RENE LEYVA MOVILIDAD Y SIDA 17 1008

Migración y SIDA en México y Centroamérica: una perspectiva desde el sur
Autores: René Leyva Flores* 1 , Frida Quintino 2 , Cesar Infante, Marta Caballero 1
1 Investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública
2 Doctorante. Programa de Medicina Social. Universidad Autónoma Metropolitana,
*Investigador responsable del proyecto Condiciones de vulnerabilidad y
alternativas de prevención a la transmisión del VIH/SIDA: hombres que tienen
sexo con hombres y mujeres en trabajo sexual, en Cancún y Chetumal, Quintana
Roo. Apoyado por el Fondo Mixto CONACYT del Gobierno del estado de Quintana
Roo (QROO-2004-C03-003)
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INTRODUCCIÓN
La movilidad poblacional y la epidemia de VIH/SIDA son fenómenos y procesos
sociales que han conformado los perfiles sociodemográficos y de salud de
Centroamérica y México. Por un lado, la movilidad poblacional y la migración
internacional se han estructurado como una forma de respuesta de la sociedad
ante las precarias condiciones de vida y trabajo en los lugares de origen, y los
migrantes se han constituido en los nuevos y más importantes agentes no solo
sociales sino económicos, ya que transfieren recursos financieros para la
sostenibilidad económica a la mayoría de los países de los cuales proceden. Por
otro lado, el VIH/SIDA asociado a la movilidad de la población representa uno de
los problemas de salud puede considerarse uno de los resultados de las
condiciones de migración que definen formas de exposición y las capacidades
sociales para el manejo de riesgos por un grupo poblacional en condiciones de
desventaja y desprotección social.
Desde inicios de la epidemia, el fenómeno de VIH estuvo vinculado, con o sin
fundamento, a movimientos poblacionales (Haour-Knipe y Rector, 1996). Las
hipótesis epidemiológicas sobre la diseminación del VIH a nivel global, plantearon
que un incremento en el número de la población móvil y migrante así como de las
rutas de movilidad y migratorias se relacionaba directamente con un aumento en
la distribución del VIH en diferentes regiones del mundo. Estas nociones se
constituyeron en un motivo adicional para incrementar las actitudes de rechazo y
discriminación hacia los migrantes y otros grupos móviles, pero también para
justificar las acciones derivadas de políticas antimigratorias, que existían antes del
VIH/SIDA (Mann, 1996; INEGI, 2008).
Sin embargo, ni los migrantes ni otros grupos de poblaciones móviles son vectores
ni pueden ser considerados como sus equivalentes funcionales; pero, la manera
de entender el proceso migratorio y la transmisión del VIH, así como sus
consecuencias sociales y de salud, fueron incorporadas por el mundo científico y
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político hegemónico, quienes contribuyeron a su diseminación y adopción por la
sociedad de forma más rápida que la propia diseminación del VIH (Bronfman y
Leyva, 2008). Al respecto, Jonathan Mann (1996) señalaría que la distribución de
la epidemia del SIDA había crecido bajo formas que ahondan las brechas sociales,
afectando más a aquellos cuya dignidad y derechos humanos son menos
respetados, entre ellos a las poblaciones móviles y migrantes.
En el caso de las poblaciones móviles y migrantes, las condiciones sociales y
económicas en que ocurre la migración funcionan como determinantes de las
situaciones de riesgo de transmisión del VIH. Las relaciones sexuales emergen
como parte de las estrategias de negociación para el tránsito, la sobrevivencia
económica o como consecuencia de eventos de violencia. A pesar de ello, los
migrantes y otros grupos móviles no se perciben como sujetos expuestos a un
riesgo de infección por VIH. En estas condiciones, entre los migrantes la
percepción del VIH como problema potencial de salud asociado a la migración no
ocupa un espacio central en la percepción de los riesgos asociados a su proceso
de movilidad.
Los migrantes y otros grupos móviles: un grupo heterogéneo
Los migrantes y otros grupos móviles no representan una categoría
sociodemográfica homogénea (Castillo, 2004). La diversidad en su composición
plantea un reto metodológico importante para su análisis y comprensión de los
procesos relacionados con la vulnerabilidad al VIH. En estos grupos convergen
hombres y mujeres relacionadas con diferentes actividades, estos son
comerciantes, transportistas, trabajadores agrícolas, trabajadoras domésticas,
marineros, policías y militares, migrantes, entre otros grupos ocupacionales o que
pueden ser tipificados en relación a su propia movilidad. Además, niños y adultos
mayores se han incorporado a la migración en condición de desventaja social ante
los demás integrantes de estos grupos móviles.
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La diversidad en la composición de los grupos móviles (INM, 2008) y sus
interacciones en las localidades de tránsito van tejiendo rutas complejas de
movilidad hacia los principales países de destino en la región mesoamericana:
México, Costa Rica, Panamá y Belice; pero también hacía Estados Unidos de
América, principal lugar de atracción. Pero también se reconocen migraciones y
movimientos poblacionales al interior de los países, lo cual incrementa la
complejidad de las interacciones y las dinámicas resultantes de ello.
En este marco, es posible que el carácter específico de las situaciones de riesgo
al VIH que viven los migrantes y otros grupos móviles en determinados contextos,
tengan significados y consecuencias diferenciadas relacionadas con las
características sociopolíticas de los propios contextos y con la capacidad de
respuesta o manejo tanto a nivel grupal como individual. Esto puede contribuir a
explicar porqué algunas personas expuestas a situaciones de riesgo viven
consecuencias negativas de la exposición y otras no (Delor y Hubert, 2000).
En tema del VIH/SIDA relacionado con la migración se ha desarrollado como
producto de un reconocimiento social, epidemiológico y político de un fenómeno
que no se encuentra delimitado por barreras de carácter geográfico ni por
fronteras de tipo político. La migración, como se ha señalado, es un fenómeno que
caracteriza a nuestras sociedades y el SIDA es parte de su sus perfiles
epidemiológicos. De esta forma, ambos fenómenos representan asuntos
internacionales de salud que requieren de respuestas regionales, más allá del
límite geopolítico de los países.
La región mesoamericana se mueve en un marco de contradicciones para generar
la respuesta a ambos fenómenos. Se perciben los beneficios económicos, sociales
y políticos asociados a la migración, pero también el rechazo y discriminación a los
migrantes en los lugares de tránsito y destino. De esta manera, la forma de
respuesta a estos fenómenos sociales no es única, ni está presente en todos los
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países, ni tiene la misma intencionalidad en México, Centroamérica o estados
Unidos.
En este trabajo se presenta una de las pocas experiencias regionales, pionera en
su tipo, que ha tenido un amplio proceso de documentación, desde su formulación
como política regional en salud hasta su implementación y resultados. El proyecto
se denominó Migración y VIH/SIDA en Centroamérica, México y Estados Unidos, y
su propósito fue probar estrategias para reducir la vulnerabilidad al VIH en
migrantes en tránsito por la región mesoamericana hacia Estados Unidos. Como
puede observarse, el foco de atención del proyecto se concentraba en un solo
grupo poblacional; sin embargo, debido a la presencia, participación e interacción
de otros grupos móviles se amplió el estudio en reconocimiento a la diversidad y
complejidad de los movimientos poblacionales en la región.
El proyecto fue desarrollado durante los años 2001 al 2005, en once estaciones de
tránsito de los países Centroamérica y México. En este trabajo se presenta el
proceso de diseño de la política regional de salud, el desarrollo e implementación
de las estrategias de prevención y algunos resultados relevantes para la población
y para las organizaciones sociales y gubernamentales.
La formulación de una política regional de salud: migración y VIH/SIDA
Desde la década de los ochenta, pocos años después de haberse registrado el
primer caso de SIDA en México, se iniciaron los primeros estudios sobre la
relación entre migración y VIH. Estos trabajos (Bronfman y Minello, 1995)
buscaron identificar las condiciones de vida y trabajo de los migrantes en Estados
Unidos como determinantes de la transmisión pero también del alcance de las
medidas de prevención aplicadas en los lugares de destino. Posteriormente, los
trabajos se enfocaron en la relación entre el retorno de migrantes y la distribución
del VIH, cuyos resultados aportaron información para proponer hipótesis
relacionadas con la distribución rural y la feminización de la epidemia en áreas con
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alta migración. A este análisis se incorporaron investigadores que analizaron el
fenómeno desde una perspectiva epidemiológica (Magis et al., 1995) que
contribuyeron a una mejor identificación de factores asociados a la transmisión del
VIH en este grupo de población. Hacia finales de los noventa se había consolidado
la investigación sobre este tema en México, y surgieron propuestas para analizar
la migración y el VIH en la frontera sur de México (Bronfman et al, 2004). La
experiencia generada en los estudios previos orientó el diseño de la investigación
para la acción, lo cual implicaba que la investigación aportara información para el
diseño, implementación y evaluación de estrategias apropiadas para los grupos
móviles.
En este marco, después de diversas gestiones ante los gobiernos de México y de
los países de Centroamérica se llevó a cabo un “Seminario-Taller de Cooperación
México-Centroamérica sobre prevención y control de enfermedades de
transmisión sexual y del VIH, con especial énfasis en migrantes”, en Tapachula,
Chiapas, México, en mayo de 1999. En este evento participaron los responsables
de los Programas Nacionales de SIDA, organizaciones no gubernamentales para
la prevención y atención del VIH/SIDA, para la atención a migrantes, de promoción
y defensa de los derechos humanos, además de diversas agencias de
cooperación técnica internacional con presencia en los países de la región con
particular interés en los temas del VIH/SIDA o la migración.
La amplia representación y participación de organizaciones sociales,
gubernamentales y de cooperación técnica con presencia en los países de la
región permitió exponer las diferencias e identificar puntos de interés para generar
estrategias de colaboración entre los países y en el plano regional. De esta
manera se identificaron y reconocieron “los abusos y atropellos a los que se ven
expuestos –los migrantes- por parte de los funcionarios y delincuentes comunes
desde el inicio del trayecto hasta el lugar de destino…que son cada vez más
condenables por su gravedad” (Bronfman et al., 2004). Sin embargo, se puntualizó
que el territorio mexicano era el lugar donde se registraban el mayor número de
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eventos de violación de los derechos humanos de los migrantes indocumentados.
También se identificó a la migración como parte de una dinámica poblacional de
mayor complejidad que afectaba a los países y requería de formular e implementar
abordajes regionales, sin perder la especificidad de los contextos locales por
donde transita o llegan. A pesar de las diferencias en las posiciones entre los
gobiernos de los países se propuso desarrollar el proyecto con un carácter
regional. De esta forma, el proyecto fue presentado a diferentes organizaciones de
cooperación técnica y financiera de las cuales se obtuvo su colaboración para
contar con los recursos materiales, humanos y financieros que se requería para su
desarrollo.
La organización de los equipos de investigación y de implementación del proyecto
fue definida como una propuesta de colaboración horizontal, con un
reconocimiento de pares lo que permitió establecer un dialogo fluido de críticas
que contribuyeron al óptimo desarrollo del proyecto.
En estas condiciones, se buscó desarrollar un modelo de cooperación técnica
internacional para la equidad en salud, con cuatro orientaciones principales:
contribuir a generar información de calidad para la toma de decisiones; facilitar la
participación e interacción de organizaciones gubernamentales, no
gubernamentales y agencias de cooperación internacional en las áreas de
atención a la salud, en investigación y en formación de recursos humanos;
generar, transferir e intercambiar tecnología e información científica sobre
movilidad poblacional y VIH/SIDA en el ámbito regional; y contribuir a movilizar y
gestionar recursos financieros aplicables a las necesidades sociales y de salud de
estos grupos de población.
Desarrollo e implementación del proyecto
El diseño del proyecto consideró tres fases: diagnóstico situacional, diseño e
implementación de estrategias de prevención del VIH y evaluación de procesos y
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esultados alcanzados. Estas dos últimas fases se llevaron a cabo de forma
simultánea con el fin de sistematización las diferentes formas de participación de
las organizaciones que implementaban el proyecto.
Fase I: Diagnóstico situacional
El propósito del diagnóstico situacional fue identificar las condiciones
socioeconómicas, culturales, de acceso a servicios de salud de las poblaciones
residentes y de los diferentes integrantes de los grupos móviles. Para ello, se llevó
a cabo una encuesta poblacional a los residentes de las 11 estaciones de tránsito
seleccionadas para el desarrollo del proyecto (Tabla 1). Estas estaciones fueron
identificadas después de un estudio exploratorio en cada uno de los países que
fue presentado a los jefes de los Programas Nacionales de SIDA, y ellos fueron
los que tomaron la decisión para seleccionar la estación de tránsito que se incluiría
en el proyecto. Se definió como estación de tránsito aquella comunidad en la cual
convergían e interactuaban diferentes grupos móviles; las estaciones son una
especie de enclave que reúne diferentes actores relacionados con la migración y
la movilidad poblacional.
Estos actores tienen propósitos frecuentemente divergentes y en ocasiones
antagónicos al proceso migratorio; sin embargo, también hay otros cuya
sobrevivencia económica depende de los servicios que brindan a estos grupos.
Entre ellos se encuentran los servicios de hoteles y casas de huéspedes,
restaurantes, bares y cantinas, servicios sexuales, coyotes 1 , bancos y personas
dedicadas al cambio de moneda (sobre todo en zonas fronterizas), entre otras.
Asimismo, se identificaron actores sociales, gubernamentales y de salud con
presencia en las estaciones de tránsito relacionados con los asuntos de migración
como son la Casa del Migrante (organización religiosa dedicada a brindar servicios
de ayuda humanitaria a migrantes en diferentes estaciones de tránsito de
1 Coyote: persona dedicada a brindar servicios para el tránsito de migrantes, frecuentemente de manera
indocumentada, a través de las diferentes fronteras e incluso hasta los lugares de destino.
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Centroamérica y México); oficiales de migración; consulados; el Grupo Beta Sur
en México; policías de diferentes tipos; militares; y los servicios de atención en
salud y específicamente de VIH. Finalmente, también se identificaron diferentes
grupos móviles: traileros, trabajadores agrícolas temporales, trabajadoras
sexuales, y migrantes en tránsito por las estaciones. Los procedimientos para
identificar y ponerse en contacto con los diferentes actores se basaron en estudios
etnográficos en las estaciones de tránsito así como en la búsqueda de contactos a
través de técnicas de bola de nieve.
Los integrantes o representantes de los diferentes grupos de actores participantes
del proceso migratorio y de atención a la salud o prevención del VIH fueron
entrevistados con el propósito de conocer su experiencia en la respuesta social a
la migración y VIH. A los integrantes de los grupos móviles se hizo énfasis sobre la
información que disponían para el manejo de los riesgos relacionados con VIH, el
acceso a servicios legales, de atención a la salud, de prevención de VIH que
ofrecían diferentes organizaciones sociales y gubernamentales.
Los principales problemas identificados en el diagnóstico están relacionados con:
• El estigma y discriminación asociados a la migración y al VIH/SIDA.
• Los derechos humanos de las poblaciones móviles.
• La información que tienen la población local y los grupos de poblaciones
móviles sobre prevención y transmisión del VIH.
• Los contextos de vulnerabilidad social y riesgos para la infección por el VIH.
• Capacidad de respuesta local y regional a la epidemia de VIH/SIDA con
énfasis en poblaciones móviles.
Los procesos de implementación de las estrategias se basaron en los siguientes
componentes: aspectos operativos para identificar y trabajar con grupos móviles
en las áreas de derechos humanos, servicios de salud, información y
sensibilización comunitaria. Los procedimientos que se emplearon buscaron
desarrollar diferentes formas de colaboración local, binacional y regional como
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medios para incidir políticamente sobre las condiciones de vulnerabilidad social
que afectan a las poblaciones móviles y migrantes.
La información generada por el los estudios situacionales fue analizada y evaluada
de forma crítica por los responsables de los Programas Nacionales de SIDA así
como por representantes de diferentes organizaciones de la sociedad civil con la
finalidad de utilizarla como un insumo para el diseño de las intervenciones. A nivel
regional, las intervenciones siguieron tres grandes orientaciones: reducir el
estigma y la discriminación, acceso a servicios de salud e información preventiva
del VIH, y desarrollar o fortalecer la experiencia de colaboración entre las
organizaciones a nivel local, interfronteriza y regional.
Fase II: Diseño e implementación de estrategias
Una de las mayores dificultades que enfrentaron las distintas organizaciones que
llevaron a cabo las intervenciones fue diseñar acciones para grupos de población
móviles, en tránsito hacia los lugares de destino, o de retorno hacia los de origen.
Algunos integrantes de estos grupos eran fácilmente identificables, como los
traileros, marineros, trabajadores agrícolas, trabajadoras sexuales; sin embargo,
otros como los migrantes indocumentados era más difícil su ubicación e
identificación y comunicación con ellos.
Una de las estrategias que se siguió fue diseñar y aplicar las intervenciones en
lugares de “alta concentración”, los cuales representan puntos de encuentro con
diferentes propósitos. En el caso de los migrantes, en su mayoría fueron
contactados en las Casas del Migrante donde reciben un importante apoyo
humanitario y legal para el tránsito hacia Estados Unidos. Además, este grupo
presenta un periodo de estancia muy corta en las estaciones de tránsito, no mayor
a 72 horas en promedio. En este periodo se debe establecer contacto y
comunicación, en medio de marco amplio de necesidades, entre las cuales no se
considera la posibilidad de recibir una plática para prevención del VIH/SIDA, que
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epresentó la principal estrategia de comunicación llevada a cabo por la mayoría
de las organizaciones participantes. Se tuvo comunicación con las trabajadoras
sexuales en los sitios de trabajo y en los centros de salud donde acuden a una
revisión médica periódica, como parte de las medidas gubernamentales para la
prevención de las ITS y la regulación del trabajo sexual. Los traileros fueron
entrevistados en los restaurantes donde se reúnen a comer y dialogar entre ellos.
De esta manera se logró entrar en comunicación con los diferentes actores que
participaron en el desarrollo de la estrategia de prevención del VIH en poblaciones
móviles.
La volatilidad de los grupos móviles no solo hace compleja y difícil la
implementación de estrategias para estos grupos sino también realizar
evaluaciones del resultado de las acciones desarrolladas. Este representó uno de
los retos metodológicos más importantes que tuvieron los distintos grupos
encargados del monitoreo y evaluación para sistematizar la información que les
permitiera dar cuenta de los resultados o efectos atribuibles a las intervenciones.
De esta forma, sólo es posible cuantificar; esto es establecer un número y tipo de
actividades desarrolladas y de participantes o documentar parte de los procesos
que se llevan a cabo para diseñar e implementar dichas estrategias. A
continuación se presentan algunas estrategias que tuvieron mayor relevancia a
nivel regional.
Derechos Humanos, estigma y discriminación
Un aspecto que emergió como problema relevante en el estudio diagnóstico fue la
violación a los derechos humanos, particularmente de los varones y mujeres
migrantes indocumentados. Al respeto fueron limitadas las acciones desarrolladas
en Centroamérica sobre este tema, a pesar de representar el problema que con
mayor frecuencia se expuso por esta población.
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La Casa del Migrante, una organización social de carácter religioso ubicada en
Tapachula, Chiapas frontera con Guatemala, representa uno de los espacios con
mayor experiencia y mayor capacidad de respuesta para el manejo de estas
situaciones. Desde hace más de 20 años han venido desarrollando programas de
promoción y defensoría de los derechos humanos de los migrantes
indocumentados, además de servicios de atención humanitaria que resuelve de
manera aguda los problemas más inmediatos que presentan los migrantes en
tránsito por Centroamérica y México hacia Estados Unidos.
La Casa del Migrante forma parte de una red de Casas del Migrante ubicadas en
Centroamérica y México. Estas Casas cuentan con una oficina que ha iniciado
diferentes acciones de capacitación sobre promoción de derechos humanos para
integrantes de organizaciones sociales. La labor de los integrantes capacitados se
basa en brindar información a los migrantes sobre derechos humanos pero
también en identificar oportunamente eventos de violación de estas garantías con
el fin de considerar el inicio de procesos de defensoría jurídico-legales.
La defensoría de casos se realiza a solicitud de las personas efectadas; sin
embargo, frecuentemente los migrantes no están dispuestos a iniciar procesos
legales toda vez que esto tiene diferentes implicaciones de diferente orden que
pueden constituirse en dificultades adicionales para el tránsito rápido hacia el lugar
de destino. Por otra parte, para las organizaciones que como La Casa del
Migrante, uno de los aspectos dificulta sus labores de defensoría es que la
violación de los derechos humanos ocurre con mayor frecuencia en países
diferentes a los de origen de los ciudadanos afectados. Por esta razón, la
búsqueda de colaboración y de acuerdos gubernamentales binacionales en este
tema representa uno de los asuntos que más frecuentemente han llevado a
diferentes foros políticos sin que hasta la fechas haya resultados específicos que
se traduzcan en acciones concretas por parte de los gobiernos de la región. Ante
esta situación, han buscado desarrollar formas alternativas de colaboración con
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organizaciones sociales y gubernamentales en la región para la atención puntual
de los eventos registrados.
Además de estos procesos, La Casa del Migrante lleva a cabo una importante
difusión y promoción del respeto a los derechos humanos de los migrantes
indocumentados a través de su boletín “Migrantes” que se distribuye
electrónicamente y en donde se presenta información relacionada con procesos
administrativos de migración, accidentes, violencia, xenofobia, detenciones y
deportación, inseguridad, remesas, entre otros. Este boletín representa uno de los
pocos espacios de información y difusión sobre el tema, y puede contribuir no sólo
en informar a los lectores sino sobre todo en la búsqueda permanente de
colaboraciones para atender este urgente problema.
Uno de los aspectos que se observó, de manera general en México y
Centroamérica fue la escasa presencia de organizaciones sociales que trabajan
en la prevención del VIH/SIDA y que cuentan con experiencia para abordar este
problema, por lo que su capacitación podría ampliar las potencialidades de acción
en este campo. Sin duda alguna, el tema de los derechos humanos para estos
grupos de población representa uno de los aspectos de mayor interés para ser
desarrollado por las organizaciones sociales y gubernamentales, lo cual pude
modificar de manera sustancial las condiciones de vulnerabilidad social de los
migrantes en tránsito por México.
Acceso a servicios de salud e información sobre prevención del VIH
Los servicios de salud de los países de Centroamérica y México, durante los
últimos 10 años han hecho un cambio en sus programas para incluir a las
poblaciones móviles y migrantes como un grupo vulnerable y prioritario de
atención. Sin embargo, brindar atención a grupos migrantes es un tema poco claro
y aún no se cuenta con una respuesta estructurada. De forma que, no se
encuentran claramente definidas ni las estrategias ni los recursos
complementarios que se requieren para brindar estos servicios. Por ello, es
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frecuente que se perciba que los migrantes compiten con la población residente
por la de por sí limitada oferta de servicios públicos.
Hasta 2002, en la frontera México-Guatemala y en las diferentes estaciones de
tránsito de Centroamérica los migrantes permanecían marginados de los servicios
públicos de atención médica y de los programas de prevención del VIH/SIDA. Una
de las principales razones es que estos servicios eran percibidos como espacios
gubernamentales donde podían detenidos ser deportados. Una de las estrategias
implementadas en Ciudad Hidalgo, México, muestra cómo a pesar de que los
servicios de salud se definieron y promocionaron como “Amigos de la familia, la
comunidad y del migrante”, no hubo un incremento de la demanda por parte de los
grupos indocumentados. En consecuencia, la automedicación a la fecha (2008)
sigue constituyendo la principal forma de respuesta a sus necesidades de salud,
excepto en situaciones extremas, de alta gravedad que requiere atención
hospitalaria, como por ejemplo: la atención de fracturas o mutilaciones derivadas
de accidentes por el tren en Ciudad Hidalgo y Tapachula o como consecuencia de
violencia.
En un periodo de casi 10 años (2000-2008) se han desarrollado acciones
sostenidas por la Casa del Migrante y la Jurisdicción Sanitaria de Tapachula,
Chiapas para desarrollar un sistema de atención que incluye acciones preventivas
del VIH (información, acceso a condones y pruebas rápidas de diagnóstico de
VIH) así como servicios de primer nivel de atención médica. Durante este periodo
se ha logrado brindar atención médica a libre demanda y brindar información
preventiva del VIH a un promedio de 10,000 personas por año que transitan por la
Casa del Migrante en Tapachula, Chiapas.
En 2007, se realizó la última evaluación sobre las actividades de atención integral
desarrolladas en la Casa del Migrante en colaboración con la Jurisdicción
Sanitaria de Tapachula, y se mostró una mayor capacidad para dar respuesta a
problemas de mayor complejidad de los migrantes (Leyva y Quintino, 2007). Se ha
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desarrollado protocolos de prevención de segunda y tercera generación (para
diagnóstico y acceso a tratamiento oportuno) para los migrantes en tránsito por la
Casa del Migrante en colaboración con el Programa de VIH de la Jurisdicción
Sanitaria. Se han desarrollado estrategias para responder de manera integral a
situaciones de violencia sexual contra mujeres y varones migrantes (acceso a
servicios médicos, asistencia psicológica, defensoría legal, y protección de
derechos humanos). Pero también, el gobierno mexicano se ha reposicionado
ante este tema y en noviembre ha emitido un memorandum del 2007, con el fin de
“ofrecer detección gratuita informada y confidencial, dar atención tratamiento ARV
a toda persona que vive con VIH y que vive en el territorio mexicano”. Todo esto
se basa en el artículo 3º de la Constitución Política Mexicana que prohibe “toda
discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad…”
después de una reunión realizada en Tuxtla, Chiapas ha establecido asegurar el
acceso a tratamiento antirretroviral para migrantes que lo requieran de acuerdo a
la Norma Oficial Mexicana (CENSIDA, 2007).
Sin duda alguna, México cuenta con una diversidad de experiencias sobre
atención integral en el tema de migración y VIH/SIDA; sin embargo, son escasas
aquellas que se han sido evaluadas y que han mostrado ser efectivas y
sostenibles (Uribe y Magis, 2000). Una de las lecciones aprendidas es tomar en
cuenta las capacidades y experiencias locales como punto para el desarrollo el
diseño e implementación de la estrategia, ya que esto es lo que da sostenibilidad y
asegura su desarrollo futuro.
La información preventiva, principal estrategia implementada en todos los países
de la región de Centroamérica, constituye una de las mayores fortalezas de las
organizaciones que trabajan con el tema de VIH. De esta forma, las paredes,
calles, escuelas, oficinas de gobierno, aeropuertos, aduanas, tiendas,
supermercados, y establecimientos de salud, entre otros espacios de las once
localidades de tránsito de México y Centroamérica muestran evidencias del trabajo
comunitario desarrollado por las organizaciones sociales y gubernamentales.
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Además, en algunos países, estas organizaciones trabajaron con la televisión,
radio, prensa, emitiendo mensajes preventivos del VIH/SIDA pero también de
sensibilización social con el fin de reducir el rechazo y discriminación a los
migrantes indocumentados.
Los medios empleados para la difusión de información fueron diseñados por las
propias organizaciones y se basaron en la experiencia e interacciones con los
diferentes grupos móviles. De esta forma se diseñaron trípticos, carteles, afiches,
gorras, mensajes en radio, TV y prensa, además de otros medios. Estos
materiales contribuyeron a crear un microambiente de alta densidad de
información sobre el tema del VIH/SIDA y movilidad poblacional. Visualmente, los
mensajes en las estaciones de paso expresaban una “bienvenida” a los
extranjeros al mismo tiempo que se encontraban otros que indicaban los riesgos
de transmisión y los invitaban a utilizar el condón (Villa et al., 2004).
Este doble mensaje constituye un escenario en el que los significados están
relacionados con reducir el rechazo como expresión pública y por otro hacer
visible el riesgo de transmisión del VIH/SIDA en las estaciones de tránsito. El
emitir mensajes abiertos sobre el condón puede haber contribuido a colocar el
tema de la sexualidad como parte de la vida comunitaria y de los grupos móviles.
No obstante, estas acciones se encontraron con prejuicios sociales sobre la
identidad de los migrantes, relacionados a la desconfianza y el estigma asociado a
la violencia, prostitución, drogas, entre otros problemas que justifican las actitudes
de rechazo observadas en la comunidad.
Para analizar el impacto de estas estrategias se recurrió a indicadores de proceso
con el fin de identificar los cambios, especialmente aquellos relacionados con
actitudes de los diferentes grupos ante el problema de la movilidad poblacional y el
VIH/SIDA en la región. Como parte de estos procesos se documentó una amplia
disponibilidad de los gobiernos y organizaciones sociales locales a participar en
iniciativas de este tipo; aún cuando señalaron que su participación casi siempre
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estaba limitada por “la escasez de recursos” con los que funcionan de manera
regular. Para las organizaciones sociales y gubernamentales participar en nuevos
proyectos o programas implica un reordenamiento de sus tiempos y recursos, por
lo que la mayor parte de las veces solo comprometen su participación de manera
puntual en el desarrollo de determinadas actividades, o para brindar algún apoyo
material para llevarlas a cabo.
La sostenibilidad de las acciones en estas comunidades es uno de los problemas
fundamentales ya que requiere de la conformación de grupos organizados al
interior de la comunidad lo cual requiere de trabajo a mediano y largo plazo. Este
es uno de los aspectos más relevantes en el proyecto, ya que las organizaciones
sociales y gubernamentales que participaron en su diseño e implementación
continuaron sus actividades rutinarias y como de las mismas han incorporado, tan
vez con diferente graduación, la atención a los grupos móviles y migrantes como
parte de sus programas.
La colaboración local, interfronteriza y regional para la prevención del VIH
Los recursos financieros aportados por el proyecto a las organizaciones ejecutoras
representaron un importante medio para adquirir diversos insumos para el
desarrollo de acciones preventivas, los cuales difícilmente se podrían conseguir en
condiciones de funcionamiento regular. Estos fondos facilitaron el desarrollo de
estrategias de colaboración local pero también de carácter binacional para planear
e implementar acciones preventivas de manera conjunta. Al respecto, se
identificaron diferencias en intereses, prestigio, experiencia y liderazgo entre las
organizaciones que constituyeron elementos claves para el éxito de la
colaboración.
El proyecto buscó formalizar las diferentes formas de colaboración entre las
organizaciones participantes a través de la conformación de redes binacionales y
regionales. Con este fin, se diseñó un portal electrónico
(www.ciss.insp.mx/migracion) con el fin de reducir los costos y facilitar la
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comunicación entre los participantes. La idea era planear, discutir, analizar,
intercambiar diferente tipo y cantidad de información de manera efectiva y rápida,
para la toma de decisiones de nivel local y regional. Sin embargo, en 2003, dicho
sistema no fue utilizado por los integrantes de la red, debido principalmente a la
falta de Internet permanente en sus lugares de trabajo. Posteriormente, y como
parte del Proyecto Iniciativa Mesoamericana de Prevención del VIH-SIDA
(IMPSIDA) se buscó fortalecer este sistema de comunicación con una importante
inversión en la adquisición de equipos de cómputo y conexión a internet. De forma
que se conformó la Red Mesoamericana de Prevención del VIH/SIDA en
Poblacional Móviles. Esta red se estableció formalmente y tampoco dio señales de
funcionamiento (www.onu.org.gt/onusida/que_es_impsida.asp) ni en el corto plazo
ni años después de concluido el proyecto. También se buscó desarrollar y firmar
distintos acuerdos de colaboración entre organizaciones, como una manera de
mostrar los niveles de compromiso entre ellas a nivel local y regional. La lección
aprendida es que tampoco funcionan este tipo de acuerdos.
Estas experiencias nos muestran la importancia de valorar las formas
organización, comunicación y colaboración como un proceso informal. La
informalidad de las relaciones se basa en la confianza desarrollada por las
acciones comunes en torno a la resolución o abordaje de problemas que los
afectan de manera específica. Estos son los procesos que dan ritmo, continuidad y
orientación concreta a las formas de colaboración, tanto a nivel local como entre
países.
No obstante, en la actualidad, la mayor parte de los proyectos buscan crear
espacios de visibilidad política y la creación de redes se ha transformado en una
medida frecuente y casi imprescindible para casi todo proyecto, aunque esto no
tenga consecuencia práctica como expresión de formas organizadas de la
sociedad. Estas redes cuentan con portales en Internet que da cierta visibilidad;
pero su funcionalidad es muy baja o nula.
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Otra cuestión al respecto es la firma de convenios como medio para establecer
compromisos de colaboración y la creación de instituciones responsables de su
ejecución. En este proyecto se tienen evidencias de la participación de
autoridades de salud del más alto nivel, Ministros de Salud que firmaron convenios
de colaboración interfronteriza para la prevención del VIH/SIDA en grupos móviles
entre diferentes países. También firmaron convenios diferentes representantes de
organizaciones sociales, en los que expresan su interés de colaboración para
abordar este problema tanto para los ámbitos local y binacional.
De esta manera, se podría considerar que se cuenta con una plataforma política lo
suficientemente estructurada que permitiría el desarrollo de proyectos futuros en la
región con una clara colaboración entre la sociedad civil y los gobiernos; sin
embargo, una vez iniciados nuevos proyectos es poco frecuente que se recurra o
se cite este apoyo político, como un referente práctico para el fortalecimiento o
desarrollo de las nuevas iniciativas, sobre todo de carácter local o binacional. Así
las cosas, son innumerables los convenios de diverso tipo que existen entre los
gobiernos y las organizaciones sociales en los países de la región pero en la
mayoría de estos acuerdos carecen de recursos específicos que permitan
ponerlos en práctica.
Otro aspecto que hay que considerar sobre el tema de la colaboración es la
necesidad de contar con capacidad para responder a los nuevos retos
relacionados con cambios en la propia dinámica de movilidad poblacional y de la
complejidad de la epidemia del VIH/SIDA. De acuerdo con ello, debería llevar a un
reajuste permanente de los objetivos, metas y recursos de las organizaciones; no
obstante, son escasas las evidencias al respecto. Lo que se observó fue una alta
rotación de los funcionarios internacionales, nacionales y regionales relacionados
con la dirección de los programas de VIH/SIDA más que un reajuste
organizacional para incrementar la capacidad de respuesta.
19

En general, se puede considerar que no se cuenta con memoria histórica de los
procesos y menos aún de los proyectos que se desarrollan en los países de la
región; de forma que, con la salida de los responsables se tiene que reiniciar los
ciclos de gestión de los proyectos. En consecuencia, el problema de sostenibilidad
no sólo corresponde a un problema de déficit de recursos sino también de escasos
procedimientos efectivos de rendimiento de cuentas ante la sociedad.
Conclusiones
Ha transcurrido casi 10 años, desde la primera iniciativa de cooperación regional,
entre México y Centroamérica para la prevención del VIH/SIDA en poblaciones
móviles y migrantes. Durante este periodo se ha consolidado un movimiento social
que ha permitido colocar el tema de la migración y el VIH/SIDA como un asunto
estratégico de salud internacional en la región, pero también como un asunto
internacional que requiere una respuesta regional en salud.
El proyecto de investigación promovió el desarrollo de intervenciones que fueran
producto del dialogo entre diferentes actores sociales, políticos y de salud con
presencia en la región Centroamérica y la frontera sur de México. El abordaje
contextual, no sólo individual, fue la estrategia para incidir en la formulación de
políticas que tomaran en cuenta a la movilidad poblacional como un fenómeno de
complejidad creciente que requiere de una respuesta regional y que atienda a los
contextos específicos de cada uno de los países. Además, buscó aportar
información útil para el diseño de estrategias específicas con el propósito de
modificar los contextos de vulnerabilidad que determinan la transmisión y el diseño
de las medidas apropiadas de prevención del VIH/SIDA en los grupos móviles
(Bronfman et al, 2004).
La visualización política alcanzada del tema de VIH relacionado con la movilidad
poblacional, tiene que ver con el reconocimiento social, político y económico que
estos grupos tienen para los distintos países de la región. El reconocimiento de las
poblaciones móviles en la región dio legitimidad a las intervenciones diseñadas y
20

permitió que los distintos niveles de gobierno y la sociedad civil comenzaran a
reconocer a estos grupos como estratégicos para la prevención del VIH/SIDA.
El proyecto generó evidencias relacionadas con la dinámica de movilidad
poblacional de diferentes grupos socioculturales, muchos de los cuales se les
consideraba anclados a su territorio. Las estaciones de paso incluidas en el
proyecto muestran la diversidad de los grupos móviles y la alta complejidad de sus
interacciones. Los grupos considerados especialmente vulnerables incluyen a los
jóvenes, migrantes indocumentados, refugiados, población indígena, jornaleros
agrícolas, trabajadoras sexuales y hombres que tienen sexo con otros hombres,
entre otros, que muestran una importante dinámica de movilidad en la región.
Estos grupos son vulnerables en función de su sexo, preferencia sexual, género,
origen étnico, edad y posición social, enmarcados por condiciones
socioeconómicas, políticas, culturales, religiosas y legales en las que la inequidad
social, la exclusión social y la migración indocumentada, son solo algunos de los
elementos que determinan el contexto de vulnerabilidad social, expresada en
forma de racismo, xenofobia, homofobia, coerción sexual, entre otros (Infante et al,
2003). Es en este contexto de desventaja social donde ocurren situaciones de
riesgo de transmisión de la infección del VIH (Bronfman y Minello, 1995) y donde
se requiere de las intervenciones de alta efectividad para prevenir o tratar de
manera oportuna las consecuencias negativas en la salud.
Las organizaciones sociales que trabajaban el tema de VIH/SIDA son parte de los
actores relevantes en la acción comunitaria preventiva del VIH, y su intervención
se ve potenciada con al tener la oportunidad de interactuar con organizaciones
internacionales de cooperación técnica y los Programas Nacionales de VIH/SIDA.
A nivel político y programático, el tema de movilidad poblacional y VIH/SIDA en
Centroamérica y México se encuentra como uno de los asuntos reconocidos y con
prioridad en términos de recursos e intervenciones. Todos los países han incluido
21

a estas poblaciones como parte de los grupos prioritarios de atención para
prevención del VIH.
Por su parte, las agencias de cooperación técnica con la participación de actores
políticos relevantes en la región han elaborado nuevos proyectos que buscan
abordar segmentos más específicos de la relación entre movilidad poblacional y
VIH/SIDA; estas iniciativas regionales han contribuido a movilizar recursos
financieros adicionales que se espera, contribuirán a diversificar y ampliar la
capacidad de respuesta social al problema. Entre estos se encuentra el “Proyecto
mesoamericano de atención integral para poblaciones móviles: reduciendo la
vulnerabilidad de las poblaciones móviles al VIH/SIDA en Centroamérica”,
apoyado por el Fondo Global, para el periodo 2005-2010, el cual se formuló como
parte de los compromisos para dar sostenibilidad a la prevención regional del VIH
en grupos móviles.
Este proyecto ha escalado las estrategias que se mostraron exitosas y apropiadas
dentro de estos contextos. De acuerdo con la Organización Internacional para la
Migraciones estima que la cantidad de recursos financieros movilizados por
proyectos sobre VIH/SIDA y movilidad poblacional en la región sumaban, en 2004,
$ 61.5 millones de USD (OIM, 2004). A estos fondos hay que sumar aquellos que
los propios países han asignado al tema así como las nuevas iniciativas regionales
en el tema.
Se puede considerar que en el momento actual nos encontramos ante un “boom”
de proyectos de la movilidad poblacional y VIH/SIDA, que en cierta medida
expresan la prioridad política en la región. Una muestra de ello, son las diferentes
iniciativas regionales y nacionales que han emergido para abordar el problema. En
este sentido vale la pena recuperar el camino andado con el fin de estructurar
respuestas orientadas a reducir de manera efectiva la vulnerabilidad de las
poblaciones móviles ante el VIH/SIDA. Los diferentes proyectos han generado
información estratégica para los tomadores de decisiones, de forma que en la
22

actualidad el tema de movilidad poblacional y VIH/SIDA se encuentra entre los
mejores documentados en la región. Sin embargo, para los tomadores de
decisiones, como para los migrantes, el hecho de contar con información no es
suficiente para estructurar una respuesta de alta efectividad en la región. Aún se
requiere de desarrollar, armonizar y evaluar políticas orientadas a reducir la
vulnerabilidad social al VIH/SIDA de las poblaciones móviles y migrantes en los
lugares de origen, tránsito y destino.
Algunas vertientes sobre las cuales se requiere consolidar el trabajo iniciado
tendrían que ver con los por lo menos tres aspectos: la investigación para la toma
de decisiones en salud, desarrollo de servicios y formación de recursos humanos.
Estas estrategias han sido propuestas por diversas iniciativas en la región pero
hasta el momento solo constituyen parte de los discursos políticos sin que se
traduzca en práctica alguna.
En estas condiciones, se requiere dar el siguiente paso para contar con
intervenciones preventivas que permitan modificar los determinantes estructurales
identificados en la frontera México-Guatemala, principal área de tránsito de
migrantes indocumentados.
La propuesta en si misma se constituye un reto porque cuestiona y aborda la
estructura básica que cimienta la epidemia en estos contextos. Las posibilidades
de éxito se basan en la presencia y acción de organizaciones sociales y
gubernamentales relacionadas con la atención de diversas necesidades, entre
otras las de de salud, de los migrantes en tránsito por la frontera sur de México.
Estas organizaciones han ganado legitimidad social a nivel nacional 2 y local por su
compromiso explicito y coherencia para hacer frente a los problemas de los
2 La Casa del Migrante de Tapachula recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos de México, 2006, por sus actividades de
promoción y defensoría de los Derechos de los migrantes indocumentados que transitan por la frontera sur de México hacia Estados
Unidos.
23

migrantes. También han jugado un rol articulador entre diferentes actores para
contribuir a desarrollar un entorno social a favor de un cambio en las relaciones
con los migrantes. La transparencia en el manejo de los recursos aplicados a los
proyectos mencionados en este trabajo ha sido fundamental para que estos
proyectos tengan continuidad y se gane la confianza en las organizaciones
sociales, gobiernos y organizaciones internacionales.
24

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27

Tabla 1. Estaciones de tránsito y grupos móviles presentes
País y estación de paso Tipo de estación de
BELICE
Ciudad de Belice
Benque Viejo del Carmen
EL SALVADOR
San Cristóbal de la Frontera
Santa Ana
GUATEMALA
Puerto Barrios
Tecún Umán
HONDURAS
La Entrada- Copán
MÉXICO
Cd. Hidalgo, Chiapas
Chetumal Q. Roo
Sbte, López, Q.Roo
NICARAGUA
Rivas, Peñas Blancas
PANAMÁ
Mercado Público de San
Felipe
paso
Comercio
Puerto Fronterizo
Fronteriza
Puerto
Fronteriza
Fronteriza
Fronteriza
Ciudad capital
Fronteriza
Fronteriza
Puerto
Grupo de población
móvil predominante
Comerciantes, marineros
y trabajadores agrícolas
Traileros, trabajadores
agrícolas, comerciantes
Marineros, traileros,
migrantes, trabajadores
agrícolas y trabajadoras
sexuales
Traileros
Traileros, migrantes,
trabajadoras sexuales y
trabajadores agrícolas
Traileros, comerciantes y
trabajadores agrícolas
Camioneros, trabajadores
agrícolas y trabajadoras
sexuales
Marineros, comerciantes,
migrantes, trabajadoras
sexuales
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