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distintos tipos de agresiones que ha recibido, porque antes eran las
agresiones en las paredes y muros con escritos en tinta y la propaganda
política que pegaban con goma, también las obras de artes que se dejaron
perder durante mucho tiempo y que la recuperación fue bastante difícil, de
años. Volver a hacer el mural de Mateo Manaure de la Sala de Concierto, el
cual estaba perdido. O sea, verdaderamente uno ve las cosas de antes y ve
las de ahora, y ese periodo de la efervescencia política, de la pagadera de
cosas con cola fue terrible; aunque déjame decir que últimamente he vuelto a
ver la pegadera de cosas con cola sobre la superficie de concreto, cosa que
me preocupa porque eso fue una campaña pero campal, para lograr que no
se usara cola otra vez. Que se usara tirrito por lo menos, que tú lo quitabas y
volvía a desaparecer, pero las últimas veces que he estado en la universidad
he vuelto a observar el uso de la cola que es espantoso. Y era ese tipo de
cosas que una vez que tú las quitabas, bueno si no están pegadas, si no
eran unas pintas con spray sobre el concreto, bueno lo quitabas y ya. Pero
después empezaron otros tipos de ataques, que eran los ataques más
ignorantes, como: cerrar una escalera, tapiarla, poner rejas de apartamento
en las puertas de los edificios, o cambiar las puertas y hasta ponerles unas
manillas horrorosas. Desde la propia oficina del Rector, que la volvieron la
tasca de Chirino, aquello es horroroso, le pusieron unos muebles horrendos.
Por ejemplo, la presencia que tenía el Aula Magna y los muebles del Aula
Magna, no se pueden comparar con los que existen ahora, si tu vas a un
acto protocolar te dan ganas de salir corriendo; y dices ¡pero bueno!, estaban
las sillas, estaban diseñadas, estaba todo allí, pero bueno son solo sillas y la
gente no entiende la diferencia entre una silla y otra. Es más, tú te puedes
reunir con las autoridades como me ha pasado a mí para tratar de explicarle
que las televisiones esas que están en la Plaza Cubierta del Rectorado, son
un atentado contra el espacio y no lo entienden. No lo entienden, no lo
entienden y no lo entienden…, y ahí siguen las televisiones. Una vez me
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