You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
ROBUSTIANA: Sí.<br />
ANICETO: Pues ya le tengo uno.<br />
ROBUSTIANA: [Sorprendida.] ¿Cómo yo quería?<br />
ANICETO: Igualito... De modo<br />
que si a usted le gusta... un día nos casamos.<br />
ROBUSTIANA: ¡Ay, Jesús!<br />
ANICETO: ¿Qué es eso, hija? ¿Le hice mal? Si hubiera sabido...<br />
ROBUSTIANA: No... un mareo. ¿Pero lo dice de veras? [Asentimiento.] ¿De veras? ¿De veras? [Id.] ¡Ay!... Aniceto me dan<br />
ganas de llorar... de llorar<br />
mucho. Mi Dios, ¡qué alegría! [Llora estrechándose a ANICETO que la acaricia enternecido.]<br />
ANICETO: ¡Pobrecita!<br />
ROBUSTIANA: ¡Qué dicha! ¡Qué dicha! ¿Ve? Ahora me río... De modo... que usté me quiere... ¿Y... usté cree que yo me voy<br />
a curar y a poner buena moza... y nos casamos? ¿Y viviremos con tata los tres, los tres solitos? ¿Sí? Entonces no lloro<br />
más.<br />
ANICETO: ¿Aceta?<br />
ROBUSTIANA: ¡Dios! ¡Si me parece un sueño! Vivir tranquilos sin nadie que moleste, queriéndose mucho; el pobre tata,<br />
feliz, allá lejos... en una casita blanca... Yo sana... sana... ¡En una casita blanca! [Radiante, va dejando resbalar la cabeza<br />
sobre el pecho de ANICETO.]<br />
Telón<br />
28