PARASHA # 37 - Desde el monte de Efraim

Números 15: 37:41 “Y YHVH habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos
de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus
vestidos, ( por sus generaciones; y pongan en cada franja de los
bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo
veáis os acordéis de todos los mandamientos de YHVH, para ponerlos
por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos,
en pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis
todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. Yo YHVH
vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro
Dios. Yo YHVH vuestro Dios.
YHVH conociendo la rebeldía del hombre le ordena al pueblo de Israel hacer unas
franjas que pondrá en su vestido para recordar que debemos ser santos como
YHVH es santo. Te has preguntado por que nosotros los cristianos ni conocemos
tal vez esta prenda que debe ser llevada por todas las generaciones según el
mandato?
Llevaba Yeshua este manto de oración y estas franjas recordativas? Si!, cuando
la mujer que estaba enferma con un flujo de sangre en Mateo 9: 20, se acerco a
El, dice la Escritura que tomó con sus manos el borde de su manto. Yeshua lo
usaba por que de otra manera estuviera desobedeciendo la Torah y El jamás
pecó. Es difícil imaginar siquiera a Pablo o los demás discípulos entrando a la
sinagoga como lo hacían para enseñar cada día de reposo sin usar el manto de
oración o Tallit. Cuando perdimos este mandato de nuestro contexto? Primero,
cuando aprendimos erróneamente que nosotros éramos un Israel “espiritual”
(Teología de reemplazo) pero un Israel sin ninguna base hebrea. En segundo
lugar, cuando por causa del antisemitismo de los llamados “padres de la iglesia”
quisieron eliminar todo vestigio de “Judaísmo” de nuestra fe, argumentando que
YHVH los había desechado por causa de la muerte de Yeshua. En tercer lugar
cuando aceptamos la enseñanza de que la Biblia estaba separada en dos grandes
pactos, diferentes y con objetivos diferentes: El antiguo pacto o testamento, para
el pueblo hebreo, y el nuevo testamento para el pueblo cristiano. El Antiguo
testamento pasó a ser la historia del pueblo de Israel, y el nuevo, el contexto
único para la nueva fe. Lo cual por supuesto tampoco es cierto.