MIMOSA: El sol de invierno

LOS MEJORES CONSEJOS
Plantación
• Las mimosas, como las venden en maceta (es mejor que la planta
sea pequeña, pues sufrirá menos con el trasplante), se pueden plantar
casi en cualquier época del año, aunque es preferible hacerlo a
principios de la primavera, antes de que empiece el calor.
• Hay que ponerlas en un lugar soleado, pero no entre los pinos.
A la hora de escoger el lugar, debemos tener en cuenta que las
mimosas se hacen árboles grandes y muy anchos, y por lo tanto, sus
raíces abarcan también mucho espacio, tanto como el ancho de sus
ramas (lo que se llama zona de goteo).
• Los meses otoñales y la primera mitad del invierno es la mejor
época del año para plantar la mimosa. Lo mejor es hacerlo en un
día templado y siempre que el suelo no esté helado.
Temperatura
• Necesitan humedad y no se dan en alturas superiores a unos 1.000
m. sobre el nivel del mar, ya que no soportan las nieves y heladas que
hay a partir de esas alturas.
Siembra
• Antes de sembrar es necesario ablandar las cubiertas remojándolas
en ácido sulfúrico concentrado, de 20 minutos a 2 horas.
• Otro tratamiento consiste en verter agua hirviendo sobre las semillas
durante 5 segundos y dejarlas en remojo a temperatura ambiente 24 h.
Riego
• Ni le gustan los encharcamientos ni debe pasar sed si queremos que
tenga una floración abundante. Hay que mantener el suelo bien regado
después de la plantación, para que arraigue antes, y evitar que se
seque del todo después.
Terreno
• No soporta los encharcamientos, por lo que es fundamental que el
suelo sea arenoso o que tenga un buen sistema de drenaje.
• Prefiere los suelos neutros o ligeramente ácidos y turbosos y necesita
que sean ricos y estén bien abonados, ya que consume muchos
nutrientes al desarrollar sus flores.
¿SABES QUÉ LE OCURRE?
• Si las hojas amarillean y la planta tiene un
aspecto enfermizo o se ha parado su crecimiento, puede
que le falten nutrientes o que padezca clorosis férrica. Habrá que aportarle un
suplemento nutricional o en forma de quelatos si le falta hierro.
• Si las hojas se abarquillan, están pegajosas y empiezan a caerse, puede
que esté sufriendo un ataque de pulgón. Hay que cortar todo lo infectado y
fumigar un abono foliar. También se puede rociar con agua jabonosa o nicotinada.
• Si está perdiendo hojas, puede que tenga un exceso de agua. Éste puede
pudrir las raíces y producir la defoliación. Hay que vigilar el drenaje del suelo y
evitar que el agua se acumule alrededor de la planta. Una vez contraída la enfermedad,
hay que combatirla aplicando un buen fungicida.
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MIMOSA
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