Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES<br />
COSTERAS EN MICHOACÁN<br />
Aproximaciones varias
ESPACIOS Y ACTIVIDADES<br />
COSTERAS EN MICHOACÁN<br />
Aproximaciones varias<br />
El Colegio<br />
de México<br />
Graciela Alcalá et al.<br />
C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica<br />
y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada<br />
El Colegio<br />
de <strong>Michoacán</strong>
331.77237 Alcalá, Graciela.<br />
A42 <strong>Espacios</strong> y <strong>actividades</strong> <strong>costeras</strong> <strong>en</strong> <strong>Michoacán</strong>. Aproximaciones varias/Graciela<br />
Alcalá.– México: El Colegio de México: C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica<br />
y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada: El Colegio de <strong>Michoacán</strong>, 2003.<br />
Serie: Linderos de la costa<br />
Portada: Fotografía de Armando Nicolau<br />
Diseño: Natalia Rojas Nieto<br />
Primera edición, 2003<br />
© El Colegio de México<br />
© C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada<br />
© El Colegio de <strong>Michoacán</strong><br />
ISBN: 970-679-110-8<br />
Hecho <strong>en</strong> México<br />
Printed in Mexico<br />
1. Costas-<strong>Michoacán</strong>-Condiciones económicas.<br />
2. Industria pesquera-Trabajo y trabajadores-<strong>Michoacán</strong>.<br />
3. Cooperativas pesqueras-Política económica.<br />
4. Recursos naturales-<strong>Michoacán</strong> (costas)-Administración.<br />
HC137.M5
La serie Linderos de la costa es producto de la labor de un grupo de investigadores<br />
de difer<strong>en</strong>tes disciplinas que estamos conv<strong>en</strong>cidos de la necesidad de<br />
trabajar juntos para mostrar cómo las <strong>actividades</strong> portuarias, pesqueras y turísticas<br />
están inextricablem<strong>en</strong>te relacionadas <strong>en</strong>tre sí debido a que las tres operan<br />
de manera simultánea <strong>en</strong> los mismos espacios costeros, y que su planificación<br />
por parte de las autoridades gubernam<strong>en</strong>tales debería tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta este<br />
hecho y no abordarlas indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, como ha sucedido hasta la fecha.<br />
De aquí se deriva nuestra obligación de dar cu<strong>en</strong>ta tanto de las condiciones<br />
del espacio costero y de algunos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os naturales que <strong>en</strong> él se pres<strong>en</strong>tan,<br />
como de las políticas del gobierno que han hecho posible el desarrollo de estas<br />
<strong>actividades</strong>.<br />
Así pues, y con el ánimo de ampliar las fronteras de los estudios multidisciplinarios<br />
efectuados hasta ahora, ponemos a la consideración de los colegas<br />
y del público <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral los aportes de nuestro trabajo para la compr<strong>en</strong>sión<br />
de la situación actual de las costas del Occid<strong>en</strong>te de México y de algunos de<br />
sus más paradigmáticos habitantes.<br />
Esta investigación ha sido posible gracias a la colaboración interinstitucional<br />
de El Colegio de México, el C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica y de Educación<br />
Superior de Ens<strong>en</strong>ada y El Colegio de <strong>Michoacán</strong>, así como al apoyo financiero<br />
del Consejo Nacional de Ci<strong>en</strong>cia y Tecnología.<br />
Graciela Alcalá<br />
coordinadora de la serie
Índice<br />
9 Reconocimi<strong>en</strong>tos<br />
13 Introducción<br />
CAPÍTULO I<br />
La pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong>: una visión de conjunto<br />
GUSTAVO MARÍN GUARDADO<br />
23 Introducción<br />
24 La composición natural y política del territorio<br />
30 Anteced<strong>en</strong>tes históricos<br />
37 El inicio de la pesca comercial<br />
41 La pesca <strong>en</strong> la actualidad<br />
51 El comercio del pescado<br />
56 Las estadísticas de captura y la importancia de la pesca ribereña<br />
59 La pesca y la vida política<br />
62 Las percepciones sociales del oficio<br />
64 Conclusiones<br />
66 Bibliografía<br />
CAPÍTULO II<br />
Hacia un diagnóstico socioeconómico y ambi<strong>en</strong>tal del delta del río Balsas<br />
ALEJANDRO TOLEDO OCAMPO<br />
72 Los efectos antropogénicos sobre la evolución natural del delta<br />
85 Las contradicciones sociales<br />
90 Algunas reflexiones finales<br />
98 Bibliografía<br />
CAPÍTULO III<br />
Un movimi<strong>en</strong>to social inédito: el Sector Pesquero de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
JORGE ALBERTO CANO GONZÁLEZ<br />
103 Introducción<br />
105 El problema del desarrollo
108 Los pescadores y sus organizaciones<br />
110 Breve historia de la actividad pesquera <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
123 La organización del movimi<strong>en</strong>to social pesquero<br />
132 Colofón<br />
134 Anexos<br />
139 Bibliografía<br />
CAPÍTULO IV<br />
Maremotos, su pot<strong>en</strong>cialidad para g<strong>en</strong>erar desastres sociales <strong>en</strong> el espacio costero<br />
de la ciudad y puerto de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, <strong>Michoacán</strong>, y su prev<strong>en</strong>ción<br />
SALVADOR FARRERAS<br />
143 Ciudad y puerto de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as: <strong>en</strong>torno, geomorfología y desarrollo<br />
153 Objetivo y metodología<br />
154 Resultados preliminares, recom<strong>en</strong>daciones y proyecciones a futuro<br />
159 Bibliografía<br />
CAPÍTULO V<br />
La g<strong>en</strong>eración y transmisión de <strong>en</strong>ergía eléctrica <strong>en</strong> México<br />
JACINTO VIQUEIRA LANDA<br />
175 Anexo<br />
CAPÍTULO VI<br />
Crecimi<strong>en</strong>to sin desarrollo: el caso del puerto de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
GRACIELA ALCALÁ<br />
185 Introducción<br />
186 Mitos y realidades del crecimi<strong>en</strong>to del volum<strong>en</strong> de carga manejada <strong>en</strong> dos puertos<br />
mexicanos del Pacífico<br />
194 Problemas sociopolíticos <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
201 A modo de conclusiones<br />
205 A manera de epílogo
Reconocimi<strong>en</strong>tos<br />
Toda obra colectiva es una av<strong>en</strong>tura posible gracias al empeño y al trabajo de<br />
muchas personas. Embarcarse <strong>en</strong> calidad de tripulante responsable para navegar<br />
<strong>en</strong> pos de objetivos comunes y descubrir afinidades y difer<strong>en</strong>cias<br />
mi<strong>en</strong>tras se traza el rumbo o se sortean v<strong>en</strong>davales y torm<strong>en</strong>tas, es, <strong>en</strong> sí mismo, uno<br />
de los grandes placeres que nos depara la investigación, especialm<strong>en</strong>te cuando se trata<br />
de una investigación multidisciplinaria como la que ahora nos ocupa. 1 De esa av<strong>en</strong>tura<br />
del conocimi<strong>en</strong>to ofrecemos aquí la primera obra colectiva de una serie que esperamos<br />
mejorar <strong>en</strong> cada <strong>en</strong>trega.<br />
Deseamos hacer público nuestro reconocimi<strong>en</strong>to al doctor Rafael Diego-Fernández,<br />
actual presid<strong>en</strong>te de El Colegio de <strong>Michoacán</strong> (COLMICH), por el apoyo que nos ha<br />
brindado, así como al esfuerzo pionero del presid<strong>en</strong>te anterior, doctor Carlos Herrejón<br />
Peredo, qui<strong>en</strong> con una visión amplia y desprejuiciada invirtió intelig<strong>en</strong>cia, tiempo y<br />
recursos para hacer posible que nuestra embarcación soltara amarras y empezara a navegar.<br />
Su <strong>en</strong>tusiasmo <strong>en</strong> nuestra propuesta lo llevó a gestar la Estación de Estudios<br />
Multidisciplinarios de la Costa del Pacífico (ESEMULCOPA), ubicada <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as, <strong>Michoacán</strong>, sin cuya infraestructura base hubiese sido temerario iniciar la<br />
travesía. Fue él también qui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tusiasmó al doctor Francisco J. M<strong>en</strong>dieta, director<br />
del C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada (CICE-<br />
SE) y al doctor Andrés Lira, presid<strong>en</strong>te de El Colegio de México (COLMEX), para que<br />
se firmase un conv<strong>en</strong>io de colaboración interinstitucional que diera sólido sust<strong>en</strong>to<br />
a la ESEMULCOPA y a nuestro trabajo.<br />
1 El proyecto que llevamos a cabo actualm<strong>en</strong>te se d<strong>en</strong>omina “Transformación y perspectivas de las <strong>actividades</strong><br />
portuarias, pesqueras y turísticas <strong>en</strong> la región costera del Occid<strong>en</strong>te México”. Este proyecto recibe apoyo<br />
financiero del Consejo Nacional de Ci<strong>en</strong>cia y Tecnología y <strong>en</strong> él colaboran diez investigadores del <strong>CICESE</strong>, tres<br />
del COLMICH y tres del COLMEX.<br />
9
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
El doctor Francisco J. M<strong>en</strong>dieta demostró con obras su gran interés <strong>en</strong> este trabajo<br />
multidisciplinario y su incondicional apoyo para lograr la colaboración <strong>en</strong>tusiasta<br />
de los investigadores de dicho c<strong>en</strong>tro, señeros tripulantes sin cuya participación hubiese<br />
sido imposible arribar a este primer puerto <strong>en</strong> el itinerario de nuestra travesía<br />
colectiva. Nuestro agradecimi<strong>en</strong>to por su constante voluntad para apoyar el inicio y<br />
la continuidad de este esfuerzo.<br />
El doctor Andrés Lira, qui<strong>en</strong> con una consist<strong>en</strong>te confianza impulsó desde sus inicios<br />
nuestra “exótica” propuesta de investigación multidisciplinaria y la apoyó <strong>en</strong> diversos<br />
foros, reforzando con ello su compromiso y el nuestro hacia esta perspectiva<br />
de colectivo, ha aportado a la travesía no sólo la colaboración de todo un equipo de<br />
trabajo <strong>en</strong> tierra formado por el maestro David Pantoja, el lic<strong>en</strong>ciado Alberto Palma<br />
y el lic<strong>en</strong>ciado Humberto Dardón, sino también vitualla y tripulantes asist<strong>en</strong>tes.<br />
Nuestra sincera gratitud para él y para todo este equipo.<br />
Del doctor Manuel Ordorica Mellado, ex director del C<strong>en</strong>tro de Estudios Demográficos<br />
y de Desarrollo Urbano (CEDDU) del COLMEX, donde laboro <strong>en</strong> calidad de investigadora<br />
de proyecto, he recibido su aprobación y un g<strong>en</strong>eroso apoyo logístico para<br />
embarcarme <strong>en</strong> esta av<strong>en</strong>tura <strong>en</strong> calidad de coordinadora g<strong>en</strong>eral. Igualm<strong>en</strong>te, el doctor<br />
José Luis Lezama, actual director del CEDDU, nos ha animado a continuar con<br />
nuestro trabajo de investigación. Gracias a ambos por su franco apoyo.<br />
A los investigadores del COLMICH, el doctor Alejandro Toledo, el maestro Gustavo<br />
Marín Guardado y la lic<strong>en</strong>ciada Ángeles López; del <strong>CICESE</strong>, el profesor Salvador Farreras,<br />
y del COLMEX, el lic<strong>en</strong>ciado Jorge Alberto Cano, qui<strong>en</strong>es con su trabajo han hecho<br />
posible este texto, les debo un muy particular agradecimi<strong>en</strong>to. Su confianza <strong>en</strong><br />
mis propuestas iniciales y su <strong>en</strong>tusiasmo e ideas propias para llevarlas a cabo desde<br />
la trinchera de cada una de sus especialidades no ti<strong>en</strong>e parangón. La camaradería surgida<br />
<strong>en</strong>tre nosotros durante esta experi<strong>en</strong>cia de investigación, que continuará durante<br />
un par de años más, es para mí fu<strong>en</strong>te singular de conocimi<strong>en</strong>tos y de inspiración.<br />
Gracias todas, colegas. Las fotografías que vist<strong>en</strong> este libro fueron hechas por el arqueólogo<br />
y fotógrafo Armando Nicolau, qui<strong>en</strong> con un <strong>en</strong>tusiasmo perman<strong>en</strong>te recorrió<br />
conmigo toda la costa michoacana <strong>en</strong> busca de ellas, aportando a nuestro proyecto<br />
no sólo su experi<strong>en</strong>cia profesional sino también todos sus aparatos fotográficos, poniéndolos<br />
<strong>en</strong> riesgo sólo por el placer de hacer bi<strong>en</strong> su trabajo. Mil gracias, Armando.<br />
10
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
La doctora Brigitte Boehm Scho<strong>en</strong>dube del COLMICH y el doctor Bernardo García<br />
Martínez del COLMEX, reconocidos especialistas <strong>en</strong> sus disciplinas, nos ofrecieron sus<br />
sabios com<strong>en</strong>tarios a los textos que ahora pres<strong>en</strong>tamos. Su aguda compr<strong>en</strong>sión de los<br />
problemas abordados <strong>en</strong> ellos y su esfuerzo por aclararnos la naturaleza de nuestra<br />
propia investigación continúan si<strong>en</strong>do para nosotros lecciones que deberemos asimilar<br />
lo más pronto posible.<br />
Fabiola Aviña, lazarocard<strong>en</strong>se <strong>en</strong>cariñada con su matria de adopción, nos brindó a<br />
toda la tripulación su apoyo administrativo y secretarial <strong>en</strong> condiciones verdaderam<strong>en</strong>te<br />
modestas, con efici<strong>en</strong>cia y bu<strong>en</strong>a voluntad, haci<strong>en</strong>do con ello nuestro trabajo m<strong>en</strong>os<br />
pesado y, por qué no decirlo, más plac<strong>en</strong>tero aún.<br />
Nuestros informantes, pescadores de oficio, estibadores, empleados de la Administración<br />
Integral de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as (APILAC), hombres del puerto, militares de<br />
la Secretaría de Marina Armada de México, ciudadanos indíg<strong>en</strong>as y mestizos de la<br />
costa michoacana, nos brindaron sin reservas todo el apoyo y la información que les<br />
solicitamos: gracias a todos ellos por su confianza y por el tiempo que nos obsequiaron<br />
sin esperar nada a cambio.<br />
11<br />
Graciela Alcalá
Introducción<br />
No son las costas las que merec<strong>en</strong> ser examinadas <strong>en</strong><br />
primer lugar <strong>en</strong> sus efectos sobre la geografía humana:<br />
son las civilizaciones las que primero deb<strong>en</strong> ret<strong>en</strong>er la<br />
at<strong>en</strong>ción. En efecto, si se interesan <strong>en</strong> el mar ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
cu<strong>en</strong>ta las costas, las explotan y las organizan según las<br />
técnicas que dominan.<br />
13<br />
Pierre Gourou<br />
A<strong>Michoacán</strong> se le conoce por la hospitalidad de sus habitantes, por los múltiples<br />
rostros de su geografía, por sus primorosas artesanías y por su refinado<br />
arte culinario. Al estado no le faltan hombres ilustres o guapísimas y trabajadoras<br />
mujeres de qué presumir, ni tampoco una majestuosa arquitectura colonial religiosa<br />
o escondidos y pintorescos pueblecitos acunados <strong>en</strong>tre lagos, serranías y volcanes<br />
hoy inactivos.<br />
La imag<strong>en</strong> que millones de mexicanos t<strong>en</strong>emos de <strong>Michoacán</strong> y de su g<strong>en</strong>te es<br />
tan fuerte como imag<strong>en</strong> id<strong>en</strong>titaria de nuestro país, que “lo michoacano” y lo “mexicano”<br />
se confund<strong>en</strong> <strong>en</strong> estereotipos de una misma forma social anclada simultáneam<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> un peculiar paisaje –mostrado con arte por un Gabriel Figueroa– y <strong>en</strong> una<br />
historia rústica y pintoresca.<br />
Sin embargo, el <strong>Michoacán</strong> contemporáneo es, sin duda, mucho más que eso, y a<br />
aquella imag<strong>en</strong> idílica, unívoca, nacida <strong>en</strong> un pasado próximo vivido todavía por nuestros<br />
padres cuando adolesc<strong>en</strong>tes, se sobrepon<strong>en</strong> hoy imág<strong>en</strong>es policéntricas. Los bosques<br />
michoacanos deforestados y luego erosionados por la naturaleza, <strong>en</strong> respuesta<br />
a las acciones del hombre, ya no son fu<strong>en</strong>te de vida y de trabajo para las comunidades<br />
vecinas, ni de riqueza para las compañías legal o ilegalm<strong>en</strong>te talamontes emigradas
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
seguram<strong>en</strong>te hacia otros bosques todavía <strong>en</strong> pie situados all<strong>en</strong>de las fronteras estatales.<br />
Sus lagos, casi vacíos de su líquido vital <strong>en</strong> aras del consumo de los urbanitas, o<br />
contaminados hasta el fondo por obra y gracia de la agroindustria local <strong>en</strong> manos de<br />
unos cuantos y del acelerado crecimi<strong>en</strong>to de algunas industrias ubicadas <strong>en</strong> el estado<br />
y más allá de sus límites, atizan ahora el fuego de las pugnas por el agua que aún<br />
queda y sobre la que todos proclaman derechos de usufructo. Las tierras vecinas a<br />
esos lagos, tierras fértiles <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to gracias al manejo sabio y t<strong>en</strong>az de campesinos<br />
hoy inmigrantes <strong>en</strong> desbandada, se han vuelto estériles campos blancuzcos, salitrosos,<br />
crisoles de tolvaneras inimaginables hasta hace ap<strong>en</strong>as una o dos décadas.<br />
<strong>Michoacán</strong> es un estado de contrastes, como el país <strong>en</strong>tero del que forma parte.<br />
Pero d<strong>en</strong>tro de esos contrastes cuya imag<strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificamos mal que bi<strong>en</strong> todos los mexicanos<br />
a partir de una geografía sembrada de valles, sierras, cad<strong>en</strong>as montañosas,<br />
volcanes y lagos interiores (con los ríos y escorr<strong>en</strong>tías que los alim<strong>en</strong>tan), hemos dejado<br />
de percibir un singular contraste más, no m<strong>en</strong>os espectacular que el de nuestra<br />
geografía de tierra ad<strong>en</strong>tro: el contraste de la geografía litoral, costera, marítima, y el<br />
de las peculiares formas sociales as<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> ella.<br />
La g<strong>en</strong>te y el paisaje costeños son quizá los m<strong>en</strong>os conocidos de los contrastes<br />
id<strong>en</strong>titarios michoacanos. Su escasa población, <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida dispersa, es tal vez<br />
la causa del desconocimi<strong>en</strong>to o del olvido. Las pocas y agrestes vías de comunicación<br />
terrestres <strong>en</strong> ese paisaje y hacia esa g<strong>en</strong>te ahondan la lejanía <strong>en</strong>tre paisanos. La cultura<br />
campesina o ranchera, mayoritaria <strong>en</strong> el estado, consagra quizá la extranjería de<br />
los costeños, michoacanos también aun cuando los as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos indíg<strong>en</strong>as litorales<br />
sean nahuas y no purépechas, y la única ciudad costera esté habitada por g<strong>en</strong>te llegada<br />
a ella desde distintos estados del país.<br />
Este libro int<strong>en</strong>ta mostrarles, estimados lectores, una aproximación de conjunto, una<br />
vista a vuelo de pájaro de esa geografía litoral y de algunos de sus habitantes: los que<br />
con su trabajo diverso y aún poco conocido hac<strong>en</strong> posible el desarrollo de las <strong>actividades</strong><br />
portuarias, pesqueras y, <strong>en</strong> mucho m<strong>en</strong>or grado, turísticas, <strong>en</strong> la costa michoacana.<br />
Nuestro deseo es acercar a los lectores <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y a los de <strong>Michoacán</strong> <strong>en</strong> particular,<br />
a los espacios y a las comunidades de oficio m<strong>en</strong>os percibidas todavía por la socie-<br />
14
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
dad nacional, esto es, las de los pescadores artesanales y las de los hombres de puerto,<br />
con el fin de despertar su curiosidad, su afán de conocerlos más y mejor, y que este<br />
afán se convierta <strong>en</strong> una llave que posibilite luego el traspasar el umbral de las difer<strong>en</strong>cias<br />
que los separan de la costa y de las <strong>actividades</strong> <strong>costeras</strong> y marítimas para hacer<br />
posible la percepción de las situaciones que los un<strong>en</strong> e id<strong>en</strong>tifican.<br />
Porque a pesar de todo, es preciso recordarlo, una historia común impulsada durante<br />
el siglo pasado por el Tata Lázaro hermana a los michoacanos, y un intercambio comercial<br />
los acerca cada día más, amén de los lazos que puedan unir a las personas que<br />
padec<strong>en</strong> sufrimi<strong>en</strong>tos semejantes causados por la emigración de familiares y de seres<br />
queridos, por el deterioro de su medio ambi<strong>en</strong>te inextricablem<strong>en</strong>te unido al deterioro<br />
de sus condiciones de vida, por ser a m<strong>en</strong>udo las principales víctimas de f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<br />
naturales incontrolados, como temblores o maremotos, inundaciones o sequías.<br />
La costa michoacana es el asi<strong>en</strong>to de uno de los sueños más caros al ideal que del<br />
desarrollo de su estado y de su país t<strong>en</strong>ía el G<strong>en</strong>eral empr<strong>en</strong>dedor: la Siderúrgica<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as-Las Truchas (SICARTSA), hoy dividida <strong>en</strong> dos empresas, SICARTSA-<br />
VILLACERO e IMEXSA. Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, la principal ciudad industrial del estado<br />
y la única ubicada <strong>en</strong> su costa, es la sede del complejo siderúrgico más importante<br />
del país desde hace décadas, y es también el único puerto industrial mexicano <strong>en</strong> el<br />
Pacífico. El g<strong>en</strong>eral Cárd<strong>en</strong>as trabajó durante casi tres décadas para lograrlo; y aunque<br />
desgraciadam<strong>en</strong>te no vivió para asistir a la inauguración del complejo portuario-industrial,<br />
sí tuvo la satisfacción de saber que su obra se construía conforme a sus ideales.<br />
Las <strong>actividades</strong> comerciales acercan a los michoacanos, porque no sólo los mercaderes<br />
de Zamora (la principal ciudad-mercado de la <strong>en</strong>tidad) ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as un lugar privilegiado para v<strong>en</strong>der productos manufacturados y alim<strong>en</strong>ticios<br />
de todo género, sino también los de Uruapan, los de Morelia, los de Los Reyes. Y es<br />
hacia el <strong>Michoacán</strong> de tierra ad<strong>en</strong>tro a donde va a parar gran parte de la varilla y el alambrón<br />
producidos por SICARTSA-VILLACERO, materiales que son cimi<strong>en</strong>to de inmuebles<br />
de todo tipo, de carreteras y pu<strong>en</strong>tes, de monum<strong>en</strong>tos escultóricos civiles y religiosos.<br />
Como sucede <strong>en</strong> otras ciudades y pueblos michoacanos de tierra ad<strong>en</strong>tro, la falta<br />
de agua dulce para uso de la población de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, ubicada a la vera<br />
del río Balsas –el más grande de México <strong>en</strong> la verti<strong>en</strong>te del Pacífico–, así como la contaminación<br />
industrial terrestre, área y acuática <strong>en</strong> su desembocadura, forman el sinies-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
tro binomio que deteriora las condiciones de vida de sus habitantes, particularm<strong>en</strong>te<br />
de pescadores y campesinos, que vivían <strong>en</strong> dicho <strong>en</strong>torno desde mucho tiempo antes<br />
de que se construyese el complejo siderúrgico, orgullo de la ciudad, del estado, del país.<br />
La costa michoacana es también el esc<strong>en</strong>ario de temblores y maremotos causados<br />
por dichos temblores y/o por la alteración del delta del río Balsas (línea costera divisoria<br />
con el estado de Guerrero), que destruy<strong>en</strong> lo que tanto esfuerzo cuesta construir<br />
a sus habitantes; es lugar <strong>en</strong> donde los deslaves producidos por una lluvia torr<strong>en</strong>cial<br />
sobre el territorio deforestado de la <strong>en</strong>tresierra, de profundas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, socavan los<br />
cimi<strong>en</strong>tos de la carretera costera, impidi<strong>en</strong>do a m<strong>en</strong>udo la comunicación por esa única<br />
vía que une al <strong>Michoacán</strong> costero con el resto de la costa del Pacífico; es territorio<br />
de inundaciones y sequías no m<strong>en</strong>os frecu<strong>en</strong>tes que aquellas sufridas <strong>en</strong> tierra ad<strong>en</strong>tro.<br />
¿Qué acaso el <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar adversidades semejantes no hermana, no acerca a la población<br />
que sufre sus consecu<strong>en</strong>cias?<br />
Los habitantes de los pueblos costeros –como los de los demás pueblos michoacanos–<br />
padec<strong>en</strong> la continua emigración de sus jóv<strong>en</strong>es hacia los Estados Unidos, jóv<strong>en</strong>es<br />
que part<strong>en</strong> con el temor de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar a “la migra” y con la ilusión de mejorar sus condiciones<br />
de vida y las de sus familiares: ¿será difer<strong>en</strong>te la emoción y las esperanzas que<br />
embargan a qui<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la costa los v<strong>en</strong> partir, de la que experim<strong>en</strong>tan aquellos que los<br />
v<strong>en</strong> partir <strong>en</strong> los valles y serranías?<br />
El destacar aquí, a grandes pinceladas, algunos elem<strong>en</strong>tos de la geografía y de la<br />
historia que acercan a los michoacanos, ciertas circunstancias de vida que los hermanan,<br />
es con el fin de que el lector vislumbre las complejas relaciones que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre<br />
la sociedad michoacana, el espacio donde se asi<strong>en</strong>ta, las políticas de desarrollo que<br />
se le impon<strong>en</strong> y su historia contemporánea.<br />
Por una cuestión de método, consideramos que para dar cu<strong>en</strong>ta de las interrelaciones<br />
de todos esos elem<strong>en</strong>tos, es necesario contar con un equipo multidisciplinario de<br />
investigadores que <strong>en</strong> conjunto seamos capaces de crear el conocimi<strong>en</strong>to requerido<br />
para compr<strong>en</strong>der la complejidad m<strong>en</strong>cionada.<br />
Para las disciplinas sociales como la antropología social, la economía o la geografía<br />
humana, su c<strong>en</strong>tro de at<strong>en</strong>ción es la sociedad y los hombres que la conforman, y la<br />
técnica más socorrida para g<strong>en</strong>erar conocimi<strong>en</strong>to es la comparación <strong>en</strong>tre aquéllos<br />
a partir de un cuerpo de hipótesis facturadas a la cu<strong>en</strong>ta de alguna teoría o de un pa-<br />
16
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
radigma propio. Para las llamadas “ci<strong>en</strong>cias naturales”, como la geografía clásica o la<br />
oceanografía, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida ésta como una combinación de ci<strong>en</strong>cias relacionadas con las<br />
propiedades físicas, químicas, biológicas y dinámicas de la hidrosfera del planeta (exceptuando<br />
los mantos que conti<strong>en</strong><strong>en</strong> agua dulce exclusivam<strong>en</strong>te), es el espacio el<br />
que ocupa la at<strong>en</strong>ción de sus estudiosos.<br />
Nuestra propuesta de investigación int<strong>en</strong>ta empezar a trabajar la estrecha interrelación<br />
<strong>en</strong>tre estas dos clases de conocimi<strong>en</strong>tos, considerando que hoy resulta imposible<br />
compr<strong>en</strong>der a las sociedades humanas sin conocer las características y la situación<br />
del espacio <strong>en</strong> el que se asi<strong>en</strong>tan y las maneras <strong>en</strong> que lo utilizan o planean utilizarlo,<br />
por un lado, y por otro, que el espacio no puede ser conocido a cabalidad si no se<br />
toman <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las transformaciones que le causan la voluntad y la mano del hombre.<br />
Desde esta perspectiva, opinamos también que son los problemas sociales que<br />
se gestan por el uso y control del espacio los que deberían guiar nuestro trabajo multidisciplinario.<br />
De ahí que qui<strong>en</strong>es desde la práctica de las disciplinas sociales habíamos<br />
id<strong>en</strong>tificado una serie de problemas sociales que consideramos graves, derivados<br />
del uso del espacio costero y marino <strong>en</strong> el occid<strong>en</strong>te mexicano, hayamos sido<br />
los que procuramos el acercami<strong>en</strong>to con los ci<strong>en</strong>tíficos naturales, buscando conv<strong>en</strong>cerlos<br />
de que colaboras<strong>en</strong> con nosotros <strong>en</strong> esta investigación.<br />
Cuando, como ahora, int<strong>en</strong>tamos dar cu<strong>en</strong>ta de la situación actual de grupos humanos<br />
as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> un litoral pero que laboran <strong>en</strong> una muy amplia zona marina ubicada<br />
sobre la plataforma contin<strong>en</strong>tal y más allá –mar ad<strong>en</strong>tro–, contando con la colaboración<br />
de especialistas <strong>en</strong> diversas disciplinas sociales y ci<strong>en</strong>cias naturales, t<strong>en</strong>emos motivos<br />
para p<strong>en</strong>sar que hay posibilidades serias de llevar a bu<strong>en</strong> fin nuestra común empresa.<br />
En el primer capítulo, el maestro <strong>en</strong> Antropología Social, Gustavo Marín Guardado,<br />
con experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la investigación sobre la organización económica y gremial de<br />
las comunidades de pescadores artesanales de Quintana Roo, nos ofrece una visión<br />
de conjunto de la actividad pesquera <strong>en</strong> la costa michoacana, a la que no le es aj<strong>en</strong>a<br />
ni el espacio natural ni la historia local. Con especial tino y ágil escritura reconstruye<br />
los principales hilos conductores del desarrollo de dicha actividad, destacando las profundas<br />
difer<strong>en</strong>cias que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y los<br />
17
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
que habitan el resto de la costa, así como la singularidad de las comunidades de pescadores<br />
nahuas.<br />
En el segundo capítulo, el doctor <strong>en</strong> Economía, Alejandro Toledo Ocampo, reconocido<br />
economista ambi<strong>en</strong>tal especializado <strong>en</strong> el estudio de las cu<strong>en</strong>cas hidrológicas<br />
del país, nos pres<strong>en</strong>ta un diagnóstico socioambi<strong>en</strong>tal del delta del río Balsas, cuya<br />
compleja y gigantesca cu<strong>en</strong>ca es hoy su objeto de estudio. En este capítulo, el doctor<br />
Toledo muestra las contradicciones que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre las metas económicas del<br />
país y los usos sost<strong>en</strong>ibles de los recursos naturales a través del análisis de la situación<br />
ecológica reinante <strong>en</strong> la desembocadura del Balsas, <strong>en</strong> donde a su vera se ubican Ciudad<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, <strong>en</strong> <strong>Michoacán</strong>, y Petacalco, <strong>en</strong> Guerrero, sede de “la termoeléctrica<br />
de Petacalco”, como se le conoce <strong>en</strong> la zona a la termoeléctrica Presid<strong>en</strong>te<br />
Plutarco Elías Calles.<br />
En el capítulo tercero, el lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Antropología Social, Jorge Alberto Cano,<br />
nos pres<strong>en</strong>ta resumidam<strong>en</strong>te un movimi<strong>en</strong>to social inédito, el de los pescadores del<br />
autod<strong>en</strong>ominado “Sector Pesquero” de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, surgido hace ya<br />
diez años con el objetivo de fr<strong>en</strong>ar la contaminación industrial altam<strong>en</strong>te tóxica y la<br />
destrucción de esteros y manglares provocadas por las empresas establecidas <strong>en</strong> el<br />
delta del Balsas, para def<strong>en</strong>der así la continuidad del oficio de pescador. ¿Qué ha sucedido<br />
<strong>en</strong> la corta historia de esta singular organización?, ¿cuál es su importancia sociopolítica,<br />
indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de sus tácticas de acción?, ¿cómo los v<strong>en</strong> hoy el resto<br />
de sus conciudadanos? Jorge Alberto responde a todas estas interrogantes.<br />
El cuarto capítulo, escrito por el profesor Salvador Farreras, físico oceanógrafo de<br />
gran experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el estudio de maremotos (secu<strong>en</strong>cia de olas que se produc<strong>en</strong><br />
cuando ocurre un temblor cerca del océano o <strong>en</strong> el fondo del mismo y que pued<strong>en</strong><br />
alcanzar grandes alturas <strong>en</strong> las costas) describe el pot<strong>en</strong>cial destructivo que sobre la<br />
ciudad y puerto de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as pued<strong>en</strong> llegar a t<strong>en</strong>er dichos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os, y m<strong>en</strong>ciona<br />
las medidas prev<strong>en</strong>tivas que sería preciso tomar cuando acontezcan dichos ev<strong>en</strong>tos.<br />
Estas medidas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por finalidad evitar que dichos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os naturales se conviertan,<br />
por sus efectos destructivos <strong>en</strong> la cuidad, <strong>en</strong> desastres sociales.<br />
El quinto capítulo fue desarrollado por un invitado especial y asesor distinguido<br />
de nuestro proyecto de investigación colectiva: el ing<strong>en</strong>iero Jacinto Viqueira, reconocido<br />
especialista <strong>en</strong> el uso racional de la <strong>en</strong>ergía <strong>en</strong> México y gran conocedor de<br />
18
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
la historia de la industria eléctrica mexicana. Con la g<strong>en</strong>erosidad y la modestia que<br />
le caracterizan, el ing<strong>en</strong>iero Viqueira nos ofreció una confer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as y nos acompañó a visitar la termoeléctrica Presid<strong>en</strong>te Plutarco Elías Calles,<br />
que abastece de <strong>en</strong>ergía eléctrica a la industria siderúrgica local y al Distrito Federal,<br />
dándonos sus apreciaciones sobre ella, y ahora nos obsequia con un texto esclarecedor<br />
sobre la historia de la g<strong>en</strong>eración y transmisión de <strong>en</strong>ergía eléctrica <strong>en</strong> México,<br />
texto básico para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der las vicisitudes de la industria y las distintas repercusiones<br />
ambi<strong>en</strong>tales que ti<strong>en</strong>e la construcción de termoeléctricas alim<strong>en</strong>tadas por gas natural<br />
o por combustóleo <strong>en</strong> los espacios costeros.<br />
El sexto capítulo de este libro, escrito por la doctora <strong>en</strong> Antropología Social y Etnología,<br />
Graciela Alcalá, se dedica al puerto de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, su breve<br />
historia y sus condiciones actuales, así como su importancia relativa y las principales<br />
dificultades que lo aquejan. Especialista <strong>en</strong> el estudio antropológico de comunidades<br />
de pescadores artesanales, esta es la primera incursión de la doctora <strong>en</strong> la investigación<br />
del desarrollo de las <strong>actividades</strong> portuarias <strong>en</strong> el occid<strong>en</strong>te mexicano.<br />
Además de los autores de los textos que forman este libro, actualm<strong>en</strong>te se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
trabajando <strong>en</strong> nuestro proyecto ocho investigadores más, <strong>en</strong>tre oceanógrafos,<br />
bioquímicos y antropólogos sociales, qui<strong>en</strong>es próximam<strong>en</strong>te estarán <strong>en</strong> condiciones<br />
de publicar los resultados de sus investigaciones <strong>en</strong> la colección de textos que se inaugura<br />
con la pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong>trega.<br />
Mi<strong>en</strong>tras tanto, estimados lectores, les ofrecemos aquí las primeras realizaciones<br />
de un esfuerzo de investigación colectiva y multidisciplinaria que esperamos logre<br />
despertar su curiosidad, esto es, su deseo de conocimi<strong>en</strong>to.<br />
19
Capítulo I<br />
LA PESCA EN LA COSTA DE MICHOACÁN:<br />
UNA VISIÓN DE CONJUNTO<br />
Gustavo Marín Guardado *
INTRODUCCIÓN<br />
Este trabajo ti<strong>en</strong>e como finalidad primordial pres<strong>en</strong>tar un panorama g<strong>en</strong>eral de<br />
la pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong>. El litoral michoacano, lejos de mostrar una<br />
unidad homogénea, se manifiesta como un espacio diverso, con ciertas peculiaridades<br />
naturales, económicas y culturales que lo hac<strong>en</strong> complejo <strong>en</strong> su conformación.<br />
Así, el reto es ofrecer una mirada de la pesca desde la cual sean compr<strong>en</strong>sibles las<br />
particularidades y las semejanzas d<strong>en</strong>tro de un marco territorial, histórico y social.<br />
En esta parte de la costa del Pacífico mexicano la pesca se remonta a la época prehispánica,<br />
aunque después de la conquista española decayó drásticam<strong>en</strong>te, si<strong>en</strong>do<br />
eliminada <strong>en</strong> la mayor parte de los sitios y mant<strong>en</strong>iéndose somera <strong>en</strong> otros durante<br />
más de cuatro siglos. Los d<strong>en</strong>sos as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos costeros desaparecieron, pues la<br />
población m<strong>en</strong>guó y emigró hacia otras latitudes, quedando las costas <strong>en</strong> un relativo<br />
abandono. No es sino hasta el siglo XX que da inicio un importante proceso de poblami<strong>en</strong>to<br />
y, con ello, un l<strong>en</strong>to despegue de la pesca artesanal que llega a convertirse <strong>en</strong><br />
una actividad económica significativa.<br />
La costa michoacana sufrió grandes transformaciones a partir de la segunda mitad<br />
del siglo pasado. Primero, las olas migratorias de la sierra hacia todo el litoral dieron<br />
orig<strong>en</strong> a muchos pequeños pueblos o aldeas. Posteriorm<strong>en</strong>te, la construcción de la presa<br />
La Villita y la puesta <strong>en</strong> marcha de los planes de desarrollo <strong>en</strong> el delta del río Balsas<br />
g<strong>en</strong>eraron un polo industrial, un puerto y una carretera costera. Con este proyecto se<br />
propició <strong>en</strong> un extremo del litoral la inmigración masiva, el crecimi<strong>en</strong>to urbano y la<br />
infraestructura para la comunicación, y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida la agricultura y la ganadería.<br />
* Investigador de El Colegio de <strong>Michoacán</strong>-ESEMULCOPA.<br />
23
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
En el resto de la costa –más allá de la planicie de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as– las políticas<br />
locales y federales trataron de inc<strong>en</strong>tivar las <strong>actividades</strong> económicas de las distintas<br />
poblaciones, como una medida suplem<strong>en</strong>taria para apoyar a aquellas que no habían<br />
sido integradas a los grandes proyectos de desarrollo, de tal forma que durante la<br />
década de los set<strong>en</strong>ta la pesca tuvo un impulso sin preced<strong>en</strong>tes, pues el Estado dio<br />
inicio a la organización formal de los pescadores, asociándolos <strong>en</strong> cooperativas y dotándolos<br />
de infraestructura básica para desarrollar la actividad.<br />
La pesca como actividad económica y los pescadores como grupo social han sido<br />
elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales <strong>en</strong> la colonización, conformación e integración regional de<br />
la costa de <strong>Michoacán</strong>. En muchas comunidades apartadas la pesca se erigió como<br />
una actividad de vital importancia, dado que ha repres<strong>en</strong>tado una fu<strong>en</strong>te de ingresos<br />
<strong>en</strong> un medio con pocos recursos y oportunidades de empleo; sin embargo, cada vez<br />
más la pesca manifiesta signos de una grave crisis producto del abandono estatal, de<br />
la falta de planificación adecuada y de la car<strong>en</strong>cia de capacitación integral, lo mismo<br />
que de inversión para desarrollar la captura y la comercialización. En la actualidad los<br />
pescadores constituy<strong>en</strong> un grupo social marginado que se esfuerza por mant<strong>en</strong>erse d<strong>en</strong>tro<br />
de una labor cada vez más am<strong>en</strong>azada por la crisis y por los embates de otros sectores<br />
económicos. Al mismo tiempo, <strong>en</strong> algunas comunidades se hac<strong>en</strong> evid<strong>en</strong>tes el deterioro<br />
del prestigio social del oficio y las dificultades de la reproducción del mismo.<br />
LA COMPOSICIÓN NATURAL Y POLÍTICA DEL TERRITORIO<br />
La costa de <strong>Michoacán</strong> es una franja con un litoral de 262 kilómetros 1 de cara al océano<br />
Pacífico, aprisionada <strong>en</strong>tre el mar y la Sierra Madre del Sur. El área inicia del lado<br />
noroeste, donde el río Coahuayana marca el límite con el estado de Colima, y se prolonga<br />
hacia el extremo sureste, donde el río Balsas indica los límites con el estado de<br />
Guerrero. Es una angosta franja de tierra que ti<strong>en</strong>e una amplitud media de 3 kilómetros<br />
de ancho y hasta de 30 kilómetros <strong>en</strong> sus partes más ext<strong>en</strong>didas, dado que posee<br />
amplias planicies <strong>en</strong> sus extremos y algunas m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> sus partes c<strong>en</strong>trales.<br />
1 El litoral michoacano ti<strong>en</strong>e una longitud aproximada de 208 kilómetros <strong>en</strong> línea recta y de 262 kilómetros<br />
considerando las <strong>en</strong>trantes y las sali<strong>en</strong>tes (Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1979).<br />
24
Municipios<br />
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Jalisco<br />
1. Coahuayana<br />
2. Aquila<br />
3. Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
Colima<br />
1<br />
2<br />
Océano Pacífico<br />
3<br />
Es una costa d<strong>en</strong>tada, es decir que se caracteriza por sus variados accid<strong>en</strong>tes geográficos,<br />
puesto que es un espacio donde la Sierra Madre del Sur <strong>en</strong>tra al mar abruptam<strong>en</strong>te<br />
y donde ti<strong>en</strong>e lugar la erosión difer<strong>en</strong>cial que provoca el oleaje marino, lo que<br />
hace que existan ext<strong>en</strong>sas zonas de acantilados, bahías, caletas, caletillas, escotaduras<br />
y s<strong>en</strong>os, así como múltiples isletas, pilares y peñascos.<br />
La franja costera es atravesada de norte a sur por más de 53 ríos y arroyos que se<br />
originan <strong>en</strong> la sierra y desembocan <strong>en</strong> el mar. En g<strong>en</strong>eral son cu<strong>en</strong>cas con un relieve<br />
accid<strong>en</strong>tado, pero estos ríos han sido fundam<strong>en</strong>tales para el patrón de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />
de las diversas poblaciones, ya que todos ellos forman pequeñas planicies costaneras<br />
<strong>en</strong> sus desembocaduras, que es donde se ubican los poblados. 2 Los ríos más importan-<br />
2 De manera perp<strong>en</strong>dicular a la línea de las poblaciones <strong>costeras</strong> hay otro ord<strong>en</strong> de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos que obedece<br />
a dos grandes cu<strong>en</strong>cas que atraviesan la Sierra Madre del Sur: la principal, la del río Balsas, y otra la del río Nexpa.<br />
25<br />
<strong>Michoacán</strong><br />
Guerrero<br />
Guanajuato<br />
FIGURA 1. Región costera de <strong>Michoacán</strong> y sus municipios. Fu<strong>en</strong>te: Barragán, 1999 (modificado).<br />
Estado de<br />
México<br />
Tierra Cali<strong>en</strong>te<br />
Sierra Madre del Sur<br />
Costa
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
tes son el Balsas, Acalpican, Popoyutla, Chuta, Mexcalhuacán, Nexpa, Tupitina, Huahua,<br />
Cachán, Coíre, Ixtapilla, Ostula, Maquilí y Coahuayana, y los arroyos La Colera,<br />
Los Joberos, Motín del Oro, Colola, Tizupan, Teolán, La Manzanilla y Chucutitán<br />
(Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1979).<br />
El medio natural de la costa es dominado por selva baja caducifolia y el bosque<br />
tropical deciduo, con parota, cueramo, ceiba, huisache, tepemezquite, zapote, palmar,<br />
mango, plátano y papaya, <strong>en</strong>tre otras especies. Conforme uno se desplaza hacia tierra<br />
ad<strong>en</strong>tro, van naci<strong>en</strong>do las p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de la sierra, el clima se torna más húmedo y aparece<br />
vegetación más alta, hasta llegar a los 2 000 msnm, donde proliferan los bosques<br />
de coníferas, principalm<strong>en</strong>te de pino y <strong>en</strong>cino.<br />
El área descrita forma parte del territorio de tres municipios del estado: Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as, Aquila y Coahuayana. A lo largo de la línea costera se ubican cerca de cuar<strong>en</strong>ta<br />
as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos humanos, <strong>en</strong>tre los que destacan Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa<br />
Azul, Caleta de Campos, Huahua, Maruata, Colola, La Ticla, Faro de Bucerías, La Pla-<br />
COLIMA<br />
A Manzanillo<br />
Boca de Apiza<br />
Coahuayana<br />
Villa Victoria<br />
(Chinicuita)<br />
San Telmo<br />
San Juan de Alima<br />
La Placita<br />
La Ticla<br />
Faro de Bucerías<br />
Motín del Oro<br />
Colola<br />
Maruata<br />
Paso de la Noria<br />
Cachán de Echeverría<br />
Tizupan Huahua<br />
Océano Pacífico<br />
FIGURA 2. Poblaciones de la costa michoacana.<br />
COALCOMÁN<br />
Pichilinguillo<br />
La Manzanilla<br />
Mexiquillo<br />
26<br />
Aguililla<br />
Nexpa<br />
Caleta de Campos<br />
Mexcalhuacán<br />
Caletilla<br />
La Soledad<br />
MICHOACÁN<br />
Chiquiapan<br />
Las Peñas<br />
Chucutitán<br />
Las Calabazas<br />
Playa Azul<br />
Cuatro Caminos<br />
ARTEAGA<br />
La Mira<br />
Guacamayas<br />
LÁZARO CÁRDENAS<br />
Nueva Italia de Ruiz<br />
La Vinata<br />
Infiernillo<br />
Zicuirán<br />
GUERRERO<br />
A Zihuatanejo
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
CUADRO 1. Principales localidades de la costa michoacana<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as Aquila Coahuayana<br />
Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as* Mexiquillo Ojo de Agua (San Telmo)*<br />
Guacamayas La Manzanilla El Ticuiz*<br />
La Mira Pichilinguillo* Boca de Apiza*<br />
La Orilla Huahua Coahuayana de Hidalgo<br />
Bu<strong>en</strong>os Aires Tizupan* Coahuayana Viejo<br />
Acalpican Cachán de Echeverría* San Vic<strong>en</strong>te<br />
Playa Azul* Paso de Noria El Ranchito<br />
Las Calabazas* Maruata*<br />
Chucutitán* Colola<br />
Las Peñas* Motín del Oro*<br />
Chuta* Faro de Bucerías*<br />
Chuquiapan* El Zapote de Madero*<br />
La Soledad* Ixtapilla<br />
Caletilla* La Ticla<br />
Mexcalhuacán* El Duín<br />
La Manzanilla* La Placita<br />
Caleta de Campos* San Juan de Alima<br />
Nexpa<br />
* Poblaciones donde hay actividad pesquera marina<br />
cita, Coahuayana y Boca de Apiza, que a su vez están articulados por una carretera<br />
que bordea todo el litoral, y que comunica a la región con los pueblos de la Sierra Madre<br />
del Sur y con otras partes del país. 3<br />
3 La carretera costera michoacana <strong>en</strong> el extremo sureste está ramificada, sigui<strong>en</strong>do dos direcciones; una parte<br />
de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as rumbo a Uruapan, bifurcándose ahí hacia otros puntos del estado y el c<strong>en</strong>tro del país;<br />
la otra también parte de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, pero con destino a Zihuatanejo, Guerrero, y otras ciudades<br />
de ese estado, incluy<strong>en</strong>do el puerto de Acapulco. Por otro lado, el extremo noroeste de la carretera costera ti<strong>en</strong>e<br />
también dos verti<strong>en</strong>tes: una continúa hasta llegar al puerto de Manzanillo y después al puerto de Mazatlán, <strong>en</strong><br />
Sinaloa; la otra sigue hasta Tecomán y se interna tierra ad<strong>en</strong>tro, <strong>en</strong> el vecino estado de Colima, y de ahí se comunica<br />
con todo el occid<strong>en</strong>te del país. En las partes medias la carretera costera michoacana ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>tronques para<br />
llegar a los pueblos de la Sierra Madre del Sur: Aquila, Pómaro, Ostula, Coíre y San Pedro Naranjestil, <strong>en</strong>tre otros.<br />
27
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
CUADRO 2. Datos básicos de los municipios de la costa de <strong>Michoacán</strong><br />
Municipios Ext<strong>en</strong>sión Número de Número de Actividades económicas<br />
territorial habitantes poblaciones<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 1 091 km 2 170 000 63 Industria (preponderante),<br />
comercio, agricultura<br />
comercial, ganadería y pesca<br />
Aquila 2 553 km 2 22 000 427 Agricultura de subsist<strong>en</strong>cia<br />
(preponderante), poca<br />
agricultura comercial,<br />
ganadería ext<strong>en</strong>siva y pesca<br />
Coahuayana 506 km 2 14 000 53 Agricultura comercial<br />
(preponderante), comercio,<br />
poca ganadería ext<strong>en</strong>siva<br />
y pesca<br />
TOTAL 4 150 km 2 206 000 543<br />
Fu<strong>en</strong>te: INEGI, 1992 y 2000, y Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1996.<br />
No obstante el hecho de compartir un área con ciertos rasgos naturales y políticos<br />
comunes, esta serie de poblados costeros se caracteriza por sus grandes contrastes, que<br />
van desde una urbe industrial como Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as con 60 000 habitantes<br />
–d<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te poblada por migrantes originarios de diversos lugares del país y el extranjero–<br />
hasta una pequeña localidad nahua como Maruata, con 500 habitantes que se<br />
sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> principalm<strong>en</strong>te de la pesca y de los servicios turísticos a pequeña escala.<br />
El municipio de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong>e una ext<strong>en</strong>sión territorial de 1 091 km 2 y<br />
es el más d<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te poblado de la costa con más de 170 000 habitantes (120 000 <strong>en</strong><br />
Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y su periferia), 4 conc<strong>en</strong>trados <strong>en</strong> la economía industrial –incluy<strong>en</strong>do<br />
la portuaria– el comercio y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida la agricultura. El municipio de<br />
Aquila ti<strong>en</strong>e un territorio de 2 553 km 2 , cu<strong>en</strong>ta con 22 000 habitantes dedicados a la<br />
4 Me refiero principalm<strong>en</strong>te al área conformada por Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, La Mira, Guacamayas, La Orilla<br />
y Bu<strong>en</strong>os Aires.<br />
28
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
agricultura de subsist<strong>en</strong>cia y poco a la agricultura comercial y a la ganadería ext<strong>en</strong>siva.<br />
Coahuayana ti<strong>en</strong>e una superficie de 506 km 2 con 14 000 habitantes dedicados sobre<br />
todo a la agricultura comercial, y luego a la ganadería y el comercio (INEGI, 2000) .<br />
Los tres municipios muestran perfiles socioeconómicos completam<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>tes.<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as es cinco veces más grande <strong>en</strong> población que Aquila y Coahuayana<br />
juntos; el municipio ha sido poblado principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el área urbana de Ciudad<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y sus suburbios, sobre todo por migrantes de diversas partes del país.<br />
Es una <strong>en</strong>tidad que manti<strong>en</strong>e una economía basada <strong>en</strong> la industria acerera y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or<br />
medida <strong>en</strong> el comercio, la ganadería y la agricultura comercial (basada <strong>en</strong> el coco, el<br />
mango y la papaya).<br />
El municipio de Aquila, el más ext<strong>en</strong>so del área costera, posee una población altam<strong>en</strong>te<br />
dispersa, con más de 420 pequeñas localidades. El 80% de su población es<br />
indíg<strong>en</strong>a nahua que se dedica primordialm<strong>en</strong>te a la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia y a la<br />
ganadería ext<strong>en</strong>siva. De los tres, es el municipio con más altos niveles de pobreza y<br />
marginación, y <strong>en</strong> el que operan Solidaridad y el Instituto Nacional Indig<strong>en</strong>ista.<br />
Por último, Coahuayana es el municipio más pequeño de los tres y el m<strong>en</strong>os poblado<br />
–sus habitantes son mayoritariam<strong>en</strong>te de orig<strong>en</strong> mestizo–; no obstante, su participación<br />
económica es mayor que la de su vecino Aquila, y mejores sus condiciones de<br />
vida, dado que posee una planicie fértil con gran producción de cultivos comerciales<br />
de plátano, limón, coco y melón, <strong>en</strong>tre otros, 5 así como un int<strong>en</strong>so intercambio comercial<br />
con el estado de Colima.<br />
La pesca marina del estado de <strong>Michoacán</strong> se desarrolla a lo largo del litoral de los<br />
tres municipios m<strong>en</strong>cionados: <strong>en</strong> Lázaro Cárd<strong>en</strong>as se manifiesta una clara supremacía<br />
y prefer<strong>en</strong>cia por la actividad industrial; <strong>en</strong> Aquila existe una honda raíz cultural<br />
asociada a la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia, lo mismo que a los altos niveles de pobreza y<br />
marginación; a su vez, Coahuayana debe su prosperidad a la agricultura comercial<br />
y por ello ti<strong>en</strong>e su mirada fija sobre la tierra.<br />
Estos contrastes manifiestan las difer<strong>en</strong>cias que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre los grupos que habitan<br />
la costa michoacana. En lo que respecta exclusivam<strong>en</strong>te a los pescadores, ellos<br />
5 Para mayor información sobre los contrastes <strong>en</strong>tre los tres municipios de la costa, consúltese el trabajo de<br />
Ramírez Sevilla (1999).<br />
29
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
compart<strong>en</strong> un espacio con más de 250 kilómetros de litoral; sin embargo, pese a que<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> común un oficio y una serie de elem<strong>en</strong>tos técnicos para lograr el sust<strong>en</strong>to,<br />
muestran algunas difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> sus condiciones de reproducción actuales, dadas las<br />
particularidades ecológicas, históricas y culturales relacionadas con el territorio que<br />
tradicionalm<strong>en</strong>te han habitado.<br />
ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />
Las fu<strong>en</strong>tes históricas y arqueológicas indican que <strong>en</strong> la época prehispánica y <strong>en</strong> los<br />
primeros tiempos de la conquista, las costas de Colima y <strong>Michoacán</strong> estuvieron d<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te<br />
pobladas, y que sus moradores mantuvieron una economía variada y compleja<br />
basada <strong>en</strong> la agricultura y <strong>en</strong> los recursos del mar (Acuña, 1987; Lebrón de Quiñónez,<br />
1988; Brand, 1960; Novella y Moguel, 1995, 1999). En estas fu<strong>en</strong>tes es posible id<strong>en</strong>tificar<br />
una raíz importante que podemos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der como una “cultura marina”, pues<br />
los habitantes aprovechaban la abundancia de peces, mariscos “y otras cosas que de<br />
la mar se sacan” –como algas marinas y sal–, todo, parte fundam<strong>en</strong>tal para completar<br />
su dieta alim<strong>en</strong>ticia (Acuña, 1987:164-173). También se dedicaban a la extracción<br />
de perlas e incluso, según algunos autores, mantuvieron contacto comercial con los<br />
expertos navegantes de Sudamérica, constituyéndose posiblem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la puerta del<br />
Pacífico hacia Mesoamérica (West, 1961:133; Cabrera, 1976:247, 1989:142).<br />
Después del proceso de conquista la población indíg<strong>en</strong>a disminuyó drásticam<strong>en</strong>te<br />
debido a la guerra, al trabajo forzado y a las epidemias, por lo que durante la época<br />
colonial la costa michoacana se fue despoblando y los pocos sobrevivi<strong>en</strong>tes que quedaron<br />
fueron replegándose hacia la sierra, <strong>en</strong> lugares de difícil acceso y cada vez más retirados<br />
del mar.<br />
Durante los siglos XVII y XVIII los pueblos indíg<strong>en</strong>as sirvieron a la corona española<br />
para vigilar las costas del Pacífico, por lo que fueron nombrados “C<strong>en</strong>tinelas del<br />
Mar del Sur” (Brand, 1960; Reyes, 1993), no obstante lo cual su economía cada vez<br />
dep<strong>en</strong>día m<strong>en</strong>os del mar y la pesca se fue convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> una actividad escasam<strong>en</strong>te<br />
practicada. A este respecto, vale m<strong>en</strong>cionar la opinión racista de un personaje<br />
que <strong>en</strong> 1879 escribía sobre los habitantes de Maquilí, una población del actual<br />
municipio de Aquila:<br />
30
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
En el río que como se ha dicho corre a orillas del pueblo se crían truchas y también <strong>en</strong> algunas<br />
hondables de él los feroces animales de caimanes y cocodrilos, y <strong>en</strong> la boca que desagua <strong>en</strong> la mar<br />
se logra la pesca abundante de robalo, mero y cabezuda. Aunque se dedican muy poco a ello los<br />
indios por su innata desidia (<strong>en</strong> Reyes, 1993:35).<br />
Se sabe que durante el siglo XIX la pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> no fue una actividad<br />
especialm<strong>en</strong>te importante (Labarthe, 1964; Sánchez, 1988, 1979). Los diversos<br />
grupos que poblaban los distritos de Ario y Coalcomán –ahora territorio de los municipios<br />
de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Aquila y Coahuayana, <strong>en</strong>tre otros– eran principalm<strong>en</strong>te<br />
agricultores que a veces pescaban para complem<strong>en</strong>tar su alim<strong>en</strong>tación. Pero a lo largo<br />
de la costa no existió ningún as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to a la orilla de la playa o grupo alguno especializado<br />
<strong>en</strong> la pesca, o que se destacara por su apego a utilizar los recursos marinos.<br />
El cambio que se produjo al paso de cuatro siglos, es decir, el de una cultura con<br />
tradición marina que después de estar as<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> la costa se desplazó a otro hábitat<br />
y se volvió casi exclusivam<strong>en</strong>te agrícola, es un punto de reflexión muy importante,<br />
pues nos recuerda que la conquista y los subsecu<strong>en</strong>tes sistemas de explotación no<br />
sólo son la historia del exterminio, el despojo y la humillación, sino también de la<br />
desadaptación y el olvido.<br />
La historia contemporánea de la costa michoacana se puede decir que principia<br />
con el siglo XX. En el inicio de ese periodo existían pequeños as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los<br />
extremos del litoral, es decir, <strong>en</strong> el delta del río Balsas y <strong>en</strong> la planicie de la boca del<br />
río Coahuayana. En esos lugares se practicaba la pesca básicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los ríos y esteros,<br />
donde se capturaban sobre todo lisas y pargos. El principal instrum<strong>en</strong>to de pesca<br />
era el solapán, una especie de lanza de madera con una punta de metal que podía t<strong>en</strong>er<br />
forma de arpón o contar con tres picos, el cual se usaba desde la playa o a bordo<br />
de una canoa, construida con madera de parota de una sola pieza (Alcalá, 1986:21).<br />
El solapán fue de uso restringido, pues sólo unas pocas personas practicaban la pesca,<br />
dado que la mayor parte eran campesinos que no t<strong>en</strong>ían mucha idea de cómo obt<strong>en</strong>er<br />
pescado. De hecho, llegó a ser común el sofisticado método del machetazo:<br />
Anteriorm<strong>en</strong>te, cuando yo era niño no había pesca como ahora. Bu<strong>en</strong>o, había mucho pescado de<br />
muchas variedades y rete harto, pero no había pescadores. En un principio la g<strong>en</strong>te sólo usaba ma-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
chete. En la noche iba uno a los esteros con achón [especie de antorcha de ocote] y macheteaba a<br />
los pescados que surgían a montones... ya después llegó la lámpara de carburo y se pescaba con solapán...<br />
No, antes qué esperanzas que se pescara con cayuco <strong>en</strong> el mar. No se podía meter uno ahí<br />
porque era muy viol<strong>en</strong>to, muy fuerte, pegaba muy duro (<strong>en</strong>trevista con Isidoro Echeverría Camacho,<br />
habitante de Playa Azul. 27/4/2000). 6<br />
En otras partes de la costa michoacana donde hay peñascos, como <strong>en</strong> la parte c<strong>en</strong>tral,<br />
los campesinos indíg<strong>en</strong>as practicaban la pesca sólo ocasionalm<strong>en</strong>te, pues <strong>en</strong> la<br />
época de secas algunos se desplazaban de la sierra a la costa para obt<strong>en</strong>er alim<strong>en</strong>tos<br />
de este hábitat. A la orilla del mar y desde lo alto de las rocas, utilizaban la cuerda y<br />
el anzuelo para obt<strong>en</strong>er pargos y a veces huachinangos. No obstante, según sus propios<br />
testimonios, muchas especies que ahora conoc<strong>en</strong> no eran explotadas ni consumidas<br />
<strong>en</strong> la primera mitad del siglo XX, por ejemplo la lapa, la carne de tortuga y<br />
la langosta.<br />
Una hija de Arnoldo Chávez García, uno de los primeros pescadores de Maruata,<br />
de niña acompañaba a su padre a la playa; ella recuerda:<br />
No había lanchas ni nada, mi papá nada más se subía a una roca grande y alta y desde ahí pescaba<br />
con cuerda y anzuelo... antes no había pesca como ahora; antes nosotros no conocíamos el huachinango<br />
y mucho m<strong>en</strong>os la langosta, mi papá pescaba pargos y jureles... había muchísimos.<br />
Huachinango no se pescaba porque ese pescado anda <strong>en</strong> aguas más ad<strong>en</strong>tro y no se acercaba a la<br />
orilla, a la pedreguera. Cuando era niña, una vez mi papá llevó a la casa [<strong>en</strong> Pómaro] unas langostas,<br />
nadie se las quería comer porque estaban muy feas y olían peor, como a mar, pero vimos que mi<br />
papá empezó a comer y luego mi mamá se animó; ya después nosotros empezamos a rascarle y nos<br />
gustó, después cada que v<strong>en</strong>ían pescadores que no eran de aquí les pedíamos langostas (<strong>en</strong>trevista<br />
con María Chávez, 5/10/2000).<br />
A principios del siglo XX sólo había unos cuantos caseríos costeros, pero <strong>en</strong> las<br />
décadas de los cuar<strong>en</strong>ta y cincu<strong>en</strong>ta despegó el proceso de poblami<strong>en</strong>to a lo largo<br />
6 Todas las citas de este trabajo que son declaraciones directas de informantes, son material de mis propias<br />
<strong>en</strong>trevistas <strong>en</strong> trabajo de campo, excepto una <strong>en</strong> la que apunto la fu<strong>en</strong>te.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
de la costa michoacana. En la parte sur que va del río Balsas al río Nexpa –d<strong>en</strong>tro del<br />
municipio de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as– el poblami<strong>en</strong>to se inició <strong>en</strong> 1939 con la dotación de<br />
tierras ejidales y el regalo y v<strong>en</strong>ta de tierras a particulares, de lo que había pert<strong>en</strong>ecido<br />
a las haci<strong>en</strong>das La Orilla, Tupitina, Ahuindo y otros latifundios más. Estos terr<strong>en</strong>os<br />
paulatinam<strong>en</strong>te se poblaron con g<strong>en</strong>te nativa, así como con migrantes de la costa guerrer<strong>en</strong>se<br />
y de la sierra de Coalcomán, lo que hizo posible que crecieran Melchor Ocampo<br />
del Balsas (posteriorm<strong>en</strong>te Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as) y Playa Prieta (hoy Playa<br />
Azul), y que surgieran otros sitios, como Las Calabazas, Las Peñas y Caleta de Campos,<br />
por m<strong>en</strong>cionar sólo las localidades as<strong>en</strong>tadas a orillas del mar.<br />
La parte c<strong>en</strong>tral de la costa –es decir, el territorio que corresponde al municipio<br />
de Aquila– pres<strong>en</strong>ta otra faceta, pues históricam<strong>en</strong>te ha sido el reducto de las comunidades<br />
indíg<strong>en</strong>as nahuas. Después del siglo XVI y durante cuatro siglos las comunidades<br />
indíg<strong>en</strong>as de Maquilí, Aquila, Ostula, Coíre y Pómaro se refugiaron principalm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> la Sierra Madre del Sur y por mucho tiempo la costa estuvo apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
despoblada. 7<br />
En los años treinta del siglo XX, aprovechando la desintegración de la comunidad<br />
de Maquilí 8 y sacando partido de la p<strong>en</strong>etración por medio del comercio, los mestizos<br />
se as<strong>en</strong>taron <strong>en</strong> la costa nahua <strong>en</strong> un poblado llamado La Placita, el cual com<strong>en</strong>zó a<br />
destacar como pueblo salinero y c<strong>en</strong>tro comercial (Méndez, s/f). Posteriorm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong><br />
los cuar<strong>en</strong>ta y cincu<strong>en</strong>ta dio inicio un proceso de poblami<strong>en</strong>to paulatino, pues fueron<br />
apareci<strong>en</strong>do pequeños as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos costeros formados por las comunidades indíg<strong>en</strong>as<br />
de Ostula, Coíre y Pómaro, que com<strong>en</strong>zaron a bajar de sus pueblos <strong>en</strong> la serranía<br />
ante la presión migratoria de los rancheros de Tierra Cali<strong>en</strong>te y de la sierra de<br />
7 Los territorios de las comunidades indíg<strong>en</strong>as abarcan –desde sus oríg<strong>en</strong>es hasta la actualidad– tanto el área<br />
costera como el de la sierra. Los pueblos se localizaban <strong>en</strong> la sierra y <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia la costa estaba abandonada,<br />
pues no había as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos; sin embargo, este espacio era habitado temporalm<strong>en</strong>te por familias que se desplazaban<br />
<strong>en</strong> la época de secas para utilizar los recursos del litoral y existía una vigilancia perman<strong>en</strong>te para evitar las<br />
invasiones y los despojos.<br />
8 De las cinco comunidades indíg<strong>en</strong>as, Maquilí fue la única que perdió todas sus tierras como resultado de<br />
la aplicación de la “Ley de desamortización hac<strong>en</strong>daria” de junio de 1856, y de las “Leyes de desamortización<br />
de bi<strong>en</strong>es de comunidades civiles y religiosas” de 1868, las cuales forzaban a los comuneros a fraccionar sus tierras<br />
y a pagar altos impuestos. Esto a la larga trajo la desintegración y parcial desaparición de la comunidad, pues<br />
los mestizos, aprovechando la miseria y la fragilidad organizativa de los indíg<strong>en</strong>as, se fueron apropiando de las<br />
tierras por medio del alquiler y luego del despojo o de la compra forzada (véanse Sánchez, 1988; Cochet, 1991).<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Coalcomán, que desde finales del siglo XIX y principios del XX se fueron apropiando<br />
de bu<strong>en</strong>a parte de las tierras altas de estas comunidades (Sánchez, 1988; Cochet et al.,<br />
1988; Cochet, 1991). De esta manera tuvieron su orig<strong>en</strong> los pueblos de Tizupan, Cachán<br />
de Echeverría, Maruata, Colola, Motín del Oro, Faro de Bucerías, El Zapote, La Ticla<br />
y El Duin, <strong>en</strong>tre otros, la mayor parte de ellos ubicados <strong>en</strong> antiguos as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos prehispánicos,<br />
incluso conservando los mismos nombres.<br />
En la actualidad, aproximadam<strong>en</strong>te el 80% de la población municipal de Aquila<br />
es nahua y el 80% de su territorio sigue si<strong>en</strong>do de propiedad comunal; no obstante,<br />
esto último sólo es <strong>en</strong> el papel, pues de facto poco m<strong>en</strong>os de la mitad de la superficie<br />
está ocupada por mestizos que se han apropiado de terr<strong>en</strong>os arguy<strong>en</strong>do ser pequeños<br />
propietarios.<br />
Por otra parte, <strong>en</strong> el extremo norte, desde punta San Telmo hasta el río Coahuayana,<br />
municipio del mismo nombre, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una amplia planicie de tierras fértiles.<br />
En los inicios del siglo XX ahí sólo había pequeños as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos que se habían fundado<br />
<strong>en</strong> torno de las haci<strong>en</strong>das San Vic<strong>en</strong>te, Coahuayana y Achotan. Al igual que <strong>en</strong><br />
el sur, la población fue creci<strong>en</strong>do con la repartición de tierras ejidales a partir de 1941,<br />
cuando se erigieron los ejidos El Ticuiz, San Vic<strong>en</strong>te y Coahuayana, con tierras que<br />
pert<strong>en</strong>ecieron a las haci<strong>en</strong>das. Los ejidos fueron constituidos principalm<strong>en</strong>te por g<strong>en</strong>te<br />
mestiza nativa de las costas michoacana y guerrer<strong>en</strong>se, así como por migrantes rancheros<br />
de la Sierra Madre del Sur y del altiplano c<strong>en</strong>tral. Con esa lógica de crecimi<strong>en</strong>to<br />
surgieron Boca de Apiza, El Ticuiz y San Telmo a orillas del mar. 9<br />
Un factor que influyó <strong>en</strong> el poblami<strong>en</strong>to de la costa fue el hecho de que <strong>en</strong> la década<br />
de los cuar<strong>en</strong>ta com<strong>en</strong>zara a adquirir importancia la pesca del tiburón <strong>en</strong> todo el<br />
Pacífico mexicano. En la región, este tipo de captura la iniciaron los pescadores de<br />
Zihuatanejo y Manzanillo que llegaban a acampar y a pescar <strong>en</strong> distintos puntos del<br />
litoral michoacano, de tal manera que algunos habitantes, sobre todo de Coahuayana<br />
y Melchor Ocampo del Balsas, tuvieron relación con ellos y pronto apr<strong>en</strong>dieron el oficio,<br />
incluso creando sus propios métodos.<br />
9 San Telmo, El Ticuiz y Boca de Apiza pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al ejido El Ticuiz, el cual abarca prácticam<strong>en</strong>te todo el<br />
litoral del municipio de Coahuayana. De estas tres localidades, únicam<strong>en</strong>te Boca de Apiza desarrolla una actividad<br />
pesquera importante.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Don Ernesto de la Torre, que <strong>en</strong> 1947 hizo un viaje por la costa michoacana, refiere<br />
<strong>en</strong> su diario sobre los habitantes de la bahía de San Telmo, <strong>en</strong> la planicie de Coahuayana,<br />
algunos aspectos acerca de la pesca:<br />
Los pocos habitantes de esta playa se dedican a la pesca <strong>en</strong> pequeñísima escala. Sacan del mar <strong>en</strong><br />
embarcaciones muy pequeñas lo ap<strong>en</strong>as necesario para su sust<strong>en</strong>to, y solam<strong>en</strong>te cuando hay demanda<br />
de productos marinos se esfuerzan por conseguirlos. Echan de m<strong>en</strong>os a los japoneses que,<br />
radicados <strong>en</strong> Manzanillo, recorrían todas estas playas, comprándoles sus productos a bu<strong>en</strong> precio,<br />
sobre todo el tiburón y sus derivados, de los que hacían grandes pedidos. Pescan el tiburón <strong>en</strong> la<br />
forma más primitiva. Destazan un pez que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>en</strong> la playa, al que atan una fuerte cuerda. La<br />
sangre que sobre el agua cae, atrae a los tiburones, y cuando están cerca del cebo saltan los pescadores<br />
con s<strong>en</strong>dos arpones que arrojan a la que va a ser su víctima. Al acertar <strong>en</strong> el blanco, el tiburón huye,<br />
arrastrando consigo el arpón que está atado a una <strong>en</strong>orme cuerda de varios ci<strong>en</strong>tos de metros y que<br />
remata <strong>en</strong> una gruesa cad<strong>en</strong>a que se ata a uno de los troncos que se hallan sepultados <strong>en</strong> la ar<strong>en</strong>a.<br />
Muchas veces el tiburón no resiste y a poco de esforzarse y de colear, se rinde. Jálanlo <strong>en</strong>tonces<br />
hacia la playa los pescadores, <strong>en</strong> donde lo rematan; mas otras veces la cuerda se rompe y se escapa<br />
con la cad<strong>en</strong>a. Este animal abunda <strong>en</strong> este litoral, al igual que la tintorera y la mantarraya,<br />
así como el pez sierra. La tortuga es también abundante, no sólo la común, sino la carey; pudimos<br />
observar nosotros tortugas de más de un metro de largo por 60 c<strong>en</strong>tímetros de ancho y algunos carapachos<br />
aún mayores. El robalo, el bagre y otras especies son pescados con gran frecu<strong>en</strong>cia y v<strong>en</strong>didos<br />
frescos <strong>en</strong> los poblados cercanos, o salados <strong>en</strong> los más distantes [...] En años anteriores llegaban<br />
a San Telmo algunas embarcaciones japonesas, por pescado y tiburón con sus derivados,<br />
sobre todo el hígado que hoy lo preparan los pescadores guardándolo <strong>en</strong> latas con bu<strong>en</strong>a cantidad<br />
de sal, [ahora los pescadores] añoran los bu<strong>en</strong>os días <strong>en</strong> que los japoneses y los americanos les compraban<br />
el producto de su trabajo.<br />
En Melchor Ocampo del Balsas la pesca de tiburón y la extracción y v<strong>en</strong>ta de su<br />
hígado tuvo mayor auge y trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, ya que <strong>en</strong> 1946 se fundó la primera cooperativa<br />
pesquera de la costa de <strong>Michoacán</strong>, registrada como S.C.P.P. “El Balsas”, S.C.L.,<br />
que agrupó a 53 socios, qui<strong>en</strong>es contaban con embarcaciones y conocimi<strong>en</strong>tos para<br />
navegar y realizar pesca marina. Con esta modesta organización se inició la pesca comercial<br />
int<strong>en</strong>siva, que se desarrolló solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> este punto de la costa del estado,<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
pues <strong>en</strong> el resto aún no existían las condiciones adecuadas para ello debido al poco<br />
número de pescadores, a lo rudim<strong>en</strong>tario de sus artes de pesca, a la falta de vías de<br />
comunicación y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, a su poco apego a la pesca marina.<br />
En 1955 Donald Brand, junto con un equipo de investigadores, recorrió la costa<br />
norte, y estando <strong>en</strong> Boca de Apiza –la salida al mar del río Coahuayana– escribió al<br />
respecto:<br />
Mi<strong>en</strong>tras estuvimos <strong>en</strong> Boca de Apiza, varios pescadores locales capturaron pescado con arpones,<br />
incluy<strong>en</strong>do un largo robalo... y muchos agujones... Nos informaron que la comida local incluía estos<br />
dos pescados [además de] lisa... garlopa... pargo... mojarra... bagre... [y] un número de especies<br />
de pescado poco comunes, [como] ostras, almejas, langosta, algunos cangrejos, tortuga caguama,<br />
pero no camarones. Es obvio que la g<strong>en</strong>te de esta costa no son pescadores marinos, porque capturan<br />
principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ríos, lagunas, esteros, <strong>en</strong> la orilla y <strong>en</strong> los bajos (Brand, 1960:5).<br />
Conforme fue pasando el tiempo, <strong>en</strong> la costa c<strong>en</strong>tro y norte com<strong>en</strong>zó a increm<strong>en</strong>tarse<br />
el número de canoas que <strong>en</strong>traban al mar a realizar la captura. Tal hecho se debió<br />
sobre todo a la influ<strong>en</strong>cia de los comerciantes de Zihuatanejo, Petacalco y Manzanillo<br />
(que desde décadas atrás recorrían la costa de <strong>Michoacán</strong> <strong>en</strong> pangas relativam<strong>en</strong>te<br />
grandes, cargando mercancías como ajonjolí, copra, madera, puercos y gallinas), pero<br />
también de los pescadores de esos mismos lugares que llegaban a trabajar a difer<strong>en</strong>tes<br />
puntos del litoral y <strong>en</strong>señaron sus artes a los nativos.<br />
A mitad de siglo XX –según testimonios de pescadores viejos de Maruata– las canoas<br />
de parota de una sola pieza que antaño habían sido utilizadas tuvieron que ser reemplazadas<br />
por pangas de madera de pino, confeccionadas con tiras <strong>en</strong>sambladas y fondo<br />
plano, las cuales eran curadas con aceite antes de ocuparse por vez primera. Posteriorm<strong>en</strong>te,<br />
<strong>en</strong> el transcurso de los años ses<strong>en</strong>ta llegaron a los pueblos los primeros motores<br />
que se instalaron <strong>en</strong> estas embarcaciones. Así, <strong>en</strong> Maruata, el primer motor para<br />
una embarcación lo compró Vidal Domínguez Arroyo <strong>en</strong> 1960.<br />
En ese periodo fue importante también la captura de caimanes –sobre todo <strong>en</strong> los<br />
esteros de las márg<strong>en</strong>es del Balsas hasta Playa Azul y los situados <strong>en</strong> Coahuayana–,<br />
de los cuales se utilizaba la piel, e incluso hubo g<strong>en</strong>te dedicada exclusivam<strong>en</strong>te a la<br />
captura y a la comercialización, pero debido a la int<strong>en</strong>sificación de tal actividad pron-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
to com<strong>en</strong>zó a desaparecer el lagarto de los esteros, lo que arruinó el negocio y llevó<br />
a la especie al límite de la extinción. Igualm<strong>en</strong>te, hasta esta mitad de siglo fue relevante<br />
la captura de huevos de tortuga para el consumo local; sin embargo, <strong>en</strong> adelante<br />
dio inicio la captura int<strong>en</strong>siva de la tortuga marina para aprovechar su piel y se expandió<br />
el comercio indiscriminado de sus huevos, lo que llevó a un agotami<strong>en</strong>to del recurso<br />
<strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de dos décadas.<br />
En resum<strong>en</strong>, <strong>en</strong> la primera mitad del siglo pasado fue importante para los pueblos<br />
costeros una economía basada <strong>en</strong> la diversificación de los recursos del litoral. La pesca<br />
fue principalm<strong>en</strong>te de tres tipos: la que se realizaba <strong>en</strong> esteros empleando el machete<br />
y el solapán; la que se practicaba a orillas del mar ya fuera utilizando desde lo alto<br />
de una roca la cuerda y el anzuelo o desde la playa jalando con una cuerda a los tiburones,<br />
y la pesca marina que se llevaba a cabo desde una embarcación y con ayuda de<br />
arpones, cuerdas y anzuelos. Normalm<strong>en</strong>te eran bajos los índices de captura, y la mayor<br />
parte de ella se dedicaba al autoconsumo. El comercio de productos marinos tuvo<br />
relevancia sólo hasta la década de los cuar<strong>en</strong>ta y cincu<strong>en</strong>ta, sobre todo <strong>en</strong> el poblado<br />
de lo que hoy es Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as.<br />
En g<strong>en</strong>eral, hasta mediados del siglo XX la población costera de <strong>Michoacán</strong> se increm<strong>en</strong>tó<br />
l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te; no obstante, los pocos pescadores desarrollaron un provechoso<br />
proceso de apr<strong>en</strong>dizaje <strong>en</strong> el cual los pescadores de Zihuatanejo y Manzanillo fungieron<br />
como maestros. Todo este transcurso –iniciado dos o tres décadas atrás– llevó a las reci<strong>en</strong>tes<br />
poblaciones de la costa a g<strong>en</strong>erar las bases de sus primeros grupos de profesión<br />
con vocación pesquera, y esto implicó, a la vez, un nuevo perfil económico <strong>en</strong> el<br />
sistema de subsist<strong>en</strong>cia y una nueva valoración de los recursos del mar.<br />
EL INICIO DE LA PESCA COMERCIAL<br />
Hacia finales de los años ses<strong>en</strong>ta, pero sobre todo para la década de los set<strong>en</strong>ta, la costa<br />
de <strong>Michoacán</strong> se había consolidado como el área que repres<strong>en</strong>taba los sueños del<br />
desarrollo regional y nacional del g<strong>en</strong>eral Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, los cuales habían sido planeados<br />
minuciosam<strong>en</strong>te para su realización. La Comisión de la Cu<strong>en</strong>ca del Río Balsas<br />
int<strong>en</strong>taba concretar esas aspiraciones por la vía de la colonización, de la irrigación y<br />
particularm<strong>en</strong>te de la industrialización.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
En 1968 se construyó la presa José María Morelos, conocida como “La Villita”, con<br />
el propósito de irrigar las tierras de las márg<strong>en</strong>es del bajo río Balsas, pero fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
con la int<strong>en</strong>ción de g<strong>en</strong>erar <strong>en</strong>ergía eléctrica para un polo industrial. Entre 1970<br />
y 1975 se construyó la siderúrgica Lázaro Cárd<strong>en</strong>as-Las Truchas S.A., y posteriorm<strong>en</strong>te<br />
la NKS y otras empresas metalmecánicas, así como FERTIMEX (ahora FERTINAL), productora<br />
de fertilizantes. En 1976 también fue inaugurado el puerto, lo que sumado a lo<br />
anterior conformó un gran c<strong>en</strong>tro de atracción de mano de obra y finalm<strong>en</strong>te una ciudad<br />
industrial (Martínez, 1994).<br />
La industrialización se convirtió <strong>en</strong> la principal vía del desarrollo <strong>en</strong> la parte baja<br />
de la cu<strong>en</strong>ca del río Balsas, pero muchas poblaciones de la costa quedaban fuera de<br />
su radio de influ<strong>en</strong>cia, por lo que se consideró necesario tomar medidas para equilibrar<br />
el desarrollo regional. Así nació la Comisión para el Desarrollo de la Costa de<br />
<strong>Michoacán</strong>, que influyó de manera importante <strong>en</strong> la conformación de la deslucida<br />
economía del litoral, inc<strong>en</strong>tivando difer<strong>en</strong>tes proyectos productivos, <strong>en</strong>tre los que<br />
destacaban las sociedades ganaderas y las cooperativas pesqueras. Pero sin duda la<br />
influ<strong>en</strong>cia determinante fue la política pesquera del presid<strong>en</strong>te Luis Echeverría Álvarez<br />
(1970-1976), que <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> se reflejó concretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la fundación<br />
de las primeras cooperativas de producción pesquera y <strong>en</strong> la dotación de embarcaciones<br />
y de artes de pesca, así como <strong>en</strong> la instalación de infraestructura para el<br />
almac<strong>en</strong>aje y la distribución de los productos, lo que pronto dio resultados positivos.<br />
Durante el sex<strong>en</strong>io m<strong>en</strong>cionado se llevó a efecto el programa nacional de desarrollo<br />
pesquero llamado “Las Diez Mil Lanchas” (Alcalá, 1999:187). De esta manera,<br />
<strong>en</strong>tre la exigua población de la costa de <strong>Michoacán</strong> com<strong>en</strong>zaron a distribuirse embarcaciones<br />
de fibra de vidrio con motor fuera de borda, lo que aunado a la dotación de<br />
artes de pesca trajo consigo un increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los índices de captura, pero también<br />
un apoyo trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal fue que, <strong>en</strong> el ámbito de la comercialización:<br />
La paraestatal Productos Pesqueros Mexicanos (PROPEMEX), fundada por Echeverría <strong>en</strong> 1972, les<br />
hacía llegar combustible para los motores de las lanchas, algunas hieleras inm<strong>en</strong>sas y hielo para<br />
abastecerlas, y a cambio recogía la captura una vez por semana. El esfuerzo de la Federación fue<br />
grande y costoso, y al parecer dio bu<strong>en</strong>os resultados, sobre todo para obt<strong>en</strong>er carne de tiburón secasalada<br />
y escama de bu<strong>en</strong>a calidad <strong>en</strong> fresco (Alcalá, 1999:187).<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
En g<strong>en</strong>eral las cooperativas obtuvieron los permisos para la captura de difer<strong>en</strong>tes<br />
especies con escama, tortuga, tiburón, langosta, ostión, pulpo y caracol púrpura. 10 La<br />
captura se recogía <strong>en</strong> camionetas que se internaban por caminos de terracería hasta<br />
los difer<strong>en</strong>tes poblados, ya que <strong>en</strong> la década de los set<strong>en</strong>ta aún no existía la carretera<br />
costera. 11 En algunas ocasiones y <strong>en</strong> ciertas localidades de difícil acceso, como <strong>en</strong><br />
el caso de los pueblos de Aquila, el pescado eran recogido por avioneta.<br />
Antes de 1970 sólo existían dos cooperativas <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong>: “El Balsas”<br />
(1946) y “Mexcalhuacán” (1964), pero <strong>en</strong> la década de los set<strong>en</strong>ta PROPEMEX se <strong>en</strong>cargó<br />
de organizar cooperativas pesqueras <strong>en</strong> las distintas localidades, incluso <strong>en</strong> aquellas<br />
donde no había pescadores de oficio. Hasta la fecha abundan anécdotas del terror<br />
que provocaron <strong>en</strong> algunos campesinos sus primeras incursiones <strong>en</strong> el mar. No<br />
obstante, muchos apr<strong>en</strong>dieron a pescar, dado que dicha paraestatal ofreció todas las<br />
facilidades para empr<strong>en</strong>der la tarea.<br />
La iniciativa del gobierno fue importante, pues hizo las gestiones para lograr los<br />
registros de las cooperativas, brindó créditos o préstamos para la adquisición de embarcaciones<br />
y artes de pesca, instaló cuatro procesadoras de pescado <strong>en</strong> puntos geográficos<br />
clave: Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Caleta de Campos, San Telmo y Boca de Apiza. Y finalm<strong>en</strong>te<br />
se <strong>en</strong>cargó del acopio de la captura <strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes localidades y llevó a<br />
cabo la comercialización del producto.<br />
Así, las primeras cooperativas nacieron auspiciadas por instituciones gubernam<strong>en</strong>tales,<br />
y muchos pescadores viejos recuerdan la participación de la Comisión para el<br />
Desarrollo de la Costa de <strong>Michoacán</strong> promovi<strong>en</strong>do sociedades productivas, lo mismo<br />
que las visitas del gobernador Carlos Torres Manzo, celebrando y formalizando<br />
la <strong>en</strong>trega de embarcaciones e inaugurando las sociedades pesqueras.<br />
De esta manera tuvieron su orig<strong>en</strong> las cooperativas “La Villita” <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as (1972), “Bahía de Bufadero” <strong>en</strong> Caleta de Campos (1975), “Tonatiuh” <strong>en</strong><br />
Las Peñas (1977) y “Playa Azul” <strong>en</strong> la localidad del mismo nombre (1979), todas<br />
ellas <strong>en</strong> el municipio de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as. También surgieron las cooperativas “Pó-<br />
10 El caracol púrpura sólo lo capturaban los indíg<strong>en</strong>as nahuas de la cooperativa “Pómaro”. De éste se extraía<br />
la tinta para teñir el hilo de algodón con que elaboraban pr<strong>en</strong>das de vestir para v<strong>en</strong>derlas como artesanías.<br />
11 La carretera costera que une a los difer<strong>en</strong>tes pueblos de la costa michoacana y que comunica a ésta con<br />
otras regiones del país no estuvo terminada sino hasta 1982.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
maro” <strong>en</strong> Maruata (1974) y “Costa de <strong>Michoacán</strong>” <strong>en</strong> Boca de Apiza (1973), pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes<br />
a los municipios de Aquila y Coahuayana respectivam<strong>en</strong>te. En suma, a mediados<br />
de los set<strong>en</strong>ta había aproximadam<strong>en</strong>te diez cooperativas y cerca de quini<strong>en</strong>tos<br />
pescadores <strong>en</strong> la costa michoacana.<br />
Casi una década después, <strong>en</strong> 1984, había cerca de 950 pescadores <strong>en</strong> las costas de<br />
<strong>Michoacán</strong> organizados <strong>en</strong> dieciocho cooperativas y algunos trabajando como “pescadores<br />
libres”, qui<strong>en</strong>es capturaban una bu<strong>en</strong>a variedad de especies (Alcalá, 1986:33).<br />
Parecía que el proyecto del presid<strong>en</strong>te Luis Echeverría había alcanzado la madurez<br />
y se consolidaba como un proyecto que r<strong>en</strong>día sus frutos. No obstante, e inesperadam<strong>en</strong>te,<br />
<strong>en</strong> ese mismo año PROPEMEX dejó de recoger el producto <strong>en</strong> los pueblos del<br />
litoral y com<strong>en</strong>zó a desmantelar las cooperativas a las que había dotado de infraestructura<br />
para el almac<strong>en</strong>aje y la distribución.<br />
Como resultado de la retirada de PROPEMEX empezaron a decaer las cooperativas,<br />
pues escaseaba el combustible para las embarcaciones, no se contaba con medios de<br />
transporte para desplazarse y no había compradores para la captura. Ante esta situación<br />
algunos dirig<strong>en</strong>tes de Playa Azul y Caleta de Campos compraron camionetas de medio<br />
uso para transportar por su cu<strong>en</strong>ta el producto a los lugares de consumo (Alcalá, 1999:187).<br />
Sin embargo, estos esfuerzos no prosperaron y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral las cooperativas se fueron<br />
descapitalizando, cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un estado de desorganización y desmoralización.<br />
En el pres<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> las cuatro comunidades donde se instaló PROPEMEX sólo quedan<br />
las ruinas de las construcciones que un día tuvieron una función relevante para la economía<br />
local. Ahora sólo son resabios de un pasado que los pescadores han com<strong>en</strong>zado<br />
a olvidar, aunque algunos lo conservan <strong>en</strong> su memoria como un sueño lejano.<br />
Pese a todas las contrariedades, los pescadores fueron creci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> número a lo<br />
largo de la costa michoacana, pues el oficio siguió reproduciéndose, dado que para<br />
un grupo relativam<strong>en</strong>te reducido repres<strong>en</strong>taba –aún sin los importantes apoyos– una<br />
alternativa económica viable, incluso más atractiva y redituable que la agricultura de<br />
subsist<strong>en</strong>cia, razón por la cual algunos dejaron de ser campesinos para convertirse <strong>en</strong><br />
pescadores de tiempo exclusivo. 12<br />
12 En todos los pueblos de la costa existe <strong>en</strong> mayor o m<strong>en</strong>or medida un grupo de pescadores dedicado exclusivam<strong>en</strong>te<br />
a esta actividad. Quizá los ejemplos más claros para mostrar la relevancia de este proceso sean los<br />
40
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
LA PESCA EN LA ACTUALIDAD<br />
Actualm<strong>en</strong>te la pesca se manti<strong>en</strong>e a la sombra de la economía regional, que da prioridad<br />
a otras <strong>actividades</strong>, como la industria, la agricultura comercial, la ganadería y el<br />
turismo. Hoy la pesca se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra estancada, <strong>en</strong> franca desorganización y <strong>en</strong> vías de<br />
pauperización. Esta condición estructural da pie al pesimismo y a la resignación<br />
de los pescadores, qui<strong>en</strong>es se han ido acostumbrando a la indifer<strong>en</strong>cia de las autoridades<br />
estatales y federales.<br />
En el pres<strong>en</strong>te exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> 1 516 pescadores registrados ante<br />
la SEMARNAP, 13 distribuidos a lo largo de la franja costera <strong>en</strong> localidades como Ciudad<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa Azul, Las Calabazas, Las Peñas, Caletilla, Caleta de Campos,<br />
El Bejuco, Pichilinguillo, Cachán de Echeverría, Maruata, Faro de Bucerías, San<br />
Telmo y Boca de Apiza, principalm<strong>en</strong>te. 14 Es necesario señalar que muchos otros no<br />
están legalm<strong>en</strong>te afiliados a las cooperativas o uniones de pescadores, y por ello<br />
no aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> las estadísticas oficiales, dado que pued<strong>en</strong> ser jóv<strong>en</strong>es que trabajan<br />
como candidatos a socios, o bi<strong>en</strong> son pescadores de temporada que sólo pescan la mitad<br />
del año, de ahí que extraoficialm<strong>en</strong>te la cifra del número de pescadores puede<br />
crecer hasta 2 000 o más.<br />
Otro aspecto importante es que aun registrados como pescadores, sólo aproximadam<strong>en</strong>te<br />
la mitad lo son de tiempo completo. Una de las principales estrategias de<br />
muchos de los socios de las cooperativas es buscar otra ocupación durante la época<br />
de lluvias (junio a octubre), cuando hay poca pesca, de manera que es común que <strong>en</strong><br />
ese tiempo se dediqu<strong>en</strong> a laborar sus propias parcelas de maíz, al cultivo de la papaya,<br />
a la cosecha del mango, a “jornalear” <strong>en</strong> los cocotales, al corte del plátano o a la alba-<br />
de Pichilinguillo, Maruata y Boca de Apiza, pueblos que deb<strong>en</strong> su relativa prosperidad al desarrollo de la pesca.<br />
Aun <strong>en</strong> Playa Azul y Caleta de Campos, donde hay una mayor diversificación de la economía, la pesca fue fundam<strong>en</strong>tal<br />
para su crecimi<strong>en</strong>to.<br />
13 A principios del año 2001, por disposición de Vic<strong>en</strong>te Fox, presid<strong>en</strong>te de la República, la Secretaría del<br />
Medio Ambi<strong>en</strong>te, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP) pasó a ser SEMARNAT, por lo que el Sector Pesca se<br />
convirtió <strong>en</strong> materia de otra dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia: la SAGARPA (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,<br />
Pesca y Alim<strong>en</strong>tación). Pese al cambio formal, hasta el mes de junio <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> aún no se ha dado<br />
la transición real, por lo que las oficinas han susp<strong>en</strong>dido todo tipo de trámites <strong>en</strong> espera de su reorganización.<br />
14 Con excepción de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, el resto de las poblaciones son pequeñas: Playa Azul y Caleta<br />
de Campos no rebasan los 4 000 habitantes, y el resto ti<strong>en</strong><strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de 1 000 habitantes cada una.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
ñilería, <strong>en</strong>tre otras ocupaciones. Por su parte, los pescadores de tiempo completo disminuy<strong>en</strong><br />
drásticam<strong>en</strong>te su actividad <strong>en</strong> esa temporada, mant<strong>en</strong>iéndose con muy bajas<br />
cuotas de captura e incluso algunos al ras de la subsist<strong>en</strong>cia.<br />
Los pescadores están organizados <strong>en</strong> 53 agrupaciones, <strong>en</strong>tre cooperativas, uniones<br />
de pescadores y otro tipo de sociedades, y sólo cerca del 5% trabajan para permisionarios.<br />
Un aspecto que cabe m<strong>en</strong>cionar es que alrededor del 40% de los pescadores<br />
registrados están conc<strong>en</strong>trados <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as; no obstante, por cada<br />
diez pescadores de ese lugar hay una sola embarcación registrada, lo que hace p<strong>en</strong>sar<br />
que algunos no se dedican a este oficio (véase cuadro 3).<br />
Por otra parte, la pesca se realiza con aproximadam<strong>en</strong>te 310 pequeñas embarcaciones<br />
de fibra de vidrio de unos 12 metros de eslora, con capacidad de carga de <strong>en</strong>tre<br />
1 y 3 toneladas y con motores fuera de borda de <strong>en</strong>tre 40 y 70 caballos de fuerza, principalm<strong>en</strong>te<br />
Yamaha y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or proporción Evinrude. Debe señalarse que gran parte<br />
de las lanchas, motores y equipos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> franco deterioro debido al uso<br />
prolongado y a la car<strong>en</strong>cia de un bu<strong>en</strong> mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to.<br />
Del total de las embarcaciones, sólo catorce son cayucos de madera impulsados<br />
por remos, que se utilizan para la pesca <strong>en</strong> esteros y lagunas, los cuales son propiedad<br />
de la cooperativa “Chocoquillo”, con sede <strong>en</strong> el poblado El Ticuiz, municipio de Coahuayana.<br />
En la boca del río Balsas y <strong>en</strong> los esteros de Playa Azul hay también una bu<strong>en</strong>a<br />
cantidad de pequeñas embarcaciones de madera impulsadas por remos, pero la<br />
mayoría de éstas no están contabilizadas ni registradas legalm<strong>en</strong>te.<br />
Los pescadores de la costa de <strong>Michoacán</strong> utilizan diversas artes de pesca, como<br />
cuerdas y anzuelos, atarrayas, trasmallos (redes agalleras), cimbras, compresores de<br />
aire y ganchos para el buceo, artefactos que selectivam<strong>en</strong>te son ocupados para capturar<br />
difer<strong>en</strong>tes especies <strong>en</strong> espacios y condiciones ecológicas diversas (para mayor<br />
información sobre su uso véanse Alcalá, 1986, y López, 2001). Por otra parte, sólo una<br />
minoría posee aparatos electrónicos para id<strong>en</strong>tificar los bancos de peces. 15<br />
15 Según datos preliminares obt<strong>en</strong>idos durante mi trabajo de campo <strong>en</strong> el año 2000, sólo registré ocho pescadores<br />
que emplean ecosonda para ubicar los cardúm<strong>en</strong>es: dos <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, tres <strong>en</strong> Caleta de Campos,<br />
uno <strong>en</strong> Cachán de Echeverría y dos <strong>en</strong> Boca de Apiza. Aun <strong>en</strong> el caso de que pudiera haber más, es claro que no<br />
se trata de un recurso técnico g<strong>en</strong>eralizado.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
CUADRO 3. C<strong>en</strong>so de pescadores, organizaciones y embarcaciones<br />
<strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> (año 2000)<br />
Organización Localidad Socios Lanchas<br />
Oficina <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
SCPP “Cambio de Organización” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 59 4<br />
SCPP “El Balsas” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 53 5<br />
SCPP “La Panga” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 77 8<br />
SCPP “Nuevo Horizonte” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 59 1<br />
Unión de Pescadores “Caribeña” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 30 3<br />
Unión de Pescadores “Navegantes” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 24 5<br />
Unión de Pescadores “Mata de Carrizo” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 54 3<br />
Unión de Pescadores “Lázaro Cárd<strong>en</strong>as” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 70 14<br />
Unión de Pescadores “Boca del Río” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 19 5<br />
Unión de Pescadores “La Huerta” S de SS Guacamayas-Lázaro 58 3<br />
Cárd<strong>en</strong>as*<br />
Grupo Solidario 29 de Julio Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 71<br />
Permisionario Atanasio Arroyo Enríquez Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 2 4<br />
Permisionario Rigoberto Martínez M. Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 0 1<br />
Permisionario Miguel Ángel Espinoza Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 4 1<br />
SCPP “Taracosta” SCL Playa Azul 20 2<br />
SCPP “Barra de Pichi” SCL Playa Azul 31 6<br />
SCPP “Playa Prieta” SCL Playa Azul 32 3<br />
Unión de Pescadores “La Tortuga” S de SS Playa Azul 15 0<br />
Unión de Pescadores “Barra de Tigre” S de SS Playa Azul 14 2<br />
Unión de Pescadores “Playa Azul” S de SS Playa Azul 21 1<br />
Permisionario Javier Solís Magaña Playa Azul 1 1<br />
SCPP “Máquina 501” SCL Las Calabazas 22 1<br />
SCPP “Bahía Palmera” SCL Carrizalillo 24 3<br />
Permisionario María García M<strong>en</strong>doza Carrizalillo 7 3<br />
SCPP “Marea Alta” SCL El Bejuco 15 0<br />
“Pescadores de El Bejuco” SCL El Bejuco 26 1<br />
Tonatiuh SC de RL Las Peñas 51 1<br />
Permisionario Alfonso Barragán Las Peñas 6 1<br />
Permisionario Irineo Farías Torres Las Peñas-Chuquiapan 5 1<br />
SCPP “Bahía de Bufadero” SCL Caleta de Campos 23 7<br />
SCPP “Altair” SCL Caleta de Campos 10 4<br />
Permisionario Pedro Val<strong>en</strong>cia Zúñiga Caleta de Campos 9 6<br />
SCPP “Mexcalhuacán” SCL Caletilla 22 4<br />
Permisionario Guillermo C<strong>en</strong>dejas A. Caletilla 20 5<br />
SCPP “Río Nexpa” SCL Nexpa 12 0<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
CUADRO 3. Continuación<br />
Organización Localidad Socios Lanchas<br />
SCPP “Chuquiapan 85” SCL Chuquiapan<br />
Permisionario Javier M<strong>en</strong>doza Barajas Pichilinguillo 3 1<br />
* Isla de la Palma SC de RL Guacamayas 22 8<br />
* Pescadores de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as Ejido San Rafael* 45 7<br />
* Paso de Godoy La Villita* 40 25<br />
* Plan de Armas SCL Plan de Armas* 29 0<br />
* Puerto Solano Potreros de Ahuindo* 11 0<br />
* Eréndira de Garita S de SS<br />
* Grupo Sol. Mancomunado La Villita* 16 15<br />
Subtotal 1 159 165<br />
Oficina <strong>en</strong> Coahuayana<br />
SCPP Zapote I Huahua 15 7<br />
SCPP Pescadores La Val<strong>en</strong>ciana Pichilinguillo 26 8<br />
SCPP Pescadores Tizupan Tizupan 13 4<br />
SCPP Morrochino Cachán de Echeverría 19 10<br />
SCPP Pómaro Maruata 23 12<br />
SCPP Bahía de la V<strong>en</strong>tana Maruata 22 7<br />
SCPP Motín del Oro Faro de Bucerías 23 9<br />
SCPP Costa de <strong>Michoacán</strong> La Manzanilla 27 14<br />
SCPP La Manzanilla La Manzanilla 12 5<br />
SSS Salinas de la Placita La Placita 28 8<br />
SCPP El Ranchito-San Telmo San Telmo 21 8<br />
SCPP El Chocoquillo El Ticuiz 16 14<br />
SCPP El Platanito Boca de Apiza 17 8<br />
SSS Grupo Social Boca de Apiza Boca de Apiza 22 10<br />
*SSS Los Trojeños Coalcomán* 19 2<br />
*SSS Pescadores Unión de Pantla Coalcomán* 17 3<br />
SSS Permisionarios Boca de Apiza Boca de Apiza 7 16<br />
SCPP Langosteros del Órgano San Miguel del<br />
Río Coahuayana* 11<br />
SCPP Kamak-Kuixlap Pómaro* 19<br />
Subtotal 357 145<br />
TOTAL 1 516 310<br />
* Pesca <strong>en</strong> aguas interiores.<br />
Fu<strong>en</strong>te: Oficinas de la SEMARNAP <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y Coahuayana. Registros oficiales para el año 2000.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
La captura está compuesta por una gran diversidad de especies (como lo muestra<br />
el cuadro 4), no obstante, debido a la restringida demanda del mercado sólo sobresale<br />
la pesca de huachinango, robalo, sierra, flam<strong>en</strong>co, dorado, pargo y cazón a lo largo<br />
del litoral. La captura de langosta destaca <strong>en</strong> la costa c<strong>en</strong>tro, sobre todo <strong>en</strong> Maruata<br />
y Faro de Bucerías.<br />
En lo que se refiere a especies con escama, el huachinango es el que cu<strong>en</strong>ta con<br />
mayor demanda <strong>en</strong> el sector turístico local y regional –debido principalm<strong>en</strong>te al sabor<br />
y al color blanco de su carne–, hecho por el cual los pescadores se afanan <strong>en</strong> conseguir<br />
mayores montos de captura para obt<strong>en</strong>er mejores divid<strong>en</strong>dos. De igual forma, la langosta<br />
es un producto con alta demanda y bu<strong>en</strong> precio <strong>en</strong> el mercado, lo que hace que<br />
los pescadores la procur<strong>en</strong> y la prefieran antes que cualquier otra especie, siempre y<br />
cuando estén <strong>en</strong> el lugar apropiado y cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con los medios técnicos para atraparla.<br />
Muchas variedades de pescados, pese a que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> bu<strong>en</strong> sabor, no están bi<strong>en</strong> cotizadas<br />
<strong>en</strong> el mercado. Tal hecho se explica <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte por el desconocimi<strong>en</strong>to<br />
que priva sobre las difer<strong>en</strong>tes especies, pues la apari<strong>en</strong>cia física no grata a los ojos del<br />
turista y el tono oscuro de su carne hac<strong>en</strong> que se les rechace automáticam<strong>en</strong>te. Lo grave<br />
es que ello repercute negativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el sistema pesquero artesanal, dado que<br />
el pescador ti<strong>en</strong>e poco interés por capturar “bichos” que no le retribuy<strong>en</strong> el esfuerzo,<br />
lo que conduce a una actividad cada vez m<strong>en</strong>os diversificada.<br />
CUADRO 4. Principales especies marinas que se capturan <strong>en</strong> la costa michoacana<br />
Huachinango Pintillo L<strong>en</strong>guado Coyotillo<br />
Sierra Chancleta Barbilla Gallo<br />
Robalo Sábalo Boba Gallina<br />
Lisa Bococo Bicuda Ronco<br />
Ronco Baqueta Cocinero Percebe<br />
Pargo Salema Cuatete Rasposa<br />
Jurel Barrilete Flam<strong>en</strong>co Almeja<br />
Tiburón Cherna Rayada Ostión<br />
Cazón Coconaco Raya Langosta<br />
Ojotón Dorado Palometa Pulpo<br />
Pámpano Lora Rayadita Ratón<br />
Fu<strong>en</strong>te: PROFEPA-SISSA y registros oficiales de arribo 1999-2000, SEMARNAP.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
En lo que se refiere a la pesca contin<strong>en</strong>tal o de aguas interiores, los principales<br />
cuerpos de agua para este tipo de pesca son la presa La Villita <strong>en</strong> Guacamayas, los esteros<br />
Santa Ana, Pichi y Tigre <strong>en</strong> Playa Azul, y las lagunas de El Sauce, Chocoquillo,<br />
La Colorada y Mezcala <strong>en</strong> Coahuayana, así como los múltiples ríos que atraviesan la<br />
franja costera y que son aprovechados para tal fin <strong>en</strong> sus partes medias y bajas. Las<br />
principales especies que se obti<strong>en</strong><strong>en</strong> son tilapia, carpa, chacal y langostino.<br />
Organización y administración de la pesca<br />
La instancia organizativa de carácter federal que ti<strong>en</strong>e pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la costa michoacana<br />
es la SEMARNAP, <strong>en</strong>tidad que se <strong>en</strong>carga, <strong>en</strong>tre otras cosas, de conceder los permisos<br />
de pesca, de establecer las temporadas de veda y de llevar al corri<strong>en</strong>te los registros<br />
del número de pescadores, embarcaciones y organizaciones, lo mismo que de las cuotas<br />
de captura. Esta secretaría manti<strong>en</strong>e dos oficinas <strong>en</strong> la región, una <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as y otra <strong>en</strong> Coahuayana, cada una ocupando pequeños locales con la<br />
infraestructura mínima (sin vehículos ni teléfono), con pocos recursos a su disposición<br />
y con tres empleados <strong>en</strong>cargados de múltiples labores.<br />
En cuanto a la pesca, la primera delegación ti<strong>en</strong>e como área de jurisdicción desde<br />
el río Balsas hasta Pichilinguillo, y la segunda desde este último punto hasta el río<br />
Coahuayana. Estas dos oficinas se manejan con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia una de la otra, sin que<br />
exista <strong>en</strong> la práctica ninguna coordinación al operar <strong>en</strong> sus respectivas áreas, de tal<br />
manera que cada una maneja información parcial de la costa michoacana.<br />
Desde la docum<strong>en</strong>tación oficial se observa completam<strong>en</strong>te formalizado el conjunto<br />
de los pescadores que habitan el litoral. No obstante, esto de las cooperativas u<br />
otro tipo de organizaciones es, como diría Gatti, “una ficción total: puro slogan publicitario”<br />
(1990:6), dado que <strong>en</strong> este caso la mayor parte de las organizaciones trabajan<br />
bajo una dinámica muy difer<strong>en</strong>te a lo que tradicionalm<strong>en</strong>te se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por cooperativismo.<br />
La mayor parte de éstas se erig<strong>en</strong> como tales para hacer fr<strong>en</strong>te a los requerimi<strong>en</strong>tos<br />
legales, pero <strong>en</strong> realidad son <strong>en</strong>tidades caóticas, con conflictos internos, mal<br />
administradas y <strong>en</strong> franca bancarrota.<br />
Muchas cooperativas utilizan el membrete para realizar diversos trámites legales,<br />
pero <strong>en</strong> su interior los “socios” muestran un alto grado de indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia e indivi-<br />
46
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
dualismo, <strong>en</strong> especial <strong>en</strong> lo que concierne a las decisiones sobre la captura y la v<strong>en</strong>ta<br />
del producto. Este caso lo ilustra perfectam<strong>en</strong>te “Bahía de Bufadero”, de Caleta<br />
de Campos, donde los pescadores no obedec<strong>en</strong> a una instancia organizativa que vaya<br />
más allá de sus equipos de pesca. La mayor parte de sus agremiados captura y v<strong>en</strong>de<br />
su producto de forma individual, interesándoles muy poco el rumbo de la sociedad<br />
cooperativa mi<strong>en</strong>tras no estorbe la consecución de los intereses personales o de pequeños<br />
grupos.<br />
Una razón principal por la que muchos pescadores buscan ser integrados a las listas<br />
de cooperativas, uniones de pescadores, grupos solidarios, etcétera, es que sólo por<br />
esa vía pued<strong>en</strong> conseguir los permisos de pesca por parte de la SEMARNAP, los cuales<br />
son indisp<strong>en</strong>sables para la práctica de la pesca, pues, de hecho, son autorizaciones<br />
para navegar, matrículas para legalizar embarcaciones y, lo más importante, derechos<br />
para capturar especies marinas. Otra razón para afiliarse es que sólo si<strong>en</strong>do agremiados<br />
de estas organizaciones es posible que las instituciones estatales o las empresas<br />
privadas los consider<strong>en</strong> dignos de crédito para que puedan adquirir embarcaciones y<br />
artes de pesca.<br />
En realidad estamos ante una clara desvinculación <strong>en</strong>tre tres aspectos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
que ver con el desarrollo de la pesca a pequeña escala: 1) Lo que de facto es el nivel<br />
organizativo del trabajo de pescador –que se ve determinado por la marcada autonomía<br />
del oficio–. 2) Los requerimi<strong>en</strong>tos legales que impone la lógica gubernam<strong>en</strong>tal para<br />
tratar de controlar el sector. 3) Los criterios de seguridad crediticia de las empresas<br />
estatales y privadas, que paradójicam<strong>en</strong>te han preferido tratar con cooperativas antes<br />
que con particulares.<br />
El proceso de la captura<br />
La pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> es un ciclo que está dividido <strong>en</strong> dos temporadas:<br />
la de secas, que va de noviembre a mayo, y la de lluvias, que va de junio a octubre. La<br />
primera es la más productiva dado que persist<strong>en</strong> circunstancias meteorológicas adecuadas<br />
para la navegación y el mar se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> condiciones idóneas para utilizar<br />
diversas artes de pesca. Por el contrario, la de lluvias constituye una temporada desfavorable,<br />
pues se pres<strong>en</strong>tan las torm<strong>en</strong>tas y los ciclones <strong>en</strong> el Pacífico, f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que<br />
47
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
cuando aparec<strong>en</strong> dificultan la <strong>en</strong>trada al mar, impid<strong>en</strong> utilizar algunas artes de pesca,<br />
como la cuerda y el anzuelo, o hac<strong>en</strong> imposible el buceo, por lo que muchos pescadores<br />
dejan de pescar durante este periodo.<br />
La temporada de lluvias provoca que se reduzcan los días de pesca, hecho por el<br />
cual muchos pescadores dejan de capturar durante la mitad del año, lo que se ve reflejado<br />
claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los montos de captura registrados. En la temporada de secas sobresal<strong>en</strong><br />
los meses de <strong>en</strong>ero, febrero, marzo, abril e incluso mayo como los más productivos.<br />
En el resto del año el nivel de captura se reduce y se manti<strong>en</strong>e más o m<strong>en</strong>os<br />
estable, dado que los pescadores de oficio permanec<strong>en</strong> tanto <strong>en</strong> las bu<strong>en</strong>as como <strong>en</strong><br />
las malas (véase gráfica 1).<br />
Por otra parte, los equipos de pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> comúnm<strong>en</strong>te están<br />
conformados por tres pescadores, aunque se dan casos <strong>en</strong> que se reduc<strong>en</strong> a dos personas<br />
o que llegan a reunir hasta cinco. Estos equipos incluy<strong>en</strong> a pari<strong>en</strong>tes y amigos<br />
para constituir un grupo efectivo que sea diestro para la captura, lo que se logra mediante<br />
la cooperación y la perseverancia de cada uno de sus integrantes. En muchos registros<br />
etnográficos sobre otras localidades pesqueras se ha señalado que los equipos de<br />
pesca suel<strong>en</strong> permanecer con su plantilla durante largo tiempo, afirmados incluso por<br />
los lazos de par<strong>en</strong>tesco (Blehr, 1963; Löfgr<strong>en</strong>, 1972; Marín, 2000). Sin embargo, <strong>en</strong><br />
este caso no es así, pues <strong>en</strong>tre los grupos de pescadores michoacanos no es fundam<strong>en</strong>tal<br />
laborar junto con familiares y, por otro lado, periódicam<strong>en</strong>te cambia la composición<br />
de los mismos debido a la gran movilidad laboral. 16<br />
Un equipo de pesca, antes de <strong>en</strong>trar al mar para efectuar una jornada de trabajo,<br />
primero se avitualla: requiere de veinte litros de gasolina para mover la embarcación,<br />
un litro de aceite para el motor, un pedazo de hielo para conservar fresco el pescado<br />
y un garrafón de agua o refrescos para saciar la sed durante la pesca. Cada pescador<br />
lleva sus alim<strong>en</strong>tos y se provee de lo que dispone: por lo g<strong>en</strong>eral panes, tortas o tacos.<br />
La pesca puede realizarse de día o de noche, y todo dep<strong>en</strong>de de las prefer<strong>en</strong>cias<br />
y necesidades de cada uno de los equipos. En muchas comunidades de la costa, los<br />
pescadores prefier<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar al mar por la noche, ya que así evitan los inclem<strong>en</strong>tes<br />
16 Muchos pescadores se ocupan principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la agricultura comercial regional o recurr<strong>en</strong> a la migración<br />
a los Estados Unidos.<br />
48
TONELADAS<br />
120<br />
100<br />
80<br />
60<br />
40<br />
20<br />
0<br />
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEPT OCT NOV DIC<br />
GRÁFICA 1. Captura <strong>en</strong> la costa sureste de <strong>Michoacán</strong> (1999). Fu<strong>en</strong>te: Oficina de SEMARNAP, Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as.<br />
rayos del sol. En este caso se embarcan cuando cae el sol –<strong>en</strong>tre seis y siete de la tarde–,<br />
hora <strong>en</strong> que aún hay luz para ori<strong>en</strong>tarse y buscar los sitios de pesca. La forma <strong>en</strong><br />
que se ori<strong>en</strong>tan para <strong>en</strong>contrar los sitios adecuados consiste <strong>en</strong> un sistema de marcas.<br />
Los pescadores siempre navegan a vista de costa, normalm<strong>en</strong>te no sobrepasan los tres<br />
kilómetros desde la orilla, de tal forma que siempre ti<strong>en</strong><strong>en</strong> puntos de refer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
el horizonte.<br />
El sistema de ori<strong>en</strong>tación y de id<strong>en</strong>tificación de los sitios de pesca consiste <strong>en</strong> una<br />
s<strong>en</strong>cilla triangulación de marcas. Se trata de ir id<strong>en</strong>tificando desde la lancha algunos<br />
puntos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> un primer plano de la costa, como picos de cerros, casas,<br />
palmeras, etcétera; luego, conforme la embarcación se va desplazando, esas marcas<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que coincidir con otras del mismo tipo que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> un segundo plano,<br />
como cimas de montañas, abertura de cañadas o algún accid<strong>en</strong>te geográfico que se<br />
reconozca desde el mar. Cuando las marcas del primer plano coincid<strong>en</strong> con las del segundo<br />
<strong>en</strong>tonces se supone que se ha dado con el sitio deseado. Así, este sistema funciona<br />
a modo de un seleccionador de coord<strong>en</strong>adas, pues sitúa a los pescadores <strong>en</strong> puntos<br />
cardinales a partir de su movilidad <strong>en</strong> un carril imaginario perp<strong>en</strong>dicular a la línea<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
CIMA<br />
CUEVA<br />
ÁRBOL<br />
FIGURA 3. Sistema de marcas para ubicar los sitios de pesca.<br />
PALMA<br />
costera y, al mismo tiempo, estimando la distancia precisa <strong>en</strong>tre su ubicación mar<br />
ad<strong>en</strong>tro y la referida línea litoral (véase figura 3).<br />
Después de que id<strong>en</strong>tifican el espacio de pesca, arrojan el grampín 17 al fondo del<br />
mar para anclarse. Ahí les cae la noche mi<strong>en</strong>tras cada uno de los pescadores se dedica<br />
con sus respectivas cuerdas a esperar que los peces muerdan el anzuelo y a ir sacando<br />
uno por uno lo que será su “marea”. 18 De esta forma pued<strong>en</strong> pasar las horas hasta<br />
el amanecer, aunque algunos pescadores, al advertir que la captura no será bu<strong>en</strong>a,<br />
prefier<strong>en</strong> dormir ahí mismo para no esforzarse inútilm<strong>en</strong>te. Al amanecer, cerca de las<br />
6 o 7 de la mañana, regresan exhaustos a sus hogares.<br />
También es común que qui<strong>en</strong>es pescan de noche ti<strong>en</strong>dan sus trasmallos, los cuales<br />
son levantados cada dos, tres o cuatro horas –dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de la luz de la malla y de<br />
17 Un ancla de hierro comúnm<strong>en</strong>te fabricada con varilla corrugada.<br />
18 Los pescadores le llaman “marea” al monto total de su captura <strong>en</strong> una jornada de trabajo.<br />
50<br />
ANTENA<br />
CIMA
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
la especie que se desea capturar–. A difer<strong>en</strong>cia de la pesca con cuerda, <strong>en</strong> este arte<br />
de pesca se requiere de la colaboración de dos o más personas para instalarla y para<br />
recogerla. Mi<strong>en</strong>tras tanto, la captura se acumula y se conserva <strong>en</strong> una pequeña hielera<br />
de unicel o <strong>en</strong> el piso de la embarcación.<br />
La pesca con cuerda o con trasmallo también se realiza a la luz del día, ya que muchos<br />
pescadores se rehúsan a trabajar por la noche. 19 En este caso no hay un horario<br />
idóneo para <strong>en</strong>trar al mar y cada equipo de pesca elige su hora de partida. No obstante,<br />
pescar a la luz del día ti<strong>en</strong>e sus desv<strong>en</strong>tajas, pues se requiere de mayor esfuerzo físico<br />
dada la int<strong>en</strong>sidad de los rayos solares y el proceso de deshidratación natural del<br />
cuerpo humano. G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te los pescadores regresan a sus casas decepcionados<br />
por no haber logrado una bu<strong>en</strong>a captura, y <strong>en</strong>tonces se quejan de que sólo van al mar<br />
a “asolearse”.<br />
Cuando los equipos de pesca regresan de su jornada de trabajo, de inmediato se<br />
dirig<strong>en</strong> al local de su cooperativa u organización correspondi<strong>en</strong>te para que las capturas<br />
sean pesadas, registradas y almac<strong>en</strong>adas <strong>en</strong> pequeñas hieleras o frigoríficos. La<br />
mayor parte del producto es conc<strong>en</strong>trado por las cooperativas, uniones de pescadores<br />
o permisionarios, que se <strong>en</strong>cargan de v<strong>en</strong>derlo al mejor precio posible.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, cuando los tesoreros de las organizaciones recib<strong>en</strong> el pago por el total<br />
del producto v<strong>en</strong>dido, revisan la lista de sus socios y los correspondi<strong>en</strong>tes registros<br />
de captura de los equipos de pesca; así, a uno por uno se les va pagando de acuerdo<br />
con el precio de las especies capturadas y con su peso respectivo.<br />
EL COMERCIO DEL PESCADO<br />
El total de los pescadores de la costa de <strong>Michoacán</strong> v<strong>en</strong>de la mayor parte de sus<br />
capturas a intermediarios locales y regionales que viv<strong>en</strong> de la compra-v<strong>en</strong>ta y la distribución<br />
de los productos marinos. Sólo unas pocas organizaciones pesqueras cercanas<br />
al polo industrial están <strong>en</strong> posibilidades de ofrecer directam<strong>en</strong>te al consumidor o al<br />
exp<strong>en</strong>dedor de m<strong>en</strong>udeo una parte de sus productos.<br />
19 De manera humorística, los pescadores argum<strong>en</strong>tan que no sal<strong>en</strong> a pescar de noche porque no le quier<strong>en</strong><br />
dar oportunidad al “Sancho”, refiriéndose a la posibilidad de que sus esposas se consigan un amante.<br />
51
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Los pescadores prefier<strong>en</strong> v<strong>en</strong>der directam<strong>en</strong>te al consumidor o al restaurantero<br />
local, pues por esta vía obti<strong>en</strong><strong>en</strong> mejores precios por el pescado; sin embargo, la relación<br />
mercantil que no pasa por los intermediarios sólo es posible realizarla <strong>en</strong> Ciudad<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y <strong>en</strong> Playa Azul, 20 aunque <strong>en</strong> cantidades muy limitadas. Así, la<br />
mayor parte de las capturas van a parar necesariam<strong>en</strong>te a manos de los acaparadores,<br />
pues no existe una alternativa comercial para canalizar los recursos, de ahí que sea<br />
importante señalar que los pescadores obti<strong>en</strong><strong>en</strong> escaso provecho de su trabajo, aun<br />
<strong>en</strong> las circunstancias actuales <strong>en</strong> que la demanda de pescado crece moderadam<strong>en</strong>te<br />
día con día.<br />
Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as es donde se conc<strong>en</strong>tra la mayor parte de los intermediarios<br />
de pescado; a la vez, es el único punto de la costa michoacana <strong>en</strong> el que existe un<br />
mercado de pescado para la v<strong>en</strong>ta directa al m<strong>en</strong>udeo y un sector de servicios relativam<strong>en</strong>te<br />
importante. Por otra parte, <strong>en</strong> el resto de la costa se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una gran variedad<br />
de intermediarios locales que adquier<strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte de las capturas, e igualm<strong>en</strong>te<br />
exist<strong>en</strong> comerciantes regionales que con frecu<strong>en</strong>cia visitan los pueblos <strong>en</strong> busca<br />
del producto.<br />
Los comerciantes de mayor capacidad económica se dedican a acaparar las cuotas<br />
de pesca de difer<strong>en</strong>tes grupos de pescadores a lo largo de la costa de <strong>Michoacán</strong> y estados<br />
vecinos. Pero además, a la vez que recog<strong>en</strong> el pescado para llevarlo a los c<strong>en</strong>tros<br />
de consumo de importancia turística, introduc<strong>en</strong> al litoral michoacano productos<br />
marinos que no se capturan localm<strong>en</strong>te, pero que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cierta demanda debido<br />
a un sector turístico incipi<strong>en</strong>te. Así, estos comerciantes llevan a otros lugares huachinango,<br />
langosta, pargo, boba, cherla, robalo, baqueta y pintillo, que son especies de<br />
primera clase, así como lisa, sierra, rayadita, ronco, jurel, barbilla, ratón, bicuda y totoaba,<br />
que son de segunda, y al mismo tiempo introduc<strong>en</strong> a la costa michoacana camarón,<br />
pulpo, caracol, almeja, callo de hacha y jaiba, principalm<strong>en</strong>te.<br />
De esta forma, el papel de los acaparadores o intermediarios es sumam<strong>en</strong>te importante,<br />
pues a pesar de que se llevan la mayor parte de los b<strong>en</strong>eficios, son indisp<strong>en</strong>-<br />
20 En estas dos poblaciones es posible v<strong>en</strong>der directam<strong>en</strong>te al consumidor o a los restauranteros, porque <strong>en</strong><br />
la primera es alto el índice de población y por tanto de la demanda, y <strong>en</strong> la segunda porque tradicionalm<strong>en</strong>te ha<br />
sido la localidad más visitada por los turistas que acud<strong>en</strong> a las playas michoacanas.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
sables para canalizar el producto <strong>en</strong> el mercado, lo que garantiza la remuneración más<br />
o m<strong>en</strong>os perman<strong>en</strong>te de qui<strong>en</strong>es lo capturan, al tiempo que int<strong>en</strong>sifica y da continuidad<br />
al ciclo de la actividad pesquera. Asimismo, los intermediarios hac<strong>en</strong> posible<br />
un circuito mercantil de productos pesqueros que da forma a un mecanismo de<br />
articulación regional, pues el mercado crea redes de relaciones <strong>en</strong>tre pescadores,<br />
intermediarios, v<strong>en</strong>dedores, restauranteros y consumidores <strong>en</strong> torno de un vasto espacio<br />
geográfico.<br />
Los pescadores, y nadie más que ellos, sab<strong>en</strong> de la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de t<strong>en</strong>er un bu<strong>en</strong><br />
sistema de comercialización, de modo que se preocupan tanto por las condiciones<br />
meteorológicas para la realización de su trabajo como por conseguir un comprador y<br />
un bu<strong>en</strong> precio por su pescado. Por esto mismo, las organizaciones pesqueras crean<br />
sus estrategias de v<strong>en</strong>ta. Las capturas que los pescadores <strong>en</strong>tregan a sus cooperativas<br />
se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> hielo uno o dos días <strong>en</strong> pequeñas hieleras o bodegas improvisadas,<br />
mi<strong>en</strong>tras los directivos buscan al cli<strong>en</strong>te idóneo y negocian el mejor precio posible.<br />
En el ámbito de la pesca ribereña el éxito de la comercialización de la captura frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
requiere de que los pescadores establezcan conv<strong>en</strong>ios o compromisos<br />
de largo plazo con comerciantes e intermediarios (Acheson, 1988; Marín, 2000:188-<br />
198). En <strong>Michoacán</strong>, muchas veces las organizaciones o los pescadores libres convi<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
de antemano que <strong>en</strong>tregarán a un comprador <strong>en</strong> particular el total de sus capturas.<br />
Esto se debe a que realizan un pacto con el intermediario <strong>en</strong> el que ambas partes<br />
obti<strong>en</strong><strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficios: uno consigue un suministro regular de pescado y a un precio<br />
más o m<strong>en</strong>os uniforme, y los otros, un “patrón” que les asegura los ingresos y que les<br />
ayuda a solucionar problemas económicos por la vía de préstamos, sobre todo cuando<br />
sal<strong>en</strong> a relucir algunas dificultades técnicas, accid<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong>fermedades, muertes<br />
y otros imprevistos.<br />
En otras ocasiones los pescadores manti<strong>en</strong><strong>en</strong> sus capturas <strong>en</strong> las hieleras durante<br />
uno o dos días mi<strong>en</strong>tras se preocupan por <strong>en</strong>contrar al comprador que ofrezca el mejor<br />
precio. Es habitual que algún miembro de una organización –sobre todo un directivo–<br />
mant<strong>en</strong>ga un conocimi<strong>en</strong>to actualizado sobre las fluctuaciones del mercado y las<br />
características de los compradores locales y regionales, de tal forma que es posible<br />
contar con un directorio y un abanico de posibilidades con las cuales se puede jugar<br />
para realizar bu<strong>en</strong>os negocios.<br />
53
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Intermediarios y pescadores conoc<strong>en</strong> bi<strong>en</strong> las reglas del juego: “El precio del pescado<br />
dep<strong>en</strong>de de la escasez y la abundancia. Habi<strong>en</strong>do abundancia los precios se pon<strong>en</strong><br />
muy bajos, y cuando escasea sube el precio. Cuando yo necesito juntar una <strong>en</strong>trega<br />
t<strong>en</strong>go que arrimarme con los pescadores para comprarles y ofrecerles un bu<strong>en</strong><br />
precio. Cuando me vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a buscar t<strong>en</strong>go la posibilidad de poner mis precios; por eso<br />
aprovecho cuando me ofrec<strong>en</strong> el pescado para comprarlo más barato” (<strong>en</strong>trevista con<br />
Raúl Suazo, “La Chiva”). 21 “Qui<strong>en</strong> busca es qui<strong>en</strong> necesita, y eso siempre lo debes<br />
t<strong>en</strong>er pres<strong>en</strong>te. Tú como pescador ti<strong>en</strong>es que ir tras el comprador y rogarle que te<br />
compre, pues ya ti<strong>en</strong>es el pescado listo; <strong>en</strong> cambio, cuando ellos necesitan vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a<br />
buscarte y te pid<strong>en</strong> más de lo que ti<strong>en</strong>es... es ahí cuando puedes aprovechar para exigir<br />
un mejor precio” (<strong>en</strong>trevista con Arturo Navarrete, “El Bolero”, 21-9-2000).<br />
Cuando los pescadores ti<strong>en</strong><strong>en</strong> reunido un bu<strong>en</strong> monto, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te llaman por<br />
teléfono a un comprador y negocian con él. Más tarde, después de concertado un conv<strong>en</strong>io<br />
de compra-v<strong>en</strong>ta, el pescado es recogido directam<strong>en</strong>te por intermediarios –o<br />
por sus empleados que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> base <strong>en</strong> varios pueblos–, qui<strong>en</strong>es recorr<strong>en</strong> <strong>en</strong> camionetas<br />
parte de la costa de Guerrero, <strong>Michoacán</strong>, Colima y Jalisco para recaudar la producción<br />
de pequeñas comunidades pesqueras, pagando precios relativam<strong>en</strong>te bajos,<br />
para después surtir y v<strong>en</strong>der <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de consumo más importantes, principalm<strong>en</strong>te<br />
Guadalajara, Morelia, Acapulco, Zihuatanejo y Manzanillo.<br />
Hay grandes difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> cuanto a las características de los comerciantes de pescado,<br />
sobre todo por las distintas capacidades económicas de compra, por las especialidades<br />
de los productos que comercian, por las estrategias de captación y v<strong>en</strong>ta del<br />
pescado y por el tipo de mercado <strong>en</strong> el cual p<strong>en</strong>etran. No obstante, tratando de simplificar,<br />
se puede ofrecer la sigui<strong>en</strong>te clasificación:<br />
1. Comerciantes regionales al mayoreo, principalm<strong>en</strong>te con base <strong>en</strong> Acapulco, Zihuatanejo<br />
y Manzanillo, que acopian grandes volúm<strong>en</strong>es de pescado recorri<strong>en</strong>do<br />
<strong>en</strong> camionetas diversos pueblos de la costa para llevarlos a esos c<strong>en</strong>tros turísticos.<br />
Al mismo tiempo que acaparan el pescado distribuy<strong>en</strong> mariscos <strong>en</strong> los distintos<br />
restaurantes de la costa michoacana.<br />
21 Entrevista realizada por Jorge Alberto Cano el 22 de septiembre de 2000.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
2. Comerciantes locales, as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> su mayoría <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, que<br />
manejan grandes cantidades de pescado, comprando regularm<strong>en</strong>te a las organizaciones<br />
pesqueras para luego llevar el producto a las ciudades antes m<strong>en</strong>cionadas y a<br />
Morelia, Guadalajara y el Distrito Federal. Igualm<strong>en</strong>te, a su regreso surt<strong>en</strong> de mariscos<br />
a los establecimi<strong>en</strong>tos locales.<br />
3. Comerciantes locales de pequeñas comunidades que a su vez son concesionarios<br />
o socios de cooperativas, y que a modo de “caciques” acaparan montos medianos<br />
de captura para v<strong>en</strong>derlos <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros consumidores de las ciudades m<strong>en</strong>cionadas.<br />
4. Comerciantes a pequeña escala (comúnm<strong>en</strong>te pescadores o mujeres) que se dedican<br />
a “ranchear”, es decir a recorrer poblados pobres, marginados o de difícil acceso,<br />
ofreci<strong>en</strong>do pescado fresco y barato pero de segunda calidad, el cual se consume<br />
principalm<strong>en</strong>te a nivel doméstico.<br />
Entre los comerciantes más reconocidos de la primera categoría se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra Francisco<br />
Carreón, “El Hermano”, que opera desde Manzanillo. Junto con sus empleados<br />
y a bordo de dos camionetas, recorre toda la costa michoacana y estados vecinos acopiando<br />
el pescado de difer<strong>en</strong>tes pueblos. Sólo <strong>en</strong> <strong>Michoacán</strong> recoge sistemáticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
Boca de Apiza, Faro de Bucerías, Pichilinguillo, Maruata y <strong>en</strong> ocasiones Playa Azul.<br />
En la segunda categoría destaca Raúl Suazo, “La Chiva”, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong> la actualidad<br />
posee tres camionetas (de 1 /2, 1 y 3 toneladas de capacidad de carga) equipadas para<br />
transportar pescado fresco <strong>en</strong> montos de <strong>en</strong>tre 500 kilos y 2 toneladas. En promedio<br />
realiza dos o tres viajes por semana, cubri<strong>en</strong>do un área que incluye el Distrito Federal,<br />
Guadalajara, Zihuatanejo, Acapulco y Manzanillo, <strong>en</strong>tre otros puntos.<br />
En el tercer lugar de la clasificación sobresal<strong>en</strong> Pedro Val<strong>en</strong>cia y Jesús Gómez,<br />
qui<strong>en</strong>es acaparan la mayor parte de las capturas <strong>en</strong> Caleta de Campos. Por su parte,<br />
Jesús Olea, “El Huevero”, hace lo mismo <strong>en</strong> Faro de Bucerías y pueblos vecinos; Obdulia<br />
Morales opera desde San Telmo, y los hermanos Valdez Gallardo y José Galeana<br />
controlan el mercado <strong>en</strong> Boca de Apiza. Todos ellos surt<strong>en</strong> el mercado regional de la<br />
costa c<strong>en</strong>tro del Pacífico.<br />
En la cuarta categoría se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una gran cantidad de personas, hombres y mujeres<br />
a lo largo de la costa, que acopian reducidas cantidades de pescado, sobre todo del<br />
de segunda clase, y lo v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a familias de escasos recursos <strong>en</strong> colonias populares y<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
<strong>en</strong> poblados rústicos. En el litoral este es uno de los pequeños negocios que se llevan<br />
a efecto cotidianam<strong>en</strong>te, pues sin ninguna inversión de por medio es posible obt<strong>en</strong>er<br />
un poco de dinero.<br />
LAS ESTADÍSTICAS DE CAPTURA Y LA IMPORTANCIA DE LA PESCA RIBEREÑA<br />
La captura total que registra el estado de <strong>Michoacán</strong> para 1999 asci<strong>en</strong>de a 18 288 toneladas,<br />
de las cuales 17 845 se destinan al consumo humano (SEMARNAP, 2000). Lo<br />
paradójico del caso es que el 95% del total de la captura corresponde a la que se realiza<br />
<strong>en</strong> aguas interiores y es producto principalm<strong>en</strong>te de la acuacultura (básicam<strong>en</strong>te mojarra,<br />
carpa, charal y bagre). Por otro lado, la costa de <strong>Michoacán</strong> aportó para ese año<br />
956 toneladas (sobre todo de huachinango, pargo, jurel y sierra), lo que significa el<br />
5% de la pesca estatal, 22 una cifra sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te nimia dadas las pot<strong>en</strong>cialidades<br />
de la costa y las expectativas que ésta repres<strong>en</strong>ta para cualquier gobierno que pret<strong>en</strong>da<br />
optimizar sus recursos.<br />
No obstante, es necesario aclarar que las cifras anteriores no reflejan los volúm<strong>en</strong>es<br />
reales de captura, ni son el único criterio para juzgar la importancia de la pesca marina<br />
michoacana. Debe considerarse que bu<strong>en</strong>a parte de las capturas queda sin registro,<br />
pues es común que los pescadores no <strong>en</strong>tregu<strong>en</strong> a sus respectivas cooperativas la<br />
totalidad de su pesca, dado que rehúy<strong>en</strong> cumplir con la obligación de aportar un porc<strong>en</strong>taje<br />
del precio de sus productos, lo que es necesario para cubrir los gastos de administración<br />
de las organizaciones. De tal forma, muchas veces se v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> las capturas<br />
personalm<strong>en</strong>te, sin pasar por las cooperativas, las uniones de pescadores o los permisionarios.<br />
Además, las cooperativas nunca registran ante la SEMARNAP el total de sus capturas.<br />
Las cooperativas están ex<strong>en</strong>tas legalm<strong>en</strong>te de pagar impuestos, pero ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que cubrir<br />
un porc<strong>en</strong>taje de sus gastos administrativos contables, así que eso dep<strong>en</strong>de de sus<br />
montos de captura, pero como <strong>en</strong> realidad no hay nadie que fiscalice tal operación, las<br />
22 Las 956 toneladas correspond<strong>en</strong> a los registros de captura de las dos oficinas de la SEMARNAP que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
<strong>en</strong> la costa. Para colmo, a esta cantidad todavía hay que restarle las capturas de los pescadores de aguas<br />
interiores, sobre todo de la presa La Villita.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
organizaciones registran montos m<strong>en</strong>ores a los reales con la int<strong>en</strong>ción de pagar m<strong>en</strong>os.<br />
Por otra parte, las cooperativas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> establecido por parte de SEMARNAP un tope mínimo<br />
de capturas, y si no lo cumpl<strong>en</strong> se les am<strong>en</strong>aza con darlas de baja. Por ello las<br />
cooperativas se las ing<strong>en</strong>ian para reportar el término medio, es decir no mucho, para<br />
evitar altos pagos de impuestos, ni poco, para que SEMARNAP no las dé de baja. De ahí<br />
que no podemos confiar ciegam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la precisión de las cifras estadísticas que dan<br />
cu<strong>en</strong>ta de los volúm<strong>en</strong>es de captura. 23<br />
Se puede conceder que las capturas registradas son un reflejo de la realidad, y aun<br />
así los montos de las capturas per se no nos dic<strong>en</strong> mucho, pues es indisp<strong>en</strong>sable tomar<br />
<strong>en</strong> consideración el precio de las mismas (normalm<strong>en</strong>te las especies marinas son más<br />
valiosas que las que se extra<strong>en</strong> de aguas interiores), pero sin duda lo más relevante<br />
es analizar y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der esta captura <strong>en</strong> relación con un sistema económico y de reproducción<br />
social.<br />
La pesca, como se ha visto, ha sido fundam<strong>en</strong>tal para el establecimi<strong>en</strong>to de núcleos<br />
de población <strong>en</strong> el litoral y, por tanto, base del crecimi<strong>en</strong>to de la economía regional<br />
–aunque esto último no resulta evid<strong>en</strong>te si se mide a través de los indicadores clásicos<br />
de participación económica–. Los primeros pobladores de la costa michoacana<br />
llegaron de Guerrero, Colima y la Sierra Madre del Sur <strong>en</strong> busca de sust<strong>en</strong>to junto al<br />
mar, y <strong>en</strong>contraron <strong>en</strong> la pesca una actividad apropiada para su as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to. De ahí<br />
que muchos que fueron campesinos ahora sean pescadores, los cuales v<strong>en</strong> <strong>en</strong> su actividad<br />
una labor redituable o cuando m<strong>en</strong>os la más viable para su manut<strong>en</strong>ción. Ros<strong>en</strong>do<br />
Flores, un indíg<strong>en</strong>a nahua nativo de Pómaro, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong> 1966 bajó de la sierra a vivir a<br />
las playas de Maruata, expresa lo que muchos otros: “Me vine para acá porque allá no<br />
había nada que hacer, la vida estaba muy difícil <strong>en</strong> el pueblo. No es como aquí, que<br />
uno puede sobrevivir más fácilm<strong>en</strong>te, pues uno se puede mant<strong>en</strong>er de la pesca, y<br />
cuando la situación se pone difícil, pues uno puede obt<strong>en</strong>er cuando m<strong>en</strong>os un pescado<br />
para que se alim<strong>en</strong>te la familia” (<strong>en</strong>trevista realizada el 29 de septiembre de 2000).<br />
23 Un problema adicional es el relacionado con los criterios que rig<strong>en</strong> el levantami<strong>en</strong>to de la información, el<br />
manejo de los datos y la disponibilidad de los mismos. En lo que se refiere a la costa de <strong>Michoacán</strong> no hay ninguna<br />
publicación oficial o docum<strong>en</strong>to alguno para servicio de las propias oficinas regionales y de otras instituciones,<br />
que indique de manera resumida el número de pescadores exist<strong>en</strong>tes, las cifras de embarcaciones y artes de pesca,<br />
ni los montos de captura m<strong>en</strong>sual y anual del conjunto de las cooperativas.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
La importancia de la pesca ribereña <strong>en</strong> la economía y <strong>en</strong> la sociedad costeña no se<br />
expresa sólo <strong>en</strong> los montos de captura, sino <strong>en</strong> las funciones que cumple <strong>en</strong> el marco<br />
de un contexto social y económico particular, <strong>en</strong> este caso caracterizado por una<br />
pobreza g<strong>en</strong>eralizada y por la car<strong>en</strong>cia de recursos y de oportunidades de trabajo para<br />
obt<strong>en</strong>er ingresos económicos con que subsistir. Un primer punto de relevancia es el<br />
hecho de que la pesca ti<strong>en</strong>e la capacidad de satisfacer las necesidades alim<strong>en</strong>ticias<br />
de los pobladores locales.<br />
El pescado es el primer alim<strong>en</strong>to proveedor de proteínas <strong>en</strong> la mayor parte de las<br />
pequeñas poblaciones as<strong>en</strong>tadas a lo largo del litoral, sobre todo <strong>en</strong> la zona nahua,<br />
donde su disponibilidad es escasa. La producción de pescado es muy modesta <strong>en</strong> relación<br />
con la de otros alim<strong>en</strong>tos, pero el nivel de consumo de las personas que viv<strong>en</strong><br />
cerca de los c<strong>en</strong>tros de dicha producción supera a m<strong>en</strong>udo al de los urbanos, de tal<br />
forma que esta actividad se vuelve estratégica. Además, el volum<strong>en</strong> de captura obt<strong>en</strong>ido<br />
<strong>en</strong> la costa ha trasc<strong>en</strong>dido los límites de la subsist<strong>en</strong>cia, convirtiéndose <strong>en</strong> una oferta<br />
de alim<strong>en</strong>tos que abastece c<strong>en</strong>tros urbanos nacionales por la vía del comercio, lo<br />
que hace que se exti<strong>en</strong>da el área de influ<strong>en</strong>cia de los b<strong>en</strong>eficios para la alim<strong>en</strong>tación<br />
humana.<br />
Por otro lado, la pesca es una actividad que contribuye de manera importante a la<br />
g<strong>en</strong>eración de empleos y de ingresos para miles de familias, pues ti<strong>en</strong>e la particularidad<br />
de que ofrece ocupación remunerada <strong>en</strong> un medio que está excluido de la estructura<br />
productiva industrial, comercial y de servicios que repres<strong>en</strong>ta Ciudad Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as y su área de influ<strong>en</strong>cia. De hecho, <strong>en</strong> la costa c<strong>en</strong>tro y norte, la pesca constituye<br />
una de las pocas fu<strong>en</strong>tes de trabajo para la subsist<strong>en</strong>cia familiar, junto con el<br />
turismo de baja int<strong>en</strong>sidad y la agricultura. Por lo tanto, no es desdeñable el hecho<br />
de que 2 000 pescadores –junto con sus familias– logr<strong>en</strong> con medios técnicos s<strong>en</strong>cillos<br />
y con el mínimo de inversión, una economía particular que es <strong>en</strong> estricto s<strong>en</strong>tido<br />
una forma de vida.<br />
Asimismo, es importante reconocer que alrededor de qui<strong>en</strong> captura el pescado hay<br />
otro tipo de trabajadores que dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> y viv<strong>en</strong> de la pesca, como es el caso de los<br />
acaparadores, comerciantes, restauranteros, <strong>en</strong>ramaderos, transportistas, fabricantes<br />
de hielo, exp<strong>en</strong>dedores de combustible, etcétera, que son parte fundam<strong>en</strong>tal del <strong>en</strong>granaje<br />
de las pesquerías y de la economía de la región.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Los pescadores –salvo <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as– viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> pequeñas comunidades<br />
que han conformado un modus viv<strong>en</strong>di indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de los grandes proyectos<br />
de desarrollo que políticos y empresarios han diseñado para la costa michoacana.<br />
Las poblaciones as<strong>en</strong>tadas a lo largo del litoral han salido adelante desarrollando, <strong>en</strong><br />
la medida de sus limitaciones, <strong>actividades</strong> que no impresionan a los analistas económicos,<br />
pero que son significativas para la subsist<strong>en</strong>cia y para la integración económica<br />
y social de un espacio poco at<strong>en</strong>dido por el Estado.<br />
LA PESCA Y LA VIDA POLÍTICA<br />
La marginación económica y social de los pescadores se traduce también <strong>en</strong> una débil<br />
posición política y, por tanto, <strong>en</strong> poca capacidad para cont<strong>en</strong>er los embates de otras<br />
<strong>actividades</strong> económicas que compit<strong>en</strong> por los espacios estratégicos y por el uso de los<br />
recursos <strong>en</strong> sus áreas de vivi<strong>en</strong>da y de trabajo; tal es el caso de la expansión de la industria<br />
siderúrgica y de la actividad portuaria <strong>en</strong> la cabecera municipal de Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as, y, <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida, del turismo <strong>en</strong> el resto de la costa.<br />
Los pescadores del litoral de <strong>Michoacán</strong>, más allá de sus malogradas cooperativas,<br />
no participan como gremio <strong>en</strong> otro tipo de organizaciones para luchar conjuntam<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> su provecho. Los pescadores de una y otra comunidad se conoc<strong>en</strong> y manti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
amistad <strong>en</strong>tre sí, pero no existe ninguna instancia de nivel ampliado que los constituya<br />
como comunidad de oficio con facultades para la negociación <strong>en</strong> todos aquellos<br />
asuntos que les son vitales para su reproducción y superviv<strong>en</strong>cia. La excepción<br />
la forman los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, qui<strong>en</strong>es se han erigido como<br />
un caso notable de movilización social y política no sólo <strong>en</strong>tre los pescadores, sino<br />
también <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes sectores laborales del puerto (véase Cano González <strong>en</strong><br />
esta misma obra).<br />
A mediados de la década de los och<strong>en</strong>ta los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />
–que capturan <strong>en</strong> la desembocadura del río Balsas, esteros y parte del litoral– com<strong>en</strong>zaron<br />
a darse cu<strong>en</strong>ta del desc<strong>en</strong>so de sus cuotas de captura, así como de la reducción<br />
de sus áreas de pesca y de la desaparición de algunas especies. Por supuesto, esto lo<br />
relacionaron con el crecimi<strong>en</strong>to de la industria y con la contaminación que ésta producía<br />
<strong>en</strong> el río, <strong>en</strong> los esteros y <strong>en</strong> el mar. En 1991 todas las organizaciones pesqueras<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
de la ciudad (<strong>en</strong> total tres cooperativas, seis uniones de pescadores, un grupo solidario<br />
y cuatro permisionarios) 24 se unieron bajo el liderazgo de José Luis Valdovinos,<br />
qui<strong>en</strong> ofreció asesoría legal para llevar a bu<strong>en</strong> puerto las demandas de los pescadores<br />
ante las empresas SICARTSA, NKS, PEMEX, FERTINAL, ISPAT y SERSINSA.<br />
Los pescadores pedían la rehabilitación ecológica de las zonas dañadas por la contaminación,<br />
programas de desarrollo para activar la pesca ribereña, vivi<strong>en</strong>da para ellos<br />
y sus familias y una indemnización por las pérdidas que desde años atrás habían sufrido<br />
<strong>en</strong> sus cuotas de pesca, todo debido a la neglig<strong>en</strong>cia e inconci<strong>en</strong>cia de los administradores<br />
de tales empresas, con lo cual afectaron grave e irreversiblem<strong>en</strong>te el medio<br />
natural.<br />
Las tácticas del Sector Pesquero –así d<strong>en</strong>ominado por ellos mismos– han consistido<br />
<strong>en</strong> múltiples marchas, plantones y sobre todo bloqueos <strong>en</strong> lugares estratégicos<br />
para la industria, con la finalidad de presionar a las empresas para que respondan a sus<br />
demandas. Al mismo tiempo, han buscado involucrar a difer<strong>en</strong>tes instituciones de gobierno<br />
y a políticos locales para que sirvan como intermediarios <strong>en</strong> las negociaciones,<br />
lo que ha resultado ser una v<strong>en</strong>tana propagandística para el movimi<strong>en</strong>to, pues así adquiere<br />
carácter de asunto público prioritario.<br />
Las negociaciones iniciales <strong>en</strong>tre pescadores y empresas fueron ríspidas, a tal grado<br />
que <strong>en</strong> junio de 1992 fue asesinado el líder José Luis Valdovinos, y nació la sospecha<br />
de que había sido obra intelectual de los industriales, cosa que sólo trasc<strong>en</strong>dió a nivel<br />
de rumor, pues nada pudo probarse ante las instancias legales. Pese a las dificultades,<br />
ese año y los dos subsecu<strong>en</strong>tes los pescadores lograron que se les dotara de un<br />
predio para construir una unidad habitacional, consiguieron algunas embarcaciones<br />
y dinero <strong>en</strong> efectivo donado de los fondos de Solidaridad, así como la conformación<br />
de un fideicomiso (con un monto de 15 millones de pesos) que serviría para impulsar<br />
al Sector Pesquero. 25<br />
24 Participaron las cooperativas “El Balsas”, “La Panga” y “Cambio de Organización”; las uniones de pescadores<br />
“Los Navegantes”, “La Caribeña”, “Boca del Río”, “Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y “La Huerta”; el grupo pesquero solidario<br />
“29 de Julio”, y los permisionarios Paulo Mor<strong>en</strong>o Herrera, Miguel Espinoza M., Ignacio Arroyo E. y Jesús<br />
Soto Zambrano, que sumaban <strong>en</strong> total cerca de quini<strong>en</strong>tos pescadores.<br />
25 Este fideicomiso (Fondo para el Desarrollo Regional) se reunió con la aportación del 50% por parte de los<br />
gobiernos federal y estatal y 50% de las empresas implicadas.<br />
60
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Después de muchas discusiones internas, el fideicomiso se repartió individualm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong>tre los pescadores, es decir que no fue aplicado <strong>en</strong> inversiones de carácter<br />
colectivo. El dinero lo ocuparon para cubrir sus necesidades inmediatas, para invertirlo<br />
<strong>en</strong> otros negocios e incluso para derrocharlo <strong>en</strong> parrandas todavía memorables, aunque<br />
el docum<strong>en</strong>to firmado estipulaba claram<strong>en</strong>te que el fondo era “para impulsar el<br />
desarrollo de <strong>actividades</strong> productivas y de servicios del Sector Pesquero de Lázaro<br />
Cárd<strong>en</strong>as”.<br />
La calma fue breve, se mantuvo sólo mi<strong>en</strong>tras a los pescadores les duró el dinero.<br />
Después de un lapso relativam<strong>en</strong>te corto se reanudaron las demandas, puesto que<br />
las empresas continuaron contaminando, como si nada hubiera sucedido y sin llevar<br />
a cabo las medidas necesarias para la rehabilitación de las zonas afectadas (véase el<br />
trabajo de Toledo <strong>en</strong> esta obra). De manera que, con sobrada razón, siguieron las protestas<br />
y movilizaciones, y hasta la fecha las partes involucradas han estado periódicam<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> “negociaciones”.<br />
Desde 1992, Casto García Serna, un pescador con amplia experi<strong>en</strong>cia, ha sido el<br />
líder del Sector Pesquero de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y ha tratado de conducir al grupo hacia<br />
la resolución de sus demandas. No obstante, con el tiempo el movimi<strong>en</strong>to se ha<br />
visto minado <strong>en</strong> su legitimidad, dado que muchos de los que <strong>en</strong>grosan la lista del Sector<br />
no son pescadores, sino personas que se han afiliado al movimi<strong>en</strong>to únicam<strong>en</strong>te<br />
para obt<strong>en</strong>er posibles b<strong>en</strong>eficios. Por otro lado, políticos, periodistas y parte de la ciudadanía<br />
opinan que el movimi<strong>en</strong>to de los pescadores no busca mejorar sus condiciones<br />
de trabajo, sino que se ha convertido <strong>en</strong> un grupo cerrado al que sólo le interesa<br />
vivir del chantaje sistemático, recibi<strong>en</strong>do de las empresas una bonificación cada vez<br />
que presionan y llevan el asunto a un punto crítico.<br />
Actualm<strong>en</strong>te el movimi<strong>en</strong>to de los pescadores <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta el reto de mant<strong>en</strong>er la legitimidad<br />
ante la ciudadanía, ante el gobierno e incluso ante las mismas empresas. Está<br />
también ante la imperiosa necesidad de r<strong>en</strong>ovarse <strong>en</strong> su estructura interna y revitalizarse<br />
para empr<strong>en</strong>der nuevas estrategias de lucha que respondan a sus demandas<br />
de cont<strong>en</strong>ido ecológico y social.<br />
Pese a los problemas señalados, los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as se han<br />
convertido <strong>en</strong> un caso paradigmático por ser los únicos que señalan de manera organizada<br />
y <strong>en</strong>érgica las atrocidades que se han cometido <strong>en</strong> contra del medio ambi<strong>en</strong>te<br />
61
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
<strong>en</strong> el delta del río Balsas, y también por mant<strong>en</strong>er sistemáticam<strong>en</strong>te un combate contra<br />
los intereses industriales para poner un alto a la contaminación y al despojo de los<br />
espacios vitales, combate que, cabe decir, es <strong>en</strong> total y legítima def<strong>en</strong>sa. Sin embargo,<br />
la capacidad combativa de los pescadores del puerto no es un factor que los distinga<br />
sustancialm<strong>en</strong>te del resto de los pescadores de la costa michoacana, pues sigu<strong>en</strong><br />
comparti<strong>en</strong>do un sitio marginal <strong>en</strong> la vida económica y social de la región.<br />
LAS PERCEPCIONES SOCIALES DEL OFICIO<br />
Por último, me referiré brevem<strong>en</strong>te al asunto de cómo se percibe a los pescadores<br />
desde d<strong>en</strong>tro y desde el exterior de la comunidad. Resulta que <strong>en</strong> los últimos años la<br />
actividad pesquera ha sufrido una drástica devaluación <strong>en</strong>tre los pescadores de Ciudad<br />
Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa Azul y Caleta de Campos. La g<strong>en</strong>te de otros oficios e incluso<br />
los propios pescadores com<strong>en</strong>tan cada vez más que la pesca es un trabajo ingrato,<br />
que es una labor ardua que deja pocos ingresos y poco reconocimi<strong>en</strong>to social.<br />
En Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, más que <strong>en</strong> cualquier otro lugar, la figura del pescador<br />
ha sido devaluada y estigmatizada. La actividad política que han v<strong>en</strong>ido desarrollando<br />
a base de plantones y bloqueos ha t<strong>en</strong>ido un costo muy alto, pues la opinión de<br />
la g<strong>en</strong>te, lejos de favorecerlos, los ha catalogado como un grupo que causa molestias<br />
a la ciudadanía y pérdidas cuantiosas a los industriales, todo por conseguir b<strong>en</strong>eficios<br />
personales.<br />
Por otra parte, la diversificación económica que existe <strong>en</strong> la ciudad-puerto g<strong>en</strong>era<br />
una demanda de fuerza de trabajo <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes sectores productivos y de servicios<br />
que ofrec<strong>en</strong> a los habitantes la posibilidad de apr<strong>en</strong>der y ocuparse <strong>en</strong> oficios con mayor<br />
remuneración, prestaciones y seguridad salarial, de tal forma que el gremio de los<br />
pescadores se ha ido convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un grupo económico minoritario, empobrecido,<br />
con un bajo nivel de vida y al marg<strong>en</strong> de los planes oficiales de crecimi<strong>en</strong>to de la<br />
economía porteña.<br />
En Playa Azul y Caleta de Campos las cosas no son muy distintas, pese a que ahí<br />
no existe la influ<strong>en</strong>cia de la industria y la actividad portuaria. En estas poblaciones<br />
los pescadores conforman un sector importante de la economía local; sin embargo, la<br />
agricultura comercial, el comercio y la migración a los Estados Unidos repres<strong>en</strong>tan<br />
62
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
posibilidades más factibles para la reproducción social, dada su mejor retribución económica<br />
y las mejores condiciones de trabajo.<br />
D<strong>en</strong>tro del grupo de pescadores hay códigos que los jerarquizan como bu<strong>en</strong>os,<br />
medianos o malos pescadores; también prevalec<strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos culturales que los id<strong>en</strong>tifican<br />
con el trabajo <strong>en</strong> el medio marino y sirv<strong>en</strong> para remarcar las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong><br />
cuanto a experi<strong>en</strong>cia, destreza y prestigio social. No obstante, hacia el exterior la figura<br />
del pescador se deteriora cada vez más, dado que está demostrado que es prácticam<strong>en</strong>te<br />
imposible <strong>en</strong>riquecerse con este oficio, y si se quiere asc<strong>en</strong>der <strong>en</strong> la escala socioeconómica<br />
es mejor buscar por las vías ya m<strong>en</strong>cionadas o por los negocios ilícitos,<br />
como el narcotráfico.<br />
Don Isidoro Echeverría, un ejidatario de ses<strong>en</strong>ta años de Playa Azul, califica de<br />
flojos a los pescadores actuales. Habla de que muchos de ellos se la pasan “chupando”<br />
y que nunca consigu<strong>en</strong> hacerse de un patrimonio. Aludi<strong>en</strong>do a una decisión que para<br />
él fue acertada com<strong>en</strong>ta satisfecho:<br />
Hace muchos años mi compadre me propuso que compráramos un cayuco y nos dedicáramos a la<br />
pesca, salí algunas veces a pescar, pero no... ¡qué iba a andar dedicándome a pescador si uno no<br />
gana nada! Yo le dije a mi compadre que con eso no mant<strong>en</strong>ía a mi familia. Él pudo porque sólo<br />
eran él y su esposa, y hasta la fecha todavía anda <strong>en</strong> eso. Ti<strong>en</strong>e el pelo cano y está casi ciego, porque<br />
el mar deja ciego. Vive <strong>en</strong> una casita de palapa... así viv<strong>en</strong> los pescadores (<strong>en</strong>trevista realizada el<br />
27 de abril de 2000).<br />
Para las nuevas g<strong>en</strong>eraciones de pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa<br />
Azul y Caleta de Campos, <strong>en</strong> las condiciones actuales no exist<strong>en</strong> muchos inc<strong>en</strong>tivos<br />
para seguir vivi<strong>en</strong>do de la pesca. Es cierto que a muchos les gusta el mar y si<strong>en</strong>t<strong>en</strong><br />
pasión por salir cada día <strong>en</strong> busca del sust<strong>en</strong>to, pero cuando comi<strong>en</strong>zan a t<strong>en</strong>er la responsabilidad<br />
de mant<strong>en</strong>er una familia buscan otras opciones.<br />
José Ángel Magaña, un jov<strong>en</strong> pescador de Caleta de Campos con dos años de matrimonio,<br />
reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te abandonó la pesca para ir a cultivar papaya; <strong>en</strong> Playa Azul, Andrés<br />
Santos dejó la pesca y decidió irse a los Estados Unidos con el fin de reunir lo<br />
necesario para casarse; <strong>en</strong> el mismo pueblo, Jorge García tomó idéntica determinación<br />
cuando decidió vivir con su pareja. Estos sólo son tres casos de <strong>en</strong>tre muchos otros<br />
que frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la costa michoacana.<br />
63
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Pese a que cada vez se g<strong>en</strong>eraliza este modo de p<strong>en</strong>sar y de actuar, muchos pescadores<br />
de las localidades m<strong>en</strong>cionadas, y sobre todo de aquellas de la costa michoacana<br />
donde no hay muchas opciones para la manut<strong>en</strong>ción –caso particular del municipio<br />
de Aquila–, la pesca se considera como el ideal para lograr una forma de vida<br />
modesta y próspera.<br />
En las comunidades pequeñas como Pichilinguillo, Maruata o Faro de Bucerías,<br />
la pesca repres<strong>en</strong>ta una actividad g<strong>en</strong>erosam<strong>en</strong>te retributiva que supera con creces<br />
los exiguos ingresos de la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia, de tal forma que los reci<strong>en</strong>tes<br />
as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos costeros se han vuelto c<strong>en</strong>tros de población importantes a los que acud<strong>en</strong><br />
cada vez más personas <strong>en</strong> busca de una oportunidad para mejorar sus condiciones<br />
de vida.<br />
En dec<strong>en</strong>as de pueblos adonde la influ<strong>en</strong>cia de los polos de desarrollo no llega,<br />
donde no existe la posibilidad de conseguir empleos asalariados y donde la agricultura<br />
de temporal repres<strong>en</strong>ta ap<strong>en</strong>as la base del sust<strong>en</strong>to, ahí la pesca sobresale como<br />
una actividad preponderante, a modo de tabla de salvación.<br />
CONCLUSIONES<br />
Los pescadores de <strong>Michoacán</strong> son un grupo de oficio con una historia reci<strong>en</strong>te. La<br />
costa del estado se mantuvo relativam<strong>en</strong>te despoblada desde la conquista hasta la<br />
mitad del siglo pasado, cuando vuelve a ser habitada principalm<strong>en</strong>te por pescadores<br />
y agricultores originarios de Colima y Guerrero, rancheros de Tierra Cali<strong>en</strong>te y de la<br />
Sierra de Coalcomán, y por indíg<strong>en</strong>as nahuas que bajaron de la Sierra Madre del Sur<br />
a ocupar el territorio junto al mar que desde antaño les ha pert<strong>en</strong>ecido.<br />
La costa fue poblada <strong>en</strong> el transcurso de la primera mitad del siglo XX, sobre todo<br />
a partir de los años cuar<strong>en</strong>ta, cuando surgieron la mayoría de las localidades del litoral.<br />
Inicialm<strong>en</strong>te la pesca no era una actividad relevante, pero gracias a la influ<strong>en</strong>cia de<br />
los pescadores de Guerrero y Manzanillo el apr<strong>en</strong>dizaje de la actividad se fue difundi<strong>en</strong>do,<br />
al tiempo que se daban las condiciones materiales para desarrollarla.<br />
La década de los set<strong>en</strong>ta fue un periodo de grandes transformaciones <strong>en</strong> la región,<br />
primero por la puesta <strong>en</strong> marcha del polo de desarrollo industrial <strong>en</strong> el delta del río<br />
Balsas, lo que trajo un <strong>en</strong>orme crecimi<strong>en</strong>to demográfico y el surgimi<strong>en</strong>to de la vida<br />
64
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
urbana <strong>en</strong> un extremo de la costa; y segundo porque el Estado impulsó de manera<br />
importante el desarrollo de la pesca a lo largo del litoral –incluso a costa de la improvisación–,<br />
fom<strong>en</strong>tando la creación de cooperativas pesqueras, dotando a los pescadores<br />
de embarcaciones y artes de pesca, y asumi<strong>en</strong>do la comercialización de los productos<br />
pesqueros por medio de PROPEMEX, una empresa estatal.<br />
Los planes estatales con respecto a la pesca tuvieron efectos positivos, pues dieron<br />
orig<strong>en</strong> a más de diez cooperativas <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes poblaciones del litoral y a cuatro plantas<br />
procesadoras de pescado <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Caleta de Campos, San Telmo<br />
y Boca de Apiza. A mediados de los och<strong>en</strong>ta había registrados casi mil pescadores<br />
que capturaban especies para el mercado nacional, que PROPEMEX se <strong>en</strong>cargaba de<br />
almac<strong>en</strong>ar y comercializar. No obstante, estas políticas estatales y su proyecto pesquero<br />
únicam<strong>en</strong>te tuvieron continuidad durante dos sex<strong>en</strong>ios, por lo que <strong>en</strong> el segundo<br />
lustro de los och<strong>en</strong>ta todo apoyo desapareció casi por completo.<br />
Después del abandono estatal, las cooperativas <strong>en</strong>traron <strong>en</strong> un periodo de crisis<br />
organizativa y de depresión económica, pero ello no fue motivo sufici<strong>en</strong>te para impedir<br />
el increm<strong>en</strong>to de la población costera ni el aum<strong>en</strong>to del número de pescadores,<br />
cooperativas y demás sociedades pesqueras. La razón estriba <strong>en</strong> que estaban al descubierto<br />
los recursos marinos y un nuevo oficio que permitían los ingresos necesarios<br />
para la subsist<strong>en</strong>cia.<br />
En la actualidad exist<strong>en</strong> cerca de cincu<strong>en</strong>ta poblaciones <strong>costeras</strong> a lo largo de los<br />
262 kilómetros de litoral, caracterizadas por grandes contrastes. En el delta del río<br />
Balsas está conc<strong>en</strong>trada la mayor parte de la población, pues suman cerca de 120 000<br />
habitantes <strong>en</strong> torno de una ciudad industrial y sus suburbios. El resto –con excepción<br />
de Coahuayana y sus márg<strong>en</strong>es– son pequeñas poblaciones de m<strong>en</strong>os de 2 000<br />
habitantes donde se vive de la agricultura, del turismo de baja int<strong>en</strong>sidad y de la pesca.<br />
A lo largo del litoral laboran más de 1 500 pescadores que practican la pesca ribereña,<br />
técnicam<strong>en</strong>te rústica, sin capacitación alguna y con bajos niveles de captura. En g<strong>en</strong>eral<br />
se observan cinco problemas principales: 1) La débil capacidad de las instituciones<br />
del Estado para influir <strong>en</strong> el desarrollo y mejorami<strong>en</strong>to de las condiciones de la pesca.<br />
2) La exigua inversión <strong>en</strong> cuanto a la tecnificación y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de los equipos<br />
de pesca. 3) La baja diversificación de la captura debido a las restricciones del mercado.<br />
4) Las dificultades de la comercialización y la drástica desviación de las ganan-<br />
65
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
cias hacia los acaparadores e intermediarios. 5) La radical devaluación del oficio de<br />
pescador debido a la pobre remuneración económica, comparada con la de otras <strong>actividades</strong><br />
asalariadas.<br />
Las estadísticas oficiales de captura parecieran indicar que la pesca marina michoacana<br />
ti<strong>en</strong>e poca importancia, pues son mínimos sus índices de captura <strong>en</strong> relación<br />
con los de aguas interiores. Quizás esta sea la razón por la que oficialm<strong>en</strong>te dicha actividad<br />
es un tema económico de poca relevancia –considerando los escasos recursos<br />
y los pocos esfuerzos que se dedican al sector–. Sin embargo, es pertin<strong>en</strong>te compr<strong>en</strong>der<br />
dos cosas: una, que los montos de captura registrados distan mucho de ser el reflejo<br />
de los índices reales, y dos, que la relevancia de la pesca marina estriba <strong>en</strong> que es<br />
al mismo tiempo un sistema económico y de reproducción social que ha sido la base<br />
de la integración regional y el motor de su crecimi<strong>en</strong>to económico, aun <strong>en</strong> condiciones<br />
de una nimia planeación y participación estatal.<br />
Pese a lo importante de su actividad, los pescadores de la costa michoacana viv<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> precarias condiciones de vida. Los niveles de participación política son difer<strong>en</strong>tes<br />
a lo largo del litoral, pero <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral pose<strong>en</strong> poco poder de decisión d<strong>en</strong>tro de la sociedad<br />
<strong>en</strong> la que viv<strong>en</strong>, como para def<strong>en</strong>der sus intereses y para elegir el rumbo de sus<br />
destinos. Aun así, <strong>en</strong> espera de mejor suerte, día con día <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan el reto de <strong>en</strong>trar<br />
al mar para lograr una bu<strong>en</strong>a pesca.<br />
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68
Capítulo II<br />
HACIA UN DIAGNÓSTICO SOCIOECONÓMICO<br />
Y AMBIENTAL DEL DELTA DEL RÍO BALSAS<br />
Alejandro Toledo Ocampo *
Hoy las zonas <strong>costeras</strong> de México son esc<strong>en</strong>ario de las profundas contradicciones<br />
y conflictos que se dan <strong>en</strong> el ámbito ecológico y social mexicano como<br />
resultado de la falta de armonización <strong>en</strong>tre las metas económicas y el uso<br />
sost<strong>en</strong>ible de los recursos naturales.<br />
El delta del río Balsas y su zona de influ<strong>en</strong>cia es un ejemplo típico de estas contradicciones.<br />
El delta ha sido concebido, desde los tiempos del proyecto siderúrgico nacionalista<br />
del g<strong>en</strong>eral Lázaro Cárd<strong>en</strong>as hasta nuestros días, como un polo de desarrollo<br />
regional basado <strong>en</strong> el impulso de grandes proyectos hidroeléctricos e hidroagrícolas<br />
y <strong>en</strong> la creación de una industria siderúrgica y de un complejo portuario-industrial,<br />
ori<strong>en</strong>tados a la explotación de los recursos minerales de la zona, al establecimi<strong>en</strong>to<br />
de industrias de alta tecnología ligadas a la siderurgia, al movimi<strong>en</strong>to de productos<br />
petrolíferos y petroquímicos y al establecimi<strong>en</strong>to de parques industriales con una clara<br />
vocación exportadora (Restrepo, 1984; Zapata, 1978; Hiernaux, 1984 y 1991). En<br />
los últimos tiempos estos objetivos se vincularon a los propósitos globalizadores<br />
que ori<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la actualidad nuestra economía, esta vez como puerto de <strong>en</strong>lace con<br />
el espacio geoeconómico mundial (Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1998).<br />
A medida que este proyecto se ha concretado, aunque de un modo azaroso y sujeto<br />
a los avatares de la política económica de las últimas décadas, ha sido necesario<br />
construir las obras pertin<strong>en</strong>tes para manejar los complejos e interconectados sistemas<br />
acuáticos que constituy<strong>en</strong> el gran sistema ecológico del río Balsas y, especialm<strong>en</strong>te,<br />
su delta, a fin de evitar las inundaciones, prev<strong>en</strong>ir el azolve de la zona portuaria, proteger<br />
las márg<strong>en</strong>es de los ríos contra la erosión (sobre todo la zona portuaria del brazo<br />
derecho), impedir las intrusiones salinas, asegurar el abastecimi<strong>en</strong>to de agua y electri-<br />
* El Colegio de <strong>Michoacán</strong>, A.C., C<strong>en</strong>tro de Estudios Rurales.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
cidad a las industrias y aprovechar sus abundantes recursos hidráulicos para propósitos<br />
agrícolas con la creación de un distrito de riego (el 108) <strong>en</strong> el delta (Oliva Anaya y<br />
García Gómez, 1987).<br />
Este modo de concebir el desarrollo regional ha dado por resultado los desequilibrios<br />
ambi<strong>en</strong>tales, económicos y sociales que hoy son pat<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el delta.<br />
LOS EFECTOS ANTROPOGÉNICOS SOBRE LA EVOLUCIÓN NATURAL DEL DELTA<br />
A mediados del siglo pasado se iniciaron las grandes obras de infraestructura hidráulica<br />
y de desarrollo regional (presas, sistemas de riego, explotaciones mineras, instalaciones<br />
portuarias y construcción de ejes viales), que transformaron profundam<strong>en</strong>te la<br />
ecología, la economía y la sociedad del delta del río Balsas. Desde <strong>en</strong>tonces, la evolución<br />
natural del delta ha sido alterada drásticam<strong>en</strong>te por estas <strong>actividades</strong> antropogénicas.<br />
Es posible difer<strong>en</strong>ciar claram<strong>en</strong>te dos etapas <strong>en</strong> la evolución geomorfológica del<br />
delta: una fase constructiva de carácter progradante, dominada por los acarreos fluviales,<br />
que se remonta desde el holoc<strong>en</strong>o hasta las épocas reci<strong>en</strong>tes anteriores a las<br />
obras de infraestructura construidas <strong>en</strong> el alto y medio Balsas; y una fase regresiva,<br />
posterior a las obras de ing<strong>en</strong>iería, controlada predominantem<strong>en</strong>te por ev<strong>en</strong>tos marinos<br />
y caracterizada por int<strong>en</strong>sos y dramáticos procesos erosivos, tanto <strong>en</strong> su porción<br />
subaérea como <strong>en</strong> el delta submarino.<br />
Al inicio de las obras de infraestructura mayores <strong>en</strong> el alto y medio Balsas, el río<br />
aportaba unos 39x10 6 metros cúbicos de sedim<strong>en</strong>tos al año, según los datos de la antigua<br />
SARH (1970), con un gasto máximo de 11 000 m 3 /seg y un gasto medio de 500<br />
m 3 /seg, y con un escurrimi<strong>en</strong>to anual aproximado de 16x10 9 metros cúbicos. Cuando,<br />
<strong>en</strong> 1968, se dieron por concluidas las obras de las presas El Infiernillo (1964) y La<br />
Villita (1968), el régim<strong>en</strong> hidráulico se volvió artificial, con gastos máximos y medios<br />
controlados de 2 000 y 400 m 3 /seg, respectivam<strong>en</strong>te. El resultado es que desde 1968<br />
el río Balsas no aporta sedim<strong>en</strong>tos de granos gruesos al delta.<br />
Como un sistema complejo altam<strong>en</strong>te interconectado <strong>en</strong>tre sus partes subaéreas<br />
y submarinas, las modificaciones propiciadas por estas <strong>actividades</strong> humanas han afectado<br />
profundam<strong>en</strong>te a ambas.<br />
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Las grandes obras de ing<strong>en</strong>iería hidráulica e hidroeléctrica<br />
Sin duda, el mayor problema ecológico que se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> el área es el cambio de los<br />
patrones naturales de flujo del agua y del régim<strong>en</strong> de sedim<strong>en</strong>tación del río Balsas<br />
debido a las obras hidráulicas e hidroeléctricas realizadas <strong>en</strong> su cauce superior, y especialm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> sus cu<strong>en</strong>cas media y baja.<br />
Las presas, verdaderos iconos del desarrollo económico y del progreso ci<strong>en</strong>tífico<br />
modernos, fragm<strong>en</strong>tan los ecosistemas fluviales, aíslan a las comunidades bióticas de<br />
las cu<strong>en</strong>cas altas de aquellas que habitan las cu<strong>en</strong>cas medias y bajas, interrump<strong>en</strong> las<br />
migraciones y los movimi<strong>en</strong>tos de las especies y separan al río de sus planicies y litorales.<br />
Obligan a realizar obras que conviert<strong>en</strong> a los ríos <strong>en</strong> canales privados de meandros<br />
y riberas y reduc<strong>en</strong> la diversidad de plantas y animales que son capaces de sost<strong>en</strong>er,<br />
y con mucha frecu<strong>en</strong>cia eliminan los hábitat y las zonas de alim<strong>en</strong>tación, de<br />
refugio y de crianza de las especies que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> forma perman<strong>en</strong>te u ocasional <strong>en</strong><br />
los difer<strong>en</strong>tes ambi<strong>en</strong>tes de la planicie deltaica (Petts y Foster, 1985).<br />
Cuando las aguas de un río se almac<strong>en</strong>an <strong>en</strong> el vaso de una presa, los sedim<strong>en</strong>tos se<br />
depositan <strong>en</strong> el fondo del vaso y la presa pierde gradualm<strong>en</strong>te su capacidad para almac<strong>en</strong>ar<br />
agua, propósito para el que fue construida. Por ello, la sedim<strong>en</strong>tación es probablem<strong>en</strong>te<br />
el más serio problema técnico que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta la exist<strong>en</strong>cia de una presa.<br />
Los efectos de la interfer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los flujos sedim<strong>en</strong>tarios no sólo se manifiestan<br />
<strong>en</strong> los sistemas fluviales aguas abajo de la presa, <strong>en</strong> las planicies y <strong>en</strong> los deltas, sino<br />
que se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a una franja considerable de la línea costera, que sin los aportes contin<strong>en</strong>tales<br />
de sedim<strong>en</strong>tos no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cómo afrontar la erosión de las olas, las corri<strong>en</strong>tes<br />
y las mareas.<br />
Los cambios físicos, químicos y térmicos de un río, cuando sus flujos se almac<strong>en</strong>an,<br />
pued<strong>en</strong> transformarse <strong>en</strong> serios contaminantes de sus aguas. El agua almac<strong>en</strong>ada puede<br />
ser, <strong>en</strong> efecto, letal para la vida <strong>en</strong> la presa y <strong>en</strong> el río muchos kilómetros aguas abajo.<br />
El mayor impacto de las presas hidroeléctricas sobre un sistema fluvial es imponer<br />
al río un patrón artificial de variaciones de flujo. La alteración de los flujos ti<strong>en</strong>e<br />
numerosas consecu<strong>en</strong>cias ecológicas. El río y sus planicies de inundación se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
estrecham<strong>en</strong>te adaptados al ciclo anual de flujos y sequías. Muchas especies dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />
de los pulsos de nutri<strong>en</strong>tes determinados por la sucesión de lluvias-sequías,<br />
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como señales para iniciar su reproducción, incubación, migración u otros importantes<br />
periodos de sus vidas. Los flujos anuales <strong>en</strong>riquec<strong>en</strong> las zonas pantanosas no solam<strong>en</strong>te<br />
con agua sino también con minerales y nutri<strong>en</strong>tes. Este pulso del río es la principal<br />
razón de su alta productividad biológica. Además, las rápidas fluctuaciones <strong>en</strong> el<br />
nivel del agua aceleran la erosión río abajo, eliminan a los árboles y a la vegetación de<br />
las riberas, áreas pantanosas y sumergidas; sin esta vegetación los procesos erosivos<br />
se suced<strong>en</strong> más rápidam<strong>en</strong>te (Coleman, 1984; McCully, 1996).<br />
Al inicio de los proyectos de aprovechami<strong>en</strong>to de las aguas del río Balsas, su escurrimi<strong>en</strong>to<br />
virg<strong>en</strong> total se estimaba <strong>en</strong> 24 273 Mm 3 . Hoy, 21 706 Mm 3 de este escurrimi<strong>en</strong>to<br />
están comprometidos <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes usos: consuntivos (7 219 Mm 3 ), exportaciones<br />
a otras cu<strong>en</strong>cas (629 Mm 3 ), pérdidas por evapotranspiración (1 189 Mm 3 ) y<br />
g<strong>en</strong>eración de <strong>en</strong>ergía hidroeléctrica (12 669 Mm 3 ). El conjunto de presas con fines<br />
de g<strong>en</strong>eración de <strong>en</strong>ergía construido sobre el río Balsas repres<strong>en</strong>ta el segundo sistema<br />
hidroeléctrico más grande de México, sólo superado por el sistema construido sobre<br />
los ríos Grijalva-Usumacinta <strong>en</strong> el sureste, sistema que redujo el escurrimi<strong>en</strong>to disponible<br />
a 2 567 Mm 3 (CNA, 2000).<br />
Los efectos ecológicos de las presas<br />
La fragm<strong>en</strong>tación del sistema fluvial por las obras hidroeléctricas e hidroagrícolas ocasionó<br />
profundos desequilibrios <strong>en</strong> las funciones ecológicas del delta del río Balsas.<br />
Las interfer<strong>en</strong>cias de los flujos del agua y de sedim<strong>en</strong>tos alteraron varias funciones<br />
ecológicas críticas. En primer lugar, se modificó notablem<strong>en</strong>te el ciclo de secas e inundaciones<br />
<strong>en</strong> el delta al imponer al río un patrón artificial de variaciones de flujos, sujetos<br />
a los niveles mínimos y máximos de desagüe de las presas. Las modificaciones de<br />
los cauces afectaron los patrones naturales de flujos y <strong>en</strong> las épocas de lluvia propiciaron<br />
inundaciones donde no las había. El problema es que el río y sus planicies de inundación<br />
estaban, como ya se dijo, estrecham<strong>en</strong>te adaptados al ciclo anual de flujos y sequías<br />
y un gran número de especies dep<strong>en</strong>dían de los pulsos de nutri<strong>en</strong>tes determinados<br />
por esta sucesión de lluvias-sequías como señales para iniciar su reproducción, incubación,<br />
migración y otros importantes periodos de su vida. De igual modo, se rompieron<br />
los equilibrios <strong>en</strong>tre masas de aguas dulces y marinas al alterar las descargas del Balsas,<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
cuyas aguas, junto con las surg<strong>en</strong>cias del Cañón de Petacalco y las aguas ecuatoriales<br />
superficiales, condicionaban fisicoquímicam<strong>en</strong>te la naturaleza, las propiedades y la<br />
riqueza de las aguas estuarinas y <strong>costeras</strong> de la región (CIBNOR, 1995).<br />
En segundo lugar, los cambios <strong>en</strong> el régim<strong>en</strong> de sedim<strong>en</strong>tación no solam<strong>en</strong>te se<br />
reflejaron <strong>en</strong> la planicie de inundación sino que se ext<strong>en</strong>dieron a una amplia franja<br />
de la línea costera y la región marina. Sin los aportes contin<strong>en</strong>tales acarreados por el<br />
río Balsas no se pudo afrontar la erosión causada por olas, corri<strong>en</strong>tes y mareas, lo que<br />
produjo una gran inestabilidad a las tres bocas de comunicación con el mar: Las Burras,<br />
La Necesidad y San Francisco. La erosión alteró así grandes secciones de la costa, especialm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> la porción c<strong>en</strong>tral del fr<strong>en</strong>te deltaico. Al disminuir los aportes de sedim<strong>en</strong>tos<br />
del río también se modificó el ciclo normal de erosión de la porción submarina<br />
del delta, integrado por sus cuatro cañones submarinos: El Manglito, La Necesidad,<br />
Gasolinos y Petacalco. La erosión de la costa y del sistema de cañones submarinos se<br />
ha visto acelerada por estas <strong>actividades</strong> antropogénicas (Reimnitz, 1970; Gutiérrez-<br />
Estrada, 1971; Morales et al., 1988).<br />
Con la construcción de las presas El Infiernillo y La Villita, los índices de efectividad<br />
de descarga del río Balsas desc<strong>en</strong>dieron drásticam<strong>en</strong>te, según lo señalan los diversos<br />
estudios realizados para evaluar los cambios geomorfológicos derivados de las<br />
<strong>actividades</strong> humanas <strong>en</strong> el delta, como los de Ortiz-Pérez (1985) con base <strong>en</strong> el análisis<br />
de fotografías aéreas <strong>en</strong> un periodo de cuar<strong>en</strong>ta años (1943-1983), y los de Morales<br />
de la Garza y colaboradores, basados <strong>en</strong> observaciones durante un periodo de diecinueve<br />
años (Morales de la Garza et al., 1988), junto con los de Reimnitz y Gutiérrez-<br />
Estrada (1970), Reimnitz (1971), Reimnitz et al., (1976) y Gutiérrez-Estrada (1969,<br />
1972 y 1990), que verifican la inusitada magnitud de los cambios <strong>en</strong> la porción subaérea<br />
y submarina del delta <strong>en</strong> unas cuantas décadas. Comparando las fotografías aéreas<br />
de 1958 con las de 1979, Ortiz-Pérez (1985) midió un retroceso máximo del delta hasta<br />
de 768 m y una migración promedio de la playa tierra ad<strong>en</strong>tro de 13 m anuales <strong>en</strong><br />
el periodo considerado.<br />
Las modificaciones <strong>en</strong> la morfología y <strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to del delta submarino<br />
también fueron sustantivas a raíz de la interrupción de los aportes fluviales. La activación<br />
o desactivación de las cabeceras de los cañones submarinos parec<strong>en</strong> ser altam<strong>en</strong>te<br />
dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de los lugares donde ocurr<strong>en</strong> las mayores descargas del río (las bo-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
cas). Dada esta estrecha interrelación <strong>en</strong>tre las descargas del río y la morfología de la<br />
zona litoral, se han podido observar rápidos cambios <strong>en</strong> la configuración y desarrollo<br />
de los cañones que caracterizan a la provincia sedim<strong>en</strong>taria del delta submarino, a<br />
partir de la operación de las obras de infraestructura <strong>en</strong> el medio Balsas (Reimnitz y<br />
Gutiérrez-Estrada, 1970). Por otro lado, la int<strong>en</strong>sa actividad tectónica <strong>en</strong> la región,<br />
que origina movimi<strong>en</strong>tos verticales de la corteza terrestre, ha ac<strong>en</strong>tuado la acción erosiva<br />
de los ag<strong>en</strong>tes marinos al provocar la movilización de grandes volúm<strong>en</strong>es de agua<br />
y sedim<strong>en</strong>tos a través de los cañones submarinos, impulsados por las corri<strong>en</strong>tes oceánicas<br />
asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes y desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes; y hacia el este, debido a las olas y a los vi<strong>en</strong>tos dominantes<br />
<strong>en</strong> la región (Gutiérrez-Estrada, 1990).<br />
Los problemas ecológicos que se dan <strong>en</strong> los vasos de las presas son típicos de esta<br />
clase de construcciones. En el caso de El Infiernillo, gran parte de la columna de agua<br />
se vuelve improductiva debido a la escasa p<strong>en</strong>etración de la luz. La r<strong>en</strong>ovación constante<br />
del volum<strong>en</strong>, nueve veces al año, no permite una acumulación adecuada de nutri<strong>en</strong>tes<br />
y materia orgánica, a lo que hay que agregar la construcción de otras presas<br />
aguas arriba que se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> trampas de nutri<strong>en</strong>tes y sedim<strong>en</strong>tos y que limitan<br />
los aportes que llegan a El Infiernillo. La desproporción <strong>en</strong>tre la superficie del embalse<br />
y el tamaño de la cu<strong>en</strong>ca, tresci<strong>en</strong>tas veces mayor, conduce a una reducción del<br />
r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to pesquero pot<strong>en</strong>cial, que resulta <strong>en</strong>tre 60 y 120 kg/ha al aplicar los modelos<br />
de estimación abiótica desarrollada para lagos africanos, cifras bastante inferiores<br />
a los r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos reales, que son del ord<strong>en</strong> de 322 y 815 kg/ha. Estas circunstancias<br />
hac<strong>en</strong> que el funcionami<strong>en</strong>to de El Infiernillo repres<strong>en</strong>te un grave riesgo para la<br />
productividad de la cu<strong>en</strong>ca y, especialm<strong>en</strong>te, para la producción pesquera del delta.<br />
No obstante, la pesca <strong>en</strong> El Infiernillo ha sido una actividad económica redituable,<br />
que sosti<strong>en</strong>e a cerca de 3 000 familias de pescadores agrupados <strong>en</strong> diecinueve cooperativas<br />
y once uniones de pescadores. Se trata del embalse más productivo de México,<br />
con un volum<strong>en</strong> que ha llegado a superar las 20 000 toneladas anuales (especialm<strong>en</strong>te<br />
mojarras-tilapias, carpas y bagres), lo que repres<strong>en</strong>ta casi el 20% de la producción total<br />
de las aguas interiores del país, producción que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la actualidad los problemas<br />
de las políticas inadecuadas de cultivos, la sobreexplotación de especies por el<br />
constante increm<strong>en</strong>to de la población de pescadores y la falta de control de parásitos<br />
que diezman a las poblaciones (Juárez, 1995).<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
La operación de La Villita como planta de picos planteó problemas como los azolves<br />
e inundaciones <strong>en</strong> el delta <strong>en</strong> la época de descarga, así como defici<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la calidad<br />
y la cantidad del agua requerida por las industrias, por lo que fueron necesarias<br />
nuevas obras de habilitación.<br />
El complejo portuario-industrial Lázaro Cárd<strong>en</strong>as-Las Truchas. Primera y segunda fases<br />
Con financiami<strong>en</strong>to externo y la compra de tecnología de punta, <strong>en</strong> 1971 se inició la<br />
costosa construcción de la planta siderúrgica de Las Truchas. Las importantes decisiones<br />
de inversión que hubieron de adoptarse fueron equival<strong>en</strong>tes a 2.5 veces la inversión<br />
federal del sex<strong>en</strong>io de 1970-1976 (unos 1 000 millones de dólares). Estos <strong>en</strong>ormes<br />
costos, como los de las presas construidas aguas arriba del Balsas, sólo podían financiarse<br />
con el apoyo del capital foráneo. Así, el Banco Internacional de Reconstrucción<br />
y Fom<strong>en</strong>to (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgaron una bu<strong>en</strong>a<br />
parte de los recursos necesarios, mi<strong>en</strong>tras que los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra,<br />
Alemania, Francia, Suiza y Japón proporcionaron la tecnología requerida. Finalm<strong>en</strong>te,<br />
fue la Steel Co., de Inglaterra, la responsable de la asist<strong>en</strong>cia técnica.<br />
La decisión sobre su ubicación, al noroeste del poblado de La Mira, zanjó una larga<br />
disputa <strong>en</strong>tre políticos y planificadores. Las razones, sin embargo, eran de peso <strong>en</strong> su<br />
favor: cercanía a las fu<strong>en</strong>tes de materia prima, abundante agua y electricidad, grandes<br />
ext<strong>en</strong>siones de tierra disponibles mediante procedimi<strong>en</strong>tos expropiatorios y amplio<br />
fr<strong>en</strong>te marítimo. Todas las condiciones para el desarrollo de la industria base del complejo<br />
portuario e industrial que se construiría a futuro.<br />
Los abundantes recursos minerales de la región aseguraban una oferta sufici<strong>en</strong>te<br />
y barata. Sus reservas, probadas <strong>en</strong> 100 millones de toneladas, garantizaban un abasto<br />
por un periodo prolongado, y sus costos (20 pesos por tonelada, según SICARTSA,<br />
<strong>en</strong> 1977), cumplían ampliam<strong>en</strong>te con los requerimi<strong>en</strong>tos de esta clase de inversiones.<br />
Algunos insumos, como el carbón, fueron importados; otros, como la cal, fueron abastecidos<br />
también por los abundantes yacimi<strong>en</strong>tos regionales.<br />
Los trabajos de infraestructura, con la construcción de las presas de El Infiernillo<br />
y La Villita, proveerían el agua y la electricidad necesarias; sólo los caminos y las obras<br />
de infraestructura urbana fueron construidos sobre la marcha.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
La ubicación de la segunda fase del complejo siderúrgico, <strong>en</strong> la desembocadura<br />
d<strong>en</strong>ominada La Necesidad, requirió de la expropiación de 1 000 ha de terr<strong>en</strong>os ejidales,<br />
<strong>en</strong>tre los más productivos de la planicie deltaica. Las obras de nivelación y acondicionami<strong>en</strong>to<br />
significaron la destrucción de una zona ecológicam<strong>en</strong>te crítica de la desembocadura.<br />
El complejo portuario-industrial. Tercera fase<br />
En 1979 empieza la tercera fase del complejo portuario-industrial con la construcción<br />
del Distrito Industrial Marítimo de Exportación, que después se llamó Puerto Industrial<br />
de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y que hoy se d<strong>en</strong>omina Megaproyecto de Desarrollo Integral<br />
Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as. La zona portuaria es una obra artificial creada mediante el<br />
dragado del brazo derecho de la desembocadura.<br />
A las obras de acondicionami<strong>en</strong>to de SICARTSA se agregaron otras ori<strong>en</strong>tadas a <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ar<br />
las acciones que permitieran promover el desarrollo industrial con una clara<br />
ori<strong>en</strong>tación exportadora. Una obra de la naturaleza y de la <strong>en</strong>vergadura del puerto<br />
idustrial difícilm<strong>en</strong>te podría ser planeada para satisfacer necesidades de un desarrollo<br />
únicam<strong>en</strong>te interno y regional, así que desde su inicio respondió a una lógica productiva<br />
ori<strong>en</strong>tada hacia el mercado mundial y la globalización. Su ejecución, sin embargo,<br />
dep<strong>en</strong>día ampliam<strong>en</strong>te de financiami<strong>en</strong>tos externos. Esta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
financiera hizo que los proyectos se llevaran a cabo de acuerdo con la lógica productiva,<br />
la tecnología y los intereses de los organismos proveedores de fondos. Todo, desde<br />
las plantas hasta las obras de infraestructura portuaria y aun los acondicionami<strong>en</strong>tos<br />
urbanos, dep<strong>en</strong>dieron de financiami<strong>en</strong>tos internacionales. Esta situación se ac<strong>en</strong>tuó<br />
debido a la recesión y crisis <strong>en</strong> la que <strong>en</strong>tró la economía mexicana <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o periodo<br />
de diseño y construcción del puerto (Hiernaux, 1984).<br />
Esta etapa se caracterizó por el arranque de la segunda fase de SICARTSA, hoy privatizada<br />
y dividida <strong>en</strong> SICARTSA /Villacero e ISPAT, y por el establecimi<strong>en</strong>to de otras plantas,<br />
como la Nikkon Kobe Steel (NKS), con capital y tecnología japonesa, destinada<br />
a la producción de turbinas y turbog<strong>en</strong>eradores, piezas para fábricas de cem<strong>en</strong>to y<br />
equipos de transporte; la Productora Mexicana de Tubería (PMT), con capital y tecnología<br />
japonesa, asociada con Nafinsa y Sidermex, para la producción de tubos de gran-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
des dim<strong>en</strong>siones; un complejo agroindustrial (Grupo Fertinal) considerado como la<br />
unidad industrial productora de fertilizantes fosfatados y nitrog<strong>en</strong>ados más grande<br />
de América Latina; gigantescos silos de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de granos de la Conasupo,<br />
hoy integrados a Agroindustrias del Balsas, S.A. (ABSA); un complejo petrolero que debía<br />
contar con una refinería, un c<strong>en</strong>tro de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de crudos y productos refinados<br />
y un área para el movimi<strong>en</strong>to de productos; una Terminal de Usos Múltiples<br />
(TUM I y TUM II), una Terminal de Cont<strong>en</strong>edores y un Muelle de Metales y Minerales;<br />
un Parque de la Pequeña y Mediana Industria; una Terminal de Almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de<br />
Carbón de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); un Complejo Naval y una Terminal<br />
de la Armada para las nuevas instalaciones de la Secretaría de Marina. En total,<br />
una zona de desarrollo portuario de 3 397 ha, con una longitud de muelles de<br />
3 575 m y fr<strong>en</strong>tes de agua de 20 525 m (Gobierno de <strong>Michoacán</strong>, 1998).<br />
En 1997, con el inicio de los trabajos de construcción de la Terminal para Recibo<br />
y Manejo de Carbón y el Depósito de C<strong>en</strong>izas para la C<strong>en</strong>tral Termoeléctrica de<br />
Petacalco, culminan las obras más relevantes de la infraestructura portuaria. Al final<br />
de estas obras, la terminal, ubicada <strong>en</strong> el recinto portuario, contará con todas las instalaciones<br />
y equipos necesarios para descargar, manejar, almac<strong>en</strong>ar, mezclar y transportar<br />
6 millones de toneladas anuales de carbón; con patios de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de<br />
780 m de largo y capacidad de 1.92 millones de toneladas, que se distribuirán <strong>en</strong> cuatro<br />
pilas de materia prima de seis a nueve tipos distintos de carbón.<br />
Estos trabajos requirieron de la habilitación de un canal de <strong>en</strong>trada de 18 m de<br />
profundidad, con un lecho de canal de acceso de 200 m de ancho y de 350 m <strong>en</strong> la<br />
zona del muelle, capaz de permitir las operaciones de barcos transportadores de carbón<br />
de hasta 150 000.00 TPM; de un muelle de 517.92 m de longitud y de una banda<br />
transportadora de 4 000 t/h. De igual modo, se necesitó de un depósito de c<strong>en</strong>izas,<br />
que consiste <strong>en</strong> tres celdas: dos de las mismas dim<strong>en</strong>siones (262.62x178.88x16 m) y<br />
una tercera de m<strong>en</strong>or tamaño, con una capacidad total de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de 2.59<br />
millones de toneladas de c<strong>en</strong>izas ± 4%, correspondi<strong>en</strong>te a la vida útil del proyecto.<br />
Los lugares autorizados por el INE y la APILAC para disponer del material producto<br />
del dragado son el estero El Gasolino (1.5 millones de m 3 ), el área adyac<strong>en</strong>te al patio<br />
de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de carbón (1.5 millones de m 3 ) y el área del estero de Boca de<br />
Burras (0.5 millones de m 3 ). El depósito de c<strong>en</strong>izas se ubicó <strong>en</strong> la isla del Cayacal, <strong>en</strong><br />
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terr<strong>en</strong>os del puerto industrial, cuyas colindancias son: el lado norte, de 331.43 m de<br />
longitud, junto a una propiedad de la APILAC; el lado este, de 1 002.65 m, con el patio<br />
de carbón de la Terminal de Manejo y Recibo del mismo; el lado sur, de 327.42 m,<br />
con el camino de acceso a las instalaciones de Petróleos Mexicanos; y el lado oeste,<br />
de 1 002.78 m, con la compañía NKS.<br />
Los efectos ecológicos<br />
Sin que hasta la fecha se haya realizado un estudio integral sobre sus efectos ecológicos<br />
<strong>en</strong> el delta, un bu<strong>en</strong> número de informes oficiales, estudios y manifestaciones<br />
públicas de inconformidad por parte de los pobladores locales, especialm<strong>en</strong>te ejidatarios<br />
y pescadores, docum<strong>en</strong>tan los efectos ambi<strong>en</strong>tales de la construcción y operación<br />
del complejo portuario industrial.<br />
El acondicionami<strong>en</strong>to del delta para proporcionar la mayor área posible para la instalación<br />
del complejo portuario-industrial <strong>en</strong> las antiguas islas de La Palma y El Cayacal,<br />
planteó la necesidad de empr<strong>en</strong>der diversas obras de habilitación, como los<br />
diques de alcantarillado y de tapón, la rectificación de los brazos derecho e izquierdo,<br />
los rell<strong>en</strong>os del brazo de liga, la formación de bordos del brazo izquierdo, el rell<strong>en</strong>o<br />
y nivelado de pantanos y esteros, el dragado del río, la construcción de un canal de<br />
acceso (1 500 m de longitud, 150 m de ancho de plantilla y 14 m de profundidad), y<br />
las obras de protección (escolleras y espigones playeros). Millones de metros cúbicos<br />
de sedim<strong>en</strong>tos fueron removidos y arrojados al Cañón de Petacalco y a otras áreas críticas<br />
del delta, especialm<strong>en</strong>te zonas de humedales costeros. Las obras empr<strong>en</strong>didas<br />
<strong>en</strong> el brazo izquierdo exigieron una canalización de 250 m de ancho y un acondicionami<strong>en</strong>to<br />
de 25.6 km desde el cauce hasta su desembocadura, aún no terminado.<br />
Prácticam<strong>en</strong>te estas obras unieron <strong>en</strong> una sola a las islas de La Palma y El Cayacal,<br />
y significaron su completa anulación para cualquier otro fin productivo. Además, estas<br />
adecuaciones eliminaron meandros, modificaron drásticam<strong>en</strong>te las riberas y con<br />
frecu<strong>en</strong>cia arrasaron ext<strong>en</strong>sas zonas de manglares, sepultaron con materiales de rell<strong>en</strong>o<br />
prácticam<strong>en</strong>te todos los esteros de la desembocadura y cerraron <strong>en</strong> forma definitiva<br />
la Boca de Burras. Las descargas se derivaron hacia el brazo izquierdo (de San Francisco),<br />
el cual fue convertido <strong>en</strong> un gigantesco canal artificial que requirió de obras<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
complem<strong>en</strong>tarias para evitar la inundación de las poblaciones vecinas. Al término de<br />
las obras de acondicionami<strong>en</strong>to del complejo portuario, la artificialización de la desembocadura<br />
del río Balsas por el dragado y por las obras de infraestructura <strong>en</strong> el brazo<br />
derecho (Melchor Ocampo) y de rectificación del brazo izquierdo (San Francisco)<br />
prácticam<strong>en</strong>te dejaron inhabilitado el delta para cumplir con sus funciones ecológicas;<br />
a esto se agregaron obras que alteraron las corri<strong>en</strong>tes litorales, como fueron los 4<br />
886 m de espigones, escolleras y bordos construidos <strong>en</strong> el fr<strong>en</strong>te de las islas de El Cayacal,<br />
Enmedio y playas norte y sur; esto transformó la dinámica morfológica del delta<br />
<strong>en</strong> favor de los procesos acumulativos litorales, lo que aceleró la desaparición y/o la<br />
modificación de las barras, los estuarios y los esteros litorales.<br />
El funcionami<strong>en</strong>to de las plantas industriales <strong>en</strong> la zona portuaria trajo nuevas y<br />
serias afectaciones ambi<strong>en</strong>tales, directas e indirectas, al delta. A principios de los años<br />
nov<strong>en</strong>ta la PROFEPA hizo el estudio más amplio que hasta ahora se ha realizado para<br />
evaluar los daños al ambi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la región del delta del río Balsas, (PROFEPA-SISSA,<br />
1994). De este estudio se derivan los hechos relevantes sigui<strong>en</strong>tes:<br />
• Los usos industrial y urbano han g<strong>en</strong>erado una alta degradación de los sistemas acuáticos<br />
del delta debido a la inexist<strong>en</strong>cia, insufici<strong>en</strong>cia o mal estado de las instalaciones de tratami<strong>en</strong>to.<br />
En estas circunstancias, la g<strong>en</strong>eración de aguas residuales y la carga orgánica de<br />
orig<strong>en</strong> urbano eran ya altísimas para las principales poblaciones del delta a principios<br />
de los años nov<strong>en</strong>ta. Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as g<strong>en</strong>eraba un volum<strong>en</strong> de aguas<br />
residuales calculado <strong>en</strong> 6 429.72 m 3 /d y una carga orgánica de 516 306 kg DBO/año;<br />
Guacamayas, 4 419.36 m 3 /d de aguas residuales y 333 194 kg DBO/año, y La Mira,<br />
1 449 m 3 /d de aguas residuales y 116 355 kg DBO/año; esto trajo por consecu<strong>en</strong>cia<br />
que los coliformes fecales estuvieran por arriba del criterio (200/100 ml) <strong>en</strong> las dos<br />
épocas del año (lluvia y estiaje) <strong>en</strong> todas las estaciones muestreadas <strong>en</strong> el delta y<br />
<strong>en</strong> el litoral.<br />
• Por cuanto se refiere a los metales tóxicos, los análisis efectuados para cadmio, mercurio,<br />
níquel, plomo y zinc revelaron que <strong>en</strong> ninguna de las estaciones se satisficieron los criterios<br />
de calidad para agua dulce y salina, ni <strong>en</strong> épocas de lluvia ni <strong>en</strong> las de estiaje. El Índice<br />
de Calidad del Agua para Metales (ICAM) reveló que <strong>en</strong> todas las estaciones del río<br />
Balsas, y <strong>en</strong> épocas de estiaje y de lluvias, existe un grado de contaminación por<br />
81
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
uno u otro metal, lo que muestra el alto grado de su deterioro. De acuerdo con<br />
los valores del ICAM, los esteros más contaminados por metales son, para el estiaje:<br />
El Pichi, El Caimán y El Gasolino; y para la época de lluvias: Paso de Burras y<br />
El Gasolino.<br />
• Los resultados de las pruebas de toxicidad <strong>en</strong> sedim<strong>en</strong>tos revelaron niveles extremadam<strong>en</strong>te<br />
tóxicos <strong>en</strong> diez de las estaciones muestreadas, <strong>en</strong>tre las que se <strong>en</strong>contraban áreas aledañas<br />
a empresas como SICARTSA y FERTIMEX y la mayoría de los esteros litorales.<br />
• Los análisis de bioconc<strong>en</strong>tración de metales y plaguicidas realizados <strong>en</strong> catorce especies de<br />
interés comercial y alim<strong>en</strong>ticio (pargo, lisa, mojarra-tilapia, ronco, cuatete, jurel, huachinango,<br />
sierra, pámpano, sábalo, ostión, mejillón, jaiba y camarón) detectaron la pres<strong>en</strong>cia de<br />
los diez metales seleccionados, <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes conc<strong>en</strong>traciones. El cromo se detectó por arriba<br />
de los límites normales (0.317 µg/g <strong>en</strong> pámpano y hasta 4.086 µg/g <strong>en</strong> cuatete,<br />
durante la primera campaña de muestreos; y hasta 16.340 µg/g <strong>en</strong> la lisa <strong>en</strong> la segunda<br />
campaña).<br />
En el caso de la Terminal de Almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de Carbón y el Depósito de C<strong>en</strong>izas,<br />
las autorizaciones se hicieron bajo el argum<strong>en</strong>to de que El Gasolino era un estero que<br />
ya había sufrido daños ambi<strong>en</strong>tales irreversibles por las obras de acondicionami<strong>en</strong>to<br />
y construcción de las instalaciones industriales <strong>en</strong> el recinto portuario (NKS), y fueron<br />
condicionadas a la aplicación de un Programa G<strong>en</strong>eral de Protección y Rescate para<br />
las especies florísticas y faunísticas de la zona del estero.<br />
La realidad es que la isla del Cayacal, como lo reconoce el propio INE, era una zona<br />
rica <strong>en</strong> comunidades vegetales y animales, particularm<strong>en</strong>te el predio destinado a la<br />
construcción del Depósito de C<strong>en</strong>iza, ya que <strong>en</strong> él se <strong>en</strong>contraba el estero El Gasolino,<br />
donde había zonas de refugio, de reproducción y de alim<strong>en</strong>tación de diversas<br />
especies. Sin embargo, la creci<strong>en</strong>te actividad industrial modificó a tal grado sus comunidades<br />
vegetales y animales que algunas de estas asociaciones han desaparecido<br />
localm<strong>en</strong>te, como la selva mediana subcaducifolia (Bursera simaruba, Enterolobium ciclocarpum),<br />
el cayacal (Orbignya guacuyule) y el manglar (Rhizophora mangle, Laguncularia<br />
racemosa, Avic<strong>en</strong>nia germinans y Conocarpus erectus).<br />
En efecto, el patrón de distribución de los manglares fue alterado hasta su casi total<br />
desaparición por las obras de infraestructura y usos industriales. Primero, por la<br />
82
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
carretera que une a las instalaciones de PEMEX y NKS con el contin<strong>en</strong>te; después por<br />
los rell<strong>en</strong>os que se hicieron para ganar terr<strong>en</strong>os al estero a fin de ubicar las instalaciones<br />
de NKS. Más tarde, por la apertura de s<strong>en</strong>deros y la extracción de madera. Y finalm<strong>en</strong>te<br />
por las obras de habilitación y construcción de la Terminal de Carbón y el Depósito<br />
de C<strong>en</strong>izas de la CFE. Hasta hace poco tiempo (1996) era posible observar<br />
relictos de selva baja caducifolia <strong>en</strong> áreas inmediatas al estero El Gasolino (áreas cercanas<br />
al límite sur de NKS), pero hoy estos manchones han desaparecido debido a los<br />
rell<strong>en</strong>os reci<strong>en</strong>tes. Actualm<strong>en</strong>te ya no es posible observar ni un solo ejemplar de manglar<br />
<strong>en</strong> torno del estero Boca de Burras. El área está ocupada por las vías del ferrocarril<br />
y por terracerías para el tránsito de maquinaria pesada. La destrucción, <strong>en</strong> este<br />
caso, ha sido completa (CAI, 1996).<br />
Algunos estudios dan cu<strong>en</strong>ta de la importancia ictiofaunística de ambos esteros.<br />
En El Gasolino, los trabajos de CAI reportaron <strong>en</strong> 1996 cinco especies: popoyote<br />
(Dormitator latifrons), valorado por los investigadores como un indicador biológico relevante;<br />
el cuatete (Galeichthys caerulesc<strong>en</strong>s), considerado de gran importancia económica;<br />
la mojarra (Oreochromis niloticus), importante comercialm<strong>en</strong>te y muy apreciada<br />
como alim<strong>en</strong>to por los pescadores artesanales del área; la sardinita (Lile stulifera), una<br />
especie <strong>en</strong>démica del Pacífico ori<strong>en</strong>tal, de gran valor ecológico, y los “guppys” (Poecilia<br />
sph<strong>en</strong>ops), que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia económica pero que pose<strong>en</strong> una notable relevancia<br />
ecológica como eslabón trófico de peces consumidores superiores. En el estero<br />
Boca de Burras se id<strong>en</strong>tificaron además la lisa (Mugil spp), de gran importancia económica,<br />
y el jurel (Caranx marginatus), de valor alim<strong>en</strong>ticio y económico local.<br />
Entre las especies reportadas de anfibios y reptiles destacan ocho especies <strong>en</strong> status<br />
de protección; la rana (Rana forreri), especie rara; la iguana verde (Iguana iguana),<br />
<strong>en</strong> peligro de extinción, abundante <strong>en</strong> la zona del manglar del estero El Gasolino;<br />
el garrobo (Ct<strong>en</strong>osaura pectinata), am<strong>en</strong>azada, una especie <strong>en</strong>démica mexicana de<br />
abundacia relativa <strong>en</strong> los esteros de El Gasolino y Boca de Burras; la tortuga golfina<br />
(Lepidochelys olivacea), <strong>en</strong> peligro de extinción, <strong>en</strong> la zona de playa adyac<strong>en</strong>te al estero<br />
El Gasolino, que se considera como área de anidación; el cuije de cola azul (Cnemidophorus<br />
lineattissimus lividus), especie rara que, sin embargo, es el reptil más abundante<br />
<strong>en</strong> la costa michoacana; el cuije de cola roja (Cnemidophorus comunis comunis) especie<br />
rara; el cocodrilo (Crocodylus acutus), rara, con una población importante <strong>en</strong> El Gasolino;<br />
83
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
y la boa (Boa constrictor imperator), am<strong>en</strong>azada por la excesiva explotación para aprovechar<br />
su piel.<br />
La avifauna reportada por CAI (1996) para la región es de 75 especies, de 175 especies<br />
por el IPN (1991), y de 253 especies por Villaseñor (1988). Es notable cómo el número<br />
de ejemplares detectados se reduce a medida que se avanza <strong>en</strong> la escala del<br />
tiempo. En el estero El Gasolino, CAI reportó siete especies bajo status de protección,<br />
según la NOM-059: la cigüeña (Mycteria americana), am<strong>en</strong>azada; la cerceta (Anas discors),<br />
sujeta a protección especial; el pato (Aythya affinis), considerada como de protección<br />
especial; el halcón (Accipiter striatus velox), am<strong>en</strong>azada; el gavilán selvático (Micrastur<br />
semitorquatus naso), rara; el tecolotito (Glaucidium brasilianum ridgwayi), am<strong>en</strong>azada,<br />
y el paseriforme migratorio (Seiurus noveborac<strong>en</strong>sis notabilis), rara.<br />
La lista de mamíferos reportados por CAI (1996) es de veintiún especies para El<br />
Gasolino y de ocho especies para Boca de Burras. Sólo una cae bajo el status de protección,<br />
según la NOM-059: el jaguarundi (Felis yagouaroundi tolteca).<br />
Otros trabajos, como los de PROFEPA-SISSA-(1994), docum<strong>en</strong>tan la importancia de la<br />
diversidad biótica de los esteros del delta y, <strong>en</strong> algunos casos, amplían las listas de las<br />
investigaciones arriba m<strong>en</strong>cionadas. Algunos estudios más, como los de la Facultad<br />
de Ci<strong>en</strong>cias de la UNAM (1981) y los de CIBNOR (1995), dan cu<strong>en</strong>ta de la riqueza ictiológica<br />
del delta. Fu<strong>en</strong>tes y Gaspar refier<strong>en</strong> 47 especies como compon<strong>en</strong>tes de la ictiofauna<br />
de la desembocadura: nueve pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a ambi<strong>en</strong>tes dulceacuícolas,<br />
cuatro al estuarino y 34 al marino. CIBNOR registra 36 especies durante sus muestreos<br />
de febrero de 1992 a <strong>en</strong>ero de 1993 y de febrero de 1993 a mayo de 1994, <strong>en</strong> el brazo<br />
izquierdo (San Francisco): catorce del compon<strong>en</strong>te estuarino: jaiba (Callinectes toxotes),<br />
langostino (Macrobrachium americanum, Macrobrachium t<strong>en</strong>ellum, Macrobrachium<br />
digesti, Macrobrachium sp., Palaemon sp.), robalo (C<strong>en</strong>tropomus medius, C<strong>en</strong>tropomus nigresc<strong>en</strong>s,<br />
C<strong>en</strong>tropomus robalito), lisa/lebrancha (Mugil curema, Mugil cephalus), (Dormitator<br />
maculatus), y la sardinita (Lile gracilis); diez del compon<strong>en</strong>te marino: (Ocypode sp.), mojarra<br />
(Diapterus brevirostris, Diapterus peruviana, Eucinostomus arg<strong>en</strong>teus, Eucinostomus<br />
californi<strong>en</strong>sis), (Cha<strong>en</strong>omugil proboscideus), pargo amarillo (Lujanus arg<strong>en</strong>tiv<strong>en</strong>tris), (Gobiomorus<br />
maculatus), l<strong>en</strong>guado (Syacium latifrons), cuatete (Ariopsis guatemalesis), (Eleotris<br />
picta), (Awaous transandeanus); doce del compon<strong>en</strong>te dulceacuícola: el caracol (Gastropodo<br />
C), el langostino (Macrobrachium diguetti), (Astynax fasciatus), (Poecilia sph<strong>en</strong>ops),<br />
84
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
(Poecilia mexicana), (Poeciliopsis balsas), (Poeciliopsis starksii), (Poeciliopsis sp.), tilapia<br />
(Oreochromis mossambicus, Oreochromis aurea), (Agonostomus monticola), (Atherina panam<strong>en</strong>sis)<br />
y (Atherinella guatemal<strong>en</strong>sis).<br />
Un problema ligado al manejo de las c<strong>en</strong>izas es que la combustión del carbón <strong>en</strong><br />
plantas termoeléctricas produce grandes cantidades de c<strong>en</strong>iza volante y c<strong>en</strong>izas de<br />
fondo. Ambas conti<strong>en</strong><strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos químicos tales como aluminio, silicio, fierro, calcio,<br />
potasio, sodio, arsénico, bario, boro, cromo, cobre, plomo, manganeso, mercurio,<br />
molibd<strong>en</strong>o, níquel, sel<strong>en</strong>io, estroncio y zinc, cuyas conc<strong>en</strong>traciones dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> del sitio<br />
de extracción del carbón, de la cantidad del mismo, del proceso de combustión, del<br />
diseño del g<strong>en</strong>erador eléctrico y del tipo y la efici<strong>en</strong>cia de los depósitos de control.<br />
El pot<strong>en</strong>cial de los efectos ambi<strong>en</strong>tales es necesariam<strong>en</strong>te alto si se consideran los<br />
volúm<strong>en</strong>es a manejar, la composición de las c<strong>en</strong>izas y la fragilidad de los ecosistemas,<br />
especialm<strong>en</strong>te con respecto a los mantos acuíferos, por el gran pot<strong>en</strong>cial de flujos de<br />
lixiviados hacia el exterior. Por el sitio seleccionado, la exposición a f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os meteorológicos<br />
es directa. Los vi<strong>en</strong>tos y las lluvias propiciarían el transporte de una cantidad<br />
considerable de polvos fugitivos y c<strong>en</strong>izas de fondo.<br />
En síntesis, la lógica del aprovechami<strong>en</strong>to de los recursos fluviales a partir de la<br />
construcción de gigantescas obras hidroeléctricas <strong>en</strong> las cu<strong>en</strong>cas altas, hidroagrícolas<br />
<strong>en</strong> valles y planicies, y complejos portuario-industriales <strong>en</strong> el delta, alteró notablem<strong>en</strong>te<br />
las funciones ecológicas del río Balsas y, al final, la productividad biológica del delta;<br />
privó <strong>en</strong> un alto grado al sistema fluvial de su función de transportar materiales disueltos,<br />
minerales y nutri<strong>en</strong>tes hacia las zonas más productivas de la planicie de inundación<br />
y del litoral; convirtió al delta <strong>en</strong> un sistema simplificado de canales, quitándole<br />
meandros y riberas, reduci<strong>en</strong>do la diversidad de ambi<strong>en</strong>tes que era capaz de sost<strong>en</strong>er<br />
y eliminando o alterando la mayoría de sus más ricos hábitat, especialm<strong>en</strong>te esteros<br />
y pantanos, es decir las zonas de alim<strong>en</strong>tación, cría, refugio y tránsito de la fauna<br />
acuática propias del delta.<br />
LAS CONTRADICCIONES SOCIALES<br />
A estas contradicciones <strong>en</strong>tre difer<strong>en</strong>tes lógicas productivas, económicas y ecológicas<br />
se sumaron las que se produjeron <strong>en</strong> el ámbito social. Los complejos portuario-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
industriales del tipo que se ha implantado <strong>en</strong> el delta del río Balsas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> características<br />
tecnológicas y productivas que dificultan y aun hac<strong>en</strong> imposible su integración<br />
a los contextos sociales y culturales regionales. El modelo productivo de estas unidades<br />
complejas está determinado por el hecho de que integran a industrias de capital y no<br />
de mano de obra. Requier<strong>en</strong> por ello de grandes inversiones de capital y de transfer<strong>en</strong>cias<br />
de tecnologías sumam<strong>en</strong>te sofisticadas; y no sólo ocupan poca mano de obra,<br />
sino que ésta debe ser altam<strong>en</strong>te especializada. Sus capacidades para producir eslabonami<strong>en</strong>tos<br />
e integraciones <strong>en</strong> las cad<strong>en</strong>as productivas se v<strong>en</strong> restringidas por la inexist<strong>en</strong>cia<br />
de estructuras intermedias que son difíciles de g<strong>en</strong>erar <strong>en</strong> un marco económico<br />
y social caracterizado por <strong>actividades</strong> primarias de baja productividad. Por<br />
esta razón, su mayor contribución al empleo regional se reduce a la fase de construcción<br />
y habilitación del espacio productivo y se limita drásticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la de operación.<br />
La construcción de la presa El Infiernillo requirió de una gigantesca infraestructura<br />
tecnológica y de acondicionami<strong>en</strong>to que ocupó <strong>en</strong> su fase más int<strong>en</strong>siva a cerca<br />
de 15 000 obreros. Sus estilos tecnológicos implicaron la importación de mano de obra<br />
especializada y de ocupación de la mano de obra local sólo para las tareas de pico y pala.<br />
Los acondicionami<strong>en</strong>tos del terr<strong>en</strong>o se redujeron a la instalación de campam<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong><br />
los que se desarrollaron las infraestructuras estrictam<strong>en</strong>te indisp<strong>en</strong>sables para satisfacer<br />
las necesidades de la mano obra directam<strong>en</strong>te ligada a la construcción. A la operación<br />
de la obra, esta <strong>en</strong>orme población se redujo a sólo quini<strong>en</strong>tos técnicos y obreros<br />
especializados. Así, esta infraestructura no creó ni impulsó forma alguna de desarrollo<br />
para la región, y sus habitantes siguieron vivi<strong>en</strong>do con sus car<strong>en</strong>cias ancestrales.<br />
Con la construcción de la presa La Villita, no obstante su concepción como obra<br />
de usos múltiples, el modelo volvió a repetirse. En el mediano plazo, la construcción<br />
y operación de la presa ocasionó profundas alteraciones <strong>en</strong> la vida cotidiana de la comunidad<br />
regional: increm<strong>en</strong>to acelerado de la población por el arribo masivo de migrantes,<br />
grandes derramas de ingresos por salarios, abandono de las <strong>actividades</strong> agropecuarias<br />
tradicionales, proliferación de comercios y servicios, y agudos procesos<br />
inflacionarios por la insufici<strong>en</strong>cia de la oferta de bi<strong>en</strong>es de consumo y de servicios.<br />
Por principio de cu<strong>en</strong>tas, se construyeron campam<strong>en</strong>tos para alojar a la mano de<br />
obra requerida; uno <strong>en</strong> Guacamayas, destinado a alojar a los obreros; otro <strong>en</strong> las inmediaciones<br />
de la población de La Orilla para instalar las oficinas, a los ing<strong>en</strong>ieros y a<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
los empleados administrativos, y otro para el personal especializado de la empresa<br />
constructora (ICA). Mejor construidas que las de El Infiernillo, estas instalaciones tampoco<br />
se vincularon con las necesidades de las poblaciones locales, pues fueron diseñadas<br />
para satisfacer estrictam<strong>en</strong>te los requerimi<strong>en</strong>tos de la mano de obra directam<strong>en</strong>te<br />
ligada a las exig<strong>en</strong>cias productivas y casi siempre se mantuvieron aisladas del resto<br />
de la población local. La segregación social que estas obras produc<strong>en</strong> se manifestó<br />
claram<strong>en</strong>te. La mayoría de la población local no podía t<strong>en</strong>er acceso a ellas por su falta<br />
de empleos y de ingresos fijos. Las derramas del circulante monetario durante la<br />
construcción no se utilizaron para capitalizar la región ni consolidaron las <strong>actividades</strong><br />
productivas debido a su carácter transitorio. Lo que es peor: diversas obras, como<br />
las de riego, concebidas para habilitar 18 000 ha de tierras ejidales de los municipios<br />
de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y La Unión, sólo fueron utilizadas parcialm<strong>en</strong>te (no más de<br />
6 000 ha) y se destinaron predominantem<strong>en</strong>te al cultivo de frutales.<br />
Para t<strong>en</strong>er una idea de la magnitud de estos desequilibrios <strong>en</strong> el delta, hay que<br />
considerar que su porción subaérea está integrada por ext<strong>en</strong>sas llanuras de inundación,<br />
canales y niveles naturales del río; por abundantes meandros abandonados, abanicos<br />
aluviales, islas, lagunas, esteros (<strong>en</strong>tre los que sobresal<strong>en</strong> Barra del Trigre, El Pichi,<br />
Mata de Carrizo, Santa Ana, Burras, El Gasolino, Boca Vieja y Petacalco); amplias zonas<br />
de manglares, varios ríos y una multitud de arroyos de pequeñas dim<strong>en</strong>siones.<br />
Estas condiciones convertían al delta <strong>en</strong> una área fértil y altam<strong>en</strong>te productiva. Las<br />
mejores tierras de aluvión, esteros y pantanos, ubicadas <strong>en</strong> las islas c<strong>en</strong>trales y <strong>en</strong> una<br />
amplia ext<strong>en</strong>sión de la planicie costera de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, producían una notable<br />
riqueza agrícola y pesquera que satisfacía con sufici<strong>en</strong>cia las necesidades de los escasos<br />
habitantes de la región; no es extraño, por ello, <strong>en</strong>contrar testimonios como los de<br />
aquellos viajeros que la visitaron <strong>en</strong> el siglo XIX, como Roberto B. Gorsuch, que relata<br />
con asombro:<br />
Santiago Zacatula está situado a los 17° 58’ 48” lat. N y (según el Barón de Humboldt) a 3° 30’ 10”<br />
long. O del meridiano de México. Se cree que por su clima y por haber sido un presidio <strong>en</strong> la guerra<br />
de indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, es un país melancólico e inhabitable; mas nada de esto ti<strong>en</strong>e: las islas que<br />
forman los dos brazos del río [Balsas] es una continuada huerta de muchos cocales, de cayaco o<br />
coco de aceite y todas las frutas tropicales que produce de una manera gigantesca. Tanto <strong>en</strong> la isla<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
como <strong>en</strong> las orillas se da <strong>en</strong> abundancia el maíz y el frijol, lográndose dos cosechas al año. Se da<br />
también tabaco, algodón, toda clase de legumbres y maderas para construcción, sin faltar las más<br />
exquisitas para ornato. El río y la mar produc<strong>en</strong> los pescados más saludables y delicados, y los ganados<br />
pastan <strong>en</strong> una primavera perpetua, siempre están gordos, y sus carnes son tan gustosas por las<br />
sales naturales que hay <strong>en</strong> el terr<strong>en</strong>o, que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> igual ni aun <strong>en</strong> las celebradas de Tierrad<strong>en</strong>tro<br />
(Comisión Exploradora del Atoyac, 1850).<br />
A partir de la experi<strong>en</strong>cia de la construcción de la presa La Villita, Roger Bartra<br />
(1967) hace la sigui<strong>en</strong>te reflexión sobre la forma <strong>en</strong> que opera el capital introducido<br />
<strong>en</strong> la región por este tipo de obras:<br />
La inversión oficial, que se canaliza a través de la Comisión del Río Balsas, es utilizada por las compañías<br />
constructoras <strong>en</strong> la compra de materias primas y maquinaria y <strong>en</strong> el pago de la fuerza de trabajo.<br />
Las compañías constructoras, <strong>en</strong> este proceso, se quedan ya parte de la inversión como b<strong>en</strong>eficio<br />
(plusvalía). El dinero invertido <strong>en</strong> materias primas y maquinaria va a dar a industrias que no<br />
están <strong>en</strong> la zona, y a veces ni siquiera <strong>en</strong> el país.<br />
Los salarios que recib<strong>en</strong> los trabajadores son gastados íntegram<strong>en</strong>te, pues no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> capacidad de<br />
ahorro. Este dinero va a dar a los comercios, tanto a los reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te establecidos (que son mayoría)<br />
como a los que ya existían <strong>en</strong> la zona. Éstos se quedan con una parte y el resto va a dar a las industrias<br />
productoras de artículos de consumo. A su vez, una parte bastante grande del b<strong>en</strong>eficio<br />
de los pequeños comerciantes se gasta <strong>en</strong> la compra de los artículos de consumo que necesitan.<br />
Tal parece que el dinero invertido <strong>en</strong> la zona no llega a acumularse ahí, más que <strong>en</strong> pequeñas cantidades<br />
por algunos grandes comerciantes. No llega a crearse un capital regional fuerte.<br />
La sigui<strong>en</strong>te fase, iniciada con la construcción y operación del complejo siderúrgico<br />
de Las Truchas, correspondió <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te a esta lógica productiva. La actitud autoritaria<br />
de los promotores del proyecto, los nuevos “dueños” del destino del delta,<br />
como los llama Hiernaux (1991) con respecto a la población local, fue otra fu<strong>en</strong>te de<br />
agudos conflictos sociales. Los promotores se <strong>en</strong>contraron con “una actitud aguerrida<br />
sin preced<strong>en</strong>tes” por parte de los ejidatarios cuyos terr<strong>en</strong>os se expropiaron para la<br />
construcción del puerto. Estas dificultades se zanjaron, varios años después de emitidos<br />
los decretos expropiatorios, con la mediación del gobierno del estado de Mi-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
choacán, situación que más tarde se reproduciría <strong>en</strong> cada conflicto <strong>en</strong>tre los impulsores<br />
del complejo portuario y los pobladores locales, especialm<strong>en</strong>te agricultores y<br />
pescadores.<br />
Se asistió, <strong>en</strong>tonces, a la transformación de la estructura productiva del espacio rural<br />
no sólo por la ocupación industrial y urbana del delta, sino por la diversificación<br />
de la producción agrícola <strong>en</strong> favor de cultivos de frutales. Sólo una década después<br />
del arranque de las obras de construcción de Las Truchas, a principios de los años<br />
och<strong>en</strong>ta, las tres cuartas partes de la superficie agrícola del delta se destinaban a cultivos<br />
perman<strong>en</strong>tes y un 20% a cultivos alim<strong>en</strong>ticios. Se consolidó la producción de coco,<br />
un cultivo ya tradicional <strong>en</strong> la región, y se agregaron nuevas áreas dedicadas a la plantación<br />
de mango, papaya, plátano y cítricos. Con ello apareció una nueva clase de productores<br />
capitalistas que, de algún modo, supieron aprovechar los b<strong>en</strong>eficios de la<br />
infraestructura de riego. Productos como el mango fueron objetos de exportación a<br />
otras regiones del país e incluso al extranjero <strong>en</strong> un proceso de especialización que<br />
operó claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> favor de la producción de frutales altam<strong>en</strong>te r<strong>en</strong>tables y <strong>en</strong> contra<br />
de las posibilidades de un desarrollo regional sost<strong>en</strong>ible, que t<strong>en</strong>dría que haberse<br />
basado <strong>en</strong> las capacidades locales de g<strong>en</strong>eración de alim<strong>en</strong>tos.<br />
Las pesquerías artesanales <strong>en</strong> el delta: ¿una desaparición ineluctable?<br />
Fr<strong>en</strong>te a los objetivos asignados al polo industrial: abastecer de <strong>en</strong>ergía y de materias<br />
primas a los mercados nacional e internacional, producir insumos intermedios para la<br />
industria nacional, g<strong>en</strong>erar divisas y funcionar como punto estratégico de vinculación<br />
con el sistema económico mundial, las consideraciones de ord<strong>en</strong> local y regional quedaron<br />
rezagados. El complejo siderúrgico fue concebido para producir diez millones<br />
de toneladas anuales <strong>en</strong> cuatro etapas progresivas, lo que lo haría el más grande de<br />
Latinoamérica y uno de los mayores del mundo. El complejo portuario-industrial fue<br />
justificado con los argum<strong>en</strong>tos de que resolvía el cuello de botella que implicaba la<br />
falta de un sistema portuario moderno y adaptado a las necesidades geoeconómicas<br />
y políticas de ord<strong>en</strong> mundial; bajaba los costos del transporte de materias primas y<br />
productos elaborados, a partir de una infraestructura que facilitaba la movilización de<br />
barcos de gran calado; minimizaba los costos de producción de las industrias instala-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
das <strong>en</strong> la zona portuaria, y competía favorablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los mercados internacionales<br />
por las v<strong>en</strong>tajas comparativas de los bajos costos de producción.<br />
Ante la magnitud de estas prioridades, las metas de la conservación y el uso sost<strong>en</strong>ible<br />
de los sistemas fluviales, y sobre todo de los deltaicos, simplem<strong>en</strong>te no han<br />
figurado o no se han convertido <strong>en</strong> argum<strong>en</strong>tos de peso <strong>en</strong> la toma de decisiones sobre<br />
el porv<strong>en</strong>ir del sistema ecológico, económico y social del delta del río Balsas. Esta<br />
falta es aún más notoria por la aus<strong>en</strong>cia de una política ambi<strong>en</strong>tal sobre el uso y manejo<br />
de zonas <strong>costeras</strong>, y especialm<strong>en</strong>te sobre el uso y manejo múltiple de estuarios, del<br />
cual prácticam<strong>en</strong>te se ha excluido el de la pesca ori<strong>en</strong>tada a la producción de alim<strong>en</strong>tos<br />
locales. Actividad de un reducido número de pescadores, aportadora de una<br />
fracción minúscula al producto bruto nacional, la pesca artesanal ribereña ha sido cond<strong>en</strong>ada<br />
a una desaparición ineluctable ante la lógica del modelo industrial impulsado<br />
por los promotores del megaproyecto portuario-industrial de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as.<br />
Practicadas por unos ci<strong>en</strong>tos de pescadores dispersos <strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes subsistemas<br />
del delta, caracterizadas por un bajo nivel tecnológico y limitadas a satisfacer exclusivam<strong>en</strong>te<br />
las necesidades de consumo del mercado local y regional, las pesquerías<br />
ribereñas de la región han sido altam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>sibles a las transformaciones vividas <strong>en</strong><br />
los últimos años.<br />
Los recursos pesqueros ribereños han sido materia de una profunda controversia<br />
<strong>en</strong>tre los responsables de la construcción y operación del polo industrial y la población<br />
de pescadores que dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te de la actividad pesquera, controversia<br />
que ha rebasado los ámbitos locales para adquirir dim<strong>en</strong>siones nacionales, y aun internacionales,<br />
especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la última década. Desde principios de los años nov<strong>en</strong>ta<br />
las reclamaciones por la alteración de hábitat y por la contaminación industrial y<br />
doméstica de los sitios de pesca, las tomas y los bloqueos de instalaciones, las indemnizaciones<br />
pagadas por los repres<strong>en</strong>tantes de las industrias establecidas <strong>en</strong> el polo, y<br />
aun los asesinatos políticos, se han sucedido con una frecu<strong>en</strong>cia alarmante.<br />
ALGUNAS REFLEXIONES FINALES<br />
El complejo portuario-industrial construido <strong>en</strong> el delta del río Balsas se ha desarrollado<br />
<strong>en</strong> sus difer<strong>en</strong>tes fases como un proceso de industrialización, urbanización, tecnologi-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
zación y burocratización, según las reglas y los principios de la racionalidad económica<br />
que han presidido los procesos de modernización de la sociedad mexicana <strong>en</strong> los<br />
últimos tres dec<strong>en</strong>ios, es decir bajo las normas y los principios de manejo y control<br />
de los ecosistemas y sus recursos naturales, concebidos como factores productivos<br />
puestos al servicio de una mayor racionalidad de la economía.<br />
La estructura productiva de este modelo de crecimi<strong>en</strong>to industrial nada ha t<strong>en</strong>ido<br />
que ver con la realidad social y económica de la región. La mano de obra especializada<br />
para el funcionami<strong>en</strong>to de las plantas ha debido importarse de otras regiones dado<br />
el bajísimo nivel de escolaridad y de capacitación de la población del lugar. Antes del<br />
polo industrial, la base económica regional se sust<strong>en</strong>taba <strong>en</strong> una agricultura de subsist<strong>en</strong>cia<br />
y <strong>en</strong> una pesca artesanal de ribera. La industrialización acelerada exigió la importación<br />
masiva de mano de obra extrarregional. El flujo de migrantes, des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ado<br />
con la construcción de las presas y acelerado con la ejecución de las primeras etapas<br />
del complejo siderúrgico y del puerto industrial, terminó por g<strong>en</strong>erar <strong>en</strong> la región una<br />
sociedad profundam<strong>en</strong>te desigual.<br />
El problema es que la instauración de este ord<strong>en</strong> racionalizador ha quedado, <strong>en</strong> la<br />
medida <strong>en</strong> que se han ejecutado sus difer<strong>en</strong>tes fases, más expuesto a riesgos ecológicos,<br />
sociales y políticos cuyos efectos am<strong>en</strong>azan su propia viabilidad para resolver los<br />
complejos problemas que se pres<strong>en</strong>tan a la modernización de la sociedad mexicana.<br />
Esta modernización, con base <strong>en</strong> grandes obras de infraestructura y <strong>en</strong> polos industriales<br />
ori<strong>en</strong>tados a la exportación, ha terminado por volverse reflexiva, <strong>en</strong> tanto que sufre<br />
las consecu<strong>en</strong>cias de su propia acción y <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta cada vez mayores dificultades de naturaleza<br />
ecológica y social que pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> grave riego su propia viabilidad y, al final, la<br />
de la sociedad que pret<strong>en</strong>de transformar y mejorar. Aum<strong>en</strong>tando los riesgos con el<br />
propósito de cumplir sus metas económicas, esta estrategia de modernización mina<br />
sus propios fundam<strong>en</strong>tos y se vuelve ecológica y socialm<strong>en</strong>te insost<strong>en</strong>ible.<br />
Esta situación se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la base de los problemas que actualm<strong>en</strong>te confronta<br />
el delta del río Balsas y explica por qué las instituciones y los responsables de tomar<br />
decisiones sobre la industrialización del área, produc<strong>en</strong> y legitiman una serie de riesgos<br />
ecológicos que, cada vez <strong>en</strong> mayor medida, no pued<strong>en</strong> percibir <strong>en</strong> todas sus complejas<br />
dim<strong>en</strong>siones, y por lo tanto no pued<strong>en</strong> controlar. Los riesgos ecológicos <strong>en</strong> los<br />
que se involucra el sistema económico ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el carácter de una acumulación de efec-<br />
91
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
tos imprevisibles, de transgresión de umbrales y de irreversibilidad cuya mezcla se<br />
vuelve explosiva para la toma de decisiones. Se produce así una situación que los analistas<br />
sociales (Beck, 1998) caracterizan como de irresponsabilidad organizada, a partir<br />
de la cual las instituciones de las sociedades modernas reconoc<strong>en</strong> las realidades<br />
de las catástrofes ecológicas y sociales que produc<strong>en</strong>, y al mismo tiempo niegan su<br />
exist<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong>cubri<strong>en</strong>do los oríg<strong>en</strong>es y evitando su control y la comp<strong>en</strong>sación a las sociedades<br />
afectadas. Sus propias consecu<strong>en</strong>cias ambi<strong>en</strong>tales y la casi imposibilidad de<br />
determinar con precisión causas, dim<strong>en</strong>siones y actores implicados, socavan los fundam<strong>en</strong>tos<br />
mismos de los procesos de modernización que se pret<strong>en</strong>de impulsar a partir<br />
de decisiones que buscan increm<strong>en</strong>tar la efici<strong>en</strong>cia productiva de la economía. En<br />
estas circunstancias, se da un proceso de dilución de responsabilidades: los más altos<br />
riesgos los produc<strong>en</strong> las industrias, los capitaliza la economía, los legitima el sistema<br />
normativo y la política los vuelve inof<strong>en</strong>sivos, desactivando su alto pot<strong>en</strong>cial explosivo<br />
de inconformidad social. Así, los riesgos ecológicos terminan por diluirse y por no<br />
ser responsabilidad de nadie… o de todos.<br />
¿Cómo <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar estas paradojas que hoy se dan <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de todas las sociedades<br />
modernas, o <strong>en</strong> proceso de modernización como la nuestra? ¿Cómo crear y establecer<br />
los fundam<strong>en</strong>tos de una modernización de nuestra sociedad, que sea sobre todo<br />
responsable, y por lo mismo, auténticam<strong>en</strong>te sost<strong>en</strong>ible?<br />
La primera gran dificultad que se pres<strong>en</strong>ta es la aus<strong>en</strong>cia de visiones integradas<br />
de nuestra realidad ecológica y social, no como mosaicos de conocimi<strong>en</strong>tos altam<strong>en</strong>te<br />
especializados y agrupados <strong>en</strong> compartimi<strong>en</strong>tos cerrados, sino como elaboraciones<br />
que sean el producto de una ci<strong>en</strong>cia con un grado elevado de conci<strong>en</strong>cia ecológica y<br />
social capaz de superar los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de la superespecialización, y de compr<strong>en</strong>der<br />
que el conocimi<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico producto de los avances de la ci<strong>en</strong>cia y la tecnología<br />
no es superior <strong>en</strong> relación con otras ramas del conocimi<strong>en</strong>to ni con respecto a los demás<br />
sectores de la población. Una ci<strong>en</strong>cia y una tecnología no ori<strong>en</strong>tadas a controlar<br />
y dominar la realidad, sino capaces de llevar a cabo ejercicios del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que<br />
permitan tratar, dialogar y negociar con lo real. Una ci<strong>en</strong>cia que se proponga como<br />
objetivo c<strong>en</strong>tral relacionarse con problemas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con la justicia, la<br />
equidad, la irreversibilidad, la incertidumbre y la sust<strong>en</strong>tabilidad. La aus<strong>en</strong>cia de una<br />
visión de esta clase ha hecho prácticam<strong>en</strong>te imposible establecer un sistema de corres-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
ponsabilidades y solidaridades <strong>en</strong>tre usuarios de las cu<strong>en</strong>cas alta, media y baja del río<br />
Balsas, con el propósito consci<strong>en</strong>te y deliberado de aprovechar sus múltiples recursos<br />
sin degradar sus funciones ecológicas críticas. Hoy, sin embargo, es difícil articular<br />
conocimi<strong>en</strong>tos que han sido g<strong>en</strong>erados con propósitos parciales y que, a m<strong>en</strong>udo,<br />
ni siquiera se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran disponibles y organizados <strong>en</strong> forma sistemática.<br />
El segundo escollo nos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta a problemas de carácter social y político con respecto<br />
a la naturaleza de los problemas ecológicos del delta del río Balsas. La información<br />
sobre su situación ecológica y social ti<strong>en</strong>e todavía un amplio marg<strong>en</strong> de maniobra.<br />
Pued<strong>en</strong> movilizarse casi a placer contraargum<strong>en</strong>tos para refutar un daño ambi<strong>en</strong>tal.<br />
Los datos pued<strong>en</strong> esconderse, negarse o distorsionarse. Puede aprovecharse <strong>en</strong> favor<br />
de los intereses <strong>en</strong> juego la distancia ll<strong>en</strong>a de agujeros negros que separa a los conocimi<strong>en</strong>tos<br />
sobre un proceso técnico de sus efectos ambi<strong>en</strong>tales. Pued<strong>en</strong> ajustarse<br />
los sistemas normativos y elevarse los niveles máximos aceptables a fin de autorizar<br />
una acción que implique un alto riesgo ambi<strong>en</strong>tal. Pued<strong>en</strong> aprobarse acciones con<br />
evid<strong>en</strong>tes efectos ambi<strong>en</strong>tales negativos a cambio de comp<strong>en</strong>saciones que jamás se<br />
cumpl<strong>en</strong>. Puede incluso pres<strong>en</strong>tarse el error humano para esconder las fallas sistemáticas<br />
<strong>en</strong> el manejo o el control de una operación contaminante. Y, desde luego,<br />
pued<strong>en</strong> establecerse mecanismos de comp<strong>en</strong>sación económica y de control político<br />
a fin de desactivar el alto pot<strong>en</strong>cial de protesta de algunos sectores de la población.<br />
Pero, ¿puede seguirse así? Sí, si se decide continuar con la política de deterioro de<br />
nuestras bases de recursos naturales <strong>en</strong> favor de metas económicas insost<strong>en</strong>ibles. No,<br />
si lo que queremos es construir una sociedad sobre bases duraderas.<br />
Hoy los que toman las decisiones parec<strong>en</strong> haber decidido la política a seguir <strong>en</strong><br />
torno de esta cuestión crucial. Han formulado y parec<strong>en</strong> decididos a aplicar una estrategia<br />
ambi<strong>en</strong>tal basada <strong>en</strong> la consideración de que dadas las severas afectaciones<br />
sufridas <strong>en</strong> la zona industrial y portuaria del delta, una política restrictiva de protección<br />
no es aplicable, <strong>en</strong> virtud de que ya no exist<strong>en</strong> valores ecológicos y paisajísticos<br />
que lo justifiqu<strong>en</strong>. 1 Esta visión debe cambiar si queremos salvaguardar lo que nos<br />
queda todavía de este invaluable patrimonio ecológico.<br />
1 Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, Programa de desarrollo integral de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as. Informe principal,<br />
p. 78, Estrategia Ambi<strong>en</strong>tal.<br />
93
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
Por estas razones la situación del río Balsas nos confronta, querámoslo o no, con<br />
situaciones límite <strong>en</strong> términos de nuestro destino como sociedad. Nos obliga a interrogarnos<br />
y a respondernos sobre la legitimidad de las razones que nos han llevado a<br />
situaciones irreversibles, como son la anulación de las funciones ecológicas críticas<br />
de nuestros más importantes sistemas fluviales, de cuyos bi<strong>en</strong>es y servicios ambi<strong>en</strong>tales<br />
no podremos prescindir <strong>en</strong> nuestros planes futuros si realm<strong>en</strong>te queremos afrontar<br />
exitosam<strong>en</strong>te los difíciles retos que nos plantea la sost<strong>en</strong>ibilidad de nuestra sociedad.<br />
El caso del río Balsas es ejemplar porque no se trata de un río cualquiera. Es la cu<strong>en</strong>ca<br />
hidrológica más importante de la verti<strong>en</strong>te del Pacífico mexicano. Debemos <strong>en</strong>tonces<br />
responder con claridad a la cuestión de si podremos sobrevivir y construir una sociedad<br />
sust<strong>en</strong>table destruy<strong>en</strong>do, como ya lo hemos hecho, una parte vital de nuestro<br />
patrimonio ecológico.<br />
La otra gran cuestión que nos plantea el caso del río Balsas es el hecho incontrovertible<br />
de que, hasta hoy, los b<strong>en</strong>eficios, los costos y los riesgos ecológicos de nuestros<br />
megaproyectos modernizadores se han transferido de un modo desigual <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes<br />
sectores de nuestra sociedad. De un modo sistemático, los costos y los altos<br />
riesgos se han cargado sobre las sociedades locales y regionales. Ahí la degradación<br />
de los recursos, las desigualdades sociales y la calidad de la vida alcanzan niveles insost<strong>en</strong>ibles.<br />
Y, de nuevo, el caso del delta del río Balsas es un ejemplo típico de estas<br />
“inversiones para la desigualdad”, como justam<strong>en</strong>te las han llamado algunos estudiosos<br />
de nuestra realidad social. Esto no debe ni puede continuar así.<br />
La economía del delta, <strong>en</strong> efecto, pres<strong>en</strong>ta actualm<strong>en</strong>te una considerable cantidad<br />
de desequilibrios ecológicos y económicos. En ella coexist<strong>en</strong> los complejos portuarioindustriales<br />
y <strong>actividades</strong> agropecuarias preindustriales; industrias estratégicas junto<br />
a <strong>actividades</strong> de autoconsumo; los megaproyectos portuario-industriales más sofisticados<br />
y áreas rurales (agrícolas y pesqueras) altam<strong>en</strong>te deterioradas; el más elevado nivel<br />
tecnológico industrial junto a <strong>actividades</strong> tradicionales; los más altos niveles de ingreso<br />
junto al desempleo y el subempleo.<br />
Este mosaico de contradicciones expresa el costo ecológico y social de un modelo<br />
de crecimi<strong>en</strong>to económico insost<strong>en</strong>ible.<br />
La forma <strong>en</strong> la que se construyó el complejo portuario-industrial produjo serios<br />
desequilibrios estructurales <strong>en</strong> la economía y la sociedad regionales:<br />
94
ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
1. Las inversiones masivas se localizaron <strong>en</strong> la parte c<strong>en</strong>tral del delta, <strong>en</strong> tanto que<br />
su <strong>en</strong>torno rural, hacia el occid<strong>en</strong>te y el ori<strong>en</strong>te, quedó ampliam<strong>en</strong>te rezagado.<br />
2. La estructura productiva del complejo portuario-industrial se conc<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> las industrias<br />
metálicas básicas, y especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> dos grandes empresas: SICARTSA<br />
(40%) e ISPAT (55%). Se trata de un crecimi<strong>en</strong>to industrial que g<strong>en</strong>era un escaso<br />
valor agregado local y una nula integración con otras <strong>actividades</strong> productivas de<br />
niveles intermedios.<br />
3. El crecimi<strong>en</strong>to industrial fue limitado a una serie de <strong>actividades</strong> int<strong>en</strong>sivas <strong>en</strong> capital<br />
y ahorradoras de mano de obra, lo que propició un distanciami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre las<br />
<strong>actividades</strong> de punta y su <strong>en</strong>torno macroeconómico, y a la postre el crecimi<strong>en</strong>to<br />
hipertrofiado de <strong>actividades</strong> secundarias, comerciales y de servicios, <strong>en</strong> franco detrim<strong>en</strong>to<br />
de las <strong>actividades</strong> primarias, agrícolas y pesqueras de la región, <strong>en</strong> la que<br />
se sost<strong>en</strong>ían el grueso de la población local, cond<strong>en</strong>ándolas a la antieconomía por<br />
su baja productividad fr<strong>en</strong>te a las <strong>actividades</strong> industriales y, por lo tanto, a su inexorable<br />
extinción.<br />
4. La ocupación del espacio biológicam<strong>en</strong>te más productivo y ecológicam<strong>en</strong>te más<br />
crítico por las plantas industriales y por las obras de infraestructura propició la pérdida<br />
del suelo agrícola y de los ecosistemas biológicam<strong>en</strong>te más productivos del<br />
delta (humedales y esteros) <strong>en</strong> favor de los usos industriales y urbanos. Complejos<br />
industriales y ciudades se ubicaron sobre terr<strong>en</strong>os ejidales, sustrayéndolos a la producción<br />
agrícola, o sobre áreas ecológicas críticas del delta. Esto propició la desaparición<br />
de zonas clasificadas como de relevancia ecológica para la fauna silvestre<br />
por su adecuada calidad como hábitat (por su alta diversidad de especies, por ser<br />
lugar de alim<strong>en</strong>tación, refugio y anidación), tales como humedales, esteros, islas<br />
y el propio estuario del río Balsas.<br />
5. Las pérdidas de importancia de las <strong>actividades</strong> primarias, a medida que avanzaban<br />
los procesos de operación del complejo portuario-industrial, se tradujo <strong>en</strong> una<br />
reducción sistemática de la oferta regional de alim<strong>en</strong>tos. La superficie dedicada a<br />
la producción agrícola disminuyó <strong>en</strong> los años posteriores a la creación del complejo,<br />
lo que tuvo que resolverse por medio de importaciones extrarregionales, que<br />
culminaron <strong>en</strong> int<strong>en</strong>sos procesos inflacionarios, acelerados por las agudas desigualdades<br />
<strong>en</strong> la distribución de los b<strong>en</strong>eficios del crecimi<strong>en</strong>to regional.<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
6. La relación contradictoria que se estableció <strong>en</strong>tre los reducidos niveles de ocupación<br />
perman<strong>en</strong>te propiciados por el polo industrial y los altos precios de los bi<strong>en</strong>es<br />
y servicios básicos (alim<strong>en</strong>tación, vivi<strong>en</strong>da, educación, salud, etc.) ac<strong>en</strong>tuaron las<br />
desigualdades sociales que hoy caracterizan a la región.<br />
7. La difer<strong>en</strong>ciación y las desigualdades sociales fueron los resultados de la lógica<br />
productiva de las inversiones que se aplicaron <strong>en</strong> la región.<br />
De aquí la urg<strong>en</strong>cia de establecer las bases de una nueva actitud fr<strong>en</strong>te al sistema<br />
ecológico global del río Balsas: su cu<strong>en</strong>ca de dr<strong>en</strong>aje, su delta, su zona costera y<br />
marina adyac<strong>en</strong>tes. Reconociéndolo como sujeto y no solam<strong>en</strong>te como objeto para<br />
alcanzar las metas del crecimi<strong>en</strong>to económico. Creando un mecanismo que nos brinde<br />
la posibilidad de comunicarnos con el sistema ecológico <strong>en</strong> lugar de limitarnos a explotar<br />
sus recursos, imposibilitando la comunicación que nos haga conocer sus pulsos y<br />
colaborar con los grandes procesos geoquímicos y biológicos que controlan su productividad<br />
global. Si queremos recuperar el río Balsas como parte insustituible de nuestro<br />
acervo de recursos naturales, debemos <strong>en</strong>tonces establecer un nuevo cuerpo de<br />
criterios de prueba, corrección y verdad con respecto a los riesgos de nuestro desarrollo<br />
industrial. Es cierto que no existe <strong>en</strong> la actualidad ninguna conducta libre de riesgos.<br />
En las sociedades contemporáneas los riesgos son inevitables cuando se toman<br />
decisiones. No decidir implica ya un riesgo de quedar al marg<strong>en</strong> de un mundo caracterizado<br />
por la velocidad con la que ocurr<strong>en</strong> los cambios. Y la propia investigación<br />
ci<strong>en</strong>tífica corre riesgos y produce peligros.<br />
Hoy vivimos <strong>en</strong> un mundo donde el desarrollo sust<strong>en</strong>table es ampliam<strong>en</strong>te proclamado<br />
como objetivo de política pública. Casi no hay institución, c<strong>en</strong>tro de investigación<br />
u organismo responsable del diseño de planes o programas de manejo de nuestros<br />
recursos naturales que no proclame a la sust<strong>en</strong>tabilidad como el objetivo primordial<br />
de sus acciones. Sin embargo, se pret<strong>en</strong>de aceptar formalm<strong>en</strong>te este nuevo paradigma<br />
como principio de política pública, ignorando los dos requisitos básicos que hac<strong>en</strong><br />
a una sociedad sust<strong>en</strong>table: la alta calidad de sus ecosistemas y la alta calidad de<br />
vida de su población. Ambos procesos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que darse sincrónicam<strong>en</strong>te para alcanzar<br />
la sust<strong>en</strong>tabilidad. No se puede construir una sociedad sobre bases sust<strong>en</strong>tables,<br />
con recursos naturales abundantes y ecosistemas sanos, pero con una población abruma-<br />
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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />
doram<strong>en</strong>te pobre y miserable. Y al contrario: no se puede construir un economía poderosa,<br />
con altas tasas crecimi<strong>en</strong>to y socialm<strong>en</strong>te igualitaria, sobre la base de la explotación<br />
int<strong>en</strong>siva de sus recursos naturales finitos y del deterioro de su patrimonio ecológico.<br />
Y muchísimo m<strong>en</strong>os se podrá arribar a la sust<strong>en</strong>tabilidad, como <strong>en</strong> el caso del<br />
delta del río Balsas, con recursos destruidos y ominosas desigualdades sociales. Esto<br />
es prácticam<strong>en</strong>te imposible.<br />
Si <strong>en</strong> verdad se quiere armonizar metas económicas y ecológicas, ¿de qué naturaleza<br />
son los retos, con respecto al delta del río Balsas?<br />
Debido al alto grado de artificialización del delta, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su zona estuarina,<br />
por <strong>actividades</strong> antropogénicas derivadas de sus usos hidroeléctricos e industriales<br />
–que han dado por resultado la pérdida de sus funciones ecológicas vitales por la<br />
obstrucción de su régim<strong>en</strong> de sedim<strong>en</strong>tación y de flujo de minerales y nutri<strong>en</strong>tes,<br />
por la alteración de los equilibrios fisicoquímicos que regulan y controlan sus conexiones<br />
con la cu<strong>en</strong>ca de dr<strong>en</strong>aje y con los ecosistemas costeros y marinos adyac<strong>en</strong>tes–,<br />
por el alto grado de contaminación que pres<strong>en</strong>tan sus ambi<strong>en</strong>tes de humedales y cuerpos<br />
de agua litorales, así como por la pérdida casi completa de valores ecológicos y<br />
paisajísticos de su zona portuaria; todo ello aunado a los graves desajustes y desigualdades<br />
económicas y sociales que hoy son visibles <strong>en</strong> la sociedad regional, debe partirse<br />
del reconocimi<strong>en</strong>to del área del delta como zona de desastre ecológico y social, que<br />
pone <strong>en</strong> grave riesgo las posibilidades de construir un futuro sost<strong>en</strong>ible para la sociedad<br />
mexicana <strong>en</strong> su conjunto, pero especialm<strong>en</strong>te para la sociedad regional.<br />
T<strong>en</strong>drá que aceptarse el desafío ci<strong>en</strong>tífico, de planificación ecológica, económica<br />
y social y, especialm<strong>en</strong>te, político, de abordar la complejidad que repres<strong>en</strong>ta la g<strong>en</strong>eración<br />
de conocimi<strong>en</strong>tos y el manejo de los recursos naturales del delta, considerándolo<br />
como un solo gran sistema ecológico-económico. Esto es: un sistema abierto, dominado<br />
y subsidiado por procesos físicos y químicos de sus sistemas adyac<strong>en</strong>tes: el<br />
fluvial y la zona costera-marina, y determinado por int<strong>en</strong>sos intercambios bióticos y<br />
abióticos con los ecosistemas que lo integran. Asumir que se trata de un sistema ecológico-económico<br />
irreemplazable y que debe ser consci<strong>en</strong>te y deliberadam<strong>en</strong>te ori<strong>en</strong>tado<br />
hacia la construcción de una sociedad sana, igualitaria y duradera, prioritariam<strong>en</strong>te<br />
a nivel local y regional. Alcanzar estos fines debe considerarse una cuestión de seguridad<br />
nacional.<br />
97
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