EDITORIAL Vuelve el embrollo de la lengua La lengua que le es ...

EDITORIAL
Vuelve el embrollo de la lengua
Levante (Digital) 29-06- 2004
La lengua que le es propia al pueblo valenciano sigue
sin poder sustraerse a la intervención política ni a su
papel instrumental de construcción de identidades
nacionales. Parece imposible su desarrollo como
elemento de comunicación y cultura, su uso y disfrute
sin más complicaciones. Por ejemplo, el Arzobispado de
Valencia, que parecía decidido, por fin, a impulsar la
edición de un misal en valenciano normalizado, ha
decidido aplazar la iniciativa en tanto en cuanto no se
produzca un acuerdo definitivo en la Acadèmia
Valenciana de la Llengua, el invento que engendró el
anterior presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana,
para conseguir un hipotético consenso que, sin
embargo, está a punto de volver a reabrir las tensiones
por mor de la discusión en torno a la denominación de
la lengua.
En ese sentido, la AVL parece más incapaz que nunca
para alcanzar acuerdos desde la llegada al poder de
Francisco Camps, quien tras una arrancada de fervor
foralista sin precedentes en el campo político de los
conservadores valencianos, no sólo tuvo que frenar sino
que se ha ejercitado, junto a su conseller Esteban
González Pons y el nuevo secretario de Cultura, David
Serra, en una absurda represión de cualquier atisbo de
acercamiento a la cultura catalana.
La supuesta vía nacionalista del PPCV ha degenerado,
pues, en una involución, tal y como atestiguan los
datos objetivos de la caída de las inversiones en
fomento de la lengua, incentivación de las líneas
educativas en valenciano o demás programas de
normalización. El guante del nacionalismo, sin
embargo, lo ha cogido ahora el PSPV, cuya ponencia
para su congreso parece procedente de un país

imaginario.
Con unos dando marcha atrás y los otros sobrevolando
la Luna, nadie piensa en la norma del común de los
ciudadanos que, de tener políticos con altura de miras,
podría ahuyentar de una vez tanto el fantasma del
secesionismo como la utopía del pancatalanismo.