". . . y habitaré en medio de ellos" - Alliance Life
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Una fortuna perdida<br />
Nota <strong>de</strong>l Editor: Dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> ministerio y el tiempo, algunos<br />
obreros internacionales soportan difer<strong>en</strong>tes tipos <strong>de</strong> situaciones difíciles<br />
durante sus carreras. El Rvdo. W.H. Oldfield, tuvo su ministerio <strong>en</strong> China<br />
durante un periodo largo <strong>de</strong> inestabilidad político, fue muy apetecido por las<br />
bandas <strong>de</strong> malhechores que le querían secuestrar para pedir para liberarle.<br />
Aquí abajo hay uno <strong>de</strong> los relatos <strong>de</strong> lo que sucedió <strong>en</strong>tre los muchos relatos<br />
<strong>de</strong> problemas <strong>en</strong>tre los bandidos chinos <strong>de</strong> su época.<br />
La guerra civil había estallado por toda China, y por doquier aparecieron<br />
bandas <strong>de</strong> ladrones. La provincia don<strong>de</strong> trabajaba el señor Oldfield y su<br />
esposa estaba sufri<strong>en</strong>do los embates las bandas <strong>de</strong> secuestradores. En ese<br />
tiempo llegó un m<strong>en</strong>saje <strong>de</strong> la se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la misión <strong>en</strong> China llamándole a una<br />
reunión. Empacó su maleta y com<strong>en</strong>zó su viaje. Escribió <strong>de</strong> lo que pasó,<br />
“Estábamos bajando el rio <strong>en</strong> una lancha y yo era el único hombre blanco<br />
<strong>en</strong>tre un bu<strong>en</strong> número <strong>de</strong> <strong>de</strong> pasajeros chinos.El anochecer <strong>de</strong>l segundo<br />
día, la lancha anclamos cerca <strong>de</strong> un pueblo que t<strong>en</strong>ía un mercado.” El Rvdo.<br />
Oldfield y su colega bajaron <strong>de</strong> la lancha para <strong>en</strong>viar una tarjeta postal a su<br />
esposa Mabel. Al bajar se dieron cu<strong>en</strong>ta <strong>de</strong> personas vagando por las calles<br />
y se alejaron <strong>de</strong> don<strong>de</strong> estaban, lograron volver y subir a la lancha.<br />
Pero su alegría se esfumó porque d<strong>en</strong>tro <strong>de</strong> poco la lancha fue atacada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la orilla por los bandidos. Las<br />
balas zumbaron por todas partes y el Rvdo. Oldfield y los <strong>de</strong>más se tiraron al piso, orando y pidi<strong>en</strong>do protección.<br />
Pronto los bandidos abordaron la lancha y “se <strong>de</strong>sató un infierno – maltrataron a unos y a otros mataron”<br />
relató el Sr. Oldfield. El logró escon<strong>de</strong>r una faja <strong>en</strong> sus medias antes que le colocaron una soga a su cuello y le<br />
amarraron los brazos y le llevaron con otros och<strong>en</strong>ta pasajeros.<br />
El grupo <strong>de</strong> bandidos y presos cruzaron varios ríos, subi<strong>en</strong>do por caminos <strong>en</strong> las montañas aledaños. Mi<strong>en</strong>tras<br />
caminaba el Sr. Oldfield miraba con cuidado para po<strong>de</strong>r recordar por don<strong>de</strong> habían pasado por si lograba escapar.<br />
Cuando el bandido que había sido asignado cuidarle ofreció llevar su sobre abrigo él se lo dio. El bandido lo<br />
<strong>en</strong>volvió con su escopeta y amarró un talego <strong>de</strong> cosas que había robado por <strong>en</strong>cima <strong>de</strong>l sobre abrigo. Vi<strong>en</strong>do<br />
una oportunidad el Sr. Oldfield se escapó y logró <strong>de</strong>saparecer <strong>en</strong> el bosque túpido antes que la guardia pudo<br />
<strong>de</strong>s<strong>en</strong>volver su arma y disparar. Más tar<strong>de</strong> el Sr. Oldfield se <strong>en</strong>contró con un grupo <strong>de</strong> soldados – que fueron algo<br />
más honrados que los bandidos y pudo por fin regresar al río.<br />
Cuando el Sr. Oldfield volvió a casa y su esposa Mabel, un hombre que había sido secuestrado <strong>en</strong> la misma<br />
ocasión por unas cuatro semanas, le dijo que mi<strong>en</strong>tras estaba preso había oído a uno <strong>de</strong> los bandidos susurrar<br />
a otro bandido que habían perdido una fortuna cuando el escapó. La banda <strong>de</strong> ladrones esperaba pedir una<br />
cuantiosa suma por su rescate. “Pero por las oraciones <strong>de</strong> los fieles Hijos <strong>de</strong> Dios” escribió el Rvdo. Oldfield – “se<br />
perdió una fortuna – por <strong>medio</strong> <strong>de</strong> la oración.”<br />
Adaptado <strong>de</strong>l Libro Kidnapped by the Chinese (Secuestrados por los Chinos) escrito por Walter H. Oldfield.<br />
VA primavera 2011 p. 26