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En En el el punto punto<br />
de de mira mira<br />
<strong>.22</strong>-<strong>250</strong><br />
<strong>Remington</strong><br />
caso la marca que acuña telémetro y catalejo.<br />
En el caso del medidor de distancias, utilizo<br />
en esta ocasión un aparato ya tratado en otro<br />
artículo, el Victory T* PRF 8x26. Cuenta con<br />
un sistema de información balístico –BIS–<br />
que nos indica en cada medida cuanto debemos<br />
corregir nuestra puntería, por supuesto,<br />
según el cartucho usado. El rango de medición<br />
se encuentra entre los 10 y los 1200 metros,<br />
con un error aproximado de +- 1 metro hasta<br />
los 600 metros y de un +-0,5% por encima de<br />
ellos. Pesa 310 gramos –incluyendo la pila– y<br />
mide 98mmx48mmx130mm –ancho-altoprofundidad–.<br />
Como en aquella ocasión la<br />
conclusión tras el uso no puede ser mejor. Es<br />
preciso y entrega la lectura muy rápidamente<br />
sea la distancia que sea.<br />
Lo cierto es que hacía tiempo que venía<br />
con ganas de probar el nuevo catalejo Dialyt<br />
18-45x65. La búsqueda de un aparato realmente<br />
práctico y sin el engorro de un pesado<br />
trípode me parecía una buena idea. Realmente,<br />
tras probarlo, reconozco que aún no<br />
cumple todo lo buscado por mí para convertirse<br />
en el spoting scope ideal. Es, sin embargo,<br />
perfecto para hacer observaciones desde el<br />
coche o donde tengamos buenos sitios para<br />
apoyarnos. El rango de aumentos permite<br />
una buena concreción cuando no miramos<br />
excesivamente lejos. A todas luces es un buen<br />
La corneja negra que abatí el primer día que saque de caza<br />
al <strong>.22</strong>-<strong>250</strong> <strong>Remington</strong>, bajó de lo alto de un pino <strong>com</strong>o si se<br />
tratase de un ladrillo, fulminada.<br />
<strong>com</strong>plemento para los recechos de corzo, con<br />
buena entrada de luz en horas malas. Para<br />
rebecos lo encontré algo engorroso, difícil de<br />
utilizar al no poseer el ocular acodado cuando<br />
tenemos que mirar hacia arriba desde el suelo.<br />
Pesa 1.195 gramos y mide 39,5 cm, medidas<br />
ambas excesivas teniendo por delante muchas<br />
horas de montaña.<br />
De Swarovski pruebo los nuevos CL Companion<br />
10x30, unos binoculares <strong>com</strong>pactos<br />
tremendamente útiles en alta montaña cuya<br />
prueba a fondo puede usted leer adjunta.<br />
En el campo de tiro<br />
Con la ilusión de un niño que acaba de recibir<br />
el juguete soñado, parto para el Club Principado<br />
dispuesto a probar por fin el <strong>.22</strong>-<strong>250</strong><br />
<strong>Remington</strong> en mi nuevo cañón Blaser. Ya les<br />
he hablado en alguna otra ocasión de mi amigo<br />
Antonio Cárdenas, el de Barbate, siendo él<br />
esta vez el artífice de la prueba que a continuación<br />
les contaré. Durante todos estos años<br />
ha venido repitiéndome que en las dianas que<br />
enseño, <strong>com</strong>o muestra de las agrupaciones, los<br />
impactos no dan en el centro y aunque entiende<br />
que lo importante es agrupar, argumenta que<br />
muchos pensarán que el rifle no tira todo lo<br />
bien que digo. Por este motivo, días atrás al<br />
llegar a casa, me encuentro con un paquete<br />
que viene precisamente de Cádiz. Dentro, un<br />
Las dianas conseguidas a 100<br />
metros con las municiones<br />
probadas.<br />
dollar chino de los años veinte del siglo pasado.<br />
Descuelgo el teléfono y le pregunto: «¿Qué es<br />
esto que me mandas?». A lo que responde:<br />
«Pégale tres tiros a 100 metros y demostrarás<br />
que ese cartucho sí que tira bien». Alimento<br />
con Norma SP Semi Pointed de 53 grains y<br />
tras una primera aproximación a 50 metros,<br />
cambio a 100 y llevo los impactos alrededor<br />
del centro de la diana. El retroceso es nulo;<br />
algunas veces incluso da la sensación de tirar<br />
hacia delante de mí. Ansioso por probar con la<br />
moneda, la sujeto con dos parches en una tabla<br />
de pino. A 100 metros y con 15 aumentos, se<br />
ve, pero el contraste desaparece confundiendo<br />
el afine último. Tenso y la ya conocida presión<br />
rompe, viendo a través del visor <strong>com</strong>o salta<br />
hacia atrás la moneda. Recorro a buen paso la<br />
cancha y me encuentro el dollar con el primer<br />
orificio. Ha impactado algo desviado hacia un<br />
lado. Repito. El nuevo agujero se encuentra a<br />
una distancia idéntica del centro, aproximadamente<br />
a un centímetro. En vez de disparar<br />
sobre un papel para conocer exactamente el<br />
punto de impacto, elucubro, corrigiendo levemente<br />
de forma errónea con el consiguiente<br />
roce que corta, en media luna, el borde del<br />
metal. Me enfado por mi torpeza y aunque<br />
según Antonio, la prueba ha sido conseguida,<br />
marcho del Club absolutamente decepcionado.<br />
Al día siguiente vuelvo a la cancha. Cambio de<br />
El catalejo Zeiss<br />
Dialyt 18-45x65.<br />
42 43<br />
Los Swarovski<br />
CL Companion<br />
10x30.<br />
Telémetro<br />
Zeiss Victory<br />
T* PRF 8x26<br />
munición y alimento con <strong>Remington</strong> Premier<br />
Accutip-V Boat Tail de 50 grains. Sobre un folio<br />
en blanco coloco un parche negro. Disparo<br />
sobre él y acto seguido corrijo. El nuevo disparo<br />
entra en el parche. Sin más me asalta la idea.<br />
Rebusco en el bolsillo y entre las monedas que<br />
tengo elijo una de veinte céntimos. Atravieso<br />
los cien metros a toda prisa. Sobre la misma<br />
tabla del día anterior sostengo ahora la nueva<br />
moneda poniéndole un solo parche por abajo.<br />
Tomo asiento en el banco. En el box contiguo<br />
un tirador mira a través del catalejo. Dos más<br />
observan curiosos la jugada. Los 15 aumentos<br />
de la Zeiss me traen un punto amarillo, son los<br />
veinte céntimos a un centenar de metros. El<br />
pino al que se pegan falsea el contorno impidiendo<br />
concretar el borde de su figura. Me<br />
centro en el parche que los sujeta. Se que cubre<br />
la moneda hasta casi la mitad. Apunto entonces<br />
a la parte superior del parche, a peinarlo,<br />
y mas concentrado que nunca parte la Accutip.<br />
Veo saltar la moneda, oigo al <strong>com</strong>pañero<br />
del catalejo decir «le has pegado». Él mismo<br />
me a<strong>com</strong>paña a ver el resultado con la consiguiente<br />
sorpresa al ver el orificio perfecto. Si<br />
una mosca hubiese estado puesta en medio<br />
de la moneda hubiese sido tocada por 50<br />
grains. Y fíjese bien lo que son las cosas, en<br />
ese instante sublime de orgasmo mental por<br />
la dificultad extrema de lo conseguido, ¿sabe<br />
usted lo pensé? Pues muy sencillo: «Gracias a<br />
Dios que están estos de testigos porque sino<br />
a ver quién se lo cree»… Días después recibo<br />
otro paquete con una nueva moneda. Como<br />
de todo se aprende, coloco ahora un parche en<br />
el centro que facilita enormemente la toma.<br />
El primer disparo toca al parche quitándole<br />
un trozo. El segundo se lleva otro bocado. El<br />
tercero lo hace desaparecer entregándome a<br />
cambio un grupo que ahora si me deja absolutamente<br />
satisfecho. ¿Qué más se puede decir?<br />
La verdad es que ahora, tras esta prueba digamos<br />
poco ortodoxa, reconozco que ha sido una<br />
forma perfecta para demostrar la precisión<br />
que nos llega a brindar un cartucho <strong>com</strong>o el<br />
<strong>.22</strong>-<strong>250</strong> <strong>Remington</strong>. Queda suficientemente<br />
demostrada su capacidad para disparar sobre<br />
blancos muy pequeños. No creo que tras la<br />
imagen alguien pueda tener dudas de la cirugía<br />
que podemos llegar a realizar con él.<br />
Semanas más tarde y prácticamente a oscuras,<br />
cayendo la noche, pongo tres dianas a<br />
100 metros y realizo una apresurada prueba<br />
con las tres cargas recibidas. Dos centímetros<br />
entre centros para la <strong>Remington</strong> Accutip, 2,2<br />
cm para la SP Semi Point de Norma y 2,8 para<br />
la <strong>Remington</strong> Express PSP. Evidentemente,<br />
viendo lo conseguido con las monedas, de<br />
haberlo realizado con mejor luz y poniendo<br />
más empeño, los grupos se hubiesen reducido<br />
a la mitad.<br />
Cazando con el <strong>.22</strong>-<strong>250</strong> <strong>Remington</strong><br />
Una idea me rondaba cuando pensé en cazar<br />
con este potente <strong>.22</strong> de fuego central, conseguir<br />
abatir con él la mayor cantidad de especies.<br />
Finalmente no todo cuadró. La caza es<br />
caza y <strong>com</strong>o dijo Gasset, es incertidumbre. He<br />
salido mucho con él, varias veces al corzo y<br />
otras tantas al rebeco sin llegar a tirar un solo<br />
tiro sobre estas dos piezas. Cazando al corzo<br />
en el coto de León el primer día que saqué<br />
a la dama de fiesta, ya de recogida veo unas<br />
cornejas que levantan el vuelo y se posan en<br />
lo alto de unos pinos a unos 125 metros. Me<br />
apoyo apresuradamente en vista de que la bala<br />
se enterrará detrás, 15 aumentos y aparece<br />
el córvido en el cristal. Suena el disparo a lo<br />
que le a<strong>com</strong>paña un auténtico tabletazo del<br />
impacto de la Accutip, sorprendiéndome al ver<br />
que cae <strong>com</strong>o si soltásemos un ladrillo desde<br />
lo alto del árbol, sin abrir las alas. Pocos días<br />
después me encuentro frente a una urraca,<br />
pieza absolutamente idónea para nuestro<br />
5,56 mm. La tengo a 40 metros en un prado<br />
<strong>com</strong>pletamente limpio. Presiono el disparador<br />
y desaparece barrida por 1.130 m/seg de