11 DALE LA VUELTA A LEON ABRIL.indd - Dale la vuelta a León

DE CERCA JAVIER MENÉNDEZ LLAMAZARES
PERFILES DE LA NUEVA ESCENA CULTURAL
LEONESA | Hay personas que con su presencia lo
cambian todo. Y hay otras, incluso, que sin estar directamente
ahí, y más bien moverse en el frío de la
distancia, ayudan a dar forma a una escena literaria
que no deja de crecer y mutar. Javier Menéndez
Llamazares es uno de ellos, parte activa y presencia
inmaterial dentro de la nueva literatura leonesa.
En los noventa inició una carrera creativa que desde
entonces muchos seguimos con atención, con varios
premios literarios destacados, una temporada
en Colonia (Alemania), periodismo cultural y una
estancia como editor en Santander que parece que
se prolonga defi nitivamente. Versátil como pocos, en
2009 publicó su novela El método Coué y el poemario
Cosas que no se pueden encontrar en internet,
además de múltiples colaboraciones, el libro de relatos
Con amigos como tú justo al año siguiente, en el
2010 y la colección de artículos Todos los charcos
en 2012. Falta muy poco para que aparezca en las
librerías su nuevo asalto narrativo, La teoría del vaso
de agua (Salto de Página, 2013), una nueva muestra
de su infatigable e intensa curiosidad literaria.
POR JULIO CÉSAR ÁLVAREZ |
Psicólogo y escritor. Fue co-fundador y director
editorial de ‘Azul Eléctrico-Cultura Subterránea’.
Puedes seguir sus diatribas en ileon.com y en
juliocesaralvarez.blogspot.com.es. "Luz fría"
(Origami, 2013) es su última novela.
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¿Qué nos puedes adelantar de tu nueva novela,
La teoría del vaso de agua? | ¿Cuánto
espacio tenemos? Cuenta la historia de Carmen
Arruti, una joven española de buena familia que va
a estudiar a Berlín y termina inmersa en las revueltas
estudiantiles de 1968. Se trata de una época
convulsa, con muchas conexiones con el momento
actual; aunque no es libro político ni sesudo: como
en los ingeniosos y divertidísimos movimientos de
protesta de entonces, está lleno de sexo, revolución
y rock and roll.
¿Existe el triunfo literario o es solo un mito? |
Sospecho que el éxito, por muy merecido que sea,
es siempre un milagro. Y es que Warhol hizo mal los
cálculos: con quince minutos no nos alcanza para
todos. Aparte de que el éxito es algo relativo y, en
cualquier caso, tampoco es algo que deba quitarle
el sueño al escritor. Más que el tremendismo de
Kennedy-Toole, me convence el Horacio que se
contenta con pocos lectores.
León parece despegar literariamente por enésima
vez. ¿Qué destacarías de estos últimos
años? ¿Echas algo de menos? | Es un caso realmente
asombroso, la extraordinaria vida literaria de
León. Imagino que tiene mucho que ver, aparte de
la tradición, la atención exquisita de la prensa, que
lleva décadas fomentado y alentando cualquier expresión
creativa, por humilde que resulte. A periodistas
como Fulgencio Fernández o Emilio Gancedo
habría que concederles la orden del mérito literario,
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o al menos una canongía con una buena renta vitalicia.
Lo triste, claro, es que la miseria económica
y social de la sumisión a Castilla nos condena a la
emigración. Es el legado de Martín Villa.
Tu pasión por la música popular no es ningún
secreto. ¿Es posible un diálogo de igual a
igual entre la música y la literatura? | Qué va;
la música siempre ganaría. De hecho, el concierto
de rock más intrascendente siempre duplica o triplica
en asistentes al acto literario más exquisito;
quizás tenga que ver que en unos hay que mantener
la compostura y en los otros se puede saltar,
dar voces y hasta doparse con todo tipo de sustancias,
pero lo cierto es que nadie va escuchando
poesía en el coche. Aparte de que ligan muchísimo
más los músicos que los escritores, y ese agravio
comparativo conduce a diferencias insalvables. Lo
curioso, sin embargo, es que con el tiempo, los músicos
suelen pretender reconvertirse en escritores;
justicia poética, imagino.
¿Qué lecturas te han transformado últimamente?
| Lo cierto es que la explosión de nuevas
editoriales está poniendo muy difícil decidir qué
leer: hay tanto y con tanta calidad… Últimamente
me ha sorprendido Cómo escribir relatos, de Ring
W. Lardner. También el rescate de un extraordinario
periodista, Ramón Garriga, con El ocaso de los dioses
nazis. En general, me suelo inclinar por el libro
independiente, aunque me gustaría que apostasen
más por los jóvenes escritores españoles.