fase preanalitica es una función expresamente de enfermería

LA FASE PREANALITICA ES UNA FUNCIÓN EXPRESAMENTE DE ENFERMERÍA
Desde la más lejana antigüedad las funciones de Enfermería han ido ligadas a los
cuidados que los enfermos han necesitado, sin diferenciar dolencias o problemas. En
la actualidad este principio sigue siendo el mismo, no ha cambiado para nada, por
tanto la enfermería, debe seguir ligada de la misma forma, con la salvedad de
adaptarse a las necesidades de nuestros días, con un significado actualizado, siendo
un valor en alza requerido por los ciudadanos, y como tal, debe utilizar un sistema de
trabajo que nos permita crecer a la par de ser competitivos y eficaces; para esto no
hay otra formula que la mejora continua, es decir, gestionar la calidad.
En un principio la calidad se identificaba con la artesanía, de tal forma, que lo que
importaba era hacer las cosas bien, independientemente del tiempo y del coste que
ello supusiera. Se buscaba un producto único, exclusivo, diferente. Hoy este concepto
ha cambiado, depende para que lo usemos. Ya no se exige un servicio o producto
único, se exige una asistencia personalizada y un producto correcto en un mínimo
tiempo.
Si este concepto se traslada a los cuidados actuales, sería necesario empezar por
definir lo que es o se entiende por calidad.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define calidad como: la
“Propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permiten apreciarla
como igual, mejor o peor que las restantes de su especie”.
Existen otras muchas acepciones, una muy interesante es la que la Sociedad
Americana de Calidad (ASQ) establece, definiéndola como: “La totalidad de los
rasgos y características de un producto fabricado o de un servicio prestado, de
acuerdo con los requerimientos que satisfagan las necesidades y deseos de los
clientes en el momento de la compra y durante su uso.”
Podemos entender como: resultado analítico o conjunto de ellos el producto
fabricado; y como servicio prestado, la asistencia o atención dada.
Esto implica tanto a la “calidad del producto” como a la “calidad del servicio”. El
producto es algo tangible algo que tenemos, es el resultado de un proceso, mientras
que el servicio es intangible, es distinto, aunque forma parte del proceso para
conseguir el producto (es la fase Preanalítica).
Ante la pregunta ¿Qué se entiende por calidad hoy día?, se pueden sacar
distintas ideas relacionadas con productos y servicios. Sin embargo en el ámbito
sanitario, podemos considerarla como una estrategia de mejora continua y hacia la
excelencia, siendo esta una de las bases que la sustentan, con el fin de prestar
servicios que respondan eficaz y adecuadamente a las necesidades sanitarias
requeridas por los ciudadanos.
Las administraciones públicas en sus planes de calidad ponen como referente el
camino hacia la excelencia. A modo de introducción, la Consejería de Sanidad de la
Junta de Andalucía, enuncia una mejora de la asistencia, de la relación con los
ciudadanos y, en suma, de la calidad de los servicios sanitarios. Esto precisa de unos
grados de implicación y dedicación elevados. También requiere, incentivar el
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desarrollo profesional, favoreciendo su autonomía y la organización del trabajo con la
gestión por procesos, facilitando la generación, gestión e intercambio de
conocimiento.
Destaca como una de las metas a conseguir, la atención centrada en el
ciudadano, asegurando los mejores resultados, prestaciones óptimas y eficiencia en
el empleo de los recursos, señalando a los profesionales como los agentes claves de
la política de Salud.
Bajo este mismo prisma, desde el Plan Estratégico del Servicio Andaluz de
Salud, se marcan las líneas estratégicas que permitan el cambio como fin, hacia una
organización y adecuación de trabajo para hacerlos más sensibles a las necesidades
y deseos de los ciudadanos y a las expectativas de desarrollo y mejora profesional.
En el plano enfermero, este desarrollo, gestión de cuidados y conocimientos,
se plantean desde su impulso como ciencia.
Como herramientas, se utilizan los procedimientos enfermeros, incluidos en los
procesos asistenciales, para responder a las necesidades ante la enfermedad del
usuario y la comunidad.
Se valoran los resultados como evidencia de nuestro producto, alcanzando así,
la satisfacción profesional y ese nivel de excelencia que promulgan los distintos
Planes de Calidad.
Con todo esto, trato de exponer y hacer comprender, que la responsabilidad
de la enfermería, en contra de la opinión de muchos profesionales de distintos
estamentos, incluido el nuestro, cada vez esta más clara, y que debemos aportar
mayor esfuerzo en responsabilizarnos, en cumplir con unas obligaciones de servicio,
que cubran las necesidades de cuidados en nuestros días al igual que en el principio
de nuestra historia.
Obligaciones de servicio de una etapa, la Preanalítica, que sin ella no es
posible todo un proceso, el Análisis Clínico.
Al mismo tiempo expresar de forma fehaciente que cuando se realiza un trabajo,
serio, diseñado y realizado por y para Enfermería, las consecuencias son
asombrosas, pues trae consigo un aumento de la calidad analítica, calidad con
mayúsculas, aumentando a cotas insospechadas la calidad del producto final, o
mejor dicho la calidad asistencial.
La realización de la labor de Enfermería, no solamente es una parte más del
resultado de la determinación analítica, sino la primera de ellas, con una importancia
igual al resto del proceso y que hasta ahora no ha sido reconocida lo suficiente, cierto
es, que el producto se cuece en la segunda de las fases, pero tan solo se puede
cocer y dan buen resultado, de aquello que se obtuvo en la fase anterior y el
resultado, bueno o malo, dependerá en parte de la calidad de los mismos, de los
items anteriormente expuestos y alcanzados.
En los últimos tiempos, se han producido grandes cambios en los laboratorios
clínicos. Como consecuencia de un conjunto de circunstancias diversas,
influenciadas por los avances tecnológicos, el desarrollo de la informática y la
realización de una investigación responsable, todo ello junto, ha traído consigo un
gran dinamismo en el trabajo diario y la implantación de un gran número de pruebas
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diagnosticas, haciendo más eficaz y eficiente todo el proceso, el Diagnostico;
solventando un sin fin de problemas, ya sean: económicos, sanitarios, preventivos, de
accesibilidad de pacientes y familiares, de tangibilidad de datos etc., todos ellos con
un mismo fin, aumentar la calidad, caminando siempre con un objetivo fijo, la
excelencia.
La participación de los distintos profesionales de los Laboratorios Clínicos en este
desarrollo progresivo, ha tenido como consecuencia la desaparición de este mundo
interno de la Especialidad de Enfermería en Análisis Clínicos, quedando encuadrada
en la Especialidad de Cuidados Médicos-Quirúrgicos, junto a otras especialidades que
han sufrido la misma transformación. Según consta en el Real Decreto sobre
especialidades de Enfermería, aprobado en Consejo de Ministros el 22 de abril del
2005, hace ya cuatro años. Esto ya ha cambiado sustancialmente como veremos más
adelante.
Sin embargo, la razón hace una vez más, que el uso de los recursos humanos se
dispongan de la mejor forma posible, con un fin único. La calidad asistencial del
paciente a través de los procesos Asistenciales integrados los (PAI), así como
la enfermería de práctica avanzada potenciados estos por la sanidad pública, como
instrumentos de mejora en la calidad y excelencia sanitaria.
Es pues, absolutamente necesario, reivindicar esta figura dentro de cada uno
de los PAI, debido a la gran importancia que posee un diagnóstico de calidad. Siendo
este, un profesional referente en un área específica, consiguiendo salvaguardar y
potenciar los niveles de calidad, desarrollando estrategias de mejora, disminuyendo
efectos adversos y adecuando el coste-beneficio.
La Preanalítica, fase que da titulo a este congreso, es la fase donde tiene su
razón de ser la labor de la enfermería de práctica avanzada y que nos da pie, no
solo para reclamar unos derechos, sino para exigirnos unas obligaciones, que
estamos dejando de hacer o cuando menos, dejamos en manos de otros
profesionales, cuando realmente, lo que debemos hacer, es pelear por realizar
nuestra labor, aquella que desde un principio venimos haciendo y no dejarla jamás.
Para hablar de calidad es necesario establecer unos criterios medibles, unos
ítems, que demuestren el grado alcanzado, así podemos establecer los siguientes:
1. EFICACIA
2. EFECTIVIDAD
3. EFICIENCIA
4. EQUIDAD
5. ADECUACIÓN
6. ACCESIBILIDAD
7. PUNTUALIDAD
8. SATISFACCIÓN
9. RESPETO
10. SEGURIDAD
Solventar las necesidades y cuidados de los ciudadanos, aportando con nuestro
trabajo las garantías necesarias para que la seguridad del paciente nunca se vea
menoscabada, imponiendo un sistema de trabajo con una mejora continua desde la
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calidad, dotándola de los conocimientos necesarios para que con ellos se puedan
abarcar todos los procesos de forma inequívoca. Esto es EFICACIA.
Garantizando la correspondencia biúnica entre solicitud y muestra. Para ello
debemos protocolizar todos los actos. Incorporando todos los referentes de calidad
consolidados, a la vez que introducimos otros elementos propios que en su momento
serán referentes para los demás, siempre y cuando estos tengan la calidad necesaria
para ello. De este modo nos consolidamos como parte integrante de un proceso y
pasaremos a ser referentes. Ahora estamos hablando de EFICIENCIA y
EFECTIVIDAD, pues estamos logrando un objetivo claro y concreto con un resultado
máximo a un mínimo coste.
La definición de los pasos, deben ser lo suficientemente clara como para no dar
lugar a interpretaciones distintas, estableciendo una situación de igualdad de
EQUIDAD.
Con la protocolización, conseguiremos una forma de actuar única, consensuada y
aceptada por todos, con la suficiente elasticidad para ser valorada, corregida y
empezar nuevamente. Estamos refiriéndonos a la ADECUACIÓN, estamos
promulgando el establecimiento de unas normas de conductas, relacionadas
directamente con los emisores y los receptores de solicitudes, teniendo siempre
presente que las normas afectan no solo a profesionales sino también a paciente.
La enfermería debe garantizar El proceso de forma correcta, para el paciente y
familiares, con el confort demandado; diferenciando los problemas según la edad y
procesos, así como conocer la idenoidad del horario, condiciones y circunstancias
adecuadas para cada caso, al mismo tiempo de respetar la confidencialidad
necesaria, de una manera segura y cómoda. Así mediremos de ACCESIBILIDAD.
El terminar unas tareas impuestas a través de una programación de forma rutinaria
o urgente, dar satisfacción a un servicio prestado dentro de unos limites lógicos de
demora, nos hace ser puntuales y por tanto poder abarcar otro de los niveles de
calidad exigidos, la PUNTUALIDAD
La fiabilidad de las pruebas diagnosticas, la transmisión de seguridad en el
momento de la ejecución, sumados a la cobertura de los requerimientos demandados
para la obtención de unos objetivos, es lo que nos hace cumplimentar con el item de
SATISFACCIÓN.
El RESPETO, o el reconocimiento del valor de las personas, tanto desde el punto
de vista profesional, con el reconocimiento de nuestros valores como garantes, no
innatos, sino basados en las evidencias científicas, formando la base de nuestra
actuación profesional.
El RESPETO a los pacientes por su propia autonomía, esencialmente en el respeto
de la capacidad de los pacientes por su autodeterminación. Protegiendo ayudando a
los deficientes o disminuidos.
Evitando los abusos en situaciones de limites preestablecidos para la correcta
atención profesional.
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SEGURIDAD que debe emanarse de todas y cada una de nuestras actuaciones,
ya sea con nuestro comportamiento, exigiendo la identificación adecuada, velando por
las correctas interpretaciones de las solicitudes y en nuestras informaciones.
El establecimiento y cumplimiento de cada uno de las evidencias expuestas, traen
consigo unos Servicios de Calidad, así como la rentabilidad de los mismos, haciendo
necesario la participación de una Enfermería especializada o cuando menos
comprometida en un campo laboral donde, no es que tenga cabida, es que por
naturaleza somos propietarios.
Por todo esto, es necesario revindicar la Enfermería de práctica avanzada
en análisis clínicos. Poniendo de relieve y garantizando la calidad científica, técnica,
y humana, en todo el conjunto de actos. Describiendo un mapa de competencias
donde queden definidas todas las actuaciones, de forma genérica para
procedimientos futuros y concretando específicamente en aquellas cotidianas y de
uso diario.
Es necesario incorporarnos, nosotros, los profesionales de Enfermería que
actualmente conocemos el problema, de soporte en las estrategias de calidad, y así
obtendremos de primera línea, la verdadera magnitud de las necesidades y
expectativas de los usuarios, tanto profesionales como ciudadanos. De esta forma,
daremos soluciones y seremos garantes de calidad, siempre y cuando incorporemos
la formación con programas específicos como mejora continua de la atención
sanitaria. Es necesario, determinar con exactitud el temario en toda su extensión y su
incorporación en las escuelas, para la formación de los nuevos profesionales, tanto
teórica como técnicamente. Es evidente, que tenemos que partir desde las bases,
poniendo al descubierto todas las deficiencias que el sistema tiene.
Recabar y publicar cuanta producción científica se obtenga del trabajo de la propia
investigación de enfermería, desde todos los puntos de vista, abarcando los distintos
campos, ya sean de seguridad del paciente, seguridad ambiental, asistencia sanitaria,
información, educación o formación de los ciudadanos en materia sanitaria al
respecto, tales, como los conocimientos oportunos para la prevención de trastornos
metabólicos, educar y adaptar a pacientes crónicos con sus nuevos tratamientos,
etc…
Con la investigación descubriremos la hipótesis que nos planteamos desde
este congreso “La fase Preanalítica una función de Enfermería” pondremos de
relieve todas las deficiencias actuales, comparando los distintos escenarios en los que
nos movemos, demostraremos que la participación de la Enfermería es trascendental
y por tanto, no necesaria sino imprescindible para garantizar unos resultados dignos.
Cada fase del proceso analítico, (Preanalítica, Analítica y Postanalítica) tienen unos
criterios mínimos de actuación, que se deben garantizar a través de programas
específicos para los distintos integrantes, coordinados entre si y con el resto de
profesionales de las otras fases, teniendo como punto de encuentro la calidad, con el
fin de garantizar todo el proceso.
Cuando pensamos en que podemos hacer desde La Enfermería, no es difícil a
estas alturas establecernos unas series de preguntas y recoger sus respuestas, con
ellas, deberemos plasmar el comienzo de un nuevo camino.
Las preguntas son:
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¿Qué?, ¿Quién?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? y ¿Cómo?.
Si las desarrollamos nos encontraremos con
¿Qué es lo que queremos ser?
Queremos ser profesionales responsables, con un campo asistencial
perfectamente delimitado, atendido y no abandonarlo jamás. Ser por tanto
respetados y reconocidos.
¿Qué es lo que queremos hacer?
Tan solo queremos ser profesionales acorde a la altura de las circunstancias,
capaces de desarrollar una labor, que aporte soluciones para que los resultados
analíticos sean lo que se requiere, lo que se necesita que sean, datos que apoyen el
estudio de una enfermedad con el fin de realizar un diagnostico, actuación definida
oficialmente, como: “Conjunto de actuaciones necesarias para suministrar información
de utilidad clínica, mediante la aplicación de procedimientos de Laboratorio a
muestras biológicas de origen humano”.
En ella, vemos la necesidad de una actuación propia de Enfermería, como
parte de un conjunto, con una actividad de utilidad clínica. Donde los procedimientos
de Laboratorio no pueden llegar plenamente, pero sí, de forma coordinada con los
procedimientos Enfermeros.
¿Quién o quienes somos?
Somos o mejor dicho debemos ser, profesionales sanitarios que revindicamos
el reconocimiento de un campo de actuación, que hasta la actualidad no le hemos
dado la importancia que tiene y con tan solo asumir las definiciones oficiales,
tenemos las bases para la exigencia de nuestras obligaciones.
Y sito así.
“El personal de los centros estará legalmente habilitado y demostrará sus
capacidades y competencias para la toma y recepción de especimenes”.
Característica de calidad en la fase Preanalítica, apartado 2, del Proceso
Soporte de los Laboratorios de Análisis Clínicos, Consejería de Salud-Junta de
Andalucía.
¿Cuándo?
Cuando debemos empezar, cuando debemos realizar nuestras funciones, cuando
debemos exigir nuestras competencias, cuando debemos favorecer a que el sentido
común se imponga, cuando,…. Son muchos cuando, pero la única respuesta a todos
los cuando es simplemente una AHORA.
¿Dónde?
Aquí, en nuestros pensamientos, en nuestros comentarios después, en nuestros
centros de trabajo mañana, en nuestras exigencias a centros oficiales más tarde.
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¿Cómo?
Realizando un conjunto de actuaciones capaz de poner en marcha un motor, con la
fuerza suficiente como para que los responsables de las distintas áreas hagan suya
la idea.
Para ello es necesario establecer unas actuaciones en el tiempo, una planificación,
a saber:
1º.-Formación acreditada.
Formación en pregrado y postgrado, que se implantará a todos los
profesionales de Enfermería. Encaminada a inculcarles a todos, que todos somos
partes del resultado final del producto, que todos intervenimos en el proceso del
estudio de las determinaciones analíticas, con un fin, el de realizar un diagnostico, y
que cuanto más formación, menos errores, mayor calidad, menor costo, más rapidez
en el diagnostico.
En la actualidad estamos inmersos en un nuevo sistema formativo donde la
competencia profesional va a estar regulada por la carrera profesional, por el grado.
El plan Bolonia, pone de manifiesto la necesidad del cambio de formación de
todos los profesionales, con los procesos de masteres y doctorados. Es aquí, donde
los enfermeros debemos acogernos, con el fin de poder elevar nuestra labor al lugar
que le corresponde, por el simple hecho de tener el valor que se demuestra, con el
Respeto antes citado, ni más ni menos.
2º.-Investigación de la hipótesis expuesta.
A través de la misma, seremos capaces de demostrar indiscutiblemente la
necesidad de la cobertura de las necesidades sanitaria, con una Enfermería
especializada o cuando menos dotada de conocimientos suficientes, así como hacer
ver que la responsabilidad se asume y que junto con las responsabilidades van los
derechos.
Con ello saldrán a luz todas las incidencias que no son propias del Laboratorio,
y que por tanto son achacables a una fase desasistida, una fase que debe ser
descrita y cubierta jurídicamente.
Como antecedente nos remitimos a la legislación que al respecto tiene la
trasfusión sanguínea, en la que se pone de manifiesto que la muestra extraída debe
ser identificada entre otros datos con el nombre y firma de la persona que realiza la
toma de muestra. Siendo esto un requisito imprescindible para la realización de la
misma.
3º.-Exposición de los resultados obtenidos.
De esta forma pondremos de manifiesto la importancia de nuestra labor, con el
simple hecho de comparar los resultados e incidencias de las dos épocas, una con la
participación de una Enfermería responsable y otra con los resultados de un tiempo
donde no se responsabilizaba.
4º.-Definir la importancia de las distintas actuaciones.
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Si conseguimos definir de forma generalizada el conjunto de actuaciones, nos
será mucho más fácil el poder movernos dentro de un marco legal. Demarcación
imprescindible para la realización de una labor estructurada.
En cualquier orden de la vida, cuando exigimos calidad, necesitamos de un
sistema que nos garantice todo el proceso de producción y/o servicio.
Por ejemplo. Cuando visitamos un restaurante y pedimos un vino, solicitamos
antes que la marca el origen, y para que esto se produzca, existe un consejo
regulador responsable de las garantías de fabricación y de origen del mismo.
Si empleamos un símil con nuestro trabajo, nosotros seremos el consejo
regulador y por tanto responsable de que la denominación de origen sea la correcta.
No es ni más ni menos, que la exigencia de garantía que anteriormente exponíamos
con la expresión de correspondencia biúnica.
Es por tanto exigible que en todo informe analítico aparezca a modo de reseña
el nombre del responsable de la fase Preanalítica, al igual que aparece el o los
responsables de la fase analítica.
Para ello es necesario asumir la identificación en los documentos trabajados al
igual que los facultativos prescriptores.
Es importante describir todo el proceso de identificación de contenedores al
igual que el ser garantes de la identificación del paciente, tanto si es consciente como
si no, y si es responsable o no, así como la persona que le tutela.
Es necesario desarrollar todas aquellas actuaciones que necesitan de un
consentimiento informado, así como del reflejo del mismo antes de la actuación de la
Enfermería.
No menos importante que todo lo expuesto, es la exigencia en la participación
de la trazabilidad de las muestras o estrategia con participación de la Enfermería, con
el fin de poder actuar ante cualquier incidente y poder dar fe, de la garantías de
calidad necesarias en todo el proceso analítico. El protocolo de trazabilidad
necesariamente debe ser diseñado con la participación de todos los profesionales que
intervienen en el proceso.
Para ello nos puede servir de partida la definición del Comité de Seguridad
Alimentaria de AEOC:
Que dice así.
“ Se entiende la trazabilidad como seguimiento del producto o rastreo del
producto, los procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer
la historia, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo
de la cadena de suministros en un momento dado, utilizando herramientas
determinadas”.
Con ello conseguimos reconstruir la historia, recorrido o aplicación de un
determinado producto.
Esta definición, trasladada a los Laboratorios Clínicos, nos permite dar
procesos productivos de mayor calidad y valor para nuestros pacientes.
Con el fin de no dejar nada al azar, es necesario registrar cada incidencia, pues de
estas consecuencias sacaremos lecciones para aprender y respuestas para informar.
5º.-Acreditación del personal.
Metodología de trabajo, o soporte destinado a favorecer e impulsar los
procesos de mejora continua de los profesionales. Sistema a través del cual se ponen
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de manifiesto todas las exigencias administrativas necesarias, con el fin de poder
demostrar una situación profesional acorde a las circunstancias.
6º.-Acreditación de los servicios.
Sistema de desarrollo, encaminado a la mejora del servicio sanitario de los
ciudadanos, de forma coherente, basado en la gestión de recursos, de los procesos,
de las competencias y de los conocimientos. De forma integral, incorporando a todos
los profesionales. Con carácter progresivo, diferenciando los distintos tramos en el
camino hacia la excelencia.
Queda por tanto, perfectamente demostrado que la participación en la fase
Preanalítica, de un personal de Enfermería cualificado, es cuando menos de
obligatorio cumplimiento para la acreditación de los mismos.
Actualmente, al no estar relacionando la Enfermería con el proceso analítico,
puede ser no exigible este tramite, algo que no debemos consentir y si exigir,
asumiendo las consecuencias que de ello se deriven.
Ante todo lo expuesto, no me queda más, que exigirnos a todos los profesionales
de Enfermería, que reivindiquemos, que exijamos con fuerza, sin miedo, con respeto.
LA FASE PRE-ANALÍTICA COMO FUNCIÓN DE ENFERMERÍA.
Nuestro Agradecimiento a:
Todas las colaboraciones realizadas por los distintos profesionales del Complejo
Hospitalario Universitario Carlos Haya.
AUTORES:
Alcántara Alcaide Mª Victoria.
Infantes Viano Rafael.
Navarrete Pérez Sofía.
Paneque Molina Paloma.
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