sept iembre; 11 y 25 de oct ubre; 8, 15 y 29 de<br />

noviembre; 6 de diciembre. En est os sábados se puede rezar el<br />

Of icio de Sant a María en sábado.<br />

Es muy bueno cont inuar foment ando en nosot ros, y en las<br />

demás personas, la devoción a la Sant ísima Virgen María. A<br />

Dios le agrada mucho que le t engamos devoción a la Sant ísima<br />

Virgen, puest o que es madre suya y la quiere mucho.<br />

Hace pocos años vivían en Alemania dos endemoniados que<br />

blasf emaban de Dios y de las almas sant as, un día les<br />

pregunt aron por qué no decían nada en cont ra de la Sant ísima<br />

Virgen y ellos cont est aron: El j ef e se aguant a cuando<br />

hablamos de él, pero cuando hablamos en cont ra de la Virgen<br />

nos va muy mal .<br />

Además, es muy poderosa la int ercesión de la Sant ísima<br />

Virgen delant e de Dios a f avor nuest ro.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

100


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

29 de marzo de 1980.<br />

Mañana, Domingo de Ramos comienza la Semana Sant a.<br />

Llevaremos en las manos nuest ros ramos para simbolizar el<br />

t riunf o de Crist o sobre la muert e y sobre los pecados, y, al<br />

mismo t iempo recordar nuest ro f ut uro t riunfo el día de vuest ra<br />

muert e crist iana y el día de vuest ra resurrección. Todavía no<br />

vemos ese t riunf o, pero ya lo esperamos conf iados en nuest ro<br />

esfuerzo y en la misericordia de Dios.<br />

El Triduo Sacro comprende desde las segundas Vísperas del<br />

Jueves Sant o hast a la Misa de Gloria de la noche del Sábado<br />

Sant o. Todo ese t iempo es de riguroso lut o y por lo mismo<br />

debemos de evit ar paseos y diversiones. El j ueves lo dedicamos<br />

a visit ar a los enfermos y pedir a Dios por ellos. El viernes lo<br />

dedicamos a reflexionar sobre la pasión y muert e de Crist o. El<br />

Sábado, como es cost umbre cuando hay algún difunt o vist amos<br />

la imagen de Jesús muert o por nuest ros pecados, rezamos el<br />

rosario ant e la imagen de la Sant ísima Virgen para present arle<br />

nuest ras condolencias, t ant o más que nosot ros mismos somos<br />

los culpables de la muert e de su Hij o. Y así celebramos el<br />

velorio. Est e no es día de paseos ni diversiones, ni<br />

embriagueses. Es día de t rist eza que t ermina con la celebración<br />

de la Resurrección de Crist o.<br />

Pensemos que f ormamos part e del Cuerpo Míst ico de Crist o y<br />

Él es la part e principal, por lo mismo debemos sent ir como<br />

nuest ros los dolores que Él suf re así como Él hace suyos<br />

nuest ros pecados para redimirlos.<br />

Quien no sient e pena ant e los suf rimient os de Crist o es<br />

porque no lo ama, ni le agradece lo que hace por nosot ros, ni se<br />

sient e solidario con Él.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

101


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

20 de abril de 1980.<br />

El Señor ha resucit ado Aleluya y nosot ros t ambién hemos<br />

resucit ado a una nueva vida de la gracia aleluya. Nuest ro<br />

compromiso baut ismal, ref rendado en la Conf irmación y en la<br />

Primera Comunión nos exige que vivamos resucit ados a la vida<br />

de Crist o. Por eso nuest ra medit ación cont inua debe ser el<br />

Sant o Evangelio y los escrit os de los Apóst oles para conf ormar<br />

nuest ra vida con las enseñanzas de Crist o.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

102


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

11 de mayo de 1980.<br />

Todos los años medit amos el mes de mayo para honrar a la<br />

madre del cielo, la Sma. Virgen María, de un modo especial. El<br />

rosario lo rezamos con mayor solemnidad, el alt ar se adorna con<br />

más flores y la misa es más alegre y no podía ser de ot ra<br />

manera puest o que t rat amos de corresponder con amor al<br />

sublime amor de nuest ra Madre del cielo.<br />

Pero además de esf orzarnos por enmendar en nosot ros el<br />

amor a la Sma. Virgen, t enemos que f oment ar ese amor y<br />

devoción t ambién en las personas que nos rodean especialment e<br />

en los niños, pues el amor dif unde amor y hemos de luchar por<br />

vivir t odos imit ando las virt udes de la Sma. Virgen.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

103


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

1 de j unio de 1980.<br />

Termina ya el mes de María, pero durant e t odo el año<br />

t endremos necesidad de cont inuar con nuest ra devoción a la<br />

Sant ísima Virgen porque cont inuament e necesit amos<br />

corresponder a su amor mat ernal y necesit amos t ambién su<br />

valiosa int ercesión ant e Dios, porque solos nada valemos y nada<br />

podemos.<br />

En el mes de j unio t enemos que desarrollar nuest ra devoción<br />

al Sacrat ísimo Corazón de Jesús pues el amor infinit o con que<br />

Jesucrist o nos ha amado, hast a el ext remo de dar su vida por<br />

nosot ros en la cruz exige de nosot ros una gran correspondencia<br />

de amor.<br />

Ahora est á de moda la devoción a Crist o Rey, pero pensemos<br />

que el amor al Sagrado Corazón de Jesús y el amor a Crist o Rey<br />

son dos aspect os del mismo amor.<br />

En el amor al Corazón de Jesús consideramos el amor<br />

humano divino de Crist o hacia nosot ros; a est e amor t enemos<br />

que corresponder f ormando en nuest ro corazón un t rono de<br />

amor dándole t odo nuest ro amor para que Él sea nuest ro Rey de<br />

amor. La cruz es el t rono de amor en el calvario, por eso con<br />

amor nos unimos a su cruz. Nuest ras penas y t rabaj os son<br />

nuest ra cruz y ofreciéndoselos con amor, part icipamos aquí de<br />

su cruz y después part iciparemos de su gloria.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

104


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

18 de j unio de 1980.<br />

Las superioras de la Congregación est án haciendo t rámit es<br />

para conseguir de la Sant a Sede el Decret o Laudis, con lo que<br />

las Siervas dej arían de ser Congregación Diocesana para llegar<br />

a ser Congregación de Derecho Pont if icio.<br />

Las et apas para la aprobación de una Congregación religiosa<br />

son varias: primero la Sant a Sede da el permiso para que se<br />

f unde la Congregación de Derecho Diocesano, después le<br />

concede el Decret o Laudis cuando la Congregación ya es digna<br />

de alabanza por su adelant o espirit ual y por su apost olado;<br />

después de est o, cuando han dado muest ras convincent es de su<br />

gran adelant o en la vida religiosa, les concede la aprobación<br />

def init iva. Finalment e aprueba las Const it uciones en f orma<br />

def init iva.<br />

Las palabras Decret um Laudis signif ican decret o de alabanza,<br />

de modo que lo que se est á pidiendo a la Sant a Sede es que las<br />

alabe a ust edes por su adelant o espirit ual en la vida religiosa y<br />

por sus obras de apost olado.<br />

Pienso que ust edes ya merecen alabanza por sus obras de<br />

apost olado, pero ust edes mej or que yo, sabrán cont est ar las<br />

siguient es pregunt as: ¿Merecemos ya que la Sant a Sede nos<br />

alabe? Por nuest ro adelant o espirit ual? ¿Hay ya f rut os de<br />

sant idad? ¿De observancia religiosa y provecho espirit ual? ¿Hay<br />

la verdadera f orma de gobierno y verdadera disciplina? ¿Cómo<br />

anda el cumplimient o de los vot os? ¿Hay espírit u religioso o<br />

mundano? ¿Reciben buena f ormación las hermanas? ¿Ya<br />

llegamos a 200 hermanas o al menos a 120 qué es lo que<br />

acost umbra pedir la Sagrada Congregación? ¿Funciona ya el<br />

j uniorado? ¿Cómo anda la educación en la f e para las hermanas<br />

y para los alumnos?<br />

Si queremos que nos alaben t enemos que merecerlo<br />

enmendando lo que haya que enmendar, a fin de que los<br />

obispos que t ienen la obligación de dar los inf ormes puedan<br />

darlos muy buenos de acuerdo con el int errogat orio que les he<br />

puest o a ust edes.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

105


9 de agost o de 1980.<br />

ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Me pregunt an cuál es el espírit u del fundador puest o que las<br />

personas que les dan conferencias a ust edes les hacen esa<br />

misma pregunt a. Es cost umbre en la vida religiosa que el<br />

espírit u del f undador est é expresado en las mismas<br />

Const it uciones, generalment e en el capít ulo I I , en donde se<br />

habla del espírit u de la Congregación, pues se supone que es el<br />

espírit u que le infundió el fundador.<br />

El art ículo 1° del capít ulo I I de las Const it uciones de las<br />

Siervas les hace saber que es el espírit u de hij as de Dios y<br />

miembros del Cuerpo Míst ico de Crist o y por eso t ienen que<br />

ident ificarse con Crist o de modo de acost umbrarse a pensar las<br />

cosas como El las piensa y quererlas como El las quiere.<br />

Toda sociedad debe t ener una míst ica para que sus miembros<br />

t engan una fuerza espirit ual que los impulse a conseguir los<br />

bienes de la sociedad.<br />

Ust edes como hij as de Dios y miembros del cuerpo Míst ico de<br />

Crist o no sólo t ienen que ident ificarse con Él y con Nuest ra<br />

Madre del cielo sino t ambién int eresarse por t odo lo que<br />

pert enece al Cuerpo Míst ico de Crist o y por el bien de nuest ros<br />

hermanos. De esa idea cent ral nace nuest ro anhelo de<br />

sant ificación y nuest ra sed de apost olado especialment e en el<br />

campo de la enseñanza.<br />

Para t ener est e espírit u necesit amos t ener espírit u de f e y<br />

t ambién humildad, porque el soberbio no sabe acept ar la f e pero<br />

una vez que t enemos f e, nuest ra humildad sost enida por la<br />

gracia, se conviert e en virt ud sobrenat ural y se desarrollan<br />

t odas las demás virt udes hast a pract icarlas en grado heroico y<br />

así llegar a la perfección de la vida crist iana. Ent re las virt udes<br />

t iene lugar principal la caridad porque es la reina de t odas ellas<br />

y la que une t oda nuest ra vida crist iana, como la argamasa que<br />

une t odas las piedras de un edif icio.<br />

Vivan siempre su vida de hij as de Dios y miembros del<br />

Cuerpo Míst ico de Crist o en la práct ica de los Consej os<br />

Evangélicos y llegarán a la perf ect a caridad o sea a la<br />

perf ección de la vida crist iana.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

106


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

1 de sept iembre de 1980.<br />

Se acerca la fest ividad del nacimient o de la Sant ísima Virgen<br />

María y por eso quiero hablarles acerca de ella a quien debemos<br />

mucha veneración y un grande amor puest o que es nuest ra<br />

Madre y nuest ra Reina; y es Reina de Amor, puest o que es<br />

Madre de la I glesia que es el reino de la I glesia de Crist o y el<br />

Reino de Crist o es el Reino de Amor.<br />

De ella quiero recordar que es descendient e del Rey David y<br />

por ello, aún en lo humano, no es una muj er cualquiera sino que<br />

pert enece a la familia real, por lo que viene a ser princesa de la<br />

casa real de David. Que ella es descendient e de David lo<br />

sabemos por la misma Sagrada Escrit ura, pues San Pablo, en su<br />

Cart a a los Romanos, nos dice: Acerca de su Hij o, que le nació,<br />

según la carne, del linaj e de David ( Rom. 1, 3) . Y en realidad<br />

Crist o concebido por obra del Espírit u Sant o, sin concurso de<br />

varón no podía ser del linaj e de David, como est aba enunciado<br />

en las Sant as Escrit uras, si no hubiera t omado carne de María<br />

Virgen, su madre, que pert enecía al linaj e de David.<br />

Además t enemos el t est imonio de los sant os <strong>Padre</strong>s. Por<br />

ej emplo Tert uliano dice que Crist o es del linaj e de David pero a<br />

t ravés de la carne de María, que procede del linaj e de David; y<br />

San Agust ín dice: Diciendo el apóst ol que Crist o procede del<br />

linaj e de David, según la carne, no podemos dudar ciert ament e<br />

que t ambién la Virgen María t enía consanguinidad con la est irpe<br />

de David.<br />

Además, por mandat o de ley los Hebreos t enían obligación<br />

de proveer que sus hij as, heredaran de los bienes pat ernos, no<br />

se casaran sino con un varón de la misma t ribu, por lo mismo, si<br />

const a clarament e por el Evangelio que San José era<br />

descendient e de David, la Sant ísima Virgen t enía que ser<br />

t ambién descendient e de David.<br />

Algunos coment arist as piensan que t al vez la Sant ísima<br />

Virgen era t ambién de la t ribu de Leví por su parent esco con<br />

Sant a I sabel, pero est o no es dificult ad porque las personas de<br />

la t ribu de Leví podían casarse con personas de ot ra t ribu<br />

puest o que a ellos no les había t ocado nada de la repart ición de<br />

la t ierra; pero para est o bast a que alguno de los ant ecesores<br />

pert eneciera a la t ribu de Leví para que ella f uera parient e de<br />

Sant a I sabel. Además est e parent esco con personas de la t ribu<br />

de Leví engendra en nuest ra ment e un pensamient o hermoso<br />

porque Jesucrist o no solament e t enía que ser Rey como<br />

107


descendient e de David, sino t ambién sacerdot e et erno , pero<br />

est o no es dif icult ad, pues no sabemos en realidad de dónde le<br />

venía el parent esco a la Virgen con Sant a I sabel.<br />

De t odos modos vemos cómo Dios Nuest ro Señor, aunque<br />

escogió para madre a una muj er pobre, quiso que t ambién fuera<br />

una muj er dist inguida por su origen, la hizo llena de gracia y la<br />

más sant a ent re t odas las muj eres, y además, nos la dio como<br />

Madre y Reina, para que nos cuide a t odos nosot ros. Nuest ro<br />

Señor enseñó a sus discípulos a que supieran ser serviciales con<br />

los demás y la Virgen Sant ísima nos pone el ej emplo porque<br />

sigue siendo servicial con t odos nosot ros, por eso la queremos<br />

t ant o y le celebramos el aniversario de su nacimient o con gran<br />

alegría.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

108


15 de sept iembre de 1980.<br />

ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

La palabra comunión significa t rat o f amiliar comunicación de<br />

unas personas con ot ras, part icipación en lo común y t ambién la<br />

recepción de la Eucarist ía. El document o de Puebla No. 68<br />

insist e mucho en comunión y part icipación, más aún, comunión<br />

y part icipación son el hilo conduct or de t odas las ideas<br />

expresadas en el document o.<br />

Pero en el ref erido document o la palabra comunión se ref iere<br />

a la unión, comunicación con Dios y con nuest ros hermanos.<br />

Con Dios nos comunicamos por medio de la oración y Él por su<br />

part e no solo se une con nosot ros sino t ambién se nos comunica<br />

por medio de la gracia dándonos una part icipación de la vida<br />

divina y, por medio de la Eucarist ía, dándonos el Cuerpo de<br />

Crist o y t ambién su sangre, su alma y su divinidad, y, por medio<br />

de Crist o, t oda la Trinidad se comunica con nosot ros en la<br />

comunión. De est e modo no solo hay comunión sino t ambién<br />

part icipación.<br />

Por nuest ra part e, aunque est amos más acost umbrados a<br />

querer recibir que a dar, debemos seguir el ej emplo de Crist o<br />

que se da t odo a nosot ros y nos dice que es más dichoso dar<br />

que recibir.<br />

Debemos pues vivir en comunión y part icipación con Dios y<br />

con nuest ros hermanos, t ant o más que somos miembros del<br />

Cuerpo Míst ico de Crist o de acuerdo con el Espírit u de nuest ra<br />

Congregación. La Sant ísima Virgen María vivió en cont inua<br />

comunicación con Dios y part icipando en la vida de Crist o desde<br />

Belén hast a el Calvario. Part icipó en sus alegrías y en sus<br />

penas, lo acompañó en su predicación sufriendo con Él las<br />

incomodidades, los desprecios y los rechazos, lo acompañó en<br />

su pasión y en su muert e, est uvo al pie de la cruz sint iendo en<br />

su corazón los suf rimient os del hij o. Ella de veras supo pensar<br />

las cosas como Dios las piensa, y quererlas como Dios las quiere<br />

aún en medio del dolor.<br />

La Sant ísima Virgen de los Dolores es ej emplo para nuest ra<br />

vida. También nosot ros t enemos que vivir en cont inua<br />

comunicación con Dios part icipando en sus proyect os y en su<br />

act ividad para la evangelización y salvación de los hombres.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

109


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

5 oct ubre de 1980.<br />

El día 13 de oct ubre de 1917 la Sant ísima Virgen cumplió su<br />

promesa de present arse nuevament e en Cova de I ría y le dij o a<br />

Lucía: Yo soy nuest ra Señora del Rosario. He venido para exhort ar<br />

a los pecadores a que cambien de vida y no of endan más a Nuest r o<br />

Señor, ya demasiado of endido; a que recen el Sant o Rosar io y hagan<br />

penit encia por sus pecados .<br />

Nuest ro deber es ayudar a la Sant ísima Virgen, comenzando con<br />

nuest ro pr opio cambio de vida para cont inuar con nuest ro<br />

apost olado. Es bueno revisar nuest ras Const it uciones para ver cómo<br />

las hemos cumplido y cómo nos ha dado Dios una vocación especial a<br />

la sant idad nos servirá mucho ref lexionar acerca del cuest ionario que<br />

sirve para los inf or mes a la Sant a Sede. No hay que desanimarse si<br />

al examinarnos nos damos cuent a de que aún nos f alt an muchas<br />

cosas. El cuest ionario cont ienen un ideal al que hay que llegar per o<br />

a ese ideal no se llega sino paso a paso; lo import ant e es caminar<br />

siempre hacia delant e y no est acionarnos.<br />

Además t endremos ot ra oport unidad de ref lexionar en el pr óximo<br />

Capít ulo; ent onces veremos cómo han cumplido ust edes y se<br />

renovarán los planes espirit uales y de apost olado.<br />

Especialment e t ienen que prepararse en la pobreza de espír it u, en<br />

la caridad y en la oración. La pobreza de espírit u t iene import ancia<br />

para el Capít ulo porque yo creo que t odos nos damos cuent a de que<br />

hay muchas personas que creen que solo lo que ellas piensan est á<br />

bien pensado y solo sus planes son válidos; les f alt a pobreza de<br />

espírit u. Es necesario considerar que t ambién las demás puedan<br />

t ener buenas ideas y no pensar que lo que nosot ros proponemos es<br />

bueno. Por est e camino se alargan las discusiones, se pierde el<br />

t iempo y dif ícilment e se llega a una buena solución.<br />

Quien es pobre de espírit u sabe considerar las razones de las<br />

demás y encont rar la mej or solución. Ser pobre de espírit u es ent re<br />

ot ras cosas, saberse desprender de las pr opias ideas para buscar la<br />

verdad y el bien en donde verdaderament e se encuent ra.<br />

El egoísmo nos conduce a la act it ud cont raria: No querer decir lo<br />

que nosot ros pensamos par a que no se r ían de nosot ros y para que<br />

no nos cont radigan, pensando: al cabo no me hacen caso , es no<br />

querer servir a los demás aport ando nuest ro granit o de arena que en<br />

muchos casos puede servir.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o y s.<br />

s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbar o.<br />

110


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

26 de oct ubre de 1980.<br />

Ant ier est uve en Buenavist a en donde est án apenados porque<br />

unos ladrones robaron el Sagrario de la Parroquia y t iraron las<br />

Host ias en el Campo para llevarse el Copón. Ahora en las<br />

parroquias de la Diócesis de Apat zingán est án haciendo act os de<br />

desagravio a Dios Nuest ro Señor por t an inicua profanación.<br />

Las hermanas de Buenavist a est án unidas en el desagravio.<br />

El canon 2320, que t odavía est á en vigor, ordena: El que<br />

arroj are por t ierra las especies consagradas o las llevare o<br />

ret uviere con mal f in, es sospechoso de herej ía, incurre en<br />

excomunión lat ae sent ent ise reservada de un modo<br />

especialísimo a la Sede Apost ólica; es por el mismo hecho<br />

inf ame, y si es clérigo, debe además ser depuest o . Además el<br />

Obispo t iene obligación de dar a conocer a la Sant a Sede lo<br />

sucedido.<br />

Para que est as cosas no lleguen a suceder el Derecho<br />

Canónico ordena en el canon 1269 lo siguient e: 1.- La Sagrada<br />

Eucarist ía debe guardarse en un Sagrario inamovible colocado<br />

en medio del alt ar. 2.- El Sagrario debe est ar art íst icament e<br />

elaborado, cerrado con solidez por t odas part es,<br />

convenient ement e adornado a t enor de las leyes lit úrgicas, vacío<br />

de t oda ot ra cosa, y cust odiado con t ant a diligencia que se alej e<br />

el peligro de cualquier prof anación sacrílega. 3.- Cuando lo<br />

aconsej e una causa grave aprobada por el Ordinario del lugar,<br />

no est á prohibido guardar la Sagrada Eucarist ía durant e la<br />

noche f uera del alt ar, en un lugar decent e y más seguro,<br />

siempre sobre un corporal, observando lo que prescribe el canon<br />

1271 ( acerca de la lámpara encendida) . 4.- Debe guardarse<br />

con sumo cuidado la llave del Sagrario en donde se reserva el<br />

Sant ísimo Sacrament o, onerando la conciencia del sacerdot e que<br />

est á al cuidado de la I glesia o del Orat orio .<br />

La Sagrada Congregación de Sacrament os el 26 de mayo de<br />

1938 y la I nst rucción de la Sagrada Congregación de Rit os,<br />

sobre el cult o del Mist erio Eucaríst ico, del 25 de mayo de 1967<br />

volvieron a repet ir el encargo de no emit ir nada de cuant o la<br />

I glesia prescribe para evit ar cualquier profanación y hurt os<br />

sacrílegos.<br />

En est os días hubo t ambién un sacrilegio parecido al de<br />

Buenavist a en la parroquia de la Huacana, en vist a de lo cual<br />

recomiendo mucho a ust edes que t engan mucho cuidado para<br />

111


que en sus Orat orios se cumplan bien las prescripciones de la<br />

I glesia para la seguridad del Sant ísimo Sacrament o, pues sería<br />

muy t rist e que t ambién a ust edes les t ocara un sacrilegio de<br />

est os. Hay que t ener en cuent a que la Sant a Sede ordenó<br />

t ambién que la llave del Sagrario se guarde en algún mueble<br />

cerrado con llave.<br />

La Eucarist ía es el Sacrament o del amor y debe apenarnos<br />

que se le t rat e con f alt a de amor y de respet o; además es<br />

convenient e que t ambién nosot ros nos unamos, por medio de<br />

sacrif icios, Horas Sant as expiat orias y asist encia a la Sant a<br />

Misa, a los act os de expiación que hacen los demás fieles.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

112


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

9 de noviembre de 1980.<br />

El Evangelio de la Misa de ayer me hizo recordar que<br />

debemos ser buenos administ radores de los bienes de Dios pues<br />

dij o nuest ro Señor: Si vosot ros no sois fieles administ radores<br />

de las riquezas t errenas ¿quién nos confiará las verdaderas? Y<br />

si no habéis sido fieles en lo t erreno que no es vuest ro, ¿quién<br />

os confiará lo espirit ual que si es vuest ro? ( Lc. 16, 10) . Dios<br />

nos ha escogido para administ rar sus bienes espirit uales a f avor<br />

nuest ro y de nuest ros hermanos y la buena administ ración de<br />

los bienes t emporales es como una escuela para que podamos<br />

administ rar bien los bienes espirit uales. Así lo piensa Nuest ro<br />

Señor.<br />

La I glesia, en el canon 535 ordena que el Ordinario del lugar<br />

t iene el derecho de ent erarse de las cuent as económicas de las<br />

casas religiosas de Derecho Diocesano y aún de las ot ras<br />

Congregaciones en lo que se ref iere a los dot es. Est o lo ordena<br />

la I glesia para cumplir con el mandat o de Dios Nuest ro Señor de<br />

que haya una buena administ ración en lo t emporal y t ambién<br />

para cumplir con su deber de vigilar para que se cumplan bien<br />

las Const it uciones.<br />

Les recuerdo est as cosas para que cuando los Ordinarios del<br />

lugar quieran ent erarse de la administ ración t emporal de la<br />

Congregación no vayan a t omarlo a mal, pues ellos no hacen<br />

más que cumplir con su deber.<br />

Administ ren, pues, muy bien los bienes t emporales, lleven<br />

cuent a escrit a de t odo para que Dios Nuest ro Señor les conf íe<br />

t ambién los bienes espirit uales.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en Crist o<br />

y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

113


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

18 de enero de 1981.<br />

Vamos comenzando un nuevo año. No debemos<br />

influenciarnos por nuest ros def ect os del año pasado. Con ánimo<br />

y con alegría cont inuemos nuest ra lucha para lograr ser<br />

mej ores. Dios est á int eresado en ayudarnos y nos ayudará.<br />

Pensemos en mej orar en la oración, en el cumplimient o de las<br />

Const it uciones, del Direct orio y de los horarios para que Dios<br />

nuest ro Señor nos conceda perseverar en su amor y en nuest ras<br />

promesas al mismo t iempo, por medio de su corazón Divino para<br />

que se nos conceda la aprobación Pont if icia de nuest ra<br />

Congregación; porque la aprobación no es obra solament e de<br />

nuest ras pet iciones escrit as sino de cómo nos port emos delant e<br />

de Dios.<br />

Procuren hacer t odo su apost olado con amor a Dios y con<br />

alegría y si algún día no sient en ganas de cumplir con algún<br />

deber díganle con t oda franqueza a Dios Nuest ro Señor: Señor,<br />

no t engo ganas pero lo haré porque t ú lo quieres, ayúdame .<br />

Con la palabra y con el ej emplo enseñemos a los demás lo<br />

que es la vida crist iana.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

114


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

14 de f ebrero de 1981.<br />

Un buen número de Siervas cont est aron el cuest ionario y est o<br />

me produj o una gran alegría pues en ello veo el int erés grande<br />

que ellas t ienen por adelant ar en la vida espirit ual. Dios<br />

Nuest ro Señor les ha de premiar est e hermoso t rabaj o.<br />

Si adelant amos en nuest ra vida espirit ual, Dios nos ayudará<br />

más y nuest ros t rabaj os producirán mej ores f rut os.<br />

Día y medio est uvimos t rabaj ando est udiando las respuest as<br />

de ust edes y t rat ando de hacer un resumen de lo que ust edes<br />

manif est aron. Algunas f rases de ust edes no est án al pie de la<br />

let ra, pero procuramos que las ideas quedaran incluidas en el<br />

resumen que va en est e mismo número de SI ERVA.<br />

En los números siguient es iremos examinando más<br />

det enidament e las respuest as que coincidan en la misma idea,<br />

pues varias hermanas quisieran saber qué calificación mereció<br />

su respuest a. No vamos a calif icar est o, ust edes mismas lo<br />

harán al comparar ant e Dios su opinión con los result ados de<br />

t odo el est udio.<br />

Encomendándome a sus oraciones y agradecido por sus<br />

respuest as, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón<br />

las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

115


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

15 de marzo de 1981.<br />

Pido a Dios Nuest ro Señor que las llene de bendiciones a<br />

t odas ust edes como un premio a sus f elicit aciones por mis 78<br />

años de vida. Todos somos miembros del Cuerpo Míst ico de<br />

Crist o y por eso est oy seguro de que lo que ust edes han hecho<br />

por mí lo ha recibido Dios Nuest ro Señor como hecho a El.<br />

Quisiera que no olvidaran nunca dos verdades que son el<br />

mot or int elect ual de nuest ro apost olado y de nuest ra vida de f e,<br />

est as verdades son bien conocidas de ust edes y son de f e: La<br />

verdad de que somos hij os de Dios y además somos miembros<br />

del Cuerpo Míst ico de Crist o. Apoyen muy bien su vida en est as<br />

dos verdades t an import ant es en la vida crist iana; cuando<br />

t engan alguna pena piensen en que, como miembros del Cuerpo<br />

Míst ico de Crist o, Dios recibe como suya la pena de ust edes y<br />

como hij as él t iene que consolarlas iluminándolas con su Palabra<br />

Divina y con la f uerza de su inf init o amor; si t ienen una<br />

empresa difícil t ambién Dios las ayuda con su fuerza y las<br />

alient a con su amor pat ernal.<br />

Si vivimos est as dos verdades t endremos encendido un<br />

pot ent e mot or que nos ayudará a salir adelant e en t odos<br />

nuest ros apuros. Aprovechen pues est as dos verdades que<br />

además son el Espírit u de la Congregación.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

116


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

29 de j unio de 1981.<br />

Nos conmovió prof undament e el at ent ado en cont ra de la<br />

vida de su Sant idad el Papa, y con razón cuando a San Pedro le<br />

dio Nuest ro Señor la aut oridad suprema en la I glesia y el Papa<br />

es el sucesor de San Pedro, y por lo mismo el heredero de esa<br />

pot est ad.<br />

Y decimos que la aut oridad del Romano Pont íf ice es suprema,<br />

o sea que est á sobre cualquiera ot ra aut oridad, porque<br />

Jesucrist o dij o a San Pedro: Todo lo que at ares en la t ierra será<br />

at ado en el cielo y ( Mt . 16, 18-19) , Al decir t odo ya indica<br />

que la aut oridad que Dios promet e a San Pedro es Suprema, y al<br />

ent regarle esa aut oridad Nuest ro Señor le dij o: Apacient a mis<br />

ovej as apacient a mis corderos ( Jn. 21, 17-18) , no hace<br />

ninguna acepción.<br />

Además los primeros crist ianos y los primeros <strong>Padre</strong>s de la<br />

I glesia siempre ent endieron como suprema la aut oridad del<br />

Papa. Por eso en la vida religiosa, la primera aut oridad es el<br />

Sumo Pont íf ice, más aún por encima de los Obispos y de los<br />

Superiores Generales y lo que el Papa manda direct ament e o por<br />

medio de las Congregaciones Romanas hay que cumplirlo.<br />

Siendo t an grande la aut oridad del Vicario de Crist o es<br />

nat ural que nos haya impresionado mucho el at ent ado cont ra él<br />

y hemos rogado a Dios Nuest ro Señor que le conceda la salud<br />

para que nos siga gobernando como lo ha hecho con t ant a<br />

afición y cariño.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

117


16 de j ulio de 1981.<br />

ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

San Pablo escribió una cart a a los Corint ios reprendiéndolos<br />

por las divisiones que había ent re ellos y ordenándoles que<br />

ej ercit aran la caridad. Est a cart a mía no t iene la f inalidad de<br />

reprender por f alt as de caridad, pues he oído decir que en la<br />

últ ima reunión general que ust edes t uvieron, aunque no hubo<br />

sacerdot es que las asesoraran, t rabaj aron muy bien, con mucha<br />

armonía, caridad y paz, de lo cual me alegro muchísimo, como<br />

t ambién me alegro cuando me dicen que en alguna casa viven<br />

unidas en la caridad.<br />

Se ve que los Corint ios no asimilaron bien la cart a de San<br />

Pablo, pues el Papa San Clement e, t ercer sucesor de San Pedro,<br />

t uvo que escribirles ot ra cart a exhort ándolos a cumplir los<br />

mandamient os de Dios en la concordia de la caridad y les decía:<br />

Ya veis, queridos hermanos, cuán grande y admirable cosa es<br />

la caridad, y como no es posible describir su perf ección , y<br />

luego los exhort aba a la oración diciéndoles: Roguemos, pues,<br />

y supliquémosle al Señor que, por su misericordia, nos permit a<br />

vivir en la caridad, sin humana parcialidad, irreprochables;<br />

t odas las generaciones desde Adán hast a el día de hoy, han<br />

pasado. Mas los que fueron perf ect os en la caridad, según la<br />

gracia de Dios, ocupan el lugar de los j ust os .<br />

Luego les decía que si hubieran cumplido los mandamient os<br />

de Dios en la concordia de la caridad, a f in de que por la<br />

caridad se les perdonaran los pecados serían dichosos. De<br />

nuevo exhort aba a la oración para pedir a Dios el perdón de los<br />

pecados comet idos por las acechanzas del adversario pues los<br />

que proceden en su conduct a con t emor y caridad pref ieren<br />

ant es sufrir ellos mismos y no que suf ran los demás; pref ieren<br />

que se t enga mala opinión de ellos mismos, ant es de que sea<br />

vit uperada aquella armonía y concordia que j ust a y bellament e<br />

nos viene de la t radición. Más le vale a un hombre conf esar<br />

sus caídas, que endurecer su corazón . Y después pregunt ando<br />

si hay alguien que sea generoso, compasivo y lleno de caridad,<br />

añade: Pues diga: si por mi causa vino la sedición, cont ienda y<br />

divisiones, yo me ret iro y me voy a donde queráis y est oy<br />

pront o a cumplir lo que la comunidad ordenare, con t al de que<br />

el rebaño de Crist o se mant enga en paz . ¿Ya veis por qué me<br />

alegro mucho por los act os de caridad que me cuent an<br />

ust edes?<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

118


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

17 de Sept iembre de 1981.<br />

Desde el domingo 6 de sept iembr e las lect uras de la Misa nos han<br />

present ado la palabra de Dios diciéndonos cómo debe ser la<br />

comunidad. La vida de comunidad t iene sus dif icult ades, por eso<br />

Dios Nuest r o Señor nos aconsej a cómo debemos llevarla para que en<br />

realidad seamos f amilia de Dios y miembros del Cuerpo Míst ico de<br />

Crist o.<br />

Por eso el domingo XXI I I oímos cómo Jesucrist o dice la f orma en<br />

que debemos corregir a nuest ros hermanos y el lunes, después de<br />

hablarnos de la predicación de la Doct rina de Crist o, nos dice que no<br />

debemos est ar acechando al prój imo para acusarlo.<br />

El ej emplo de la Sant ísima Virgen y de San José nos muest r a la<br />

prudencia que debemos t ener cuando sospechamos de alguien en la<br />

comunidad y el miércoles la Palabra de Dios nos ha recordado que<br />

debemos morir al mundo y poner nuest ro corazón en el cielo para<br />

que nuest ra vida est é escondida en Crist o y evit emos muchos<br />

pecados que t rast ornan la vida de la comunidad, t ant o de la<br />

comunidad f amiliar como de la comunidad religiosa y de la<br />

comunidad social.<br />

El j ueves hemos oído que debemos ser compasivos, magnánimos,<br />

humildes, af ables y pacient es y debemos soport arnos mut uament e y<br />

saber perdonar cuando nos hacen algo, puest o que Él t ambién nos ha<br />

perdonado mucho.<br />

Especialment e nos manda el Apóst ol que t engamos amor porque el<br />

amor es el que nos une a t odos, que seamos agradecidos, que nos<br />

aconsej emos mut uament e para el bien y que t odo lo hagamos unidos<br />

a Crist o.<br />

En cuant o a los enemigos, Jesucrist o dice que les hagamos el<br />

bien, que deseemos para ellos cosas buenas y pidamos por ellos. Así<br />

es como en vez de enemigos t endremos amigos. No debemos j uzgar<br />

al pr ój imo y, si perdonamos, Dios Nuest ro Señor t ambién nos<br />

perdonará. Jesucrist o t enía por enemigo a Pablo y lo convir t ió por el<br />

camino del amor.<br />

Somos maest ros y ej emplo para los demás pero si est amos ciegos,<br />

es decir si no ponemos en práct ica en nuest ra vida de comunidad las<br />

enseñanzas de Crist o, no podremos guiar y alent ar a los ciegos que<br />

andan af uera. Tenemos que poner más at ención en acept ar nuest ros<br />

propios def ect os para corregirlos que en buscar los aj enos par a<br />

crit icarlos.<br />

Así como Crist o vino al mundo par a salvar a los pecadores,<br />

t ambién nosot ros miembros del Cuerpo Míst ico, t enemos que<br />

ayudarnos para que el mundo se salve y no esperar a que Él t enga<br />

119


que decirnos: ¿Por qué me hablas t ant o pero no haces lo que t e<br />

digo? nos exponemos a que San Pedrit o nos dé con la puert a en las<br />

narices. Pero si nuest ra vida est á bien ciment ada en las verdades<br />

divinas de que somos hij os de Dios y miembros de su Cuerpo Míst ico,<br />

de seguro vamos a hacer las cosas como Dios las quiere.<br />

El domingo pasado recordamos que debemos perdonar las of ensas<br />

por que el rencor y la cólera son cosas abominables y Nuest r o Señor<br />

nos pone el ej emplo; ¿qué haríamos nosot ros si nos invadieran los<br />

nor t eamericanos y pusier an de president e de la República a los<br />

nor t eamericanos y lo mismo hicieran con el gobernador y el<br />

president e Municipal y, además, los soldados f ueran ext ranj eros? De<br />

seguro que eso mismo sent irían los j udíos porque est aban dominados<br />

por los Romanos, no obst ant e, Nuest ro Señor at endió a la pet ición de<br />

un of icial del ej ércit o y no por miedo y conveniencia sino por amor .<br />

El día de Nuest ra Señora de los Dolores, San Pablo nos recordó<br />

las cualidades que debe t ener el obispo, y son en realidad las<br />

cualidades que deben t ener t ambién quienes Consagradas a Dios<br />

ayudan al obispo en la evangelización, t ambién como maest r as.<br />

Además ref iriéndose a las muj eres que deberían ayudar a la I glesia<br />

dice que deben ser r espet ables, no chismosas, j uiciosas y f ieles en<br />

t odo, como la Sant ísima Vir gen María.<br />

En las comunidades sucede muchas veces lo que nos cuent a San<br />

Lucas: Tocamos la f laut a y no habéis bailado, cant amos canciones<br />

t rist es y no habéis llorado ( Lc. 7, 32) . Unas proponen una cosa<br />

buena y ot ras proponen ot ra buena t ambién y cada quien se af erra a<br />

su opinión porque la ven buena, pero no saben escoger lo mej or . El<br />

Sant o <strong>Padre</strong> Juan XXI I I decía: Ya que t enemos que vivir j unt os,<br />

vámonos poniendo de acuerdo , ya se ent iende que invocando al<br />

Espírit u Sant o para que nos ayude a encont rar la solución, por que<br />

muchas cosas buenas se dej an de hacer cuando no nos ponemos de<br />

acuerdo.<br />

De seguro que en los días siguient es la palabra de Dios en la<br />

Sant a Misa nos seguirá diciendo cómo debemos vivir en comunidad<br />

para que Dios sea ser vido y nuest ra Pat ria enalt ecida. He querido<br />

recordarles est as cosas para que las graben bien en su ment e y no<br />

las olviden nunca.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbar o<br />

120


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

24 de oct ubre de 1981.<br />

EL TÍ TULO DE SUPERI ORA se ha devaluado un poco porque<br />

en t iempos pasados hubo superioras muy aut orit arias. Hoy<br />

algunas superioras prefieren llamarse coordinadoras por no<br />

horrorizar a las hermanas con el nombre ant erior.<br />

El Papa Juan XXI I I , siendo la aut oridad suprema de la<br />

I glesia, ej ercía espléndidament e su of icio de coordinador para<br />

preparar el Concilio. Él no hizo el programa se lo encomendó a<br />

una comisión de Obispos y Cardenales quienes t rabaj aron de<br />

acuerdo con las sugerencias de t odos los Obispos del mundo.<br />

La Comisión redact ó el primer document o de t rabaj o, y luego lo<br />

envió a t odos los Obispos para que hicieran las sugerencias que<br />

f ueran necesarias; redact aron de nuevo el document o y con la<br />

aut orización del Papa, se mandaron a imprimir los esquemas y<br />

con ellos comenzó a t rabaj ar el Concilio.<br />

Comenzó el Concilio con la recomendación del Papa Juan<br />

XXI I I de dar libert ad para que t odos expresaran su opinión<br />

siempre que cada orador no repit iera lo que ot ros ya habían<br />

dicho, y, para dirigir las sesiones, nombró a cuat ro Cardenales<br />

que se t urnaban en la dirección de los debat es. Allí se oían las<br />

más disparat adas opiniones y yo pensaba ¿qué llegaremos a una<br />

conclusión?; pero el Papa t enía f e en la providencia de Dios y en<br />

la asist encia del Espírit u Sant o.<br />

El Concilio siguió su marcha y el Papa con gran t ranquilidad<br />

iba siguiendo los acont ecimient os y, cuando t erminó la primera<br />

et apa, el Papa cont ent o aunque mucha gent e crit icaba que<br />

habíamos t rabaj ado t ant o solament e para aprobar la<br />

int roducción de San José en el Canon de la Misa, pero él<br />

apoyaba con hechos las pet iciones de la mayoría, y así el día 4<br />

de noviembre de 1962 en vez de decir la homilía en lat ín la dij o<br />

en it aliano. Est aba sat isf echo porque había logrado que los<br />

Obispos se conocieran y supieran escuchar las aport aciones de<br />

los demás y est udiar sus razonamient os. Cuando t erminó el<br />

Concilio en su primera et apa el Papa, usando de su aut oridad<br />

aprobó las sugerencias que habían hecho los Obispos acerca de<br />

la cont inuación del Concilio y dio la orden para que el Concilio<br />

siguiera adelant e. Juan XXI I I nunca dej ó sent ir el peso de su<br />

aut oridad sobre los miembros del Concilio pero sí su aut oridad<br />

sobre los miembros; daba sugerencias que muchos nos<br />

121


sirvieron, est a ha unido el Colegio Episcopal como la cabeza con<br />

el cuerpo.<br />

El Papa Pablo VI siguió el mismo camino de su ant ecesor y<br />

cuando llegó a su t érmino el Concilio, después de revisar los<br />

Decret os vot ados f avorablement e los aprobó solament e con su<br />

aut oridad suprema. Pero nos advirt ió a t odos que no nos<br />

adelant áramos a cumplirlos; él se encargaría de irnos señalando<br />

los pasos que habría de dar poco a poco para su ej ecución. Así<br />

lo hizo y además nos f ue est imulando para cumplir con las<br />

decisiones del Concilio.<br />

Juan XXI I I hizo lo que después ordenaría el Concilio cuando<br />

dice que los superiores gobiernen a sus súbdit os como hij os de<br />

Dios y con respet o a la persona humana, f oment ando su<br />

sumisión volunt aria ( P. C. No. 14) . Para f oment ar la sumisión<br />

volunt aria hizo que los mismos Obispos sugirieran y discut ieran<br />

lo que después fueran los Decret os del Concilio, dej ando al<br />

sucesor el t rabaj o de llevarlo adelant e y dirigir su cumplimient o.<br />

En est e ej emplo encont ramos lo que es la coordinación, ent re<br />

t odos se discut e lo que hay que hacer baj o la aut oridad del<br />

coordinador quien después se encarga de est imular a las<br />

personas para que se cumpla lo que ya se decidió y así se<br />

f oment a la sumisión volunt aria.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbaro.<br />

122


15 de noviembre de 1981.<br />

ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Me han pregunt ado si el Espírit u De la Congregación de Siervas de<br />

la I nmaculada Concepción es la humildad, la f e, el ser miembros del<br />

Cuerpo Míst ico de Crist o o hij as de Dios.<br />

Las Const it uciones dicen que el espírit u de hij as de Dios y<br />

miembros del Cuerpo Míst ico de Crist o, pero, para serlo de verdad,<br />

necesit amos t ener f e en la palabra de Dios y en el magist erio de la<br />

I glesia y par a t ener est a fe necesit amos t ener humildad, acept ando<br />

lo que Dios nos revela y la I glesia nos propone. La humildad y la f e<br />

se presuponen, como para levant ar un edif icio se presupone que hay<br />

un buen fundament o en el piso y buena ciment ación.<br />

Cuando yo est udiaba Teología Ascét ica en la Universidad<br />

Gregoriana me di cuent a de que ser miembro del Cuerpo Míst ico de<br />

Crist o es algo f undament al en la vida crist iana, pues por ser<br />

verdaderos miembr os del Cuerpo Míst ico, t enemos que parecernos a<br />

Crist o imit ándolo en pensar las cosas como Él las piensa,<br />

queriéndolas como Él las quiere y ej er cit ándolas de un modo<br />

conf orme a su volunt ad; por eso cumplimos su mandat o de enseñar a<br />

t odas las gent es t rat ando de hacerlo como El lo hizo y como Él las<br />

haría en nuest ros t iempos, y, por lo mismo baj o la aut oridad de San<br />

Pedro.<br />

Por ot ra part e, en el libro del P. Plus D ios en nosot r os, que me<br />

recomendó mi prof esor de Teología Ascét ica, comprendí algo de lo<br />

que es la gran dicha de la inhabit ación de Dios en nosot ros<br />

part icipándonos su vida divina para que seamos verdaderos hij os<br />

adopt ivos de Dios y miembros del Cuerpo Míst ico de Crist o. Por eso<br />

cuando se of r eció la f undación de las Siervas, pensé que había que<br />

poner una sólida est ruct ura espirit ual para sost ener a las hermanas<br />

en el apost olado y escogí: H ij a s de D ios y m ie m br os del Cuerpo<br />

M íst ico de Cr ist o. Y como había que escoger un lema, las mismas<br />

Siervas pidieron que f uera el mío: N uest r a suficie ncia vie ne de<br />

D ios, t omado de la 2ª . Cart a de S. Pablo a los Corint ios ( 2ª Cor . 3,<br />

5) , pues siendo nuest ra t area de enseñar una t area de la economía<br />

divina, para la cual necesit amos el auxilio de Dios, nuest ra conf ianza<br />

para cumplir con est e mandat o nos viene no de nosot ros mismos sino<br />

de la capacidad y el auxilio que nos da Él par a cumplir la misión que<br />

nos encomienda al darnos la vocación; y si nos at revemos a caminar<br />

hacia la sant idad, no es porque podamos alcanzarla solament e con<br />

nuest ro esf uerzo, sino porque nuest ra suf iciencia viene de Dios que<br />

nos part icipa su vida divina por medio de la gracia y nos hace<br />

verdaderos miembros del Cuerpo Míst ico de Crist o. Espero que ahora<br />

puedan ent ender mej or est as verdades que pert enecen a la ciencia<br />

de Dios.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbar o.<br />

123


6 de diciembre de 1981.<br />

ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

Dent r o de unos cuant os días celebraremos el 450 aniversario de<br />

las apariciones de la Sant ísima Virgen de Guadalupe en el cerro del<br />

Tepeyac. No es una ver dad de f e, pero hay suf icient es t est imonios<br />

para creer que es verdad, además de los milagr os que obró Dios en<br />

conf irmación de est a ver dad, por ej emplo, el milagro de las rosas<br />

cuando quedó maravillosament e pint ada la imagen de la Virgen en la<br />

t ilma de Juan Diego.<br />

Durant e t odo est e año y en t oda la República ha habido<br />

preparat ivos para celebrar dignament e est e acont ecimient o. Y no<br />

podía ser de ot ra maner a pues t odos queremos mucho a la Sant ísima<br />

Vir gen y sent imos la necesidad de celebrar con gran alegría est a<br />

f echa. ¿Tú qué has hecho para present arlo como obsequio a la<br />

Sant ísima Virgen María el día 12?<br />

Que nuest ra f iest a de la I nmaculada Concepción t e sirva como<br />

ret iro para preparart e a la f iest a de sus apariciones.<br />

Me pregunt an t ambién qué signif ica la palabra CARI SMA . Mucho<br />

se ha discut ido últ imament e acerca del cont enido de esa palabra;<br />

acabo de encont rarme una def inición descript iva que me parece<br />

buena y es la que sigue: Los carismas son dones y virt udes<br />

part iculares dados por Dios a un miembro o grupo de personas en la<br />

comunidad, a t r avés del Espír it u y que se dest inan al bien de t odos<br />

los miembros y de t oda la comunidad . ( Document o f inal de los<br />

perit os part icipant es en el encuent ro sobre los minist erios,<br />

sept iembre 1980, CELAM) .<br />

Los verdader os carismas, según el sent ido bíblico son gracias<br />

sobrenat urales concebidos por medio del Espírit u Sant o; pero ahora<br />

han dado en llamar carisma a t odo don nat ural conf undiendo así los<br />

bienes nat urales con los sobrenat urales. Por ej emplo, los dones o<br />

cualidades para ser maest ra son un don nat ural aunque t ienen a Dios<br />

como causa últ ima, pero cuando la I glesia aprueba ese don en<br />

alguna persona y le da alguna misión o minist erio, es de esperar que<br />

ese don se conviert a en carisma por la gracia del Espírit u Sant o,<br />

pues nuest ro Señor dij o a sus apóst oles: Todo lo que at areis sobre<br />

la t ierra será at ado en el cielo y t odo lo que desat areis será desat ado<br />

en el cielo .<br />

Espero que celebren con gran devoción y cariño las f iest as que<br />

t enemos en est e mes en honor a la Sant ísima Virgen María; ella<br />

sabrá recompensar las dándoles mayores carismas para su<br />

perfeccionamient o espirit ual y para su apost olado, pues los carismas<br />

no solo ayudan para hacer el bien a los demás sino para nuest ra<br />

propia sant if icación.<br />

Y dispensen que ya no les escr iba más por ahora, est oy un poco<br />

más quebrant ado en salud.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Ant iguo Obispo de Tacámbar o.<br />

124


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

7 de diciembre de 1981.<br />

De nuevo les escribo acerca del Cuer po Míst ico de Crist o porque,<br />

si capt an bien lo que est o signif ica en nuest ra vida, habr án dado un<br />

gran paso en la vida espirit ual y en su vida apost ólica.<br />

Est a doct rina se encuent ra ya en aquellas palabras de Jesús: Yo<br />

soy la vid y vosot ros los sarmient os ( Jn. 15, 5) y como la vid no<br />

puede dar f rut o si los sarmient os no est án unidos a la vid, es nat ural<br />

que t enga que haber comunidad de vida ent re ellos, como t iene que<br />

haber comunidad de vida ent re Crist o y nosot ros. San Pablo insist e<br />

muchas veces en que Jesucrist o es la cabeza y nosot r os somos los<br />

miembros de su Cuerpo Míst ico.<br />

La cabeza es la part e principal del cuerpo porque Él es el hombre<br />

Dios, el primogénit o de t odas las criat uras, aquel en quien se<br />

complace el <strong>Padre</strong>, nuest ro principal modelo, la causa merit oria de<br />

nuest ra sant if icación y ant e Él se ha de doblar t oda rodilla de cuant o<br />

hay en el cielo, en la t ierra y en los mismos inf iernos.<br />

Crist o, nuest ra cabeza, es el cent ro de unidad de t odos nosot ros.<br />

En nuest ro cuerpo hay variedad de órganos, en la I glesia hay<br />

variedad de miembros y t odos ellos encuent ran su unidad en la<br />

cabeza. Si no t uviéramos algo que nos uniera seríamos solament e<br />

un amont onamient o de seres vivos; para unirnos a t odos Crist o<br />

est ableció en su Cuerpo Míst ico, que es la I glesia, una variedad de<br />

ór ganos vivos inst it uyendo la j erarquía, pero Él sigue siendo el<br />

cent ro de unidad porque es el cent ro invisible pero real, que<br />

comunica a los j efes j er árquicos la dirección y el movimient o; como<br />

en un cuerpo, de la cabeza sale el gobierno par a t odos los miembros.<br />

Crist o cabeza es t ambién principio de inf luj o vit al porque anima y<br />

vivif ica a t odos nosot ros sus miembr os. También en cuant o hombre<br />

recibió la plenit ud de gracias para comunicárnosla, así nos dice San<br />

Juan: Y hemos vist o su gloria, gloria que recibe del <strong>Padre</strong> como hij o<br />

único, lleno de gracia y de verdad pues de su plenit ud hemos<br />

recibido t odo, y gracia por gracia . ( Jn. 1, 14 y 16) . De esa<br />

plenit ud El nos repart e a t odos por medio del Espírit u Sant o.<br />

Oj alá nos ident if iquemos ver daderament e con Crist o para que así<br />

podamos recibir de su plenit ud las gracias y carismas que<br />

necesit amos par a sant if icarnos y para sant if icar a los demás.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo y s. s.<br />

que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

125


ESTI M ADAS H I JAS EN JESUCRI STO:<br />

28 de f ebrero de 1982.<br />

Nuest ra vida de comunidad se f unda t ambién en la doct rina<br />

del Cuerpo Míst ico de Crist o, pues una comunidad debe est ar<br />

unida; comunidad desunida no es comunidad. Cada uno de<br />

nosot ros t iene su propio modo de ver las cosas porque las<br />

vemos a t ravés de nuest ras propias conveniencias, en cambio<br />

unidos a Crist o y t rat ando de pensar las cosas como Él las<br />

piensa y quererlas como Él las quiere, es decir, f ormando un<br />

solo cuerpo con Él, nuest ro pensamient o t iene que ser el de<br />

Crist o, nuest ra act ividad t ambién la de Él y ent onces sí<br />

f ormamos verdadera comunidad presidida por Él.<br />

San Pablo en el capít ulo I V en la Epíst ola a los Ef esios nos<br />

dice que hay un solo cuerpo y un solo Espírit u, un solo Señor,<br />

una sola Fe, un solo baut ismo. Un solo Dios y <strong>Padre</strong> de t odos<br />

que act úa por medio de t odo, que habit a en t odas y nos<br />

comunica un único Espírit u y, a pesar de la variedad de<br />

miembros de est e cuerpo Míst ico, t odo est á ordenado a la<br />

perf ección consumada de los sant os para la obra del minist erio<br />

para la edif icación del Cuerpo Míst ico de Crist o, hast a que<br />

lleguemos j unt os a encont rarnos en la unidad de la f e y del<br />

pleno conocimient o de hij os de Dios, a la madurez del varón<br />

perf ect o, a un desarrollo orgánico proporcionado a la plenit ud<br />

de Crist o, para que no seamos ya niños, fluct uando de acá para<br />

allá, dando vuelt as a t odo vient o de doct rina , sino que<br />

andando en verdad, por la caridad que crezcamos en t odo<br />

sent ido para ser como Él, que es la cabeza, Crist o por quien<br />

t odo el Cuerpo bien concert ado y t rabado, gracias al ínt imo<br />

cont act o, según la act ividad correspondient e a cada miembro,<br />

va obrando su propio crecimient o, en orden a su propia<br />

f ormación en virt ud de la caridad.<br />

De t odo est o podemos sacar como consecuencia que Dios<br />

<strong>Padre</strong> nos comunica su Espírit u por Crist o su Hij o uniéndonos en<br />

Él para que con Él f ormemos una realidad sobrenat ural su<br />

Cuerpo Míst ico, y así f ormando part e de ese cuerpo t enemos<br />

que realizar nosot ros a Crist o de modo que seamos ant e el<br />

mundo imágenes vivas de Crist o.<br />

San Pablo nos dice que t enemos que llegar a un desarrollo<br />

proporcionado a la plenit ud de Crist o, pensemos que la plenit ud<br />

de Crist o somos nosot ros mismos. Cuando Crist o se<br />

t ransparent e en nuest ra vida habremos llegado a la plenit ud de<br />

Crist o; ahora est á en nosot ros pero como niño porque nosot ros<br />

lo obligamos a ello con nuest ras niñerías. Cuando hayamos<br />

126


conseguido que nuest ra vida sea la vida de Crist o, ent onces<br />

podremos decir que exist e en nosot ros el pleno conocimient o de<br />

Dios y cuando t odos hayamos llegado a est a sobrenat ural<br />

t ransf ormación en Crist o, ent onces será posible encont rarnos<br />

t odos j unt os en la unidad de la f e.<br />

Sant a Teresit a del niño Jesús supo comprender muy bien est a<br />

doct rina de San Pablo sobre el Cuerpo Míst ico por eso llevó t an<br />

bien su vida de comunidad y llegó a la sant idad.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

127


CORRESPONDENCI A PARTI CULAR A<br />

DI VERSAS HERMANAS<br />

Bendit o sea Dios que siempre sent imos que nuest ro<br />

refugio est á en Él y en la Sma. Virgen María. Baj o la<br />

prot ección de ellos, ya pueden pasar t odas las<br />

t empest ades que quieran, que al fin nos sent imos<br />

seguros ( JAMB)<br />

128


Sr it a. <strong>Esperanza</strong> García<br />

RESPETABLE SEÑ ORI TA:<br />

A 28 de noviembre de 1949.<br />

Recibí t u at ent a del día 21 haciéndome algunas<br />

pregunt as.<br />

En cuant o a las que van a ent rar al Noviciado, conviene<br />

que hagan sus ej ercicios; y si la Hermana Guadalupe ya<br />

cumplió sus seis meses de Post ulant ado, podrán ent rar el 8<br />

de diciembre al Noviciado, de lo cont rario conviene que las<br />

t res se esperen para f ebrero, además, creo que de t odos<br />

modos t ienen que esperarse est as t res pues hay que avisar a<br />

la St a. Mit ra de México con dos meses de ant icipación y yo no<br />

me acuerdo si ordené ya a la Madre que diera el aviso.<br />

Evangelina podrá ent rar al Post ulant ado en f ebrero,<br />

pues me parece que ya t erminó el quint o año; en cuant o a<br />

Paulina, cuando vaya a México, les resolveré; y en cuant o a<br />

Concha, yo creo que hay que esperar para ver cómo se port a.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas, quedo afmo. en Crist o y s. s. que de corazón las<br />

bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

129


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

26 de mayo de 1958.<br />

Aunque eres t an berrinchuda, t e concedí renovar los<br />

vot os como un obsequio a la Sant ísima Virgen y con la<br />

esperanza de que en est e año Cent enario de sus apariciones<br />

en Lourdes, t e ayude con mayores gracias para ser cada día<br />

más buena.<br />

No olvides que Dios nos hizo berrinchudos, pero no<br />

para pelear con la gent e sino para pelearnos con el demonio<br />

y ganarle en t odos los combat es. Aprovecha las gracias que<br />

Dios t e da para que consigas t u salvación y t u sant ificación.<br />

San Francisco de Asís recordaba con f recuencia las<br />

palabras de Nuest ro Señor: De t al modo amó Dios al mundo<br />

que nos dio a su Hij o Unigénit o . Animado por est e amor de<br />

Dios a sus criat uras, S. Francisco se decidió a ent regarse<br />

complet ament e a Dios y, por Él, suf rir t odos los desprecios<br />

de la gent e, hast a de su mismo padre.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

130


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

26 de mayo de 1958<br />

Desde el domingo de Resurrección no he est ado un día<br />

desocupado; por eso no he podido ir a La Huacana. Hast a<br />

est a semana he podido respirar un poco. Dios mediant e iré<br />

al ret iro de ust edes el sábado de la semana ent rant e o sea el<br />

7 de j unio. Si piensan que es mej or que vaya el domingo, me<br />

avisan.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> ha insist ido de nuevo en que debemos<br />

buscar el modo de llegar a la sant idad. Por lo mismo aunque<br />

el demonio ponga muchas dificult ades, es necesario caminar<br />

por ese camino.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

131


R.M . Em a Guíza r .<br />

RESPETABLE M ADRE:<br />

A 16 de noviembre de 1960.<br />

Recibí el recado pregunt ando qué día puedo ir a la Misa<br />

de las niñas. Tengo est e mes muy ocupado; pero me quedan<br />

las t ardes de los días 23, 24 y 25. Avísenme qué día de est os<br />

t res preferirían.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

132


Sr it a. Em a Guíza r , S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 24 de marzo de 1960.<br />

Anoche llegué de México; pero enf ermo y por lo mismo<br />

no voy a poder ir para pasado mañana. Pero Dios mediant e<br />

iré para el próximo sábado. O me voy el viernes en la t arde<br />

para volver el sábado por la t arde o me voy muy t emprano el<br />

sábado para alcanzar a volver el mismo sábado.<br />

No dej en de avisarme a qué dirección se les mandan las<br />

cart as. ¿Ya est án en la casa nueva?<br />

La Madre Carmen ya se conf orma con que le hayas<br />

escrit o aunque sea un t elegrama.<br />

Sigan luchando por llegar a conseguir la sant idad de la<br />

vida pues para eso nos quiere Dios y t enemos que<br />

conseguirlo.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

133


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

19 de oct ubre de 1963.<br />

En medio de las ruinas de la ant igua Roma, j unt o al<br />

Capit olio y el Palat ino, se levant a hoy el monument o más<br />

grande y más hermoso que en el mundo se ha const ruido<br />

para glorificar a un hombre. Y est e hombre fue el que<br />

arrebat ó al Sant o <strong>Padre</strong> Pío I X los Est ados Pont if icios.<br />

En aquellos t iempos parecía que mucha gent e ya no<br />

colaboraría con la I glesia, pero a dist ancia de un siglo la<br />

I glesia se muest ra al mundo más gloriosa y es más<br />

respet ada.<br />

Somos pequeños y miserables inst rument os en manos<br />

de Dios; pero Él puede hacer con nosot ros maravillas si nos<br />

prest amos a colaborar con Él.<br />

Por eso es necesario que t odas sean cada día más<br />

buenas y más ent regadas en manos de Dios por el<br />

cumplimient o de los vot os hast a el heroísmo. Y si vemos que<br />

alguna f alla, no nos asust emos ant e ese ej emplo. Confiemos<br />

en Dios, seamos dóciles con Él y Él nos llevará a la vict oria.<br />

No olviden que la humildad es sumament e necesaria. Si<br />

nos sent imos indispensables, Dios nos humillará haciendo<br />

poco caso de nosot ros para que veamos que no valemos<br />

nada.<br />

Prepárense t odas muy bien en la humildad, la caridad y<br />

el cumplimient o de sus vot os hast a el heroísmo para que la<br />

renovación de sus vot os produzca mayores frut os.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice con t odo y alumnas.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

134


Srit a. Ana María Cast illo, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

Roma, a 19 de oct ubre de 1963.<br />

La f uent e de Trevi, que mandó const ruir el Papa<br />

Benedict o XI V, t iene agua en abundancia, como que Roma<br />

est á rodeada de grandes manant iales con agua de muy buena<br />

calidad.<br />

Admiran la fuent e los t urist as, la admiran los<br />

pecadores, la admiran los Sant os que por allí han pasado.<br />

Los t urist as admiran el art e, los pecadores se f ij an en las<br />

f iguras, los sant os piensan en la abundancia de gracias que<br />

se derraman de la abundancia del Corazón Divino para bien<br />

de t odos nosot ros y se admiran de que el agua sea t an limpia<br />

y crist alina, cuando a nosot ros, criat uras int eligent es, nos<br />

cuest a t rabaj o conservar el alma limpia.<br />

Pero el agua es humilde, por eso Dios la purifica y en<br />

sus brazos la levant a para arroj arla de nuevo a las mont añas.<br />

¡Cuánt a humildad nos f alt a! El agua corre al mar para<br />

ser purificada. A nosot ros nos cuest a t ant o reconocer<br />

nuest ros errores y pedir dispensa.<br />

Pongan siempre mucho empeño en ser humildes. La<br />

humildad nos t rae más amor de Dios y llena el alma de<br />

alegría.<br />

Humildes y serviciales sean siempre para imit ar a<br />

nuest ro Señor que vino a la t ierra no a ser servido sino a<br />

servir.<br />

Con saludos para t odas las hermanas, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Martínez Betancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

135


Srit a. Ema Guízar, S.I .C.<br />

Apreciable hij a en Jesucrist o:<br />

Roma, a 24 de oct ubre de 1963.<br />

Aunque habrá un t ema especial acerca de los religiosos,<br />

ya en est os días se ha hablado en el Concilio, pues los<br />

religiosos f orman t ambién part e del Pueblo de Dios que es la<br />

I glesia.<br />

Los seglares est án llamados a la sant idad, pues Dios a<br />

t odos nos dice Sed perf ect os como mi <strong>Padre</strong> celest ial es<br />

perf ect o ; pero a los religiosos Dios los ha llamado a una<br />

sant idad más elevada; la consagración de ellos a Dios t iene<br />

que ser más perf ect a, así como son t ambién mayores las<br />

gracias que Dios les da para que las aprovechen.<br />

La vida crist iana se manifiest a en la perf ección con que<br />

cumplimos nuest ros deberes. Por eso sigan luchando por ser<br />

siempre muy obedient es sin respingar, con mucha caridad<br />

con las compañeras, ayudándose mut uament e pues así<br />

ayudamos a Dios, at ent as a pedir permisos en vez de<br />

presumirlos. Con los niños y las niñas muy cuidadosas, sin<br />

at enerse a que ot ras los vigilen, no sea que por at enerse<br />

t odas se excusen de la vigilancia.<br />

No me canso de pedir a Dios por t odas ust edes, para<br />

que Dios las haga muy buenas. Ust edes pidan cont inuament e<br />

por el Concilio.<br />

No alcancé a arreglarles su paseo a la Soledad. ¿A<br />

dónde han ido ahora? Ya sé que t ú y la hermana <strong>Esperanza</strong><br />

anduvieron por los zarzales. ¿Qué quehacer les dieron? Yo<br />

creo que lo harían muy bien pues en t odo debemos pensar en<br />

servir a Dios.<br />

Apenas t enga un poquit o de t iempo iré a visit ar a Sant a<br />

María Goret t i y le pediré mucho por t odas.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, quedo<br />

af mo. en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

136


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

2 de noviembre de 1963.<br />

En el cent ro de Roma, j unt o a los grandes monument os<br />

de nuest ro t iempo, est án los grandes monument os ant iguos<br />

en ruinas. Con los hechos nos est án predicando la vanidad<br />

de la vida present e: los monument os de hoy serán t ambién<br />

ruinas un día. Y de est os monument os no se podrá decir lo<br />

que hoy hemos repet ido en las misas acerca de nuest ra alma:<br />

La vida se cambia, no se acaba; y convert ida en ruinas est a<br />

morada t errena, obt iene en los cielos una morada et erna .<br />

Est a t arde, Dios mediant e, asist iré a la Misa que el<br />

Sant o <strong>Padre</strong> celebrará en la Basílica de San Pedro, y allí<br />

rogaré no solo por los que han muert o, sino t ambién para<br />

que nosot ros, al f in de nuest ra vida, alcancemos una morada<br />

et erna en los cielos.<br />

Ent re t ant o, hay que luchar sin descanso por ser cada<br />

día más humildes, más serviciales con los demás<br />

considerándonos como los últ imos; más llenos de amor de<br />

Dios, más obedient es, menos t ramposillos, para que Dios<br />

nuest ro Señor nos quiera más.<br />

¡Cuánt o me preocupa recordar que las alumnas se han vuelt o<br />

caprichudillas y volunt ariosas! Mucho le ruego a Dios<br />

Nuest ro Señor que las haga muy buenas para que puedan<br />

servir de algo en la t ierra y no sean meros diablillos.<br />

Encomendándome a t us oraciones y a las de t odas las<br />

hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón<br />

las bendice con t odo y alumnos y alumnas.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

137


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

9 de noviembre de 1963.<br />

Recibí t u cart a de f echa 28 de oct ubre con t us<br />

f elicit aciones que mucho agradezco, y ayer recibí t u at ent a<br />

del día 4 pidiendo el permiso para usar la capa y t oca blanca<br />

en la graduación que ust edes van a t ener el día 20. Les<br />

concedo est e permiso y vale t ambién para t u compañera, y la<br />

Madre puede ampliarlo si fuere necesario.<br />

Conviene que t odos los días, además del examen<br />

general, pienses un rat it o, al menos lo que uno dura en rezar<br />

un <strong>Padre</strong>nuest ro, cómo t e has port ado en cuant o a la<br />

soberbia. Muchas religiosas usan un cordoncit o en donde<br />

est án ensart adas 10 cuent as de rosario para ir anot ando<br />

durant e el día las f alt as en que han caído y así poder hacer<br />

un examen part icular.<br />

Haz est o al menos mient ras yo regreso y veo qué más<br />

puedes hacer.<br />

Los t iempos en que est amos exigen una gran sant idad<br />

para que podamos hacer t odo el bien que necesit an nuest ros<br />

hermanos. Pero podemos est ar seguros de que Dios nos ha<br />

de ayudar a cumplir con su divina volunt ad hast a el<br />

heroísmo, pues al llamarnos a un est ado de perf ección, se ha<br />

compromet ido al mismo t iempo a darnos las gracias<br />

necesarias.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

138


Srit a. Ma. Elena Guzmán, S.I .C.<br />

Apr ecia ble hij a en Jesucr ist o:<br />

Roma, a 1º . De diciembre de 1963<br />

En est os moment os acaba de pasar en la Basílica de San<br />

Pedro la beat ificación del j oven herrero Nuncio Sulprizio, cuya<br />

vida cort a pero llena de humillaciones, enf ermedades y<br />

suf rimient os, como era huérf ano desde pequeñit o, es un ej emplo<br />

maravilloso de cómo Dios Nuest ro Señor nos lleva al cielo, pero no<br />

por el camino de los goces t errenos, sino por el camino de los<br />

suf rimient os. Por eso hoy en el alt ar mayor de San Pedro est á<br />

represent ado Nuncio j unt o al yunque de la f ragua porque en el<br />

t rabaj o, hecho por amor de Dios, comenzó su sant if icación.<br />

No hay que olvidar que el que quiera azul celest e que le<br />

cuest e . Así para ser buenos necesit amos ej ercit ar las virt udes y<br />

est o cuest a sacrif icio. Parecería que suf rir la pobreza y ser amables<br />

y serviciales con los compañeros sería cosa muy sencilla; sin<br />

embargo es cosa dif ícil. Todos est án de acuerdo que la bondad y la<br />

gran caridad de su Sant idad Juan XXI I I f ue sacrif icio, fue f rut o de<br />

una vida de heroísmo.<br />

No f ui est a mañana a San Pedro porque est aba ya arreglando<br />

uno de los velices que voy a enviar por delant e; pero por la radio<br />

est oy oyendo en est os moment os los Kiries de la Misa de la<br />

beat ificación y le pido al nuevo beat o que les ayude a ust edes a<br />

ser muy buenas y a sant if icarse en aquella fragua de calor que es<br />

la Huacana.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas ust edes, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s.s. que de corazón las bendice.<br />

José Abraham Mart ínez Bet ancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

139


Srit a. Emma Gíizar S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

México, D. F. a 3 de j ulio de 1965.<br />

Recibí t u cart a del 20 de j unio y est uve esperando que<br />

llegaras a Tacámbaro. Tal vez no f ue posible encont rar en<br />

qué ir y por eso t e quedast e en Carácuaro.<br />

Pido a Dios Nuest ro Señor que les ayude y que vivan<br />

cada día más unidas con Dios Nuest ro Señor y ent re sí. La<br />

caridad les ayudará mucho para que Dios N.S. les bendiga<br />

t odos sus t rabaj os apost ólicos.<br />

Encomendándome a t us oraciones quedo t u af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice a t odas.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

140


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

8 de Sept iembre de 1965.<br />

En est os días de la Semana de Past oral, nos han<br />

recordado las normas de los misioneros: rezar bien, aunque<br />

no se consiga ot ro bien querían con t oda su alma ver el<br />

éxit o de su apost olado, pero sobre t odo se f ij aban en la<br />

oración. Hacían dos horas diarias de medit ación porque<br />

sabían que sin medit ación no podemos acercarnos<br />

ínt imament e a Dios ni hacer buen apost olado.<br />

Pero t ambién se sacrif icaban no comiendo carne y<br />

vist iendo lana en medio del calor de Filipinas. Por eso<br />

consiguieron que aún los f ieles usaran cilicios y disciplinas y<br />

aún durant e muchos años sin comet er pecado mort al.<br />

Nunca descuiden ust edes la oración. Sin ella no<br />

respiramos y se asf ixia nuest ra vida espirit ual.<br />

Y no nos cont ent emos con la medit ación. Nuest ra<br />

oración debe ser cont inua, aún en medio del t rabaj o. Y lo<br />

conseguiremos si nos preocupamos por ver en t odo a Crist o<br />

Obrero que preside nuest ro t rabaj o y quiere ayudarnos.<br />

Hoy es fiest a de la Nat ividad de la Sma. Virgen María.<br />

Encomiéndense a Ella y denle como cuelga el corazón, ya<br />

bien desprendido de t odo lo t erreno.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

141


Sr it a . Em m a Gu íza r , S. I . C.<br />

APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Roma, a 17 de sept iembr e de 1965.<br />

Me est oy dando cuent a de que, por una dist r acción, no anot é a<br />

t iempo que ya había escr it o a la Her mana Emma Amezcua, y t al vez le<br />

escr ibí ot r a vez. Si así f ue, ella est ar á muy cont ent a, per o las demás<br />

no han de est ar t ant o. ¡Que me per donen si me equivoqué!<br />

Tengo que escr ibir a las Her manas Julia y Est ela, per o no est oy<br />

segur o del lugar en donde est án. Escr ibir é a la pr imer a a Buenavist a y<br />

a la segunda a la Huacana. Si no es así avísenme par a no hacer ot r o<br />

enr edo, o par a r emendar lo.<br />

De salud est oy mej or que en las veces ant er ior es. Bendit o sea<br />

Dios, hast a he caminado mucho y no me he cansado.<br />

Pidan mucho a Dios que nos ayude por que nos ha quedado al<br />

últ imo lo más dif ícil de r esolver . Además, y est o les int er esa mucho a<br />

ust edes, en est a et apa se t r at ar á acer ca de la r enovación de la vida<br />

r eligiosa en los r eligiosos. No quier o que se pongan a hacer más<br />

sacr if icios de<br />

los que ya hacen, lo que les pido es que cumplan mej or sus deber es<br />

par a que con ello nos alcancen del Espír it u Sant o las gr acias que<br />

necesit amos.<br />

Of r ezcan, pues, a Dios el esf uer zo por ser más humildes, más<br />

pr act icant es de la pobr eza, más pur as, más obedient es y más llenas del<br />

amor de Dios en agr adecimient o por sus bondades par a con nosot r os.<br />

Así conseguir án más gr acias de Dios y más glor ia.<br />

El Sant o Padr e ha ido ya dos veces a las r euniones del Concilio.<br />

La segunda vez llegó sin más acompañamient o que dos Obispos y en<br />

vez de ir al t r ono se ar r odilló en el suelo j unt o al alt ar par a oír la Sant a<br />

Misa. Est o nos impr esionó mucho, por que nos dio ej emplo de la<br />

r ever encia y humildad con que hast a el últ imo de los f ieles debemos<br />

asist ir al Sant o Sacr if icio de la Misa.<br />

Quier o que, cuando r egr ese, me puedan decir ust edes que ya son<br />

más buenas, que ya aman más a Dios, que ya cumplen mej or sus<br />

deber es.<br />

El Excmo. Sr . Navar r o est á aquí en el Colegio Pío Lat ino ( Vía<br />

Aur elia 511.- Roma ( 631) ) . Est á muy cont ent o haciendo r ecuer dos de<br />

Huet amo.<br />

Encomendándome a las or aciones de t odas, quedo af mo. En<br />

Cr ist o y s. s. que de cor azón las bendice.<br />

+ José Abr aham<br />

Obispo de Tacámbar o<br />

P.D. Muchos saludos par a t odos los conocidos, especialment e<br />

par a quienes f uer on a México a despedir me.<br />

142


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

17 de sept iembre de 1965.<br />

Ya est oy en el Concilio y muy at areado porque est oy en<br />

cuart o sin haber est udiado el t ercero. Por eso ahora t engo<br />

doble t rabaj o: Est udiar los proyect os de est e año, y t ambién<br />

los del pasado porque t odos hay que resolverlos en est a<br />

et apa.<br />

Pidan mucho al Espírit u Sant o que nos ayude, t ant o más<br />

que a ust edes les cost ea, porque est e año se va a t rat ar la<br />

renovación de la vida religiosa en los religiosos. Recuerden<br />

que cuando Sant a Teresa de Jesús renovó la Orden<br />

Carmelit ana, lo hizo buscando una mej or observancia de la<br />

vida religiosa. De est a reforma del Concilio no vayan, pues,<br />

a esperar una relaj ación de la vida religiosa, sino más bien<br />

un mej or cumplimient o, aunque adapt ado a las necesidades<br />

de nuest ros t iempos.<br />

Todo el día 10 est uve pensando en La Huacana; en la<br />

Sant a Misa, pedí a Dios por esa Parroquia, para que Dios<br />

nuest ro Señor les conceda ser cada día más buenos y vivan<br />

t odos consagrados a amar y servir a Dios, y que Dios bendiga<br />

t ambién a las vocaciones de la Huacana.<br />

Ust edes t ambién pidan a Dios por nosot ros. No quiero<br />

que vayan a hacer sacrif icios especiales. Lo que deseo es<br />

que cumplan mej or sus deberes para que nos alcancen del<br />

Espírit u Sant o las gracias que necesit amos en el Concilio.<br />

Siendo más humildes, más amant es de la pobreza, más<br />

puras y más llenas de amor de Dios y serviciales con sus<br />

compañeras. Dios concederá más gracias para el Concilio y<br />

para ust edes.<br />

De salud he est ado bien, gracias a Dios, y aún mej or<br />

que en ocasiones ant eriores. He caminado mucho sin<br />

f at igarme; pero t engo buen cuidado de no caminar mucho<br />

cuest a arriba porque ya sé que me hace daño.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, y con<br />

saludos para las buenos amigos del Colegio, quedo afect ísimo<br />

en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

143


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Roma a 19 de Sept iembre de 1965.<br />

La f ot ografía que va por fuera de est a cart a t e<br />

recordará que en esa hermosa Basílica, en donde est á la<br />

t umba de San Pedro, est amos reunidos los Obispos de t odo el<br />

mundo para dar a la I glesia las normas que son necesarias<br />

para est os t iempos.<br />

La t area es dura, aún para los que no t enemos ot ro<br />

t rabaj o que oír, j uzgar y vot ar. Por eso les pido que of rezcan<br />

a Dios t odos los sacrificios que se les van present ado, para<br />

conseguir de Nuest ro Señor el éxit o del Concilio para bien de<br />

t odos los hombres.<br />

Si a t i no t e t ocó ir a México a las ej ercit aciones,<br />

inf órmat e con las hermanas que f ueron y procura t ú t ambién<br />

unirt e a ellas en la práct ica de los propósit os que en las<br />

ej ercit aciones hicieron. Sobre t odo t rabaj a por la unidad y la<br />

caridad que son muy necesarias en est os moment os de<br />

desunión y f alt a de caridad. Unida con Crist o y unida con t us<br />

hermanas. Llena de caridad con Dios y llena de caridad con<br />

el Prój imo, no por lo que est e vale, sino porque es criat ura<br />

de Dios y Él recompensa lo que hacemos por sus criat uras.<br />

Hoy a medio día est uve en la Plaza de San Pedro para<br />

recibir la bendición del Sant o <strong>Padre</strong>. La Plaza est aba llena de<br />

gent e y el Papa nos pidió que rezáramos el Angelus por la<br />

paz del mundo porque las not icias de est a mañana son<br />

inquiet ant es para quien de corazón desea la paz. Él mismo<br />

irá a Nueva York el 4 de oct ubre para hablar en la ONU a los<br />

represent ant es de las Naciones acerca de la paz.<br />

Nosot ros debemos est ar unidos con el que es Cabeza<br />

visible de la I glesia, el Sant o <strong>Padre</strong>; sus preocupaciones<br />

deben ser nuest ras preocupaciones. Rueguen, pues, t ambién<br />

por la paz del mundo uniéndose a las pet iciones del Sant o<br />

<strong>Padre</strong>.<br />

Muchos saludos para t odas las Hermanas.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

144


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

20 de sept iembre de 1965.<br />

Mi est ancia en Roma est á poniendo ant e mi ment e el<br />

recuerdo de una gran mult it ud de Sant os f undadores que vivieron<br />

aquí y dedicaron su vida al apost olado; pero ant es f undaron esa<br />

vida apost ólica en una vida espirit ual de ínt ima unión con Dios.<br />

Las Siervas de la I nmaculada est án dedicadas al apost olado<br />

y por eso las f or man para ser apóst oles; pero al mismo t iempo<br />

t ienen que ir llenando cada día más su vida de un espírit u<br />

sobrenat ural que viene a ser vida divina en nuest ras almas.<br />

Para que ust edes t engan mérit o ant e Dios cuando le sirven<br />

en nuest ros hermanos ( dando clase, enseñándoles labor es,<br />

cuidando la casa, et c.) , es necesar io que ese apost olado proceda<br />

de una ínt ima unión con Dios; de ot ro modo ese apost olado se<br />

queda como calabaza vacía, dando la f igura por f uera pero por<br />

dent ro sin nada con qué comprar la gloria.<br />

Arregla, pues, t u horario de modo que puedas dedicarle a<br />

Dios el t iempo necesario para cumplir con los deberes de piedad<br />

como Misa, Medit ación, lect ura espir it ual, rosario, examen de<br />

conciencia. Y digo que arregles t u horario porque, si bien lo<br />

primer o es nuest ra unión con Dios y luego nuest ro apost olado,<br />

hay que arreglar las cosas de modo que no nos pongamos a rezar<br />

a la hora en que las demás est án esperando el desayuno o<br />

t enemos ot ra cosa que no puede cambiar se de hora. Todo est á<br />

en que sepamos acomodar lo espirit ual y lo t emporal de modo que<br />

t odo quepa en las horas del día y t eniendo en cuent a que lo<br />

primer o es lo espirit ual por su impor t ancia.<br />

Cuando de veras t e propongas cumplir con Dios y con t us<br />

compañeras, no es dif ícil que ést as t e llamen sant a, y a t i t e dará<br />

ver güenza; así es el demonio, quiere asust arnos por medio del<br />

amor propio para que no sigamos los caminos de Dios. Pero<br />

recuerda que el que se asust a y se det iene en el camino, no<br />

llegará al f inal. Conf ía en Dios y t rat a de ser buena con Dios y<br />

servicial con t us compañeras. Recuerda que en las Ej ercit aciones<br />

nos enseñan que debemos buscar la unión y la caridad.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para t odas<br />

las hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o que de corazón las<br />

bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

145


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

22 de sept iembre de 1965.<br />

Recibí t u at ent a con el gust o que ya t e has de imaginar<br />

porque f ue de las primeras cart as que he recibido de México.<br />

Mucho t e agradezco t us oraciones y le pido a Dios que<br />

t e premie lo que haces por mí.<br />

Hoy el Evangelio de la Misa nos habla de cómo los<br />

apóst oles no pudieron arroj ar al demonio de un endemoniado<br />

y est aban discut iendo con los escribas. Así nos ponemos a<br />

alegar cuando nos vemos impot ent es para socorrer al prój imo<br />

con obras. En t us conversaciones no t e dé pena decir t u<br />

j uicio conf orme a las enseñanzas de la f e; cuando vas de<br />

compras no sigas la prudencia ni las máximas del mundo; en<br />

las penas no anheles los consuelos de la t ierra sino los de<br />

Dios.<br />

Y si t e sient es impot ent e a veces para ser buena,<br />

cóget e de Dios y t en confianza en Él. Jesús dij o al <strong>Padre</strong> del<br />

endemoniado: Todo es posible para el que cree , y el buen<br />

señor dij o a Jesús: Creo, Señor, pero ayuda mi<br />

incredulidad . Y nuest ro Señor lo ayudó e hizo el milagro.<br />

Arriésgat e por los caminos de la perf ección crist iana, que<br />

Dios t e ayudará.<br />

Si vieras lo que est oy haciendo t e daría mucha risa a t i<br />

y a t us compañeras. Se me at oró el encaj e del roquet e en<br />

una banca y se rompió.<br />

Yo no sé de esas cosas, pero ya hice bien mis cálculos y<br />

ya verán qué bien va a quedar el remiendo.<br />

Muchos saludos para t odas las hermanas y mucho les<br />

agradezco sus oraciones. Saludos a la Madre Carmen.<br />

Encomendándome a las oraciones de t oas ust edes<br />

quedo afect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las<br />

bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

146


Sr it a . M a . Eugenia Solor io SI C<br />

H uet a m o, M ich.<br />

APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

27 de sept iembr e de 1965<br />

El sábado f ui a Loret o en donde se encuent ra la Sant a Casa<br />

que habit ó la Sma. Virgen. El camino est aba precioso con mont es,<br />

preciosos bosques y lagos.<br />

Pasamos por Tolent ino y allí visit é la Basílica de San<br />

Nicolás, para rogar j unt o al sepulcro de est e gran Sant o por las<br />

hermanas de Huacana puest o que él es el Pat rón de la Huacana.<br />

Lo not able es que unos 40 años después de su muert e, est ando el<br />

cuerpo incorrupt o, recort aron los brazos. Del cuerpo quedan los<br />

huesos; pero los brazos se conservan incorrupt os y varias veces<br />

han derramado sangre. De est o hay 11 procesos para at est iguar el<br />

prodigio.<br />

En Loret o rogué mucho a Dios, durant e la Sant a Misa<br />

celebrada en la Sant a casa, por t odas ust edes para que Dios las<br />

haga vivir una vida de sant idad, como la vida de Jesús, María y<br />

José en esa Sant a Casa.<br />

Vino a Roma una peregrinación de git anos ( allá les llaman<br />

t ambién húngaros) . Son t res mil, y anoche, en honor del Sant o<br />

<strong>Padre</strong>, por su cumpleaños, represent ar on un hermosísimo ballet<br />

con bailes y preciosa música española, represent ando la parábola<br />

de las Bodas. El escenario est aba precioso y los vest idos t ambién.<br />

Con muchos sacrif icios se pr epararon para el est reno de est e<br />

ballet , baj o la dirección de dos bailar ines f amosos, Luisillo y<br />

Carmen Amaya que t ambién son git anos y salieron en la<br />

represent ación. Fue algo verdaderament e primoroso.<br />

Pero t ambién es hermoso considerar que muchos de esos<br />

grupos de git anos caminan ya con capellán y con una comunidad<br />

de Hermanit as de Jesús, que a veces t ienen que levant arse a<br />

media noche a envolver de prisa las t iendas de campaña para irse<br />

a seguir a los git anos en su largo peregrinar. Y ya han salido<br />

vocaciones de ent re ellos, aún para religiosas, a pesar de que<br />

las muchachas git anas son rebeldes para la obediencia y amant es<br />

de mucho caminar. Y est án dando her mosos ej emplo de<br />

obediencia y recogimient o. Aprendan ust edes cómo querer es<br />

poder.<br />

Muchos saludos para t odas. Que sean muy sant as.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s.s que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbar o<br />

147


Srit a. Alicia Cort és<br />

Tacámbar o, Mich.<br />

Roma, a 27 de sept iembre de 1965<br />

APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Ant ier f ue día de vacación y lo aproveché para ir a Loret o a<br />

visit ar la Sant a Casa de la Sma. Virgen y del Niño Jesús. El<br />

camino est aba precioso. Por ent re mont es con hermosos bosques<br />

y lagos y los campos ver des como si ya est uviéramos en las<br />

aguas. Aquí el mes que ent ra comenzará la t emporada de las<br />

lluvias.<br />

Pasamos por Tolent ino. Allí comimos canelones rellenos y<br />

pollo asado. Visit amos la Basílica de San Nicolás, que es muy<br />

hermosa y en ella est á la urna con los rest os del Sant o. Lo<br />

not able es que unos 40 años después de muert o, est aba su<br />

cuerpo t odavía incorrupt o y le cort aron los brazos. Ahora de su<br />

cuerpo quedan los huesos, pero los brazos est án t odavía<br />

incorrupt os y varias veces han derramado sangre. Once veces se<br />

ha hecho proceso canónico para at est iguar est e prodigio.<br />

En Lor et o celebré la Sant a Misa a las 4 de la t arde en la<br />

Sant a Casa, y en ella rogué mucho a Dios Nuest ro Señor por t odas<br />

ust edes, a f in de que las haga vivir una vida de perf ección<br />

como la vida que en esa casa llevaron San José, la Sma. Virgen y<br />

el Niño Dios.<br />

Ayer f ue cumpleaños del Sant o <strong>Padre</strong> y f ue a Pomezia a<br />

celebrar Misa a los git anos ( allá les llamamos t ambién húngaros y<br />

aquí les dicen ( zíngari) . Era una peregrinación de t res mil git anos<br />

que de diversas naciones se reunieron en Roma como peregrinos.<br />

Ent re ellos viven comunidades religiosas de Hermanit as de Jesús<br />

que los acompañan en su largo caminar par a acompañarlos con el<br />

buen ej emplo, la inst rucción crist iana y la presencia real de<br />

Jesucrist o en la Eucarist ía. Por eso ya han salido vocaciones<br />

sacerdot ales de ent re ellos y t ambién vocaciones religiosas, lo que<br />

es admirable, pues las git anas son de t emperament o rebelde para<br />

la obediencia y amant es de no est ar f ij as en un lugar, y, no<br />

obst ant e, est as vocaciones han result ado admirables por su<br />

obediencia y por su recogimient o. De ellas hay que aprender que<br />

querer es poder .<br />

Saludos a t odas las hermanas. Que sean t odas sant as.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. en Crist o y<br />

s.s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbar o<br />

148


Roma, a 29 de sept iembre de 1965.<br />

Sr it a. Em m a Guíza r , S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

Hoy recibí t u at ent a del día 22 con verdadero gust o por<br />

las not icias que me t rae. Es la quint a cart a que recibo de<br />

ust edes.<br />

De salud sigo mej or que ot ras veces, bendit o sea Dios,<br />

solament e el oj o derecho se ha declarado un poco en huelga<br />

y quizá por eso me he caído dos veces; pero ya est oy<br />

caminando con mayores precauciones.<br />

¡Qué bueno que le est án ofreciendo a Dios el t rabaj o de<br />

port arse mej or! Así más oirá sus oraciones por el Concilio.<br />

Yo t ambién le est oy pidiendo a Dios que les ayude.<br />

Ya t omo en cuent a las bendiciones que me pides para<br />

añadirlas a las ot ras.<br />

Mons. Navarro est á en est a misma casa y luego le di los<br />

saludos de ust edes. Él t ambién las saluda y les manda la<br />

bendición.<br />

En est os días est amos discut iendo los problemas de la<br />

f amilia y la educación de los hij os en el seno de la f amilia,<br />

luego seguimos con los problemas sociales, en seguida los<br />

principios morales que deben normar la sociedad polít ica,<br />

después la comunidad de las naciones y la paz; en seguida<br />

las Misiones y luego las religiosas. En est a semana<br />

t erminaremos el primer Decret o de est a et apa, acerca del<br />

of icio past oral de los Obispos.<br />

Tengan present e que el Concilio nos ha est ado<br />

recordando que sin vida espirit ual no hay verdadero<br />

apost olado; mient ras mayor sea nuest ra unión con Dios,<br />

mayor será el f rut o en las almas. Trabaj en pues mucho en<br />

llegar a la sant idad para que sea grande el f rut o que puedan<br />

cosechar y present ar a Dios. Sost énganse en sus buenos<br />

propósit os con la confianza en que Dios les ayudará.<br />

Muchos saludos para t odas las hermanas y para t odos<br />

los bienhechores del Colegio.<br />

Encomendándome a t us oraciones y de las hermanas,<br />

quedo afmo. En Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

149


APRECI ABLE H ERM AN A:<br />

14 de oct ubre de 1965.<br />

El P. Filemón est á en ot ra casa y por eso apenas ayer,<br />

al salir de ej ercicios, me envió t u cart a. Pero ya escribí en la<br />

list a que mañana llevaré los nombres de las personas para<br />

quienes quieren bendiciones.<br />

Ahora t endré que mandar muy a t iempo la list a a la<br />

casa en donde escriben las bendiciones porque me dicen que<br />

t ienen t ant o recargo con mot ivo del Concilio, que apenas<br />

podrán ent regarlas dent ro de cuarent a días.<br />

En est os días hemos est ado llenos de f iest as. La f iest a<br />

del 11 de oct ubre en que la lit urgia nos hablaba de la<br />

humildad de la Sma. Virgen y de la humildad de Jesucrist o al<br />

dej arse mandar por una criat ura suya. La fiest a del 12 de<br />

oct ubre en que el Sant o <strong>Padre</strong> nos recibió a t odos los<br />

mexicanos y bendij o la primera piedra del Seminario<br />

mexicano de Roma; en esa t arde fue la f iest a de la<br />

colocación de la primera piedra en el lugar en donde se<br />

levant ará el edificio. La fiest a de la beat ificación del Excmo.<br />

Sr. D. Juan Nepomuceno Newman, Obispo de Filadelf ia, en el<br />

día de ayer.<br />

Y hoy en el Concilio un Excmo. Sr. Obispo nos habló<br />

hermosament e de lo que es la cast idad: Una verdadera<br />

ent rega de nuest ro corazón a Dios con un gran espírit u de<br />

humildad. ¿Qué somos nosot ros delant e de Dios sino una<br />

pobrecit a criat ura que no vale sino lo que Dios la hace valer?<br />

Somos de Él y por eso debemos vivir para Él y ent regarnos<br />

complet ament e en sus manos. Piensa pues siempre en que<br />

hay que seguir machacando la soberbia para llegar a ser<br />

humildes y así ent regarnos de veras en las manos de Dios.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas las hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

150


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

22 de oct ubre de 1965.<br />

Recibí t us cart as del 29 de sept iembre y del 6 de oct ubre.<br />

Agradezco t us f elicit aciones y le pido a Dios que t e premie, con la<br />

generosidad que él sabe, t us oraciones y sacrif icios por mí.<br />

Me alegra saber que est án pensando en ser de veras buenas<br />

y aún llegar a la sant idad. Ese es t u deber y más ahora que el<br />

Decret o acerca de la renovación de la vida r eligiosa insist e en la<br />

lucha por la sant idad. Si Dios nos amó hast a el grado de dar por<br />

nosot ros su vida, ¿por qué nosot ros hemos de est ar nada más<br />

haciendo la maña?<br />

Si t e da pena, no le digas a t u <strong>Padre</strong> espirit ual que quieres<br />

ser sant a, dile sencillament e que quieres ser perf ect a religiosa y<br />

con eso bast a, pues para ser perfect a religiosa hay que ser sant a.<br />

Has de t ener curiosidad de saber qué comemos hoy .<br />

Ant ier con mot ivo de mi f iest a, nos dieron a medio día: Vermout h<br />

blanco con unos bocadillos, sopa de macarrón muy buena y pollo<br />

con verduras; past el, manzanilla o caf é, un poco de vino t int o,<br />

vino blanco y sidra. Ayer a medio día en la comida que se of reció<br />

al Excmo. Sr. López: vermout h y salame, consomé, pollo con<br />

papas y ej ot es, chícharos t iernit os y un poco de arroz, t odo est o<br />

en el mismo plat o con el pollo; un poco de vino, past elillos y caf é<br />

o t e.<br />

El Excmo. Sr. López me regaló una mit ra dor ada y un cordón para<br />

la cruz pect oral. Acá t engo ot ro roquet e, el de apadrinar para<br />

cuando va el Sant o <strong>Padre</strong> a San Pedro. El ot ro es el que se<br />

rompió un poco, pero no se echa de ver mucho.<br />

De salud sigo bien, pero no se me ha quit ado lo dist raído.<br />

Uno de est os días ya est aba ent rando a San Pedro con roquet e,<br />

mant elet a y sombrero. Al ent rar a San Pedro me di cuent a de que<br />

no llevaba bonet e, per o sí llevaba bien sumido el sombrero. Y así<br />

me había ido desde est a casa.<br />

Muchos saludos para la Madr e y t odas las hermanas. Le<br />

dices a la Madre que ant ier no cupo la Encíclica de la Eucarist ía<br />

en el sobre con la cart a. Va apart e como impreso.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

151


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Roma, a 23 de oct ubre de 1965.<br />

Dios Nuest ro Señor t e premie las f elicit aciones que<br />

t uvist e la amabilidad de enviarme. Así se lo pido de t odo<br />

corazón.<br />

No se t e vaya a olvidar el compromiso de ser cada día<br />

más buena. Tienes que luchar por llegar a la sant idad,<br />

cuest e lo que cuest e. Ten la seguridad de que si Dios ve t u<br />

esfuerzo, no dej ará de ayudart e aún con gracias especiales<br />

para que de t al modo t e desprendas complet ament e de lo<br />

t erreno, que pueda Dios t omar posesión cabal de t u corazón<br />

ent regado complet ament e a Él.<br />

No se t e olvide hacer al examen de conciencia y<br />

anot arlo t odos los días. Pues est e ayuda muchísimo para<br />

adelant ar en la virt ud y para animarse uno a ser más<br />

const ant e en la oración. Si t e f alt an hoj as para el examen,<br />

dile a la Madre Ana María o a la Hermana Ma. De los Ángeles.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice con t odas t us<br />

hermanas.<br />

José Abraham Mart ínez.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

152


Srit a. Alicia Cort és, S.I .C<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Roma, 23 de oct ubre de 1965.<br />

Agradezco t u f elicit ación y especialment e los sacrificios<br />

que has of recido a Dios por mí. A Él le pido que t e premie<br />

con esa generosidad con que Él sabe premiar hast a un vaso<br />

de agua.<br />

Lo que más gust o me da es ver en las cart as de ust edes<br />

la buena volunt ad con que quieren luchar por llegar a la<br />

sant idad. Est a es ciert ament e la mej or f elicit ación y la que<br />

más me llena de alegría.<br />

Sigue luchando por cumplir cada día mej or t us vot os,<br />

pues son los medios que Dios pone en t us manos para<br />

desprender el corazón de t odas las criat uras y luego<br />

ent regárselo complet ament e a Dios. Así se logra la<br />

verdadera unión con Dios y se comienza a perfeccionar<br />

nuest ra unión con el prój imo.<br />

No vayas a dej ar de anot ar t u examen de conciencia,<br />

pues ayuda mucho para adelant ar en el camino de la<br />

perf ección. Si ya no t ienes hoj a para anot ar, haz un act o de<br />

humildad y pídele ot ra hoj it a a la Madre Anit a.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos<br />

af ect uosos para la Madre y para t odas las hermanas, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

153


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

24 de oct ubre de 1965.<br />

Est oy t ras un cerro de cart as, pero con la esperanza de<br />

cont est arlas t odas en est a semana. Ent re esas cart as est á la<br />

t uya con la grat a not icia de que t e has propuest o ser muy<br />

buena hast a quit art e las mañas. Es la mej or not icia y la que<br />

más me alegra, pues eso es lo que yo t ambién anhelo de<br />

ust edes, que sean verdaderament e sant as muy unidas con<br />

Dios por el amor, a f in de que así puedan est ar muy unidas<br />

ent re sí y con t oda la I glesia.<br />

Tu misión es el buen ej emplo, y con est e apost olado<br />

puedes ganar muchas almas para Dios. Claro que Él no<br />

necesit a de nosot ros para hacer caminar a los demás; no<br />

obst ant e, Él ha querido conceder sus gracias mediant e<br />

nuest ras oraciones y nuest ro apost olado para darnos ese<br />

honor y hacernos valer algo. Le pediré a Dios que t e siga<br />

ayudando a hacer muchos act os de humildad t odos los días,<br />

para acompañar a nuest ro Señor en sus humillaciones.<br />

Saludos muy af ect uosos para la Madre Carmen y para<br />

t odas las hermanas.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

154


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

24 de oct ubre de 1965.<br />

Tant o las f elicit aciones de ust edes como las de los<br />

niños me han llenado de alegría, pues veo la buena volunt ad<br />

de t odos, sobre t odo, me da gust o que est én t an bien<br />

dispuest as para luchar por su propia sant ificación. Anima<br />

siempre a las hermanas para que cada día vayan<br />

desprendiendo más su corazón de t odo lo t erreno para que lo<br />

llenen bien de Dios. Al crecer la unión de caridad crece al<br />

mismo t iempo la unión de gracia, y de la unión con Dios<br />

viene como consecuencia la unión ent re ust edes y con t oda la<br />

Sant a I glesia.<br />

Sigan pues t rabaj ando con mucho empeño para llegar a<br />

sant as a como dé lugar.<br />

Desde acá las encomiendo a Dios para que no les vaya<br />

mal con los ladrones. Ust edes aseguren bien las puert as y<br />

además no vayan a salir lej os a paseos. Dale t ambién su t é a<br />

la hermana Asunción para que se le aplaquen los nervios.<br />

Pront o t endré la bendición para el niño enf ermo y se la<br />

mandaré luego. Déj alo que siga cumpliendo su deber de<br />

est udiar. A Guido de Font galand no lo beat ificaron porque<br />

cuando supo que viviría poco ya no se preocupó por est udiar.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

las hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

155


Srit a. Emma Guízar, S. I . C.<br />

Apr ecia ble hij a en Jesucr ist o:<br />

Roma, a 27 de oct ubre de 1965.<br />

Muchísimo agradezco las felicit aciones que me envías<br />

de part e t uya y de part e de las Hermanas y de los niños.<br />

Ya he mej orado mucho de mi oj o derecho. Ya dist ingo<br />

los renglones, aunque t odavía no puedo leer con él. Todo<br />

est o sin duda por las oraciones de los niños.<br />

Dios les premie t odas las oraciones que han ofrecido<br />

por mí. Yo t ambién le pido que les pague con gracias<br />

abundant es para que consigan llegar a sant as. No dej en de<br />

leer y medit ar el Decret o acerca de la renovación de la vida<br />

religiosa y el Decret o acerca de la educación crist iana. Los<br />

dos se publicarán mañana en la Sesión solemne del Concilio.<br />

El Concilio ya se acerca a su f in. Ayer t erminaron las<br />

discusiones y ahora solament e est amos vot ando lo que f alt a.<br />

Ya llevamos 413 vot aciones y est as son por escrit o. Pidan al<br />

Espírit u Sant o que les ayude a las Comisiones para t erminar<br />

pront o la redacción de los decret os que falt an. Oj alá pudiera<br />

est ar en México ya para el 8 de diciembre.<br />

Di sus saludos a Mons. Navarro y él t ambién las manda<br />

saludar. De mi part e muchos saludos para t odos los alumnos<br />

y bienhechores.<br />

Encomendándome a t us oraciones y de las hermanas,<br />

quedo afmo. en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

P.D. Pasado mañana salgo a Jerusalén; allá las encomendaré a N.<br />

S. Regreso el 7, Dios mediant e.<br />

156


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

8 de noviembre de 1965<br />

Ayer llegué de regreso de Tierra Sant a y con ganas de<br />

encont rar cart as. Felizment e encont ré la t uya y una de la<br />

Madre Carmen.<br />

Muy cont ent o est uve en aquella t ierra en donde vivió 33<br />

años Nuest ro Señor dándonos hermosos ej emplos de cómo<br />

debemos vivir nosot ros para alcanzar la perf ección crist iana.<br />

El sábado celebré la Sant a Misa en la grut a de la Anunciación<br />

en Nazaret h, pues allá la Sma. Virgen se declaró Esclava o<br />

más bien Sierva del Señor y por eso celebré la Misa por<br />

t odas ust edes las Siervas, pidiendo a Dios que les ayude para<br />

ser verdaderament e Siervas de Jesús como la Sma. Virgen<br />

María.<br />

Me llevé las Const it uciones para corregirlas<br />

adapt ándolas a los Decret os del Concilio. En Nazaret h, j unt o<br />

a la grut a donde la Sma. Virgen nos dio ej emplos preciosos<br />

de pobreza, cast idad y obediencia, est uve corrigiendo los<br />

capít ulos acerca de los vot os de las Siervas. Lo demás del<br />

t rabaj o lo hice en Jerusalén, j unt o al Sant o Sepulcro,<br />

especialment e lo que se ref iere al espírit u de la<br />

Congregación. Todavía me falt an de corregir los últ imos<br />

capít ulos. Est o lo haré Dios mediant e, en est a semana.<br />

Como una of renda a Dios de part e de ust edes, coloqué mi<br />

t rabaj o y el de ust edes, condensado en las Const it uciones, en<br />

el Calvario y en la grut a de la Anunciación, para que Dios las<br />

bendiga y les ayude a ser observant es.<br />

En cuant o a los Est at ut os de los Misioneros ya no los<br />

busquen; ahora recuerdo que alguien me los pidió prest ados,<br />

nada más que no recuerdo quién.<br />

Pueden hacer los ej ercicios de modo de t erminarlos el<br />

día 8 por la mañana, o el día 7; pero como adivino que<br />

quieren que la prof esión de las novicias sea el día 12 por la<br />

t arde, de t odos modos pueden hacer los ej ercicios ant es, y<br />

ent rar en un pequeño ret iro el día 12 a medio día, para<br />

t erminarlo a las 4: 30 de la t arde. El P. Carreón est á al t ant o<br />

de los nuevos Decret os del Concilio; por eso conviene que él<br />

que mas o menos est á al t ant o del Concilio, les explique los<br />

números 39-40 y 42 al 47 de la Const it ución Dogmát ica sobre<br />

la I glesia, además la Const it ución acerca de la renovación de<br />

la vida religiosa. Est e Decret o se lo mandaré al <strong>Padre</strong><br />

apenas aparezca, aunque sea en it aliano. El mismo podrá ver<br />

157


quién de los ot ros padres le puede ayudar a dar las ot ras<br />

plát icas, para esos días. Así, hast a los duendes harán<br />

t ranquilos sus ej ercicios. En la próxima cart a diré a la Madre<br />

Carmen cómo se me ocurrió que hagan los ej ercicios y<br />

t ambién lo de los hábit os.<br />

El día 17 voy a celebrar la Sant a Misa por las alumnas<br />

que t erminan Secundaria. Ya hice la anot ación en la<br />

libret it a.<br />

A la hermana Anit a le sucedió t al vez lo que el ranchero<br />

del recado; Compadre, prést eme su caballo , pues yo sient o<br />

que le dij e lo mismo a las t res a quienes escribí ese día<br />

aunque con palabras acomodadas para cada quién, y no t uve<br />

int ención de regañar a ninguna, pero el diablo es list o y sabe<br />

aprovecharse de t odo aún para conseguir que uno respingue.<br />

Voy a pedir a Dios por la hermana para que le ayude a ser<br />

cada día más humilde. Se ve que el diablo la t rae ahora<br />

cont ra ella, pero Dios le ha de ayudar a vencer. Est o sucede<br />

t ambién cuando lo curan a uno: no a t odas les duele igual la<br />

quit ada de un parche.<br />

Muchos saludos para el P. Capellán, para el P. Ort iz y<br />

sus muchachas y para t odas las hermanas y que sean más<br />

buenas.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas ust edes,<br />

quedo afect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las<br />

bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

158


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

15 de noviembre de 1965.<br />

Te agradezco muchísimo t u f elicit ación y especialment e<br />

las oraciones que has of recido a Dios por mí, Él t e ha de<br />

premiar con abundancia. Present a t ambién mi<br />

agradecimient o a t us discípulos y diles que les mando la<br />

bendición.<br />

No t e ent rist ezcas por t us def ect os. Si yo t e doy broma<br />

por t us berrinches es porque de algo t enemos que bromear<br />

para no est ar t rist es y ya sé que con eso t odas t e bromean.<br />

Pero puedes est ar segura en que yo confío que has de<br />

vencer, pues t eniendo las energías que t ú t ienes y usando de<br />

const ancia, lograrás ganarle la pelea al demonio. No t e<br />

desanimes porque después de una vict oria el demonio t e<br />

present a luego ot ra bat alla. El hace la lucha y a nosot ros<br />

nos t oca def endernos usando no solo de nuest ras fuerzas,<br />

sino especialment e del excelent e escudo de la gracia de Dios.<br />

Mucho sient o la pena que t ienes por la enf ermedad de<br />

t u mamá. Pido a Dios que le dé la salud y, ent re t ant o lo<br />

ayude a of recer por sus hij os la cruz que en est os moment os<br />

lleva sobre sus hombros.<br />

Est oy bien, nada más cansado. Todos los días, pido por<br />

ust edes y les mando la bendición, para que Dios las ayude en<br />

sus exámenes y en los de los niños.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para la<br />

Madre Carmen y para t odas las hermanas, quedo af ect ísimo<br />

en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

159


APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

Est oy en Roma viendo y oyendo muchas cosas<br />

hermosas; pero al mismo t iempo pienso qué pequeño es uno.<br />

Aquí ent re t ant os Obispos yo vengo a ser apenas una<br />

moronit a; ant e la sabiduría de muchos, me sient o ignorant e;<br />

ant e la experiencia de mis compañeros, me parece que he<br />

pasado por el mundo sin darme cuent a de lo que pasa y de la<br />

necesidad que hay de hacer algo más por Dios.<br />

Realment e nada somos, nada podemos y nada valemos.<br />

Pero con los auxilios de Dios haremos mucho porque al fin<br />

Dios es el que lo hace t odo y nosot ros no somos sino<br />

inst rument os que a veces hast a le est orbamos, cuando la<br />

soberbia nos t ransf orma en malos inst rument os.<br />

Tienen, pues, que ser siempre muy humildes, muy<br />

serviciales con sus hermanas para imit ar a Jesucrist o que,<br />

siendo Dios, no vino a ser servido sino a servir.<br />

En est a t ierra en donde han vivido millares de Sant os,<br />

por t odas part es me encuent ro el recuerdo de sus ej emplos<br />

de humildad y caridad. Así t enemos que ser t ambién<br />

nosot ros. Así se lo pido a Dios para t i y para t odas t us<br />

hermanas religiosas.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas las de esa casa, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que<br />

de corazón las bendice<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

160


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Mient ras escr ibo est a cart a, ust edes no despiert an t odavía,<br />

pero ya est oy rogando a Dios que los ayude por que hoy<br />

empezarán sus ej ercit aciones. En ellas sin duda les hablarán de<br />

la unidad y de la caridad, las dos cosas en que mucho insist ió<br />

nuest ro Sant ísimo <strong>Padre</strong> el Papa Paulo VI , en la inauguración del<br />

Concilio.<br />

Unidad y caridad se complet an porque la caridad es la unión<br />

ínt ima con Dios por el conocimient o y por el amor . Cuant o más se<br />

conoce a Dios más se le ama y cuant o más se le ama más se<br />

desea conocerlo mej or.<br />

Caridad para con Dios, par a con la I glesia y para con la<br />

humanidad.<br />

Caridad para con Dios que nos ama t ant o que podemos decir<br />

que est á loco de amor por nosot ros y especialment e por sus almas<br />

escogidas, por las que El ama más. Y nuest ra r espuest a debe ser<br />

t ambién amor. Amor manif est ado en las obr as: en nuest ra<br />

obediencia, en nuest ra humildad, en nuest ro deseo sincero de<br />

vivir consagrados a El en t odos los moment os de nuest ra vida.<br />

Caridad para con la I glesia, pueblo de Dios, f amilia de Dios,<br />

cuerpo Míst ico de Crist o, caridad que se manif iest a en nuest ro<br />

cuidado por no murmurar sino más bien hablar bien de nuest ros<br />

prój imos, no rezongar ni negarnos a servir a nuest ros hermanos<br />

porque son cr iat uras de Dios. El amor es ingenioso y<br />

const ant ement e encuent ra ocasiones para manif est arse en la<br />

caridad con nuest ro prój imo.<br />

Caridad para con la humanidad porque t odos los hombres<br />

han sido llamados al mismo dest ino et erno y en nuest ro af án de<br />

apost olado para at raer a Dios aún a los que no le conocen,<br />

t enemos que recordar lo que decía San Pablo: la caridad de<br />

Crist o nos apremia .<br />

Pract ica siempre una gran caridad con t us compañer as,<br />

t eniéndot e por la menos sabia ent re ellas y sirviéndoles con amor,<br />

y Dios t e dará una gran recompensa. Que de est as ej ercit aciones<br />

t odas salgan más resuelt as a pract icar la unidad y la caridad.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

161


APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

26 de sept iembre de 1966.<br />

De acuerdo con los art ículos 255-260 de las<br />

Const it uciones, t ienen que hacer ust edes, lo más pront o<br />

posible, la elección de la Delegada de esa casa para el<br />

Capít ulo general. Aunque las Const it uciones dicen que los<br />

grupos serán de 12 hermanas, la Superiora general me pidió<br />

y yo le concedí dispensa para que los grupos f ueran<br />

solament e de seis hermanas porque de lo cont rario habría<br />

muy pocas delegadas en el Capít ulo.<br />

Las hermanas por quienes ust edes pueden vot ar para<br />

Delegadas, conf orme al art . 255, creo que son: la hna. María<br />

Aguayo, Teresa Gut iérrez y la hna. Ma. Elena Ginori, a no<br />

ser que me equivoque, pues deben ser maest ras y al menos<br />

con 3 años de profesión religiosa.<br />

La hermana. Conchit a encerrará su vot o en un sobre, y<br />

así cerrado, conf orme al art . 260, mandará el sobre<br />

j unt ament e con el act a a la R.M. Carmen para revolver el<br />

vot o de ella j unt ament e con los de Morelia.<br />

Por t i no t ienen que vot ar porque t ú como Superiora, de<br />

t odos modos t ienes que venir al Capít ulo en la f echa en que<br />

después se les indicará. Pero t ú si t ienes que vot ar.<br />

Para la elección, primero van a la capilla y rezan las<br />

preces al Espírit u Sant o, luego se reúnen en la sala y cada<br />

quien escribirá en su bolet a el nombre de dos hermanas para<br />

elegir a las dos escrut adoras, y en est a primera vot ación<br />

servirán de escrut adoras las dos hermanas más j óvenes en<br />

prof esión. Las dos hermanas que obt engan mayor número de<br />

vot os serán las escrut adoras en la vot ación siguient e.<br />

Enseguida las escrut adoras recién elegidas repart irán las<br />

bolet as y harán lo que dice el art . 257. Una vez elegida la<br />

Delegada, quedará como suplent e la que después de la<br />

Delegada haya obt enido mayor número de vot os en la últ ima<br />

vot ación. Y si llegaron hast a la t ercera vot ación para<br />

Delegada y dos quedaron empat adas, ent onces la mayor en<br />

prof esión será la Delegada y la ot ra será la suplent e, y si las<br />

dos prof esaron el mismo día ent onces la mayor en edad será<br />

la Delegada.<br />

162


Las escrut adoras t ienen obligación grave de no decir<br />

por quién vot ó cada quién, aunque se hayan dado cuent a por<br />

la f orma de la let ra o por ot ro mot ivo, y deben quemar las<br />

bolet as al t erminar la vot ación menos la de la H. Conchit a: su<br />

bolet a se va en sobre cerrado a México.<br />

Terminada la elección, rezan la acción de gracias, la<br />

que designen secret aria redact a el act a, la f irma y la mandan<br />

a la H. Carmen j unt ament e con el sobre de la hermana.<br />

Conchit a. Para ust edes 6, mayoría absolut a son al menos<br />

cuat ro vot os, y mayoría relat iva la que t enga más vot os<br />

aunque sean solo dos.<br />

Pido mucho a Dios nuest ro Señor que les ayude a ser<br />

cada día más humildes y más ent regadas a Dios.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

163


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

29 de sept iembre de 1966.<br />

Hoy recibí t u at ent a del día 24 y con ella los sobres de<br />

las vot aciones.<br />

Por mi cart a del día 26 t e darás cuent a de que ahora la<br />

vot ación t enía que haberse hecho conf orme a las<br />

Const it uciones; pero no t engas pendient e pues de t odos<br />

modos valió la que hicieron ust edes allá y hast a con la<br />

vent aj a de que los escrut adores f ueron nada menos que un<br />

Obispo y un Not ario Eclesiást ico. Ent re el P. Eugenio y yo<br />

abrimos el sobre del grupo de la Huacana y cont amos los<br />

vot os: La hermana. Teresa Gut iérrez obt uvo mayoría absolut a<br />

y por eso bast ó esa vot ación y ella queda nombrada delegada<br />

al Capít ulo General, le siguió en vot os la hermana. María<br />

Aguayo y por lo mismo ella será suplent e para el caso de que<br />

por enf ermedad o algún ot ro mot ivo grave no pueda venir al<br />

Capít ulo la hermana. Teresa. También pueden acompañarse<br />

las dos.<br />

Mañana hará el act a el P. Eugenio para mandar una<br />

copia a la M. Carmen y ot ra a esa casa. Pero desde hoy t e<br />

comunico el result ado para que la hermana. Teresa se vaya<br />

preparando al viaj e. Si llegan pront o los result ados de t odas<br />

las vot aciones, yo espero que el Capít ulo podamos t enerlo el<br />

día 8 de oct ubre por la t arde. Ya les avisaré la f echa<br />

def init iva. De los grupos de Tacámbaro result aron delegadas<br />

las hermanas Amalia y Ma. De Lourdes. De los demás grupos<br />

t odavía no sé.<br />

Ya quemamos las bolet as de los vot os, menos el de la<br />

hermana. Conchit a porque su sobre se abrirá hast a t ener<br />

j unt os los t res sobres del grupo Morelia, pues nos f alt a<br />

t odavía el sobre de la hermana. Ana María. El Capít ulo<br />

General será aquí en Tacámbaro.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice, con t odas las<br />

hermanas.<br />

+ José Abraham Mart ínez.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

164


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

15 de f ebrero de 1967.<br />

Recibí t u at ent a del día 14, que me t raj o not icias de<br />

ust edes. Gracias a Dios.<br />

Hoy arreglaré con el Sr. Cura lo del agua del Colegio,<br />

para que no t engan ust edes pendient e.<br />

Con gust o le rogaré a Nuest ro Señor les ayude para que<br />

puedan arreglar los t rámit es de la reincorporación.<br />

Procuren vivir int ensament e su vida de piedad, pues de<br />

ella depende que t odo vaya bien y sea grande el f rut o de su<br />

apost olado.<br />

Ya quedó el Sr. Cura en que él pagará el agua del<br />

Colegio. Nada más t ienen que t ener cuidado de que no se<br />

queden abiert as las llaves ni levant adas las válvulas de los<br />

W. C. para que no se t ire en balde el agua.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

165


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

27 de f ebrero de 1967.<br />

Te escribo para recordarles que est a es la últ ima<br />

semana de empadronamient o y obliga en conciencia a t odas<br />

las que ya t ienen 21 años de edad. No se les vaya a olvidar.<br />

Aún la Sma. Virgen fue a empadronarse hast a Belén, a pesar<br />

de que no le obligaba según las leyes de ent onces.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

166


APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

12 de marzo de 1967.<br />

Espero que t odas est én muy bien y preparándose para<br />

celebrar con mucha devoción la Semana Sant a.<br />

Como apenas est ás haciendo t us pininos de superiora,<br />

quiero me dispenses que t e dé algunos consej os que pueden<br />

servirt e mucho.<br />

No se t e vaya a olvidar pedir permiso siempre que<br />

t engas que salir a ot ra part e f uera de la Huacana, y conviene<br />

que t e fij es en que t ambién las hermanas lo pidan cuando<br />

t ienen que salir.<br />

Además, es bueno que cuando salgan, lleguen a casa de<br />

las hermanas o alguna casa religiosa, pues así lo disponen<br />

las leyes de la iglesia. Si en el lugar hay Siervas, claro est á<br />

que pref erent ement e deben llegar a la casa de las Siervas.<br />

La volunt ad de la I glesia es que cuando alguna hermana<br />

sale de viaj e no vaya sola ni con algún niño o niña, sino con<br />

ot ra hermana, o si est o no es posible, con alguna muj er<br />

piadosa y de experiencia.<br />

Y no se les olvide que vivo siempre con el pendient e de<br />

que en alguna de esas salidas vayan a llegar ya de noche de<br />

regreso a la Huacana.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odas, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

167


R.H Ma. Elena Ginori<br />

La Huacana, Mich.<br />

Villa de Guadalupe, D.F., a 2 de mayo de 1968<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

He sabido que ya t ienes list a la t esis, de lo cual me da mucho<br />

gust o pues ya t emía que t e quedaras sin aprovechar la últ ima<br />

oport unidad de present arla. Dios t e bendiga.<br />

Dios t ambién t e ayude a ofrecerle siempre t odos t us t rabaj os<br />

y aflicciones por el advenimient o de su Reino a t odos los<br />

corazones.<br />

Yo est oy mej orando y espero est ar de regreso en Tacámbaro<br />

apenas pase el día 10. Nuest ro Señor les ha de premiar t odas<br />

las oraciones y sacrif icios que han ofrecido por mí.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para t us<br />

compañeras, quedo af mo. en Crist o y s.s que de corazón t e<br />

bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez Bet ancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

168


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

15 de j unio de 1968.<br />

Est uve ausent e de Tacámbaro y por eso hast a ayer me<br />

ent regaron t u cart a y t u t elegrama. I nt ent é hablart e por<br />

t eléf ono pero no fue posible.<br />

Ya le escribí al Sr. Cura para que t e proporcione lo<br />

necesario para los gast os de la escrit ura. Avísale a la Madre<br />

Paz qué día t iene que ir.<br />

Ya que no puedo ir a t ierra calient e, cuando vengas a<br />

Ario, a Pát zcuaro o a Morelia, avísame para hacer lo posible<br />

por ir a verme cont igo para los asunt os que t engas<br />

pendient es. Yo t engo que salir hoy al Capulín, pero Dios<br />

mediant e regresaré el lunes.<br />

Luego veré como se paga la deuda que t e has echado<br />

encima por los exámenes de la hermana. Ma. Elena.<br />

No dej es de of recerle a Nuest ro Señor t odas t us penas<br />

para que t us suf rimient os no sean en vano. Él premiará las<br />

cont radicciones que sufres por Él y la caridad que t engas con<br />

las hermanas y demás prój imos.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas las hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

169


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

23 de noviembre de 1968.<br />

Agradezco t u at ent a cart a y sobre t odo las oraciones<br />

que has of recido a nuest ro Señor por mi salud. Dios Nuest ro<br />

Señor premie t us bondades.<br />

Dice el doct or que ya he mej orado un t reint a por<br />

cient o, de modo que t odavía me falt a bast ant e para est ar<br />

bien.<br />

Como no puedo ir por ahora, me valgo de est as let ras<br />

para recomendart e una vez más que sigas luchando por ser<br />

cada día mej or, con mucha caridad con t odas, aunque algún<br />

día ellas no t engan caridad cont igo, pues no lo haces por<br />

ellas sino por Dios.<br />

En la obediencia recuerda que la aut oridad de la<br />

superiora es aut oridad de Dios, y si alguna vez crees que t e<br />

manda alguna cosa inj ust a puedes hacer t us observaciones<br />

exponiendo t us dificult ades, pero con mucho respet o y<br />

caridad. Después de exponer t u punt o de vist a t e t oca<br />

obedecer.<br />

Encomendándome a t us oraciones y pidiendo a Dios que<br />

t e ayude a ser cada día más buena, quedo af ect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

170


R.M. Emma Guízar, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 4 de febrero de 1969<br />

Te escribo para recordart e que hubo un convenio ent re<br />

Escuelas Part iculares y Secret aría de Educación para no pedir<br />

ninguna cuot a durant e el año. Quiero que no dej en de<br />

cumplirlo en mi caso. Por lo mismo les ruego que no piensen<br />

en mandarme más regalo para el día de mi Sant o que un<br />

Tesoro Espirit ual, pues me servirá muchísimo para que Dios<br />

me ayude en mis muchos t rabaj os.<br />

Te aviso t ambién que el vest ido aprobado para México<br />

f ue el que habían propuest o: j umper azul con blusa blanca o<br />

de un color serio, pero sin escot e ni t ransparent e, manga<br />

larga. Medias color humo, y si no las hay pueden proponer<br />

ot ro color. Peinado decent e. Te doy la not icia para que no<br />

t e ext rañe si vas a México. En Huet amo t ienen que at enerse<br />

a lo que ordene o permit a el Excmo. Sr. Navarro.<br />

Ruego a Dios que les ayude especialment e a conseguir<br />

su sant ificación, y como ést a consist e especialment e en la<br />

caridad, no descuiden nunca la medit ación, pues sin ella no<br />

se adelant a en la caridad.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

171


R.H. Ma. Elena Ginori, SI C<br />

Buenavist a Tomat lán, Mich.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

14 de f ebrero de 1969<br />

En est os días las lect uras cont inuas de la Sant a Misa,<br />

nos han recordado con f recuencia la necesidad de la oración<br />

cont inua. Y yo me acuerdo de t u sueño casi invencible. Por<br />

eso se me ocurrió escribirt e hoy unos cuant os renglones.<br />

Especialment e t e recomiendo la medit ación. Sin ella no<br />

adelant amos en el amor de Dios, pues la medit ación nos hace<br />

reflexionar en las cont inuas manif est aciones del amor de Dios<br />

para con nosot ros. En t odas las páginas de la Sant a Escrit ura<br />

encont rarás hechos o palabras que nos dan a ent ender lo<br />

mucho que Dios nos ama. Y cuando vemos pat ent e el amor<br />

de Dios, nos sent imos compromet idos a pagarle con la misma<br />

medida, es decir, con amor.<br />

Si descuidas la medit ación, t e irás debilit ando en el<br />

amor de Dios.<br />

A veces no podemos medit ar, o por enf ermedad, o por<br />

una prueba de Dios; pero t ambién sucede con f recuencia que<br />

no podemos medit ar porque est amos en est ado habit ual de<br />

pecado venial: alguna aversión que no podemos quit ar, et c.<br />

En ese caso lo que hay que hacer es t rabaj ar para no vivir<br />

habit ualment e con el pecado venial encima, y est o es posible<br />

con el auxilio de la gracia de Dios. Puede ser que a veces<br />

caigamos en el pecado venial, pero si inmediat ament e nos<br />

enmendamos evit amos así est ar habit ualment e en ese<br />

est ado.<br />

Pido a Dios que t e ayude a ser muy buena y siempre<br />

muy agradecida a Dios por sus beneficios.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. en<br />

Crist o y s.s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez Bet ancourt<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

172


R. M. Emma guízar S.I .C.<br />

Apreciable hij a en Jesucrist o:<br />

A 25 de marzo de 1969.<br />

Recibí la f elicit ación que me enviaron con mot ivo del<br />

día de mi sant o y mucho les agradezco t odo lo que han hecho<br />

por mí pero especialment e las oraciones que of recieron a N.<br />

Señor. Con est as oraciones me dan mucho ánimo y al mismo<br />

t iempo me consiguen de Dios más f ort aleza para poder<br />

cont inuar en la misión que Él me ha encomendado.<br />

Ahora que hay más religiosas en Huet amo t odas<br />

procuren port arse mej or, ser más const ant es en sus act os de<br />

piedad, más ordenadas en su Reglament o y muy observant es<br />

de las const it uciones. Ahora hay el peligro de que las gent es<br />

comiencen a compararlas con las nuevas religiosas y no<br />

quiero que Uds. Vayan a perder en la comparación, pórt ense<br />

pues muy bien.<br />

Sean muy carit at ivas con las nuevas, muy serviciales y<br />

no vayan a crit icarlas, porque las crít icas al f in y al cabo se<br />

pueden devolver en cont ra de Uds.<br />

Mucho le pido a Nuest ro Señor que les ayude a ser cada<br />

día más buenas como premio a las bondades de Uds. para<br />

conmigo.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

173


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

17 de mayo de 1969.<br />

Recibí t u at ent a del día 12 y sirvió que me escribieras<br />

porque así me acordé de mandar el permiso para que vayas a<br />

acompañar a la hermana Aurora en caso de que no t enga con<br />

quien irse a su casa.<br />

Mucho les agradezco t odas las at enciones que t uvieron<br />

conmigo ahora que est uve en La Huacana y le pido a Dios<br />

Nuest ro Señor que las premie y las bendiga en abundancia.<br />

Ej ercít at e cada día más en la humildad porque est o es<br />

muy necesario para servir mej or a Dios Nuest ro Señor.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

174


R.M. Emma Guízar, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 19 de mayo de 1969<br />

Te aviso que, Dios mediant e, el j ueves me operan en<br />

Morelia. Pide a Dios por mí.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas las Hermanas, quedo af mo. en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

175


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

3 de j ulio de 1969<br />

Tú y ot ras dos hermanas no est uvieron por aquí en est os<br />

días. Por eso t e escribo ahora.<br />

Todavía no est oy complet ament e sano, pero ya he mej orado<br />

mucho, bendit o sea Dios. El viernes me dij o el doct or que<br />

convenía que permaneciera aquí ot ros quince días, pues si me iba<br />

a Tacámbaro allá comenzaría luego las act ividades aunque yo no<br />

quisiera, y pront o est aría aquí de regreso buscándolo. Por eso<br />

aquí est oy t odavía: escribo una cart a y descanso, luego escribo<br />

ot ra y así va pasando el t iempo.<br />

Aquí of r ezco a Dios sacrif icios por ust edes. Tú t ambién<br />

of rece a Dios t odas t us penas para que Él en cambio nos ayude a<br />

conseguir una verdadera renovación de ment alidad según el<br />

Concilio. Procura asist ir a las conf erencias en donde t rat an de lo<br />

que debe ser la renovación de la vida religiosa, y si t e encuent ras<br />

libros que t rat en est e t ema léelos t ambién. Especialment e t e<br />

recomiendo el libro del <strong>Padre</strong> Guerrero en donde colecciona t odo<br />

lo que el Sant o <strong>Padre</strong> ha dicho acerca de la renovación de la vida<br />

religiosa, pues en est o el mej or maest ro es el Vicario de Crist o.<br />

Si no nos ponemos al día vamos a est ar en peligro hast a de<br />

rebuznar .<br />

La ref orma del unif orme hay que hacerla si así le parece al<br />

Obispo del lugar en donde se t r abaj a, aunque sin seguir las<br />

modas del mundo, sino un est ilo act ual que no sea el de la gent e<br />

mundana, y que sea f uncional o sea que f acilit e el cumplimient o<br />

de los deberes y del apost olado, e higiénico.<br />

Además de la renovación ext erna, import a t odavía más la<br />

renovación int erna, y en est a vamos muy at rasados. La ref or ma<br />

int erna debe ser en el sent ido de una renovación más conscient e<br />

y vigorosa de los aut ént icos valores de la vida religiosa. La<br />

renovación, como dij o el Papa el 28 de mayo, solo será ef icaz si<br />

f avorece una vida recogida y aust era, el amor a la disciplina, el<br />

f er vor de la oración, la generosidad en el sacrif icio. Lucha con<br />

empeño porque t u ref orma sea así.<br />

Encomendándome a t us oraciones, con saludos de las<br />

hermanas de aquí, y pidiendo a Dios que t e ayude a vivir cada día<br />

mej or t u consagración a Dios, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s.<br />

que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

176


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

29 de abril de 1969<br />

A mi regreso me encont ré t u at ent a del día 18 de abril<br />

en la que veo t u buena volunt ad de servir a Dios nuest ro<br />

Señor aunque para ello t engas que hacer muchos act os de<br />

humildad como Él lo hizo cuando vino a redimirnos y lo sigue<br />

haciendo t odavía a cada paso.<br />

Le est oy pidiendo a Nuest ro Señor que t e ayude en el<br />

diálogo a f in de dart e a comprender su punt o de vist a para<br />

que t odo camine bien para gloria de Dios.<br />

Dispensa que no t e escriba más largo porque después<br />

de est ar muchos días fuera, ahora t engo muchas cosas que<br />

at ender, solament e t e recomiendo una vez más que sigas<br />

luchando por la adquisición de las virt udes de la humildad y<br />

de la caridad pues est o t e ayudará a resolver los problemas.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

177


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

29 de oct ubre de 1969.<br />

Por f ort una Dios no t e pide más de lo que t ú puedes.<br />

Si t e esfuerzas por cumplir t u deber del mej or modo que<br />

puedas, Dios t e lo t oma en cuent a como si fueras una sabia.<br />

Ciert ament e los hombres no ven nuest ras int enciones y<br />

nuest ros esf uerzos y por eso a veces no nos comprenden ni<br />

nos ayudan, pero debemos est ar bien especialment e con<br />

Dios.<br />

En t us clases sé humilde y procura pregunt ar t odo lo<br />

que no sepas. Pregúnt ale a la Madre Ma. Luisa o a la<br />

hermana Tarcila.<br />

Dios se ha valido de la necesidad para ponert e de<br />

nuevo en Turicat o. Al acept ar de buena volunt ad est e<br />

sacrificio, sin duda nuest ro Señor est á cont ent o cont igo.<br />

Est ás mal de salud, por eso t ienes deber de cuidart e, t omar<br />

t us medicinas, pedir más medicinas cuando t e f alt en y venir a<br />

ver al médico cuando t ermines el t rat amient o. Me dicen que<br />

si t u enfermedad es algo de úlcera int est inal, el suero es<br />

excelent e remedio.<br />

Sigue con mucho empeño adelant ando en la piedad,<br />

pues es lo principal; el apost olado es consecuencia de la<br />

piedad.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

178


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

1 de f ebrero de 1970.<br />

Acercándose ya el día de mi sant o t engo la<br />

preocupación de que quieran enviar algún regalo. Mas como<br />

t odas las casas est án ahora con pocos recursos, les ruego<br />

encarecidament e que no me envíen sino un t esoro espirit ual,<br />

pues me daría mucha pena que t raj eran t ambién algún regalo<br />

mat erial.<br />

Esperando que cumplan con est e deseo quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

179


R. M. Emma Guízar, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 8 de marzo de 1970.<br />

Por varios conduct os he sabido que aún sigues delicada<br />

de salud. ¿Qué no convendría que t e vinieras una t emporada<br />

a Tacámbaro para que de aquí est és yendo a Morelia a ver un<br />

especialist a? O si pref ieres est ar en Morelia, t ambién est aría<br />

bien porque de lo cont rario vas a quedar en puro carcaj e,<br />

dispensándome la comparación.<br />

Podríamos sacrificar alguna de las casas pidiéndole a<br />

una Hermana que vaya a suplirt e.<br />

Of rece ent re t ant o a Dios t odos t us suf rimient os. Si<br />

hemos de sufrir, es mej or que lo hagamos ganando mérit os.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

180


R.H. Ma. Eugenia Lucero, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 8 de marzo de 1970.<br />

Agradezco las oraciones que has of recido a Dios por mi<br />

salud. Bendit o sea Dios ya voy mej orando. La f uert e<br />

inf ección que t enía en la faringe y en los bronquios ya va<br />

cediendo.<br />

Me alegras con la not icia de que t e est ás port ando bien<br />

con los niños. Dios nuest ro Señor los quiere mucho.<br />

En cuant o a t u enf ermedad, no dej es de ir a ver al<br />

médico. Ahora que est oy enfermo, ust edes las Siervas sí me<br />

mandan a que me examine el médico con sus aparat os, o me<br />

t raen al médico, y yo me aguant o porque debo cuidar mi<br />

salud. Tú t ambién dej a que t e lleven al médico, no t e quedes<br />

silencit a sin decir lo que t ienes y cuida t u salud.<br />

No dej es de comer, claro que no sin medida, sino hast a<br />

donde puedas. La comida t ambién es necesaria para la<br />

salud.<br />

Procura vivir unida con t odas, y aunque alguna<br />

amanezca de malas y t e haga mala cara, t ú siempre t rat a<br />

bien a t odas y hazles buena cara. Acuérdat e de la Pasión del<br />

Señor.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo af mo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

181


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

29 de abril de 1970.<br />

Anoche hablé con la Madre Carmen y me dij o que le<br />

habían hecho las dos operaciones a la madre Ma. Luisa y<br />

había salido bien. Bendit o sea Dios.<br />

De t odos modos sigan pidiendo a Dios por ella, pues el<br />

peligro no cesa sino después de las 72 horas.<br />

La hermana Crist ina est á allá cuidándola.<br />

La Misa de hoy nos habló de la gracia y la caridad. Es<br />

la gracia f uent e de caridad. Le pido a Dios nuest ro Señor<br />

que la gracia sant if icant e produzca en t odas ust edes sus<br />

f rut os; que siempre vivan ínt imament e unidas a Dios para<br />

que así puedan t odas vivir unidas en la caridad de Dios.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

182


R.M. Emma Guízar, S.I .C.<br />

APRECI ABLE HI JA EN JESUCRI STO:<br />

A 31 de mayo de 1970<br />

Ayer hubo Consej o y se vot ó si a Huet amo regresarían<br />

t odas o algunas de las hermanas que vinieron a vacaciones.<br />

El Consej o aprobó que volvieran las t res hermanas y<br />

est uvieran t odavía el mes de j unio allá, para no est ropear el<br />

examen de los niños.<br />

Tan luego como pasen los exámenes mandas a Tacámbaro<br />

a t odas las hermanas con t odas sus cosas. Dej an allá a la<br />

hermana Soledad para que t e acompañe en las vacaciones,<br />

t ant o en los días que t engas que est ar en Huet amo, como en<br />

los días que est és en México.<br />

Yo me quedo pidiendo a Dios que les ayude a vivir unidos<br />

en la caridad y dando buen ej emplo a t odo el pueblo.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afmo. en Crist o y<br />

s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

Te f elicit o por el día de t u sant o. Ofrecí por t i una Misa.<br />

183


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

1 de j ulio de 1970.<br />

Ayer llegué a casa muy agradecido por t odas las<br />

at enciones de ust edes. Dios nuest ro Señor les premie sus<br />

bondades.<br />

Ahora t e escribo para hacerles dos recomendaciones,<br />

pues creo que mucho les servirán para cuando se les<br />

present e la ocasión. Mucho les recomiendo que cuando la<br />

comunidad salga de paseo, procuren no llevar personas<br />

aj enas a la comunidad, pues ahora se acost umbra mucho<br />

t omar un aperit ivo y t omar cerveza durant e la comida y en<br />

est o a veces las gent es insist en mucho. Si ust edes les hacen<br />

caso dan mal ej emplo, si se disculpan y no condescienden no<br />

f alt ará t ampoco qué piensen; pero vale más no dar el mal<br />

ej emplo. Por eso les recomiendo mucho que ni por<br />

compromiso vayan a t omar alguna bebida que cont enga<br />

alcohol, como cerveza, licores, et c.<br />

También les recomiendo que si alguna vez les<br />

encomiendan arreglar algún salón que va a servir para bailar<br />

vean a ver cómo se disculpan o piden que les cambien esa<br />

comisión por ot ra que no sea indecorosa para ust edes. Hay<br />

que cuidar mucho el buen ej emplo para poder hacer un<br />

grande bien a las almas.<br />

Yo est aba seguro que la Madre t e haría est as<br />

recomendaciones cuando f uera a la Huacana o ahora que<br />

vinist e a Tacámbaro; pero como me acabo de dar cuent a de<br />

que no t e las hizo, yo me t omo la libert ad de dart e est os<br />

consej os que son para que mej or puedas conducir t u<br />

comunidad y para bien de t odas.<br />

Pido a Dios que t e ayude a ser muy buena y a of recerle<br />

siempre t odos los sacrificios de t u vida para acompañarlo con<br />

la cruz.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice con t odas las<br />

hermanas.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

184


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

24 de oct ubre de 1970.<br />

Mucho les agradezco que hayan dej ado venir a la<br />

hermana Amparo para que le ayudara a mi t ía en la f iest a del<br />

día 20. Dios les premie est as bondades.<br />

Ya me dí ot ro cabezazo, pero, bendit o sea Dios, ya no<br />

me duele. Ni me alcanzó a romper la piel.<br />

Mucho me int eresa que sigan f oment ando la piedad,<br />

porque en la vida religiosa la piedad es f undament al; si se<br />

descuida t odo comienza a irse por un voladero.<br />

También deben cuidar la pureza en las lect uras. Una<br />

religiosa que ha cogido la manía de leer cuadernos o novelas<br />

que no van de acuerdo con la pureza, no debe renovar sus<br />

vot os; t ampoco debe renovarlos la que t enga amist ades<br />

peligrosas, a no ser que se apart e def init ivament e de ellas.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas las hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de<br />

corazón las bendice. Saludos t ambién de part e de mi t ía.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

185


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

24 de oct ubre de 1970.<br />

Me da mucho gust o saber que al f in encont rast e<br />

direct or espirit ual. En la vida de perfección crist iana es muy<br />

necesario el direct or espirit ual, pues nosot ros nos engañamos<br />

muchas veces y necesit amos que alguien nos guíe para no<br />

t omar algún camino errado.<br />

Ahora lo que t ienes que hacer es ser sincera con t u<br />

direct or y nunca t rat ar de conseguir que de t odos modos él<br />

t e apruebe lo que a t i se t e ocurra, nada más porque a t i t e<br />

conviene o t e parece bien. Dios t iene sus planes sobre cada<br />

uno de nosot ros y no acost umbra hablarnos para revelarnos<br />

sus planes; pero en los sucesos de nuest ra vida y en la<br />

doct rina del Evangelio podemos ir conociendo qué es lo que<br />

Dios quiere de nosot ros. Nada más que no siempre somos<br />

capaces de ver esos sucesos a la luz del Evangelio; el int erés<br />

puede hacernos t orcer la int erpret ación de la doct rina divina<br />

y aplicarla más a los hechos que nos suceden, por eso<br />

necesit amos mucho de un direct or espirit ual.<br />

Pido a Dios nuest ro Señor que t e ayude a aprovechar<br />

muy bien est e benef icio para t u sant if icación.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice. Saludos para t u<br />

compañera, la hermana Amparo y para t odas las hermanas.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

186


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

1 de noviembre de 1970.<br />

Agradezco muchísimo t u cart a y le pido a Dios que t e<br />

premie t us bondades.<br />

Yo est oy mej or del oj o, bendit o sea Dios. Ya casi est á<br />

bien del golpe, aunque ya no voy a ver bien con él, pero no<br />

por el golpe sino porque ya est aba mal desde ant es. Siquiera<br />

el golpe fue en el oj o malo y no en el bueno.<br />

Hoy le pido al <strong>Padre</strong> Francisco que no dej e de<br />

nombrarles conf esor pues est o es muy necesario. Anímalas a<br />

t odas a que t engan su direct or espirit ual, aunque no sea de<br />

allá, al fin que no es necesario ver cada ocho días al direct or<br />

y puede ser dist int o del conf esor.<br />

El calor de allá es duro. Se sient e uno desguanzado;<br />

pero mient ras más t rabaj o le da a uno cumplir su reglament o<br />

y horario, más mérit o t iene uno delant e de Dios. Si Él no ve<br />

la perf ección en lo que hacemos, al menos que vea el<br />

esfuerzo que hacemos para servirle muy bien en t odo.<br />

Somos hij os de Dios y de la Virgen para servir a nuest ro<br />

Señor en la I glesia ( y est e es un resumen del espírit u de las<br />

Siervas, explicado en el cap. 2 de las Const it uciones) . Le<br />

pido a Dios que les ayude aport arse siempre como hij as de<br />

Dios y ser verdaderas Siervas, sirviendo a Dios en su I glesia.<br />

Ust edes lo sirven en la educación crist iana de los niños.<br />

No dej en de leer y medit ar los capít ulos 3 y 4 de la<br />

primera cart a de San Juan pues ahí explica cómo deben ser<br />

los hij os de Dios.<br />

Saludos de part e de mi t ía. Encomendándome a t us<br />

oraciones, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón<br />

las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

187


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

30 de noviembre de 1970.<br />

Me da gust o ver t u buena volunt ad para luchar por ser<br />

buena y agradar cada día más a Nuest ro Señor.<br />

Especialment e t e recomiendo que sigas con el empeño de<br />

adelant ar en la humildad, porque la humildad es el cimient o<br />

de nuest ra vida espirit ual. Recuerda que, si algo somos, no<br />

es por nosot ros, sino por la abundant e gracia que Dios nos<br />

da. Por eso decía San Pablo: Qué es lo que t ienes que no<br />

hayas recibido? ¿Y si lo recibist e, por qué t e glorías como si<br />

no lo hubieras recibido?<br />

Si algo valemos es por Dios. Si algo podemos es por el<br />

poder de Dios. Si algo somos es porque Dios nos ayuda a<br />

serlo.<br />

Nuest ra cooperación es muy pequeña aunque a nosot ros nos<br />

parezca muy grande. La cooperación de Dios es la que vale<br />

mucho.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

188


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

23 de marzo de 1971.<br />

Recibí t u cart a de f elicit ación que mucho agradezco y le<br />

pido a Nuest ro Señor que t e ayude a cont inuar en la lucha<br />

por ser cada día más buena.<br />

Recuerda que uno de los medios para pract icar la<br />

humildad es la pobreza volunt aria. Da t rabaj o pedir alguna<br />

cosa a los superiores porque nos est orba la soberbia. Y<br />

cuando ya pedimos y no nos hicieron caso o se les olvidó,<br />

más t rabaj o nos da pedir de nuevo. Si en est e caso nos<br />

dej amos llevar por la soberbia, es posible que pensemos: no<br />

vuelvo a pedir. También puede ser que pensemos: no me<br />

dan, yo cogeré de donde haya. En ambos casos nos dej amos<br />

llevar de la soberbia en vez de proceder con humildad.<br />

También hay ocasiones en que la superiora no t iene qué<br />

dar a sus súbdit as y ent onces hay que t ener humildad para<br />

esperar y luego volver a pedir.<br />

La pobreza es una cruz, por eso se necesit a humildad<br />

para llevar la cruz.<br />

No t e digo est as cosas porque crea que falt as a la<br />

pobreza, sino para enseñart e un camino por donde t ambién<br />

puedes pract icar la virt ud de la humildad, con el fin de que al<br />

ej ercit ar la pobreza, ej ercit es t ambién la humildad.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

189


APRECI ALBE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

15 de abril de 1971.<br />

Dios t e premie por t u cart a del 28 de marzo. En ella<br />

veo t u esf uerzo por ser buena y est o me llena de alegría.<br />

Est amos celebrando la resurrección de Crist o con<br />

alegría, pero sin olvidar que a esa alegría se llega por el<br />

camino de la cruz.<br />

En el Calvario, en medio est aba el inocent e, el que sin<br />

haber pecado t omó nuest ro lugar para padecer por nosot ros<br />

suf riendo lo que nosot ros merecíamos. A un lado est aba un<br />

ladrón obst inado en su pecado e increpando a Crist o con<br />

ironía, como cuando el pecador no quiere convert irse y<br />

rezonga en cont ra de Crist o para disculparse. Al ot ro lado<br />

est aba Dimas reconociendo su pecado: ¡Feliz ladrón que ant e<br />

la cruz corrigió su vida!<br />

Bendit o sea Dios que reconoces t us defect os, pues así<br />

sient es más la necesidad de acudir a Dios con humildad para<br />

pedirle que t e ayude a enmendart e para est ar después con El<br />

en el paraíso.<br />

Cuando más nos sent imos pecadores, más debemos<br />

acercarnos a Dios para que nos ayude, pues sabemos que El<br />

en vez de despreciarnos quiere ayudarnos.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

190


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

10 de sept iembre de 1972.<br />

Acaban de venir las hermanas Flavia y Josefina y me<br />

dieron t u recado. Con mucho gust o t e mando la bendición y<br />

le pido a Dios que t e ayude a hacerles un gran bien a<br />

aquellas gent es de la Ruana, a las que recuerdo mucho<br />

porque t odos fueron muy buenos conmigo.<br />

Mient ras más unida est és a Dios, mayor será el f rut o<br />

que logres para Dios; por eso no se t e olvide cumplir muy<br />

bien t us vot os pues ellos t e ayudarán a desprendert e más de<br />

las criat uras para vivir más unida a Dios.<br />

Saluda mucho de mi part e a la hermana. Aurora y a la<br />

hermana. Ma. Auxilio.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

191


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

29 de abril de 1973.<br />

Ayer en la t arde llegué de México y ya me t raj e el<br />

t ermo que ust edes me hicieron el favor de regalarme.<br />

Muchas gracias. Me servirá mucho. Dios se los premie.<br />

A Huet amo no podré ir porque el día 10 t endré que<br />

est ar en México en Cardiología. Ust edes no dej en de<br />

avisarme cuando ya est é bueno el camino para ir de nuevo a<br />

visit arlas. Ent re t ant o no olviden la import ancia de cumplir<br />

muy bien sus vot os. Para ello es necesario el auxilio de la<br />

gracia de Dios, pero ést a la pueden conseguir con la oración<br />

y los sacrament os. Tiene especial import ancia la oración<br />

personal pues, quien hace bien su oración personal, podrá<br />

hacer bien la oración comunit aria y permanecer en la<br />

presencia de Dios de modo que su t rabaj o se t ransf orme en<br />

oración.<br />

Ayer escribí al Sr. Cura de I nguarán. Si en I nguarán no<br />

hay cart ero, mucho, les agradecería le pidieran a uno de sus<br />

alumnos de I nguarán el f avor de avisarle al Sr. Cura para que<br />

recoj a la cart a de la Agencia de correos.<br />

Encomendándome a las oraciones de ust edes, quedo<br />

af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

192


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

7 de j unio de 1974.<br />

Hoy me sent í con fuerzas para escribir y por eso t e<br />

mando est as let ras pidiendo dispensa por no habert e escrit o<br />

ant es con mot ivo de la muert e de t u mamá.<br />

Tan luego como supe la not icia me puse a rogar a Dios<br />

por su alma y al día siguient e of recí a Nuest ro Señor la Sant a<br />

Misa por ella.<br />

Ella se ha adelant ado a nosot ros; pero si nos port amos<br />

bien, ya la alcanzaremos y pront o est aremos t odos j unt os en<br />

la gloria de Dios. Mucho vale una madre. Y no t enemos con<br />

qué comprar su vida t errena, pero vale más el buen Jesús,<br />

nuest ro Salvador y, al dej art e ella, t e dej ó ya con Nuest ro<br />

Señor para siempre. Aquí Él es nuest ro consuelo, nuest ra<br />

alegría, nuest ra f ort aleza, pero después de nuest ra muert e<br />

nos daremos bien cuent a de t odo lo que Él vale, o, más bien,<br />

conoceremos más lo que Él vale en sí y para nosot ros, pues<br />

nunca alcanzará nuest ro ent endimient o a comprender t odo lo<br />

que Él es, aunque est emos siempre viendo nuevos aspect os<br />

de lo que es y aunque est emos siempre experiment ando en<br />

dist int as f ormas la grandeza de su amor.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

193


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

7 de j unio de 1974.<br />

Hoy recibí la t arj et a que a nombre t uyo y de t us<br />

compañeros me enviast e de Acapulco, Dios t e lo pague.<br />

La t arj et a me hace pensar que en nuest ra vida t ambién<br />

hay noches, a veces obscuras, a veces iluminadas.<br />

Complet ament e obscuras, cuando no buscamos la luz de<br />

Dios; medio obscuras cuando aprovechamos poco esa luz, ya<br />

sea por culpa nuest ra, ya sea porque es prueba de Dios;<br />

iluminadas, cuando vemos la volunt ad de Dios y la acept amos<br />

con amor.<br />

De nosot ros depende mucho que las noches que vamos<br />

encont rando en la vida no sean complet ament e obscuras.<br />

Dios siempre est á dispuest o a ayudarnos.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para<br />

t odas quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón las<br />

bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

194


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

7 de j unio de 1974<br />

Hoy recibí la t arj et a que me mandast e de Acapulco y<br />

mucho t e la agradezco.<br />

A veces sent imos que nuest ra vida es una puest a de<br />

sol, por la suavidad y por la t rist eza de que el día se t ermina<br />

y no hicimos casi nada para Dios. Ot ras veces sent imos la<br />

vida como un at ardecer oscuro y t empest uoso que nos invit a<br />

unas veces a cont emplar la maj est ad de la t empest ad y ot ras<br />

veces, a buscar dónde ref ugiarnos.<br />

Bendit o sea Dios que siempre sent imos que nuest ro<br />

refugio est á en Él y en la Sma. Virgen María. Baj o la<br />

prot ección de ellos, ya pueden pasar t odas las t empest ades<br />

que quieran, que al fin nos sent imos seguros.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

195


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

10 de j unio de 1974.<br />

Recibí la t arj et a que me enviast e como recuerdo de t u<br />

viaj e por el Pacífico. Dios t e lo premie y sobre t odo t enga en<br />

cuent a t us oraciones por mí para que t e las premie t ambién.<br />

Dicen que las cosas se parecen a su dueño. El paisaj e<br />

de la t arj et a es melancólico. Pero alegrement e iluminado por<br />

la luz que baj a del cielo. Piensa que en t us horas de<br />

suf rimient os y t rist ezas es Dios quien t e ilumina y da la<br />

alegría necesaria para seguir haciendo el bien a los<br />

pequeñit os. ¿Qué podríamos hacer nosot ros si no nos<br />

sost uviera la luz de Dios que nos señala el camino que hemos<br />

de seguir y calient a nuest ro corazón en amor de Dios y nos<br />

f ort alece para vencer t odas las dif icult ades?<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

196


Tacámbaro, a 24 de agost o de 1974.<br />

Teniendo necesidad de que alguien nos ayude en los<br />

t rabaj os de escrit orio de nuest ras of icinas de la Curia y<br />

conociendo la buena volunt ad, eficiencia, responsabilidad y<br />

espírit u de servicio a la I glesia de la hermana Ma. Refugio<br />

Arriaga, de la Congregación de Siervas de la I nmaculada<br />

Concepción, y cont ando con el acuerdo de su Superiora<br />

General, por las present es let ras la nombramos Auxiliar de<br />

las oficinas de nuest ra Curia Diocesana.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

197


APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

20 de mayo de 1975.<br />

Agradezco t u at ent a del día 2 del present e y<br />

especialment e las oraciones que of recist e a Nuest ro Señor<br />

por mi salud.<br />

Le pido a Dios nuest ro Señor que t e premie est a caridad<br />

concediéndot e abundant es gracias para que puedas imit ar<br />

mej or a Crist o y vivir siempre ident ificada con Él de t al modo<br />

que aprendas a pensar las cosas como Dios las piensa y a<br />

quererlas como Dios las quiere.<br />

Encomendándome a t us oraciones, quedo afect ísimo en<br />

Crist o y s. s. que de corazón t e bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

198


4 de noviembre de 1975.<br />

APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Recibí t u at ent a en la que me cuent as las preocupaciones<br />

por t u genio que quizá t e impida hacer los vot os perpet uos.<br />

No cabe duda que t odavía t e f alt a humildad y eres brusca<br />

en el t rat o con el prój imo, t e dej as arrast rar por las primeras<br />

impresiones f uert es, siempre t e veo como en t ensión y en rat os<br />

est ás alegre y en rat os est ás t rist e, a veces alent ada por la<br />

esperanza, a veces t e domina la inquiet ud, unas veces con<br />

ent usiasmo ot ras veces con desalient o. Si t e cont radicen o<br />

humillan t e dej as llevar de arrebat os y a veces en est os arrebat os<br />

se t e escapan palabras violent as. Tot al que con f recuencia<br />

pier des el dominio de t i misma y mort if icas a los que est án cerca<br />

de t i. Oj alá me equivoque, pero est a es la impresión que t engo.<br />

Pero est o no es razón par a desalent art e. ¿Qué hiciéramos<br />

si Dios nos hubiera hecho a t odos pan con at ole ? Seríamos una<br />

bola de gent e aguada. Un caballo br ioso no es un mal caballo, lo<br />

que hace f alt a es educarlo. El apóst ol Sant iago ya andaba<br />

pidiéndole a Nuest ro Señor que hiciera llover f uego del cielo sobre<br />

el pueblo que no los había recibido; pero aprendió a cont rolarse y<br />

f ue un gran apóst ol. San Francisco de Sales era muy coraj udo y<br />

así f ue hast a su muert e; pero logró dominarse de t al modo que<br />

llegaron a llamarle el Sant o de la dulzura .<br />

Seas o no religiosa t ienes que aprender de t odos modos a<br />

dominar t us ner vios y t us impulsos violent os. Para ello t e servir á<br />

no solo la gracia de Dios, sino t ambién t u propia colaboración<br />

aprendiendo a t ener a raya desde el principio cualquier<br />

movimient o desordenado; si sient es que t e empieza el coraj e,<br />

domínalo luego. Aprende a r ef lexionar ant es de hacer alguna<br />

cosa y así recobrarás poco a poco el dominio sobre t i misma.<br />

Yo creo que en lugar de est ar quebr ándot e la cabeza<br />

pensando en si harás los vot os perpet uos, debes pensar si est ás<br />

dispuest a, por amor a Dios, a educar t u t emperament o y así<br />

f ormar bien t u car áct er . Si est ás resuelt a a t rabaj ar en est e<br />

sent ido, de seguro podrás cumplir con los vot os perpet uos. Per o<br />

est o lo t ienes que resolver t ú, conf iando mucho en el auxilio de<br />

Nuest ro Señor.<br />

Dispénsame por f avor si t e hablé t an claro; pero no es<br />

porque no t e est imo, sino porque la misma caridad nos enseña a<br />

aplicar la medicina aunque duela, una vez que hemos localizado la<br />

enfermedad.<br />

Encomendándome a t us oraciones y con saludos para las<br />

hermanas, quedo af ect ísimo en Crist o y s. s. que de corazón t e<br />

bendice.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

199


4 de sept iembre de 1981.<br />

H na. M aría Eugenia Lucer o ( Hna. que at endió al Excmo.<br />

Sr. obispo en sus últ imos años de vida)<br />

APRECI ABLE H I JA EN JESUCRI STO:<br />

Te agradezco sincerament e t odo lo que has hecho por<br />

mí en los seis años que llevas en est a casa. Me has cuidado<br />

con mucha diligencia, delicadeza y prudencia, aunque pudiera<br />

parecerles lo cont rario a quienes no t e conocen bien. Est oy<br />

seguro que Dios t e premiará t ant a bondad y lo que t e has<br />

preocupado para que yo no est é deprimido.<br />

Est oy seguro que Dios t e dio vocación religiosa,<br />

aprovéchala.<br />

Te dio t ambién el precioso don de la alegría. Empléala para<br />

comunicar t u alegría a t us compañeras. Sé siempre alegre,<br />

aún en medio de las penas, pensando que hay que vivir<br />

siempre alegrement e crucif icados con Crist o, nuest ro amor<br />

divino. Por eso, nunca t e desalient es en las cont radicciones,<br />

lleva la cruz con alegría porque no vas sola sino con Crist o<br />

que no quiere que dej es de acompañarlo.<br />

Dios t e ha dado t ambién afect o hacia los pequeños, t an<br />

amados de su divino corazón, pero no vayas a dej ar que por<br />

ellos t e olvides de su Amor, más bien ama a Dios en los niños<br />

porque ellos son miembros de su Cuerpo Míst ico. Por t u<br />

alegría y por t u bondad con los niños, yo creo que t u especial<br />

carisma es el kínder. Lást ima que por cuidarme a mí hayas<br />

dej ado de ej ercit ar ese carisma durant e seis años.<br />

En cuant o a t u alegría, solament e t e recomiendo que<br />

siempre la ej ercit es sin molest ar a nadie; a veces sucederá<br />

que, sin quererlo, mort ifiques a alguien, ent onces pide<br />

disculpa y no t e mort ifiques más, pues a quien t enemos que<br />

t ener cont ent o es a Dios.<br />

Si algún día Dios t e llama a seguirlo por ot ro camino en<br />

la vida religiosa, primero asegúrat e de que el llamado sea<br />

verdaderament e de Dios y no del diablo con el señuelo de<br />

huir de las dificult ades, por lo mismo, ant es piénsalo muy<br />

bien y procura la aprobación de t u direct or espirit ual. Si no<br />

t ienes direct or espirit ual, recuerda que en la vida religiosa es<br />

obligat orio t enerlo pues se t rat a de llegar a la perf ección y<br />

muchas veces puede uno equivocarse si se dej a llevar por las<br />

inclinaciones nat urales, y el direct or puede ver muchas cosas<br />

200


con más claridad que nosot ros. A nosot ros nos pueden cegar<br />

los int ereses propios y el demonio se puede valer de nuest ras<br />

inclinaciones para desviarnos.<br />

Recuerda t ambién que, como miembros del Cuerpo<br />

Míst ico de Crist o, t enemos que compart ir con Crist o la cruz.<br />

El que quiera seguirlo t iene que t omar t odos los días su cruz.<br />

Él ya no padece en su cuerpo real, pero padece en su Cuerpo<br />

Míst ico. Lo que nosot ros suf rimos, Él lo une a sus<br />

suf rimient os en la cruz, por eso decía San Pablo: Vivo<br />

crucificado con Crist o . El deber de nosot ros crist ianos es<br />

vivir crucif icados con Crist o.<br />

Que la bendición de Dios <strong>Padre</strong> Todopoderoso, del Hij o<br />

y del Espírit u Sant o descienda sobre t i y permanezca<br />

siempre.<br />

Dispensa las errat as, pero ya me da t rabaj o escribir en<br />

máquina.<br />

+ José Abraham Mart ínez B.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

201


CORRESPONDENCI A A SU TÍ A<br />

LUI SI TA<br />

(Hermana de su mamá)<br />

La t ía Luisit a como la conocimos t odos, f ue para el Señor<br />

Abraham, casi una madre, porque su cariño y su celo apost ólico no<br />

t uvieron límit es; si no, pregúnt enselo a los niños que preparó<br />

para la Primera Comunión.<br />

¿Cómo f ue que prof esó el 25 de diciembre? Con su voz<br />

pacient e y t ranquila nos explicó: Una vez est ando enferma me<br />

dij eron que podía pedir los vot os en la hora de la muert e y así se<br />

lo pedí al <strong>Fundador</strong> ( el Señor Abraham) y cuál f ue mi sorpresa que<br />

al ot ro día el señor obispo me dio una solicit ud para la madre<br />

superiora quien llegó días después con las hermanas del Consej o y<br />

me dij eron que est aba admit ida en la Congregación y que el<br />

noviciado podría realizarlo en mi casa, por mot ivos de enf ermedad.<br />

En agost o de 1975 el señor Valbuena me implant ó el noviciado; no<br />

cumplí con los dos años de noviciado que dict a el reglament o<br />

porque prof esé el 25 de diciembre, de 1976, est oy muy cont ent a,<br />

me sient o f eliz . ( Ent revist a hecha por Víct or Mendoza)<br />

202


Sr it a. Luisa Bet ancour t<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma a 12 de oct ubre de 1962.<br />

El sábado que salimos de México llegamos después de las 4<br />

de la t arde a Nueva York por que hubo una hora de ret raso para<br />

salir de México y porque la hora de Nueva York va adelant ada. No<br />

alcanzamos a ir a la ciudad. Apenas alcanzamos a arreglar el<br />

t r asborde de avión.<br />

Salimos de Nueva York un poco después de las 7 de la<br />

noche y como a las 8 nos dieron la cena; f ue t an abundant e que<br />

no pudimos acabar con ella. Nos dier on unos zapat os de<br />

est ambre para pasar la noche y no me los puse porque no supe<br />

que eran para eso. Tampoco se los puso el P. Car reón, pero ya<br />

andaba perdiendo uno de los de cuero. Esa f ue la noche más<br />

cort a que he pasado en mi vida, pues a las 6 horas de haberse<br />

obscur ecido, amaneció de nuevo. Hora y media ant es de llegar a<br />

Roma vimos las luces de una ciudad y comenzamos a at ravesar<br />

por Francia. Est aba nublado y al salir el sol el espect áculo era<br />

hermosísimo. En Niza comenzamos a parar arriba del Mar<br />

Medit err áneo y a las 8 de la mañana est ábamos baj ando en el<br />

aeropuert o de Roma, cerca del mar.<br />

La nueva casa del Pío Lat ino est á en un lugar hermoso ent re<br />

colinas a la orilla de Roma y ent re ot ros Colegios. Hacen cont rast e<br />

las casas de ladrillo color de rosa con lo verde de los prados y de<br />

los pinos.<br />

Ya he vist o cuat ro veces al Sant o <strong>Padre</strong>, especialment e ayer<br />

que f ue la inauguración del Concilio. Nunca había vist o una<br />

mult it ud t an grande de Obispos como ahora; hast a me acuerdo del<br />

ranchero cuando vio muchos padrecit os.<br />

Termino ya para que se vaya hoy est a cart a. Al cabo ya<br />

mandé ot ra para la Hoj it a del Concilio.<br />

Saludos a t odos los de la casa.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En Crist o y<br />

s. s. que de corazón los bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

Ext rañé el cambio de comida y ya me andaba pasando lo que a Tr ino en<br />

México, pero me at endier on a t iempo y no me alcanzó a t ronar el<br />

est ómago.<br />

203


Sr it a . Luisa Be t a n cour t<br />

Tacámbar o, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma a 24 de oct ubre de 1962.<br />

Hoy recibí su cart a y con grande alegría porque f ue la<br />

primera cart a que recibí desde que est oy en Roma.<br />

Sigo mej or, bendit o sea Dios y eso que no dej o de salir<br />

mañana y t ar de. En la mañana para ir a la asamblea, o sea a la<br />

Congregación General y por la t arde para ir a alguna conf erencia<br />

que nos ilust re más sobre los punt os que se est án t rat ando.<br />

Est a t ar de f uimos con el Excmo. Dr. López a visit ar un rat it o<br />

al Excmo. Sr. Cardenal de Polonia, quien est á muy agradecido con<br />

Tacámbar o porque est amos pidiendo a Dios por Polonia. Est e<br />

ruego lo va a repet ir por la Radio Vat icana en est os días al<br />

dirigirse las naciones de América para decir que t ambién él pone a<br />

Polonia baj o la prot ección de Nuest ra Señora de Guadalupe,<br />

Pat rona de México y Emperat riz de América. Yo t ambién en est os<br />

días les voy a hablar por r adio a los f ieles de Tacámbaro. Será un<br />

saludo cort it o. Llamen a alguien que les sepa poner el radio en la<br />

Est ación del Vat icano, en la onda de 25 met ros, pues se est án<br />

per diendo de cosas muy int eresant es que han est ado t rasmit iendo<br />

en est os días para México y de las cuales nada les cont é pensando<br />

que allá est aban oyendo la est ación del Vat icano. Yo t odos los<br />

días oigo aquí las t ransmisiones de la Radio Vat icana en it aliano y<br />

en español. Recuerden que la hora en que se oye en México es a<br />

las 6: 30 de la t arde.<br />

El Excmo. Sr. López ent regó al Excmo. Sr. Cardenal una<br />

imagen de la Sma. Virgen de Guadalupe impr esa en seda, que le<br />

mandaron de la Basílica de Guadalupe. El nos regaló a cada quién<br />

una imagen de Nuest ra Sra. De Chenzt oj ova, con dedicat oria.<br />

No recuerdo el domicilio del P. Raf ael, por eso le mando una<br />

car t a para él, a f in de que se la mande cuando le escriba.<br />

Cuént enme si siempre f ue Jesús a Tacámbaro y salude de mi<br />

par t e a Chema y a Boni.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. en Crist o y<br />

s. s. que de corazón la bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

204


Sr it a. Luisa Bet ancour t .<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

A 26 de oct ubre de 1962.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Hoy recibí su at ent a del día 19 y con ella el cheque que<br />

me manda el <strong>Padre</strong> Raf ael. Muchas gracias.<br />

Pasado mañana, Dios mediant e cumpliré t reint a y cuat ro<br />

años de sacerdot e. Celebraré la Sant a Misa aquí en el<br />

Colegio y por la t arde vamos a reunirnos los compañeros,<br />

pues con ocasión del Concilio he t enido el gust o de<br />

encont rarme de nuevo con muchos compañeros de ent onces,<br />

que nos ordenamos sacerdot es el mismo día.<br />

El lunes celebraré la Sant a Misa sobre el sepulcro de<br />

San Pedro, pues hace 34 años allí celebré mi primera Misa.<br />

De los que me acompañaron ya solament e queda el <strong>Padre</strong><br />

Soria que t ambién celebró allí su primera Misa.<br />

Ya he t enido cuidado de no caminar mucho a pie y est o<br />

me ha servido para est ar cada día mej or. Ext raño la<br />

pist achit o para caminar de un lado a ot ro, porque aquí los<br />

aut os de alquiler cobran muy caro; pero ya me est oy dando<br />

mis mañas para ir de un lugar a ot ro sin ocupar carros de<br />

alquiler mas que cuando es muy necesario. A San Pedro nos<br />

vamos en un camión los Obispos del Pío Lat ino. El camión<br />

viene por nosot ros y nos espera a la salida para t raernos<br />

como a buenos niños de Colegio.<br />

El P. Carreón la manda saludar a ust ed y a t odas las de<br />

porra .<br />

Ayer f ue día de vacación y nos f uimos a visit ar el<br />

sepulcro de San Pablo, y t ambién el lugar en donde f ue<br />

decapit ado, la grut a de la Virgen de la Revelación, de allí nos<br />

f uimos a Mont ecasino al sepulcro de San Benit o y Sant a<br />

Escolást ica, y de regreso llegamos a Genazano a visit ar la<br />

Basílica de Nuest ra Señora del Buen Consej o. Est oy t omando<br />

f ot ograf ías a colores para poderles cont ar muchas cosas a mi<br />

regreso, sobre t odo acerca de las iglesias t an hermosas que<br />

hay por acá. La Abadía de Mont ecasino f ue dest ruida en la<br />

últ ima guerra y ahora est á ot ra vez hermosísima, decorada<br />

con mármoles preciosos. Saben colocarlos t an bien y escoger<br />

t an bien los colores que con ellos f orman hermosos dibuj os.<br />

205


Ot ras cosas les he cont ado en las t res cart as que les he<br />

enviado ya, para que se las lean el domingo. Pero no sé si<br />

esas cart as le habrán llegado al Sr. Cura Reyes.<br />

La Madre María Luisa est uvo en Roma cinco días cuando<br />

comenzó el Concilio; vino a visit arme y siguió luego con el<br />

grupo de peregrinos a cont inuar la gira.<br />

El Domingo pasado fuimos a Galoro adonde nos<br />

convidaron a comer las religiosas mexicanas que est án<br />

est udiando aquí en Roma, allí est aba t ambién la Madre<br />

<strong>Esperanza</strong> con su compañera guadalupana. Fue el Excmo. Sr.<br />

Garibi y ot ros 40 Obispos mexicanos. Ese día comimos<br />

comida mexicana y gozamos visit ando iglesias y<br />

cont emplando los hermosos paisaj es de los alrededores de<br />

Roma.<br />

Saludos para t odos. Siempre los est oy recordando.<br />

Especiales saludos a Jesusillo si t odavía est á allí.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

No se asust en porque acá se han muert o algunos Obispos<br />

viej ecit os. De t odos modos en el mundo se mueren uno o dos<br />

Obispos cada semana, y como ahora est amos aquí casi t odos, nada<br />

t iene de ext raño que los que han de morir mueran aquí. Hast a<br />

t ienen la vent aj a de que inmediat ament e reciben los sufragios de<br />

más de dos mil Obispos.<br />

206


Sr it a. Luisa Bet ancour t<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 28 de noviembre de 1962.<br />

En invierno el sol es f loj it o. Sale muy t arde y se<br />

acuest a t emprano. Son las 5 de la t arde en est os moment os,<br />

est a lloviendo y ya est á bien oscuro; lo cual no es de<br />

ext rañar porque t odos los días a las 5 se obscurece.<br />

Ya nos falt an solament e semana y media para que<br />

t ermine la primera part e del Concilio. El día 9 de diciembre<br />

por la mañana será la Canonización de cuat ro sant os y a<br />

medio día saldremos en avión para Jerusalén. Volveremos el<br />

día 18 para comenzar luego nuest ro viaj e de regreso a<br />

Tacámbaro, pues la próxima t emporada del Concilio<br />

comenzará hast a el día 8 de sept iembre. Queremos irnos de<br />

aquí por Venecia, Suiza, Ars, Fát ima, Lourdes, París y<br />

Bruselas; pero t odavía no sabemos qué día t omaremos el<br />

avión en París, pues depende de lo que t ardemos en est e<br />

viaj e. Mi deseo es est ar allá el 1° de Enero.<br />

El <strong>Padre</strong> Carreón anda ahora por el Nort e de I t alia. Se<br />

f ue con el <strong>Padre</strong> Melgoza y el <strong>Padre</strong> Valient e; los esperamos<br />

mañana en la noche. Ya sabe pagar el camión y pedir<br />

mant equilla en it aliano; pero t odavía no ha aprendido a pedir<br />

gelat inas.<br />

Por su cart a del día 18 veo cuánt as gent es me mandan<br />

saludar. Favor de saludarlas a t odas y decirles que no me<br />

olvido de pedir por t odos especialment e cuando visit o los<br />

sepulcros de los Sant os.<br />

El Sant o <strong>Padre</strong> est á un poco enf ermit o y t ienen que<br />

operarlo; pero él se est á aguant ando para est ar con nosot ros<br />

en las f est ividades del día 8 y el 9 de diciembre.<br />

Encomendándome a sus oraciones y con saludos para<br />

t odos los de esa casa, quedo afmo. En Crist o y s. s. que de<br />

corazón los bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

207


Sr it a. Luisa Bet ancour t .<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

A 26 de Diciembre de 1962.<br />

Vine a visit ar al Sr. Cura D. Francisco Morrillo el <strong>Padre</strong><br />

que est uvo un año ayudándonos en el Seminario.<br />

Est á haciendo un f río como para caérsele a uno las<br />

orej as; por eso hoy no pienso salir de casa y aquí est oy<br />

encerrado y sent ado j unt o a la lumbre como t odos los<br />

viej it os reumát icos.<br />

Ya nada más voy a Fát ima, Lourdes y Bruxelas y salgo<br />

luego para Tacámbaro ant es de volverme palet a. Pensaba<br />

descansar un día en Nueva York pero con est e f río mej or me<br />

baj o de un avión para subirme luego al ot ro. Si el f río y la<br />

nieve no nos det ienen en el camino, espero llegar para el 6<br />

de enero, pero es muy posible que no llegue sino hast a el 12<br />

pues con t ant a nieve que ha caído a veces est án cerrados los<br />

caminos y hay días en que ni los aviones quieren levant ar el<br />

vuelo.<br />

Me admiro de que no me ha dado guerra la t os ni los<br />

bronquios. Bendit o sea Dios.<br />

A Lourdes y Fát ima voy a rogar a Dios y a la Sma.<br />

Virgen por t odos. El recibirá los f rillazos que t enga que<br />

aguant ar en el camino.<br />

Encomendándome a sus oraciones, de corazón las<br />

bendice y saluda a t odas.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

208


A 4 de oct ubre de 1963.<br />

Sr it a. Luisa Bet ancour t<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Hoy recibí su at ent a del día 27 con not icias de allá<br />

Bendit o sea Dios que t odos est án bien. A El le pido le dé<br />

salud a Margarit a Carreón y a sus niños.<br />

A pesar de que me vine con algo de bronquit is, est e año<br />

he est ado bien de salud, quizá un poco mej or que el año<br />

pasado. Hast a hubiera querido irme a Asís, pues ahora<br />

t enemos libres los sábados y domingos; pero t engo quehacer<br />

aquí y necesit o quedarme en paz. Además en est os días ha<br />

est ado lloviendo mucho como si ya est uviéramos en t iempo<br />

de aguas y así es mej or no salir.<br />

En el avión me cansé menos que el año pasado, a pesar<br />

de que t uvimos más horas de viaj e porque nos llevaron hast a<br />

Copenhague, la capit al de Dinamarca, muy cerquit a de Rusia<br />

y de Suecia. Llegamos a Roma a la una de la t arde y los<br />

seminarist as de Tacámbaro nos est aban esperando en el<br />

aeropuert o.<br />

El <strong>Padre</strong> Filemón llegó el sábado t ambién a la una y<br />

f uimos a encont rarlo. Él comienza mañana los ej ercicios<br />

espirit uales.<br />

Ayer celebró la Sant a Misa ant e t odos los Obispos del<br />

Concilio un Señor Obispo f ranciscano que cumplió 50 años de<br />

sacerdot e y t ambién 50 de Misionero en Áf rica.<br />

Compré ot ros dos pares de medias, dos bandas y t res<br />

solideos. Y mient ras muchos andan con el vest ido arrugado<br />

porque no t ienen quien se los planche, yo me encont ré la<br />

sot ana, la mant elet a y los roquet es muy limpios y<br />

planchados, bendit o sea Dios.<br />

El Excmo. Sr. López est á hospedado t ambién en est e<br />

Colegio y los manda saludar.<br />

Oj alá se alivie el seminarist a de Apat zingán. Así se lo<br />

pido a Dios. Al Excmo. Sr. Álvarez le est oy pasando las<br />

not icias que ust edes me mandan de su seminarist a.<br />

Muchos saludos para t odos los de la casa y para t odos<br />

los que acost umbran llegar a pregunt ar por mí.<br />

Encomendándome a sus oraciones quedo Af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

209


Sr it a. Luisa Bet ancour t<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 8 de oct ubre de 1963.<br />

Hoy recibí su at ent a del día 3 de oct ubre. A la ent rada<br />

del ref ect orio hay un casillero. Cada hueco t iene un nombre<br />

y me da mucho gust o encont rar cart as en el huequit o en<br />

donde est á mi nombre. Pero a veces me llevo chasco porque<br />

con f recuencia se equivoca el que repart e las cart as y pone<br />

en mi huequit o las cart as del Excmo. Sr. Vélez Mart ínez de<br />

Toluca, o las del Excmo. Sr. Mart ínez A. de Taraumara, y a<br />

veces aún las del <strong>Padre</strong> J. A. Llaguno.<br />

Fui a una mercería y me surt í de hilos para poderme<br />

remendar en casos urgent es, pues los cordones de la banda<br />

ya se habían despegado de t res lugares y los había pegado<br />

con hilo de ot ro color. Parece que ya est oy menos<br />

at arant ado que el año pasado para manej ar la aguj a. Hast a<br />

remendando durant e el Concilio sirve uno a Dios.<br />

Las uvas est án dulcísimas y muy suavecit as, las peras<br />

parecen de azúcar y mant equilla y las manzanas aunque no<br />

parezcan bien maduras est án suaves por dent ro. Duraznos<br />

ya no alcancé, pero los duraznos aquí son t ambién<br />

especiales. El queso est á de lamerse uno los dedos y los<br />

macarrones t ambién. No t enga pues pendient e por la<br />

comida. Además no dej o de t omar la medicina que me recet ó<br />

el doct or al pasar por Morelia.<br />

Ya f ui a visit ar a las Brigidit as de aquí. Todos est os<br />

días ha habido muchas Misas de Obispos en la iglesia de<br />

Sant a Brígida.<br />

Muchos saludos para las viej it as de la casa y para las<br />

Clet illas y el Clet illo, y para t odos los que van a pregunt ar<br />

por mí.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

210


Srit a. Luisa Bet ancourt<br />

Tacámbar o, Mich.<br />

A 18 de oct ubre de 1963.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Recibí su at ent a del día 11 con las not icias de la ida al<br />

Cubilet e. El día 14 est uve pensando en que est arían en el<br />

Cubilet e los de Tacámbar o y que t ambién allá se acordarían de<br />

pedir a Dios por mí, como lo hicieron el año pasado.<br />

Anoche mismo le pasé la not icia al Excmo. Sr. D. Vict orino<br />

Álvarez de que su seminarist a ya est aba muy mej orado, y le dio<br />

mucho gust o.<br />

Voy a conseguir luego las bendiciones de Alf onso y Doña<br />

Felícit as, a ver si me las pueden ent regar ant es de volverme, pues<br />

me dicen que est e año hay mucho recargo, y como solo un señor<br />

Obispo f irma a nombre del Sant o <strong>Padre</strong> las bendiciones, me las<br />

ent regarán hast a dent ro de cuarent a días por lo menos.<br />

Ayer le di sus saludos al Excmo. Sr. López y est uvo<br />

acordándose de cuando est uvo allá. A la Madre <strong>Esperanza</strong> no la<br />

veo desde el día de la audiencia con el Sant o <strong>Padre</strong>; pero cuando<br />

la vea o se of rezca hablarle por t eléf ono, le daré los saludos.<br />

Saludos para Teresa Ort iz. El día de su sant o me acordé en<br />

la Sant a Misa de ella.<br />

Mañana la orquest a de Sant a Cecilia ( 150 prof esores de<br />

música) nos dará un Conciert o a los <strong>Padre</strong>s Conciliares. Con la<br />

orquest a cant arán los cor os que vinieron de Alemania. El Excmo.<br />

Sr. López ya se f ue est a t arde a oír el últ imo ensayo.<br />

El domingo para celebrar el Día de las Misiones, el Sant o<br />

<strong>Padre</strong>, consagrará en San Pedro 12 Obispos, casi t odos<br />

misioneros, ant e la presencia de los Obispos que asist imos al<br />

Concilio.<br />

Oyeron el discurso del Sant o <strong>Padre</strong> a los mexicanos el día<br />

12 de est e mes? De aquí lo t ransmit ieron por radio y t ambién por<br />

t elevisión.<br />

Sigo bien de salud, y quizá aun mej or, bendit o sea Dios.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odos y con saludos<br />

af ect uosos, quedo af mo. En Crist o y s. s. que de corazón los<br />

bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbar o<br />

211


Sr it a. Luisa Bet ancour t<br />

Roma, a 8 de noviembre de 1963.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Le mando est e papelit o en donde est á la Basílica de San<br />

Juan de Let rán, y en la plaza la est at ua de San Francisco de<br />

Asís, porque pasado mañana t engo que ir a San Juan, la<br />

Cat edral del Papa, con capa y mit ra a la f est ividad de la t oma<br />

de posesión del Sant o <strong>Padre</strong> Pablo VI . Dicen que est a f iest a<br />

es muy hermosa.<br />

Díganle a alguno de los <strong>Padre</strong>s del Seminario, o al<br />

<strong>Padre</strong> Zaragoza, que les busque la est ación del Vat icano.<br />

Creo que les hará est e f avor. Se oye en 25 met ros, en la<br />

segunda banda de abaj o para arriba, j unt o a la est ación de<br />

Cuba. No les digo que le hagan ese encargo al <strong>Padre</strong> Carreón<br />

porque él a esa hora ha de est ar t ambién oyendo y grabando<br />

lo que oye.<br />

En est a semana el est ómago hizo un int ent o de<br />

enf ermarse, pero como mi cuart o est á f rent e al Hermano<br />

enf ermero, él me dio unas past illas que me aliviaron luego.<br />

Y no fue por el queso.<br />

Muchos saludos para t odo aquel mont ón de gent es que<br />

se acuerdan de mí. Sigo pidiendo por t odos y enviándoles mi<br />

bendición.<br />

Saludos para t odos los de la casa. Que sean t odos muy<br />

buenos.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón la bendice con t oda la raza.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

212


Sr it a. Luisa Bet ancourt<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 17 de noviembre de 1963.<br />

Recibí su cart a de f echa 10 de noviembre y le agradezco sus<br />

let ras.<br />

Dent ro de un mes, Dios mediant e ya est aremos allá en<br />

posadas comiendo cacahuat es y colaciones y cant ando villancicos,<br />

si Dios nos da licencia. Ya f alt an solament e dos semanas y media<br />

para salir de Roma y volver a la Diócesis.<br />

Hoy fui con el P. Filemón, Francisco Merlos, Julio Piment el,<br />

I gnacio Rodríguez y un seminarist a de Guadalaj ara que nos<br />

conduj o el aut o que alquilamos, hast a Ferriere y allá celebré la<br />

Sant a Misa en la cocina de la casa de Sant a María Goret t i, hoy<br />

convert ida en capilla. De allí nos f uimos a Nept uno en donde<br />

est uvimos ant e los rest os de Sant a María Goret t i; luego, después<br />

de hacer macarrones y pescado asado, a la orilla del mar, nos<br />

f uimos al hospit al en donde murió Sant a María Goret t i y est uvimos<br />

rezando en el cuart o en donde ella murió, hoy convert ido en<br />

capilla. Fuimos al sepulcro de Emma Allegrini, y nos volvimos a<br />

Roma por la orilla del mar, cont emplando los hermosos paisaj es de<br />

la Cost a.<br />

213


Srit a. Ma. Luisa Bet ancourt .<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

Roma, a 18 de sept iembre de 1965.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Por f in est oy ya en Roma y hoy t engo mucho gust o<br />

porque recibí la primera cart a con not icias de allá.<br />

Ya est amos muy aplicados en el Concilio, aunque como<br />

los muchachos que pierden un año: ahora t engo que est udiar<br />

t ercero y cuart o al mismo t iempo para poder saber de qué se<br />

t rat a en las discusiones.<br />

De salud est oy mej or que en años ant eriores, bendit o<br />

sea Dios. He caminado mucho a pie y no me he cansado<br />

aunque me voy siempre con precauciones.<br />

Ant ier celebramos el 16 y hubo cant os y t raj es de<br />

charro y sombreros de charro y chile, aunque no lo t omé, y<br />

unos f rij oles muy bien hechos. El <strong>Padre</strong> Jesús se t omó un<br />

plat o bien lleno por si no nos vuelven a dar.<br />

Todavía alcancé duraznos y est án deliciosos. Pescado<br />

nos dan t odos los días. De modo que no t enga pendient e,<br />

que nos t ienen muy bien at endidos.<br />

¿Cómo est uvo allá el 16? Desde acá me est aba<br />

imaginando el desf ile.<br />

Ya he recorrido varias iglesias y en t odas pido a Dios<br />

por ust edes, hast a por los j uanet es de Trina, para que ya no<br />

ande rengueando.<br />

Hay que prepararnos para llevar a cabo las resoluciones<br />

del Concilio. Es necesario pensar en llegar a una vida de<br />

sant idad o sea de verdadera consagración a Dios. Ya el<br />

decret o De Ecclesia aprobado el año pasado habla de est a<br />

consagración a Dios, lo que hace f alt a es vivirla.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odos y con<br />

saludos para t odos los t acambarenses, quedo af mo. En Crist o<br />

y s. s. que de corazón los bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

214


Srit a. Ma. Luisa Bet ancourt .<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 27 de sept iembre de 1965.<br />

Hoy recibí su at ent a del día 21 con grat as not icias de<br />

ésa. Gracias a Dios y t ambién a ust ed que me escribe.<br />

He seguido muy bien de salud, nada más un poco<br />

cansado porque t engo que ir est udiando al mismo t iempo los<br />

esquemas de est e año y los del año pasado.<br />

Espero que venga por aquí Pepe Franco para verlo ant es<br />

de que t ermine el Concilio, y llevarlo a conocer algunos<br />

lugares hermosos de Roma.<br />

El sábado f ui a Loret o. Queda de aquí como de Morelia<br />

a México; pero alcanzamos a ir y volver el mismo día. En<br />

Tolent ino comimos pollo asado y unos macarrones gruesos<br />

rellenos de picadillo; yo no sé como se llama eso, pero ust ed<br />

sí ha de saber; me dij eron el nombre, pero ya se me olvidó.<br />

Est uve t ambién en la Basílica de San Nicolás y j unt o a la urna<br />

en donde est án los rest os del Sant o rogué por t odos,<br />

especialment e por los de la Huacana y Chupio que t ienen por<br />

pat rón a San Nicolás de Tolent ino.<br />

A Loret o llegamos hast a las 4: 00 de la t arde. A la ida<br />

hicimos más t iempo porque nos desviamos por las hermosas<br />

mont añas, bosques y lagos de Riet i. En Loret o celebré la<br />

Misa en la Sant a Casa y luego nos regresamos de prisa hast a<br />

Roma. Tenía int ención de ir t ambién a Asís; pero los Excmos.<br />

Sres. que iban conmigo querían est ar ese mismo día de<br />

regreso en Roma y t uve que condescender con ellos. Ot ro<br />

día me daré mi escapadit a a Asís. Nos dicen que<br />

probablement e a media et apa del Concilio nos darán unos 10<br />

ó 12 días de vacación; si est o result a ciert o, aprovecharé<br />

esos días del mej or modo posible.<br />

Muchos saludos para el P. Carreón y demás <strong>Padre</strong>s,<br />

para los de casa y de f uera. Todos los días les mando la<br />

bendición.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

215


Sr it a. M a . Luisa Bet a ncour t<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 10 de oct ubre de 1965.<br />

Recibí su at ent a del día 28 y le agradezco las not icias<br />

que en ella me da. Veo que sí le est á ayudando a Dios para<br />

que nos volvamos a ver. Él quiere ayudarnos, pero quiere que<br />

t ambién nosot ros hagamos algo de nuest ra part e. Muy bien<br />

est á que los muchachos le ayuden en el cuidado de las<br />

plant as para que ust ed no se f at igue.<br />

Ahora est amos discut iendo el Decret o acerca de las<br />

Misiones y creo que a fines de la semana comenzaremos a<br />

est udiar y discut ir el Decret o acerca de la vida sacerdot al.<br />

Ruéguele a Dios que nos ayude mucho en est e Decret o pues<br />

es muy import ant e que t engamos muchos sacerdot es sant os y<br />

buenos apóst oles de Nuest ro Señor.<br />

Yo sigo muy bien de salud, bendit o sea Dios. Est e año<br />

hay una novedad en el refect orio: nos han dado frij oles y<br />

elot es cocidos. Y por ciert o que nos saben muy buenos.<br />

Muchos saludos para los <strong>Padre</strong>s, especialment e para los<br />

que van a casa. Dígale por f avor al <strong>Padre</strong> Zaragoza que<br />

mañana le mando el discurso del Papa acerca de las<br />

cooperat ivas.<br />

Saludos a Trina, Sara, Lupe, Ma. Elena y Diego, y a<br />

t odos los que me mandan sus saludos.<br />

Voy a conseguir las bendiciones que desean las Álvarez.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo afmo. en<br />

Crist o y s. s. que de corazón las bendice.<br />

+ José Abraham<br />

Obispo de Tacámbaro<br />

216


Sr it a. Luisa Bet ancour t<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 21 de oct ubre de 1965.<br />

Ayer recibí su at ent a del día 10 y agradezco muchísimo<br />

las f elicit aciones que t uvo la amabilidad de enviarme. Pido a<br />

Dios que le premie sus oraciones y sacrif icios.<br />

Pasé el día muy cont ent o: Misa sobre el sepulcro de San<br />

Pedro, en el alt ar de mi primera Misa y j unt o al sepulcro de<br />

S. S. Pío XI I el que me nombró Obispo: comida con muchos<br />

de mis Venerales. Hermanos Obispos. Muchos cablegramas y<br />

un mont ón de cart as hast a de niños; por t eléf ono me<br />

hablaron las Siervas de México y las de Tacámbaro.<br />

También yo me he caído dos veces aquí en Roma, en la<br />

calle, pero no ha pasado del porrazo. Como mis oj os no me<br />

ayudan, a veces no veo bien dónde t ermina la banquet a.<br />

Ust ed cuídese, ya ve cómo los viej it os mueren a veces de un<br />

porrazo.<br />

Pido a Dios por Vicent it a Mercado, viva o muert a.<br />

Han llegado las cart as de la Madre Anit a. Yo era el que<br />

no sabía cómo escribirle porque no t enía el domicilio como es<br />

ahora.<br />

También nosot ros est uvimos t odo el día 4, pegados a la<br />

t elevisión viendo el viaj e del Sant o <strong>Padre</strong>. El día 5 acababan<br />

de t erminar las discusiones en el Concilio cuando llegó a la<br />

Sesión y nos cont ó su viaj e. Del aeropuert o se f ue<br />

direct ament e a la Basílica de San Pedro. Yo me había llevado<br />

el radio chiquit o y me di cuent a a qué horas llegó al<br />

aeropuert o, el discurso que dij o al llegar y a qué horas llegó<br />

a la Plaza de San Pedro. Así los Excmos. Sres. Obispos que<br />

est aban j unt o a mí en el aula est uvieron oyendo la<br />

descripción del paso de Su Sant idad por la plaza.<br />

Muchos saludos para t odos, especialment e para los que<br />

est án rogando por mí a Dios nuest ro Señor.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que de corazón los bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

217


Sr it a . Lu isa Be t a n cou r t .<br />

Tacámbar o, Mich.<br />

M UY ESTI M AD A TÍ A:<br />

Roma, a 26 de oct ubre de 1965.<br />

Recibí su at ent a de f echa 21 del pr esent e, cont ándome cómo<br />

est uvo allá la f iest a del 20. Dios nuest r o Señor les ha de pr emiar t odo<br />

lo que hicier on por mí, pues lo necesit o más ahor a que el Concilio nos<br />

ha apr et ado las t uer cas par a que t odos pensemos más en nuest r a<br />

pr opia sant if icación.<br />

Quizá t enga que hablar ot r a vez por Radio Vat icana pues me<br />

invit ar on. En caso de hacer lo, les avisar é a t iempo. En ese caso<br />

conviene que desde unos días ant es les ar r egle el r adio el P. Car r eón y<br />

ya no lo vuelvan a mover ( solament e mover án la per illa de encender lo) ,<br />

por que es dif ícil encont r ar las est aciones de onda cor t a cuando uno no<br />

t iene exper iencia par a ello.<br />

Ya pasó la semana de vacaciones, per o no salí. Me la pasé<br />

escr ibiendo y est udiando. Hoy t er minar on ya las discusiones de los<br />

esquemas; per o t odavía nos f alt an muchas vot aciones. De modo que<br />

las sesiones t ienen que seguir par a est ar haciendo vot aciones y de<br />

cuando en cuando t endr emos un poco de vacación para dar t iempo a las<br />

Comisiones par a pr epar ar lo que t enemos que vot ar . Por eso la semana<br />

ent r ant e ser á t ambién de vacación y ahor a sí voy a apr ovechar la par a ir<br />

a Jer usalén con el Padr e Amezcua. Salimos, Dios mediant e, el vier nes<br />

29 a las 4: 30 de la t ar de ( 9: 30 de la mañana en México) y esper amos<br />

volver el sábado 6 por la mañana o a más t ar dar el domingo 7 día del<br />

Sant o de Tr ina. En el Calvar io las encomendar é a Dios nuest r o Señor y<br />

a nuest r a Señor a de los Dolor es.<br />

De salud sigo mej or que en ot r as ocasiones. Y eso que aquí<br />

llevamos ot r o r égimen de comida: por la mañana uvas o una per a, una<br />

r ebanadit a de queso y una t aza chica de caf é con leche. A medio día,<br />

f r ut a, sopa aguada, car ne con ver dur as, una r ebanada de queso y t é.<br />

En la noche, sopa aguada, car ne o huevos con ver dur as, f r ut a y t é.<br />

Encomendándome a sus or aciones y con saludos par a t odos los<br />

de casa y par a t odos los que me han mandado saludar , quedo af mo. En<br />

Cr ist o y s. s. que de cor azón los bendice.<br />

+ José Abr aham.<br />

Obispo de Tacámbar o.<br />

Mañana celebr ar é la Sant a Misa por Vicent it a.<br />

Por f avor mándenme hacer en Mor elia la sot ana mor ada con mant elet a, pues<br />

allá no me f ij é y me t r aj e la mant elet a aguj er ada por la polilla y así he<br />

andado aquí. El P. Car r eón sabe donde vive el Sast r e Gar cía Sansón que es<br />

el que t iene las medidas. Cuando llegue, paso por Mor elia a que me la<br />

pr ueben.<br />

218


Sr it a. Luisa Bet ancour t .<br />

EXCELEN TÍ SI M A TÍ A:<br />

Roma, a 14 de noviembre de 1965.-<br />

Volví muy cont ent o de Tierra Sant a porque ahora ya no<br />

t uve necesidad de ir a t odas part es siguiendo algún grupo:<br />

Como ya conozco, ahora me iba solo a donde más me gust aba<br />

y allí me est aba leyendo en la Sagrada Escrit ura lo que<br />

sucedió en ese lugar e imaginándome que est aba viendo<br />

aquellos sucesos. Solament e a las part es lej anas me f ui en<br />

grupo con ot ros peregrinos.<br />

Ya no me han dicho nada de ir a la Radio Vat icana. Tal<br />

vez ya se les olvidó.<br />

No t enga pendient e porque solament e como dos<br />

plat illos. Es que no ha vist o cómo me los dan de copet eados.<br />

Hast a pregunt an por mí mis buenos hermanos, porque dicen<br />

que no me ven det rás del plat o.<br />

El Concilio t erminará, Dios mediant e el día 8 de<br />

diciembre, como a las 4 de la mañana hora de allá; en esos<br />

moment os los cat ólicos de t odo el mundo est arán unidos en<br />

oración con el Sant o <strong>Padre</strong> y sus Obispos. Pero el éxit o f inal<br />

del Concilio lo veremos después, cuando t odos pongamos en<br />

práct ica lo que el Concilio nos ha enseñado.<br />

Que Dios le ayude a hacer mucho bien a los niños de<br />

AN<strong>AC</strong>.<br />

Encomendándome a las oraciones de t odos y con<br />

saludos para t odos los que me han mandado saludar, quedo<br />

af mo. En Crist o y s. s. que de corazón los bendice.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

219


Sr it a. M a . Luisa Bet a ncour t .<br />

Tacámbaro, Mich.<br />

M UY ESTI M ADA TÍ A:<br />

Roma, a 3 de diciembre de 1965<br />

Recibí su at ent a del día 26 y t ambién la ant erior.<br />

Mucho le agradezco que me dé not icias de allá, pues aunque<br />

est e ocupado, me sirve de dist racción est ar sabiendo algo de<br />

Tacámbaro.<br />

Pidan a Dios que nos dé buen t iempo para el día 8,<br />

pues así podrá ser la clausura del Concilio en la Plaza de San<br />

Pedro y más de 200,000 fieles podrán gozar de las<br />

ceremonias y t omar part e en ellas.<br />

Ha est ado lloviendo, porque aquí est amos en las aguas,<br />

y hace mucho frío. Pero el día 8 me voy a poner los dos<br />

suét eres para aguant ar el frío en la plaza.<br />

Hoy espero la cart a de Trina, aunque yo creo que ya no<br />

alcanzaremos a conseguir la Bendición porque se necesit a<br />

t iempo para ello.<br />

Encomendándome a sus oraciones, quedo af mo. En<br />

Crist o y s. s. que a t odas bendice.<br />

Saludos para t odos los que me mandan saludar.<br />

+ José Abraham.<br />

Obispo de Tacámbaro.<br />

220


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