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17-c ok.qxd 10/2/2010 11:21 PM Page 1<br />
La Plata, domingo 3 de octubre de 2010 TramaUrbana 17<br />
Historias del crimen<br />
Mirta Norma Penjerek<br />
o el nombre de un misterio<br />
E<br />
l 29 de mayo de 1962<br />
no fue un día<br />
cualquiera. Hizo una décima<br />
bajo cero, la presión de la<br />
CGT se hizo sentir con un paro<br />
general y una chica de 16<br />
años iba a convertirse en la<br />
protagonista de uno de esos<br />
casos policiales que el “público”<br />
sigue como si fuera una<br />
novela por entregas. Como<br />
tantos otros, quedó impune.<br />
<strong>El</strong>la se llamaba Mirta Norma<br />
Penjerek y pertenecía a<br />
una familia judía de clase media.<br />
Vivía en una casa ubicada<br />
sobre la avenida Juan Bautista<br />
Alberti al 3.200, justo en el límite<br />
de los barrios de Floresta y Flores.<br />
Terminaba el secundario ese<br />
año y soñaba con ser dentista. Ese<br />
día en que la vieron por última vez<br />
durmió hasta tarde. Almorzó. Hojeó<br />
una revista. Y a las 17.30 salió a la<br />
calle para desandar las 20 cuadras<br />
que la separaban de la casa de su<br />
profesora particular de inglés.<br />
Esta mujer contaría luego a la<br />
Policía que notó a Mirta distraída,<br />
“como preocupada por algo”. La<br />
adolescente salió de la clase a las<br />
ocho menos veinte. Era de noche,<br />
lloviznaba y a ella se la tragó el misterio.<br />
Como pasaban las horas y su<br />
única hija no volvía a casa, Enrique<br />
Penjerek y Clara Breitman contactaron<br />
a todos sus conocidos para<br />
preguntarles si sabían algo de Norma.<br />
Nada. Cerca de la medianoche,<br />
el papá fue a la comisaría 40° y el<br />
oficial que tomó la denuncia no<br />
imaginó que le estaba dando la<br />
primera puntada a un caso que iba<br />
a ocupar la tapa de diarios y revistas<br />
durante meses. La foto de la chica<br />
apareció publicada, pero nada.<br />
Pasaban los días, y nada.<br />
Enrique reprochó a las autoridades<br />
la falta de noticias y la opinión<br />
pública lo apoyó de manera contundente.<br />
<strong>El</strong> gobierno de José María<br />
Guido acusó el impacto y ordenó a<br />
la Policía que esclareciera el hecho.<br />
Un poco más de un mes y medio<br />
después, el 15 de julio, el sereno del<br />
Instituto Fitotécnico de Lavallol recorría<br />
los terrenos junto a su perro<br />
cuando el animal se puso a cavar<br />
concienzudamente la tierra húmeda.<br />
<strong>El</strong> hombre vio unos dedos humanos<br />
y no quiso ver más. Fue derechito a<br />
la comisaría de Lavallol. Un rato más<br />
tarde la Policía desenterraba el cadáver<br />
desnudo de una mujer que los<br />
forenses estimaron de entre 25 y 30<br />
años. Tenía el corpiño entre las manos<br />
y parecía poco probable que se<br />
tratara de Penjerek, hasta que un cotejo<br />
de huellas y dentadura lo confir-<br />
mó oficialmente. Los peritos<br />
de la Corte bonaerense, en La<br />
Plata, determinaron que había<br />
sido asesinada a golpes, estrangulada<br />
con un alambre y<br />
apuñalada en el pecho entre el<br />
4 y el 8 de julio.<br />
<strong>El</strong> caso quedó en manos<br />
del juez platense Alberto Garganta<br />
y los policías Jorge Colotto<br />
y Mario Vodeb, quienes<br />
tenían la certeza de un crimen,<br />
un cuerpo, y nada más. A un<br />
año del hallazgo, el 15 de julio<br />
de 1963, una prostituta de 23<br />
años que ofrecía sus servicios<br />
en la estación de Constitución<br />
se presentó ante la Policía para<br />
declarar que sabía quién había matado<br />
“a la Penjerek”.<br />
Mabel Sisti aseguró que el concejal<br />
de Florencio Varela Pedro Vecchio<br />
era el autor material del crimen<br />
e identificó a otras 5 personas<br />
como integrantes de una banda que<br />
secuestraba mujeres para prostituirlas,<br />
drogarlas y aprovecharse de<br />
ellas en fiestas privadas. Describió<br />
con lujo de detalles la casa donde<br />
habría sido asesinada Mirta, cuando,<br />
según dijo, se negó a que le sacaran<br />
fotos mientras mantenía relaciones<br />
con un hombre.<br />
<strong>El</strong> juez Garganta tomó declaración<br />
a la prostituta, sin que le cerrara<br />
del todo la historia. Conclusión:<br />
Vecchio negó todo, los acusados<br />
apelaron el procesamiento ante<br />
la Cámara de La Plata, denunciaron<br />
torturas por parte de la Policía<br />
y la causa terminó de caerse<br />
cuando Sisti se retractó diciendo<br />
que todo era mentira; que lo había<br />
Tenía 16 años. Era la hija de un matrimonio judío.<br />
Se dijo que la había secuestrado una banda<br />
dedicada a la pornografía y la explotación sexual.<br />
Después, todo quedó en la nada. Hay quienes<br />
aseguran que podría estar viva<br />
hecho por dinero.<br />
Tres meses después, la Cámara<br />
dejó en libertad a los implicados y<br />
cuestionó severamente a los policías.<br />
Colotto fue removido del caso por<br />
orden del ministro del Interior.<br />
A las hipótesis del narcotráfico,<br />
la pornografía y las maratónicas<br />
orgías en un chalet de Bosques, se<br />
sumaron otras. Por ejemplo, la que<br />
sostenía que Mirta había sido secuestrada<br />
por un grupo neonazi,<br />
en venganza porque su padre fue<br />
uno de los que ayudó a un comando<br />
israelí que había venido a la Argentina<br />
a buscar al criminal de<br />
guerra Adolf Eichmann.<br />
<strong>El</strong> matrimonio Penjerek dejó la<br />
Argentina y se radicó en Israel.<br />
Vecchio se dedicó a su zapatería de<br />
Florencio Varela y su nombre volvió<br />
a las páginas de policiales en<br />
1974, cuando uno de sus hijos fue<br />
secuestrado en Rosario.<br />
<strong>El</strong> caso quedó definitivamente<br />
impune.<br />
Lo que se sabe es que el cadáver<br />
que está enterrado en La Tablada<br />
con el nombre de Mirta mide 11<br />
centímetros más de lo que medía la<br />
chica. ¿Está viva? Otro de los mitos<br />
que alienta la falta de justicia.