MUERTA FÚTBOL NIGERIA - Voces del Periodista

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¿HABRÁ ELECCIONES?
La bestia en brama
POR ABRAHAM GARCÍA IBARRA
(Exclusivo para Voces del Periodista)
Los segmentos más radicales, duros y extremistas del foxiato, que en la
segunda parte del sexenio se apoderaron de las estructuras de mando del Partido Acción
Nacional (PAN) y de las áreas de decisión más sensibles del aparato gubernamental, están
dispuestos a reventar las elecciones generales del 2 de julio próximo. De no lograrlo,
no tendrán reparo en la opción de la guerra civil para consumar el objetivo último de
su estrategia: preservar a sangre y fuego la continuidad del neoliberalismo.
Cuando hablamos del férreo control del PAN, nos
referimos, obviamente, a la corriente más pugnaz
encabezada por Manuel Espino Barrientos, que
ya introdujo en su bravata electoral expresiones
subversivas de corte castrense. Y en cuanto se trata
de la instrumentalización del aparato estatal para
esos fi nes, tenemos en mente, entre otros, al
secretario del Trabajo y Previsión Social,
Francisco Xavier Salazar Sáenz.
Ambos son conspicuos agentes
de la secta El Yunque, que
en su nómina identifi ca
al segundo
como el Jefe
Capablanca.
En ese sentido, los diseñadores de ese proyecto criminal se
orquestan en puntual y resonante partitura con las tendencias
más conservadoras del Partido Republicano (PR) de los Estados
Unidos, que de manera fraudulenta llevaron a la Casa Blanca a
George W. Bush; con el Partido Popular (PP) de España, liderado
por José María Aznar, comprometido en dinamitar la gestión del
Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de José Luis Rodríguez
Zapatero, y con Forza Italia, de Silvio Berlusconi, contumaz al
reconocimiento del triunfo de la alianza de izquierda italiana
encabezada por Romano Prodi.
Sin que exista necesariamente un pacto escrito, conviene
recordar que, desde hace dos décadas, las corrientes políticas
citadas se inscribieron en la llamada Unión Democrática
Internacional (UDI), que reúne a los partidos liberales, mejor
conocida como la Internacional Negra -auspiciada por el PR
de Ronald Reagan, y el Partido Conservador inglés de Margaret
Tatcher, para impulsar la Revolución conservadora-, a la que el
PAN fue invitado por el ex embajador estadunidense John Gavin
como socio de número aún antes de que éste se diera de alta
en la Internacional Demócrata-Cristiana durante la presidencia
del ahora embajador ante El Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena,
quien culminó la tentativa iniciada por Felipe Calderón Hinojosa.
Hace apenas cuatro ediciones de Voces del Periodista
que analizamos la metodología del fascismo histórico –“vivir la
vida peligrosamente”, recomendaba Benito Mussolinni- y del
neofascismo al que se orienta la ultraderecha mexicana para
aplastar a sus opositores, y subrayamos por lo menos tres de los
caracteres más acusados de la acción combativa de esa vertiente
ideológica: 1) el control absoluto del aparato propagandístico, 2)
la persecución del pensamiento crítico, y 3) el ataque directo a la
organización social de resistencia: el frente obrero-campesino.
En el poco tiempo transcurrido desde la publicación de esa
advertencia, el presidente Vicente Fox promulgó las reformas a las
leyes de Radio y Televisión y Telecomunicaciones que legitiman la
concentración monopólica de los medios electrónicos, con el aviso
paralelo a los medios impresos, sobre todo los considerados
incómodos, de suspensión de la publicidad gubernamental.
Simultáneamente, el dirigente formal del PAN, Manuel
Espino Barrientos, desató el linchamiento verbal de
la comunidad intelectual encarnada simbólicamente,
para esos efectos, en la fi gura de la escritora Elena
Poniatowska. De hecho, la campaña hostil en contra
de esa comunidad tuvo como antecedente el uso de
los medios electrónicos concesionados para atacar
a quienes cuestionaron severa y públicamente los
móviles de las reformas al régimen de radio y televisión.
(Clarisse le pregunta al bombero: “¿Leyó alguna vez
algunos de los libros que quema?”. Montag se rió: “Lo
prohíbe la ley”. Diálogo en Fahrenheit 451, de Ray
Bradbury.)
La embestida más encarnizada, sin embargo, se
está dando en contra de las agrupaciones sociales de
resistencia al neoliberalismo, que aportan ya su cuota
de sangre en su lucha contra la política opresiva y
represiva del gobierno. Al foxismo, en las variadas
califi caciones que le asestan sus detractores, no se
V O C E S D E L P E R I O D I S T A No. 136 1 AL 15 DE MAYO DE 2006