Descargar - La Cruzada del Saber
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sacrifi cios humanos e instaron a los<br />
mexicas a convertirse al cristianismo.<br />
Cuando Moctezuma los llevó al<br />
templo mayor, los castellanos derribaron<br />
los ídolos indígenas e impusieron<br />
la cruz cristiana, celebrando<br />
allí una misa, ante el asombro de los<br />
mexicas.<br />
Muchos mexicas desconfi aban de<br />
los europeos, y se produjeron algunos<br />
incidentes menores, en los que<br />
Moctezuma siempre intervenía a<br />
favor de los castellanos, aún en la<br />
creencia de que éstos eran semidioses<br />
y temeroso de las consecuencias.<br />
Por estos mismos motivos colaboró<br />
en todo con Cortés, y le suministró<br />
todo el oro que iba pidiendo, que no<br />
era poco. Cortés decidió que lo más<br />
adecuado para sus propósitos era<br />
controlar a Moctezuma, y la mejor<br />
forma de hacerlo era de forma directa.<br />
El 14 de noviembre de 1519<br />
los castellanos toman preso a huey<br />
tlahtoani, al que mantienen bajo<br />
control.<br />
Durante los seis meses siguientes<br />
Moctezuma es prisionero de los cas-<br />
Pedro de Alvarado y sus perros<br />
tellanos y el imperio mexica títere de<br />
éstos, aunque ya nadie pensaba que<br />
los conquistadores eran dioses, si<br />
bien sí sabían que eran poderosos.<br />
Pero en el Caribe, Diego Velázquez<br />
de Cuéllar, Gobernador de Cuba, estaba<br />
molesto con Cortés, al que mandó<br />
en expedición a México y cuya<br />
ambición y éxitos lo eclipsaban, así<br />
que mandó a Pánfi lo de Narváez al<br />
mando de 1.400 súbditos de Castilla<br />
para rendir a Cortés. Éste salió de la<br />
ciudad el 10 de mayo de 1520, dejando<br />
al mando a un siniestro personaje,<br />
Pedro de Alvarado.<br />
Diez días después de que Cortés<br />
saliese al encuentro de Narváez los<br />
mexicas celebraban en el Templo<br />
Mayor una fi esta en honor de Huitzilopochtli<br />
con el permiso de Alvarado.<br />
Aunque los motivos <strong>del</strong> ataque<br />
difi eren según la versión sea castellana<br />
o indígena, lo cierto es que los<br />
conquistadores irrumpieron armados<br />
en plena celebración <strong>del</strong> acto en<br />
el templo y masacraron a cuantos<br />
encontraron a su paso. <strong>La</strong>s crónicas<br />
hablan de la afi ción de Alvarado por<br />
el uso de perros de guerra y de su sadismo<br />
en combate. El pueblo mexica<br />
se alza en armas, rebelado contra los<br />
que usurpan el poder y la riqueza, y<br />
marcha hacia Mexico-Tenochtitlan<br />
derramaron la sangre de sus hermanos.<br />
Pedro de Alvarado se da cuenta<br />
de su error y se refugia con sus hombres<br />
en los palacios reales, atrincherándose<br />
hasta la llegada de Cortés y<br />
disparando sobre los mexicas.<br />
El 24 de mayo Cortés regresa, entrando<br />
a hurtadillas en la ciudad, y<br />
juega su última baza: ordena a Moctezuma<br />
que intente calmar a su pueblo,<br />
pero el pueblo no reconoce ya<br />
al huey tlahtoani y lo recibe con indignación.<br />
No se sabe si, ante su inutilidad<br />
futura los españoles deciden<br />
matarlo allí mismo o, según cuentan<br />
los códices, Moctezuma es asesinado<br />
a pedradas por su propio pueblo,<br />
que lo ve como un traidor, pero lo<br />
cierto es que el huey tlahtoani murió<br />
ese mismo día.<br />
Cortés contempla la situación en<br />
Mexico-Tenochtitlan y ve inviable<br />
la victoria. Sitiados y con los alimentos<br />
escaseando, decide organizar los<br />
preparativos para huir de la ciudad<br />
y reagruparse con refuerzos de la<br />
costa. <strong>La</strong> noche <strong>del</strong> 30 de mayo los<br />
castellanos, con los bolsillos llenos<br />
de oro, abandonan la ciudad. Debido<br />
al peso que llevaban, muchos de<br />
ellos son alcanzados por las fl echas<br />
mexicas en su huida de la ciudad.