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QUÉ CALIDAD COMPRAR
Determinar el tamaño es algo sencillo. Vamos a dar por hecho que has decidido el
tamaño de la piedra que quieres comprar. Si representamos con un gráfico la curva
de precios-calidad de un diamante, observaremos que la línea sube bruscamente a
partir de determinado color y pureza.
Un precio equilibrado, manteniendo una buena calidad, está entre los colores
llamados “H” e “I”, por una parte, y la pureza Si1 por otra. Un diamante de esos
colores, se ve blanco, no amarillea en absoluto sobre una montura de oro blanco.
(En una de oro amarillo, un color más bajo de la piedra quedará incluso más
camuflado entre el tono del oro). Por otra parte la pureza “Si” en grado 1 ó 2, no
permite, o apenas lo hace, apreciar inclusiones a simple vista.
En cuanto a la talla, es importante que no esté por debajo de la calidad denominada
“buena”. Resulta muy triste ver una sortija con un diamante que recuerda por su
aspecto mate, al “agua con anís”.
Recomendamos dirigirse a un color entre “H” e “I” y una pureza no inferior a Si2.
La talla debe ser “buena”.
Algo a tener en cuenta es que no existe proporcionalidad directa entre el peso de
una piedra y su precio. Un diamante de 0,25 quilates, no cuesta la mitad de lo que
vale uno de iguales características pero de 0,50 quilates, sino mucho menos dinero.
LA MONTURA
La escalada del precio del oro incide de manera notable en el precio final de las
sortijas con un diamante de tamaño pequeño. La montura, en piedras inferiores a
los 0,15 quilates se lleva la mayor parte del precio de la sortija.
Sólo para piedras de este tamaño, podríamos pensar en utilizar una montura
realizada con un metal diferente al oro, como es la plata. Sin embargo, es una
opción que dejamos a un lado. La
recomendación es que la montura sea de oro.