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Isaiah - Digital Bible Society

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<strong>Isaiah</strong>


1 Visión que tuvo Isaías, hijo de Amoz, concerniente a Judá<br />

y Jerusalén, en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías,<br />

reyes de Judá.<br />

2 Oíd, cielos, y escucha, tierra, porque el Señor habla: Hijos<br />

crié y los hice crecer, mas ellos se han rebelado contra mí.<br />

3 El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo;<br />

pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.<br />

4 ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad,<br />

generación de malvados, hijos corrompidos! Han abandonado al<br />

Señor, han despreciado al Santo de Israel, se han apartado de El.<br />

5 ¿Dónde más seréis castigados? ¿Continuaréis en rebelión?<br />

Toda cabeza está enferma, y todo corazón desfallecido.<br />

6 De la planta del pie a la cabeza no hay en él nada sano, sino<br />

golpes, verdugones y heridas recientes; no han sido curadas, ni<br />

vendadas, ni suavizadas con aceite.<br />

7 Vuestra tierra está desolada, vuestras ciudades quemadas por<br />

el fuego, vuestro suelo lo devoran los extraños delante de<br />

vosotros, y es una desolación, como destruida por extraños.<br />

8 Y la hija de Sion ha quedado como cobertizo en una viña,<br />

como choza en un pepinar, como ciudad sitiada.<br />

9 Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos<br />

sobrevivientes, seríamos como Sodoma, y semejantes a<br />

Gomorra.<br />

10 Oíd la palabra del Señor, gobernantes de Sodoma; escuchad<br />

la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:<br />

11 ¿Qué es para mí la abundancia de vuestros sacrificios? --<br />

dice el Señor. Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo<br />

de ganado cebado; y la sangre de novillos, corderos y machos<br />

cabríos no me complace.<br />

12 Cuando venís a presentaros delante de mí, ¿quién demanda<br />

esto de vosotros, de que pisoteéis mis atrios?<br />

13 No traigáis más vuestras vanas ofrendas, el incienso me es<br />

abominación. Luna nueva y día de reposo, el convocar<br />

asambleas: ¡no tolero iniquidad y asamblea solemne!<br />

14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas señaladas las<br />

aborrece mi alma; se han vuelto una carga para mí, estoy<br />

cansado de soportar las .<br />

15 Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé mis ojos de<br />

vosotros; sí, aunque multipliquéis las oraciones, no escucharé.<br />

Vuestras manos están llenas de sangre.<br />

16 Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras obras de<br />

delante de mis ojos; cesad de hacer el mal,<br />

17 aprended a hacer el bien, buscad la justicia, reprended al<br />

opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda.<br />

18 Venid ahora, y razonemos --dice el Señor-- aunque vuestros<br />

pecados sean como la grana, como la nieve serán<br />

emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como<br />

blanca lana quedarán.<br />

19 Si queréis y obedecéis, comeréis lo mejor de la tierra;<br />

20 pero si rehusáis y os rebeláis, por la espada seréis<br />

devorados. Ciertamente, la boca del Señor ha hablado.<br />

21 ¡Cómo se ha convertido en ramera la ciudad fiel, la que<br />

estaba llena de justicia! Moraba en ella la rectitud, mas ahora,<br />

asesinos.<br />

22 Tu plata se ha vuelto escoria, tu vino está mezclado con<br />

agua.<br />

23 Tus gobernantes son rebeldes y compañeros de ladrones;<br />

cada uno ama el soborno y corre tras las dádivas. No defienden<br />

al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.<br />

24 Por tanto, declara el Señor, Dios de los ejércitos, el<br />

Poderoso de Israel: ¡Ah!, me libraré de mis adversarios, y me<br />

vengaré de mis enemigos.<br />

25 También volveré mi mano contra ti, te limpiaré de tu<br />

escoria como con lejía, y quitaré toda tu impureza.<br />

26 Entonces restauraré tus jueces como al principio, y tus<br />

consejeros como al comienzo; después de lo cual serás llamada<br />

ciudad de justicia, ciudad fiel.<br />

27 Sion será redimida con juicio, y sus arrepentidos con<br />

justicia.<br />

28 Pero los transgresores y los pecadores serán aplastados a<br />

una, y los que abandonan al Señor perecerán.<br />

29 Ciertamente os avergonzaréis de las encinas que habéis<br />

deseado, y os abochornaréis de los jardines que habéis<br />

escogido.<br />

30 Porque seréis como encina cuya hoja está marchita, y<br />

como jardín en que no hay agua.<br />

31 El fuerte se convertirá en estopa, y su trabajo en chispa.<br />

Arderán ambos a una, y no habrá quien los apague.<br />

2 Lo que vio Isaías, hijo de Amoz, concerniente a Judá y<br />

Jerusalén.<br />

2 Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa<br />

del Señor será establecido como cabeza de los montes; se<br />

alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las naciones.<br />

3 Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte<br />

del Señor.<br />

4 Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos<br />

pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en<br />

podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se<br />

adiestrarán más para la guerra.<br />

5 Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz del Señor.<br />

6 Ciertamente has abandonado a tu pueblo, la casa de Jacob,


porque están llenos de costumbres del oriente, son adivinos<br />

como los filisteos, y hacen tratos con hijos de extranjeros.<br />

7 Se ha llenado su tierra de plata y de oro, y no tienen fin sus<br />

tesoros; su tierra se ha llenado de caballos, y no tienen fin sus<br />

carros.<br />

8 También su tierra se ha llenado de ídolos; adoran la obra de<br />

sus manos, lo que han hecho sus dedos.<br />

9 Ha sido humillado el hombre común, y ha sido abatido el<br />

hombre de importancia ; pero no los perdones.<br />

10 Métete en la roca, y escóndete en el polvo del terror del<br />

Señor y del esplendor de su majestad.<br />

11 La mirada altiva del hombre será abatida, y humillada la<br />

soberbia de los hombres; el Señor solo será exaltado en aquel<br />

día.<br />

12 Porque el día del Señor de los ejércitos vendrá contra todo<br />

el que es soberbio y altivo, contra todo el que se ha ensalzado, y<br />

será abatido.<br />

13 Y esto será contra todos los cedros del Líbano altos y<br />

erguidos, contra todas las encinas de Basán,<br />

14 contra todos los montes encumbrados, contra todos los<br />

collados elevados,<br />

15 contra toda torre alta, contra toda muralla fortificada,<br />

16 contra todas las naves de Tarsis y contra toda obra de arte<br />

preciada.<br />

17 Será humillado el orgullo del hombre y abatida la altivez de<br />

los hombres; el Señor solo será exaltado en aquel día,<br />

18 y los ídolos desaparecerán por completo.<br />

19 Se meterán los hombres en las cuevas de las rocas y en las<br />

hendiduras de la tierra, ante el terror del Señor y ante el<br />

esplendor de su majestad, cuando El se levante para hacer<br />

temblar la tierra.<br />

20 Aquel día el hombre arrojará a los topos y a los<br />

murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro que se había<br />

hecho para adorar los;<br />

21 y se meterá en las cavernas de las rocas y en las hendiduras<br />

de las peñas, ante el terror del Señor y ante el esplendor de su<br />

majestad, cuando El se levante para hacer temblar la tierra.<br />

22 Dejad de considerar al hombre, cuyo soplo de vida está en<br />

su nariz; pues ¿en qué ha de ser él estimado?<br />

3 Porque he aquí, el Señor, Dios de los ejércitos, quitará de<br />

Jerusalén y de Judá el sustento y el apoyo: todo sustento de pan<br />

y todo sustento de agua;<br />

2 al poderoso y al guerrero, al juez y al profeta, al adivino y al<br />

anciano,<br />

3 al capitán de cincuenta y al hombre respetable, al consejero,<br />

al diestro artífice y al hábil encantador.<br />

4 Les daré muchachos por príncipes, y niños caprichosos<br />

gobernarán sobre ellos.<br />

5 Y el pueblo será oprimido, el uno por el otro y cada cual por<br />

su prójimo; el joven se alzará contra el anciano, y el indigno<br />

contra el honorable.<br />

6 Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de<br />

su padre, diciendo: Tú tienes manto, serás nuestro jefe, y estas<br />

ruinas estarán bajo tu mando,<br />

7 ese día el otro se indignará, diciendo: No seré vuestro<br />

sanador, porque en mi casa no hay ni pan ni manto; no debéis<br />

nombrarme jefe del pueblo.<br />

8 Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído, porque su<br />

lengua y sus obras están contra el Señor, rebelándose contra su<br />

gloriosa presencia.<br />

9 La expresión de su rostro testifica contra ellos, y como<br />

Sodoma publican su pecado; no lo encubren. ¡Ay de ellos!,<br />

porque han traído mal sobre sí mismos.<br />

10 Decid a los justos que les irá bien, porque el fruto de sus<br />

obras comerán.<br />

11 ¡Ay del impío! Le irá mal, porque lo que él merece se le<br />

hará.<br />

12 ¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos, y mujeres<br />

lo dominan. Pueblo mío, los que te guían te hacen desviar y<br />

confunden el curso de tus sendas.<br />

13 El Señor se levanta para contender, está en pie para juzgar<br />

a los pueblos.<br />

14 El Señor entra en juicio con los ancianos de su pueblo y<br />

con sus príncipes: Pues vosotros habéis devorado la viña, el<br />

despojo del pobre está en vuestras casas.<br />

15 ¿Qué pensáis al aplastar a mi pueblo y al moler la cara de<br />

los pobres? --declara el Señor, Dios de los ejércitos.<br />

16 Además, dijo el Señor: Puesto que las hijas de Sion son<br />

orgullosas, andan con el cuello erguido y con ojos seductores, y<br />

caminan con paso menudo haciendo tintinear las ajorcas en sus<br />

pies,<br />

17 el Señor herirá con tiña el cráneo de las hijas de Sion, y el<br />

Señor desnudará sus frentes.<br />

18 Aquel día el Señor les quitará el adorno de las ajorcas, los<br />

tocados y las lunetas,<br />

19 los pendientes, los brazaletes y los velos,<br />

20 las redecillas, las cadenillas de los pies, las cintas, las<br />

cajitas de perfume y los amuletos,<br />

21 los anillos y aretes de nariz,<br />

22 las ropas de gala, las túnicas, los mantos y las bolsas,


23 los espejos, la ropa interior, los turbantes y los velos.<br />

24 Y sucederá que en vez de perfume aromático habrá<br />

podredumbre; en vez de cinturón, cuerda; en vez de peinado<br />

artificioso, calvicie; en vez de ropa fina, ceñidor de cilicio;<br />

cicatriz en vez de hermosura.<br />

25 Tus hombres caerán a espada, y tus poderosos en batalla.<br />

26 Sus puertas se lamentarán y estarán de luto; y ella, desolada,<br />

se sentará en tierra.<br />

4 Porque siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel<br />

día, diciendo: Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos<br />

vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu nombre; quita nuestro<br />

oprobio.<br />

2 Aquel día el Renuevo del Señor será hermoso y lleno de<br />

gloria, y el fruto de la tierra será el orgullo y adorno de los<br />

sobrevivientes de Israel.<br />

3 Y acontecerá que el que sea dejado en Sion y el que quede en<br />

Jerusalén será llamado santo: todos los que estén inscritos para<br />

vivir en Jerusalén.<br />

4 Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de<br />

Sion y haya limpiado la sangre derramada de en medio de<br />

Jerusalén con el espíritu del juicio y el espíritu abrasador,<br />

5 entonces el Señor creará sobre todo lugar del monte Sion y<br />

sobre sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un<br />

resplandor de llamas de fuego por la noche; porque sobre toda la<br />

gloria habrá un dosel;<br />

6 será un cobertizo para dar sombra contra el calor del día, y<br />

refugio y protección contra la tormenta y la lluvia.<br />

5 Cantaré ahora a mi amado, el canto de mi amado acerca de<br />

su viña. Mi bien amado tenía una viña en una fértil colina.<br />

2 La cavó por todas partes, quitó sus piedras, y la plantó de<br />

vides escogidas. Edificó una torre en medio de ella, y también<br />

excavó en ella un lagar; y esperaba que produjera uvas buenas,<br />

pero sólo produjo uvas silvestres.<br />

3 Y ahora, moradores de Jerusalén y hombres de Judá, juzgad<br />

entre mí y mi viña.<br />

4 ¿Qué más se puede hacer por mi viña, que yo no haya hecho<br />

en ella? ¿Por qué, cuando esperaba que produjera uvas buenas,<br />

produjo uvas silvestres?<br />

5 Ahora pues, dejad que os diga lo que yo he de hacer a mi<br />

viña: quitaré su vallado y será consumida; derribaré su muro y<br />

será hollada.<br />

6 Y haré que quede desolada; no será podada ni labrada, y<br />

crecerán zarzas y espinos. También mandaré a las nubes que no<br />

derramen lluvia sobre ella.<br />

7 Ciertamente, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de<br />

Israel, y los hombres de Judá su plantío delicioso. El esperaba<br />

equidad, pero he aquí derramamiento de sangre; justicia, pero<br />

he aquí clamor.<br />

8 ¡Ay de los que juntáis casa con casa, y añadís campo a<br />

campo hasta que no queda sitio alguno, para habitar vosotros<br />

solos en medio de la tierra!<br />

9 A mis oídos el Señor de los ejércitos ha jurado:<br />

Ciertamente muchas casas serán desoladas, grandes y<br />

hermosas, pero sin moradores.<br />

10 Porque diez yugadas de viña producirán sólo un bato de<br />

vino , y un homer de semilla producirá sólo un efa de grano<br />

.<br />

11 ¡Ay de los que se levantan muy de mañana para ir tras la<br />

bebida, de los que trasnochan para que el vino los encienda!<br />

12 En sus banquetes hay lira y arpa, pandero y flauta, y vino,<br />

y no contemplan las obras del Señor, ni ven la obra de sus<br />

manos.<br />

13 Por eso va cautivo mi pueblo por falta de discernimiento;<br />

sus notables están muertos de hambre y su multitud reseca de<br />

sed.<br />

14 Por tanto el Seol ha ensanchado su garganta y ha abierto<br />

sin medida su boca; y a él desciende el esplendor de Jerusalén,<br />

su multitud, su alboroto y el que se divertía en ella.<br />

15 El hombre común será humillado y el hombre de<br />

importancia abatido, y los ojos de los altivos serán abatidos.<br />

16 Pero el Señor de los ejércitos será exaltado por su juicio,<br />

y el Dios santo se mostrará santo por su justicia.<br />

17 Entonces pacerán los corderos como en su pastizal, y en<br />

los lugares desolados de los ricos, forasteros comerán.<br />

18 ¡Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de<br />

falsedad y el pecado como con coyundas de carretas!<br />

19 Los que dicen: Que se dé prisa, que apresure su obra, para<br />

que la veamos; que se acerque y venga el propósito del Santo<br />

de Israel, para que lo sepamos.<br />

20 ¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen<br />

las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo<br />

por dulce y lo dulce por amargo!<br />

21 ¡Ay de los sabios a sus propios ojos e inteligentes ante sí<br />

mismos!<br />

22 ¡Ay de los héroes para beber vino y valientes para mezclar<br />

bebidas,<br />

23 que justifican al impío por soborno y quitan al justo su<br />

derecho!<br />

24 Por tanto, como consume el rastrojo la lengua de fuego, y<br />

la hierba seca cae ante la llama, su raíz como podredumbre se<br />

volverá y su flor como polvo será esparcida; porque desecharon<br />

la ley del Señor de los ejércitos, y despreciaron la palabra del


Santo de Israel.<br />

25 Por esta causa se ha encendido la ira del Señor contra su<br />

pueblo, y ha extendido su mano contra ellos y los ha herido; los<br />

montes temblaron y sus cadáveres yacen como desecho en<br />

medio de las calles. Con todo esto, no se ha agotado su ira, y aún<br />

está extendida su mano.<br />

26 Alzará estandarte a la nación lejana, y le silbará desde los<br />

confines de la tierra, y he aquí, vendrá muy pronto, con rapidez.<br />

27 En ella nadie está cansado ni nadie se tambalea, ninguno<br />

dormita ni duerme; a ninguno se le ha desatado el cinturón de la<br />

cintura, ni se le ha roto la correa de su sandalia.<br />

28 Sus flechas están afiladas y todos sus arcos entesados; los<br />

cascos de sus caballos son como pedernal y las ruedas de sus<br />

carros como torbellino.<br />

29 Su rugido es como de leona, ruge como leoncillos; gruñe y<br />

atrapa la presa, y se la lleva sin que nadie la libre.<br />

30 En aquel día gruñirá sobre ella como el bramido del mar. Si<br />

se mira hacia la tierra, he aquí, hay tinieblas y angustia; aun la<br />

luz es oscurecida por sus nubes.<br />

6 En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado<br />

sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el<br />

templo.<br />

2 Por encima de El había serafines; cada uno tenía seis alas:<br />

con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos<br />

volaban.<br />

3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es<br />

el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria.<br />

4 Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del<br />

que clamaba, y la casa se llenó de humo.<br />

5 Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy<br />

hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios<br />

inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de<br />

los ejércitos.<br />

6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón<br />

encendido en su mano, que había tomado del altar con las<br />

tenazas;<br />

7 y con él tocó mi boca, y dijo: He aquí, esto ha tocado tus<br />

labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado.<br />

8 Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién<br />

irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.<br />

9 Y El dijo: Ve, y di a este pueblo: "Escuchad bien, pero no<br />

entendáis; mirad bien, pero no comprendáis."<br />

10 Haz insensible el corazón de este pueblo, endurece sus<br />

oídos, y nubla sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con<br />

sus oídos, y entienda con su corazón, y se arrepienta y sea<br />

curado.<br />

11 Entonces dije yo: ¿Hasta cuándo, Señor? Y El respondió:<br />

Hasta que las ciudades estén destruidas y sin habitantes, las<br />

casas sin gente, y la tierra completamente desolada;<br />

12 hasta que el Señor haya alejado a los hombres, y sean<br />

muchos los lugares abandonados en medio de la tierra.<br />

13 Pero aún quedará una décima parte en ella, y ésta volverá a<br />

ser consumida como el roble o la encina, cuyo tronco<br />

permanece cuando es cortado: la simiente santa será su tronco.<br />

7 Y aconteció que en los días de Acaz, hijo de Jotam, hijo<br />

de Uzías, rey de Judá, subió Rezín, rey de Aram, con Peka, hijo<br />

de Remalías, rey de Israel, a Jerusalén para combatir contra<br />

ella, pero no pudieron tomarla.<br />

2 Y se dio aviso a la casa de David, diciendo: Los arameos<br />

han acampado en Efraín. Y se estremeció el corazón del rey y<br />

el corazón de su pueblo como se estremecen los árboles del<br />

bosque ante el viento.<br />

3 Entonces el Señor dijo a Isaías: Sal ahora al encuentro de<br />

Acaz, tú, y tu hijo Sear-jasub, al extremo del acueducto del<br />

estanque superior, en la calzada del campo del Batanero,<br />

4 y dile: "Estate alerta, y ten calma; no temas ni desmaye tu<br />

corazón ante estos dos cabos de tizones humeantes, a causa de<br />

la ira encendida de Rezín de Aram y del hijo de Remalías.<br />

5 "Porque Aram ha tramado mal contra ti, junto con Efraín y<br />

el hijo de Remalías, diciendo:<br />

6 'Subamos contra Judá y aterroricémosla, hagamos una<br />

brecha en sus murallas y pongamos por rey en medio de ella al<br />

hijo de Tabeel.'<br />

7 " Por tanto, así dice el Señor Dios: 'No prevalecerá ni se<br />

cumplirá.<br />

8 Porque la cabeza de Aram es Damasco, y la cabeza de<br />

Damasco es Rezín (y dentro de otros sesenta y cinco años<br />

Efraín será destrozado, dejando de ser pueblo),<br />

9 y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria es<br />

el hijo de Remalías. Si no creéis, de cierto no permaneceréis.'"<br />

10 El Señor habló de nuevo a Acaz, diciendo:<br />

11 Pide para ti una señal del Señor tu Dios que sea tan<br />

profunda como el Seol o tan alta como el cielo.<br />

12 Pero Acaz respondió: No pediré, ni tentaré al Señor.<br />

13 Entonces Isaías dijo: Oíd ahora, casa de David: ¿Os<br />

parece poco cansar a los hombres, que también cansaréis a mi<br />

Dios?<br />

14 Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una<br />

virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre<br />

Emmanuel.<br />

15 Comerá cuajada y miel hasta que sepa lo suficiente para<br />

desechar lo malo y escoger lo bueno.


16 Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo<br />

bueno, será abandonada la tierra cuyos dos reyes tú temes.<br />

17 El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa<br />

de tu padre, días como nunca han venido desde el día en que<br />

Efraín se apartó de Judá, es decir, al rey de Asiria.<br />

18 Y sucederá en aquel día que el Señor silbará a la mosca que<br />

está en lo más remoto de los ríos de Egipto, y a la abeja que está<br />

en la tierra de Asiria;<br />

19 y todas ellas vendrán y se posarán en los precipicios de las<br />

barrancas, en las hendiduras de las peñas, en todos los espinos y<br />

en todos los abrevaderos.<br />

20 En aquel día, con navaja alquilada en las regiones más allá<br />

del Eufrates, es decir, con el rey de Asiria, el Señor afeitará a<br />

Israel la cabeza y el pelo de las piernas, y también le quitará la<br />

barba.<br />

21 En aquel día cada uno criará una novilla y un par de ovejas;<br />

22 y por la abundancia de leche que darán, comerá cuajada,<br />

porque todo el que quede en la tierra comerá cuajada y miel.<br />

23 En aquel día, en todo lugar donde había mil vides<br />

valoradas en mil siclos de plata, habrá zarzas y espinos.<br />

24 Se irá allá con arcos y flechas, porque toda la tierra será<br />

zarzas y espinos.<br />

25 Y en cuanto a todas las colinas que eran cultivadas con la<br />

azada, no irás allá por temor de las zarzas y espinos; se<br />

convertirán en lugar para soltar los bueyes y para ser hollado por<br />

las ovejas.<br />

8 Entonces el Señor me dijo: Toma para ti una tabla grande<br />

y escribe sobre ella en caracteres comunes: Veloz es el botín,<br />

rápida la presa.<br />

2 Y tomé conmigo como testigos fieles al sacerdote Urías y a<br />

Zacarías, hijo de Jeberequías.<br />

3 Me acerqué a la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo.<br />

Y el Señor me dijo: Ponle por nombre Maher-shalal-hash-baz;<br />

4 porque antes que el niño sepa clamar "padre mío" o "madre<br />

mía", la riqueza de Damasco y el botín de Samaria serán<br />

llevados ante el rey de Asiria.<br />

5 Y volvió el Señor a hablarme de nuevo, diciendo:<br />

6 Por cuanto este pueblo ha rehusado las aguas de Siloé que<br />

corren mansamente, y se ha regocijado en Rezín y en el hijo de<br />

Remalías,<br />

7 por tanto, he aquí, el Señor va a traer sobre ellos las aguas<br />

impetuosas y abundantes del Eufrates, es decir, al rey de Asiria<br />

con toda su gloria, que se saldrá de todos sus cauces y pasará<br />

sobre todas sus riberas.<br />

8 Fluirá con ímpetu en Judá, inundará y seguirá adelante, hasta<br />

el cuello llegará, y la extensión de sus alas llenará la anchura de<br />

tu tierra, oh Emmanuel.<br />

9 Quebrantaos, pueblos, que seréis destrozados; prestad oído,<br />

confines todos de la tierra; ceñíos, que seréis destrozados;<br />

ceñíos, que seréis destrozados.<br />

10 Trazad un plan, y será frustrado; proferid una palabra, y no<br />

permanecerá, porque Dios está con nosotros.<br />

11 Pues así me habló el Señor con gran poder y me instruyó<br />

para que no anduviera en el camino de este pueblo, diciendo:<br />

12 No digáis: " Es conspiración", a todo lo que este pueblo<br />

llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen, ni os<br />

aterroricéis.<br />

13 Al Señor de los ejércitos es a quien debéis tener por santo.<br />

Sea El vuestro temor, y sea El vuestro terror.<br />

14 Entonces El vendrá a ser santuario; pero piedra de tropiezo<br />

y roca de escándalo para ambas casas de Israel, y lazo y<br />

trampa para los habitantes de Jerusalén.<br />

15 Muchos tropezarán allí, y caerán y serán quebrantados;<br />

serán enlazados y apresados.<br />

16 Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.<br />

17 Aguardaré al Señor que esconde su rostro de la casa de<br />

Jacob; sí, a El esperaré.<br />

18 He aquí, yo y los hijos que el Señor de los ejércitos que<br />

mora en el monte Sion.<br />

19 Y cuando os digan: Consultad a los médium y a los<br />

adivinos que susurran y murmuran, decid: ¿No debe un<br />

pueblo consultar a su Dios? ¿ Acaso consultará a los muertos<br />

por los vivos?<br />

20 ¡A la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esta<br />

palabra, es porque no hay para ellos amanecer.<br />

21 Y pasarán por la tierra oprimidos y hambrientos; y<br />

sucederá que cuando tengan hambre, se enojarán y maldecirán<br />

a su rey y a su Dios, volviendo el rostro hacia arriba.<br />

22 Después mirarán hacia la tierra, y he aquí, tribulación y<br />

tinieblas, lobreguez y angustia, y serán lanzados a la<br />

oscuridad.<br />

9 Pero no habrá más lobreguez para la que estaba en<br />

angustia. Como en tiempos pasados El trató con desprecio a la<br />

tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí, pero después la hará<br />

gloriosa por el camino del mar al otro lado del Jordán, Galilea<br />

de los gentiles.<br />

2 El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los<br />

que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha<br />

resplandecido sobre ellos.<br />

3 Multiplicaste la nación, aumentaste su alegría; se alegran en<br />

tu presencia como con la alegría de la cosecha, como se<br />

regocijan los hombres cuando se reparten el botín.


4 Porque tú quebrarás el yugo de su carga, el báculo de sus<br />

hombros, y la vara de su opresor, como en la batalla de<br />

Madián.<br />

5 Porque toda bota que calza el guerrero en el fragor de la<br />

batalla, y el manto revolcado en sangre, serán para quemar,<br />

combustible para el fuego.<br />

6 Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la<br />

soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre<br />

Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de<br />

Paz.<br />

7 El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre<br />

el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo<br />

con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El<br />

celo del Señor de los ejércitos hará esto.<br />

8 El Señor envía mensaje contra Jacob, y cae sobre Israel.<br />

9 Y todo el pueblo lo sabe, es decir, Efraín y los habitantes<br />

de Samaria, los que con arrogancia y altivez de corazón afirman:<br />

10 Los ladrillos han caído, pero con piedras labradas<br />

reedificaremos; los sicómoros han sido cortados, pero con<br />

cedros los reemplazaremos.<br />

11 Por tanto el Señor levanta adversarios de Rezín contra ellos,<br />

e incita a sus enemigos,<br />

12 los arameos en el oriente y los filisteos en el occidente, que<br />

devoran a Israel a boca llena. Con todo eso no se aparta su ira, y<br />

aún está su mano extendida.<br />

13 Pero el pueblo no ha vuelto a Aquel que los hirió, no han<br />

buscado al Señor de los ejércitos.<br />

14 El Señor, pues, corta de Israel la cabeza y la cola, la hoja de<br />

palmera y el junco en un mismo día.<br />

15 El anciano y venerable es la cabeza, y el profeta que enseña<br />

la mentira, es la cola.<br />

16 Porque los que guían a este pueblo lo extravían; y los<br />

guiados por ellos son confundidos.<br />

17 Por eso no se complace el Señor en sus jóvenes, ni se<br />

compadece de sus huérfanos ni de sus viudas; porque todos ellos<br />

son impíos y malhechores, y toda boca habla necedades. Con<br />

todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida.<br />

18 Porque arde como fuego la impiedad, zarzas y espinos<br />

consume, y enciende la espesura del bosque; como remolino<br />

suben en columna de humo.<br />

19 Por el furor del Señor de los ejércitos es quemada la tierra,<br />

y el pueblo es como combustible para el fuego; el hombre no<br />

perdona a su hermano.<br />

20 Cortan de un tajo lo que está a la derecha, pero aún tienen<br />

hambre, y comen lo que está a la izquierda, pero no se sacian;<br />

cada cual come la carne de su propio brazo.<br />

21 Manasés devora a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos<br />

están contra Judá. Con todo eso no se ha apartado su ira, y aún<br />

está su mano extendida.<br />

10 ¡Ay de los que decretan estatutos inicuos, y de los que<br />

constantemente escriben decisiones injustas,<br />

2 para privar de justicia a los necesitados, para robar de sus<br />

derechos a los pobres de mi pueblo, para hacer de las viudas su<br />

botín, y despojar a los huérfanos!<br />

3 ¿Y que haréis en el día del castigo, en la devastación que<br />

vendrá de lejos? ¿A quién huiréis por auxilio? ¿Y dónde<br />

dejaréis vuestra riqueza?<br />

4 Sólo queda encorvarse entre los cautivos o caer entre los<br />

muertos. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano<br />

extendida.<br />

5 ¡Ay de Asiria, vara de mi ira y báculo en cuyas manos está<br />

mi indignación!<br />

6 Contra una nación impía la envío y contra el pueblo de mi<br />

furor la mandaré, para que capture botín y tome despojos y los<br />

pisotee como el lodo de las calles.<br />

7 Pero ella no tiene tal intento, ni piensa así en su corazón,<br />

sino que su intención es destruir y exterminar no pocas<br />

naciones.<br />

8 Porque dice: ¿No son mis príncipes todos ellos reyes?<br />

9 ¿No es Calno como Carquemis? ¿No es Hamat como<br />

Arfad? ¿No es Samaria como Damasco?<br />

10 Como alcanzó mi mano los reinos de los ídolos, cuyas<br />

imágenes talladas excedían a las de Jerusalén y Samaria,<br />

11 como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré así también<br />

a Jerusalén y a sus imágenes?<br />

12 Y sucederá que cuando el Señor haya terminado toda su<br />

obra en el monte Sion y en Jerusalén, dirá: Castigaré el fruto<br />

del corazón orgulloso del rey de Asiria y la ostentación de su<br />

altivez.<br />

13 Porque ha dicho: Con el poder de mi mano lo hice, y con<br />

mi sabiduría, pues tengo entendimiento; quité las fronteras de<br />

los pueblos, saqueé sus tesoros, y como hombre fuerte abatí a<br />

sus habitantes.<br />

14 Alcanzó mi mano las riquezas de los pueblos como a un<br />

nido; como se recogen los huevos abandonados, yo junté toda<br />

la tierra, y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni<br />

gorgojeara.<br />

15 ¿Ha de enaltecerse el hacha sobre el que corta con ella?<br />

¿Ha de engrandecerse la sierra sobre el que la maneja? ¡Como<br />

si un báculo manejara a los que lo levantan, como si una vara<br />

levantara al que no es madera!<br />

16 Por eso el Señor, Dios de los ejércitos, enviará una


enfermedad extenuante entre sus robustos guerreros; y debajo de<br />

su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador.<br />

17 La luz de Israel se convertirá en fuego y su Santo en llama,<br />

y quemará y consumirá sus espinos y sus zarzas en un solo día.<br />

18 El destruirá la gloria de su bosque y de su fértil huerto,<br />

tanto el alma como el cuerpo, y será como cuando un enfermo<br />

languidece;<br />

19 y los árboles que queden de su bosque serán tan pocos que<br />

un niño podrá contarlos.<br />

20 Sucederá en aquel día que el remanente de Israel y los de la<br />

casa de Jacob que hayan escapado, no volverán a apoyarse más<br />

en el que los hirió, sino que en verdad se apoyarán en el Señor,<br />

el Santo de Israel.<br />

21 Un remanente volverá, el remanente de Jacob, al Dios<br />

poderoso.<br />

22 Pues aunque tu pueblo, oh Israel, sea como la arena del mar,<br />

sólo un remanente de él volverá; la destrucción está decidida,<br />

rebosando justicia.<br />

23 Pues una destrucción completa, ya decretada, ejecutará el<br />

Señor, Dios de los ejércitos, en medio de toda la tierra.<br />

24 Por tanto, así dice el Señor, Dios de los ejércitos: Pueblo<br />

mío que moras en Sion, no temas al asirio que te hiere con vara<br />

y levanta su báculo contra ti a la manera de Egipto.<br />

25 Porque dentro de muy poco mi indignación contra ti<br />

terminará, y mi ira la dirigiré a su destrucción.<br />

26 Y el Señor de los ejércitos levantará un azote contra él<br />

como la matanza de Madián en la peña de Oreb; su báculo estará<br />

sobre el mar y lo levantará de la manera que lo hizo en Egipto.<br />

27 Y sucederá en aquel día que la carga de Asiria será quitada<br />

de tus hombros y su yugo de tu cerviz, y el yugo será quebrado a<br />

causa de la grosura.<br />

28 El ha venido contra Ajat, ha pasado por Migrón; en Micmas<br />

dejó su bagaje.<br />

29 Han pasado por el desfiladero, diciendo: Geba será nuestro<br />

alojamiento. Ramá está aterrada, y Guibeá de Saúl ha huido.<br />

30 ¡Clama a gran voz, oh hija de Galim! ¡Pon atención, Lais;<br />

desdichada de ti , Anatot!<br />

31 Ha huido Madmena. Los habitantes de Gebim han buscado<br />

refugio.<br />

32 Hoy mismo él se detendrá en Nob, agitará su mano contra<br />

el monte de la hija de Sion, la colina de Jerusalén.<br />

33 He aquí, el Señor, Dios de los ejércitos, desgajará el ramaje<br />

con terrible crujido; los árboles de gran altura serán cortados,<br />

los elevados serán abatidos.<br />

34 El cortará la espesura del bosque con hacha de hierro, y el<br />

Líbano caerá ante el Poderoso.<br />

11 Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de<br />

sus raíces dará fruto.<br />

2 Y reposará sobre El el Espíritu del Señor.<br />

3 Se deleitará en el temor del Señor, y no juzgará por lo que<br />

vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos;<br />

4 sino que juzgará al pobre con justicia, y fallará con equidad<br />

por los afligidos de la tierra; herirá la tierra con la vara de su<br />

boca, y con el soplo de sus labios matará al impío.<br />

5 La justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ceñidor<br />

de su cintura.<br />

6 El lobo morará con el cordero, y el leopardo se echará con<br />

el cabrito; el becerro, el leoncillo y el animal doméstico<br />

andarán juntos, y un niño los conducirá.<br />

7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas, y el<br />

león, como el buey, comerá paja.<br />

8 El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra, y el<br />

niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora.<br />

9 No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte, porque la<br />

tierra estará llena del conocimiento del Señor como las aguas<br />

cubren el mar.<br />

10 Acontecerá en aquel día que las naciones acudirán a la raíz<br />

de Isaí, que estará puesta como señal para los pueblos, y será<br />

gloriosa su morada.<br />

11 Entonces acontecerá en aquel día que el Señor ha de<br />

recobrar de nuevo con su mano, por segunda vez, al remanente<br />

de su pueblo que haya quedado de Asiria, de Egipto, de Patros,<br />

de Cus, de Elam, de Sinar, de Hamat y de las islas del mar.<br />

12 Alzará un estandarte ante las naciones, reunirá a los<br />

desterrados de Israel, y juntará a los dispersos de Judá de los<br />

cuatro confines de la tierra.<br />

13 Entonces se disipará la envidia de Efraín, y los que<br />

hostigan a Judá serán exterminados; Efraín no envidiará a Judá,<br />

y Judá no hostigará a Efraín.<br />

14 Y ellos se lanzarán sobre el costado de los filisteos al<br />

occidente, juntos despojarán a los hijos del oriente; Edom y<br />

Moab estarán bajo su dominio, y los hijos de Amón les<br />

estarán sujetos.<br />

15 Y el Señor destruirá la lengua del mar de Egipto; agitará su<br />

mano sobre el río con su viento abrasador, lo partirá en siete<br />

arroyos y hará que se pueda pasar en sandalias.<br />

16 Y habrá una calzada desde Asiria para el remanente que<br />

quede de su pueblo, así como la hubo para Israel el día que<br />

subieron de la tierra de Egipto.<br />

12 Y en aquel día dirás: Te doy gracias, oh Señor, porque<br />

aunque estabas airado conmigo, se ha apartado tu ira y me has<br />

consolado.


2 He aquí, Dios es mi salvador, confiaré y no temeré; porque<br />

mi fortaleza y mi canción es el Sios, El ha sido mi salvación.<br />

3 Con gozo sacarás agua de los manantiales de la salvación.<br />

4 Y aquel día dirás: Dad gracias al Señor, invocad su nombre,<br />

haced conocer entre los pueblos sus obras, haced recordar que su<br />

nombre es enaltecido.<br />

5 Cantad alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas<br />

maravillosas; sea conocido esto por toda la tierra.<br />

6 Clama y grita de júbilo, habitante de Sion, porque grande es<br />

en medio de ti el Santo de Israel.<br />

13 Profecía sobre Babilonia que tuvo en visión Isaías, hijo<br />

de Amoz.<br />

2 Levantad estandarte sobre la colina pelada, alzad a ellos la<br />

voz, agitad la mano para que entren por las puertas de los<br />

nobles.<br />

3 Yo he dado órdenes a mis consagrados, también he llamado<br />

a mis guerreros, a los que se regocijan de mi gloria, para<br />

ejecutar mi ira.<br />

4 Ruido de tumulto en los montes, como de mucha gente.<br />

Ruido de estruendo de reinos, de naciones reunidas. El Señor de<br />

los ejércitos pasa revista al ejército para la batalla.<br />

5 Vienen de una tierra lejana, de los más lejanos horizontes, el<br />

Señor y los instrumentos de su indignación, para destruir toda la<br />

tierra.<br />

6 Gemid, porque cerca está el día del Señor; vendrá como<br />

destrucción del Todopoderoso.<br />

7 Por tanto todas las manos se debilitarán, el corazón de todo<br />

hombre desfallecerá,<br />

8 y se aterrarán; dolores y angustias se apoderarán de ellos,<br />

como mujer de parto se retorcerán; se mirarán el uno al otro con<br />

asombro, rostros en llamas serán sus rostros.<br />

9 He aquí, el día del Señor viene, cruel, con furia y ardiente<br />

ira, para convertir en desolación la tierra y exterminar de ella a<br />

sus pecadores.<br />

10 Pues las estrellas del cielo y sus constelaciones no<br />

destellarán su luz; se oscurecerá el sol al salir, y la luna no<br />

irradiará su luz.<br />

11 Castigaré al mundo por su maldad y a los impíos por su<br />

iniquidad; también pondré fin a la arrogancia de los soberbios, y<br />

abatiré la altivez de los despiadados.<br />

12 Haré al mortal más escaso que el oro puro, y a la<br />

humanidad más que el oro de Ofir.<br />

13 Por tanto, haré estremecer los cielos, y la tierra será<br />

removida de su lugar ante la furia del Señor de los ejércitos, en<br />

el día de su ardiente ira.<br />

14 Y será como gacela perseguida, o como ovejas que nadie<br />

reúne; cada uno volverá a su pueblo, y cada uno huirá a su<br />

tierra.<br />

15 Cualquiera que sea hallado será traspasado, y cualquiera<br />

que sea capturado caerá a espada.<br />

16 También sus pequeños serán estrellados delante de sus<br />

ojos; serán saqueadas sus casas y violadas sus mujeres.<br />

17 He aquí, incitaré contra ellos a los medos, que no estiman<br />

la plata ni se deleitan en el oro;<br />

18 con arcos barrerán a los jóvenes, no tendrán compasión del<br />

fruto del vientre, ni de los niños tendrán piedad sus ojos.<br />

19 Y Babilonia, hermosura de los reinos, gloria del orgullo de<br />

los caldeos, será como cuando Dios destruyó a Sodoma y a<br />

Gomorra;<br />

20 nunca más será poblada ni habitada de generación en<br />

generación; no pondrá tienda allí el árabe, ni los pastores harán<br />

descansar allí sus rebaños ;<br />

21 sino que allí descansarán los moradores del desierto, y<br />

llenas estarán sus casas de búhos; también habitarán allí los<br />

avestruces, y allí brincarán las cabras peludas.<br />

22 Aullarán las hienas en sus torres fortificadas y los chacales<br />

en sus lujosos palacios. Está próximo a llegar su tiempo, y sus<br />

días no se prolongarán.<br />

14 Cuando el Señor tenga compasión de Jacob, escoja de<br />

nuevo a Israel y los establezca en su propia tierra, entonces se<br />

les juntarán extranjeros que se unirán a la casa de Jacob.<br />

2 Los tomarán los pueblos y los llevarán a su lugar, y la casa<br />

de Israel los poseerá como siervos y siervas en la tierra del<br />

Señor. Tomarán cautivos a los que los habían llevado cautivos,<br />

y dominarán sobre sus opresores.<br />

3 Y el día en que el Señor te dé descanso de tu dolor, de tu<br />

desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste<br />

sometido,<br />

4 pronunciarás esta burla contra el rey de Babilonia, y dirás:<br />

¡Cómo se ha acabado el opresor, y cómo ha cesado el furor!<br />

5 El Señor ha quebrado el báculo de los impíos, el cetro de los<br />

gobernantes<br />

6 que golpeaba con furia a los pueblos con golpes incesantes,<br />

que sometía con ira a las naciones en persecución incesante.<br />

7 Toda la tierra está en reposo, está quieta; prorrumpe en<br />

gritos de júbilo.<br />

8 Aun los cipreses y los cedros del Líbano se alegran a causa<br />

de ti, diciendo: "Desde que fuiste derribado, no ha subido<br />

talador contra nosotros."<br />

9 El Seol, desde abajo, se estremece por ti al recibirte en tu<br />

venida; por ti despierta a los espíritus de los muertos, a todos<br />

los jefes de la tierra; levanta de sus tronos a todos los reyes de


las naciones.<br />

10 Todos ellos responderán y te dirán: "También tú has sido<br />

debilitado como nosotros, has venido a ser semejante a nosotros.<br />

11 "Han sido derribadas al Seol tu ostentación y la música de<br />

tus arpas; debajo de ti las larvas se extienden como cama, y los<br />

gusanos son tu cobertura."<br />

12 ¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de<br />

la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las<br />

naciones.<br />

13 Pero tú dijiste en tu corazón: "Subiré al cielo, por encima de<br />

las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el<br />

monte de la asamblea, en el extremo norte.<br />

14 "Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al<br />

Altísimo."<br />

15 Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto<br />

del abismo.<br />

16 Los que te ven te observan, te contemplan, y dicen: "¿Es<br />

éste aquel hombre que hacía temblar la tierra, que sacudía los<br />

reinos,<br />

17 que puso al mundo como un desierto, que derribó sus<br />

ciudades, que a sus prisioneros no abrió la cárcel?"<br />

18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con<br />

gloria, cada uno en su sepulcro.<br />

19 Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago<br />

desechado, como ropa de muertos traspasados a espada, que<br />

descienden a las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado.<br />

20 No estarás unido con ellos en el sepelio, porque has<br />

destruido tu tierra, has matado a tu pueblo. Que no se nombre<br />

jamás la descendencia de los malhechores.<br />

21 Preparad para sus hijos el matadero a causa de la iniquidad<br />

de sus padres; que no se levanten y tomen posesión de la tierra,<br />

y llenen de ciudades la faz del mundo.<br />

22 Yo me levantaré contra ellos--declara el Señor.<br />

23 La convertiré en posesión de erizos y en aguas estancadas, y<br />

la barreré con la escoba de la destrucción--declara el Señor de<br />

los ejércitos.<br />

24 Ha jurado el Señor de los ejércitos, diciendo: Ciertamente,<br />

tal como lo había pensado, así ha sucedido; tal como lo había<br />

planeado, así se cumplirá:<br />

25 Quebrantaré a Asiria en mi tierra, y la pisotearé sobre mis<br />

montes. Entonces su yugo se les quitará de encima, y su carga<br />

será quitada de sus hombros.<br />

26 Este es el plan acordado contra toda la tierra, y esta es la<br />

mano que está extendida contra todas las naciones.<br />

27 Si el Señor de los ejércitos lo ha determinado, ¿quién puede<br />

frustrar lo? Y en cuanto a su mano extendida, ¿quién puede<br />

volverla atrás?<br />

28 El año en que murió el rey Acaz, vino esta profecía:<br />

29 No te alegres, toda tú, Filistea, porque la vara que te hirió<br />

esté quebrada; pues de la raíz de la serpiente saldrá una víbora,<br />

y su fruto será serpiente voladora.<br />

30 Los más débiles comerán, y los necesitados se acostarán<br />

seguros; pero haré morir de hambre tu raíz, y ésta matará tus<br />

sobrevivientes.<br />

31 Gime, puerta; clama, ciudad; derrítete, toda tú, Filistea;<br />

porque del norte viene humo, y nadie se rezaga de sus filas.<br />

32 ¿Cómo, pues, se responderá a los mensajeros de la<br />

nación?: Que el Señor ha fundado a Sion, y en ella buscarán<br />

refugio los afligidos de su pueblo.<br />

15 Profecía sobre Moab. Ciertamente en una noche Ar de<br />

Moab fue devastada y destruida, ciertamente en una noche Kir<br />

de Moab fue devastada y destruida.<br />

2 Han subido al templo y a Dibón, a los lugares altos a llorar.<br />

Sobre Nebo y sobre Medeba gime Moab; en todas sus cabezas,<br />

calvicie; toda barba, rasurada.<br />

3 En sus calles se han ceñido de cilicio; en sus terrados y en<br />

sus plazas todos gimen, deshechos en lágrimas.<br />

4 También claman Hesbón y Eleale, se oye su voz hasta<br />

Jahaza. Por tanto, gritarán los hombres armados de Moab, su<br />

alma tiembla dentro de ella.<br />

5 Mi corazón clama por Moab; sus fugitivos se extienden<br />

hasta Zoar y Eglat-selisiya, y suben la cuesta de Luhit<br />

llorando; ciertamente en el camino a Horonaim dan gritos de<br />

angustia por su ruina.<br />

6 Porque las aguas de Nimrim se han agotado, ciertamente la<br />

hierba está seca, la hierba tierna ha muerto, no hay nada verde.<br />

7 Por tanto, la abundancia que han adquirido y almacenado<br />

se la llevan al otro lado del arroyo Arabim.<br />

8 Porque el clamor ha dado vuelta por el territorio de Moab;<br />

hasta Eglaim llega su gemir, hasta Beer-elim su gemido.<br />

9 Porque las aguas de Dimón están llenas de sangre;<br />

ciertamente añadiré más sobre Dimón: un león sobre los<br />

fugitivos de Moab y sobre el remanente de la tierra.<br />

16 Enviad el cordero del tributo al gobernante de la<br />

tierra, desde Sela en el desierto al monte de la hija de Sion.<br />

2 Y como aves fugitivas o nidada dispersa, serán las hijas de<br />

Moab en los vados del Arnón.<br />

3 Danos consejo, toma una decisión; da tu sombra como la<br />

noche en pleno mediodía; esconde a los desterrados, no<br />

entregues al fugitivo.<br />

4 Quédense contigo los desterrados de Moab; sé para ellos<br />

escondedero ante el destructor. Porque ha llegado a su fin el


explotador, ha cesado la destrucción, han desaparecido los<br />

opresores de la tierra.<br />

5 Se establecerá en la misericordia un trono, y en él se sentará<br />

con fidelidad, en la tienda de David, un juez que busque lo justo<br />

y esté presto a la justicia.<br />

6 Hemos oído del orgullo de Moab, un gran orgullo, de su<br />

arrogancia, de su altivez y de su furor; son falsas sus vanas<br />

jactancias.<br />

7 Por tanto Moab gemirá por Moab; todo él gemirá. Por las<br />

tortas de pasas de Kir-hareset os lamentaréis, abatidos por<br />

completo.<br />

8 Porque los campos de Hesbón se han marchitado, también<br />

las vides de Sibma; los señores de las naciones pisotearon sus<br />

mejores racimos, hasta Jazer alcanzaban y se extendían por el<br />

desierto; sus sarmientos se extendían y pasaban el mar.<br />

9 Por eso lloraré amargamente por Jazer, por la viña de Sibma;<br />

te bañaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale, porque sobre<br />

tus frutos de verano y sobre tu cosecha se ha extinguido el<br />

clamor,<br />

10 y se han retirado la alegría y el regocijo del campo fértil. En<br />

las viñas nadie canta de júbilo ni grita de alegría. No pisa vino<br />

en los lagares el pisador, pues he hecho cesar el clamor.<br />

11 Por eso mis entrañas vibran por Moab como un arpa, y mi<br />

interior por Kir-hareset.<br />

12 Y sucederá que cuando Moab se presente, cuando se fatigue<br />

sobre su lugar alto, y venga a su santuario para orar, no<br />

prevalecerá.<br />

13 Esta es la palabra que el Señor habló antes acerca de Moab.<br />

14 Pero ahora el Señor habla, diciendo: Dentro de tres años,<br />

como los contaría un jornalero, la gloria de Moab será<br />

despreciada con toda su gran muchedumbre, y su remanente<br />

será muy pequeño y débil.<br />

17 Profecía sobre Damasco. He aquí, Damasco dejará de<br />

ser ciudad, y vendrá a ser un montón de ruinas.<br />

2 Abandonadas están las ciudades de Aroer; serán para los<br />

rebaños, para que se echen en ellas , y no habrá quien los<br />

espante.<br />

3 Desaparecerá la fortaleza de Efraín y la soberanía de<br />

Damasco, y el resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los<br />

hijos de Israel --declara el Señor de los ejércitos.<br />

4 Acontecerá en aquel día que la gloria de Jacob menguará, y<br />

enflaquecerá la gordura de su carne.<br />

5 Será como cuando el segador recoge la mies, y su brazo<br />

cosecha las espigas; o será como el que recoge espigas en el<br />

valle de Refaim.<br />

6 Pero quedarán en él rebuscos como cuando se varea el olivo:<br />

dos o tres aceitunas en la rama más alta, cuatro o cinco en las<br />

ramas de un árbol fructífero --declara el Señor, Dios de Israel.<br />

7 Aquel día el hombre tendrá en estima a su Hacedor, y sus<br />

ojos mirarán al Santo de Israel.<br />

8 Y no tendrá en estima los altares, obra de sus manos, ni<br />

mirará a lo que sus dedos hicieron: las Aseras y los altares de<br />

incienso.<br />

9 Aquel día sus ciudades fuertes serán como lugares<br />

abandonados en el bosque, o como ramas que fueron<br />

abandonadas delante de los hijos de Israel; la tierra será una<br />

desolación.<br />

10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación y no te<br />

acordaste de la roca de tu refugio. Por tanto, siembras plantas<br />

deleitosas y les injertas sarmientos de un dios extraño.<br />

11 El día que las plantes las cercarás con cuidado, y por la<br />

mañana harás que florezca tu semilla; pero la cosecha será<br />

un montón inservible en el día de enfermedad y de dolor<br />

incurable.<br />

12 ¡Ay!, bramar de muchos pueblos que braman como el<br />

bramido de los mares; rugir de naciones que rugen como el<br />

rugido de violentas aguas.<br />

13 Las naciones rugen como el rugido de muchas aguas, pero<br />

El las reprenderá y huirán lejos; serán perseguidas como el<br />

tamo de los montes delante del viento, y como polvo de<br />

torbellino delante del vendaval.<br />

14 Al tiempo de la tarde, he aquí, hay terror. Antes de la<br />

mañana ya no existen. Tal será la porción de los que nos<br />

despojan, y la suerte de los que nos saquean.<br />

18 ¡Ay de la tierra del zumbido de alas que está más allá<br />

de los ríos de Etiopía,<br />

2 la que envía por el mar embajadores en naves de junco<br />

sobre la superficie de las aguas! Id, veloces mensajeros, a una<br />

nación de alta estatura y de piel brillante, a un pueblo temido<br />

por todas partes, una nación poderosa y opresora cuya tierra<br />

surcan los ríos.<br />

3 Todos vosotros, habitantes del mundo y moradores de la<br />

tierra, tan pronto como se alce la bandera sobre los montes, la<br />

veréis, y tan pronto como la trompeta sea tocada, la oiréis.<br />

4 Porque así me ha dicho el Señor: Me estaré quieto y miraré<br />

desde mi morada, como calor resplandeciente al sol, como nube<br />

de rocío en el calor de la cosecha.<br />

5 Pues antes de la cosecha, tan pronto como el botón se abra y<br />

la flor se convierta en uva madura, El cortará los pámpanos con<br />

podaderas y podará y quitará los sarmientos.<br />

6 Juntos serán dejados para las aves de rapiña de los montes,<br />

y para las bestias de la tierra; pasarán allí el verano las aves de


apiña, y todas las bestias de la tierra allí invernarán.<br />

7 En aquel tiempo será traído un obsequio al Señor de los<br />

ejércitos, el monte Sion.<br />

19 Profecía sobre Egipto. He aquí, el Señor va montado<br />

sobre una nube veloz y llega a Egipto; se estremecen los ídolos<br />

de Egipto ante su presencia, y el corazón de los egipcios se<br />

derrite dentro de ellos.<br />

2 Incitaré a egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra<br />

su hermano y cada cual contra su prójimo, ciudad contra ciudad<br />

y reino contra reino.<br />

3 Entonces el espíritu de los egipcios se apocará dentro de<br />

ellos; confundiré sus planes, y ellos acudirán a los ídolos, a los<br />

espíritus de los muertos, a los médium y a los espiritistas.<br />

4 Entregaré a los egipcios en manos de un amo cruel, y un rey<br />

poderoso gobernará sobre ellos--declara el Señor, Dios de los<br />

ejércitos.<br />

5 Se agotarán las aguas del mar, y el río se secará y quedará<br />

seco.<br />

6 Hederán los canales, disminuirán y se secarán las corrientes<br />

de Egipto; la caña y el junco se marchitarán.<br />

7 Las cañas junto al río, a orillas del Nilo, y todos los<br />

sembrados junto al Nilo se secarán, serán esparcidos, y no serán<br />

más.<br />

8 Se lamentarán los pescadores, y harán duelo todos los que<br />

echan anzuelo en el Nilo; los que extienden sus redes sobre las<br />

aguas desfallecerán.<br />

9 Serán confundidos los que trabajan el lino cardado y los<br />

tejedores de tela blanca.<br />

10 Y las columnas de Egipto serán demolidas, todos los<br />

jornaleros estarán abatidos.<br />

11 No son más que necios los príncipes de Zoán; el consejo de<br />

los más sabios consejeros de Faraón se ha vuelto torpe. ¿Cómo<br />

decís a Faraón: Yo soy hijo de los sabios, hijo de los antiguos<br />

reyes?<br />

12 Pues bien, ¿dónde están tus sabios? Que ellos ahora te<br />

declaren, y te hagan saber lo que el Señor de los ejércitos ha<br />

determinado contra Egipto.<br />

13 Han obrado neciamente los príncipes de Zoán, se han<br />

engañado los príncipes de Menfis; han extraviado a Egipto los<br />

que son la piedra angular de sus tribus.<br />

14 El Señor ha mezclado en medio de ella un espíritu de<br />

distorsión, y han hecho extraviar a Egipto en todas sus empresas,<br />

como se tambalea el ebrio en su vómito.<br />

15 Y no habrá para Egipto obra alguna que pueda hacer su<br />

cabeza o su cola, su hoja de palmera o su junco.<br />

16 En aquel día los egipcios serán como las mujeres, y<br />

temblarán y estarán aterrados ante la mano alzada que el Señor<br />

de los ejércitos agitará contra ellos.<br />

17 Y la tierra de Judá será terror para Egipto; todo aquel a<br />

quien se la mencionen quedará aterrado de ella, a causa del<br />

propósito que el Señor de los ejércitos ha determinado contra<br />

él.<br />

18 Aquel día cinco ciudades en la tierra de Egipto hablarán la<br />

lengua de Canaán y jurarán lealtad al Señor de los ejércitos;<br />

una de ellas será llamada Ciudad de Destrucción.<br />

19 Aquel día habrá un altar al Señor cerca de su frontera.<br />

20 Y será por señal y por testimonio al Señor a causa de sus<br />

opresores, y El les enviará un salvador y un poderoso, el cual<br />

los librará.<br />

21 Y el Señor y lo cumplirán.<br />

22 Y el Señor, y El les responderá y los sanará.<br />

23 Aquel día habrá una calzada desde Egipto hasta Asiria; los<br />

asirios entrarán en Egipto y los egipcios en Asiria, y los<br />

egipcios adorarán junto con los asirios.<br />

24 Aquel día Israel será un tercero con Egipto y con Asiria,<br />

una bendición en medio de la tierra,<br />

25 porque el Señor de los ejércitos lo ha bendecido, diciendo:<br />

Bendito es Egipto mi pueblo, y Asiria obra de mis manos, e<br />

Israel mi heredad.<br />

20 El año en que el comandante vino a Asdod, cuando<br />

Sargón, rey de Asiria, lo envió y peleó contra Asdod y la tomó,<br />

2 en aquel tiempo el Señor habló por medio de Isaías, hijo de<br />

Amoz, diciendo: Ve y quítate el cilicio de tus lomos, y desata<br />

las sandalias de tus pies. Así lo hizo, y anduvo desnudo y<br />

descalzo.<br />

3 Entonces el Señor dijo: Tal como mi siervo Isaías ha andado<br />

desnudo y descalzo por tres años como señal y símbolo contra<br />

Egipto y contra Cus,<br />

4 así el rey de Asiria llevará a los cautivos de Egipto y a los<br />

desterrados de Cus, jóvenes y viejos, desnudos, descalzos y<br />

descubiertas las nalgas, para vergüenza de Egipto.<br />

5 Entonces se desanimarán y se avergonzarán a causa de Cus,<br />

su esperanza, y de Egipto, su jactancia.<br />

6 Y dirán los habitantes de esta costa en aquel día: "He aquí,<br />

tal ha sido nuestra esperanza, adonde huíamos buscando auxilio<br />

para ser librados del rey de Asiria; ¿y cómo escaparemos<br />

nosotros?"<br />

21 Profecía sobre el desierto del mar. Como se lanzan los<br />

torbellinos en el Neguev, así viene el invasor del desierto, de<br />

una tierra temible.<br />

2 Una visión dura me ha sido mostrada: el pérfido obra<br />

pérfidamente, y el destructor destruye. Sube, Elam; sitia,


Media. He puesto fin a todo gemir que ella ha causado.<br />

3 Por esta razón mis lomos están llenos de angustia; dolores se<br />

han apoderado de mí como dolores de mujer de parto. Estoy tan<br />

confundido que no oigo, tan aterrado que no veo.<br />

4 Desvaría mi mente, el espanto me sobrecoge; el anochecer<br />

que anhelaba se me convirtió en terror.<br />

5 Ponen la mesa, extienden el mantel, comen, beben.<br />

¡Levantaos, capitanes, engrasad los escudos!,<br />

6 porque así me ha dicho el Señor: Ve, pon centinela que dé<br />

aviso de lo que vea.<br />

7 Cuando vea hombres montados, jinetes de dos en dos, filas<br />

de asnos, filas de camellos, que preste mucha atención,<br />

muchísima atención.<br />

8 Entonces el centinela gritó: Oh Señor, de día estoy yo<br />

continuamente en la atalaya, y todas las noches permanezco en<br />

mi puesto de guardia.<br />

9 He aquí, vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Y<br />

uno respondió, y dijo: Cayó, cayó Babilonia, y todas las<br />

imágenes de sus dioses están destrozadas sobre la tierra.<br />

10 ¡Oh mi pueblo trillado y afligido de mi era! Lo que he oído<br />

del Señor de los ejércitos, Dios de Israel, os doy a conocer.<br />

11 Profecía sobre Edom. Alguien sigue llamándome desde<br />

Seir: Centinela, ¿qué hora es de la noche? Centinela, ¿qué hora<br />

es de la noche?<br />

12 El centinela responde: Viene la mañana y también la noche.<br />

Si queréis preguntar, preguntad; volved otra vez.<br />

13 Profecía sobre Arabia. En las espesuras de Arabia pasad la<br />

noche, caravanas de dedanitas.<br />

14 Traed agua para el sediento, habitantes de la tierra de Tema,<br />

salid con pan al encuentro del fugitivo.<br />

15 Porque han huido ante las espadas, ante la espada desnuda,<br />

ante el arco tendido y ante la violencia de la batalla.<br />

16 Pues así me ha dicho el Señor: En un año, como lo contaría<br />

un jornalero, terminará todo el esplendor de Cedar;<br />

17 y del resto del número de los arqueros, los poderosos de los<br />

hijos de Cedar, quedarán pocos, porque ha hablado el Señor,<br />

Dios de Israel.<br />

22 Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué te pasa ahora,<br />

que has subido toda tú a los terrados?<br />

2 Tú, llena de bulla, ciudad alborotada, ciudad divertida; tus<br />

muertos no fueron muertos a espada, tampoco murieron en<br />

batalla.<br />

3 Todos tus gobernantes han huido juntos, sin arco han sido<br />

capturados; todos los tuyos que hallaron fueron capturados a<br />

una, aunque habían huido lejos.<br />

4 Por tanto digo: Apartad de mí la mirada, dejadme llorar<br />

amargamente; no tratéis de consolarme por la destrucción de la<br />

hija de mi pueblo.<br />

5 Pues hay un día de pánico, servidumbre y confusión de<br />

parte del Señor, Dios de los ejércitos, en el valle de la visión,<br />

un derribar de murallas y un clamor al monte.<br />

6 Elam tomó la aljaba con carros, infantería, y jinetes, y Kir<br />

desnudó el escudo.<br />

7 Tus mejores valles estaban llenos de carros, y los jinetes<br />

tomaron posiciones a la puerta.<br />

8 Entonces cayó la defensa de Judá. Confiasteis aquel día en<br />

las armas de la casa del bosque,<br />

9 y visteis que eran muchas las brechas en la muralla de la<br />

ciudad de David, y recogisteis las aguas del estanque inferior.<br />

10 Entonces contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis<br />

casas para fortificar la muralla.<br />

11 Hicisteis un depósito entre las dos murallas para las aguas<br />

del estanque viejo. Pero no confiasteis en el que lo hizo, ni<br />

considerasteis al que hace mucho tiempo lo planeó.<br />

12 Por eso aquel día, el Señor, Dios de los ejércitos, os llamó<br />

a llanto y a lamento, a rapar la cabeza y a vestir de cilicio.<br />

13 Sin embargo hay gozo y alegría, matanza de bueyes y<br />

degüello de ovejas; comiendo carne y bebiendo vino, dicen:<br />

Comamos y bebamos, que mañana moriremos.<br />

14 Pero el Sios de los ejércitos.<br />

15 Así dice el Señor, Dios de los ejércitos: Anda, ve a ese<br />

mayordomo, a Sebna, que está encargado de la casa real, y<br />

dile:<br />

16 "¿Qué es tuyo aquí, y a quién tienes aquí, que te has<br />

labrado aquí un sepulcro, como el que labra en alto un<br />

sepulcro, como el que esculpe una morada para sí en la peña?<br />

17 "He aquí, oh hombre, el Señor te arrojará con violencia; te<br />

asirá firmemente,<br />

18 te enrollará bien como una pelota, y te lanzará a una tierra<br />

muy espaciosa. Allí morirás y allí quedarán tus magníficos<br />

carros, oh tú, vergüenza de la casa de tu Señor."<br />

19 Te depondré de tu cargo, y te derribaré de tu puesto.<br />

20 Y sucederá en aquel día, que llamaré a mi siervo Eliaquim,<br />

hijo de Hilcías,<br />

21 lo vestiré con tu túnica, con tu cinturón lo ceñiré, tu<br />

autoridad pondré en su mano, y llegará a ser un padre para los<br />

habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá.<br />

22 Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su<br />

hombro; cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie<br />

abrirá.


23 Lo clavaré como clavija en lugar seguro, y será un trono<br />

de gloria para la casa de su padre.<br />

24 Y colgarán de él toda la gloria de la casa de su padre,<br />

descendencia y prole, todas las vasijas menores, desde los<br />

tazones hasta los cántaros.<br />

25 En aquel día--declara el Señor ha hablado.<br />

23 Profecía sobre Tiro. Gemid, naves de Tarsis, porque<br />

Tiro ha sido destruida, sin casas y sin puerto; desde la tierra de<br />

Chipre les ha sido revelado.<br />

2 Callad, moradores de la costa, mercaderes de Sidón; tus<br />

mensajeros cruzaron el mar,<br />

3 y estuvieron en muchas aguas. Sus ingresos eran el grano<br />

del Nilo y la cosecha del río, y ella era el mercado de las<br />

naciones.<br />

4 Avergüénzate, Sidón, porque habla el mar, la fortaleza del<br />

mar, diciendo: No he estado de parto, ni he dado a luz, no he<br />

educado jóvenes, ni he criado vírgenes.<br />

5 Cuando la noticia llegue a Egipto, se angustiarán por las<br />

nuevas de Tiro.<br />

6 Pasad a Tarsis; gemid, moradores de la costa.<br />

7 ¿Es ésta vuestra ciudad divertida cuyos días se remontan a<br />

la antigüedad, cuyos pies solían llevarla a establecerse en<br />

lugares distantes?<br />

8 ¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la que concedía<br />

coronas, cuyos mercaderes eran príncipes, cuyos comerciantes<br />

eran los nobles de la tierra?<br />

9 El Señor de los ejércitos lo ha planeado para abatir el orgullo<br />

de toda hermosura, para humillar a todos los nobles de la tierra.<br />

10 Inunda tu tierra como el Nilo, hija de Tarsis, ya no hay<br />

más restricción.<br />

11 Su mano ha extendido sobre el mar, ha hecho temblar los<br />

reinos; el Señor ha dado orden respecto a Canaán para que<br />

destruyan sus fortalezas.<br />

12 El ha dicho: No te divertirás más, virgen oprimida, hija de<br />

Sidón. Levántate, pasa a Chipre; aun allí no hallarás descanso.<br />

13 He aquí la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía;<br />

Asiria lo designó para moradores del desierto. Ellos levantaron<br />

sus torres de sitio, despojaron sus palacios y la convirtieron en<br />

ruinas.<br />

14 Gemid, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra<br />

fortaleza.<br />

15 Y acontecerá en aquel día que Tiro será olvidada por setenta<br />

años, como los días de un rey. Al cabo de los setenta años le<br />

sucederá a Tiro como en la canción de la ramera:<br />

16 Toma la lira, anda por la ciudad, oh ramera olvidada; tañe<br />

hábilmente las cuerdas, canta muchas canciones, para que seas<br />

recordada.<br />

17 Y sucederá al cabo de los setenta años que el Señor visitará<br />

a Tiro. Entonces ella regresará a su paga de ramera, y se<br />

prostituirá con todos los reinos sobre la faz de la tierra.<br />

18 Y sus ganancias y su paga de ramera serán consagradas al<br />

Señor.<br />

24 He aquí, el Señor arrasa la tierra, la devasta, trastorna<br />

su superficie y dispersa sus habitantes.<br />

2 Le sucederá lo mismo al pueblo será como al sacerdote, al<br />

siervo como a su amo, a la doncella como a su ama, al<br />

comprador como al vendedor, al que presta como al que toma<br />

prestado, al acreedor como al deudor.<br />

3 La tierra será totalmente arrasada y completamente<br />

saqueada, porque el Señor ha dicho esta palabra.<br />

4 De duelo y marchitada está la tierra, el mundo languidece<br />

y se marchita, languidecen los grandes del pueblo de la tierra.<br />

5 También la tierra es profanada por sus habitantes, porque<br />

traspasaron las leyes, violaron los estatutos, quebrantaron el<br />

pacto eterno.<br />

6 Por eso, una maldición devora la tierra, y son tenidos por<br />

culpables los que habitan en ella. Por eso, son consumidos los<br />

habitantes de la tierra, y pocos hombres quedan en ella.<br />

7 El mosto está de duelo, languidece la vid, suspiran todos los<br />

de alegre corazón.<br />

8 Cesa el júbilo de los panderos, se acaba el alboroto de los<br />

que se divierten, cesa el júbilo de la lira.<br />

9 No beben vino con canción; el licor es amargo a los que lo<br />

beben.<br />

10 Derribada está la ciudad del caos, toda casa está cerrada<br />

para que no entre nadie.<br />

11 Hay clamor por vino en las calles, toda alegría se convierte<br />

en tinieblas, desterrado está el júbilo de la tierra.<br />

12 Desolación queda en la ciudad, y la puerta está hecha<br />

pedazos, en ruinas.<br />

13 Porque así será en medio de la tierra, entre los pueblos,<br />

como cuando se varea el olivo, como en los rebuscos cuando se<br />

acaba la vendimia.<br />

14 Ellos alzan sus voces, gritan de júbilo; desde el occidente<br />

dan voces por la majestad del Señor.<br />

15 Por tanto, glorificad al Señor, Dios de Israel, en las costas<br />

del mar.<br />

16 Desde los confines de la tierra oímos cánticos: Gloria al<br />

Justo. Mas yo digo: ¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí! ¡Ay de mí!<br />

Los pérfidos obran con perfidia, con mucha perfidia obran los<br />

pérfidos.


17 Terror, foso y lazo te asedian, oh morador de la tierra.<br />

18 Y sucederá que el que huya del ruido del terror, caerá en el<br />

foso, y el que salga del foso, será atrapado en el lazo; porque las<br />

ventanas de arriba están abiertas, y los cimientos de la tierra se<br />

estremecen.<br />

19 Se hace pedazos la tierra, en gran manera se agrieta, con<br />

violencia tiembla la tierra.<br />

20 Se tambalea, oscila la tierra como un ebrio, se balancea<br />

como una choza, pues pesa sobre ella su transgresión, y caerá, y<br />

no volverá a levantarse.<br />

21 Y sucederá en aquel día, que el Señor castigará al ejército<br />

de lo alto en lo alto, y a los reyes de la tierra en la tierra.<br />

22 Y serán agrupados en montón como prisioneros en un<br />

calabozo; serán encerrados en la cárcel y después de muchos<br />

días serán castigados.<br />

23 Entonces la luna se abochornará y el sol se avergonzará<br />

porque el Señor de los ejércitos reinará en el monte Sion y en<br />

Jerusalén, y delante de sus ancianos estará su gloria.<br />

25 Oh Señor, tú eres mi Dios; te ensalzaré, daré alabanzas<br />

a tu nombre, porque has hecho maravillas, designios concebidos<br />

desde tiempos antiguos con toda fidelidad.<br />

2 Porque has convertido la ciudad en un montón de escombros,<br />

la ciudad fortificada, en una ruina; el palacio de extranjeros ya<br />

no es ciudad, nunca será reedificado.<br />

3 Por eso te glorificará un pueblo fuerte, ciudades de crueles<br />

naciones te reverenciarán.<br />

4 Porque tú has sido baluarte para el desvalido, baluarte para el<br />

necesitado en su angustia, refugio contra la tormenta, sombra<br />

contra el calor; pues el aliento de los crueles es como turbión<br />

contra el muro.<br />

5 Como calor durante la sequía, tú aquietas el estruendo de los<br />

extranjeros; como el calor a la sombra de una nube, es acallado<br />

el cántico de los tiranos.<br />

6 Y el Señor de los ejércitos preparará en este monte para<br />

todos los pueblos un banquete de manjares suculentos, un<br />

banquete de vino añejo, pedazos escogidos con tuétano, y vino<br />

añejo refinado.<br />

7 Y destruirá en este monte la cobertura que cubre todos los<br />

pueblos, el velo que está extendido sobre todas las naciones.<br />

8 El destruirá la muerte para siempre; el Señor Deñor ha<br />

hablado.<br />

9 Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es nuestro Dios a quien<br />

hemos esperado para que nos salvara; éste es el Señor a quien<br />

hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación.<br />

10 Porque la mano del Señor reposará en este monte, y Moab<br />

será hollado en su sitio como es hollada la paja en el agua del<br />

muladar.<br />

11 Y en medio de él, Moab extenderá sus manos como el<br />

nadador extiende sus manos para nadar, pero el Señor abatirá<br />

su arrogancia y la destreza de sus manos.<br />

12 Y derribará las fortalezas inexpugnables de tus murallas,<br />

las humillará y las echará por tierra, hasta el polvo.<br />

26 En aquel día se cantará este cántico en la tierra de<br />

Judá: Ciudad fuerte tenemos; para protección El pone murallas<br />

y baluartes.<br />

2 Abrid las puertas para que pueda entrar la nación justa, la<br />

que permanece fiel.<br />

3 Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en<br />

ti confía.<br />

4 Confiad en el Señor, tenemos una Roca eterna.<br />

5 Porque El ha abatido a los que moran en lo alto, a la ciudad<br />

inexpugnable; la humilla, la humilla hasta la tierra, la derriba<br />

hasta el polvo.<br />

6 La hollará el pie: los pies de los afligidos, las pisadas de los<br />

desvalidos.<br />

7 La senda del justo es rectitud; tú, que eres recto, allana el<br />

sendero del justo.<br />

8 Ciertamente, siguiendo la senda de tus juicios, oh Señor, te<br />

hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del<br />

alma.<br />

9 En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro<br />

de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene<br />

conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes<br />

del mundo.<br />

10 Aunque se le muestre piedad al impío, no aprende<br />

justicia; obra injustamente en tierra de rectitud, y no ve la<br />

majestad del Señor.<br />

11 Oh Señor, alzada está tu mano, mas ellos no la ven. Que<br />

vean tu celo por el pueblo y se avergüencen; ciertamente el<br />

fuego devorará a tus enemigos.<br />

12 Señor, tú establecerás paz para nosotros, ya que también<br />

todas nuestras obras tú las hiciste por nosotros.<br />

13 Oh Señor, Dios nuestro, otros señores fuera de ti nos han<br />

gobernado; pero en ti solo confesamos tu nombre.<br />

14 Los muertos no vivirán, los espíritus no se levantarán, pues<br />

los castigaste y destruiste, y has borrado todo recuerdo de ellos.<br />

15 Has aumentado la nación, oh Señor, has aumentado la<br />

nación, te has glorificado, has ensanchado todos los límites de<br />

la tierra.<br />

16 Oh Señor, en la angustia te buscaron; apenas susurraban<br />

una oración, cuando tu castigo estaba sobre ellos.


17 Como la mujer encinta, al acercarse el momento de dar a<br />

luz, se retuerce y grita en sus dolores de parto, así éramos<br />

nosotros delante de ti, oh Señor.<br />

18 Estábamos encinta, nos retorcíamos en los dolores, dimos<br />

a luz, al parecer, sólo viento. No logramos liberación para la<br />

tierra, ni nacieron habitantes del mundo.<br />

19 Tus muertos vivirán, sus cadáveres se levantarán.<br />

¡Moradores del polvo, despertad y dad gritos de júbilo!, porque<br />

tu rocío es como el rocío del alba, y la tierra dará a luz a los<br />

espíritus.<br />

20 Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tras ti tus<br />

puertas; escóndete por corto tiempo hasta que pase la<br />

indignación.<br />

21 Porque he aquí, el Señor va a salir de su lugar para castigar<br />

la iniquidad de los habitantes de la tierra, y la tierra pondrá de<br />

manifiesto su sangre derramada y no ocultará más a sus<br />

asesinados.<br />

27 Aquel día el Señor castigará con su espada feroz,<br />

grande y poderosa, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán,<br />

serpiente tortuosa, y matará al dragón que vive en el mar.<br />

2 Aquel día se dirá: Una viña de vino; de ella cantad.<br />

3 Yo, el Señor, soy su guardador; a cada momento la riego.<br />

Para que nadie la dañe, la guardo noche y día.<br />

4 No tengo furor. Si alguien me da zarzas y espinos en<br />

batalla, los pisotearé, los quemaré completamente,<br />

5 a no ser que él confíe en mi protección, que haga la paz<br />

conmigo, que conmigo haga la paz.<br />

6 En los días venideros Jacob echará raíces, Israel florecerá y<br />

brotará, y llenará el mundo entero de fruto.<br />

7 ¿Acaso con la herida del que lo hirió fue herido, o como con<br />

la matanza de sus muertos fue muerto?<br />

8 Contendiste con él desterrándolo, expulsándolo. Con su<br />

soplo violento lo echó en el día del viento solano.<br />

9 Así pues, con esto la iniquidad de Jacob será perdonada, y<br />

este será todo el fruto del perdón de su pecado: cuando haga<br />

todas las piedras del altar como piedras de cal pulverizadas;<br />

cuando no estén en pie las Aseras y los altares de incienso.<br />

10 Porque solitaria está la ciudad fortificada, una morada<br />

desamparada y abandonada como un desierto; allí pastará el<br />

becerro, y allí se echará y se alimentará de sus ramas.<br />

11 Cuando su ramaje está seco, es quebrado, vienen las<br />

mujeres y le prenden fuego. Porque no es pueblo de<br />

discernimiento, por tanto su Hacedor no le tendrá compasión, y<br />

su Creador no tendrá piedad de él.<br />

12 Y sucederá en aquel día que el Señor trillará desde la<br />

corriente del Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros<br />

seréis recogidos uno a uno, oh hijos de Israel.<br />

13 Sucederá también en aquel día que se tocará una gran<br />

trompeta, y los que perecían en la tierra de Asiria y los<br />

desterrados en la tierra de Egipto, vendrán y adorarán al Señor<br />

en el monte santo en Jerusalén.<br />

28 ¡Ay de la corona de arrogancia de los ebrios de Efraín,<br />

y de la flor marchita de su gloriosa hermosura, que está sobre la<br />

cabeza del valle fértil de los vencidos por el vino!<br />

2 He aquí que uno, fuerte y poderoso, de parte del Señor,<br />

como tormenta de granizo, tempestad destructora, como<br />

tormenta de violentas aguas desbordadas, los ha lanzado a<br />

tierra con su mano.<br />

3 Con los pies es hollada la corona de arrogancia de los ebrios<br />

de Efraín.<br />

4 Y la flor marchita de su gloriosa hermosura, que está sobre<br />

la cabeza del valle fértil, será como el primer higo maduro<br />

antes del verano, el cual uno ve, y tan pronto está en su mano<br />

se lo traga.<br />

5 En aquel día el Señor de los ejércitos será hermosa corona,<br />

gloriosa diadema para el remanente de su pueblo,<br />

6 espíritu de justicia para el que se sienta en juicio, y fuerza<br />

para aquellos que rechazan el asalto en la puerta.<br />

7 También estos se tambalean por el vino y dan traspiés por el<br />

licor: el sacerdote y el profeta por el licor se tambalean, están<br />

ofuscados por el vino, por el licor dan traspiés; vacilan en sus<br />

visiones, titubean al pronunciar juicio.<br />

8 Porque todas las mesas están llenas de vómito asqueroso,<br />

sin un solo lugar limpio.<br />

9 ¿A quién enseñará conocimiento, o a quién interpretará el<br />

mensaje? ¿A los recién destetados? ¿A los recién quitados de<br />

los pechos?<br />

10 Porque dice: "Mandato sobre mandato, mandato sobre<br />

mandato, línea sobre línea, línea sobre línea, un poco aquí, un<br />

poco allá."<br />

11 En verdad, con tartamudez de labios y en lengua<br />

extranjera, El hablará a este pueblo,<br />

12 al cual había dicho: Aquí hay reposo, dad reposo al<br />

cansado; y: Aquí hay descanso. Pero no quisieron escuchar.<br />

13 Por lo cual la palabra del Señor para ellos será: Mandato<br />

sobre mandato, mandato sobre mandato, línea sobre línea, línea<br />

sobre línea, un poco aquí, un poco allá, para que vayan y caigan<br />

de espaldas, se quiebren los huesos, y sean enlazados y<br />

apresados.<br />

14 Por tanto, oíd la palabra del Señor, oh escarnecedores,<br />

gobernantes de este pueblo que está en Jerusalén.<br />

15 Porque habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte,


hemos hecho un convenio con el Seol; cuando pase el azote<br />

abrumador, no nos alcanzará, porque hemos hecho de la mentira<br />

nuestro refugio y en el engaño nos hemos escondido.<br />

16 Por tanto, así dice el Señor Dios: He aquí, pongo por<br />

fundamento en Sion una piedra, una piedra probada, angular,<br />

preciosa, fundamental, bien colocada. El que crea en ella no<br />

será perturbado.<br />

17 Pondré el juicio por medida, y la justicia por nivel; el<br />

granizo barrerá el refugio de la mentira, y las aguas cubrirán el<br />

escondite.<br />

18 Y será abolido vuestro pacto con la muerte, vuestro<br />

convenio con el Seol no quedará en pie; cuando pase el azote<br />

abrumador, seréis su holladero.<br />

19 Cuantas veces pase, os arrebatará, porque pasará mañana<br />

tras mañana, de día y de noche; y será terrible espanto el<br />

comprender el mensaje.<br />

20 La cama es muy corta para estirarse en ella, y la manta muy<br />

estrecha para envolverse en ella.<br />

21 Porque el Señor se levantará como en el monte Perazim, se<br />

enojará como en el valle de Gabaón, para hacer su tarea, su<br />

extraña tarea, y para hacer su obra, su extraordinaria obra.<br />

22 Y ahora, no continuéis como escarnecedores, no sea que se<br />

hagan más fuertes vuestros grillos, pues de parte del Señor, Dios<br />

de los ejércitos, he oído de una destrucción decretada sobre la<br />

tierra.<br />

23 Escuchad y oíd mi voz, prestad atención y oíd mis palabras.<br />

24 ¿Acaso para sembrar se pasa arando el labrador todo el día,<br />

abriendo y rastrillando su tierra?<br />

25 ¿No allana su superficie y siembra eneldo y esparce<br />

comino, y siembra trigo en hileras, cebada en su debido lugar, y<br />

centeno dentro de sus límites?<br />

26 Porque su Dios le instruye y le enseña cómo hacerlo.<br />

27 Pues no se trilla el eneldo con el trillo, ni se hace girar la<br />

rueda de carreta sobre el comino; sino que con vara se sacude el<br />

eneldo, y con palo el comino.<br />

28 El grano es triturado, pero no se le seguirá trillando<br />

indefinidamente; debido a que la rueda de la carreta y sus<br />

caballos lo dañarán, no se le triturará más.<br />

29 También esto procede del Señor de los ejércitos, que ha<br />

hecho maravilloso su consejo y grande su sabiduría.<br />

29 ¡Ay, Ariel, Ariel la ciudad donde acampó David!<br />

Añadid año sobre año, celebrad las fiestas a su tiempo.<br />

2 Y traeré angustias a Ariel, y será una ciudad de lamento y<br />

de duelo; será para mí como un Ariel.<br />

3 Acamparé contra ti rodeándote, pondré contra ti vallas de<br />

asedio, y levantaré contra ti baluartes.<br />

4 Entonces serás humillada, desde el suelo hablarás, y desde<br />

el polvo donde estás postrada saldrá tu habla. Tu voz será<br />

también como la de un espíritu de la tierra, y desde el polvo<br />

susurrará tu habla.<br />

5 Pero la multitud de tus enemigos será como polvo fino, y la<br />

multitud de los crueles como paja que se va volando; sucederá<br />

en un instante, de repente.<br />

6 Serás castigada por el Señor de los ejércitos con truenos y<br />

terremotos y gran ruido, con torbellino y tempestad y con<br />

llama de fuego consumidor.<br />

7 Y será como un sueño, una visión nocturna, la multitud de<br />

todas las naciones que combaten contra Ariel, todos los que<br />

combaten contra ella y su fortaleza, y los que la afligen.<br />

8 Y será como cuando un hambriento sueña, y he aquí, está<br />

comiendo; pero cuando despierta, su hambre no ha sido<br />

satisfecha. O como cuando un sediento sueña, y he aquí, está<br />

bebiendo; pero cuando despierta, he aquí, está desfallecido, y<br />

su sed no ha sido aplacada. Así será la multitud de todas las<br />

naciones que combaten contra el monte Sion.<br />

9 Deteneos y esperad, cegaos y sed ciegos. Se embriagan,<br />

pero no con vino; se tambalean, pero no con licor.<br />

10 Porque el Señor ha derramado sobre vosotros espíritu de<br />

sueño profundo, El ha cerrado vuestros ojos: los profetas, y ha<br />

cubierto vuestras cabezas: los videntes.<br />

11 Y toda la visión será para vosotros como las palabras de un<br />

libro sellado, que cuando se le da al que sabe leer, diciéndole:<br />

Lee esto, por favor; y él dirá: No puedo, porque está sellado.<br />

12 Entonces el libro será dado al que no sabe leer, diciéndole:<br />

Lee esto, por favor; y él dirá: No sé leer.<br />

13 Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se me<br />

acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de<br />

mí su corazón, y su veneración hacia mí es sólo una tradición<br />

aprendida de memoria ,<br />

14 por tanto, he aquí, volveré a hacer maravillas con este<br />

pueblo, prodigiosas maravillas; y perecerá la sabiduría de sus<br />

sabios, y se eclipsará el entendimiento de sus entendidos.<br />

15 ¡Ay de los que van muy hondo para esconder sus planes al<br />

Señor, y realizan sus obras en tinieblas y dicen: ¿Quién nos ve,<br />

o quién nos conoce?<br />

16 ¡Qué equivocación la vuestra! ¿Es acaso el alfarero como<br />

el barro, para que lo que está hecho diga a su hacedor: El no me<br />

hizo; o lo que está formado diga al que lo formó: El no tiene<br />

entendimiento?<br />

17 ¿Acaso no queda ya muy poco tiempo para que el Líbano<br />

se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea considerado<br />

bosque?


18 En aquel día los sordos oirán las palabras de un libro, y<br />

desde la oscuridad y desde las tinieblas los ojos de los ciegos<br />

verán.<br />

19 Los afligidos aumentarán también su alegría en el Señor, y<br />

los necesitados de la humanidad se regocijarán en el Santo de<br />

Israel.<br />

20 Porque el violento tendrá su fin, el escarnecedor será<br />

acabado, y serán cortados todos los que se desvelan por hacer<br />

el mal;<br />

21 los que hacen que una persona sea acusada por una palabra,<br />

tienden lazos al que juzga en la puerta, y defraudan al justo con<br />

vanos argumentos.<br />

22 Por tanto el Señor, que redimió a Abraham, dice así acerca<br />

de la casa de Jacob: Jacob no será ahora avergonzado, ni<br />

palidecerá ahora su rostro;<br />

23 porque cuando vea a sus hijos, la obra de mis manos, en<br />

medio suyo, ellos santificarán mi nombre; ciertamente,<br />

santificarán al Santo de Jacob, y tendrán temor al Dios de Israel.<br />

24 Los descarriados de espíritu conocerán la verdad, y los<br />

murmuradores aceptarán instrucción.<br />

30 ¡Ay de los hijos rebeldes--declara el Señor-- que<br />

ejecutan planes, pero no los míos, y hacen alianza, pero no<br />

según mi Espíritu, para añadir pecado sobre pecado!<br />

2 Los que descienden a Egipto sin consultarme, para refugiarse<br />

al amparo de Faraón, y buscar abrigo a la sombra de Egipto.<br />

3 El amparo de Faraón será vuestra vergüenza, y el abrigo a la<br />

sombra de Egipto, vuestra humillación.<br />

4 Porque sus príncipes están en Zoán, y sus embajadores llegan<br />

a Hanes.<br />

5 Todos se avergonzarán a causa de un pueblo que no les trae<br />

provecho, no les sirve de ayuda ni de utilidad, sino de<br />

vergüenza y también de oprobio.<br />

6 Profecía sobre las bestias del Neguev. Por tierra de<br />

tribulación y angustia, de donde vienen la leona y el león, la<br />

víbora y la serpiente voladora, llevan sus riquezas sobre lomos<br />

de pollinos y sus tesoros sobre gibas de camellos, a un pueblo<br />

que no les traerá provecho,<br />

7 a Egipto, cuya ayuda es vana y vacía. Por tanto lo he llamado<br />

Rahab el destruido.<br />

8 Ahora ve, escríbelo en una tablilla delante de ellos y grábalo<br />

en un rollo, para que sirva en el día postrero como testigo para<br />

siempre.<br />

9 Porque este es un pueblo rebelde, hijos falsos, hijos que no<br />

quieren escuchar la instrucción del Señor;<br />

10 que dicen a los videntes: No veáis visiones; y a los<br />

profetas: No nos profeticéis lo que es recto, decidnos palabras<br />

agradables, profetizad ilusiones.<br />

11 Apartaos del camino, desviaos de la senda, no oigamos<br />

más acerca del Santo de Israel.<br />

12 Por tanto, así dice el Santo de Israel: Ya que habéis<br />

desechado esta palabra, y habéis confiado en la opresión y en el<br />

engaño, y os habéis apoyado en ellos,<br />

13 por eso esta iniquidad será para vosotros como muro<br />

agrietado a punto de caer, como abultamiento en una pared<br />

alta, cuya caída viene de repente, en un instante.<br />

14 Su caída es como el romper de una vasija de alfarero,<br />

despedazada sin piedad; no se halla entre sus pedazos ni un<br />

tiesto para tomar fuego del hogar o para sacar agua de una<br />

cisterna.<br />

15 Porque así ha dicho el Señor Dios, el Santo de Israel: En<br />

arrepentimiento y en reposo seréis salvos; en quietud y<br />

confianza está vuestro poder. Pero no quisisteis,<br />

16 y dijisteis: No, porque huiremos a caballo. Por tanto,<br />

huiréis. Y: Sobre corceles veloces cabalgaremos. Por tanto,<br />

serán veloces los que os persiguen.<br />

17 Mil huirán ante la amenaza de uno solo, ante la amenaza<br />

de cinco huiréis; hasta que seáis dejados como una enseña en la<br />

cima de un monte, y como señal sobre una colina.<br />

18 Por tanto, el Señor es un Dios de justicia; ¡cuán<br />

bienaventurados son todos los que en El esperan!<br />

19 Oh pueblo de Sion, morador de Jerusalén, no llorarás más.<br />

Ciertamente se apiadará de ti a la voz de tu clamor; cuando la<br />

oiga, te responderá.<br />

20 Aunque el Señor os ha dado pan de escasez y agua de<br />

opresión, tu Maestro no se esconderá más, sino que tus ojos<br />

contemplarán a tu Maestro.<br />

21 Tus oídos oirán detrás de ti una palabra: Este es el camino,<br />

andad en él, ya sea que vayáis a la derecha o a la izquierda.<br />

22 Y profanarás tus imágenes talladas recubiertas de plata, y<br />

tus imágenes fundidas revestidas de oro. Las esparcirás como<br />

cosa inmunda, y les dirás: ¡Fuera de aquí!<br />

23 Entonces El dará lluvia para la semilla que sembrarás en la<br />

tierra, y pan del producto de la tierra, y será rico y abundante.<br />

En aquel día tus ganados serán apacentados en espaciosos<br />

pastizales.<br />

24 También los bueyes y los asnos que labran la tierra<br />

comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y con<br />

bieldo.<br />

25 Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá<br />

arroyos de aguas perennes el día de la gran matanza, cuando<br />

caigan las torres.<br />

26 Y será la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol


será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el<br />

Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y cure la<br />

llaga que El ha causado.<br />

27 He aquí, el nombre del Señor viene de lejos ardiente es su<br />

ira, y denso es su humo. Sus labios están llenos de indignación,<br />

su lengua es como fuego consumidor,<br />

28 y su aliento como un torrente desbordado que llega hasta el<br />

cuello, para zarandear a las naciones en una zaranda de<br />

destrucción, y poner la brida que conduce a la ruina en las<br />

mandíbulas de los pueblos.<br />

29 Tendréis cánticos como en la noche en que celebráis la<br />

fiesta, y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de<br />

la flauta, para ir al monte del Señor, a la Roca de Israel.<br />

30 Y el Señor hará oír la majestad de su voz, y dejará ver el<br />

descenso de su brazo con furia de ira y llama de fuego<br />

consumidor, con turbión, aguacero y piedra de granizo.<br />

31 Porque a la voz del Señor, Asiria se aterrará cuando El<br />

hiera con la vara.<br />

32 Y cada golpe de la vara de castigo que el Señor descargue<br />

sobre ella, será al son de panderos y liras; y en batallas,<br />

blandiendo armas, El peleará contra ellos.<br />

33 Porque Tofet está preparado desde hace tiempo,<br />

ciertamente, ha sido dispuesto para el rey. El lo ha hecho<br />

profundo y ancho, una pira de fuego con abundante leña; el<br />

soplo del Señor, como torrente de azufre, lo enciende.<br />

31 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los<br />

caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son<br />

muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran<br />

al Santo de Israel, ni buscan al Señor.<br />

2 Pero El también es sabio y traerá el mal, y no se retractará de<br />

sus palabras; sino que se levantará contra la casa de los<br />

malhechores y contra la ayuda de los que obran iniquidad.<br />

3 Pues los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son<br />

carne, y no espíritu; el Señor, pues, extenderá su mano, y el que<br />

ayuda tropezará, y el que recibe ayuda caerá; todos ellos a una<br />

perecerán.<br />

4 Porque así me dice el Señor de los ejércitos para combatir<br />

sobre el monte Sion y sobre su collado.<br />

5 Como aves que vuelan, así protegerá el Señor de los ejércitos<br />

a Jerusalén; la protegerá y la librará, la perdonará y la<br />

rescatará.<br />

6 Volved a aquel de quien tan profundamente os habéis<br />

apartado, oh hijos de Israel.<br />

7 Porque en aquel día cada uno repudiará sus ídolos de plata y<br />

sus ídolos de oro, que os han hecho vuestras manos pecadoras.<br />

8 El asirio caerá por espada no de hombre, y la espada no<br />

humana lo devorará; no escapará de la espada, y sus jóvenes<br />

serán sometidos a trabajos forzados.<br />

9 Su fortaleza a causa del terror pasará, y sus príncipes se<br />

espantarán ante el estandarte --declara el Señor, que tiene su<br />

fuego en Sion y su horno en Jerusalén.<br />

32 He aquí, un rey reinará con justicia, y príncipes<br />

gobernarán con rectitud.<br />

2 Cada uno será como refugio contra el viento y un abrigo<br />

contra la tormenta, como corrientes de agua en tierra seca,<br />

como la sombra de una gran peña en tierra árida.<br />

3 No se cegarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos<br />

de los que oyen escucharán.<br />

4 El corazón de los imprudentes discernirá la verdad, y la<br />

lengua de los tartamudos se apresurará a hablar claramente.<br />

5 Ya no se llamará noble al necio, ni al tramposo se le dirá<br />

generoso.<br />

6 Pues el necio habla necedades, y su corazón se inclina hacia<br />

el mal, para practicar la impiedad y hablar falsedad contra el<br />

Señor, para mantener con hambre al hambriento y para privar<br />

de bebida al sediento.<br />

7 En cuanto al tramposo, sus armas son malignas; trama<br />

designios perversos para destruir con calumnias a los afligidos,<br />

aun cuando el necesitado hable lo que es justo.<br />

8 Pero el noble concibe cosas nobles, y en las cosas nobles se<br />

afirma.<br />

9 Levantaos, mujeres indolentes, y oíd mi voz; hijas<br />

confiadas, prestad oído a mi palabra.<br />

10 Dentro de un año y algunos días, os conturbaréis, hijas<br />

confiadas, porque se habrá acabado la vendimia, y la<br />

recolección del fruto no vendrá.<br />

11 Temblad, mujeres indolentes; conturbaos, hijas<br />

confiadas; desvestíos, desnudaos, y ceñid cilicio en la cintura;<br />

12 golpeaos el pecho, por los campos agradables, por la vid<br />

fructífera,<br />

13 por el suelo de mi pueblo donde crecerán espinos y<br />

zarzas; sí, por todas las casas alegres y por la ciudad divertida.<br />

14 Porque el palacio ha sido abandonado, hecha un desierto la<br />

populosa ciudad. Collado y atalaya se han convertido en cuevas<br />

para siempre, un deleite para asnos monteses, un pasto para<br />

rebaños;<br />

15 hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo<br />

alto, el desierto se convierta en campo fértil y el campo fértil<br />

sea considerado como bosque.<br />

16 En el desierto morará el derecho, y la justicia habitará en el<br />

campo fértil.<br />

17 La obra de la justicia será paz, y el servicio de la justicia,


tranquilidad y confianza para siempre.<br />

18 Entonces habitará mi pueblo en albergue de paz, en<br />

mansiones seguras y en moradas de reposo;<br />

19 aunque caiga granizo cuando el bosque caiga, y la ciudad<br />

sea derribada por completo.<br />

20 ¡Cuán bienaventurados seréis vosotros los que sembráis<br />

junto a todas las aguas, y dejáis sueltos al buey y al asno!<br />

33 ¡Ay de ti que destruyes, y no has sido destruido; y de<br />

aquel que es pérfido, cuando otros no actuaron con perfidia<br />

contra él! Cuando termines de destruir, serás destruido; cuando<br />

acabes de actuar con perfidia, con perfidia actuarán contra ti.<br />

2 Oh Señor, ten piedad de nosotros; en ti hemos esperado. Sé<br />

nuestra fortaleza cada mañana, también nuestra salvación en<br />

tiempo de angustia.<br />

3 Al estruendo del tumulto los pueblos huyen; al levantarte tú<br />

las naciones se dispersan;<br />

4 se recoge el botín como recoge la oruga, se lanzan sobre él<br />

como se lanzan las langostas.<br />

5 Exaltado es el Señor, pues mora en lo alto; ha llenado a Sion<br />

de derecho y de justicia.<br />

6 El será la seguridad de tus tiempos, abundancia de salvación,<br />

sabiduría y conocimiento; el temor del Señor es tu tesoro.<br />

7 He aquí, sus valientes claman en las calles, los mensajeros de<br />

paz lloran amargamente.<br />

8 Las calzadas están desiertas, el transeúnte ya no pasa; ha<br />

quebrantado el pacto, ha despreciado las ciudades, no tiene en<br />

estima al hombre.<br />

9 De duelo está la tierra y languidece, el Líbano está<br />

avergonzado y se marchita; Sarón es como una llanura desierta,<br />

y pierden su follaje Basán y el Carmelo.<br />

10 Ahora me levantaré--dice el Señor-- ahora seré exaltado,<br />

ahora seré ensalzado.<br />

11 Concebisteis paja, daréis a luz rastrojo; mi aliento como<br />

fuego os consumirá.<br />

12 Y los pueblos serán calcinados, como espinos cortados que<br />

son quemados en el fuego.<br />

13 Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y los que estáis<br />

cerca, reconoced mi poder.<br />

14 Aterrados están los pecadores en Sion, el temblor se ha<br />

apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el<br />

fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas<br />

eternas?<br />

15 El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa<br />

la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan<br />

soborno; el que se tapa los oídos para no oír de derramamiento<br />

de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal;<br />

16 ése morará en las alturas, en la peña inexpugnable estará su<br />

refugio; se le dará su pan, y tendrá segura su agua.<br />

17 Tus ojos contemplarán al Rey en su hermosura, verán una<br />

tierra muy lejana.<br />

18 Tu corazón meditará en el terror, y dirá: ¿Dónde está el<br />

que cuenta? ¿Dónde está el que pesa? ¿Dónde está el que<br />

cuenta las torres?<br />

19 No verás más al pueblo feroz, pueblo de habla<br />

incomprensible, que nadie entiende, de lengua tartamuda, que<br />

nadie comprende.<br />

20 Contempla a Sion, ciudad de nuestras fiestas señaladas; tus<br />

ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será<br />

plegada, cuyas estacas no serán arrancadas nunca, ni rotas<br />

ninguna de sus cuerdas.<br />

21 Porque allí, el Majestuoso, el Señor, será para nosotros<br />

lugar de ríos y de anchos canales, por donde no andará<br />

embarcación de remos, ni nave potente por él pasará.<br />

22 Porque el Señor es nuestro rey; El nos salvará.<br />

23 Se han aflojado tus cuerdas; no pueden sostener firme el<br />

mástil ni entesar la vela. Entonces será repartida la presa de un<br />

abundante botín; los cojos se llevarán los despojos.<br />

24 Ningún habitante dirá: Estoy enfermo; al pueblo que allí<br />

habita, le será perdonada su iniquidad.<br />

34 Acercaos, naciones, para oír, y escuchad, pueblos;<br />

oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que de él<br />

brota.<br />

2 Porque el enojo del Señor es contra todas las naciones, y su<br />

furor contra todos sus ejércitos; las ha destruido por completo,<br />

las ha entregado a la matanza.<br />

3 Sus muertos serán arrojados, y de sus cadáveres subirá el<br />

hedor, y las montañas serán empapadas con su sangre.<br />

4 Todo el ejército de los cielos se consumirá, y los cielos se<br />

enrollarán como un pergamino; también todos sus ejércitos se<br />

marchitarán como se marchita la hoja de la vid, o como se<br />

marchita la de la higuera.<br />

5 Porque mi espada está embriagada en el cielo, he aquí,<br />

descenderá para hacer juicio sobre Edom y sobre el pueblo que<br />

yo he dedicado a la destrucción.<br />

6 La espada del Señor tiene un sacrificio en Bosra, y una gran<br />

matanza en la tierra de Edom.<br />

7 Con ellos caerán búfalos y novillos juntamente con toros;<br />

así su tierra se embriagará de sangre, y su polvo será engrasado<br />

de sebo.<br />

8 Porque es día de venganza del Señor, año de retribución<br />

para la causa de Sion.<br />

9 Sus torrentes se convertirán en brea, su polvo en azufre, y


su tierra será brea ardiente.<br />

10 No se apagará ni de noche ni de día, su humo subirá para<br />

siempre; de generación en generación permanecerá desolada,<br />

nunca jamás pasará nadie por ella.<br />

11 Mas el pelícano y el erizo la poseerán, el búho y el cuervo<br />

habitarán en ella; Dios extenderá sobre ella el cordel de<br />

desolación y la plomada del vacío.<br />

12 Sus nobles (y allí no hay ninguno a quien puedan<br />

proclamar rey) y todos sus príncipes serán nada.<br />

13 Espinos crecerán en sus palacios, ortigas y cardos en sus<br />

ciudades fortificadas; será también guarida de chacales y<br />

morada de crías de avestruz.<br />

14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, el<br />

macho cabrío llamará a los de su especie; sí, el monstruo<br />

nocturno se establecerá allí, y encontrará para sí lugar de reposo.<br />

15 Allí la serpiente anidará y pondrá sus huevos, los<br />

incubará y juntará su cría bajo su sombra; también allí se<br />

juntarán los halcones, cada uno con su compañera.<br />

16 Buscad en el libro del Señor, y leed: Ninguno de ellos<br />

faltará, ninguno carecerá de su compañera. Porque su boca lo<br />

ha mandado, y su Espíritu los ha reunido.<br />

17 El les ha echado suertes, y su mano les ha repartido la tierra<br />

con el cordel. La poseerán para siempre; de generación en<br />

generación morarán en ella.<br />

35 El desierto y el yermo se alegrarán, y se regocijará el<br />

Arabá y florecerá como el azafrán;<br />

2 florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y<br />

gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, la majestad<br />

del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la<br />

majestad de nuestro Dios.<br />

3 Fortaleced las manos débiles y afianzad las rodillas<br />

vacilantes.<br />

4 Decid a los de corazón tímido: Esforzaos, no temáis. He<br />

aquí, vuestro Dios viene con venganza; la retribución vendrá de<br />

Dios mismo, mas El os salvará.<br />

5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los<br />

sordos se destaparán.<br />

6 El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del<br />

mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en el desierto y<br />

arroyos en el Arabá.<br />

7 La tierra abrasada se convertirá en laguna, y el secadal en<br />

manantiales de aguas; en la guarida de chacales, su lugar de<br />

descanso, la hierba se convertirá en cañas y juncos.<br />

8 Allí habrá una calzada, un camino, y será llamado Camino de<br />

Santidad; el inmundo no transitará por él, sino que será para el<br />

que ande en ese camino; los necios no vagarán por él .<br />

9 Allí no habrá león, ni subirá por él bestia feroz; éstos no se<br />

hallarán allí, sino que por él andarán los redimidos.<br />

10 Volverán los rescatados del Señor, entrarán en Sion con<br />

gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y<br />

alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido.<br />

36 Y aconteció que en el año catorce del rey Ezequías,<br />

subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades<br />

fortificadas de Judá, y las tomó.<br />

2 Y el rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, al<br />

Rabsaces con un gran ejército, contra el rey Ezequías. Y se<br />

colocó junto al acueducto del estanque superior que está en la<br />

calzada del campo del Batanero.<br />

3 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa<br />

real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a<br />

él.<br />

4 Y el Rabsaces les dijo: Decid ahora a Ezequías: "Así dice el<br />

gran rey, el rey de Asiria: '¿Qué confianza es ésta que tú tienes?<br />

5 'Yo digo: " Tu consejo y poderío para la guerra sólo son<br />

palabras vacías." Ahora pues, ¿en quién confías que te has<br />

rebelado contra mí?<br />

6 'He aquí, tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es<br />

decir, en Egipto, en el cual, si un hombre se apoya, penetrará<br />

en su mano y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para<br />

todos los que confían en él.<br />

7 'Pero si me decís: "Nosotros confiamos en el Señor nuestro<br />

Dios," ¿no es El aquel cuyos lugares altos y cuyos altares<br />

Ezequías ha quitado y ha dicho a Judá y a Jerusalén: "Adoraréis<br />

delante de este altar"?<br />

8 'Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo con mi señor<br />

el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si por tu parte<br />

puedes poner jinetes sobre ellos.<br />

9 '¿Cómo, pues, puedes rechazar a un oficial de los menores<br />

de los siervos de mi señor, y confiar en Egipto para tener<br />

carros y hombres de a caballo?<br />

10 '¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor me<br />

dijo: "Sube contra esta tierra y destrúyela."'"<br />

11 Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te<br />

rogamos que hables a tus siervos en arameo porque nosotros lo<br />

entendemos, y no nos hables en la lengua de Judá a oídos del<br />

pueblo que está sobre la muralla.<br />

12 Pero el Rabsaces dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor<br />

para hablar estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los<br />

hombres que están sentados en la muralla, condenados a<br />

comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con<br />

vosotros?<br />

13 El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua


de Judá, y dijo: Escuchad las palabras del gran rey, el rey de<br />

Asiria.<br />

14 Así dice el rey: "Que no os engañe Ezequías, porque él no<br />

os podrá librar;<br />

15 ni que Ezequías os haga confiar en el Señor nos librará, y<br />

esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.'<br />

16 "No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria:<br />

'Haced la paz conmigo y salid a mí, y coma cada uno de su vid y<br />

cada uno de su higuera, y beba cada cual de las aguas de su<br />

cisterna,<br />

17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como vuestra<br />

tierra, tierra de grano y de mosto, tierra de pan y de viñas.'<br />

18 " Cuidado, no sea que Ezequías os engañe, diciendo: 'El<br />

Señor nos librará.' ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones<br />

ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria?<br />

19 "¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde<br />

están los dioses de Sefarvaim? ¿Cuándo han librado ellos a<br />

Samaria de mi mano?<br />

20 "¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han<br />

librado su tierra de mi mano, para que el Señor libre a Jerusalén<br />

de mi mano?"<br />

21 Pero ellos se quedaron callados y no le respondieron<br />

palabra alguna; porque el rey había dado un mandato, diciendo:<br />

No le respondáis.<br />

22 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa<br />

real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a<br />

Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras<br />

del Rabsaces.<br />

37 Y sucedió que cuando oyó esto el rey Ezequías, rasgó<br />

sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del Señor.<br />

2 Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa real, con<br />

el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de<br />

cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.<br />

3 Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: "Este día es día de<br />

angustia, de reprensión y de desprecio, pues hijos están para<br />

nacer, pero no hay fuerzas para dar a luz.<br />

4 "Tal vez el Señor tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración<br />

por el remanente que aún queda."<br />

5 Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías,<br />

6 éste les dijo: Así diréis a vuestro señor: "Así dice el Señor:<br />

'No temas por las palabras que has oído, con las que los siervos<br />

del rey de Asiria me han blasfemado.<br />

7 'He aquí, pondré en él un espíritu, oirá un rumor y se volverá<br />

a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada.'"<br />

8 Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria<br />

peleando contra Libna, pues había oído que el rey había partido<br />

de Laquis.<br />

9 Y les oyó decir acerca de Tirhaca, rey de Etiopía: Ha<br />

salido a pelear contra ti. Y cuando lo oyó, envió mensajeros a<br />

Ezequías, diciendo:<br />

10 Así diréis a Ezequías, rey de Judá: "No te engañe tu Dios<br />

en quien tú confías, diciendo: 'Jerusalén no será entregada en<br />

mano del rey de Asiria.'<br />

11 "He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho<br />

a todas las naciones, destruyéndolas por completo, ¿y serás tú<br />

librado?<br />

12 "¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis<br />

padres destruyeron, es decir, Gozán, Harán, Resef y a los hijos<br />

de Edén que estaban en Telasar?<br />

13 "¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la<br />

ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?"<br />

14 Entonces Ezequías tomó la carta de mano de los<br />

mensajeros y la leyó, y subió a la casa del Señor.<br />

15 Y Ezequías oró al Señor, diciendo:<br />

16 Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás sobre<br />

los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra.<br />

Tú hiciste los cielos y la tierra.<br />

17 Inclina, oh Señor, tus ojos y mira; escucha todas las<br />

palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo.<br />

18 En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado todas<br />

las naciones y sus tierras,<br />

19 y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses,<br />

sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por eso los<br />

han destruido.<br />

20 Y ahora, Señor, eres Dios.<br />

21 Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías:<br />

Así dice el Señor, Dios de Israel: "Por cuanto me has rogado<br />

acerca de Senaquerib, rey de Asiria,<br />

22 esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él: 'Te ha<br />

despreciado y se ha burlado de ti la virgen hija de Sion; ha<br />

movido la cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén.<br />

23 '¿A quién has injuriado y blasfemado? ¿Y contra quién has<br />

alzado la voz y levantado con altivez tus ojos? ¡Contra el Santo<br />

de Israel!<br />

24 'Por mano de tus siervos has injuriado al Señor, y has<br />

dicho: "Con mis numerosos carros yo subí a las cumbres de los<br />

montes, a las partes más remotas del Líbano, y corté sus altos<br />

cedros y sus mejores cipreses; iré a su más alta cima, a su más<br />

frondoso bosque.<br />

25 "Yo cavé pozos y bebí aguas, y sequé con la planta de<br />

mis pies todos los ríos de Egipto."<br />

26 '¿No has oído? Hace mucho tiempo que lo hice, desde la


antigüedad lo había planeado. Ahora he hecho que suceda, para<br />

que conviertas las ciudades fortificadas en montones de ruinas.<br />

27 'Sus habitantes, faltos de fuerzas, fueron desalentados y<br />

humillados; vinieron a ser como la vegetación del campo y<br />

como la hierba verde, como la hierba en los techos que se<br />

quema antes de que haya crecido.<br />

28 'Pero conozco tu sentarte, tu salir y tu entrar, y tu furor<br />

contra mí.<br />

29 'A causa de tu furor contra mí, y porque tu arrogancia ha<br />

subido hasta mis oídos, pondré, pues, mi garfio en tu nariz y mi<br />

freno en tu boca, y te haré volver por el camino por donde<br />

viniste.<br />

30 'Esto te será por señal: Este año comeréis lo que crezca<br />

espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí, y en el<br />

tercer año sembrad, segad, plantad viñas y comed su fruto.<br />

31 'Y el remanente de la casa de Judá que se salve, echará de<br />

nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba.<br />

32 'Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion<br />

sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.'"<br />

33 Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: "El no<br />

entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco<br />

vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra<br />

ella.<br />

34 "Por el camino que vino, por él se volverá, y no entrará en<br />

esta ciudad"--declara el Señor.<br />

35 "Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a mí<br />

mismo y por amor a mi siervo David."<br />

36 Y salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco<br />

mil en el campamento de los asirios; cuando los demás se<br />

levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres.<br />

37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su<br />

tierra, y habitó en Nínive.<br />

38 Y sucedió que mientras él adoraba en la casa de su dios<br />

Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y<br />

huyeron a la tierra de Ararat. Y su hijo Esar-hadón reinó en su<br />

lugar.<br />

38 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y<br />

vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice el<br />

Señor: "Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás."<br />

2 Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al<br />

Señor,<br />

3 y dijo: Te ruego, oh Señor, que te acuerdes ahora de cómo yo<br />

he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he<br />

hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloró amargamente.<br />

4 Entonces la palabra del Señor vino a Isaías, diciendo:<br />

5 Ve y di a Ezequías: "Así dice el Señor, Dios de tu padre<br />

David: 'He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; he<br />

aquí, añadiré quince años a tus días.<br />

6 'Y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria,<br />

y defenderé esta ciudad.'"<br />

7 Esta será para ti la señal del Señor hará lo que ha dicho:<br />

8 He aquí, haré que la sombra en las gradas, que ha<br />

descendido con el sol en las gradas de Acaz, vuelva atrás diez<br />

grados. Y la sombra del sol retrocedió diez grados en las<br />

gradas por las que había descendido.<br />

9 Escritura de Ezequías, rey de Judá, cuando enfermó y sanó<br />

de su enfermedad.<br />

10 Yo dije: A la mitad de mis días he de entrar por las puertas<br />

del Seol; se me priva del resto de mis años.<br />

11 Dije: No veré al Señor en la tierra de los vivientes; no veré<br />

más hombre alguno entre los habitantes del mundo.<br />

12 Como tienda de pastor, mi morada es arrancada y alejada<br />

de mí; como tejedor enrollé mi vida. Del telar, El me cortó; del<br />

día a la noche acabas conmigo.<br />

13 Sosegué mi alma hasta la mañana. Como león, El rompe<br />

todos mis huesos; del día a la noche, acabas conmigo.<br />

14 Como golondrina, como grulla, así me quejo, gimo como<br />

una paloma; mis ojos miran ansiosamente a las alturas. Oh<br />

Señor, estoy oprimido, sé tú mi ayudador.<br />

15 ¿Qué diré? Pues El me ha hablado y El mismo lo ha<br />

hecho. Andaré errante todos mis años a causa de la amargura<br />

de mi alma.<br />

16 Oh Señor, por estas cosas viven los hombres , y en todas<br />

ellas está la vida de mi espíritu. Restabléceme la salud y haz<br />

que viva.<br />

17 He aquí, por mi bienestar tuve gran amargura; eres tú<br />

quien ha guardado mi alma del abismo de la nada, porque<br />

echaste tras tus espaldas todos mis pecados.<br />

18 Pues el Seol no te expresa gratitud, ni la muerte te alaba.<br />

Los que descienden a la fosa no pueden esperar tu fidelidad.<br />

19 El que vive, el que vive es el que te da gracias, como yo lo<br />

hago hoy. El padre cuenta a sus hijos tu fidelidad.<br />

20 El Señor.<br />

21 E Isaías había dicho: Que tomen una masa de higos y la<br />

pongan en la llaga para que se recupere.<br />

22 Entonces Ezequías había dicho: ¿Cuál será la señal de que<br />

subiré a la casa del Señor?<br />

39 En aquel tiempo Merodac-baladán, hijo de Baladán,<br />

rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías porque<br />

oyó que había estado enfermo y se había recuperado.<br />

2 Se alegró por ello Ezequías y les mostró la casa de su


tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, todo su<br />

arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en<br />

su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara.<br />

3 Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo:<br />

¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti? Y<br />

Ezequías respondió: Han venido a mí de un país lejano, de<br />

Babilonia.<br />

4 Y él dijo: ¿Qué han visto en tu casa? Y Ezequías respondió:<br />

Han visto todo lo que hay en mi casa; no hay nada entre mis<br />

tesoros que yo no les haya mostrado.<br />

5 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye la palabra del Señor de<br />

los ejércitos:<br />

6 "He aquí, vienen días cuando todo lo que hay en tu casa y<br />

todo lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será<br />

llevado a Babilonia; nada quedará"--dice el Señor.<br />

7 "Y algunos de tus hijos que saldrán de ti, los que<br />

engendrarás, serán llevados y serán oficiales en el palacio del<br />

rey de Babilonia."<br />

8 Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra del Señor que<br />

has hablado es buena. Pues pensaba: Porque habrá paz y<br />

seguridad en mis días.<br />

40 Consolad, consolad a mi pueblo--dice vuestro Dios.<br />

2 Hablad al corazón de Jerusalén y decidle a voces que su<br />

lucha ha terminado, que su iniquidad ha sido quitada, que ha<br />

recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados.<br />

3 Una voz clama: Preparad en el desierto camino al Señor;<br />

allanad en la soledad calzada para nuestro Dios.<br />

4 Todo valle sea elevado, y bajado todo monte y collado;<br />

vuélvase llano el terreno escabroso, y lo abrupto, ancho valle.<br />

5 Entonces será revelada la gloria del Señor ha hablado.<br />

6 Una voz dijo: Clama. Entonces él respondió: ¿Qué he de<br />

clamar? Toda carne es hierba, y todo su esplendor es como flor<br />

del campo.<br />

7 Sécase la hierba, marchítase la flor cuando el aliento del<br />

Señor sopla sobre ella; en verdad el pueblo es hierba.<br />

8 Sécase la hierba, marchítase la flor, mas la palabra del Dios<br />

nuestro permanece para siempre.<br />

9 Súbete a un alto monte, oh Sion, portador de buenas nuevas;<br />

levanta con fuerza tu voz, oh Jerusalén, portadora de buenas<br />

nuevas; levánta la, no temas. Di a las ciudades de Judá: Aquí<br />

está vuestro Dios.<br />

10 He aquí, el Señor Dios vendrá con poder, y su brazo<br />

gobernará por El. He aquí, con El está su galardón, y delante de<br />

El su recompensa.<br />

11 Como pastor apacentará su rebaño, en su brazo recogerá los<br />

corderos, y en su seno los llevará; guiará con cuidado a las<br />

recién paridas.<br />

12 ¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano, con su<br />

palmo tomó la medida de los cielos, con un tercio de medida<br />

calculó el polvo de la tierra, pesó los montes con la báscula, y<br />

las colinas con la balanza?<br />

13 ¿Quién guió al Espíritu del Señor, o como consejero suyo<br />

le enseñó?<br />

14 ¿A quién pidió consejo y quién le dio entendimiento? ¿<br />

Quién le instruyó en la senda de la justicia, le enseñó<br />

conocimiento, y le mostró el camino de la inteligencia?<br />

15 He aquí, las naciones son como gota en un cubo, y son<br />

estimadas como grano de polvo en la balanza; he aquí, El<br />

levanta las islas como al polvo fino.<br />

16 El Líbano no basta para el fuego, ni bastan sus bestias para<br />

el holocausto.<br />

17 Todas las naciones ante El son como nada, menos que<br />

nada e insignificantes son consideradas por El.<br />

18 ¿A quién, pues, asemejaréis a Dios, o con qué semejanza le<br />

compararéis?<br />

19 El artífice funde el ídolo, el orfebre lo recubre de oro y el<br />

platero le hace cadenas de plata.<br />

20 El que es muy pobre para tal ofrenda escoge un árbol que<br />

no se pudra; se busca un hábil artífice para erigir un ídolo que<br />

no se tambalee.<br />

21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿No os lo han anunciado<br />

desde el principio? ¿No lo habéis entendido desde la fundación<br />

de la tierra?<br />

22 El es el que está sentado sobre la redondez de la tierra,<br />

cuyos habitantes son como langostas; El es el que extiende los<br />

cielos como una cortina y los despliega como una tienda para<br />

morar.<br />

23 El es el que reduce a la nada a los gobernantes, y hace<br />

insignificantes a los jueces de la tierra.<br />

24 Apenas han sido plantados, apenas han sido sembrados,<br />

apenas ha arraigado en la tierra su tallo, cuando El sopla sobre<br />

ellos, y se secan, y la tempestad como hojarasca se los lleva.<br />

25 ¿A quién, pues, me haréis semejante para que yo sea su<br />

igual?--dice el Santo.<br />

26 Alzad a lo alto vuestros ojos y ved quién ha creado estos<br />

astros : el que hace salir en orden a su ejército, y a todos<br />

llama por su nombre. Por la grandeza de su fuerza y la<br />

fortaleza de su poder no falta ni uno.<br />

27 ¿Por qué dices, Jacob, y afirmas, Israel: Escondido está mi<br />

camino del Señor, y mi derecho pasa inadvertido a mi Dios?<br />

28 ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios<br />

eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra no se


fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable.<br />

29 El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta<br />

el vigor.<br />

30 Aun los mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes<br />

tropiezan y vacilan,<br />

31 pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se<br />

remontarán con alas como las águilas, correrán y no se<br />

cansarán, caminarán y no se fatigarán.<br />

41 Guardad silencio ante mí, costas, y renueven sus<br />

fuerzas los pueblos; acérquense y entonces hablen, juntos<br />

vengamos a juicio.<br />

2 ¿Quién ha levantado del oriente al que El llama en justicia a<br />

sus pies? Ante El entrega naciones, y a reyes somete. Los deja<br />

como polvo con su espada, como hojarasca dispersa con su arco.<br />

3 Los persigue, pasando seguros por una senda por donde no<br />

habían andado sus pies.<br />

4 ¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las<br />

generaciones desde el principio? Yo, el Señor, soy el primero, y<br />

con los postreros soy.<br />

5 Las costas han visto y temen, tiemblan los confines de la<br />

tierra, se han acercado y han venido.<br />

6 Cada uno ayuda a su prójimo, y dice a su hermano: Sé fuerte.<br />

7 El artífice anima al fundidor, y el que alisa a martillo al que<br />

bate el yunque, diciendo de la soldadura: Está bien. Entonces<br />

asegura su obra con clavos, para que no se mueva.<br />

8 Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob, a quien he escogido,<br />

descendiente de Abraham, mi amigo;<br />

9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra, y desde sus<br />

lugares más remotos te llamé, y te dije: "Mi siervo eres tú; yo te<br />

he escogido y no te he rechazado:"<br />

10 No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes,<br />

porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí,<br />

te sostendré con la diestra de mi justicia.<br />

11 He aquí, todos los que se enojan contra ti serán<br />

avergonzados y humillados; los que contienden contigo serán<br />

como nada y perecerán.<br />

12 Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás; serán<br />

como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra.<br />

13 Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra, que<br />

te dice: "No temas, yo te ayudaré."<br />

14 No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel; yo<br />

te ayudaré--declara el Señor-- y tu Redentor es el Santo de<br />

Israel.<br />

15 He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble<br />

filo; trillarás los montes y los harás polvo, y los collados<br />

dejarás como hojarasca.<br />

16 Los aventarás, el viento se los llevará, y la tempestad los<br />

dispersará; pero tú te regocijarás en el Señor, en el Santo de<br />

Israel te gloriarás.<br />

17 Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la<br />

hay, su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé,<br />

yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.<br />

18 Abriré ríos en las alturas desoladas, y manantiales en<br />

medio de los valles; transformaré el desierto en estanque de<br />

aguas, y la tierra seca en manantiales.<br />

19 Pondré en los desiertos el cedro, la acacia, el mirto y el<br />

olivo; pondré en el yermo el ciprés, junto con el olmo y el boj,<br />

20 para que vean y entiendan, consideren y comprendan a una<br />

que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo<br />

ha creado.<br />

21 Presentad vuestra causa--dice el Señor. Exponed vuestros<br />

fuertes argumentos --dice el Rey de Jacob.<br />

22 Que expongan y nos declaren lo que ha de suceder. En<br />

cuanto a los hechos anteriores, declarad lo que fueron, para<br />

que los consideremos y sepamos su resultado, o bien,<br />

anunciadnos lo que ha de venir.<br />

23 Declarad lo que ha de venir después, para que sepamos que<br />

vosotros sois dioses. Sí, haced algo bueno o malo, para que<br />

nos desalentemos y temamos a una.<br />

24 He aquí, vosotros nada sois, y vuestra obra es vana;<br />

abominación es el que os escoge.<br />

25 Del norte levanté a uno, y ha venido; del nacimiento del<br />

sol invocará mi nombre, y vendrá sobre los gobernantes, como<br />

sobre lodo, como el alfarero pisotea el barro.<br />

26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que<br />

supiéramos, o desde tiempos antiguos, para que dijéramos:<br />

Tiene razón? Ciertamente no había quien lo anunciara, sí, no<br />

había quien lo proclamara, ciertamente no había quien oyera<br />

vuestras palabras.<br />

27 Dije primero a Sion: "Mira, aquí están", y a Jerusalén: "<br />

Os daré un mensajero de buenas nuevas."<br />

28 Pero cuando miro, no hay nadie, y entre ellos no hay<br />

consejeros a quienes, si les pregunto, puedan responder.<br />

29 He aquí, todos ellos son falsos; sus obras inútiles, viento y<br />

vacuidad sus imágenes fundidas.<br />

42 He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido,<br />

en quien mi alma se complace. He puesto mi Espíritu sobre El;<br />

El traerá justicia a las naciones.<br />

2 No clamará ni alzará su voz, ni hará oír su voz en la calle.<br />

3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo<br />

mortecino; con fidelidad traerá justicia.<br />

4 No se desanimará ni desfallecerá hasta que haya establecido


en la tierra la justicia, y su ley esperarán las costas.<br />

5 Así dice Dios el Señor, que crea los cielos y los extiende, que<br />

afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento al pueblo<br />

que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan:<br />

6 Yo soy el Señor, en justicia te he llamado; te sostendré por la<br />

mano y por ti velaré, y te pondré como pacto para el pueblo,<br />

como luz para las naciones,<br />

7 para que abras los ojos a los ciegos, para que saques de la<br />

cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en tinieblas.<br />

8 Yo soy el Señor, ése es mi nombre; mi gloria a otro no daré,<br />

ni mi alabanza a imágenes talladas.<br />

9 He aquí, las cosas anteriores se han cumplido, y yo anuncio<br />

cosas nuevas; antes que sucedan, os las anuncio.<br />

10 Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad su alabanza<br />

desde los confines de la tierra, los que descendéis al mar y<br />

cuanto hay en él, las islas y sus moradores.<br />

11 Levanten la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas<br />

donde habita Cedar. Canten de júbilo los habitantes de Sela,<br />

desde las cimas de los montes griten de alegría.<br />

12 Den gloria al Señor, y proclamen en las costas su alabanza.<br />

13 El Señor como guerrero saldrá, como hombre de guerra<br />

despertará su celo; gritará, sí, lanzará un grito de guerra, contra<br />

sus enemigos prevalecerá.<br />

14 Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y<br />

me he contenido. Pero ahora grito como mujer de parto,<br />

resuello y jadeo a la vez.<br />

15 Asolaré montes y collados, y secaré toda su vegetación;<br />

convertiré los ríos en islas, y las lagunas secaré.<br />

16 Conduciré a los ciegos por un camino que no conocen, por<br />

sendas que no conocen los guiaré; cambiaré delante de ellos las<br />

tinieblas en luz y lo escabroso en llanura. Estas cosas haré, y no<br />

las dejaré sin hacer .<br />

17 Serán vueltos atrás y completamente avergonzados, los<br />

que confían en ídolos, los que dicen a las imágenes fundidas:<br />

Vosotros sois nuestros dioses.<br />

18 Sordos, oíd; ciegos, mirad y ved.<br />

19 ¿Quién es ciego sino mi siervo, tan sordo como el<br />

mensajero a quien envío? ¿Quién es tan ciego como el que está<br />

en paz conmigo, tan ciego como el siervo del Señor?<br />

20 Tú has visto muchas cosas, pero no las observas; los oídos<br />

están abiertos, pero nadie oye.<br />

21 El Señor se complació por causa de su justicia en hacer la<br />

ley grande y gloriosa.<br />

22 Mas este es un pueblo saqueado y despojado, todos<br />

atrapados en cuevas, o escondidos en prisiones; se han<br />

convertido en presa sin que nadie los libre y en despojo sin que<br />

nadie diga: Devuélve los.<br />

23 ¿Quién de vosotros prestará oído a esto? ¿ Quién pondrá<br />

atención y escuchará en el futuro?<br />

24 ¿Quién entregó a Jacob al despojo, y a Israel a los<br />

saqueadores? ¿No fue el Señor, contra quien pecamos? En sus<br />

caminos no quisieron andar, ni obedecieron su ley.<br />

25 Por eso derramó sobre él el ardor de su ira y la violencia de<br />

la batalla; le prendió fuego por todos lados, pero él no se dio<br />

cuenta; lo consumió, pero él no hizo caso.<br />

43 Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el<br />

que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te<br />

he llamado por tu nombre; mío eres tú.<br />

2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los<br />

ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás,<br />

ni la llama te abrasará.<br />

3 Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu<br />

Salvador; he dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en<br />

lugar tuyo.<br />

4 Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te<br />

amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos<br />

por tu vida.<br />

5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu<br />

descendencia, y del occidente te reuniré.<br />

6 Diré al norte: "Entréga los; " y al sur: "No los retengas."<br />

Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de<br />

la tierra,<br />

7 a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado<br />

para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.<br />

8 Sacad al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y a los sordos,<br />

aunque tienen oídos.<br />

9 Todas las naciones a una se han reunido y se han<br />

congregado los pueblos. ¿Quién de ellos declarará esto y nos<br />

proclamará las cosas anteriores? Que presenten sus testigos y<br />

que se justifiquen, que oigan y digan: Es verdad.<br />

10 Vosotros sois mis testigos--declara el Señor-- y mi siervo a<br />

quien he escogido, para que me conozcáis y creáis en mí, y<br />

entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado otro dios,<br />

ni después de mí lo habrá.<br />

11 Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador.<br />

12 Yo soy el que lo he anunciado, he salvado y lo he<br />

proclamado, y no hay entre vosotros dios extraño; vosotros,<br />

pues, sois mis testigos--declara el Señor-- y yo soy Dios.<br />

13 Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi<br />

mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?<br />

14 Así dice el Señor vuestro Redentor, el Santo de Israel: Por<br />

vuestra causa envié a Babilonia e hice descender como


fugitivos a todos ellos, es decir, a los caldeos, en las naves de las<br />

cuales se gloriaban.<br />

15 Yo soy el Señor, vuestro Santo, el Creador de Israel,<br />

vuestro Rey.<br />

16 Así dice el Señor, que abre camino en el mar y sendero en<br />

las aguas impetuosas;<br />

17 el que hace salir carro y caballo, ejército y fuerza (a una se<br />

echarán y no se levantarán, como pabilo han sido apagados y<br />

extinguidos):<br />

18 No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del<br />

pasado.<br />

19 He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís?<br />

Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo.<br />

20 Me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los<br />

avestruces, porque he puesto aguas en los desiertos y ríos en el<br />

yermo, para dar de beber a mi pueblo escogido.<br />

21 El pueblo que yo he formado para mí proclamará mi<br />

alabanza.<br />

22 Pero no me has invocado, Jacob, sino que te has cansado de<br />

mí, Israel.<br />

23 No me has traído las ovejas de tus holocaustos, ni me has<br />

honrado con tus sacrificios. No te he abrumado exigiendo<br />

ofrendas, ni te he cansado exigiendo incienso.<br />

24 No me has comprado con dinero caña aromática, ni con la<br />

grosura de tus sacrificios me has saciado; por el contrario me<br />

has abrumado con tus pecados, y me has cansado con tus<br />

iniquidades.<br />

25 Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí<br />

mismo, y no recordaré tus pecados.<br />

26 Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; habla tú<br />

para justificarte.<br />

27 Tu primer padre pecó, y tus voceros prevaricaron contra mí.<br />

28 Por tanto, profanaré a los príncipes del santuario, y<br />

entregaré a Jacob al anatema y a Israel al oprobio.<br />

44 Mas ahora escucha, Jacob, siervo mío, Israel, a quien<br />

yo he escogido.<br />

2 Así dice el Señor que te creó, que te formó desde el seno<br />

materno, y que te ayudará: "No temas, Jacob, siervo mío, ni tú,<br />

Jesurún, a quien he escogido.<br />

3 "Porque derramaré agua sobre la tierra sedienta, y torrentes<br />

sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y<br />

mi bendición sobre tus descendientes.<br />

4 "Ellos brotarán entre la hierba como sauces junto a corrientes<br />

de agua."<br />

5 Este dirá: "Yo soy del Señor soy " y se llamará con el<br />

nombre de Israel.<br />

6 Así dice el Señor de los ejércitos: "Yo soy el primero y yo<br />

soy el último, y fuera de mí no hay Dios.<br />

7 "¿Y quién como yo? Que lo proclame y lo declare. Sí, que<br />

en orden lo relate ante mí, desde que establecí la antigua<br />

nación. Que les anuncien las cosas venideras y lo que va a<br />

acontecer.<br />

8 "No tembléis ni temáis; ¿no os lo he hecho oír y lo he<br />

anunciado desde hace tiempo? Vosotros sois mis testigos. ¿Hay<br />

otro dios fuera de mí, o hay otra Roca? No conozco ninguna.<br />

"<br />

9 Los que dan forma a un ídolo todos ellos son nada, y sus<br />

cosas más preciadas de nada sirven; aun sus propios testigos no<br />

ven ni entienden, por eso serán avergonzados.<br />

10 ¿Quién ha dado forma a un dios o fundido un ídolo para no<br />

tener ganancia?<br />

11 He aquí, todos sus compañeros serán avergonzados, pues<br />

los artífices son sólo hombres. Que se reúnan todos, que se<br />

levanten, que tiemblen, que sean a una avergonzados.<br />

12 El herrero hace un instrumento cortante; lo trabaja sobre<br />

las brasas, lo forma con martillos y lo forja con su brazo fuerte.<br />

Después siente hambre y flaquean sus fuerzas; no bebe agua, y<br />

desfallece.<br />

13 El carpintero extiende el cordel de medir, traza el diseño<br />

con tiza roja, lo labra con gubias, lo traza con el compás y le da<br />

forma de hombre y belleza humana para colocarlo en una casa.<br />

14 Corta cedros para sí, toma un ciprés o una encina, y hace<br />

que sea fuerte entre los árboles del bosque; planta un pino y la<br />

lluvia lo hace crecer.<br />

15 Luego sirve para que el hombre haga fuego, y toma uno y<br />

se calienta; también hace fuego para cocer pan; además hace un<br />

dios y lo adora; hace de él una imagen tallada, y se postra<br />

delante de ella.<br />

16 La mitad del leño quema en el fuego; sobre esta mitad<br />

prepara un asado, come carne y se sacia. También se calienta, y<br />

dice: ¡Ah!, me he calentado, he visto la llama.<br />

17 Y del resto hace un dios, su ídolo. Se postra delante de él,<br />

lo adora, y le ruega, diciendo: Líbrame, pues mi dios eres tú.<br />

18 Ellos no saben ni entienden, porque El ha cerrado sus ojos<br />

para que no vean y su corazón para que no comprendan.<br />

19 Ninguno reflexiona; no tienen conocimiento ni inteligencia<br />

para decir: He quemado la mitad en el fuego, y también he<br />

cocido pan sobre sus brasas. He asado carne y la he comido; y<br />

del resto ¿haré una abominación? ¿Me postraré ante un pedazo<br />

de madera?<br />

20 Se alimenta de cenizas; el corazón engañado le ha


extraviado. A sí mismo no se puede librar, ni decir: ¿No es<br />

mentira lo que tengo en mi diestra?<br />

21 Recuerda estas cosas, Jacob, y tú Israel, porque mi siervo<br />

eres. Yo te he formado, siervo mío eres; Israel, no me olvidaré<br />

de ti.<br />

22 He disipado como una densa nube tus transgresiones, y<br />

como espesa niebla tus pecados. Vuélvete a mí, porque yo te he<br />

redimido.<br />

23 Gritad de júbilo, cielos, porque el Señor ha redimido a<br />

Jacob y ha mostrado su gloria en Israel.<br />

24 Así dice el Señor, creador de todo, que extiendo los cielos<br />

yo solo y afirmo la tierra sin ayuda;<br />

25 hago fallar los pronósticos de los impostores, hago necios a<br />

los adivinos, hago retroceder a los sabios, y convierto en<br />

necedad su sabiduría.<br />

26 Yo soy el que confirmo la palabra de su siervo, y cumplo el<br />

propósito de sus mensajeros; el que dice de Jerusalén: "Será<br />

habitada"; y de las ciudades de Judá: "Serán reedificadas, y sus<br />

ruinas levantaré";<br />

27 el que dice a la profundidad del mar: "Sécate"; y yo secaré<br />

tus ríos.<br />

28 El que dice de Ciro: " El es mi pastor, y él cumplirá todos<br />

mis deseos", y dice de Jerusalén: "Será reedificada", y al templo:<br />

"Serán echados tus cimientos."<br />

45 Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien he tomado<br />

por la diestra, para someter ante él naciones, y para desatar<br />

lomos de reyes, para abrir ante él las puertas, para que no<br />

queden cerradas las entradas:<br />

2 Yo iré delante de ti y allanaré los lugares escabrosos;<br />

romperé las puertas de bronce y haré pedazos sus barras de<br />

hierro.<br />

3 Te daré los tesoros ocultos, y las riquezas de los lugares<br />

secretos, para que sepas que soy yo, el Señor, Dios de Israel, el<br />

que te llama por tu nombre.<br />

4 Por amor a mi siervo Jacob y a Israel mi escogido, te he<br />

llamado por tu nombre; te he honrado, aunque no me conocías.<br />

5 Yo soy el Señor, y no hay ningún otro; fuera de mí no hay<br />

Dios. Yo te ceñiré, aunque no me has conocido,<br />

6 para que se sepa que desde el nacimiento del sol hasta donde<br />

se pone, no hay ninguno fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay<br />

otro;<br />

7 el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar<br />

y crea calamidades, yo soy el Señor, el que hace todo esto.<br />

8 Destilad, oh cielos, desde lo alto, y derramen justicia las<br />

nubes; ábrase la tierra y dé fruto la salvación, y brote la justicia<br />

con ella. Yo, el Señor, todo lo he creado.<br />

9 ¡Ay del que contiende con su Hacedor, el tiesto entre los<br />

tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: "Qué haces"? ¿O tu<br />

obra dirá: "El no tiene manos"?<br />

10 ¡Ay de aquel que diga al padre: "¿Qué engendras?" O a la<br />

mujer: "¿Qué das a luz?"<br />

11 Así dice el Señor, el Santo de Israel y su Hacedor:<br />

Preguntadme acerca de las cosas venideras tocante a mis hijos,<br />

y dejaréis a mi cuidado la obra de mis manos.<br />

12 Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Yo extendí<br />

los cielos con mis manos, y di órdenes a todo su ejército.<br />

13 Yo lo he despertado en justicia, y todos sus caminos<br />

allanaré. El edificará mi ciudad y dejará libres a mis<br />

desterrados sin pago ni recompensa--dice el Señor de los<br />

ejércitos.<br />

14 Así dice el Señor: Los productos de Egipto, la mercadería<br />

de Cus y los sabeos, hombres de gran estatura, pasarán a ti y<br />

tuyos serán; detrás de ti caminarán, pasarán encadenados y ante<br />

ti se inclinarán. Te suplicarán: "Ciertamente Dios está contigo y<br />

no hay ningún otro, ningún otro dios."<br />

15 En verdad, tú eres un Dios que te ocultas, oh Dios de<br />

Israel, Salvador.<br />

16 Avergonzados y aun humillados serán todos ellos; los<br />

fabricantes de ídolos a una se irán humillados.<br />

17 Israel ha sido salvado por el Señor con salvación eterna; no<br />

seréis avergonzados ni humillados por toda la eternidad.<br />

18 Porque así dice el Señor y no hay ningún otro.<br />

19 No he hablado en secreto, en alguna tierra oscura; no dije a<br />

la descendencia de Jacob: "Buscadme en lugar desolado." Yo,<br />

el Señor, hablo justicia y declaro lo que es recto.<br />

20 Reuníos y venid; juntos acercaos, fugitivos de las<br />

naciones. No tienen conocimiento los que llevan su ídolo de<br />

madera y suplican a un dios que no puede salvar.<br />

21 Declarad y presentad vuestro caso; sí, que deliberen<br />

juntos: ¿Quién ha anunciado esto desde la antigüedad y lo ha<br />

declarado desde entonces? ¿No soy yo, el Señor? No hay más<br />

Dios que yo, un Dios justo y salvador; no hay ninguno fuera<br />

de mí.<br />

22 Volveos a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra;<br />

porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.<br />

23 Por mí mismo he jurado, ha salido de mi boca en justicia<br />

una palabra que no será revocada: Que ante mí se doblará toda<br />

rodilla, y toda lengua jurará lealtad .<br />

24 De mí dirán: "Sólo en el Señor hay justicia y fuerza." A El<br />

vendrán y serán avergonzados todos los que contra El se<br />

enojaron.<br />

25 En el Señor será justificada y se gloriará toda la


descendencia de Israel.<br />

46 Se ha postrado Bel, se derrumba Nebo; sus imágenes<br />

son puestas sobre bestias, sobre animales de carga. Vuestros<br />

fardos son pesados, una carga para la bestia fatigada.<br />

2 Se derrumbaron, a una se han postrado; no pudieron salvar la<br />

carga, sino que ellos mismos han ido en cautividad.<br />

3 Escuchadme, casa de Jacob, y todo el remanente de la casa<br />

de Israel, los que habéis sido llevados por mí desde el vientre,<br />

cargados desde la matriz.<br />

4 Aun hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, y hasta<br />

vuestros años avanzados, yo os sostendré. Yo lo he hecho, y<br />

yo os cargaré; yo os sostendré, y yo os libraré.<br />

5 ¿A quién me asemejaréis, me igualaréis o me compararéis<br />

para que seamos semejantes?<br />

6 Los que derrochan el oro de la bolsa y pesan la plata en la<br />

balanza pagan a un orfebre para que haga un dios de ello; se<br />

postran y lo adoran.<br />

7 Lo levantan en hombros y lo llevan; lo colocan en su lugar<br />

y allí se está. No se mueve de su lugar. Aunque alguno clame a<br />

él, no responde, de su angustia no lo libra.<br />

8 Acordaos de esto, y estad confiados; ponedlo en vuestro<br />

corazón, transgresores.<br />

9 Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas, porque yo soy<br />

Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo,<br />

10 que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad<br />

lo que no ha sido hecho. Yo digo: "Mi propósito será<br />

establecido, y todo lo que quiero realizaré."<br />

11 Yo llamo del oriente un ave de rapiña, y de tierra lejana al<br />

hombre de mi propósito. En verdad he hablado, ciertamente haré<br />

que suceda; lo he planeado, así lo haré.<br />

12 Escuchadme, duros de corazón, que estáis lejos de la<br />

justicia.<br />

13 Yo acerco mi justicia, no está lejos; y mi salvación no<br />

tardará. Pondré salvación en Sion, y para Israel será mi gloria.<br />

47 Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de<br />

Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos,<br />

porque nunca más serás llamada tierna y delicada.<br />

2 Toma las piedras de molino y muele la harina; quítate el<br />

velo, despójate de la falda, descubre tus piernas, pasa los ríos.<br />

3 Será descubierta tu desnudez, también será expuesta tu<br />

vergüenza; tomaré venganza y no perdonaré a hombre alguno.<br />

4 Nuestro Redentor, el Señor de los ejércitos es su nombre, el<br />

Santo de Israel.<br />

5 Siéntate en silencio y entra en las tinieblas, hija de los<br />

caldeos, porque nunca más te llamarán soberana de reinos.<br />

6 Estaba enojado contra mi pueblo, profané mi heredad y en<br />

tu mano los entregué; no les mostraste compasión, sobre el<br />

anciano hiciste muy pesado tu yugo,<br />

7 y dijiste: "Seré soberana para siempre." No consideraste<br />

esto en tu corazón, ni te acordaste de su resultado.<br />

8 Ahora pues, oye esto, voluptuosa, tú que moras<br />

confiadamente, que dices en tu corazón: "Yo, y nadie más. No<br />

me quedaré viuda, ni sabré de pérdida de hijos."<br />

9 Pero estas dos cosas vendrán de repente sobre ti en un<br />

mismo día: pérdida de hijos y viudez. Vendrán sobre ti en toda<br />

su plenitud a pesar de tus muchas hechicerías, a pesar del gran<br />

poder de tus encantamientos.<br />

10 Te sentiste segura en tu maldad y dijiste: "Nadie me ve."<br />

Tu sabiduría y tu conocimiento te han engañado, y dijiste en tu<br />

corazón: "Yo, y nadie más."<br />

11 Pero un mal vendrá sobre ti que no sabrás conjurar; caerá<br />

sobre ti un desastre que no podrás remediar; vendrá de repente<br />

sobre ti una destrucción que no conoces.<br />

12 Permanece ahora en tus encantamientos y en tus muchas<br />

hechicerías en las cuales te has ocupado desde tu juventud; tal<br />

vez podrás sacar provecho, tal vez causarás temor.<br />

13 Estás fatigada por los muchos consejos; que se levanten<br />

ahora los que contemplan los cielos, los que profetizan por<br />

medio de las estrellas, los que pronostican cada luna nueva, y te<br />

salven de lo que vendrá sobre ti.<br />

14 He aquí, ellos se han vuelto como rastrojo, el fuego los<br />

quema; no librarán sus vidas del poder de la llama. No habrá<br />

brasas para calentarse, ni lumbre ante la cual sentarse.<br />

15 Así han venido a ser para ti aquellos con quienes has<br />

trabajado, que han negociado contigo desde tu juventud; cada<br />

cual vaga por su camino, no hay nadie que te salve.<br />

48 Oíd esto, casa de Jacob, los que lleváis el nombre de<br />

Israel y salisteis de las entrañas de Judá, los que juráis por el<br />

nombre del Señor y hacéis mención del Dios de Israel, pero<br />

no en verdad ni en justicia,<br />

2 aunque lleváis el nombre de la ciudad santa, y os apoyáis<br />

en el Dios de Israel, cuyo nombre es Señor de los ejércitos.<br />

3 Las cosas pasadas desde hace tiempo las declaré, de mi<br />

boca salieron y las proclamé. De repente actué y se cumplieron.<br />

4 Por cuanto sé que eres obstinado, que tendón de hierro es tu<br />

cerviz y de bronce tu frente,<br />

5 yo, pues, te las declaré desde hace tiempo; antes de que<br />

sucedieran te las proclamé, no sea que dijeras: "Mi ídolo las<br />

ha hecho, y mi imagen tallada o fundida las ha ordenado."<br />

6 Lo has oído; míra lo todo. Y vosotros, ¿no lo declararéis?<br />

Desde este momento te hago oír cosas nuevas y ocultas que no


conocías.<br />

7 Ahora han sido creadas, y no hace tiempo, y antes de hoy no<br />

las habías oído, para que no digas: "He aquí, yo las conocía."<br />

8 Sí, tú no las oíste, ni nunca las conociste; ciertamente, no<br />

habían sido abiertos de antemano tus oídos, porque yo sabía que<br />

obrarías con mucha perfidia, y rebelde te han llamado desde el<br />

seno materno.<br />

9 Por amor a mi nombre contengo mi ira, y para mi alabanza<br />

la reprimo contigo a fin de no destruirte.<br />

10 He aquí, te he purificado, pero no como a plata; te he<br />

probado en el crisol de la aflicción.<br />

11 Por amor mío, por amor mío, lo haré, porque ¿cómo podría<br />

ser profanado mi nombre? Mi gloria, pues, no la daré a otro.<br />

12 Oyeme, Jacob, Israel a quien llamé: Yo soy, yo soy el<br />

primero y también soy el último.<br />

13 Ciertamente mi mano fundó la tierra, y mi diestra extendió<br />

los cielos; cuando los llamo, comparecen juntos.<br />

14 Congregaos, todos vosotros, y escuchad. ¿Quién de entre<br />

ellos ha declarado estas cosas? El Señor lo ama; él ejecutará su<br />

voluntad en Babilonia, y su brazo será contra los caldeos.<br />

15 Yo, yo he hablado, en verdad lo he llamado, lo he traído; y<br />

su camino prosperará.<br />

16 Acercaos a mí, escuchad esto: Desde el principio no he<br />

hablado en secreto, desde el momento en que sucedió, allí estaba<br />

yo. Y ahora me ha enviado el Señor Dios, y su Espíritu.<br />

17 Así dice el Señor tu Dios, que te enseña para tu beneficio,<br />

que te conduce por el camino en que debes andar.<br />

18 ¡Si tan sólo hubieras atendido a mis mandamientos!<br />

Entonces habría sido tu paz como un río, y tu justicia como las<br />

olas del mar.<br />

19 Sería como la arena tu descendencia, y tus hijos como sus<br />

granos; nunca habría sido cortado ni borrado su nombre de mi<br />

presencia.<br />

20 Salid de Babilonia, huid de los caldeos; con voz de júbilo<br />

anunciad, proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la<br />

tierra; decid: El Señor ha redimido a su siervo Jacob.<br />

21 No padecieron sed cuando El los condujo por los desiertos;<br />

hizo que brotara agua de la roca para ellos, partió la peña, y las<br />

aguas corrieron.<br />

22 No hay paz para los malvados--dice el Señor.<br />

49 Escuchadme, islas, y atended, pueblos lejanos. El<br />

Señor me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi<br />

madre mencionó mi nombre.<br />

2 Ha hecho mi boca como espada afilada, en la sombra de su<br />

mano me ha escondido; me ha hecho también como saeta<br />

escogida, en su aljaba me ha escondido.<br />

3 Y me dijo: Tú eres mi siervo, Israel, en quien yo mostraré<br />

mi gloria.<br />

4 Y yo dije: En vano he trabajado, en vanidad y en nada he<br />

gastado mis fuerzas; pero mi derecho está en el Señor, y mi<br />

recompensa con mi Dios.<br />

5 Y ahora dice el Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza),<br />

6 dice El: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las<br />

tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel;<br />

también te haré luz de las naciones, para que mi salvación<br />

alcance hasta los confines de la tierra.<br />

7 Así dice el Señor que es fiel, del Santo de Israel que te ha<br />

escogido.<br />

8 Así dice el Señor: En tiempo propicio te he respondido, en<br />

día de salvación te he ayudado; te guardaré y te daré por pacto<br />

del pueblo, para restaurar la tierra, para repartir las heredades<br />

asoladas,<br />

9 para decir a los presos: "Salid"; a los que están en tinieblas:<br />

"Mostraos." Por los caminos pacerán, y en todas las alturas<br />

desoladas tendrán sus pastos.<br />

10 No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrasador<br />

ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a<br />

manantiales de aguas los conducirá.<br />

11 Convertiré todos mis montes en camino, y mis calzadas<br />

serán levantadas.<br />

12 Mirad, éstos vendrán de lejos; y he aquí, otros del norte y<br />

del occidente, y otros de la tierra de Sinim.<br />

13 Gritad de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpid,<br />

montes, en gritos de alegría, porque el Señor ha consolado a su<br />

pueblo, y de sus afligidos tendrá compasión.<br />

14 Pero Sion dijo: El Señor me ha abandonado, el Señor se ha<br />

olvidado de mí.<br />

15 ¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin<br />

compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se<br />

olvidaran, yo no te olvidaré.<br />

16 He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus<br />

muros están constantemente delante de mí.<br />

17 Tus edificadores se apresuran; tus destructores y tus<br />

devastadores se alejarán de ti.<br />

18 Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se reúnen,<br />

vienen a ti. Vivo yo--declara el Señor-- que a todos ellos como<br />

joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia.<br />

19 En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra<br />

arruinada, ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los<br />

moradores, y tus devoradores estarán muy lejos.<br />

20 Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada:<br />

"El lugar es muy estrecho para mí; hazme sitio para que yo


more aquí ."<br />

21 Y dirás en tu corazón: "¿Quién me ha engendrado éstos?<br />

Pues yo había sido privada de mis hijos, y era estéril, desterrada<br />

y errante. Y a éstos, ¿quién los ha criado? He aquí, yo había sido<br />

dejada sola; y éstos, ¿dónde estaban?"<br />

22 Así dice el Señor Dios: He aquí, levantaré hacia las<br />

naciones mi mano, y hacia los pueblos alzaré mi estandarte;<br />

traerán a tus hijos en brazos, y tus hijas en hombros serán<br />

llevadas.<br />

23 Reyes serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas. Rostro<br />

en tierra te rendirán homenaje y el polvo de tus pies lamerán. Y<br />

sabrás que yo soy el Señor, y que no se avergonzarán los que<br />

esperan en mí.<br />

24 ¿Se le podrá quitar la presa al poderoso, o rescatar al<br />

cautivo del tirano?<br />

25 Ciertamente así dice el Señor: Aun los cautivos del<br />

poderoso serán recobrados, y rescatada será la presa del tirano;<br />

con el que contienda contigo yo contenderé, y salvaré a tus<br />

hijos.<br />

26 Haré comer a tus opresores su propia carne, y como con<br />

vino dulce, con su sangre se embriagarán; y toda carne sabrá que<br />

yo, el Señor, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de<br />

Jacob.<br />

50 Así dice el Señor: ¿Dónde está esa carta de divorcio<br />

con la que repudié a vuestra madre? ¿O a cuál de mis acreedores<br />

os vendí? He aquí, por vuestras iniquidades fuisteis vendidos, y<br />

por vuestras transgresiones fue repudiada vuestra madre.<br />

2 ¿Por qué cuando vine no había nadie, y cuando llamé no<br />

había quien respondiera? ¿Acaso es tan corta mi mano que no<br />

puede rescatar, o no tengo poder para librar? He aquí, con mi<br />

reprensión seco el mar, convierto los ríos en desierto; sus peces<br />

hieden por falta de agua, mueren de sed.<br />

3 Yo visto de negrura los cielos, y hago de cilicio su cobertura.<br />

4 El Señor Dios me ha dado lengua de discípulo, para que yo<br />

sepa sostener con una palabra al fatigado. Mañana tras mañana<br />

me despierta, despierta mi oído para escuchar como los<br />

discípulos.<br />

5 El Señor Dios me ha abierto el oído; y no fui desobediente,<br />

ni me volví atrás.<br />

6 Di mis espaldas a los que me herían, y mis mejillas a los<br />

que me arrancaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y<br />

esputos.<br />

7 El Señor Dios me ayuda, por eso no soy humillado, por eso<br />

como pedernal he puesto mi rostro, y sé que no seré<br />

avergonzado.<br />

8 Cercano está el que me justifica; ¿quién contenderá<br />

conmigo? Comparezcamos juntos; ¿quién es el enemigo de mi<br />

causa? Que se acerque a mí.<br />

9 He aquí, el Señor Dios me ayuda; ¿quién es el que me<br />

condena? He aquí, todos ellos como un vestido se gastarán, la<br />

polilla se los comerá.<br />

10 ¿Quién hay entre vosotros que tema al Señor y apóyese en<br />

su Dios.<br />

11 He aquí, todos vosotros que encendéis fuego, que os<br />

rodeáis de teas, andad a la lumbre de vuestro fuego y entre las<br />

teas que habéis encendido. Esto os vendrá de mi mano: en<br />

tormento yaceréis.<br />

51 Escuchadme, vosotros que seguís la justicia, los que<br />

buscáis al Señor. Mirad la roca de donde fuisteis tallados, y la<br />

cantera de donde fuisteis excavados.<br />

2 Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, que os dio a luz;<br />

cuando él era uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.<br />

3 Ciertamente el Señor; gozo y alegría se encontrarán en ella,<br />

acciones de gracias y voces de alabanza.<br />

4 Prestadme atención, pueblo mío, y oídme, nación mía;<br />

porque de mí saldrá una ley, y estableceré mi justicia para luz<br />

de los pueblos.<br />

5 Cerca está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos<br />

juzgarán a los pueblos; por mí esperan las costas, y en mi brazo<br />

ponen su esperanza.<br />

6 Alzad vuestros ojos a los cielos, y mirad la tierra abajo;<br />

porque los cielos como humo se desvanecerán, y la tierra como<br />

un vestido se gastará. Sus habitantes como mosquitos morirán,<br />

pero mi salvación será para siempre, y mi justicia no menguará.<br />

7 Escuchadme, vosotros que conocéis la justicia, pueblo en<br />

cuyo corazón está mi ley. No temáis el oprobio del hombre, ni<br />

os desalentéis a causa de sus ultrajes.<br />

8 Porque como a vestido se los comerá la polilla, y como a<br />

lana se los comerá la larva. Pero mi justicia durará para<br />

siempre, y mi salvación por todas las generaciones.<br />

9 Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo del Señor;<br />

despierta como en los días de antaño, en las generaciones<br />

pasadas. ¿No eres tú el que despedazó a Rahab, el que traspasó<br />

al dragón?<br />

10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo;<br />

el que transformó en camino las profundidades del mar para<br />

que pasaran los redimidos?<br />

11 Los rescatados del Señor volverán, entrarán en Sion con<br />

gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y<br />

alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido.<br />

12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú que temes al<br />

hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es


tratado?<br />

13 ¿Has olvidado al Señor, tu Hacedor, que extendió los cielos<br />

y puso los cimientos de la tierra, para que estés temblando sin<br />

cesar todo el día ante la furia del opresor, mientras éste se<br />

prepara para destruir? Pero ¿dónde está la furia del opresor?<br />

14 El desterrado pronto será libertado, y no morirá en la cárcel,<br />

ni le faltará su pan.<br />

15 Porque yo soy el Señor de los ejércitos es su nombre),<br />

16 y he puesto mis palabras en tu boca, y con la sombra de mi<br />

mano te he cubierto al establecer los cielos, poner los cimientos<br />

de la tierra y decir a Sion: "Tú eres mi pueblo."<br />

17 ¡Despierta, despierta! Levántate, Jerusalén, tú, que has<br />

bebido de la mano del Señor la copa de su furor, que has bebido<br />

el cáliz del vértigo hasta vaciarlo.<br />

18 No hay quien la guíe entre todos los hijos que dio a luz, ni<br />

hay quien la tome de la mano entre todos los hijos que crió.<br />

19 Estas dos cosas te han acontecido, ¿quién te confortará?;<br />

desolación y destrucción, hambre y espada, ¿quién te consolará?<br />

20 Tus hijos han desfallecido, yacen en las esquinas de todas<br />

las calles como antílope en la red, llenos del furor del Señor, de<br />

la reprensión de tu Dios.<br />

21 Por tanto, oye ahora esto, afligida, que estás ebria, mas no<br />

de vino:<br />

22 Así dice tu Señor, el Señor tu Dios, que contiende por su<br />

pueblo: He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, el<br />

cáliz de mi furor, nunca más lo beberás.<br />

23 Lo pondré en las manos de los que te atormentan, que te<br />

han dicho: "Póstrate para que pasemos." Y tú pusiste tu espalda<br />

como suelo, como calle para los que pasaban.<br />

52 Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sion;<br />

vístete de tus ropajes hermosos, oh Jerusalén, ciudad santa.<br />

Porque el incircunciso y el inmundo no volverán a entrar en ti.<br />

2 Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén; líbrate de las<br />

cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sion.<br />

3 Porque así dice el Señor: De balde fuisteis vendidos y sin<br />

dinero seréis redimidos.<br />

4 Porque así dice el Señor Dios: Mi pueblo descendió a Egipto<br />

al principio para residir allí; después los asirios sin motivo los<br />

oprimieron.<br />

5 Y ahora, ¿qué hago yo aquí--declara el Señor: Sus<br />

dominadores dan gritos, y sin cesar mi nombre es blasfemado<br />

todo el día.<br />

6 Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre; así que en aquel<br />

día comprenderán que yo soy el que dice: "Heme aquí."<br />

7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae<br />

buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae las buenas<br />

nuevas de gozo, del que anuncia la salvación, y dice a Sion:<br />

Tu Dios reina!<br />

8 ¡Una voz! Tus centinelas alzan la voz, a una gritan de júbilo<br />

porque verán con sus propios ojos cuando el Señor restaure a<br />

Sion.<br />

9 Prorrumpid a una en gritos de júbilo, lugares desolados de<br />

Jerusalén, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha<br />

redimido a Jerusalén.<br />

10 El Señor ha desnudado su santo brazo a la vista de todas<br />

las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación<br />

de nuestro Dios.<br />

11 Apartaos, apartaos, salid de allí, nada inmundo toquéis;<br />

salid de en medio de ella, purificaos, vosotros que lleváis las<br />

vasijas del Señor.<br />

12 Pues no saldréis precipitadamente, ni iréis como fugitivos;<br />

porque delante de vosotros irá el Señor, y vuestra retaguardia<br />

será el Dios de Israel.<br />

13 He aquí, mi siervo prosperará, será enaltecido, levantado y<br />

en gran manera exaltado.<br />

14 De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo<br />

mío, así fue desfigurada su apariencia más que la de cualquier<br />

hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres.<br />

15 Ciertamente El asombrará a muchas naciones, los reyes<br />

cerrarán la boca ante El; porque lo que no les habían contado<br />

verán, y lo que no habían oído entenderán.<br />

53 ¿Quién ha creído a nuestro mensaje? ¿A quién se ha<br />

revelado el brazo del Señor?<br />

2 Creció delante de El como renuevo tierno, como raíz de<br />

tierra seca; no tiene aspecto hermoso ni majestad para que le<br />

miremos, ni apariencia para que le deseemos.<br />

3 Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de<br />

dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los<br />

hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le<br />

estimamos.<br />

4 Ciertamente El llevó nuestras enfermedades, y cargó con<br />

nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado,<br />

por herido de Dios y afligido.<br />

5 Mas El fue herido por nuestras transgresiones, molido por<br />

nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre<br />

El, y por sus heridas hemos sido sanados.<br />

6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos<br />

apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que<br />

cayera sobre El la iniquidad de todos nosotros.<br />

7 Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como<br />

cordero que es llevado al matadero, y como oveja que ante sus<br />

trasquiladores permanece muda, no abrió El su boca.


8 Por opresión y juicio fue quitado; y en cuanto a su<br />

generación, ¿quién tuvo en cuenta que El fuera cortado de la<br />

tierra de los vivientes por la transgresión de mi pueblo, a quien<br />

correspondía la herida?<br />

9 Se dispuso con los impíos su sepultura, pero con el rico fue<br />

en su muerte, aunque no había hecho violencia, ni había engaño<br />

en su boca.<br />

10 Pero quiso el Señor en su mano prosperará.<br />

11 Debido a la angustia de su alma, El lo verá y quedará<br />

satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a<br />

muchos, y cargará las iniquidades de ellos.<br />

12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes y con los fuertes<br />

repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y<br />

con los transgresores fue contado, llevando El el pecado de<br />

muchos, e intercediendo por los transgresores.<br />

54 Grita de júbilo, oh estéril, la que no ha dado a luz;<br />

prorrumpe en gritos de júbilo y clama en alta voz, la que no ha<br />

estado de parto; porque son más los hijos de la desolada que los<br />

hijos de la casada--dice el Señor.<br />

2 Ensancha el lugar de tu tienda, extiende las cortinas de tus<br />

moradas, no escatimes; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.<br />

3 Porque te extenderás hacia la derecha y hacia la izquierda; tu<br />

descendencia poseerá naciones, y poblarán ciudades desoladas.<br />

4 No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas<br />

humillada, pues no serás agraviada; sino que te olvidarás de la<br />

vergüenza de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te<br />

acordarás más.<br />

5 Porque tu esposo es tu Hacedor, el Señor de los ejércitos es<br />

su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama<br />

Dios de toda la tierra.<br />

6 Porque como a mujer abandonada y afligida de espíritu, te ha<br />

llamado el Señor, y como a esposa de la juventud que es<br />

repudiada --dice tu Dios.<br />

7 Por un breve momento te abandoné, pero con gran<br />

compasión te recogeré.<br />

8 En un acceso de ira escondí mi rostro de ti por un momento,<br />

pero con misericordia eterna tendré compasión de ti --dice el<br />

Señor tu Redentor.<br />

9 Porque esto es para mí como en los días de Noé, cuando juré<br />

que las aguas de Noé nunca más inundarían la tierra; así he<br />

jurado que no me enojaré contra ti, ni te reprenderé.<br />

10 Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán,<br />

pero mi misericordia no se apartará de ti, y el pacto de mi paz no<br />

será quebrantado --dice el Señor, que tiene compasión de ti.<br />

11 Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo, he aquí,<br />

yo asentaré tus piedras en antimonio, y tus cimientos en zafiros.<br />

12 Haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu<br />

muro de piedras preciosas.<br />

13 Todos tus hijos serán enseñados por el Señor, y grande<br />

será el bienestar de tus hijos.<br />

14 En justicia serás establecida. Estarás lejos de la opresión,<br />

pues no temerás, y del terror, pues no se acercará a ti.<br />

15 Si alguno te ataca ferozmente, no será de mi parte.<br />

Cualquiera que te ataque, por causa de ti caerá.<br />

16 He aquí, yo he creado al herrero que sopla las brasas en el<br />

fuego y saca una herramienta para su trabajo; yo he creado al<br />

devastador para destruir.<br />

17 Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás<br />

toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia<br />

de los siervos del Señor.<br />

55 Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no<br />

tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y<br />

leche sin dinero y sin costo alguno.<br />

2 ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro<br />

salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente, y comed<br />

lo que es bueno, y se deleitará vuestra alma en la abundancia.<br />

3 Inclinad vuestro oído y venid a mí, escuchad y vivirá<br />

vuestra alma; y haré con vosotros un pacto eterno, conforme a<br />

las fieles misericordias mostradas a David.<br />

4 He aquí, lo he puesto por testigo a los pueblos, por guía y<br />

jefe de las naciones.<br />

5 He aquí, llamarás a una nación que no conocías, y una<br />

nación que no te conocía, correrá a ti a causa del Señor tu Dios,<br />

el Santo de Israel; porque El te ha glorificado.<br />

6 Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en<br />

tanto que está cerca.<br />

7 Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus<br />

pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión,<br />

al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.<br />

8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni<br />

vuestros caminos mis caminos--declara el Señor.<br />

9 Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis<br />

caminos son más altos que vuestros caminos, y mis<br />

pensamientos más que vuestros pensamientos.<br />

10 Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve,<br />

y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir<br />

y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come,<br />

11 así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí<br />

vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito<br />

para el cual la envié.<br />

12 Porque con alegría saldréis, y con paz seréis conducidos;<br />

los montes y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo


delante de vosotros, y todos los árboles del campo batirán<br />

palmas.<br />

13 En lugar del espino crecerá el ciprés, y en lugar de la ortiga<br />

crecerá el mirto; y esto será para gloria del Señor, para señal<br />

eterna que nunca será borrada.<br />

56 Así dice el Señor: Preservad el derecho y haced<br />

justicia, porque mi salvación está para llegar y mi justicia para<br />

ser revelada.<br />

2 Cuán bienaventurado es el hombre que hace esto, y el hijo<br />

del hombre que a ello se aferra; que guarda el día de reposo sin<br />

profanarlo, y guarda su mano de hacer mal alguno.<br />

3 Que el extranjero que se ha allegado al Señor me separará de<br />

su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí, soy un árbol seco.<br />

4 Porque así dice el Señor: A los eunucos que guardan mis días<br />

de reposo, escogen lo que me agrada y se mantienen firmes en<br />

mi pacto,<br />

5 les daré en mi casa y en mis muros un lugar, y un nombre<br />

mejor que el de hijos e hijas; les daré nombre eterno que nunca<br />

será borrado.<br />

6 Y a los extranjeros que se alleguen al Señor, para ser sus<br />

siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo,<br />

y se mantienen firmes en mi pacto,<br />

7 yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de<br />

oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi<br />

altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los<br />

pueblos.<br />

8 Declara el Señor Dios que reúne a los dispersos de Israel:<br />

Todavía les juntaré otros a los ya reunidos.<br />

9 Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del<br />

bosque.<br />

10 Sus centinelas son ciegos, ninguno sabe nada. Todos son<br />

perros mudos que no pueden ladrar, soñadores acostados,<br />

amigos de dormir;<br />

11 y los perros son voraces, no se sacian. Y ellos son pastores<br />

que no saben entender; todos se han apartado por su camino,<br />

cada cual, hasta el último, busca su propia ganancia.<br />

12 Venid-- dicen -- busquemos vino y embriaguémonos de<br />

licor; y mañana será como hoy, sólo que mucho mejor.<br />

57 El justo perece, y no hay quien se preocupe; los<br />

hombres piadosos son arrebatados, sin que nadie comprenda que<br />

ante el mal es arrebatado el justo,<br />

2 y entra en la paz. Descansan en sus lechos, los que andan en<br />

su camino recto.<br />

3 Mas vosotros venid acá, hijos de hechicera, descendientes de<br />

adúltero y ramera.<br />

4 ¿De quién os burláis? ¿Contra quién abrís la boca y sacáis la<br />

lengua? ¿No sois vosotros hijos de rebeldía, descendientes de la<br />

mentira;<br />

5 que ardéis con pasión entre los robles, bajo todo árbol<br />

frondoso; que sacrificáis los hijos en las quebradas, debajo de<br />

las hendiduras de las peñas?<br />

6 Entre las piedras lisas de la quebrada está tu parte; ellas,<br />

ellas son tu suerte; también para ellas has derramado libación,<br />

has ofrecido ofrenda de cereal. ¿He de aplacarme con estas<br />

cosas?<br />

7 Sobre un monte alto y encumbrado has puesto tu cama; allí<br />

también subiste a ofrecer sacrificio.<br />

8 Y detrás de la puerta y del umbral has puesto tu señal. En<br />

verdad, bien lejos de mí te has descubierto, y has subido y<br />

ensanchado tu cama; de ellos has logrado pacto a tu favor, has<br />

amado su cama, has contemplado su virilidad.<br />

9 Has ido al rey con ungüento, y has multiplicado tus<br />

perfumes; has enviado tus emisarios a gran distancia, y los has<br />

hecho descender al Seol.<br />

10 Te cansaste por lo largo de tu camino, pero no dijiste:<br />

"No hay esperanza." Hallaste nuevas fuerzas, por eso no<br />

desfalleciste.<br />

11 ¿Y de quién te asustaste y tuviste miedo, cuando mentiste<br />

y no te acordaste de mí, ni pensaste en ello? ¿No es acaso<br />

porque he guardado silencio por mucho tiempo que no me<br />

temes?<br />

12 Yo declararé tu justicia y tus hechos, pero de nada te<br />

aprovecharán.<br />

13 Cuando clames, que tus ídolos te libren; pero a todos se los<br />

llevará el viento, un soplo los arrebatará. Pero el que en mí se<br />

refugie, heredará la tierra, y poseerá mi santo monte.<br />

14 Y se dirá: Construid, construid, preparad el camino, quitad<br />

los obstáculos del camino de mi pueblo.<br />

15 Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre,<br />

cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también<br />

con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu<br />

de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.<br />

16 Porque no contenderé para siempre, ni estaré siempre<br />

enojado, pues el espíritu desfallecería ante mí, y el aliento de<br />

los que yo he creado.<br />

17 A causa de la iniquidad de su codicia, me enojé y lo herí;<br />

escondí mi rostro y me indigné, y él siguió desviándose por el<br />

camino de su corazón.<br />

18 He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le daré<br />

consuelo a él y a los que con él lloran,<br />

19 poniendo alabanza en los labios. Paz, paz al que está lejos<br />

y al que está cerca --dice el Señor-- y yo lo sanaré.


20 Pero los impíos son como el mar agitado, que no puede<br />

estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.<br />

21 No hay paz--dice mi Dios-- para los impíos.<br />

58 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz<br />

como trompeta, declara a mi pueblo su transgresión y a la casa<br />

de Jacob sus pecados.<br />

2 Con todo me buscan día tras día y se deleitan en conocer mis<br />

caminos, como nación que hubiera hecho justicia, y no hubiera<br />

abandonado la ley de su Dios. Me piden juicios justos, se<br />

deleitan en la cercanía de Dios.<br />

3 Dicen: "¿Por qué hemos ayunado, y tú no lo ves? ¿ Por<br />

qué nos hemos humillado, y tú no haces caso?" He aquí, en el<br />

día de vuestro ayuno buscáis vuestra conveniencia y oprimís a<br />

todos vuestros trabajadores.<br />

4 He aquí, ayunáis para contiendas y riñas, y para herir con un<br />

puño malvado. No ayunéis como hoy, para que se oiga en lo alto<br />

vuestra voz.<br />

5 ¿Es ése el ayuno que yo escogí para que un día se humille el<br />

hombre? ¿Es acaso para que incline su cabeza como un junco, y<br />

para que se acueste en cilicio y ceniza? ¿Llamaréis a esto ayuno<br />

y día acepto al Señor?<br />

6 ¿No es éste el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de<br />

impiedad, soltar las coyundas del yugo, dejar ir libres a los<br />

oprimidos, y romper todo yugo?<br />

7 ¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en<br />

casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo<br />

cubras, y no te escondas de tu semejante?<br />

8 Entonces tu luz despuntará como la aurora, y tu recuperación<br />

brotará con rapidez; delante de ti irá tu justicia; y la gloria del<br />

Señor será tu retaguardia.<br />

9 Entonces invocarás, y el Señor responderá; clamarás, y El<br />

dirá: "Heme aquí." Si quitas de en medio de ti el yugo, el<br />

amenazar con el dedo y el hablar iniquidad,<br />

10 y si te ofreces al hambriento, y sacias el deseo del afligido,<br />

entonces surgirá tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad será<br />

como el mediodía.<br />

11 Y el Señor te guiará continuamente, saciará tu deseo en los<br />

lugares áridos y dará vigor a tus huesos; serás como huerto<br />

regado y como manantial cuyas aguas nunca faltan.<br />

12 Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levantarás los<br />

cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de<br />

brechas, restaurador de calles donde habitar.<br />

13 Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer<br />

lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo<br />

delicia, al día santo del Señor, honorable, y lo honras, no<br />

siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni hablando de tus<br />

propios asuntos,<br />

14 entonces te deleitarás en el Señor ha hablado.<br />

59 He aquí, no se ha acortado la mano del Señor para<br />

salvar; ni se ha endurecido su oído para oír.<br />

2 Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre<br />

vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho<br />

esconder su rostro de vosotros para no escuchar os .<br />

3 Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y<br />

vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios hablan mentira,<br />

vuestra lengua murmura maldad.<br />

4 No hay quien clame con justicia ni quien abogue con<br />

honestidad. Confían en la confusión, y hablan falsedades;<br />

conciben malicia, y dan a luz iniquidad.<br />

5 Incuban huevos de áspides y tejen telas de araña; el que<br />

come de sus huevos muere, y del que es aplastado sale una<br />

víbora.<br />

6 Sus telas no servirán de vestidos, ni se cubrirán con sus<br />

obras; sus obras son obras de iniquidad, y actos de violencia<br />

hay en sus manos.<br />

7 Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre<br />

inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad,<br />

desolación y destrucción hay en sus caminos.<br />

8 Camino de paz no conocen, y no hay justicia en sus<br />

senderos; han torcido a su favor las sendas, cualquiera que ande<br />

en ellas no conoce la paz.<br />

9 Por tanto el derecho está lejos de nosotros, y no nos alcanza<br />

la justicia; esperamos luz, y he aquí tinieblas, claridad, pero<br />

andamos en oscuridad.<br />

10 Vamos palpando la pared como ciegos, y andamos a<br />

tientas como los que no tienen ojos; tropezamos al mediodía<br />

como al anochecer, entre los robustos somos como muertos.<br />

11 Todos nosotros gruñimos como osos, y gemimos<br />

tristemente como palomas; esperamos la justicia, pero no la<br />

hay, la salvación, pero está lejos de nosotros.<br />

12 Porque se han multiplicado nuestras transgresiones delante<br />

de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque<br />

nuestras transgresiones están con nosotros, y conocemos<br />

nuestras iniquidades:<br />

13 transgredir y negar al Señor, apartarse de nuestro Dios,<br />

hablar de opresión y rebelión, concebir y proferir en el corazón<br />

palabras mentirosas.<br />

14 Se ha vuelto atrás el derecho, y la justicia permanece lejos;<br />

porque ha tropezado en la plaza la verdad, y la rectitud no<br />

puede entrar.<br />

15 Sí, falta la verdad, y el que se aparta del mal es hecho<br />

presa. Y lo vio el Señor, y desagradó a sus ojos que no hubiera


derecho.<br />

16 Vio que no había nadie, y se asombró de que no hubiera<br />

quien intercediera. Entonces su brazo le trajo salvación, y su<br />

justicia le sostuvo.<br />

17 Se puso la justicia como coraza, y el yelmo de salvación en<br />

su cabeza; como vestidura se puso ropas de venganza, y se<br />

envolvió de celo como de un manto.<br />

18 Conforme a los hechos, así El pagará: furor para sus<br />

adversarios, justo pago para sus enemigos; a las islas dará su<br />

pago.<br />

19 Y temerán desde el occidente el nombre del Señor impele.<br />

20 Y vendrá un Redentor a Sion y a los que en Jacob se<br />

aparten de la transgresión--declara el Señor.<br />

60 Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la<br />

gloria del Señor ha amanecido sobre ti.<br />

21 En cuanto a mí--dice el Señor-- desde ahora y para siempre.<br />

2 Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra y densa oscuridad<br />

los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, y sobre ti<br />

aparecerá su gloria.<br />

3 Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de<br />

tu amanecer.<br />

4 Levanta tus ojos en derredor y mira: todos se reúnen, vienen<br />

a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en<br />

brazos.<br />

5 Entonces lo verás y resplandecerás, y se estremecerá y se<br />

regocijará tu corazón, porque vendrá sobre ti la abundancia del<br />

mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti.<br />

6 Una multitud de camellos te cubrirá, camellos jóvenes de<br />

Madián y de Efa; todos los de Sabá vendrán, traerán oro e<br />

incienso, y traerán buenas nuevas de las alabanzas del Señor.<br />

7 Todos los rebaños de Cedar serán reunidos para ti, los<br />

carneros de Nebaiot estarán a tu servicio; subirán como ofrenda<br />

agradable sobre mi altar, y yo glorificaré la casa de mi gloria.<br />

8 ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas<br />

a sus ventanas?<br />

9 Ciertamente las costas me esperarán, y las naves de Tarsis<br />

vendrán primero, para traer a tus hijos de lejos, y su plata y su<br />

oro con ellos, por el nombre del Señor tu Dios, y por el Santo de<br />

Israel que El te ha glorificado.<br />

10 Extranjeros edificarán tus murallas, y sus reyes te servirán;<br />

porque en mi furor te herí, pero en mi benevolencia he tenido<br />

compasión de ti.<br />

11 Tus puertas estarán abiertas de continuo; ni de día ni de<br />

noche se cerrarán, para que te traigan las riquezas de las<br />

naciones, con sus reyes llevados en procesión.<br />

12 Porque la nación y el reino que no te sirvan, perecerán, y<br />

esas naciones serán ciertamente destruidas.<br />

13 La gloria del Líbano vendrá a ti, el ciprés, el olmo y el boj<br />

a una, para hermosear el lugar de mi santuario; y yo haré<br />

glorioso el lugar de mis pies.<br />

14 Vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron,<br />

se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te<br />

despreciaban, y te llamarán Ciudad del Señor, Sion del Santo<br />

de Israel.<br />

15 Por cuanto tú estabas abandonada y aborrecida, sin que<br />

nadie pasara por ti, haré de ti gloria eterna, gozo de<br />

generación en generación.<br />

16 Y mamarás la leche de las naciones, al pecho de los reyes<br />

mamarás; entonces sabrás que yo, el Señor, soy tu Salvador y<br />

tu Redentor, el Poderoso de Jacob.<br />

17 En vez de bronce, traeré oro, en vez de hierro, traeré plata,<br />

en vez de madera, bronce, y en vez de piedras, hierro. Pondré<br />

como tus administradores la paz, y como tus gobernantes la<br />

justicia.<br />

18 No se oirá hablar más de violencia en tu tierra, ni de<br />

desolación, ni de destrucción dentro de tus límites; sino que<br />

llamarás a tus murallas salvación y a tus puertas alabanza.<br />

19 Ya el sol no será para ti luz del día, ni el resplandor de la<br />

luna te alumbrará; sino que tendrás al Señor por luz eterna, y a<br />

tu Dios por tu gloria.<br />

20 Nunca más se pondrá tu sol, ni menguará tu luna, porque<br />

tendrás al Señor por luz eterna, y se habrán acabado los días de<br />

tu luto.<br />

21 Entonces todos los de tu pueblo serán justos; para<br />

siempre poseerán la tierra, vástago de mi plantío, obra de mis<br />

manos, para que yo me glorifique.<br />

22 El más pequeño llegará a ser un millar, y el más<br />

insignificante una nación poderosa. Yo, el Señor, a su tiempo lo<br />

apresuraré.<br />

61 El Espíritu del Señor Deñor para traer buenas nuevas<br />

a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados<br />

de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a<br />

los prisioneros;<br />

2 para proclamar el año favorable del Señor, y el día de<br />

venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,<br />

3 para conceder que a los que lloran en Sion se les dé<br />

diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto,<br />

manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean<br />

llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que El sea<br />

glorificado.<br />

4 Entonces reedificarán las ruinas antiguas, levantarán los<br />

lugares devastados de antaño, y restaurarán las ciudades


arruinadas, los lugares devastados de muchas generaciones.<br />

5 Se presentarán extraños y apacentarán vuestros rebaños, e<br />

hijos de extranjeros serán vuestros labradores y vuestros<br />

viñadores.<br />

6 Y vosotros seréis llamados sacerdotes del Señor; ministros<br />

de nuestro Dios se os llamará. Comeréis las riquezas de las<br />

naciones, y en su gloria os jactaréis.<br />

7 En vez de vuestra vergüenza tendréis doble porción , y en<br />

vez de humillación ellos gritarán de júbilo por su herencia. Por<br />

tanto poseerán el doble en su tierra, y tendrán alegría eterna.<br />

8 Porque yo, el Señor, amo el derecho, odio el latrocinio en el<br />

holocausto. Fielmente les daré su recompensa, y haré con ellos<br />

un pacto eterno.<br />

9 Entonces su descendencia será conocida entre las naciones, y<br />

sus vástagos en medio de los pueblos; todos los que los vean los<br />

reconocerán, porque son la simiente que el Señor ha bendecido.<br />

10 En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se<br />

regocijará en mi Dios; porque El me ha vestido de ropas de<br />

salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se<br />

engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas.<br />

11 Porque como la tierra produce sus renuevos, y como el<br />

huerto hace brotar lo sembrado en él, así el Señor Dios hará que<br />

la justicia y la alabanza broten en presencia de todas las<br />

naciones.<br />

62 Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén<br />

no me estaré quieto, hasta que salga su justicia como resplandor,<br />

y su salvación se encienda como antorcha.<br />

2 Entonces verán las naciones tu justicia, y todos los reyes tu<br />

gloria, y te llamarán con un nombre nuevo, que la boca del<br />

Señor determinará.<br />

3 Serás también corona de hermosura en la mano del Señor, y<br />

diadema real en la palma de tu Dios.<br />

4 Nunca más se dirá de ti: Abandonada, ni de tu tierra se dirá<br />

jamás: Desolada; sino que se te llamará: Mi deleite está en ella,<br />

y a tu tierra: Desposada; porque en ti se deleita el Señor, y tu<br />

tierra será desposada.<br />

5 Porque como el joven se desposa con la doncella, se<br />

desposarán contigo tus hijos; y como se regocija el esposo por<br />

la esposa, tu Dios se regocijará por ti.<br />

6 Sobre tus murallas, oh Jerusalén, he puesto centinelas; en<br />

todo el día y en toda la noche jamás callarán. Los que hacéis que<br />

el Señor recuerde, no os deis descanso,<br />

7 ni le concedáis descanso hasta que la restablezca, hasta que<br />

haga de Jerusalén una alabanza en la tierra.<br />

8 El Señor ha jurado por su diestra y por su fuerte brazo:<br />

Nunca más daré tu grano por alimento a tus enemigos, ni hijos<br />

de extranjeros beberán tu mosto por el que trabajaste;<br />

9 pero los que lo cosechen, lo comerán y alabarán al Señor; y<br />

los que lo recolecten, lo beberán en los atrios de mi santuario.<br />

10 Pasad, pasad por las puertas; abrid camino al pueblo.<br />

Construid, construid la calzada; quitad las piedras, alzad<br />

estandarte sobre los pueblos.<br />

11 He aquí, el Señor ha proclamado hasta los confines de la<br />

tierra: Decid a la hija de Sion: "He aquí, tu salvación viene; he<br />

aquí, su galardón está con El, y delante de El su recompensa."<br />

12 Y los llamarán: Pueblo Santo, redimidos del Señor. Y a ti<br />

te llamarán: Buscada, ciudad no abandonada.<br />

63 ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra con<br />

vestiduras de colores brillantes; éste, majestuoso en su ropaje,<br />

que marcha en la plenitud de su fuerza? Soy yo que hablo en<br />

justicia, poderoso para salvar.<br />

2 ¿Por qué es rojo tu ropaje, y tus vestiduras como las del<br />

que pisa en el lagar?<br />

3 El lagar lo he pisado yo solo; de los pueblos, ningún hombre<br />

estaba conmigo. Los pisé en mi ira y los hollé en mi furor; su<br />

sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje.<br />

4 Porque el día de la venganza estaba en mi corazón, y el<br />

año de mi redención había llegado.<br />

5 Miré, y no había quien ayudara, me asombré de que no<br />

hubiera quien apoyara; entonces me salvó mi brazo, y fue mi<br />

furor el que me sostuvo.<br />

6 Pisoteé los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor y<br />

derramé su sangre por tierra.<br />

7 Las misericordias del Señor, y la gran bondad hacia la casa<br />

de Israel, que les ha otorgado conforme a su compasión, y<br />

conforme a la multitud de sus misericordias.<br />

8 Porque El dijo: Ciertamente, ellos son mi pueblo, hijos que<br />

no engañarán. Y El fue su Salvador.<br />

9 En todas sus angustias El fue afligido, y el ángel de su<br />

presencia los salvó; en su amor y en su compasión los redimió,<br />

los levantó y los sostuvo todos los días de antaño.<br />

10 Mas ellos se rebelaron y contristaron su santo Espíritu; por<br />

lo cual El se convirtió en su enemigo y peleó contra ellos.<br />

11 Entonces su pueblo se acordó de los días antiguos, de<br />

Moisés. ¿Dónde está el que los sacó del mar con los pastores de<br />

su rebaño? ¿Dónde está el que puso su santo Espíritu en medio<br />

de ellos,<br />

12 el que hizo que su glorioso brazo fuera a la diestra de<br />

Moisés, el que dividió las aguas delante de ellos para hacerse<br />

un nombre eterno,<br />

13 el que los condujo por los abismos? Como un caballo en el<br />

desierto, no tropezaron;


14 como a ganado que desciende al valle, el Espíritu del Señor<br />

les dio descanso. Así guiaste a tu pueblo, para hacerte un<br />

nombre glorioso.<br />

15 Mira desde el cielo, y ve desde tu santa y gloriosa morada;<br />

¿dónde está tu celo y tu poder? La conmoción de tus entrañas y<br />

tu compasión para conmigo se han restringido.<br />

16 Porque tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos<br />

conoce, ni nos reconoce Israel. Tú, oh Señor, eres nuestro Padre,<br />

desde la antigüedad tu nombre es Nuestro Redentor.<br />

17 ¿Por qué, oh Señor, nos haces desviar de tus caminos y<br />

endureces nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus<br />

siervos, las tribus de tu heredad.<br />

18 Por breve tiempo poseyó tu santuario tu pueblo santo;<br />

nuestros adversarios lo han pisoteado.<br />

19 Hemos venido a ser como aquellos sobre los que nunca<br />

gobernaste, como aquellos que nunca fueron llamados por tu<br />

nombre.<br />

64 ¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras, si los<br />

montes se estremecieran ante tu presencia<br />

2 (como el fuego enciende el matorral, como el fuego hace<br />

hervir el agua), para dar a conocer tu nombre a tus adversarios,<br />

para que ante tu presencia tiemblen las naciones!<br />

3 Cuando hiciste cosas terribles que no esperábamos, y<br />

descendiste, los montes se estremecieron ante tu presencia.<br />

4 Desde la antigüedad no habían escuchado ni dado oídos, ni el<br />

ojo había visto a un Dios fuera de ti que obrara a favor del que<br />

esperaba en El.<br />

5 Sales al encuentro del que se regocija y practica la justicia,<br />

de los que se acuerdan de ti en tus caminos. He aquí, te enojaste<br />

porque pecamos; continuamos en los pecados por mucho<br />

tiempo, ¿y seremos salvos?<br />

6 Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de<br />

inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos<br />

como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos<br />

arrastran.<br />

7 Y no hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para<br />

asirse de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros y nos has<br />

entregado al poder de nuestras iniquidades.<br />

8 Mas ahora, oh Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros el barro,<br />

y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros.<br />

9 No te enojes en exceso, oh Señor, ni para siempre te<br />

acuerdes de la iniquidad; he aquí, mira, te rogamos, todos<br />

nosotros somos tu pueblo.<br />

10 Tus ciudades santas se han vuelto un desierto; Sion se ha<br />

convertido en un desierto, Jerusalén en una desolación.<br />

11 Nuestra casa santa y hermosa donde te alababan nuestros<br />

padres, ha sido quemada por el fuego y todas nuestras cosas<br />

preciosas se han convertido en ruinas.<br />

12 ¿Te contendrás ante estas cosas, oh Señor? ¿Guardarás<br />

silencio y nos afligirás sin medida?<br />

65 Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;<br />

me dejé hallar por los que no me buscaban. Dije: "Heme aquí,<br />

heme aquí", a una nación que no invocaba mi nombre.<br />

2 Extendí mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde, que<br />

anda por el camino que no es bueno, en pos de sus<br />

pensamientos;<br />

3 un pueblo que de continuo me provoca en mi propio rostro,<br />

sacrificando en huertos y quemando incienso sobre ladrillos;<br />

4 que se sientan entre sepulcros y pasan la noche en lugares<br />

secretos; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo<br />

de carnes inmundas;<br />

5 que dicen: "Quédate donde estás, no te acerques a mí,<br />

porque soy más santo que tú." Estos son humo en mi nariz,<br />

fuego que arde todo el día.<br />

6 He aquí, escrito está delante de mí: no guardaré silencio,<br />

sino que les daré su pago, y les recompensaré en su seno,<br />

7 por vuestras iniquidades y por las iniquidades de vuestros<br />

padres juntamente--dice el Señor. Porque quemaron incienso en<br />

los montes, y en las colinas me injuriaron; por tanto mediré en<br />

su seno su obra pasada.<br />

8 Así dice el Señor: Como cuando se encuentra mosto en el<br />

racimo y alguien dice: "No lo destruyas, porque en él hay<br />

bendición", así haré yo por mis siervos para no destruir los a<br />

todos.<br />

9 Sacaré de Jacob descendencia y de Judá heredero de mis<br />

montes; mis escogidos la heredarán, y mis siervos morarán allí.<br />

10 Sarón será pastizal para ovejas, y el valle de Acor para<br />

lugar de descanso de vacas, para mi pueblo que me busca.<br />

11 Pero vosotros que abandonáis al Señor, que olvidáis mi<br />

santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y que preparáis<br />

vino mezclado para el Destino,<br />

12 yo os destinaré a la espada, y todos vosotros os encorvaréis<br />

para la matanza. Porque llamé, mas no respondisteis, hablé,<br />

mas no oísteis; hicisteis lo malo ante mis ojos y escogisteis<br />

aquello que no me complacía.<br />

13 Por tanto, así dice el Señor Dios: He aquí, mis siervos<br />

comerán, mas vosotros tendréis hambre; he aquí, mis siervos<br />

beberán, mas vosotros tendréis sed; he aquí, mis siervos se<br />

alegrarán, mas vosotros seréis avergonzados;<br />

14 he aquí, mis siervos darán gritos de júbilo con corazón<br />

alegre, mas vosotros clamaréis con corazón triste, y con espíritu<br />

quebrantado gemiréis.


15 Y dejaréis vuestro nombre como maldición a mis escogidos;<br />

el Señor Dios te matará, pero mis siervos serán llamados por<br />

otro nombre.<br />

16 Porque el que es bendecido en la tierra, será bendecido por<br />

el Dios de la verdad; y el que jura en la tierra, jurará por el Dios<br />

de la verdad; porque han sido olvidadas las angustias primeras, y<br />

porque están ocultas a mis ojos.<br />

17 Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una tierra nueva, y no<br />

serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria.<br />

18 Pero gozaos y regocijaos para siempre en lo que yo voy a<br />

crear; porque he aquí, voy a crear a Jerusalén para regocijo, y a<br />

su pueblo para júbilo.<br />

19 Me regocijaré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo; no<br />

se oirá más en ella voz de lloro ni voz de clamor.<br />

20 No habrá más allí niño que viva pocos días, ni anciano que<br />

no complete sus días; porque el joven morirá a los cien años, y<br />

el que no alcance los cien años será considerado maldito.<br />

21 Construirán casas y las habitarán, plantarán también viñas<br />

y comerán su fruto.<br />

22 No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que<br />

otro coma; porque como los días de un árbol, así serán los días<br />

de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán de la obra de sus<br />

manos.<br />

23 No trabajarán en vano, ni darán a luz para desgracia, porque<br />

son la simiente de los benditos del Señor, ellos, y sus vástagos<br />

con ellos.<br />

24 Y sucederá que antes que ellos clamen, yo responderé; aún<br />

estarán hablando, y yo habré oído.<br />

25 El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león, como el buey,<br />

comerá paja, y para la serpiente el polvo será su alimento. No<br />

harán mal ni dañarán en todo mi santo monte--dice el Señor.<br />

66 Así dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el<br />

estrado de mis pies. ¿Dónde, pues, está la casa que podríais<br />

edificarme? ¿Dónde está el lugar de mi reposo?<br />

2 Todo esto lo hizo mi mano, y así todas estas cosas llegaron a<br />

ser--declara el Señor. Pero a éste miraré: al que es humilde y<br />

contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.<br />

3 El que mata un buey es como el que mata a un hombre, el<br />

que sacrifica un cordero como el que desnuca un perro, el que<br />

presenta ofrenda de cereal como el que ofrece sangre de cerdo,<br />

el que quema incienso como el que bendice a un ídolo. Como<br />

ellos han escogido sus propios caminos, y su alma se deleita en<br />

sus abominaciones,<br />

4 también yo escogeré sus castigos, y traeré sobre ellos lo que<br />

temen. Porque llamé, mas nadie respondió, hablé, mas no<br />

escucharon; sino que hicieron lo malo ante mis ojos, y<br />

escogieron aquello que no me complacía.<br />

5 Oíd la palabra del Señor glorificado, para que veamos<br />

vuestra alegría." Pero ellos serán avergonzados.<br />

6 Voz de estruendo viene de la ciudad, una voz sale del<br />

templo: la voz del Señor que da el pago a sus enemigos.<br />

7 Antes que estuviera de parto, ella dio a luz; antes que le<br />

vinieran los dolores, dio a luz un niño.<br />

8 ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto tales<br />

cosas? ¿Es dado a luz un país en un solo día? ¿Nace una nación<br />

toda de una vez? Pues Sion apenas estuvo de parto, dio a luz a<br />

sus hijos.<br />

9 Yo que hago que se abra la matriz, ¿no haré nacer?--dice el<br />

Señor. Yo que hago nacer, ¿cerraré la matriz? --dice tu Dios.<br />

10 Alegraos con Jerusalén y regocijaos por ella, todos los que<br />

la amáis; rebosad de júbilo con ella, todos los que por ella<br />

hacéis duelo,<br />

11 para que maméis y os saciéis del pecho de sus<br />

consolaciones, para que chupéis y os deleitéis de su seno<br />

abundante.<br />

12 Porque así dice el Señor: He aquí, yo extiendo hacia ella<br />

paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente<br />

desbordado; y mamaréis, seréis llevados sobre la cadera y<br />

acariciados sobre las rodillas.<br />

13 Como uno a quien consuela su madre, así os consolaré yo;<br />

en Jerusalén seréis consolados.<br />

14 Cuando lo veáis, se llenará de gozo vuestro corazón, y<br />

vuestros huesos florecerán como hierba tierna; la mano del<br />

Señor se dará a conocer a sus siervos, y su indignación a sus<br />

enemigos.<br />

15 Porque he aquí, el Señor vendrá en fuego y sus carros<br />

como torbellino, para descargar con furor su ira y su reprensión<br />

con llamas de fuego.<br />

16 Porque el Señor.<br />

17 Los que se santifican y se purifican para ir a los huertos,<br />

tras uno que está en el centro, que comen carne de cerdo,<br />

cosas detestables y ratones, a una perecerán--declara el Señor.<br />

18 Mas yo conozco sus obras y sus pensamientos. Llegará el<br />

tiempo de juntar a todas las naciones y lenguas, y vendrán y<br />

verán mi gloria.<br />

19 Y pondré señal entre ellos y enviaré a sus sobrevivientes a<br />

las naciones: a Tarsis, a Fut, a Lud, a Mesec, a Ros, a Tubal y a<br />

Javán, a las costas remotas que no han oído de mi fama ni han<br />

visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria entre las naciones.<br />

20 Entonces traerán a todos vuestros hermanos de todas las<br />

naciones como ofrenda al Señor.<br />

21 Y también tomaré algunos de ellos para sacerdotes y


para levitas--dice el Señor.<br />

22 Porque como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo<br />

hago permanecerán delante de mí--declara el Señor--, así<br />

permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.<br />

23 Y sucederá que de luna nueva en luna nueva y de día de<br />

reposo en día de reposo, todo mortal vendrá a postrarse delante<br />

de mí--dice el Señor.<br />

24 Y cuando salgan, verán los cadáveres de los hombres que se<br />

rebelaron contra mí; porque su gusano no morirá, ni su fuego se<br />

apagará, y serán el horror de toda la humanidad.

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