PALABRA DE DIOS ACTUAL - Regreso

16
Anuario 2011
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PALABRA DE DIOS 2012
Pregúntale a Dios, conoce sus respuestas
El Mundo está mirando a esta nueva Venida
de Dios, les he dicho que la Primera Venida, fue en
Jesús, el Dios hecho hombre. En este momento es
en Espíritu, en el que Jesús y el Espíritu Santo, se
unen en una entidad para iluminar al Mundo, para
iluminar sus Espíritus y en esta fortaleza, encuentren
el Camino de Regreso.
Se han anunciado, como profecías,
catástrofes nucleares y naturales, de las cuales
ustedes tienen constancia. Su Mundo, la Tierra, está
en ebullición y es en el reestablecimiento del orden
Espiritual como pueden salvarla.
La solución no está afuera, está adentro de
todos y cada uno de los que integran a este Planeta.
Les he dicho que quienes más tienen y más
saben, lo compartan con los menos afortunados,
para restablecer el orden y el equilibrio Mundial. La
Tierra es un Planeta Vivo, con la inteligencia
suficiente para recibir sus acciones, sus emociones
y sobre todo, su amor.
Señor ¿hay algo más que quieras decir?
Todo lo que les he transmitido hasta hoy, es
un resumen de todo lo que se ha profetizado, de lo
que se ha documentado como historia, de las
vivencias que tienen en cuanto a desastres
naturales y tecnológicos. Les he dado la información
compactada de todo lo que hoy tienen que saber y
quiero exaltar la gran responsabilidad que tienen
unos con otros y con el maravilloso Planeta que
habitan.
Todo está en sus manos. Su esfuerzo por
elevar su conciencia, en comunicación con su
Espíritu, los lleva a la comprensión, de lo que Yo les
comunico, a través de mensajes, tanto a Sara como
a muchos otros profetas en el Mundo.
Debo hacer una distinción entre los profetas,
que lo han sido durante toda la existencia de la
humanidad, y aquellos que se autoproclaman
profetas, en beneficio personal. Les pido que
distingan entre estos dos tipos. Los primeros hablan
en verdad, amor y justicia, y jamás reciben ningún
beneficio, ni económico, ni de ninguna índole y son
anónimos. Los segundos lucran con su actuar.
Las palabras de Dios no tienen valor
económico, no hay moneda para pagarlas, es
solamente mediante la devoción, la fe y el amor
incondicional como se llega a su presencia. Los
bendigo, les doy mi paz y continúen trabajando.
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