aquí - Nick Arandes

Que Pasa Cuando Dejo de Preguntar? Y Por Qué Las
Enfermedades Nos Llevan a la Rendición?
by Nick Arandes on Saturday, April 2, 2011 at 2:46pm
Pregunta: “Hola Nick jeje una pregunta: Cuando se acaban las preguntas, cuando ya no me "ayuda"
nada del mundo de la material, cuando se deja de leer el libro de Un Curso de Milagros, ¿es cuándo
por fin me rindo y es cuándo por fin confío plenamente en Dios y pido me guíe? ¿Por qué en las
enfermedades más reacias es cuando se da la rendición? Gracias...”
Comentario: El rendirse y escuchar a DIos no tiene nada que ver con hacer preguntas o no. Yo
personalmente no hago preguntas. Solo veo cada experiencia sin resistencia, sin cuestionar, confiando
en el perfecto proceso de todo, y nada mas.
Obviamente preguntas se harán en el mundo dual, pero ya no serán preguntas que tengan que ver con
nuestra verdadera identidad pues las mismas nos se pueden contestar ni entender a nivel físico. Pero sí
haremos preguntas dentro del ámbito dual que pertenecen al ámbito dual, como preguntarle a alguien
cual es su nombre, o parar en una gasolinera y preguntar por alguna dirección, cuando vas al
supermercado preguntar donde se encuentra algún alimento, o preguntarle a tu hijo donde el puso las
llaves del coche, etc., etc., etc., en fin, preguntas ordinarias.
Luego comentas: “¿Por qué en las enfermedades más reacias es cuando se da la rendición?” Yo no
te diría que eso es siempre verdad, aunque cuando estamos enfermos es cuando nos sentimos mas
vulnerables, y es por eso que finalmente nos rendimos, puesto que el cuerpo no tiene fuerzas para
pelear.
Si te darás cuenta, podríamos rendirnos cuando no entendemos algo, o nos sentimos llenos de ira o
pasión, pero aparentemente eso no es suficiente puesto que con el cuerpo sano continuamos la peleas.
Pero cuando lo único que tenemos para empujar, ya no funciona, y/o nos causa dolor, es ahí donde
finalmente nos rendimos, aunque aun así, hay personas que son tan tercas, que ni eso los aguanta.
Siguen peleando aun cuando cargan los tanques de oxigeno al lado de su silla de ruedas.
Pero tarde o temprano se van a tener que rendir. Quizás no será en esta vida ilusoria, pero en alguno de
los ciclos van a tener que darse por vencidos, puesto que la corriente del río que los llevará a la
expiación nunca dejara de fluir. Es por eso que el curso me recuerda: “La resistencia al dolor puede
ser grande, pero no es ilimitada. A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente
que sea, que tiene que haber un camino mejor.” T-2.III.3:5-6
Ahora, recuerda que nada de esto sucedió! Jejeje!