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Te hablaré de mi experiencia como madre y de la decisión que tomé hace 15 años, cuando me quedé<br />
embarazada de Raquel. Yo no tenía ninguna intención de ser madre, no me atraía la idea lo más<br />
mínimo. Decidí continuar con el embarazo sólo porque abortar me hacía sentir mal. Y aunque hoy,<br />
quince años después, no daría marcha atrás, sí puedo decirte que los primeros años fueron muy duros<br />
tanto para mi hija como para mí, porque yo no quería ser madre y ella de algún modo lo sabía. Mi<br />
decisión fue tomada desde el miedo, por el mismo sentimiento de culpa que tú sientes en este<br />
momento, y los resultados no fueron los mejores porque el Amor estaba ausente. Hoy, gracias a<br />
Raquel, y gracias a que mi guía es el Espíritu Santo, estoy aprendiendo la infinita paciencia y el Amor<br />
incondicional, las mayores lecciones de perdón, vienen de la mano de mi hija, pero del mismo modo sé<br />
que si Raquel no hubiese nacido, se me habrían presentado igualmente, aunque tras una apariencia<br />
distinta, cientos o miles de oportunidades de alcanzar el mismo aprendizaje. Con ello quiero decirte que<br />
si habéis decidido interrumpir el embarazo, estará bien querido Hermano, lo importante es que<br />
recuerdes que ésta es una oportunidad maravillosa de continuar recordando quién eres a través del<br />
perdón.<br />
No sé si disponéis de tiempo para tomar la decisión o si debéis decidir inmediatamente. Si contáis con<br />
unos cuantos días, aprovechad para serenaros en la medida de lo posible. Entrega la situación al<br />
Espíritu Santo, entrégale todas las emociones que estás experimentando en este momento, entrégale tu<br />
miedo, tu culpa, tu malestar, todas tus creencias, todos tus juicios, pídele que te ayude, pídele que te<br />
enseñe a mirar con Sus ojos.<br />
Si te parece bien, voy a pedir a <strong>Nick</strong> su opinión, en cuanto la tenga te la envío por email. Creo recordar<br />
que tengo un artículo de Ken Wapnick dedicado al aborto, me pongo ahora mismo a buscarlo. Si<br />
encuentro cualquier material que pueda ayudarte, te lo envío también.<br />
Un abrazo hermanito querido. Todo está bien, todo es perfecto. El Espíritu Santo está contigo y te<br />
bendice. Te amo<br />
Como se habrán dado cuento, no hay nada mas que aportar. Pero como le prometí a Anna que la<br />
leería y confiaría si algo surgiese, unos días después me senti inspirado a compartir lo siguiente:<br />
Comentario de <strong>Nick</strong>: Primero que nada, aunque sea un poco difícil de aceptar, el concepto de bueno o<br />
malo en si no existe. Eso no significa que vamos a comportarnos de forma que deliberadamente<br />
hagamos mal a nadie, pero en si, en realidad no tenemos el poder de tomar decisiones erróneas en un<br />
guión que ya esta escrito.<br />
Toda decisión que tomemos solo nos da una oportunidad de ver donde hay oportunidades para<br />
perdonar de forma que esos obstáculos sean removidos. En este caso, si tomamos la decisión de dejar<br />
que el bebe nazca, y termina sufriendo a través de su vida como resultado de su condición, el ego nos<br />
hace sentir culpables por haberlo permitido nacer. Si por el otro lado decidimos interrumpir su<br />
nacimiento, el ego nos hace sentir culpable por esa decisión también.<br />
Como te darás cuanta, no importa que decisiones tomemos, el ego siempre va a buscar una forma de<br />
hacernos sentir culpables. Lo importante no es que decisión se alla tomado sino que con que maestro la<br />
tomamos.<br />
En el caso de Anna, la decisión de tener a su hija no fue ni buena ni mala, solo la decisión que se tomo<br />
en ese momento. Y al entregar todos sus juicios al Espíritu Santo, esa experiencia fue utilizada para<br />
remover obstáculos en áreas donde de no haber sido por esa decisión no hubiesen salido a la superficie.<br />
Bueno, hubiesen salido de todas maneras solo que en diferente forma. En otras palabras, si ella hubiese