Poema de taberna Eduardo Zambrano ... - RazonEs de SER
Poema de taberna Eduardo Zambrano ... - RazonEs de SER
Poema de taberna Eduardo Zambrano ... - RazonEs de SER
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Después –contesto yo.<br />
Ahora –la voz se hace grave.<br />
Después en un ratito.<br />
Una jaladita, pues. Una jaladita<br />
para vacilarnos<br />
Susurra Óscar.<br />
Ya déjalo, Negro –intervino<br />
Giancarlo. Nunca me cayó muy<br />
bien el negro, en verdad.<br />
Siempre quería hacerse el lí<strong>de</strong>r<br />
en todo. Ahora ya no siento<br />
nada. En su casa, él está<br />
parado frente a mí y yo, no sé<br />
por qué, miro el reloj. Eso lo<br />
enfurece. Entonces sin darme<br />
cuenta, lo empujo. Me quedo<br />
asombrado <strong>de</strong> lo que acabo <strong>de</strong><br />
hacer.<br />
¿Qué te pasa? –dice Óscar.<br />
No contesto. Siento una aguja<br />
en la garganta.<br />
Nada –contesta Giancarlo-<br />
déjalo tranquilo.<br />
Tú no te metas.<br />
Me levanto. Quiero ir al baño<br />
otra vez. Pero al pasar por la<br />
mesa rozo <strong>de</strong> botella. Hay un<br />
ruido en el cristal <strong>de</strong> la mesa y<br />
la botella está echada,<br />
vomitando sobre la alfombra.<br />
Veo un río <strong>de</strong> cerveza. Me<br />
agacho a limpiar. Pero no tengo<br />
pañuelo. Toco el líquido con las<br />
manos, como un idiota. Me<br />
siento horriblemente<br />
avergonzado y triste. Me siento<br />
furioso. Los otros se ríen.<br />
Recojo la botella y la tiro con<br />
todas mis fuerzas contra la<br />
pared, don<strong>de</strong> se pulveriza.<br />
Recibo una cachetada <strong>de</strong>l<br />
negro. Me tiró sobre él y los dos<br />
caemos en la alfombra. Estoy<br />
sudando mientras trato <strong>de</strong><br />
aplastarle la boca pero él es el<br />
más fuerte, se levanta y me<br />
avienta contra la puerta. Me<br />
estrello y siento que el cachete<br />
se me moja. Escupo al suelo y<br />
salgo volando por la escalera.<br />
Detrás, Giancarlo y Óscar se<br />
insultaban.<br />
En la calle me doy cuenta <strong>de</strong><br />
que la cabeza me palpita. Todo<br />
mi cuerpo late. Doy saltos. Hay<br />
algo que se loquea, una fuerza<br />
que me <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>. Ya no puedo<br />
correr. Entro a una bo<strong>de</strong>ga.<br />
Pido un chancay el pan <strong>de</strong> dos<br />
mordiscos. Hay una hilera <strong>de</strong><br />
sangre en mi camisa pero el<br />
bo<strong>de</strong>guero no dice nada. Veo<br />
un reloj en la pared. ¿Dón<strong>de</strong><br />
voy a ir?<br />
Camino lentamente a mi casa.<br />
Llego a un parque. Me siento<br />
allí. Veo que oscurece. Un perro<br />
y su dueña corren por el pasto<br />
mojado. Tengo frío. Cuando<br />
llego, mi papá está entrando.<br />
Mira el reloj. Son cinco para las<br />
nueve. Me saluda como<br />
siempre, apenas.<br />
Papá.<br />
¿Y el examen? – dice.