32 a 39 - Club Náutico San Isidro

DÉCADAS
1950
1959La vieja
y querida Tenax llevando
a la Comisión de Regatas
con el Flaco Karcher, el
8 de mayo de 1955 (arriba
izq.).
Tripulación del Trucha II, en
la regata Newport-Bermuda
1954: Adolfo Guido Lavalle,
Mauricio de La Fare (capitán),
Hipólito Gil Elizalde,
Carlos Colombo y Hugo V.
Tedín (arriba ctro.).
Sr. Cecere y el niño Martín Ferro,
en el Alba, enero de 1955.
—32—
En 1950 se firma el contrato para la instalación de la estación proveedora
de combustibles, que se ubicaría donde actualmente funciona
el Bar del Sollado.
El 28 de septiembre de 1951 queda formalizada en La Plata la
escritura traslativa de dominio de la isla Sarandí a favor del Club. Con
tal motivo se organiza un multitudinario homenaje a Don Felipe Urdapilleta,
factor indispensable en la concreción de ese anhelo. El acto
se realiza el 15 de diciembre y en el transcurso de la celebración se
le entrega una medalla de oro conmemorativa.
Desde La Habana, Cuba, llegan noticias no menos estimulantes: nuevamente
los hermanos Carlos y Jorge Vilar Castex se consagran
campeones de Snipe por segunda vez.
Alberto Ferro, en el Grulla,
septiembre de 1955.

1950
En 1952 se inaugura la estación de servicio y se construye el cami- Teresa Vico, Celina Migone,
no asfaltado entre el edificio y el balneario.
Edda Gainza y Sonia Topalian
de Martínez Pieres
(arriba der.).
En el año 1954 se establece la copa Presidente Benjamín F. Nazar,
nombre con el que además se bautiza a la nueva draga adquirida.
Al 30 de abril de ese año el Club tiene un total de 5658 socios.
El terraplén de endicamiento se eleva de 2.40m a 3.20m.
Se adquiere el Grumete Tonina, que recibe el nombre de Ñandubay.
El 16 de mayo, luego de un concurrido almuerzo criollo, se celebra
el Día del Navegante.
Alberto Migone y Ñati
El 30 de mayo muere el Dr. José María Pirán, uno de los tres ini-
González Victoria
ciadores del Club. (abajo der.).
Amelia Fernández Casaux, Marcela Rodríguez Amadeo, Marta Vico
y Ana María Cabrini, el 22 de septiembre de 1956.
—33—
1959

DÉCADAS
1950
equipo del Náutico —integrado
porTacho Ferrere,
Chon Urien, Bebe Molina
Berro, Coco Bagnardi, Sonia
Topalian de Martínez Pieres,
Chicha Ferrere, Chela Migone
y Teresa Vico— y su adversario
en la semifinal del
torneo Interclubes por la
Copa Brasil, en 1959
(arriba izq.).
1959El
—34—
Entre 1954 y 1955 culmina la construcción de la cancha de golf,
con sus 18 hoyos completos, obra iniciada en 1928 sobre una pequeña
parte de la isla, que gradualmente fue mejorando por constantes
rellenos y saneamientos por desagües.
Se amplía el comedor y se reforma el bar, destacándose el amplio
ventanal que mira al río y una chimenea central muy decorativa.
Finaliza la construcción del edificio destinado a talleres y depósito.
En diciembre de 1956 vuelve al Club Monseñor Miguel De Andrea
para efectuar la tradicional Ceremonia de Bendición de las Aguas.
Al cierre del ejercicio 1957-58 el número de socios asciende a
7156, comprendidas todas las categorías.

Don Felipe Urdapilleta presenta su renuncia a la presidencia y no obstante
ser rechazada por unanimidad, la ratifica y finalmente debe ser
aceptada el 21 de julio de 1958.
En las elecciones del 26 de julio resulta electo como presidente
Don Raúl C. Monsegur.
Durante 1958 y 1959 casi diez mareas con alturas superiores a
3.20 metros —que enseñaron a no subestimar las reacciones del río
y a no creer en ciclos regulares ni pronósticos antojadizos— dejaron
un saldo de destrucción que llevó varios años remontar y superar.
La cancha de golf estuvo cuatro años inhabilitada por los destrozos
e hicieron falta otros cuatro años más para que recuperara
todo su esplendor.
—35—
El estado en que quedaba el
Club tras cada marea era
desolador. Las fotografías,
aún dentro del dramatismo
de las escenas, tienen el sello
inconfundible de Hormiga
Negra, alter ego de su autor,
Hernán Álvarez Forn (arriba
ctro. y abajo).
Los profesionales del Club, Ángel Corona y José De Luca, con
el master caddie Francisco Gallo trabajando en la recuperación
de la cancha a la par de los chicos, tras la serie de mareas
que asoló la ribera entre 1958 y 1959
1950
1959

LOS PRESIDENTES
Felipe Urdapilleta
Don Felipe Urdapilleta, a quien todos
los veteranos recordarán con singular
afecto, fue sin duda el gestor del acontecimiento
de mayor trascendencia en
la ya larga vida de nuestro Club, por
cuanto permitió asentar sobre bases
de seguridad jurídica su creciente desarrollo
social y deportivo.
Corría la década del 50 cuando este
preclaro Presidente, superando todos
los inconvenientes y trabas que se le
opusieron, lograba que la isla Sarandí,
sobre la cual estamos asentados,
fuera escriturada a nombre del Club
Náutico San Isidro.
De allí en más, los múltiples emprendimientos encarados por
los socios y que jalonaron su desarrollo hasta hacer realidad
la Institución que hoy disfrutamos, recibieron el constructivo
e invalorable impulso que otorga el carácter de permanencia
del derecho de propiedad.
Don Felipe Urdapilleta había nacido en Goya en 1895 y su
ingreso al Club se produce en 1931 […] A él debemos atribuirle
también indispensables obras de infraestuctura edilicia
y deportiva […]
En agradecimiento a su invalorable gestión, en la Asamblea
de junio de 1958, cuando se alejaba del cargo, se formó una comisión
de homenaje, que se dirigió a los socios con las siguientes
palabras: “El reconocimiento oficial a la patriótica contribución
de la Institución, para elevar el nivel cultural y físico
de la juventud argentina, que ha sido uno de los fundamentos
de su creación, concreta una vieja aspiración de los socios fundadores,
pero públicamente debe destacarse que este acto de
justicia es debido al esfuerzo incansable de uno de nuestros
más laboriosos socios, Don Felipe Urdapilleta, que en su carácter
de presidente y gestor, ha querido brindarnos la satisfacción
de ver culminada su función con la escritura de propiedad
a nombre del Club”.
HERNÁN DE LAS CARRERAS
… Las obras realizadas durante la presidencia de Felipe Urdapilleta,
años 1947 a 1958.
El año 1948 se inicia muy bien para los náuticos pues se firma
un contrato para la provisión de cinco barcos de la clase
Grumete cuyo precio sería de $9.145 por unidad. En el año
1952 se construye otro Grumete en el astillero Sarandí, pero
1947-58
—36—
su precio sería de $27.500. Al siguiente
año se adquiere el grumete Tonina,
bautizado Ñandubay.
Otras realizaciones náuticas: Se
construyen seis botes para uso de los
socios por ampliación del varadero y
la grada correspondiente; tinglado de
embarcaciones menores; pañol de velas;
elevación de las defensas perimetrales
de 2,40m a 3,20m, ya que la
cota media es de 2,70m, con el dragado
del canal de acceso y del arroyo
Sarandí.
Se entregan medallas de oro a los jóvenes
Carlos y Jorge Vilar Castex por
haberse clasificado campeones mundiales de Snipe en Palma
de Mallorca (España, 1948). Nuevamente salen campeones
mundiales en La Habana, en 1951. Antes de terminar 1948
se aprueba el plan presentado por el señor Koontz para la ejecución
y realización de la cancha de golf con sus 18 hoyos
completos. Se concluye en el año 1955. Construcción del Pabellón
Palos de Golf. Son inauguradas la casilla de tenis y
tres nuevas canchas con pequeñas tribunas.
Otras realizaciones: vestuarios del personal; seis dormitorios
para socios; estación de servicio; importantes mejoras y ampliación
en el Edificio Social; duplicación de las instalaciones
del balneario.
Pero el más importante logro de su gestión fue la escrituración
de la isla Sarandí. [...] Cumplió sus mandatos con solvencia
y una vez desaparecidas las causas que lo llevaron a la
presidencia es nuevamente electo.
En el año 1958 presenta su renuncia que no es aceptada por
la Comisión Directiva. Siendo ratificada posteriormente, se
resuelve su aceptación el 21 de julio de 1958.
Fallece el 1 de noviembre de 1965.
El hall de entrada de nuestro Edificio Social lleva su nombre.
En su memoria cabe repetir las palabras pronunciadas al
despedir sus restos: “Puesto que tienes que morir, haz que tu
muerte sea una injusticia”. Nada más cierto y bien aplicado
se pudo decir de quien tanto nos dio.
ÁNGEL DE ALDECOA
Sesión extraordinaria y pública de la Comisión Directiva del 18 de marzo de
1990, en homenaje a los presidentes fallecidos, el año del 80º Aniversario. Publicado
inicialmente en Náutico Nº 162, abril de 1990.

LOS PRESIDENTES
Raúl Monsegur Zx
Don Raúl Monsegur estuvo al frente
del Club entre julio de 1958 y julio de
1960.
Quienes lo han conocido lo recuerdan
como hombre afable, de gran cultura,
amante y conocedor de la música y la
pintura.
Aficionado al yachting, tuvo varios
barcos en el Club, habiendo realizado
en la década del 30 largos cruceros por
el Mediterráneo.
A Monsegur le tocó gobernar la Institución
en momentos particularmente
difíciles. Después de 18 años durante
los cuales el Río de la Plata se había mantenido tranquilo, en
el término de dos años se sucedieron diez inundaciones con crecientes
que superaron los 3,20 metros sobre el cero.
El Club no estaba preparado para esas mareas, que resultaron
catastróficas para toda la ribera.
Monsegur encaró con decisión y valentía la lucha para poner
a la isla Sarandí en condiciones de sobrevivir en lo sucesivo.
Según sus propias palabras, la isla “no era en ese entonces
otra cosa que una palangana cuyos bordes débiles y enfermos
no oponían resistencia adecuada al embate de las olas y menos
aún a los golpes de ariete de los troncos flotantes”
Monsegur y su Comisión Directiva adoptaron decisiones con
1947-58 1958-60
—39—
gran visión, exigiendo fuertes sacrificios
a los socios en aquel momento,
para posibilitar que en el futuro el
Club dejara de ser vulnerable. Se rellenó
la cancha de golf, que recién en el
año 1962 pudo ser reinaugurada. Se
levantaron los frentes sobre el Río de
la Plata y el arroyo Sarandí y se ejecutaron
importantes obras en los edificios,
reparando daños y mejorando
su resistencia.
A Raúl Monsegur, cuyo nombre lleva
el Salón de Bridge, lo recordamos,
además de por sus cualidades personales,
como el Presidente que jugó un
rol decisivo para salvar al Club de las inundaciones, colocando
a la isla Sarandí en el estado que nos permite seguir hoy
gozando de sus instalaciones.
Creo que sin la energía y capacidad que Raúl Monsegur puso
al servicio de la Institución durante su difícil mandato, quizás
la historia del Náutico San Isidro habría sido muy distinta.
JORGE E. PETERSEN
Sesión extraordinaria y pública de la Comisión Directiva del 18 de marzo de
1990, en homenaje a los presidentes fallecidos, el año del 80º Aniversario. Publicado
inicialmente en Náutico Nº 162, abril de 1990.