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¿DE QUIÉN ES LA FIESTA?* Lorena Ardito Aldana1 - Revista "Cisma"

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<strong>¿DE</strong> <strong>QUIÉN</strong> <strong>ES</strong> <strong>LA</strong> FI<strong>ES</strong>TA? *<br />

<strong>Lorena</strong> <strong>Ardito</strong> Aldana 1<br />

ARDITO ALDANA, <strong>Lorena</strong>, “¿De quién es la<br />

fiesta?”, CISMA, <strong>Revista</strong> del Centro Telúrico<br />

de Investigaciones Teóricas. N º 2. 1º<br />

semestre. 1-17.<br />

R<strong>ES</strong>UMEN ABSTRACT<br />

El presente artículo, enmarcado en la investigación<br />

“La politicidad de Don Carnal. Lecturas políticas de<br />

lo festivo y lo carnavalero en América latina”,<br />

pretende articular de manera crítica perspectivas<br />

económicas y culturales para abordar la pregunta:<br />

¿qué categorías, enfoques y autores presentes en la<br />

discusión sobre la formación estructural y los<br />

problemas de desarrollo en América Latina son<br />

relevantes para abordar la temática de la fiesta<br />

popular y el carnaval, en tanto patrimonio<br />

inmaterial? Esta pregunta no limita, sin embargo, el<br />

uso de autores, enfoques y categorías provenientes<br />

de la literatura culturalista, los que serán sacados a<br />

colación junto a trabajos e informaciones relevantes<br />

provenientes del mundo de las ONGs y la<br />

Cooperación Internacional.<br />

PA<strong>LA</strong>BRAS C<strong>LA</strong>VE fiesta<br />

KEYWORD party carnival<br />

WHO DO<strong>ES</strong> THE PARTY BELONG TO?<br />

Forming part of the research “The Politicity of Don<br />

Carnal: Political Readings of Festivals and Carnivals<br />

in Latin America”, this article forwards, through a<br />

critical perspective, cultural and economic<br />

approaches in order to answer the question: in the<br />

debate on the structural formation and problems<br />

of development in Latin America, what<br />

catergories, approaches and authors are relevant<br />

to addressing the topic of festivals and carnivals as<br />

an intangible heritage? This question does not<br />

preclude, however, to the use of authors,<br />

approaches and categories from the culturalist<br />

literature, which will be drawn upon along with<br />

relevant works from the world of NGOs and<br />

International Cooperation.<br />

carnaval patrimonio<br />

inmaterial<br />

desarrollo<br />

intangible development<br />

* Recibido: 14/03/2012 – Aceptado: 31/03/2012<br />

1 Colectivo de Investigación Tiesos pero Cumbiancheros, www.tiesosperocumbiancheros.cl.<br />

Licenciada en Sociología, Candidata, Maestría en Estudios Latinoamericanos de la UNAM,<br />

lorena.ardito@gmail.com.<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

1


I. <strong>LA</strong> FI<strong>ES</strong>TA POPU<strong>LA</strong>R Y EL CARNAVAL<br />

La cultura es una de las dimensiones sociales más<br />

inaprehensibles y complejas de la realidad social, pues<br />

concita una compleja vinculación entre lo simbólico y<br />

lo material, entre lo íntimo y lo público, entre lo global y<br />

lo local, que se actualiza y articula de manera diversa y<br />

continua en cada contexto histórico-social.<br />

En este contexto, fiesta y carnaval pueden ser pensados<br />

como formas culturales, es decir, como manifestaciones<br />

específicas, peculiares y ampliamente diversas de lo<br />

cultural, cuyo fundamento también móvil, está centrado en la noción de<br />

necesidad. La necesidad de la fiesta y el carnaval puede expresarse así con un<br />

“IV Bajada Afrodescendiente”<br />

2009, Paseo 21 de mayo de la<br />

ciudad de Arica, Chile. En la<br />

imagen: Marta Salgado, una<br />

de las liderezas del proceso de<br />

reivindicación identitaria de los<br />

afrochilenos del Norte Grande<br />

sentido catártico, transgresor, ritual, lúdico, cómico,<br />

crítico, erótico, estético, individual, comunitario, social,<br />

político o económico.<br />

Este carácter “necesario” de la fiesta y el carnaval,<br />

hacen de su práctica un continuo, también móvil,<br />

articulado en torno a un calendario festivo, que en las<br />

tradiciones indoamericanas se expresa en tanto ciclo ritual y agro-astronómico.<br />

Desde esta óptica, fiesta y carnaval trascienden en mucho el móvil del<br />

ocio y la entretención, para cristalizarse como formas primarias y definitorias de lo<br />

humano, en la medida en que expresan miradas de mundo y codifican<br />

simbólicamente formas de organización social en condiciones materiales<br />

determinadas.<br />

Lo cultural se define en estas expresiones que cobran, en consecuencia, un<br />

carácter identitario de vital trascendencia. Y es que, así como en la lengua, los<br />

grupos humanos se expresan y reconstruyen como colectividad imaginada y<br />

materialmente enlazada en la fiesta y el carnaval.<br />

La apropiación de estas formas culturales, inherente a su expresión<br />

identitaria, es uno de los aspectos fundamentales de su continuidad, pues de ella<br />

depende la administración de sus sentidos simbólicos y puesta en marcha de su<br />

práctica.<br />

Pero, ¿qué sucede con estas formas culturales en contextos condicionados<br />

por el capitalismo dependiente?, ¿son las fuerzas modernizadoras y<br />

homogeneizantes de la globalización económica desigual una amenaza a su<br />

continuidad?, o dicho de otra forma, ¿es el capitalismo dependiente compatible<br />

con la expresión de la diversidad cultural?, y ¿cuál es la relación entre el<br />

desarrollo económico y esa diversidad?<br />

II. UN POCO DE HISTORIA<br />

Satanizadas por su exuberante desborde de colores, simbolismos,<br />

sensualidad y paganismo, las fiestas populares latinoamericanas debieron resistir<br />

durante la Colonia a la impronta homogeneizante del calendario litúrgico del<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

2


catolicismo mediante estrategias de camuflaje identitario tales como el<br />

sincretismo, a partir del cual se cristalizó la emergencia de un catolicismo popular<br />

y la adopción de la festividad del carnevale europeo, como espacio-tiempo de<br />

expresión de tradiciones festivas amerindias, afrodescendientes y mestizas.<br />

Durante el período oligárquico, los afanes civilizatorios de las élites de la<br />

época volvieron a poner en encrucijada a estas formas culturales mediante<br />

tentativas prohibicionistas y coercitivas, en tanto reconocidas como expresión de<br />

barbarie. Y pese a que en muchos casos tales tentativas arrasaron con su<br />

práctica, el carácter incompleto del proyecto nacional-oligárquico - lo que en<br />

palabras de Agustín Cueva aparece como la “problemática conformación del<br />

estado nacional” (Cueva 1985: 31) - y el vínculo vital de fiestas y carnavales con<br />

sus cultores, comunidades y territorios de referencia, impidieron que su práctica<br />

quedara extinta.<br />

De este modo, sobrevivientes a los procesos de hegemonización cultural<br />

aparejados al largo proceso de explotación económica y dominación política de<br />

los sectores populares durante los períodos colonial y republicano, hasta<br />

mediados del siglo XX sus manifestaciones festivas y carnavaleras lograron<br />

mayoritariamente resistir, mediante el propio continuo de su práctica, a su<br />

disolución.<br />

Sin embargo, en los años ´50, la predominancia de una noción<br />

economicista de desarrollo, se enfrentaba a la diversidad de la cultura popular<br />

con un nuevo prejuicio: la identificación de las manifestaciones amerindias o<br />

afrodescendientes con la irracionalidad de la abundancia, con la ignorancia, y<br />

por tanto, como uno de los grandes responsables del “atraso” económico de<br />

nuestros países.<br />

En un documento elaborado por expertos en desarrollo de las Naciones<br />

Unidas en 1951, el panorama se expresaba de la siguiente manera: “Hay un<br />

sentido en que el progreso económico acelerado es imposible sin ajustes<br />

dolorosos. Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas; las viejas instituciones<br />

sociales tienen que desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben<br />

romperse y grandes masas de personas incapaces de seguir el ritmo del progreso<br />

deberán ver frustradas sus expectativas de una vida cómoda. Muy pocas<br />

comunidades están dispuestas a pagar el precio del progreso económico”<br />

(Molano 2007: 71).<br />

Para el pensamiento desarrollista de la época, es evidente que la cultura<br />

popular es un lastre. Y no sólo lo es en la reflexión de los países centrales del<br />

capitalismo mundial, sino también para los propios economistas latinoamericanos<br />

de entonces, como puede evidenciarse en el texto “El desarrollo económico de<br />

la América Latina y algunos de sus principales problemas” (Prebisch 1949), donde<br />

una de las barreras identificadas por el autor para implementar un proceso de<br />

industrialización, sustitutivo al modelo primario-exportador vigente hasta entonces,<br />

es la incapacidad de nuestras economías de generar dinámicas privadas de<br />

ahorro e inversión, es decir, por los rasgos festivos y carnavaleros de desborde y<br />

abundancia expresados en nuestras élites.<br />

Desde el punto cultural, el programa desarrollista se cristalizó así como una<br />

treta, pues en la medida en que propulsaba la industrialización-urbanización y la<br />

asimilación de nuevas pautas de consumo cultural, fue generando una tensión<br />

modernizante que replegaba y avergonzaba manifestaciones culturales<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

3


populares, tales como las lenguas autóctonas y las prácticas rituales y festivas de<br />

la vida comunitaria, mediante procesos tales como la migración campo-ciudad,<br />

la ampliación en el acceso a la escolaridad monolingüe y la extensión de los<br />

servicios públicos de salud occidentales (de tradición alópata).<br />

Pese a ello, nuevamente la condición de necesidad y arraigo permitieron<br />

la sobrevivencia de tradiciones festivas y carnavaleras tanto en el campo como<br />

en las ciudades. Pero llegada la década de los ´80, un nuevo proceso de avance<br />

del capitalismo mundial entraría a reconfigurar el panorama de la América<br />

festiva: la globalización neoliberal, cuya expresión frente a la diversidad cultural<br />

no será la asimilación, sino la apropiación-mercantilización de su forma y uso,<br />

separando, mediante el consumo cultural y el turismo, a la expresión identitaria de<br />

su propia base social. Como señala entonces Néstor García Canclini “el<br />

capitalismo, sobre todo dependiente con fuertes raíces indígenas, no avanza<br />

siempre eliminando las culturas tradicionales, sino también apropiándose de ellas,<br />

reestructurándolas, reorganizando su significado y la función de sus objetos,<br />

creencias y prácticas” (García Canclini 1986: 17).<br />

Ya en los años ´90, y contrarrestando los preceptos promovidos por<br />

Naciones Unidas durante los ´50, la UN<strong>ES</strong>CO declara que “…defiende la causa de<br />

la indivisibilidad de la cultura y el desarrollo, entendido no sólo en términos de<br />

crecimiento económico, sino también como medio de acceder a una existencia<br />

intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria. Este desarrollo puede definirse<br />

como un conjunto de capacidades que permite a grupos, comunidades y<br />

naciones proyectar su futuro de manera integrada” (Molano 2007: 71 – 72).<br />

De pronto, un cambio de paradigma parece generarse en el escenario<br />

mundial, que en términos de Jaime Osorio podríamos denominar como un<br />

cambio en el “patrón de reproducción del capital” (Osorio 2004), en respuesta a<br />

la naturaleza incesante de la realización del capital que es propia del modo de<br />

producción capitalista: la mercantilización de las formas culturales de fiestas<br />

populares y carnavales como objetos de consumo cultural vinculados al turismo.<br />

El nuevo patrón de reproducción, aunque no siempre geoespacialmente<br />

predominante, se abre un nuevo camino para la reproducción-realización del<br />

capital. Pero este nuevo proyecto presenta tensiones y perversiones también<br />

nuevas en el caso particular de la fiesta y el carnaval; la exotización de la<br />

manifestación cultural como espectáculo, reorienta y tiende a estandarizar el<br />

principio de necesidad festiva hacia el lucro, condiciona la práctica de la fiesta y<br />

el carnaval a las necesidades de ocio y entretención del otro-turista que<br />

demanda cada vez mayor exuberancia y vistosidad y, en la medida en que<br />

distancia a los cultores festivos y carnavaleros de sus propias manifestaciones, los<br />

transforma a ellos mismos en un elemento más de consumo cultural mediante<br />

prácticas tales como el comercio sexual, particularmente perverso en tiempos de<br />

carnaval, donde suele servirse de las condiciones de pobreza y vulnerabilidad de<br />

gentes de escasa edad.<br />

Cabe entonces preguntarse, ¿de quién es ahora la fiesta y el carnaval?<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

4


III. <strong>LA</strong> NOCIÓN DE PATRIMONIO INMATERIAL<br />

La Revolución Francesa inaugura por primera vez en la Historia la noción de<br />

patrimonio cultural o histórico, no obstante, ésta estaba relacionada con la<br />

protección, restauración y archivo de obras arquitectónicas monumentales y<br />

pictóricas, así como también, con vestigios arqueológicos de grandes<br />

civilizaciones del pasado. La emergencia de “monumentos nacionales”, museos y<br />

archivos expresan el correlato del proyecto de conservación de la riqueza cultural<br />

histórica que implicaba esta idea de patrimonio (Molano 2007).<br />

Hacia finales del siglo XX, esta noción fue extendida y diversificada. La<br />

UN<strong>ES</strong>CO, que con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial impulsa una<br />

Convención para la protección de los bienes culturales en casos de conflicto<br />

armado, durante la década del ´90 logra crear un Comité del Patrimonio Mundial<br />

que tiene por objeto estudiar las postulaciones de los países para que un “bien<br />

cultural” sea considerado como “patrimonio de la humanidad”, nominación que<br />

supone por una parte el acceso a recursos, asistencia técnica y status, pero<br />

también la responsabilidad de gestionar la “protección” del “bien”<br />

patrimonializado a nivel nacional y local, a riesgo de caer en una lista negra.<br />

Como consecuencia de este proceso, la noción de patrimonio inmaterial surge<br />

hacia 1997, cuando en Conferencia General de la UN<strong>ES</strong>CO, se proclama la figura<br />

de “obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad”, para incluir<br />

en ellas a todas aquellas expresiones inmateriales de la diversidad cultural en<br />

riesgos de desaparecer (Molano 2007).<br />

La noción de patrimonio inmaterial es entonces, en principio,<br />

sintomatológica, pues emerge desde el proyecto UN<strong>ES</strong>CO de las Naciones Unidas<br />

frente a la constatación de que las dinámicas de modernización y expansión del<br />

capitalismo están arrasando con gran parte de la diversidad lingüístico-cultural de<br />

la humanidad.<br />

Entre los años 2001 y 2008, un largo listado de 90 manifestaciones culturales<br />

inmateriales del mundo entero son ascendidas a esta figura, destacando el<br />

hecho de que se trata de formas diametralmente opuestas a la cultura<br />

occidental, valorizadas desde su excepcionalidad, al tiempo que amenazadas<br />

por el avance de la modernidad y del capitalismo dependiente a escala global.<br />

Asia, África y América Latina, las periferias del capitalismo central, como<br />

reconocen Prebisch (1949) y Wallerstein (2005) entre otros, son los territorios que<br />

aportarán mayores manifestaciones culturales inmateriales a este listado. En<br />

particular, América Latina incluirá en este universo inmaterial del patrimonio<br />

cultural de la humanidad 17 manifestaciones, como puede apreciarse en el<br />

siguiente cuadro:<br />

Cuadro 1: “Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad”<br />

Manifestación<br />

Año País patrimonializada<br />

Breve descripción<br />

2001 Ecuador –<br />

Perú<br />

El patrimonio<br />

oral y las<br />

manifestaciones<br />

culturales del<br />

Patrimonio etnolingüístico y natural del<br />

pueblo zápara, situado en el corazón del<br />

amazonas. Considerado en riesgo de<br />

extinción por las presiones aculturadoras,<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

5


pueblo zápara devastadoras de su biodiversidad y<br />

guerras.<br />

2001 Belice, La lengua, la Patrimonio etnolingüístico, perteneciente<br />

Guatemala, danza y la a la familia de lenguas arawak. En sus<br />

Honduras y música manifestaciones confluyen elementos<br />

Guatemala garífunas amerindios y afrodescendientes.<br />

Considerado en riesgo de extinción por<br />

presiones migratorias, discriminación y<br />

ausencia de la lengua garífuna en el<br />

sistema escolar.<br />

2001 República El espacio Organización afrodescendiente que<br />

Dominicana cultural de la cultiva músicas y danzas peculiares<br />

Cofradía del durante diversas festividades populares<br />

Espíritu Santo de del calendario, siendo la más relevante la<br />

los Congos de fiesta del Espíritu Santo, durante<br />

Villa Mella Pentecostés. Amenazada por la<br />

discriminación e indiferencia por parte de<br />

las autoridades locales, así como por las<br />

condiciones de pobreza y exclusión, que<br />

conllevan presiones migratorias a sus<br />

cultores.<br />

2001 Bolivia El carnaval de Expresión festiva sincrética dedicada a la<br />

Oruro Virgen del Socavón. Amenazada por el<br />

declive de la actividad minera y agrícola<br />

de la zona, que conlleva presiones<br />

migratorias.<br />

2003 Cuba Tumba Francesa Literalmente, significa “tambor francés”.<br />

Expresión musical danzada y festiva<br />

llegada a Cuba de la mano de haitianos<br />

esclavizados.<br />

2003 México Las fiestas Ofrendas indígenas dedicadas al retorno<br />

indígenas de sus parientes muertos, hoy imbricadas<br />

dedicadas a los<br />

muertos<br />

con el catolicismo.<br />

2003 Jamaica Las tradiciones Tradiciones festivo-religiosas de diversos<br />

de los grupos culturales afrodescendientes<br />

cimarrones de cimarrones, denominadas Kromanti Play,<br />

Moore Town que son practicadas en un peculiar<br />

sistema de propiedad colectiva de la<br />

tierra.<br />

2003 Brasil Las expresiones Los wajapi, pertenecientes al grupo<br />

orales y gráficas lingüístico tupi-guaraní, están situados en<br />

de los wajapi el nordeste de Brasil. La manifestación<br />

patrimonializada es su uso de vegetales<br />

para adornar sus cuerpos y objetos con<br />

motivos geométricos, expresivos de su<br />

peculiar cosmovisión.<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

6


2003 Bolivia La cosmovisión<br />

andina de los<br />

kallawayas<br />

2003 Colombia El carnaval de<br />

Barranquilla<br />

2005 República<br />

Dominicana<br />

La tradición del<br />

teatro bailado<br />

Cocolo<br />

2005 Guatemala La tradición del<br />

teatro bailado<br />

Rabinal Achí<br />

2005 Costa Rica. La tradición del<br />

boyeo y las<br />

carretas<br />

2005 Brasil Samba de Roda<br />

de Recôncavo<br />

de Bahia<br />

Cultura kallawaya, que abarca todo un<br />

acervo de mitos, ritos, valores, expresiones<br />

artísticas y prácticas medicinales<br />

ancestrales.<br />

Expresión festiva que antecede a la<br />

cuaresma cristiana, donde confluyen<br />

diversas expresiones musicales y<br />

dancísticas de la costa Caribe.<br />

Expresión mestiza (afro-británica) donde<br />

los cocolos (esclavos azucareros)<br />

representa teatral, musical y<br />

dancísticamente históricas cotidianas y<br />

bíblicas.<br />

Drama dinástico maya del siglo XV, de<br />

tradición prehispánica, donde se<br />

representan mitos originarios de la región<br />

de Rabinal, temas cotidianos y políticos,<br />

articulando teatro, música y bailes de<br />

máscaras.<br />

Práctica artesanal ornamental vigente<br />

desde el siglo XX, cuando comenzaron a<br />

engalanarse las carretas transportadores<br />

del café producido en el valle central.<br />

Expresión musical, poética y dancística de<br />

los afrodescendientes del nordeste. Su<br />

práctica puede ser tanto religiosa<br />

(vinculada al catolisismo o a la tradición<br />

yoruba) como popular-pagana.<br />

2005 Nicaragua El Güegüense Drama satírico que se presenta cada año<br />

durante los festejos de San Sebastián, en<br />

protesta por el dominio español durante la<br />

colonia. Expresión mestiza hispanoindígena,<br />

que combina teatro, música y<br />

danza.<br />

2005 Colombia El espacio<br />

cultural de San<br />

Basilio de<br />

Palenque<br />

2005 Perú Artes textil de<br />

Taquile<br />

Territorio cimarrón situado en las faldas de<br />

los Montes de María. Incluye prácticas<br />

sociales, médicas y religiosas, así como<br />

expresiones musicales y orales.<br />

Amenazado por el conflicto políticoeconómico<br />

de la violencia, y las presiones<br />

del mercado.<br />

Tejidos ancestrales de la Isla de Taquile,<br />

ubicada en el lago Titicaca.<br />

Fuente: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

7


Una nueva asimetría aparece entonces en las relaciones centro-periferia<br />

del capitalismo global, en territorios dependientes: las festividades y carnavales<br />

de los países centrales, son de los países centrales, pero aquellos amenazados por<br />

las dinámicas del capital y del proyecto hegemónico de la modernidad<br />

occidental en los países de la periferia, ¿son de toda la humanidad?, ¿qué<br />

significa esa propiedad global?, ¿quién la decide, detenta y administra?<br />

Es en este contexto es que pueden situarte las nociones de cultura de<br />

García Canclini (1990) y Guillermo Bonfil Batalla (1991). Ambos autores parten de<br />

la reflexión sobre lo cultural a partir de la construcción de miradas críticas<br />

respecto a la idea de patrimonio cultural; para el primero por su carácter<br />

conservador y por tanto opuesto a lo cultural como resultado de un proceso móvil<br />

y en última instancia inacabado, mientras que para el segundo, por su carácter<br />

elitista, que distancia a los sectores populares de la construcción de valor y las<br />

posibilidades de acceso a determinadas producciones culturales.<br />

En la reflexión sobre lo cultural a partir de la crítica a su valorización<br />

patrimonial, en ambos autores está la sospecha por las consecuencias que la<br />

modernidad y los procesos de modernización han acarreado a los países<br />

latinoamericanos y en particular a México. Las acciones de patrimonialización<br />

locales, nacionales y globales (estas últimas monopolizadas por la UN<strong>ES</strong>CO), son<br />

desde aquí un ejercicio de asignación de valor a determinadas prácticas, saberes<br />

y producciones culturales. No obstante, en sus últimos niveles de referencia<br />

(nacional y global), ocultan la consagración del proyecto universalizador<br />

propuesto por la racionalidad científica occidental dicotómica, resignificando lo<br />

no-occidental (antes sub-valorado como inculto y arcaico), como patrimonio de<br />

la humanidad.<br />

Se trata de una nueva construcción de la desigualdad social, esta vez<br />

mediante la apropiación institucional global del acervo cultural de los sectores<br />

populares, un nuevo despojo, una nueva forma de subordinación. Y es que lo<br />

cultural no es lo meramente simbólico, sino que está condicionado, inserto en<br />

determinadas relaciones sociales de producción y dominación. Por lo mismo,<br />

postulan que la discusión en torno al auge del patrimonio cultural como urgencia<br />

de preservación de la diversidad cultural a nivel global, no puede ser desarrollada<br />

de manera neutra, a espaldas de las desigualdades y asimetrías entre los pueblos<br />

y culturas a nivel global.<br />

El patrimonio inmaterial no es una categoría ontológica, sino una<br />

construcción social en la que se evidencian relaciones de poder, tensión y<br />

desigualdad, así como diversos niveles de referencia y legitimidad: desde la<br />

valorización comunitaria de ciertas manifestaciones inmateriales de la cultura<br />

popular, hasta el listado de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la<br />

Humanidad, administrado-monopolizado por la UN<strong>ES</strong>CO, en un proyecto<br />

consagrado el año 2003, cuando en Conferencia General, aprueba la<br />

“Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial”.<br />

Al año en curso, 16 “nuevas” manifestaciones latinoamericanas han sido<br />

incluidas en este listado:<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

8


Cuadro 2: Manifestaciones latinoamericanas incluidas en la Lista representativa<br />

del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad entre 2009 y 2011<br />

Año<br />

País<br />

2009 Argentina<br />

- Uruguay<br />

Manifestación<br />

patrimonializada<br />

2009 México Lugares de<br />

memoria y<br />

tradiciones vivas<br />

de los otomí –<br />

chichimecas<br />

2009 Colombia Las procesiones<br />

de Semana<br />

Santa de<br />

Popayán<br />

2009 México La ceremonia<br />

ritual de los<br />

Voladores<br />

2009 Colombia El carnaval de<br />

Negros y<br />

Blancos<br />

2009 Uruguay El candombe y<br />

su espacio<br />

Breve descripción<br />

El tango Expresión musical y dancística del Río de la<br />

Plata, cuyo origen afro-criollo se sitúa en las<br />

sociocultural<br />

2010 Colombia El espacio<br />

normativo de los<br />

wayuus<br />

milongas.<br />

Ritos de agua vinculados al triángulo<br />

simbólico del territorio otomí – chichimeca:<br />

los altos que conforman la Peña de Bernal,<br />

los cerros del Zamorano y el Frontón.<br />

Rito religioso, uno de los más antiguos de<br />

Colombia. Destacado por su cualidad<br />

artesanal y su atmósfera sonora y olfativa<br />

(por el uso de flores, maderas e inciensos).<br />

Danza ritual masculina en honor al sol.<br />

Destacada principalmente por sus cultores<br />

totonacos del Estado de Veracruz, aunque<br />

también es practicado en otras<br />

comunidades indígenas de México y<br />

Centroamérica.<br />

Festividad indo-hispana que se celebra en el<br />

sudeste colombiano, que va desde el 28 de<br />

diciembre hasta el 6 de enero, donde se<br />

realiza la cremación ritual del Año Viejo.<br />

Llamadas de candombe, situadas al sur de<br />

Montevideo, expresiones de resistencia<br />

cultural y comunidad afrouruguaya.<br />

Sistema de administración de justicia y<br />

convivencia tradicional de la Guajira,<br />

inspirado en los principios de reparación y<br />

compensación. Es aplicado por autoridades<br />

morales autóctonas, los “püchipü´üis” o<br />

“palabreros”.<br />

2010 México La pirecua Canto tradicional de las comunidades<br />

indígenas p´urhépechas del Estado de<br />

2010 México Los parachicos<br />

en la fiesta<br />

tradicional de<br />

enero en<br />

Chiapa de<br />

Corso<br />

Michoacán.<br />

Danza ritual dedicada a Nuestro Señor de<br />

Esquipulas, San Antonio Abad y San<br />

Sebastián, entre los días 4 y 23 de enero. Los<br />

parachicos son los bailarines del festejo: La<br />

Fiesta Grande de Chiapa de Corso.<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

9


2010 Colombia Músicas de<br />

marimba y<br />

cantos<br />

tradicionales del<br />

Pacífico Sur<br />

Las músicas de marimba incluyen también<br />

cantos corales femeninos, danzas y ritos<br />

festivos. Característicos de los<br />

afrodescendientes del Pacífico Sur<br />

colombiano, este arte considera no sólo la<br />

interpretación sino además la confección<br />

artesanal de sus instrumentos tradicionales.<br />

2010 Perú La huaconada Danza ritual celebrada en el pueblo de Mito,<br />

en la cordillera andina central de Perú. Los<br />

huacones enmascarados danzantes<br />

representan al antiguo consejo de ancianos,<br />

autoridad tradicional de la comunidad, que<br />

2010 Perú La danza de las<br />

tijeras<br />

2010 México La cocina<br />

tradicional<br />

mexicana – El<br />

paradigma de<br />

Michoacán<br />

2011 Perú La<br />

peregrinación al<br />

Santuario del<br />

Señor Qoilluryt´i<br />

vuelve a tener vigencia durante el festejo.<br />

Danza ritual de competición practicada<br />

durante la estación seca del año, que es<br />

practicada por comunidades aymaras de la<br />

parte sur de la cordillera andina central de<br />

Perú. Por sus atuendos, la Iglesia satanizó su<br />

práctica.<br />

Cultura gastronómica ancestral y<br />

comunitaria. Comprende prácticas<br />

agrícolas, conocimientos culinarios y modos<br />

de comportamiento comunitarios. Destaca<br />

Michoacán por la existencia de<br />

agrupaciones de cocineras, no obstante ello<br />

no es exclusivo de dicho Estado.<br />

Peregrinación andina donde se<br />

entremezclan elementos culturales indígenas<br />

y católicos, y que reúne 8 naciones<br />

indígenas: Paukartambo, Quispicanchi,<br />

Canchis, Acomayo, Paruro, Tawantinsuyo,<br />

Anta y Urubamba.<br />

2011 México El Mariachi Música tradicional de canto y cuerdas al<br />

que se han incluido posteriormente<br />

trompetas. Destacado por su vasto<br />

repertorio rítmico-musical y por su relevancia<br />

2011 Colombia Los<br />

conocimientos<br />

tradicionales de<br />

los chamanes<br />

jaguares de<br />

Yuruparí<br />

identitaria a nivel nacional.<br />

Patrimonio étnico de diversos grupos<br />

asentados a orillas del río Pirá Paraná, al<br />

sudeste de Colombia. Ancestralmente, el río<br />

es reconocido como el lugar de los jaguares<br />

de Yuruparí, cuyos sitios sagrados encierran<br />

la energía espiritual vital del mundo. Los<br />

chamanes jaguares administran el<br />

calendario ritual y la práctica de sabereshaceres<br />

ancestrales en ellos.<br />

Fuente: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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Asimismo, a estas manifestaciones, se suman otras dos categorías<br />

administradas desde la UN<strong>ES</strong>CO: “Programas, proyectos y actividades para la<br />

Salvaguarda”, donde se incluyen aquellas expresiones o iniciativas en trámite de<br />

patrimonialización inmaterial de la humanidad, y el listado de manifestaciones<br />

que según dicha entidad, requieren medidas urgentes de conservación, por estar<br />

en riesgo de desaparición.<br />

Entre los primeros, se incluye:<br />

Año<br />

Cuadro 3: Programas, proyectos y actividades latinoamericanos para la<br />

Salvaguarda<br />

País<br />

2009 Bolivia,<br />

Chile y<br />

Perú<br />

Manifestación<br />

patrimonializada<br />

2011 Brasil Concurso de<br />

Proyectos del<br />

Programa<br />

Nacional de<br />

Patrimonio<br />

Inmaterial<br />

Breve descripción<br />

Cultura Aymara Expresiones orales, musicales y conocimientos<br />

tradicionales de las comunidades aymaras<br />

del altiplano.<br />

Concurso nacional que incentiva la<br />

valorización de diversas manifestaciones<br />

culturales inmateriales brasileñas. Los<br />

proyectos deben incluir tanto el<br />

involucramiento comunitario como acciones<br />

tendientes a la conservación patrimonial,<br />

tales como la realización de investigaciones y<br />

la elaboración de soportes audiovisuales.<br />

Fuente: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011<br />

Entre las segundas, por su parte, encontramos:<br />

Cuadro 4: Lista latinoamericana del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que<br />

requiere medidas urgentes de Salvaguarda<br />

Año<br />

País<br />

Manifestación<br />

patrimonializada<br />

Breve descripción<br />

2011 Brasil El yaokwa Ritual del pueblo enawene nawe (situado en<br />

la cuenca del río Juruena, en los bosques<br />

lluviosos de la Amazonía meridional),<br />

practicado para la vigencia del orden social<br />

y cósmico. El rito forma parte de la<br />

cotidianeidad de la comunidad pues se<br />

prolonga diariamente durante 7 meses.<br />

Combina conocimientos sobre agricultura,<br />

gastronomía, artesanía y construcción.<br />

Actualmente está amenazado por la<br />

depredación ambiental.<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

11


2011 Perú El Eshuva Rito de la cultura amazónica indígena<br />

Huachipaire. Canto acompañado de la<br />

bebida de masato, que simboliza el rito de<br />

paso para que los jóvenes de la comunidad<br />

se incorporen al rito. Destacado por no utilizar<br />

más instrumentación que la voz, y versarse en<br />

la legua tradicional Harákmbut. Su práctica y<br />

transmisión oral está amenazada por la<br />

migración de los jóvenes y por la asimilación<br />

de elementos culturales externos a la<br />

comunidad.<br />

Fuente: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011<br />

Ahora bien, dado que tanto la postulación de una manifestación cultural<br />

inmaterial como la administración de los recursos asociados a su conservación<br />

están intermediados por el Estado correspondiente, muchas son las dudas y<br />

suspicacias que emergen de este proyecto universal de salvaguarda cultural, así<br />

como también de sus categorías de “emergencia” y “en tramitación” para<br />

alcanzar dicho estatus: ¿qué criterios definen las postulaciones de los Estados?,<br />

¿qué garantiza la participación de los cultores que sostienen la continuidad de las<br />

manifestaciones patrimonializadas?, ¿qué validez tiene un listado selectivo que<br />

excluye-incluye manifestaciones culturales de relevancia y significación local con<br />

criterios de valorización universal?, ¿es posible efectivamente “conservar” una<br />

dimensión tan inaprensible, polisémica y móvil como las manifestaciones<br />

inmateriales de la cultura popular?, ¿cómo se relaciona este proceso de<br />

patrimonialización con las dinámicas de mercantilización cultural vinculadas al<br />

turismo en tanto apuesta de desarrollo territorial?, y finalmente, ¿cuál es el papel<br />

de las formas festivas y carnavaleras en esa doble dinámica de valorización<br />

cultural?<br />

IV. EL PATRIMONIO INMATERIAL: CONTRADICCION<strong>ES</strong> Y POTENCIALIDAD<strong>ES</strong><br />

Tomemos algunos ejemplos del primer listado de Salvaguarda de<br />

patrimonios inmateriales, proclamados por la UN<strong>ES</strong>CO bajo la figura de “obras<br />

maestras del patrimonio oral y cultural de la humanidad”: “El carnaval de Oruro”,<br />

“El carnaval de Barranquilla” y “las fiestas indígenas dedicadas a los muertos”<br />

(México).<br />

En los tres casos resulta evidente el impacto económico positivo que una<br />

actividad festiva de trascendencia nacional y proyección internacional tiene<br />

para la dinámica económica territorial. La afluencia del turismo es siempre una<br />

oportunidad de movilizar economías que durante las temporadas “bajas” se<br />

encuentran estancadas, ya sea por la crisis o esterilidad de los demás sectores<br />

económicos, o bien por la debilidad del mercado interno en términos de<br />

capacidad de consumo.<br />

Oruro, por ejemplo, es un territorio extremadamente pobre, dada su<br />

antigua dependencia de una actividad minera hoy agotada, y la consecuente<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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degradación de los suelos para la práctica de economías agrícolas de<br />

subsistencia y comercio en pequeña escala. Barranquilla, por su parte, pese a ser<br />

un dinámico puerto del Caribe colombiano, es un territorio con altos niveles de<br />

concentración de riqueza y capital, de modo que el carnaval es un espacio de<br />

comercio informal de gran relevancia para sus sectores populares. Asimismo, los<br />

territorios indígenas tales como el Lago de Pátzcuaro en el Estado de Michoacán,<br />

tienen altos niveles de vulnerabilidad política, económica y social, por el<br />

desempleo, la violencia y la contaminación ambiental del propio lago, frente a lo<br />

cual el turismo se ha convertido en uno de los principales polos dinamizadores de<br />

su economía local.<br />

Pero, ¿cuáles son las tensiones y contradicciones que ocultan estos<br />

procesos de inserción capitalista a través del turismo cultural? Pese a que son<br />

variadas las expresiones de tensión y contradicción, nos ocuparemos se señalar<br />

las que, a la luz de la argumentación hasta acá expuesta, resultan<br />

fundamentales:<br />

a) Dependencia económica: retomando las distinciones de Vania Bambirria<br />

entre situación de dependencia y estructuras dependiente (Bambirria 1999:<br />

8), podríamos plantear que la inserción al capitalismo de manifestaciones<br />

culturales inmateriales actualiza una “situación generalizada de<br />

dependencia”, cuyas estructuras específicas estarán principalmente<br />

condicionadas por el nivel de diversificación económica del territorio<br />

festivo de referencia, y por el nivel de participación que los cultores de<br />

dichas manifestaciones, tanto en la gestión de la propia puesta en escena<br />

de su festividad, como en el acceso a los beneficios económicos derivados<br />

de su proceso de mercado. La fiesta moviliza un encadenamiento de<br />

productos y servicios vinculados al transporte, la comida, el hospedaje, la<br />

venta de artesanías y/o productos “típicos” que generalmente están en<br />

manos de las elites territoriales o bien en agentes económicos externos que<br />

aprovechan el contexto festivo para acceder a sus potenciales ganancias.<br />

b) Desritualización: tendencia a diluir el carácter ritual de las manifestaciones<br />

para transformarlas en un espectáculo hecho para el otro-turista, como<br />

parte del proceso de separación de la manifestación cultural inmaterial<br />

respecto de su base social de significación y necesidad vital. Es lo que<br />

Canclini denomina “apropiación” y “resignificación” (García Canclini<br />

1986), en contextos de capitalismo dependiente con tradiciones étnicoculturales<br />

relevantes. En los ejemplos citados, el caso de la Isla de Janitzio<br />

resulta particularmente ilustrativo: allí, las gentes esperan a sus muertos<br />

como de costumbre, velando su llegada con ofrendas que recuerdan sus<br />

gustos en vida. Pero la música tradicional que antaño acompañaba la<br />

espera en el panteón, hoy ha sido reemplazada por un largo peregrinaje<br />

de turistas en procesión por tomar la mejor foto del festejo, y el gobierno<br />

local ha situado en una cancha aledaña el ahora “espectáculo musical”<br />

que ya no sólo es tradicional. Mientras, el comercio informal sucede por las<br />

callejuelas de la isla hasta altas horas de la madrugada y teniendo que<br />

lidiar con la embriagada violencia del otro-turista en medio del rito.<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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c) Degradación: tanto a nivel ambiental como social, la mercantilización<br />

turística de las manifestaciones culturales inmateriales, principalmente en el<br />

caso de las fiestas populares y los carnavales, genera altos niveles de<br />

contaminación ambiental, violencia y prostitución, que son parte del<br />

propio desborde festivo, pero ahora practicado por otro-turista. El caso del<br />

carnaval de Barranquillas es en este sentido un ejemplo emblemático: en<br />

la medida en que crece su atractivo, mayores son los costos sociales y<br />

ambientales del festejo.<br />

Esta tríada dependencia-desritualización-degradación, es una cadena<br />

que se profundiza y actualiza conforme avanza o retrocede el proceso de<br />

valorización capitalista de la fiesta y el carnaval. No obstante es claro que, en<br />

todos los casos, la conversión de estas formas culturales en objetos de consumo<br />

turístico, transforman profundamente su dinámica y significado, tendencia<br />

radicalmente opuesta a la propuesta de valorización patrimonial y salvaguarda,<br />

cuyo carácter es eminentemente conservador.<br />

El carácter paradójico de esta tensión, es que un de las consecuencias<br />

esperadas y destacables del proyecto de valorización de fiestas y carnavales<br />

como patrimonios inmateriales de la humanidad, es justamente su capacidad de<br />

transformarse en activos culturales del territorio, es decir, en su capacidad de<br />

convertirse en atractivos turísticos globales a los que se encadenen otros bienes y<br />

servicios del territorio, para su dinamización económica.<br />

Se trata del denominado Desarrollo Territorial con Identidad Cultural<br />

(OPERA 2007), un enfoque de desarrollo que enfrenta la contradicción vital entre<br />

la sostenibilidad y la dependencia, entre la revalorización identitaria y la<br />

inevitable transformación de sus tradiciones culturales inmateriales, entre la<br />

apertura de oportunidades para superar la pobreza en territorios vulnerables y la<br />

profundización de las asimetrías sociales, por las desiguales condiciones de<br />

apropiación de dichas tradiciones.<br />

V. APORT<strong>ES</strong> CONCEPTUAL<strong>ES</strong> D<strong>ES</strong>DE <strong>LA</strong> NOCIÓN DE “VALOR”<br />

La cuestión del patrimonio inmaterial y sus diversos niveles de referencia y<br />

legitimidad (la comunidad, el gobierno local, el gobierno nacional, la UN<strong>ES</strong>CO y<br />

sus diversas imbricaciones de mercado, principalmente a través del turismo),<br />

puede abordarse también desde las nociones de “valor” y “procesos de<br />

valorización”, rescatando algunas de las reflexiones presentes en la literatura<br />

marxista. En este marco, y sin ánimo de rescatar tal perspectiva más que en su<br />

potencial categorial, es posible proponer las siguientes distinciones:<br />

a) Procesos de valorización identitarios: procesos intangibles, sostenidos por la<br />

comunidad, que dan valor a lo cultural en tanto se reconocen en sus<br />

manifestaciones y prácticas culturales. La tensión que habita en este<br />

proceso es la reconfiguración de esta identidad en escenarios de<br />

encuentro con la alteridad, la que en el caso del turismo está representada<br />

por la mirada exotizante del otro-turista. Como señala irónicamente<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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Eduardo Galeano en uno de sus populares juegos de lenguaje: “desde el<br />

punto de vista del indígena, el exótico es el turista” (Galeano 2007).<br />

b) Procesos de valorización patrimonial: aquellos sostenidos por la<br />

institucionalidad, que dan valor a lo cultural en tanto conciben sus<br />

manifestaciones y prácticas culturales como algo valioso y generan<br />

regulaciones para protegerlas. Por esta razón, se trata de un proceso mixto,<br />

es decir, en un primer momento es intangible (cuando se está<br />

resignificando lo cultural como “valioso”) y en un segundo momento<br />

tangible (cuando se generan regulaciones). Asimismo, este segundo<br />

momento es justamente el que encarna las tensiones propias de todo<br />

proceso de patrimonialización, en la medida en que los recursos asignados<br />

para la conservación de manifestaciones culturales inmateriales,<br />

desencadenan la punga entre los diversos actores del territorio por<br />

administrar su uso. En el caso de los patrimonios inmateriales de la<br />

humanidad, el asunto es aun más complejo, pues generalmente se asigna<br />

la legitimidad por esa administración a actores externos de las propias<br />

manifestaciones, tales como gobiernos locales, investigadores y expertos<br />

técnicos foráneos.<br />

c) Procesos de mercantilización cultural: proceso tangible que consiste en la<br />

conversión del valor simbólico de lo cultural en valor de cambio (o de<br />

mercado), suprimiendo o diluyendo su valor de uso ritual. Se trata de la<br />

inclusión de manifestaciones insertas en su propio ciclo ritual y agroastrológico,<br />

en el ciclo de valorización del capital (Osorio 2004). La fiesta y<br />

el carnaval quedan así transformados en producto-espectáculo para el<br />

consumo, sus cultores en una suerte de asalariados temporales de su<br />

práctica, los administradores del festejo (generalmente agentes privados y<br />

gobiernos locales) en gestores-capitalistas, y los antiguos visitantes en<br />

consumidores-turistas.<br />

Las distinciones propuestas permiten no sólo conceptualizar, sino además<br />

identificar en casos específicos de patrimonialización-mercantilización de fiestas<br />

populares y carnavales, el carácter inclusivo, conflictivo y/o excluyente del<br />

proceso, o dicho de otro modo, los niveles y especificidades de cooptación de<br />

mercado a la que se enfrentan tales manifestaciones culturales.<br />

Esto significa que dependiendo del grado de participación y decisión que<br />

tengan los cultores y comunidades que sostienen y dan vida a las<br />

manifestaciones culturales inmateriales, en su puesta en valor patrimonial y<br />

económica, la estrategia de valorización territorial de atractivos culturales a partir<br />

de la promoción turística será o no una estrategia relevante de desarrollo.<br />

La importancia de este argumento tiene que ver con un aspecto hasta<br />

ahora no tratado y que representa una tensión externa a la discusión propuesta:<br />

allí donde el carnaval o la fiesta popular tiene lugar en un territorio de amplia<br />

riqueza biodiversa, la tendencia del capital global apunta a la explotación<br />

intensiva y extensiva de sus recursos, tensionando la propia sobrevivencia de las<br />

comunidades rurales en sus territorios (Martínez González –Tablas 2000).<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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La posibilidad de este otro modelo de desenvolvimiento o desarrollo<br />

capitalista, aun con los riesgos implica, es desde este ángulo un terreno potencial<br />

en donde las comunidades rurales enfrentan un campo de lucha muy distinto,<br />

enfrentados a capitales transnacionales y nacionales, cuya valorización del<br />

territorio parte de su propia segregación, continuando con el patrón de<br />

reproducción colonial extractivista, que desangra la riqueza de suelos y subsuelos<br />

sin participación de quienes, por derecho consuetudinario, son sus soberanos.<br />

La disputa desde otra valorización económica sostenible del territorio, con<br />

pertinencia cultural y miras a defender Derechos Colectivos Fundamentales, entra<br />

así en una encrucijada, en el marco del avance voraz del neoliberalismo global:<br />

acogerse a los parámetros del Desarrollo Territorial con Identidad Cultural y<br />

refundar su sostenibilidad desde los preceptos de Salvaguarda del Patrimonio<br />

Inmaterial de la Humanidad, o inventar alternativas y resistencias desde modelos<br />

propios de puesta en valor de lo cultural y lo territorial que rompan las condiciones<br />

de dependencia implícitos en tales preceptos.<br />

El juego está aun abierto, como lo han mostrado los afrochilenos en el<br />

Norte Grande, quienes a punta de recuperar sus expresiones culturales,<br />

reivindican su papel en la historia local y nacional, poniendo en escena su<br />

tradicional juego carnavalero, el tumba carnaval, como expresión de que tras el<br />

metarelato de la chilenidad blanqueada, se oculta la hasta entonces silenciada<br />

presencia de los abuelos morenos y sus descendientes en Arica y el valle de<br />

Azapa.<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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Bibliografía<br />

Bambirra, Vania: El capitalismo dependiente latinoamericano. Siglo XXI<br />

editores. México, 1999.<br />

Bonfil Batalla, Guillermo: Pensar nuestra cultura. Alianza Editorial, 1991.<br />

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editores. Premio Ensayo siglo XXI, Novena Edición, 1985.<br />

Galeano, Eduardo: Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Siglo XXi<br />

Editores, 2007.<br />

García Canclini, Néstor: Las culturas populares en el capitalismo. Editorial<br />

Nueva Imagen. México, 1986.<br />

García Canclini, Néstor: Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de<br />

la modernidad. Ed. Grijalbo. México, 1990.<br />

Martínez González – Tablas, Ángel: Economía Política de la Globalización.<br />

Ed. Ariel. España, 2000.<br />

Molano, Olga Lucía: La identidad cultural. Un concepto que evoluciona.<br />

(Artículo). En: <strong>Revista</strong> OPERA n⁰ 7. 2007 – 2008. CIPE y Universidad<br />

Externado de Colombia. Parte I: Desarrollo rural con identidad cultural:<br />

conceptos y reflexiones teóricas.<br />

Osorio, Jaime: Crítica de la economía vulgar. Reproducción del capital y la<br />

dependencia”. Colección América Latina y el Nuevo Orden Mundial. México:<br />

Miguel Ángel Porrua. UAZ, 2004.<br />

Prebisch, Raul: “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de<br />

sus principales problemas”, 1949.<br />

Wallerstein, Inmanuel: Análisis de Sistemas-Mundo. Una introducción. Siglo<br />

XXI editores, 2005<br />

CISMA Año 1 2º semestre 2011<br />

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