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Fútbol y política - Diario Cruz del Sur

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Página 18 Miércoles 16 de noviembre de 2011<br />

ENTREVISTA<br />

“Es fundamental la democratización<br />

<strong>del</strong> conocimiento”, sostiene Sara Rietti<br />

La primera química<br />

nuclear argentina<br />

fue distinguida por la<br />

Universidad Nacional<br />

de Rosario. En este<br />

reportaje relata<br />

aspectos de su vida y<br />

fundamentalmente<br />

habla de su militancia<br />

por una ciencia que<br />

llegue y sirva a todos<br />

Antonio Capriotti<br />

La Universidad Nacional de<br />

Rosario de manos de su rector,<br />

Darío Maiorana, le entregó el<br />

Doctorado Honoris Causa a Sara<br />

Rietti. <strong>Cruz</strong> <strong>del</strong> <strong>Sur</strong> pudo entrevistarla<br />

pocos minutos antes <strong>del</strong> acto<br />

oficial. En esta nota, Sara Rietti<br />

pasa revista al origen emigrante de<br />

su familia, a la vida universitaria<br />

entre los 40 y los 50. La Noche de<br />

los Bastones Largos y la noche a<br />

partir de marzo de 1976. Su amistad<br />

con César Milstein. Su militancia.<br />

Su vida.<br />

—¿Cómo era su familia?<br />

—Ambas, la familia de mi madre<br />

como la de mi padre, eran emigrantes.<br />

Mi mamá era de un pueblito<br />

de Ucrania. Mi madre era una<br />

de los siete hermanos. Su mamá<br />

había quedado viuda muy joven.<br />

El hermano mayor era el maestro<br />

<strong>del</strong> pueblo, tan es así que cuando<br />

vino a Argentina no sólo ejerció el<br />

magisterio sino que hizo la primera<br />

escuela de hebreo en la ciudad<br />

de Buenos Aires.<br />

—¿Y la familia de su papá?<br />

—Él en cambio vino solito.<br />

Originario de Polonia, en el tiempo<br />

<strong>del</strong> Imperio Austro Húngaro. Lo<br />

convocaban para la conscripción y<br />

la vida en el ejército imperial era<br />

muy dura, sobre todo para los judíos.<br />

Decidió venirse. Acá conoció<br />

a mi mamá y un poco antes de declararse<br />

la guerra (Sara se refiere<br />

a la primera Guerra Mundial) hizo<br />

Entre sus muchos aportes, Rietti fue<br />

una de las impulsoras de los primeros<br />

fondos para la creación de Instituto<br />

de Biología Molecular de Rosario.<br />

esfuerzos por traer a sus hermanos.<br />

No pudo porque la emigración era<br />

muy restrictiva. Ellos y sus padres<br />

murieron en esa guerra.<br />

—¿Su familia conformaba un<br />

ambiente especial como para que<br />

usted se decidiera a estudiar una<br />

carrera como química nuclear?<br />

—Sí, muy especial. En realidad<br />

yo era y soy un animal político y<br />

lo que me hubiese gustado estudiar<br />

era letras y filosofía. En esa<br />

época no teníamos carreras como<br />

Ciencia Política. Ansiaba internarme<br />

por esos campos pero la<br />

hija de ese hermano mayor de mi<br />

madre era química, ya estaba becada<br />

en EE.UU. Entonces para mí<br />

fue como un mandato. Lo cual, a<br />

la larga, no me vino mal, ya que<br />

yo hablo de cuestiones <strong>política</strong>s de<br />

ciencia y tecnología y nadie puede<br />

negar que yo tengo una tesis de<br />

doctorado en físico química publicada<br />

en una revista internacional.<br />

Mire, las cosas por las que combato,<br />

yo las pasé.<br />

La tesis a la que la entrevistada<br />

hace referencia, “Estudio de la<br />

reacción entre tetracloruro de diboro<br />

y diborano”, Universidad de<br />

Buenos Aires, Facultad de Ciencias<br />

Exactas y Naturales, 1963, dio lugar<br />

a una publicación: “Reactions<br />

between diborane and some boron<br />

halides”, Journal of Inorganic &<br />

Nuclear Chemistry, 1965, Vol. 27,<br />

pp. 247 to 249. Cuando se le pide<br />

que haga una pintura de la ciencia<br />

en el país en épocas de su egreso y<br />

su posterior doctorado alude a que<br />

“la facultad de ciencias era una<br />

facultad dura”, en clara referencia<br />

a que conformaba un centro crítico<br />

al gobierno de Juan Domingo<br />

Perón. “Nuestra facultad estaba en<br />

Perú 222, sitio escogido por los militares<br />

que odiaban a Exactas, primero<br />

en la Noche de los Bastones<br />

Largos; luego, la misma institución<br />

militar, años después la arrasó con<br />

una topadora. Arrasaron un espacio<br />

histórico”. Sara Rietti vuelve<br />

a los años 50: “En los 50 la idea<br />

de Perón de desarrollar la ciencia…<br />

nunca lo oí muy vinculado<br />

al desarrollo… lo de la Energía<br />

Atómica, lo de traer a los científicos<br />

alemanes. Sí. Qué significaba<br />

para Perón, no lo sé”. Y aclara:<br />

“(Ronald) Richter no era un burro,<br />

habrá tenido demasiadas exigencias<br />

en una tierra poco explorada.<br />

Habrá pedido más equipamiento<br />

<strong>del</strong> que correspondía. Había formado<br />

parte de los equipos de los<br />

buenos científicos alemanes…”.<br />

—¿Milstein fue compañero<br />

suyo?<br />

—Cuando entro a la facultad,<br />

César Milstein era el presidente<br />

<strong>del</strong> Centro de Estudiantes. Lo<br />

llamábamos Pulpito. En el laboratorio,<br />

el material usado es muy<br />

frágil y se rompe con frecuencia.<br />

Contábamos con un comercio para<br />

comprarlo a un precio razonable”.<br />

Sara hace una acotación:<br />

“Ninguno de nosotros era de familias<br />

pudientes. Éramos parte de<br />

familias de gente sencilla. César<br />

(Milstein) también. Por entonces,<br />

Ingeniería compartía con nosotros<br />

el espacio y ciertas materias, todos<br />

recurríamos a un señor que vendía<br />

los materiales que necesitábamos<br />

reponer y también contaba con<br />

un mimeógrafo para hacer copias.<br />

Su comercio se llamaba El Pulpo,<br />

y nos cobraba un poco caro las<br />

copias por lo que César, que era<br />

un socialista de alma, muy cooperativo,<br />

inauguró otro espacio para<br />

hacer las copias; se lo llamó El<br />

Pulpito. Así pasó a llamarse César<br />

quien, al poco tiempo, me hizo un<br />

pedido: “Me gustaría”, me dijo:<br />

“Por qué no te hacés cargo <strong>del</strong> intercambio<br />

de revistas de otros países”.<br />

Siempre digo que César está<br />

en el origen de una carrera que por<br />

las circunstancias tuvo que ver con<br />

la cooperación internacional; en la<br />

gestión de Manuel Sadosky yo era<br />

su jefa de Gabinete y la responsable<br />

de la Cooperación Internacional en<br />

un momento muy duro en el que<br />

el país regresaba de una situación<br />

muy difícil y que la integración en<br />

América latina estaba rodeada de<br />

mutua desconfianza. Con Francia,<br />

que tenía un gobierno socialista y<br />

con la Comunidad Europea que era<br />

muy abierta, esa cooperación fue<br />

muy importante. La ciencia era un<br />

instrumento de cooperación.<br />

—El ministerio de Ciencia,<br />

Tecnología e Innovación<br />

Productiva está siguiendo con<br />

esa línea: repatriación de científicos,<br />

mayor inversión, etcétera…<br />

—Eso merece una reflexión. Es<br />

cierto lo que usted acota pero hoy<br />

repatriar a la gente es muy sencillo.<br />

En nuestra época era más difícil.<br />

Hoy, éste es un buen espacio para<br />

hacer ciencia, mientras la vida en<br />

el exterior no está facilitada. Todo<br />

ese programa lo originamos en<br />

los tiempos de Manuel Sadosky.<br />

Pero está muy bien lo que están<br />

haciendo, claro que ahora no tiene<br />

el dramatismo que rodeó a los investigadores<br />

de aquellos años que<br />

debieron irse <strong>del</strong> país en circunstancias<br />

muy difíciles y repatriarlos<br />

en medio de un país destruido<br />

tenía otro significado. Recuerdo<br />

que había mucha solidaridad de<br />

la gente. Una cosa que nos ayudó<br />

mucho para esa época fue que<br />

César Milstein ya era un Nobel<br />

cantado. Fue muy importante para<br />

nuestra relación con Brasil, recordemos<br />

que nuestros países tenían<br />

duras hipótesis de conflicto. Lo<br />

<strong>del</strong> Centro Argentino Brasileño de<br />

Biotecnología y todos los enroques<br />

que hicimos apuntaban a desarticular<br />

los posibles conflictos.<br />

—¿Por qué la ciencia en una<br />

sociedad, para qué y para quién?<br />

CIENCIA Y TECNOLOGÍA<br />

—Una sociedad necesita de la<br />

ciencia, de la literatura, <strong>del</strong> arte.<br />

Es un aspecto humano digno de<br />

ser cultivado. Es una actividad que<br />

muestra aspectos relevantes de lo<br />

humano. Lo <strong>del</strong> para qué está muy<br />

vinculado al para quién. Para mejorar<br />

las condiciones de vida de la<br />

gente, para tener un intercambio<br />

razonable con todo lo que nos rodea.<br />

A mí lo que me preocupa es<br />

que sobre todo sea inclusiva, es<br />

decir: ¿para quién?, para todos; y<br />

creo que requiere un enorme esfuerzo<br />

para ser respetuoso de los<br />

recursos naturales, <strong>del</strong> ambiente.<br />

—¿Quién debe fijar qué<br />

investigar?<br />

—Éste es mi tema obsesivo, la<br />

democratización <strong>del</strong> conocimiento.<br />

Creo que la ciencia es demasiado<br />

determinante <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o<br />

económico, político, humano que<br />

se va a cultivar como para que<br />

sea propiedad de grupos de privilegiados.<br />

Me parece que es fundamental<br />

la democratización <strong>del</strong><br />

conocimiento”.<br />

—De todas las cosas que usted<br />

hizo llama la atención su apego a<br />

la militancia…<br />

—Bueno, en realidad yo fui<br />

criada biológicamente por un primo,<br />

ingeniero, poeta, ocho años<br />

mayor que yo. Es el que formó mi<br />

biblioteca particular, literaria; y le<br />

voy a dar un dato, era de la línea<br />

de Abelardo Ramos; cuando en el<br />

45, los cabecitas negras cruzaron<br />

el puente y se lavaban las patas<br />

en la fuente de Plaza de Mayo él<br />

me llevó a verlos. Entonces, a mí<br />

se me hizo un lazo muy difícil de<br />

romper.<br />

La llamaban insistentemente, ya<br />

era la hora de que fuera en busca de<br />

su merecido Honoris Causa, más<br />

que a su trabajo como científica por<br />

su labor militante en el campo de las<br />

<strong>política</strong>s científicas desde el regreso<br />

de la democracia a nuestro país.<br />

Pionera en Rosario<br />

Diego de Mendoza, ex director <strong>del</strong> IBR,<br />

desde Alemania recuerda la intervención<br />

de Sara Rietti, para dotar de los primeros<br />

recursos que le permitieron crear el<br />

instituto que hoy es uno de los polos de<br />

la investigación científica en biología molecular<br />

reconocido en el mundo: “La doctora<br />

Sara Rietti fue uno de los impulsores<br />

<strong>del</strong> Programa Nacional de Biotecnología<br />

(PNB) de la Secyt. El PNB estaba coordinado<br />

por el doctor Jose Latorre e integrado<br />

por los doctores Oscar Burrone, Alberto<br />

Marcipar y Faustino Siñeriz, quienes asesoraron<br />

a los doctores Sadosky y Rietti<br />

sobre la necesidad de apoyar la creación<br />

de grupos que tuvieran entrenamiento en<br />

Ingeniería Genética y Biología Molecular<br />

para impulsar el desarrollo de la biotecnología<br />

en la Argentina que en esa época<br />

(1984), era un área de vacancia en nuestro<br />

país. Contábamos con la tenacidad y<br />

el entusiasmo necesarios para construir<br />

un centro que generara conocimientos<br />

biotecnológicos. Los doctores Sadosky y<br />

Rietti decidieron apoyar al grupo rosarino<br />

de la Facultad de Ciencias Bioquímicas<br />

de la UNR otorgándonos subsidios para<br />

adquirir el equipamiento básico para empezar<br />

a trabajar”.

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