Juan Albañil: cerquita de la igualdad - Correo del Orinoco

PALOS DE VIDENTE
Escalones para la vida
Uno de los elementos que deben
prevalecer en el espíritu de quienes
estudian Medicina Integral, es el
sentido de compromiso social y
amor a su comunidad, elementos
que no faltan entre su población
estudiantil, tal como relata el
doctor Calderón Vázquez, activista
docente del CDI de San Martín:
“un estudiante de tercer año
llega a un módulo luego de subir
365 escalones, acude incluso en
época de vacaciones cuando no le
corresponde, eso dice mucho del
compromiso personal de cada uno
de ellos”, recalca.
Algunos estudiantes forman
parte de la comunidad a la que
les toca servir, lo que facilita la
relación paciente-médico, explica
Calderón. Afirma que en su
experiencia como docente en el
CDI, tanto él como los estudiantes
de los diferentes años de Medicina,
han tenido la oportunidad de
recorrer las barriadas de Caracas,
pues la medicina comunitaria
consiste, precisamente, en tomar
en cuenta las necesidades de
salud de la población que más
carencias posee, aquellos que
viven en los barrios de más difícil
acceso de la ciudad.
“Es muy útil que conozcan a la gente,
que sepan cómo viven, eso es muy
importante para el aprendizaje de
ellos como médicos. Vamos a las
casas porque hay muchos pacientes
en camas, personas con discapacidad,
niños y ancianos que no pueden
trasladarse hasta los módulos de
Barrio Adentro”, explica.
El programa
de Formación
en Medicina Integral
Comunitaria tiene
una duración
de seis años y las clases
son además de teóricas,
eminentemente prácticas
y enlazadas
con el trabajo
con la comunidad
“Es muy lindo cuando te invitan a las
casas y puedes presenciar su forma
de vida. A veces sin necesidad de
aplicar un tratamiento especial,
sólo con la atención sencilla,
cuando los dejas, los pacientes ya
reflejan una sonrisa en su cara”.
Sentido humano
“El médico integral comunitario
sale mejor preparado para trabajar
en la comunidad, en la parte de
promoción, prevención y en el
trabajo comunitario, pues tiene
una amplia visión del paciente y
su colectivo. En las universidades
tradicionales no tienen esa
perspectiva humanitaria, debido
a que la educación se centra más
en el enfoque curativo, que en
el enfoque preventivo”, afirma
Beatón Pay.
Matías Utria, quien es uno de
los 24 mil 952 estudiantes en
el país, coincide también con
esta visión: “nos brindan una
educación que calificaría de
excelente porque nos preparan
para prevenir enfermedades,
nos están instruyendo para
tener una facultad diagnóstica,
terapéutica y de rehabilitación,
vemos a la persona como un ser
integral”, afirma.
Diariamente, los estudiantes atienden
más de 40 pacientes en Módulos
de Barrio Adentro, devolviéndoles
la esperanza con un modelo
de salud que reivindica la verdadera
esencia del ser humano.
Carmen Ugueto
14 / septiembre / 2010
Alba llegó para quedarse
“Ésta es una obra que desde el
comienzo se veía viable, tenía el
empuje del Gobierno Nacional,
porque es un proyecto de nuestro
comandante Hugo Rafael Chávez
Frías y cuando él nos promete algo,
nos cumple”.
La expresión corresponde a Maylen
Pérez, quien es miembro del Consejo
Comunal Nuevo Amanecer y vocera
del personal de mantenimiento de
la estación La Ceiba del Metrocable
San Agustín. Maylen se refiere a
la urbanización Terrazas del Alba,
construida para reubicar a los
habitantes de las viviendas que dieron
paso a las estaciones del novedoso
medio de transporte, y a quienes
moraban en zonas de alto riesgo.
Se trata de 11 edificios con un
total de 510 apartamentos, de
tres habitaciones y dos baños,
que albergan a igual número de
La urbanización consta
de 11 edificios
con un total
de 510 apartamentos
La inversión de la obra
alcanza los 47 millones
de bolívares fuertes
o b r a S S o n a m o r e S
5
familias. Sus habitantes cuentan
con un módulo de Barrio Adentro,
un centro de diagnóstico integral
(CDI) y un centro de alta
tecnología (CAT).
En etapa de construcción se
encuentra un centro para actividades
educativas, deportivas y culturales
que contará con espacios para un
infocentro, una biblioteca y aulas
para clases de música.
Actualmente, la comunidad organizada
ejecuta un proyecto socioproductivo
de obras de servicio para
la zona con el sistema de Petrocasa.
Habrá una panadería, una fábrica
de calzado y ropa, un preescolar
bolivariano Simoncito, un parque
infantil y dos edificios con 16
apartamentos en transición (para
personas damnificadas o cuyas
viviendas deben ser expropiadas).
Ya el módulo policial está casi listo.