boda real - espana - dr. marcovecchio - cidec
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En el templo neogótico, primero y en el Palacio Real se concentraron los cerca de<br />
1700 invitados a la Boda, entre ellos representantes de una treintena de Casas Reales<br />
y Jefes de Estado y de Gobierno y representantes de 40 países.<br />
A lo largo del recorrido que más tarde hicieron hasta la Basílica de Nuestra Señora de<br />
Atocha, las calles de Ma<strong>dr</strong>id estuvieron repletas de público.<br />
Pero ante tanta alegría España habló también de uno de sus días más tristes: el del<br />
atentado terrorista y cuando la comitiva pasó frente a la estación de Atocha, se vieron<br />
plantados los 192 árboles que rindieron homenaje a cada una de las víctimas mortales<br />
de aquel día.<br />
Estas víctimas también fueron recordadas ante la Virgen de Atocha, en donde tras<br />
depositar Doña Leticia su ramo de novia, rezaron una oración en su memoria.<br />
Los Príncipes de Asturias <strong>real</strong>izaron su recorrido a bordo de un Rolls Royce<br />
descapotable, cubierto su asiento trasero por una capota transparente y blindada. El<br />
coche extra escoltado por batidores y coraceros a caballo de la Guardia Real, y<br />
también por motoristas del mismo cuerpo conduciendo sus vistosas Harley Davidson.<br />
A la celebración popular de la <strong>boda</strong> en las calles sucedió la que los Reyes ofrecieron<br />
a sus invitados en el Palacio Real, que exhibió para la ocasión sus mejores galas,<br />
entre ellas la exclusiva colección de tapices que conserva Patrimonio Nacional, y que<br />
engalanaron el Patio del Príncipe, lugar en el que tuvo lugar el banquete nupcial.<br />
Previamente los Príncipes de Asturias se unieron en el Salón de Alabarderos a sus<br />
familias para <strong>real</strong>izar las fotos que recordaron este señalado día, y lo mismo hicieron a<br />
continuación con los asistentes más destacados en el Salón de Columnas.<br />
Antes aún, los Príncipes de Asturias ofrecieron una estampa para la Historia cuando, a<br />
su vuelta del paseo por la ciudad, se asomaron al balcón central de la fachada de la<br />
plaza de Oriente y desde allí saludaron a los ciudadanos.<br />
VESTIMENTA. ELEGANCIA Y SENCILLEZ.<br />
“Caballeros chaqué. Señoras vestido corto”, fueron las únicas indicaciones que<br />
tuvieron que seguir los invitados a la Boda a la hora de elegir su vestuario, el cual<br />
debía ser elegante y sencillo, reservando la imaginación para sofisticados sombreros y<br />
tocados.<br />
Pocos problemas planteó la elección de la indumentaria en los hombres, al existir<br />
pocas variantes en el chaqué, prenda clásica de etiqueta para utilizar durante el día,<br />
habitualmente en color negro aunque el gris va ganando terreno, al igual que los<br />
chalecos de color. Mucho más complicada es el de las invitadas, pues al margen de<br />
las tendencias o gustos personales existen normas que vienen de antiguas<br />
tradiciones, como el que las invitadas no deben ir vestidas enteramente de blanco,<br />
privilegio que se reserva a la novia, ni de completo negro, más indicado para el luto.<br />
Conviene recordar que el término corto se refiere a un largo hasta la rodilla o un poco<br />
por debajo de ella, evitando los modelos excesivamente cortos y los escotes<br />
pronunciados. Al celebrarse el enlace por la mañana, las invitadas podían optar por<br />
sombreros de ala ancha, aptos de sol a sol.