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literatura argentina<br />
UNA LECTURA DE<br />
COSAS CONCRETAS<br />
funde, permanentemente, con una escritura surge de estos secretos re- persona) tratando de establecer un<br />
violación. De hecho, los dos únicos velados a c~da instante.<br />
diálogo : esta persecución (homólocoitos<br />
narrados en la novela son Esta confianza en la sinceridad ga a la búsqueda de Nacha) es el<br />
violaciones (a Nacha) Se trata de de la expresión esconde -siempre- "argumento" que desata la narraarrancar<br />
una verdad inconfesable, una confianza, más secreta, en la ción. No es casual que la muerte de<br />
abrir, penetrar, desgarrar el texto identidad de las palabras y las "co- Edi, en el final, cierre la historia:<br />
secreto que se inscribe en el fondo<br />
del otro. En este nivel, en Viñas,<br />
sas concretas": "Escribí cien mil<br />
soldados y ya los tengo. . . Parezco<br />
esa muerte detiene la novela, permite<br />
que Lore Lbalcance" a Nacha<br />
David Viñas<br />
Cosas Concretas<br />
Tiempo Contemporáneo, 366 p.<br />
$ 1.190.<br />
coito y tortura son homólogos: en<br />
los dos casos se busca hacer hablar<br />
a un cuerpo.<br />
Todo el relato está puesto en esta<br />
instancia exacerbada : desnudos, el<br />
narrador y el oyente, se -penetran,<br />
una general así: cien mil, doscientos<br />
mil soldados" Desde el discurso<br />
espectacular de Kleitman hasta<br />
el murmullo inaudible del "sermón"<br />
político de Drago, en un registro<br />
que abarca a todos los pery<br />
anude en ella todas las significaciones<br />
dispersas.<br />
La violación es un intento de matar<br />
en Nacha la conciencia de esa<br />
muerte y a la vez (como vimos)<br />
un modo de forzar el relato. Al<br />
se interrogan. Esta intimidad de la sonajes (y excluye a Edi), el len- convocar a Edi en su orgasmo, ella<br />
En Cosas Concretas, los fragmen- comunicación aparece desde la pri- guaje es un simulacro de la ac- certifica las leyes internas de la<br />
tos dispersos de la narración se ar- mera página: Lore baña a Edi y el ción, un sustituto simbólico de la narración: es con Edi, con quien<br />
ticulan a partir del enlace que esta- contacto con su cuerpo provoca el realidad. De hecho narrar es la úni- Edi quiere hablar (se) en Nacha.<br />
blecen las mujeres (Nacha y Pola) relato. Es necesario lograr esta si- ca actividad que los personajes Muerto, es apenas un recuerdo preentre<br />
los distintos narradores masculinos.<br />
Estos retazos del relato,<br />
tuación artificial para que el discurso<br />
explote en todas direcciones.<br />
practican en toda la novela. Sobre<br />
un presente estático, opresivo, estos<br />
sente en el cuerpo de esa mujer, el<br />
texto de un relato cerrado. A parson<br />
historias parciales que cada Es necesario estar encima del cuer- relatos se abren como exclusas que tir de esta certidumbre, Lore podrá<br />
mujer lleva consigo como recuerdo<br />
de los hombres aue han "cruzado"<br />
por su cuerpo. En este sentido, la<br />
po del otro para buscar en el contacto<br />
de la piel la verdad del lenguaje.<br />
No hay comunicación "nalos<br />
atan al pasado: el futuro está<br />
ausente v la narración está lanzada<br />
hacia atrás en una búsqueda desesempezar<br />
a escribir r3sa.s Concretas:<br />
la novela no hace otra cosa aue 1 -- -<br />
narrar la imposibilidad d.e hacer<br />
única "historia" de toda la novela tural", espontánea: los monólogos perada de la historia.<br />
hablar a la práctica política con las<br />
es la persecución de Nacha por Lo- que cruzan la novela se organizan Viaje hacia el interior y hacia palabras de la literatura. Al conre:<br />
único movimiento hacia adelan- sobre la base de un acosamiento, el pasado, estos relatos se convier- vertir a esa práctica en una ausente<br />
de la narración, esta "cacería" es de una exigencia obsesiva del oyen- ten en el lugar privado donde los cia y un silencio, deja ver una veruna<br />
inversión simbólica de esa otra te fundada en una suerte de retó- narradores se refugian para atra- dad que Lore trata de exorcisar en<br />
búsqueda fundamental : el encuentro rica de la interrogación. Este caniba- par la realidad en el lenguaje. El la escritura: el lenguaje de la accon<br />
Edi, hombre de acción cuya au- lismo del sentido instala una para- que sintetiza esta mistificación es ción es hablado con el cuerpo, o<br />
sencia desencadena el relató pro- noia artificial : "Entonces empezh- Lorenzo Wbar, imagen del escritor mejor: la literatura que actúa en<br />
piamente dicho.<br />
LLMen~ajera" que circula entre los<br />
bamos contra nosotros dos el cuerpo<br />
a cuerpo. Y eso era despiadado,<br />
profesional, se balancea entre la<br />
omnipotencia y el silencio. Su imla<br />
legalidad del mercado es el reverso<br />
del discurso clandestino, sihombres<br />
y trasmite los fragmentos infinito hacia atrás, hacia el deta- posibilidad de escribir o la destruc- lencioso, de la práctica revoluciode<br />
la historia, la funcián_de N* lle más olvidado que, de pronto, se ción de sus antiguos " manuscritos naria.<br />
cha es esencial en la sintaxis dd convertía en un monumento o una resaltan más la única escritura que<br />
relato: espejo y doble del Narra- epopeya. Y nos dábamos como dos practica en toda la novela: firmar l Los pagaré que firma Lore insta-<br />
-dar, es necesario "alcanzarla" pa- cuchilleros que se atan una mano ios pagaré, escribir un arfículo so- lan un futuro en esta novela cuya única<br />
temporalidad real es el pasado, y<br />
ra cerrar todo el discurso. para quedar más juntos y con la bre Kleitman a cambio de 100.000 l.<br />
al mismo tiempo, le permiten a Kleit-<br />
En Viñas cada mujer es un enig- otra mano manejan la nayaja. Y a De este modo, el dinero de Kleit- man (que ha firmado la garantía) prema<br />
que encierra el secreto de un darnos. Y no al brazo libre o al man garantiza el futuro de la escri- sionar a Lore para que escriba sobre<br />
relato masculino que es preciso atado; sino al pecho, a la garganta, tura de Lorenzo: si la relación con Edi.<br />
"abrir" y hacer hablar Los hom- a las mejillas o a donde se hundie- las mujeres (Nacha y Pola) que<br />
bres se hablan a través de las mu- ra más y más y quedaran más mar- circulan entre los hombres como un<br />
Ricardo Piglia<br />
jeres y el lugar de este encuentro es cas y sangrase. Vos, yo. Vos-yo. valor de cambio, produce el relato,<br />
el coito con una mujer que han Vosyo. Y eso podía prolongarse du- el dinero (valor de cambio Dor ex-<br />
"conocido" todos: espacio privilegia- rante horas". En esta dirección el celencia) 1; respalda: esta dible ardo,<br />
en ese cuerpo familiar el relato reportaje de Pola al escritor que ticulación instaura a la novela cocomún<br />
se organiza y actúa. atraviesa como momento sincrónico mo un mercado, escenario del can-<br />
Momento clave de la narración, toda la novela, pone en escena este 1 je y el consumo de los relatos par- 1<br />
para Viñas, un coito es una com-<br />
pulsión, un interrogatorio : los<br />
cuerpos se abren, se distienden, flu-<br />
yen, empiezan a hablar. Toda su<br />
narrativa está instalada en un idio-<br />
ma sexualizado, cuchicheo secreto<br />
de la alcoba que es el régimen mis-<br />
mo del relato. Se aliena el deseo<br />
sexual para explotar la violenta in-<br />
timidad de la situación : búsqueda<br />
forzada de una comunicación, este<br />
acoplamiento (de relatos) se con-<br />
LOS LIBROS. diciembre 1969<br />
I<br />
recurso esencial del relato : volun-<br />
tad de obligar (se) a decirlo todo,<br />
que convierte a ese diálogo en una<br />
violación de la "intimidad" de Lo-<br />
re. Estas "verdades" que los perso-<br />
najes se arrancan unos a otros na-<br />
cen de una confianza en la desnu-<br />
dez inmediata del sentido, garanti-<br />
zada por la violencia del procedi-<br />
miento: antes que narraciones, se<br />
trata de una confesión y el ritmo<br />
forzado, demasiado expresivo de la<br />
-<br />
ciales. La ausencia y el mutismo<br />
de Edi, al excluirlo del circuito de<br />
este intercambio, lo convierten en<br />
el centro de la historia: su silencio,<br />
es el vacío que los narradores pre-<br />
tenden llenar con palabras. Desde el<br />
, comienzo todos intentan hacerlo ha-<br />
hhr: Kleitman presiona a Lore pa-<br />
1 ra que viaje a Bolivia y le haga un<br />
reportaje; por su parte, Lore, en<br />
la intimidad de su escritura, lo per-<br />
, sigue (en los capítulos en segunda<br />
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