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Espacios y actividades costeras en Michoacán - Biblioteca CICESE

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES<br />

COSTERAS EN MICHOACÁN<br />

Aproximaciones varias


ESPACIOS Y ACTIVIDADES<br />

COSTERAS EN MICHOACÁN<br />

Aproximaciones varias<br />

El Colegio<br />

de México<br />

Graciela Alcalá et al.<br />

C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica<br />

y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada<br />

El Colegio<br />

de <strong>Michoacán</strong>


331.77237 Alcalá, Graciela.<br />

A42 <strong>Espacios</strong> y <strong>actividades</strong> <strong>costeras</strong> <strong>en</strong> <strong>Michoacán</strong>. Aproximaciones varias/Graciela<br />

Alcalá.– México: El Colegio de México: C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica<br />

y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada: El Colegio de <strong>Michoacán</strong>, 2003.<br />

Serie: Linderos de la costa<br />

Portada: Fotografía de Armando Nicolau<br />

Diseño: Natalia Rojas Nieto<br />

Primera edición, 2003<br />

© El Colegio de México<br />

© C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada<br />

© El Colegio de <strong>Michoacán</strong><br />

ISBN: 970-679-110-8<br />

Hecho <strong>en</strong> México<br />

Printed in Mexico<br />

1. Costas-<strong>Michoacán</strong>-Condiciones económicas.<br />

2. Industria pesquera-Trabajo y trabajadores-<strong>Michoacán</strong>.<br />

3. Cooperativas pesqueras-Política económica.<br />

4. Recursos naturales-<strong>Michoacán</strong> (costas)-Administración.<br />

HC137.M5


La serie Linderos de la costa es producto de la labor de un grupo de investigadores<br />

de difer<strong>en</strong>tes disciplinas que estamos conv<strong>en</strong>cidos de la necesidad de<br />

trabajar juntos para mostrar cómo las <strong>actividades</strong> portuarias, pesqueras y turísticas<br />

están inextricablem<strong>en</strong>te relacionadas <strong>en</strong>tre sí debido a que las tres operan<br />

de manera simultánea <strong>en</strong> los mismos espacios costeros, y que su planificación<br />

por parte de las autoridades gubernam<strong>en</strong>tales debería tomar <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta este<br />

hecho y no abordarlas indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, como ha sucedido hasta la fecha.<br />

De aquí se deriva nuestra obligación de dar cu<strong>en</strong>ta tanto de las condiciones<br />

del espacio costero y de algunos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os naturales que <strong>en</strong> él se pres<strong>en</strong>tan,<br />

como de las políticas del gobierno que han hecho posible el desarrollo de estas<br />

<strong>actividades</strong>.<br />

Así pues, y con el ánimo de ampliar las fronteras de los estudios multidisciplinarios<br />

efectuados hasta ahora, ponemos a la consideración de los colegas<br />

y del público <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral los aportes de nuestro trabajo para la compr<strong>en</strong>sión<br />

de la situación actual de las costas del Occid<strong>en</strong>te de México y de algunos de<br />

sus más paradigmáticos habitantes.<br />

Esta investigación ha sido posible gracias a la colaboración interinstitucional<br />

de El Colegio de México, el C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica y de Educación<br />

Superior de Ens<strong>en</strong>ada y El Colegio de <strong>Michoacán</strong>, así como al apoyo financiero<br />

del Consejo Nacional de Ci<strong>en</strong>cia y Tecnología.<br />

Graciela Alcalá<br />

coordinadora de la serie


Índice<br />

9 Reconocimi<strong>en</strong>tos<br />

13 Introducción<br />

CAPÍTULO I<br />

La pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong>: una visión de conjunto<br />

GUSTAVO MARÍN GUARDADO<br />

23 Introducción<br />

24 La composición natural y política del territorio<br />

30 Anteced<strong>en</strong>tes históricos<br />

37 El inicio de la pesca comercial<br />

41 La pesca <strong>en</strong> la actualidad<br />

51 El comercio del pescado<br />

56 Las estadísticas de captura y la importancia de la pesca ribereña<br />

59 La pesca y la vida política<br />

62 Las percepciones sociales del oficio<br />

64 Conclusiones<br />

66 Bibliografía<br />

CAPÍTULO II<br />

Hacia un diagnóstico socioeconómico y ambi<strong>en</strong>tal del delta del río Balsas<br />

ALEJANDRO TOLEDO OCAMPO<br />

72 Los efectos antropogénicos sobre la evolución natural del delta<br />

85 Las contradicciones sociales<br />

90 Algunas reflexiones finales<br />

98 Bibliografía<br />

CAPÍTULO III<br />

Un movimi<strong>en</strong>to social inédito: el Sector Pesquero de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

JORGE ALBERTO CANO GONZÁLEZ<br />

103 Introducción<br />

105 El problema del desarrollo


108 Los pescadores y sus organizaciones<br />

110 Breve historia de la actividad pesquera <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

123 La organización del movimi<strong>en</strong>to social pesquero<br />

132 Colofón<br />

134 Anexos<br />

139 Bibliografía<br />

CAPÍTULO IV<br />

Maremotos, su pot<strong>en</strong>cialidad para g<strong>en</strong>erar desastres sociales <strong>en</strong> el espacio costero<br />

de la ciudad y puerto de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, <strong>Michoacán</strong>, y su prev<strong>en</strong>ción<br />

SALVADOR FARRERAS<br />

143 Ciudad y puerto de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as: <strong>en</strong>torno, geomorfología y desarrollo<br />

153 Objetivo y metodología<br />

154 Resultados preliminares, recom<strong>en</strong>daciones y proyecciones a futuro<br />

159 Bibliografía<br />

CAPÍTULO V<br />

La g<strong>en</strong>eración y transmisión de <strong>en</strong>ergía eléctrica <strong>en</strong> México<br />

JACINTO VIQUEIRA LANDA<br />

175 Anexo<br />

CAPÍTULO VI<br />

Crecimi<strong>en</strong>to sin desarrollo: el caso del puerto de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

GRACIELA ALCALÁ<br />

185 Introducción<br />

186 Mitos y realidades del crecimi<strong>en</strong>to del volum<strong>en</strong> de carga manejada <strong>en</strong> dos puertos<br />

mexicanos del Pacífico<br />

194 Problemas sociopolíticos <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

201 A modo de conclusiones<br />

205 A manera de epílogo


Reconocimi<strong>en</strong>tos<br />

Toda obra colectiva es una av<strong>en</strong>tura posible gracias al empeño y al trabajo de<br />

muchas personas. Embarcarse <strong>en</strong> calidad de tripulante responsable para navegar<br />

<strong>en</strong> pos de objetivos comunes y descubrir afinidades y difer<strong>en</strong>cias<br />

mi<strong>en</strong>tras se traza el rumbo o se sortean v<strong>en</strong>davales y torm<strong>en</strong>tas, es, <strong>en</strong> sí mismo, uno<br />

de los grandes placeres que nos depara la investigación, especialm<strong>en</strong>te cuando se trata<br />

de una investigación multidisciplinaria como la que ahora nos ocupa. 1 De esa av<strong>en</strong>tura<br />

del conocimi<strong>en</strong>to ofrecemos aquí la primera obra colectiva de una serie que esperamos<br />

mejorar <strong>en</strong> cada <strong>en</strong>trega.<br />

Deseamos hacer público nuestro reconocimi<strong>en</strong>to al doctor Rafael Diego-Fernández,<br />

actual presid<strong>en</strong>te de El Colegio de <strong>Michoacán</strong> (COLMICH), por el apoyo que nos ha<br />

brindado, así como al esfuerzo pionero del presid<strong>en</strong>te anterior, doctor Carlos Herrejón<br />

Peredo, qui<strong>en</strong> con una visión amplia y desprejuiciada invirtió intelig<strong>en</strong>cia, tiempo y<br />

recursos para hacer posible que nuestra embarcación soltara amarras y empezara a navegar.<br />

Su <strong>en</strong>tusiasmo <strong>en</strong> nuestra propuesta lo llevó a gestar la Estación de Estudios<br />

Multidisciplinarios de la Costa del Pacífico (ESEMULCOPA), ubicada <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as, <strong>Michoacán</strong>, sin cuya infraestructura base hubiese sido temerario iniciar la<br />

travesía. Fue él también qui<strong>en</strong> <strong>en</strong>tusiasmó al doctor Francisco J. M<strong>en</strong>dieta, director<br />

del C<strong>en</strong>tro de Investigación Ci<strong>en</strong>tífica y de Educación Superior de Ens<strong>en</strong>ada (CICE-<br />

SE) y al doctor Andrés Lira, presid<strong>en</strong>te de El Colegio de México (COLMEX), para que<br />

se firmase un conv<strong>en</strong>io de colaboración interinstitucional que diera sólido sust<strong>en</strong>to<br />

a la ESEMULCOPA y a nuestro trabajo.<br />

1 El proyecto que llevamos a cabo actualm<strong>en</strong>te se d<strong>en</strong>omina “Transformación y perspectivas de las <strong>actividades</strong><br />

portuarias, pesqueras y turísticas <strong>en</strong> la región costera del Occid<strong>en</strong>te México”. Este proyecto recibe apoyo<br />

financiero del Consejo Nacional de Ci<strong>en</strong>cia y Tecnología y <strong>en</strong> él colaboran diez investigadores del <strong>CICESE</strong>, tres<br />

del COLMICH y tres del COLMEX.<br />

9


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

El doctor Francisco J. M<strong>en</strong>dieta demostró con obras su gran interés <strong>en</strong> este trabajo<br />

multidisciplinario y su incondicional apoyo para lograr la colaboración <strong>en</strong>tusiasta<br />

de los investigadores de dicho c<strong>en</strong>tro, señeros tripulantes sin cuya participación hubiese<br />

sido imposible arribar a este primer puerto <strong>en</strong> el itinerario de nuestra travesía<br />

colectiva. Nuestro agradecimi<strong>en</strong>to por su constante voluntad para apoyar el inicio y<br />

la continuidad de este esfuerzo.<br />

El doctor Andrés Lira, qui<strong>en</strong> con una consist<strong>en</strong>te confianza impulsó desde sus inicios<br />

nuestra “exótica” propuesta de investigación multidisciplinaria y la apoyó <strong>en</strong> diversos<br />

foros, reforzando con ello su compromiso y el nuestro hacia esta perspectiva<br />

de colectivo, ha aportado a la travesía no sólo la colaboración de todo un equipo de<br />

trabajo <strong>en</strong> tierra formado por el maestro David Pantoja, el lic<strong>en</strong>ciado Alberto Palma<br />

y el lic<strong>en</strong>ciado Humberto Dardón, sino también vitualla y tripulantes asist<strong>en</strong>tes.<br />

Nuestra sincera gratitud para él y para todo este equipo.<br />

Del doctor Manuel Ordorica Mellado, ex director del C<strong>en</strong>tro de Estudios Demográficos<br />

y de Desarrollo Urbano (CEDDU) del COLMEX, donde laboro <strong>en</strong> calidad de investigadora<br />

de proyecto, he recibido su aprobación y un g<strong>en</strong>eroso apoyo logístico para<br />

embarcarme <strong>en</strong> esta av<strong>en</strong>tura <strong>en</strong> calidad de coordinadora g<strong>en</strong>eral. Igualm<strong>en</strong>te, el doctor<br />

José Luis Lezama, actual director del CEDDU, nos ha animado a continuar con<br />

nuestro trabajo de investigación. Gracias a ambos por su franco apoyo.<br />

A los investigadores del COLMICH, el doctor Alejandro Toledo, el maestro Gustavo<br />

Marín Guardado y la lic<strong>en</strong>ciada Ángeles López; del <strong>CICESE</strong>, el profesor Salvador Farreras,<br />

y del COLMEX, el lic<strong>en</strong>ciado Jorge Alberto Cano, qui<strong>en</strong>es con su trabajo han hecho<br />

posible este texto, les debo un muy particular agradecimi<strong>en</strong>to. Su confianza <strong>en</strong><br />

mis propuestas iniciales y su <strong>en</strong>tusiasmo e ideas propias para llevarlas a cabo desde<br />

la trinchera de cada una de sus especialidades no ti<strong>en</strong>e parangón. La camaradería surgida<br />

<strong>en</strong>tre nosotros durante esta experi<strong>en</strong>cia de investigación, que continuará durante<br />

un par de años más, es para mí fu<strong>en</strong>te singular de conocimi<strong>en</strong>tos y de inspiración.<br />

Gracias todas, colegas. Las fotografías que vist<strong>en</strong> este libro fueron hechas por el arqueólogo<br />

y fotógrafo Armando Nicolau, qui<strong>en</strong> con un <strong>en</strong>tusiasmo perman<strong>en</strong>te recorrió<br />

conmigo toda la costa michoacana <strong>en</strong> busca de ellas, aportando a nuestro proyecto<br />

no sólo su experi<strong>en</strong>cia profesional sino también todos sus aparatos fotográficos, poniéndolos<br />

<strong>en</strong> riesgo sólo por el placer de hacer bi<strong>en</strong> su trabajo. Mil gracias, Armando.<br />

10


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

La doctora Brigitte Boehm Scho<strong>en</strong>dube del COLMICH y el doctor Bernardo García<br />

Martínez del COLMEX, reconocidos especialistas <strong>en</strong> sus disciplinas, nos ofrecieron sus<br />

sabios com<strong>en</strong>tarios a los textos que ahora pres<strong>en</strong>tamos. Su aguda compr<strong>en</strong>sión de los<br />

problemas abordados <strong>en</strong> ellos y su esfuerzo por aclararnos la naturaleza de nuestra<br />

propia investigación continúan si<strong>en</strong>do para nosotros lecciones que deberemos asimilar<br />

lo más pronto posible.<br />

Fabiola Aviña, lazarocard<strong>en</strong>se <strong>en</strong>cariñada con su matria de adopción, nos brindó a<br />

toda la tripulación su apoyo administrativo y secretarial <strong>en</strong> condiciones verdaderam<strong>en</strong>te<br />

modestas, con efici<strong>en</strong>cia y bu<strong>en</strong>a voluntad, haci<strong>en</strong>do con ello nuestro trabajo m<strong>en</strong>os<br />

pesado y, por qué no decirlo, más plac<strong>en</strong>tero aún.<br />

Nuestros informantes, pescadores de oficio, estibadores, empleados de la Administración<br />

Integral de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as (APILAC), hombres del puerto, militares de<br />

la Secretaría de Marina Armada de México, ciudadanos indíg<strong>en</strong>as y mestizos de la<br />

costa michoacana, nos brindaron sin reservas todo el apoyo y la información que les<br />

solicitamos: gracias a todos ellos por su confianza y por el tiempo que nos obsequiaron<br />

sin esperar nada a cambio.<br />

11<br />

Graciela Alcalá


Introducción<br />

No son las costas las que merec<strong>en</strong> ser examinadas <strong>en</strong><br />

primer lugar <strong>en</strong> sus efectos sobre la geografía humana:<br />

son las civilizaciones las que primero deb<strong>en</strong> ret<strong>en</strong>er la<br />

at<strong>en</strong>ción. En efecto, si se interesan <strong>en</strong> el mar ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta las costas, las explotan y las organizan según las<br />

técnicas que dominan.<br />

13<br />

Pierre Gourou<br />

A<strong>Michoacán</strong> se le conoce por la hospitalidad de sus habitantes, por los múltiples<br />

rostros de su geografía, por sus primorosas artesanías y por su refinado<br />

arte culinario. Al estado no le faltan hombres ilustres o guapísimas y trabajadoras<br />

mujeres de qué presumir, ni tampoco una majestuosa arquitectura colonial religiosa<br />

o escondidos y pintorescos pueblecitos acunados <strong>en</strong>tre lagos, serranías y volcanes<br />

hoy inactivos.<br />

La imag<strong>en</strong> que millones de mexicanos t<strong>en</strong>emos de <strong>Michoacán</strong> y de su g<strong>en</strong>te es<br />

tan fuerte como imag<strong>en</strong> id<strong>en</strong>titaria de nuestro país, que “lo michoacano” y lo “mexicano”<br />

se confund<strong>en</strong> <strong>en</strong> estereotipos de una misma forma social anclada simultáneam<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> un peculiar paisaje –mostrado con arte por un Gabriel Figueroa– y <strong>en</strong> una<br />

historia rústica y pintoresca.<br />

Sin embargo, el <strong>Michoacán</strong> contemporáneo es, sin duda, mucho más que eso, y a<br />

aquella imag<strong>en</strong> idílica, unívoca, nacida <strong>en</strong> un pasado próximo vivido todavía por nuestros<br />

padres cuando adolesc<strong>en</strong>tes, se sobrepon<strong>en</strong> hoy imág<strong>en</strong>es policéntricas. Los bosques<br />

michoacanos deforestados y luego erosionados por la naturaleza, <strong>en</strong> respuesta<br />

a las acciones del hombre, ya no son fu<strong>en</strong>te de vida y de trabajo para las comunidades<br />

vecinas, ni de riqueza para las compañías legal o ilegalm<strong>en</strong>te talamontes emigradas


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

seguram<strong>en</strong>te hacia otros bosques todavía <strong>en</strong> pie situados all<strong>en</strong>de las fronteras estatales.<br />

Sus lagos, casi vacíos de su líquido vital <strong>en</strong> aras del consumo de los urbanitas, o<br />

contaminados hasta el fondo por obra y gracia de la agroindustria local <strong>en</strong> manos de<br />

unos cuantos y del acelerado crecimi<strong>en</strong>to de algunas industrias ubicadas <strong>en</strong> el estado<br />

y más allá de sus límites, atizan ahora el fuego de las pugnas por el agua que aún<br />

queda y sobre la que todos proclaman derechos de usufructo. Las tierras vecinas a<br />

esos lagos, tierras fértiles <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to gracias al manejo sabio y t<strong>en</strong>az de campesinos<br />

hoy inmigrantes <strong>en</strong> desbandada, se han vuelto estériles campos blancuzcos, salitrosos,<br />

crisoles de tolvaneras inimaginables hasta hace ap<strong>en</strong>as una o dos décadas.<br />

<strong>Michoacán</strong> es un estado de contrastes, como el país <strong>en</strong>tero del que forma parte.<br />

Pero d<strong>en</strong>tro de esos contrastes cuya imag<strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificamos mal que bi<strong>en</strong> todos los mexicanos<br />

a partir de una geografía sembrada de valles, sierras, cad<strong>en</strong>as montañosas,<br />

volcanes y lagos interiores (con los ríos y escorr<strong>en</strong>tías que los alim<strong>en</strong>tan), hemos dejado<br />

de percibir un singular contraste más, no m<strong>en</strong>os espectacular que el de nuestra<br />

geografía de tierra ad<strong>en</strong>tro: el contraste de la geografía litoral, costera, marítima, y el<br />

de las peculiares formas sociales as<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> ella.<br />

La g<strong>en</strong>te y el paisaje costeños son quizá los m<strong>en</strong>os conocidos de los contrastes<br />

id<strong>en</strong>titarios michoacanos. Su escasa población, <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida dispersa, es tal vez<br />

la causa del desconocimi<strong>en</strong>to o del olvido. Las pocas y agrestes vías de comunicación<br />

terrestres <strong>en</strong> ese paisaje y hacia esa g<strong>en</strong>te ahondan la lejanía <strong>en</strong>tre paisanos. La cultura<br />

campesina o ranchera, mayoritaria <strong>en</strong> el estado, consagra quizá la extranjería de<br />

los costeños, michoacanos también aun cuando los as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos indíg<strong>en</strong>as litorales<br />

sean nahuas y no purépechas, y la única ciudad costera esté habitada por g<strong>en</strong>te llegada<br />

a ella desde distintos estados del país.<br />

Este libro int<strong>en</strong>ta mostrarles, estimados lectores, una aproximación de conjunto, una<br />

vista a vuelo de pájaro de esa geografía litoral y de algunos de sus habitantes: los que<br />

con su trabajo diverso y aún poco conocido hac<strong>en</strong> posible el desarrollo de las <strong>actividades</strong><br />

portuarias, pesqueras y, <strong>en</strong> mucho m<strong>en</strong>or grado, turísticas, <strong>en</strong> la costa michoacana.<br />

Nuestro deseo es acercar a los lectores <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y a los de <strong>Michoacán</strong> <strong>en</strong> particular,<br />

a los espacios y a las comunidades de oficio m<strong>en</strong>os percibidas todavía por la socie-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

dad nacional, esto es, las de los pescadores artesanales y las de los hombres de puerto,<br />

con el fin de despertar su curiosidad, su afán de conocerlos más y mejor, y que este<br />

afán se convierta <strong>en</strong> una llave que posibilite luego el traspasar el umbral de las difer<strong>en</strong>cias<br />

que los separan de la costa y de las <strong>actividades</strong> <strong>costeras</strong> y marítimas para hacer<br />

posible la percepción de las situaciones que los un<strong>en</strong> e id<strong>en</strong>tifican.<br />

Porque a pesar de todo, es preciso recordarlo, una historia común impulsada durante<br />

el siglo pasado por el Tata Lázaro hermana a los michoacanos, y un intercambio comercial<br />

los acerca cada día más, amén de los lazos que puedan unir a las personas que<br />

padec<strong>en</strong> sufrimi<strong>en</strong>tos semejantes causados por la emigración de familiares y de seres<br />

queridos, por el deterioro de su medio ambi<strong>en</strong>te inextricablem<strong>en</strong>te unido al deterioro<br />

de sus condiciones de vida, por ser a m<strong>en</strong>udo las principales víctimas de f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<br />

naturales incontrolados, como temblores o maremotos, inundaciones o sequías.<br />

La costa michoacana es el asi<strong>en</strong>to de uno de los sueños más caros al ideal que del<br />

desarrollo de su estado y de su país t<strong>en</strong>ía el G<strong>en</strong>eral empr<strong>en</strong>dedor: la Siderúrgica<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as-Las Truchas (SICARTSA), hoy dividida <strong>en</strong> dos empresas, SICARTSA-<br />

VILLACERO e IMEXSA. Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, la principal ciudad industrial del estado<br />

y la única ubicada <strong>en</strong> su costa, es la sede del complejo siderúrgico más importante<br />

del país desde hace décadas, y es también el único puerto industrial mexicano <strong>en</strong> el<br />

Pacífico. El g<strong>en</strong>eral Cárd<strong>en</strong>as trabajó durante casi tres décadas para lograrlo; y aunque<br />

desgraciadam<strong>en</strong>te no vivió para asistir a la inauguración del complejo portuario-industrial,<br />

sí tuvo la satisfacción de saber que su obra se construía conforme a sus ideales.<br />

Las <strong>actividades</strong> comerciales acercan a los michoacanos, porque no sólo los mercaderes<br />

de Zamora (la principal ciudad-mercado de la <strong>en</strong>tidad) ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as un lugar privilegiado para v<strong>en</strong>der productos manufacturados y alim<strong>en</strong>ticios<br />

de todo género, sino también los de Uruapan, los de Morelia, los de Los Reyes. Y es<br />

hacia el <strong>Michoacán</strong> de tierra ad<strong>en</strong>tro a donde va a parar gran parte de la varilla y el alambrón<br />

producidos por SICARTSA-VILLACERO, materiales que son cimi<strong>en</strong>to de inmuebles<br />

de todo tipo, de carreteras y pu<strong>en</strong>tes, de monum<strong>en</strong>tos escultóricos civiles y religiosos.<br />

Como sucede <strong>en</strong> otras ciudades y pueblos michoacanos de tierra ad<strong>en</strong>tro, la falta<br />

de agua dulce para uso de la población de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, ubicada a la vera<br />

del río Balsas –el más grande de México <strong>en</strong> la verti<strong>en</strong>te del Pacífico–, así como la contaminación<br />

industrial terrestre, área y acuática <strong>en</strong> su desembocadura, forman el sinies-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

tro binomio que deteriora las condiciones de vida de sus habitantes, particularm<strong>en</strong>te<br />

de pescadores y campesinos, que vivían <strong>en</strong> dicho <strong>en</strong>torno desde mucho tiempo antes<br />

de que se construyese el complejo siderúrgico, orgullo de la ciudad, del estado, del país.<br />

La costa michoacana es también el esc<strong>en</strong>ario de temblores y maremotos causados<br />

por dichos temblores y/o por la alteración del delta del río Balsas (línea costera divisoria<br />

con el estado de Guerrero), que destruy<strong>en</strong> lo que tanto esfuerzo cuesta construir<br />

a sus habitantes; es lugar <strong>en</strong> donde los deslaves producidos por una lluvia torr<strong>en</strong>cial<br />

sobre el territorio deforestado de la <strong>en</strong>tresierra, de profundas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, socavan los<br />

cimi<strong>en</strong>tos de la carretera costera, impidi<strong>en</strong>do a m<strong>en</strong>udo la comunicación por esa única<br />

vía que une al <strong>Michoacán</strong> costero con el resto de la costa del Pacífico; es territorio<br />

de inundaciones y sequías no m<strong>en</strong>os frecu<strong>en</strong>tes que aquellas sufridas <strong>en</strong> tierra ad<strong>en</strong>tro.<br />

¿Qué acaso el <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar adversidades semejantes no hermana, no acerca a la población<br />

que sufre sus consecu<strong>en</strong>cias?<br />

Los habitantes de los pueblos costeros –como los de los demás pueblos michoacanos–<br />

padec<strong>en</strong> la continua emigración de sus jóv<strong>en</strong>es hacia los Estados Unidos, jóv<strong>en</strong>es<br />

que part<strong>en</strong> con el temor de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar a “la migra” y con la ilusión de mejorar sus condiciones<br />

de vida y las de sus familiares: ¿será difer<strong>en</strong>te la emoción y las esperanzas que<br />

embargan a qui<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la costa los v<strong>en</strong> partir, de la que experim<strong>en</strong>tan aquellos que los<br />

v<strong>en</strong> partir <strong>en</strong> los valles y serranías?<br />

El destacar aquí, a grandes pinceladas, algunos elem<strong>en</strong>tos de la geografía y de la<br />

historia que acercan a los michoacanos, ciertas circunstancias de vida que los hermanan,<br />

es con el fin de que el lector vislumbre las complejas relaciones que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre<br />

la sociedad michoacana, el espacio donde se asi<strong>en</strong>ta, las políticas de desarrollo que<br />

se le impon<strong>en</strong> y su historia contemporánea.<br />

Por una cuestión de método, consideramos que para dar cu<strong>en</strong>ta de las interrelaciones<br />

de todos esos elem<strong>en</strong>tos, es necesario contar con un equipo multidisciplinario de<br />

investigadores que <strong>en</strong> conjunto seamos capaces de crear el conocimi<strong>en</strong>to requerido<br />

para compr<strong>en</strong>der la complejidad m<strong>en</strong>cionada.<br />

Para las disciplinas sociales como la antropología social, la economía o la geografía<br />

humana, su c<strong>en</strong>tro de at<strong>en</strong>ción es la sociedad y los hombres que la conforman, y la<br />

técnica más socorrida para g<strong>en</strong>erar conocimi<strong>en</strong>to es la comparación <strong>en</strong>tre aquéllos<br />

a partir de un cuerpo de hipótesis facturadas a la cu<strong>en</strong>ta de alguna teoría o de un pa-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

radigma propio. Para las llamadas “ci<strong>en</strong>cias naturales”, como la geografía clásica o la<br />

oceanografía, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida ésta como una combinación de ci<strong>en</strong>cias relacionadas con las<br />

propiedades físicas, químicas, biológicas y dinámicas de la hidrosfera del planeta (exceptuando<br />

los mantos que conti<strong>en</strong><strong>en</strong> agua dulce exclusivam<strong>en</strong>te), es el espacio el<br />

que ocupa la at<strong>en</strong>ción de sus estudiosos.<br />

Nuestra propuesta de investigación int<strong>en</strong>ta empezar a trabajar la estrecha interrelación<br />

<strong>en</strong>tre estas dos clases de conocimi<strong>en</strong>tos, considerando que hoy resulta imposible<br />

compr<strong>en</strong>der a las sociedades humanas sin conocer las características y la situación<br />

del espacio <strong>en</strong> el que se asi<strong>en</strong>tan y las maneras <strong>en</strong> que lo utilizan o planean utilizarlo,<br />

por un lado, y por otro, que el espacio no puede ser conocido a cabalidad si no se<br />

toman <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las transformaciones que le causan la voluntad y la mano del hombre.<br />

Desde esta perspectiva, opinamos también que son los problemas sociales que<br />

se gestan por el uso y control del espacio los que deberían guiar nuestro trabajo multidisciplinario.<br />

De ahí que qui<strong>en</strong>es desde la práctica de las disciplinas sociales habíamos<br />

id<strong>en</strong>tificado una serie de problemas sociales que consideramos graves, derivados<br />

del uso del espacio costero y marino <strong>en</strong> el occid<strong>en</strong>te mexicano, hayamos sido<br />

los que procuramos el acercami<strong>en</strong>to con los ci<strong>en</strong>tíficos naturales, buscando conv<strong>en</strong>cerlos<br />

de que colaboras<strong>en</strong> con nosotros <strong>en</strong> esta investigación.<br />

Cuando, como ahora, int<strong>en</strong>tamos dar cu<strong>en</strong>ta de la situación actual de grupos humanos<br />

as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> un litoral pero que laboran <strong>en</strong> una muy amplia zona marina ubicada<br />

sobre la plataforma contin<strong>en</strong>tal y más allá –mar ad<strong>en</strong>tro–, contando con la colaboración<br />

de especialistas <strong>en</strong> diversas disciplinas sociales y ci<strong>en</strong>cias naturales, t<strong>en</strong>emos motivos<br />

para p<strong>en</strong>sar que hay posibilidades serias de llevar a bu<strong>en</strong> fin nuestra común empresa.<br />

En el primer capítulo, el maestro <strong>en</strong> Antropología Social, Gustavo Marín Guardado,<br />

con experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la investigación sobre la organización económica y gremial de<br />

las comunidades de pescadores artesanales de Quintana Roo, nos ofrece una visión<br />

de conjunto de la actividad pesquera <strong>en</strong> la costa michoacana, a la que no le es aj<strong>en</strong>a<br />

ni el espacio natural ni la historia local. Con especial tino y ágil escritura reconstruye<br />

los principales hilos conductores del desarrollo de dicha actividad, destacando las profundas<br />

difer<strong>en</strong>cias que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y los<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

que habitan el resto de la costa, así como la singularidad de las comunidades de pescadores<br />

nahuas.<br />

En el segundo capítulo, el doctor <strong>en</strong> Economía, Alejandro Toledo Ocampo, reconocido<br />

economista ambi<strong>en</strong>tal especializado <strong>en</strong> el estudio de las cu<strong>en</strong>cas hidrológicas<br />

del país, nos pres<strong>en</strong>ta un diagnóstico socioambi<strong>en</strong>tal del delta del río Balsas, cuya<br />

compleja y gigantesca cu<strong>en</strong>ca es hoy su objeto de estudio. En este capítulo, el doctor<br />

Toledo muestra las contradicciones que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre las metas económicas del<br />

país y los usos sost<strong>en</strong>ibles de los recursos naturales a través del análisis de la situación<br />

ecológica reinante <strong>en</strong> la desembocadura del Balsas, <strong>en</strong> donde a su vera se ubican Ciudad<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, <strong>en</strong> <strong>Michoacán</strong>, y Petacalco, <strong>en</strong> Guerrero, sede de “la termoeléctrica<br />

de Petacalco”, como se le conoce <strong>en</strong> la zona a la termoeléctrica Presid<strong>en</strong>te<br />

Plutarco Elías Calles.<br />

En el capítulo tercero, el lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Antropología Social, Jorge Alberto Cano,<br />

nos pres<strong>en</strong>ta resumidam<strong>en</strong>te un movimi<strong>en</strong>to social inédito, el de los pescadores del<br />

autod<strong>en</strong>ominado “Sector Pesquero” de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, surgido hace ya<br />

diez años con el objetivo de fr<strong>en</strong>ar la contaminación industrial altam<strong>en</strong>te tóxica y la<br />

destrucción de esteros y manglares provocadas por las empresas establecidas <strong>en</strong> el<br />

delta del Balsas, para def<strong>en</strong>der así la continuidad del oficio de pescador. ¿Qué ha sucedido<br />

<strong>en</strong> la corta historia de esta singular organización?, ¿cuál es su importancia sociopolítica,<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de sus tácticas de acción?, ¿cómo los v<strong>en</strong> hoy el resto<br />

de sus conciudadanos? Jorge Alberto responde a todas estas interrogantes.<br />

El cuarto capítulo, escrito por el profesor Salvador Farreras, físico oceanógrafo de<br />

gran experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el estudio de maremotos (secu<strong>en</strong>cia de olas que se produc<strong>en</strong><br />

cuando ocurre un temblor cerca del océano o <strong>en</strong> el fondo del mismo y que pued<strong>en</strong><br />

alcanzar grandes alturas <strong>en</strong> las costas) describe el pot<strong>en</strong>cial destructivo que sobre la<br />

ciudad y puerto de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as pued<strong>en</strong> llegar a t<strong>en</strong>er dichos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os, y m<strong>en</strong>ciona<br />

las medidas prev<strong>en</strong>tivas que sería preciso tomar cuando acontezcan dichos ev<strong>en</strong>tos.<br />

Estas medidas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por finalidad evitar que dichos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os naturales se conviertan,<br />

por sus efectos destructivos <strong>en</strong> la cuidad, <strong>en</strong> desastres sociales.<br />

El quinto capítulo fue desarrollado por un invitado especial y asesor distinguido<br />

de nuestro proyecto de investigación colectiva: el ing<strong>en</strong>iero Jacinto Viqueira, reconocido<br />

especialista <strong>en</strong> el uso racional de la <strong>en</strong>ergía <strong>en</strong> México y gran conocedor de<br />

18


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

la historia de la industria eléctrica mexicana. Con la g<strong>en</strong>erosidad y la modestia que<br />

le caracterizan, el ing<strong>en</strong>iero Viqueira nos ofreció una confer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as y nos acompañó a visitar la termoeléctrica Presid<strong>en</strong>te Plutarco Elías Calles,<br />

que abastece de <strong>en</strong>ergía eléctrica a la industria siderúrgica local y al Distrito Federal,<br />

dándonos sus apreciaciones sobre ella, y ahora nos obsequia con un texto esclarecedor<br />

sobre la historia de la g<strong>en</strong>eración y transmisión de <strong>en</strong>ergía eléctrica <strong>en</strong> México,<br />

texto básico para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der las vicisitudes de la industria y las distintas repercusiones<br />

ambi<strong>en</strong>tales que ti<strong>en</strong>e la construcción de termoeléctricas alim<strong>en</strong>tadas por gas natural<br />

o por combustóleo <strong>en</strong> los espacios costeros.<br />

El sexto capítulo de este libro, escrito por la doctora <strong>en</strong> Antropología Social y Etnología,<br />

Graciela Alcalá, se dedica al puerto de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, su breve<br />

historia y sus condiciones actuales, así como su importancia relativa y las principales<br />

dificultades que lo aquejan. Especialista <strong>en</strong> el estudio antropológico de comunidades<br />

de pescadores artesanales, esta es la primera incursión de la doctora <strong>en</strong> la investigación<br />

del desarrollo de las <strong>actividades</strong> portuarias <strong>en</strong> el occid<strong>en</strong>te mexicano.<br />

Además de los autores de los textos que forman este libro, actualm<strong>en</strong>te se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

trabajando <strong>en</strong> nuestro proyecto ocho investigadores más, <strong>en</strong>tre oceanógrafos,<br />

bioquímicos y antropólogos sociales, qui<strong>en</strong>es próximam<strong>en</strong>te estarán <strong>en</strong> condiciones<br />

de publicar los resultados de sus investigaciones <strong>en</strong> la colección de textos que se inaugura<br />

con la pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong>trega.<br />

Mi<strong>en</strong>tras tanto, estimados lectores, les ofrecemos aquí las primeras realizaciones<br />

de un esfuerzo de investigación colectiva y multidisciplinaria que esperamos logre<br />

despertar su curiosidad, esto es, su deseo de conocimi<strong>en</strong>to.<br />

19


Capítulo I<br />

LA PESCA EN LA COSTA DE MICHOACÁN:<br />

UNA VISIÓN DE CONJUNTO<br />

Gustavo Marín Guardado *


INTRODUCCIÓN<br />

Este trabajo ti<strong>en</strong>e como finalidad primordial pres<strong>en</strong>tar un panorama g<strong>en</strong>eral de<br />

la pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong>. El litoral michoacano, lejos de mostrar una<br />

unidad homogénea, se manifiesta como un espacio diverso, con ciertas peculiaridades<br />

naturales, económicas y culturales que lo hac<strong>en</strong> complejo <strong>en</strong> su conformación.<br />

Así, el reto es ofrecer una mirada de la pesca desde la cual sean compr<strong>en</strong>sibles las<br />

particularidades y las semejanzas d<strong>en</strong>tro de un marco territorial, histórico y social.<br />

En esta parte de la costa del Pacífico mexicano la pesca se remonta a la época prehispánica,<br />

aunque después de la conquista española decayó drásticam<strong>en</strong>te, si<strong>en</strong>do<br />

eliminada <strong>en</strong> la mayor parte de los sitios y mant<strong>en</strong>iéndose somera <strong>en</strong> otros durante<br />

más de cuatro siglos. Los d<strong>en</strong>sos as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos costeros desaparecieron, pues la<br />

población m<strong>en</strong>guó y emigró hacia otras latitudes, quedando las costas <strong>en</strong> un relativo<br />

abandono. No es sino hasta el siglo XX que da inicio un importante proceso de poblami<strong>en</strong>to<br />

y, con ello, un l<strong>en</strong>to despegue de la pesca artesanal que llega a convertirse <strong>en</strong><br />

una actividad económica significativa.<br />

La costa michoacana sufrió grandes transformaciones a partir de la segunda mitad<br />

del siglo pasado. Primero, las olas migratorias de la sierra hacia todo el litoral dieron<br />

orig<strong>en</strong> a muchos pequeños pueblos o aldeas. Posteriorm<strong>en</strong>te, la construcción de la presa<br />

La Villita y la puesta <strong>en</strong> marcha de los planes de desarrollo <strong>en</strong> el delta del río Balsas<br />

g<strong>en</strong>eraron un polo industrial, un puerto y una carretera costera. Con este proyecto se<br />

propició <strong>en</strong> un extremo del litoral la inmigración masiva, el crecimi<strong>en</strong>to urbano y la<br />

infraestructura para la comunicación, y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida la agricultura y la ganadería.<br />

* Investigador de El Colegio de <strong>Michoacán</strong>-ESEMULCOPA.<br />

23


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

En el resto de la costa –más allá de la planicie de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as– las políticas<br />

locales y federales trataron de inc<strong>en</strong>tivar las <strong>actividades</strong> económicas de las distintas<br />

poblaciones, como una medida suplem<strong>en</strong>taria para apoyar a aquellas que no habían<br />

sido integradas a los grandes proyectos de desarrollo, de tal forma que durante la<br />

década de los set<strong>en</strong>ta la pesca tuvo un impulso sin preced<strong>en</strong>tes, pues el Estado dio<br />

inicio a la organización formal de los pescadores, asociándolos <strong>en</strong> cooperativas y dotándolos<br />

de infraestructura básica para desarrollar la actividad.<br />

La pesca como actividad económica y los pescadores como grupo social han sido<br />

elem<strong>en</strong>tos fundam<strong>en</strong>tales <strong>en</strong> la colonización, conformación e integración regional de<br />

la costa de <strong>Michoacán</strong>. En muchas comunidades apartadas la pesca se erigió como<br />

una actividad de vital importancia, dado que ha repres<strong>en</strong>tado una fu<strong>en</strong>te de ingresos<br />

<strong>en</strong> un medio con pocos recursos y oportunidades de empleo; sin embargo, cada vez<br />

más la pesca manifiesta signos de una grave crisis producto del abandono estatal, de<br />

la falta de planificación adecuada y de la car<strong>en</strong>cia de capacitación integral, lo mismo<br />

que de inversión para desarrollar la captura y la comercialización. En la actualidad los<br />

pescadores constituy<strong>en</strong> un grupo social marginado que se esfuerza por mant<strong>en</strong>erse d<strong>en</strong>tro<br />

de una labor cada vez más am<strong>en</strong>azada por la crisis y por los embates de otros sectores<br />

económicos. Al mismo tiempo, <strong>en</strong> algunas comunidades se hac<strong>en</strong> evid<strong>en</strong>tes el deterioro<br />

del prestigio social del oficio y las dificultades de la reproducción del mismo.<br />

LA COMPOSICIÓN NATURAL Y POLÍTICA DEL TERRITORIO<br />

La costa de <strong>Michoacán</strong> es una franja con un litoral de 262 kilómetros 1 de cara al océano<br />

Pacífico, aprisionada <strong>en</strong>tre el mar y la Sierra Madre del Sur. El área inicia del lado<br />

noroeste, donde el río Coahuayana marca el límite con el estado de Colima, y se prolonga<br />

hacia el extremo sureste, donde el río Balsas indica los límites con el estado de<br />

Guerrero. Es una angosta franja de tierra que ti<strong>en</strong>e una amplitud media de 3 kilómetros<br />

de ancho y hasta de 30 kilómetros <strong>en</strong> sus partes más ext<strong>en</strong>didas, dado que posee<br />

amplias planicies <strong>en</strong> sus extremos y algunas m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> sus partes c<strong>en</strong>trales.<br />

1 El litoral michoacano ti<strong>en</strong>e una longitud aproximada de 208 kilómetros <strong>en</strong> línea recta y de 262 kilómetros<br />

considerando las <strong>en</strong>trantes y las sali<strong>en</strong>tes (Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1979).<br />

24


Municipios<br />

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Jalisco<br />

1. Coahuayana<br />

2. Aquila<br />

3. Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

Colima<br />

1<br />

2<br />

Océano Pacífico<br />

3<br />

Es una costa d<strong>en</strong>tada, es decir que se caracteriza por sus variados accid<strong>en</strong>tes geográficos,<br />

puesto que es un espacio donde la Sierra Madre del Sur <strong>en</strong>tra al mar abruptam<strong>en</strong>te<br />

y donde ti<strong>en</strong>e lugar la erosión difer<strong>en</strong>cial que provoca el oleaje marino, lo que<br />

hace que existan ext<strong>en</strong>sas zonas de acantilados, bahías, caletas, caletillas, escotaduras<br />

y s<strong>en</strong>os, así como múltiples isletas, pilares y peñascos.<br />

La franja costera es atravesada de norte a sur por más de 53 ríos y arroyos que se<br />

originan <strong>en</strong> la sierra y desembocan <strong>en</strong> el mar. En g<strong>en</strong>eral son cu<strong>en</strong>cas con un relieve<br />

accid<strong>en</strong>tado, pero estos ríos han sido fundam<strong>en</strong>tales para el patrón de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />

de las diversas poblaciones, ya que todos ellos forman pequeñas planicies costaneras<br />

<strong>en</strong> sus desembocaduras, que es donde se ubican los poblados. 2 Los ríos más importan-<br />

2 De manera perp<strong>en</strong>dicular a la línea de las poblaciones <strong>costeras</strong> hay otro ord<strong>en</strong> de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos que obedece<br />

a dos grandes cu<strong>en</strong>cas que atraviesan la Sierra Madre del Sur: la principal, la del río Balsas, y otra la del río Nexpa.<br />

25<br />

<strong>Michoacán</strong><br />

Guerrero<br />

Guanajuato<br />

FIGURA 1. Región costera de <strong>Michoacán</strong> y sus municipios. Fu<strong>en</strong>te: Barragán, 1999 (modificado).<br />

Estado de<br />

México<br />

Tierra Cali<strong>en</strong>te<br />

Sierra Madre del Sur<br />

Costa


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

tes son el Balsas, Acalpican, Popoyutla, Chuta, Mexcalhuacán, Nexpa, Tupitina, Huahua,<br />

Cachán, Coíre, Ixtapilla, Ostula, Maquilí y Coahuayana, y los arroyos La Colera,<br />

Los Joberos, Motín del Oro, Colola, Tizupan, Teolán, La Manzanilla y Chucutitán<br />

(Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1979).<br />

El medio natural de la costa es dominado por selva baja caducifolia y el bosque<br />

tropical deciduo, con parota, cueramo, ceiba, huisache, tepemezquite, zapote, palmar,<br />

mango, plátano y papaya, <strong>en</strong>tre otras especies. Conforme uno se desplaza hacia tierra<br />

ad<strong>en</strong>tro, van naci<strong>en</strong>do las p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de la sierra, el clima se torna más húmedo y aparece<br />

vegetación más alta, hasta llegar a los 2 000 msnm, donde proliferan los bosques<br />

de coníferas, principalm<strong>en</strong>te de pino y <strong>en</strong>cino.<br />

El área descrita forma parte del territorio de tres municipios del estado: Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as, Aquila y Coahuayana. A lo largo de la línea costera se ubican cerca de cuar<strong>en</strong>ta<br />

as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos humanos, <strong>en</strong>tre los que destacan Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa<br />

Azul, Caleta de Campos, Huahua, Maruata, Colola, La Ticla, Faro de Bucerías, La Pla-<br />

COLIMA<br />

A Manzanillo<br />

Boca de Apiza<br />

Coahuayana<br />

Villa Victoria<br />

(Chinicuita)<br />

San Telmo<br />

San Juan de Alima<br />

La Placita<br />

La Ticla<br />

Faro de Bucerías<br />

Motín del Oro<br />

Colola<br />

Maruata<br />

Paso de la Noria<br />

Cachán de Echeverría<br />

Tizupan Huahua<br />

Océano Pacífico<br />

FIGURA 2. Poblaciones de la costa michoacana.<br />

COALCOMÁN<br />

Pichilinguillo<br />

La Manzanilla<br />

Mexiquillo<br />

26<br />

Aguililla<br />

Nexpa<br />

Caleta de Campos<br />

Mexcalhuacán<br />

Caletilla<br />

La Soledad<br />

MICHOACÁN<br />

Chiquiapan<br />

Las Peñas<br />

Chucutitán<br />

Las Calabazas<br />

Playa Azul<br />

Cuatro Caminos<br />

ARTEAGA<br />

La Mira<br />

Guacamayas<br />

LÁZARO CÁRDENAS<br />

Nueva Italia de Ruiz<br />

La Vinata<br />

Infiernillo<br />

Zicuirán<br />

GUERRERO<br />

A Zihuatanejo


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

CUADRO 1. Principales localidades de la costa michoacana<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as Aquila Coahuayana<br />

Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as* Mexiquillo Ojo de Agua (San Telmo)*<br />

Guacamayas La Manzanilla El Ticuiz*<br />

La Mira Pichilinguillo* Boca de Apiza*<br />

La Orilla Huahua Coahuayana de Hidalgo<br />

Bu<strong>en</strong>os Aires Tizupan* Coahuayana Viejo<br />

Acalpican Cachán de Echeverría* San Vic<strong>en</strong>te<br />

Playa Azul* Paso de Noria El Ranchito<br />

Las Calabazas* Maruata*<br />

Chucutitán* Colola<br />

Las Peñas* Motín del Oro*<br />

Chuta* Faro de Bucerías*<br />

Chuquiapan* El Zapote de Madero*<br />

La Soledad* Ixtapilla<br />

Caletilla* La Ticla<br />

Mexcalhuacán* El Duín<br />

La Manzanilla* La Placita<br />

Caleta de Campos* San Juan de Alima<br />

Nexpa<br />

* Poblaciones donde hay actividad pesquera marina<br />

cita, Coahuayana y Boca de Apiza, que a su vez están articulados por una carretera<br />

que bordea todo el litoral, y que comunica a la región con los pueblos de la Sierra Madre<br />

del Sur y con otras partes del país. 3<br />

3 La carretera costera michoacana <strong>en</strong> el extremo sureste está ramificada, sigui<strong>en</strong>do dos direcciones; una parte<br />

de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as rumbo a Uruapan, bifurcándose ahí hacia otros puntos del estado y el c<strong>en</strong>tro del país;<br />

la otra también parte de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, pero con destino a Zihuatanejo, Guerrero, y otras ciudades<br />

de ese estado, incluy<strong>en</strong>do el puerto de Acapulco. Por otro lado, el extremo noroeste de la carretera costera ti<strong>en</strong>e<br />

también dos verti<strong>en</strong>tes: una continúa hasta llegar al puerto de Manzanillo y después al puerto de Mazatlán, <strong>en</strong><br />

Sinaloa; la otra sigue hasta Tecomán y se interna tierra ad<strong>en</strong>tro, <strong>en</strong> el vecino estado de Colima, y de ahí se comunica<br />

con todo el occid<strong>en</strong>te del país. En las partes medias la carretera costera michoacana ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>tronques para<br />

llegar a los pueblos de la Sierra Madre del Sur: Aquila, Pómaro, Ostula, Coíre y San Pedro Naranjestil, <strong>en</strong>tre otros.<br />

27


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

CUADRO 2. Datos básicos de los municipios de la costa de <strong>Michoacán</strong><br />

Municipios Ext<strong>en</strong>sión Número de Número de Actividades económicas<br />

territorial habitantes poblaciones<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 1 091 km 2 170 000 63 Industria (preponderante),<br />

comercio, agricultura<br />

comercial, ganadería y pesca<br />

Aquila 2 553 km 2 22 000 427 Agricultura de subsist<strong>en</strong>cia<br />

(preponderante), poca<br />

agricultura comercial,<br />

ganadería ext<strong>en</strong>siva y pesca<br />

Coahuayana 506 km 2 14 000 53 Agricultura comercial<br />

(preponderante), comercio,<br />

poca ganadería ext<strong>en</strong>siva<br />

y pesca<br />

TOTAL 4 150 km 2 206 000 543<br />

Fu<strong>en</strong>te: INEGI, 1992 y 2000, y Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1996.<br />

No obstante el hecho de compartir un área con ciertos rasgos naturales y políticos<br />

comunes, esta serie de poblados costeros se caracteriza por sus grandes contrastes, que<br />

van desde una urbe industrial como Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as con 60 000 habitantes<br />

–d<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te poblada por migrantes originarios de diversos lugares del país y el extranjero–<br />

hasta una pequeña localidad nahua como Maruata, con 500 habitantes que se<br />

sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> principalm<strong>en</strong>te de la pesca y de los servicios turísticos a pequeña escala.<br />

El municipio de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong>e una ext<strong>en</strong>sión territorial de 1 091 km 2 y<br />

es el más d<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te poblado de la costa con más de 170 000 habitantes (120 000 <strong>en</strong><br />

Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y su periferia), 4 conc<strong>en</strong>trados <strong>en</strong> la economía industrial –incluy<strong>en</strong>do<br />

la portuaria– el comercio y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida la agricultura. El municipio de<br />

Aquila ti<strong>en</strong>e un territorio de 2 553 km 2 , cu<strong>en</strong>ta con 22 000 habitantes dedicados a la<br />

4 Me refiero principalm<strong>en</strong>te al área conformada por Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, La Mira, Guacamayas, La Orilla<br />

y Bu<strong>en</strong>os Aires.<br />

28


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

agricultura de subsist<strong>en</strong>cia y poco a la agricultura comercial y a la ganadería ext<strong>en</strong>siva.<br />

Coahuayana ti<strong>en</strong>e una superficie de 506 km 2 con 14 000 habitantes dedicados sobre<br />

todo a la agricultura comercial, y luego a la ganadería y el comercio (INEGI, 2000) .<br />

Los tres municipios muestran perfiles socioeconómicos completam<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>tes.<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as es cinco veces más grande <strong>en</strong> población que Aquila y Coahuayana<br />

juntos; el municipio ha sido poblado principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el área urbana de Ciudad<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y sus suburbios, sobre todo por migrantes de diversas partes del país.<br />

Es una <strong>en</strong>tidad que manti<strong>en</strong>e una economía basada <strong>en</strong> la industria acerera y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or<br />

medida <strong>en</strong> el comercio, la ganadería y la agricultura comercial (basada <strong>en</strong> el coco, el<br />

mango y la papaya).<br />

El municipio de Aquila, el más ext<strong>en</strong>so del área costera, posee una población altam<strong>en</strong>te<br />

dispersa, con más de 420 pequeñas localidades. El 80% de su población es<br />

indíg<strong>en</strong>a nahua que se dedica primordialm<strong>en</strong>te a la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia y a la<br />

ganadería ext<strong>en</strong>siva. De los tres, es el municipio con más altos niveles de pobreza y<br />

marginación, y <strong>en</strong> el que operan Solidaridad y el Instituto Nacional Indig<strong>en</strong>ista.<br />

Por último, Coahuayana es el municipio más pequeño de los tres y el m<strong>en</strong>os poblado<br />

–sus habitantes son mayoritariam<strong>en</strong>te de orig<strong>en</strong> mestizo–; no obstante, su participación<br />

económica es mayor que la de su vecino Aquila, y mejores sus condiciones de<br />

vida, dado que posee una planicie fértil con gran producción de cultivos comerciales<br />

de plátano, limón, coco y melón, <strong>en</strong>tre otros, 5 así como un int<strong>en</strong>so intercambio comercial<br />

con el estado de Colima.<br />

La pesca marina del estado de <strong>Michoacán</strong> se desarrolla a lo largo del litoral de los<br />

tres municipios m<strong>en</strong>cionados: <strong>en</strong> Lázaro Cárd<strong>en</strong>as se manifiesta una clara supremacía<br />

y prefer<strong>en</strong>cia por la actividad industrial; <strong>en</strong> Aquila existe una honda raíz cultural<br />

asociada a la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia, lo mismo que a los altos niveles de pobreza y<br />

marginación; a su vez, Coahuayana debe su prosperidad a la agricultura comercial<br />

y por ello ti<strong>en</strong>e su mirada fija sobre la tierra.<br />

Estos contrastes manifiestan las difer<strong>en</strong>cias que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre los grupos que habitan<br />

la costa michoacana. En lo que respecta exclusivam<strong>en</strong>te a los pescadores, ellos<br />

5 Para mayor información sobre los contrastes <strong>en</strong>tre los tres municipios de la costa, consúltese el trabajo de<br />

Ramírez Sevilla (1999).<br />

29


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

compart<strong>en</strong> un espacio con más de 250 kilómetros de litoral; sin embargo, pese a que<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> común un oficio y una serie de elem<strong>en</strong>tos técnicos para lograr el sust<strong>en</strong>to,<br />

muestran algunas difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> sus condiciones de reproducción actuales, dadas las<br />

particularidades ecológicas, históricas y culturales relacionadas con el territorio que<br />

tradicionalm<strong>en</strong>te han habitado.<br />

ANTECEDENTES HISTÓRICOS<br />

Las fu<strong>en</strong>tes históricas y arqueológicas indican que <strong>en</strong> la época prehispánica y <strong>en</strong> los<br />

primeros tiempos de la conquista, las costas de Colima y <strong>Michoacán</strong> estuvieron d<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te<br />

pobladas, y que sus moradores mantuvieron una economía variada y compleja<br />

basada <strong>en</strong> la agricultura y <strong>en</strong> los recursos del mar (Acuña, 1987; Lebrón de Quiñónez,<br />

1988; Brand, 1960; Novella y Moguel, 1995, 1999). En estas fu<strong>en</strong>tes es posible id<strong>en</strong>tificar<br />

una raíz importante que podemos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der como una “cultura marina”, pues<br />

los habitantes aprovechaban la abundancia de peces, mariscos “y otras cosas que de<br />

la mar se sacan” –como algas marinas y sal–, todo, parte fundam<strong>en</strong>tal para completar<br />

su dieta alim<strong>en</strong>ticia (Acuña, 1987:164-173). También se dedicaban a la extracción<br />

de perlas e incluso, según algunos autores, mantuvieron contacto comercial con los<br />

expertos navegantes de Sudamérica, constituyéndose posiblem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la puerta del<br />

Pacífico hacia Mesoamérica (West, 1961:133; Cabrera, 1976:247, 1989:142).<br />

Después del proceso de conquista la población indíg<strong>en</strong>a disminuyó drásticam<strong>en</strong>te<br />

debido a la guerra, al trabajo forzado y a las epidemias, por lo que durante la época<br />

colonial la costa michoacana se fue despoblando y los pocos sobrevivi<strong>en</strong>tes que quedaron<br />

fueron replegándose hacia la sierra, <strong>en</strong> lugares de difícil acceso y cada vez más retirados<br />

del mar.<br />

Durante los siglos XVII y XVIII los pueblos indíg<strong>en</strong>as sirvieron a la corona española<br />

para vigilar las costas del Pacífico, por lo que fueron nombrados “C<strong>en</strong>tinelas del<br />

Mar del Sur” (Brand, 1960; Reyes, 1993), no obstante lo cual su economía cada vez<br />

dep<strong>en</strong>día m<strong>en</strong>os del mar y la pesca se fue convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> una actividad escasam<strong>en</strong>te<br />

practicada. A este respecto, vale m<strong>en</strong>cionar la opinión racista de un personaje<br />

que <strong>en</strong> 1879 escribía sobre los habitantes de Maquilí, una población del actual<br />

municipio de Aquila:<br />

30


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

En el río que como se ha dicho corre a orillas del pueblo se crían truchas y también <strong>en</strong> algunas<br />

hondables de él los feroces animales de caimanes y cocodrilos, y <strong>en</strong> la boca que desagua <strong>en</strong> la mar<br />

se logra la pesca abundante de robalo, mero y cabezuda. Aunque se dedican muy poco a ello los<br />

indios por su innata desidia (<strong>en</strong> Reyes, 1993:35).<br />

Se sabe que durante el siglo XIX la pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> no fue una actividad<br />

especialm<strong>en</strong>te importante (Labarthe, 1964; Sánchez, 1988, 1979). Los diversos<br />

grupos que poblaban los distritos de Ario y Coalcomán –ahora territorio de los municipios<br />

de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Aquila y Coahuayana, <strong>en</strong>tre otros– eran principalm<strong>en</strong>te<br />

agricultores que a veces pescaban para complem<strong>en</strong>tar su alim<strong>en</strong>tación. Pero a lo largo<br />

de la costa no existió ningún as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to a la orilla de la playa o grupo alguno especializado<br />

<strong>en</strong> la pesca, o que se destacara por su apego a utilizar los recursos marinos.<br />

El cambio que se produjo al paso de cuatro siglos, es decir, el de una cultura con<br />

tradición marina que después de estar as<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> la costa se desplazó a otro hábitat<br />

y se volvió casi exclusivam<strong>en</strong>te agrícola, es un punto de reflexión muy importante,<br />

pues nos recuerda que la conquista y los subsecu<strong>en</strong>tes sistemas de explotación no<br />

sólo son la historia del exterminio, el despojo y la humillación, sino también de la<br />

desadaptación y el olvido.<br />

La historia contemporánea de la costa michoacana se puede decir que principia<br />

con el siglo XX. En el inicio de ese periodo existían pequeños as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los<br />

extremos del litoral, es decir, <strong>en</strong> el delta del río Balsas y <strong>en</strong> la planicie de la boca del<br />

río Coahuayana. En esos lugares se practicaba la pesca básicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los ríos y esteros,<br />

donde se capturaban sobre todo lisas y pargos. El principal instrum<strong>en</strong>to de pesca<br />

era el solapán, una especie de lanza de madera con una punta de metal que podía t<strong>en</strong>er<br />

forma de arpón o contar con tres picos, el cual se usaba desde la playa o a bordo<br />

de una canoa, construida con madera de parota de una sola pieza (Alcalá, 1986:21).<br />

El solapán fue de uso restringido, pues sólo unas pocas personas practicaban la pesca,<br />

dado que la mayor parte eran campesinos que no t<strong>en</strong>ían mucha idea de cómo obt<strong>en</strong>er<br />

pescado. De hecho, llegó a ser común el sofisticado método del machetazo:<br />

Anteriorm<strong>en</strong>te, cuando yo era niño no había pesca como ahora. Bu<strong>en</strong>o, había mucho pescado de<br />

muchas variedades y rete harto, pero no había pescadores. En un principio la g<strong>en</strong>te sólo usaba ma-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

chete. En la noche iba uno a los esteros con achón [especie de antorcha de ocote] y macheteaba a<br />

los pescados que surgían a montones... ya después llegó la lámpara de carburo y se pescaba con solapán...<br />

No, antes qué esperanzas que se pescara con cayuco <strong>en</strong> el mar. No se podía meter uno ahí<br />

porque era muy viol<strong>en</strong>to, muy fuerte, pegaba muy duro (<strong>en</strong>trevista con Isidoro Echeverría Camacho,<br />

habitante de Playa Azul. 27/4/2000). 6<br />

En otras partes de la costa michoacana donde hay peñascos, como <strong>en</strong> la parte c<strong>en</strong>tral,<br />

los campesinos indíg<strong>en</strong>as practicaban la pesca sólo ocasionalm<strong>en</strong>te, pues <strong>en</strong> la<br />

época de secas algunos se desplazaban de la sierra a la costa para obt<strong>en</strong>er alim<strong>en</strong>tos<br />

de este hábitat. A la orilla del mar y desde lo alto de las rocas, utilizaban la cuerda y<br />

el anzuelo para obt<strong>en</strong>er pargos y a veces huachinangos. No obstante, según sus propios<br />

testimonios, muchas especies que ahora conoc<strong>en</strong> no eran explotadas ni consumidas<br />

<strong>en</strong> la primera mitad del siglo XX, por ejemplo la lapa, la carne de tortuga y<br />

la langosta.<br />

Una hija de Arnoldo Chávez García, uno de los primeros pescadores de Maruata,<br />

de niña acompañaba a su padre a la playa; ella recuerda:<br />

No había lanchas ni nada, mi papá nada más se subía a una roca grande y alta y desde ahí pescaba<br />

con cuerda y anzuelo... antes no había pesca como ahora; antes nosotros no conocíamos el huachinango<br />

y mucho m<strong>en</strong>os la langosta, mi papá pescaba pargos y jureles... había muchísimos.<br />

Huachinango no se pescaba porque ese pescado anda <strong>en</strong> aguas más ad<strong>en</strong>tro y no se acercaba a la<br />

orilla, a la pedreguera. Cuando era niña, una vez mi papá llevó a la casa [<strong>en</strong> Pómaro] unas langostas,<br />

nadie se las quería comer porque estaban muy feas y olían peor, como a mar, pero vimos que mi<br />

papá empezó a comer y luego mi mamá se animó; ya después nosotros empezamos a rascarle y nos<br />

gustó, después cada que v<strong>en</strong>ían pescadores que no eran de aquí les pedíamos langostas (<strong>en</strong>trevista<br />

con María Chávez, 5/10/2000).<br />

A principios del siglo XX sólo había unos cuantos caseríos costeros, pero <strong>en</strong> las<br />

décadas de los cuar<strong>en</strong>ta y cincu<strong>en</strong>ta despegó el proceso de poblami<strong>en</strong>to a lo largo<br />

6 Todas las citas de este trabajo que son declaraciones directas de informantes, son material de mis propias<br />

<strong>en</strong>trevistas <strong>en</strong> trabajo de campo, excepto una <strong>en</strong> la que apunto la fu<strong>en</strong>te.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

de la costa michoacana. En la parte sur que va del río Balsas al río Nexpa –d<strong>en</strong>tro del<br />

municipio de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as– el poblami<strong>en</strong>to se inició <strong>en</strong> 1939 con la dotación de<br />

tierras ejidales y el regalo y v<strong>en</strong>ta de tierras a particulares, de lo que había pert<strong>en</strong>ecido<br />

a las haci<strong>en</strong>das La Orilla, Tupitina, Ahuindo y otros latifundios más. Estos terr<strong>en</strong>os<br />

paulatinam<strong>en</strong>te se poblaron con g<strong>en</strong>te nativa, así como con migrantes de la costa guerrer<strong>en</strong>se<br />

y de la sierra de Coalcomán, lo que hizo posible que crecieran Melchor Ocampo<br />

del Balsas (posteriorm<strong>en</strong>te Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as) y Playa Prieta (hoy Playa<br />

Azul), y que surgieran otros sitios, como Las Calabazas, Las Peñas y Caleta de Campos,<br />

por m<strong>en</strong>cionar sólo las localidades as<strong>en</strong>tadas a orillas del mar.<br />

La parte c<strong>en</strong>tral de la costa –es decir, el territorio que corresponde al municipio<br />

de Aquila– pres<strong>en</strong>ta otra faceta, pues históricam<strong>en</strong>te ha sido el reducto de las comunidades<br />

indíg<strong>en</strong>as nahuas. Después del siglo XVI y durante cuatro siglos las comunidades<br />

indíg<strong>en</strong>as de Maquilí, Aquila, Ostula, Coíre y Pómaro se refugiaron principalm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> la Sierra Madre del Sur y por mucho tiempo la costa estuvo apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

despoblada. 7<br />

En los años treinta del siglo XX, aprovechando la desintegración de la comunidad<br />

de Maquilí 8 y sacando partido de la p<strong>en</strong>etración por medio del comercio, los mestizos<br />

se as<strong>en</strong>taron <strong>en</strong> la costa nahua <strong>en</strong> un poblado llamado La Placita, el cual com<strong>en</strong>zó a<br />

destacar como pueblo salinero y c<strong>en</strong>tro comercial (Méndez, s/f). Posteriorm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong><br />

los cuar<strong>en</strong>ta y cincu<strong>en</strong>ta dio inicio un proceso de poblami<strong>en</strong>to paulatino, pues fueron<br />

apareci<strong>en</strong>do pequeños as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos costeros formados por las comunidades indíg<strong>en</strong>as<br />

de Ostula, Coíre y Pómaro, que com<strong>en</strong>zaron a bajar de sus pueblos <strong>en</strong> la serranía<br />

ante la presión migratoria de los rancheros de Tierra Cali<strong>en</strong>te y de la sierra de<br />

7 Los territorios de las comunidades indíg<strong>en</strong>as abarcan –desde sus oríg<strong>en</strong>es hasta la actualidad– tanto el área<br />

costera como el de la sierra. Los pueblos se localizaban <strong>en</strong> la sierra y <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia la costa estaba abandonada,<br />

pues no había as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos; sin embargo, este espacio era habitado temporalm<strong>en</strong>te por familias que se desplazaban<br />

<strong>en</strong> la época de secas para utilizar los recursos del litoral y existía una vigilancia perman<strong>en</strong>te para evitar las<br />

invasiones y los despojos.<br />

8 De las cinco comunidades indíg<strong>en</strong>as, Maquilí fue la única que perdió todas sus tierras como resultado de<br />

la aplicación de la “Ley de desamortización hac<strong>en</strong>daria” de junio de 1856, y de las “Leyes de desamortización<br />

de bi<strong>en</strong>es de comunidades civiles y religiosas” de 1868, las cuales forzaban a los comuneros a fraccionar sus tierras<br />

y a pagar altos impuestos. Esto a la larga trajo la desintegración y parcial desaparición de la comunidad, pues<br />

los mestizos, aprovechando la miseria y la fragilidad organizativa de los indíg<strong>en</strong>as, se fueron apropiando de las<br />

tierras por medio del alquiler y luego del despojo o de la compra forzada (véanse Sánchez, 1988; Cochet, 1991).<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Coalcomán, que desde finales del siglo XIX y principios del XX se fueron apropiando<br />

de bu<strong>en</strong>a parte de las tierras altas de estas comunidades (Sánchez, 1988; Cochet et al.,<br />

1988; Cochet, 1991). De esta manera tuvieron su orig<strong>en</strong> los pueblos de Tizupan, Cachán<br />

de Echeverría, Maruata, Colola, Motín del Oro, Faro de Bucerías, El Zapote, La Ticla<br />

y El Duin, <strong>en</strong>tre otros, la mayor parte de ellos ubicados <strong>en</strong> antiguos as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos prehispánicos,<br />

incluso conservando los mismos nombres.<br />

En la actualidad, aproximadam<strong>en</strong>te el 80% de la población municipal de Aquila<br />

es nahua y el 80% de su territorio sigue si<strong>en</strong>do de propiedad comunal; no obstante,<br />

esto último sólo es <strong>en</strong> el papel, pues de facto poco m<strong>en</strong>os de la mitad de la superficie<br />

está ocupada por mestizos que se han apropiado de terr<strong>en</strong>os arguy<strong>en</strong>do ser pequeños<br />

propietarios.<br />

Por otra parte, <strong>en</strong> el extremo norte, desde punta San Telmo hasta el río Coahuayana,<br />

municipio del mismo nombre, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una amplia planicie de tierras fértiles.<br />

En los inicios del siglo XX ahí sólo había pequeños as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos que se habían fundado<br />

<strong>en</strong> torno de las haci<strong>en</strong>das San Vic<strong>en</strong>te, Coahuayana y Achotan. Al igual que <strong>en</strong><br />

el sur, la población fue creci<strong>en</strong>do con la repartición de tierras ejidales a partir de 1941,<br />

cuando se erigieron los ejidos El Ticuiz, San Vic<strong>en</strong>te y Coahuayana, con tierras que<br />

pert<strong>en</strong>ecieron a las haci<strong>en</strong>das. Los ejidos fueron constituidos principalm<strong>en</strong>te por g<strong>en</strong>te<br />

mestiza nativa de las costas michoacana y guerrer<strong>en</strong>se, así como por migrantes rancheros<br />

de la Sierra Madre del Sur y del altiplano c<strong>en</strong>tral. Con esa lógica de crecimi<strong>en</strong>to<br />

surgieron Boca de Apiza, El Ticuiz y San Telmo a orillas del mar. 9<br />

Un factor que influyó <strong>en</strong> el poblami<strong>en</strong>to de la costa fue el hecho de que <strong>en</strong> la década<br />

de los cuar<strong>en</strong>ta com<strong>en</strong>zara a adquirir importancia la pesca del tiburón <strong>en</strong> todo el<br />

Pacífico mexicano. En la región, este tipo de captura la iniciaron los pescadores de<br />

Zihuatanejo y Manzanillo que llegaban a acampar y a pescar <strong>en</strong> distintos puntos del<br />

litoral michoacano, de tal manera que algunos habitantes, sobre todo de Coahuayana<br />

y Melchor Ocampo del Balsas, tuvieron relación con ellos y pronto apr<strong>en</strong>dieron el oficio,<br />

incluso creando sus propios métodos.<br />

9 San Telmo, El Ticuiz y Boca de Apiza pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al ejido El Ticuiz, el cual abarca prácticam<strong>en</strong>te todo el<br />

litoral del municipio de Coahuayana. De estas tres localidades, únicam<strong>en</strong>te Boca de Apiza desarrolla una actividad<br />

pesquera importante.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Don Ernesto de la Torre, que <strong>en</strong> 1947 hizo un viaje por la costa michoacana, refiere<br />

<strong>en</strong> su diario sobre los habitantes de la bahía de San Telmo, <strong>en</strong> la planicie de Coahuayana,<br />

algunos aspectos acerca de la pesca:<br />

Los pocos habitantes de esta playa se dedican a la pesca <strong>en</strong> pequeñísima escala. Sacan del mar <strong>en</strong><br />

embarcaciones muy pequeñas lo ap<strong>en</strong>as necesario para su sust<strong>en</strong>to, y solam<strong>en</strong>te cuando hay demanda<br />

de productos marinos se esfuerzan por conseguirlos. Echan de m<strong>en</strong>os a los japoneses que,<br />

radicados <strong>en</strong> Manzanillo, recorrían todas estas playas, comprándoles sus productos a bu<strong>en</strong> precio,<br />

sobre todo el tiburón y sus derivados, de los que hacían grandes pedidos. Pescan el tiburón <strong>en</strong> la<br />

forma más primitiva. Destazan un pez que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>en</strong> la playa, al que atan una fuerte cuerda. La<br />

sangre que sobre el agua cae, atrae a los tiburones, y cuando están cerca del cebo saltan los pescadores<br />

con s<strong>en</strong>dos arpones que arrojan a la que va a ser su víctima. Al acertar <strong>en</strong> el blanco, el tiburón huye,<br />

arrastrando consigo el arpón que está atado a una <strong>en</strong>orme cuerda de varios ci<strong>en</strong>tos de metros y que<br />

remata <strong>en</strong> una gruesa cad<strong>en</strong>a que se ata a uno de los troncos que se hallan sepultados <strong>en</strong> la ar<strong>en</strong>a.<br />

Muchas veces el tiburón no resiste y a poco de esforzarse y de colear, se rinde. Jálanlo <strong>en</strong>tonces<br />

hacia la playa los pescadores, <strong>en</strong> donde lo rematan; mas otras veces la cuerda se rompe y se escapa<br />

con la cad<strong>en</strong>a. Este animal abunda <strong>en</strong> este litoral, al igual que la tintorera y la mantarraya,<br />

así como el pez sierra. La tortuga es también abundante, no sólo la común, sino la carey; pudimos<br />

observar nosotros tortugas de más de un metro de largo por 60 c<strong>en</strong>tímetros de ancho y algunos carapachos<br />

aún mayores. El robalo, el bagre y otras especies son pescados con gran frecu<strong>en</strong>cia y v<strong>en</strong>didos<br />

frescos <strong>en</strong> los poblados cercanos, o salados <strong>en</strong> los más distantes [...] En años anteriores llegaban<br />

a San Telmo algunas embarcaciones japonesas, por pescado y tiburón con sus derivados,<br />

sobre todo el hígado que hoy lo preparan los pescadores guardándolo <strong>en</strong> latas con bu<strong>en</strong>a cantidad<br />

de sal, [ahora los pescadores] añoran los bu<strong>en</strong>os días <strong>en</strong> que los japoneses y los americanos les compraban<br />

el producto de su trabajo.<br />

En Melchor Ocampo del Balsas la pesca de tiburón y la extracción y v<strong>en</strong>ta de su<br />

hígado tuvo mayor auge y trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, ya que <strong>en</strong> 1946 se fundó la primera cooperativa<br />

pesquera de la costa de <strong>Michoacán</strong>, registrada como S.C.P.P. “El Balsas”, S.C.L.,<br />

que agrupó a 53 socios, qui<strong>en</strong>es contaban con embarcaciones y conocimi<strong>en</strong>tos para<br />

navegar y realizar pesca marina. Con esta modesta organización se inició la pesca comercial<br />

int<strong>en</strong>siva, que se desarrolló solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> este punto de la costa del estado,<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

pues <strong>en</strong> el resto aún no existían las condiciones adecuadas para ello debido al poco<br />

número de pescadores, a lo rudim<strong>en</strong>tario de sus artes de pesca, a la falta de vías de<br />

comunicación y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, a su poco apego a la pesca marina.<br />

En 1955 Donald Brand, junto con un equipo de investigadores, recorrió la costa<br />

norte, y estando <strong>en</strong> Boca de Apiza –la salida al mar del río Coahuayana– escribió al<br />

respecto:<br />

Mi<strong>en</strong>tras estuvimos <strong>en</strong> Boca de Apiza, varios pescadores locales capturaron pescado con arpones,<br />

incluy<strong>en</strong>do un largo robalo... y muchos agujones... Nos informaron que la comida local incluía estos<br />

dos pescados [además de] lisa... garlopa... pargo... mojarra... bagre... [y] un número de especies<br />

de pescado poco comunes, [como] ostras, almejas, langosta, algunos cangrejos, tortuga caguama,<br />

pero no camarones. Es obvio que la g<strong>en</strong>te de esta costa no son pescadores marinos, porque capturan<br />

principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ríos, lagunas, esteros, <strong>en</strong> la orilla y <strong>en</strong> los bajos (Brand, 1960:5).<br />

Conforme fue pasando el tiempo, <strong>en</strong> la costa c<strong>en</strong>tro y norte com<strong>en</strong>zó a increm<strong>en</strong>tarse<br />

el número de canoas que <strong>en</strong>traban al mar a realizar la captura. Tal hecho se debió<br />

sobre todo a la influ<strong>en</strong>cia de los comerciantes de Zihuatanejo, Petacalco y Manzanillo<br />

(que desde décadas atrás recorrían la costa de <strong>Michoacán</strong> <strong>en</strong> pangas relativam<strong>en</strong>te<br />

grandes, cargando mercancías como ajonjolí, copra, madera, puercos y gallinas), pero<br />

también de los pescadores de esos mismos lugares que llegaban a trabajar a difer<strong>en</strong>tes<br />

puntos del litoral y <strong>en</strong>señaron sus artes a los nativos.<br />

A mitad de siglo XX –según testimonios de pescadores viejos de Maruata– las canoas<br />

de parota de una sola pieza que antaño habían sido utilizadas tuvieron que ser reemplazadas<br />

por pangas de madera de pino, confeccionadas con tiras <strong>en</strong>sambladas y fondo<br />

plano, las cuales eran curadas con aceite antes de ocuparse por vez primera. Posteriorm<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong> el transcurso de los años ses<strong>en</strong>ta llegaron a los pueblos los primeros motores<br />

que se instalaron <strong>en</strong> estas embarcaciones. Así, <strong>en</strong> Maruata, el primer motor para<br />

una embarcación lo compró Vidal Domínguez Arroyo <strong>en</strong> 1960.<br />

En ese periodo fue importante también la captura de caimanes –sobre todo <strong>en</strong> los<br />

esteros de las márg<strong>en</strong>es del Balsas hasta Playa Azul y los situados <strong>en</strong> Coahuayana–,<br />

de los cuales se utilizaba la piel, e incluso hubo g<strong>en</strong>te dedicada exclusivam<strong>en</strong>te a la<br />

captura y a la comercialización, pero debido a la int<strong>en</strong>sificación de tal actividad pron-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

to com<strong>en</strong>zó a desaparecer el lagarto de los esteros, lo que arruinó el negocio y llevó<br />

a la especie al límite de la extinción. Igualm<strong>en</strong>te, hasta esta mitad de siglo fue relevante<br />

la captura de huevos de tortuga para el consumo local; sin embargo, <strong>en</strong> adelante<br />

dio inicio la captura int<strong>en</strong>siva de la tortuga marina para aprovechar su piel y se expandió<br />

el comercio indiscriminado de sus huevos, lo que llevó a un agotami<strong>en</strong>to del recurso<br />

<strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de dos décadas.<br />

En resum<strong>en</strong>, <strong>en</strong> la primera mitad del siglo pasado fue importante para los pueblos<br />

costeros una economía basada <strong>en</strong> la diversificación de los recursos del litoral. La pesca<br />

fue principalm<strong>en</strong>te de tres tipos: la que se realizaba <strong>en</strong> esteros empleando el machete<br />

y el solapán; la que se practicaba a orillas del mar ya fuera utilizando desde lo alto<br />

de una roca la cuerda y el anzuelo o desde la playa jalando con una cuerda a los tiburones,<br />

y la pesca marina que se llevaba a cabo desde una embarcación y con ayuda de<br />

arpones, cuerdas y anzuelos. Normalm<strong>en</strong>te eran bajos los índices de captura, y la mayor<br />

parte de ella se dedicaba al autoconsumo. El comercio de productos marinos tuvo<br />

relevancia sólo hasta la década de los cuar<strong>en</strong>ta y cincu<strong>en</strong>ta, sobre todo <strong>en</strong> el poblado<br />

de lo que hoy es Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as.<br />

En g<strong>en</strong>eral, hasta mediados del siglo XX la población costera de <strong>Michoacán</strong> se increm<strong>en</strong>tó<br />

l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te; no obstante, los pocos pescadores desarrollaron un provechoso<br />

proceso de apr<strong>en</strong>dizaje <strong>en</strong> el cual los pescadores de Zihuatanejo y Manzanillo fungieron<br />

como maestros. Todo este transcurso –iniciado dos o tres décadas atrás– llevó a las reci<strong>en</strong>tes<br />

poblaciones de la costa a g<strong>en</strong>erar las bases de sus primeros grupos de profesión<br />

con vocación pesquera, y esto implicó, a la vez, un nuevo perfil económico <strong>en</strong> el<br />

sistema de subsist<strong>en</strong>cia y una nueva valoración de los recursos del mar.<br />

EL INICIO DE LA PESCA COMERCIAL<br />

Hacia finales de los años ses<strong>en</strong>ta, pero sobre todo para la década de los set<strong>en</strong>ta, la costa<br />

de <strong>Michoacán</strong> se había consolidado como el área que repres<strong>en</strong>taba los sueños del<br />

desarrollo regional y nacional del g<strong>en</strong>eral Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, los cuales habían sido planeados<br />

minuciosam<strong>en</strong>te para su realización. La Comisión de la Cu<strong>en</strong>ca del Río Balsas<br />

int<strong>en</strong>taba concretar esas aspiraciones por la vía de la colonización, de la irrigación y<br />

particularm<strong>en</strong>te de la industrialización.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

En 1968 se construyó la presa José María Morelos, conocida como “La Villita”, con<br />

el propósito de irrigar las tierras de las márg<strong>en</strong>es del bajo río Balsas, pero fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />

con la int<strong>en</strong>ción de g<strong>en</strong>erar <strong>en</strong>ergía eléctrica para un polo industrial. Entre 1970<br />

y 1975 se construyó la siderúrgica Lázaro Cárd<strong>en</strong>as-Las Truchas S.A., y posteriorm<strong>en</strong>te<br />

la NKS y otras empresas metalmecánicas, así como FERTIMEX (ahora FERTINAL), productora<br />

de fertilizantes. En 1976 también fue inaugurado el puerto, lo que sumado a lo<br />

anterior conformó un gran c<strong>en</strong>tro de atracción de mano de obra y finalm<strong>en</strong>te una ciudad<br />

industrial (Martínez, 1994).<br />

La industrialización se convirtió <strong>en</strong> la principal vía del desarrollo <strong>en</strong> la parte baja<br />

de la cu<strong>en</strong>ca del río Balsas, pero muchas poblaciones de la costa quedaban fuera de<br />

su radio de influ<strong>en</strong>cia, por lo que se consideró necesario tomar medidas para equilibrar<br />

el desarrollo regional. Así nació la Comisión para el Desarrollo de la Costa de<br />

<strong>Michoacán</strong>, que influyó de manera importante <strong>en</strong> la conformación de la deslucida<br />

economía del litoral, inc<strong>en</strong>tivando difer<strong>en</strong>tes proyectos productivos, <strong>en</strong>tre los que<br />

destacaban las sociedades ganaderas y las cooperativas pesqueras. Pero sin duda la<br />

influ<strong>en</strong>cia determinante fue la política pesquera del presid<strong>en</strong>te Luis Echeverría Álvarez<br />

(1970-1976), que <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> se reflejó concretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la fundación<br />

de las primeras cooperativas de producción pesquera y <strong>en</strong> la dotación de embarcaciones<br />

y de artes de pesca, así como <strong>en</strong> la instalación de infraestructura para el<br />

almac<strong>en</strong>aje y la distribución de los productos, lo que pronto dio resultados positivos.<br />

Durante el sex<strong>en</strong>io m<strong>en</strong>cionado se llevó a efecto el programa nacional de desarrollo<br />

pesquero llamado “Las Diez Mil Lanchas” (Alcalá, 1999:187). De esta manera,<br />

<strong>en</strong>tre la exigua población de la costa de <strong>Michoacán</strong> com<strong>en</strong>zaron a distribuirse embarcaciones<br />

de fibra de vidrio con motor fuera de borda, lo que aunado a la dotación de<br />

artes de pesca trajo consigo un increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los índices de captura, pero también<br />

un apoyo trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal fue que, <strong>en</strong> el ámbito de la comercialización:<br />

La paraestatal Productos Pesqueros Mexicanos (PROPEMEX), fundada por Echeverría <strong>en</strong> 1972, les<br />

hacía llegar combustible para los motores de las lanchas, algunas hieleras inm<strong>en</strong>sas y hielo para<br />

abastecerlas, y a cambio recogía la captura una vez por semana. El esfuerzo de la Federación fue<br />

grande y costoso, y al parecer dio bu<strong>en</strong>os resultados, sobre todo para obt<strong>en</strong>er carne de tiburón secasalada<br />

y escama de bu<strong>en</strong>a calidad <strong>en</strong> fresco (Alcalá, 1999:187).<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

En g<strong>en</strong>eral las cooperativas obtuvieron los permisos para la captura de difer<strong>en</strong>tes<br />

especies con escama, tortuga, tiburón, langosta, ostión, pulpo y caracol púrpura. 10 La<br />

captura se recogía <strong>en</strong> camionetas que se internaban por caminos de terracería hasta<br />

los difer<strong>en</strong>tes poblados, ya que <strong>en</strong> la década de los set<strong>en</strong>ta aún no existía la carretera<br />

costera. 11 En algunas ocasiones y <strong>en</strong> ciertas localidades de difícil acceso, como <strong>en</strong><br />

el caso de los pueblos de Aquila, el pescado eran recogido por avioneta.<br />

Antes de 1970 sólo existían dos cooperativas <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong>: “El Balsas”<br />

(1946) y “Mexcalhuacán” (1964), pero <strong>en</strong> la década de los set<strong>en</strong>ta PROPEMEX se <strong>en</strong>cargó<br />

de organizar cooperativas pesqueras <strong>en</strong> las distintas localidades, incluso <strong>en</strong> aquellas<br />

donde no había pescadores de oficio. Hasta la fecha abundan anécdotas del terror<br />

que provocaron <strong>en</strong> algunos campesinos sus primeras incursiones <strong>en</strong> el mar. No<br />

obstante, muchos apr<strong>en</strong>dieron a pescar, dado que dicha paraestatal ofreció todas las<br />

facilidades para empr<strong>en</strong>der la tarea.<br />

La iniciativa del gobierno fue importante, pues hizo las gestiones para lograr los<br />

registros de las cooperativas, brindó créditos o préstamos para la adquisición de embarcaciones<br />

y artes de pesca, instaló cuatro procesadoras de pescado <strong>en</strong> puntos geográficos<br />

clave: Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Caleta de Campos, San Telmo y Boca de Apiza. Y finalm<strong>en</strong>te<br />

se <strong>en</strong>cargó del acopio de la captura <strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes localidades y llevó a<br />

cabo la comercialización del producto.<br />

Así, las primeras cooperativas nacieron auspiciadas por instituciones gubernam<strong>en</strong>tales,<br />

y muchos pescadores viejos recuerdan la participación de la Comisión para el<br />

Desarrollo de la Costa de <strong>Michoacán</strong> promovi<strong>en</strong>do sociedades productivas, lo mismo<br />

que las visitas del gobernador Carlos Torres Manzo, celebrando y formalizando<br />

la <strong>en</strong>trega de embarcaciones e inaugurando las sociedades pesqueras.<br />

De esta manera tuvieron su orig<strong>en</strong> las cooperativas “La Villita” <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as (1972), “Bahía de Bufadero” <strong>en</strong> Caleta de Campos (1975), “Tonatiuh” <strong>en</strong><br />

Las Peñas (1977) y “Playa Azul” <strong>en</strong> la localidad del mismo nombre (1979), todas<br />

ellas <strong>en</strong> el municipio de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as. También surgieron las cooperativas “Pó-<br />

10 El caracol púrpura sólo lo capturaban los indíg<strong>en</strong>as nahuas de la cooperativa “Pómaro”. De éste se extraía<br />

la tinta para teñir el hilo de algodón con que elaboraban pr<strong>en</strong>das de vestir para v<strong>en</strong>derlas como artesanías.<br />

11 La carretera costera que une a los difer<strong>en</strong>tes pueblos de la costa michoacana y que comunica a ésta con<br />

otras regiones del país no estuvo terminada sino hasta 1982.<br />

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maro” <strong>en</strong> Maruata (1974) y “Costa de <strong>Michoacán</strong>” <strong>en</strong> Boca de Apiza (1973), pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes<br />

a los municipios de Aquila y Coahuayana respectivam<strong>en</strong>te. En suma, a mediados<br />

de los set<strong>en</strong>ta había aproximadam<strong>en</strong>te diez cooperativas y cerca de quini<strong>en</strong>tos<br />

pescadores <strong>en</strong> la costa michoacana.<br />

Casi una década después, <strong>en</strong> 1984, había cerca de 950 pescadores <strong>en</strong> las costas de<br />

<strong>Michoacán</strong> organizados <strong>en</strong> dieciocho cooperativas y algunos trabajando como “pescadores<br />

libres”, qui<strong>en</strong>es capturaban una bu<strong>en</strong>a variedad de especies (Alcalá, 1986:33).<br />

Parecía que el proyecto del presid<strong>en</strong>te Luis Echeverría había alcanzado la madurez<br />

y se consolidaba como un proyecto que r<strong>en</strong>día sus frutos. No obstante, e inesperadam<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong> ese mismo año PROPEMEX dejó de recoger el producto <strong>en</strong> los pueblos del<br />

litoral y com<strong>en</strong>zó a desmantelar las cooperativas a las que había dotado de infraestructura<br />

para el almac<strong>en</strong>aje y la distribución.<br />

Como resultado de la retirada de PROPEMEX empezaron a decaer las cooperativas,<br />

pues escaseaba el combustible para las embarcaciones, no se contaba con medios de<br />

transporte para desplazarse y no había compradores para la captura. Ante esta situación<br />

algunos dirig<strong>en</strong>tes de Playa Azul y Caleta de Campos compraron camionetas de medio<br />

uso para transportar por su cu<strong>en</strong>ta el producto a los lugares de consumo (Alcalá, 1999:187).<br />

Sin embargo, estos esfuerzos no prosperaron y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral las cooperativas se fueron<br />

descapitalizando, cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un estado de desorganización y desmoralización.<br />

En el pres<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> las cuatro comunidades donde se instaló PROPEMEX sólo quedan<br />

las ruinas de las construcciones que un día tuvieron una función relevante para la economía<br />

local. Ahora sólo son resabios de un pasado que los pescadores han com<strong>en</strong>zado<br />

a olvidar, aunque algunos lo conservan <strong>en</strong> su memoria como un sueño lejano.<br />

Pese a todas las contrariedades, los pescadores fueron creci<strong>en</strong>do <strong>en</strong> número a lo<br />

largo de la costa michoacana, pues el oficio siguió reproduciéndose, dado que para<br />

un grupo relativam<strong>en</strong>te reducido repres<strong>en</strong>taba –aún sin los importantes apoyos– una<br />

alternativa económica viable, incluso más atractiva y redituable que la agricultura de<br />

subsist<strong>en</strong>cia, razón por la cual algunos dejaron de ser campesinos para convertirse <strong>en</strong><br />

pescadores de tiempo exclusivo. 12<br />

12 En todos los pueblos de la costa existe <strong>en</strong> mayor o m<strong>en</strong>or medida un grupo de pescadores dedicado exclusivam<strong>en</strong>te<br />

a esta actividad. Quizá los ejemplos más claros para mostrar la relevancia de este proceso sean los<br />

40


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

LA PESCA EN LA ACTUALIDAD<br />

Actualm<strong>en</strong>te la pesca se manti<strong>en</strong>e a la sombra de la economía regional, que da prioridad<br />

a otras <strong>actividades</strong>, como la industria, la agricultura comercial, la ganadería y el<br />

turismo. Hoy la pesca se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra estancada, <strong>en</strong> franca desorganización y <strong>en</strong> vías de<br />

pauperización. Esta condición estructural da pie al pesimismo y a la resignación<br />

de los pescadores, qui<strong>en</strong>es se han ido acostumbrando a la indifer<strong>en</strong>cia de las autoridades<br />

estatales y federales.<br />

En el pres<strong>en</strong>te exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> 1 516 pescadores registrados ante<br />

la SEMARNAP, 13 distribuidos a lo largo de la franja costera <strong>en</strong> localidades como Ciudad<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa Azul, Las Calabazas, Las Peñas, Caletilla, Caleta de Campos,<br />

El Bejuco, Pichilinguillo, Cachán de Echeverría, Maruata, Faro de Bucerías, San<br />

Telmo y Boca de Apiza, principalm<strong>en</strong>te. 14 Es necesario señalar que muchos otros no<br />

están legalm<strong>en</strong>te afiliados a las cooperativas o uniones de pescadores, y por ello<br />

no aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> las estadísticas oficiales, dado que pued<strong>en</strong> ser jóv<strong>en</strong>es que trabajan<br />

como candidatos a socios, o bi<strong>en</strong> son pescadores de temporada que sólo pescan la mitad<br />

del año, de ahí que extraoficialm<strong>en</strong>te la cifra del número de pescadores puede<br />

crecer hasta 2 000 o más.<br />

Otro aspecto importante es que aun registrados como pescadores, sólo aproximadam<strong>en</strong>te<br />

la mitad lo son de tiempo completo. Una de las principales estrategias de<br />

muchos de los socios de las cooperativas es buscar otra ocupación durante la época<br />

de lluvias (junio a octubre), cuando hay poca pesca, de manera que es común que <strong>en</strong><br />

ese tiempo se dediqu<strong>en</strong> a laborar sus propias parcelas de maíz, al cultivo de la papaya,<br />

a la cosecha del mango, a “jornalear” <strong>en</strong> los cocotales, al corte del plátano o a la alba-<br />

de Pichilinguillo, Maruata y Boca de Apiza, pueblos que deb<strong>en</strong> su relativa prosperidad al desarrollo de la pesca.<br />

Aun <strong>en</strong> Playa Azul y Caleta de Campos, donde hay una mayor diversificación de la economía, la pesca fue fundam<strong>en</strong>tal<br />

para su crecimi<strong>en</strong>to.<br />

13 A principios del año 2001, por disposición de Vic<strong>en</strong>te Fox, presid<strong>en</strong>te de la República, la Secretaría del<br />

Medio Ambi<strong>en</strong>te, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP) pasó a ser SEMARNAT, por lo que el Sector Pesca se<br />

convirtió <strong>en</strong> materia de otra dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia: la SAGARPA (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,<br />

Pesca y Alim<strong>en</strong>tación). Pese al cambio formal, hasta el mes de junio <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> aún no se ha dado<br />

la transición real, por lo que las oficinas han susp<strong>en</strong>dido todo tipo de trámites <strong>en</strong> espera de su reorganización.<br />

14 Con excepción de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, el resto de las poblaciones son pequeñas: Playa Azul y Caleta<br />

de Campos no rebasan los 4 000 habitantes, y el resto ti<strong>en</strong><strong>en</strong> m<strong>en</strong>os de 1 000 habitantes cada una.<br />

41


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

ñilería, <strong>en</strong>tre otras ocupaciones. Por su parte, los pescadores de tiempo completo disminuy<strong>en</strong><br />

drásticam<strong>en</strong>te su actividad <strong>en</strong> esa temporada, mant<strong>en</strong>iéndose con muy bajas<br />

cuotas de captura e incluso algunos al ras de la subsist<strong>en</strong>cia.<br />

Los pescadores están organizados <strong>en</strong> 53 agrupaciones, <strong>en</strong>tre cooperativas, uniones<br />

de pescadores y otro tipo de sociedades, y sólo cerca del 5% trabajan para permisionarios.<br />

Un aspecto que cabe m<strong>en</strong>cionar es que alrededor del 40% de los pescadores<br />

registrados están conc<strong>en</strong>trados <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as; no obstante, por cada<br />

diez pescadores de ese lugar hay una sola embarcación registrada, lo que hace p<strong>en</strong>sar<br />

que algunos no se dedican a este oficio (véase cuadro 3).<br />

Por otra parte, la pesca se realiza con aproximadam<strong>en</strong>te 310 pequeñas embarcaciones<br />

de fibra de vidrio de unos 12 metros de eslora, con capacidad de carga de <strong>en</strong>tre<br />

1 y 3 toneladas y con motores fuera de borda de <strong>en</strong>tre 40 y 70 caballos de fuerza, principalm<strong>en</strong>te<br />

Yamaha y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or proporción Evinrude. Debe señalarse que gran parte<br />

de las lanchas, motores y equipos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> franco deterioro debido al uso<br />

prolongado y a la car<strong>en</strong>cia de un bu<strong>en</strong> mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to.<br />

Del total de las embarcaciones, sólo catorce son cayucos de madera impulsados<br />

por remos, que se utilizan para la pesca <strong>en</strong> esteros y lagunas, los cuales son propiedad<br />

de la cooperativa “Chocoquillo”, con sede <strong>en</strong> el poblado El Ticuiz, municipio de Coahuayana.<br />

En la boca del río Balsas y <strong>en</strong> los esteros de Playa Azul hay también una bu<strong>en</strong>a<br />

cantidad de pequeñas embarcaciones de madera impulsadas por remos, pero la<br />

mayoría de éstas no están contabilizadas ni registradas legalm<strong>en</strong>te.<br />

Los pescadores de la costa de <strong>Michoacán</strong> utilizan diversas artes de pesca, como<br />

cuerdas y anzuelos, atarrayas, trasmallos (redes agalleras), cimbras, compresores de<br />

aire y ganchos para el buceo, artefactos que selectivam<strong>en</strong>te son ocupados para capturar<br />

difer<strong>en</strong>tes especies <strong>en</strong> espacios y condiciones ecológicas diversas (para mayor<br />

información sobre su uso véanse Alcalá, 1986, y López, 2001). Por otra parte, sólo una<br />

minoría posee aparatos electrónicos para id<strong>en</strong>tificar los bancos de peces. 15<br />

15 Según datos preliminares obt<strong>en</strong>idos durante mi trabajo de campo <strong>en</strong> el año 2000, sólo registré ocho pescadores<br />

que emplean ecosonda para ubicar los cardúm<strong>en</strong>es: dos <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, tres <strong>en</strong> Caleta de Campos,<br />

uno <strong>en</strong> Cachán de Echeverría y dos <strong>en</strong> Boca de Apiza. Aun <strong>en</strong> el caso de que pudiera haber más, es claro que no<br />

se trata de un recurso técnico g<strong>en</strong>eralizado.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

CUADRO 3. C<strong>en</strong>so de pescadores, organizaciones y embarcaciones<br />

<strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> (año 2000)<br />

Organización Localidad Socios Lanchas<br />

Oficina <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

SCPP “Cambio de Organización” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 59 4<br />

SCPP “El Balsas” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 53 5<br />

SCPP “La Panga” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 77 8<br />

SCPP “Nuevo Horizonte” SCL Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 59 1<br />

Unión de Pescadores “Caribeña” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 30 3<br />

Unión de Pescadores “Navegantes” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 24 5<br />

Unión de Pescadores “Mata de Carrizo” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 54 3<br />

Unión de Pescadores “Lázaro Cárd<strong>en</strong>as” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 70 14<br />

Unión de Pescadores “Boca del Río” S de SS Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 19 5<br />

Unión de Pescadores “La Huerta” S de SS Guacamayas-Lázaro 58 3<br />

Cárd<strong>en</strong>as*<br />

Grupo Solidario 29 de Julio Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 71<br />

Permisionario Atanasio Arroyo Enríquez Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 2 4<br />

Permisionario Rigoberto Martínez M. Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 0 1<br />

Permisionario Miguel Ángel Espinoza Lázaro Cárd<strong>en</strong>as 4 1<br />

SCPP “Taracosta” SCL Playa Azul 20 2<br />

SCPP “Barra de Pichi” SCL Playa Azul 31 6<br />

SCPP “Playa Prieta” SCL Playa Azul 32 3<br />

Unión de Pescadores “La Tortuga” S de SS Playa Azul 15 0<br />

Unión de Pescadores “Barra de Tigre” S de SS Playa Azul 14 2<br />

Unión de Pescadores “Playa Azul” S de SS Playa Azul 21 1<br />

Permisionario Javier Solís Magaña Playa Azul 1 1<br />

SCPP “Máquina 501” SCL Las Calabazas 22 1<br />

SCPP “Bahía Palmera” SCL Carrizalillo 24 3<br />

Permisionario María García M<strong>en</strong>doza Carrizalillo 7 3<br />

SCPP “Marea Alta” SCL El Bejuco 15 0<br />

“Pescadores de El Bejuco” SCL El Bejuco 26 1<br />

Tonatiuh SC de RL Las Peñas 51 1<br />

Permisionario Alfonso Barragán Las Peñas 6 1<br />

Permisionario Irineo Farías Torres Las Peñas-Chuquiapan 5 1<br />

SCPP “Bahía de Bufadero” SCL Caleta de Campos 23 7<br />

SCPP “Altair” SCL Caleta de Campos 10 4<br />

Permisionario Pedro Val<strong>en</strong>cia Zúñiga Caleta de Campos 9 6<br />

SCPP “Mexcalhuacán” SCL Caletilla 22 4<br />

Permisionario Guillermo C<strong>en</strong>dejas A. Caletilla 20 5<br />

SCPP “Río Nexpa” SCL Nexpa 12 0<br />

43


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

CUADRO 3. Continuación<br />

Organización Localidad Socios Lanchas<br />

SCPP “Chuquiapan 85” SCL Chuquiapan<br />

Permisionario Javier M<strong>en</strong>doza Barajas Pichilinguillo 3 1<br />

* Isla de la Palma SC de RL Guacamayas 22 8<br />

* Pescadores de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as Ejido San Rafael* 45 7<br />

* Paso de Godoy La Villita* 40 25<br />

* Plan de Armas SCL Plan de Armas* 29 0<br />

* Puerto Solano Potreros de Ahuindo* 11 0<br />

* Eréndira de Garita S de SS<br />

* Grupo Sol. Mancomunado La Villita* 16 15<br />

Subtotal 1 159 165<br />

Oficina <strong>en</strong> Coahuayana<br />

SCPP Zapote I Huahua 15 7<br />

SCPP Pescadores La Val<strong>en</strong>ciana Pichilinguillo 26 8<br />

SCPP Pescadores Tizupan Tizupan 13 4<br />

SCPP Morrochino Cachán de Echeverría 19 10<br />

SCPP Pómaro Maruata 23 12<br />

SCPP Bahía de la V<strong>en</strong>tana Maruata 22 7<br />

SCPP Motín del Oro Faro de Bucerías 23 9<br />

SCPP Costa de <strong>Michoacán</strong> La Manzanilla 27 14<br />

SCPP La Manzanilla La Manzanilla 12 5<br />

SSS Salinas de la Placita La Placita 28 8<br />

SCPP El Ranchito-San Telmo San Telmo 21 8<br />

SCPP El Chocoquillo El Ticuiz 16 14<br />

SCPP El Platanito Boca de Apiza 17 8<br />

SSS Grupo Social Boca de Apiza Boca de Apiza 22 10<br />

*SSS Los Trojeños Coalcomán* 19 2<br />

*SSS Pescadores Unión de Pantla Coalcomán* 17 3<br />

SSS Permisionarios Boca de Apiza Boca de Apiza 7 16<br />

SCPP Langosteros del Órgano San Miguel del<br />

Río Coahuayana* 11<br />

SCPP Kamak-Kuixlap Pómaro* 19<br />

Subtotal 357 145<br />

TOTAL 1 516 310<br />

* Pesca <strong>en</strong> aguas interiores.<br />

Fu<strong>en</strong>te: Oficinas de la SEMARNAP <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y Coahuayana. Registros oficiales para el año 2000.<br />

44


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

La captura está compuesta por una gran diversidad de especies (como lo muestra<br />

el cuadro 4), no obstante, debido a la restringida demanda del mercado sólo sobresale<br />

la pesca de huachinango, robalo, sierra, flam<strong>en</strong>co, dorado, pargo y cazón a lo largo<br />

del litoral. La captura de langosta destaca <strong>en</strong> la costa c<strong>en</strong>tro, sobre todo <strong>en</strong> Maruata<br />

y Faro de Bucerías.<br />

En lo que se refiere a especies con escama, el huachinango es el que cu<strong>en</strong>ta con<br />

mayor demanda <strong>en</strong> el sector turístico local y regional –debido principalm<strong>en</strong>te al sabor<br />

y al color blanco de su carne–, hecho por el cual los pescadores se afanan <strong>en</strong> conseguir<br />

mayores montos de captura para obt<strong>en</strong>er mejores divid<strong>en</strong>dos. De igual forma, la langosta<br />

es un producto con alta demanda y bu<strong>en</strong> precio <strong>en</strong> el mercado, lo que hace que<br />

los pescadores la procur<strong>en</strong> y la prefieran antes que cualquier otra especie, siempre y<br />

cuando estén <strong>en</strong> el lugar apropiado y cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con los medios técnicos para atraparla.<br />

Muchas variedades de pescados, pese a que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> bu<strong>en</strong> sabor, no están bi<strong>en</strong> cotizadas<br />

<strong>en</strong> el mercado. Tal hecho se explica <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte por el desconocimi<strong>en</strong>to<br />

que priva sobre las difer<strong>en</strong>tes especies, pues la apari<strong>en</strong>cia física no grata a los ojos del<br />

turista y el tono oscuro de su carne hac<strong>en</strong> que se les rechace automáticam<strong>en</strong>te. Lo grave<br />

es que ello repercute negativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el sistema pesquero artesanal, dado que<br />

el pescador ti<strong>en</strong>e poco interés por capturar “bichos” que no le retribuy<strong>en</strong> el esfuerzo,<br />

lo que conduce a una actividad cada vez m<strong>en</strong>os diversificada.<br />

CUADRO 4. Principales especies marinas que se capturan <strong>en</strong> la costa michoacana<br />

Huachinango Pintillo L<strong>en</strong>guado Coyotillo<br />

Sierra Chancleta Barbilla Gallo<br />

Robalo Sábalo Boba Gallina<br />

Lisa Bococo Bicuda Ronco<br />

Ronco Baqueta Cocinero Percebe<br />

Pargo Salema Cuatete Rasposa<br />

Jurel Barrilete Flam<strong>en</strong>co Almeja<br />

Tiburón Cherna Rayada Ostión<br />

Cazón Coconaco Raya Langosta<br />

Ojotón Dorado Palometa Pulpo<br />

Pámpano Lora Rayadita Ratón<br />

Fu<strong>en</strong>te: PROFEPA-SISSA y registros oficiales de arribo 1999-2000, SEMARNAP.<br />

45


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

En lo que se refiere a la pesca contin<strong>en</strong>tal o de aguas interiores, los principales<br />

cuerpos de agua para este tipo de pesca son la presa La Villita <strong>en</strong> Guacamayas, los esteros<br />

Santa Ana, Pichi y Tigre <strong>en</strong> Playa Azul, y las lagunas de El Sauce, Chocoquillo,<br />

La Colorada y Mezcala <strong>en</strong> Coahuayana, así como los múltiples ríos que atraviesan la<br />

franja costera y que son aprovechados para tal fin <strong>en</strong> sus partes medias y bajas. Las<br />

principales especies que se obti<strong>en</strong><strong>en</strong> son tilapia, carpa, chacal y langostino.<br />

Organización y administración de la pesca<br />

La instancia organizativa de carácter federal que ti<strong>en</strong>e pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la costa michoacana<br />

es la SEMARNAP, <strong>en</strong>tidad que se <strong>en</strong>carga, <strong>en</strong>tre otras cosas, de conceder los permisos<br />

de pesca, de establecer las temporadas de veda y de llevar al corri<strong>en</strong>te los registros<br />

del número de pescadores, embarcaciones y organizaciones, lo mismo que de las cuotas<br />

de captura. Esta secretaría manti<strong>en</strong>e dos oficinas <strong>en</strong> la región, una <strong>en</strong> Ciudad Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as y otra <strong>en</strong> Coahuayana, cada una ocupando pequeños locales con la<br />

infraestructura mínima (sin vehículos ni teléfono), con pocos recursos a su disposición<br />

y con tres empleados <strong>en</strong>cargados de múltiples labores.<br />

En cuanto a la pesca, la primera delegación ti<strong>en</strong>e como área de jurisdicción desde<br />

el río Balsas hasta Pichilinguillo, y la segunda desde este último punto hasta el río<br />

Coahuayana. Estas dos oficinas se manejan con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia una de la otra, sin que<br />

exista <strong>en</strong> la práctica ninguna coordinación al operar <strong>en</strong> sus respectivas áreas, de tal<br />

manera que cada una maneja información parcial de la costa michoacana.<br />

Desde la docum<strong>en</strong>tación oficial se observa completam<strong>en</strong>te formalizado el conjunto<br />

de los pescadores que habitan el litoral. No obstante, esto de las cooperativas u<br />

otro tipo de organizaciones es, como diría Gatti, “una ficción total: puro slogan publicitario”<br />

(1990:6), dado que <strong>en</strong> este caso la mayor parte de las organizaciones trabajan<br />

bajo una dinámica muy difer<strong>en</strong>te a lo que tradicionalm<strong>en</strong>te se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de por cooperativismo.<br />

La mayor parte de éstas se erig<strong>en</strong> como tales para hacer fr<strong>en</strong>te a los requerimi<strong>en</strong>tos<br />

legales, pero <strong>en</strong> realidad son <strong>en</strong>tidades caóticas, con conflictos internos, mal<br />

administradas y <strong>en</strong> franca bancarrota.<br />

Muchas cooperativas utilizan el membrete para realizar diversos trámites legales,<br />

pero <strong>en</strong> su interior los “socios” muestran un alto grado de indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia e indivi-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

dualismo, <strong>en</strong> especial <strong>en</strong> lo que concierne a las decisiones sobre la captura y la v<strong>en</strong>ta<br />

del producto. Este caso lo ilustra perfectam<strong>en</strong>te “Bahía de Bufadero”, de Caleta<br />

de Campos, donde los pescadores no obedec<strong>en</strong> a una instancia organizativa que vaya<br />

más allá de sus equipos de pesca. La mayor parte de sus agremiados captura y v<strong>en</strong>de<br />

su producto de forma individual, interesándoles muy poco el rumbo de la sociedad<br />

cooperativa mi<strong>en</strong>tras no estorbe la consecución de los intereses personales o de pequeños<br />

grupos.<br />

Una razón principal por la que muchos pescadores buscan ser integrados a las listas<br />

de cooperativas, uniones de pescadores, grupos solidarios, etcétera, es que sólo por<br />

esa vía pued<strong>en</strong> conseguir los permisos de pesca por parte de la SEMARNAP, los cuales<br />

son indisp<strong>en</strong>sables para la práctica de la pesca, pues, de hecho, son autorizaciones<br />

para navegar, matrículas para legalizar embarcaciones y, lo más importante, derechos<br />

para capturar especies marinas. Otra razón para afiliarse es que sólo si<strong>en</strong>do agremiados<br />

de estas organizaciones es posible que las instituciones estatales o las empresas<br />

privadas los consider<strong>en</strong> dignos de crédito para que puedan adquirir embarcaciones y<br />

artes de pesca.<br />

En realidad estamos ante una clara desvinculación <strong>en</strong>tre tres aspectos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

que ver con el desarrollo de la pesca a pequeña escala: 1) Lo que de facto es el nivel<br />

organizativo del trabajo de pescador –que se ve determinado por la marcada autonomía<br />

del oficio–. 2) Los requerimi<strong>en</strong>tos legales que impone la lógica gubernam<strong>en</strong>tal para<br />

tratar de controlar el sector. 3) Los criterios de seguridad crediticia de las empresas<br />

estatales y privadas, que paradójicam<strong>en</strong>te han preferido tratar con cooperativas antes<br />

que con particulares.<br />

El proceso de la captura<br />

La pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> es un ciclo que está dividido <strong>en</strong> dos temporadas:<br />

la de secas, que va de noviembre a mayo, y la de lluvias, que va de junio a octubre. La<br />

primera es la más productiva dado que persist<strong>en</strong> circunstancias meteorológicas adecuadas<br />

para la navegación y el mar se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> condiciones idóneas para utilizar<br />

diversas artes de pesca. Por el contrario, la de lluvias constituye una temporada desfavorable,<br />

pues se pres<strong>en</strong>tan las torm<strong>en</strong>tas y los ciclones <strong>en</strong> el Pacífico, f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que<br />

47


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

cuando aparec<strong>en</strong> dificultan la <strong>en</strong>trada al mar, impid<strong>en</strong> utilizar algunas artes de pesca,<br />

como la cuerda y el anzuelo, o hac<strong>en</strong> imposible el buceo, por lo que muchos pescadores<br />

dejan de pescar durante este periodo.<br />

La temporada de lluvias provoca que se reduzcan los días de pesca, hecho por el<br />

cual muchos pescadores dejan de capturar durante la mitad del año, lo que se ve reflejado<br />

claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los montos de captura registrados. En la temporada de secas sobresal<strong>en</strong><br />

los meses de <strong>en</strong>ero, febrero, marzo, abril e incluso mayo como los más productivos.<br />

En el resto del año el nivel de captura se reduce y se manti<strong>en</strong>e más o m<strong>en</strong>os<br />

estable, dado que los pescadores de oficio permanec<strong>en</strong> tanto <strong>en</strong> las bu<strong>en</strong>as como <strong>en</strong><br />

las malas (véase gráfica 1).<br />

Por otra parte, los equipos de pesca <strong>en</strong> la costa de <strong>Michoacán</strong> comúnm<strong>en</strong>te están<br />

conformados por tres pescadores, aunque se dan casos <strong>en</strong> que se reduc<strong>en</strong> a dos personas<br />

o que llegan a reunir hasta cinco. Estos equipos incluy<strong>en</strong> a pari<strong>en</strong>tes y amigos<br />

para constituir un grupo efectivo que sea diestro para la captura, lo que se logra mediante<br />

la cooperación y la perseverancia de cada uno de sus integrantes. En muchos registros<br />

etnográficos sobre otras localidades pesqueras se ha señalado que los equipos de<br />

pesca suel<strong>en</strong> permanecer con su plantilla durante largo tiempo, afirmados incluso por<br />

los lazos de par<strong>en</strong>tesco (Blehr, 1963; Löfgr<strong>en</strong>, 1972; Marín, 2000). Sin embargo, <strong>en</strong><br />

este caso no es así, pues <strong>en</strong>tre los grupos de pescadores michoacanos no es fundam<strong>en</strong>tal<br />

laborar junto con familiares y, por otro lado, periódicam<strong>en</strong>te cambia la composición<br />

de los mismos debido a la gran movilidad laboral. 16<br />

Un equipo de pesca, antes de <strong>en</strong>trar al mar para efectuar una jornada de trabajo,<br />

primero se avitualla: requiere de veinte litros de gasolina para mover la embarcación,<br />

un litro de aceite para el motor, un pedazo de hielo para conservar fresco el pescado<br />

y un garrafón de agua o refrescos para saciar la sed durante la pesca. Cada pescador<br />

lleva sus alim<strong>en</strong>tos y se provee de lo que dispone: por lo g<strong>en</strong>eral panes, tortas o tacos.<br />

La pesca puede realizarse de día o de noche, y todo dep<strong>en</strong>de de las prefer<strong>en</strong>cias<br />

y necesidades de cada uno de los equipos. En muchas comunidades de la costa, los<br />

pescadores prefier<strong>en</strong> <strong>en</strong>trar al mar por la noche, ya que así evitan los inclem<strong>en</strong>tes<br />

16 Muchos pescadores se ocupan principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la agricultura comercial regional o recurr<strong>en</strong> a la migración<br />

a los Estados Unidos.<br />

48


TONELADAS<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEPT OCT NOV DIC<br />

GRÁFICA 1. Captura <strong>en</strong> la costa sureste de <strong>Michoacán</strong> (1999). Fu<strong>en</strong>te: Oficina de SEMARNAP, Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as.<br />

rayos del sol. En este caso se embarcan cuando cae el sol –<strong>en</strong>tre seis y siete de la tarde–,<br />

hora <strong>en</strong> que aún hay luz para ori<strong>en</strong>tarse y buscar los sitios de pesca. La forma <strong>en</strong><br />

que se ori<strong>en</strong>tan para <strong>en</strong>contrar los sitios adecuados consiste <strong>en</strong> un sistema de marcas.<br />

Los pescadores siempre navegan a vista de costa, normalm<strong>en</strong>te no sobrepasan los tres<br />

kilómetros desde la orilla, de tal forma que siempre ti<strong>en</strong><strong>en</strong> puntos de refer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />

el horizonte.<br />

El sistema de ori<strong>en</strong>tación y de id<strong>en</strong>tificación de los sitios de pesca consiste <strong>en</strong> una<br />

s<strong>en</strong>cilla triangulación de marcas. Se trata de ir id<strong>en</strong>tificando desde la lancha algunos<br />

puntos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> un primer plano de la costa, como picos de cerros, casas,<br />

palmeras, etcétera; luego, conforme la embarcación se va desplazando, esas marcas<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que coincidir con otras del mismo tipo que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> un segundo plano,<br />

como cimas de montañas, abertura de cañadas o algún accid<strong>en</strong>te geográfico que se<br />

reconozca desde el mar. Cuando las marcas del primer plano coincid<strong>en</strong> con las del segundo<br />

<strong>en</strong>tonces se supone que se ha dado con el sitio deseado. Así, este sistema funciona<br />

a modo de un seleccionador de coord<strong>en</strong>adas, pues sitúa a los pescadores <strong>en</strong> puntos<br />

cardinales a partir de su movilidad <strong>en</strong> un carril imaginario perp<strong>en</strong>dicular a la línea<br />

49


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

CIMA<br />

CUEVA<br />

ÁRBOL<br />

FIGURA 3. Sistema de marcas para ubicar los sitios de pesca.<br />

PALMA<br />

costera y, al mismo tiempo, estimando la distancia precisa <strong>en</strong>tre su ubicación mar<br />

ad<strong>en</strong>tro y la referida línea litoral (véase figura 3).<br />

Después de que id<strong>en</strong>tifican el espacio de pesca, arrojan el grampín 17 al fondo del<br />

mar para anclarse. Ahí les cae la noche mi<strong>en</strong>tras cada uno de los pescadores se dedica<br />

con sus respectivas cuerdas a esperar que los peces muerdan el anzuelo y a ir sacando<br />

uno por uno lo que será su “marea”. 18 De esta forma pued<strong>en</strong> pasar las horas hasta<br />

el amanecer, aunque algunos pescadores, al advertir que la captura no será bu<strong>en</strong>a,<br />

prefier<strong>en</strong> dormir ahí mismo para no esforzarse inútilm<strong>en</strong>te. Al amanecer, cerca de las<br />

6 o 7 de la mañana, regresan exhaustos a sus hogares.<br />

También es común que qui<strong>en</strong>es pescan de noche ti<strong>en</strong>dan sus trasmallos, los cuales<br />

son levantados cada dos, tres o cuatro horas –dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de la luz de la malla y de<br />

17 Un ancla de hierro comúnm<strong>en</strong>te fabricada con varilla corrugada.<br />

18 Los pescadores le llaman “marea” al monto total de su captura <strong>en</strong> una jornada de trabajo.<br />

50<br />

ANTENA<br />

CIMA


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

la especie que se desea capturar–. A difer<strong>en</strong>cia de la pesca con cuerda, <strong>en</strong> este arte<br />

de pesca se requiere de la colaboración de dos o más personas para instalarla y para<br />

recogerla. Mi<strong>en</strong>tras tanto, la captura se acumula y se conserva <strong>en</strong> una pequeña hielera<br />

de unicel o <strong>en</strong> el piso de la embarcación.<br />

La pesca con cuerda o con trasmallo también se realiza a la luz del día, ya que muchos<br />

pescadores se rehúsan a trabajar por la noche. 19 En este caso no hay un horario<br />

idóneo para <strong>en</strong>trar al mar y cada equipo de pesca elige su hora de partida. No obstante,<br />

pescar a la luz del día ti<strong>en</strong>e sus desv<strong>en</strong>tajas, pues se requiere de mayor esfuerzo físico<br />

dada la int<strong>en</strong>sidad de los rayos solares y el proceso de deshidratación natural del<br />

cuerpo humano. G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te los pescadores regresan a sus casas decepcionados<br />

por no haber logrado una bu<strong>en</strong>a captura, y <strong>en</strong>tonces se quejan de que sólo van al mar<br />

a “asolearse”.<br />

Cuando los equipos de pesca regresan de su jornada de trabajo, de inmediato se<br />

dirig<strong>en</strong> al local de su cooperativa u organización correspondi<strong>en</strong>te para que las capturas<br />

sean pesadas, registradas y almac<strong>en</strong>adas <strong>en</strong> pequeñas hieleras o frigoríficos. La<br />

mayor parte del producto es conc<strong>en</strong>trado por las cooperativas, uniones de pescadores<br />

o permisionarios, que se <strong>en</strong>cargan de v<strong>en</strong>derlo al mejor precio posible.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, cuando los tesoreros de las organizaciones recib<strong>en</strong> el pago por el total<br />

del producto v<strong>en</strong>dido, revisan la lista de sus socios y los correspondi<strong>en</strong>tes registros<br />

de captura de los equipos de pesca; así, a uno por uno se les va pagando de acuerdo<br />

con el precio de las especies capturadas y con su peso respectivo.<br />

EL COMERCIO DEL PESCADO<br />

El total de los pescadores de la costa de <strong>Michoacán</strong> v<strong>en</strong>de la mayor parte de sus<br />

capturas a intermediarios locales y regionales que viv<strong>en</strong> de la compra-v<strong>en</strong>ta y la distribución<br />

de los productos marinos. Sólo unas pocas organizaciones pesqueras cercanas<br />

al polo industrial están <strong>en</strong> posibilidades de ofrecer directam<strong>en</strong>te al consumidor o al<br />

exp<strong>en</strong>dedor de m<strong>en</strong>udeo una parte de sus productos.<br />

19 De manera humorística, los pescadores argum<strong>en</strong>tan que no sal<strong>en</strong> a pescar de noche porque no le quier<strong>en</strong><br />

dar oportunidad al “Sancho”, refiriéndose a la posibilidad de que sus esposas se consigan un amante.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Los pescadores prefier<strong>en</strong> v<strong>en</strong>der directam<strong>en</strong>te al consumidor o al restaurantero<br />

local, pues por esta vía obti<strong>en</strong><strong>en</strong> mejores precios por el pescado; sin embargo, la relación<br />

mercantil que no pasa por los intermediarios sólo es posible realizarla <strong>en</strong> Ciudad<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y <strong>en</strong> Playa Azul, 20 aunque <strong>en</strong> cantidades muy limitadas. Así, la<br />

mayor parte de las capturas van a parar necesariam<strong>en</strong>te a manos de los acaparadores,<br />

pues no existe una alternativa comercial para canalizar los recursos, de ahí que sea<br />

importante señalar que los pescadores obti<strong>en</strong><strong>en</strong> escaso provecho de su trabajo, aun<br />

<strong>en</strong> las circunstancias actuales <strong>en</strong> que la demanda de pescado crece moderadam<strong>en</strong>te<br />

día con día.<br />

Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as es donde se conc<strong>en</strong>tra la mayor parte de los intermediarios<br />

de pescado; a la vez, es el único punto de la costa michoacana <strong>en</strong> el que existe un<br />

mercado de pescado para la v<strong>en</strong>ta directa al m<strong>en</strong>udeo y un sector de servicios relativam<strong>en</strong>te<br />

importante. Por otra parte, <strong>en</strong> el resto de la costa se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una gran variedad<br />

de intermediarios locales que adquier<strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte de las capturas, e igualm<strong>en</strong>te<br />

exist<strong>en</strong> comerciantes regionales que con frecu<strong>en</strong>cia visitan los pueblos <strong>en</strong> busca<br />

del producto.<br />

Los comerciantes de mayor capacidad económica se dedican a acaparar las cuotas<br />

de pesca de difer<strong>en</strong>tes grupos de pescadores a lo largo de la costa de <strong>Michoacán</strong> y estados<br />

vecinos. Pero además, a la vez que recog<strong>en</strong> el pescado para llevarlo a los c<strong>en</strong>tros<br />

de consumo de importancia turística, introduc<strong>en</strong> al litoral michoacano productos<br />

marinos que no se capturan localm<strong>en</strong>te, pero que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cierta demanda debido<br />

a un sector turístico incipi<strong>en</strong>te. Así, estos comerciantes llevan a otros lugares huachinango,<br />

langosta, pargo, boba, cherla, robalo, baqueta y pintillo, que son especies de<br />

primera clase, así como lisa, sierra, rayadita, ronco, jurel, barbilla, ratón, bicuda y totoaba,<br />

que son de segunda, y al mismo tiempo introduc<strong>en</strong> a la costa michoacana camarón,<br />

pulpo, caracol, almeja, callo de hacha y jaiba, principalm<strong>en</strong>te.<br />

De esta forma, el papel de los acaparadores o intermediarios es sumam<strong>en</strong>te importante,<br />

pues a pesar de que se llevan la mayor parte de los b<strong>en</strong>eficios, son indisp<strong>en</strong>-<br />

20 En estas dos poblaciones es posible v<strong>en</strong>der directam<strong>en</strong>te al consumidor o a los restauranteros, porque <strong>en</strong><br />

la primera es alto el índice de población y por tanto de la demanda, y <strong>en</strong> la segunda porque tradicionalm<strong>en</strong>te ha<br />

sido la localidad más visitada por los turistas que acud<strong>en</strong> a las playas michoacanas.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

sables para canalizar el producto <strong>en</strong> el mercado, lo que garantiza la remuneración más<br />

o m<strong>en</strong>os perman<strong>en</strong>te de qui<strong>en</strong>es lo capturan, al tiempo que int<strong>en</strong>sifica y da continuidad<br />

al ciclo de la actividad pesquera. Asimismo, los intermediarios hac<strong>en</strong> posible<br />

un circuito mercantil de productos pesqueros que da forma a un mecanismo de<br />

articulación regional, pues el mercado crea redes de relaciones <strong>en</strong>tre pescadores,<br />

intermediarios, v<strong>en</strong>dedores, restauranteros y consumidores <strong>en</strong> torno de un vasto espacio<br />

geográfico.<br />

Los pescadores, y nadie más que ellos, sab<strong>en</strong> de la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de t<strong>en</strong>er un bu<strong>en</strong><br />

sistema de comercialización, de modo que se preocupan tanto por las condiciones<br />

meteorológicas para la realización de su trabajo como por conseguir un comprador y<br />

un bu<strong>en</strong> precio por su pescado. Por esto mismo, las organizaciones pesqueras crean<br />

sus estrategias de v<strong>en</strong>ta. Las capturas que los pescadores <strong>en</strong>tregan a sus cooperativas<br />

se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> hielo uno o dos días <strong>en</strong> pequeñas hieleras o bodegas improvisadas,<br />

mi<strong>en</strong>tras los directivos buscan al cli<strong>en</strong>te idóneo y negocian el mejor precio posible.<br />

En el ámbito de la pesca ribereña el éxito de la comercialización de la captura frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

requiere de que los pescadores establezcan conv<strong>en</strong>ios o compromisos<br />

de largo plazo con comerciantes e intermediarios (Acheson, 1988; Marín, 2000:188-<br />

198). En <strong>Michoacán</strong>, muchas veces las organizaciones o los pescadores libres convi<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

de antemano que <strong>en</strong>tregarán a un comprador <strong>en</strong> particular el total de sus capturas.<br />

Esto se debe a que realizan un pacto con el intermediario <strong>en</strong> el que ambas partes<br />

obti<strong>en</strong><strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficios: uno consigue un suministro regular de pescado y a un precio<br />

más o m<strong>en</strong>os uniforme, y los otros, un “patrón” que les asegura los ingresos y que les<br />

ayuda a solucionar problemas económicos por la vía de préstamos, sobre todo cuando<br />

sal<strong>en</strong> a relucir algunas dificultades técnicas, accid<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong>fermedades, muertes<br />

y otros imprevistos.<br />

En otras ocasiones los pescadores manti<strong>en</strong><strong>en</strong> sus capturas <strong>en</strong> las hieleras durante<br />

uno o dos días mi<strong>en</strong>tras se preocupan por <strong>en</strong>contrar al comprador que ofrezca el mejor<br />

precio. Es habitual que algún miembro de una organización –sobre todo un directivo–<br />

mant<strong>en</strong>ga un conocimi<strong>en</strong>to actualizado sobre las fluctuaciones del mercado y las<br />

características de los compradores locales y regionales, de tal forma que es posible<br />

contar con un directorio y un abanico de posibilidades con las cuales se puede jugar<br />

para realizar bu<strong>en</strong>os negocios.<br />

53


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Intermediarios y pescadores conoc<strong>en</strong> bi<strong>en</strong> las reglas del juego: “El precio del pescado<br />

dep<strong>en</strong>de de la escasez y la abundancia. Habi<strong>en</strong>do abundancia los precios se pon<strong>en</strong><br />

muy bajos, y cuando escasea sube el precio. Cuando yo necesito juntar una <strong>en</strong>trega<br />

t<strong>en</strong>go que arrimarme con los pescadores para comprarles y ofrecerles un bu<strong>en</strong><br />

precio. Cuando me vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a buscar t<strong>en</strong>go la posibilidad de poner mis precios; por eso<br />

aprovecho cuando me ofrec<strong>en</strong> el pescado para comprarlo más barato” (<strong>en</strong>trevista con<br />

Raúl Suazo, “La Chiva”). 21 “Qui<strong>en</strong> busca es qui<strong>en</strong> necesita, y eso siempre lo debes<br />

t<strong>en</strong>er pres<strong>en</strong>te. Tú como pescador ti<strong>en</strong>es que ir tras el comprador y rogarle que te<br />

compre, pues ya ti<strong>en</strong>es el pescado listo; <strong>en</strong> cambio, cuando ellos necesitan vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a<br />

buscarte y te pid<strong>en</strong> más de lo que ti<strong>en</strong>es... es ahí cuando puedes aprovechar para exigir<br />

un mejor precio” (<strong>en</strong>trevista con Arturo Navarrete, “El Bolero”, 21-9-2000).<br />

Cuando los pescadores ti<strong>en</strong><strong>en</strong> reunido un bu<strong>en</strong> monto, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te llaman por<br />

teléfono a un comprador y negocian con él. Más tarde, después de concertado un conv<strong>en</strong>io<br />

de compra-v<strong>en</strong>ta, el pescado es recogido directam<strong>en</strong>te por intermediarios –o<br />

por sus empleados que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> base <strong>en</strong> varios pueblos–, qui<strong>en</strong>es recorr<strong>en</strong> <strong>en</strong> camionetas<br />

parte de la costa de Guerrero, <strong>Michoacán</strong>, Colima y Jalisco para recaudar la producción<br />

de pequeñas comunidades pesqueras, pagando precios relativam<strong>en</strong>te bajos,<br />

para después surtir y v<strong>en</strong>der <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros de consumo más importantes, principalm<strong>en</strong>te<br />

Guadalajara, Morelia, Acapulco, Zihuatanejo y Manzanillo.<br />

Hay grandes difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> cuanto a las características de los comerciantes de pescado,<br />

sobre todo por las distintas capacidades económicas de compra, por las especialidades<br />

de los productos que comercian, por las estrategias de captación y v<strong>en</strong>ta del<br />

pescado y por el tipo de mercado <strong>en</strong> el cual p<strong>en</strong>etran. No obstante, tratando de simplificar,<br />

se puede ofrecer la sigui<strong>en</strong>te clasificación:<br />

1. Comerciantes regionales al mayoreo, principalm<strong>en</strong>te con base <strong>en</strong> Acapulco, Zihuatanejo<br />

y Manzanillo, que acopian grandes volúm<strong>en</strong>es de pescado recorri<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> camionetas diversos pueblos de la costa para llevarlos a esos c<strong>en</strong>tros turísticos.<br />

Al mismo tiempo que acaparan el pescado distribuy<strong>en</strong> mariscos <strong>en</strong> los distintos<br />

restaurantes de la costa michoacana.<br />

21 Entrevista realizada por Jorge Alberto Cano el 22 de septiembre de 2000.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

2. Comerciantes locales, as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> su mayoría <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, que<br />

manejan grandes cantidades de pescado, comprando regularm<strong>en</strong>te a las organizaciones<br />

pesqueras para luego llevar el producto a las ciudades antes m<strong>en</strong>cionadas y a<br />

Morelia, Guadalajara y el Distrito Federal. Igualm<strong>en</strong>te, a su regreso surt<strong>en</strong> de mariscos<br />

a los establecimi<strong>en</strong>tos locales.<br />

3. Comerciantes locales de pequeñas comunidades que a su vez son concesionarios<br />

o socios de cooperativas, y que a modo de “caciques” acaparan montos medianos<br />

de captura para v<strong>en</strong>derlos <strong>en</strong> los c<strong>en</strong>tros consumidores de las ciudades m<strong>en</strong>cionadas.<br />

4. Comerciantes a pequeña escala (comúnm<strong>en</strong>te pescadores o mujeres) que se dedican<br />

a “ranchear”, es decir a recorrer poblados pobres, marginados o de difícil acceso,<br />

ofreci<strong>en</strong>do pescado fresco y barato pero de segunda calidad, el cual se consume<br />

principalm<strong>en</strong>te a nivel doméstico.<br />

Entre los comerciantes más reconocidos de la primera categoría se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra Francisco<br />

Carreón, “El Hermano”, que opera desde Manzanillo. Junto con sus empleados<br />

y a bordo de dos camionetas, recorre toda la costa michoacana y estados vecinos acopiando<br />

el pescado de difer<strong>en</strong>tes pueblos. Sólo <strong>en</strong> <strong>Michoacán</strong> recoge sistemáticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

Boca de Apiza, Faro de Bucerías, Pichilinguillo, Maruata y <strong>en</strong> ocasiones Playa Azul.<br />

En la segunda categoría destaca Raúl Suazo, “La Chiva”, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong> la actualidad<br />

posee tres camionetas (de 1 /2, 1 y 3 toneladas de capacidad de carga) equipadas para<br />

transportar pescado fresco <strong>en</strong> montos de <strong>en</strong>tre 500 kilos y 2 toneladas. En promedio<br />

realiza dos o tres viajes por semana, cubri<strong>en</strong>do un área que incluye el Distrito Federal,<br />

Guadalajara, Zihuatanejo, Acapulco y Manzanillo, <strong>en</strong>tre otros puntos.<br />

En el tercer lugar de la clasificación sobresal<strong>en</strong> Pedro Val<strong>en</strong>cia y Jesús Gómez,<br />

qui<strong>en</strong>es acaparan la mayor parte de las capturas <strong>en</strong> Caleta de Campos. Por su parte,<br />

Jesús Olea, “El Huevero”, hace lo mismo <strong>en</strong> Faro de Bucerías y pueblos vecinos; Obdulia<br />

Morales opera desde San Telmo, y los hermanos Valdez Gallardo y José Galeana<br />

controlan el mercado <strong>en</strong> Boca de Apiza. Todos ellos surt<strong>en</strong> el mercado regional de la<br />

costa c<strong>en</strong>tro del Pacífico.<br />

En la cuarta categoría se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra una gran cantidad de personas, hombres y mujeres<br />

a lo largo de la costa, que acopian reducidas cantidades de pescado, sobre todo del<br />

de segunda clase, y lo v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a familias de escasos recursos <strong>en</strong> colonias populares y<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

<strong>en</strong> poblados rústicos. En el litoral este es uno de los pequeños negocios que se llevan<br />

a efecto cotidianam<strong>en</strong>te, pues sin ninguna inversión de por medio es posible obt<strong>en</strong>er<br />

un poco de dinero.<br />

LAS ESTADÍSTICAS DE CAPTURA Y LA IMPORTANCIA DE LA PESCA RIBEREÑA<br />

La captura total que registra el estado de <strong>Michoacán</strong> para 1999 asci<strong>en</strong>de a 18 288 toneladas,<br />

de las cuales 17 845 se destinan al consumo humano (SEMARNAP, 2000). Lo<br />

paradójico del caso es que el 95% del total de la captura corresponde a la que se realiza<br />

<strong>en</strong> aguas interiores y es producto principalm<strong>en</strong>te de la acuacultura (básicam<strong>en</strong>te mojarra,<br />

carpa, charal y bagre). Por otro lado, la costa de <strong>Michoacán</strong> aportó para ese año<br />

956 toneladas (sobre todo de huachinango, pargo, jurel y sierra), lo que significa el<br />

5% de la pesca estatal, 22 una cifra sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te nimia dadas las pot<strong>en</strong>cialidades<br />

de la costa y las expectativas que ésta repres<strong>en</strong>ta para cualquier gobierno que pret<strong>en</strong>da<br />

optimizar sus recursos.<br />

No obstante, es necesario aclarar que las cifras anteriores no reflejan los volúm<strong>en</strong>es<br />

reales de captura, ni son el único criterio para juzgar la importancia de la pesca marina<br />

michoacana. Debe considerarse que bu<strong>en</strong>a parte de las capturas queda sin registro,<br />

pues es común que los pescadores no <strong>en</strong>tregu<strong>en</strong> a sus respectivas cooperativas la<br />

totalidad de su pesca, dado que rehúy<strong>en</strong> cumplir con la obligación de aportar un porc<strong>en</strong>taje<br />

del precio de sus productos, lo que es necesario para cubrir los gastos de administración<br />

de las organizaciones. De tal forma, muchas veces se v<strong>en</strong>d<strong>en</strong> las capturas<br />

personalm<strong>en</strong>te, sin pasar por las cooperativas, las uniones de pescadores o los permisionarios.<br />

Además, las cooperativas nunca registran ante la SEMARNAP el total de sus capturas.<br />

Las cooperativas están ex<strong>en</strong>tas legalm<strong>en</strong>te de pagar impuestos, pero ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que cubrir<br />

un porc<strong>en</strong>taje de sus gastos administrativos contables, así que eso dep<strong>en</strong>de de sus<br />

montos de captura, pero como <strong>en</strong> realidad no hay nadie que fiscalice tal operación, las<br />

22 Las 956 toneladas correspond<strong>en</strong> a los registros de captura de las dos oficinas de la SEMARNAP que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

<strong>en</strong> la costa. Para colmo, a esta cantidad todavía hay que restarle las capturas de los pescadores de aguas<br />

interiores, sobre todo de la presa La Villita.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

organizaciones registran montos m<strong>en</strong>ores a los reales con la int<strong>en</strong>ción de pagar m<strong>en</strong>os.<br />

Por otra parte, las cooperativas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> establecido por parte de SEMARNAP un tope mínimo<br />

de capturas, y si no lo cumpl<strong>en</strong> se les am<strong>en</strong>aza con darlas de baja. Por ello las<br />

cooperativas se las ing<strong>en</strong>ian para reportar el término medio, es decir no mucho, para<br />

evitar altos pagos de impuestos, ni poco, para que SEMARNAP no las dé de baja. De ahí<br />

que no podemos confiar ciegam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la precisión de las cifras estadísticas que dan<br />

cu<strong>en</strong>ta de los volúm<strong>en</strong>es de captura. 23<br />

Se puede conceder que las capturas registradas son un reflejo de la realidad, y aun<br />

así los montos de las capturas per se no nos dic<strong>en</strong> mucho, pues es indisp<strong>en</strong>sable tomar<br />

<strong>en</strong> consideración el precio de las mismas (normalm<strong>en</strong>te las especies marinas son más<br />

valiosas que las que se extra<strong>en</strong> de aguas interiores), pero sin duda lo más relevante<br />

es analizar y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der esta captura <strong>en</strong> relación con un sistema económico y de reproducción<br />

social.<br />

La pesca, como se ha visto, ha sido fundam<strong>en</strong>tal para el establecimi<strong>en</strong>to de núcleos<br />

de población <strong>en</strong> el litoral y, por tanto, base del crecimi<strong>en</strong>to de la economía regional<br />

–aunque esto último no resulta evid<strong>en</strong>te si se mide a través de los indicadores clásicos<br />

de participación económica–. Los primeros pobladores de la costa michoacana<br />

llegaron de Guerrero, Colima y la Sierra Madre del Sur <strong>en</strong> busca de sust<strong>en</strong>to junto al<br />

mar, y <strong>en</strong>contraron <strong>en</strong> la pesca una actividad apropiada para su as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to. De ahí<br />

que muchos que fueron campesinos ahora sean pescadores, los cuales v<strong>en</strong> <strong>en</strong> su actividad<br />

una labor redituable o cuando m<strong>en</strong>os la más viable para su manut<strong>en</strong>ción. Ros<strong>en</strong>do<br />

Flores, un indíg<strong>en</strong>a nahua nativo de Pómaro, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong> 1966 bajó de la sierra a vivir a<br />

las playas de Maruata, expresa lo que muchos otros: “Me vine para acá porque allá no<br />

había nada que hacer, la vida estaba muy difícil <strong>en</strong> el pueblo. No es como aquí, que<br />

uno puede sobrevivir más fácilm<strong>en</strong>te, pues uno se puede mant<strong>en</strong>er de la pesca, y<br />

cuando la situación se pone difícil, pues uno puede obt<strong>en</strong>er cuando m<strong>en</strong>os un pescado<br />

para que se alim<strong>en</strong>te la familia” (<strong>en</strong>trevista realizada el 29 de septiembre de 2000).<br />

23 Un problema adicional es el relacionado con los criterios que rig<strong>en</strong> el levantami<strong>en</strong>to de la información, el<br />

manejo de los datos y la disponibilidad de los mismos. En lo que se refiere a la costa de <strong>Michoacán</strong> no hay ninguna<br />

publicación oficial o docum<strong>en</strong>to alguno para servicio de las propias oficinas regionales y de otras instituciones,<br />

que indique de manera resumida el número de pescadores exist<strong>en</strong>tes, las cifras de embarcaciones y artes de pesca,<br />

ni los montos de captura m<strong>en</strong>sual y anual del conjunto de las cooperativas.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

La importancia de la pesca ribereña <strong>en</strong> la economía y <strong>en</strong> la sociedad costeña no se<br />

expresa sólo <strong>en</strong> los montos de captura, sino <strong>en</strong> las funciones que cumple <strong>en</strong> el marco<br />

de un contexto social y económico particular, <strong>en</strong> este caso caracterizado por una<br />

pobreza g<strong>en</strong>eralizada y por la car<strong>en</strong>cia de recursos y de oportunidades de trabajo para<br />

obt<strong>en</strong>er ingresos económicos con que subsistir. Un primer punto de relevancia es el<br />

hecho de que la pesca ti<strong>en</strong>e la capacidad de satisfacer las necesidades alim<strong>en</strong>ticias<br />

de los pobladores locales.<br />

El pescado es el primer alim<strong>en</strong>to proveedor de proteínas <strong>en</strong> la mayor parte de las<br />

pequeñas poblaciones as<strong>en</strong>tadas a lo largo del litoral, sobre todo <strong>en</strong> la zona nahua,<br />

donde su disponibilidad es escasa. La producción de pescado es muy modesta <strong>en</strong> relación<br />

con la de otros alim<strong>en</strong>tos, pero el nivel de consumo de las personas que viv<strong>en</strong><br />

cerca de los c<strong>en</strong>tros de dicha producción supera a m<strong>en</strong>udo al de los urbanos, de tal<br />

forma que esta actividad se vuelve estratégica. Además, el volum<strong>en</strong> de captura obt<strong>en</strong>ido<br />

<strong>en</strong> la costa ha trasc<strong>en</strong>dido los límites de la subsist<strong>en</strong>cia, convirtiéndose <strong>en</strong> una oferta<br />

de alim<strong>en</strong>tos que abastece c<strong>en</strong>tros urbanos nacionales por la vía del comercio, lo<br />

que hace que se exti<strong>en</strong>da el área de influ<strong>en</strong>cia de los b<strong>en</strong>eficios para la alim<strong>en</strong>tación<br />

humana.<br />

Por otro lado, la pesca es una actividad que contribuye de manera importante a la<br />

g<strong>en</strong>eración de empleos y de ingresos para miles de familias, pues ti<strong>en</strong>e la particularidad<br />

de que ofrece ocupación remunerada <strong>en</strong> un medio que está excluido de la estructura<br />

productiva industrial, comercial y de servicios que repres<strong>en</strong>ta Ciudad Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as y su área de influ<strong>en</strong>cia. De hecho, <strong>en</strong> la costa c<strong>en</strong>tro y norte, la pesca constituye<br />

una de las pocas fu<strong>en</strong>tes de trabajo para la subsist<strong>en</strong>cia familiar, junto con el<br />

turismo de baja int<strong>en</strong>sidad y la agricultura. Por lo tanto, no es desdeñable el hecho<br />

de que 2 000 pescadores –junto con sus familias– logr<strong>en</strong> con medios técnicos s<strong>en</strong>cillos<br />

y con el mínimo de inversión, una economía particular que es <strong>en</strong> estricto s<strong>en</strong>tido<br />

una forma de vida.<br />

Asimismo, es importante reconocer que alrededor de qui<strong>en</strong> captura el pescado hay<br />

otro tipo de trabajadores que dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> y viv<strong>en</strong> de la pesca, como es el caso de los<br />

acaparadores, comerciantes, restauranteros, <strong>en</strong>ramaderos, transportistas, fabricantes<br />

de hielo, exp<strong>en</strong>dedores de combustible, etcétera, que son parte fundam<strong>en</strong>tal del <strong>en</strong>granaje<br />

de las pesquerías y de la economía de la región.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Los pescadores –salvo <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as– viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> pequeñas comunidades<br />

que han conformado un modus viv<strong>en</strong>di indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de los grandes proyectos<br />

de desarrollo que políticos y empresarios han diseñado para la costa michoacana.<br />

Las poblaciones as<strong>en</strong>tadas a lo largo del litoral han salido adelante desarrollando, <strong>en</strong><br />

la medida de sus limitaciones, <strong>actividades</strong> que no impresionan a los analistas económicos,<br />

pero que son significativas para la subsist<strong>en</strong>cia y para la integración económica<br />

y social de un espacio poco at<strong>en</strong>dido por el Estado.<br />

LA PESCA Y LA VIDA POLÍTICA<br />

La marginación económica y social de los pescadores se traduce también <strong>en</strong> una débil<br />

posición política y, por tanto, <strong>en</strong> poca capacidad para cont<strong>en</strong>er los embates de otras<br />

<strong>actividades</strong> económicas que compit<strong>en</strong> por los espacios estratégicos y por el uso de los<br />

recursos <strong>en</strong> sus áreas de vivi<strong>en</strong>da y de trabajo; tal es el caso de la expansión de la industria<br />

siderúrgica y de la actividad portuaria <strong>en</strong> la cabecera municipal de Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as, y, <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida, del turismo <strong>en</strong> el resto de la costa.<br />

Los pescadores del litoral de <strong>Michoacán</strong>, más allá de sus malogradas cooperativas,<br />

no participan como gremio <strong>en</strong> otro tipo de organizaciones para luchar conjuntam<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> su provecho. Los pescadores de una y otra comunidad se conoc<strong>en</strong> y manti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

amistad <strong>en</strong>tre sí, pero no existe ninguna instancia de nivel ampliado que los constituya<br />

como comunidad de oficio con facultades para la negociación <strong>en</strong> todos aquellos<br />

asuntos que les son vitales para su reproducción y superviv<strong>en</strong>cia. La excepción<br />

la forman los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, qui<strong>en</strong>es se han erigido como<br />

un caso notable de movilización social y política no sólo <strong>en</strong>tre los pescadores, sino<br />

también <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes sectores laborales del puerto (véase Cano González <strong>en</strong><br />

esta misma obra).<br />

A mediados de la década de los och<strong>en</strong>ta los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as<br />

–que capturan <strong>en</strong> la desembocadura del río Balsas, esteros y parte del litoral– com<strong>en</strong>zaron<br />

a darse cu<strong>en</strong>ta del desc<strong>en</strong>so de sus cuotas de captura, así como de la reducción<br />

de sus áreas de pesca y de la desaparición de algunas especies. Por supuesto, esto lo<br />

relacionaron con el crecimi<strong>en</strong>to de la industria y con la contaminación que ésta producía<br />

<strong>en</strong> el río, <strong>en</strong> los esteros y <strong>en</strong> el mar. En 1991 todas las organizaciones pesqueras<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

de la ciudad (<strong>en</strong> total tres cooperativas, seis uniones de pescadores, un grupo solidario<br />

y cuatro permisionarios) 24 se unieron bajo el liderazgo de José Luis Valdovinos,<br />

qui<strong>en</strong> ofreció asesoría legal para llevar a bu<strong>en</strong> puerto las demandas de los pescadores<br />

ante las empresas SICARTSA, NKS, PEMEX, FERTINAL, ISPAT y SERSINSA.<br />

Los pescadores pedían la rehabilitación ecológica de las zonas dañadas por la contaminación,<br />

programas de desarrollo para activar la pesca ribereña, vivi<strong>en</strong>da para ellos<br />

y sus familias y una indemnización por las pérdidas que desde años atrás habían sufrido<br />

<strong>en</strong> sus cuotas de pesca, todo debido a la neglig<strong>en</strong>cia e inconci<strong>en</strong>cia de los administradores<br />

de tales empresas, con lo cual afectaron grave e irreversiblem<strong>en</strong>te el medio<br />

natural.<br />

Las tácticas del Sector Pesquero –así d<strong>en</strong>ominado por ellos mismos– han consistido<br />

<strong>en</strong> múltiples marchas, plantones y sobre todo bloqueos <strong>en</strong> lugares estratégicos<br />

para la industria, con la finalidad de presionar a las empresas para que respondan a sus<br />

demandas. Al mismo tiempo, han buscado involucrar a difer<strong>en</strong>tes instituciones de gobierno<br />

y a políticos locales para que sirvan como intermediarios <strong>en</strong> las negociaciones,<br />

lo que ha resultado ser una v<strong>en</strong>tana propagandística para el movimi<strong>en</strong>to, pues así adquiere<br />

carácter de asunto público prioritario.<br />

Las negociaciones iniciales <strong>en</strong>tre pescadores y empresas fueron ríspidas, a tal grado<br />

que <strong>en</strong> junio de 1992 fue asesinado el líder José Luis Valdovinos, y nació la sospecha<br />

de que había sido obra intelectual de los industriales, cosa que sólo trasc<strong>en</strong>dió a nivel<br />

de rumor, pues nada pudo probarse ante las instancias legales. Pese a las dificultades,<br />

ese año y los dos subsecu<strong>en</strong>tes los pescadores lograron que se les dotara de un<br />

predio para construir una unidad habitacional, consiguieron algunas embarcaciones<br />

y dinero <strong>en</strong> efectivo donado de los fondos de Solidaridad, así como la conformación<br />

de un fideicomiso (con un monto de 15 millones de pesos) que serviría para impulsar<br />

al Sector Pesquero. 25<br />

24 Participaron las cooperativas “El Balsas”, “La Panga” y “Cambio de Organización”; las uniones de pescadores<br />

“Los Navegantes”, “La Caribeña”, “Boca del Río”, “Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y “La Huerta”; el grupo pesquero solidario<br />

“29 de Julio”, y los permisionarios Paulo Mor<strong>en</strong>o Herrera, Miguel Espinoza M., Ignacio Arroyo E. y Jesús<br />

Soto Zambrano, que sumaban <strong>en</strong> total cerca de quini<strong>en</strong>tos pescadores.<br />

25 Este fideicomiso (Fondo para el Desarrollo Regional) se reunió con la aportación del 50% por parte de los<br />

gobiernos federal y estatal y 50% de las empresas implicadas.<br />

60


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Después de muchas discusiones internas, el fideicomiso se repartió individualm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong>tre los pescadores, es decir que no fue aplicado <strong>en</strong> inversiones de carácter<br />

colectivo. El dinero lo ocuparon para cubrir sus necesidades inmediatas, para invertirlo<br />

<strong>en</strong> otros negocios e incluso para derrocharlo <strong>en</strong> parrandas todavía memorables, aunque<br />

el docum<strong>en</strong>to firmado estipulaba claram<strong>en</strong>te que el fondo era “para impulsar el<br />

desarrollo de <strong>actividades</strong> productivas y de servicios del Sector Pesquero de Lázaro<br />

Cárd<strong>en</strong>as”.<br />

La calma fue breve, se mantuvo sólo mi<strong>en</strong>tras a los pescadores les duró el dinero.<br />

Después de un lapso relativam<strong>en</strong>te corto se reanudaron las demandas, puesto que<br />

las empresas continuaron contaminando, como si nada hubiera sucedido y sin llevar<br />

a cabo las medidas necesarias para la rehabilitación de las zonas afectadas (véase el<br />

trabajo de Toledo <strong>en</strong> esta obra). De manera que, con sobrada razón, siguieron las protestas<br />

y movilizaciones, y hasta la fecha las partes involucradas han estado periódicam<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> “negociaciones”.<br />

Desde 1992, Casto García Serna, un pescador con amplia experi<strong>en</strong>cia, ha sido el<br />

líder del Sector Pesquero de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y ha tratado de conducir al grupo hacia<br />

la resolución de sus demandas. No obstante, con el tiempo el movimi<strong>en</strong>to se ha<br />

visto minado <strong>en</strong> su legitimidad, dado que muchos de los que <strong>en</strong>grosan la lista del Sector<br />

no son pescadores, sino personas que se han afiliado al movimi<strong>en</strong>to únicam<strong>en</strong>te<br />

para obt<strong>en</strong>er posibles b<strong>en</strong>eficios. Por otro lado, políticos, periodistas y parte de la ciudadanía<br />

opinan que el movimi<strong>en</strong>to de los pescadores no busca mejorar sus condiciones<br />

de trabajo, sino que se ha convertido <strong>en</strong> un grupo cerrado al que sólo le interesa<br />

vivir del chantaje sistemático, recibi<strong>en</strong>do de las empresas una bonificación cada vez<br />

que presionan y llevan el asunto a un punto crítico.<br />

Actualm<strong>en</strong>te el movimi<strong>en</strong>to de los pescadores <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta el reto de mant<strong>en</strong>er la legitimidad<br />

ante la ciudadanía, ante el gobierno e incluso ante las mismas empresas. Está<br />

también ante la imperiosa necesidad de r<strong>en</strong>ovarse <strong>en</strong> su estructura interna y revitalizarse<br />

para empr<strong>en</strong>der nuevas estrategias de lucha que respondan a sus demandas<br />

de cont<strong>en</strong>ido ecológico y social.<br />

Pese a los problemas señalados, los pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as se han<br />

convertido <strong>en</strong> un caso paradigmático por ser los únicos que señalan de manera organizada<br />

y <strong>en</strong>érgica las atrocidades que se han cometido <strong>en</strong> contra del medio ambi<strong>en</strong>te<br />

61


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

<strong>en</strong> el delta del río Balsas, y también por mant<strong>en</strong>er sistemáticam<strong>en</strong>te un combate contra<br />

los intereses industriales para poner un alto a la contaminación y al despojo de los<br />

espacios vitales, combate que, cabe decir, es <strong>en</strong> total y legítima def<strong>en</strong>sa. Sin embargo,<br />

la capacidad combativa de los pescadores del puerto no es un factor que los distinga<br />

sustancialm<strong>en</strong>te del resto de los pescadores de la costa michoacana, pues sigu<strong>en</strong><br />

comparti<strong>en</strong>do un sitio marginal <strong>en</strong> la vida económica y social de la región.<br />

LAS PERCEPCIONES SOCIALES DEL OFICIO<br />

Por último, me referiré brevem<strong>en</strong>te al asunto de cómo se percibe a los pescadores<br />

desde d<strong>en</strong>tro y desde el exterior de la comunidad. Resulta que <strong>en</strong> los últimos años la<br />

actividad pesquera ha sufrido una drástica devaluación <strong>en</strong>tre los pescadores de Ciudad<br />

Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa Azul y Caleta de Campos. La g<strong>en</strong>te de otros oficios e incluso<br />

los propios pescadores com<strong>en</strong>tan cada vez más que la pesca es un trabajo ingrato,<br />

que es una labor ardua que deja pocos ingresos y poco reconocimi<strong>en</strong>to social.<br />

En Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, más que <strong>en</strong> cualquier otro lugar, la figura del pescador<br />

ha sido devaluada y estigmatizada. La actividad política que han v<strong>en</strong>ido desarrollando<br />

a base de plantones y bloqueos ha t<strong>en</strong>ido un costo muy alto, pues la opinión de<br />

la g<strong>en</strong>te, lejos de favorecerlos, los ha catalogado como un grupo que causa molestias<br />

a la ciudadanía y pérdidas cuantiosas a los industriales, todo por conseguir b<strong>en</strong>eficios<br />

personales.<br />

Por otra parte, la diversificación económica que existe <strong>en</strong> la ciudad-puerto g<strong>en</strong>era<br />

una demanda de fuerza de trabajo <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes sectores productivos y de servicios<br />

que ofrec<strong>en</strong> a los habitantes la posibilidad de apr<strong>en</strong>der y ocuparse <strong>en</strong> oficios con mayor<br />

remuneración, prestaciones y seguridad salarial, de tal forma que el gremio de los<br />

pescadores se ha ido convirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un grupo económico minoritario, empobrecido,<br />

con un bajo nivel de vida y al marg<strong>en</strong> de los planes oficiales de crecimi<strong>en</strong>to de la<br />

economía porteña.<br />

En Playa Azul y Caleta de Campos las cosas no son muy distintas, pese a que ahí<br />

no existe la influ<strong>en</strong>cia de la industria y la actividad portuaria. En estas poblaciones<br />

los pescadores conforman un sector importante de la economía local; sin embargo, la<br />

agricultura comercial, el comercio y la migración a los Estados Unidos repres<strong>en</strong>tan<br />

62


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

posibilidades más factibles para la reproducción social, dada su mejor retribución económica<br />

y las mejores condiciones de trabajo.<br />

D<strong>en</strong>tro del grupo de pescadores hay códigos que los jerarquizan como bu<strong>en</strong>os,<br />

medianos o malos pescadores; también prevalec<strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos culturales que los id<strong>en</strong>tifican<br />

con el trabajo <strong>en</strong> el medio marino y sirv<strong>en</strong> para remarcar las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong><br />

cuanto a experi<strong>en</strong>cia, destreza y prestigio social. No obstante, hacia el exterior la figura<br />

del pescador se deteriora cada vez más, dado que está demostrado que es prácticam<strong>en</strong>te<br />

imposible <strong>en</strong>riquecerse con este oficio, y si se quiere asc<strong>en</strong>der <strong>en</strong> la escala socioeconómica<br />

es mejor buscar por las vías ya m<strong>en</strong>cionadas o por los negocios ilícitos,<br />

como el narcotráfico.<br />

Don Isidoro Echeverría, un ejidatario de ses<strong>en</strong>ta años de Playa Azul, califica de<br />

flojos a los pescadores actuales. Habla de que muchos de ellos se la pasan “chupando”<br />

y que nunca consigu<strong>en</strong> hacerse de un patrimonio. Aludi<strong>en</strong>do a una decisión que para<br />

él fue acertada com<strong>en</strong>ta satisfecho:<br />

Hace muchos años mi compadre me propuso que compráramos un cayuco y nos dedicáramos a la<br />

pesca, salí algunas veces a pescar, pero no... ¡qué iba a andar dedicándome a pescador si uno no<br />

gana nada! Yo le dije a mi compadre que con eso no mant<strong>en</strong>ía a mi familia. Él pudo porque sólo<br />

eran él y su esposa, y hasta la fecha todavía anda <strong>en</strong> eso. Ti<strong>en</strong>e el pelo cano y está casi ciego, porque<br />

el mar deja ciego. Vive <strong>en</strong> una casita de palapa... así viv<strong>en</strong> los pescadores (<strong>en</strong>trevista realizada el<br />

27 de abril de 2000).<br />

Para las nuevas g<strong>en</strong>eraciones de pescadores de Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Playa<br />

Azul y Caleta de Campos, <strong>en</strong> las condiciones actuales no exist<strong>en</strong> muchos inc<strong>en</strong>tivos<br />

para seguir vivi<strong>en</strong>do de la pesca. Es cierto que a muchos les gusta el mar y si<strong>en</strong>t<strong>en</strong><br />

pasión por salir cada día <strong>en</strong> busca del sust<strong>en</strong>to, pero cuando comi<strong>en</strong>zan a t<strong>en</strong>er la responsabilidad<br />

de mant<strong>en</strong>er una familia buscan otras opciones.<br />

José Ángel Magaña, un jov<strong>en</strong> pescador de Caleta de Campos con dos años de matrimonio,<br />

reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te abandonó la pesca para ir a cultivar papaya; <strong>en</strong> Playa Azul, Andrés<br />

Santos dejó la pesca y decidió irse a los Estados Unidos con el fin de reunir lo<br />

necesario para casarse; <strong>en</strong> el mismo pueblo, Jorge García tomó idéntica determinación<br />

cuando decidió vivir con su pareja. Estos sólo son tres casos de <strong>en</strong>tre muchos otros<br />

que frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te se pres<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la costa michoacana.<br />

63


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Pese a que cada vez se g<strong>en</strong>eraliza este modo de p<strong>en</strong>sar y de actuar, muchos pescadores<br />

de las localidades m<strong>en</strong>cionadas, y sobre todo de aquellas de la costa michoacana<br />

donde no hay muchas opciones para la manut<strong>en</strong>ción –caso particular del municipio<br />

de Aquila–, la pesca se considera como el ideal para lograr una forma de vida<br />

modesta y próspera.<br />

En las comunidades pequeñas como Pichilinguillo, Maruata o Faro de Bucerías,<br />

la pesca repres<strong>en</strong>ta una actividad g<strong>en</strong>erosam<strong>en</strong>te retributiva que supera con creces<br />

los exiguos ingresos de la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia, de tal forma que los reci<strong>en</strong>tes<br />

as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos costeros se han vuelto c<strong>en</strong>tros de población importantes a los que acud<strong>en</strong><br />

cada vez más personas <strong>en</strong> busca de una oportunidad para mejorar sus condiciones<br />

de vida.<br />

En dec<strong>en</strong>as de pueblos adonde la influ<strong>en</strong>cia de los polos de desarrollo no llega,<br />

donde no existe la posibilidad de conseguir empleos asalariados y donde la agricultura<br />

de temporal repres<strong>en</strong>ta ap<strong>en</strong>as la base del sust<strong>en</strong>to, ahí la pesca sobresale como<br />

una actividad preponderante, a modo de tabla de salvación.<br />

CONCLUSIONES<br />

Los pescadores de <strong>Michoacán</strong> son un grupo de oficio con una historia reci<strong>en</strong>te. La<br />

costa del estado se mantuvo relativam<strong>en</strong>te despoblada desde la conquista hasta la<br />

mitad del siglo pasado, cuando vuelve a ser habitada principalm<strong>en</strong>te por pescadores<br />

y agricultores originarios de Colima y Guerrero, rancheros de Tierra Cali<strong>en</strong>te y de la<br />

Sierra de Coalcomán, y por indíg<strong>en</strong>as nahuas que bajaron de la Sierra Madre del Sur<br />

a ocupar el territorio junto al mar que desde antaño les ha pert<strong>en</strong>ecido.<br />

La costa fue poblada <strong>en</strong> el transcurso de la primera mitad del siglo XX, sobre todo<br />

a partir de los años cuar<strong>en</strong>ta, cuando surgieron la mayoría de las localidades del litoral.<br />

Inicialm<strong>en</strong>te la pesca no era una actividad relevante, pero gracias a la influ<strong>en</strong>cia de<br />

los pescadores de Guerrero y Manzanillo el apr<strong>en</strong>dizaje de la actividad se fue difundi<strong>en</strong>do,<br />

al tiempo que se daban las condiciones materiales para desarrollarla.<br />

La década de los set<strong>en</strong>ta fue un periodo de grandes transformaciones <strong>en</strong> la región,<br />

primero por la puesta <strong>en</strong> marcha del polo de desarrollo industrial <strong>en</strong> el delta del río<br />

Balsas, lo que trajo un <strong>en</strong>orme crecimi<strong>en</strong>to demográfico y el surgimi<strong>en</strong>to de la vida<br />

64


ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

urbana <strong>en</strong> un extremo de la costa; y segundo porque el Estado impulsó de manera<br />

importante el desarrollo de la pesca a lo largo del litoral –incluso a costa de la improvisación–,<br />

fom<strong>en</strong>tando la creación de cooperativas pesqueras, dotando a los pescadores<br />

de embarcaciones y artes de pesca, y asumi<strong>en</strong>do la comercialización de los productos<br />

pesqueros por medio de PROPEMEX, una empresa estatal.<br />

Los planes estatales con respecto a la pesca tuvieron efectos positivos, pues dieron<br />

orig<strong>en</strong> a más de diez cooperativas <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes poblaciones del litoral y a cuatro plantas<br />

procesadoras de pescado <strong>en</strong> Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, Caleta de Campos, San Telmo<br />

y Boca de Apiza. A mediados de los och<strong>en</strong>ta había registrados casi mil pescadores<br />

que capturaban especies para el mercado nacional, que PROPEMEX se <strong>en</strong>cargaba de<br />

almac<strong>en</strong>ar y comercializar. No obstante, estas políticas estatales y su proyecto pesquero<br />

únicam<strong>en</strong>te tuvieron continuidad durante dos sex<strong>en</strong>ios, por lo que <strong>en</strong> el segundo<br />

lustro de los och<strong>en</strong>ta todo apoyo desapareció casi por completo.<br />

Después del abandono estatal, las cooperativas <strong>en</strong>traron <strong>en</strong> un periodo de crisis<br />

organizativa y de depresión económica, pero ello no fue motivo sufici<strong>en</strong>te para impedir<br />

el increm<strong>en</strong>to de la población costera ni el aum<strong>en</strong>to del número de pescadores,<br />

cooperativas y demás sociedades pesqueras. La razón estriba <strong>en</strong> que estaban al descubierto<br />

los recursos marinos y un nuevo oficio que permitían los ingresos necesarios<br />

para la subsist<strong>en</strong>cia.<br />

En la actualidad exist<strong>en</strong> cerca de cincu<strong>en</strong>ta poblaciones <strong>costeras</strong> a lo largo de los<br />

262 kilómetros de litoral, caracterizadas por grandes contrastes. En el delta del río<br />

Balsas está conc<strong>en</strong>trada la mayor parte de la población, pues suman cerca de 120 000<br />

habitantes <strong>en</strong> torno de una ciudad industrial y sus suburbios. El resto –con excepción<br />

de Coahuayana y sus márg<strong>en</strong>es– son pequeñas poblaciones de m<strong>en</strong>os de 2 000<br />

habitantes donde se vive de la agricultura, del turismo de baja int<strong>en</strong>sidad y de la pesca.<br />

A lo largo del litoral laboran más de 1 500 pescadores que practican la pesca ribereña,<br />

técnicam<strong>en</strong>te rústica, sin capacitación alguna y con bajos niveles de captura. En g<strong>en</strong>eral<br />

se observan cinco problemas principales: 1) La débil capacidad de las instituciones<br />

del Estado para influir <strong>en</strong> el desarrollo y mejorami<strong>en</strong>to de las condiciones de la pesca.<br />

2) La exigua inversión <strong>en</strong> cuanto a la tecnificación y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de los equipos<br />

de pesca. 3) La baja diversificación de la captura debido a las restricciones del mercado.<br />

4) Las dificultades de la comercialización y la drástica desviación de las ganan-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

cias hacia los acaparadores e intermediarios. 5) La radical devaluación del oficio de<br />

pescador debido a la pobre remuneración económica, comparada con la de otras <strong>actividades</strong><br />

asalariadas.<br />

Las estadísticas oficiales de captura parecieran indicar que la pesca marina michoacana<br />

ti<strong>en</strong>e poca importancia, pues son mínimos sus índices de captura <strong>en</strong> relación<br />

con los de aguas interiores. Quizás esta sea la razón por la que oficialm<strong>en</strong>te dicha actividad<br />

es un tema económico de poca relevancia –considerando los escasos recursos<br />

y los pocos esfuerzos que se dedican al sector–. Sin embargo, es pertin<strong>en</strong>te compr<strong>en</strong>der<br />

dos cosas: una, que los montos de captura registrados distan mucho de ser el reflejo<br />

de los índices reales, y dos, que la relevancia de la pesca marina estriba <strong>en</strong> que es<br />

al mismo tiempo un sistema económico y de reproducción social que ha sido la base<br />

de la integración regional y el motor de su crecimi<strong>en</strong>to económico, aun <strong>en</strong> condiciones<br />

de una nimia planeación y participación estatal.<br />

Pese a lo importante de su actividad, los pescadores de la costa michoacana viv<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> precarias condiciones de vida. Los niveles de participación política son difer<strong>en</strong>tes<br />

a lo largo del litoral, pero <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral pose<strong>en</strong> poco poder de decisión d<strong>en</strong>tro de la sociedad<br />

<strong>en</strong> la que viv<strong>en</strong>, como para def<strong>en</strong>der sus intereses y para elegir el rumbo de sus<br />

destinos. Aun así, <strong>en</strong> espera de mejor suerte, día con día <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan el reto de <strong>en</strong>trar<br />

al mar para lograr una bu<strong>en</strong>a pesca.<br />

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Capítulo II<br />

HACIA UN DIAGNÓSTICO SOCIOECONÓMICO<br />

Y AMBIENTAL DEL DELTA DEL RÍO BALSAS<br />

Alejandro Toledo Ocampo *


Hoy las zonas <strong>costeras</strong> de México son esc<strong>en</strong>ario de las profundas contradicciones<br />

y conflictos que se dan <strong>en</strong> el ámbito ecológico y social mexicano como<br />

resultado de la falta de armonización <strong>en</strong>tre las metas económicas y el uso<br />

sost<strong>en</strong>ible de los recursos naturales.<br />

El delta del río Balsas y su zona de influ<strong>en</strong>cia es un ejemplo típico de estas contradicciones.<br />

El delta ha sido concebido, desde los tiempos del proyecto siderúrgico nacionalista<br />

del g<strong>en</strong>eral Lázaro Cárd<strong>en</strong>as hasta nuestros días, como un polo de desarrollo<br />

regional basado <strong>en</strong> el impulso de grandes proyectos hidroeléctricos e hidroagrícolas<br />

y <strong>en</strong> la creación de una industria siderúrgica y de un complejo portuario-industrial,<br />

ori<strong>en</strong>tados a la explotación de los recursos minerales de la zona, al establecimi<strong>en</strong>to<br />

de industrias de alta tecnología ligadas a la siderurgia, al movimi<strong>en</strong>to de productos<br />

petrolíferos y petroquímicos y al establecimi<strong>en</strong>to de parques industriales con una clara<br />

vocación exportadora (Restrepo, 1984; Zapata, 1978; Hiernaux, 1984 y 1991). En<br />

los últimos tiempos estos objetivos se vincularon a los propósitos globalizadores<br />

que ori<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> la actualidad nuestra economía, esta vez como puerto de <strong>en</strong>lace con<br />

el espacio geoeconómico mundial (Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, 1998).<br />

A medida que este proyecto se ha concretado, aunque de un modo azaroso y sujeto<br />

a los avatares de la política económica de las últimas décadas, ha sido necesario<br />

construir las obras pertin<strong>en</strong>tes para manejar los complejos e interconectados sistemas<br />

acuáticos que constituy<strong>en</strong> el gran sistema ecológico del río Balsas y, especialm<strong>en</strong>te,<br />

su delta, a fin de evitar las inundaciones, prev<strong>en</strong>ir el azolve de la zona portuaria, proteger<br />

las márg<strong>en</strong>es de los ríos contra la erosión (sobre todo la zona portuaria del brazo<br />

derecho), impedir las intrusiones salinas, asegurar el abastecimi<strong>en</strong>to de agua y electri-<br />

* El Colegio de <strong>Michoacán</strong>, A.C., C<strong>en</strong>tro de Estudios Rurales.<br />

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cidad a las industrias y aprovechar sus abundantes recursos hidráulicos para propósitos<br />

agrícolas con la creación de un distrito de riego (el 108) <strong>en</strong> el delta (Oliva Anaya y<br />

García Gómez, 1987).<br />

Este modo de concebir el desarrollo regional ha dado por resultado los desequilibrios<br />

ambi<strong>en</strong>tales, económicos y sociales que hoy son pat<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el delta.<br />

LOS EFECTOS ANTROPOGÉNICOS SOBRE LA EVOLUCIÓN NATURAL DEL DELTA<br />

A mediados del siglo pasado se iniciaron las grandes obras de infraestructura hidráulica<br />

y de desarrollo regional (presas, sistemas de riego, explotaciones mineras, instalaciones<br />

portuarias y construcción de ejes viales), que transformaron profundam<strong>en</strong>te la<br />

ecología, la economía y la sociedad del delta del río Balsas. Desde <strong>en</strong>tonces, la evolución<br />

natural del delta ha sido alterada drásticam<strong>en</strong>te por estas <strong>actividades</strong> antropogénicas.<br />

Es posible difer<strong>en</strong>ciar claram<strong>en</strong>te dos etapas <strong>en</strong> la evolución geomorfológica del<br />

delta: una fase constructiva de carácter progradante, dominada por los acarreos fluviales,<br />

que se remonta desde el holoc<strong>en</strong>o hasta las épocas reci<strong>en</strong>tes anteriores a las<br />

obras de infraestructura construidas <strong>en</strong> el alto y medio Balsas; y una fase regresiva,<br />

posterior a las obras de ing<strong>en</strong>iería, controlada predominantem<strong>en</strong>te por ev<strong>en</strong>tos marinos<br />

y caracterizada por int<strong>en</strong>sos y dramáticos procesos erosivos, tanto <strong>en</strong> su porción<br />

subaérea como <strong>en</strong> el delta submarino.<br />

Al inicio de las obras de infraestructura mayores <strong>en</strong> el alto y medio Balsas, el río<br />

aportaba unos 39x10 6 metros cúbicos de sedim<strong>en</strong>tos al año, según los datos de la antigua<br />

SARH (1970), con un gasto máximo de 11 000 m 3 /seg y un gasto medio de 500<br />

m 3 /seg, y con un escurrimi<strong>en</strong>to anual aproximado de 16x10 9 metros cúbicos. Cuando,<br />

<strong>en</strong> 1968, se dieron por concluidas las obras de las presas El Infiernillo (1964) y La<br />

Villita (1968), el régim<strong>en</strong> hidráulico se volvió artificial, con gastos máximos y medios<br />

controlados de 2 000 y 400 m 3 /seg, respectivam<strong>en</strong>te. El resultado es que desde 1968<br />

el río Balsas no aporta sedim<strong>en</strong>tos de granos gruesos al delta.<br />

Como un sistema complejo altam<strong>en</strong>te interconectado <strong>en</strong>tre sus partes subaéreas<br />

y submarinas, las modificaciones propiciadas por estas <strong>actividades</strong> humanas han afectado<br />

profundam<strong>en</strong>te a ambas.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Las grandes obras de ing<strong>en</strong>iería hidráulica e hidroeléctrica<br />

Sin duda, el mayor problema ecológico que se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> el área es el cambio de los<br />

patrones naturales de flujo del agua y del régim<strong>en</strong> de sedim<strong>en</strong>tación del río Balsas<br />

debido a las obras hidráulicas e hidroeléctricas realizadas <strong>en</strong> su cauce superior, y especialm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> sus cu<strong>en</strong>cas media y baja.<br />

Las presas, verdaderos iconos del desarrollo económico y del progreso ci<strong>en</strong>tífico<br />

modernos, fragm<strong>en</strong>tan los ecosistemas fluviales, aíslan a las comunidades bióticas de<br />

las cu<strong>en</strong>cas altas de aquellas que habitan las cu<strong>en</strong>cas medias y bajas, interrump<strong>en</strong> las<br />

migraciones y los movimi<strong>en</strong>tos de las especies y separan al río de sus planicies y litorales.<br />

Obligan a realizar obras que conviert<strong>en</strong> a los ríos <strong>en</strong> canales privados de meandros<br />

y riberas y reduc<strong>en</strong> la diversidad de plantas y animales que son capaces de sost<strong>en</strong>er,<br />

y con mucha frecu<strong>en</strong>cia eliminan los hábitat y las zonas de alim<strong>en</strong>tación, de<br />

refugio y de crianza de las especies que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> forma perman<strong>en</strong>te u ocasional <strong>en</strong><br />

los difer<strong>en</strong>tes ambi<strong>en</strong>tes de la planicie deltaica (Petts y Foster, 1985).<br />

Cuando las aguas de un río se almac<strong>en</strong>an <strong>en</strong> el vaso de una presa, los sedim<strong>en</strong>tos se<br />

depositan <strong>en</strong> el fondo del vaso y la presa pierde gradualm<strong>en</strong>te su capacidad para almac<strong>en</strong>ar<br />

agua, propósito para el que fue construida. Por ello, la sedim<strong>en</strong>tación es probablem<strong>en</strong>te<br />

el más serio problema técnico que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta la exist<strong>en</strong>cia de una presa.<br />

Los efectos de la interfer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los flujos sedim<strong>en</strong>tarios no sólo se manifiestan<br />

<strong>en</strong> los sistemas fluviales aguas abajo de la presa, <strong>en</strong> las planicies y <strong>en</strong> los deltas, sino<br />

que se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a una franja considerable de la línea costera, que sin los aportes contin<strong>en</strong>tales<br />

de sedim<strong>en</strong>tos no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> cómo afrontar la erosión de las olas, las corri<strong>en</strong>tes<br />

y las mareas.<br />

Los cambios físicos, químicos y térmicos de un río, cuando sus flujos se almac<strong>en</strong>an,<br />

pued<strong>en</strong> transformarse <strong>en</strong> serios contaminantes de sus aguas. El agua almac<strong>en</strong>ada puede<br />

ser, <strong>en</strong> efecto, letal para la vida <strong>en</strong> la presa y <strong>en</strong> el río muchos kilómetros aguas abajo.<br />

El mayor impacto de las presas hidroeléctricas sobre un sistema fluvial es imponer<br />

al río un patrón artificial de variaciones de flujo. La alteración de los flujos ti<strong>en</strong>e<br />

numerosas consecu<strong>en</strong>cias ecológicas. El río y sus planicies de inundación se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

estrecham<strong>en</strong>te adaptados al ciclo anual de flujos y sequías. Muchas especies dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

de los pulsos de nutri<strong>en</strong>tes determinados por la sucesión de lluvias-sequías,<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

como señales para iniciar su reproducción, incubación, migración u otros importantes<br />

periodos de sus vidas. Los flujos anuales <strong>en</strong>riquec<strong>en</strong> las zonas pantanosas no solam<strong>en</strong>te<br />

con agua sino también con minerales y nutri<strong>en</strong>tes. Este pulso del río es la principal<br />

razón de su alta productividad biológica. Además, las rápidas fluctuaciones <strong>en</strong> el<br />

nivel del agua aceleran la erosión río abajo, eliminan a los árboles y a la vegetación de<br />

las riberas, áreas pantanosas y sumergidas; sin esta vegetación los procesos erosivos<br />

se suced<strong>en</strong> más rápidam<strong>en</strong>te (Coleman, 1984; McCully, 1996).<br />

Al inicio de los proyectos de aprovechami<strong>en</strong>to de las aguas del río Balsas, su escurrimi<strong>en</strong>to<br />

virg<strong>en</strong> total se estimaba <strong>en</strong> 24 273 Mm 3 . Hoy, 21 706 Mm 3 de este escurrimi<strong>en</strong>to<br />

están comprometidos <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes usos: consuntivos (7 219 Mm 3 ), exportaciones<br />

a otras cu<strong>en</strong>cas (629 Mm 3 ), pérdidas por evapotranspiración (1 189 Mm 3 ) y<br />

g<strong>en</strong>eración de <strong>en</strong>ergía hidroeléctrica (12 669 Mm 3 ). El conjunto de presas con fines<br />

de g<strong>en</strong>eración de <strong>en</strong>ergía construido sobre el río Balsas repres<strong>en</strong>ta el segundo sistema<br />

hidroeléctrico más grande de México, sólo superado por el sistema construido sobre<br />

los ríos Grijalva-Usumacinta <strong>en</strong> el sureste, sistema que redujo el escurrimi<strong>en</strong>to disponible<br />

a 2 567 Mm 3 (CNA, 2000).<br />

Los efectos ecológicos de las presas<br />

La fragm<strong>en</strong>tación del sistema fluvial por las obras hidroeléctricas e hidroagrícolas ocasionó<br />

profundos desequilibrios <strong>en</strong> las funciones ecológicas del delta del río Balsas.<br />

Las interfer<strong>en</strong>cias de los flujos del agua y de sedim<strong>en</strong>tos alteraron varias funciones<br />

ecológicas críticas. En primer lugar, se modificó notablem<strong>en</strong>te el ciclo de secas e inundaciones<br />

<strong>en</strong> el delta al imponer al río un patrón artificial de variaciones de flujos, sujetos<br />

a los niveles mínimos y máximos de desagüe de las presas. Las modificaciones de<br />

los cauces afectaron los patrones naturales de flujos y <strong>en</strong> las épocas de lluvia propiciaron<br />

inundaciones donde no las había. El problema es que el río y sus planicies de inundación<br />

estaban, como ya se dijo, estrecham<strong>en</strong>te adaptados al ciclo anual de flujos y sequías<br />

y un gran número de especies dep<strong>en</strong>dían de los pulsos de nutri<strong>en</strong>tes determinados<br />

por esta sucesión de lluvias-sequías como señales para iniciar su reproducción, incubación,<br />

migración y otros importantes periodos de su vida. De igual modo, se rompieron<br />

los equilibrios <strong>en</strong>tre masas de aguas dulces y marinas al alterar las descargas del Balsas,<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

cuyas aguas, junto con las surg<strong>en</strong>cias del Cañón de Petacalco y las aguas ecuatoriales<br />

superficiales, condicionaban fisicoquímicam<strong>en</strong>te la naturaleza, las propiedades y la<br />

riqueza de las aguas estuarinas y <strong>costeras</strong> de la región (CIBNOR, 1995).<br />

En segundo lugar, los cambios <strong>en</strong> el régim<strong>en</strong> de sedim<strong>en</strong>tación no solam<strong>en</strong>te se<br />

reflejaron <strong>en</strong> la planicie de inundación sino que se ext<strong>en</strong>dieron a una amplia franja<br />

de la línea costera y la región marina. Sin los aportes contin<strong>en</strong>tales acarreados por el<br />

río Balsas no se pudo afrontar la erosión causada por olas, corri<strong>en</strong>tes y mareas, lo que<br />

produjo una gran inestabilidad a las tres bocas de comunicación con el mar: Las Burras,<br />

La Necesidad y San Francisco. La erosión alteró así grandes secciones de la costa, especialm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> la porción c<strong>en</strong>tral del fr<strong>en</strong>te deltaico. Al disminuir los aportes de sedim<strong>en</strong>tos<br />

del río también se modificó el ciclo normal de erosión de la porción submarina<br />

del delta, integrado por sus cuatro cañones submarinos: El Manglito, La Necesidad,<br />

Gasolinos y Petacalco. La erosión de la costa y del sistema de cañones submarinos se<br />

ha visto acelerada por estas <strong>actividades</strong> antropogénicas (Reimnitz, 1970; Gutiérrez-<br />

Estrada, 1971; Morales et al., 1988).<br />

Con la construcción de las presas El Infiernillo y La Villita, los índices de efectividad<br />

de descarga del río Balsas desc<strong>en</strong>dieron drásticam<strong>en</strong>te, según lo señalan los diversos<br />

estudios realizados para evaluar los cambios geomorfológicos derivados de las<br />

<strong>actividades</strong> humanas <strong>en</strong> el delta, como los de Ortiz-Pérez (1985) con base <strong>en</strong> el análisis<br />

de fotografías aéreas <strong>en</strong> un periodo de cuar<strong>en</strong>ta años (1943-1983), y los de Morales<br />

de la Garza y colaboradores, basados <strong>en</strong> observaciones durante un periodo de diecinueve<br />

años (Morales de la Garza et al., 1988), junto con los de Reimnitz y Gutiérrez-<br />

Estrada (1970), Reimnitz (1971), Reimnitz et al., (1976) y Gutiérrez-Estrada (1969,<br />

1972 y 1990), que verifican la inusitada magnitud de los cambios <strong>en</strong> la porción subaérea<br />

y submarina del delta <strong>en</strong> unas cuantas décadas. Comparando las fotografías aéreas<br />

de 1958 con las de 1979, Ortiz-Pérez (1985) midió un retroceso máximo del delta hasta<br />

de 768 m y una migración promedio de la playa tierra ad<strong>en</strong>tro de 13 m anuales <strong>en</strong><br />

el periodo considerado.<br />

Las modificaciones <strong>en</strong> la morfología y <strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to del delta submarino<br />

también fueron sustantivas a raíz de la interrupción de los aportes fluviales. La activación<br />

o desactivación de las cabeceras de los cañones submarinos parec<strong>en</strong> ser altam<strong>en</strong>te<br />

dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de los lugares donde ocurr<strong>en</strong> las mayores descargas del río (las bo-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

cas). Dada esta estrecha interrelación <strong>en</strong>tre las descargas del río y la morfología de la<br />

zona litoral, se han podido observar rápidos cambios <strong>en</strong> la configuración y desarrollo<br />

de los cañones que caracterizan a la provincia sedim<strong>en</strong>taria del delta submarino, a<br />

partir de la operación de las obras de infraestructura <strong>en</strong> el medio Balsas (Reimnitz y<br />

Gutiérrez-Estrada, 1970). Por otro lado, la int<strong>en</strong>sa actividad tectónica <strong>en</strong> la región,<br />

que origina movimi<strong>en</strong>tos verticales de la corteza terrestre, ha ac<strong>en</strong>tuado la acción erosiva<br />

de los ag<strong>en</strong>tes marinos al provocar la movilización de grandes volúm<strong>en</strong>es de agua<br />

y sedim<strong>en</strong>tos a través de los cañones submarinos, impulsados por las corri<strong>en</strong>tes oceánicas<br />

asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes y desc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes; y hacia el este, debido a las olas y a los vi<strong>en</strong>tos dominantes<br />

<strong>en</strong> la región (Gutiérrez-Estrada, 1990).<br />

Los problemas ecológicos que se dan <strong>en</strong> los vasos de las presas son típicos de esta<br />

clase de construcciones. En el caso de El Infiernillo, gran parte de la columna de agua<br />

se vuelve improductiva debido a la escasa p<strong>en</strong>etración de la luz. La r<strong>en</strong>ovación constante<br />

del volum<strong>en</strong>, nueve veces al año, no permite una acumulación adecuada de nutri<strong>en</strong>tes<br />

y materia orgánica, a lo que hay que agregar la construcción de otras presas<br />

aguas arriba que se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> trampas de nutri<strong>en</strong>tes y sedim<strong>en</strong>tos y que limitan<br />

los aportes que llegan a El Infiernillo. La desproporción <strong>en</strong>tre la superficie del embalse<br />

y el tamaño de la cu<strong>en</strong>ca, tresci<strong>en</strong>tas veces mayor, conduce a una reducción del<br />

r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to pesquero pot<strong>en</strong>cial, que resulta <strong>en</strong>tre 60 y 120 kg/ha al aplicar los modelos<br />

de estimación abiótica desarrollada para lagos africanos, cifras bastante inferiores<br />

a los r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos reales, que son del ord<strong>en</strong> de 322 y 815 kg/ha. Estas circunstancias<br />

hac<strong>en</strong> que el funcionami<strong>en</strong>to de El Infiernillo repres<strong>en</strong>te un grave riesgo para la<br />

productividad de la cu<strong>en</strong>ca y, especialm<strong>en</strong>te, para la producción pesquera del delta.<br />

No obstante, la pesca <strong>en</strong> El Infiernillo ha sido una actividad económica redituable,<br />

que sosti<strong>en</strong>e a cerca de 3 000 familias de pescadores agrupados <strong>en</strong> diecinueve cooperativas<br />

y once uniones de pescadores. Se trata del embalse más productivo de México,<br />

con un volum<strong>en</strong> que ha llegado a superar las 20 000 toneladas anuales (especialm<strong>en</strong>te<br />

mojarras-tilapias, carpas y bagres), lo que repres<strong>en</strong>ta casi el 20% de la producción total<br />

de las aguas interiores del país, producción que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la actualidad los problemas<br />

de las políticas inadecuadas de cultivos, la sobreexplotación de especies por el<br />

constante increm<strong>en</strong>to de la población de pescadores y la falta de control de parásitos<br />

que diezman a las poblaciones (Juárez, 1995).<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

La operación de La Villita como planta de picos planteó problemas como los azolves<br />

e inundaciones <strong>en</strong> el delta <strong>en</strong> la época de descarga, así como defici<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la calidad<br />

y la cantidad del agua requerida por las industrias, por lo que fueron necesarias<br />

nuevas obras de habilitación.<br />

El complejo portuario-industrial Lázaro Cárd<strong>en</strong>as-Las Truchas. Primera y segunda fases<br />

Con financiami<strong>en</strong>to externo y la compra de tecnología de punta, <strong>en</strong> 1971 se inició la<br />

costosa construcción de la planta siderúrgica de Las Truchas. Las importantes decisiones<br />

de inversión que hubieron de adoptarse fueron equival<strong>en</strong>tes a 2.5 veces la inversión<br />

federal del sex<strong>en</strong>io de 1970-1976 (unos 1 000 millones de dólares). Estos <strong>en</strong>ormes<br />

costos, como los de las presas construidas aguas arriba del Balsas, sólo podían financiarse<br />

con el apoyo del capital foráneo. Así, el Banco Internacional de Reconstrucción<br />

y Fom<strong>en</strong>to (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) otorgaron una bu<strong>en</strong>a<br />

parte de los recursos necesarios, mi<strong>en</strong>tras que los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra,<br />

Alemania, Francia, Suiza y Japón proporcionaron la tecnología requerida. Finalm<strong>en</strong>te,<br />

fue la Steel Co., de Inglaterra, la responsable de la asist<strong>en</strong>cia técnica.<br />

La decisión sobre su ubicación, al noroeste del poblado de La Mira, zanjó una larga<br />

disputa <strong>en</strong>tre políticos y planificadores. Las razones, sin embargo, eran de peso <strong>en</strong> su<br />

favor: cercanía a las fu<strong>en</strong>tes de materia prima, abundante agua y electricidad, grandes<br />

ext<strong>en</strong>siones de tierra disponibles mediante procedimi<strong>en</strong>tos expropiatorios y amplio<br />

fr<strong>en</strong>te marítimo. Todas las condiciones para el desarrollo de la industria base del complejo<br />

portuario e industrial que se construiría a futuro.<br />

Los abundantes recursos minerales de la región aseguraban una oferta sufici<strong>en</strong>te<br />

y barata. Sus reservas, probadas <strong>en</strong> 100 millones de toneladas, garantizaban un abasto<br />

por un periodo prolongado, y sus costos (20 pesos por tonelada, según SICARTSA,<br />

<strong>en</strong> 1977), cumplían ampliam<strong>en</strong>te con los requerimi<strong>en</strong>tos de esta clase de inversiones.<br />

Algunos insumos, como el carbón, fueron importados; otros, como la cal, fueron abastecidos<br />

también por los abundantes yacimi<strong>en</strong>tos regionales.<br />

Los trabajos de infraestructura, con la construcción de las presas de El Infiernillo<br />

y La Villita, proveerían el agua y la electricidad necesarias; sólo los caminos y las obras<br />

de infraestructura urbana fueron construidos sobre la marcha.<br />

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La ubicación de la segunda fase del complejo siderúrgico, <strong>en</strong> la desembocadura<br />

d<strong>en</strong>ominada La Necesidad, requirió de la expropiación de 1 000 ha de terr<strong>en</strong>os ejidales,<br />

<strong>en</strong>tre los más productivos de la planicie deltaica. Las obras de nivelación y acondicionami<strong>en</strong>to<br />

significaron la destrucción de una zona ecológicam<strong>en</strong>te crítica de la desembocadura.<br />

El complejo portuario-industrial. Tercera fase<br />

En 1979 empieza la tercera fase del complejo portuario-industrial con la construcción<br />

del Distrito Industrial Marítimo de Exportación, que después se llamó Puerto Industrial<br />

de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y que hoy se d<strong>en</strong>omina Megaproyecto de Desarrollo Integral<br />

Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as. La zona portuaria es una obra artificial creada mediante el<br />

dragado del brazo derecho de la desembocadura.<br />

A las obras de acondicionami<strong>en</strong>to de SICARTSA se agregaron otras ori<strong>en</strong>tadas a <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ar<br />

las acciones que permitieran promover el desarrollo industrial con una clara<br />

ori<strong>en</strong>tación exportadora. Una obra de la naturaleza y de la <strong>en</strong>vergadura del puerto<br />

idustrial difícilm<strong>en</strong>te podría ser planeada para satisfacer necesidades de un desarrollo<br />

únicam<strong>en</strong>te interno y regional, así que desde su inicio respondió a una lógica productiva<br />

ori<strong>en</strong>tada hacia el mercado mundial y la globalización. Su ejecución, sin embargo,<br />

dep<strong>en</strong>día ampliam<strong>en</strong>te de financiami<strong>en</strong>tos externos. Esta dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

financiera hizo que los proyectos se llevaran a cabo de acuerdo con la lógica productiva,<br />

la tecnología y los intereses de los organismos proveedores de fondos. Todo, desde<br />

las plantas hasta las obras de infraestructura portuaria y aun los acondicionami<strong>en</strong>tos<br />

urbanos, dep<strong>en</strong>dieron de financiami<strong>en</strong>tos internacionales. Esta situación se ac<strong>en</strong>tuó<br />

debido a la recesión y crisis <strong>en</strong> la que <strong>en</strong>tró la economía mexicana <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o periodo<br />

de diseño y construcción del puerto (Hiernaux, 1984).<br />

Esta etapa se caracterizó por el arranque de la segunda fase de SICARTSA, hoy privatizada<br />

y dividida <strong>en</strong> SICARTSA /Villacero e ISPAT, y por el establecimi<strong>en</strong>to de otras plantas,<br />

como la Nikkon Kobe Steel (NKS), con capital y tecnología japonesa, destinada<br />

a la producción de turbinas y turbog<strong>en</strong>eradores, piezas para fábricas de cem<strong>en</strong>to y<br />

equipos de transporte; la Productora Mexicana de Tubería (PMT), con capital y tecnología<br />

japonesa, asociada con Nafinsa y Sidermex, para la producción de tubos de gran-<br />

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des dim<strong>en</strong>siones; un complejo agroindustrial (Grupo Fertinal) considerado como la<br />

unidad industrial productora de fertilizantes fosfatados y nitrog<strong>en</strong>ados más grande<br />

de América Latina; gigantescos silos de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de granos de la Conasupo,<br />

hoy integrados a Agroindustrias del Balsas, S.A. (ABSA); un complejo petrolero que debía<br />

contar con una refinería, un c<strong>en</strong>tro de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de crudos y productos refinados<br />

y un área para el movimi<strong>en</strong>to de productos; una Terminal de Usos Múltiples<br />

(TUM I y TUM II), una Terminal de Cont<strong>en</strong>edores y un Muelle de Metales y Minerales;<br />

un Parque de la Pequeña y Mediana Industria; una Terminal de Almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de<br />

Carbón de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); un Complejo Naval y una Terminal<br />

de la Armada para las nuevas instalaciones de la Secretaría de Marina. En total,<br />

una zona de desarrollo portuario de 3 397 ha, con una longitud de muelles de<br />

3 575 m y fr<strong>en</strong>tes de agua de 20 525 m (Gobierno de <strong>Michoacán</strong>, 1998).<br />

En 1997, con el inicio de los trabajos de construcción de la Terminal para Recibo<br />

y Manejo de Carbón y el Depósito de C<strong>en</strong>izas para la C<strong>en</strong>tral Termoeléctrica de<br />

Petacalco, culminan las obras más relevantes de la infraestructura portuaria. Al final<br />

de estas obras, la terminal, ubicada <strong>en</strong> el recinto portuario, contará con todas las instalaciones<br />

y equipos necesarios para descargar, manejar, almac<strong>en</strong>ar, mezclar y transportar<br />

6 millones de toneladas anuales de carbón; con patios de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de<br />

780 m de largo y capacidad de 1.92 millones de toneladas, que se distribuirán <strong>en</strong> cuatro<br />

pilas de materia prima de seis a nueve tipos distintos de carbón.<br />

Estos trabajos requirieron de la habilitación de un canal de <strong>en</strong>trada de 18 m de<br />

profundidad, con un lecho de canal de acceso de 200 m de ancho y de 350 m <strong>en</strong> la<br />

zona del muelle, capaz de permitir las operaciones de barcos transportadores de carbón<br />

de hasta 150 000.00 TPM; de un muelle de 517.92 m de longitud y de una banda<br />

transportadora de 4 000 t/h. De igual modo, se necesitó de un depósito de c<strong>en</strong>izas,<br />

que consiste <strong>en</strong> tres celdas: dos de las mismas dim<strong>en</strong>siones (262.62x178.88x16 m) y<br />

una tercera de m<strong>en</strong>or tamaño, con una capacidad total de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de 2.59<br />

millones de toneladas de c<strong>en</strong>izas ± 4%, correspondi<strong>en</strong>te a la vida útil del proyecto.<br />

Los lugares autorizados por el INE y la APILAC para disponer del material producto<br />

del dragado son el estero El Gasolino (1.5 millones de m 3 ), el área adyac<strong>en</strong>te al patio<br />

de almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de carbón (1.5 millones de m 3 ) y el área del estero de Boca de<br />

Burras (0.5 millones de m 3 ). El depósito de c<strong>en</strong>izas se ubicó <strong>en</strong> la isla del Cayacal, <strong>en</strong><br />

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terr<strong>en</strong>os del puerto industrial, cuyas colindancias son: el lado norte, de 331.43 m de<br />

longitud, junto a una propiedad de la APILAC; el lado este, de 1 002.65 m, con el patio<br />

de carbón de la Terminal de Manejo y Recibo del mismo; el lado sur, de 327.42 m,<br />

con el camino de acceso a las instalaciones de Petróleos Mexicanos; y el lado oeste,<br />

de 1 002.78 m, con la compañía NKS.<br />

Los efectos ecológicos<br />

Sin que hasta la fecha se haya realizado un estudio integral sobre sus efectos ecológicos<br />

<strong>en</strong> el delta, un bu<strong>en</strong> número de informes oficiales, estudios y manifestaciones<br />

públicas de inconformidad por parte de los pobladores locales, especialm<strong>en</strong>te ejidatarios<br />

y pescadores, docum<strong>en</strong>tan los efectos ambi<strong>en</strong>tales de la construcción y operación<br />

del complejo portuario industrial.<br />

El acondicionami<strong>en</strong>to del delta para proporcionar la mayor área posible para la instalación<br />

del complejo portuario-industrial <strong>en</strong> las antiguas islas de La Palma y El Cayacal,<br />

planteó la necesidad de empr<strong>en</strong>der diversas obras de habilitación, como los<br />

diques de alcantarillado y de tapón, la rectificación de los brazos derecho e izquierdo,<br />

los rell<strong>en</strong>os del brazo de liga, la formación de bordos del brazo izquierdo, el rell<strong>en</strong>o<br />

y nivelado de pantanos y esteros, el dragado del río, la construcción de un canal de<br />

acceso (1 500 m de longitud, 150 m de ancho de plantilla y 14 m de profundidad), y<br />

las obras de protección (escolleras y espigones playeros). Millones de metros cúbicos<br />

de sedim<strong>en</strong>tos fueron removidos y arrojados al Cañón de Petacalco y a otras áreas críticas<br />

del delta, especialm<strong>en</strong>te zonas de humedales costeros. Las obras empr<strong>en</strong>didas<br />

<strong>en</strong> el brazo izquierdo exigieron una canalización de 250 m de ancho y un acondicionami<strong>en</strong>to<br />

de 25.6 km desde el cauce hasta su desembocadura, aún no terminado.<br />

Prácticam<strong>en</strong>te estas obras unieron <strong>en</strong> una sola a las islas de La Palma y El Cayacal,<br />

y significaron su completa anulación para cualquier otro fin productivo. Además, estas<br />

adecuaciones eliminaron meandros, modificaron drásticam<strong>en</strong>te las riberas y con<br />

frecu<strong>en</strong>cia arrasaron ext<strong>en</strong>sas zonas de manglares, sepultaron con materiales de rell<strong>en</strong>o<br />

prácticam<strong>en</strong>te todos los esteros de la desembocadura y cerraron <strong>en</strong> forma definitiva<br />

la Boca de Burras. Las descargas se derivaron hacia el brazo izquierdo (de San Francisco),<br />

el cual fue convertido <strong>en</strong> un gigantesco canal artificial que requirió de obras<br />

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complem<strong>en</strong>tarias para evitar la inundación de las poblaciones vecinas. Al término de<br />

las obras de acondicionami<strong>en</strong>to del complejo portuario, la artificialización de la desembocadura<br />

del río Balsas por el dragado y por las obras de infraestructura <strong>en</strong> el brazo<br />

derecho (Melchor Ocampo) y de rectificación del brazo izquierdo (San Francisco)<br />

prácticam<strong>en</strong>te dejaron inhabilitado el delta para cumplir con sus funciones ecológicas;<br />

a esto se agregaron obras que alteraron las corri<strong>en</strong>tes litorales, como fueron los 4<br />

886 m de espigones, escolleras y bordos construidos <strong>en</strong> el fr<strong>en</strong>te de las islas de El Cayacal,<br />

Enmedio y playas norte y sur; esto transformó la dinámica morfológica del delta<br />

<strong>en</strong> favor de los procesos acumulativos litorales, lo que aceleró la desaparición y/o la<br />

modificación de las barras, los estuarios y los esteros litorales.<br />

El funcionami<strong>en</strong>to de las plantas industriales <strong>en</strong> la zona portuaria trajo nuevas y<br />

serias afectaciones ambi<strong>en</strong>tales, directas e indirectas, al delta. A principios de los años<br />

nov<strong>en</strong>ta la PROFEPA hizo el estudio más amplio que hasta ahora se ha realizado para<br />

evaluar los daños al ambi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la región del delta del río Balsas, (PROFEPA-SISSA,<br />

1994). De este estudio se derivan los hechos relevantes sigui<strong>en</strong>tes:<br />

• Los usos industrial y urbano han g<strong>en</strong>erado una alta degradación de los sistemas acuáticos<br />

del delta debido a la inexist<strong>en</strong>cia, insufici<strong>en</strong>cia o mal estado de las instalaciones de tratami<strong>en</strong>to.<br />

En estas circunstancias, la g<strong>en</strong>eración de aguas residuales y la carga orgánica de<br />

orig<strong>en</strong> urbano eran ya altísimas para las principales poblaciones del delta a principios<br />

de los años nov<strong>en</strong>ta. Ciudad Lázaro Cárd<strong>en</strong>as g<strong>en</strong>eraba un volum<strong>en</strong> de aguas<br />

residuales calculado <strong>en</strong> 6 429.72 m 3 /d y una carga orgánica de 516 306 kg DBO/año;<br />

Guacamayas, 4 419.36 m 3 /d de aguas residuales y 333 194 kg DBO/año, y La Mira,<br />

1 449 m 3 /d de aguas residuales y 116 355 kg DBO/año; esto trajo por consecu<strong>en</strong>cia<br />

que los coliformes fecales estuvieran por arriba del criterio (200/100 ml) <strong>en</strong> las dos<br />

épocas del año (lluvia y estiaje) <strong>en</strong> todas las estaciones muestreadas <strong>en</strong> el delta y<br />

<strong>en</strong> el litoral.<br />

• Por cuanto se refiere a los metales tóxicos, los análisis efectuados para cadmio, mercurio,<br />

níquel, plomo y zinc revelaron que <strong>en</strong> ninguna de las estaciones se satisficieron los criterios<br />

de calidad para agua dulce y salina, ni <strong>en</strong> épocas de lluvia ni <strong>en</strong> las de estiaje. El Índice<br />

de Calidad del Agua para Metales (ICAM) reveló que <strong>en</strong> todas las estaciones del río<br />

Balsas, y <strong>en</strong> épocas de estiaje y de lluvias, existe un grado de contaminación por<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

uno u otro metal, lo que muestra el alto grado de su deterioro. De acuerdo con<br />

los valores del ICAM, los esteros más contaminados por metales son, para el estiaje:<br />

El Pichi, El Caimán y El Gasolino; y para la época de lluvias: Paso de Burras y<br />

El Gasolino.<br />

• Los resultados de las pruebas de toxicidad <strong>en</strong> sedim<strong>en</strong>tos revelaron niveles extremadam<strong>en</strong>te<br />

tóxicos <strong>en</strong> diez de las estaciones muestreadas, <strong>en</strong>tre las que se <strong>en</strong>contraban áreas aledañas<br />

a empresas como SICARTSA y FERTIMEX y la mayoría de los esteros litorales.<br />

• Los análisis de bioconc<strong>en</strong>tración de metales y plaguicidas realizados <strong>en</strong> catorce especies de<br />

interés comercial y alim<strong>en</strong>ticio (pargo, lisa, mojarra-tilapia, ronco, cuatete, jurel, huachinango,<br />

sierra, pámpano, sábalo, ostión, mejillón, jaiba y camarón) detectaron la pres<strong>en</strong>cia de<br />

los diez metales seleccionados, <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes conc<strong>en</strong>traciones. El cromo se detectó por arriba<br />

de los límites normales (0.317 µg/g <strong>en</strong> pámpano y hasta 4.086 µg/g <strong>en</strong> cuatete,<br />

durante la primera campaña de muestreos; y hasta 16.340 µg/g <strong>en</strong> la lisa <strong>en</strong> la segunda<br />

campaña).<br />

En el caso de la Terminal de Almac<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de Carbón y el Depósito de C<strong>en</strong>izas,<br />

las autorizaciones se hicieron bajo el argum<strong>en</strong>to de que El Gasolino era un estero que<br />

ya había sufrido daños ambi<strong>en</strong>tales irreversibles por las obras de acondicionami<strong>en</strong>to<br />

y construcción de las instalaciones industriales <strong>en</strong> el recinto portuario (NKS), y fueron<br />

condicionadas a la aplicación de un Programa G<strong>en</strong>eral de Protección y Rescate para<br />

las especies florísticas y faunísticas de la zona del estero.<br />

La realidad es que la isla del Cayacal, como lo reconoce el propio INE, era una zona<br />

rica <strong>en</strong> comunidades vegetales y animales, particularm<strong>en</strong>te el predio destinado a la<br />

construcción del Depósito de C<strong>en</strong>iza, ya que <strong>en</strong> él se <strong>en</strong>contraba el estero El Gasolino,<br />

donde había zonas de refugio, de reproducción y de alim<strong>en</strong>tación de diversas<br />

especies. Sin embargo, la creci<strong>en</strong>te actividad industrial modificó a tal grado sus comunidades<br />

vegetales y animales que algunas de estas asociaciones han desaparecido<br />

localm<strong>en</strong>te, como la selva mediana subcaducifolia (Bursera simaruba, Enterolobium ciclocarpum),<br />

el cayacal (Orbignya guacuyule) y el manglar (Rhizophora mangle, Laguncularia<br />

racemosa, Avic<strong>en</strong>nia germinans y Conocarpus erectus).<br />

En efecto, el patrón de distribución de los manglares fue alterado hasta su casi total<br />

desaparición por las obras de infraestructura y usos industriales. Primero, por la<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

carretera que une a las instalaciones de PEMEX y NKS con el contin<strong>en</strong>te; después por<br />

los rell<strong>en</strong>os que se hicieron para ganar terr<strong>en</strong>os al estero a fin de ubicar las instalaciones<br />

de NKS. Más tarde, por la apertura de s<strong>en</strong>deros y la extracción de madera. Y finalm<strong>en</strong>te<br />

por las obras de habilitación y construcción de la Terminal de Carbón y el Depósito<br />

de C<strong>en</strong>izas de la CFE. Hasta hace poco tiempo (1996) era posible observar<br />

relictos de selva baja caducifolia <strong>en</strong> áreas inmediatas al estero El Gasolino (áreas cercanas<br />

al límite sur de NKS), pero hoy estos manchones han desaparecido debido a los<br />

rell<strong>en</strong>os reci<strong>en</strong>tes. Actualm<strong>en</strong>te ya no es posible observar ni un solo ejemplar de manglar<br />

<strong>en</strong> torno del estero Boca de Burras. El área está ocupada por las vías del ferrocarril<br />

y por terracerías para el tránsito de maquinaria pesada. La destrucción, <strong>en</strong> este<br />

caso, ha sido completa (CAI, 1996).<br />

Algunos estudios dan cu<strong>en</strong>ta de la importancia ictiofaunística de ambos esteros.<br />

En El Gasolino, los trabajos de CAI reportaron <strong>en</strong> 1996 cinco especies: popoyote<br />

(Dormitator latifrons), valorado por los investigadores como un indicador biológico relevante;<br />

el cuatete (Galeichthys caerulesc<strong>en</strong>s), considerado de gran importancia económica;<br />

la mojarra (Oreochromis niloticus), importante comercialm<strong>en</strong>te y muy apreciada<br />

como alim<strong>en</strong>to por los pescadores artesanales del área; la sardinita (Lile stulifera), una<br />

especie <strong>en</strong>démica del Pacífico ori<strong>en</strong>tal, de gran valor ecológico, y los “guppys” (Poecilia<br />

sph<strong>en</strong>ops), que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia económica pero que pose<strong>en</strong> una notable relevancia<br />

ecológica como eslabón trófico de peces consumidores superiores. En el estero<br />

Boca de Burras se id<strong>en</strong>tificaron además la lisa (Mugil spp), de gran importancia económica,<br />

y el jurel (Caranx marginatus), de valor alim<strong>en</strong>ticio y económico local.<br />

Entre las especies reportadas de anfibios y reptiles destacan ocho especies <strong>en</strong> status<br />

de protección; la rana (Rana forreri), especie rara; la iguana verde (Iguana iguana),<br />

<strong>en</strong> peligro de extinción, abundante <strong>en</strong> la zona del manglar del estero El Gasolino;<br />

el garrobo (Ct<strong>en</strong>osaura pectinata), am<strong>en</strong>azada, una especie <strong>en</strong>démica mexicana de<br />

abundacia relativa <strong>en</strong> los esteros de El Gasolino y Boca de Burras; la tortuga golfina<br />

(Lepidochelys olivacea), <strong>en</strong> peligro de extinción, <strong>en</strong> la zona de playa adyac<strong>en</strong>te al estero<br />

El Gasolino, que se considera como área de anidación; el cuije de cola azul (Cnemidophorus<br />

lineattissimus lividus), especie rara que, sin embargo, es el reptil más abundante<br />

<strong>en</strong> la costa michoacana; el cuije de cola roja (Cnemidophorus comunis comunis) especie<br />

rara; el cocodrilo (Crocodylus acutus), rara, con una población importante <strong>en</strong> El Gasolino;<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

y la boa (Boa constrictor imperator), am<strong>en</strong>azada por la excesiva explotación para aprovechar<br />

su piel.<br />

La avifauna reportada por CAI (1996) para la región es de 75 especies, de 175 especies<br />

por el IPN (1991), y de 253 especies por Villaseñor (1988). Es notable cómo el número<br />

de ejemplares detectados se reduce a medida que se avanza <strong>en</strong> la escala del<br />

tiempo. En el estero El Gasolino, CAI reportó siete especies bajo status de protección,<br />

según la NOM-059: la cigüeña (Mycteria americana), am<strong>en</strong>azada; la cerceta (Anas discors),<br />

sujeta a protección especial; el pato (Aythya affinis), considerada como de protección<br />

especial; el halcón (Accipiter striatus velox), am<strong>en</strong>azada; el gavilán selvático (Micrastur<br />

semitorquatus naso), rara; el tecolotito (Glaucidium brasilianum ridgwayi), am<strong>en</strong>azada,<br />

y el paseriforme migratorio (Seiurus noveborac<strong>en</strong>sis notabilis), rara.<br />

La lista de mamíferos reportados por CAI (1996) es de veintiún especies para El<br />

Gasolino y de ocho especies para Boca de Burras. Sólo una cae bajo el status de protección,<br />

según la NOM-059: el jaguarundi (Felis yagouaroundi tolteca).<br />

Otros trabajos, como los de PROFEPA-SISSA-(1994), docum<strong>en</strong>tan la importancia de la<br />

diversidad biótica de los esteros del delta y, <strong>en</strong> algunos casos, amplían las listas de las<br />

investigaciones arriba m<strong>en</strong>cionadas. Algunos estudios más, como los de la Facultad<br />

de Ci<strong>en</strong>cias de la UNAM (1981) y los de CIBNOR (1995), dan cu<strong>en</strong>ta de la riqueza ictiológica<br />

del delta. Fu<strong>en</strong>tes y Gaspar refier<strong>en</strong> 47 especies como compon<strong>en</strong>tes de la ictiofauna<br />

de la desembocadura: nueve pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a ambi<strong>en</strong>tes dulceacuícolas,<br />

cuatro al estuarino y 34 al marino. CIBNOR registra 36 especies durante sus muestreos<br />

de febrero de 1992 a <strong>en</strong>ero de 1993 y de febrero de 1993 a mayo de 1994, <strong>en</strong> el brazo<br />

izquierdo (San Francisco): catorce del compon<strong>en</strong>te estuarino: jaiba (Callinectes toxotes),<br />

langostino (Macrobrachium americanum, Macrobrachium t<strong>en</strong>ellum, Macrobrachium<br />

digesti, Macrobrachium sp., Palaemon sp.), robalo (C<strong>en</strong>tropomus medius, C<strong>en</strong>tropomus nigresc<strong>en</strong>s,<br />

C<strong>en</strong>tropomus robalito), lisa/lebrancha (Mugil curema, Mugil cephalus), (Dormitator<br />

maculatus), y la sardinita (Lile gracilis); diez del compon<strong>en</strong>te marino: (Ocypode sp.), mojarra<br />

(Diapterus brevirostris, Diapterus peruviana, Eucinostomus arg<strong>en</strong>teus, Eucinostomus<br />

californi<strong>en</strong>sis), (Cha<strong>en</strong>omugil proboscideus), pargo amarillo (Lujanus arg<strong>en</strong>tiv<strong>en</strong>tris), (Gobiomorus<br />

maculatus), l<strong>en</strong>guado (Syacium latifrons), cuatete (Ariopsis guatemalesis), (Eleotris<br />

picta), (Awaous transandeanus); doce del compon<strong>en</strong>te dulceacuícola: el caracol (Gastropodo<br />

C), el langostino (Macrobrachium diguetti), (Astynax fasciatus), (Poecilia sph<strong>en</strong>ops),<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

(Poecilia mexicana), (Poeciliopsis balsas), (Poeciliopsis starksii), (Poeciliopsis sp.), tilapia<br />

(Oreochromis mossambicus, Oreochromis aurea), (Agonostomus monticola), (Atherina panam<strong>en</strong>sis)<br />

y (Atherinella guatemal<strong>en</strong>sis).<br />

Un problema ligado al manejo de las c<strong>en</strong>izas es que la combustión del carbón <strong>en</strong><br />

plantas termoeléctricas produce grandes cantidades de c<strong>en</strong>iza volante y c<strong>en</strong>izas de<br />

fondo. Ambas conti<strong>en</strong><strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos químicos tales como aluminio, silicio, fierro, calcio,<br />

potasio, sodio, arsénico, bario, boro, cromo, cobre, plomo, manganeso, mercurio,<br />

molibd<strong>en</strong>o, níquel, sel<strong>en</strong>io, estroncio y zinc, cuyas conc<strong>en</strong>traciones dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> del sitio<br />

de extracción del carbón, de la cantidad del mismo, del proceso de combustión, del<br />

diseño del g<strong>en</strong>erador eléctrico y del tipo y la efici<strong>en</strong>cia de los depósitos de control.<br />

El pot<strong>en</strong>cial de los efectos ambi<strong>en</strong>tales es necesariam<strong>en</strong>te alto si se consideran los<br />

volúm<strong>en</strong>es a manejar, la composición de las c<strong>en</strong>izas y la fragilidad de los ecosistemas,<br />

especialm<strong>en</strong>te con respecto a los mantos acuíferos, por el gran pot<strong>en</strong>cial de flujos de<br />

lixiviados hacia el exterior. Por el sitio seleccionado, la exposición a f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os meteorológicos<br />

es directa. Los vi<strong>en</strong>tos y las lluvias propiciarían el transporte de una cantidad<br />

considerable de polvos fugitivos y c<strong>en</strong>izas de fondo.<br />

En síntesis, la lógica del aprovechami<strong>en</strong>to de los recursos fluviales a partir de la<br />

construcción de gigantescas obras hidroeléctricas <strong>en</strong> las cu<strong>en</strong>cas altas, hidroagrícolas<br />

<strong>en</strong> valles y planicies, y complejos portuario-industriales <strong>en</strong> el delta, alteró notablem<strong>en</strong>te<br />

las funciones ecológicas del río Balsas y, al final, la productividad biológica del delta;<br />

privó <strong>en</strong> un alto grado al sistema fluvial de su función de transportar materiales disueltos,<br />

minerales y nutri<strong>en</strong>tes hacia las zonas más productivas de la planicie de inundación<br />

y del litoral; convirtió al delta <strong>en</strong> un sistema simplificado de canales, quitándole<br />

meandros y riberas, reduci<strong>en</strong>do la diversidad de ambi<strong>en</strong>tes que era capaz de sost<strong>en</strong>er<br />

y eliminando o alterando la mayoría de sus más ricos hábitat, especialm<strong>en</strong>te esteros<br />

y pantanos, es decir las zonas de alim<strong>en</strong>tación, cría, refugio y tránsito de la fauna<br />

acuática propias del delta.<br />

LAS CONTRADICCIONES SOCIALES<br />

A estas contradicciones <strong>en</strong>tre difer<strong>en</strong>tes lógicas productivas, económicas y ecológicas<br />

se sumaron las que se produjeron <strong>en</strong> el ámbito social. Los complejos portuario-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

industriales del tipo que se ha implantado <strong>en</strong> el delta del río Balsas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> características<br />

tecnológicas y productivas que dificultan y aun hac<strong>en</strong> imposible su integración<br />

a los contextos sociales y culturales regionales. El modelo productivo de estas unidades<br />

complejas está determinado por el hecho de que integran a industrias de capital y no<br />

de mano de obra. Requier<strong>en</strong> por ello de grandes inversiones de capital y de transfer<strong>en</strong>cias<br />

de tecnologías sumam<strong>en</strong>te sofisticadas; y no sólo ocupan poca mano de obra,<br />

sino que ésta debe ser altam<strong>en</strong>te especializada. Sus capacidades para producir eslabonami<strong>en</strong>tos<br />

e integraciones <strong>en</strong> las cad<strong>en</strong>as productivas se v<strong>en</strong> restringidas por la inexist<strong>en</strong>cia<br />

de estructuras intermedias que son difíciles de g<strong>en</strong>erar <strong>en</strong> un marco económico<br />

y social caracterizado por <strong>actividades</strong> primarias de baja productividad. Por<br />

esta razón, su mayor contribución al empleo regional se reduce a la fase de construcción<br />

y habilitación del espacio productivo y se limita drásticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la de operación.<br />

La construcción de la presa El Infiernillo requirió de una gigantesca infraestructura<br />

tecnológica y de acondicionami<strong>en</strong>to que ocupó <strong>en</strong> su fase más int<strong>en</strong>siva a cerca<br />

de 15 000 obreros. Sus estilos tecnológicos implicaron la importación de mano de obra<br />

especializada y de ocupación de la mano de obra local sólo para las tareas de pico y pala.<br />

Los acondicionami<strong>en</strong>tos del terr<strong>en</strong>o se redujeron a la instalación de campam<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong><br />

los que se desarrollaron las infraestructuras estrictam<strong>en</strong>te indisp<strong>en</strong>sables para satisfacer<br />

las necesidades de la mano obra directam<strong>en</strong>te ligada a la construcción. A la operación<br />

de la obra, esta <strong>en</strong>orme población se redujo a sólo quini<strong>en</strong>tos técnicos y obreros<br />

especializados. Así, esta infraestructura no creó ni impulsó forma alguna de desarrollo<br />

para la región, y sus habitantes siguieron vivi<strong>en</strong>do con sus car<strong>en</strong>cias ancestrales.<br />

Con la construcción de la presa La Villita, no obstante su concepción como obra<br />

de usos múltiples, el modelo volvió a repetirse. En el mediano plazo, la construcción<br />

y operación de la presa ocasionó profundas alteraciones <strong>en</strong> la vida cotidiana de la comunidad<br />

regional: increm<strong>en</strong>to acelerado de la población por el arribo masivo de migrantes,<br />

grandes derramas de ingresos por salarios, abandono de las <strong>actividades</strong> agropecuarias<br />

tradicionales, proliferación de comercios y servicios, y agudos procesos<br />

inflacionarios por la insufici<strong>en</strong>cia de la oferta de bi<strong>en</strong>es de consumo y de servicios.<br />

Por principio de cu<strong>en</strong>tas, se construyeron campam<strong>en</strong>tos para alojar a la mano de<br />

obra requerida; uno <strong>en</strong> Guacamayas, destinado a alojar a los obreros; otro <strong>en</strong> las inmediaciones<br />

de la población de La Orilla para instalar las oficinas, a los ing<strong>en</strong>ieros y a<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

los empleados administrativos, y otro para el personal especializado de la empresa<br />

constructora (ICA). Mejor construidas que las de El Infiernillo, estas instalaciones tampoco<br />

se vincularon con las necesidades de las poblaciones locales, pues fueron diseñadas<br />

para satisfacer estrictam<strong>en</strong>te los requerimi<strong>en</strong>tos de la mano de obra directam<strong>en</strong>te<br />

ligada a las exig<strong>en</strong>cias productivas y casi siempre se mantuvieron aisladas del resto<br />

de la población local. La segregación social que estas obras produc<strong>en</strong> se manifestó<br />

claram<strong>en</strong>te. La mayoría de la población local no podía t<strong>en</strong>er acceso a ellas por su falta<br />

de empleos y de ingresos fijos. Las derramas del circulante monetario durante la<br />

construcción no se utilizaron para capitalizar la región ni consolidaron las <strong>actividades</strong><br />

productivas debido a su carácter transitorio. Lo que es peor: diversas obras, como<br />

las de riego, concebidas para habilitar 18 000 ha de tierras ejidales de los municipios<br />

de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as y La Unión, sólo fueron utilizadas parcialm<strong>en</strong>te (no más de<br />

6 000 ha) y se destinaron predominantem<strong>en</strong>te al cultivo de frutales.<br />

Para t<strong>en</strong>er una idea de la magnitud de estos desequilibrios <strong>en</strong> el delta, hay que<br />

considerar que su porción subaérea está integrada por ext<strong>en</strong>sas llanuras de inundación,<br />

canales y niveles naturales del río; por abundantes meandros abandonados, abanicos<br />

aluviales, islas, lagunas, esteros (<strong>en</strong>tre los que sobresal<strong>en</strong> Barra del Trigre, El Pichi,<br />

Mata de Carrizo, Santa Ana, Burras, El Gasolino, Boca Vieja y Petacalco); amplias zonas<br />

de manglares, varios ríos y una multitud de arroyos de pequeñas dim<strong>en</strong>siones.<br />

Estas condiciones convertían al delta <strong>en</strong> una área fértil y altam<strong>en</strong>te productiva. Las<br />

mejores tierras de aluvión, esteros y pantanos, ubicadas <strong>en</strong> las islas c<strong>en</strong>trales y <strong>en</strong> una<br />

amplia ext<strong>en</strong>sión de la planicie costera de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as, producían una notable<br />

riqueza agrícola y pesquera que satisfacía con sufici<strong>en</strong>cia las necesidades de los escasos<br />

habitantes de la región; no es extraño, por ello, <strong>en</strong>contrar testimonios como los de<br />

aquellos viajeros que la visitaron <strong>en</strong> el siglo XIX, como Roberto B. Gorsuch, que relata<br />

con asombro:<br />

Santiago Zacatula está situado a los 17° 58’ 48” lat. N y (según el Barón de Humboldt) a 3° 30’ 10”<br />

long. O del meridiano de México. Se cree que por su clima y por haber sido un presidio <strong>en</strong> la guerra<br />

de indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, es un país melancólico e inhabitable; mas nada de esto ti<strong>en</strong>e: las islas que<br />

forman los dos brazos del río [Balsas] es una continuada huerta de muchos cocales, de cayaco o<br />

coco de aceite y todas las frutas tropicales que produce de una manera gigantesca. Tanto <strong>en</strong> la isla<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

como <strong>en</strong> las orillas se da <strong>en</strong> abundancia el maíz y el frijol, lográndose dos cosechas al año. Se da<br />

también tabaco, algodón, toda clase de legumbres y maderas para construcción, sin faltar las más<br />

exquisitas para ornato. El río y la mar produc<strong>en</strong> los pescados más saludables y delicados, y los ganados<br />

pastan <strong>en</strong> una primavera perpetua, siempre están gordos, y sus carnes son tan gustosas por las<br />

sales naturales que hay <strong>en</strong> el terr<strong>en</strong>o, que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> igual ni aun <strong>en</strong> las celebradas de Tierrad<strong>en</strong>tro<br />

(Comisión Exploradora del Atoyac, 1850).<br />

A partir de la experi<strong>en</strong>cia de la construcción de la presa La Villita, Roger Bartra<br />

(1967) hace la sigui<strong>en</strong>te reflexión sobre la forma <strong>en</strong> que opera el capital introducido<br />

<strong>en</strong> la región por este tipo de obras:<br />

La inversión oficial, que se canaliza a través de la Comisión del Río Balsas, es utilizada por las compañías<br />

constructoras <strong>en</strong> la compra de materias primas y maquinaria y <strong>en</strong> el pago de la fuerza de trabajo.<br />

Las compañías constructoras, <strong>en</strong> este proceso, se quedan ya parte de la inversión como b<strong>en</strong>eficio<br />

(plusvalía). El dinero invertido <strong>en</strong> materias primas y maquinaria va a dar a industrias que no<br />

están <strong>en</strong> la zona, y a veces ni siquiera <strong>en</strong> el país.<br />

Los salarios que recib<strong>en</strong> los trabajadores son gastados íntegram<strong>en</strong>te, pues no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> capacidad de<br />

ahorro. Este dinero va a dar a los comercios, tanto a los reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te establecidos (que son mayoría)<br />

como a los que ya existían <strong>en</strong> la zona. Éstos se quedan con una parte y el resto va a dar a las industrias<br />

productoras de artículos de consumo. A su vez, una parte bastante grande del b<strong>en</strong>eficio<br />

de los pequeños comerciantes se gasta <strong>en</strong> la compra de los artículos de consumo que necesitan.<br />

Tal parece que el dinero invertido <strong>en</strong> la zona no llega a acumularse ahí, más que <strong>en</strong> pequeñas cantidades<br />

por algunos grandes comerciantes. No llega a crearse un capital regional fuerte.<br />

La sigui<strong>en</strong>te fase, iniciada con la construcción y operación del complejo siderúrgico<br />

de Las Truchas, correspondió <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te a esta lógica productiva. La actitud autoritaria<br />

de los promotores del proyecto, los nuevos “dueños” del destino del delta,<br />

como los llama Hiernaux (1991) con respecto a la población local, fue otra fu<strong>en</strong>te de<br />

agudos conflictos sociales. Los promotores se <strong>en</strong>contraron con “una actitud aguerrida<br />

sin preced<strong>en</strong>tes” por parte de los ejidatarios cuyos terr<strong>en</strong>os se expropiaron para la<br />

construcción del puerto. Estas dificultades se zanjaron, varios años después de emitidos<br />

los decretos expropiatorios, con la mediación del gobierno del estado de Mi-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

choacán, situación que más tarde se reproduciría <strong>en</strong> cada conflicto <strong>en</strong>tre los impulsores<br />

del complejo portuario y los pobladores locales, especialm<strong>en</strong>te agricultores y<br />

pescadores.<br />

Se asistió, <strong>en</strong>tonces, a la transformación de la estructura productiva del espacio rural<br />

no sólo por la ocupación industrial y urbana del delta, sino por la diversificación<br />

de la producción agrícola <strong>en</strong> favor de cultivos de frutales. Sólo una década después<br />

del arranque de las obras de construcción de Las Truchas, a principios de los años<br />

och<strong>en</strong>ta, las tres cuartas partes de la superficie agrícola del delta se destinaban a cultivos<br />

perman<strong>en</strong>tes y un 20% a cultivos alim<strong>en</strong>ticios. Se consolidó la producción de coco,<br />

un cultivo ya tradicional <strong>en</strong> la región, y se agregaron nuevas áreas dedicadas a la plantación<br />

de mango, papaya, plátano y cítricos. Con ello apareció una nueva clase de productores<br />

capitalistas que, de algún modo, supieron aprovechar los b<strong>en</strong>eficios de la<br />

infraestructura de riego. Productos como el mango fueron objetos de exportación a<br />

otras regiones del país e incluso al extranjero <strong>en</strong> un proceso de especialización que<br />

operó claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> favor de la producción de frutales altam<strong>en</strong>te r<strong>en</strong>tables y <strong>en</strong> contra<br />

de las posibilidades de un desarrollo regional sost<strong>en</strong>ible, que t<strong>en</strong>dría que haberse<br />

basado <strong>en</strong> las capacidades locales de g<strong>en</strong>eración de alim<strong>en</strong>tos.<br />

Las pesquerías artesanales <strong>en</strong> el delta: ¿una desaparición ineluctable?<br />

Fr<strong>en</strong>te a los objetivos asignados al polo industrial: abastecer de <strong>en</strong>ergía y de materias<br />

primas a los mercados nacional e internacional, producir insumos intermedios para la<br />

industria nacional, g<strong>en</strong>erar divisas y funcionar como punto estratégico de vinculación<br />

con el sistema económico mundial, las consideraciones de ord<strong>en</strong> local y regional quedaron<br />

rezagados. El complejo siderúrgico fue concebido para producir diez millones<br />

de toneladas anuales <strong>en</strong> cuatro etapas progresivas, lo que lo haría el más grande de<br />

Latinoamérica y uno de los mayores del mundo. El complejo portuario-industrial fue<br />

justificado con los argum<strong>en</strong>tos de que resolvía el cuello de botella que implicaba la<br />

falta de un sistema portuario moderno y adaptado a las necesidades geoeconómicas<br />

y políticas de ord<strong>en</strong> mundial; bajaba los costos del transporte de materias primas y<br />

productos elaborados, a partir de una infraestructura que facilitaba la movilización de<br />

barcos de gran calado; minimizaba los costos de producción de las industrias instala-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

das <strong>en</strong> la zona portuaria, y competía favorablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los mercados internacionales<br />

por las v<strong>en</strong>tajas comparativas de los bajos costos de producción.<br />

Ante la magnitud de estas prioridades, las metas de la conservación y el uso sost<strong>en</strong>ible<br />

de los sistemas fluviales, y sobre todo de los deltaicos, simplem<strong>en</strong>te no han<br />

figurado o no se han convertido <strong>en</strong> argum<strong>en</strong>tos de peso <strong>en</strong> la toma de decisiones sobre<br />

el porv<strong>en</strong>ir del sistema ecológico, económico y social del delta del río Balsas. Esta<br />

falta es aún más notoria por la aus<strong>en</strong>cia de una política ambi<strong>en</strong>tal sobre el uso y manejo<br />

de zonas <strong>costeras</strong>, y especialm<strong>en</strong>te sobre el uso y manejo múltiple de estuarios, del<br />

cual prácticam<strong>en</strong>te se ha excluido el de la pesca ori<strong>en</strong>tada a la producción de alim<strong>en</strong>tos<br />

locales. Actividad de un reducido número de pescadores, aportadora de una<br />

fracción minúscula al producto bruto nacional, la pesca artesanal ribereña ha sido cond<strong>en</strong>ada<br />

a una desaparición ineluctable ante la lógica del modelo industrial impulsado<br />

por los promotores del megaproyecto portuario-industrial de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as.<br />

Practicadas por unos ci<strong>en</strong>tos de pescadores dispersos <strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes subsistemas<br />

del delta, caracterizadas por un bajo nivel tecnológico y limitadas a satisfacer exclusivam<strong>en</strong>te<br />

las necesidades de consumo del mercado local y regional, las pesquerías<br />

ribereñas de la región han sido altam<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>sibles a las transformaciones vividas <strong>en</strong><br />

los últimos años.<br />

Los recursos pesqueros ribereños han sido materia de una profunda controversia<br />

<strong>en</strong>tre los responsables de la construcción y operación del polo industrial y la población<br />

de pescadores que dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te de la actividad pesquera, controversia<br />

que ha rebasado los ámbitos locales para adquirir dim<strong>en</strong>siones nacionales, y aun internacionales,<br />

especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la última década. Desde principios de los años nov<strong>en</strong>ta<br />

las reclamaciones por la alteración de hábitat y por la contaminación industrial y<br />

doméstica de los sitios de pesca, las tomas y los bloqueos de instalaciones, las indemnizaciones<br />

pagadas por los repres<strong>en</strong>tantes de las industrias establecidas <strong>en</strong> el polo, y<br />

aun los asesinatos políticos, se han sucedido con una frecu<strong>en</strong>cia alarmante.<br />

ALGUNAS REFLEXIONES FINALES<br />

El complejo portuario-industrial construido <strong>en</strong> el delta del río Balsas se ha desarrollado<br />

<strong>en</strong> sus difer<strong>en</strong>tes fases como un proceso de industrialización, urbanización, tecnologi-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

zación y burocratización, según las reglas y los principios de la racionalidad económica<br />

que han presidido los procesos de modernización de la sociedad mexicana <strong>en</strong> los<br />

últimos tres dec<strong>en</strong>ios, es decir bajo las normas y los principios de manejo y control<br />

de los ecosistemas y sus recursos naturales, concebidos como factores productivos<br />

puestos al servicio de una mayor racionalidad de la economía.<br />

La estructura productiva de este modelo de crecimi<strong>en</strong>to industrial nada ha t<strong>en</strong>ido<br />

que ver con la realidad social y económica de la región. La mano de obra especializada<br />

para el funcionami<strong>en</strong>to de las plantas ha debido importarse de otras regiones dado<br />

el bajísimo nivel de escolaridad y de capacitación de la población del lugar. Antes del<br />

polo industrial, la base económica regional se sust<strong>en</strong>taba <strong>en</strong> una agricultura de subsist<strong>en</strong>cia<br />

y <strong>en</strong> una pesca artesanal de ribera. La industrialización acelerada exigió la importación<br />

masiva de mano de obra extrarregional. El flujo de migrantes, des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ado<br />

con la construcción de las presas y acelerado con la ejecución de las primeras etapas<br />

del complejo siderúrgico y del puerto industrial, terminó por g<strong>en</strong>erar <strong>en</strong> la región una<br />

sociedad profundam<strong>en</strong>te desigual.<br />

El problema es que la instauración de este ord<strong>en</strong> racionalizador ha quedado, <strong>en</strong> la<br />

medida <strong>en</strong> que se han ejecutado sus difer<strong>en</strong>tes fases, más expuesto a riesgos ecológicos,<br />

sociales y políticos cuyos efectos am<strong>en</strong>azan su propia viabilidad para resolver los<br />

complejos problemas que se pres<strong>en</strong>tan a la modernización de la sociedad mexicana.<br />

Esta modernización, con base <strong>en</strong> grandes obras de infraestructura y <strong>en</strong> polos industriales<br />

ori<strong>en</strong>tados a la exportación, ha terminado por volverse reflexiva, <strong>en</strong> tanto que sufre<br />

las consecu<strong>en</strong>cias de su propia acción y <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta cada vez mayores dificultades de naturaleza<br />

ecológica y social que pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> grave riego su propia viabilidad y, al final, la<br />

de la sociedad que pret<strong>en</strong>de transformar y mejorar. Aum<strong>en</strong>tando los riesgos con el<br />

propósito de cumplir sus metas económicas, esta estrategia de modernización mina<br />

sus propios fundam<strong>en</strong>tos y se vuelve ecológica y socialm<strong>en</strong>te insost<strong>en</strong>ible.<br />

Esta situación se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la base de los problemas que actualm<strong>en</strong>te confronta<br />

el delta del río Balsas y explica por qué las instituciones y los responsables de tomar<br />

decisiones sobre la industrialización del área, produc<strong>en</strong> y legitiman una serie de riesgos<br />

ecológicos que, cada vez <strong>en</strong> mayor medida, no pued<strong>en</strong> percibir <strong>en</strong> todas sus complejas<br />

dim<strong>en</strong>siones, y por lo tanto no pued<strong>en</strong> controlar. Los riesgos ecológicos <strong>en</strong> los<br />

que se involucra el sistema económico ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el carácter de una acumulación de efec-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

tos imprevisibles, de transgresión de umbrales y de irreversibilidad cuya mezcla se<br />

vuelve explosiva para la toma de decisiones. Se produce así una situación que los analistas<br />

sociales (Beck, 1998) caracterizan como de irresponsabilidad organizada, a partir<br />

de la cual las instituciones de las sociedades modernas reconoc<strong>en</strong> las realidades<br />

de las catástrofes ecológicas y sociales que produc<strong>en</strong>, y al mismo tiempo niegan su<br />

exist<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong>cubri<strong>en</strong>do los oríg<strong>en</strong>es y evitando su control y la comp<strong>en</strong>sación a las sociedades<br />

afectadas. Sus propias consecu<strong>en</strong>cias ambi<strong>en</strong>tales y la casi imposibilidad de<br />

determinar con precisión causas, dim<strong>en</strong>siones y actores implicados, socavan los fundam<strong>en</strong>tos<br />

mismos de los procesos de modernización que se pret<strong>en</strong>de impulsar a partir<br />

de decisiones que buscan increm<strong>en</strong>tar la efici<strong>en</strong>cia productiva de la economía. En<br />

estas circunstancias, se da un proceso de dilución de responsabilidades: los más altos<br />

riesgos los produc<strong>en</strong> las industrias, los capitaliza la economía, los legitima el sistema<br />

normativo y la política los vuelve inof<strong>en</strong>sivos, desactivando su alto pot<strong>en</strong>cial explosivo<br />

de inconformidad social. Así, los riesgos ecológicos terminan por diluirse y por no<br />

ser responsabilidad de nadie… o de todos.<br />

¿Cómo <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar estas paradojas que hoy se dan <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de todas las sociedades<br />

modernas, o <strong>en</strong> proceso de modernización como la nuestra? ¿Cómo crear y establecer<br />

los fundam<strong>en</strong>tos de una modernización de nuestra sociedad, que sea sobre todo<br />

responsable, y por lo mismo, auténticam<strong>en</strong>te sost<strong>en</strong>ible?<br />

La primera gran dificultad que se pres<strong>en</strong>ta es la aus<strong>en</strong>cia de visiones integradas<br />

de nuestra realidad ecológica y social, no como mosaicos de conocimi<strong>en</strong>tos altam<strong>en</strong>te<br />

especializados y agrupados <strong>en</strong> compartimi<strong>en</strong>tos cerrados, sino como elaboraciones<br />

que sean el producto de una ci<strong>en</strong>cia con un grado elevado de conci<strong>en</strong>cia ecológica y<br />

social capaz de superar los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de la superespecialización, y de compr<strong>en</strong>der<br />

que el conocimi<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico producto de los avances de la ci<strong>en</strong>cia y la tecnología<br />

no es superior <strong>en</strong> relación con otras ramas del conocimi<strong>en</strong>to ni con respecto a los demás<br />

sectores de la población. Una ci<strong>en</strong>cia y una tecnología no ori<strong>en</strong>tadas a controlar<br />

y dominar la realidad, sino capaces de llevar a cabo ejercicios del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que<br />

permitan tratar, dialogar y negociar con lo real. Una ci<strong>en</strong>cia que se proponga como<br />

objetivo c<strong>en</strong>tral relacionarse con problemas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con la justicia, la<br />

equidad, la irreversibilidad, la incertidumbre y la sust<strong>en</strong>tabilidad. La aus<strong>en</strong>cia de una<br />

visión de esta clase ha hecho prácticam<strong>en</strong>te imposible establecer un sistema de corres-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

ponsabilidades y solidaridades <strong>en</strong>tre usuarios de las cu<strong>en</strong>cas alta, media y baja del río<br />

Balsas, con el propósito consci<strong>en</strong>te y deliberado de aprovechar sus múltiples recursos<br />

sin degradar sus funciones ecológicas críticas. Hoy, sin embargo, es difícil articular<br />

conocimi<strong>en</strong>tos que han sido g<strong>en</strong>erados con propósitos parciales y que, a m<strong>en</strong>udo,<br />

ni siquiera se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran disponibles y organizados <strong>en</strong> forma sistemática.<br />

El segundo escollo nos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta a problemas de carácter social y político con respecto<br />

a la naturaleza de los problemas ecológicos del delta del río Balsas. La información<br />

sobre su situación ecológica y social ti<strong>en</strong>e todavía un amplio marg<strong>en</strong> de maniobra.<br />

Pued<strong>en</strong> movilizarse casi a placer contraargum<strong>en</strong>tos para refutar un daño ambi<strong>en</strong>tal.<br />

Los datos pued<strong>en</strong> esconderse, negarse o distorsionarse. Puede aprovecharse <strong>en</strong> favor<br />

de los intereses <strong>en</strong> juego la distancia ll<strong>en</strong>a de agujeros negros que separa a los conocimi<strong>en</strong>tos<br />

sobre un proceso técnico de sus efectos ambi<strong>en</strong>tales. Pued<strong>en</strong> ajustarse<br />

los sistemas normativos y elevarse los niveles máximos aceptables a fin de autorizar<br />

una acción que implique un alto riesgo ambi<strong>en</strong>tal. Pued<strong>en</strong> aprobarse acciones con<br />

evid<strong>en</strong>tes efectos ambi<strong>en</strong>tales negativos a cambio de comp<strong>en</strong>saciones que jamás se<br />

cumpl<strong>en</strong>. Puede incluso pres<strong>en</strong>tarse el error humano para esconder las fallas sistemáticas<br />

<strong>en</strong> el manejo o el control de una operación contaminante. Y, desde luego,<br />

pued<strong>en</strong> establecerse mecanismos de comp<strong>en</strong>sación económica y de control político<br />

a fin de desactivar el alto pot<strong>en</strong>cial de protesta de algunos sectores de la población.<br />

Pero, ¿puede seguirse así? Sí, si se decide continuar con la política de deterioro de<br />

nuestras bases de recursos naturales <strong>en</strong> favor de metas económicas insost<strong>en</strong>ibles. No,<br />

si lo que queremos es construir una sociedad sobre bases duraderas.<br />

Hoy los que toman las decisiones parec<strong>en</strong> haber decidido la política a seguir <strong>en</strong><br />

torno de esta cuestión crucial. Han formulado y parec<strong>en</strong> decididos a aplicar una estrategia<br />

ambi<strong>en</strong>tal basada <strong>en</strong> la consideración de que dadas las severas afectaciones<br />

sufridas <strong>en</strong> la zona industrial y portuaria del delta, una política restrictiva de protección<br />

no es aplicable, <strong>en</strong> virtud de que ya no exist<strong>en</strong> valores ecológicos y paisajísticos<br />

que lo justifiqu<strong>en</strong>. 1 Esta visión debe cambiar si queremos salvaguardar lo que nos<br />

queda todavía de este invaluable patrimonio ecológico.<br />

1 Gobierno del Estado de <strong>Michoacán</strong>, Programa de desarrollo integral de Lázaro Cárd<strong>en</strong>as. Informe principal,<br />

p. 78, Estrategia Ambi<strong>en</strong>tal.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

Por estas razones la situación del río Balsas nos confronta, querámoslo o no, con<br />

situaciones límite <strong>en</strong> términos de nuestro destino como sociedad. Nos obliga a interrogarnos<br />

y a respondernos sobre la legitimidad de las razones que nos han llevado a<br />

situaciones irreversibles, como son la anulación de las funciones ecológicas críticas<br />

de nuestros más importantes sistemas fluviales, de cuyos bi<strong>en</strong>es y servicios ambi<strong>en</strong>tales<br />

no podremos prescindir <strong>en</strong> nuestros planes futuros si realm<strong>en</strong>te queremos afrontar<br />

exitosam<strong>en</strong>te los difíciles retos que nos plantea la sost<strong>en</strong>ibilidad de nuestra sociedad.<br />

El caso del río Balsas es ejemplar porque no se trata de un río cualquiera. Es la cu<strong>en</strong>ca<br />

hidrológica más importante de la verti<strong>en</strong>te del Pacífico mexicano. Debemos <strong>en</strong>tonces<br />

responder con claridad a la cuestión de si podremos sobrevivir y construir una sociedad<br />

sust<strong>en</strong>table destruy<strong>en</strong>do, como ya lo hemos hecho, una parte vital de nuestro<br />

patrimonio ecológico.<br />

La otra gran cuestión que nos plantea el caso del río Balsas es el hecho incontrovertible<br />

de que, hasta hoy, los b<strong>en</strong>eficios, los costos y los riesgos ecológicos de nuestros<br />

megaproyectos modernizadores se han transferido de un modo desigual <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes<br />

sectores de nuestra sociedad. De un modo sistemático, los costos y los altos<br />

riesgos se han cargado sobre las sociedades locales y regionales. Ahí la degradación<br />

de los recursos, las desigualdades sociales y la calidad de la vida alcanzan niveles insost<strong>en</strong>ibles.<br />

Y, de nuevo, el caso del delta del río Balsas es un ejemplo típico de estas<br />

“inversiones para la desigualdad”, como justam<strong>en</strong>te las han llamado algunos estudiosos<br />

de nuestra realidad social. Esto no debe ni puede continuar así.<br />

La economía del delta, <strong>en</strong> efecto, pres<strong>en</strong>ta actualm<strong>en</strong>te una considerable cantidad<br />

de desequilibrios ecológicos y económicos. En ella coexist<strong>en</strong> los complejos portuarioindustriales<br />

y <strong>actividades</strong> agropecuarias preindustriales; industrias estratégicas junto<br />

a <strong>actividades</strong> de autoconsumo; los megaproyectos portuario-industriales más sofisticados<br />

y áreas rurales (agrícolas y pesqueras) altam<strong>en</strong>te deterioradas; el más elevado nivel<br />

tecnológico industrial junto a <strong>actividades</strong> tradicionales; los más altos niveles de ingreso<br />

junto al desempleo y el subempleo.<br />

Este mosaico de contradicciones expresa el costo ecológico y social de un modelo<br />

de crecimi<strong>en</strong>to económico insost<strong>en</strong>ible.<br />

La forma <strong>en</strong> la que se construyó el complejo portuario-industrial produjo serios<br />

desequilibrios estructurales <strong>en</strong> la economía y la sociedad regionales:<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

1. Las inversiones masivas se localizaron <strong>en</strong> la parte c<strong>en</strong>tral del delta, <strong>en</strong> tanto que<br />

su <strong>en</strong>torno rural, hacia el occid<strong>en</strong>te y el ori<strong>en</strong>te, quedó ampliam<strong>en</strong>te rezagado.<br />

2. La estructura productiva del complejo portuario-industrial se conc<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> las industrias<br />

metálicas básicas, y especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> dos grandes empresas: SICARTSA<br />

(40%) e ISPAT (55%). Se trata de un crecimi<strong>en</strong>to industrial que g<strong>en</strong>era un escaso<br />

valor agregado local y una nula integración con otras <strong>actividades</strong> productivas de<br />

niveles intermedios.<br />

3. El crecimi<strong>en</strong>to industrial fue limitado a una serie de <strong>actividades</strong> int<strong>en</strong>sivas <strong>en</strong> capital<br />

y ahorradoras de mano de obra, lo que propició un distanciami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre las<br />

<strong>actividades</strong> de punta y su <strong>en</strong>torno macroeconómico, y a la postre el crecimi<strong>en</strong>to<br />

hipertrofiado de <strong>actividades</strong> secundarias, comerciales y de servicios, <strong>en</strong> franco detrim<strong>en</strong>to<br />

de las <strong>actividades</strong> primarias, agrícolas y pesqueras de la región, <strong>en</strong> la que<br />

se sost<strong>en</strong>ían el grueso de la población local, cond<strong>en</strong>ándolas a la antieconomía por<br />

su baja productividad fr<strong>en</strong>te a las <strong>actividades</strong> industriales y, por lo tanto, a su inexorable<br />

extinción.<br />

4. La ocupación del espacio biológicam<strong>en</strong>te más productivo y ecológicam<strong>en</strong>te más<br />

crítico por las plantas industriales y por las obras de infraestructura propició la pérdida<br />

del suelo agrícola y de los ecosistemas biológicam<strong>en</strong>te más productivos del<br />

delta (humedales y esteros) <strong>en</strong> favor de los usos industriales y urbanos. Complejos<br />

industriales y ciudades se ubicaron sobre terr<strong>en</strong>os ejidales, sustrayéndolos a la producción<br />

agrícola, o sobre áreas ecológicas críticas del delta. Esto propició la desaparición<br />

de zonas clasificadas como de relevancia ecológica para la fauna silvestre<br />

por su adecuada calidad como hábitat (por su alta diversidad de especies, por ser<br />

lugar de alim<strong>en</strong>tación, refugio y anidación), tales como humedales, esteros, islas<br />

y el propio estuario del río Balsas.<br />

5. Las pérdidas de importancia de las <strong>actividades</strong> primarias, a medida que avanzaban<br />

los procesos de operación del complejo portuario-industrial, se tradujo <strong>en</strong> una<br />

reducción sistemática de la oferta regional de alim<strong>en</strong>tos. La superficie dedicada a<br />

la producción agrícola disminuyó <strong>en</strong> los años posteriores a la creación del complejo,<br />

lo que tuvo que resolverse por medio de importaciones extrarregionales, que<br />

culminaron <strong>en</strong> int<strong>en</strong>sos procesos inflacionarios, acelerados por las agudas desigualdades<br />

<strong>en</strong> la distribución de los b<strong>en</strong>eficios del crecimi<strong>en</strong>to regional.<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

6. La relación contradictoria que se estableció <strong>en</strong>tre los reducidos niveles de ocupación<br />

perman<strong>en</strong>te propiciados por el polo industrial y los altos precios de los bi<strong>en</strong>es<br />

y servicios básicos (alim<strong>en</strong>tación, vivi<strong>en</strong>da, educación, salud, etc.) ac<strong>en</strong>tuaron las<br />

desigualdades sociales que hoy caracterizan a la región.<br />

7. La difer<strong>en</strong>ciación y las desigualdades sociales fueron los resultados de la lógica<br />

productiva de las inversiones que se aplicaron <strong>en</strong> la región.<br />

De aquí la urg<strong>en</strong>cia de establecer las bases de una nueva actitud fr<strong>en</strong>te al sistema<br />

ecológico global del río Balsas: su cu<strong>en</strong>ca de dr<strong>en</strong>aje, su delta, su zona costera y<br />

marina adyac<strong>en</strong>tes. Reconociéndolo como sujeto y no solam<strong>en</strong>te como objeto para<br />

alcanzar las metas del crecimi<strong>en</strong>to económico. Creando un mecanismo que nos brinde<br />

la posibilidad de comunicarnos con el sistema ecológico <strong>en</strong> lugar de limitarnos a explotar<br />

sus recursos, imposibilitando la comunicación que nos haga conocer sus pulsos y<br />

colaborar con los grandes procesos geoquímicos y biológicos que controlan su productividad<br />

global. Si queremos recuperar el río Balsas como parte insustituible de nuestro<br />

acervo de recursos naturales, debemos <strong>en</strong>tonces establecer un nuevo cuerpo de<br />

criterios de prueba, corrección y verdad con respecto a los riesgos de nuestro desarrollo<br />

industrial. Es cierto que no existe <strong>en</strong> la actualidad ninguna conducta libre de riesgos.<br />

En las sociedades contemporáneas los riesgos son inevitables cuando se toman<br />

decisiones. No decidir implica ya un riesgo de quedar al marg<strong>en</strong> de un mundo caracterizado<br />

por la velocidad con la que ocurr<strong>en</strong> los cambios. Y la propia investigación<br />

ci<strong>en</strong>tífica corre riesgos y produce peligros.<br />

Hoy vivimos <strong>en</strong> un mundo donde el desarrollo sust<strong>en</strong>table es ampliam<strong>en</strong>te proclamado<br />

como objetivo de política pública. Casi no hay institución, c<strong>en</strong>tro de investigación<br />

u organismo responsable del diseño de planes o programas de manejo de nuestros<br />

recursos naturales que no proclame a la sust<strong>en</strong>tabilidad como el objetivo primordial<br />

de sus acciones. Sin embargo, se pret<strong>en</strong>de aceptar formalm<strong>en</strong>te este nuevo paradigma<br />

como principio de política pública, ignorando los dos requisitos básicos que hac<strong>en</strong><br />

a una sociedad sust<strong>en</strong>table: la alta calidad de sus ecosistemas y la alta calidad de<br />

vida de su población. Ambos procesos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que darse sincrónicam<strong>en</strong>te para alcanzar<br />

la sust<strong>en</strong>tabilidad. No se puede construir una sociedad sobre bases sust<strong>en</strong>tables,<br />

con recursos naturales abundantes y ecosistemas sanos, pero con una población abruma-<br />

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ESPACIOS Y ACTIVIDADES COSTERAS EN MICHOACÁN. APROXIMACIONES VARIAS<br />

doram<strong>en</strong>te pobre y miserable. Y al contrario: no se puede construir un economía poderosa,<br />

con altas tasas crecimi<strong>en</strong>to y socialm<strong>en</strong>te igualitaria, sobre la base de la explotación<br />

int<strong>en</strong>siva de sus recursos naturales finitos y del deterioro de su patrimonio ecológico.<br />

Y muchísimo m<strong>en</strong>os se podrá arribar a la sust<strong>en</strong>tabilidad, como <strong>en</strong> el caso del<br />

delta del río Balsas, con recursos destruidos y ominosas desigualdades sociales. Esto<br />

es prácticam<strong>en</strong>te imposible.<br />

Si <strong>en</strong> verdad se quiere armonizar metas económicas y ecológicas, ¿de qué naturaleza<br />

son los retos, con respecto al delta del río Balsas?<br />

Debido al alto grado de artificialización del delta, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su zona estuarina,<br />

por <strong>actividades</strong> antropogénicas derivadas de sus usos hidroeléctricos e industriales<br />

–que han dado por resultado la pérdida de sus funciones ecológicas vitales por la<br />

obstrucción de su régim<strong>en</strong> de sedim<strong>en</strong>tación y de flujo de minerales y nutri<strong>en</strong>tes,<br />

por la alteración de los equilibrios fisicoquímicos que regulan y controlan sus conexiones<br />

con la cu<strong>en</strong>ca de dr<strong>en</strong>aje y con los ecosistemas costeros y marinos adyac<strong>en</strong>tes–,<br />

por el alto grado de contaminación que pres<strong>en</strong>tan sus ambi<strong>en</strong>tes de humedales y cuerpos<br />

de agua litorales, así como por la pérdida casi completa de valores ecológicos y<br />

paisajísticos de su zona portuaria; todo ello aunado a los graves desajustes y desigualdades<br />

económicas y sociales que hoy son visibles <strong>en</strong> la sociedad regional, debe partirse<br />

del reconocimi<strong>en</strong>to del área del delta como zona de desastre ecológico y social, que<br />

pone <strong>en</strong> grave riesgo las posibilidades de construir un futuro sost<strong>en</strong>ible para la sociedad<br />

mexicana <strong>en</strong> su conjunto, pero especialm<strong>en</strong>te para la sociedad regional.<br />

T<strong>en</strong>drá que aceptarse el desafío ci<strong>en</strong>tífico, de planificación ecológica, económica<br />

y social y, especialm<strong>en</strong>te, político, de abordar la complejidad que repres<strong>en</strong>ta la g<strong>en</strong>eración<br />

de conocimi<strong>en</strong>tos y el manejo de los recursos naturales del delta, considerándolo<br />

como un solo gran sistema ecológico-económico. Esto es: un sistema abierto, dominado<br />

y subsidiado por procesos físicos y químicos de sus sistemas adyac<strong>en</strong>tes: el<br />

fluvial y la zona costera-marina, y determinado por int<strong>en</strong>sos intercambios bióticos y<br />

abióticos con los ecosistemas que lo integran. Asumir que se trata de un sistema ecológico-económico<br />

irreemplazable y que debe ser consci<strong>en</strong>te y deliberadam<strong>en</strong>te ori<strong>en</strong>tado<br />

hacia la construcción de una sociedad sana, igualitaria y duradera, prioritariam<strong>en</strong>te<br />

a nivel local y regional. Alcanzar estos fines debe considerarse una cuestión de seguridad<br />

nacional.<br />

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