una envuelta de carta certificada en época prefilatélica - Fasfil

APUNTES DE HISTORIA POSTAL DE ASTURIAS
UNA ENVUELTA DE CARTA CERTIFICADA EN LA ÉPOCA PREFILATÉLICA
Según el diccionario de la Real Academia el significado de la palabra Certificar
(tratándose de correspondencia) es el de obtener mediante el pago un certificado o
resguardo con el que se puede acreditar el hecho de haber remitido un efecto por
correo.
En España hay constancia del correo certificado desde hace cuatro siglos.
Recientemente el investigador postal D. Fernando Alonso ha descubierto en el Archivo
Simón Ruiz la que podemos considerar primera certificación del mundo, ya que data
de 1604. Este descubrimiento ha sido motivo de un sello de correos emitido en el
pasado año 2004 con motivo del IV Centenario de dicha certificación.
Las envueltas de cartas certificadas son extraordinariamente raras debido a
varios motivos, entre otros:
La correspondencia certificada era muy escasa en comparación con el correo
ordinario.
La envuelta del certificado queda en poder de la Administración de Correos para
acreditar su entrega.
Estas envueltas debían de ser reclamadas por el remitente en un plazo de tiempo
inferior a seis meses, transcurrido el cual eran destruidas.
Se calcula que menos del 10 % de las envueltas eran reclamadas.
Los sobres no eran archivados al no contener ningún escrito.
Si analizamos varias envueltas de correspondencia certificada podemos
encontrar una serie de características comunes a la mayoría de ellas:
En las cuatro esquinas del anverso del sobre se localizan unos trazos de líneas
manuscritas cruzadas (#) para ser fácilmente diferenciado de la correspondencia
ordinaria.
Una marca manuscrita o mediante tampón con el texto Certificación a ... indicando
el nombre de la población de origen y a la cual había que retornar la envuelta de la
carta.
Tomas de razón indicando la fecha y el nombre de la población (en forma
abreviada) de los cambios de posta o paso de oficinas de correos. Esto nos
permite conocer fehacientemente el recorrido de la carta desde su origen hasta su
destino.
El Recibí firmado al dorso de la envuelta como garantía de la entrega.
En el caso de que el remitente además de pagar los derechos de certificado
abonara también el importe del porte, debe aparecer explícitamente en la envuelta
la condición de Carta Franca, bien sea mediante un sello que así lo acredite o
mediante dos líneas que cruzan la envuelta de forma diagonal.
La envuelta que muestro a continuación nos muestra claramente todas las
características generales del correo certificado. Siguiendo las tomas de razón
podemos conocer cual ha sido la historia de su viaje:

La carta es depositada por Ramón Reguero en la Estafeta de Castropol el día 6
de junio de 1835, con destino a la Dirección General de Montes en Madrid.
En el dorso de la misma se anota el importe a satisfacer por el remitente. En
este caso la carta irá Franca y Certificada.
En concepto de franqueo debe de abonar 1 real y 30 maravedíes (16 cuartos)
que es la tarifa para una carta de 8 a 10 adarmes de peso circulada entre Cajas de
Asturias y de Madrid. (1 real = 8 ½ cuartos; 4 maravedíes = 1 cuarto)

Por los derechos de certificado abona 8 reales, que es lo correspondiente a
una carta de entre ½ y ¾ de onza circulada dentro de España. (1 onza = 16 adarmes)
A continuación y de forma manuscrita se hace constar en la carta la condición
de Certificada por lo que se trazan las líneas cruzadas en forma de # en las esquinas
de la carta y en la parte superior de la envuelta el texto Certif n . a Castropol 6 de
junio de 1835, que indica a donde se debe de devolver la envuelta.
Como el remitente ha satisfecho también el importe de la tarifa del porteo hasta
Madrid se aplica la marca C L FRANCO para indicar esta condición.
La carta con estas marcas sale de Castropol con destino Madrid. Al día
siguiente 7 de junio llega a León y allí tiene lugar una Toma de razón.
De León continúa rumbo a Madrid por el ramal de Asturias de la carrera de
Galicia. El 9 de junio pasa por la Estafeta de Benavente, donde se le pone otra toma
de razón.
Por fin, llega a Madrid tres días después. De ello queda constancia con la
Toma de razón por el Correo General de Madrid el 12 de junio. Allí se le asigna el
número de registro 32.

Desde el Correo General de Madrid se transporta la carta hasta a la Dirección
General de Montes. A la entrega de la misma el cartero solicita del destinatario que
firme el Recibí en el dorso de la envuelta. Se estampa como recibo el sello de la
Dirección General de Montes y Plantíos del Reyno.
La envuelta, una vez desprendido el texto, es recogida por el cartero y enviada
de vuelta a Castropol, donde fue retirada por D. Ramón Reguera antes de que
expirase el plazo de seis meses de depósito en la Estafeta de Correos de Castropol.
Recorrido de la carta sobre un mapa de la época.
Hay que agradecer a los descendientes de D. Ramón Reguera el que hayan
conservado esta envuelta y haya llegado hasta nuestros días. Ésta se puede
considerar como una pieza muy importante dentro de la Historia Postal de Asturias,
pues a día de hoy es una de las poquísimas envueltas de correo certificado en la
época prefilatélica que se conocen con origen en la Demarcación Postal n° 17.
Orlando Pérez Torres