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LECCIÓN 4 - Centro de Avivamiento Naucalpan

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LA BUENA BATALLA DE LA FE<br />

CENTRO DE AVIVAMIENTO<br />

NAUCALPAN<br />

POR LA FE GANAMOS UNA FRUCTIFICACIÓN PERMANENTE<br />

TEXTO: Lucas 8:11-12, Salmo 1:2-3.<br />

La fe en la Palabra <strong>de</strong>l Señor nos ayuda a tener vidas fructíferas en el Reino <strong>de</strong> Dios. Vamos<br />

apren<strong>de</strong>r la manera <strong>de</strong> que seamos fructíferos, pero <strong>de</strong> manera permanente.<br />

1. La Semilla es la Palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra <strong>de</strong> Dios”. Lucas 8:11<br />

“Y los <strong>de</strong> junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita <strong>de</strong> su corazón la palabra,<br />

para que no crean y se salven”. Lucas 8:12.<br />

Toda verda<strong>de</strong>ra fe es producida por la palabra <strong>de</strong> Dios. La semilla es <strong>de</strong>scrita como la palabra <strong>de</strong><br />

Dios. En la parábola <strong>de</strong>l sembrador hay cuatro tipos <strong>de</strong> suelo que representa la condición diferente<br />

<strong>de</strong> cada corazón. Si queremos ser el terreno correcto que recibe la semilla <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong> Dios, y<br />

que <strong>de</strong> el brote una planta que finalmente se pue<strong>de</strong>n convertir en árbol, necesitamos urgentemente<br />

aten<strong>de</strong>r a la Palabra <strong>de</strong> Dios. Debemos hacer cinco cosas para ser un terreno fértil:<br />

a. Escuchar la palabra.<br />

b. Enten<strong>de</strong>r la palabra.<br />

c. Aceptar la palabra.<br />

d. Tomar con rapi<strong>de</strong>z la palabra.<br />

e. Perseverar en la palabra.<br />

2. De fe <strong>de</strong> frijol a un árbol frutal.<br />

2.1. La fe <strong>de</strong> frijol.<br />

La mayoría <strong>de</strong> estudiantes recordamos el experimento <strong>de</strong> biología “la planta <strong>de</strong> frijol”. Un frijol<br />

envuelto en un algodón con agua <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un vaso, calentándose con la luz <strong>de</strong> sol, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

unos días brotaba una pequeña planta. Pero con este experimento, creo que nadie logró una<br />

cosecha <strong>de</strong> frijoles. Así es la fe <strong>de</strong> frijol, brotan plantas pero sin fruto, plantas sin raíces profundas,<br />

plantas sin cosecha y sin convertirse en árboles.<br />

Muchos cristianos se comportan con la fe <strong>de</strong> frijol. “Oran en fe”, pero si no suce<strong>de</strong> algo rápido su<br />

“fe” se <strong>de</strong>svanece.<br />

Adaptado <strong>de</strong>l libro: “La buena batalla <strong>de</strong> la fe” <strong>de</strong> Alan Vincent | 1


LA BUENA BATALLA DE LA FE<br />

Oran el domingo y si no suce<strong>de</strong> el miércoles, se dan por vencidos y se <strong>de</strong>cepcionan. La fe <strong>de</strong> frijol no<br />

es mala, pero si es inmadura, y no será capaz <strong>de</strong> obtener todo aquello que no se cosecha rápido.<br />

2.2. La fe <strong>de</strong> cosecha <strong>de</strong> grano.<br />

La cosecha <strong>de</strong> granos se da por temporadas. Los granjeros preparan el terreno, luego siembran,<br />

trabajan en la limpieza <strong>de</strong>l terreno y finalmente al cabo <strong>de</strong> cuatro meses recogen la cosecha. En<br />

ocasiones tienen dos o tres cosechas al año. La fe <strong>de</strong> cosecha <strong>de</strong> grano es la fe que se da por<br />

temporadas, unos meses si tenemos fe y otros meses no tenemos fe. Es la fe que se activa solo en<br />

momentos críticos, pasa la crisis y se va la fe hasta un nuevo período crítico. Esta fe es mejor que la<br />

fe <strong>de</strong> frijol, pero Jesús quiere que crezca nuestra fe ¡hasta ser un árbol frutal!<br />

2.3. La fe <strong>de</strong> un árbol frutal.<br />

“Sino que en la ley <strong>de</strong> Jehová está su <strong>de</strong>licia, Y en su ley medita <strong>de</strong> día y <strong>de</strong> noche. Será<br />

como árbol plantado junto a corrientes <strong>de</strong> aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no<br />

cae; Y todo lo que hace, prosperará”. Salmo 1:2-3.<br />

El salmista compara al creyente <strong>de</strong> fe en palabra como un árbol que da buenos frutos y que<br />

permanece. Si queremos ser como árboles, firmes, permanentes, con fruto, <strong>de</strong>bemos aten<strong>de</strong>r muy<br />

bien al consejo <strong>de</strong> Dios en estos versículos.<br />

Salmo 36:9 Porque contigo está el manantial <strong>de</strong> la vida.<br />

Debemos echar raíces profundas en la Comunión con Dios y en su Palabra, y permitir que su Presencia y su Palabra<br />

profundicen en nuestro corazón, <strong>de</strong> esta manera; nos convertiremos en árboles que dan fruto permanentemente.<br />

a. Nuestra <strong>de</strong>licia <strong>de</strong>be ser la Palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

Si la palabra <strong>de</strong> Dios en su vida no es una <strong>de</strong>licia, no aspirará a ser un árbol frutal. Pue<strong>de</strong> tener la<br />

fe <strong>de</strong> frijol, <strong>de</strong> cosecha, pero no un árbol frutal.<br />

La Biblia es nuestra <strong>de</strong>licia cuando tenemos hambre <strong>de</strong> ella, la <strong>de</strong>seamos, la apetecemos, la<br />

comemos como los profetas que veían los “rollos (palabra)” en visiones y los comían Ez.3:1-3.<br />

Cuando no leemos la Biblia, cuando somos indiferentes y nos dormimos en las predicaciones, la<br />

Palabra no es nuestra <strong>de</strong>licia.<br />

Cuando nos “tienen que <strong>de</strong>cir: lee la Biblia”, pero no hay un anhelo por ello, no es nuestra <strong>de</strong>licia la<br />

Palabra.<br />

b. Pensar en la Palabra las 24 hrs <strong>de</strong>l día.<br />

Meditar en hebreo es jagá. Significa: murmurar (en placer). Meditar, gemir, hablar, imaginar,<br />

pensar, proferir, pronunciar, susurrar. Imagina el estado <strong>de</strong> una persona que murmura no en placer,<br />

sino en ira por “x” cosa. Pasa el día <strong>de</strong> malas, preocupado, afanado, molesto, iracundo, no pue<strong>de</strong><br />

dormir. Al otro día sigue meditando, pensando los hechos, las palabras, las actitu<strong>de</strong>s, formando<br />

razonamiento en su mente para finalmente cometer tonterías.<br />

De esta manera <strong>de</strong>bemos “murmurar en placer” la palabra <strong>de</strong> Dios las 24 hrs <strong>de</strong>l día. Pasas el día<br />

meditando, pensando, recordando, la palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

Adaptado <strong>de</strong>l libro: “La buena batalla <strong>de</strong> la fe” <strong>de</strong> Alan Vincent | 2


LA BUENA BATALLA DE LA FE<br />

Esto nos traerá libertad, nuestra mente será renovada y nuestra vida será transformada. Piense,<br />

atesore, recuer<strong>de</strong>, hable y actué <strong>de</strong> acuerdo a la palabra en todo momento y circunstancia <strong>de</strong> sus<br />

vida. En todo su ambiente [personal, familiar, laboral, ministerial, congregacional] hay una palabra<br />

<strong>de</strong> Dios para su vida.<br />

c. Profundizar en la Comunión con Dios.<br />

d. Una vida llena <strong>de</strong>l Espíritu Santo.<br />

Sólo los árboles que están junto a corrientes <strong>de</strong> aguas dan fruto a su tiempo. Se mantienen<br />

frondosos. Las corrientes <strong>de</strong> aguas, <strong>de</strong> las cuales como árboles nos nutrimos, es la llenura <strong>de</strong>l<br />

Espíritu Santo.<br />

De esta manera si fundamentamos nuestra vida en el Espíritu y la Palabra, nos convertiremos en<br />

árboles permanentes, frondosos, con fruto, don<strong>de</strong> aves hacen sus nidos. No nos <strong>de</strong>sarraigaremos<br />

por los vientos. No seremos arrancados don<strong>de</strong> hemos sido plantados. Nuestra vida no será<br />

marchitada. Nuestra vida no será nido <strong>de</strong> buitres.<br />

¿Qué tipo <strong>de</strong> fe tiene hoy? ¿Quiere tener la fe <strong>de</strong> frijol o quiere ser un árbol frutal?<br />

El Señor Jesús anhela que seamos árboles frutales. Nos ha dado todo para que seamos. Abrace la<br />

gracia para serlo.<br />

Hermanos. Abracen el espíritu <strong>de</strong> lo que estamos enseñando. Abracen la esencia <strong>de</strong> lo que<br />

Dios quiere hacer entre nosotros. Les amamos. Sean <strong>de</strong> gran bendición en la tierra don<strong>de</strong><br />

Dios les ha puesto. ¡AMÉN!<br />

Adaptado <strong>de</strong>l libro: “La buena batalla <strong>de</strong> la fe” <strong>de</strong> Alan Vincent | 3

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