Las Actitudes Cristianas - Megapagina Pentecostales del Nombre
Las Actitudes Cristianas - Megapagina Pentecostales del Nombre
Las Actitudes Cristianas - Megapagina Pentecostales del Nombre
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
para Dios y para nuestro prójimo. Seguir las normas de la santidad por cualquier<br />
otra razón o sin este amor no vale nada y conducirá a la hipocresía. Habiendo<br />
establecido la importancia de las actitudes correctas, escudriñemos algunas<br />
escrituras específicas referentes a las actitudes correctas. Efesios 4:31, la escritura<br />
citada a principios de este capítulo, enumera algunas actitudes muy peligrosas de<br />
las cuales los cristianos deben deshacerse. Si permitimos que estas actitudes<br />
permanezcan en nuestras vidas, estamos alimentando la carne y no alimentando al<br />
hombre espiritual.<br />
La amargura es algo brusco, desagradable, duro, severo, resentido, o<br />
vehemente. Esta es la clase de actitud que produce palabras ásperas y<br />
comentarios desagradables. Nunca es apropiada. Algunas personas piensan que<br />
ellos pueden dejar a un lado al hombre espiritual y dar rienda suelta a su<br />
amargura, pero, si quieren ser santos, ellos no pueden hacer esto. Aún cuando un<br />
ministro reprende a alguien, no lo puede hacer con amargura personal o con<br />
palabras bruscas, desagradables, duras, o severas. Hay un tiempo para reprender<br />
y exhortar, pero nunca con la amargura.<br />
La ira es el enojo violento, la rabia, o la indignación, y la palabra sugiere<br />
fuertemente un deseo de vengarse o de castigar. La carne siempre quiere<br />
vengarse, y a veces lo hace por medio de una exhibición de sentimientos o un<br />
comentario áspero. Quizás podemos estar en desacuerdo acerca de ciertos puntos,<br />
pero no debemos sentirnos resentidos o vengativos. En cuanto a los principios,<br />
puede ser que usted tenga la razón, pero si usted se permite a sí mismo airarse o<br />
enojarse violentamente, entonces está mal. Lo mismo pertenece a las otras<br />
actitudes incorrectas acerca de las cuales estamos hablando. No podemos permitir<br />
que nosotros mismos mantengamos una actitud suelta en cuanto a esto, más<br />
debemos aprender a controlar nuestros sentimientos. La ira no puede ser<br />
controlada por medio de nuestra propia fuerza, pero puede ser controlada por orar<br />
y buscar a Dios. Es especialmente vergonzoso si un ministro llega a ser