EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS AL COMPÁS ... - CyR Noticias

Los seres humanos siempre estamos adaptados a la
tecnología de nuestro tiempo, sin embargo los cambios
se han dado a pasos agigantados en los años
recientes, nuestro mundo es radicalmente distinto al de
hace apenas 25 años. Tan sólo el siglo pasado vio nacer el
automóvil, la televisión, las armas nucleares, la telefonía
celular, los viajes espaciales, sin olvidar al santo grial de
la evolución digital, el microchip. Innovaciones para una
sociedad en busca de la postmodernidad y que caminaba
por la brecha de la macro-revolución industrial y la ciencia.
Así como todo ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos,
las generaciones actuales están más emparentadas a la
tecnología de hoy, que los nacidos hace 3 décadas, como
si en treinta años hubiera dejado de ser su tiempo y la tecnología
solo respondiera a los jóvenes, un efecto interesante
que se renueva con el venir de años posteriores.
El siglo XXI ha miniaturizado todo lo previamente
concebido, lo pequeño es lo sublime, se impone a lo
grande. La nanotecnología es ese visible casi invisible,
la techné que ha dotado de cualidades sorprendentes
diversos objetos, convirtiéndolos en instrumentos
increíbles a disposición del usuario y viceversa,
pues el usuario es esclavo tanto de las grandes posibilidades
y facilidades que le brinda el instrumento,
como de sus múltiples limitaciones. Contrario a
algunas películas de ciencia ficción donde hombre
y máquina están divididos o en guerra, no hay dominio
del hombre ni de las máquinas, ambos funcionan
solo juntos, las máquinas actúan para el hombre
y el hombre para ellas, así con toda la tecnología, por
ejemplo: el sillón más cómodo es casi inútil si nadie
lo utiliza; el teléfono más innovador poco hace si alguien
no lo mantiene con la batería cargada.
Los avances tecnológicos han cubierto nuestras
necesidades, teniendo a la mano un mismo alimento
en distintas presentaciones; ropa de distintos materiales,
formas y colores; nuevos y más potentes
medicamentos para nuevas y raras enfermedades, y
con esta diversidad de productos que tienen como
objetivo el prolongar nuestra efímera existencia,
nos encontramos con el crecimiento de la industria
que brinda placer. Productos para llenar la falta (que
jamás será colmada) del sujeto, como menciona Roland
Barthes en sus Mitologías, “se inventarán objetos
sólo por el placer de usarlo (el plástico). El mundo
entero puede ser plastificado y también la vida”. Hoy
ya nos vemos rodeados de un mundo artificial que
no sólo ha logrado que el humano sobreviva, sino
que pueda tener acceso a una vida llena de comodidades.
16 Coffee and Saturday