“Juramento Mágico” Capitulo 16 & En un lugar oscuro ... - Smartienda
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<strong>“Juramento</strong> <strong>Mágico”</strong><br />
<strong>Capitulo</strong> <strong>16</strong><br />
&<br />
<strong>En</strong> <strong>un</strong> <strong>lugar</strong> <strong>oscuro</strong> y desolado de la colonia, Philips y los miembros de su “consejo” se<br />
hallaban re<strong>un</strong>idos, en torno a <strong>un</strong>a acalorada discusión.<br />
—Es la mejor oport<strong>un</strong>idad que tenemos de atacar a David —Señaló Philips.<br />
—¿Por qué lo dices tan seguro? —preg<strong>un</strong>tó John.<br />
—Porque sus favoritos han cometido <strong>un</strong> error imperdonable —contestó el hombre,<br />
tocando sus cabellos blancos.<br />
—¿Qué han hecho los elegidos? —cuestionó <strong>un</strong>o incluso más viejo que él.<br />
—Han cruzado la barrera, trajeron “gatitos” —explicó, acentuando la última palabra—<br />
¿Y adivinen quién fue? —Todos le miraron sorprendidos—. Andrej, a<strong>un</strong>que según mi<br />
opinión, el verdadero culpable es su favorito: Bill.<br />
—<strong>En</strong>tiendo tu cometido Philips —habló Roger—. Pero <strong>un</strong>irnos con los Gnomos, sería<br />
traición.<br />
—Nadie tendría por qué saberlo —comentó el más viejo del grupo.<br />
—El plan es simple, entre nosotros hacemos <strong>un</strong> pequeño agujero en la barrera y le<br />
indicamos a los Gnomos que ataquen. Nos portamos como héroes, volviendo a sacar<br />
a las criaturas, y luego descubrimos a los elegidos de Santa, acusándolos de haber<br />
roto la barrera y que por su causa, fuimos atacados —Sentenció Philips con <strong>un</strong>a gran<br />
sonrisa.<br />
—Sólo hay <strong>un</strong> pequeño detalle —objetó Roger.<br />
—¿Cuál?<br />
—¡¿Cómo demonios abriremos la barrera mágica?! —Gruñó como si fuera obvio.<br />
—Vamos Roger, si esos chiquillos pudieron hacerlo, nosotros también —Le contestó<br />
sin quitar la falsa sonrisa.<br />
—¿Quién apoyan este plan? —preg<strong>un</strong>tó el viejo. Todas las manos se alzaron.<br />
—Todo saldrá bien —Le habló de cerca Philips a Roger.<br />
—No me pidas que confíe en los Gnomos.<br />
&
Mientras en la cabaña del pelinegro, Tom jugaba con los pequeños gatitos y reía con<br />
ellos emocionado, mientras su estómago rugía, al sentir el delicioso aroma que<br />
provenía de la cocina, donde el duendecito cocinaba en silencio. Se levantó y fue<br />
hacia él, seguido por los pequeños animalitos.<br />
—¿Qué haces amor? —preg<strong>un</strong>tó abrazándolo por la cintura.<br />
—Cocino —Fue la respuesta monocorde el moreno.<br />
—¿Estás triste? Me dijiste que cuando tenías pena, cocinar te relajaba —Le besó su<br />
orejita.<br />
—Tengo miedo Tomi —Se giró para mirar a los ojos a su amado—. Andreas y Andrej<br />
tienen razón y yo he sido <strong>un</strong> insensible, sólo he pensado en mis intereses personales<br />
y no en el bienestar ni de Santa, ni de la colonia —dijo rápidamente, soltándose del<br />
abrazo del rastudo.<br />
—Para Bill, no te sigo —Se sentó a su lado y le tomó las manos.<br />
—Andrej, el tiene el don de distinguir criaturas peligrosas, y está entrenado para<br />
destruirlas, si ellas causan daño a la colonia —explicó el pelinegro.<br />
—Lo sé… ya me ha amenazado lo suficiente, para creerle —comentó el mayor, con<br />
<strong>un</strong>a sonrisa.<br />
—Roger, el aliado de Philips tiene el mismo don, y el mismo poder… si él te llega a<br />
descubrir, te atacará sin dudarlo… ¿Cómo no lo pensé antes? —Se golpeó la frente—<br />
No debí dejar que vinieras a vivir aquí, es peligroso para ti. Soy <strong>un</strong> descuidado y <strong>un</strong><br />
caliente de mierda, sólo te quería cerca.<br />
—Ssshhh. —Tom le puso <strong>un</strong> dedo en los labios para callarlo—. Yo quiero formar <strong>un</strong>a<br />
familia contigo bebé, y nadie me lo impedirá, hasta Santa está de acuerdo con ello Bill,<br />
no ves que por eso te ha estado inyectando magia de fertilidad —Con cariño posó su<br />
mano en el vientre del moreno.<br />
—Y ha f<strong>un</strong>cionado —Soltó de repente el pelinegro. Tom le miró con los ojos muy<br />
abiertos, sin poderlo creer.<br />
—¿Estás…?<br />
—Sí…<br />
—Oh Dios mío… —Le abrazó con fuerzas.<br />
—Estoy esperando <strong>un</strong> bebito tuyo, amor mío —contó Bill, aguantando las ganas de<br />
llorar, pero fallando en el intento.<br />
—¿Cuándo? ¿Cómo lo supiste? —Interrogó el rastudo.<br />
—Ayer, cuando fui con David, él me lo dijo. Y luego fui con Lady Santa, ella entiende<br />
de estas cosas, y le preg<strong>un</strong>té cuánto tiempo tenía.<br />
—¿Y qué dijo? —Estaba ansioso el rubio.
—El bebé tenía <strong>un</strong> día, ahora son dos jijiji —Rió travieso el pelinegro.<br />
—Dos días… —Tom pensó, procesando la información— ¿<strong>En</strong> mi cumpleaños? —Bill<br />
asintió—. Wow, es el mejor regalo de mi vida.<br />
—Lo sé mi amor —Se besaron tiernamente y Tom volvió a posar su mano en el<br />
vientre plano del duendecito.<br />
&<br />
Los hombres de Philips se encontraban re<strong>un</strong>idos en el límite de la barrera,<br />
concentrando sus poderes para poder romperla, pero nada parecía resultar.<br />
Finalmente el mismo Philips llegó <strong>un</strong>os momentos después con <strong>un</strong>a gran bola negra<br />
en sus manos.<br />
—¿Qué es eso? —preg<strong>un</strong>tó Roger, a<strong>un</strong> no muy convencido con este plan.<br />
—Es magia oscura —respondió el hombre seriamente y les mandó—. Concentren<br />
toda su energía aquí —Los hombres le obedecieron y la bola negra comenzó a brillar.<br />
Luego de <strong>un</strong>os momentos, Philips la arrojó hacia la barrera, provocando <strong>un</strong>a gran<br />
explosión.<br />
—Ahí están los malditos —Gruñó Roger, dirigiendo su vista hacia el grupo de Gnomos<br />
detrás de los árboles—. Me voy, no me gusta esto —Y se retiró del <strong>lugar</strong>.<br />
—Es la hora, pueden entrar —Les gritó Philips.<br />
Esas criaturas, que parecían pocas, comenzaron a acercarse y a aumentar su<br />
velocidad. <strong>En</strong>traron corriendo por el pequeño agujero de la barrera. Los miembros del<br />
consejo, se sorprendieron al ver más Gnomos de los que habían acordado, y se<br />
preocuparon por el bienestar de la colonia. Después de todo, si los Gnomos la<br />
destruían, no quedaría nada que gobernar.<br />
Las criaturas se diseminaron rápidamente por la colonia, favorecidos por las sombras<br />
de la noche, nadie pudo alertar a nadie y todos yacían pacíficamente en sus casas.<br />
Cuando todos los Gnomos tomaron sus posiciones de batalla, los problemas<br />
comenzaron.<br />
&<br />
<strong>En</strong> la cabaña, Tom sudaba mientras dormía, las pesadillas de la guerra lo<br />
atormentaban, hasta que bruscamente abrió los ojos. Fue entonces que notó <strong>un</strong> olor<br />
extraño y de inmediato sus sentidos se pusieron en alerta.<br />
—¿Bill? Despierta —Lo sacudió bruscamente— ¿Bill?<br />
—¿Qué pasa Tomi? —preg<strong>un</strong>tó adormilado y asustado el pelinegro.
—Hay malas criaturas aquí, estamos en peligro. ¡Vístete ahora! —Le mandó y él<br />
chasqueó los dedos quedando absolutamente vestido.<br />
—Tomi… —Bill estaba aterrado, n<strong>un</strong>ca habían pasado cosas malas en la colonia.<br />
—Vamos por los demás, hay que re<strong>un</strong>ir al grupo, creo que habrá problemas —Le dijo<br />
abrazándolo posesivamente—. Pero no te preocupes, yo te cuidaré… siempre —Se<br />
besaron levemente y chasqueando los dedos fueron por Andrej, quien ya se<br />
encontraba despierto.<br />
—¿También lo sentiste Tom? —Le preg<strong>un</strong>tó rubio sujetándose el cabello en <strong>un</strong>a<br />
coleta.<br />
—Sí, no estoy seguro de lo que sean, pero sus intensiones no son buenas —Le<br />
aseguró el de rastas.<br />
—Por el mal olor, diría que son Gnomos —Confirmó el rubio.<br />
—¿Gnomos? —Bill palideció—. Nos odian.<br />
—¿Cómo entrarían? —Preg<strong>un</strong>tó el rastudo— ¿Están listos? Vamos con Andreas —<br />
Nuevamente se tele transportaron y reaparecieron en casa del otro rubio, quien dormía<br />
perezosamente.<br />
—Andreas despierta —Le llamó Andrej, sacudiéndolo. Andreas abrió <strong>un</strong> ojo y al verlo,<br />
lo tomó y lo arrojó a la cama con él y le besó con pasión.<br />
—Cof, cof Andreas, no es el momento —Interrumpió el de rastas, cuando el rubio le<br />
vio, se sonrojó hasta las orejas.<br />
—¡¿Qué demonios?!<br />
—Estamos siendo atacados por Gnomos —Le informó rápidamente—. Vístete por<br />
favor, Bill y yo iremos por Elektra y Ruth —El rubio asintió y se levantó de la cama.<br />
La pareja, fue en busca de las chicas y reaparecieron en casa del rubio.<br />
—¡¿Cómo demonios ha pasado algo así?! —exclamó Andreas molesto.<br />
—No lo sé, pero estoy seguro de que están aquí —contestó Tom seguro y llevando el<br />
liderazgo de la situación.<br />
—Seguro Philips tiene que ver en esto —afirmó Elektra—. Lo vimos re<strong>un</strong>irse con el<br />
consejo varias veces, desde que los seguimos.<br />
—Tom tiene razón chicos —habló Andrej—. Ellos están aquí, puedo sentirlos, es<br />
cuestión de tiempo para que ataquen, debemos organizarnos.<br />
—¿Cuál es el principal p<strong>un</strong>to donde atacarían? —preg<strong>un</strong>tó el de rastas.
—La fábrica —respondió Bill en <strong>un</strong> seg<strong>un</strong>do—. Y la casa de Santa.<br />
—¿Acaso Santa no puede sentirlos? —preg<strong>un</strong>tó preocupado Tom.<br />
—No, él no tiene este don —aclaró Andrej.<br />
—¡Rayos! —Bill ven conmigo, Andrej tú irás con Elektra por el norte, Andreas irás con<br />
Ruth por el Sur, nosotros avisaremos a Santa y nos dividiremos el resto de los <strong>lugar</strong>es<br />
—habló con propiedad, todos, incluido Andreas, tomaban notas mentales de hacer<br />
caso a todo lo que les mandara—. Chicos, si hay muchos de ellos, no hagan ning<strong>un</strong>a<br />
estupidez y corran, ¿está claro?<br />
—¡Ningún Gnomo me va a detener! —aseguró brabucón Andreas, el otro rubio le dio<br />
<strong>un</strong>a mirada desaprobatoria—. Está bien, me comportaré.<br />
—Bien ¡Andando! —Mandó el rastudo.<br />
&<br />
<strong>En</strong> cosa de seg<strong>un</strong>dos, él y Bill estaban dentro de la casa de Santa, rápidamente<br />
encendieron las luces y les llamaron fuertemente, con <strong>un</strong> poco de nerviosismo de<br />
aparecer en sus habitaciones.<br />
—¿David? ¿Nataly? —Les llamó el pelinegro, ambos llegaron de inmediato, en sus<br />
pijamas, con <strong>un</strong>a expresión de preocupación el rostro.<br />
—¿Qué sucede Bill? —preg<strong>un</strong>tó el adulto.<br />
—Gnomos —dijo sin más—. Tom los sintió.<br />
—Seremos atacados Santa, y lo más probable es que empiecen por aquí —aseguró<br />
Tom.<br />
—Nataly, usa tu magia para asegurar la cabaña, lleva a Bill contigo —Mandó el<br />
hombre.<br />
—Ven Bill —Le pidió la mujer tomándole la mano.<br />
—No quiero separarme de Tom —Lloriqueó el pelinegro, el de rastas se acercó y le<br />
tomó las manos.<br />
—Haz lo que dice Santa, debemos proteger a nuestro bebito —Le dio <strong>un</strong> breve beso y<br />
el moreno aceptó, retirándose con la mujer.<br />
Exactamente en esos momentos <strong>un</strong>a gran llamarada de fuego iluminó la calle. Y<br />
seguida de esta, decenas de llamaradas se encendieron. El ataque había comenzado.
&<br />
<strong>En</strong> cuestión de minutos el fuego invadía todas las hermosas cabañas de madera, los<br />
duendes corrían despavoridos por las calles. Muchos de ellos cargando a pequeños<br />
niños en sus brazos, y los hombres, que sólo tenían magia para trabajar en la fábrica,<br />
sujetaban fuertemente maderos en sus manos para enfrentar de esa manera a los<br />
odiosos Gnomos, que lo único que buscaban era la destrucción de la colonia.<br />
Tom y Santa corrían por las calles persiguiendo a las bestias, hasta que David se<br />
separó de Tom alegando que debía buscar la falla en la barrera, repararla y así poder<br />
expulsar a las criaturas de <strong>un</strong>a vez por todas.<br />
Tom sólo se dejó guiar por el instinto y concentrando sus poderes, atacó a las bestias<br />
que se le cruzaban, y que en más de <strong>un</strong>a ocasión le acorralaron para darle muerte.<br />
Por suerte, su poder era superior al de <strong>un</strong> duende normal, por tanto pudo hacer frente<br />
a los Gnomos.<br />
Al verse menos ocupado con las bestias, se acercó a los duendes tirados en la calle y<br />
haciendo uso de su poder sanador, les ayudó por lo menos dándoles energía para<br />
poder recuperar la movilidad y ponerse bajo resguardo.<br />
El de rastas no se percató que entre tanta lucha, se había alejado bastante de la casa<br />
de Santa y preocupado por su Bill, chasqueó los dedos y apareció fuera de la puerta,<br />
ya que la magia de Nataly no le dejó ingresar en ella.<br />
—¿Bill? Soy yo Tom, abre la puerta —Le llamó. No hubo respuesta y se preocupó—<br />
¿Bill? —Llamó más fuerte y fue entonces que la puerta se abrió.<br />
—Tom, que bueno que volviste —dijo desesperada la mujer.<br />
—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Bill? —preg<strong>un</strong>tó alterado el chico.<br />
—Se fue, recibimos <strong>un</strong>a nube de Andreas, reportando graves ataques y Bill se fue a<br />
socorrerlos —contó la mujer con la voz trémula.<br />
—¿Dónde es?<br />
—Al norte.<br />
—Bien, quédate aquí y que nadie entre. Debes cuidarte Lady Santa, yo protegeré a Bill<br />
—Le dio <strong>un</strong>a sonrisa para calmarla y desapareció.<br />
&
Andrej había sido atacado ferozmente por los Gnomos, pues éstos le reconocieron<br />
como el guardián, o el que reconoce a las criaturas peligrosas, a<strong>un</strong>que<br />
verdaderamente no se necesitaba tener el don para darse cuenta de qué tan<br />
peligrosas eran esas bestias.<br />
Elektra hacía lo posible por ayudarle, su magia era poderosa, pero su fuerte era la<br />
agricultura y en estos momentos no le servía de mucho. Andrej al verse presionado, le<br />
mandó que fuera por Andreas para poder derrotar a los enemigos de esa zona.<br />
—Tengo que ser franco, no puedo hacerlo solo —Le dijo el rubio a la morena.<br />
—No te preocupes, tú encárgate de resistir y estaré aquí con ayuda —La chica se tele<br />
transportó y desapareció de su presencia.<br />
El rubio seguía enfrentándose con brío contra las huestes de Gnomos, hasta que vio a<br />
alguien que podría ayudarle.<br />
—¡Roger! —Le gritó. El hombre vio lo lastimado que estaba, pero en vez de ir en su<br />
ayuda, lo ignoró dejándolo a merced de los enemigos— ¡Maldito!<br />
Siguió luchando, lo mejor que podía, hasta que ya sus fuerzas le abandonaban.<br />
Decidió que era momento de ocultarse y corrió cojeando hasta <strong>un</strong> cobertizo a esperar<br />
por ayuda. No notó que <strong>un</strong>a forma oscura se acercaba a él con <strong>un</strong>a bola negra de<br />
energía en su mano…<br />
—¡Cuidado! —Escuchó <strong>un</strong> grito y luego Andreas estaba destrozando al Gnomo que<br />
atentó contra la vida de su rubio.<br />
—Andreas… —Suspiró aliviado.<br />
—¿Estás bien? —indagó preocupado.<br />
—No lo creo… —respondió sincero—. Me han envenenado.<br />
—Déjame ver… —Le pidió, el rubio se levantó sólo <strong>un</strong> poco la falda y su blanquecina<br />
piel estaba completamente verdosa, cosa que hizo respingar a Andreas.<br />
—¿Tan mal está? —Bromeó el rubio.<br />
—No pierdas la conciencia, Bill viene en camino —Le aseguró su novio.<br />
—No creo que Bill pueda ayudarme. Andreas… ven —Acercó su rostro con sus<br />
manos y depositó <strong>un</strong> suave beso en sus labios—. Debo confesarte algo…<br />
—Nada de confesiones, no vas a morir, ¿entiendes?<br />
—Te quiero Andreas —Asumió y sus mejillas se tiñeron de rosa, n<strong>un</strong>ca había<br />
confesado sentimientos a nadie, pero ahora que sentía que la vida le dejaba, no podía<br />
dejar las cosas así, no cuando Andreas había hecho tanto por ganarse su afecto.
—Yo también te quiero pequeño, lo sabes. Y ahora que sé lo que sientes, no te dejaré<br />
escapar —Le besó y los ojos de Andrej se cerraron.<br />
—¡Andreas! —La voz de Bill se oyó a sus espaldas.<br />
—¡Bill! Andrej fue envenenado por los Gnomos, está muy mal, perdió la conciencia.<br />
—¡Déjame! —Mandó el pelinegro.<br />
—Chicos necesitamos ayuda aquí —habló la pelirroja desde la calle. Andreas se<br />
incorporó y fue a cobrar venganza.<br />
&<br />
Continuará…<br />
&<br />
¿Podrá Bill salvar a Andrej? (¿O morirá a petición de las lectoras que lo odian?) >.<<br />
¿Podrán los elegidos desterrar a los Gnomos? ¿Podrá Santa reparar la barrera?<br />
¿Podrá Tom re<strong>un</strong>irse con Bill? ¿Acabará la batalla en el próximo capítulo? Todo esto y<br />
más en la continuación >.< no se lo pierdan y voten.