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VENTILACION MECANICA EN ANESTESIOLOGIA (2ª ED - Aymon

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contenido gástrico. En general, es una patología que a los pocos días de evolución el<br />

niño se recupera totalmente, y puede tolerar vía oral sin ningún problema (58-61).<br />

V.2. Onfalocele y gastrosquisis:<br />

Son defectos congénitos de la pared abdominal. En el caso del onfalocele<br />

presentan un saco herniario, y por el contrario en la gastrosquisis las vísceras están<br />

expuestas al exterior. Se debe realizar un estudio cuidadoso del neonato, ya que asocian<br />

frecuentemente es otra serie de anomalías cardíacas, meningocele, alteraciones renales,<br />

y otras alteraciones asociadas. La incidencia global de onfaloceles y gastrosquisis es<br />

aproximadamente de uno cada 3000 neonatos. (Figuras 5 y 6)<br />

Los objetivos principales del manejo anestésico en estos pacientes son: adecuada<br />

reposición de fluidos, protección de las vísceras vaciadas, drenaje gástrico eficaz para<br />

minimizar la distensión gástrica, administración de antibióticos por alto riesgo de<br />

infección, y estabilización y mantenimiento de la homeostasis de la temperatura en todo<br />

momento. Es muy importante conseguir suficientes vías intravenosas de calibre<br />

adecuado para proceder a una adecuada reposición de líquidos, coloides y<br />

hemoderivados. La pérdida de líquidos en la gastrosquisis puede ser tan elevada como<br />

150-200 ml/kilo (58,63,64).<br />

Para poder saber si se puede realizar un cierre primario de la pared abdominal, es<br />

conveniente medir la presión intra-abdominal que se produce al intentar introducir todas<br />

las vísceras abdominales dentro de la cavidad, para ello podemos medir la presión en<br />

vejiga, y ver que ésta no supere los 20 cmH20, otra forma también útil es medir la<br />

presión intragástrica y comprobar que esta presión no se modifica en más de 20 cmH20<br />

cuando se introducen toda las vísceras dentro de la cavidad abdominal, para evitar la<br />

aparición de un síndrome compartimental abdominal.<br />

En cuanto al manejo ventilatorio se requiere siempre empleo de relajación<br />

muscular continua para intentar favorecer el cierre primario, por lo que no tienen<br />

sentido los modos que permiten la sincronización con el paciente. El modo ventilatorio<br />

más recomendado es la presión control. Hay que tener bien reclutado el pulmón del<br />

enfermo antes de que se introduzcan todas las vísceras en la cavidad, y mantenerlo<br />

estable con una PEEP adecuada (4-6 cmH20). Una medida muy importante a tener en<br />

cuenta en estos pacientes es introducir una sonda nasogástrica para situarla en el tercio<br />

inferior del esófago para monitorizar de forma continua la presión esofágica, a través de<br />

la cual podemos aproximar la presión pleural ya que se considera muy similares, y<br />

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