Magnesio y terreno alérgico - Infomagnesio.com

IX
ALERGIA
ELEMENTOS FIGURADOS DE LA SANGRE
DERMATOLOGIA
Asamblea Opcional del Jueves 13 de Mayo de
1971
Moderador: J.L. PARROT (París, Francia)
MAGNESIO Y TERRENO ALERGICO
Madeleine Mordelet-Dambrine y Jean-Louis Parrot
París (Francia)
Aportamos una contribución al empleo terapéutico del magnesio en la alergia.
Este estudio forma parte de un conjunto de trabajos relativos a la acción de los
iones minerales y su relación con el terreno alérgico.
Primeramente, es entonces necesario definir la noción alérgica.
1. EL TERRENO ALERGICO
Continuando los trabajos de numerosos autores (Spain y Cooke, 1924,
Gutmann, 1951, Schwartz, 1952), uno de nosotros con Saindelle (1962, 1965)
ha efectuado una encuesta en 1317 estudiantes de medicina de París. Se
trataba de saber si habían tenido o tenían asma, coriza espasmódica, urticaria
o edema de Quincke, el mismo cuestionario preguntaba también acerca de los
antecedentes familiares, limitados al padre, a la madre, a los hermanos y a las
hermanas. Así limitada, la alergia alcanza 18% de esta población de adultos
jóvenes, válidos, en cuanto a los antecedentes alérgicos personales o
familiares, se encuentran en aproximadamente una persona de cinco. Esta
encuesta ha permitido estudiar 1242 familias. Estas familias han sido
clasificadas según el número de sujetos conocidos como alérgicos que cada
una de ellas contiene, hemos comparado esta distribución real a la que

observaríamos si la alergia definida por los síndromes arriba mencionados
afectaba al azar todas las familias. Un nuevo hecho aparece con toda
objetividad: el porcentaje de familias sin alérgicos y el porcentaje de familias
que tienen un gran número de alérgicos son claramente más grandes que lo
serían si la distribución se hiciese al azar, y las diferencias observadas son
altamente significativas.
Dos concepciones diferentes, pero no incompatibles, se hacen a la luz: según
la primera, el sujeto alérgico tendría una mayor facilidad a formas anticuerpos,
según la otra concepción los sujetos alérgicos presentarían una reactividad
más grande a la presencia del complejo anticuerpo-antígeno, por ejemplo una
reactividad excesiva o diferente a los mediadores liberados. Podrían existir
genotipos humanos predispuestos a manifestar signos clínicos de alergia
(cuadro 1). Según esta concepción, que es la nuestra, las manifestaciones
clínicas de la alergía exigirían en general dos causas distintas: la
sensibilización y el terreno. Se puede entonces considerar al menos ciertas
categorías de alergia como afecciones pluricausales: uno de los factores, el
estado de sensibilización, no es hereditario, el otro, el terreno, que interesa
indudablemente a la alergia llamada inmediata o humoral, presenta un carácter
hereditario.
Problemas especiales parecen plantearse por la alergia llamada física (fatiga,
frío, luz, emoción); en ese caso el anticuerpo es desconocido; si , en efecto, no
existe, la alergia llamada física proporcionaría así un tipo reaccional específico
de ciertos sujetos: se trataría entonces del terreno alérgico en el estado puro si
sensibilización.
Algunos enfermos con alergia llamada inmediata o humoral, presentan a
menudo, pareciera, particularidades funcionales fuera de sus crisis y del
mecanismo que los desata, tales como:
a) Una fragilidad capilar que uno de nosotros tuvo la ocasión de examinar
con la Srta. Laborde; la medida hecha en la región sub-clavicular,
gracias al angioesterómetro, es en el 50% de las casos descendida,
b) Una ascorbemia a menudo baja,
c) La hiperkaliemia provocada es más importante y más larga en el alérgico
que en el no alérgico (Serafín y Lauricella, 1948);

d) Una sensibilidad farmacológica acrecentada a ciertas aminas biológicas.
1) A la histamina: ya en 1938, uno de nosotros ha comparado la
sensibilidad de la alérgica y de la no alérgica a la histamina. Los
sujetos recibían por vía sub-cutánea una inyección de
diclorhidrato de histamina. En los sujetos normales, no se
producía reacción alguna, en algunos asmáticos, una crisis de
asma se desencadenaba, en algunas personas que sufrían de
migraña, se puede observar un colapso cardio-vascular (Parrot,
1938).
2) A la acetilcolina: es lo que muestra el test de Tiffeneau. Cabe
destacar que una sensibilidad elevada de los bronquios a la
acetilcolina puede observarse en los niños de los sujetos
asmáticos, y sin embargo esos niños no son asmáticos. Es un
concepto interesante para la transmisión hereditaria de un cierto
terreno.
e) La ausencia de un factor sérico responsable de la fijación de la
histamina.
La puesta en evidencia de este factor ha sido realizada por el método
farmacológico sobre ileón aislado de conejillo de indias (Parrot y Laborde,
1953); por la ultracentrifugación (Wallenfels, Corp. Y Sund, 1958), por el
método de seroaglutinación al latex histamínico (Mikol, Renoux y Merklen,
1961). Los trabajos recientes de Parrot, Lebel, Agneray, Mme. Durand y col.
(1969), permiten localizar la fracción activa en una proteína de movilidad
prealbumínica.
La noción de histaminopexia ha sido el origen de un nuevo tratamiento del
terreno alérgico. La acción terapéutica del suero humano normal en los
asmáticos puede ser atribuida a la asociación de dos factores: la molécula
histaminopéxica y la histamina. La Srta. Laborde y uno de nosotros hemos
definido las proporciones óptimas de los constituyentes de una mezcla tal y
hemos utilizado la preparación así definida para tratar el terreno alérgico en el
hombre. Hemos obtenido mejoras de los estados alérgicos, sólo se manifiestan
al cabo de tres semanas aproximadamente.

2. ACCION DEL MAGNESIO
Hemos traído a colación la noción de histaminopexia ya que nos ha
proporcionado un test en el estudio de los efectos del magnesio. Guiados por
nuestros ensayos previos sobre el calcio (Parrot y Modelet-Dambrine, 1962;
Parrot, Mordelet-Dambrine y Trinquet, 1962) hemos estudiado la acción del
magnesio en la Rata surrenalectomizada y castrada, y en el hombre alérgico,
en ambos casos en efecto el poder histaminopéxico es anulado.
a) Hemos utilizado 88 ratas Wistar machos surrenalectomizados y
castrados. A partir de la operación y hasta el final del experimento, estos
animales reciben como bebida una solución de cloruro de sodio a 9 p. 1000; 44
animales sirven de grupo control, los 44 restantes reciben tres días después de
la operación, por vía intraperitoneal, 10 mg de cloruro de magnesio disuelto en
una solución de cloruro de sodio a 9 p. 1000 por 100gr de peso corporal. La
evaluación del poder histaminopéxico, medido por la técnica farmacológica
sobre el ileón aislado de conejillo de indias, muestra que la inyección única de
cloruro de magnesio es capaz de restablecer el poder histaminopéxico a su
valor normal (promedio 19,8 efectuado en 43 animales) y de mantenerlo
durante varios meses en las ratas surrenalectomizadas y castradas. En efecto,
en las ratas surrenalectomizadas y castradas sin tratamiento, el poder
histaminopéxico queda muy bajo durante tres meses (32 medidas; 26 valores
nulos, 5 a 5 y 1 a 20); al cabo de seis meses se eleva ligeramente. Sobre esta
curva el promedio de los valores para un plazo de 21 días después de la
surrenalectomía y castración marca una elevación no significativa del poder
histaminopéxico, una cifra aberrante de 20% en 7 dosis y perturbando el
promedio. La comparación de las dos curvas muestra claramente que después
de un plazo de tres meses la histaminopexia sérica de las ratas operadas y
tratadas baja ligeramente y que el de las ratas operadas pero no tratadas se
eleva notablemente (Mordelet-Dumbrine y Parrot, 1966); estas modificaciones
son análogas a las que habíamos obtenido anteriormente en la Rata en las
mismas condiciones, sólo mediante una inyección de 10 mg de cloruro de
calcio por 100 gramos de peso corporal.

) Luego de éstos resultados hemos llevado a cabo ensayos
terapéuticos en el hombre alérgico y en particular en el asmático. Se trata de
enfermos que sufren de asma típico y puro; no existe ni enfisema ni afección
bronquial. De otro lado ningún tratamiento está siendo realizado y no ha habido
recientemente terapéutica por los corticoides.
La administración del magnesio se hace como en el caso del calcio (esto es
muy importante para el resultado terapéutico) por una inyección intravenosa
lenta que dura una hora y media; el enfermo recibe 2 gr de cloruro de magnesio
en 500 ml de una solución de NaCl a 9 p. 1000.
Hemos seguido en estos enfermos, antes y después de la perfusión, la
seroaglutinación al latex histamina y la histaminemia. Mientras que la reacción
al latex histamina muestra una seroaglutinación con una dilusión muy débil
antes de la administración de cloruro de magnesio, podemos observar después
de este tratamiento que la aglutinación es obtenida por una dilusión sérica más
grande; paralelamente se produce una disminución de la histaminemia.
El test de resistencia a la inhalación de la acetilcolina estudiada antes y
después de la perfusión, efectuada por un enfermo, ha sido claramente
mejorada.
Estas modificaciones sanguíneas y respiratorias están acompañadas de una
mejora clínica rápida que dura varias semanas.
Estos primeros resultados que hemos obtenido en los enfermos asmáticos
confirman la eficacia de la terapia magnésica en ciertas afecciones alérgicas y
nos estimulan a perseverar.
III. DISCUSION
Les recordaremos brevemente las acciones clásicamente conocidas del
magnesio, sobretodo sobre las manifestaciones alérgicas. Lumiere y Malespine
(1929) han preconizado el empleo de la hiposulfita de magnesio con el objetivo
de prevenir el choque anafiláctico en el Conejillo de Indias sensibilizado al
suero de Mouton. La Barre y Wodon (1930) han mostrado in vitro la acción
protectora de las sales de magnesio en la anafilaxis sérica. Delbet y col. (1937)
señalan in vivo los efectos anti-anafilácticos del magnesio. Los trabajos de

Haury (1938) muestran la acción inhibidora del magnesio sobre el
broncoespasmo histamínico en el conejillo de indias.
Desde 1932, los trabajos de Kruse habían subrayado las relaciones que
podrían haber entre la alergia y el déficit magnésico experimental: en la Rata el
déficit magnésico había provocado una vasodilatación periférica con eritema y
edema cutáneo. Más tarde la presencia de infiltrados eosinofílicos alrededor de
los pequeños bazos haya sido puesta en evidencia en un estudio histológico
del déficit magnésico experimental.
Belanger y col. (1957), Bois y col. (1963) han mostrado que existe durante la
fase hiperémica del déficit magnésico experimental en la Rata, modificaciones
de los mastocitos del derma (degranulación y rarefacción). La hipomagnesimia
conllevaría una estimulación de los mastocitos que provocaría una liberación
de histamina responsable de la hiperemia (Porlier y col., 1963).
La concentración de histamina en el plasma, el riñón y el timo aumenta
rápidamente en la Rata carente de magnesio y alcanza un máximo después de
diez días (Bios y Beaulnes, 1966).
Los trabajos de Maurat (1957) y Durlach (1963) muestran las propiedades
sedativas del magnesio. Para Boursier (1966) la magnesoterapia oral o la
crenoterapia a base de agua magnésica han sido exitosas en el tratamiento de
ciertos exzemas y urticarias.
Lo que caracteriza nuestras constataciones son particularmente los hechos
siguientes:
-La acción del magnesio en el terreno alérgico parece estar ligado al modo de
administración: Este se manifiesta en el Hombre si el catión es inyectado por
perfusión lenta; ya Porlier et al. (1963), habían preconizado este modo de
administración; la acción terapéutica dura más allá de una eventual
hipermagnesimia.
-Una modificación sérica se produce en efecto, el poder histaminopéxico nulo
antes de la inyección de magnesio se eleva para alcanzar un valor normal
durante varias semanas.
-La histaminemia total desciende después de un tratamiento magnésico.
Podemos discutir tres hipótesis acerca del mecanismo de acción del magnesio:

a) La primera trataría la acción propiamente farmacológica; esto es posible
en ciertos casos, pero no podría explicar la duración de la eficacia;
b) La segunda se apoyaría en las constataciones de diferentes autores que
observan una hipomagnesimia en las afecciones alérgicas (Fidler, 1934,
Rosello y Pla, 1936; Haury, 1940, Vidal-freyre, 1954-1959; Maurat y col.,
1970). El magnesio inyectado compensaría el déficit. Sin embargo, la
hipomagnesimia en los sujetos alérgicos es discutida por ciertos autores
(Braden y Braden, 1938, Vaccarezza y col, 1959). De todas maneras, esta
compensación, si existe, sería muy transitoria.
c) Nuestra hipótesis concierne un mecanismo más profundo y más durable.
Ciertos iones como el calcio y el magnesio serían capaces, catalizando sin
duda ciertas enzimas plasmáticas o celulares, de modificar el equipamiento
protídico del hombre alérgico, así se explicaría:
1) La necesidad de una inyección intravenosa lenta en el hombre.
2) Las modificaciones plasmáticas durables.
Madeleine Mordelet-Dambrine
Encargada de Investigación en el INSERM
y Jean-Louis Parrot
Departamento de Fisiología
Facultad Necker-Niños Enfermos
Director: Jean-Lois Parrot
RESUMEN
Magnesio y terreno alérgico
La noción de alergia es compleja, pero evoca a menudo un conflicto
antígeno-anticuerpo. El estado de sensibilización no es hereditario; pero
como las manifestaciones alérgicas parecen familiares, existiría un “terreno”
que sería hereditario.
El ión magnésico puede, según ciertos autores modificar la reacción
anafiláctica. Continuando el estudio de una terapia magnésica, hemos
obtenido en los pacientes asmáticos una mejora clínica por perfusión lenta
de cloruro de magnesio.