You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>la</strong> <strong>marina</strong> <strong>te</strong> l<strong>la</strong>ma<br />
En 1979, buscando un traje de bo<strong>te</strong> de colón, una jovencita A<strong>la</strong>ska llegaba a<br />
una casa situada en el madrileño barrio de Ma<strong>la</strong>saña. Allí fue recibida por dos<br />
pintores, Juan Carrero y Enrique Naya. Lo que en su día no fue más que un<br />
encuentro casual y amistoso, veintiocho años después ha sido considerado<br />
como el nacimiento de uno de los movimientos culturales más importan<strong>te</strong>s de<br />
<strong>la</strong> España del siglo XX.<br />
En <strong>la</strong> verdadera Movida, aquel<strong>la</strong> que tarde tras tarde y noche tras noche se<br />
reunía en La Palma-14, <strong>Costus</strong> tuvieron bastan<strong>te</strong> culpa. Como reconoce <strong>la</strong><br />
propia Olvido, gran par<strong>te</strong> de su educación y su personalidad artística nació en<br />
el in<strong>te</strong>rior de <strong>la</strong> casa de <strong>Costus</strong>.<br />
A estas alturas se hacía necesario un estudio que analizase <strong>la</strong> historia y <strong>la</strong>s<br />
circunstancias que rodean a <strong>la</strong> que fue <strong>la</strong> primera serie de <strong>Costus</strong>. “La Marina<br />
<strong>te</strong> l<strong>la</strong>ma” fue <strong>la</strong> única serie de pinturas pensada y realizada conjuntamen<strong>te</strong> por<br />
Juan y Enrique que salió completamen<strong>te</strong> <strong>te</strong>rminada de La Palma-14, por lo tanto,<br />
se constituye como una obra fundamental para <strong>la</strong> Movida.<br />
Su ejecución reunió por primera vez los talentos y <strong>la</strong>s distintas formas de<br />
en<strong>te</strong>nder <strong>la</strong> pintura de sus autores, que tal como vemos en <strong>la</strong> foto, se abrazaron<br />
y se unieron para hacer de su diferencia una perfecta simbiosis pictórica. Nacía<br />
<strong>la</strong> “marca” <strong>Costus</strong>.<br />
En primer lugar, quiero mostrar mi agradecimiento a Ricardo Carrero por su<br />
ayuda, ánimo y co<strong>la</strong>boración en <strong>la</strong> realización de es<strong>te</strong> estudio, además de<br />
acercarme al <strong>la</strong>do más humano y desconocido de <strong>Costus</strong>. Agradecer también a<br />
Andrés Folgueira y a Juanma del Ojo por facilitarme gran par<strong>te</strong> de <strong>la</strong>s fotos que<br />
han ido recopi<strong>la</strong>ndo duran<strong>te</strong> años y años de coleccionismo. Igualmen<strong>te</strong> citar a<br />
<strong>la</strong> empresa “Marin´s dolls” por toda <strong>la</strong> información histórica recibida. Y por<br />
último, gracias a toda <strong>la</strong> familia y amigos de <strong>Costus</strong> por man<strong>te</strong>ner viva su l<strong>la</strong>ma<br />
y luchar por <strong>la</strong> conservación y <strong>la</strong> difusión de su legado. Especialmen<strong>te</strong> a Olvido<br />
y a Fabio, cuyas continuas referencias a Juan y a Enrique me llevaron a<br />
sumergirme en el universo <strong>Costus</strong>.<br />
A todos los que les ayudas<strong>te</strong>is y les quisis<strong>te</strong>is en vida, Muchas Gracias.<br />
Autor: José León Calzado. Ldo. En Historia del Ar<strong>te</strong>.<br />
Para http://www.costus.es . Sevil<strong>la</strong>, 2007.
Marina L<strong>la</strong>nos Martí<br />
españo<strong>la</strong> sin dudar<br />
nacida en plena Castil<strong>la</strong><br />
para alguna seña dar.<br />
Cuando quince años <strong>te</strong>nía<br />
de su casa se marchó<br />
a recorrer tierra extraña<br />
desde Galicia a León,<br />
desde Asturias a Estocolmo<br />
desde Cádiz a Nueva York.<br />
Al cabo de varios años<br />
de asis<strong>te</strong>nta en Budapest<br />
tuvo una visión extraña<br />
estando en pedo de té;<br />
a <strong>la</strong> Virgen y a dos Santas<br />
vestidas de <strong>la</strong>né<br />
que le dijeron "Marina<br />
vuelve a tu patria otra vez<br />
y haz un altar en tu pueblo<br />
que yo <strong>te</strong> recompensaré".<br />
Marina L<strong>la</strong>nos Martí<br />
volvió a su pueblo ma<strong>te</strong>rno<br />
cumplió <strong>la</strong> promesa dada,<br />
más encontró un chulo tierno<br />
y se quedó embarazada.
“Al menos algo nos recordará con gracia”: Las Muñecas de Marín y el Kitsch.<br />
La búsqueda de aquellos<br />
elementos identificativos y <strong>la</strong>s<br />
raíces de <strong>la</strong> cultura propia, que<br />
propugnaba el Regionalismo, se<br />
sintió completamen<strong>te</strong> en<br />
Andalucía duran<strong>te</strong> <strong>la</strong>s primeras<br />
décadas del siglo XX. Los artistas<br />
andaluces p<strong>la</strong>smaron así los<br />
rasgos típicos de su cultura en sus<br />
obras, tanto en <strong>la</strong> pintura, como<br />
<strong>la</strong> escultura, música, li<strong>te</strong>ratura y<br />
arqui<strong>te</strong>ctura.<br />
Muy importan<strong>te</strong> en su desarrollo<br />
fue <strong>la</strong> celebración de <strong>la</strong> Exposición<br />
Iberoamericana en Sevil<strong>la</strong><br />
duran<strong>te</strong> 1929. No es de extrañar pues que en 1928 Don José Marín, movido<br />
por es<strong>te</strong> espíritu regionalista, fundase en Chic<strong>la</strong>na de <strong>la</strong> Fron<strong>te</strong>ra una fábrica de<br />
muñecas ar<strong>te</strong>sanales, cuyo principal distintivo y atractivo radicaba en el hecho<br />
de ir ataviadas con los trajes regionales más típicos.<br />
Con el paso del tiempo se consolidaron como uno de los objetos más popu<strong>la</strong>res,<br />
sobretodo a partir de su transformación influida por <strong>la</strong> llegada de <strong>la</strong> Barbie.<br />
Duran<strong>te</strong> los años 70 y 80 fue el motivo decorativo imprescindible en el hogar de<br />
cualquier familia españo<strong>la</strong>. Allí sobre el <strong>te</strong>levisor se convertía en <strong>la</strong> identidad de<br />
<strong>la</strong> nueva sociedad de masas.<br />
Estos años le dieron una nueva definición por los in<strong>te</strong>lectuales de <strong>la</strong> época. Se<br />
les colgó <strong>la</strong> etiqueta de kitsch y fueron catalogadas de mal gusto y vulgares. Las<br />
gitanas de Marín reunían todas <strong>la</strong>s cualidades para ser un Kitsch: buscaban un<br />
efecto sentimental poco profundo y rápido, no <strong>te</strong>nían con<strong>te</strong>nido y mezc<strong>la</strong>ban lo<br />
pre<strong>te</strong>ncioso y agradable ignorando cualquier tipo de rigor, coherencia y<br />
con<strong>te</strong>xto. Sus carac<strong>te</strong>rísticas ma<strong>te</strong>riales y su carác<strong>te</strong>r eminen<strong>te</strong>men<strong>te</strong> popu<strong>la</strong>r<br />
subrayaron aún más todo esto.<br />
La aparición del kistch dentro de <strong>la</strong> escena españo<strong>la</strong> del momento es sinónimo<br />
de que algo estaba cambiando. Los nuevos avances técnicos, hábitos,<br />
costumbres y el desarrollo del consumismo dieron lugar al nacimiento en<br />
España de <strong>la</strong> denominada “sociedad de masas”. La llegada de los primeros<br />
electrodomésticos, <strong>la</strong> apertura de grandes hipermercados al estilo americano,<br />
así como el impulso de los medios de comunicación variaron por completo <strong>la</strong><br />
vida cotidiana nacional y renovaron, consecuen<strong>te</strong>men<strong>te</strong>, <strong>la</strong> fisonomía de los<br />
hogares, donde <strong>la</strong> <strong>te</strong>levisión se convertía en <strong>la</strong> reina de <strong>la</strong> casa al mismo tiempo<br />
que otro tipo de objetos, más o menos efímeros, entraban a formar par<strong>te</strong> del<br />
decorado de nuestro día a día.
Un día se rompió <strong>la</strong> rutina.<br />
LA REALIZACIÓN.<br />
COMUNIÓN.<br />
Con mi padre fui a Chic<strong>la</strong>na, no sé a qué ni por qué, pero en <strong>te</strong>chnicolor <strong>la</strong><br />
recuerdo. Aso<strong>la</strong>da por una inundación, presentando un aspecto<br />
catastrófico.<br />
El río, desbordado, había anegado toda <strong>la</strong> par<strong>te</strong> baja, donde se<br />
encontraba <strong>la</strong> fábrica de muñecas de plástico con forma de gitana.<br />
Violentamen<strong>te</strong>, <strong>la</strong> había arrasado el agua y esparcido su con<strong>te</strong>nido por<br />
toda Chic<strong>la</strong>na.<br />
Miles de manos, brazos y piernas, sonrien<strong>te</strong>s cabecitas calvas, de entre el<br />
barro sobresalían formando montañas en <strong>la</strong>s esquinas. Las más<br />
impresionan<strong>te</strong>s, <strong>la</strong>s en<strong>te</strong>ras.<br />
Desgreñadas, ahogadas, destrozadas, se revolcaban con sus batas de co<strong>la</strong><br />
en el fango, sin perder <strong>la</strong> compostura, sonriendo.<br />
La pob<strong>la</strong>ción comenzaba a hacer fren<strong>te</strong> al destrozo. No me acuerdo si<br />
hubo víctimas. Lo mismo murió una vieja – no es que <strong>te</strong>nga nada en contra<br />
de el<strong>la</strong>s-.<br />
Grupos de hombres limpiaban <strong>la</strong>s calles y a paletadas, en un camión iban<br />
echando <strong>la</strong>s embarradas gitanas.<br />
A nadie le importaban, pero mi yo kitsch floreció y comprendí que aquello<br />
era una desgracia.<br />
La visita me impresionó tan vivamen<strong>te</strong> que duran<strong>te</strong> una <strong>la</strong>rga <strong>te</strong>mporada<br />
tuve sueños y pesadil<strong>la</strong>s.<br />
Premoniciones según puedo comprobar ahora.<br />
Pero aquél día, después de <strong>la</strong> inundación, de entre el fango, algo me l<strong>la</strong>mó<br />
y me compró.<br />
En <strong>la</strong> mitad justa de mi noviciado, es<strong>te</strong> suceso significó <strong>la</strong> comunión con <strong>la</strong><br />
religión en <strong>la</strong> que estaba iniciado.<br />
Sin que nadie me viera me llevé varias cabecitas calvas. Con<strong>te</strong>mplándo<strong>la</strong>s<br />
compartirían <strong>la</strong> misma atracción que por <strong>la</strong> iglesia sentía.<br />
El sabor del oro se mezcló con el del plástico y me supo bien.<br />
“LO PEOR DE TODO”. Enrique Naya.
“¡En un museo o nada!”: La primera serie pictórica.<br />
La llegada del año 1980 supuso un gran impulso para <strong>la</strong> gran familia <strong>Costus</strong>;<br />
nacía una nueva etapa que traería <strong>la</strong> estabilidad a los distintos proyectos, que<br />
un año an<strong>te</strong>s se habían comenzado a gestar en torno a <strong>la</strong> casa de <strong>la</strong> calle La<br />
Palma número 14.<br />
Por un <strong>la</strong>do, el grupo de <strong>la</strong> niña, “A<strong>la</strong>ska y los Pegamoides”, no sólo quedaba<br />
completamen<strong>te</strong> cerrado con <strong>la</strong> última incorporación de Eduardo Benaven<strong>te</strong> en<br />
marzo, sino que también se produciría en es<strong>te</strong> año el afianzamiento de <strong>la</strong><br />
primera imagen y línea de <strong>la</strong> agrupación con el <strong>la</strong>nzamiento de “Horror en el<br />
Hipermercado”, que precisamen<strong>te</strong> llevaría una portada realizada por Enrique<br />
Naya.<br />
Otro de los in<strong>te</strong>gran<strong>te</strong>s, Pedro Almodóvar, eligió igualmen<strong>te</strong> 1980 para <strong>te</strong>rminar<br />
y estrenar su primera pelícu<strong>la</strong>, “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”. El<br />
film, que fue rodado en par<strong>te</strong> y gestado en <strong>la</strong> casa de <strong>Costus</strong>, supuso el inicio<br />
del espíritu libre, directo y desenfadado que marcó <strong>la</strong>s primeras pelícu<strong>la</strong>s del<br />
manchego.<br />
Para Juan Carrero y Enrique Naya 1980 fue también el año en el que se<br />
fortalecieron como pareja y como pintores, iniciando el método de trabajo y el<br />
estilo que les hará famosos. Hacía dos años ya del encargo que recibió Enrique<br />
para decorar el vecino local “La Vía Lác<strong>te</strong>a”. La premura que exigía <strong>la</strong><br />
e<strong>la</strong>boración de estos paneles propició que ambos trabajasen juntos entre enero<br />
y febrero de 1979.<br />
La casa de La Palma, 14 en 1980. Izquierda: Juan y Enrique juegan en el sofá con<br />
“Carmen Polo, Viuda de Franco“ al fondo. Derecha: Pedro Almodóvar dirige a A<strong>la</strong>ska,<br />
Carmen Maura y Eva Silva en el salón de <strong>la</strong> Casa.
Aprovechando es<strong>te</strong> buen en<strong>te</strong>ndimiento en el trabajo, <strong>la</strong> pareja se propuso<br />
empezar a pintar juntos. Para esta especial ocasión optaron por convertir en<br />
pintura una de <strong>la</strong>s anécdotas más repetidas por Enrique, que pos<strong>te</strong>riormen<strong>te</strong><br />
p<strong>la</strong>smaría en el <strong>te</strong>xto “Comunión”, incluido en “Lo Peor de Todo”.<br />
Chic<strong>la</strong>na de <strong>la</strong> Fron<strong>te</strong>ra duran<strong>te</strong> <strong>la</strong>s inundaciones de 1965.<br />
Ese re<strong>la</strong>to fue uno de los episodios que marcaron <strong>la</strong> infancia de Enrique, una<br />
especie de “premonición”. El 19 de octubre de 1965 una crecida del río Iro<br />
inundó gran par<strong>te</strong> de Chic<strong>la</strong>na de <strong>la</strong> Fron<strong>te</strong>ra, afectando gravemen<strong>te</strong> a <strong>la</strong><br />
fábrica de Marín, ya que estaba situada en plena Vega. La fuerza del caudal de<br />
<strong>la</strong>s aguas destruyó su in<strong>te</strong>rior y esparció todo su con<strong>te</strong>nido por <strong>la</strong>s calles de <strong>la</strong><br />
localidad. Al día siguien<strong>te</strong> Enrique visitó el pueblo con su padre y quedó para<br />
siempre sorprendido an<strong>te</strong> <strong>la</strong> visión catastrófica de miles de muñecas mezc<strong>la</strong>das<br />
y apresadas por el barro.<br />
Duran<strong>te</strong> <strong>la</strong> Semana Santa de 1979, tras una reconciliación, bajaron a Cádiz y<br />
visitaron <strong>la</strong> fábrica de <strong>la</strong>s Muñecas de Marín, donde visionaron lo que<br />
verdaderamen<strong>te</strong> querían hacer. Pensaron e<strong>la</strong>borar un conjunto de veinticinco<br />
acrílicos con una composición muy definida. La mayor par<strong>te</strong> de su superficie<br />
estaría ocupada por <strong>la</strong> figura de <strong>la</strong> gitana con su carac<strong>te</strong>rística actitud y pose.<br />
Una zona especial sería <strong>la</strong> par<strong>te</strong> inferior, donde una marabunta de colores y<br />
formas sinuosas se mezc<strong>la</strong>rían para dar una doble sensación; por un <strong>la</strong>do<br />
resolverían así los vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s de sus trajes y por otro, figurarían <strong>la</strong> corrien<strong>te</strong> de<br />
agua y barro que envolvía y atrapaba a <strong>la</strong> muñeca. Estas obras, además,<br />
debían destacar por su exagerado tamaño “para que no cupieran en ninguna<br />
galería, Vandrés, Juana Mordó… ¡Un museo o nada!”.<br />
A mediados de abril de 1980 comenzaron <strong>la</strong> ejecución de <strong>la</strong>s primeras<br />
“Marinas”. Su idea era representar es<strong>te</strong> hecho bajo su personal visión y a <strong>la</strong> vez<br />
rendir un homenaje a unos de sus kitchs favoritos: Las muñecas de Marín.
Tenían tanto aprecio a estas figuras que había varias decorando su casa. Esta<br />
pasión desmedida fue incluso transmitida a sus más allegados, hasta tal punto<br />
que junto a un ramo de rosas fue el regalo con el que A<strong>la</strong>ska y Ana Curra<br />
recibieron a Adam Ant en el aeropuerto de Madrid. Años después, Almodóvar<br />
les haría un pequeño guiño en el estilismo de una de <strong>la</strong>s componen<strong>te</strong>s del grupo<br />
“El<strong>la</strong>s” en su pelícu<strong>la</strong> “Laberinto de Pasiones”.<br />
Una gran muñeca de Marín decoraba <strong>la</strong> mesa del salón de <strong>la</strong> casa de <strong>Costus</strong>.<br />
La forma de trabajar fue <strong>la</strong> misma que en “La Vía Lác<strong>te</strong>a”, Enrique se encargó<br />
de pintar <strong>la</strong>s caras, los brazos y otros detalles con su particu<strong>la</strong>r estilo realista.<br />
Gracias al esmero que ponía y su destreza conseguía imitar a <strong>la</strong> perfección el<br />
brillo y <strong>la</strong> <strong>te</strong>xtura del plástico con el que están fabricadas <strong>la</strong>s muñequitas. Juan<br />
gozó esta vez de mayor libertad creativa en <strong>la</strong> ejecución de los fondos y los<br />
trajes de <strong>la</strong>s gitanas. Suponen estas pinturas una buena oportunidad para<br />
disfrutar de su atrevimiento en el uso de los colores, cuyas arriesgadas mezc<strong>la</strong>s<br />
confieren a <strong>la</strong> obra de una gran fuerza visual.<br />
Desde el inicio de <strong>la</strong> primavera y duran<strong>te</strong> varios meses pos<strong>te</strong>riores, Juan y<br />
Enrique estuvieron encerrados en <strong>la</strong> habitación más grande de su piso, inmersos<br />
en sus pinturas. La jornada comenzaba para ellos por <strong>la</strong> tarde, entre <strong>la</strong>s tres y<br />
<strong>la</strong>s seis, cuando sonaba a toda pastil<strong>la</strong> Las Grecas o Dolores Vargas “La<br />
Terremoto”. Tras el desayuno, se ponían a pintar, era su diversión y su forma de<br />
matar el aburrimiento. Fren<strong>te</strong> al aglomerado pasaban <strong>la</strong>s primeras horas hasta<br />
que progresivamen<strong>te</strong> iban llegando sus amigos los Pegamoides (cuando<br />
<strong>te</strong>rminaban de ensayar), Pedro Almodóvar con B<strong>la</strong>nca Sánchez, Bonezzi, Martín<br />
Beguè, Manolo Cáceres, Capi, etc. Todos campaban a sus anchas por <strong>la</strong> casa,<br />
mientras Enrique y Juan pintaban sus primeras “Marinas” con <strong>la</strong> misma
minuciosidad y dedicación que una “costurera” cosía un traje. Curiosamen<strong>te</strong>, en<br />
pleno proceso son captados en <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del<br />
montón”.<br />
El rodaje de <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> de Pedro fue visto por Enrique como una buena oportunidad<br />
para enseñar sus obras en escenas como ésta, donde Juan y Enrique simu<strong>la</strong>n pintar <strong>la</strong>s<br />
<strong>marina</strong>s 3 y 8 respectivamen<strong>te</strong>. “Pepi, Luci, Bom y otras Chicas del montón”<br />
(P. Almodóvar, 1980).<br />
El resultado fueron unos bril<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s acrílicos sobre unos aglomerados de<br />
inmensas proporciones (244X122 cm.) que recibieron el título de “Marina” más<br />
una cifra que <strong>la</strong>s distinguía. Es<strong>te</strong> nombre no fue una mera designación, sino que<br />
forma par<strong>te</strong> consustancial y fundamental de <strong>la</strong> propia obra, ya que con él<br />
jugaban a <strong>la</strong> misma paradoja que veíamos en <strong>la</strong> pintura. Al igual que <strong>la</strong> imagen<br />
de <strong>la</strong> muñeca se fundía con el mar y con el agua en los vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s del vestido, su<br />
identidad “Marín”, también se fusionaba con el mar, generando su<br />
denominación final, “Marina”.<br />
Debido al cansancio y a problemas de espacio <strong>la</strong> serie quedó finalmen<strong>te</strong><br />
conformada por un total de nueve piezas, en cuya superficie se produce un<br />
fuer<strong>te</strong> contras<strong>te</strong> de dos estilos y formas de en<strong>te</strong>nder <strong>la</strong> pintura completamen<strong>te</strong><br />
opuestas, que alcanzaban una simbiosis sublime e inédita en el panorama<br />
artístico español de <strong>la</strong> época. Sólo algunas están firmadas en su ángulo inferior<br />
derecho con el nombre de sus dos creadores, Enrique Naya Igueravide y Juan<br />
Carrero Galofré, ya que aún no se autodenominaban <strong>Costus</strong>. Muy pocas, <strong>la</strong>s<br />
primeras, tienen inscrita <strong>la</strong> fecha concreta en <strong>la</strong> que fueron pintadas.<br />
Las “Marinas” fueron sucesivamen<strong>te</strong> ocupando <strong>la</strong>s paredes de La Palma y<br />
conviviendo así con otras obras an<strong>te</strong>riores, tal y como aparecen en <strong>la</strong> ópera<br />
prima de Almodóvar, concretamen<strong>te</strong> en <strong>la</strong> escena donde Pepi, Luci y Bom
pasean por el in<strong>te</strong>rior de <strong>la</strong> casa para ir al salón. Allí causaron el asombro y <strong>la</strong><br />
admiración de todos sus visitan<strong>te</strong>s con su espectacu<strong>la</strong>r brillo fluorescen<strong>te</strong><br />
causado por <strong>la</strong> luz negra que iluminaba el in<strong>te</strong>rior del piso.<br />
Juan y Enrique <strong>te</strong>rminaron muy satisfechos con el trabajo cumplido, habían<br />
inaugurado una nueva manera de trabajar con <strong>la</strong> que se sentían cómodos y<br />
realizados artísticamen<strong>te</strong>. Esta particu<strong>la</strong>r técnica no sólo agilizaba su proceso de<br />
creación, sino que les permitía realizar unas pinturas de inmenso tamaño sin<br />
grandes dificultades.<br />
Tal y como se desprende del <strong>te</strong>xto “El Valle de los Caídos” escrito por Enrique<br />
Naya en junio de 1987, se encontraban tan animados que nada más <strong>te</strong>rminar<br />
con esta primera serie, empezaron a trabajar con su siguien<strong>te</strong> proyecto, <strong>la</strong> serie<br />
del valle. En es<strong>te</strong> instan<strong>te</strong> y por mediación de B<strong>la</strong>nca Sánchez se produce un<br />
hecho crucial, <strong>la</strong> llegada del galerista Fernando Vijande.<br />
Las visitas de <strong>la</strong> amiga de Almodóvar comenzaron a ser más habituales entre<br />
junio y julio, mientras Pedro rodaba <strong>la</strong>s escenas de “Pepi, Luci, Bom y otras<br />
chicas del montón”. B<strong>la</strong>nca Sánchez en aquel momento era <strong>la</strong> mano derecha del<br />
galerista Fernando Vijande, quien tras <strong>la</strong> insis<strong>te</strong>ncia de su co<strong>la</strong>boradora llegó a<br />
<strong>la</strong> casa de <strong>Costus</strong> en torno al mes de noviembre de 1980.<br />
En es<strong>te</strong> momento el galerista estaba apasionado por todo lo que se hacía en<br />
Nueva York, donde por entonces triunfaba el Pop Art. Vijande vio en <strong>la</strong>s obras<br />
de Juan y Enrique, especialmen<strong>te</strong> en <strong>la</strong>s “Marinas”, el verdadero ar<strong>te</strong> pop<br />
nacional, quedando fascinando y rendido an<strong>te</strong> <strong>la</strong> creatividad y personalidad de<br />
los pintores.<br />
Ya en 1981 sus frecuen<strong>te</strong>s visitas, <strong>la</strong> mayoría de el<strong>la</strong>s cargado de drogas y<br />
regalos, lo convirtieron en uno más de <strong>la</strong> familia. El galerista pasó a ser su<br />
principal mecenas y valedor al comprar toda su obra para exponer<strong>la</strong> en <strong>la</strong><br />
Galería Vandrés que gestionaba junto a su socia Gloria Kirby.<br />
Duran<strong>te</strong> el verano de 1981 Enrique y Juan posan con sus amigos en el montaje de <strong>la</strong><br />
exposición en <strong>la</strong> Galería Vandrés. Entre ellos Pablo Pérez Mínguez, Tesa Arranz, Fabio<br />
Mcnamara, Miguel Ordóñez, Pedro Almodóvar, etc.
En aquel verano y con <strong>la</strong>s obras colgadas de <strong>la</strong> pared, Gloria y Fernando<br />
rompieron sus re<strong>la</strong>ciones <strong>la</strong>borales y <strong>la</strong> galería se c<strong>la</strong>usuró. Afortunadamen<strong>te</strong><br />
Fernando Vijande consiguió un nuevo local, un amplio garaje que se<br />
inauguraría como Galería Vijande con <strong>la</strong> muestra “El Chochonismo Ilustrado”<br />
duran<strong>te</strong> <strong>la</strong> noche del 13 de octubre de 1981.<br />
Esta exposición nada o muy poco <strong>te</strong>nía de simi<strong>la</strong>r con lo que se hacía en el<br />
Madrid del momento. Era una muestra que englobaba varios tipos de<br />
manifestaciones artísticas: <strong>te</strong>xtos, dibujos, pinturas y unas fotos, como <strong>te</strong>stimonio<br />
de perfomances que hacían en <strong>la</strong> casa de La Palma. Además de Juan y Enrique,<br />
participaron amigos suyos como A<strong>la</strong>ska, Carlos Ber<strong>la</strong>nga, Tesa Arranz, Fabio<br />
Mcnamara, Soledad Lozano Cumbrera, Txomin Sa<strong>la</strong>zar, etc. Entre todo esto<br />
destacaba especialmen<strong>te</strong> <strong>la</strong>s Marinas, su primera serie, que fue agrupada aquí<br />
bajo el título genérico de “La Marina <strong>te</strong> l<strong>la</strong>ma”.<br />
“Desafío”. Juan de O. 1981 “Embrujo”. Juan de O. 1981<br />
La nueva galería Vijande era más grande que <strong>la</strong> Vandrés. Por ello, duran<strong>te</strong> el verano<br />
Juan Carrero realizó estas dos pinturas que acompañarían a los nueve acrílicos que<br />
componían <strong>la</strong> serie “La Marina <strong>te</strong> l<strong>la</strong>ma”. Concretamen<strong>te</strong>, <strong>la</strong> obra “Embrujo” fue<br />
pintada duran<strong>te</strong> el mes de julio.
“Desde Cádiz a Nueva York”: Entre el Pop y el Surrealismo.<br />
A partir de <strong>la</strong> II Guerra Mundial se produce una serie de cambios en <strong>la</strong>s<br />
estructuras sociales que darán lugar a <strong>la</strong> “sociedad de masas”. El avance<br />
<strong>te</strong>cnológico que se produjo en torno a los años 50 del siglo XX generó nuevas<br />
pautas de comportamiento en <strong>la</strong> sociedad nor<strong>te</strong>americana e inglesa. Las<br />
costumbres y conductas sociales se hacen más homogéneas<br />
independien<strong>te</strong>men<strong>te</strong> de diferencias geográficas, sociales, económicas, culturales,<br />
etc.<br />
“… Uno se sienta de<strong>la</strong>n<strong>te</strong> de <strong>la</strong> <strong>te</strong>levisión y bebe Coca-Co<strong>la</strong>; y sabe que el<br />
presiden<strong>te</strong> bebe Coca, Liz Taylor bebe Coca; y piensa para sí, tú también <strong>te</strong><br />
puedes permitir beber una Coca…”. Esta cita de Andy Warhol refleja c<strong>la</strong>ramen<strong>te</strong><br />
lo expuesto an<strong>te</strong>riormen<strong>te</strong> y el nuevo impulso que tomará el ar<strong>te</strong> del momento.<br />
El Pop Art irrumpió en <strong>la</strong> cultura como aquel movimiento artístico encargado de<br />
llevar a <strong>la</strong>s galerías los nuevos fetiches, emblemas y otros elementos que<br />
formaban par<strong>te</strong> de <strong>la</strong> cotidianidad y que, por lo tanto, identificaba a <strong>la</strong> nueva<br />
sociedad de consumo de masas.<br />
De esta manera, los grandes pancartas publicitarias, los comics, <strong>la</strong> prensa, <strong>la</strong>s<br />
<strong>la</strong>tas de sopa, cajas de de<strong>te</strong>rgen<strong>te</strong>, etc. invadieron <strong>la</strong>s galerías y museos<br />
conservando su lenguaje es<strong>te</strong>reotipado. La imagen cotidiana se convier<strong>te</strong> en ar<strong>te</strong><br />
por <strong>la</strong> referencia del espacio y por <strong>la</strong> exis<strong>te</strong>ncia del cuadro. El Pop Art fue el<br />
espejo más nítido donde se reflejó <strong>la</strong> nueva sociedad americana en un caso e<br />
inglesa en otro.<br />
La llegada de <strong>la</strong>s primeras influencias del Pop Art a España se produjo de forma<br />
parale<strong>la</strong> a <strong>la</strong> renovación de <strong>la</strong>s estructuras sociales. Con <strong>la</strong> instauración de <strong>la</strong><br />
democracia el aperturismo es mayor y es<strong>te</strong> nuevo modelo social queda<br />
afianzado plenamen<strong>te</strong>. Será ahora también cuando <strong>la</strong>s ideas del Pop Art y toda<br />
su filosofía a<strong>te</strong>rricen en el país con todas sus consecuencias.<br />
El mundo del ar<strong>te</strong> en estos años volvió su mirada a Nueva York, creciendo así <strong>la</strong><br />
fiebre por el Neoexpresionismo Abstracto al mismo tiempo que <strong>la</strong> alegría del<br />
Ar<strong>te</strong> Pop seducía a muchos in<strong>te</strong>lectuales del momento. Es duran<strong>te</strong> <strong>la</strong> década de<br />
los 80 cuando <strong>la</strong> cultura españo<strong>la</strong> se vuelca por completo con el Pop Art,<br />
siguiendo e ido<strong>la</strong>trando a sus autores.<br />
Volviendo atrás, a finales de los 60 y principios de los 70 fueron muchos artistas<br />
españoles los que experimentaron levemen<strong>te</strong> con <strong>la</strong>s influencias del Pop Art,<br />
incluyendo en sus composiciones algunos elementos propios del Pop<br />
nor<strong>te</strong>americano. Se trata de una mera trasposición de elementos, ya que en <strong>la</strong><br />
mayoría de los casos se obviaba que <strong>la</strong> cultura popu<strong>la</strong>r españo<strong>la</strong> <strong>te</strong>nía muchos<br />
e importan<strong>te</strong>s matices que <strong>la</strong> distinguían de <strong>la</strong> americana.<br />
Ejemplo de ello fue <strong>la</strong> exposición “Made in USA (Visión de Yanki<strong>la</strong>ndia desde<br />
Cádiz)” de Enrique Naya celebrada en 1975. Aunque en sus dibujos ya se<br />
atisbaba un cierto cambio.
La asimi<strong>la</strong>ción y el autoanálisis llegaron en 1978 con <strong>la</strong> muestra “Temas de<br />
arqui<strong>te</strong>ctura nacional y otros monumentos”. Influenciado por autores pop como<br />
Warhol o Wesselmann, Enrique mostró aquí una serie de obras, cuyo carác<strong>te</strong>r<br />
pop no está solo en su técnica, sino también en su con<strong>te</strong>nido. Por primera vez,<br />
hab<strong>la</strong>mos de un ar<strong>te</strong> Pop puramen<strong>te</strong> nacional, puesto que <strong>la</strong> exposición<br />
analizaba y mostraba los iconos y <strong>la</strong> estética de <strong>la</strong> cultura popu<strong>la</strong>r españo<strong>la</strong> en<br />
su faceta más vulgar y cotidiana. Era un acercamiento al ámbito de <strong>la</strong>s<br />
“marujas”, recreando su particu<strong>la</strong>r y típica escenografía. A finales de es<strong>te</strong> mismo<br />
año Juan Carrero presentó su exposición “Escenas de <strong>la</strong> España Cañí”, donde<br />
exhibió un conjunto de obras de estilo naif, que igualmen<strong>te</strong> suponían una<br />
reflexión sobre el “typical spanish” y otras visiones cotidianas.<br />
Mientras que Juan se fue acercando más hacia <strong>la</strong>s Vanguardias, Enrique siguió<br />
analizando y estudiando <strong>la</strong> sociedad españo<strong>la</strong> del momento. Le in<strong>te</strong>resaba<br />
especialmen<strong>te</strong> el ámbito más profundo y a <strong>la</strong> vez más cotidiano. Así comenzó <strong>la</strong><br />
realización en 1979 de unos acrílicos en los que p<strong>la</strong>smaría los retratos<br />
habituales de <strong>la</strong> prensa del corazón. Hab<strong>la</strong>mos de <strong>la</strong> serie pos<strong>te</strong>riormen<strong>te</strong><br />
titu<strong>la</strong>da “Paso Trascendental: Del Diez Minutos al Ho<strong>la</strong>”. En estas obras Enrique<br />
seguía trabajando con un estilo “hiperrealista” muy particu<strong>la</strong>r que debió<br />
perfeccionar cuando estudiaba <strong>la</strong> especialidad de Dibujo Animado en Madrid.<br />
Sus pinturas se nos muestran con esa técnica fría y distan<strong>te</strong> que carac<strong>te</strong>riza el<br />
Pop Art, donde desaparece por completo <strong>la</strong> huel<strong>la</strong> del artista, para dar sólo<br />
importancia al objeto y a su presencia en el espacio, nada más.<br />
Colgar en <strong>la</strong>s paredes de una galería <strong>la</strong> representación pictórica de un objeto de<br />
consumo masivo, como <strong>la</strong>s Muñecas de Marín, constituye un paso más dentro<br />
de esa corrien<strong>te</strong> del pop autóctono. Sus gigan<strong>te</strong>scas proporciones y su actitud<br />
altiva creaban un complejo de inferioridad al espectador. Asimismo, estas obras<br />
cumplían con <strong>la</strong> ironía carac<strong>te</strong>rística del Pop, ya que incluían en un ámbito<br />
cultural y elitista un objeto denostado por los propios in<strong>te</strong>lectuales. Estamos,<br />
efectivamen<strong>te</strong>, an<strong>te</strong> <strong>la</strong> sublimación del Kitsch propia del Pop al convertir un<br />
objeto vulgar en ar<strong>te</strong>.<br />
Al igual que ocurrió en el caso americano, también puede de<strong>te</strong>ctarse aquí una<br />
cierta debilidad <strong>te</strong>órica del Pop Art. Si con<strong>te</strong>mp<strong>la</strong>mos de<strong>te</strong>nidamen<strong>te</strong> distintas<br />
obras de Wesselmann, podremos apreciar c<strong>la</strong>ramen<strong>te</strong> algunos rasgos que nos<br />
invitan a pensar en un gusto por el objeto, que al elevarse al cuadro se<br />
embellece. Son muy significativas <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de Marcel Duchamp para<br />
comprender esto: “… Yo les <strong>la</strong>ncé a <strong>la</strong> cara bo<strong>te</strong>l<strong>la</strong>s y el urinario como<br />
provocación y ahora lo admiran como lo bello-estético”. Algo muy parecido les<br />
ocurrió a <strong>Costus</strong> con <strong>la</strong>s muñequitas de Marín, ya que, como leímos<br />
an<strong>te</strong>riormen<strong>te</strong>, Juan y Enrique adoraban es<strong>te</strong> tipo de muñecas que decoraban su<br />
casa. En “La Marina <strong>te</strong> l<strong>la</strong>ma” aflora notablemen<strong>te</strong> es<strong>te</strong> embellecimiento de un<br />
fetiche y su enal<strong>te</strong>cimiento median<strong>te</strong> <strong>la</strong> recreación artística.<br />
La técnica empleada también corresponde en buena medida al Pop Art. La<br />
composición eminen<strong>te</strong>men<strong>te</strong> vertical y el brillo de su colorido nos recuerdan
c<strong>la</strong>ramen<strong>te</strong> los car<strong>te</strong>les publicitarios, que tanto influenciaron <strong>la</strong>s obras de artistas<br />
como Ronsequist y Wesselmann.<br />
El título que recibió <strong>la</strong> serie incide aún más en su carác<strong>te</strong>r pop. “La Marina <strong>te</strong><br />
l<strong>la</strong>ma” fue una frase muy difundida en España desde mediados de <strong>la</strong> década de<br />
los 70. Con el<strong>la</strong>, el ejército de <strong>la</strong> <strong>marina</strong> iniciaba una campaña publicitaria que<br />
animaba a los jóvenes a alistarse en sus fi<strong>la</strong>s. Tan hondo caló, que fue el título<br />
propuesto para una de <strong>la</strong>s pelícu<strong>la</strong>s más esperadas de <strong>la</strong> época, que finalmen<strong>te</strong><br />
<strong>te</strong>rminó denominándose “Ca<strong>te</strong>to a babor”. Pero “La Marina <strong>te</strong> l<strong>la</strong>ma” llegaría al<br />
publico nacional como aquel espectáculo de gran éxito, que protagonizado por<br />
Lina Morgan, marcaría el inicio de <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada revista moderna.<br />
Con todo ello, <strong>Costus</strong> entraban de lleno en es<strong>te</strong> fenómeno de <strong>la</strong> imagen popu<strong>la</strong>r<br />
generado por <strong>la</strong> industrial cultural, sin duda, <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve del Pop.<br />
No obstan<strong>te</strong>, en esta serie hay matices que se escapan del Pop y nos remi<strong>te</strong>n al<br />
Surrealismo. Las Marinas no sólo reflexionan sobre un objeto per<strong>te</strong>necien<strong>te</strong> al<br />
mobiliario de <strong>la</strong> experiencia compartida en <strong>la</strong> sociedad de masas, sino que<br />
además incorpora elementos afectivos e imaginativos que <strong>la</strong> acercan al<br />
Surrealismo.<br />
La c<strong>la</strong>ve de todo esto <strong>la</strong> encontramos en <strong>la</strong> fusión de los vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s del vestido con<br />
<strong>la</strong>s formas <strong>marina</strong>s que atrapan a <strong>la</strong>s muñecas. El objeto surrealista se<br />
carac<strong>te</strong>riza porque sufre una suer<strong>te</strong> de metamorfosis median<strong>te</strong> <strong>la</strong> cual abandona<br />
su con<strong>te</strong>xto cotidiano. En es<strong>te</strong> caso, estaríamos an<strong>te</strong> un objeto real, pero con<br />
una osci<strong>la</strong>ción, provocada por <strong>la</strong> al<strong>te</strong>ración de sus formas, que abre otro<br />
universo de significado y que vincu<strong>la</strong> <strong>la</strong> imagen con una experiencia sensorial,<br />
un recuerdo del pasado en es<strong>te</strong> caso.<br />
El grupo musical Radio Futura posando de<strong>la</strong>n<strong>te</strong> de <strong>la</strong>s Marinas.
“Un <strong>te</strong>soro de muñecas de todos los colores, bril<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s como soles”: Un recorrido<br />
por <strong>la</strong> serie.<br />
“Marina nº1”.<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero Galofré.<br />
Abril, 1980<br />
244X122 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
La primera Marina de <strong>la</strong> serie fue realizada entre<br />
el 17 de abril y el 8 de mayo de 1980. Sobre una<br />
base de bril<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s lunares se encuentra <strong>la</strong> gitana<br />
ataviada con mantil<strong>la</strong> y un vistoso traje rojo con<br />
otras tonalidades simi<strong>la</strong>res al fondo. En los<br />
vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s del vestido Juan realiza unos valien<strong>te</strong>s y<br />
fuer<strong>te</strong>s contras<strong>te</strong>s entre colores calidos y fríos.<br />
Enrique se encarga de <strong>la</strong> ejecución de los brazos<br />
y el rostro de <strong>la</strong> muñeca, imitando perfectamen<strong>te</strong>,<br />
con su dominio del dibujo y su estilo realista, el<br />
plástico con el que están fabricadas. También<br />
pintó otros detalles como <strong>la</strong> guitarra, <strong>la</strong> flor y <strong>la</strong><br />
mantil<strong>la</strong>.<br />
“Marina nº 3”.<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero Galofré.<br />
Mayo, 1980.<br />
244X122 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
Es <strong>la</strong> más conocida de <strong>la</strong> serie y donde mejor se<br />
aprecia ese juego óptico de convertir los vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s<br />
en formas <strong>marina</strong>s. Es destacable el contras<strong>te</strong> que<br />
Juan realiza entre de colores cálidos del fondo y<br />
los tonos fríos del vestido. Por su par<strong>te</strong>, Enrique<br />
ejecuta los brazos, <strong>la</strong> cara y otros elementos<br />
como <strong>la</strong> flor, <strong>la</strong> mantil<strong>la</strong> y el abanico, donde se<br />
percibe c<strong>la</strong>ramen<strong>te</strong> su pince<strong>la</strong>da. El brillo de su<br />
colorido aumenta si se <strong>la</strong> some<strong>te</strong> a <strong>la</strong> luz negra.
“Marina nº 4”.<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero<br />
Galofré.<br />
1980<br />
122X244 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
Esta Marina es <strong>la</strong> más enigmática de toda <strong>la</strong><br />
serie por lo extraño de su fondo. Sobre una<br />
base neutra de color negro, donde levemen<strong>te</strong><br />
se esboza una especie de arqui<strong>te</strong>ctura y<br />
des<strong>te</strong>llo, se alza <strong>la</strong> altiva gitana. Vestida con<br />
un traje y mantón siguiendo <strong>la</strong> moda de los<br />
años 60. L<strong>la</strong>ma <strong>la</strong> a<strong>te</strong>nción poderosamen<strong>te</strong> el<br />
bellísimo juego cromático que realiza Juan en<br />
los flecos y los vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s del traje, así como en<br />
los motivos que decoran el mantón. La flor, <strong>la</strong><br />
peineta, brazos y cabeza salen de <strong>la</strong> mano de<br />
Enrique, cuya huel<strong>la</strong> puede atisbarse en los<br />
elementos que aparecen al fondo.<br />
“Marina nº5”.<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero<br />
Galofré.<br />
1980.<br />
122X244 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
En esta pintura se aprecia c<strong>la</strong>ramen<strong>te</strong> <strong>la</strong> gran<br />
influencia que tuvo el Expresionismo alemán<br />
en <strong>la</strong> técnica y en el colorido de Juan. La<br />
muñeca se encuentra sobre un fondo de ca<strong>la</strong>s,<br />
también l<strong>la</strong>madas “flores de jarro”. Juan<br />
gustaba mucho de pintar flores y esta especie<br />
estará presen<strong>te</strong> en varias obras suyas. Emplea<br />
a su vez una pince<strong>la</strong>da muy suelta, libre y<br />
enérgica en <strong>la</strong>s fuer<strong>te</strong>s formas que definen los<br />
vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s del traje. Como siempre, Enrique<br />
pintó los brazos, <strong>la</strong> cabeza y <strong>la</strong> flor de <strong>la</strong><br />
gitana.
“Marina nº 7”.<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero<br />
Galofré.<br />
1980.<br />
122X244 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
Enga<strong>la</strong>nada con un impresionan<strong>te</strong> vestido<br />
realizado con tonos violetas, li<strong>la</strong>s y rosáceos,<br />
<strong>la</strong> muñeca porta entre sus manos una paloma,<br />
animal al que parecen aludir <strong>la</strong>s formas en V<br />
que cubren el fondo. Resulta muy l<strong>la</strong>mativo el<br />
efecto cromático que aporta <strong>la</strong> trama de<br />
líneas en los vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s si se ilumina con luz<br />
negra. Una vez más, Enrique se encargó de<br />
pintar <strong>la</strong> mantil<strong>la</strong>, <strong>la</strong>s extremidades y <strong>la</strong><br />
cabeza de <strong>la</strong> muñeca, mostrando un especial<br />
esmero esta vez en el peinado.<br />
“Marina nº 8”.<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero<br />
Galofré.<br />
Mayo, 1980.<br />
122X244. Acrílico/Aglomerado.<br />
En esta ocasión el fondo fue realizado por<br />
Enrique Naya, reproduciendo esas formas<br />
<strong>marina</strong>s que ya había empleado en <strong>la</strong> serie<br />
“Caños de Meca” (1979). El traje, mucho más<br />
mesurado, fue pintado por Juan, quien utiliza<br />
una serie de contras<strong>te</strong>s para resaltar los brillos.<br />
La cabeza, brazos, flor y peineta también<br />
corresponden a <strong>la</strong> mano de Enrique.
“Marina nº ¿?”<br />
Enrique Naya Igueravide/ Juan Carrero<br />
Galofré.<br />
1980<br />
122X244 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
Sobre un fondo que recuerda a <strong>la</strong>s siluetas<br />
<strong>marina</strong>s propias de Enrique se dispone esta<br />
gitana que porta un cesto de uvas,<br />
recordando así <strong>la</strong>s fiestas de <strong>la</strong> vendimia tan<br />
típicas de <strong>la</strong> zona gaditana. Juan se encargó<br />
esta vez del traje de <strong>la</strong> muñeca, donde<br />
sobresalen los lunares, dispuestos siguiendo <strong>la</strong><br />
técnica ya empleada por Enrique en algunas<br />
obras de su exposición “Temas de arqui<strong>te</strong>ctura<br />
nacional y otros monumentos”. Los elementos<br />
realistas como <strong>la</strong> cabeza, manos y cesto son<br />
de Enrique.<br />
“Marina nº ¿?”.<br />
Enrique Naya Igueravide / Juan Carrero<br />
Galofré.<br />
1980.<br />
244X122 cm. Acrílico/Aglomerado.<br />
De<strong>la</strong>n<strong>te</strong> de <strong>la</strong> Alhambra de Granada posa<br />
esta muñeca vestida con un bril<strong>la</strong>n<strong>te</strong> traje de<br />
color rojo realizado por Juan, en cuyos<br />
vo<strong>la</strong>n<strong>te</strong>s se aprecia nuevamen<strong>te</strong> esa famosa<br />
metamorfosis. En esta obra, además de <strong>la</strong>s<br />
extremidades y <strong>la</strong> cabeza, Enrique pintó el<br />
paisaje de fondo y elementos como <strong>la</strong>s joyas,<br />
<strong>la</strong> guitarra y el sombrero, donde destaca <strong>la</strong><br />
forma de representar los brillos.<br />
** Todas <strong>la</strong>s Marinas llevan inscrita en su par<strong>te</strong> trasera <strong>la</strong> firma de sus autores y su verdadero título, que no<br />
coincide con el reseñado en los catálogos y libros editados. La imposibilidad de ver <strong>la</strong> serie al completo ha<br />
impedido conocer <strong>la</strong>s denominaciones auténticas de todas <strong>la</strong>s pinturas.