Estudio preliminar de la estratigrafía del paisaje en la cuenca del río ...

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Transecto río Chico S-W La estratigrafía de la porción central de la planicie aluvial del río Chico se caracterizó a partir de 13 puntos de barreno en un trayecto de orientación SSW a NNE. El transecto río Chico SW (Figura 7) cubre una distancia de 1591m, y abarca tanto el piedmont de las laderas que caen hacia el valle como la planicie aluvial del río Chico. En su conjunto (Figura 8) las columnas estratigráficas documentan la formación de suelos relativamente poco desarrollados en la laderas ubicadas al sur del río (SW1 y SW2), la presencia de suelos formados sobre depósitos limosos en la planicie aluvial, y la presencia de uno (SW 3) o dos (SW4) lentes de tefra en sedimentos excavados por el río en el pasado. Junto a la propia morfología de los paleo-meandros, ello sugiere un paleo-cauce de baja energía, incapaz de disectar hasta los depósitos más profundos de tefra, y por ende con alto potencial de preservación arqueológica. Ya al norte de SW4, los barrenos SW 5 al SW 8 (margen sur) y SW 13 (margen norte), no muestran evidencias claras de tefras y sí en cambio sedimentos con rasgos de oxidación y reducción, sugiriendo que el eje central del cauce ha sido adoptado en tiempos relativamente recientes. La presencia de una tefra en el punto de barreno SW12, localizado inmediatamente al norte del río pero a una elevación mayor que el eje central del cauce, confirma esta inferencia. Transecto río Chico S-E La estratigrafía de la porción oriental de la planicie aluvial del río Chico se caracterizó a partir de 9 puntos de barreno en un trayecto de orientación SSW a NNE. El transecto río Chico S-E (Figura 9) cubre una distancia de 538 m, y abarca tanto el piedmont de las laderas que caen hacia el valle como la planicie aluvial del río Chico. En su conjunto (Figura 10) las columnas estratigráficas documentan la formación de suelos bien desarrollados sobre las laderas ubicadas al sur del río (SE12 y SE11). La columna SE 10 muestra la formación de un suelo de textura limo-arcillosa sobre sedimentos que gradan desde gravillas a arenas a arcillas y registran la presencia de lentes de tefra. Ya el punto SE9 parece indicar una posición dentro de un canal relicto en el que se acumulan sedimentos de similares características pero no se producen condiciones para el enterramiento de lentes de tefra. Las columnas SE8 y SE7 podrían sugerir la formación de suelos en sedimentos limo-arenosos, en cuanto la transgresividad espacial del lente de tefra observado en SE6 y SE5 parece sugerir que la depositación de arenas y limos aluviales ha ayudado a la preservación del mismo, por ende, que estos canales serían relativamente antiguos. Las columnas SE4 a SE1 evidencian la formación de suelos en sedimentos aluviales más recientes. Síntesis En su conjunto los cinco transectos antes resumidos permiten establecer una serie de parámetros para futuras prospecciones arqueológicas. La presencia de lentes de tefra en algunas de las columnas estratigráficas sugiere que las zonas que contienen meandros relictos y paleocanales, tanto del río Chico como del chorillo Daily, tiene un potencial alto de preservación de paleo-superficies y, por ende, constituyen contextos de interés para las sondeos arqueológicos sub-superficiales. Las perforaciones realizadas en los transectos NW, SW y SE, y el re-estudio de las imágenes satelitales a la luz de los dados topográficos, tienden a sugerir que existen al dos a tres eventos de migración de canal del 4
ío Chico, el primero siendo lo suficientemente antiguo como para que superficies anteriores a 4.9-3.7 cal ky AP (segunda erupción del Mt Burney), tal vez incluso más antiguas que 7.9-7.6 cal ky AP (erupción del Hudson), se hayan preservado; el segundo caracterizado por una mayor disección del paisaje que acaba alejando el frente de excavación del cauce y contribuye a la sedimentación lateral sobre los vestigios abandonados del primer evento, lo que aumenta el potencial de estratigráfica y, por ende, arqueológica. Por otra parte, la comparación entre observaciones de perfiles y caracterización de sedimentos extraídos con barrenos sugieren que el segundo procedimiento tiene limitaciones que es necesario tener en cuenta: la ausencia de tefra en determinados perfiles está claramente relacionada con rasgos aluviales relictos como paleo-canales, paleo meandros, etc. Dado que los menos recientes no son detectables a partir de imágenes o de la geomorfología superficial, se hace necesario verificar la variación lateral de las columnas estratigráficas observadas. Un segundo punto se desprende de la capacidad de poder seguir perfiles expuestos a lo largo del curso inferior del chorillo Daily. Estos perfiles muestran que una tefra blanca y espesa puede poco a poco aparecer como un sedimento arcilloso a medida que la actividad biológica y los procesos oxidantes alteran su aspecto macroscópico – difícilmente sería detectable en una prueba de barreno. Un tercer punto es que los cortes permiten observar que cierta estratificación ocurre en los lentes de tefra que vendrían a corresponder a la erupción del MtBurney. Estas morfologías sugieren algún trabajo aluvial de los sedimentos y llevan a preguntar el potencial que existe para la redeposición de capas de tefras a medida que los cursos excavan sedimentos bien estratificados. Un último punto es netamente arqueológico: ni en la inspección de perfiles ni en los sedimentos extraídos a lo largo de 46 puntos de barreno fueron hallados materiales arqueológico. Ello pone en evidencia la posibilidad de que el valle del río Chico tenga una densidad arqueológica relativamente baja, hipótesis que deberá ser verificada a través de excavaciones focalizadas en las áreas con mayor potencial de preservación de antiguas superficies. Referencias Stern C (2007) Holocene tephrochronology record of large explosive eruptions in the southernmost Patagonian Andes. Bulletin of Volcanology DOI 10.1007/s00445- 007-0148-z. 5
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