¿Miedo y ansiedad? ELIM
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ALCANZANDO<br />
A LA NIÑEZ<br />
¿Ángeles o demonios? Los jóvenes pasan de ser considerados “ángeles”<br />
(en la infancia) a “demonios” (en la adolescencia). En la infancia se<br />
les define como amables, obedientes, organizados, educados, ¡una<br />
bendición! En la adolescencia son tildados de perezosos, desagradecidos,<br />
rebeldes, groseros, desorganizados, vagos, desobedientes e inservibles.<br />
No obedecen las normas de la escuela, porque es una edad<br />
difícil. No obedecen a los padres… y hay que comprenderlos<br />
porque es una etapa de cambios… se hacen dueños de cada<br />
situación porque están en la adolescencia”.<br />
De igual manera, los adolescentes tiene sus propias<br />
apreciaciones; recuerdo que me encontraba en una actividad<br />
con adolescentes y les pregunté lo que significaba para ellos<br />
esta etapa, a lo que uno de ellos contestó: “ profe, es cuando<br />
los papás más le ponen problema a uno, todo está mal ahhhh,<br />
uno no es capaz de hacer dizque unas cosas, pero sí tiene que<br />
hacer otras, lo que ellos digan, ¡que aburrido!, no veo la hora de<br />
crecer e irme de la casa”.<br />
¿Tendrán razón? o ¿es sólo rebeldía?; para algunos padres será<br />
“normal” que piensen así, para otros será motivo para repensar<br />
sobre su actitud hacia la crianza de sus hijos.<br />
Adolescentes: ¿“ángeles o demonios”?<br />
La realidad es que, en muchas familias, los hijos adolescentes<br />
pasan de ser considerados “ángeles” a ser considerados<br />
“demonios”; en la primera etapa (infancia), se les define como<br />
amables, obedientes, organizados, educados, ¡una bendición!,<br />
etc. Así lo expresan muchos padres; en la segunda etapa<br />
(adolescencia), son tildados de perezosos, desagradecidos,<br />
rebeldes, groseros, desorganizados, no les importar nada,<br />
son vagos, desobedientes y hasta términos más fuertes como<br />
inservibles.<br />
Lo anterior, se ve envuelto en un ambiente de maldición, ya<br />
que las expresiones no bendicen, por el contrario condiciona<br />
(atan) y fortalecen estos comportamientos; no les abren<br />
camino, no los lanzan a un futuro en victoria; son calificativos<br />
que les generan miedo, inseguridad, dependencia, soledad y<br />
separación de Dios.<br />
¿Qué dice la Biblia?<br />
Definitivamente, la adolescencia es una etapa muy importante;<br />
San Lucas relata sobre el crecimiento del Señor Jesús, y dice en<br />
el 2:40 “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría;<br />
y la gracia de Dios era sobre él”, buena semilla estaba siendo<br />
Nunca se compare. La<br />
experiencia de otros no debe<br />
ser el termómetro para medir<br />
a su propia familia. Preocúpese<br />
por construir las bases para un<br />
futuro esperanzador y victorioso.<br />
Bendiga cada día a sus hijos.<br />
Enséñeles con su ejemplo.<br />
sembrada, y continúa “ Iban sus padres todos los años a<br />
Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años…<br />
se quedó el niño Jesús en Jerusalén,… sentado en medio de los<br />
doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que<br />
le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas”.<br />
Semilla buena, y continua en el 48, “Hijo, ¿por qué nos has<br />
hecho así? te hemos buscado con angustia”, y en el verso 49, el<br />
adolescente responde “¿Por qué me buscabais?, ¿No sabíais que<br />
en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”<br />
Si observamos bien, notamos que el niño estaba cambiando,<br />
estaba decidiendo, estaba HACIENDO lo que por años aprendió.<br />
¿Usted qué piensa de sus palabras?, ¿Se sentiría ofendido con<br />
una respuesta de estás? (con la respuesta de un Jesús en plena<br />
adolescencia? (¿Recuerda la reacción de sus padres ante la<br />
respuesta?)<br />
Acompañando a padres de adolescentes<br />
De manera continua, acompaño a través de asesorías y<br />
capacitaciones a padres en el proceso de crianza, y una de las<br />
inquietudes más sentidas es “¡que el señor me ayude con la etapa<br />
que viene, si ahora son groseros y rebeldes, que esperanzas!”.<br />
Creo que estas palabras le son familiares, posiblemente porque<br />
las ha escuchado de otros padres confundidos o porque usted<br />
las ha pronunciado.<br />
Pero déjeme decirle que aunque puede ser una preocupación<br />
válida, también es un temor, que parte en muchas ocasiones de<br />
la experiencia de otros; y nunca la experiencia de otros debe ser<br />
el termómetro para medir a su propia familia o las diferentes<br />
relaciones que se dan en ella; cada persona construye lo suyo,<br />
y es usted, el que está construyendo en sus hijos esta etapa,<br />
que puede ser toda una victoria, donde no solo sus hijos serán<br />
elogiados, sino también usted como padre o madre; o de<br />
fracaso, porque no hizo la tarea bien y más que enseñarles y<br />
bendecirlos desde la infancia, lo que mostró fue su incapacidad<br />
para educar y sembrar una semilla de amor, respeto, libertad y<br />
responsabilidad.