“calizas del queguay” – paleoceno - Pagina nueva 2
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PALEOECOLOGIA DE LOS PALEOSUELOS CALCÁREOS FOSILÍFEROS (“CALIZAS DEL<br />
QUEGUAY” <strong>–</strong> PALEOCENO) DE LAS REGIONES SUR Y LITORAL OESTE DEL URUGUAY.<br />
Resumen<br />
Sergio Martínez, Gerardo Veroslavsky y Mariano Verde<br />
smart@fcien.edu.uy, gerardo@fcien.edu.uy, verde@fcien.edu.uy<br />
INGEPA, Facultad de Ciencias, Iguá 4225, 11400 Montevideo, Uruguay<br />
Se analizan los paleosuelos calcáreos que integran las “Calizas <strong>del</strong> Queguay”, ampliándose el conocimiento fosilífero de<br />
éstos en la región Litoral-oeste <strong>del</strong> Uruguay. Se comparan sus características paleontológicas con las de los paleosuelos que<br />
se desarrollan en la región Sur, y sus implicancias en la caracterización paleogeográfica y paleoecológica de esas regiones.<br />
En la región Sur se encuentra la Asociación de Eoborus charruanus, propia de un ambiente terrestre semiárido. En la región<br />
Litoral-oeste se encuentra la Asociación de Biomphalaria waltheri, en la que coexisten fósiles de ambiente terrestre y<br />
dulceacuícola. En este último caso se trata de taxa indicadores de pequeños cuerpos de agua (charcos), los que se habrían<br />
alternado con substratos de menor humedad. Las diferencias entre ambas asociaciones -consideradas sincrónicas- se<br />
atribuyen a las diferentes condiciones fisiográficas reinantes en cada región, que a su vez incidieron en los aspectos<br />
paleoecológicos. Para la región Litoral-oeste, se propone que la mayor retención de agua fuese debida a un relieve más<br />
suave y aplanado que favoreció el desarrollo de pequeños charcos no permanentes. Esa fisiografía suave resulta como<br />
herencia geomorfológica de los depósitos neocretácicos, cuando se desarrollaron extensas planicies arenosas de origen<br />
fluvio-aluvial. Para toda la región Sur, el relieve mantuvo en el Eoterciario características más onduladas,<br />
fundamentalmente controlada por el basamento cristalino precámbrico así como por algunos lineamientos estructurales que<br />
favorecieron los procesos de calcretización.<br />
Abstract<br />
Fossiliferous content from the calcareous (calcrete) paleosols from the “Calizas <strong>del</strong> Queguay” is analyzed, its taxonomy is<br />
updated and a comparison between assemblages from Western and Southern regions is performed. While in the latter area,<br />
the Eoborus charruanus assemblage points to the development of a terrestrial environment, the Biomphalaria waltheri<br />
assemblage present in the Western area indicates the co-existence of terrestrial and fresh-water environments. The freshwater<br />
gastropods recognized are typical from little pools, susceptible to desiccation, and the fossiliferous as well as the<br />
microstratigraphic evidence points to the intercalation of strata with different water content. Both assemblages are<br />
considered synchronic and compositional differences are the result of the physiographic features of each region that<br />
consequently led to the environment where faunas developed. On one hand, the relief was conditioned by the Precambrian<br />
basement and some structural controls in the Southern Region, promoting a wavy landscape. On the other hand, the Western<br />
region was characterized by a smootther landscape than the Southern one, that was inherited from the fluvial-alluvial<br />
Neocretacic deposits, with better capacity of water retention.<br />
Introducción<br />
Las “Calizas <strong>del</strong> Queguay” son interpretadas como calcretas pedogénicas y no pedogénicas resultantes de<br />
procesos de calcretización eoterciarios sin y penecontemporáneos a fenómenos de silcretización que afectaron<br />
sustratos mayormente cretácicos (Veroslavsky & Martínez, 1996; Martínez et al., 1997; Veroslavsky et al.,<br />
1997). Geográficamente, estos depósitos epigenéticos se hallan distribuidos por varias regiones <strong>del</strong> territorio<br />
uruguayo pero alcanzan su mejor expresión en el litoral oeste (Dptos. de Paysandú, Río Negro y Soriano) y en el<br />
sur (Dpto. de Canelones).<br />
Uno de los aspectos más salientes de las “Calizas <strong>del</strong> Queguay” en ambas regiones es que logran constituir<br />
niveles de paleosuelos fosilíferos (ej.: Quebracho -Paysandú o Sauce Solo <strong>–</strong> Canelones). Los de la región Sur<br />
han sido descriptos por Martínez et al. (1997), en tanto los que se desarrollan en el Litoral-oeste <strong>–</strong>si bien<br />
constatada su presencia- no han merecido estudios particulares. En este trabajo se pretende: 1) ampliar el<br />
conocimiento de los paleosuelos fosilíferos de la región <strong>del</strong> Litoral-oeste, y 2) comparar éstos desde el punto de<br />
vista fosilífero y paleoecológico - paleogeográfico con las que ya han sido estudiadas en la región Sur.
Región Sur<br />
Las calcretas de mayor expresión se desarrollaron en el ámbito de la Cuenca Cretácica, donde los procesos<br />
epigénicos fueron controlados por un sustrato arenoso cretácico y por los altos internos <strong>del</strong> basamento cristalino<br />
(Alto de Santa Rosa), todo esto favoreciendo los procesos de evaporación y evapotranspiración (Veroslavsky et<br />
al. 1997). Sin embargo, en otras zonas de esta región los procesos de calcretización superficial afectaron<br />
directamente el basamento cristalino (por ejemplo: Dptos. De Canelones y Flores) como área aflorante resultante<br />
de los procesos erosivos asociadas al levantamiento generalizado <strong>del</strong> territorio. La fisiografía reinante en esta<br />
región debió ser moderada como producto precisamente de un relieve controlado mayormente por el basamento<br />
cristalino.<br />
En la localidad de Sauce Solo es donde se desarrollan los niveles pedogénicos más importantes,<br />
constituyendo además un perfil casi completo de calcretización en el sentido de Carlisle (1983), y es donde se<br />
encuentran los fósiles mejor preservados. En esta localidad, afectan exclusivamente a las arensicas medias y<br />
finas de la Formación Mercedes (Cretácico Superior). Martínez et al. (1997) fueron quienes establecieron la real<br />
posición estratigráfica de los fósiles, en tanto que las primeras referencias detalladas pueden encontrarse en<br />
Frenguelli (1930). En esta asociación, que llamaremos de Eoborus charruanus, se encuentran exclusivamente<br />
fósiles terrestres, ya sea de gasterópodos (Eoborus charruanus), icnofósiles (Celliforma y nidos de<br />
Agapostemonini) o vegetales (Celtis, rizoconcreciones) (ver Tabla 1), y tanto esta evidencia como la geológica<br />
apuntan a un ambiente árido.<br />
Región Litoral-oeste<br />
Lambert (1940) le prestó una atención considerable a las calizas de esta región, percibiendo muchos<br />
aspectos sedimentológicos y estratigráficos que autores posteriores no consideraron con la importancia <strong>del</strong> caso.<br />
Veroslavsky et al. (1997) propusieron para las “Calizas <strong>del</strong> Queguay”, que se desarrollan sobre el río Queguay,<br />
un origen asociado a intensos procesos de calcretización y silcretización subsuperficiales donde los controles<br />
estructurales, de direcciones NW y NE, jugaron un papel importante en la eficiencia <strong>del</strong> proceso. En esa área no<br />
se han encontrando evidencias de procesos pedogénicos pero sin embargo, hemos reconocido en áreas próximas<br />
niveles pedogénicos fosilíferos (ej. Quebracho y Piedras Coloradas). Las calcretas que se desarrollan en toda esta<br />
región están controladas por un sustrato arenoso. En la región <strong>del</strong> Litoral-oeste, dada la extensión areal que<br />
ocupó la sedimentación cretácica, es posible inferir para la base <strong>del</strong> Terciario una fisiografía más o menos plana<br />
asociada precisamente a esa herencia morfológica de las paleoplanicies fluviales.<br />
Los fósiles aquí se conocen a partir de los trabajos de Frenguelli (1930). Los moluscos fósiles de algunas<br />
localidades <strong>del</strong> Litoral-oeste fueron estudiados en su conjunto por Morton & Herbst (1993), aunque<br />
atribuyéndolos al Cretácico, tal como se creía en ese momento. Su taxonomía debe ser revisada; un avance se<br />
puede consultar en la tabla 1. Se han hallado gasterópodos terrestres y de agua dulce, ostrácodos, oogonios de<br />
charáceas, rizoconcreciones e icnofósiles terrestres. La tabla 1 permite también comparar los fósiles de ambas<br />
regiones.<br />
La diversidad de los gasterópodos es mayor que en la región Sur, encontrándose taxa propios <strong>del</strong> ambiente<br />
terrestre y de agua dulce, aunque predominando en la mayoría de las localidades Biomphalaria waltheri, por lo<br />
que nombraremos así esta asociación. Fundamentalmente los gasterópodos de los géneros Biomphalaria y<br />
Lymnaea por otra parte, tienen como hábitat preferencial las aguas calmas de poca profunidad (charcos,<br />
bañados, zanjas) (Olazarri, 1981; Bonetto et al. 1982; Pierce, 1993), y en especial Biomphalaria posee la<br />
capacidad de soportar períodos de desecación (Olazarri, 1981; Pierce, 1993). En varias localidades (por ejemplo<br />
Piedras Coloradas) se encuentran grandes concentraciones de B. waltheri, con individuos de un amplio rango de<br />
tamaños, lo que indica la mortalidad súbita de al menos una población, cuya causa fue muy probablemente la<br />
desecación <strong>del</strong> cuerpo de agua donde vivían. Apoya también esta hipótesis la presencia en los mismos niveles<br />
(sin descartar alguna muy pequeña diferencia microestratigráfica) de nidos excavados (in situ) de himenópteros<br />
(Celliforma y Rosellichnus) y de gasterópodos terrestres, los que revelan condiciones subaéreas. La ausencia de<br />
bivalvos, en especial de uniónidos, aunque evidencia negativa, también coadyuva a esta interpretación. En otras<br />
palabras, por lo menos al nivel de resolución trabajado <strong>–</strong>centimétrico- es dable observar una alternancia en la
saturación de agua de los paleosuelos, desde condiciones subaéreas a inundación. Esta situación pudo haberse<br />
debido a las condiciones <strong>del</strong> relieve que permitieron la formación de encharcamientos, a lo que se pudo haber<br />
sumado cierta impermeabilidad <strong>del</strong> sustrato. Paleosuelos con características ambientales similares han sido<br />
hallados en el Eoceno de Argentina (Melchor et al., en prensa).<br />
Discusión y Conclusiones<br />
Las diferencias faunísticas observadas entre las “Calizas <strong>del</strong> Queguay” <strong>del</strong> litoral oeste y las de la región<br />
sur pueden ser atribuidas a los diferentes tipos de suelos donde vivieron los organismos, condicionados a su vez<br />
por el marco fisiográfico. En el Litoral-oeste se verifica la presencia de condiciones que permitieron la<br />
formación de charcos, lo que no sucede en la región sur. Estas diferencias podrían estar vinculadas a un diferente<br />
relieve con sus consecuentes variaciones en el drenaje, en un marco general de aridez.<br />
De acuerdo a la fauna reportada por nosotros, autores anteriores y registros de colecciones, puede trazarse<br />
un mapa <strong>del</strong> área que abarcarían ambas modalidades (figura 1).<br />
Francis (1975) creó las Zonas de Agrupamiento de Biomphalaria waltheri y de Eoborus charruanus sobre<br />
la base de la bibliografía existente para esos años. Nuestras asociaciones, a pesar de llevar los mismos nombres,<br />
no coinciden en lo conceptual ni -parcialmente- en su contenido taxonómico.<br />
En cuanto a la relación de las evidencias paleoecológicas y paleogeográficas con la edad, en la región sur la<br />
fauna y flora es correlacionable con la de la cuenca de São José de Itaboraí (RJ; Brasil), por lo que hemos<br />
sugerido su ubicación en el Paleoceno (Martínez et. al., 1997). En el Litoral-oeste, de acuerdo con la<br />
clasificación provisoria empleada, las especies de gasterópodos son endémicas <strong>del</strong> Uruguay, por lo que a este<br />
nivel no aportan datos. Los taxa correspondientes a categorías superiores son globalmente terciarios, lo que no<br />
brinda el nivel de resolución adecuado. Sin embargo, algunos de ellos presentan también sugestivas similitudes<br />
con algunos gasterópodos de la cuenca de Sao José de Itaboraí. Este hecho, sumado a la ausencia de argumento<br />
alguno que indique diacronismo en las Calizas <strong>del</strong> Queguay, nos lleva también a afirmar que la asociación<br />
fosilífera <strong>del</strong> Litoral-oeste es Paleocena, y contemporánea de la presente en la región Sur. Sus diferencias<br />
composicionales <strong>–</strong>como fue discutido más arriba- se deben a que se desarrollaron bajo condiciones<br />
paleoecológicas distintas.<br />
Bibliografía<br />
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(B), 41: 1-6.<br />
Carlisle, D. 1983. Concentration of uranium and vanadium in calcretes and gypcretes. In: Wilson, R. C. (ed.), Residual deposits. London,<br />
Geological Society, 185-195.<br />
Francis, J.C. 1975. Esquema bioestratigráfico regional de la República Oriental <strong>del</strong> Uruguay. Actas I Congr. Arg. Paleont. Bioest.,<br />
(Tucumán ), 2: 539-568.<br />
Frenguelli, J. 1930. Apuntes de geología uruguaya. Bol. Inst. Geol. Perforaciones, 11: 1-47.<br />
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Durazno. Bol. Inst. Geol. Uruguay, 25: 1-37.<br />
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Olazarri, J. 1981. Biomphalaria tenagophila (d’ Orbigny) 1835 (Moll. Gastr.) en la zona de Salto Grande. II. Factores abióticos que<br />
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Pierce, H. G. 1993. The nonmarine mollusks of the Late Oligocene-Early Miocene Cabbage Patch fauna of western Montana.III. Aquatic<br />
mollusks and conclusions. J. Paleont., 67: 980-993.<br />
Veroslavsky, G. & S. Martínez. 1996. Registros no depositacionales <strong>del</strong> Paleoceno-Eoceno <strong>del</strong> Uruguay: nuevo enfoque para viejos<br />
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Veroslavsky, G., S. Martínez & H. de Santa Ana. 1997. Calcretas de aguas subterráneas: Génesis de los depósitos carbonáticos de la<br />
Cuenca de Santa Lucía (Sur <strong>del</strong> Uruguay, Cretácico Superior-Paleógeno). Rev. Asoc. Arg. Sediment., 4: 25-35. Bs. As.<br />
Walther, K. 1931. Sedimentos gelíticos y clastogelíticos <strong>del</strong> Cretáceo Superior y Terciario uruguayos. Bol. Inst. Geol. Perf., 13: 1-142.
Tabla 1. Fósiles de las “Calizas <strong>del</strong> Queguay” reconocidos por los autores de este trabajo.<br />
Fósiles de la Región Sur, Asociación de Eoborus charruanus<br />
Gasterópodos<br />
Eoborus charrruanus T<br />
Icnofósiles<br />
Celliforma germanica T<br />
Celliforma cf. rosellii T<br />
nidos de Agapostemonini T<br />
Vegetales<br />
Celtis sp. T<br />
Fósiles <strong>del</strong> Litoral Oeste, Asociación de Biomphalaria waltheri<br />
Gasterópodos<br />
Biomphalaria waltheri D<br />
Lymnaea sp. D<br />
Physa sp. D<br />
Pupilloidea indet (2 especies) T<br />
Orthalicoidea indet. T<br />
Crustáceos<br />
Ostrácodos D<br />
Icnofósiles<br />
Celliforma germanica T<br />
Rosellichnus isp. T<br />
Capullos de Hymenoptera T<br />
Vegetales<br />
Charáceas D