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Fragmento Roxana Campos.pdf

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<strong>Fragmento</strong> de la obra ”Pablo José”<br />

(de la página 34 a la 50)<br />

(…)<br />

José<br />

(Con ironía). Nuestra madre siempre dijo que a pesar de su uniforme<br />

de psicóloga tenía cara de puta. Que era una zorra disfrazada de<br />

médico.<br />

Pablo<br />

¡Cómo disfrutas hiriéndome!<br />

José<br />

Todo lo contrario. Yo solo repito lo que dijo nuestra madre… en uno de<br />

sus arranques de furia.<br />

Pablo<br />

Sí… yo estaba presente… me rompí los nudillos con los dientes para no<br />

gritar… tú sonreías.<br />

José<br />

El día que llegó por primera vez a nuestra casa disfrazada de zorra<br />

melancólica… con la mirada perdida en su libreta de apuntes… la odié<br />

desde el primer momento…<br />

Pablo<br />

… un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando sentí que se acercaba…<br />

José<br />

Sabía en el fondo que era una mala mujer… mi madre lo dijo.<br />

Pablo


… se detuvo el tiempo<br />

(La luz ilumina una zona del escenario. Una mujer está sentada frente<br />

a Pablo y José. Toma nota en una pequeña libreta. Ellos han cambiado<br />

de actitud dando la imagen de unos diez años menos. Pablo, en actitud<br />

nerviosa, aprieta con su mano el asiento de la silla. José está<br />

temeroso. Ella los observa).<br />

José<br />

Detesto sentirme observado.<br />

Pablo<br />

Cállate.<br />

José<br />

¡Quiero que se vaya!<br />

Pablo<br />

No seas descortés.<br />

José<br />

…me siento incómodo.<br />

(María los observa con más detenimiento y toma apuntes).<br />

José<br />

¿Cuándo va a terminar con esto? Me estoy cansando.<br />

María<br />

No es bueno permanecer tanto tiempo encerrados.<br />

Pablo<br />

Nuestros padres no quieren que salgamos.


María<br />

Tienen que salir… como personas normales.<br />

José<br />

¿Es que no somos normales? Si no fuera por esta unión seríamos<br />

ciudadanos comunes y corrientes.<br />

María<br />

El hecho de estar encerrados en un solo lugar y en estas condiciones<br />

podría producir un nivel alto de neurosis y ya que están condenados a<br />

vivir eternamente así, lo más sano sería que su relación se desarrolle<br />

en un campo de libertad, limpio y directo, y así se podrían disminuir los<br />

niveles de agresión que también he detectado en ustedes dos.<br />

José<br />

¡Oh, habló la sirena!<br />

María<br />

(Sin darle importancia al comentario saca una cámara fotográfica de su<br />

bolso). Me gustaría tomarles una fotografía.<br />

José<br />

¿Por qué ese afán en tomarnos siempre una fotografía?<br />

(Pablo sonríe).<br />

José<br />

¿Para qué?<br />

María<br />

Para que queden sonrientes en la fotografía.


Pablo<br />

¿Es para un artículo en la prensa?<br />

María<br />

No… es para mi archivo personal.<br />

José<br />

Debe ser interesante reconocerse entre los fenómenos que ahí guarda.<br />

María<br />

Lo siento… no quise ofenderlos. (Guarda la cámara en su bolso).<br />

José<br />

(Irónico). No… si no nos ofende… al contrario… nos halaga.<br />

Pablo<br />

Y usted nos aconseja que salgamos a la calle, a un parque…<br />

José<br />

No es tan fácil… atreverse a salir… la gente nos rodea.<br />

María<br />

El pueblo es pequeño… ya se acostumbrarán. Lo importante es dar el<br />

primer paso.<br />

Pablo<br />

El sol nos lastima la piel.<br />

María<br />

Háganlo por la tarde.<br />

Pablo


¿A usted el sol no le lastima su piel?... Como es tan blanca.<br />

María<br />

(Sonriendo). No… creo que no. ¿Les molestaría que los visite otro día?<br />

José<br />

Usted qué piensa…<br />

Pablo<br />

¡Me encantaría!<br />

María<br />

No logro comprender cómo hacen para convivir de esa manera…<br />

Siempre he sido muy curiosa y no dejo de preguntarme cómo son<br />

ustedes realmente en la intimidad.<br />

Pablo<br />

No tenemos intimidad…<br />

José<br />

¿De qué intimidad está hablando? No la conocemos… y para alimentar<br />

su curiosidad le voy a contar que los dos desovamos al mismo tiempo<br />

y a la misma hora.<br />

Pablo<br />

José es una persona que se equivocó de hogar… él estaría feliz<br />

viviendo con las ratas en las orillas de los caños. Nació predestinado a<br />

manejar el lenguaje de los barrios bajos y su amargura ha desarrollado<br />

en mí una neurosis imposible de controlar… o para que suene diferente<br />

lo que acabo de decir… José es el típico hombre que representa la<br />

vulgaridad en todas sus facetas.<br />

María


¿Y usted?<br />

Pablo<br />

Yo soy un poeta anclado en esta realidad… deseoso de escapar… de<br />

elevar sus alas de este mundo.<br />

María<br />

(Sonríe). Así que el poeta es usted…<br />

Pablo<br />

¿Le gusta la poesía?<br />

José<br />

A mí me gustan los deportes.<br />

María<br />

¿Le gusta leer?<br />

Pablo<br />

Amo la lectura… leo cuando puedo… mejor dicho, cuando me lo<br />

permiten.<br />

María<br />

¿Cuando José duerme?<br />

José<br />

Miauuu…<br />

Pablo<br />

(Bruscamente). “!Cállate! Y la música clásica, ¿le gusta?<br />

José<br />

Ay, no, déjense de mariconadas.


Pablo<br />

José… deja de entonar tu hermosa melodía. No manches la falda de<br />

esta hermosa dama con tus banalidades.<br />

María<br />

Ustedes dos son tan… cómo decirlo…<br />

Pablo<br />

¿Diferentes?<br />

María<br />

Esto es más interesante de lo que pensaba.<br />

Pablo<br />

No deja de ser un hermoso calvario caminar arrastrando la mitad de<br />

mis sueños ligados a la espesura insignificante de un maloliente<br />

cuerpo.<br />

(María toma nota de lo dicho y deja caer el bolígrafo. Pablo se inclina a<br />

recogerlo).<br />

Pablo<br />

Me gusta su perfume.<br />

María<br />

(Tomándole las manos). Qué hermosas manos…<br />

Pablo<br />

(Ruborizándose). Es la primera vez que me toca una mujer.<br />

José<br />

¡Suéltelo!


María<br />

¿Por qué?<br />

José<br />

(Estremeciéndose). Nos hace daño.<br />

Pablo<br />

Por favor… suélteme la mano.<br />

María<br />

Perdón… no fue mi intención perturbarlos. (Suelta su mano).<br />

(José y Pablo guardan silencio).<br />

María<br />

(Guardando la libreta de apuntes en el bolso). No quisiera molestarlos<br />

más pero antes de irme quiero hacerles una última pregunta… es<br />

referente a la relación humana… como decirlo… sexual.<br />

Pablo y José<br />

(Tímidamente)<br />

…nunca.<br />

María<br />

¿Ni una caricia?<br />

Pablo<br />

No… es la primera vez que una mujer roza mi piel.<br />

José<br />

Que se vaya… quiero que se vaya…<br />

María


(Mirando fijamente a Pablo). Está bien.<br />

Pablo<br />

No… por favor.<br />

María<br />

Lo siento… Es mejor que me vaya.<br />

Pablo<br />

No… espere… ¿Le gustaría escuchar un poco de música?<br />

María<br />

Es un poco tarde…<br />

Pablo<br />

Afuera está lloviendo…<br />

José<br />

No insistas, Pablo. Es mejor que se vaya… que se aleje… de este par<br />

de monstruos.<br />

María<br />

Los verdaderos monstruos están ahí afuera.<br />

José<br />

¿Y es ahí donde usted nos aconseja que vayamos? ¿A que nos den de<br />

zarpazos? ¿A que nos terminen de destrozar?<br />

Pablo<br />

Pero afuera está el sol… hay aire… luz…<br />

María<br />

Y gente… no solo ustedes existen… hay gente…


José<br />

Usted lo dijo: monstruos.<br />

María<br />

Ellos son los monstruos… no ustedes. No pueden aislarse de esa<br />

manera. Es cierto que esa gente no tiene idea de lo que sucede en su<br />

interior… pero es una sociedad y ustedes son parte de ella.<br />

José<br />

(Interrumpiéndola). ¿A quién trata de impresionar?... Esas palabras…<br />

en el fondo son pura basura. Usted saldrá de esta habitación<br />

conmovida por lo que ha visto, con ese asqueroso airecillo lastimero<br />

dibujado en su rostro. Si algún día tenemos la suerte de volvernos a<br />

encontrar bajará la mirada para no tener que pasar por la vergüenza<br />

de saludarnos.<br />

Pablo<br />

Eso no sucederá nunca.<br />

José<br />

¿Por qué?<br />

Pablo<br />

(Con cierta ironía). Porque somos inolvidables.<br />

María<br />

(Mirándolo intensamente). Especialmente, tú.<br />

(Se produce un profundo silencio. José, algo incómodo, trata de<br />

levantarse, pero Pablo se aferra al asiento impidiéndolo).<br />

Pablo<br />

Espera…


María<br />

(Recapacitando). Creo que es hora de marcharme.<br />

Pablo<br />

Me encantaría salir con usted.<br />

José<br />

¿Qué?<br />

María<br />

No creo que debería…<br />

José<br />

¿Te das cuenta? Es una mujer corriente. Le da vergüenza.<br />

María<br />

No es por eso…<br />

Pablo<br />

¿Por qué soy siamés?<br />

María<br />

Pablo… Créeme que me encantaría.<br />

Pablo<br />

…entiendo…<br />

José<br />

… es lógico… ¿Dónde diablos tienes la cabeza?<br />

Pablo


Por desgracia al lado de la tuya. Por favor, acepte mi invitación. Si voy<br />

a salir por primera vez con alguien… quiero que sea con usted.<br />

José<br />

Y esto se puso bueno… ¿Qué le contesta a mi adorado hermanito?<br />

María<br />

Está bien… pero con una condición.<br />

Pablo y José<br />

¿Cuál?<br />

María<br />

Sería en algún lugar donde nadie nos moleste…<br />

José<br />

¿En algún lugar oscuro?<br />

Pablo<br />

¡Acepto!<br />

José<br />

¡Dónde está tu dignidad…!<br />

Pablo<br />

No me importa.<br />

María<br />

(Sonriendo). Está bien.<br />

(Se oscurece la escena iluminando la parte delantera del escenario.<br />

María y Pablo caminan tomados de la mano. José casi se arrastra).<br />

Pablo


Me gusta tu piel. Es suave como terciopelo.<br />

José<br />

No…<br />

María<br />

(Mirando el cielo). Nunca había visto el cielo tan iluminado.<br />

José<br />

Hace frío.<br />

Pablo<br />

(Abrazando a María). ¿Tienes frío?<br />

María<br />

Yo no. ¿Y tú?<br />

Pablo<br />

Tampoco.<br />

María<br />

Pablo… yo…<br />

Pablo<br />

(La besa). María te amo.<br />

José<br />

No… no…<br />

María<br />

Nunca me lo habían dicho de esta manera.<br />

José


Tengo frío… mucho frío.<br />

Pablo<br />

María… solo por esta noche… déjame acariciar tus senos.<br />

María<br />

Solo por esta noche… solo por un momento tus caricias en mi cuerpo<br />

me conducen al camino de la locura.<br />

(María se quita la blusa).<br />

Pablo<br />

…eres tan hermosa.<br />

José<br />

¡No… me hace daño… mucho daño…!<br />

Pablo<br />

Eres maravillosa… (La besa de nuevo).<br />

José<br />

(Sollozando). Me hacen daño.<br />

María<br />

Nunca más volveré a verte.<br />

Pablo<br />

…qué importa el tiempo, la oscuridad, mi soledad… si por un instante<br />

tengo tus caricias.<br />

José<br />

¡Pablo, no lo hagas… no lo hagas…!<br />

María


Nunca volveré a verte.<br />

(Se deslizan lentamente hasta caer al suelo. La luz se desvanece<br />

suavemente).<br />

José<br />

Tengo frío… mucho frío.<br />

Pablo<br />

… es tan solo un instante…<br />

María<br />

…Nunca volveré a verte…<br />

José<br />

Tengo frío…mucho frío… (Casi aullando de dolor). ¡Nooo!<br />

APAGÓN<br />

Tomado de: <strong>Campos</strong> <strong>Roxana</strong>. 2002. PabloJosé. I edición.<br />

Editorial Costa Rica. San José, C.R. Págs 34-50.

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