Jueves 28. Jesús, Tú eres mi “recompensa”. Cualquiera que os dé <strong>de</strong> beber un vaso <strong>de</strong> agua en mi nombre, porque sois <strong>de</strong> Cristo, en verdad os digo que no per<strong>de</strong>rá su recompensa (Mc 9, 41). Jesús, soy un cazador <strong>de</strong> recompensas, como en las películas <strong>de</strong> vaqueros. Mira, en este mes, no sólo he servido el agua en la mesa, sino que también, he regado los tiestos <strong>de</strong> mi madre, he lavado el coche <strong>de</strong> papá, me he hecho la cama todos los días… ¡Tantas cosas buenas! Jesús, ¿qué me he ganado <strong>de</strong> recompensa...? ¿Sabes una cosa?, pensándolo bien no quiero más recompensa que tenerte a ti, parecerme a ti Jesús, que no te pierda nunca, que no pierda mi Recompensa. ▶ Agra<strong>de</strong>ce a Jesús tantas cosas buenas y exígele tu Recompensa. Y al que escandalice a uno <strong>de</strong> estos pequeños que creen en mí, más le vale que le pongan al cuello una piedra <strong>de</strong> molino, <strong>de</strong> las que mueve un asno, y sea arrojado al mar. (Mc 9, 42) Jesús, ¡qué tonto soy! A veces me da por ser mayor y me pongo a ridiculizar <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más la piedad e inocencia <strong>de</strong> los niños más pequeños: cuando van a Misa, hacen la Visita, voy, —idiota <strong>de</strong> mí—, y me río <strong>de</strong> ellos... Y lo hago sólo para quedar bien <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> mis amigos. Jesús, te pido perdón por si alguna vez he podido escandalizar a alguien, y más si fuera un niño. ▶ ¿Evito dar mal ejemplo, el escándalo, especialmente con los niños? Propósito: ganar la mejor recompensa.
Comunión espiritual Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y <strong>de</strong>voción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor <strong>de</strong> los santos. Amén