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Modo de empleo del “3+2” - campus campoalegre

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<strong>Modo</strong> <strong>de</strong> <strong>empleo</strong> <strong>de</strong>l <strong>“3+2”</strong>®<br />

Propieda<strong>de</strong>s: El <strong>“3+2”</strong> es un producto especialmente diseñado<br />

para ayudar a crecer en amistad con Jesús. Fomenta el trato con<br />

Dios y el conocimiento propio. Previene la superficialidad y la tibieza.<br />

Indicaciones: Personas jóvenes, dotadas <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong>portivo,<br />

gran<strong>de</strong>s i<strong>de</strong>ales y preocupación por los <strong>de</strong>más.<br />

Dosis: Individualizada. Se comienza con 3 minutos <strong>de</strong> leer y 2 para<br />

hablar con Jesús: 5 minutos. Se trata <strong>de</strong>l primer fragmento <strong>de</strong> cada<br />

día. ¿Te animas con el segundo? Asegura Santa Teresa que “quien no<br />

hace oración no necesita <strong>de</strong>monio que le tiente; y quien tiene tan<br />

sólo un cuarto <strong>de</strong> hora al día, necesariamente se salva”... se trata <strong>de</strong><br />

empezar.<br />

Contraindicaciones: Su consumo no es apto para “mayores”,<br />

alérgicos al compromiso, rajones, inmaduros, egoístas ni perezosos.<br />

Efectos Secundarios: Aumenta la intimidad con Dios, provoca<br />

alegría contagiosa, ganas <strong>de</strong> aprovechar el tiempo, sacar buenas<br />

notas, disminución <strong>de</strong> las peleas en casa, sonrisa permanente, an-<br />

helos <strong>de</strong> santidad.<br />

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _<br />

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _<br />

Nota: En el mercado existen otros productos similares. El <strong>“3+2”</strong> es uno más. Actúa<br />

como las lentejas, “si no las quieres, las <strong>de</strong>jas”. (Consulta con tu Médico <strong>de</strong>l alma).


Empieza cada mañana ofreciendo tu día a Dios<br />

Oh Señora mía<br />

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía!<br />

Yo me ofrezco enteramente a vos;<br />

y en prueba <strong>de</strong> mi filial afecto,<br />

os consagro en este día mis ojos,<br />

mis oídos, mi lengua, mi corazón:<br />

en una palabra, todo mi ser.<br />

Ya que soy todo vuestro,<br />

oh Madre <strong>de</strong> bondad,<br />

guardadme y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>dme<br />

como cosa y posesión vuestra.<br />

Amén.


Propósitos<br />

1.<br />

2.<br />

3<br />

4.<br />

para el 2013


¿Cómo se hace un rato <strong>de</strong><br />

Oración Mental?<br />

Tranquilo. No se te va a aparecer un Ángel ni nada parecido. Hacer<br />

oración es muy sencillo. Te pones en presencia <strong>de</strong> Dios, ahí, don<strong>de</strong><br />

estés, saboreando la oración <strong>de</strong> “Al comenzar…” Sirve para “sintonizar”.<br />

Después lees los textos seleccionados <strong>de</strong>l evangelio <strong>de</strong>l día y<br />

<strong>de</strong>jas correr la cabeza y el corazón. Jesús, sin ruido <strong>de</strong> palabras, te<br />

hablará, te dirá cosas estupendas.<br />

Terminas dándole las gracias y se acabó. Fácil ¿No?<br />

Al comenzar la Oración:<br />

Por la Señal <strong>de</strong> la Sta. Cruz…<br />

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí; que me ves,<br />

que me oyes. Te adoro con profunda reverencia; te pido perdón<br />

<strong>de</strong> mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato <strong>de</strong> oración.<br />

Madre mía Inmaculada, San José mi padre y Señor, Ángel <strong>de</strong> mi<br />

guarda, interce<strong>de</strong>d por mí.<br />

Al terminar la Oración:<br />

Te doy gracias Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e<br />

inspiraciones, que me has comunicado en este rato <strong>de</strong> oración.<br />

Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada,<br />

San José mi Padre y Señor, Ángel <strong>de</strong> mi guarda, interce<strong>de</strong>d por mí.


Viernes 1. Se busca “Profesor” (muy) particular.<br />

Con muchas parábolas parecidas les exponía la Palabra,<br />

acomodándose a su enten<strong>de</strong>r (Mc 4, 33).<br />

Jesús, te doy gracias porque te acomodas a mi enten<strong>de</strong>r, pero a<br />

veces, ¡no te entiendo! No porque sea absurdo lo que me dices,<br />

sino porque un Dios tan gran<strong>de</strong> no pue<strong>de</strong> caber en una cabeza<br />

<strong>de</strong> chorlito como la mía. ¡Qué Dios más pequeño si cupieras! A sus<br />

discípulos se lo explicaba todo en privado (Mc 4, 34). Jesús, a mí<br />

dame clases particulares, y cuando entiendo un poco, sólo un poco,<br />

¡qué alegría! Porque tus Misterios, Jesús, no son muros infranqueables,<br />

sino mares inabarcables en los que me interno y profundizo cada vez<br />

más.<br />

▶ Pí<strong>de</strong>le que te aumente la FE para que le entiendas todo.<br />

Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño,<br />

razonaba como niño. Cuando he llegado a ser hombre, me<br />

he <strong>de</strong>sprendido <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong> niño (I Cor 13, 11).<br />

Ya ves, Jesús, sigo siendo niño —esto sólo lo arregla el tiempo— y<br />

razono como un niño. Jesús, me recuerdas a mi mamá que sí que<br />

es ¡un misterio! Y mi papá está <strong>de</strong> acuerdo: —Papá, a mamá no<br />

hay quien la entienda... Y me respon<strong>de</strong>: —Hijo mío, tu mamá es un<br />

Misterio; no hay que enten<strong>de</strong>rla hay que quererla. Jesús, yo no sólo<br />

te quiero, sino que te “adoro”, aunque no a veces no te entienda…<br />

▶ En este Año <strong>de</strong> la FE, procura <strong>de</strong>cirle muchas veces a Jesús<br />

que le quieres, que le adoras. Empieza ahora<br />

Propósito: <strong>de</strong>cirle a Jesús muchas veces que le quiero.


Sábado 2. La Presentación <strong>de</strong>l Señor. El Niño iba creciendo.<br />

Cuando llegó el tiempo <strong>de</strong> la purificación, según la Ley <strong>de</strong><br />

Moisés, los padres <strong>de</strong> Jesús lo llevaron a Jerusalén, para<br />

presentarlo al Señor, como está mandado en la Ley <strong>de</strong>l<br />

Señor (Lc 2, 22-23).<br />

Jesús, tus papás José y María —que te querían mucho— te llevaban<br />

al Templo <strong>de</strong> Jerusalén. A mí también mis papás —que me quieren<br />

mucho—, me llevan cada domingo a Misa. Pero no lo hacen sólo<br />

por cumplir la ley, por el cumplimiento (cumplo-y-miento), sino por<br />

Amor a Dios. Jesús, en la Eucaristía me esperas para alimentar mi<br />

alma. ¡Sufres tanto con las almas <strong>de</strong>snutridas, raquíticas¡ Al que<br />

escandaliza a uno <strong>de</strong> estos pequeños, más le valdría que le<br />

encajaran en el cuello… (Lc 17, 2-3). Y cómo gozas con las almas<br />

gorditas, como la mía, bien alimentadas con tu Cuerpo.<br />

▶ Pi<strong>de</strong> por todas las familias que te acuer<strong>de</strong>s<br />

para que lleven a sus hijos a la Misa <strong>de</strong>l domingo.<br />

El Niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba <strong>de</strong><br />

sabiduría; y la gracia <strong>de</strong> Dios lo acompañaba (Lc 2, 22-40).<br />

—Llevo 20 años yendo a Misa y no me acuerdo <strong>de</strong> ninguna homilía.<br />

Eso <strong>de</strong> ir a Misa ¡no sirve para nada!, así se justificaba aquel hombre.<br />

Y su amigo le explicó: —Llevas 20 años comiendo 3 veces al día<br />

y ni siquiera pue<strong>de</strong>s recordar lo que has comido hoy. Pero si no te<br />

hubieras alimentado cada día, ahora estarías muerto. Jesús, gracias<br />

por alimentarme cada semana.<br />

▶ Reza <strong>de</strong>spacito una Comunión espiritual.<br />

Propósito: no ser un <strong>de</strong>snutrido <strong>de</strong>l alma.


Domingo 3. Ni mediocre ni conformista: ser Santo.<br />

Cuanto hemos oído que has hecho en Cafarnaún, hazlo<br />

también aquí en tu tierra (Lc 4,23).<br />

Jesús, tus paisanos, los habitantes <strong>de</strong> Nazareth no pasan <strong>de</strong> personas<br />

“vulgares”, o peor todavía, <strong>de</strong> “mediocres”. ¿Qué es un mediocre?:<br />

El que pasa al lado <strong>de</strong> lo sublime y no se da cuenta (C.K.Chesterton).<br />

Aquellos esperaban, ¡exigían! milagritos y no se dan cuenta <strong>de</strong> que<br />

tienen <strong>de</strong>lante al Hijo <strong>de</strong> Dios. Jesús, yo no te pido milagros, solo te<br />

pido: Hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo.<br />

▶ Pí<strong>de</strong>le a Jesús que te aumente la Fe y así nunca exigirle que<br />

te haga un milagro que te convenza a obe<strong>de</strong>cerle.<br />

Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron <strong>de</strong> ira y<br />

se levantaron, le echaron fuera <strong>de</strong> la ciudad y lo llevaron<br />

hasta la cima <strong>de</strong>l monte don<strong>de</strong> estaba edificada su ciudad<br />

para <strong>de</strong>speñarle. Pero Él, pasando por medio <strong>de</strong> ellos, se<br />

marchó (Lc 4, 29-30).<br />

La mediocridad es una enfermedad moral que crea hombres muy<br />

peligrosos: el mediocre no mira <strong>de</strong> frente, sólo grita amparado en<br />

la noche o en el anonimato y hace daño cuando pue<strong>de</strong>, a traición<br />

y mejor en “manada”. El mediocre evita las <strong>de</strong>cisiones busca lo<br />

“políticamente correcto” en cada caso. Jesús, hoy es fiesta <strong>de</strong> la<br />

Patrona <strong>de</strong> Honduras (la Virgen <strong>de</strong> Suyapa) y te pido que yo sea<br />

como María: valiente para quererte y obe<strong>de</strong>certe.<br />

▶ Sigue diciéndole a Jesús que no quieres “mediocre”.<br />

Propósito: huir <strong>de</strong> la mediocridad…


Lunes 4. En “Cochinolandia” huele mal.<br />

Ellos le rogaban que se marchase <strong>de</strong> su país (Mc 5,17).<br />

Te echan; Jesús, te pi<strong>de</strong>n que te marches <strong>de</strong> su país, <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> los<br />

cerdos. ¡Qué bárbaros! Los habitantes <strong>de</strong> aquel lugar Cochinolandia,<br />

no te quieren, prefieren vivir con los cerdos o como cerdos. Lo mismo<br />

le pasó al Hijo Pródigo: se alejó <strong>de</strong> su Padre y acabó también en<br />

Cochinolandia, cuidando cerdos. Jesús yo no quiero vivir en el<br />

país <strong>de</strong> los cerdos: series <strong>de</strong> TV, películas sucias, ambientes raros,<br />

amista<strong>de</strong>s puercas. Ahí no pue<strong>de</strong>s estar Tú, ¿y yo?… ¡tampoco!<br />

▶ Dile que te dé una buena limpiada a tu corazón, a tus ojos, a<br />

tu memoria y a tu imaginación.<br />

Mientras se embarcaba, el en<strong>de</strong>moniado le pidió que lo<br />

admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que<br />

le dijo: —Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el<br />

Señor ha hecho contigo por su misericordia (Mc 5, 18-19).<br />

Lee <strong>de</strong>spacito lo que San Josemaría escribió: ¡Qué pena dan<br />

esas muchedumbres —altas y bajas y <strong>de</strong> en medio— sin i<strong>de</strong>al!<br />

—Causan la impresión <strong>de</strong> que no saben que tienen alma: son...<br />

manada, rebaño..., piara. Jesús: nosotros, con la ayuda <strong>de</strong> tu Amor<br />

Misericordioso, convertiremos la manada en mesnada, el rebaño en<br />

ejército..., y <strong>de</strong> la piara extraeremos, purificados, a quienes ya no<br />

quieran ser inmundos (Camino 914).<br />

▶ Pregunta a Jesús a quienes pue<strong>de</strong>s rescatar <strong>de</strong> la piara.<br />

Propósito: hacer apostolado.


Martes 5. La niña se puso en pie inmediatamente.<br />

Entró don<strong>de</strong> estaba la niña, la cogió <strong>de</strong> la mano y le dijo:<br />

–Talitha qumi (que significa: contigo hablo, niña, levántate)<br />

(Mc 5,40-41).<br />

Jesús, eres como los médicos buenos: la cogió <strong>de</strong> la mano. Ese<br />

gesto, muy tuyo, transmite calor, cariño, confianza. Lo hiciste con la<br />

suegra <strong>de</strong> Pedro, con el ciego <strong>de</strong> Betsaida, el hijo <strong>de</strong> la viuda <strong>de</strong><br />

Naín... Jesús, también a mí me tomas <strong>de</strong> la mano y me dices: Talitha<br />

qumi, contigo hablo, niñ@, venga, levántate. Y tiras <strong>de</strong> mi, otra vez,<br />

una vez más, hacia arriba. ¡Hip… Hip! (como <strong>de</strong>cía el Avatar Ang) Y<br />

yo, me levanto.<br />

▶ En este Año <strong>de</strong> la Fe, pí<strong>de</strong>le a Jesús que te levante <strong>de</strong>…<br />

(háblale <strong>de</strong> aquello que más te cuesta).<br />

La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar<br />

–tenía doce años– (...) y les dijo que dieran <strong>de</strong> comer a la<br />

niña (Mc 5,42).<br />

Aquella Talitha (12 años) vivía el minuto heroico: se puso en pie<br />

inmediatamente, se levantó a la primera, ¡para que yo aprenda! Y<br />

ahí tenía a su lado a Jesús —¡qué suerte! —, a sus papás y a unos<br />

barbudos apóstoles con cara <strong>de</strong> susto. —¡Qué hambre tengo!, dijo. La<br />

que estaba muerta se había levantado. Y se organizó una gran fiesta<br />

con canciones <strong>de</strong> Justin Bieber (que es lo que le gusta a las niñas).<br />

▶ Métete en la escena <strong>de</strong> la fiesta:<br />

¿qué le dirías a la Talitha, a Jesús?<br />

Propósito: vivir el Minuto Heroico.


Miércoles 6. Todo lo ha hecho bien.<br />

¿No es éste el carpintero, el hijo <strong>de</strong> María? (Mc 6,3).<br />

Jesús, tus paisanos te reconocen enseguida por tu oficio. Las puertas<br />

y ventanas <strong>de</strong> Nazareth siempre cierran bien y son bonitas; las mesas<br />

y sillas no están cojas y son cómodas; estanterías, cunas, hasta una<br />

mecedora <strong>de</strong> diseño para la Virgen... <strong>de</strong> todo. Y todo lo ha hecho<br />

bien (Mc 7,37). Jesús, quiero ser como Tú y me propongo: sacar<br />

las mejores notas que pueda, poner la mesa sin que me lo digan,<br />

ayudar a mis hermanos pequeños con los <strong>de</strong>beres. ¿Qué más?<br />

▶ Dile qué cosas estás dispuesto a hacer bien pero <strong>de</strong> verdad.<br />

¿De dón<strong>de</strong> saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le<br />

han enseñado? ¿Y esos milagros <strong>de</strong> sus manos? (Mc 6,2).<br />

Jesús, tus paisanos no salen <strong>de</strong> su asombro. —Pero si le hemos<br />

visto jugar en la plaza con todos los niños, ir a por agua a la fuente,<br />

pescar cangrejos en el río... No les cabía en la cabeza que alguien<br />

tan normal hiciera milagros, fuera Dios. Jesús, ahora nos pasa al<br />

revés: muchos dudan que Dios pueda ser tan normal, tan cercano,<br />

que te interese el fútbol o la música. Jesús, eres perfecto Dios pero<br />

también perfecto Hombre. ¡Qué bien me entien<strong>de</strong>s! ¿Eres <strong>de</strong>l Barça<br />

o <strong>de</strong>l Madrid? Bueno, mejor no me contestes que me puedo poner<br />

a discutir.<br />

▶ Tararea a Jesús tu canción preferida y pregunta si le gusta.<br />

Propósito: lo normal es querer ser santo.


Jueves 7. Que llevasen sandalias <strong>de</strong> repuesto.<br />

Jesús llamó a los Doce y los fue enviando <strong>de</strong> dos en dos (...)<br />

Les encargó que llevaran para el camino un bastón (…) que<br />

llevasen sandalias, pero no una túnica <strong>de</strong> repuesto (Mc 6, 7-9).<br />

No era dinero, ni una maleta, ni una túnica nueva... Era sólo una sencilla<br />

caja <strong>de</strong> zapatos, pero con una nota <strong>de</strong>sconcertante: Qué hermosos<br />

son sobre los montes los pies <strong>de</strong> los que llevan el Evangelio (Is 52,7).<br />

Aquel sacerdote, recién or<strong>de</strong>nado, abrió el regalo y encontró mucho<br />

más que un par <strong>de</strong> zapatos. Ahí <strong>de</strong>ntro estaba todo un programa<br />

para su vida <strong>de</strong> apóstol; y entendió lo <strong>de</strong> las sandalias <strong>de</strong> repuesto.<br />

Pies, ¿para qué les quiero? ¿Para dar patadas y poner zancadillas?<br />

Nooo...; —Para llevar el Evangelio a todo el mundo, ¿para qué sino?<br />

▶ Dile a Jesús que pue<strong>de</strong> contar con tus manos,<br />

con tu boca y tus pies…<br />

Jesús se levantó <strong>de</strong> la cena, se quitó la túnica, tomó una toalla<br />

y se la puso a la cintura. Después echó agua en una jofaina, y<br />

empezó a lavarles los pies a los discípulos (Jn 13, 4-5).<br />

Jesús, me conmueve cómo cuidabas a tus apóstoles. Lo que<br />

lavabas no eran precisamente piececillos <strong>de</strong> niño; eran pies sucios y<br />

polvorientos. Quizá <strong>de</strong>cías: Qué hermosos son los pies... mientras los<br />

besabas, también los <strong>de</strong> Judas. Jesús, mis patitas, quiero que sean<br />

tus pies que te lleven a todo el mundo.<br />

▶ Buscar pies, no tres pies al gato, ni pies <strong>de</strong> foto,<br />

sino pies que lavar.<br />

Propósito: Hacer apostolado.


Viernes 8. No per<strong>de</strong>r la cabeza.<br />

Hero<strong>de</strong>s, por su cumpleaños, dio un banquete a sus<br />

magnates, a sus oficiales y a la gente principal <strong>de</strong> Galilea.<br />

La hija <strong>de</strong> Herodías entró y danzó, gustando mucho a<br />

Hero<strong>de</strong>s y a los convidados. El rey dijo a la joven: pí<strong>de</strong>me lo<br />

que quieras, que te lo doy (Mc 6, 14-29).<br />

Jesús, ¡vaya fiestita <strong>de</strong> cumpleaños! Acabó muy mal. Qué contraste:<br />

el mayor nacido <strong>de</strong> mujer, un hombre justo y santo, va a morir<br />

para satisfacer el capricho <strong>de</strong> otro hombre ridículo, lleno <strong>de</strong> vacío,<br />

supersticioso, cruel e impuro. Seguramente Hero<strong>de</strong>s estaría borracho.<br />

La mezcla <strong>de</strong>l alcohol y sexo tiene consecuencias: violencia,<br />

egoísmo, aborto, dolor. ¿No seré yo también con mi presencia y mi<br />

silencio cómplice <strong>de</strong> tanto asesinato?<br />

▶ Que no me olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong> los pecados <strong>de</strong> omisión:<br />

el que calla, otorga.<br />

Quiero que ahora mismo me <strong>de</strong>s en una ban<strong>de</strong>ja la cabeza <strong>de</strong><br />

Juan, el Bautista (…) Lo <strong>de</strong>capitó en la cárcel, trajo la cabeza<br />

en una ban<strong>de</strong>ja y se lo entregó a la joven (Mc 6, 14-29).<br />

Jesús, aquella adolescente alocada perdió la cabeza y pidió la<br />

cabeza <strong>de</strong> San Juan Bautista, como podía haber pedido un caballo,<br />

un perrito o un anillo. Quizá pensaba que era una artista. Y, ¿qué tiene<br />

<strong>de</strong> malo danzar? No era <strong>de</strong>l todo consciente que con su forma <strong>de</strong><br />

bailar, y <strong>de</strong> vestir <strong>de</strong>spertó las pasiones <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s.<br />

▶ Jesús que mi forma <strong>de</strong> vestir, bailar, hablar<br />

no sean causa <strong>de</strong> que otros pequen.<br />

Propósito: no per<strong>de</strong>r la cabeza.


Sábado 9. No te <strong>de</strong>jo ni a sol ni a sombra, ¡siempre contigo!<br />

Y les dice: —Venid vosotros solos a un lugar apartado, y<br />

<strong>de</strong>scansad un poco (...) Y se marcharon en la barca a un<br />

lugar apartado ellos solos (Mc 6, 32-33).<br />

Pobrecitos. Los discípulos <strong>de</strong>bían estar agotados, cansadísimos...<br />

Jesús, ¡cómo te preocupas por tus apóstoles! ¡Cómo les cuidas!...<br />

¡Cómo —también— me cuidas a mí! Probablemente te dabas<br />

cuenta <strong>de</strong> que estaban cansados porque andaban más callados, o<br />

más serios. Son <strong>de</strong>talles que sólo perciben los ojos <strong>de</strong> los que aman.<br />

Y Tú, Jesús, te dabas cuenta enseguida: Eres un padre con ojos y<br />

corazón <strong>de</strong> madre.<br />

▶ Dale gracias por todos los cuidados que tiene contigo.<br />

Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados<br />

(Mt 11, 29).<br />

Eso va por mí, diría San Pedro; ¡Y por mí!, añadió Mateo. Venid vosotros<br />

solos a un lugar apartado. Y te los llevaste, no a cualquier sitio, sino...<br />

¡<strong>de</strong> crucero! ¡De crucero en la barca <strong>de</strong> Pedro por el Mar <strong>de</strong> Galilea!<br />

Con la mejor compañía Naviera Petrus. Y se marcharon en la barca<br />

a un lugar apartado ellos solos. Ellos solos con Jesús. Y les contarías<br />

cosas bonitas y alegres, y los harías reír y que se olvidaron <strong>de</strong> todo.<br />

▶ Pí<strong>de</strong>le a Jesús apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Él para que ayu<strong>de</strong>s<br />

a que <strong>de</strong>scansen tus papás.<br />

Propósito: apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Jesús.


Domingo 10. Duc in altum!<br />

Des<strong>de</strong> la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando<br />

acabó <strong>de</strong> hablar, dijo a Simón: —¡Rema mar a<strong>de</strong>ntro! (Duc<br />

in altum!) (Lc 5,3-4).<br />

Jesús, la brisa <strong>de</strong> aquella tar<strong>de</strong> era una <strong>de</strong>licia. Todos, apretados en la<br />

orilla <strong>de</strong>l lago, embobados, no perdían Palabra. ¡Qué buena i<strong>de</strong>a la<br />

<strong>de</strong> subirte a la barca <strong>de</strong> Pedro! La gente se agolpaba alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

Jesús para oír la Palabra <strong>de</strong> Dios (Lc 5,1-11). ¡Y qué bien oían! Hasta<br />

que llegó aquel Duc in altum!, ¡Rema mar a<strong>de</strong>ntro! Juan Pablo II lo<br />

cogió al vuelo: Duc in altum!, don<strong>de</strong> el mar es más profundo, don<strong>de</strong><br />

el misterio <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios abre <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vosotros espacios<br />

maravillosos, que no bastará una entera vida para explorar (9.VI.01).<br />

Jesús quiero a<strong>de</strong>ntrarme en el mar “inabarcable” <strong>de</strong>l Amor <strong>de</strong> Dios.<br />

▶ Dile a Jesús que quieres ser explorador <strong>de</strong>l “Mar <strong>de</strong>l Amor <strong>de</strong> Dios”.<br />

¡Rema mar a<strong>de</strong>ntro y echad las re<strong>de</strong>s para pescar! Simón<br />

contestó: Maestro, nos hemos pasado la noche bregando<br />

y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las<br />

re<strong>de</strong>s (Lc 5, 4-5).<br />

Pedro era el “experto”; si <strong>de</strong> algo sabía era <strong>de</strong> peces y pesca: ¿cómo<br />

pescar <strong>de</strong> día? Pero, por tu palabra, echaré las re<strong>de</strong>s. Se confió <strong>de</strong><br />

Jesús y vino el milagro. Jesús, yo, a veces confío, más en mí mismo,<br />

<strong>de</strong> mi criterio que <strong>de</strong> ti. Pero como San Pedro me meteré mar a<strong>de</strong>ntro<br />

en la vida interior y echaré las re<strong>de</strong>s en el apostolado.<br />

▶ Sueña con “pescas milagrosas” y terminas.<br />

Propósito: remar mar a<strong>de</strong>ntro.


Lunes 11. “Acariciar” a Dios en cada comunión<br />

Colocaban a los enfermos en la plaza, y le rogaban que<br />

les <strong>de</strong>jase tocar al menos el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> su manto (Mc 6,56).<br />

Jesús, a veces me lleno <strong>de</strong> envidia por la suerte que tuvieron algunos<br />

<strong>de</strong> tus contemporáneos: oír tu voz, disfrutar <strong>de</strong> tu sonrisa, distinguir tus<br />

andares... Se conformaban con poco, tan sólo con tocar el bor<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> tu manto y... ¡quedaban curados! Jesús y yo, que te recibo en la<br />

Eucaristía, no me conformo con tocarte, en cada Comunión quiero<br />

acariciarte con mis obras buenas en mi alma para que también me<br />

cures.<br />

▶ Jesús, ¡qué ganas tengo <strong>de</strong> comulgar!<br />

¿Por qué no voy más a Misa?<br />

Y los que lo tocaban se ponían sanos (Mc 6,56).<br />

Contaba San Josemaría que una vez en Zaragoza pasó por <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> un bar llamado Gambrinus, y vio que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l local estaba un<br />

famoso torero. Algunos niños se acercaron a la multitud que ro<strong>de</strong>aba<br />

a aquel personaje popular, y uno <strong>de</strong> ellos salió corriendo gritando<br />

exultante: ¡Lo he tocado!, ¡lo he tocado! Le impresionó aquella<br />

escena a San Josemaría, y le sirvió para reflexionar sobre el hecho<br />

<strong>de</strong> que cada día tocamos a Jesús en la Eucaristía. Jesús, ¡qué suerte<br />

más gran<strong>de</strong> tengo! ¿Lo aprovecho? En cada Comunión ¡toco a Dios!<br />

▶ Después <strong>de</strong> la Comunión me quedaré un ratito con Jesús,<br />

dando gracias.<br />

Propósito: acariciar a Dios.


Martes 12. Mi corazón está muy, pero muy cerca <strong>de</strong> ti.<br />

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está<br />

lejos <strong>de</strong> mí. El culto que me dan está vacío (Mc 7,6).<br />

Jesús, con palabras <strong>de</strong> Isaías te quejas <strong>de</strong> tus contemporáneos.<br />

Cumplían las tradiciones hacían sus rezos pero les reprochas que su<br />

corazón está lejos <strong>de</strong> mí. —¿No me pasará a mí algo parecido?<br />

—¿No te quejarás también <strong>de</strong> mí?: Hago el 3+2, rezo el Ángelus, e<br />

incluso hago el Vía Crucis los viernes... Jesús, que nunca me olvi<strong>de</strong><br />

que estas prácticas <strong>de</strong> piedad son medios para acercarme más a<br />

ti, para quererte más, pero no son fines. Jesús, Tú no eres como las<br />

máquinas <strong>de</strong> Coca-Cola® que echas una moneda y sale la lata.<br />

Jesús, no te voy a comprar con mis rezos, pero sí te voy a ganar con<br />

mi corazón enamorado.<br />

▶ Dile a Jesús que le quieres mucho, ¡pero mucho!<br />

Y luego sigues.<br />

Hipócritas, (...) ¡anuláis el mandamiento <strong>de</strong> Dios por<br />

mantener vuestra tradición! (Mc 7, 9).<br />

Jesús tengo los días súper-llenos: clases <strong>de</strong> piano, <strong>de</strong> tenis, fut,<br />

pintura... Es la tradición en mi familia. Y como no quiero ser un<br />

hipócrita <strong>de</strong> esos, también <strong>de</strong>dico tiempo a los <strong>de</strong>más. En el viejecito<br />

<strong>de</strong>l asilo que espera mi visita, en el pesado <strong>de</strong> mi hermano, en el<br />

niño al que doy catequesis... En ellos veo tu “imagen y semejanza”,<br />

que me enamora. Ahí me esperas…<br />

▶ Dile a Jesús que también le das tu tiempo y terminas.<br />

Propósito: tomarme una coca-cola, por ejemplo.


Miércoles 13. ¡Te basta mi gracia!<br />

Porque <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong>l hombre, salen los malos<br />

propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios,<br />

codicias, injusticias, frau<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>senfreno, envidia,<br />

difamación, orgullo, frivolidad (Mc 7,14-23).<br />

Jesús, algo me sospechaba. ¿Por eso <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí encuentro<br />

tantas ganas <strong>de</strong> chinchar a mis hermanos, llevar la contraria a mis<br />

papás, hacer enojar a mi perro, mentir, engañar...? Me pasa como<br />

a S. Pablo: Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no<br />

quiero. Jesús, y todo este mal, ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sale? ¿Quién lo ha puesto?<br />

Si yo no soy malo, ¿por qué a veces hago daño a los que más quiero?<br />

Y me respon<strong>de</strong> S. Pablo: No soy yo quien lo realiza, sino el pecado<br />

que habita en mí. Tras el triste episodio <strong>de</strong> la manzana <strong>de</strong> Adán una<br />

gota <strong>de</strong> aquel veneno, el pecado original, nos ha llegado a cada<br />

hombre, a mí también.<br />

▶ Que no me olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong>l pecado original.<br />

Debo luchar contra el Maligno.<br />

¡Infeliz <strong>de</strong> mí! ¿Quién me librará <strong>de</strong> este cuerpo <strong>de</strong> muerte?<br />

(Mc 7,14-23).<br />

Y San Pablo escuchó: Te basta mi gracia. Jesús, la Gracia que me das<br />

en tus sacramentos es el antídoto contra el veneno <strong>de</strong>l mal, contra el<br />

pecado. Porque don<strong>de</strong> abundó el pecado sobreabundó la gracia<br />

(Rm 5,20). Necesito mucho antídoto, necesito mucha gracia.<br />

▶ Busca el surtidor más cercano <strong>de</strong> Gracia<br />

y llena el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong>l alma. Es <strong>de</strong>cir, confiésate.<br />

Propósito: ponerme el antídoto.


Jueves 14. Stos Cirilo y Metodio. La mies es mucha.<br />

Los envió <strong>de</strong> dos en dos <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él a toda ciudad y lugar<br />

adon<strong>de</strong> él había <strong>de</strong> ir (Lc 10,1).<br />

Jesús, <strong>de</strong> dos en dos pero sin empujar, ¡que hay gente para todos...!<br />

No sé qué me pasa pero hoy se me está abriendo un hambre<br />

apostólica… Para hacer apostolado, para acercar a alguien a Dios,<br />

en primer lugar hace falta oración. Por eso hoy mi lema apostólico<br />

es <strong>de</strong> dos en dos pero con el tresmásdos. Quiero tener aventuras<br />

apostólicas, como las <strong>de</strong> aquellos dos amigos tuyos con nombres<br />

tan curiosos: Cirilo y Metodio, Patronos <strong>de</strong> Europa. No lo tuvieron fácil.<br />

Fueron gran<strong>de</strong>s evangelizadores en una época muy complicada,<br />

mucho más complicada que la nuestra. Eran tan sólo dos pero<br />

convirtieron a naciones enteras que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces son cristianas.<br />

▶ No me llamo ni Cirilo ni Metodio, pero “envíame”,<br />

quiero ser apóstol.<br />

La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto,<br />

al señor <strong>de</strong> la mies que envíe obreros a su mies (Lc 10,2).<br />

Quizá naciones enteras no, pero sí puedo evangelizar, llevar a Cristo<br />

a mi clase, a mi colegio, a mi familia, a mis amigos. Eres, entre los<br />

tuyos —alma <strong>de</strong> apóstol—, la piedra caída en el lago. —Produce,<br />

con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo... y éste, otro... y otro, y<br />

otro... Cada vez más ancho. ¿Compren<strong>de</strong>s ahora la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> tu<br />

misión? (Camino 831). Yo seré, con tu gracia, esa piedra.<br />

▶ Concreta tu apostolado.<br />

Propósito: hacer olas.


Viernes 15. Jesús, tu eres mi “Otorrinolaringólogo”.<br />

Y le presentaron un sordo, que, a<strong>de</strong>más, apenas podía<br />

hablar (Mc 7, 32).<br />

Jesús, en mi casa somos un poco sordos. Dice mi mamá que <strong>de</strong>be<br />

tratarse <strong>de</strong> una sor<strong>de</strong>ra familiar selectiva. Selectiva porque no oímos<br />

cuando suena el teléfono o el timbre, pero luego, cuando algo nos<br />

interesa, no se nos escapa <strong>de</strong>talle. Mi mamá, que es santa, nos repite<br />

siempre que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Jesús, en<br />

la oración me pasa algo parecido: pienso que a mí no me hablas<br />

pero en el fondo es que no termino <strong>de</strong> escucharte, hago poco por<br />

sintonizar contigo.<br />

▶ Dile a Jesús que tú eres el sordo <strong>de</strong>l Evangelio,<br />

a ver qué pue<strong>de</strong> hacer.<br />

Él, le metió los <strong>de</strong>dos en los oídos y con la saliva le tocó la<br />

lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: —Effetá (esto es,<br />

«ábrete») (Mc 7, 31-37).<br />

Jesús, límpiame los conductos auditivos <strong>de</strong>l alma. Me parece que<br />

lo que no me <strong>de</strong>ja oírte es la pereza, la impureza, los prejuicios, la<br />

soberbia, o bien pue<strong>de</strong> ser ese miedo a comprometerme y luchar<br />

en aquello que me estás pidiendo. Y al momento se le abrieron los<br />

oídos, se le soltó la traba <strong>de</strong> la lengua y hablaba sin dificultad. Jesús,<br />

ábreme los oídos <strong>de</strong>l alma, suéltame la lengua para hablar <strong>de</strong> ti.<br />

▶ Dile a Jesús que le nombras tu “Otorrinolaringólogo”,<br />

casi nada…<br />

Propósito: Escuchar.


Sábado 16. Me da lástima <strong>de</strong> esta gente.<br />

Como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús<br />

llamó a sus discípulos y les dijo: Me da lástima <strong>de</strong> esta<br />

gente (Mc 8, 1-2).<br />

Jesús, no me canso <strong>de</strong> contemplarte una y otra vez. En ti encuentro<br />

un rostro siempre nuevo e inagotable que me invita a seguirte. Puedo<br />

observar tu gesto cordial y optimista, tu buen humor, tu tristeza ante<br />

el mal, tu mirar compasivo y misericordioso: Me da lástima <strong>de</strong> esta<br />

gente. Te das cuenta <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la gente, <strong>de</strong> cada uno,<br />

también <strong>de</strong> las mías.<br />

▶ Jesús, estos días, por <strong>de</strong>ntro hablo contigo agra<strong>de</strong>ciéndote<br />

tantas cosas.<br />

Llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los<br />

<strong>de</strong>spido a sus casas en ayunas, se van a <strong>de</strong>smayar por el<br />

camino. A<strong>de</strong>más, algunos han venido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos (Mc 8, 2-3).<br />

Un Dios que es Padre y a la vez con corazón <strong>de</strong> Madre. Sólo los ojos<br />

<strong>de</strong> madre pue<strong>de</strong>n ver ciertas cosas: No tienen qué comer (...), se<br />

van a <strong>de</strong>smayar por el camino, (...) han venido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos. Y a mí<br />

me dices: tienes mala cara, ¿no tendrás fiebre?, hoy no has dormido<br />

bien, ¿verdad?, a ver, ¿qué ha pasado hoy en clase?.... Y surge mansa<br />

la oración como el agua <strong>de</strong> una fuente: Pues mira Jesús a mí lo que<br />

me pasa es que...<br />

▶ Dale un poco <strong>de</strong> pena a Jesús para que te haga caso<br />

(se <strong>de</strong>ja engañar) pero no seas quejón.<br />

Propósito: dar un poco <strong>de</strong> pena.


Domingo 17. Dichosos los que lloran.<br />

Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis (Luc 6,21).<br />

Jesús, qué difícil <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r ese Dichosos los que lloran. ¿No<br />

es contradictorio? Me ayudó a compren<strong>de</strong>r lo que cuenta el libro<br />

Réquiem por Nagasaki. El Dr. Nagai sobrevivió a la explosión nuclear<br />

pero había perdido a su esposa. Ahora le preocupaba su pequeña<br />

hija Kayano que nunca lloraba. La veía, mientras el sol se hundía y<br />

empezaba a oscurecer, mirando fijamente la <strong>de</strong>solación nuclear,<br />

mordiéndose el labio inferior. Nagai vio tropezar a Kayano unas<br />

cuantas veces y cortarse en las rodillas. Esta se limpiaba <strong>de</strong>spacio la<br />

sangre con su <strong>de</strong>do, pero nunca lloraba.<br />

▶ Dale gracias a Jesús por tu familia: repasa la lista uno a uno.<br />

Bienaventurados los que lloran porque ellos serán<br />

consolados.<br />

El Dr. Nagai se puso a escribir una consi<strong>de</strong>ración en un libro que<br />

esperaba pudiera leer ella algún día. Querida Kayano: nuestra infancia<br />

es feliz porque po<strong>de</strong>mos llorar. Sabemos que si lloramos nuestra madre<br />

vendrá y nos consolará. A veces, Kayano, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que murió tu madre,<br />

quise sollozar a gritos. Pero una persona mayor no pue<strong>de</strong> hacer eso;<br />

sólo un niño que tiene madre pue<strong>de</strong> hacerlo. El único que tiene la<br />

respuesta completa dijo: Bienaventurados los que lloran porque<br />

ellos serán consolados (Mt 5,4). Tú pue<strong>de</strong>s llorar siempre que quieras<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Él y tu llanto será escuchado. Jesús, que a gusto se llora<br />

sabiendo que tú siempre estarás para consolarme.<br />

▶ Cuéntale a Jesús alguna pena que tengas.<br />

Propósito: llorar a moco tendido.


Lunes 18. Jesús dio un profundo suspiro...<br />

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron<br />

a discutir con Jesús para ponerlo a prueba, le pidieron un<br />

signo <strong>de</strong>l cielo (Mc 8, 11-13).<br />

Jesús, te pusieron a prueba, como si fueras la cabra <strong>de</strong> un circo: Si<br />

te subes hasta aquí arriba y haces el triple mortal con tirabuzón…; y<br />

ahora el más difícil todavía: haznos un milagrito. Jesús, te pusieron a<br />

prueba y yo también, a veces, te pongo a prueba: —Que apruebe el<br />

examen con buena nota y sin estudiar. —Que encuentre el bolígrafo<br />

sin buscarlo. —Si no me conce<strong>de</strong>s lo que te pido, ya no respiro o<br />

<strong>de</strong>jo <strong>de</strong> creer o <strong>de</strong> ir a Misa… Jesús, perdóname pero a veces ¡te<br />

pido cada cosa!<br />

▶ Jesús, te doy, no el a-Probado sino el Sobresaliente.<br />

Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ¿Por qué esta<br />

generación reclama un signo? (Mc 8,11-12).<br />

Mi abuela —que es una santa—, no hace más que suspirar. Toma<br />

todo el aire que pue<strong>de</strong>, lo mantiene un ratito en los pulmones y<br />

<strong>de</strong>spués lo suelta <strong>de</strong> golpe, mientras musita ¡¡Ay Sssseñor…!! Mis<br />

hermanos y yo <strong>de</strong>cimos que los suspiros le salen <strong>de</strong>l alma. Jesús,<br />

¿cómo fue tu profundo suspiro?, ¿suspiras también por mí?: este no<br />

se entera, pero qué cosas me pi<strong>de</strong>…<br />

▶ Dile que le vas hacer suspirar <strong>de</strong> orgullo santo<br />

por tener un hijo tan bueno.<br />

Propósito: apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> mi abuela.


Martes 19. Yo a cuantos amo, los reprendo.<br />

A los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que<br />

un pan en la barca (Mc 8, 14).<br />

¡Al que nunca se le haya olvidado algo que le mandaron que<br />

levante la mano...! A mí ¡tantas veces se me olvidan las cosas y las<br />

tareas! especialmente los domingos. Jesús cómo me gusta que tus<br />

discípulos sean tan... normales. Y a falta <strong>de</strong> pan buenas son las tortas.<br />

No sólo se les olvida el pan, sino que a<strong>de</strong>más empiezan a pegarse<br />

entre ellos. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> olvidados son susceptibles, peleoneros.<br />

Ellos comentaban: Lo dice porque no tenemos pan. Viven en su<br />

pequeño mundo. Necesitan que Jesús les <strong>de</strong>spierte. Como a mí.<br />

▶ Jesús, ayúdame a evitar las peleas en casa,<br />

a salir <strong>de</strong> mi pequeño mundo.<br />

Dándose cuenta, les dijo Jesús: ¿Por qué comentáis que no<br />

tenéis pan? ¿No acabáis <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r? (Mc 8, 17).<br />

Jesús, les hablas <strong>de</strong> la “levadura” y te salen más perdidos y atontados.<br />

Los pobres no se enteran. Están metidos en sus cosas, en otra onda.<br />

Tú aprovechas la ocasión para con buen humor, tirarles <strong>de</strong> las orejas:<br />

¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos<br />

si no oís? (Mc 8, 19). Porque don<strong>de</strong> hay cariño <strong>de</strong> verdad se pue<strong>de</strong><br />

exigir sin herir. Yo a cuantos amo, los reprendo (Ap 3,19).<br />

▶ ¿Dejo que me exijan?<br />

¿Lo agra<strong>de</strong>zco? ¿Me quedo resentido?<br />

Propósito: <strong>de</strong>jar que me exijan.


Miércoles 20. Me saciaré <strong>de</strong> tu semblante.<br />

Llegaron a Betsaida. Le trajeron a un ciego, pidiéndole que<br />

lo tocase (Mc 6, 22-26).<br />

—¡Despacio! ¡Que no tropiece! Trastabillando, aquel ciego fue<br />

llevado <strong>de</strong> mano en mano hasta la mano <strong>de</strong> Jesús. Él lo sacó <strong>de</strong><br />

la al<strong>de</strong>a, llevándolo <strong>de</strong> la mano. Pero aquella mano era diferente,<br />

pensó el ciego, le guiaba seguro ¿Podría quizá éste poner fin a su<br />

ceguera? Otros lo habían intentado. ¿Traería colirios mágicos <strong>de</strong><br />

Alejandría? ¿Se llevaría, como los otros, su dinero y su ilusión? El<br />

profeta empezó a hablarle mientras le hume<strong>de</strong>cía sus ojos. Le untó<br />

saliva en los ojos, le impuso las manos. ¿Qué es lo primero que te<br />

gustaría ver? Al ciego se le agolparon los <strong>de</strong>seos: árboles, hombres,<br />

a sus hijos corriendo. Le preguntó: ¿Ves algo? Empezó a distinguir y<br />

dijo: Veo hombres que parecen árboles, pero andan.<br />

▶ Jesús cúrame <strong>de</strong> … (dile tus enfermeda<strong>de</strong>s).<br />

Le puso otra vez las manos en los ojos: el hombre miró,<br />

estaba curado (Mc 6, 22-26).<br />

Jesús, esta vez fue a la 2ª. El ciego <strong>de</strong> Betsaida necesitaba una<br />

segunda mano. Y a la 2ª fue la vencida: abrió los ojos y veía con<br />

toda claridad. ¿Qué es lo que vio tan claro? Te vio a ti, Jesús mío. Y<br />

ya no pudo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirar<br />

▶ Pi<strong>de</strong> a Jesús que te eche todas las manos que haga falta:<br />

¡Señor que vea!<br />

Propósito: repetir, Señor que vea.


Jueves 21. Y vosotros, ¿quién <strong>de</strong>cís que soy yo?<br />

Por el camino preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la<br />

gente que soy yo? Ellos le contestaron: Unos, Juan Bautista;<br />

otros, Elías, y otros, uno <strong>de</strong> los profetas (Mc 8, 27-33).<br />

Jesús, pues yo he oído todo tipo <strong>de</strong> tonterías: unos dicen que si eres<br />

un extraterrestre, un guerrillero, un hombre bueno, o un mito... Otros<br />

que si un aguafiestas. Algunos no saben o no contestan (n.s. ó n.c.).<br />

Jesús, qué pena, han pasado 20 siglos y tantos que no saben (n.s.).<br />

Tantos que se dicen cristianos y no tienen ni i<strong>de</strong>a, no contestan (n.c.).<br />

Funcionan con clichés, caricaturas, eslóganes, lo que han visto u<br />

oído en la tele. Nadie ha sabido explicarles, hasta ahora.<br />

▶ Dile a Jesús que quieres ser su portavoz (llevar su voz a todos)<br />

en este Año <strong>de</strong> la Fe.<br />

Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién <strong>de</strong>cís que soy? Pedro le<br />

contestó: Tú eres el Mesías Mc 8, 27-33.<br />

Jesús, quieres saber mi opinión y me lo preguntas a quemarropa:<br />

Y tú Andrés, Mónica,... (pon tu name). ¿Tú, quién dices que soy yo?<br />

Venga, no mires atrás, respón<strong>de</strong>me... Respuesta: —Jesús, mira mi<br />

vida, mis obras son elocuentes: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que me levanto hasta que me<br />

acuesto pienso en ti, sueño contigo. Te lo diré con palabras <strong>de</strong> San<br />

Pedro: Tú eres el Mesías. Tú eres mi salvador.<br />

▶ Dile a Jesús, todo lo que piensas sobre Él.<br />

Despáchate a gusto.<br />

Propósito: ser portavoz / explicar a ns y nc quién es Jesús.


Viernes 22. Cátedra S. Pedro. No prevalecerán sobre ella.<br />

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l infierno no la <strong>de</strong>rrotará (Mt 16, 18).<br />

El Papa Benedicto XVI sufrió los horrores y la persecución <strong>de</strong>l nazismo<br />

en la 2ª Guerra Mundial. Él mismo lo cuenta: La Iglesia había sido,<br />

pese a las muchas <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s humanas, el polo <strong>de</strong> oposición contra<br />

la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>structiva <strong>de</strong> la dictadura nazi; ella había permanecido<br />

en pie en el infierno que había <strong>de</strong>vorado a los po<strong>de</strong>rosos gracias a<br />

la fuerza proveniente <strong>de</strong> la eternidad. Nosotros teníamos la prueba:<br />

las puertas <strong>de</strong>l infierno no prevalecerán sobre ella. Sabíamos, por<br />

experiencia propia, qué cosa eran las puertas <strong>de</strong>l infierno y podíamos<br />

ver también con nuestros ojos que la casa construida sobre roca se<br />

había mantenido firme.<br />

▶ Pi<strong>de</strong> por el Papa, para que sea piedra, roca,<br />

cimiento <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

Te daré las llaves <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> los Cielos; lo que ates en<br />

la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que <strong>de</strong>sates en la<br />

tierra quedará <strong>de</strong>satado en Cielo (Mt 16, 19).<br />

Jesús, al Papa no le has dado las llaves <strong>de</strong>l carro, o <strong>de</strong> un chalet en la<br />

playa, o la clave para entrar en la compu. Le has dado las llaves <strong>de</strong><br />

tu Casa, <strong>de</strong>l Cielo. Por eso diré con San Josemaría: Todos con Pedro<br />

hacia Jesús por María.<br />

▶ Hazte amigo <strong>de</strong> San Pedro<br />

para que cuando llegue el momento te abra la puerta.<br />

Propósito: rezar a diario por el Papa.


Sábado 23. Este es mi Hijo amado; escuchadle.<br />

Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos<br />

solos a una montaña alta, y se transfiguró <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ellos<br />

(Mc 9,2).<br />

Jesús, hoy en la oración me voy contigo <strong>de</strong> excursión al monte. Como<br />

siempre te llevas a tus tres apóstoles montañeros, los íntimos. Yo haré<br />

<strong>de</strong> sherpa y subiré en mi mochila la merienda <strong>de</strong> todos. Jesús, ¡cómo<br />

te gusta el monte!: Tabor, Sinaí, Monte <strong>de</strong> las Bienaventuranzas,<br />

Gólgota... La ascensión es dura porque la montaña es alta, pero una<br />

vez arriba, ¡ha merecido la pena! ¡Qué vista! ¡Qué aire más limpio!<br />

Jesús, subir el monte es como hacer la oración: hay que poner<br />

esfuerzo, cuesta, pero luego todo se ve más claro y, a<strong>de</strong>más, Tú estás<br />

en la cima esperándome para transfigurarte, para darme más luces.<br />

▶ Una montaña no es alta si un amigo te espera arriba<br />

(refrán africano): Jesús me espera.<br />

Se formó una nube que lo cubrió y salió una voz <strong>de</strong> la nube:<br />

Este es mi Hijo amado; escuchadle (Mc 9,7).<br />

Dios Padre ya no podía aguantar más —si no lo digo reviento—, y<br />

aprovechó la ocasión: Este es mi Hijo amado; escuchadle. Se siente<br />

orgulloso <strong>de</strong> su Hijo al que quiere tanto. Señor, yo también quiero ser<br />

tu hijo amado porque con tu Gracia cada día me parezco más a<br />

Jesús, mi vida reflejará su Vida.<br />

▶ Jesús, para parecerme y reflejar tu vida,<br />

primero tengo que escucharte.<br />

Propósito: hablar menos y escuchar más.


Domingo 24. Las “palabras” las carga el diablo.<br />

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.<br />

No juzguéis y no seréis juzgados; no con<strong>de</strong>néis y no seréis<br />

con<strong>de</strong>nados, Perdonad y seréis perdonados; dad y se os<br />

dará (Lc 6, 36-37).<br />

Jesús, qué fácil es criticar, murmurar, marujear, <strong>de</strong>spellejar vivo a alguien,<br />

sin conocer los verda<strong>de</strong>ros motivos por los que hacen las cosas y que<br />

sólo Tú conoces. Es muy fácil criticar, pero es muy difícil valorar el daño<br />

que puedo causar con mis críticas. Las palabras pue<strong>de</strong>n dar vida o<br />

matar. Su manejo <strong>de</strong>be ser tan <strong>de</strong>licado como el <strong>de</strong> los explosivos,<br />

el material radioactivo, los venenos y las medicinas, que se dosifican<br />

en fracciones <strong>de</strong> miligramos. Las palabras, una vez pronunciadas o<br />

escritas, toman aliento y una libertad imprevisible. Van <strong>de</strong> acá para allá,<br />

haciendo mucho daño. Una banalidad pue<strong>de</strong> asesinar un alma…<br />

▶ Jesús, si no es para hablar bien <strong>de</strong> alguien,<br />

mejor me quedo calladito.<br />

Dad y se os dará (Lc 6,37).<br />

Jesús, a veces soy muy roñoso con mis cosas, con mi tiempo, con<br />

mis ambiciones. No sé dar, no sé darme. Me doy cuenta <strong>de</strong> que esta<br />

actitud me empequeñece el corazón y, por eso, me hace incapaz<br />

<strong>de</strong> recibir tus dones. Hoy quiero apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> ti a ser generoso, y darte<br />

todo lo que me pidas: mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón;…<br />

tómalo, tuyo es y mío no.<br />

▶ Ahora que le has donado tu corazón,<br />

pí<strong>de</strong>le un corazón como el suyo.<br />

Propósito: en boca cerrada…


Lunes 25. El Maestro está aquí y te llama.<br />

Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo<br />

(Mc 9,15).<br />

Jesús, ¡lo que hace la Visita al Santísimo! Edith Stein, la que <strong>de</strong>spués<br />

sería Santa Benedicta <strong>de</strong> la Cruz, cuenta que <strong>de</strong> joven estaba llena <strong>de</strong><br />

prejuicios racionalistas. Un día, paseando con un amigo católico, ella<br />

era judía, por la ciudad vieja <strong>de</strong> Fráncfort: entramos unos minutos en<br />

la catedral y, en medio <strong>de</strong> aquel silencio, entró una mujer con su bolsa<br />

<strong>de</strong>l mercado y se arrodilló con profundo recogimiento para orar. Esto<br />

fue para mí algo totalmente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias<br />

protestantes que yo conocía se iba sólo para los oficios religiosos. Aquí, en<br />

cambio, cualquiera en medio <strong>de</strong> su trabajo se acercaba a la iglesia<br />

vacía para un diálogo confi<strong>de</strong>ncial. Esto no lo he podido olvidar.<br />

▶ Jesús, que todos los días vaya a hacerte una “visita”.<br />

En aquellos días, Moisés levantó la tienda <strong>de</strong> Dios y la plantó<br />

fuera, a distancia <strong>de</strong>l campamento, y la llamó «tienda <strong>de</strong>l<br />

encuentro». El que quería visitar al Señor salía fuera <strong>de</strong>l campamento<br />

y se dirigía a la tienda <strong>de</strong>l encuentro (Ex 33, 7-8).<br />

Jesús, me han explicado que al Sagrario también se le llama<br />

Tabernáculo, que significa Tienda <strong>de</strong>l encuentro. ¡Qué alegría! A mí<br />

también me gustan las acampadas: ir por ahí y poner la tienda <strong>de</strong><br />

campaña. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla<br />

un hombre con un amigo. Pero, ¿por qué no iré más a verte al<br />

Tabernáculo? Yo, como Moisés, pero sin barba.<br />

▶ Jesús, iré a visitarte a tu Tienda <strong>de</strong> Gran Jefe cada día.<br />

Propósito: visitar al Gran Jefe.


Martes 26. Porque los iba instruyendo…<br />

Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que<br />

nadie se enterase, porque los iba instruyendo (Mc 9,30).<br />

Jesús, ¿<strong>de</strong> qué les hablabas? ¿Qué les contabas? Me imagino que les<br />

hablarías <strong>de</strong> tu Familia: lo mucho que te quiere tu Padre que está en<br />

el Cielo, y <strong>de</strong>l Espíritu Santo que es todo Amor, <strong>de</strong> tu entrega, pasión<br />

y muerte por todos los hombres, pero que luego resucitarías... pero<br />

no entendían aquello. Los pobres se mirarían con cara <strong>de</strong> “baba” y<br />

por lo bajo: ¿Pero es, o no es, el Mesías? ¿¡Pues entonces...!? Jesús yo<br />

tampoco entiendo tantas cosas: por qué mueren los niños, por qué<br />

hay guerras, hambre, dolor... Jesús, háblame, instrúyeme…<br />

▶ Dile a Jesús que quieres formarte hasta los 100 años<br />

por lo menos.<br />

¿De qué discutíais por el camino? Ellos no contestaron,<br />

pues por el camino habían discutido quién era el más importante<br />

(Mc 9,33-34).<br />

Los discípulos, genio y figura hasta la sepultura. Como yo, que<br />

a veces tampoco me entero. Y lo peor es que me lo creo. Pienso<br />

que estoy bien instruido, con buena formación, digo, por mi familia,<br />

porque asisto a clases <strong>de</strong> Religión. Jesús, pero no es suficiente… No<br />

puedo funcionar así, con los conocimientos <strong>de</strong> la 1°Comunión. Jesús,<br />

necesito conocerte mejor y <strong>de</strong>jarme formar asistiendo a charlas,<br />

círculos, meditaciones, retiros. ¿Por qué?: ¡Porque me da la gana!<br />

▶ Amar a alguien es conocerle mejor.<br />

Di que le quieres conocer más.<br />

Propósito: conocerle mejor.


Miércoles 27. Se hace camino al andar.<br />

Maestro hemos visto a uno que echaba <strong>de</strong>monios en tu<br />

nombre, y se lo hemos prohibido, porque no era <strong>de</strong> los<br />

nuestros (Mc 9,38-40).<br />

Jesús, que mal me suena eso <strong>de</strong> no era <strong>de</strong> los nuestros, como<br />

si alguien tuviera la exclusividad en el amor a Dios, o ver en otros<br />

“la competencia”. Nos lo recuerda San Josemaría: Me <strong>de</strong>cías,<br />

con <strong>de</strong>sconsuelo: ¡hay muchos caminos! Debe haberlos: para<br />

que todas las almas puedan encontrar el suyo, en esa variedad<br />

admirable. ¿Confusionismo? Escoge <strong>de</strong> una vez para siempre: y la<br />

confusión se convertirá en seguridad (Camino 964).<br />

▶ Pí<strong>de</strong>le a Jesús un corazón gran<strong>de</strong> y abierto,<br />

alérgico a las exclusivida<strong>de</strong>s.<br />

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si<br />

no es por mí (Jn 16,6).<br />

Tantos caminos, tantas veredas: He andado muchos caminos, / he<br />

abierto muchas veredas; / he navegado en cien mares / y atracado<br />

en cien riberas (A. Machado). ¿Cuál es el mío? ¿Acertaré? No es<br />

fácil, ¡hay tantos!: “Cada caminante siga su camino”, nos recuerda<br />

el poeta. Jesús, Tú eres el Camino, y seguiré el consejo <strong>de</strong> San<br />

Josemaría: Es preciso atravesar el mundo. Pero no hay caminos<br />

hechos para vosotros... Los haréis, a través <strong>de</strong> las montañas, al golpe<br />

<strong>de</strong> vuestras pisadas (Camino 928).<br />

▶ Pregúntale a Jesús con valentía cuál es tu vocación,<br />

por dón<strong>de</strong> te llama Él a caminar.<br />

Propósito: buscar mi camino


Jueves 28. Jesús, Tú eres mi “recompensa”.<br />

Cualquiera que os dé <strong>de</strong> beber un vaso <strong>de</strong> agua en mi<br />

nombre, porque sois <strong>de</strong> Cristo, en verdad os digo que no<br />

per<strong>de</strong>rá su recompensa (Mc 9, 41).<br />

Jesús, soy un cazador <strong>de</strong> recompensas, como en las películas <strong>de</strong><br />

vaqueros. Mira, en este mes, no sólo he servido el agua en la mesa,<br />

sino que también, he regado los tiestos <strong>de</strong> mi madre, he lavado el<br />

coche <strong>de</strong> papá, me he hecho la cama todos los días… ¡Tantas cosas<br />

buenas! Jesús, ¿qué me he ganado <strong>de</strong> recompensa...? ¿Sabes una<br />

cosa?, pensándolo bien no quiero más recompensa que tenerte a<br />

ti, parecerme a ti Jesús, que no te pierda nunca, que no pierda mi<br />

Recompensa.<br />

▶ Agra<strong>de</strong>ce a Jesús tantas cosas buenas<br />

y exígele tu Recompensa.<br />

Y al que escandalice a uno <strong>de</strong> estos pequeños que creen<br />

en mí, más le vale que le pongan al cuello una piedra <strong>de</strong><br />

molino, <strong>de</strong> las que mueve un asno, y sea arrojado al mar.<br />

(Mc 9, 42)<br />

Jesús, ¡qué tonto soy! A veces me da por ser mayor y me pongo a<br />

ridiculizar <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más la piedad e inocencia <strong>de</strong> los niños<br />

más pequeños: cuando van a Misa, hacen la Visita, voy, —idiota <strong>de</strong><br />

mí—, y me río <strong>de</strong> ellos... Y lo hago sólo para quedar bien <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> mis amigos. Jesús, te pido perdón por si alguna vez he podido<br />

escandalizar a alguien, y más si fuera un niño.<br />

▶ ¿Evito dar mal ejemplo, el escándalo, especialmente con los niños?<br />

Propósito: ganar la mejor recompensa.


Comunión<br />

espiritual<br />

Yo quisiera, Señor,<br />

recibiros con aquella<br />

pureza, humildad<br />

y <strong>de</strong>voción<br />

con que os recibió<br />

vuestra Santísima Madre,<br />

con el espíritu y fervor<br />

<strong>de</strong> los santos.<br />

Amén


Ofrecimiento<br />

<strong>de</strong>lestudio<br />

Madre mía Inmaculada, que por haber recibido en<br />

tu seno al Verbo <strong>de</strong> Dios, eres trono <strong>de</strong> la gloria y la<br />

sabiduría.<br />

Alcánzame la gracia <strong>de</strong> trabajar con or<strong>de</strong>n y<br />

constancia, con intensidad y presencia <strong>de</strong> Dios,<br />

con pureza <strong>de</strong> intención y afán <strong>de</strong> servicio.<br />

Haz que mi trabajo me acerque cada día más a ti y<br />

a tu divino Hijo y que nunca me olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong> ofrecértelo<br />

como ahora lo hago, para que mis horas <strong>de</strong> trabajo<br />

sean, <strong>de</strong> verdad, horas <strong>de</strong> oración.<br />

Ayúdame también, Señora, a lograr el fruto humano<br />

y sobrenatural que Dios espera <strong>de</strong> mi trabajo, para<br />

que, santificándome en el trabajo, alcance la<br />

dicha <strong>de</strong> amarte para siempre en el Cielo.<br />

Amén


Corta y guarda en tu billetera


Mi Plan <strong>de</strong> Vida (sin agobios)<br />

Me levanto “minuto heroico” a las _______________________________<br />

Hago mi cama y preparo mi <strong>de</strong>sayuno _________________________<br />

Al llegar al colegio saludo a Jesús en el oratorio __________________<br />

Señalo los días que voy a Misa L M M J V S D<br />

Hago la visita al Santísimo en ________________ a las _____________<br />

Hago la oración (3+2) en _____________________ a las _____________<br />

Por la tar<strong>de</strong> me pongo a estudiar a las ___________________________<br />

Estoy con mis amigos a las ______________________________________<br />

Ayudo en las tareas <strong>de</strong> mi casa a las____________________________<br />

Rezo el Rosario / Misterios a las ____________________________<br />

Hago el Examen <strong>de</strong> Conciencia a las ____________________________<br />

PERSONAL<br />

Rezo las 3 Ave Marías y me acuesto a las _______________________<br />

Me confieso los _______________________ a las __________________


3+2 es un formato original <strong>de</strong>l Pbro. JUAN JOLÍN que ha autorizado la<br />

presente adaptación privada <strong>de</strong> las Capellanías <strong>de</strong> APDE. Diseño: Kaleidos.

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