El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, II - Ataun

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otro andar es andar a gatas. Mujer de un gobernador eres, ¡mira si te roerá nadie los zancajos! Ahí te envío un vestido verde de cazador, que me dio mi señora la duquesa; acomódale en modo que sirva de saya y cuerpos a nuestra hija. Don Quijote, mi amo, según he oído decir en esta tierra, es un loco cuerdo y un mentecato gracioso, y que yo no le voy en zaga. Hemos estado en la cueva de Montesinos, y el sabio Merlín ha echado mano de mí para el desencanto de Dulcinea del Toboso, que por allá se llama Aldonza Lorenzo: con tres mil y trecientos azotes, menos cinco, que me he de dar, quedará desencantada como la madre que la parió. No dirás desto nada a nadie, porque pon lo tuyo en concejo, y unos dirán que es blanco y otros que es negro. De aquí a pocos días me partiré al gobierno, adonde voy con grandísimo deseo de hacer dineros, porque me han dicho que todos los gobernadores nuevos van con este mesmo deseo; tomaréle el pulso, y avisaréte si has de venir a estar conmigo o no. El rucio
está bueno, y se te encomienda mucho; y no le pienso dejar, aunque me llevaran a ser Gran Turco. La duquesa mi señora te besa mil veces las manos; vuélvele el retorno con dos mil, que no hay cosa que menos cueste ni valga más barata, según dice mi amo, que los buenos comedimientos. No ha sido Dios servido de depararme otra maleta con otros cien escudos, como la de marras, pero no te dé pena, Teresa mía, que en salvo está el que repica, y todo saldrá en la colada del gobierno; sino que me ha dado gran pena que me dicen que si una vez le pruebo, que me tengo de comer las manos tras él; y si así fuese, no me costaría muy barato, aunque los estropeados y mancos ya se tienen su calonjía en la limosna que piden; así que, por una vía o por otra, tú has de ser rica, de buena ventura. Dios te la dé, como puede, y a mí me guarde para servirte. Deste castillo, a veinte de julio de 1614.
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Obra reproducida sin responsabilida
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Prólogo al lector ¡Válame Dios,
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miliar del Santo Oficio; y si él l
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Y si este cuento no le cuadrare, di
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tiene en pie, y vívame la suma car
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quedaba calzadas las espuelas para
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Venga Vuestra Excelencia con la sal
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así, determinaron de visitarle y h
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hecho proveer las costas de Nápole
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de los señores consejeros, y se ll
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cia! Pero Dios mirará por su puebl
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suyo se informase del retor de la c
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licencia para ir a despedirse de su
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sacaros desta casa y en teneros por
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ni procuro que nadie me tenga por d
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modado y manual que Tirante el Blan
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escrúpulo, porque no es de gusto a
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aquel filisteazo de Golías, que te
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-Esa Angélica -respondió don Quij
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contra la señora Angélica, que tr
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-Malas ínsulas te ahoguen -respond
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-Así es -dijo el barbero-, y holga
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manteaban? Y si lo dices, no lo dig
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se ha arremetido a caballero con cu
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-Aún la cola falta por desollar -d
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y no comeré bocado que bien me sep
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caballero andante, por fuerza habí
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-Desa manera, ¿verdad es que hay h
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-En eso -respondió el bachiller-,
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piadoso Eneas como Virgilio le pint
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-Mala me la dé Dios, Sancho -respo
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las partes donde más de mí se sir
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son los pajes: no hay antecámara d
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-La causa deso es -dijo Sansón- qu
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Sierra Morena, que nunca más los n
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Capítulo IV Donde Sancho Panza sat
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-No está en eso el yerro -replicó
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-Y por ventura -dijo don Quijote-,
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Quijote por felicísimo agüero, y
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alguna ínsula de las muchas que su
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Dicho esto, rogó al bachiller que,
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Capítulo V De la discreta y gracio
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tengo va mezclada con la tristeza d
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hijos. Advertid que Sanchico tiene
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y seremos todos unos, padres y hijo
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as ni cortapisas, ni arrequives de
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astrojos, y te la pongo en toldo y
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cuentos con aquellos que por antig
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de hacer condesa, la haría todo lo
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dichas, que me tengo de quejar en v
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da ocasión los acometemos, sin mir
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hacer un tal castigo en ti, por la
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linajes, y estadme atentas, se pued
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la virtud, y en la riqueza y libera
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Por estas asperezas se camina de la
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Capítulo VII De lo que pasó don Q
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sabe Dios y todo el mundo, y mis ga
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-Reducida has de decir, Sancho -dij
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-Es el caso -replicó Sancho- que,
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historias de los caballeros andante
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-¡Oh flor de la andante caballerí
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no permita el cielo que, por seguir
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nunca creyó que era tan gracioso c
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ciese. Abrazóle Sansón, y suplic
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a relinchar Rocinante y a sospirar
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-Todo pudo ser -respondió Sancho-,
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otras, mezclando con una verdad mil
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púsola cual no digan dueñas, y el
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profundidad del Tibre? ¿Quién abr
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-Asolviese quieres decir, Sancho -d
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-Cogido le tengo -dijo Sancho-: lue
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-Todo eso es así -respondió don Q
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Capítulo IX Donde se cuenta lo que
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-Hallemos primero una por una el al
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-Yo me reportaré -respondió Sanch
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Mala la hubistes, franceses, en esa
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Y, dando a sus mulas, no atendió a
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Capítulo X Donde se cuenta la indu
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en el estrado rico de su autoridad;
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se apartó de su señor que él que
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Este soliloquio pasó consigo Sanch
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nas; pero, como no va mucho en esto
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-Poca diferencia hay -respondió Sa
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-Calle, señor -dijo Sancho-, no di
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Oyendo lo cual, otra de las dos dij
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iendo don Quijote levantar a su enc
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orrica, me dio un olor de ajos crud
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-¡Y que no viese yo todo eso, Sanc
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iendas a Rocinante, y avive y despi
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embuste y bellaquería. De una cosa
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ostro humano; junto a ella venía u
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pregúntemelo, que yo le sabré res
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como buen escudero y como buen cria
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sa merced que, como son gentes aleg
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acometer un hombre solo a un ejérc
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Capítulo XII De la estraña aventu
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eyes, emperadores y pontífices, ca
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Rióse don Quijote de las afectadas
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Digo que dicen que dejó el autor e
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El decir esto y el tenderse en el s
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atónitos, oyeron que lo que cantó
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podía ni debía confesar una cosa
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a aquella hermosa ingrata que en vu
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mos a estos señores amos nuestros
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miserables escuderos de la andante
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en suerte. Harto mejor sería que l
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A lo que respondió Sancho, algo mo
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que es de aquellos que dicen: «Cui
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Escupía Sancho a menudo, al parece
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a piruétanos, ni a raíces de los
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del vino. El uno lo probó con la p
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Capítulo XIV Donde se prosigue la
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todas las provincias de España y h
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seco de rostro, estirado y avellana
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Y, diciendo esto, se levantó en pi
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-Esa costumbre, señor escudero -re
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cuidado de quitarnos las vidas, sin
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En esto, ya comenzaban a gorjear en
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Todo lo miró y todo lo notó don Q
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hizo el de los Espejos. Pero, no se
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-Ellas son tales -dijo don Quijote-
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lazadas del yelmo para ver si era m
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-Aquí las tengo, en la faldriquera
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aunque limpias, de Casildea, y prom
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Capítulo XV Donde se cuenta y da n
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Aceptólo Carrasco, y ofreciósele
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haber molido a palos a don Quijote,
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llero andante de los pasados siglos
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el rigor de mi brazo, y templase la
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saludó cortésmente, y, picando a
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amigo de dar gusto a todos, antes q
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Calló en diciendo esto don Quijote
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le dijese quién era, pues él le h
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-¿Qué hacéis, hermano? ¿Qué be
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hace mucha cuenta; y, con todo el m
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tar de los truhanes, ni del ignoran
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hijo por donde su estrella le llama
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por el camino por donde ellos iban
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El del Verde Gabán, que esto oyó,
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A lo que, con gran flema y disimula
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a la corte, presentados a Su Majest
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-No es loco -respondió Sancho-, si
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-Séanme testigos cuantos aquí est
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armas, y no le pareció cordura tom
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qué palabras contaré esta tan esp
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la jaula. Viendo lo cual don Quijot
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alguna parte del miedo, poco a poco
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caballeros, que se mudaban los nomb
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mejor un caballero andante, que por
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ñor don Diego, que antes se ha de
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Capítulo XVIII De lo que sucedió
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Aquí pinta el autor todas las circ
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-No sé lo que te diga, hijo -respo
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persona, el segundo se le lleva la
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y, volviendo a lo de arriba, ha de
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eso, él es loco bizarro, y yo ser
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un mal latín continuado, y no pued
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Cosas imposibles pido, pues volver
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¿No es bueno que dicen que se holg
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Cuatro días estuvo don Quijote reg
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Con estas razones acabó don Quijot
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Capítulo XIX Donde se cuenta la av
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venga con nosotros: verá una de la
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nimiento en el pueblo los amores de
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ciegan los ojos del entendimiento,
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hermosa Quiteria ha de ser la sente
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el toledano, y toledanos puede habe
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allí quedásedes muerto por la des
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que se conozca y vea con toda verda
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cijadores de la boda, que en divers
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Capítulo XX Donde se cuentan las b
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dos que de juncos y tomillos: bodas
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-Yo no me acuerdo, Sancho -respondi
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por encima, servían de darle sabor
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En tanto, pues, que esto pasaba San
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tener competencia, sobre los cuales
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y en el ancho mar undoso, y en cuan
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-Llaman Liberalidad al dar que el e
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dióle que un beneficiado de aquel
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ella; que si esto no se pusiera de
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tienes buen natural y discreción,
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Capítulo XXI Donde se prosiguen la
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para el día venidero de sus bodas.
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quitándome a mí de por medio. ¡V
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muy justa y puesta en razón, y ade
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llo que me acabe de quitar la vida,
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Estando, pues, asidos de las manos
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semejantes fechurías, se acogió a
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garon, y el rico Camacho, por mostr
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Capítulo XXII Donde se da cuenta l
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marido es pobre, merece ser coronad
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saber aquello que tocaba a sus caba
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llevaría con él gustoso entreteni
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grande erudición y estudio, a caus
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-Tienes razón, amigo -dijo el prim
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-Ata y calla -respondió don Quijot
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Y, en diciendo esto, se acercó a l
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ochenta brazas, sintieron peso, de
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uen amor y compaña, merendaron y c
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mohíno de verme, pendiente y colga
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gos tiempos ha, valeroso caballero
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caballero tendido de largo a largo,
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andarte, carísimo primo mío, ya h
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lancolía, y no se precia de criar
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seco y amojamado. Díjome Montesino
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-Y aun me maravillo yo -dijo Sancho
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-No comen -respondió don Quijote-,
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deste lugar, me mostró tres labrad
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que estamos en paz: ¿cómo o en qu
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estar puesta en algún grande aprie
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cen imposibles; pero andará el tie
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caballero de sus tiempos, no es pos
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ciencia y barajar»; y esta razón
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-Pocos ermitaños están sin ellas
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un trago. Apenas oyó esto Sancho P
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-Muy a la ligera camina vuesa merce
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-Dos me han dado -respondió el paj
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a pólvora que algalia, y que si la
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Capítulo XXV Donde se apunta la av
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, le vi esta mañana, sin albarda y
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no fue mi asno el que rebuznó?”
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tenido en buscarle, aunque le he ha
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-Señor huésped, ¿hay posada? Que
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chos años a esta parte en este rei
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me el señor monísimo qué hace ah
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cabal y muy de pro; y es mi Teresa
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-Mira, Sancho, yo he considerado bi
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perra se cubriese entre las once y
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y que si vuesa merced quisiere sabe
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Capítulo XXVI Donde se prosigue la
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Miren vuestras mercedes también c
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y veis aquí donde salen a ejecutar
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der llegar al suelo. Pero veis cóm
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que parecen nuestras chirimías; y
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cuchilladas sobre la titerera moris
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soy tan desdichado que puedo decir
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-¿Cómo no? -respondió maese Pedr
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-Ya se vee cuán imposible es volve
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-Ésta no debe de ser Melisendra, s
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dél, casi a las ocho del día deja
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Dice, pues, que bien se acordará,
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en lo de por venir no se daba maña
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tes suertes de armas, como si dijé
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cuadrón le recogieron en medio, cr
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a todos tocaba la venganza y la res
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nos manda que hagamos bien a nuestr
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de los estirados de mi pueblo, no s
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Capítulo XXVIII De cosas que dice
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pero no huido; y en esto he imitado
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fue servido de darme, y no andarme
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después que ha que sirvo a vuestra
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Diose don Quijote una gran palmada
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lágrimas a los ojos, y con voz dol
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Capítulo XXIX De la famosa aventur
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mano de otro caballero, puesto que
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-Ya están atados -replicó Sancho-
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-Y cuando lleguemos a esa leña que
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cas, polos, solsticios, equinocios,
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-Calla, Sancho -dijo don Quijote-;
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os; los cuales, oyendo y no entendi
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dos valientes encantadores, y el un
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Capítulo XXX De lo que le avino a
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cómo hablas, y ten cuenta de no en
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de tan gran caballero como es el de
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en tanto que don Quijote llegaba, t
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-El que yo he tenido en veros, vale
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te, como vuesa merced bien sabe, no
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Capítulo XXXI Que trata de muchas
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Y todos, o los más, derramaban pom
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y dueñas del su rocino; y que en e
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comendarle a persona más caritativ
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-Dime, truhán moderno y majadero a
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Luego llegaron doce pajes con el ma
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-No tema vuesa merced, señor mío,
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ñores no me tengan por algún habl
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Gran gusto recebían los duques del
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señora duquesa, así salta desde e
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Atento estuvo don Quijote a las raz
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amente ha pasado todos los límites
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todos y mal a ninguno; si el que es
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cos, pues los cuerdos canonizan sus
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haciendo rostro a su enemigo, queda
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de plata, y la otra con dos blanqu
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sadamente; y, haciéndole todas cua
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-Con las barbas me contento -respon
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-Así es -dijo el duque-, y habéis
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te sin dama es como el árbol sin h
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adoban la sangre, y que en más se
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que esto había de ser con la punta
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la cambiasen. Dulcinea es principal
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y a deshora entró Sancho en la sal
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de tantos entretenidos de cocina; y
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se fuera de aquel, a su parecer, su
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Capítulo XXXIII De la sabrosa plá
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-Ahora, señora mía, que he visto
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yo conozco que dice verdad: que si
Page 593 and 594: -Y ¡cómo que no mienten! -dijo a
Page 595 and 596: siento que me anden musarañas ante
Page 597 and 598: todo debió de ser al revés, como
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Page 601 and 602: -Mi asno -respondió Sancho-, que p
Page 603 and 604: pias y discretas, que son las mejor
Page 605 and 606: allí a seis días le llevaron a ca
Page 607 and 608: tara la duquesa, si el duque no se
Page 609 and 610: -Si esta caza fuera de liebres o de
Page 611 and 612: dos y él estuviese en el monte hol
Page 613 and 614: como la sazón del tiempo pedía, q
Page 615 and 616: -Si vos fuérades diablo, como dec
Page 617 and 618: -Pues ¿no? -respondió él-. Aquí
Page 619 and 620: viejo, con una barba más blanca qu
Page 621 and 622: -Tampoco donde hay luces y claridad
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Page 629 and 630: llacaras, que te arrojaras de una a
Page 631 and 632: Tentóse, oyendo esto, la garganta
Page 633 and 634: «bebe con guindas». Aprendan, apr
Page 635 and 636: A estas razones respondió con ést
Page 637 and 638: algunos azotes fueren de mosqueo, s
Page 639 and 640: su castillo, con prosupuesto de seg
Page 641 and 642: -Eso -replicó la duquesa- más es
Page 643: -¿Y escribístesla vos? -dijo la d
Page 647 and 648: y hacer otra nueva, y podría ser q
Page 649 and 650: Llegó, pues, con el espacio y pros
Page 651 and 652: guridad todo amparo y toda ayuda; y
Page 653 and 654: para que otros las cuenten y las es
Page 655 and 656: -Calla, Sancho amigo -dijo don Quij
Page 657 and 658: -Yo creo -dijo la duquesa- que mi b
Page 659 and 660: Y aquí, con este breve capítulo,
Page 661 and 662: formaban, por lo cual cayeron todos
Page 663 and 664: Y, levantándola de la mano, la lle
Page 665 and 666: ulos, sino, a la llana y sin rodeos
Page 667 and 668: merced desembaúle su cuita y cuén
Page 669 and 670: tantes a derribar una montaña, no
Page 671 and 672: cantados encantan y escritos suspen
Page 673 and 674: heredera, como ya he dicho, del rei
Page 675 and 676: Capítulo XXXIX Donde la Trifaldi p
Page 677 and 678: pueden hacer de los caballeros, y m
Page 679 and 680: me, pegóseme la voz a la garganta,
Page 681 and 682: sin humor y secos como aristas, y a
Page 683 and 684: -Por la fe de hombre de bien, juro,
Page 685 and 686: -Por mí no quedará -respondió do
Page 687 and 688: -Para andar reposado y llano, mi ru
Page 689 and 690: -Así es -respondió la barbada con
Page 691 and 692: fuera imposible el acabarla». Pero
Page 693 and 694: -Ahora bien, señora Rodríguez -di
Page 695 and 696:
Capítulo XLI De la venida de Clavi
Page 697 and 698:
as en él con tu escudero y des fel
Page 699 and 700:
vileño con la brevedad que su lige
Page 701 and 702:
cosa necesaria para el camino, y, e
Page 703 and 704:
Y, sacando un pañuelo de la faldri
Page 705 and 706:
tres y sendas avemarías, porque Di
Page 707 and 708:
-Señor, ¿cómo dicen éstos que v
Page 709 and 710:
-No hagas tal -respondió don Quijo
Page 711 and 712:
Quijote y Sancho se levantaron malt
Page 713 and 714:
daño de barras, como lo muestra cl
Page 715 and 716:
que si la tierra os pareció como u
Page 717 and 718:
semos de allí no lo puedo creer, p
Page 719 and 720:
Capítulo XLII De los consejos que
Page 721 and 722:
no es por codicia que yo tenga de s
Page 723 and 724:
-Con tan buena memoria -dijo el duq
Page 725 and 726:
profundo de confusiones. Primeramen
Page 727 and 728:
debes a la naturaleza bien concerta
Page 729 and 730:
Al culpado que cayere debajo de tu
Page 731 and 732:
-En lo que toca a cómo has de gobe
Page 733 and 734:
entiendan; y esto es enriquecer la
Page 735 and 736:
piernas tiesas y tiradas y desviada
Page 737 and 738:
cho!, que no saber un hombre leer,
Page 739 and 740:
caudal alguno, sino refranes y más
Page 741 and 742:
arriba, cosa que pudiera yo escusar
Page 743 and 744:
Capítulo XLIV Cómo Sancho Panza f
Page 745 and 746:
precie su trabajo, y se le den alab
Page 747 and 748:
intricados laberintos. Créeme, ami
Page 749 and 750:
su melancolía, y preguntóle que d
Page 751 and 752:
menester del que duerme a puerta ce
Page 753 and 754:
que con sus abrasadas cenizas y con
Page 755 and 756:
unos sean de seda, otros de cerdas,
Page 757 and 758:
nuevo Eneas, que ha llegado a mis r
Page 759 and 760:
-¡Oh, tú, que estás en tu lecho,
Page 761 and 762:
desde Henares a Jarama, desde el Ta
Page 763 and 764:
te juro en Dios y en mi ánima. No
Page 765 and 766:
acíbar; para mí sola Dulcinea es
Page 767 and 768:
taria, o ya porque el lugar se llam
Page 769 and 770:
-A vuestra señoría -respondió el
Page 771 and 772:
-Sí, señor -respondió el hombre-
Page 773 and 774:
del prestado ni de la vuelta, porqu
Page 775 and 776:
-De muy buena gana -respondió el v
Page 777 and 778:
vestido de ganadero rico, la cual v
Page 779 and 780:
temblando; tomóla [la] mujer, y, h
Page 781 and 782:
-Ella tiene razón -dijo el hombre-
Page 783 and 784:
Capítulo XLVI Del temeroso espanto
Page 785 and 786:
A lo que respondió don Quijote: -H
Page 787 and 788:
Suelen las fuerzas de amor sacar de
Page 789 and 790:
del alma en la tabla rasa tengo pin
Page 791 and 792:
que uno, viéndose tan acosado de l
Page 793 and 794:
intención con que habían venido a
Page 795 and 796:
hacía el oficio de maestresala, ll
Page 797 and 798:
Y el médico respondió: -Porque nu
Page 799 and 800:
dad de las cosas de que son compues
Page 801 and 802:
Alborotóse el doctor, viendo tan c
Page 803 and 804:
daderas, que han entrado en ese lug
Page 805 and 806:
mucha merced, y tendré cuidado de
Page 807 and 808:
-Esta noche, a la cena, se satisfar
Page 809 and 810:
-De modo -dijo Sancho- que si vuest
Page 811 and 812:
-Pintad lo que quisiéredes -dijo S
Page 813 and 814:
-Otra cosa querría -dijo el labrad
Page 815 and 816:
las gatescas heridas, de las cuales
Page 817 and 818:
te la mayor hermosura de la tierra
Page 819 and 820:
Y con el sobresalto se le cayó la
Page 821 and 822:
dientes y muelas en la boca, amén
Page 823 and 824:
señora Rodríguez; mas, cuando la
Page 825 and 826:
-Puede vuesa merced ahora, mi seño
Page 827 and 828:
un cierto espanto que tuvo, que, a
Page 829 and 830:
corto de vista, mi señora la duque
Page 831 and 832:
la de su zapato, y que una que llam
Page 833 and 834:
cayó a doña Rodríguez la vela de
Page 835 and 836:
Capítulo XLIX De lo que le sucedi
Page 837 and 838:
cenar aquella noche, aunque excedie
Page 839 and 840:
gobernar que en estos principios vu
Page 841 and 842:
andadas del lugar, sintieron ruido
Page 843 and 844:
-¿Qué decís vos a esto? -pregunt
Page 845 and 846:
pes. Contra otros garitos de menor
Page 847 and 848:
-¡Bueno: respondéis muy a propós
Page 849 and 850:
-De modo -dijo Sancho- que no dejar
Page 851 and 852:
Sancho quedó pasmado de la hermosu
Page 853 and 854:
da decir que ha visto el rostro de
Page 855 and 856:
uen decoro que las doncellas princi
Page 857 and 858:
importunado de mis ruegos, condecen
Page 859 and 860:
ía contado, de que recibió gran g
Page 861 and 862:
ponerlo en plática a su tiempo, d
Page 863 and 864:
La duquesa se lo dijo al duque, y l
Page 865 and 866:
-Pues venid, doncella -dijo el paje
Page 867 and 868:
Y, diciendo y haciendo, se arrojó
Page 869 and 870:
sea el cura mesmo, o el bachiller S
Page 871 and 872:
que su boca será medida, y Dios me
Page 873 and 874:
-Que me viva él mil años -respond
Page 875 and 876:
-¡Aderézame esas medidas! -dijo e
Page 877 and 878:
-¡Ay Dios mío -replicó Sanchica-
Page 879 and 880:
que así como lo es tuyo lo es de l
Page 881 and 882:
y han dado, el tal gobierno; y que
Page 883 and 884:
Rehusólo el paje; pero, en efecto,
Page 885 and 886:
fatiga de su estómago, haciéndole
Page 887 and 888:
e; que aun hasta agora están dudos
Page 889 and 890:
o él tiene la misma razón para mo
Page 891 and 892:
Hízolo así el secretario, y, repa
Page 893 and 894:
No hagas muchas pragmáticas; y si
Page 895 and 896:
da indicio que también lo será a
Page 897 and 898:
fuese escribiendo lo que él le dij
Page 899 and 900:
pienso que, al cabo al cabo, me ha
Page 901 and 902:
diciendo que digo yo que no lo ha e
Page 903 and 904:
hacer algunas ordenanzas tocantes a
Page 905 and 906:
Capítulo LII Donde se cuenta la av
Page 907 and 908:
-Vuesas excelencias sean servidos d
Page 909 and 910:
prometida palabra; que el principal
Page 911 and 912:
derecho de su justicia en manos del
Page 913 and 914:
CARTA DE TERESA PANZA A LA DUQUE- S
Page 915 and 916:
siendo forzoso que pregunten muchos
Page 917 and 918:
volverme loca de contento. Mira, he
Page 919 and 920:
Las nuevas deste lugar son que la B
Page 921 and 922:
Teresa Panza. Las cartas fueron sol
Page 923 and 924:
El cual, estando la séptima noche
Page 925 and 926:
pues de derecho le toca el serlo, s
Page 927 and 928:
cuchilladas sobre los paveses, que
Page 929 and 930:
algún amigo, si es que le tengo, q
Page 931 and 932:
dor, ni para defender ínsulas ni c
Page 933 and 934:
taron en el aire para que me comies
Page 935 and 936:
Capítulo LIV Que trata de cosas to
Page 937 and 938:
voces todos juntos, comenzaron a ca
Page 939 and 940:
conocer de todo punto, y, sin apear
Page 941 and 942:
de morisco en alemán o en tudesco,
Page 943 and 944:
comido más y bebido menos; y, apar
Page 945 and 946:
África, donde esperábamos ser rec
Page 947 and 948:
soy tanto, todavía tengo más de c
Page 949 and 950:
-¿Y dónde está esa ínsula? -pre
Page 951 and 952:
-No quiero porfiar, Sancho -dijo Ri
Page 953 and 954:
Y luego se abrazaron los dos, y San
Page 955 and 956:
Tentóse todo el cuerpo, y recogió
Page 957 and 958:
en nuestra patria y entre los nuest
Page 959 and 960:
concavidad espaciosa; viendo lo cua
Page 961 and 962:
llegó a poner los pies tan junto a
Page 963 and 964:
-Don Quijote soy -replicó don Quij
Page 965 and 966:
on que debía de haber caído por l
Page 967 and 968:
En estas pláticas llegaron, rodead
Page 969 and 970:
mi señor don Quijote, allí me que
Page 971 and 972:
Capítulo LVI De la descomunal y nu
Page 973 and 974:
El primero que entró en el campo y
Page 975 and 976:
Partióles el maestro de las ceremo
Page 977 and 978:
Y, aunque Tosilos vio venir contra
Page 979 and 980:
-¿Es verdad, caballero, que os dai
Page 981 and 982:
personaje que nos tiene dudosos, en
Page 983 and 984:
Capítulo LVII Que trata de cómo d
Page 985 and 986:
anle de los corredores toda la gent
Page 987 and 988:
si dos mil Troyas hubiera. Cruel Vi
Page 989 and 990:
por ventura los tres tocadores y la
Page 991 and 992:
-Déosle Dios tan bueno -dijo la du
Page 993 and 994:
Capítulo LVIII Que trata de cómo
Page 995 and 996:
habiendo andado poco más de una le
Page 997 and 998:
-Este caballero también fue de los
Page 999 and 1000:
alleros profesaron lo que yo profes
Page 1001 and 1002:
uenos acontecimientos. Levántase u
Page 1003 and 1004:
vamente la debe de tener herida y t
Page 1005 and 1006:
tra en el entendimiento, en la hone
Page 1007 and 1008:
Vista fue ésta que admiró a Sanch
Page 1009 and 1010:
entretenimientos, y el de vuestros
Page 1011 and 1012:
precisas obligaciones de mi profesi
Page 1013 and 1014:
los que dan; y así, es Dios sobre
Page 1015 and 1016:
Y, con gran furia y muestras de eno
Page 1017 and 1018:
volviendo las espaldas, se apartaro
Page 1019 and 1020:
cansancio a don Quijote, y, más en
Page 1021 and 1022:
de llevar el pan a la boca, no abri
Page 1023 and 1024:
-Si tú, ¡oh Sancho!, quisieses ha
Page 1025 and 1026:
jote, que estaba sentado sobre un p
Page 1027 and 1028:
-Resolvámonos, cuerpo de mí -dijo
Page 1029 and 1030:
Apenas oyó su nombre don Quijote,
Page 1031 and 1032:
lucero de la andante caballería, a
Page 1033 and 1034:
las sabe las tañe, y bien se está
Page 1035 and 1036:
Acabó de cenar Sancho, y, dejando
Page 1037 and 1038:
manos, se alegrase con pensar que l
Page 1039 and 1040:
Capítulo LX De lo que sucedió a d
Page 1041 and 1042:
en el desencanto de Dulcinea, si yo
Page 1043 and 1044:
manos, de modo que ni le dejaba rod
Page 1045 and 1046:
Y así era la verdad como él lo ha
Page 1047 and 1048:
-No es mi tristeza -respondió don
Page 1049 and 1050:
-En tu busca venía, ¡oh valeroso
Page 1051 and 1052:
-Ven, señora, y vamos a ver si es
Page 1053 and 1054:
lor de las heridas no consentía qu
Page 1055 and 1056:
maltrató sus cabellos, entregándo
Page 1057 and 1058:
para el cuerpo; pero, como los más
Page 1059 and 1060:
Llegó, en esto, uno o algunos de a
Page 1061 and 1062:
Admirado quedó don Quijote de oír
Page 1063 and 1064:
-Señor, nosotros somos dos capitan
Page 1065 and 1066:
esta escuadra que me acompaña, por
Page 1067 and 1068:
mostrarse liberal séalo con su hac
Page 1069 and 1070:
Capítulo LXI De lo que le sucedió
Page 1071 and 1072:
parecer, de la ciudad salían. Dio
Page 1073 and 1074:
han mostrado, sino el verdadero, el
Page 1075 and 1076:
de su matalote, y Sancho, el de su
Page 1077 and 1078:
aquel festivo día, se las hubieran
Page 1079 and 1080:
tanto, que comía con tenedor las u
Page 1081 and 1082:
que tiene en su pecho en el mío y
Page 1083 and 1084:
cho muchas de las aventuras y suces
Page 1085 and 1086:
mal; pero tienes propiedad de volve
Page 1087 and 1088:
don Quijote, que le molieron, no s
Page 1089 and 1090:
el secreto y díjoles que aquél er
Page 1091 and 1092:
admirable cabeza! Llegue otro y pre
Page 1093 and 1094:
-No quiero saber más, pues esto ba
Page 1095 and 1096:
El último preguntante fue Sancho,
Page 1097 and 1098:
y pechos de la cabeza, y todo esto
Page 1099 and 1100:
Sucedió, pues, que, yendo por una
Page 1101 and 1102:
-Sí, muchas veces -respondió el a
Page 1103 and 1104:
-Por mi cuenta lo imprimo -respondi
Page 1105 and 1106:
impertinente; pero su San Martín s
Page 1107 and 1108:
apenas llegaron a la marina, cuando
Page 1109 and 1110:
volverle por la siniestra banda y p
Page 1111 and 1112:
-¡Ah Sancho amigo, y con qué brev
Page 1113 and 1114:
les decían que se rindiesen, dos t
Page 1115 and 1116:
capitanas? ¿No sabes tú que no es
Page 1117 and 1118:
-Mujer cristiana -respondió el man
Page 1119 and 1120:
hablamos, cómo se vio perdido por
Page 1121 and 1122:
preguntóme si era verdad lo que de
Page 1123 and 1124:
los tomasen. Anoche descubrimos est
Page 1125 and 1126:
Yo salí de mi patria a buscar en r
Page 1127 and 1128:
mado de remeros cristianos, porque
Page 1129 and 1130:
-Advierta vuesa merced -dijo Sancho
Page 1131 and 1132:
ñas quizá te le habrán traído a
Page 1133 and 1134:
que quisiéredes, que yo haré lo m
Page 1135 and 1136:
que su contrario hacía lo mesmo, y
Page 1137 and 1138:
Mandó el visorrey a don Antonio qu
Page 1139 and 1140:
Quijote de la Mancha, cuya locura y
Page 1141 and 1142:
perdemos sus gracias, sino las de S
Page 1143 and 1144:
tendrá efecto si vuesa merced deja
Page 1145 and 1146:
ece que anda la gente alborotada, y
Page 1147 and 1148:
forzosamente a otros negocios, dand
Page 1149 and 1150:
sus padres, y de dar traza de volve
Page 1151 and 1152:
por ahí Fortuna es una mujer borra
Page 1153 and 1154:
árboles lo que en el trofeo de las
Page 1155 and 1156:
vecino, que no pesa más que cinco.
Page 1157 and 1158:
gordo se descarne; y échese la mit
Page 1159 and 1160:
-Yo, señor don Quijote -respondió
Page 1161 and 1162:
uena paz compaña despabilaron y di
Page 1163 and 1164:
Capítulo LXVII De la resolución q
Page 1165 and 1166:
los amantes suelen parar en maldici
Page 1167 and 1168:
Pancino, nos andaremos por los mont
Page 1169 and 1170:
se llama Teresa; y más, que, celeb
Page 1171 and 1172:
pastor Carrascón, de desdeñado; y
Page 1173 and 1174:
de la experiencia y especulación d
Page 1175 and 1176:
me desmayo de ayuno cuanto tú est
Page 1177 and 1178:
nalmente, moneda general con que to
Page 1179 and 1180:
derribando no sólo a don Quijote,
Page 1181 and 1182:
zas, ni deudas, ni dolor alguno se
Page 1183 and 1184:
-Si yo pudiera, Sancho, ejercitar m
Page 1185 and 1186:
en ellos lo que amenaza esta aventu
Page 1187 and 1188:
la misma muerte. Tenía la cabeza s
Page 1189 and 1190:
mas, pero como no le quemaban, no l
Page 1191 and 1192:
muerte y las gracias de la sin par
Page 1193 and 1194:
la fe de hombre de bien, que habéi
Page 1195 and 1196:
-¡Afuera, ministros infernales, qu
Page 1197 and 1198:
Levantáronse los duques y los reye
Page 1199 and 1200:
Capítulo LXX Que sigue al de sesen
Page 1201 and 1202:
-Duerme, Sancho amigo -respondió d
Page 1203 and 1204:
ió y admiró el bachiller, conside
Page 1205 and 1206:
Los cuales, el uno durmiendo a sue
Page 1207 and 1208:
fierno? Porque quien muere desesper
Page 1209 and 1210:
vean más mis ojos». «¿Tan malo
Page 1211 and 1212:
tes camellos había de dejar que me
Page 1213 and 1214:
con su agudeza. Don Quijote les sup
Page 1215 and 1216:
Porque aquel que dice injurias, cer
Page 1217 and 1218:
oticario, y cátalo cantusado; y a
Page 1219 and 1220:
-Ellos -respondió Sancho- son tres
Page 1221 and 1222:
un poderoso y flexible azote, se re
Page 1223 and 1224:
la vida, y no consiguiese su deseo
Page 1225 and 1226:
me su ferreruelo sobre estas espald
Page 1227 and 1228:
-Tienes razón, Sancho -dijo don Qu
Page 1229 and 1230:
tricado, como muchas veces te he di
Page 1231 and 1232:
de pasada topé allí este nombre d
Page 1233 and 1234:
viniese a unas justas que se hacía
Page 1235 and 1236:
fueron muchas. Más tenía de comil
Page 1237 and 1238:
diferentes en las acciones; y vuelv
Page 1239 and 1240:
Llegó la tarde, partiéronse de aq
Page 1241 and 1242:
-Abre los ojos, deseada patria, y m
Page 1243 and 1244:
-¿Qué? -replicó don Quijote-. ¿
Page 1245 and 1246:
cristianos que miraban en agüeros.
Page 1247 and 1248:
vámonos a nuestra casa, que allá
Page 1249 and 1250:
vez del pueblo a sus caballerías,
Page 1251 and 1252:
podrá celebrar a su mujer Teresa P
Page 1253 and 1254:
-Callad, hijas -les respondió don
Page 1255 and 1256:
aquella suerte, por todas las vías
Page 1257 and 1258:
Dios conmigo, a quien, como dije, n
Page 1259 and 1260:
-Los de hasta aquí -replicó don Q
Page 1261 and 1262:
querido de los de su casa, sino de
Page 1263 and 1264:
naria derribarse unos caballeros a
Page 1265 and 1266:
con escrúpulo de haberle dado moti
Page 1267 and 1268:
fios de su sepultura, aunque Sansó
Page 1269:
vertirás, si acaso llegas a conoce
show all

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, II - Ataun

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